Torreón Letargo (Archivo VI)

Recuerdo del primer mensaje :

La chica a la cual le había dado el martillo utilizó éste para arrancar, de uno de los edificios en ruinas, una puerta un tanto podrida y así utilizarla de escudo <<no era el uso que esperaba que le diera>>. Una vez tuvo la puerta le devolvió el martillo.

  Milo inició la carga contra las bestias avanzando seguros y a un paso ligero. Una de las ratas tiró una primera espina causando el sobresalto de Hyung. Si podían disparar nada les paraba de acribillarles a todos ellos. Claramente les superaban las ratas en número. Hyung se asombró, sus compañeros seguían avanzando, no se esperaba semejante envalentonamiento. Los que se habían quedado detrás empezaron a lanzar huesos y piedras que cogían del suelo << ¿¡Pero que hacen!? ¿¡Quieren que nos disparen a nosotros!?>>. Hyung se aparto del grupo alarmado esperando una lluvia de espinas hacia ellos. La mirada hacia él de una de las ratas al apartarse un poco le provoco un sobresalto. Sin embargo poco le importó a la bestia  Hyung pues se giró de nuevo hacia los que se dirigían a las cestas. La estrategia de distracción había hecho poco pues todos ellos seguían sin haber recibido un disparó y las ratas se centraban en Milo, Rox y Rena. Finalmente llegaron y empezaron a agarrar las cestas, Rox perdió una debido a una espina que quedó cerca de darle en la mano. Consiguieron cinco y tiraron el resto distrayendo a unas cuantas ratas.

  Tocaba huir, Los niños empezaron a correr Hyung aceleró << ¡no puedo quedarme atrás!>>. Hyung fue todo lo rápido que pudo dejando atrás a los demás. Frenó una vez una vez oyó el grito eufórico de Rox; estaban a salvo. La celebración de la victoria de Rox le provoco una risa tímida y bajita a Hyung. Era contagiosa su felicidad y por muy poco que hubiera hecho Hyung él también consideraba eso su victoria. El grupo se tomo un rato para recuperar el aliento y decidirse en que iban a hacer ahora. La atención de varios se dirigió a una especie de torre no muy lejos de allí. Finalmente se decidieron por avanzar hacía ésta para verla mejor.

  Llegaron a la torre fácilmente. Menos mal no tuvieron problemas al continuar su camino hacia ésta. Hyung se paró ante ella y echó un vistazo largo. Aquel edificio de gran tamaño debía de tener un total de al menos tres plantas de bastante altura. Se encontraba rodeado de una franja de tierra y cubierto de enredaderas escondiendo lo que parecía la puerta, identificada como tal debido a que ésta daba a un puente levadizo que conectaba el torreón con la calle.

-Eso debe de ser la puerta. Aunque no estoy muy seguro.- dijo en un tono bajo. - Si queréis entrar ir vosotros primeros, pero tener en cuenta que allí podría haber cualquier cosa.

Hyun se planteo la posibilidad de deformar un poco la historia, algo que fuera más convincente. Pero realmente, no le convendría si Rena busca segundas opiniones y el otro irrense no las cuenta igual.

- A ver, estábamos en el patio y las pinturas que habíamos hecho empezaron a reordenarse y escribir palabras. Mintió a Eitne diciendo que era su hechizo de protección, nos pidió que no se lo dijéramos a nadie, y les dijo que le trajeran bicho, y que seguiría pidiendo cosas. Cuando les aparté a los niños del muro escribió que si lo contaba, no podría protegernos si nos pasaba algo malo. ¡Era una clara amenaza!- Hizo énfasis en sus últimas palabras preocupado de que Rena no coincidiera; pues ahora, diciéndolo en frio, hasta al coreano le parecía difícil de creer. Al continuar relajó el tono, quizás podía explicarlo mejor.- Rena, cuando se lo conté a Milo esos niños me odiaban, creyendo que había destruido su hechizo, pero si así hubiera sido estoy seguro de que lo hubieran hecho público, que os he puesto en peligro a todos, o lo mucho que me odiarían ahora, pero no. Estoy seguro de que solo decía eso para que los mayores del torreón, que podrían oponerse y por tanto serían un peligro para lo que sea que es el plan del muro, no se enteraran. Y por otra parte estos tres días significa que los niños pueden haberle dado ya bastantes de las cosas que pide. Estamos en peligro.

