Torreón Maciel (Archivo VIII)
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Rocavarancolia Rol
Lumichen
LEC
alpeca
Léthe0
Leonart
Bellota
Alicia
Dal
Neith2
Aes
Naeryan
Lops
Jack
20 participantes
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Torreón Maciel (Archivo VIII)
15/02/16, 09:43 pm
Recuerdo del primer mensaje :
-Cuando los encontremos sabremos cuales de las opciones son la verdad. -Dijo encogiéndose de hombros. La única parte que esperaba que fuese así era la de otro suministro de agua.
-Te seguimos hermanito.
Y con sonrisa a Eriel se puso en camino con el resto mientras se terminaba su desayuno cuando Dafne le pidió un favorcillo. -Ah, sin problema, le hice bastantes a Bri y no es algo complicado, aunque te tendrás que conformar con algo sin muchos adornos me temo. -Le sonrió. -Cuando vuelva haremos uno cada uno de madera, a no ser que encuentre hueso por el camino o alguna forma de malear metal mejor que acercar mis manos a la hoguera. Nos vemos a la vuelta. -Se despidió.
Siguieron a su hermano un cacho y como este dijo acabaron encontrando casas en algo de mejor estado aunque ahí en medio no parecían mucho más seguras que las mazmorras. Des pues de ir mirando y hablando sobre algunas de ellas como posibles acabaron divisando algo apartado de las casas que parecía un mini fuerte. Se acercaron por curiosidad con cautela para ver que se trataba de un torreón azulado con una muralla y en medio de un foso.
-¿Es eso un nido de seres voladores hecho encima de un esqueleto de animal enorme en lo alto de la torre o me ha sentado mal el desayuno? -Se calló un momento mientras observaba la situación, aquel lugar le parecía sacado de las historias rocavarancolesas, no había ninguna construcción así en su mundo pero era lo más seguro que habían encontrado con bastante diferencia. -El puente esta bajado y parece que se puede cruzar... Diría por esas cuerdas que hay un sistema de poleas para elevarlo e impedir así el paso, si es así y aún funciona dudo que encontremos algo más seguro que esto. -Miró hacia las estirges. -No parece que quieran hacernos algo, pero cuidado con los bichos voladores. -Se dió cuenta de que podía haber ofendido a Sinceridad así que giró su cabeza hacia ella. -Sin ánimo de ofender. -No era la mejor manera del mundo de arreglar eso, pero era mejor que nada. -En fin, vamos allá, con precaución por favor. -Agudizó los sentidos y agarró su cuchillo. Esperaba no tener otra sorpresa como la de hace unos días, pero no se fiaba de su suerte.
-Cuando los encontremos sabremos cuales de las opciones son la verdad. -Dijo encogiéndose de hombros. La única parte que esperaba que fuese así era la de otro suministro de agua.
-Te seguimos hermanito.
Y con sonrisa a Eriel se puso en camino con el resto mientras se terminaba su desayuno cuando Dafne le pidió un favorcillo. -Ah, sin problema, le hice bastantes a Bri y no es algo complicado, aunque te tendrás que conformar con algo sin muchos adornos me temo. -Le sonrió. -Cuando vuelva haremos uno cada uno de madera, a no ser que encuentre hueso por el camino o alguna forma de malear metal mejor que acercar mis manos a la hoguera. Nos vemos a la vuelta. -Se despidió.
Siguieron a su hermano un cacho y como este dijo acabaron encontrando casas en algo de mejor estado aunque ahí en medio no parecían mucho más seguras que las mazmorras. Des pues de ir mirando y hablando sobre algunas de ellas como posibles acabaron divisando algo apartado de las casas que parecía un mini fuerte. Se acercaron por curiosidad con cautela para ver que se trataba de un torreón azulado con una muralla y en medio de un foso.
-¿Es eso un nido de seres voladores hecho encima de un esqueleto de animal enorme en lo alto de la torre o me ha sentado mal el desayuno? -Se calló un momento mientras observaba la situación, aquel lugar le parecía sacado de las historias rocavarancolesas, no había ninguna construcción así en su mundo pero era lo más seguro que habían encontrado con bastante diferencia. -El puente esta bajado y parece que se puede cruzar... Diría por esas cuerdas que hay un sistema de poleas para elevarlo e impedir así el paso, si es así y aún funciona dudo que encontremos algo más seguro que esto. -Miró hacia las estirges. -No parece que quieran hacernos algo, pero cuidado con los bichos voladores. -Se dió cuenta de que podía haber ofendido a Sinceridad así que giró su cabeza hacia ella. -Sin ánimo de ofender. -No era la mejor manera del mundo de arreglar eso, pero era mejor que nada. -En fin, vamos allá, con precaución por favor. -Agudizó los sentidos y agarró su cuchillo. Esperaba no tener otra sorpresa como la de hace unos días, pero no se fiaba de su suerte.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
14/06/17, 05:42 pm
Decía mucho del peso de la conversación que apenas sacase media sonrisa de satisfacción al darle el golpe de gracia a las piezas de Rad, olvidando mantenerla en cuanto el tema volvió a salir a flote un momento después. Sox aprovechó para estirarse mientras su compañero recogía las piezas, asintiendo. Podían ser otras piezas de información importante.
La mención del sectario le hizo guardar un momento de atípico silencio, tenso.
—Fue muy breve —dijo tras aquella breve vacilación. Luego se esforzó en hacer memoria, describiendo lentamente según lo reescenificaba en su mente—. No llegué a distinguir figuras, pero sí voces. No llegué a entender lo que decían, pero le aullaban a esa luna en masa —no sabía si eran solo sectarios, o si toda la ciudad salía a rendirle homenaje—. Tiene una presencia increíble. Los tapices no le hacen justicia —sacudió la cabeza. Era una locura pensarlo, pero...—. No sé si es realmente la que da poderes o solo marca un día especial, pero desde luego sí que parece prometerlos. Era casi como si hablara.
Enorme, magnífica, del color de la sangre de Nad.
La mención del sectario le hizo guardar un momento de atípico silencio, tenso.
—Fue muy breve —dijo tras aquella breve vacilación. Luego se esforzó en hacer memoria, describiendo lentamente según lo reescenificaba en su mente—. No llegué a distinguir figuras, pero sí voces. No llegué a entender lo que decían, pero le aullaban a esa luna en masa —no sabía si eran solo sectarios, o si toda la ciudad salía a rendirle homenaje—. Tiene una presencia increíble. Los tapices no le hacen justicia —sacudió la cabeza. Era una locura pensarlo, pero...—. No sé si es realmente la que da poderes o solo marca un día especial, pero desde luego sí que parece prometerlos. Era casi como si hablara.
