Torreón Maciel (Archivo VIII)
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Rocavarancolia Rol
Lumichen
LEC
alpeca
Léthe0
Leonart
Bellota
Alicia
Dal
Neith2
Aes
Naeryan
Lops
Jack
20 participantes
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Torreón Maciel (Archivo VIII)
15/02/16, 09:43 pm
Recuerdo del primer mensaje :
-Cuando los encontremos sabremos cuales de las opciones son la verdad. -Dijo encogiéndose de hombros. La única parte que esperaba que fuese así era la de otro suministro de agua.
-Te seguimos hermanito.
Y con sonrisa a Eriel se puso en camino con el resto mientras se terminaba su desayuno cuando Dafne le pidió un favorcillo. -Ah, sin problema, le hice bastantes a Bri y no es algo complicado, aunque te tendrás que conformar con algo sin muchos adornos me temo. -Le sonrió. -Cuando vuelva haremos uno cada uno de madera, a no ser que encuentre hueso por el camino o alguna forma de malear metal mejor que acercar mis manos a la hoguera. Nos vemos a la vuelta. -Se despidió.
Siguieron a su hermano un cacho y como este dijo acabaron encontrando casas en algo de mejor estado aunque ahí en medio no parecían mucho más seguras que las mazmorras. Des pues de ir mirando y hablando sobre algunas de ellas como posibles acabaron divisando algo apartado de las casas que parecía un mini fuerte. Se acercaron por curiosidad con cautela para ver que se trataba de un torreón azulado con una muralla y en medio de un foso.
-¿Es eso un nido de seres voladores hecho encima de un esqueleto de animal enorme en lo alto de la torre o me ha sentado mal el desayuno? -Se calló un momento mientras observaba la situación, aquel lugar le parecía sacado de las historias rocavarancolesas, no había ninguna construcción así en su mundo pero era lo más seguro que habían encontrado con bastante diferencia. -El puente esta bajado y parece que se puede cruzar... Diría por esas cuerdas que hay un sistema de poleas para elevarlo e impedir así el paso, si es así y aún funciona dudo que encontremos algo más seguro que esto. -Miró hacia las estirges. -No parece que quieran hacernos algo, pero cuidado con los bichos voladores. -Se dió cuenta de que podía haber ofendido a Sinceridad así que giró su cabeza hacia ella. -Sin ánimo de ofender. -No era la mejor manera del mundo de arreglar eso, pero era mejor que nada. -En fin, vamos allá, con precaución por favor. -Agudizó los sentidos y agarró su cuchillo. Esperaba no tener otra sorpresa como la de hace unos días, pero no se fiaba de su suerte.
-Cuando los encontremos sabremos cuales de las opciones son la verdad. -Dijo encogiéndose de hombros. La única parte que esperaba que fuese así era la de otro suministro de agua.
-Te seguimos hermanito.
Y con sonrisa a Eriel se puso en camino con el resto mientras se terminaba su desayuno cuando Dafne le pidió un favorcillo. -Ah, sin problema, le hice bastantes a Bri y no es algo complicado, aunque te tendrás que conformar con algo sin muchos adornos me temo. -Le sonrió. -Cuando vuelva haremos uno cada uno de madera, a no ser que encuentre hueso por el camino o alguna forma de malear metal mejor que acercar mis manos a la hoguera. Nos vemos a la vuelta. -Se despidió.
Siguieron a su hermano un cacho y como este dijo acabaron encontrando casas en algo de mejor estado aunque ahí en medio no parecían mucho más seguras que las mazmorras. Des pues de ir mirando y hablando sobre algunas de ellas como posibles acabaron divisando algo apartado de las casas que parecía un mini fuerte. Se acercaron por curiosidad con cautela para ver que se trataba de un torreón azulado con una muralla y en medio de un foso.
-¿Es eso un nido de seres voladores hecho encima de un esqueleto de animal enorme en lo alto de la torre o me ha sentado mal el desayuno? -Se calló un momento mientras observaba la situación, aquel lugar le parecía sacado de las historias rocavarancolesas, no había ninguna construcción así en su mundo pero era lo más seguro que habían encontrado con bastante diferencia. -El puente esta bajado y parece que se puede cruzar... Diría por esas cuerdas que hay un sistema de poleas para elevarlo e impedir así el paso, si es así y aún funciona dudo que encontremos algo más seguro que esto. -Miró hacia las estirges. -No parece que quieran hacernos algo, pero cuidado con los bichos voladores. -Se dió cuenta de que podía haber ofendido a Sinceridad así que giró su cabeza hacia ella. -Sin ánimo de ofender. -No era la mejor manera del mundo de arreglar eso, pero era mejor que nada. -En fin, vamos allá, con precaución por favor. -Agudizó los sentidos y agarró su cuchillo. Esperaba no tener otra sorpresa como la de hace unos días, pero no se fiaba de su suerte.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
26/12/16, 10:55 pm
Cinco pares de miradas encontraron la suya donde Sox no había esperado ninguna, y se le notaba en la cara que no esperaba que le pillaran comprobando el estado de nadie. Cogido en falta ya no tenía mucho sentido emprender la retirada, y terminó de pasar al interior de la habitación a regañadientes.
—Llevo un rato aquí arriba, pero cuando me fui Rad tenía fuerzas para cotorrear así que debe tenerlas para curarse —respondió a Tay. Se cruzó de brazos algo incómodo, sin saber cómo formular el motivo de aquel desvío sin que le sonase o a dar rodeos o a exponer debilidad—. ¿Nadie muriéndose por aquí arriba tampoco, entonces? —Eriel y Mónica parecían despiertos, el uno más que la otra. De pena, pero conscientes.
—Llevo un rato aquí arriba, pero cuando me fui Rad tenía fuerzas para cotorrear así que debe tenerlas para curarse —respondió a Tay. Se cruzó de brazos algo incómodo, sin saber cómo formular el motivo de aquel desvío sin que le sonase o a dar rodeos o a exponer debilidad—. ¿Nadie muriéndose por aquí arriba tampoco, entonces? —Eriel y Mónica parecían despiertos, el uno más que la otra. De pena, pero conscientes.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
29/12/16, 01:08 pm
—Sí —suspiró Mónica, amodorrándose sobre la almohada tras haber acabado su sopa con verdadera ansia al final—. Más tarde, pelo. Más tarde.
A la chica se le comenzaban a cerrar los ojos, incluso si no quería dormir, y la cháchara de T-Fichas le llegaba como entre algodones. La llegada de Vampy retrasó un poquito más la hora de ver al monstruo Nad.
—Sanos como manzanas —sonrió irónicamente la chica tratando de no moverse demasiado—. ¿Qué tal estás tú? ¿Qué tal los…? —un bostezo enorme interrumpió sus palabras— perdón. ¿Qué tal los demás?
A la chica se le comenzaban a cerrar los ojos, incluso si no quería dormir, y la cháchara de T-Fichas le llegaba como entre algodones. La llegada de Vampy retrasó un poquito más la hora de ver al monstruo Nad.
—Sanos como manzanas —sonrió irónicamente la chica tratando de no moverse demasiado—. ¿Qué tal estás tú? ¿Qué tal los…? —un bostezo enorme interrumpió sus palabras— perdón. ¿Qué tal los demás?
- Los motes:
Por ahora aquí están los motes que Mónica ha ido poniendo a la gente, aún quedan algunos personajes por tener el suyo. (A ver si se le ocurren pronto, leches).
-Barael: Roño.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: ¿?
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: ¿Rapunzel?
-Tayron: T-fichas.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
29/12/16, 06:14 pm
La normalidad de Mónica al hablar le tranquilizó más de lo que debería, y ante la pregunta Sox frunció un poco el ceño, la incomodidad que había sentido antes agudizándose ahora. ¿Qué tenía aquella gente que estaba peor que él con preguntarle qué tal estaba llevando lo suyo? ¿Estaba trasluciendo debilidad sin darse cuenta? No le gustó el pensamiento.
—Bien —carraspeó. Creyendo haber aprendido la lección, no mencionó lo de la muñeca a propósito—. Barael estaba moviéndose por ahí así que debe de estar bien, y Rad está igual que vosotros —de puta lástima, pero vivo y capaz de hablar—. Sobre la magia...