Neil solo asintió cuando Rena dijo que iba a preparar leche y si bien las palabras de ánimo de Guille no le convencieron, si que consiguió dejar de llorar y calmar un poco su respiración. Adru estaba ahí, junto a él, viva, y el resto de compañeros también estaban en el torreón. Solo había sido un sueño. Terrible, pero un sueño.

Que Adru le dijera que Nora estaba a salvo en casa le tranquilizó y le inquietó a partes iguales. Si, posiblemente ella, junto a Yrdel y Yaiza, estuvieran a salvo en Sinhdro, pero eso solo implicaba que estaban lejos de ellos y no podían protegerles, y que su edeel y él estaba en aquel terrible lugar, lejos de sus padres y rodeados de aquellos terrores.

Cuando Adru le dijo que la oscuridad no podía ser mala, Neil negó de forma ausente en desacuerdo. La luz había sido mala toda su vida y no podía creer que su amada oscuridad le estuviera traicionando de esa manera. Un frío terrible le caló los huesos ante la posibilidad de no tener lugar donde esconderse ahora que la oscuridad le estaba fallando e intentó aplacarlo haciéndose bolita dentro de su sudadera y su bufanda mientras sus compañeros empezaban a bajar. Adru le dijo que bajara él también a desayunar, pero él no quiso hacerlo hasta que su edeel no le dijo que le subiera algo.

- Bien. Vale. Subo en un rato- murmuró rápidamente.

Aun con el frío calado, Neil bajó corriendo las escaleras. Sin hablar con nadie y evitando el contacto visual, llenó dos vasos de leche y un plato de frutas, y haciendo malabares volvió a subir las escaleras, ignorando las conversaciones sobre salir que sus compañeros estaban teniendo. Él no podía aguantar pensar en ese momento en una salida y en un encuentro con las ratas.

- Toma, leche y fruta. No hay mucho más- le tendió el aurva a su edeel y luego se sentó a su lado echándose la manta por encima.

Mientras desayunaba, Neil no podía dejar de pensar en el sueño y todo lo terrible que en él salía. En un intento de olvidarlo, aunque no muy acertado por su parte, se giró con cautela hacia Adru queriendo preguntarle.

- Adru... ¿Crees que nos están buscando?- le preguntó tímidamente refiriéndose a sus padres, un poco atemorizado por la posible respuesta.

Se recostó de nuevo en la cama una vez Neil accedió a bajar a por el desayuno y suspiró mientras colocaba su brazo sano sobre su frente. Había dormido algo mejor que la noche anterior pero estaba completamente agotada. La sensación de ser incapaz de hacer otra cosa que permanecer en la cama y de no disponer de las fuerzas necesarias tampoco para animar adecuadamente al resto la estaban matando. Pero, ¿cómo animarse después de lo sucedido? No podía dejar de pensar en Ain y preguntarse si realmente debería haber hecho más por salvarlo. <<No, hubiese muerto Rox entonces y probablemente Rena también>> se dijo. Omitió por completo en su razonamiento el hecho de que si no le hubiesen recordado que tenía a alguien esperando su vuelta en Letargo, ella también podría haber muerto tratando de salvar a Ain. Pero a pesar de ello no podía simplemente quitárselo de encima pensando que habían evitado el mayor número de muertes. Tan solo era una fina hebra en la cuerda prácticamente rota que la ataba a la paz de espíritu consigo misma.

