Torreón Maciel (Archivo VI)
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Tak
Naeryan
Yber
Alicia
Giniroryu
14 participantes
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Torreón Maciel (Archivo VI)
20/04/14, 07:13 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Archime no pudo hacer otra cosa que dejarse arrastrar hasta Maciel una vez más. Como aquella ocasión en la bahía. En realidad había más paralelismos de los que parecía a simple vista, pues en aquella ocasión también habían rescatado a Taro -aunque no solo a él- y el biomecánico también había agotado sus energías. El camino transcurrió si que el biomecánico fuese apenas consciente de lo que lo rodeaba, centrado en todo momento en controlar su respiración. No había llegado a darle un ataque de asma, pero si se sobreesforzaba sin duda le ocurriría.
Se aposentó en el sillón de siempre, todavía recuperando el aliento y habló tras Anriel.
—Debemos... curarlo... —musitó con la respiración agitada para después intentar llevar a cabo un hechizo de restauración.
No pudo. Probablemente todavía conservaba cierta reserva de energía mágica, pero el cansancio del uso continuado de hechizos exigentes fue superior a él. Se agitó ligeramente cuando recibió la palmada de Shaco y dejó en sus manos la tarea de curar al carabés mientras se recostaba en el sillón completamente agotado. Posiblemente debían repetir los sortilegios sanadores durante los próximos días para que Taro se recuperase correctamente, pero Archime les dio su visto bueno internamente a los que aplicó el humano a modo de primeros auxilios, dejando de preocuparse por aquel asunto en concreto.
—No deberías realizar... movimientos bruscos. Es preferible que... pidas ayuda para lo que necesites, por ahora —advirtió al carabés poco después cuando este hizo ademán de moverse.
Archime no pudo hacer otra cosa que dejarse arrastrar hasta Maciel una vez más. Como aquella ocasión en la bahía. En realidad había más paralelismos de los que parecía a simple vista, pues en aquella ocasión también habían rescatado a Taro -aunque no solo a él- y el biomecánico también había agotado sus energías. El camino transcurrió si que el biomecánico fuese apenas consciente de lo que lo rodeaba, centrado en todo momento en controlar su respiración. No había llegado a darle un ataque de asma, pero si se sobreesforzaba sin duda le ocurriría.
Se aposentó en el sillón de siempre, todavía recuperando el aliento y habló tras Anriel.
—Debemos... curarlo... —musitó con la respiración agitada para después intentar llevar a cabo un hechizo de restauración.
No pudo. Probablemente todavía conservaba cierta reserva de energía mágica, pero el cansancio del uso continuado de hechizos exigentes fue superior a él. Se agitó ligeramente cuando recibió la palmada de Shaco y dejó en sus manos la tarea de curar al carabés mientras se recostaba en el sillón completamente agotado. Posiblemente debían repetir los sortilegios sanadores durante los próximos días para que Taro se recuperase correctamente, pero Archime les dio su visto bueno internamente a los que aplicó el humano a modo de primeros auxilios, dejando de preocuparse por aquel asunto en concreto.
—No deberías realizar... movimientos bruscos. Es preferible que... pidas ayuda para lo que necesites, por ahora —advirtió al carabés poco después cuando este hizo ademán de moverse.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
27/04/14, 02:31 pm
Cuando alcanzaron la mesa lo dejó en una de las sillas y se puso a rebuscar en las alacenas para ayudar a poner la mesa. Cuando el carabés empezó a hablar se volvió para mirarlo, y vio que no paraba de revolver en las cestas. Aunque desde su cabeza escuchó a su madre riñendo al Taro, él no quería comportarse como si fuera ella.
―Puedes estar tranquilo. Te aseguro que todo esto es de verdad ―respondió tras su risotada, sin saber muy bien qué decir. Pensar en la terrible experiencia que debía haber vivido, encerrado tantas semanas, le daba escalofríos―. No sé si llegaste a bajar, estuve en el patio casi toda la tarde. Solo sé que tuviste algún problema con las escaleras. Debías de ir muy zombie.
Ya estaba poniendo la mesa y enseguida le llegó el turno a Taro de tener un plato y cubiertos delante. Al poner el último servicio dijo a los presentes que iba a avisar a los que faltaban por ponerse a la mesa y se fue a buscarlos.
―Puedes estar tranquilo. Te aseguro que todo esto es de verdad ―respondió tras su risotada, sin saber muy bien qué decir. Pensar en la terrible experiencia que debía haber vivido, encerrado tantas semanas, le daba escalofríos―. No sé si llegaste a bajar, estuve en el patio casi toda la tarde. Solo sé que tuviste algún problema con las escaleras. Debías de ir muy zombie.
Ya estaba poniendo la mesa y enseguida le llegó el turno a Taro de tener un plato y cubiertos delante. Al poner el último servicio dijo a los presentes que iba a avisar a los que faltaban por ponerse a la mesa y se fue a buscarlos.
- Naeryan
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Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
27/04/14, 07:12 pm
-No recuerdo nada raro en las escaleras- murmuró Taro perplejo. De hecho recordaba distintivamente haber llegado abajo, pero vete a saber qué cosas estaba confundiendo. Cío le confirmó que todo aquello era real y eso le hizo sentirse un poco más seguro, aunque no del todo.
Siguió sirviéndose de forma metódica mientras el irrense ponía la mesa, preparando frente a sí todo lo que pretendía comer. Por sus manos pasaron bollos irrenses, tabletas energéticas, pan, requesón ordés, fruta, y todo lo que pudo encontrar que tuviera buena pinta. La avidez había provocado que se le olvidase que la comida no carabesa solo engañaría el hambre temporalmente. "Lo repondré todo saliendo a buscar cestas", se prometió mentalmente.
Levantó la vista para seguir formulando preguntas a Cío en cierto momento, pero el irrense se había marchado a llamar al resto de macieleros a comer. En Carabás no se crecía con la costumbre de esperar a los demás para comer, y aun de ser así Taro no lo habría hecho igualmente. Estaba desnutrido y tenía excusa.