Les hizo un resumen a quienes no habían estado abajo cuando hablaban del tema, y luego se retiró a seguir trabajando para que no diese la impresión de que se preocupaba de más. El resto del día en el torreón transcurrió en una vigilancia átona, y el estado de los heridos tampoco varió a lo largo del siguiente. A Sox le ponía nervioso lo despacio que avanzaba aquella curación a palo seco, sin magia de por medio. El único avance que era capaz de observar era que las heridas habían dejado de sangrar y que los afectados ya no corrían riesgo de desmayarse en cualquier momento, pero vistas las cosas le parecía muy poco. La impaciencia le empujó a despachar rápido lo imprescindible de aquellos apuntes de magia.
Al segundo día después de aquella salida desastrosa un grupo reducido volvía a discutir los efectos del anillo, esta vez en el dormitorio de arriba. Para Sox era dicho objeto el que gozaba de la prioridad: ninguno de los tres hechizos podía curar huesos rotos. Los había descifrado lo justo para confirmar que la magia de aquel lugar también funcionaba con un estímulo detonador y otro de recarga, y luego los había apartado a un lado mientras todavía no resolvieran lo que primaba realmente en ese momento.
Ya había probado a ponérselo, pensando que ése podía ser el estímulo de recarga, y dolía a rabiar. Una vez pasada la alarma inicial y confirmado que la descarga no iba a matarle Sox había aguantado diez minutos con él puesto a modo de prueba, y había terminado por dejarlo a un lado en cuanto se dio cuenta de que apenas podía leer en aquel estado, muchísimo menos descifrar nada. Se lo había dado a probar a más gente* a lo largo del día anterior, pero en todos surtía idéntico efecto.
—Estoy convencido de que el dolor es un mecanismo de seguridad —les contaba Sox en ese momento, mientras el anillo circulaba de mano en mano—, pero no he encontrado manera de desactivarlo.
Y eso era un problema, porque existía la espantosa posibilidad de que no pudieran recargarlo si no eran los propietarios de la joya. Poco amigo de azucarar las cosas, Sox ya había mencionado esa opción a los presentes.
[*Quien quiera que su pj haya pasado un ratico sufriendo que lo ponga en su post felizmente, y si nadie quiere podemos dar por hecho que las cobayas han sido pj inactivos]
—Bien —carraspeó. Creyendo haber aprendido la lección, no mencionó lo de la muñeca a propósito—. Barael estaba moviéndose por ahí así que debe de estar bien, y Rad está igual que vosotros —de puta lástima, pero vivo y capaz de hablar—. Sobre la magia...
Les hizo un resumen a quienes no habían estado abajo cuando hablaban del tema, y luego se retiró a seguir trabajando para que no diese la impresión de que se preocupaba de más. El resto del día en el torreón transcurrió en una vigilancia átona, y el estado de los heridos tampoco varió a lo largo del siguiente. A Sox le ponía nervioso lo despacio que avanzaba aquella curación a palo seco, sin magia de por medio. El único avance que era capaz de observar era que las heridas habían dejado de sangrar y que los afectados ya no corrían riesgo de desmayarse en cualquier momento, pero vistas las cosas le parecía muy poco. La impaciencia le empujó a despachar rápido lo imprescindible de aquellos apuntes de magia.
Al segundo día después de aquella salida desastrosa un grupo reducido volvía a discutir los efectos del anillo, esta vez en el dormitorio de arriba. Para Sox era dicho objeto el que gozaba de la prioridad: ninguno de los tres hechizos podía curar huesos rotos. Los había descifrado lo justo para confirmar que la magia de aquel lugar también funcionaba con un estímulo detonador y otro de recarga, y luego los había apartado a un lado mientras todavía no resolvieran lo que primaba realmente en ese momento.
Ya había probado a ponérselo, pensando que ése podía ser el estímulo de recarga, y dolía a rabiar. Una vez pasada la alarma inicial y confirmado que la descarga no iba a matarle Sox había aguantado diez minutos con él puesto a modo de prueba, y había terminado por dejarlo a un lado en cuanto se dio cuenta de que apenas podía leer en aquel estado, muchísimo menos descifrar nada. Se lo había dado a probar a más gente* a lo largo del día anterior, pero en todos surtía idéntico efecto.
—Estoy convencido de que el dolor es un mecanismo de seguridad —les contaba Sox en ese momento, mientras el anillo circulaba de mano en mano—, pero no he encontrado manera de desactivarlo.
Y eso era un problema, porque existía la espantosa posibilidad de que no pudieran recargarlo si no eran los propietarios de la joya. Poco amigo de azucarar las cosas, Sox ya había mencionado esa opción a los presentes.
[*Quien quiera que su pj haya pasado un ratico sufriendo que lo ponga en su post felizmente, y si nadie quiere podemos dar por hecho que las cobayas han sido pj inactivos]
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
02/01/17, 09:04 pm
Mónica había acabado cayendo en las garras de Nad tras la diatriba de Vampy acerca de la magia. Cómo no, había despertado asustada y sobresaltada, pero sintiéndose incapaz de escaparse a la cocina a atiborrarse de comida y a ver pasar las horas como había hecho anteriormente por culpa de sus heridas, las que sólo le dejaban un rango de movilidad un tanto limitado. La chica lloriqueó, pero no tardó en volverse a dormir. Y en volver a ser torturada por la no tan pequeña belga de su sueño.
Cuando llegó el día siguiente Mon estaba incluso más ojerosa y cansada que el día anterior. Y al día siguiente todavía más, lo que junto con la imposibilidad de moverse normalmente sin dolor y lo muchísimo que le crispaba tener que estar tumbada sin poderse ir a pasar horas muertas a la bañera (¡como si estuviera inválida!) y darse un maravilloso baño con muchas, muchas burbujas hacía que el humor de la madrileña fuera similar al de una colmena de abejas furiosa. Prácticamente se podían escuchar los zumbidos salir de su cabeza, pero la chica no abrió la boca en ningún momento (entre otras cosas, porque la herida del labio dolía a rabiar).
Mientras el anillo iba rodando de mano en mano y mientras Vampy les explicaba lo que creía Mónica sólo podía dar vueltas a lo mucho que le gustaría estar curada de una maldita vez. Casi comenzaba a coger tirria a los que estaban sanos. “Mírales, felices cual perdices, sanos, hermosos y enteros. Y yo aquí agujereada como un puto queso y probablemente apestando como uno” divagaba, escuchando de fondo las voces de los demás. “Y como la Rapunzel que trató de quitarme mi jabón se esté aprovechando de mi ausencia para hacerse con el resto de mis suministros va a amanecer calva”.
Cuando el anillo llegó a sus manos le dio vueltas, acercándoselo a los ojos para examinarlo, frunciendo el ceño y apretando la boca. Luego, sin poder evitarlo, se lo puso… y de inmediato comenzó el dolor.
—¡Joder! —Mon trató de quitárselo rápidamente enganchándoselo por unos agónicos instantes al nudillo, instantes en los que sólo pudo pensar que algo muy malo había tenido que hacer en el pasado para que últimamente le estuviera cayendo encima tanta mierda sin pedirlo. Cuando por fin logró arrancárselo del dedo a punto estuvo de tirarlo contra la pared, pero contuvo el impulso a tiempo—. Los rocavarancoleses tienen un sentido de la moda un tanto extraño… anillos que duelen, el último grito.
Cuando llegó el día siguiente Mon estaba incluso más ojerosa y cansada que el día anterior. Y al día siguiente todavía más, lo que junto con la imposibilidad de moverse normalmente sin dolor y lo muchísimo que le crispaba tener que estar tumbada sin poderse ir a pasar horas muertas a la bañera (¡como si estuviera inválida!) y darse un maravilloso baño con muchas, muchas burbujas hacía que el humor de la madrileña fuera similar al de una colmena de abejas furiosa. Prácticamente se podían escuchar los zumbidos salir de su cabeza, pero la chica no abrió la boca en ningún momento (entre otras cosas, porque la herida del labio dolía a rabiar).
Mientras el anillo iba rodando de mano en mano y mientras Vampy les explicaba lo que creía Mónica sólo podía dar vueltas a lo mucho que le gustaría estar curada de una maldita vez. Casi comenzaba a coger tirria a los que estaban sanos. “Mírales, felices cual perdices, sanos, hermosos y enteros. Y yo aquí agujereada como un puto queso y probablemente apestando como uno” divagaba, escuchando de fondo las voces de los demás. “Y como la Rapunzel que trató de quitarme mi jabón se esté aprovechando de mi ausencia para hacerse con el resto de mis suministros va a amanecer calva”.