Su aurva regresó con el desayuno, permitiéndole centrarse en la comida y en preocuparse más por su estado que por el suyo propio.
—Es suficiente, el resto volverá con mucha más comida enseguida —le aseguró ante su apreciación acerca de la escasez de alimentos mientras se incorporaba de nuevo en la cama.
Durante unos instantes comió en silencio, evitando mover demasiado su cuerpo magullado con baremo sobre la brusquedad mucho más estricto de lo que había tenido nunca, y que se quejaba con casi todos los movimientos que llevaba a cabo. El silencio la distrajo, pero trató de volcar sus pensamientos en los excursionistas en lugar de en su propio malestar, y la voz de Neil la sacó bruscamente de su estado.
>>¿Buscando…? Ah, te refieres a mamá, papá y Yaiza…
La edeel no sabía qué responder. Había evitado pensar en su familia, concretamente en el hecho de cómo se sentirían porque ellos no volvían.
>>Seguro. Tienen que estar muy preocupados.
<<¡Pero no pasa nada! Volveremos sabiendo volar y aunque al principio nos echarán la bronca de nuestras vidas no pueden enfadarse mucho más tiempo con nosotros si ven que hemos aprendido magia, ¿verdad?>> es lo que la Adru de hacía unas semanas hubiese respondido.
>>Volveremos a verlos y les explicaremos que Jack nos engañó. Encontraremos la forma de volver todos a nuestras casas —fue lo que la Adru de aquel momento dijo—. Aun así prepárate para recibir una regañina por irnos con desconocidos —añadió, a pesar de todo con una leve sonrisa, esa misma Adru.

En cuanto marcharon fuera del torreón Rox volvió pesadamente al mismo punto en la cocina, con la mirada y el pensamiento perdidos. "Solo es coger cestas", se decía, "no podemos tener dos ataques de mala suerte tan seguidos".
El malestar le había cortado el hambre y cualquier resquicio de sueño que hubiera. Rox jugó con lo que quedaba de su batido según el resto se ponía en sus cosas, meneando el vaso de un lado a otro sin pensar en nada en concreto según el líquido cambiaba de lugar. Sin embargo, la conversación que estaba teniendo lugar entre Pam y Zobriel en ese instante captó su atención. El vaso fue perdiendo movimiento entre sus dedos a medida que más les escuchaba hablar, ensombreciéndose su expresión poco a poco.
«¿De qué demonios hablan?»
Su cuerpo se tensó. Cotillear conversaciones ajenas no era algo que soliese hacer, pero aquella estaba siendo una excepción justificada.

—Increíble.— comentó finalmente en voz alta de forma mordaz.
Apartó la bebida de sí y se dirigió de forma brusca al patio, tratando sin resultado de no pensar en todo ese sinsentido. Acabar como ellos. Como Verael, como el cizaña. Ser parte de los dioses. Pero no, no era eso lo que más le había alarmado; después de todo aquella lluvia de información escapaba a su comprendimento. Lo que le había desencajado era el como Zobriel parecía aceptarlo.

Visualizó a Verael destrozado en el suelo, con el aguijón en el estómago, los ojos sin vida de Drake y su cuello destrozado. ¿Acabo él no había visto lo que el cizaña había causado? Rox bullía en rabia y en incertidumbre, incapaz de comprender las motivaciones del nublino. Su ética se lo impedía. Mientras tanto, su subconsciente trataba de quitarle importancia, de bloquear la información y darle cualquier razonamiento y justificante posible al nublino para querer eso, provocando un monólogo caótico entre su yo ignorante y su yo enfurecido.
Sacudió la cabeza y se mordió el labio. No quería pensar. Se acercó al pozo y llenó el cubo de agua con la intención de darse un baño y de paso, dejar la mente en blanco, mas la tormenta interior recobraba fuerzas con cada viaje según cargaba el agua.