Cuando terminó miró inexpresivo un momento todas las viandas frente a él como si se tratasen de un espejismo. Había fantaseado con festines tantas veces a lo largo de aquel encierro que no le habría extrañado que fuesen un truco cruel más de la casa, y que se despertase justo en ese mismo momento.
Entonces le llegó la primera vaharada de olor a comida del plato que tenía delante, y un instinto animal despertó dentro de él haciéndole reaccionar. Empezó a salivar y esbozó una sonrisa canina, ansiosa.
Empezó despacio, pero el estallido del sabor en la boca, unido al conocimiento de que ahora nadie podía restringirle a cucharaditas, hizo que perdiese el autocontrol y comenzase a comer con voracidad enfermiza, con la rabia vengativa que confería el hambre de semanas acumuladas. Pinchaba y cortaba con brusquedad y lo justo para que el trozo que se metiese en la boca no le asfixiase, masticando con tanta fuerza que se hacía daño. Se mordió varias veces la lengua y el interior de los carrillos con las prisas pero lo ignoró, reclamando la comida para sí como si temiera que una fuerza invisible se la quitase. Se detenía lo justo para respirar, ignorando las protestas de su garganta y de su estómago cuando ingería algo demasiado grande, que quemase o demasiado rápido, bajándolo todo con agua. Su estómago, empequeñecido por el tiempo de ayuno, no estaba preparado para aquel ataque repentino y las punzadas de protesta que en un principio había ignorado crecieron progresivamente hasta convertirse en insoportables.
Habría seguido comiendo hasta reventar de no ser porque en un momento dado sucedió lo que tenía que suceder y el carabés se atragantó. Empezó a toser y en ese momento su estómago contraatacó al bombardeo sin piedad al que estaba siendo sometido.
Taro se puso pálido y trastabilló al terminar de incorporarse. Tambaleándose al caminar pero apoyándose en las paredes para conseguir no caerse, llegó a duras penas a las letrinas y una vez allí vomitó con violencia todo lo que había ingerido. Con las arcadas expulsó junto a la comida todo el miedo acumulado a lo largo de aquellas largas semanas en el sótano.
Le quemaba la garganta, le dolía el estómago y el mareo no le dejaba volver a incorporarse, de modo que se limitó a sentarse y apoyar la frente cubierta en sudor frío en la puerta de la letrina. Iría a lavarse más tarde, cuando el mundo se estabilizara un poco. Se sentía como un estropajo y probablemente presentaba el mismo aspecto, pero también se notaba más consciente de sí mismo.
No entendía por qué había vomitado, y seguía habiendo muchos otros agujeros que no sabía rellenar, pero ahora había encontrado una pequeña certeza que había acallado, de momento, una de sus dudas.
Había salido realmente de la casa. No era una ilusión, y el alivio que sintió en ese momento fue tan intenso que se tapó la cara con las manos y empezó a convulsionarse en silencio, sin saber hasta qué punto le estaba invadiendo la risa floja y hasta cuál habían empezado a escaparse las lágrimas.
Siguió sirviéndose de forma metódica mientras el irrense ponía la mesa, preparando frente a sí todo lo que pretendía comer. Por sus manos pasaron bollos irrenses, tabletas energéticas, pan, requesón ordés, fruta, y todo lo que pudo encontrar que tuviera buena pinta. La avidez había provocado que se le olvidase que la comida no carabesa solo engañaría el hambre temporalmente. "Lo repondré todo saliendo a buscar cestas", se prometió mentalmente.
Levantó la vista para seguir formulando preguntas a Cío en cierto momento, pero el irrense se había marchado a llamar al resto de macieleros a comer. En Carabás no se crecía con la costumbre de esperar a los demás para comer, y aun de ser así Taro no lo habría hecho igualmente. Estaba desnutrido y tenía excusa.
Cuando terminó miró inexpresivo un momento todas las viandas frente a él como si se tratasen de un espejismo. Había fantaseado con festines tantas veces a lo largo de aquel encierro que no le habría extrañado que fuesen un truco cruel más de la casa, y que se despertase justo en ese mismo momento.
Entonces le llegó la primera vaharada de olor a comida del plato que tenía delante, y un instinto animal despertó dentro de él haciéndole reaccionar. Empezó a salivar y esbozó una sonrisa canina, ansiosa.
Empezó despacio, pero el estallido del sabor en la boca, unido al conocimiento de que ahora nadie podía restringirle a cucharaditas, hizo que perdiese el autocontrol y comenzase a comer con voracidad enfermiza, con la rabia vengativa que confería el hambre de semanas acumuladas. Pinchaba y cortaba con brusquedad y lo justo para que el trozo que se metiese en la boca no le asfixiase, masticando con tanta fuerza que se hacía daño. Se mordió varias veces la lengua y el interior de los carrillos con las prisas pero lo ignoró, reclamando la comida para sí como si temiera que una fuerza invisible se la quitase. Se detenía lo justo para respirar, ignorando las protestas de su garganta y de su estómago cuando ingería algo demasiado grande, que quemase o demasiado rápido, bajándolo todo con agua. Su estómago, empequeñecido por el tiempo de ayuno, no estaba preparado para aquel ataque repentino y las punzadas de protesta que en un principio había ignorado crecieron progresivamente hasta convertirse en insoportables.
Habría seguido comiendo hasta reventar de no ser porque en un momento dado sucedió lo que tenía que suceder y el carabés se atragantó. Empezó a toser y en ese momento su estómago contraatacó al bombardeo sin piedad al que estaba siendo sometido.
Taro se puso pálido y trastabilló al terminar de incorporarse. Tambaleándose al caminar pero apoyándose en las paredes para conseguir no caerse, llegó a duras penas a las letrinas y una vez allí vomitó con violencia todo lo que había ingerido. Con las arcadas expulsó junto a la comida todo el miedo acumulado a lo largo de aquellas largas semanas en el sótano.