Cuando el anillo llegó a sus manos le dio vueltas, acercándoselo a los ojos para examinarlo, frunciendo el ceño y apretando la boca. Luego, sin poder evitarlo, se lo puso… y de inmediato comenzó el dolor.
—¡Joder! —Mon trató de quitárselo rápidamente enganchándoselo por unos agónicos instantes al nudillo, instantes en los que sólo pudo pensar que algo muy malo había tenido que hacer en el pasado para que últimamente le estuviera cayendo encima tanta mierda sin pedirlo. Cuando por fin logró arrancárselo del dedo a punto estuvo de tirarlo contra la pared, pero contuvo el impulso a tiempo—. Los rocavarancoleses tienen un sentido de la moda un tanto extraño… anillos que duelen, el último grito.
- Los motes:
Por ahora aquí están los motes que Mónica ha ido poniendo a la gente, aún quedan algunos personajes por tener el suyo. (A ver si se le ocurren pronto, leches).
-Barael: Roño.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: ¿?
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: ¿Rapunzel?
-Tayron: T-fichas.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
03/01/17, 02:16 pm
El belga asintió con la respuesta del carabés antes de atender a la explicación sobre la magia. Respecto a lo primero aquello eran buenas noticias. Sabía que era pronto pero ya tenía ganas de volver a la normalidad y que sus compañeros se recuperaran del todo, o a su normalidad que ahora implicaba sobrevivir en un lugar tan hostil. En realidad no solo hostil, si buscaba palabras para definir la ciudad podía usar fácilmente fría, no hacía falta ser muy avispado para ver que Rocavarancolia se caracterizaba por su indiferencia hacia los cosechados, lo notó de la peor manera con el tipo que mató a Nad y ahora con esa cosa que salió volando. ¿Por qué molestarse en traerlos a ese lugar si algunos de sus habitantes parecían decantarse a matarlos directamente?. Y era más, le describieron como especial, pero nadie llegó a recibirle cuando llegó. Sospechoso, o realmente les importaban una mierda, ante toda esa confusión sacaba en claro que se sentía usado, y no le gustaba nada sentirse usado.
El resto del día fue más de lo mismo, idas y venidas entre los heridos, se decía que intentaba distraerlos, pero en el fondo sabía que solo pretendía distraerse a él. Dafne no se despegó en ningún momento aunque a penas intercambiaron tres conversaciones de palabras vacías, agradecía su apoyo, y ella lo sabía, pero tampoco sabía que hacer con respecto a ellos, su relación había llegado a un punto de reflexión para él. Tenía que decidirse de una vez, parecía que ese día estaría lleno de cambios, para Tayron el cambio nunca tenía que ser malo necesariamente pero implicaba determinación, y aunque nunca le había faltado de eso echaba en falta su concentración para sacar una idea en claro de sus sentimientos. Todo era tan complicado, nunca le gustaba pensar demasiado pero era hora de hacerlo.
En aquellos dos días se movía como una sombra entre sus compañeros, echar una mano aquí y otra allí, subir un cubo de agua allá, escuchar las conversaciones más vitales para el grupo, y lo peor, poner tierra de por medio entre él y Dafne, que ya habría notado su actitud reflexiva, probablemente la noruega lo atribuiría a lo sucedido en los últimos días pero si era lo suficiente intuitiva (algo que Tayron daba por hecho) se daría cuenta de que los silencios incómodos del belga en su presencia conllevaban secretos y sentimientos a flor de piel. Tayron sufría cuando esos ojos verdes le miraban y parecían traspasarle el pecho en ocasiones, intentando descifrar lo que el chico sentía o dejaba de sentir, lo cierto es que si la noruega no lo conseguía era porque él no quería saberlo, aunque en su interior fuera bastante obvio.
Se despertó con el cabello de ella en la boca y se incorporó con lentitud, impresionado por no resentirse de ninguna herida en aquel momento, el anillo hacía milagros. La observó mientras dormía varios minutos y se sintió algo estúpido, como si estuviera haciendo algo malo y no le perteneciera a él mirarla de aquel modo.
-Diablos- A ver, ¿Tan difícil era? ¿Sentía algo?, claro que sí, gustar le gustaba, entonces lo que pasaba es que le daba miedo, no decírselo, pero sí aquella sensación, anclarse a alguien de aquella manera... no podía ser bueno. Podía parecer indiferente a las personas que le atraían únicamente de manera sexual, pero con Dafne era distinto, esa angustia en el pecho era propia de él cuando sentía algo por alguien, debajo de su fachada de chico duro y de lengua suelta se encontraba el Tayron incómodo con el amor, esa era la respuesta a todos aquellos días.
Se levantó con la garganta seca pero antes de ir a por agua se reunió con el pequeño grupo que rodeaba al anillo. Observó las pruebas que algunos intentaron y escuchó el último planteamiento de Sox acerca del modo de recarga del objeto mágico.
-Eso sería una putada, y de las grandes- y quedó en silencio antes de seguir hablando- veréis hay algo que me ronda en la cabeza y no sé si ha salido el tema ¿Qué vamos a hacer con esa tipa?, es decir, me parece raro que nadie haya comentado que estamos amenazados de muerte.- poca cosa podrían hacer pero tampoco quería quedarse de brazos cruzados.
El resto del día fue más de lo mismo, idas y venidas entre los heridos, se decía que intentaba distraerlos, pero en el fondo sabía que solo pretendía distraerse a él. Dafne no se despegó en ningún momento aunque a penas intercambiaron tres conversaciones de palabras vacías, agradecía su apoyo, y ella lo sabía, pero tampoco sabía que hacer con respecto a ellos, su relación había llegado a un punto de reflexión para él. Tenía que decidirse de una vez, parecía que ese día estaría lleno de cambios, para Tayron el cambio nunca tenía que ser malo necesariamente pero implicaba determinación, y aunque nunca le había faltado de eso echaba en falta su concentración para sacar una idea en claro de sus sentimientos. Todo era tan complicado, nunca le gustaba pensar demasiado pero era hora de hacerlo.
En aquellos dos días se movía como una sombra entre sus compañeros, echar una mano aquí y otra allí, subir un cubo de agua allá, escuchar las conversaciones más vitales para el grupo, y lo peor, poner tierra de por medio entre él y Dafne, que ya habría notado su actitud reflexiva, probablemente la noruega lo atribuiría a lo sucedido en los últimos días pero si era lo suficiente intuitiva (algo que Tayron daba por hecho) se daría cuenta de que los silencios incómodos del belga en su presencia conllevaban secretos y sentimientos a flor de piel. Tayron sufría cuando esos ojos verdes le miraban y parecían traspasarle el pecho en ocasiones, intentando descifrar lo que el chico sentía o dejaba de sentir, lo cierto es que si la noruega no lo conseguía era porque él no quería saberlo, aunque en su interior fuera bastante obvio.
Se despertó con el cabello de ella en la boca y se incorporó con lentitud, impresionado por no resentirse de ninguna herida en aquel momento, el anillo hacía milagros. La observó mientras dormía varios minutos y se sintió algo estúpido, como si estuviera haciendo algo malo y no le perteneciera a él mirarla de aquel modo.
-Diablos- A ver, ¿Tan difícil era? ¿Sentía algo?, claro que sí, gustar le gustaba, entonces lo que pasaba es que le daba miedo, no decírselo, pero sí aquella sensación, anclarse a alguien de aquella manera... no podía ser bueno. Podía parecer indiferente a las personas que le atraían únicamente de manera sexual, pero con Dafne era distinto, esa angustia en el pecho era propia de él cuando sentía algo por alguien, debajo de su fachada de chico duro y de lengua suelta se encontraba el Tayron incómodo con el amor, esa era la respuesta a todos aquellos días.
Se levantó con la garganta seca pero antes de ir a por agua se reunió con el pequeño grupo que rodeaba al anillo. Observó las pruebas que algunos intentaron y escuchó el último planteamiento de Sox acerca del modo de recarga del objeto mágico.