Enorme, magnífica, del color de la sangre de Nad.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
14/06/17, 06:58 pm
Rádar se quedó callado escuchando la respuesta de su compañero de mundo. Despedía una seriedad mortal, aunque dentro de sí sentía más bien expectación. Luna Roja. Por un instante sintió la asfixiante sensación de que cada instante que pasaba era un instante menos para su salida, pero se deshizo con rapidez. Inspiró hondo, algo aturdido, y fue a guardar aquello.
—¿Crees que nosotros aullaremos? —la pregunta fue dicha en un todo extraño, casi de broma, incluso a pesar de que no era así como se sentía.
—¿Crees que nosotros aullaremos? —la pregunta fue dicha en un todo extraño, casi de broma, incluso a pesar de que no era así como se sentía.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
14/06/17, 10:27 pm
Lo que salía de los labios del nublino no le agradaba en absoluto. Escuchar a Eriel hablar de esa forma... como si los dioses hubieran hecho algo para merecerse tanta veneración, daba miedo. Le parecía que estaba ciego. Dejaría que la ciudad le quitara la venda o se la quitara a él. Quién sabía.
-Vale, eso es verdad, no podemos tocarles a menos que sea un accidente pero y qué -se encogió de hombros y una sombra a penas perceptible de frustración cruzó su rostro. Sentía mucha rabia al admitir que no podía hacer nada contra Tuétano- todo esto empieza a depender de lo que tú consideres que hace un dios a alguien. Para mí son personas con mucho poder, y en cualquier caso tú lo has dicho, podremos igualarles ¿no?. ¿Estás seguro de eso?.
La mención de Nad le entristeció pero consiguió olvidarse cuando la conversación tomó otra dirección mucho más apetecible.
-Creo en lo que dices, Eriel, te creo cuando dices que la Luna Roja nos bendice y cuando explicas que seremos fuertes. ¿Pero soy digno de transformarme aún sin creer en ellos?. Esto también es un sueño hecho realidad para mí en cierta manera- aunque la noche en la que Doce lo cosechó se imaginó una Rocavarancolia llena de prados y de verde. Mucho verde y castillos- pero no vine aquí a transformarme en un dios, no si eso implica cargarme a una niña y no tener ninguna puta consecuencia. Así que me viene bien cualquier cosa que esté a la altura de esta gente, para...- y por fin lo dijo, lo sentía como una llamada. En voz alta y con Eriel a su lado sonaba mejor.- para vengar a Nad si hace falta. ¿Y tú?- le preguntó realmente interesado.- no me digas que la Luna proporciona encantamientos de amor o algo por el estilo, no quiero saber que harías con eso.
-Vale, eso es verdad, no podemos tocarles a menos que sea un accidente pero y qué -se encogió de hombros y una sombra a penas perceptible de frustración cruzó su rostro. Sentía mucha rabia al admitir que no podía hacer nada contra Tuétano- todo esto empieza a depender de lo que tú consideres que hace un dios a alguien. Para mí son personas con mucho poder, y en cualquier caso tú lo has dicho, podremos igualarles ¿no?. ¿Estás seguro de eso?.
La mención de Nad le entristeció pero consiguió olvidarse cuando la conversación tomó otra dirección mucho más apetecible.
-Creo en lo que dices, Eriel, te creo cuando dices que la Luna Roja nos bendice y cuando explicas que seremos fuertes. ¿Pero soy digno de transformarme aún sin creer en ellos?. Esto también es un sueño hecho realidad para mí en cierta manera- aunque la noche en la que Doce lo cosechó se imaginó una Rocavarancolia llena de prados y de verde. Mucho verde y castillos- pero no vine aquí a transformarme en un dios, no si eso implica cargarme a una niña y no tener ninguna puta consecuencia. Así que me viene bien cualquier cosa que esté a la altura de esta gente, para...- y por fin lo dijo, lo sentía como una llamada. En voz alta y con Eriel a su lado sonaba mejor.- para vengar a Nad si hace falta. ¿Y tú?- le preguntó realmente interesado.- no me digas que la Luna proporciona encantamientos de amor o algo por el estilo, no quiero saber que harías con eso.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
14/06/17, 11:17 pm
El nublino miró extrañado al humano.
-¿No es así como funciona? -le preguntó con una sonrisa incipiente.- Una persona consigue un gran poder y se alza sobre las demás, el resto empiezan a considerarlo más que un individuo y cuando la brecha es insalvable se convierte en un dios. En este caso el poder es dado por la Luna - se encogió de hombros.
-Sí, cuando la Luna llegue los igualaremos, quizá no tengamos tanta experiencia como ellos pero nuestro poder será igual - le dijo sonriente.- La Luna proveerá.
-Según las historias hay muchos tipos de cambios, alas, cuernos colas. Una fuerza inmensa o magia sin par, todo eso depende de lo que quiera la Luna - explicó.
-Estás aquí, eso ya dice mucho de ti. Serás un dios Tay, lo que no quiere decir que tengas que ser como los otros dioses, quizá podamos marcar una diferencia - le dirigió una mirada significativa y después se rió a carcajadas.- No te preocupes, si consigo hechizos de amor serás el primero en mi cama - bromeó.
-¿No es así como funciona? -le preguntó con una sonrisa incipiente.- Una persona consigue un gran poder y se alza sobre las demás, el resto empiezan a considerarlo más que un individuo y cuando la brecha es insalvable se convierte en un dios. En este caso el poder es dado por la Luna - se encogió de hombros.
-Sí, cuando la Luna llegue los igualaremos, quizá no tengamos tanta experiencia como ellos pero nuestro poder será igual - le dijo sonriente.- La Luna proveerá.
-Según las historias hay muchos tipos de cambios, alas, cuernos colas. Una fuerza inmensa o magia sin par, todo eso depende de lo que quiera la Luna - explicó.
-Estás aquí, eso ya dice mucho de ti. Serás un dios Tay, lo que no quiere decir que tengas que ser como los otros dioses, quizá podamos marcar una diferencia - le dirigió una mirada significativa y después se rió a carcajadas.- No te preocupes, si consigo hechizos de amor serás el primero en mi cama - bromeó.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
15/06/17, 10:47 am
Después de dejar al caracol en el patio, Mon había tratado de volver a disfrutar de su baño, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. El momento de tranquilidad había pasado, por lo que salió a regañadientes de la bañera, se vistió y se puso a limpiar el cuartito. Cuando acabó, bajó a la cocina, se hizo con unas pocas de las bolitas dulces que había hecho y, mascándolas, decidió subir a la azotea para ver qué tal iba el platito que le había dejado a Tuétano. Asomándose con cautela para ver si había o no moros en la costa, alcanzó el recipiente y bajó de nuevo a la seguridad del torreón, descubriendo con alegría que en el plato no había nada. Ilusionada, bajó corriendo a la cocina, puso un par de bolitas más en él y una nota nueva, plegada [«Espero que te hayan gustado. ¡Te traigo unas pocas más! De verdad somos buena gente, no nos hagas daño. Por cierto, si ves a dos de los nuestros en la calle tampoco seas mala con ellos: se han perdido y estamos muy preocupados. Te daré más bolitas, pero por favor, no les hagas nada. Y creo que ya. ¡Que aproveche! (En serio, no les hagas daño. Y a nosotros tampoco. Por favor)»], y volvió a subir. Una vez lo tuvo todo hecho, se dejó caer, sentada, en medio del pasillo.