Le quemaba la garganta, le dolía el estómago y el mareo no le dejaba volver a incorporarse, de modo que se limitó a sentarse y apoyar la frente cubierta en sudor frío en la puerta de la letrina. Iría a lavarse más tarde, cuando el mundo se estabilizara un poco. Se sentía como un estropajo y probablemente presentaba el mismo aspecto, pero también se notaba más consciente de sí mismo.
No entendía por qué había vomitado, y seguía habiendo muchos otros agujeros que no sabía rellenar, pero ahora había encontrado una pequeña certeza que había acallado, de momento, una de sus dudas.
Había salido realmente de la casa. No era una ilusión, y el alivio que sintió en ese momento fue tan intenso que se tapó la cara con las manos y empezó a convulsionarse en silencio, sin saber hasta qué punto le estaba invadiendo la risa floja y hasta cuál habían empezado a escaparse las lágrimas.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
27/04/14, 07:42 pm
Ri se quedó traspuesta en un rincón del sofa, hecha un ovillo, después de comer. Cuando se despertó no se sentía descansada; era como haber hecho un paréntesis en su vida sin ninguna consecuencia -Excepto un ligero dolor de cervicales, quizás-. No había sido un sueño tranquilo, pero sí uno vacío, sin nada desagradable que recordar. El sonido la arrastró con lentitud a la realidad: voces que aún no se molestaba en descifrar, actividad... Entonces el ruido de alguien que se atraganta la hizo incorporarse bruscamente, buscando el apoyo del reposabrazos. Su cerebro unió las ideas confusas que le habían llegado medio dormida. Siguió a Taro al patio.
- Te lo dije- sonó tan plano que pareció más duro de lo que pretendía. Se agachó a su lado consciente de las suaves sacudidas de sus hombros y lo que podían significar. Se sintió ligeramente incómoda por interrumpir aquello. No se amilanó, por otro lado, aunque su tono se dulcificó- Tu estómago no tiene donde meter todo eso. Tendrá que recuperar su tamaño con el tiempo. ¿Quién estaba contigo? – “¿por qué no te lo ha impedido?”. Suspiró. Se deshizo el vendaje de la mano izquierda y se lo tendió.- Por si necesitas limpiarte. Si aún tienes apetito... después de enjuagarte la boca podemos sustituir eso por una cantidad más razonable. Usaremos algo de tu mundo.
Ri trataba de respetar la intimidad del carabés no mirándole a la cara. Aun hablando a su clavícula, más que a él, se disculpó
. -¿Quieres.... ¿Necesitas ayuda para algo? ¿o prefieres que me vaya?
- Te lo dije- sonó tan plano que pareció más duro de lo que pretendía. Se agachó a su lado consciente de las suaves sacudidas de sus hombros y lo que podían significar. Se sintió ligeramente incómoda por interrumpir aquello. No se amilanó, por otro lado, aunque su tono se dulcificó- Tu estómago no tiene donde meter todo eso. Tendrá que recuperar su tamaño con el tiempo. ¿Quién estaba contigo? – “¿por qué no te lo ha impedido?”. Suspiró. Se deshizo el vendaje de la mano izquierda y se lo tendió.- Por si necesitas limpiarte. Si aún tienes apetito... después de enjuagarte la boca podemos sustituir eso por una cantidad más razonable. Usaremos algo de tu mundo.
Ri trataba de respetar la intimidad del carabés no mirándole a la cara. Aun hablando a su clavícula, más que a él, se disculpó
. -¿Quieres.... ¿Necesitas ayuda para algo? ¿o prefieres que me vaya?
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
27/04/14, 08:40 pm
Se percató de que había llegado alguien, pero estaba demasiado cansado para sentir bochorno. Le sorprendió que fuese Ri y no Shaco, cuya actitud inexpresiva cada vez le resultaba más extraña. No se había esperado un despliegue de efusividad cuando había bajado las escaleras pero sí al menos un saludo al llegar, aunque el hambre había desplazado rápidamente aquella cuestión.
Se limpió los ojos a toda prisa y tosió para despejarse la garganta. Ya le había visto, no tenía sentido representarle una película para hacerse el duro. Bastaba con no montarle un drama.
-No lo sabía- murmuró con tono culpable ante la mención de tener el estómago encogido. Nunca había oído nada parecido, pero tenía bastante sentido. No respondió cuando la sinhadre preguntó por quién le estaba vigilando en ese momento; no quería chivarse de Cío que, al fin y al cabo, no había hecho nada malo.
-Gracias- aceptó el vendaje procurando mancharlo lo menos posible; se lo lavaría en cuanto pudiera. Podía pedir a Archi o a cualquier otro que usase un hechizo de limpieza que probablemente lo dejase incluso mejor que cuando la sinhadre lo llevaba puesto, pero para cualquier carabés era ilógico que otro limpiase lo que uno iba ensuciando a su paso.
-No, no- se apresuró a decir, y empezó a incorporarse en ese momento, tampoco muy entusiasta para establecer contacto visual. Era una situación incómoda para él también y no pretendía alargarla más de lo necesario. Dejaría las reflexiones para más tarde-. Ya pasó, no me voy a quedar aquí toda la vida, ¿no?- añadió con una risa desganada, intentando quitarle hierro al asunto. Dudó un poco en ese momento preguntándose si debía importunarla aún más, pero en vistas de que aparentemente ese mismo día se había caído por las escaleras decidió no jugársela-. Pero si me acompañas al pozo antes de entrar me sentiré un poco más seguro de que no me la voy a pegar con el suelo.
La sinhadre accedió y allí Taro aprovechó que ya había un cubo lleno fuera para asearse. Mientras tanto su cerebro empezó a superar la impresión y a funcionar en direcciones más mundanas.
-Me han dicho que me subiste al piso de arriba- comentó cuando recordó el comentario de Cío-. Estás más cachas de lo que creía- era una frase un poco rara, pero Ri no parecía ser del tipo que se ofendía por chorradas así que Taro la soltó tal cual la pensó-. ¿Entramos?