-Eso sería una putada, y de las grandes- y quedó en silencio antes de seguir hablando- veréis hay algo que me ronda en la cabeza y no sé si ha salido el tema ¿Qué vamos a hacer con esa tipa?, es decir, me parece raro que nadie haya comentado que estamos amenazados de muerte.- poca cosa podrían hacer pero tampoco quería quedarse de brazos cruzados.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
03/01/17, 10:38 pm
Sox no detuvo a Mónica cuando advirtió que pensaba probar el anillo, pero se tensó en el sitio. No lo habían probado todavía con ninguno de los heridos; seguían estando débiles. Pero tenía que hacerse tarde o temprano, así que no dijo nada.
—Sería lamentable —coincidió con la madrileña, una vez quedó claro que el dolor no le había sentado peor a ella—. No, en serio, esto solo puede ser una descarga antirrobo. Una opción podría ser romper el anillo y dejar solo el engarce, pero corremos el riesgo de cargarnos el circuito entero —no lo estaría discutiendo tan abiertamente con gente que no conocía la magia de no ser porque estaba atascado. Tamborileaba sobre el colchón con los dedos, impaciente—. Lo que más me joroba en realidad es no saber si al menos lo estamos recargando o no. Debería tener un piloto que se encendiera, o cualquier otra señal. Es mal diseño.
Tayron les distrajo un momento de la encrucijada. Sox soltó una risa sin diversión detrás. Él al menos sabía por qué no lo había sacado a colación: porque quería echarlo a patadas de su mente lo antes posible. Aún le costaba conciliar el sueño, con las imágenes de hacía dos días reclamando su atención y su mente chillándole mil formas en que podía haber actuado más pronto o más deprisa. Quería procesarlo rápido y pasar a lo siguiente enseguida, y procurar olvidar que aquel mal resultado no significaba una mancha en su expediente, sino una situación en la que bien podrían haber muerto.
—Nada. ¿Qué podemos hacer? —no se engañaba. Habían perseguido la magia y la habían encontrado, pero ahora le parecía risible en términos de defenderse, ahora que el carabés entendía mejor qué clase de ataques podían verse obligados a repeler—. Dijo que nos veríamos las caras después de la Luna. Me preocupa más pensar en cómo evitar a las potenciales decenas de personas que también pueden amenazarnos de muerte. Odio decirlo, pero procurar que ni siquiera nos vean a estas alturas suena como la mejor opción.
—Sería lamentable —coincidió con la madrileña, una vez quedó claro que el dolor no le había sentado peor a ella—. No, en serio, esto solo puede ser una descarga antirrobo. Una opción podría ser romper el anillo y dejar solo el engarce, pero corremos el riesgo de cargarnos el circuito entero —no lo estaría discutiendo tan abiertamente con gente que no conocía la magia de no ser porque estaba atascado. Tamborileaba sobre el colchón con los dedos, impaciente—. Lo que más me joroba en realidad es no saber si al menos lo estamos recargando o no. Debería tener un piloto que se encendiera, o cualquier otra señal. Es mal diseño.
Tayron les distrajo un momento de la encrucijada. Sox soltó una risa sin diversión detrás. Él al menos sabía por qué no lo había sacado a colación: porque quería echarlo a patadas de su mente lo antes posible. Aún le costaba conciliar el sueño, con las imágenes de hacía dos días reclamando su atención y su mente chillándole mil formas en que podía haber actuado más pronto o más deprisa. Quería procesarlo rápido y pasar a lo siguiente enseguida, y procurar olvidar que aquel mal resultado no significaba una mancha en su expediente, sino una situación en la que bien podrían haber muerto.
—Nada. ¿Qué podemos hacer? —no se engañaba. Habían perseguido la magia y la habían encontrado, pero ahora le parecía risible en términos de defenderse, ahora que el carabés entendía mejor qué clase de ataques podían verse obligados a repeler—. Dijo que nos veríamos las caras después de la Luna. Me preocupa más pensar en cómo evitar a las potenciales decenas de personas que también pueden amenazarnos de muerte. Odio decirlo, pero procurar que ni siquiera nos vean a estas alturas suena como la mejor opción.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
05/01/17, 07:40 pm
—A lo mejor es… como esos anillos que dan calambre que venden en mi ciudad en las tiendas de broma, y en realidad no hace más que eso tras haber curado a los demás... —Mónica comentó esto con voz muy seria—. O a lo mejor nos está sorbiendo el alma a cada uno que se lo está poniendo —sin embargo con la última frase no pudo evitar que se le escapara una entonación que daba por hecho que estaba de broma.
Miró un tanto divertida a Vampy al ver su patente frustración y su comentario acerca del diseño del anillo. —Ya, no es que nos lo estén dejando muy fácil en este lugar, ¿no? —Mon sonrió mientras se incorporaba un poco—. Pero claro, mira dónde estamos: hay torres hechas de carne, jardines de estatuas, bichos extraños… ese anillo pega perfectamente con este sitio.
En ese momento T-Fichas habló de una tipa que les había amenazado con matarles y la madrileña quedó confusa durante unos segundos ante el brusco cambio de tema. “¿Qué dice éste? ¿No estamos hablando de anillos?”. Después cayó del guindo. Claro, la que les había amenazado mientras se estaban muriendo bajo los escombros. La chica se estremeció mientras recordaba el episodio, palideciendo un poco, y apretó los labios.
—No es que Rocavarancolia en sí esté haciendo por mantenernos vivos... —musitó agarrándose inconscientemente la muñeca rota.
Miró un tanto divertida a Vampy al ver su patente frustración y su comentario acerca del diseño del anillo. —Ya, no es que nos lo estén dejando muy fácil en este lugar, ¿no? —Mon sonrió mientras se incorporaba un poco—. Pero claro, mira dónde estamos: hay torres hechas de carne, jardines de estatuas, bichos extraños… ese anillo pega perfectamente con este sitio.
En ese momento T-Fichas habló de una tipa que les había amenazado con matarles y la madrileña quedó confusa durante unos segundos ante el brusco cambio de tema. “¿Qué dice éste? ¿No estamos hablando de anillos?”. Después cayó del guindo. Claro, la que les había amenazado mientras se estaban muriendo bajo los escombros. La chica se estremeció mientras recordaba el episodio, palideciendo un poco, y apretó los labios.
—No es que Rocavarancolia en sí esté haciendo por mantenernos vivos... —musitó agarrándose inconscientemente la muñeca rota.
- Los motes:
Por ahora aquí están los motes que Mónica ha ido poniendo a la gente, aún quedan algunos personajes por tener el suyo. (A ver si se le ocurren pronto, leches).
-Barael: Roño.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: ¿?
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: ¿Rapunzel?
-Tayron: T-fichas.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
08/01/17, 01:28 pm
Siete pasó dos días preparando comida y arreglando camas, acolchando cojines, alimentando a los heridos. Era un trajín de actividad constante, para no pensar en nada que no fuera concreto e inmediato. A juego con el ritmo de su cabeza había un eco de pasos por el torreón de tanto en tanto.
La fatiga seguía presente. Dormía mal, hecho un nudo en la cama con sabanas. En los sueños el dolor no era real, pero el terror estaba intacto. Luego pasaba horas embotado en el que el tiempo se mezclaba en un unico burruño sin significado, a pesar de las conversaciones y las tareas.
El segundo día desde que llegaron con las camillas, Siete despertó oliendo a pis y sudado. Pasó la mañana lavando en la bañera las sabanas, y poniendo a secar el colchón en el patio. No hizo comentarios al respecto. Lo interrumpió un grito de dolor. Siete se agachó en la habitación, con el corazón papitando como si quisiera salirsele por la boca. Empezó a gatear para salir del baño y bajó las escaleras yendo todo lo rapido que le permitían unas piernas que no respondían bien. Solo cuando el ruido paró, se dio cuenta de que había huido. Se apoyó contra la pared del final de las escaleras, y se dejó resbalar al suelo, con ganas de vomitar. Se había cubierto media cara con las manos y apartaba de forma intencionada la mirada de los que hubieran podido presenciar aquello.
Se incorporó cuando escuchó a gente bajar, mirando en sus caras con ansiedad. Monica estaba curada. Respiró audiblemente. Quería preguntar, un poco estúpidamente, si estaba bien. Tenía la preocupación escrita en la frente, en cualquier caso.