«Qué tensión».
«Qué tensión».
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
15/06/17, 01:59 pm
Sox se echó a reír flojo, más por lo absurdo de la situación que por la pregunta en sí. Estaban a años luz de sus casas, conviviendo desde hacía meses con personas de otro mundo en un torreón antiguo para no morirse en una ciudad peligrosa; y en algún punto iba a llegar una luna mística y ahora alguien le estaba preguntando con seriedad si creía que iban a aullarle o no.
—Espero que no —dijo—. Ojalá, ojalá que no. Espero que nos pille atrincherados aquí, con el puente levadizo levantado y si hace falta escondidos en el sótano para que no nos encuentre ningún bicho raro que de los que sí hayan salido a la calle.
—Espero que no —dijo—. Ojalá, ojalá que no. Espero que nos pille atrincherados aquí, con el puente levadizo levantado y si hace falta escondidos en el sótano para que no nos encuentre ningún bicho raro que de los que sí hayan salido a la calle.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
15/06/17, 04:26 pm
—Es una buena idea —suspiró, sabiendo que quizás no iban a poder cumplirla—. Aunque se me ocurren uno o dos que van a estar queriendo verla en todo su esplendor.
Rádar casi podía sentir cómo se aproximaba la Luna Roja, la inevitabilidad de su encuentro con ella. Gruñó mentalmente, decidiendo quitarse eso de la cabeza. Sí, era evidente que cada momento que pasara era un instante menos para que saliera, pero no valía de nada torturarse con aquello. Quizás ansiara el final de aquella demencial ¿prueba? y la solución de todas las incógnitas, pero aquel momento estaba lejos. Antes tenían que sobrevivir.
Iban camino de guardar las fichas cuando se encontraron con Mónica sentada en medio de un pasillo. El carabés arqueó algo las cejas, preguntándose qué haría a alguien elegir aquel asiento.
—Creo que una silla sería más confortable —le dijo, sin rastro de malicia ni bordería, aunque sí con la sequedad habitual en él—. ¿Te pasa algo? Además de tener que estar en Rocavarancolia, quiero decir.
Rádar casi podía sentir cómo se aproximaba la Luna Roja, la inevitabilidad de su encuentro con ella. Gruñó mentalmente, decidiendo quitarse eso de la cabeza. Sí, era evidente que cada momento que pasara era un instante menos para que saliera, pero no valía de nada torturarse con aquello. Quizás ansiara el final de aquella demencial ¿prueba? y la solución de todas las incógnitas, pero aquel momento estaba lejos. Antes tenían que sobrevivir.
Iban camino de guardar las fichas cuando se encontraron con Mónica sentada en medio de un pasillo. El carabés arqueó algo las cejas, preguntándose qué haría a alguien elegir aquel asiento.
—Creo que una silla sería más confortable —le dijo, sin rastro de malicia ni bordería, aunque sí con la sequedad habitual en él—. ¿Te pasa algo? Además de tener que estar en Rocavarancolia, quiero decir.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
17/06/17, 09:25 am
Tayron asintió poco conforme, no era partidario de la sumisión y subordinación. Ni por asomo. Es que no lo entendía, todo en lo que siempre había creído era en su familia y amigos, todos valían la pena. ¿Pero cómo podía concebir hacerlo en gente que trataba mal a otras personas?. Que les daba igual matar y raptar. Se parecían más a demonios que dioses. Por suerte o por desgracia la muerte de Nad los había destapado temprano. La quebrantahuesos y la chica serpiente también.
-Pues espero que ese día llegue pronto- aseguró poniendo una mano sobre el hombro del nublino.- no me va depender de un torreón y una fecha límite. Ojalá Tersa lo consiguiera- dijo al ver un caracol sobre los cubos- me parece que si a Tuétano le da por hacer de dios, Eriel, de poco nos proveerá la Luna, por mucho que estar aquí diga algo de mí.- marcar la diferencia sonaba mucho mejor.
-¡Eh eh eh!, shhh- susurró, arrugando las mejillas al reírse bajito- que no te oiga Dafne, sabe que eres una amenaza potencial. En cuanto a lo de la cama ya veremos, pero tú sigue ganando puntos, y por supuesto sigue disparando como lo haces -recordó- Te voy a necesitar hoy con las hienas.
-Pues espero que ese día llegue pronto- aseguró poniendo una mano sobre el hombro del nublino.- no me va depender de un torreón y una fecha límite. Ojalá Tersa lo consiguiera- dijo al ver un caracol sobre los cubos- me parece que si a Tuétano le da por hacer de dios, Eriel, de poco nos proveerá la Luna, por mucho que estar aquí diga algo de mí.- marcar la diferencia sonaba mucho mejor.
-¡Eh eh eh!, shhh- susurró, arrugando las mejillas al reírse bajito- que no te oiga Dafne, sabe que eres una amenaza potencial. En cuanto a lo de la cama ya veremos, pero tú sigue ganando puntos, y por supuesto sigue disparando como lo haces -recordó- Te voy a necesitar hoy con las hienas.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
17/06/17, 02:41 pm
Siete había observado el intercambio con la niña de los bichos en silencio, y cara de incomodidad continua. Había tenido muy poca consciencia del cadáver que dejaron detrás en su caída, o de la dragona que había reducido la mano de Barael a aquel muñón. Era un encuentro del que solo recordaba sangre en los ojos y las piedras y el polvo contra su cara. Para él la agonía no tenía escamas en sus sueños. Sin embargo la suma de amenazas apiladas casi sin querer en la conversación lo estaba poniendo muy nervioso.
Siguió lo que el grupo consideró prudente, y se llevó con él el hatillo de ropa. Podían haberlo tirado en el suelo, pero quizás aquello fuera todavía peor idea.
Tuétano los seguía por el aire. La primera vez que alguien la reconoció en el cielo, Siete aguzó la mirada para intentar grabar la figura en su cabeza. Con una imagen que unir a lo que sabía, empezó a tener pesadillas. Su presencia parecía una promesa, y le ponía enfermo distinguirla, acechándolos.