No sabia si sus palabras iban a servirle de algo a Zobriel o si estaba equivocándose con estas, ya sea quitando ilusiones o haciéndolas crecer. No sabia nada realmente por primera vez y eso le fastidiaba enormemente. Porque no era solo tratar con conocimientos que no iban a influir en su vida mas allá de algo que pudiera ser de uso útil o no...hablaban de un cambio, un cambio tan radical como era el dejar tu mundo por otro. Uno que parecía afectarte no solo físicamente, sino también a tu mente...pues como había dicho momentos antes, ser 'cruel' era algo intrínseco de cualquier criatura pensante en algún momento de sus vida, ya fuese con palabras o acciones, pero era algo opcional. No todos tenia porque disfrutarlo.

¿Pero y si eso de convertirse en dioses, según la creencia de Zobriel te afectaba a ese grado? ¿Y si el cambiar por fuera también te hacia cambiar por dentro? No podía olvidar como Verael se la había pasado disculpándose por sus acciones violentas, como si eso no fuese algo que estuviera en su forma habitual de comportarse. Miro al nublino, pues aunque ella daría todo por tener magia, en ese momento no estaba segura de si ese cambio seria bueno. Porque todo lo bueno, va a acompañado de algo malo, que para cada quien podía ser algo diferente, lo tenia bien claro...y era ese algo malo lo que le daba mas reparos. << Magia a cambio de ti mismo...te hace preguntarte como habría sido entonces Verael, ese escorpión o todos los...'dioses' de esta ciudad, antes de eso. ¿Estarán todos felices de ser lo que son o simplemente se han adaptado a lo inevitable >> pensó Pam, observando al nublino distraída, apenas percatándose de que Rox andaba cerca y aparentemente estaba escuchando la conversación.

-Un gusano queriendo convertirse en una mariposa, sin siquiera saber de que tipo serán sus alas...¿eso dices que eres? ¿No te da miedo que al sufrir ese cambio que tanto pareces desear, dejes de recordar como era sentirse el ser un gusano...o incluso, que las alas que obtengas, no te gusten? - dijo Pam viéndolo fijamente, no habiendo si entendería de lo que hablaba, pues estaba siendo un tanto enigmática no sabiendo como explicarse mejor de algo que de por si no comprendía y lo mas cercano a lo que hablaba Zobriel, era la metamorfosis de la mariposa. Sinceramente ni ella se entendía, intentaba procesar aun bajo cuerdas todo aquello sin entrar en un estado de pánico o histeria e intentar pensarlo con templanza y objetividad. Pam le miro fijamente frunciendo el ceño, escuchando como Rox se alejaba, mirando en dirección al humano por unos segundos antes de volverse hacia Zobriel y poder responder, aunque tampoco es que lo tuviera muy claro.

-Acabo de enterarme que vamos a convertirnos en 'dioses', nos guste o no ¿crees en serio que es algo que ahora mismo me planteo querer?- dijo Pam con algo de sarcasmo alzando una ceja y cruzándose de brazos. Suspiro, o mas bien bufo un poco exasperada y mostrando rastro de su histeria interna- El hecho de verme tan tranquila, no implica que me sea tranquilizador....pero estoy acostumbrada a los monstruos. Y ellos ni miden dos metros, ni tienen alas – cerro los ojos por un momento, acurrucándose en el sillón como si intentara protegerse de algo, ya fuese de las palabras de Zobriel o de las sensaciones que esas palabras despertaban en ella. Levanto la vista, viéndolo totalmente seria- Así que no, ahora mismo te diré que no quiero ser nada de eso, pero tampoco voy a escandalizarme por ello...la suerte esta echada desde el momento que decidí venir para poder ser libre...y todo lo que ocurra a partir de eso, ya son simples consecuencias de mis decisiones. ¿Te lo dije, no? De algo bueno, siempre obtienes algo malo. - sentencio Pam bajando los pies de nuevo al cabo de agua fría, moviendo suavemente los pies y salpicando apenas ligeramente ellos bordes del cubo, respirando hondamente con su mente bullendo a toda velocidad. Miro hacia la entrada del patio, por donde había desaparecido Rox. No parecía habérselo tomado bien, algo mas que normal << La única anormal soy yo, que he dejado de sentir cosas >> pensó Pam con resignación y calma, volviendo a hablar- Pero esta es mi visión y aunque sea sincera...es objetiva dentro de mis circunstancias, no se como puedan reaccionar los demás al escuchar esto - indico mirando significativamente hacia la entrada del patio.