La fatiga seguía presente. Dormía mal, hecho un nudo en la cama con sabanas. En los sueños el dolor no era real, pero el terror estaba intacto. Luego pasaba horas embotado en el que el tiempo se mezclaba en un unico burruño sin significado, a pesar de las conversaciones y las tareas.
El segundo día desde que llegaron con las camillas, Siete despertó oliendo a pis y sudado. Pasó la mañana lavando en la bañera las sabanas, y poniendo a secar el colchón en el patio. No hizo comentarios al respecto. Lo interrumpió un grito de dolor. Siete se agachó en la habitación, con el corazón papitando como si quisiera salirsele por la boca. Empezó a gatear para salir del baño y bajó las escaleras yendo todo lo rapido que le permitían unas piernas que no respondían bien. Solo cuando el ruido paró, se dio cuenta de que había huido. Se apoyó contra la pared del final de las escaleras, y se dejó resbalar al suelo, con ganas de vomitar. Se había cubierto media cara con las manos y apartaba de forma intencionada la mirada de los que hubieran podido presenciar aquello.
Se incorporó cuando escuchó a gente bajar, mirando en sus caras con ansiedad. Monica estaba curada. Respiró audiblemente. Quería preguntar, un poco estúpidamente, si estaba bien. Tenía la preocupación escrita en la frente, en cualquier caso.
-
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
09/01/17, 02:21 am
Miró con reproche a Mónica, suavizándolo cuando cayó en que era una broma.
—De este sitio me lo creo —bufó cuando la madrileña empezó a hacer las cuentas. Era cierto. Dichas en recopilación, y eso que su compañera se había saltado algunas, las locuras que habían encontrado resultaban el doble de indignantes—. Tú lo has dicho.
Su mirada siguió el gesto de la humana. De forma abstraída Sox hizo un giro discreto con su propia muñeca, como comprobando que seguía ahí: algo dolorida pero todavía entera. No había pasado un día desde entonces en el que no agradeciese al menos una vez no haber terminado incapacitado, o lisiado como Barael. Le sonaba que Rad era deportista, y por mucho que sonase a contradicción ahora que estaba hecho un destrozo, el E había esquivado una bala. Perder un miembro habría arruinado su carrera antes siquiera de empezarla.
¿Tenían acaso una carrera a la que volver? Sox quería creer que con la Luna Roja llegaría si no una explicación (había perdido la fe en que ésta llegara) sí una solución o un camino claro que seguir. Mientras tanto reprimía a la fuerza cualquier tren de pensamiento inane que le llevase a echar de menos Carabás.
Daer recondujo la conversación proponiendo que lo intentaran de nuevo en ese momento. Si lo habían estado llevando puesto a ratitos, ¿igual lo poco que hubiese recargado servía para algo?
El carabés se encogió de hombros, sin mucho entusiasmo.
—Ahora mismo por probar no perdemos nada —repuso. Con el permiso de Mónica, aplicó la piedra a la palma de la mano intacta de la madrileña.
El grito le hizo retirar el contacto, sobresaltado. Se le tensó todo el cuerpo, el estómago revuelto de repente, hasta que su cerebro procesó que no había más amenaza que la de la magia funcionando. En un lapso de medio segundo muy desagradable, el recuerdo del subsuelo había hecho presa en él.
Los presentes habían atado cabos enseguida, pero Sox no creía que ninguno de ellos se hubiera relajado un ápice desde que Mónica había empezado a gritar. El proceso de curación parecía el triple de largo ahora que no había nadie amenazando la vida de ninguno de los demás: no tenían otra cosa que hacer más que presenciarlo. Ofrecer asidero al que agarrarse, si acaso. A Sox ciertamente no se le ocurría nada más.
Alguien, presa de los nervios, dijo que iba a avisar abajo. El carabés sería consciente de haber dicho algo que sonaba a afirmación o a reconocimiento, pero no de qué exactamente. Se quedó allí, esperando.
Terminó, en algún momento. El carabés dejó pasar unos segundos de prudencia, luchando contra la irracional sensación de que iba a empezar a dolerle de nuevo, sin aviso.
—¿Estás bien entonces? ¿Puedes levantarte? —debía de haber funcionado, si la semejanza con los gritos de entonces indicaba algo.
—De este sitio me lo creo —bufó cuando la madrileña empezó a hacer las cuentas. Era cierto. Dichas en recopilación, y eso que su compañera se había saltado algunas, las locuras que habían encontrado resultaban el doble de indignantes—. Tú lo has dicho.
Su mirada siguió el gesto de la humana. De forma abstraída Sox hizo un giro discreto con su propia muñeca, como comprobando que seguía ahí: algo dolorida pero todavía entera. No había pasado un día desde entonces en el que no agradeciese al menos una vez no haber terminado incapacitado, o lisiado como Barael. Le sonaba que Rad era deportista, y por mucho que sonase a contradicción ahora que estaba hecho un destrozo, el E había esquivado una bala. Perder un miembro habría arruinado su carrera antes siquiera de empezarla.
¿Tenían acaso una carrera a la que volver? Sox quería creer que con la Luna Roja llegaría si no una explicación (había perdido la fe en que ésta llegara) sí una solución o un camino claro que seguir. Mientras tanto reprimía a la fuerza cualquier tren de pensamiento inane que le llevase a echar de menos Carabás.
Daer recondujo la conversación proponiendo que lo intentaran de nuevo en ese momento. Si lo habían estado llevando puesto a ratitos, ¿igual lo poco que hubiese recargado servía para algo?
El carabés se encogió de hombros, sin mucho entusiasmo.
—Ahora mismo por probar no perdemos nada —repuso. Con el permiso de Mónica, aplicó la piedra a la palma de la mano intacta de la madrileña.
El grito le hizo retirar el contacto, sobresaltado. Se le tensó todo el cuerpo, el estómago revuelto de repente, hasta que su cerebro procesó que no había más amenaza que la de la magia funcionando. En un lapso de medio segundo muy desagradable, el recuerdo del subsuelo había hecho presa en él.
Los presentes habían atado cabos enseguida, pero Sox no creía que ninguno de ellos se hubiera relajado un ápice desde que Mónica había empezado a gritar. El proceso de curación parecía el triple de largo ahora que no había nadie amenazando la vida de ninguno de los demás: no tenían otra cosa que hacer más que presenciarlo. Ofrecer asidero al que agarrarse, si acaso. A Sox ciertamente no se le ocurría nada más.
Alguien, presa de los nervios, dijo que iba a avisar abajo. El carabés sería consciente de haber dicho algo que sonaba a afirmación o a reconocimiento, pero no de qué exactamente. Se quedó allí, esperando.
Terminó, en algún momento. El carabés dejó pasar unos segundos de prudencia, luchando contra la irracional sensación de que iba a empezar a dolerle de nuevo, sin aviso.
—¿Estás bien entonces? ¿Puedes levantarte? —debía de haber funcionado, si la semejanza con los gritos de entonces indicaba algo.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
09/01/17, 01:18 pm
Mónica permaneció callada mientras sus compañeros seguían hablando, observando a los demás y preguntándose si no echarían tanto como ella sus casas, sus familias. Si se habrían acostumbrado ya a que la nostalgia estuviera constantemente allí al igual que el miedo. La voz de Gominola la sacó de su abstracción y cuando Vampy le preguntó si podían probar otra vez la chica se encogió de hombros.
—¿Por qué no? —repuso con una sonrisa mientras le ofrecía la palma de la mano—. No creo que vaya a pasar nada más que el que me de otro calambre…
Sin embargo, pasó. En cuanto la piedra rozó su piel Mónica notó un dolor insoportable, mucho más intenso que el calambrazo que le había dado antes el anillo, mucho más fuerte que el dolor que la recorría cuando se encontraba debajo de los escombros de esa casa horrible, sangrante y rota. Un grito se escapó de los labios de la madrileña en forma de maldición, un grito agudo, lleno de miedo y de sufrimiento, un grito que olvidó las palabras para crecer en intensidad. Se retorció sobre la cama, las lágrimas resbalando por su cara, el sudor humedeciendo su pelo.
“Ya está” pensó angustiosamente mientras se aferraba ciegamente al brazo de alguien, clavando los dedos como si en ello se le fuese la vida. “Aquí se acaba”.