La plaga de caracoles añadía a su inquietud. Siete revisó muchas veces las palabras de la bruja, y quiso pensar que era supervisión, más que vigilancia. Ojala pudiera creer realmente que alguien deseaba protegerlos. Los demás los echaban del torreón, pero estos volvían a aparecer en sitios extrañísimos. La primera vez que cogió uno con la mano, la textura babosa y húmeda le hizo cosquillas. Estúpidamente, que fueran agradables a la piel los hizo un poco más de fiar.
Los breves descansos de cotidianeidad se le hicieron escasos, y en aquel tiempo, Siete no llegó a ponerse de nuevo la ropa robada. Volvió a tener el pelo corto y las orejas descubiertas, siguió cocinando para todos, probando nuevas recetas y consultando al resto sobre sabores y platos preferidos, pero aún no había dicho nada a Eriel sobre su pasado. A nadie, después de a Monica y Sox. Cuanto más tiempo pasaba más difícil y grave parecía confesar. Además, con el recordatorio constante de que alguien estaba esperando para hacerles daño, Siete tenía todavía más miedo de oir que se lo merecía. Necesitaba pertenecer.
Esa mañana estaba en la cocina desayunando con Daer y Charlie, que hablaban entre ellos. Sin embargo, la atención de Siete estaba en lo que Rad y Sox se decían. Absorbió sus opiniones y los fragmentos de información nuevos, casi olvidándose de comer. Siguió con los ojos también a Mónica, y se giró en el sitio al oírla trastear con tanta prisa en la cocina. La miró marchar confuso y volvió a reflexionar sobre los caracoles de Tersa.
Había un aire de tensión en el ambiente mientras la hora de salir se acercaba. Siete había dudado mucho sobre si participar en la salida, en parte porque no se sentía capaz de negarse en rotundo a los planes de grupo. Nunca había participado en los entrenamientos de Lorenzo porque consideraba más útil saber huir – no creía, de hecho, que hubiera mucho en la ciudad a lo que pudieran plantar cara. Tampoco estaba seguro de donde se lo quería. ¿Podía contribuir en algo? Rehuyó dar una respuesta directa casi hasta el día de ir. Si eran solo animales salvajes los que habitaban la librería, quizás no habría problemas. Esperaba que no hubiera una bruja detrás de ellos. Se removió incomodo en el asiento. Era consciente de que había estado buscando excusas para quedarse. No quería consecuencias, ni estar presente. Con cierta angustia, se dio cuenta de que no era capaz de unirse a aquello sin ninguna insistencia externa. La suma de preocupaciones había reducido en mucho el arrojo de Siete, y el idrino nunca había sido particularmente valiente. En Rocavarancolia tenía muchas ocasiones para recordarlo.
Siguió lo que el grupo consideró prudente, y se llevó con él el hatillo de ropa. Podían haberlo tirado en el suelo, pero quizás aquello fuera todavía peor idea.
Tuétano los seguía por el aire. La primera vez que alguien la reconoció en el cielo, Siete aguzó la mirada para intentar grabar la figura en su cabeza. Con una imagen que unir a lo que sabía, empezó a tener pesadillas. Su presencia parecía una promesa, y le ponía enfermo distinguirla, acechándolos.
La plaga de caracoles añadía a su inquietud. Siete revisó muchas veces las palabras de la bruja, y quiso pensar que era supervisión, más que vigilancia. Ojala pudiera creer realmente que alguien deseaba protegerlos. Los demás los echaban del torreón, pero estos volvían a aparecer en sitios extrañísimos. La primera vez que cogió uno con la mano, la textura babosa y húmeda le hizo cosquillas. Estúpidamente, que fueran agradables a la piel los hizo un poco más de fiar.
Los breves descansos de cotidianeidad se le hicieron escasos, y en aquel tiempo, Siete no llegó a ponerse de nuevo la ropa robada. Volvió a tener el pelo corto y las orejas descubiertas, siguió cocinando para todos, probando nuevas recetas y consultando al resto sobre sabores y platos preferidos, pero aún no había dicho nada a Eriel sobre su pasado. A nadie, después de a Monica y Sox. Cuanto más tiempo pasaba más difícil y grave parecía confesar. Además, con el recordatorio constante de que alguien estaba esperando para hacerles daño, Siete tenía todavía más miedo de oir que se lo merecía. Necesitaba pertenecer.
Esa mañana estaba en la cocina desayunando con Daer y Charlie, que hablaban entre ellos. Sin embargo, la atención de Siete estaba en lo que Rad y Sox se decían. Absorbió sus opiniones y los fragmentos de información nuevos, casi olvidándose de comer. Siguió con los ojos también a Mónica, y se giró en el sitio al oírla trastear con tanta prisa en la cocina. La miró marchar confuso y volvió a reflexionar sobre los caracoles de Tersa.
Había un aire de tensión en el ambiente mientras la hora de salir se acercaba. Siete había dudado mucho sobre si participar en la salida, en parte porque no se sentía capaz de negarse en rotundo a los planes de grupo. Nunca había participado en los entrenamientos de Lorenzo porque consideraba más útil saber huir – no creía, de hecho, que hubiera mucho en la ciudad a lo que pudieran plantar cara. Tampoco estaba seguro de donde se lo quería. ¿Podía contribuir en algo? Rehuyó dar una respuesta directa casi hasta el día de ir. Si eran solo animales salvajes los que habitaban la librería, quizás no habría problemas. Esperaba que no hubiera una bruja detrás de ellos. Se removió incomodo en el asiento. Era consciente de que había estado buscando excusas para quedarse. No quería consecuencias, ni estar presente. Con cierta angustia, se dio cuenta de que no era capaz de unirse a aquello sin ninguna insistencia externa. La suma de preocupaciones había reducido en mucho el arrojo de Siete, y el idrino nunca había sido particularmente valiente. En Rocavarancolia tenía muchas ocasiones para recordarlo.
-
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
19/06/17, 09:55 am
No quiso levantar la vista al oír pasos, cerrando los ojos y frotándoselos con los puños, pero no pudo hacer nada para evitar que le hablaran. Allí estaban los carabeses. Mandón, con su tono «sheldoniano» habitual, era quien le había interpelado.
—Me apetecía un cambio —sonrió Mónica, aunque la sonrisa se desvaneció en seguida—. ¿Si me pasa algo?
Fingió reflexionar, la mano en la barbilla.
—No mucho quitando que me siento amenazada, que no duermo bien porque no paro de tener pesadillas, que hemos visto morir a una niña y que dos de nuestros compañeros han desaparecido y no sabemos dónde están ni conseguimos encontrarlos, que mis ojos están raros, que echo de menos a mi familia… ya sabes. Pequeñas molestias cotidianas— se frotó de nuevo los ojos con cansancio—. Quería estar sola un rato.