Se limpió los ojos a toda prisa y tosió para despejarse la garganta. Ya le había visto, no tenía sentido representarle una película para hacerse el duro. Bastaba con no montarle un drama.
-No lo sabía- murmuró con tono culpable ante la mención de tener el estómago encogido. Nunca había oído nada parecido, pero tenía bastante sentido. No respondió cuando la sinhadre preguntó por quién le estaba vigilando en ese momento; no quería chivarse de Cío que, al fin y al cabo, no había hecho nada malo.
-Gracias- aceptó el vendaje procurando mancharlo lo menos posible; se lo lavaría en cuanto pudiera. Podía pedir a Archi o a cualquier otro que usase un hechizo de limpieza que probablemente lo dejase incluso mejor que cuando la sinhadre lo llevaba puesto, pero para cualquier carabés era ilógico que otro limpiase lo que uno iba ensuciando a su paso.
-No, no- se apresuró a decir, y empezó a incorporarse en ese momento, tampoco muy entusiasta para establecer contacto visual. Era una situación incómoda para él también y no pretendía alargarla más de lo necesario. Dejaría las reflexiones para más tarde-. Ya pasó, no me voy a quedar aquí toda la vida, ¿no?- añadió con una risa desganada, intentando quitarle hierro al asunto. Dudó un poco en ese momento preguntándose si debía importunarla aún más, pero en vistas de que aparentemente ese mismo día se había caído por las escaleras decidió no jugársela-. Pero si me acompañas al pozo antes de entrar me sentiré un poco más seguro de que no me la voy a pegar con el suelo.
La sinhadre accedió y allí Taro aprovechó que ya había un cubo lleno fuera para asearse. Mientras tanto su cerebro empezó a superar la impresión y a funcionar en direcciones más mundanas.
-Me han dicho que me subiste al piso de arriba- comentó cuando recordó el comentario de Cío-. Estás más cachas de lo que creía- era una frase un poco rara, pero Ri no parecía ser del tipo que se ofendía por chorradas así que Taro la soltó tal cual la pensó-. ¿Entramos?
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
27/04/14, 09:32 pm
La observación del chico le arrancó una sonrisa.
-Pesas muy poco-repuso-. Llevo años haciendo Qin, y exige una buena forma física. Procuro no descuidarla.
Asintió y todavía con un brazo tras su espalda, que había colocado ahí para llevarlo al pozo, y con el que lo sujetaba, le ayudó a pasar al salón. Le dedicó una mirada significativamente hosca al aurva humano, sin reacción por su parte. Le molestaba la expresión de su rostro, tan fuera de lugar. En realidad, era más correcto decir que había pasado a formar parte del lugar. Era como si ya no fuese un chico, sino un mueble más. Anriel frunció el ceño momentáneamente y reprimió toda su irritación para echar una mano al carabés. Cogió un bollo irrense y requesón. El primero lo partió por la mitad, y lo segundo en pequeñas porciones, apenas un bocado. Se lo tendió en un plato.
- Esto es lo que puede ser tu cena, si todavía quieres. Deberías comer, de todas formas. Pero lento- añadió en seguida. A pesar de todo, creía que la vomitera le habría quitado las ganas de otra cosa. Alzó la cabeza al regreso de Cio y de los demás comensales. Si preguntó, Anriel le dio una explicación parca de lo sucedido. Miró de soslayo al carabés. Esperaba que no sintiese envidia de los otros platos.
-Pesas muy poco-repuso-. Llevo años haciendo Qin, y exige una buena forma física. Procuro no descuidarla.
Asintió y todavía con un brazo tras su espalda, que había colocado ahí para llevarlo al pozo, y con el que lo sujetaba, le ayudó a pasar al salón. Le dedicó una mirada significativamente hosca al aurva humano, sin reacción por su parte. Le molestaba la expresión de su rostro, tan fuera de lugar. En realidad, era más correcto decir que había pasado a formar parte del lugar. Era como si ya no fuese un chico, sino un mueble más. Anriel frunció el ceño momentáneamente y reprimió toda su irritación para echar una mano al carabés. Cogió un bollo irrense y requesón. El primero lo partió por la mitad, y lo segundo en pequeñas porciones, apenas un bocado. Se lo tendió en un plato.
- Esto es lo que puede ser tu cena, si todavía quieres. Deberías comer, de todas formas. Pero lento- añadió en seguida. A pesar de todo, creía que la vomitera le habría quitado las ganas de otra cosa. Alzó la cabeza al regreso de Cio y de los demás comensales. Si preguntó, Anriel le dio una explicación parca de lo sucedido. Miró de soslayo al carabés. Esperaba que no sintiese envidia de los otros platos.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
27/04/14, 11:09 pm
Taro se encogió lo más discretamente que pudo en el asiento cuando Ri explicó lo que había pasado, intentando hacerse más pequeño y desaparecer un ratito. Captó la mirada escandalizada de Cío y se rebulló inquieto, sintiéndose obligado a aportar algo para disculparse a todos en general.
-No sabía que me podía sentar mal. Lo repondré cuando pueda salir a por las cestas. De verdad- carraspeó, un poco avergonzado.
Se le había quitado el apetito por completo, pero al fin y al cabo seguía teniendo el estómago vacío y necesitaba calorías para recuperarse. Con aquello en mente pasó a mordisquear sin mucho ánimo su parte de la cena. Dio vueltas a la mejor forma de formular las preguntas que tenía, para al final optar por lanzarse y soltarlas tal cual. No había una forma no extraña de plantearlas.
-Esto... Sonará un poco raro, pero ¿qué hago aquí?- preguntó a todos los presentes-. Es que no recuerdo cómo he salido- se justificó cuando se pararon a mirarle-. Si me metéis una trola y me decís que me he teletransportado me lo creo. ¿Cuánto tiempo he pasado ahí abajo? Parecían siglos- sabía que habían sido varios días, o más bien lo intuía, pero había perdido por completo la noción del tiempo allí ante la carencia de luz solar.