La cara de Neil cayó cuando Adru dijo que seguro que sus padres estarían preocupados. A Neil le dolía especialmente sentir que los había decepcionado, casí tanto como le dolía pensar en su incapacidad para mantener a su edeel con vida. Solo que existiera la posibilidad de perder a Adru era lo más terrible que podía pasar por su cabeza.

- Seguro que Yaiza nos castiga al momento. Primero gritará mucho, luego nos abrazará muy fuerte y luego volverá a gritar mucho. Ella nunca se aclara. Yrdel sí, él hará como que nos regaña, pero a la hora de dormir vendrá a nuestra habitación a preguntarnos por la aventura- reflexionó Neil de forma nostálgica. Neil siempre había pensado que Yrdel era como Adru, aventurero e inquieto-. Nora se asegurará de que estamos bien y luego nos mirará con el ceño fruncido.

A medida que Hyun hablaba, su historia empezaba a cobrar algo de sentido. Seguía siendo una locura, claro, pero dentro de las nuevas reglas absurdas de la ciudad era algo que Rena podía aceptar que ocurriese. ¿No habían estado en una casa que nevaba? Aun así algunas cosas seguían sin cuadrarle del todo.

-Hmmm ya sé que suena bastante sospechoso pero, ¿no tenía magia el mundo de Eitne? Quiero decir, lo de los ojos era algo que hacía su abuela y nos ha dicho que ella hacia magia. Yo no sé cómo funciona la magia ni aquí ni en ningún sitio así que tampoco quiero pillarme los dedos con esto- se rascó la nuca- No es que no haya motivos para sospechar, osea, da un mal rollo de la hostia, pero ¿y si resulta que de verdad es como funciona el hechizo de Eitne y la cagamos por no pensar antes?

Lo sentía por el humano, pero en cierto modo entendía que los críos se hubieran enfadado con él. La magia era importante para ellos, mucho, y lo último que querría ella si hubiese logrado hacer magia es a alguien totalmente ignorante del tema jodiéndole la ilusión.

Hyun estaba por arrancarse los pelos de los nervios. Parecía estar teniendo la misma conversación que con Milo otra vez, parecía broma lo poco preocupados que se mostraban, parecía que ni acabaran de perder dos compañeros por actuar de forma despreocupada. Y aun harto de tener que hablarlo como si fuera un paranóico, por fuera se aseguraba de mostrarse serio.

- ¿Y si verdaderamente corremos peligro Rena? Esta ciudad ya ha demostrado ser capaz de sorprendernos para mal. Además esa "magia" ha sido capaz de mentirnos, dudo que sea de verdad solo un hechizo. Tenemos a Rox herido y no podemos jugarnos mucho más, me parece.- Esa última frase sabía que quizás no era la mejor para jugar en ese momento, pero su principal objetivo era convencerles de irse. No le molaba haber tenido que recordar lo de Drake y Ain ni a Rena ni ha si mismo. Suspiró antes de escuchar lo que Rena tuviese que responder.

La mención de Rox herido le provocó un pinchazo en el pecho, y durante un instante dejó de respirar.

-Bueno, no es como si tú te hubieras jugado nada- dijo, a media voz.