—Me apetecía un cambio —sonrió Mónica, aunque la sonrisa se desvaneció en seguida—. ¿Si me pasa algo?
Fingió reflexionar, la mano en la barbilla.
—No mucho quitando que me siento amenazada, que no duermo bien porque no paro de tener pesadillas, que hemos visto morir a una niña y que dos de nuestros compañeros han desaparecido y no sabemos dónde están ni conseguimos encontrarlos, que mis ojos están raros, que echo de menos a mi familia… ya sabes. Pequeñas molestias cotidianas— se frotó de nuevo los ojos con cansancio—. Quería estar sola un rato.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
19/06/17, 12:23 pm
-Llegará Tay, ten fé - le dijo sonriendo. Vació otro cubo en la bañera y con eso ya habían terminado.
-¿Yo una amenaza? - Eriel se rió con ganas pero también se sonrojó en parte.- Pffff, si en algo confío es en mi puntería, no te preocupes, seguro que abato alguna con mis flechas.
-Y ahora, salvo que quieras bañarte conmigo en agua fría te voy a pedir que te vayas - dijo en parte broma en parte serio.- Gracias por ayudarme con el agua por cierto.
-¿Yo una amenaza? - Eriel se rió con ganas pero también se sonrojó en parte.- Pffff, si en algo confío es en mi puntería, no te preocupes, seguro que abato alguna con mis flechas.
-Y ahora, salvo que quieras bañarte conmigo en agua fría te voy a pedir que te vayas - dijo en parte broma en parte serio.- Gracias por ayudarme con el agua por cierto.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
20/06/17, 09:08 pm
Las palabras de Mónica le hicieron sentir incómodo, extremadamente incómodo. No estaba acostumbrado a ese tipo de conversaciones, y para ser exactos no le estaban gustando aquellas palabras. Incluso si eran entendibles. «No eres la única a la que han arrebatado su mundo y su vida» pensó, sintiendo como su enfado natural comenzaba a aparecer. Iba a soltarle esto a la humana cuando el aviso de que había que ir saliendo llegó. Con un suspiro, y casi agradeciendo mentalmente la interrupción, el carabés dio media vuelta y se dirigió a la salida.
Se estaba afianzando un pequeño escudo de madera redondo en su brazo izquierdo cuando observó las sombras dejadas por el sol. La mañana ya estaba bien entrada, quizás sería en torno a las diez y quince, o algo después... ¿Más cerca de y quince que de y veinticinco? Aunque no estaba seguro, pero también podía ser algo antes, aunque era y diez como pronto.
Rádar frenó en seco su carril de pensamiento al ver por dónde volvía a conducirlo. Tuvo que reprimir un escalofrío, pensando si aquello que intentaba convencerse que era una nueva y extraña obsesión no sería otra cosa. No quería pensar en aquello, no en aquel momento cuando lo más urgente era, sin duda, el futuro inmediato.
Había que matar hienas.
Sigue en el territorio de las hienas.
Se estaba afianzando un pequeño escudo de madera redondo en su brazo izquierdo cuando observó las sombras dejadas por el sol. La mañana ya estaba bien entrada, quizás sería en torno a las diez y quince, o algo después... ¿Más cerca de y quince que de y veinticinco? Aunque no estaba seguro, pero también podía ser algo antes, aunque era y diez como pronto.
Rádar frenó en seco su carril de pensamiento al ver por dónde volvía a conducirlo. Tuvo que reprimir un escalofrío, pensando si aquello que intentaba convencerse que era una nueva y extraña obsesión no sería otra cosa. No quería pensar en aquello, no en aquel momento cuando lo más urgente era, sin duda, el futuro inmediato.
Había que matar hienas.
Sigue en el territorio de las hienas.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
21/06/17, 12:40 pm
Tayron no pasó por alto el sonrojo de Eriel y acabó por ponerse colorado también él. El belga le guiñó un ojo antes de salir de la habitación.
-Ya te gustaría que me quedara ¿eh?, de tonto no tienes ni un pelo- y aguardó un poco en el umbral de la puerta antes de marcharse- y de nada, para lo que quieras. Me voy a ir antes de tirarte a la bañera de cabeza.
El día tan esperado había llegado, por fin darían rienda suelta a todo el entrenamiento. Lo cierto es que estaba nervioso, notaba la tensión en todas las fibras de su cuerpo incluso antes de partir. Si salía o bien o mal era de vital importancia, pero de lo que más seguro estaba es que la afrenta sería recordada, esperaba que no solo por los que se quedaban.
-Nos vemos- se despidió de Dafne, la cual emitió una sonrisa extraña que dejó un mal sabor de boca.
Ya con su lanza en las manos decidieron que era el momento. Tayron juntó sus manos como si fuera a beber agua de ellas y depositó un pequeño caracol en ellas. Luego lo colocó en el hombro soltando un suspiro. Si Tersa los observaba, no estaría demás que supiera que iban a luchar con todas sus fuerzas. Morir no podía ser una opción.
Con los primeros pasos ya fuera levantó la mirada, escudriñando el cielo en busca de Tuétano. Ojalá también ella se diera cuenta de que pelearían con uñas y dientes. Que no eran tan monstruos y sí niños que querían sobrevivir.
-Vamos allá.
Sigue en Territorio de las hienas
-Ya te gustaría que me quedara ¿eh?, de tonto no tienes ni un pelo- y aguardó un poco en el umbral de la puerta antes de marcharse- y de nada, para lo que quieras. Me voy a ir antes de tirarte a la bañera de cabeza.
El día tan esperado había llegado, por fin darían rienda suelta a todo el entrenamiento. Lo cierto es que estaba nervioso, notaba la tensión en todas las fibras de su cuerpo incluso antes de partir. Si salía o bien o mal era de vital importancia, pero de lo que más seguro estaba es que la afrenta sería recordada, esperaba que no solo por los que se quedaban.
-Nos vemos- se despidió de Dafne, la cual emitió una sonrisa extraña que dejó un mal sabor de boca.
Ya con su lanza en las manos decidieron que era el momento. Tayron juntó sus manos como si fuera a beber agua de ellas y depositó un pequeño caracol en ellas. Luego lo colocó en el hombro soltando un suspiro. Si Tersa los observaba, no estaría demás que supiera que iban a luchar con todas sus fuerzas. Morir no podía ser una opción.
Con los primeros pasos ya fuera levantó la mirada, escudriñando el cielo en busca de Tuétano. Ojalá también ella se diera cuenta de que pelearían con uñas y dientes. Que no eran tan monstruos y sí niños que querían sobrevivir.
-Vamos allá.