Miró de reojo a Shaco, quien no se había unido a los demás para cenar, con la esperanza de que tomase el relevo y se aviniese a unirse a la conversación como solía hacer. Aquella cara de muerto y su nuevo mutismo le estaban poniendo los pelos de punta.
-No sabía que me podía sentar mal. Lo repondré cuando pueda salir a por las cestas. De verdad- carraspeó, un poco avergonzado.
Se le había quitado el apetito por completo, pero al fin y al cabo seguía teniendo el estómago vacío y necesitaba calorías para recuperarse. Con aquello en mente pasó a mordisquear sin mucho ánimo su parte de la cena. Dio vueltas a la mejor forma de formular las preguntas que tenía, para al final optar por lanzarse y soltarlas tal cual. No había una forma no extraña de plantearlas.
-Esto... Sonará un poco raro, pero ¿qué hago aquí?- preguntó a todos los presentes-. Es que no recuerdo cómo he salido- se justificó cuando se pararon a mirarle-. Si me metéis una trola y me decís que me he teletransportado me lo creo. ¿Cuánto tiempo he pasado ahí abajo? Parecían siglos- sabía que habían sido varios días, o más bien lo intuía, pero había perdido por completo la noción del tiempo allí ante la carencia de luz solar.
Miró de reojo a Shaco, quien no se había unido a los demás para cenar, con la esperanza de que tomase el relevo y se aviniese a unirse a la conversación como solía hacer. Aquella cara de muerto y su nuevo mutismo le estaban poniendo los pelos de punta.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
28/04/14, 12:08 am
Subió hasta la última planta y luego bajó dando avisos allí donde hubiese un macielero, llegando por último al estudio donde se encontraba Archi, con quien se puso a hablar durante unos minutos antes de bajar por las escaleras. El ingeniero seguía agotado por el uso intensivo de magia y lo ayudó también a él a bajar las escaleras, logrando que terminara por sentirse una suerte de grúa aquel día. Le sorprendía lo que la magia podía hacerle al cuerpo y, de hecho, le parecía incluso un poco preocupante.
Cuando llegó se encontró con que la cesta que estaba al alcance de Taro estaba sorprendentemente menguada de contenido. El chico tenía mala cara y, de nuevo, Ri se encargaba de racionarle la comida. Cuando preguntó si había pasado algo poco le faltó para llevarse las manos a la cabeza. No tenía ni idea de que el hambre pudiese volver a uno tan irracional, y creía que la ansia con que revolvía Taro los víveres no tenía que ver con que acabase comiendo hasta ponerse malo. No se sintió culpable, porque no había sido él quien le metió la comida en la boca, pero se dio cuenta de que si hacía falta una persona para cuidar enfermos, ese no debía ser él.
―Bueno, errando se aprende ―fue todo lo que dijo a Taro cuando utilizó aquel tono de disculpa―. No te preocupes por la comida, no estamos tan mal de reservas.
Llenó un plato y se sentó a la mesa, comiendo en silencio hasta que el carabés empezó a hacer preguntas.
―Unos veinte días ―respondió. Había echado cuentas esa misma tarde en el patio, por simple curiosidad, mientras se preguntaba si era la fisiología de los carabeses lo que le había permitido vivir encerrado tanto tiempo o había algo más―. Fue gracias al mago profesional ―explicó después, señalando a Archi vagamente con el pulgar―. Se ha quedado para el arrastre, pero te sacó atravesando las paredes de la casa. Ni siquiera sabíamos seguro si estabas allí hasta hoy.
Dejó los detalles mágicos para quien tuviera más idea que él y se llevó otra vez el tenedor a la boca, desviando un momento la mirada por el resto de la planta baja del torreón. Se preguntaba cuánto tardaría Taro en darse cuenta de que Baurus no estaba por ningún lado, y por tanto en enterarse de que había sufrido un destino semejante al suyo.
Cuando llegó se encontró con que la cesta que estaba al alcance de Taro estaba sorprendentemente menguada de contenido. El chico tenía mala cara y, de nuevo, Ri se encargaba de racionarle la comida. Cuando preguntó si había pasado algo poco le faltó para llevarse las manos a la cabeza. No tenía ni idea de que el hambre pudiese volver a uno tan irracional, y creía que la ansia con que revolvía Taro los víveres no tenía que ver con que acabase comiendo hasta ponerse malo. No se sintió culpable, porque no había sido él quien le metió la comida en la boca, pero se dio cuenta de que si hacía falta una persona para cuidar enfermos, ese no debía ser él.
―Bueno, errando se aprende ―fue todo lo que dijo a Taro cuando utilizó aquel tono de disculpa―. No te preocupes por la comida, no estamos tan mal de reservas.
Llenó un plato y se sentó a la mesa, comiendo en silencio hasta que el carabés empezó a hacer preguntas.
―Unos veinte días ―respondió. Había echado cuentas esa misma tarde en el patio, por simple curiosidad, mientras se preguntaba si era la fisiología de los carabeses lo que le había permitido vivir encerrado tanto tiempo o había algo más―. Fue gracias al mago profesional ―explicó después, señalando a Archi vagamente con el pulgar―. Se ha quedado para el arrastre, pero te sacó atravesando las paredes de la casa. Ni siquiera sabíamos seguro si estabas allí hasta hoy.
Dejó los detalles mágicos para quien tuviera más idea que él y se llevó otra vez el tenedor a la boca, desviando un momento la mirada por el resto de la planta baja del torreón. Se preguntaba cuánto tardaría Taro en darse cuenta de que Baurus no estaba por ningún lado, y por tanto en enterarse de que había sufrido un destino semejante al suyo.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
28/04/14, 12:38 am
Archime había subido al estudio, o más bien casi se había arrastrado hasta allí, realizando múltiples paradas en las escaleras apoyándose en la pared cada dos escalones. Una vez allí, hizo amago de abrir el diccionario, pero fue casi un gesto inconsciente. No tenía fuerzas ni siquiera para traducir y su intención había sido desde el principio hacer lo que hizo a continuación.