Mon no supo cuánto duró la tortura ni cuánto tiempo estuvo gritando, pero lo que sí notó fue la repentina falta de dolor. La chica quedó inmóvil sobre la colcha, agotada física y mentalmente, tratando de recobrar el aliento, con miedo de que el simple acto de moverse fuera a volver a activar el dolor del maldito anillo: un pitido agudo le taladraba los oídos, por lo que apenas escuchó la voz del carabés. Mónica se levantó con cuidado y se secó la cara, todavía sollozando sin poderlo evitar.
—Creo… —carraspeó, la voz ronca y llorosa—. Creo que estoy... ¿bien?
—¿Por qué no? —repuso con una sonrisa mientras le ofrecía la palma de la mano—. No creo que vaya a pasar nada más que el que me de otro calambre…
Sin embargo, pasó. En cuanto la piedra rozó su piel Mónica notó un dolor insoportable, mucho más intenso que el calambrazo que le había dado antes el anillo, mucho más fuerte que el dolor que la recorría cuando se encontraba debajo de los escombros de esa casa horrible, sangrante y rota. Un grito se escapó de los labios de la madrileña en forma de maldición, un grito agudo, lleno de miedo y de sufrimiento, un grito que olvidó las palabras para crecer en intensidad. Se retorció sobre la cama, las lágrimas resbalando por su cara, el sudor humedeciendo su pelo.
“Ya está” pensó angustiosamente mientras se aferraba ciegamente al brazo de alguien, clavando los dedos como si en ello se le fuese la vida. “Aquí se acaba”.
Mon no supo cuánto duró la tortura ni cuánto tiempo estuvo gritando, pero lo que sí notó fue la repentina falta de dolor. La chica quedó inmóvil sobre la colcha, agotada física y mentalmente, tratando de recobrar el aliento, con miedo de que el simple acto de moverse fuera a volver a activar el dolor del maldito anillo: un pitido agudo le taladraba los oídos, por lo que apenas escuchó la voz del carabés. Mónica se levantó con cuidado y se secó la cara, todavía sollozando sin poderlo evitar.
—Creo… —carraspeó, la voz ronca y llorosa—. Creo que estoy... ¿bien?
- Los motes:
Por ahora aquí están los motes que Mónica ha ido poniendo a la gente, aún quedan algunos personajes por tener el suyo. (A ver si se le ocurren pronto, leches).
-Barael: Roño.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: ¿?
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: ¿Rapunzel?
-Tayron: T-fichas.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
11/01/17, 06:26 pm
Eriel comió ayudado por Siete y después trató de descansar un poco. Durante dos días trató de no resultar una molestia mayor de lo que ya lo era, no sólo tenían que ayudarlo a comer, también a ir al baño e incluso hacerle compañia.
El nublino nunca había sido gran fan de quedarse quieto, pero saberse inútil mientras el resto hacía cosas y avanzaban le frustraba hasta límites insospechados. Pero no sólo era la frustración, también era el miedo a que volviera a pasar lo mismo, el dolor de las heridas que le impedían dormir bien y las horribles pesadillas que tenía cuando por fin conseguía dormir. Eriel trataba de parecer de buen humor pero por dentro era muy distinto. Sentía que a la mínima podía saltar y desde luego no quería hacerlo con gente que lo había tratado bien, por eso la mayor parte del tiempo permanecía callado.
No entendía bien de lo que hablaban sobre magia y demás y por eso el chico no participaba. Sin embargo lo que sacó a colación Tayron si que le rondaba la cabeza.
-Sox tiene razón - le dijo.- No puede tocarnos hasta la Luna Roja, no hasta que hayamos recibido sus dones y pertenezcamos a la ciudad. Pero si lo pensáis y con todo lo que nos han dicho ya en esta ciudad aquel ser podría habernos matado, sólo tendría que haber dicho que fue defensa propia.
"Al fin y al cabo nosotros matamos a su amiga. Estaba justificado supongo. Nosotros hemos hablado de venganza cuando aquel desgraciado asesinó a Nad. Si lo piensas bien es la misma situación, la única diferencia es que lo nuestro fue un accidente. Pero entiendo esa furia, esas ganas de acabar con la persona que te ha causado daño. Y con Nad sólo convivimos un mes, quién sabe durante cuanto tiempo fueron amigos. Pero si viene a por nosotros nos defenderemos, la Luna nos dará sus dones para ello. Puede que eso sea más poderoso pero nosotros somos más."
Observó con interés lo del anillo deseando que funcionase con Mónica y para su sorpresa lo hizo. Los gritos de la humana llenaron su cabeza con malos pensamientos y peores recuerdos, pero a pesar de todo una sonrisa se dibujó en su rostro y la razón era obvia. Mónica se estaba curando.
-Ha funcionado - sonrió. Por primera vez en días volvía a sentirse con esperanza.- Cómo me alegro de que ya no estés confinada en esta cama Mónica. ¿Creéis que volverá a funcionar? Yo aún puedo esperar, Rad tiene peores heridas que yo. ¿Probáis?
El nublino nunca había sido gran fan de quedarse quieto, pero saberse inútil mientras el resto hacía cosas y avanzaban le frustraba hasta límites insospechados. Pero no sólo era la frustración, también era el miedo a que volviera a pasar lo mismo, el dolor de las heridas que le impedían dormir bien y las horribles pesadillas que tenía cuando por fin conseguía dormir. Eriel trataba de parecer de buen humor pero por dentro era muy distinto. Sentía que a la mínima podía saltar y desde luego no quería hacerlo con gente que lo había tratado bien, por eso la mayor parte del tiempo permanecía callado.
No entendía bien de lo que hablaban sobre magia y demás y por eso el chico no participaba. Sin embargo lo que sacó a colación Tayron si que le rondaba la cabeza.
-Sox tiene razón - le dijo.- No puede tocarnos hasta la Luna Roja, no hasta que hayamos recibido sus dones y pertenezcamos a la ciudad. Pero si lo pensáis y con todo lo que nos han dicho ya en esta ciudad aquel ser podría habernos matado, sólo tendría que haber dicho que fue defensa propia.
"Al fin y al cabo nosotros matamos a su amiga. Estaba justificado supongo. Nosotros hemos hablado de venganza cuando aquel desgraciado asesinó a Nad. Si lo piensas bien es la misma situación, la única diferencia es que lo nuestro fue un accidente. Pero entiendo esa furia, esas ganas de acabar con la persona que te ha causado daño. Y con Nad sólo convivimos un mes, quién sabe durante cuanto tiempo fueron amigos. Pero si viene a por nosotros nos defenderemos, la Luna nos dará sus dones para ello. Puede que eso sea más poderoso pero nosotros somos más."
Observó con interés lo del anillo deseando que funcionase con Mónica y para su sorpresa lo hizo. Los gritos de la humana llenaron su cabeza con malos pensamientos y peores recuerdos, pero a pesar de todo una sonrisa se dibujó en su rostro y la razón era obvia. Mónica se estaba curando.
-Ha funcionado - sonrió. Por primera vez en días volvía a sentirse con esperanza.- Cómo me alegro de que ya no estés confinada en esta cama Mónica. ¿Creéis que volverá a funcionar? Yo aún puedo esperar, Rad tiene peores heridas que yo. ¿Probáis?
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
11/01/17, 07:20 pm
Sox resumió sus temores en voz alta y el miedo a ser emboscado se abrió paso en su mente. Tayron desvió la mirada, maldiciendo por lo bajo y dejando paso a su imaginación para llevar a cabo algún plan alternativo que los salvara de una situación mortal. Pero nada. Únicamente mantenerse ocultos como decía el carabés, eso le reventaba por dentro y sacaba su lado más pesimista, la ciudad le estaba oprimiendo, no estaba siendo él, ya no. Había estado equivocado si pensaba que todo era una aventura donde la muerte no era una opción.
-Mierda- arrugó la nariz tras escuchar al nublino, pero decidió no comentar nada al respecto. Quiso añadir que tampoco podía tocarles el hombre de la casa gigante, y aquel hijo de puta lo hizo, se cargó a Nad. Pero Tayron no estaba para bajar la moral, de todas formas ya suponía que la seguridad que ofrecían las palabras de Eriel caería fácilmente, sobre todo si alguno de ellos recordaba el virote clavado en la frente de la niña.
Probaron suerte de nuevo. Para sorpresa del chico fue la humana la que se ofreció, la recordaba menos valiente y reacia a sufrir dolor.