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"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
21/06/17, 02:59 pm
Sox dejó sin querer que aquellas palabras sedimentaran una vez las registró. El carabés procuraba centrarse siempre en el aquí y ahora, y oír todo lo que había pasado en apenas el espacio de unos meses fue como un cubo de agua fría. Era sentar otra brecha entre su mundo original y él, entre la persona que había sido al traspasar el portal y la que era ahora; incluso si, al contrario de lo que creían Rad y él, alguna vez lograban regresar. ¿Cómo iba a hablar con otros sobre exámenes y grupos de trabajo como si fueran lo más importante de su vida, cuando había presenciado muerte y temido por la suya?
—Te dejamos sola, entonces —necesitaba alejarse de aquellos pensamientos, y la misma Mónica lo había pedido.
Sigue en el Territorio de las hienas.
—Te dejamos sola, entonces —necesitaba alejarse de aquellos pensamientos, y la misma Mónica lo había pedido.
Sigue en el Territorio de las hienas.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
21/06/17, 10:41 pm
Cuando los carabeses se alejaron la chica suspiró. La verdad es que no sabía qué era mejor, si estar sola con sus pensamientos o dejarse llevar por la algarabía de los demás.
Estuvo sentada un rato más, mirando a la nada y sacando de cuando en cuando un espejito para escrutarse los ojos, bizqueando como loca, pero lo cierto es que comenzaba a aburrirse. Ya había limpiado, puesto los dulces en la azotea, limpiado otra vez… cierto, podría darse otro baño, pero ¿y los caracoles? Mónica movió los pies, ociosa, tratando de decidir qué quería hacer, y casi sin darse cuenta se había puesto en pie y estaba volviendo a asomarse a la azotea para ver el progreso de su «soborno». Cuando se volvió para entrar otra vez, casi se chocó con Doña Plumitas, que la observaba con curiosidad.
—¡Dios! ¡Puto susto! —se dejó caer al suelo agarrándose el pecho con dramatismo—. ¡Me podría haber dado un infarto!
La roquense le preguntó qué hacía y, reticente, Mónica se lo contó, soltándole también lo mismo que le había dicho a Mandón y Vampy. Así comenzaron a charlar y, tras un rato, el tema viró a los dos sinhadres y su desaparición.
—No creo que estén muertos —dijo la chica, algo desafiante y sorprendiéndose cuando Sinceridad estuvo de acuerdo con ella. Entonces relajó el tono, volviéndolo casi suplicante—. Estoy segura de que viven. En algún lugar, aquí. Querría ir a buscarlos, pero me da miedo ir sola…
—Yo seguiría buscando —replicó la roquense—. Este sitio es muy grande y podemos estar buscando mal. También creo que están en alguna parte.
Días después Mónica había cambiado totalmente de opinión respecto a la roquense en relación con los primeros días de convivencia. Con ella había charlado largo de su vida y su nostalgia, y aunque Sinceridad era más reservada que ella y Mon creía que no se lo estaba contando todo, era un descanso poder hablar de su vida «normal» largo y tendido, así como hacer planes que no iban a ninguna parte para rescatar a los sinhadres. Casi sin que se dieran cuenta, Íñigo Montoya se les unió creyendo, al igual que ellas, que estaban ahí. Que se les podía encontrar.
Sigue en Calles
Estuvo sentada un rato más, mirando a la nada y sacando de cuando en cuando un espejito para escrutarse los ojos, bizqueando como loca, pero lo cierto es que comenzaba a aburrirse. Ya había limpiado, puesto los dulces en la azotea, limpiado otra vez… cierto, podría darse otro baño, pero ¿y los caracoles? Mónica movió los pies, ociosa, tratando de decidir qué quería hacer, y casi sin darse cuenta se había puesto en pie y estaba volviendo a asomarse a la azotea para ver el progreso de su «soborno». Cuando se volvió para entrar otra vez, casi se chocó con Doña Plumitas, que la observaba con curiosidad.
—¡Dios! ¡Puto susto! —se dejó caer al suelo agarrándose el pecho con dramatismo—. ¡Me podría haber dado un infarto!
La roquense le preguntó qué hacía y, reticente, Mónica se lo contó, soltándole también lo mismo que le había dicho a Mandón y Vampy. Así comenzaron a charlar y, tras un rato, el tema viró a los dos sinhadres y su desaparición.
—No creo que estén muertos —dijo la chica, algo desafiante y sorprendiéndose cuando Sinceridad estuvo de acuerdo con ella. Entonces relajó el tono, volviéndolo casi suplicante—. Estoy segura de que viven. En algún lugar, aquí. Querría ir a buscarlos, pero me da miedo ir sola…
—Yo seguiría buscando —replicó la roquense—. Este sitio es muy grande y podemos estar buscando mal. También creo que están en alguna parte.
***
Días después Mónica había cambiado totalmente de opinión respecto a la roquense en relación con los primeros días de convivencia. Con ella había charlado largo de su vida y su nostalgia, y aunque Sinceridad era más reservada que ella y Mon creía que no se lo estaba contando todo, era un descanso poder hablar de su vida «normal» largo y tendido, así como hacer planes que no iban a ninguna parte para rescatar a los sinhadres. Casi sin que se dieran cuenta, Íñigo Montoya se les unió creyendo, al igual que ellas, que estaban ahí. Que se les podía encontrar.
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- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- OJO:
- Shass ha participado en la supervisión de este post
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
22/06/17, 01:04 am
La roquense decidió quedarse. No entendía las ganas de salir a pelear por gusto. Lo entendería si fueran a cazar, pero estaban bien abastecidos. Así que se quedó. Podría seguir vigilando a los caracoles o investigar lo de los dulces que aparecían por ahí, pero primero se asomó para verles marchar.
Cuando les perdió de vista, se puso manos a la obra... pero caminó demasiado rápido y por poco chocó con Mónica. La miró con el ceño ligeramente fruncido, con curiosidad. ¿De dónde venía o a dónde iba? Sospechaba de todos, pero algunos tenían más "puntos".
—¡Por mis plumas que no te vi! —obviedad al canto. ¿Y qué sería un infarto?
Le preguntó, claro que le preguntó. Y no supo cómo, pero la conversación se fue alargando y alargando. Para bien... y para mal, porque acabaron llegando a los sinhadres. Esa espina clavada que no se arrancaría hasta que los viera, vivos o muertos. No le convencía el método de búsqueda, no le convencía el tiempo que lo habían intentado, no le convencía nada. Y por lo visto parecía no ser la única. Se dieron la razón.
—Yo seguiría buscando —replicó—. Este sitio es muy grande y podemos estar buscando mal. También creo que están en alguna parte.