Allí se lo encontró Cío horas después, tecleando mecánicamente mientras introducía información en su base de datos. Había empezado a crear el apartado correspondiente a las criaturas peligrosas que poblaban la ciudad y se había quedado observando fijamente una fotografía de Astra, sumido en recuerdos sobre la pesadilla, cuando el otro irrense lo sacó de su ensimismamiento.
Bajó a cenar, pues sin duda lo necesitaba, con la ayuda de Cío y se sentó pesadamente en la misma silla de siempre. Comenzó a comer en silencio y alzó ligeramente la cabeza cuando Taro realizó las preguntas, pero prefirió dejar que respondiese cualquier otro para añadir después la información faltante.
—No has de preocuparte por la comida, he instalado un sistema de refrigeración mediante el uso del anclaje de hechizos —le explicó mirando hacia el mueble que hacía las veces de nevera y del cual colgaba el medidor de magnitudes—. Disponemos de más provisiones almacenadas. En cuanto a tu liberación, encontré un hechizo llamado niebla mágica que permite desplazar la visión hacia cualquier punto en los alrededores, incluso aunque haya obstáculos en medio. Decidimos probar suerte en la avenida ya que fue donde desapareciste y te vi, gracias a su uso dentro, de aquella casa. Empleé la intangibilidad para entrar y sobre ambos para salir, aunque previamente utilicé levitación sobre ti debido a que una sustancia corrosiva comenzó a inundar la estancia en cuanto deshice las cadenas con el sortilegio para moldear materia inorgánica.
El hincapié del irrense en los hechizos empleados hacía patente que el mérito era de la magia, ya que sin su uso nunca hubieran podido rescatarlo. Su tono, aunque tan monótono como siempre, lo que denotaba era su agotamiento.
Allí se lo encontró Cío horas después, tecleando mecánicamente mientras introducía información en su base de datos. Había empezado a crear el apartado correspondiente a las criaturas peligrosas que poblaban la ciudad y se había quedado observando fijamente una fotografía de Astra, sumido en recuerdos sobre la pesadilla, cuando el otro irrense lo sacó de su ensimismamiento.
Bajó a cenar, pues sin duda lo necesitaba, con la ayuda de Cío y se sentó pesadamente en la misma silla de siempre. Comenzó a comer en silencio y alzó ligeramente la cabeza cuando Taro realizó las preguntas, pero prefirió dejar que respondiese cualquier otro para añadir después la información faltante.
—No has de preocuparte por la comida, he instalado un sistema de refrigeración mediante el uso del anclaje de hechizos —le explicó mirando hacia el mueble que hacía las veces de nevera y del cual colgaba el medidor de magnitudes—. Disponemos de más provisiones almacenadas. En cuanto a tu liberación, encontré un hechizo llamado niebla mágica que permite desplazar la visión hacia cualquier punto en los alrededores, incluso aunque haya obstáculos en medio. Decidimos probar suerte en la avenida ya que fue donde desapareciste y te vi, gracias a su uso dentro, de aquella casa. Empleé la intangibilidad para entrar y sobre ambos para salir, aunque previamente utilicé levitación sobre ti debido a que una sustancia corrosiva comenzó a inundar la estancia en cuanto deshice las cadenas con el sortilegio para moldear materia inorgánica.
El hincapié del irrense en los hechizos empleados hacía patente que el mérito era de la magia, ya que sin su uso nunca hubieran podido rescatarlo. Su tono, aunque tan monótono como siempre, lo que denotaba era su agotamiento.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
28/04/14, 02:04 am
Taro escuchó en silencio mientras comía, acompañándose de sorbitos ocasionales de agua y notando cómo el estómago se le iba asentando. Dicho silencio se atribuyó más tarde a la impresión al oír las palabras de Cío.
Veinte días. Había pasado no unas pocas noches, sino casi tres semanas en el sótano.
-Vaya- fue todo lo que le salió, aunque su cara reflejaba lo conmocionante de la noticia.
La mención de la magia también le dio rabia, y apretó los puños bajo la mesa. Reconocía todos y cada uno de los hechizos y eso lo hacía aún más frustrante. El truco para salir era así de fácil, y más de una vez dentro del sótano había maldecido su incapacidad para realizar un simple hechizo térmico que despegase las cadenas de la pared, una intangibilidad que lo sacase de allí o un impacto que se cargase las paredes. No sentía envidia de ninguna clase hacia Archi, pero sí rencor contra sí mismo por valer tan poco.
El irrense ya le había parecido un mago raro desde que paralizó al cetáceo gigante en la playa. De hecho en aquella ocasión también les había salvado el culo, y quizá fuese eso lo que no le cuadraba al carabés. A juzgar por sus capacidades Archi tenía toda la pinta de ser un tipo A de pura cepa, y los As no se comportaban así. No tenían motivos.
Fijó la mirada en el irrense en silencio, reconociendo las señales de cansancio mágico. No entendía qué proceso había seguido para decidir que era ventajoso emplear sus recursos en rescatar una causa perdida, pero una cosa tenía clara: se lo agradecía, y mucho. Se alegraba de que el encargado de la magia en Maciel fuese alguien así.
-Veinte días es mucho tiempo- lo dijo sin mirar a nadie-. No sé cuántos me dabais ya por muerto y tampoco me importa. Gracias por pensar que valía la pena sacarme de ahí.
No dejó mucho espacio a las respuestas de rigor y rápidamente carraspeó para cambiar de tema. Se sentía cursi.
-¿Qué cosas han pasado en todo este tiempo?
Veinte días. Había pasado no unas pocas noches, sino casi tres semanas en el sótano.
-Vaya- fue todo lo que le salió, aunque su cara reflejaba lo conmocionante de la noticia.