El belga se apoyó contra la pared por instinto cuando los gritos comenzaron y no pudo evitar recordarse a sí mismo aullar y rasgar el viento con sus alaridos como si se tratara de un demonio. Quería sacar eso de su mente pero no podía, que la española se aferrara a su brazo no ayudaba en absoluto.
-Ya está- intentó tranquilizarla cuando se quedó inmóvil, exhausta. Notaba como su cuerpo estaba tensado como cables de acero y que empezaba a sudar- ya está- se dijo más para sí mismo y convencerse de que había acabado.
Siete llegó con visible preocupación en el semblante y Eriel hizo eco de los pensamientos del humano. ¿Volvería a funcionar?. La mera pregunta le erizaba el vello de la nuca.
-Sí- dijo escueto y bastante seguro- puede que ahora o más tarde, ha tenido que cargarse de alguna forma- ¿Pero cómo?, sus ojos buscaron en secreto los de Sox, estaba cogiendo por costumbre centrar su atención en él cada vez que salía el tema de la magia.
-Mierda- arrugó la nariz tras escuchar al nublino, pero decidió no comentar nada al respecto. Quiso añadir que tampoco podía tocarles el hombre de la casa gigante, y aquel hijo de puta lo hizo, se cargó a Nad. Pero Tayron no estaba para bajar la moral, de todas formas ya suponía que la seguridad que ofrecían las palabras de Eriel caería fácilmente, sobre todo si alguno de ellos recordaba el virote clavado en la frente de la niña.
Probaron suerte de nuevo. Para sorpresa del chico fue la humana la que se ofreció, la recordaba menos valiente y reacia a sufrir dolor.
El belga se apoyó contra la pared por instinto cuando los gritos comenzaron y no pudo evitar recordarse a sí mismo aullar y rasgar el viento con sus alaridos como si se tratara de un demonio. Quería sacar eso de su mente pero no podía, que la española se aferrara a su brazo no ayudaba en absoluto.
-Ya está- intentó tranquilizarla cuando se quedó inmóvil, exhausta. Notaba como su cuerpo estaba tensado como cables de acero y que empezaba a sudar- ya está- se dijo más para sí mismo y convencerse de que había acabado.
Siete llegó con visible preocupación en el semblante y Eriel hizo eco de los pensamientos del humano. ¿Volvería a funcionar?. La mera pregunta le erizaba el vello de la nuca.
-Sí- dijo escueto y bastante seguro- puede que ahora o más tarde, ha tenido que cargarse de alguna forma- ¿Pero cómo?, sus ojos buscaron en secreto los de Sox, estaba cogiendo por costumbre centrar su atención en él cada vez que salía el tema de la magia.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
11/01/17, 11:52 pm
Sox sabía lo rápido que funcionaba la magia curativa, pero nunca la había visto funcionar de esa manera en directo. Nadie de su círculo cercano había sufrido ningún accidente grave, y el carabés procesó en silencio cómo Mónica se levantaba con cuidado, completamente curada. Sujetaba el anillo, con cuidado infinito para no tocar la piedra, en una mano. Dio un respingo interno ante la idea de Eriel, su cerebro arrancando de nuevo. "Claro." Ahora que sabían que funcionaba, había infinidad de conclusiones que sacar.
—Sí —corroboró a Tay. Era la única conclusión posible—. Esperad, voy a hacer la prueba.
—Sí —corroboró a Tay. Era la única conclusión posible—. Esperad, voy a hacer la prueba.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
12/01/17, 10:58 pm
Los días pasaron a caballo entre el tedio y el dolor, aunque este parecía menor. Sin otra cosa que pensar, Rad se había preguntado muchas veces si realmente sufría menos o simplemente se había acostumbrado a aquella miserable agonía. No pudo encontrar ninguna respuesta. Y, por primera vez en su vida, no deshechó aquella pregunta imposible de contestar. Por el sencillo motivo de que no podía hacer otra cosa.
Estar convaleciente, necesitando ayuda hasta para alimentarse, le ponía de los nervios. El carabés siempre había apreciado su independencia, su capacidad de no ser una carga para nadie. Sabía que era perfectamente racional su pasividad en su estado actual: de hecho lo irracional habría sido intentar seguir como si nada y acabar peor por simple estupidez. Aun así años y años de condicionamiento provocaban que estuviera nervioso y taciturno, enfadado con todo aquello.
Había dormido poco y mal aquellos días, y no solo por el dolor. Su cabeza, al cerrar los ojos, se llenaban de aquellos instantes. Cuando llegaba el sueño solo lo recibían sombras y colores angustiosos y torturantes.
El grito de Mónica le heló la sangre en las venas, por el parecido con el de Barael. Su cerebro captó en seguida el parecido entre ambos, pero su consciencia fue incapaz. Su vista se nubló y volvió a caer decenas de metros. Otra vez sintió el cuerpo destrozado y escuchó gritos a su alrededor. Por un segundo le pareció respirar humo y polvo.
Se agarró fuerte al sofá, con un grito de terror que no llegó a sonar atascado en su garganta. Al volver la cabeza vio cómo Sox aparecía por los últimos escalones. Intentó incorporarse, sin demasiado éxito. Un rictus de dolor cruzó su cara, pero se vio rápidamente sustituido por el terror.
—¿Qué ha pasado?
Todo el miedo que podía sentir estaba perfectamente condensado en aquella frase corta. Su compatriota, sin embargo, solo tardaría unos segundos en cambiar esa emoción por la esperanza, tan pronto como le explicara lo del anillo.
En cuanto lo escuchó Rádar alargó con toda rapidez su brazo derecho para tocarlo. Cuando vio que no pasaba nada su ánimo volvió a desplomarse. La espalda, tras aquel esfuerzo, le envió dolores redoblados, como si también estuviera quejándose de aquella decepción.
—¿Cuánto... tarda en cargarse?
Tenía los dientes apretados y los ojos cerrados. Le picaban, las lágrimas querían salir, pero Rad no pensaba dejarlas.
Estar convaleciente, necesitando ayuda hasta para alimentarse, le ponía de los nervios. El carabés siempre había apreciado su independencia, su capacidad de no ser una carga para nadie. Sabía que era perfectamente racional su pasividad en su estado actual: de hecho lo irracional habría sido intentar seguir como si nada y acabar peor por simple estupidez. Aun así años y años de condicionamiento provocaban que estuviera nervioso y taciturno, enfadado con todo aquello.
Había dormido poco y mal aquellos días, y no solo por el dolor. Su cabeza, al cerrar los ojos, se llenaban de aquellos instantes. Cuando llegaba el sueño solo lo recibían sombras y colores angustiosos y torturantes.
El grito de Mónica le heló la sangre en las venas, por el parecido con el de Barael. Su cerebro captó en seguida el parecido entre ambos, pero su consciencia fue incapaz. Su vista se nubló y volvió a caer decenas de metros. Otra vez sintió el cuerpo destrozado y escuchó gritos a su alrededor. Por un segundo le pareció respirar humo y polvo.
Se agarró fuerte al sofá, con un grito de terror que no llegó a sonar atascado en su garganta. Al volver la cabeza vio cómo Sox aparecía por los últimos escalones. Intentó incorporarse, sin demasiado éxito. Un rictus de dolor cruzó su cara, pero se vio rápidamente sustituido por el terror.
—¿Qué ha pasado?
Todo el miedo que podía sentir estaba perfectamente condensado en aquella frase corta. Su compatriota, sin embargo, solo tardaría unos segundos en cambiar esa emoción por la esperanza, tan pronto como le explicara lo del anillo.
En cuanto lo escuchó Rádar alargó con toda rapidez su brazo derecho para tocarlo. Cuando vio que no pasaba nada su ánimo volvió a desplomarse. La espalda, tras aquel esfuerzo, le envió dolores redoblados, como si también estuviera quejándose de aquella decepción.
—¿Cuánto... tarda en cargarse?
Tenía los dientes apretados y los ojos cerrados. Le picaban, las lágrimas querían salir, pero Rad no pensaba dejarlas.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
13/01/17, 12:29 am
Había bajado las escaleras al trote por las prisas de comprobarlo, y tan concentrado estaba pensando en ello que no comprendió al principio el miedo en la voz de Rad. Sonaba casi alienígena viniendo de él, y contagió al propio Sox con la aprensión que aún anidaba en él dos días después, enroscada en algún lugar de su pecho al acecho de cualquier momento que volviera a hacerle sentir amenazado.