Quizá podrían seguir hablándolo más a fondo las dos o entre todos. El tiempo quiso que, de momento, lo hablasen en privado. Y no solo sobre eso sino que, y de hecho fue lo mejor del asunto, también hablaron de ellas. De sus vidas antes de la llegada a la ciudad, de sus mundos, de... de lo que fuera. Sinceridad tenía sus dudas con aquellas charlas, porque les quería contar la verdad, desmontar todo lo que había inventado sobre los fanáticos religiosos de Tierra Bruja... Pero no se sentía capaz. Se sentía tan incapaz de seguir con la mentira como de revelar la verdad, pero no sabía cómo arreglarlo. Para colmo, esas dudas le afectaban y se notaba en su narración de esto o aquello, pero, por suerte, pensaba, Mónica no indagaba. Había esperado no tener un vínculo con nadie para poder mantener aquella mentira, pero les había cogido algo de cariño y no lo veía adecuado... Al menos,
Cuando hablaban del presente, de cualquier cosa posterior a conocerse, era totalmente fiel a su deseo y disfrutaba de las conversaciones. Y, cuando salía el tema de los sinhadres, no solo recuperaba la seguridad sino que se notaba que le había afectado. Una muerte era una muerte, pero desconocer qué les había pasado... Su opinión no cambiaría. Pero sí que cambió sobre algunos que, también en privado, revelaron que no creían que estuvieran muertos y que, en definitiva, deberían seguir buscando. Mónica y Lorenzo. Eran tres. Con Lorenzo se bastaba para buscarles y sobrevivir por su cuenta, y con la humana crecían en número. No es que no contara con ella para defenderse llegado el caso, pero prefería que no tuviera que llegar a esa situación. <<Habrá que hablarlo con los demás>>
Cuando les perdió de vista, se puso manos a la obra... pero caminó demasiado rápido y por poco chocó con Mónica. La miró con el ceño ligeramente fruncido, con curiosidad. ¿De dónde venía o a dónde iba? Sospechaba de todos, pero algunos tenían más "puntos".
—¡Por mis plumas que no te vi! —obviedad al canto. ¿Y qué sería un infarto?
Le preguntó, claro que le preguntó. Y no supo cómo, pero la conversación se fue alargando y alargando. Para bien... y para mal, porque acabaron llegando a los sinhadres. Esa espina clavada que no se arrancaría hasta que los viera, vivos o muertos. No le convencía el método de búsqueda, no le convencía el tiempo que lo habían intentado, no le convencía nada. Y por lo visto parecía no ser la única. Se dieron la razón.
—Yo seguiría buscando —replicó—. Este sitio es muy grande y podemos estar buscando mal. También creo que están en alguna parte.
Quizá podrían seguir hablándolo más a fondo las dos o entre todos. El tiempo quiso que, de momento, lo hablasen en privado. Y no solo sobre eso sino que, y de hecho fue lo mejor del asunto, también hablaron de ellas. De sus vidas antes de la llegada a la ciudad, de sus mundos, de... de lo que fuera. Sinceridad tenía sus dudas con aquellas charlas, porque les quería contar la verdad, desmontar todo lo que había inventado sobre los fanáticos religiosos de Tierra Bruja... Pero no se sentía capaz. Se sentía tan incapaz de seguir con la mentira como de revelar la verdad, pero no sabía cómo arreglarlo. Para colmo, esas dudas le afectaban y se notaba en su narración de esto o aquello, pero, por suerte, pensaba, Mónica no indagaba. Había esperado no tener un vínculo con nadie para poder mantener aquella mentira, pero les había cogido algo de cariño y no lo veía adecuado... Al menos,
Cuando hablaban del presente, de cualquier cosa posterior a conocerse, era totalmente fiel a su deseo y disfrutaba de las conversaciones. Y, cuando salía el tema de los sinhadres, no solo recuperaba la seguridad sino que se notaba que le había afectado. Una muerte era una muerte, pero desconocer qué les había pasado... Su opinión no cambiaría. Pero sí que cambió sobre algunos que, también en privado, revelaron que no creían que estuvieran muertos y que, en definitiva, deberían seguir buscando. Mónica y Lorenzo. Eran tres. Con Lorenzo se bastaba para buscarles y sobrevivir por su cuenta, y con la humana crecían en número. No es que no contara con ella para defenderse llegado el caso, pero prefería que no tuviera que llegar a esa situación. <<Habrá que hablarlo con los demás>>
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
22/06/17, 02:58 pm
Lorenzo
Aquella fue una vez pra recordar. Pensaba el diestro, despues de tanto tiempo, como podrian narrar los hechos acontecidos en aquella ciudad perdida, aquella ciudad enrruinada. Si vivian para contarlo, claro estaba. Los monstrous, maldiciones y penurias acechaban en las sombras, buscando atentar contra las suyas vidas.
Y asi el diestro habia practicado y rezado. Portaba una espada de mano y media y rodela, usando las técnicas Carrancistas, habia logrado recuperar su propia tecnica, ya sanado, cual bestia saca ss garras y afila sus dientes. Confiado, algo más, pero no demasiado, salia a las aventuras. Sin duda, las charlas de magia le repulsaban. Non queria valerse del poder de Luciferator por sobrevivir, pues su alma valiale más que su vida, pero aun así, no trató de desistir a otros de practicarla. Desesperados, asustados como estaban, ¿quien podria decirle a aquellos nenos que no debian usar todas las herramientas a su disposición para perdurar?
Suspiraba mucho, sobretodo cuando se quedaba a solas con sus pensamientos pero más aun cando oyó de la nueva nena y su correspondencia inaudita. No solo les acechaban fuera, pero tambien dentro del torreon. No habia donde escapar de la mirada del mal, pensaba el español e intentó en su buena medida en no facer caso de tal letreo que traiase el inesperado y misterioso adulador, sin mucho exito, pues la lozana niña haciale oidos sordos en todo caso.
Vigilaba a Mónica, quien poco a poco pareciase estabilizar, pero no recuperarse del todo, como todos, pero que aquel dolor, aquella rabia quedasela ella para adentro, como los demás, era una buena señal. Asi podria hacer uso de ella, en vez de ser una marioneta bajo su control.
Tajos, contrapuntos y entradas, un baile que se repetia. Intercalación de medios y proporciones. Fuerzas contra flaquezas. Arquevoltos, pasos, puñaladas y picadas. Aquello era lo quel diestro sabia. Aquello era lo quel diestro mejor se le daba. No tanto esto por lo que pasaba.
Su baile sonaba en el patio, derrotando diferentes monstruosidades, valiendose de entremeces, golpes de rodela, penitencias y de otras ventajas.