La mención de la magia también le dio rabia, y apretó los puños bajo la mesa. Reconocía todos y cada uno de los hechizos y eso lo hacía aún más frustrante. El truco para salir era así de fácil, y más de una vez dentro del sótano había maldecido su incapacidad para realizar un simple hechizo térmico que despegase las cadenas de la pared, una intangibilidad que lo sacase de allí o un impacto que se cargase las paredes. No sentía envidia de ninguna clase hacia Archi, pero sí rencor contra sí mismo por valer tan poco.
El irrense ya le había parecido un mago raro desde que paralizó al cetáceo gigante en la playa. De hecho en aquella ocasión también les había salvado el culo, y quizá fuese eso lo que no le cuadraba al carabés. A juzgar por sus capacidades Archi tenía toda la pinta de ser un tipo A de pura cepa, y los As no se comportaban así. No tenían motivos.
Fijó la mirada en el irrense en silencio, reconociendo las señales de cansancio mágico. No entendía qué proceso había seguido para decidir que era ventajoso emplear sus recursos en rescatar una causa perdida, pero una cosa tenía clara: se lo agradecía, y mucho. Se alegraba de que el encargado de la magia en Maciel fuese alguien así.
-Veinte días es mucho tiempo- lo dijo sin mirar a nadie-. No sé cuántos me dabais ya por muerto y tampoco me importa. Gracias por pensar que valía la pena sacarme de ahí.
No dejó mucho espacio a las respuestas de rigor y rápidamente carraspeó para cambiar de tema. Se sentía cursi.
-¿Qué cosas han pasado en todo este tiempo?
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
28/04/14, 07:48 pm
Archime no supo que responder a Taro. Por una parte, no comprendía por qué podría no “valer la pena” salvar a alguien de semejante destino si estaba en sus manos hacerlo. Por otra, le sonó a momento en el que se debería decir algo concreto pero el irrense no tenía ni idea de qué.
Tras el momento incómodo, al menos para el biomecánico, el carabés realizó una nueva pregunta. En este caso el ingeniero sí reaccionó enseguida y no le supuso ningún problema responder a su cuestión con la información más importante al respecto. Comenzó en orden de acontecimientos y le explicó que habían muerto el auro y el roquense en el torreón Letargo, así como le relató brevemente la visita del grupo de los sendarios.
—Ayer falleció Rica 5 debido a una enfermedad. Y Baurus desapareció en el interior de una casa hecha de dulces. También tratamos de averiguar si seguía vivo y sacarlo, pero parecía ser completamente impermeable a la magia… —Fue lo último que le contó al carabés, en un tono que denotaba mayor desánimo que el que había empleado hasta el momento.
Tras el momento incómodo, al menos para el biomecánico, el carabés realizó una nueva pregunta. En este caso el ingeniero sí reaccionó enseguida y no le supuso ningún problema responder a su cuestión con la información más importante al respecto. Comenzó en orden de acontecimientos y le explicó que habían muerto el auro y el roquense en el torreón Letargo, así como le relató brevemente la visita del grupo de los sendarios.
—Ayer falleció Rica 5 debido a una enfermedad. Y Baurus desapareció en el interior de una casa hecha de dulces. También tratamos de averiguar si seguía vivo y sacarlo, pero parecía ser completamente impermeable a la magia… —Fue lo último que le contó al carabés, en un tono que denotaba mayor desánimo que el que había empleado hasta el momento.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
28/04/14, 09:36 pm
El carabés se detuvo a medio masticar. "No puede ser", pensó, mirando alternativamente al resto de sentados a la mesa. La cara de póquer de Archi era perfecta, pero si era alguna clase de chiste retorcido a alguno de los demás se le notaría. Escaneó sus rostros con casi expectación, o más bien la esperanza, de que alguno rompiese a reír y dijese "Has picado".
No sucedió, y entonces Taro se resignó a atar cabos y comprendió por qué Baurus no estaba sentado a la mesa, y por qué a Lara no se le había visto el pelo en todo el día. Por qué a pesar de su vuelta el ambiente del torreón era de funeral, y una vez más se sintió culpable por estar perturbando con sus trajines de vuelta a la vida el pesar más que justificado de los demás. No estaban para aguantarle tonterías.
El carabés se forzó a no dar vueltas de forma morbosa a las noticias. Sabía que lo haría cuando no tuviese nada con qué distraerse, y temía ese momento. Antes de venir a Rocavarancolia ya le daba miedo la muerte, y aquel rescate milagroso había alimentado la ingenua esperanza de que las amenazas a su vida fuesen vanas, sólo para asustar. El relato de aquellos que no habían tenido tanta suerte había hecho añicos de un mazazo esa creencia a la que había querido aferrarse nada más despertar.
-Eso es tremendo- reconoció con pesadumbre. Taro era amigo de resaltar lo obvio si veía que nadie más iba a hacerlo, pero no añadió ningún otro comentario al respecto: no sabía qué decir y ni siquiera estaba seguro de que siquiera hubiera algo que decir-. ¿Por eso está así?- inquirió en voz más baja, cabeceando a un catatónico Shaco en el sofá.
Era más fácil hablar de los vivos que de los muertos.
No sucedió, y entonces Taro se resignó a atar cabos y comprendió por qué Baurus no estaba sentado a la mesa, y por qué a Lara no se le había visto el pelo en todo el día. Por qué a pesar de su vuelta el ambiente del torreón era de funeral, y una vez más se sintió culpable por estar perturbando con sus trajines de vuelta a la vida el pesar más que justificado de los demás. No estaban para aguantarle tonterías.
El carabés se forzó a no dar vueltas de forma morbosa a las noticias. Sabía que lo haría cuando no tuviese nada con qué distraerse, y temía ese momento. Antes de venir a Rocavarancolia ya le daba miedo la muerte, y aquel rescate milagroso había alimentado la ingenua esperanza de que las amenazas a su vida fuesen vanas, sólo para asustar. El relato de aquellos que no habían tenido tanta suerte había hecho añicos de un mazazo esa creencia a la que había querido aferrarse nada más despertar.