Se dio la vuelta para no mirar a Hyun directamente y ordenó sus pensamientos. Sabía perfectamente lo que se jugaban, había estado fuera, todas las veces, había visto todos los hechizos y monstruos horribles que se les habían cruzado. Una parte de ella no quería ni pensar en que su único refugio en la ciudad pudiese estar también infestado. Bufó frustrada.

-Mira a mí no se me da bien resolver este tipo de problemas. No se de magia y no sé de ser diplomática y esas mierdas. Además de que tampoco soy precisamente el músculo del torreón en estos momentos- Se señaló el hombro herido- Así que lo mejor será que esperemos a que vuelva Milo y planeemos bien lo que vamos a hacer.

Les gustase o no, si de verdad había un monstruo o algo peor en el torreón todos eran rehenes. No tenían adonde ir, y hasta que encontrasen una forma de eliminarlo a lo mejor dejar que los niños le diesen algunos bichos no era la peor situación posible. << Y no soy lista, seguro que Milo lo resuelve mejor>>

Antes de decidir si volver al salón o bajar directamente a la armería a por sus cosas le hizo una última pregunta a Hyun:

-¿Por qué me lo has contado a mi y no a Rox?

Ella no tenía ningún tipo de relación con el humano, pero sabía que él y Rox se llevaban bien. Y eran del mismo mundo.

El coreano ya había tenido suficientes problemas esos días como para añadirle eso. La idea de bañarse quedaba cada vez más lejana y su enfado menos controlable. Se tensó bruscamente al escuchar su nombre en la voz de Zobriel, maldiciéndose por dentro en todos los idiomas que ya no recordaba. En cuanto miró por el rabillo del ojo en dirección del nublino todos sus pensamientos se callaron de golpe, dejando tan solo una vocecilla que le repetía "contrólate".
Siguió caminando hacia las escaleras con menos prisa, ocultando vagamente en su lenguaje corporal lo muy a la defensiva que estaba. Dejó el cubo en un escalón, soltando un corto pero audible suspiro de frustración antes de hablar.

—Qué. —se mordió la lengua, arrepintiéndose fugazmente de lo muy seco que había sonado. Trató de suavizar el tono, sin éxito ni ganas—. Quiero ir a bañarme y limpiarme las heridas.

Se situó a pies de la escalera, esperando aquello que tuviera que decir con gesto apurado. Rox podía llegar a ser muy pasivo-agresivo estando de mal humor, y era más que consciente de ello; si el nublino no elegía bien sus palabras, el humano subiría sin más las escaleras. Por su mente cruzaba a toda prisa una lucha interna sobre hasta que punto debía escucharle o no, pero sobretodo, como responderle. No quería ser hostil, aunque de primeras era lo único que el cuerpo le pedía.

A Hyun le enfureció la respuesta de Rena, ya no solo puntuaba que de verdad opinaban que era un cobarde, sino que le apartaba del grupo como si no fuera parte de ese mismo torreón.

- Que yo no estuviera no significa que no me preocupe por Rox.- Dijo cortante antes de que Rena se diera la vuelta para seguir hablando; con cierto miedo de que le soltara un golpe o se pusiera agresiva. Sin embargo parecía seguir a salvo. La respuesta de Rena le dio poca esperanza pues si se trataba de Milo, veía que ambos iban a salir con el ir a lo seguro y la intención de Hyun de ponerse a salvo se iría a pique. Sin embargo poco más podía decir por su causa por ahora. Además la inactividad aparente del muro imaginaba solo sería más razón para que Milo pasara de hacer cualquier cosa.

- Yo... Como te he dicho me parece que Rox tenía ya suficiente y estando en su estado no quiero ponerle más sobre sus hombros.- Aunque el muro no hiciera nada, Hyun estaba seguro de que por ahora no le convendría librarse del niño que advierte que se tenga cuidado. «Para él es mejor mantenerme como mentiroso» Sin embargo temía que pudiera poner en peligro a su compañero coreano y esa era casi su única razón real.