Recordaba, con rabia, la impotencia sufrida ante las muertes, el dolor. Y no fue aquello sino en el día que los nenos volvieron a hacer oidos sordos ante él. Ya cansado, ya exhausto, deseoles lo mejor, implorolé a la virgen por su seguridad, pues Dios sabia ya que les habia intentado entrenar hasta lo mejor de sus capacidades.
Habiase enterado, algo más tarde, de como Mónica tenia el presentimiento que los sinhadres aun vivian. La amargura hizo de Lorenzo que se callase. Mantuvo silencio largo rato antes de informarla que, él tambien, pensaba igual.
La plumífera Sinceridad habia estado parlando con Mónica tambien. Si o bien por su descontento conjunto, o porque una convenció a la otra, habian formado un acuerdo en salir a buscar a los sinhadres.
Lorenzo dudaba. Aquello llevariales tiempo, llevariales esfuerzo y llevariales peligros. Sin contar, dejaban a los demás atrás. Les dejaban igual que ellos habian abandonado a los dos nenos. Ira. Ira e impotencia. Lorenzo aceptó.
Saldria con ellos. Saldria a buscarlos nenos. Habria que protegerlas las dos. Sinceridad aun podia valerse, Mónica... Non, non queria ni pensarlo.
Tras aceptar, petrechose a fondo y animó a los demás a hacer lo mismo. Cuando hizo esto, logró entreveer a la refinada mujer lavanda, Farán Chaoniquecuentos, que dabale la ojeriza escéptica, cual gitana echandole mal de ojo. Non habia paciencia pa los sus juegos de mente y altiva personalidad.
Lorenzo enfretose a la joven. Su voz, livida, dejaba entreveer en cuanta impotencia se hallaba, pero informole a la lavanda andante de los sus planes de irse a buscar a los dos nenos perdidos. Notola aprensiva unos instantes. Asustada y casi en pánico unos momentos, pero se recuperó con impretérito espíritu. Normalmente el diestro soprendiriase si no fuera por el hecho que acostumbrado estaba ya a que aquella nena timbrase de su propia campanilla más que otra cosa.
Y, tras esto, unioseles el cuarto jugador. Otrá más a la que proteger, pensaba. Y en su caso, ni una clase de destreza habia atendido. Sin embargo, habia algo optimista en el diestro mientras salia del torreón con las otras tres.
Aquella fue una vez pra recordar. Pensaba el diestro, despues de tanto tiempo, como podrian narrar los hechos acontecidos en aquella ciudad perdida, aquella ciudad enrruinada. Si vivian para contarlo, claro estaba. Los monstrous, maldiciones y penurias acechaban en las sombras, buscando atentar contra las suyas vidas.
Y asi el diestro habia practicado y rezado. Portaba una espada de mano y media y rodela, usando las técnicas Carrancistas, habia logrado recuperar su propia tecnica, ya sanado, cual bestia saca ss garras y afila sus dientes. Confiado, algo más, pero no demasiado, salia a las aventuras. Sin duda, las charlas de magia le repulsaban. Non queria valerse del poder de Luciferator por sobrevivir, pues su alma valiale más que su vida, pero aun así, no trató de desistir a otros de practicarla. Desesperados, asustados como estaban, ¿quien podria decirle a aquellos nenos que no debian usar todas las herramientas a su disposición para perdurar?
Suspiraba mucho, sobretodo cuando se quedaba a solas con sus pensamientos pero más aun cando oyó de la nueva nena y su correspondencia inaudita. No solo les acechaban fuera, pero tambien dentro del torreon. No habia donde escapar de la mirada del mal, pensaba el español e intentó en su buena medida en no facer caso de tal letreo que traiase el inesperado y misterioso adulador, sin mucho exito, pues la lozana niña haciale oidos sordos en todo caso.
Vigilaba a Mónica, quien poco a poco pareciase estabilizar, pero no recuperarse del todo, como todos, pero que aquel dolor, aquella rabia quedasela ella para adentro, como los demás, era una buena señal. Asi podria hacer uso de ella, en vez de ser una marioneta bajo su control.
Tajos, contrapuntos y entradas, un baile que se repetia. Intercalación de medios y proporciones. Fuerzas contra flaquezas. Arquevoltos, pasos, puñaladas y picadas. Aquello era lo quel diestro sabia. Aquello era lo quel diestro mejor se le daba. No tanto esto por lo que pasaba.
Su baile sonaba en el patio, derrotando diferentes monstruosidades, valiendose de entremeces, golpes de rodela, penitencias y de otras ventajas.
Recordaba, con rabia, la impotencia sufrida ante las muertes, el dolor. Y no fue aquello sino en el día que los nenos volvieron a hacer oidos sordos ante él. Ya cansado, ya exhausto, deseoles lo mejor, implorolé a la virgen por su seguridad, pues Dios sabia ya que les habia intentado entrenar hasta lo mejor de sus capacidades.
Habiase enterado, algo más tarde, de como Mónica tenia el presentimiento que los sinhadres aun vivian. La amargura hizo de Lorenzo que se callase. Mantuvo silencio largo rato antes de informarla que, él tambien, pensaba igual.
La plumífera Sinceridad habia estado parlando con Mónica tambien. Si o bien por su descontento conjunto, o porque una convenció a la otra, habian formado un acuerdo en salir a buscar a los sinhadres.
Lorenzo dudaba. Aquello llevariales tiempo, llevariales esfuerzo y llevariales peligros. Sin contar, dejaban a los demás atrás. Les dejaban igual que ellos habian abandonado a los dos nenos. Ira. Ira e impotencia. Lorenzo aceptó.
Saldria con ellos. Saldria a buscarlos nenos. Habria que protegerlas las dos. Sinceridad aun podia valerse, Mónica... Non, non queria ni pensarlo.
Tras aceptar, petrechose a fondo y animó a los demás a hacer lo mismo. Cuando hizo esto, logró entreveer a la refinada mujer lavanda, Farán Chaoniquecuentos, que dabale la ojeriza escéptica, cual gitana echandole mal de ojo. Non habia paciencia pa los sus juegos de mente y altiva personalidad.
Lorenzo enfretose a la joven. Su voz, livida, dejaba entreveer en cuanta impotencia se hallaba, pero informole a la lavanda andante de los sus planes de irse a buscar a los dos nenos perdidos. Notola aprensiva unos instantes. Asustada y casi en pánico unos momentos, pero se recuperó con impretérito espíritu. Normalmente el diestro soprendiriase si no fuera por el hecho que acostumbrado estaba ya a que aquella nena timbrase de su propia campanilla más que otra cosa.
Y, tras esto, unioseles el cuarto jugador. Otrá más a la que proteger, pensaba. Y en su caso, ni una clase de destreza habia atendido. Sin embargo, habia algo optimista en el diestro mientras salia del torreón con las otras tres.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
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戦 に い
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