Intranquilo, le miró ceñudo durante un momento hasta que cayó en la cuenta de los demás no tenían por qué saber por qué Mónica había gritado. La respiración que liberó fue más aliviada de lo que habría estado dispuesto a admitir.
—Mónica se ha curado —dijo sin tapujos. Alargó el anillo para que Rad pudiera verlo, pero su compañero ya estaba alargando la mano a su vez. Mejor, no hacían falta explicaciones innecesarias. El E podía caerle como fuera, pero al menos hacía conexiones rápidas. No se llegaba arriba en las teóricas si no.
Resopló despacio ante la falta de resultados, exhalando la decepción de forma controlada. ¿Qué otra cosa había esperado acaso? Todo ese tiempo ni siquiera había dado señales de funcionar.
—Tengo que hacer cuentas. Como mínimo dos días —era lo que llevaban recargándolo... de la forma que fuese.
Sin intención de retirarle a su compatriota la dignidad de procesar a solas su invalidez alargada, Sox regresó al piso de arriba más despacio de lo que había bajado. La ausencia de gritos en el piso de abajo había anunciado ya los resultados antes de que él los dijera.
—Nada —comunicó de todos modos. Sus dedos tamborileaban abstraídos contra el engarce de la joya —. Hemos debido recargarlo lo justo para un solo uso.
Intranquilo, le miró ceñudo durante un momento hasta que cayó en la cuenta de los demás no tenían por qué saber por qué Mónica había gritado. La respiración que liberó fue más aliviada de lo que habría estado dispuesto a admitir.
—Mónica se ha curado —dijo sin tapujos. Alargó el anillo para que Rad pudiera verlo, pero su compañero ya estaba alargando la mano a su vez. Mejor, no hacían falta explicaciones innecesarias. El E podía caerle como fuera, pero al menos hacía conexiones rápidas. No se llegaba arriba en las teóricas si no.
Resopló despacio ante la falta de resultados, exhalando la decepción de forma controlada. ¿Qué otra cosa había esperado acaso? Todo ese tiempo ni siquiera había dado señales de funcionar.
—Tengo que hacer cuentas. Como mínimo dos días —era lo que llevaban recargándolo... de la forma que fuese.
Sin intención de retirarle a su compatriota la dignidad de procesar a solas su invalidez alargada, Sox regresó al piso de arriba más despacio de lo que había bajado. La ausencia de gritos en el piso de abajo había anunciado ya los resultados antes de que él los dijera.
—Nada —comunicó de todos modos. Sus dedos tamborileaban abstraídos contra el engarce de la joya —. Hemos debido recargarlo lo justo para un solo uso.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
13/01/17, 10:54 pm
Siete observó con el aliento contenido a Sox haciendo la prueba con su compañero. Sintió alivio cuando no hubo más gritos, y después, culpabilidad. Rad estaba herido, necesitaba aquello. Con dos arranques de cobardía egoista en menos de diez minutos, el idrino se daba asco a si mismo. Se mordió el labio. Agitó la cabeza. Todo estaba bien, el anillo no les iba a matar, los gritos se terminarían, y las vidas de los demás iban por encima de su comodidad, tenía que olvidarse de las reticencias. Se pasó las manos tras las orejas, e inspiró lento.
Dos días. Eso significaba cuatro para que Rad y Eriel salieran de la convaleciencia. Siete era incapaz de decir en ese momento si le parecía poco tiempo o muchisimo. Siguió a Sox, ordenandose a si mismo recuperar la compostura.
- ¿Que hacemos ahora?- preguntó, con los ojos yendo y volviendo entre Mónica, Eriel y Sox- ¿Hay que ponerselo?
No había probado personalmente la reacción que daba el anillo, pero le bastaba mirar a otros para mantenerse alejado. Esta vez, con la duda patente en la forma en la que estiró la mano, casi como si lo estuvieran agarrando, puso la palma para que Sox se lo cediera.
Dos días. Eso significaba cuatro para que Rad y Eriel salieran de la convaleciencia. Siete era incapaz de decir en ese momento si le parecía poco tiempo o muchisimo. Siguió a Sox, ordenandose a si mismo recuperar la compostura.
- ¿Que hacemos ahora?- preguntó, con los ojos yendo y volviendo entre Mónica, Eriel y Sox- ¿Hay que ponerselo?
No había probado personalmente la reacción que daba el anillo, pero le bastaba mirar a otros para mantenerse alejado. Esta vez, con la duda patente en la forma en la que estiró la mano, casi como si lo estuvieran agarrando, puso la palma para que Sox se lo cediera.
-
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
14/01/17, 08:29 pm
Mónica no se encontraba muy bien. Todo su cuerpo temblaba, tenso todavía, y aunque ya no sentía dolor físico la angustia la atenazaba sin saber muy bien el porqué. Cenizo le dijo algo, T-Fichas también pero ella no podía escucharlo bien ya que el pitido no remitía. ¿Palabras de consuelo, tal vez? Sollozó otra vez sin querer.
“Estoy curada” pensó, pero todavía no se lo creía.
Mónica trató de respirar hondo, intentando desvanecer la sensación de náusea. Vampy había ido a ver si podía curar a Mandón, pero no hubo gritos. O el carabés tenía una resistencia maravillosa o el anillo había vuelto a no funcionar, se dijo Mon apoyando las manos sobre las rodillas y agachando la cabeza.
“Estoy curada” se repitió, intentando sentir alegría. Pero la náusea no remitía. ¿Por qué curar con tanto dolor? ¿Por qué hacerlo una tortura? “La gente de aquí está loca. Loca de verdad. ¿Por qué sólo quieren sufrir y hacer daño?” se preguntó, pensando ahora en el que había matado a Nad.
Mientras Mónica trataba de respirar hondo Vampy había subido para decirles lo que ella ya sabía por el silencio del torreón: el anillo no había funcionado. Cuando Tritón propuso ponerse el anillo de nuevo la chica levantó la cabeza de golpe, como si hubieran activado un resorte. La cara pálida, los labios temblorosos, los ojos muy abiertos: la viva estampa del miedo. Un acceso nuevo de náuseas le sobrevino y esta vez supo que no podría contenerlo.
Mon saltó de la cama y bajó a toda velocidad hacia las letrinas. Sin embargo, no llegó a tiempo: las arcadas la sorprendieron en el patio y la chica cayó de rodillas mientras vomitaba bilis.
—Estoy curada —esta vez sí sonrió, arrodillada sobre el suelo de tierra. Después rompió a llorar.
“Estoy curada” pensó, pero todavía no se lo creía.
Mónica trató de respirar hondo, intentando desvanecer la sensación de náusea. Vampy había ido a ver si podía curar a Mandón, pero no hubo gritos. O el carabés tenía una resistencia maravillosa o el anillo había vuelto a no funcionar, se dijo Mon apoyando las manos sobre las rodillas y agachando la cabeza.
“Estoy curada” se repitió, intentando sentir alegría. Pero la náusea no remitía. ¿Por qué curar con tanto dolor? ¿Por qué hacerlo una tortura? “La gente de aquí está loca. Loca de verdad. ¿Por qué sólo quieren sufrir y hacer daño?” se preguntó, pensando ahora en el que había matado a Nad.
Mientras Mónica trataba de respirar hondo Vampy había subido para decirles lo que ella ya sabía por el silencio del torreón: el anillo no había funcionado. Cuando Tritón propuso ponerse el anillo de nuevo la chica levantó la cabeza de golpe, como si hubieran activado un resorte. La cara pálida, los labios temblorosos, los ojos muy abiertos: la viva estampa del miedo. Un acceso nuevo de náuseas le sobrevino y esta vez supo que no podría contenerlo.
Mon saltó de la cama y bajó a toda velocidad hacia las letrinas. Sin embargo, no llegó a tiempo: las arcadas la sorprendieron en el patio y la chica cayó de rodillas mientras vomitaba bilis.
—Estoy curada —esta vez sí sonrió, arrodillada sobre el suelo de tierra. Después rompió a llorar.
- Los motes:
Por ahora aquí están los motes que Mónica ha ido poniendo a la gente, aún quedan algunos personajes por tener el suyo. (A ver si se le ocurren pronto, leches).
-Barael: Roño.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: ¿?
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
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