- Hablando de eso, tenía pensado hablar con Rox. No sobre esto.- aclaro antes de irse, si Rena no añadía nada

<< No me jodas>> Rena había pasado bastante de Hyun en el tiempo que llevaban compartiendo espacio. Su opinión por el chico era indiferente, más allá del fastidio ocasional cuando le daba la impresión de que se escaqueaba de sus tareas. Sin embargo, había algo en su forma de decir las cosas que le ponía de los nervios, y de lo que estaba dicienco.

-¿Y Ain y Drake no te preocupaban? ¿Adru que tiene un brazo roto? ¿Pam?

No se incluyó en el grupo, en principio no consideraba que estuviera entre los heridos graves, y eso hacía que le fastidiase aún más sentirse tan inútil para el grupo por tener que guardar reposo. La respuesta de Hyun le confirmó que los demás tampoco percibían que tuviera nada grave.

-Muy considerado por tu parte- bufó.

No oyó la última frase de Hyun pues salió directamente por la puerta. Si se quedaba a oir más sabía que le acabaría soltando un guantazo, y solo podía usar el brazo metálico así que no iba a arriesgarse a tener un nuevo accidentado. Su intención era irse a la armería para ponerse a trabajar y sentirse útil. Se encontró con Rox en la escalera. Pasó de largo, sin fijarse en su expresión. No tenía ánimos para verle la cara a nadie. En cuanto llegó al sótano, le pegó una patada a un baúl y volcó todo su contenido.

Los últimos comentarios de Rena eran ya insoportables «¡Ni que fuera excluyente!» no por decir que estaba preocupado por Rox decía que sudara del resto. Pero estaba claro a ojos de Hyun que Rena solo buscaba razones para considerarle un capullo.

- Piensa lo que quieras.- Le respondió mientras se iba. No había razón de continuar hablando. Pero pocos segundos tardó la amargura en volverse tristeza. Con Eitne enfadado, y el resto, que tenía claro que no le tenían cariño alguno sino más lo contrario y además Rox...Oh, Rox al que no había visitado ni una vez desde la salida, ya no debía ni considerarlo un amigo. Pero Hyun era incapaz de verle, un chico como él, atlético y guapo, probablemente de exito en la vida, estando así, hacía a Hyun verse más impotente ante ese mundo, le recordaba que vivía por suerte y a este paso, por poco. Soltó un suspiro entrecortado, al borde de las lágrimas justo antes de empezar a bajar las escaleras.

El corazón se le hubiera parado si fuera normal, Hyun no vió venir el empujón, pero desde luego sintió la caída. Y en el suelo, con un fuerte dolor repartido por su cuerpo, se hizo presente el muro. Por unos segundos Hyun se dejó llevar, en el suelo de un torreón que le quería matar, rodeado de gente a la que no le caía bien, pensando en que iba a morir, sin volver a ver a su hermana, impotente. Las lágrimas le caían con más rapidez de la esperada, mojando el suelo en el que antes habían amenazas escritas; gimiendo y moqueando. Se permitió un minuto o dos, pero inevitablemente tendría que levantarse, nadie debía verle así. Se secó las lágrimas y limpio la ropa y salió a buscar a Rox como tenía pensado. Mientras, mentalmente planeaba qué hacer; irse del torreón aunque se le pasó por la cabeza era disparatado y peligroso claramente, por otro lado el muro podía o escuchar las conversaciones o escuchar y ver y de este modo una nota escrita, lo primero que se le había ocurrido, no era un método seguro; tirar de Milo disimuladamente tenía el peligro de que este preguntara en alto que que quería o cualquier cosa; también se le ocurrió esperar a la noche donde podría hablar con Milo al salir con la escusa de los pánicos nocturnos; entonces se le ocurrió, saldría fuera tras hablar con Rox a esperar al grupo y separaría a Milo para hablar.