-Eso es tremendo- reconoció con pesadumbre. Taro era amigo de resaltar lo obvio si veía que nadie más iba a hacerlo, pero no añadió ningún otro comentario al respecto: no sabía qué decir y ni siquiera estaba seguro de que siquiera hubiera algo que decir-. ¿Por eso está así?- inquirió en voz más baja, cabeceando a un catatónico Shaco en el sofá.
Era más fácil hablar de los vivos que de los muertos.
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- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
28/04/14, 10:37 pm
Ante el agradecimiento de Taro, Ri solo sacudió la cabeza; Nero le dedicó una media sonrisa y siguió comiendo. La tarea de dar malas noticias era para otro. El tacto casi nulo de Archi era otra de sus virtudes.
- Yo no creo que sea Shaco- dijo Nero con simpleza.
Le explicó brevemente a Taro los episodios pasados del aprendiz. Sabía que estaba provocando con ello y la curiosidad podía con él. Rocavarancolia parecía haber arrastrado a su pareja a cruzar la fachada neutral y su calma perpetua. Mientras la primera aun aguantaba, no tanto en su postura corporal como en el rostro; la segunda la abandonaba por momentos. Estaba tensa como un arco. Las dos bofetadas que le diera al chico en su momento no habían satisfecho nada. La pasividad y la cara de perro triste eran como un zumbido detrás de la oreja. Su falta de reacción la enervaba, porque en realidad, echaba de menos su locura y sus risas histriónicas y porque habiéndole visto llorar la pérdida de Taro, no le había visto decir aún ni hola.
- Yo no creo que sea Shaco- dijo Nero con simpleza.
Le explicó brevemente a Taro los episodios pasados del aprendiz. Sabía que estaba provocando con ello y la curiosidad podía con él. Rocavarancolia parecía haber arrastrado a su pareja a cruzar la fachada neutral y su calma perpetua. Mientras la primera aun aguantaba, no tanto en su postura corporal como en el rostro; la segunda la abandonaba por momentos. Estaba tensa como un arco. Las dos bofetadas que le diera al chico en su momento no habían satisfecho nada. La pasividad y la cara de perro triste eran como un zumbido detrás de la oreja. Su falta de reacción la enervaba, porque en realidad, echaba de menos su locura y sus risas histriónicas y porque habiéndole visto llorar la pérdida de Taro, no le había visto decir aún ni hola.
-
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
29/04/14, 12:17 am
-¿Cómo no va a ser...?- empezó a replicar Taro, pero Nero le dejó con la palabra en la boca al explicarle los bizarros cambios de humor, o más bien de personalidad, que el ruso había experimentado las últimas semanas. El carabés le escuchó de pe a pa, estupefacto. "Me he perdido un montón de cosas."
Aquella información le sirvió para sentirse más resuelto. La cena ya había terminado y tampoco es que tuviera nada más que hacer después de ésta, de modo que con avisando con "Un segundo" a los que quedasen en la cocina se levantó de la mesa con precaución, y se dirigió sin rodeos al sofá donde Shaco estaba espatarrado en plena actividad vegetal. En vista de que llamarlo en voz alta antes no había servido de nada, Taro le dio toques en el hombro hasta conseguir su atención.
-Estás raro- dijo sin rodeos-. ¿Qué te pasa?
Aquella información le sirvió para sentirse más resuelto. La cena ya había terminado y tampoco es que tuviera nada más que hacer después de ésta, de modo que con avisando con "Un segundo" a los que quedasen en la cocina se levantó de la mesa con precaución, y se dirigió sin rodeos al sofá donde Shaco estaba espatarrado en plena actividad vegetal. En vista de que llamarlo en voz alta antes no había servido de nada, Taro le dio toques en el hombro hasta conseguir su atención.
-Estás raro- dijo sin rodeos-. ¿Qué te pasa?
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
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- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
29/04/14, 12:21 am
Jack Nabukov
El ruso habia pasado las siguientes horas encerrado en su propia mente. Era consciente de su alrededor, de las voces, del sonido y movimiento. Simplemente optaba por no reaccionar. Todo aquello le estaba vacio de significado.
En un momento Taro se acercó y le hizo una pregunta un tanto extraña a su parecer. ¿Como no iba a estar sino? Tras descubrir aquello... Pero, obviamente, no lo expresó con palabras ante el carabés.
-¿Se supone que deberia estar de otra forma?-replicó lentamente.-Hace unas horas estabas muerto. Al menos para mi y los demás del torreón. Dime como deberia sentirme.-
Todo habia perdido el significado que una vez tuvo.
El ruso habia pasado las siguientes horas encerrado en su propia mente. Era consciente de su alrededor, de las voces, del sonido y movimiento. Simplemente optaba por no reaccionar. Todo aquello le estaba vacio de significado.
En un momento Taro se acercó y le hizo una pregunta un tanto extraña a su parecer. ¿Como no iba a estar sino? Tras descubrir aquello... Pero, obviamente, no lo expresó con palabras ante el carabés.
-¿Se supone que deberia estar de otra forma?-replicó lentamente.-Hace unas horas estabas muerto. Al menos para mi y los demás del torreón. Dime como deberia sentirme.-
Todo habia perdido el significado que una vez tuvo.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
29/04/14, 12:36 am
Ri había dejado con delicadeza el cubierto sobre el plato y se había levantado. Estaba cerca de Shaco como para apartar con cierta brusquedad a Taro y arrancar al otro del sillón. Hasta ese momento había conseguido reprimir la molestia, y todavía algo de ese autocontrol se percibía en el rumor ronco, como a gruñido de sus palabras. Seguía sin alzar la voz.
- Yo te diré como tienes que sentirte. Me da igual quien seas, me da igual que luces provocó que estuvieses asi. Tendrías que sentir, para empezar. – su manó se había agarrado firmemente a la camiseta de él.- Casi prefería cuando eras un imbécil. No pongas cara de no oírme. No quiero un mueble más en el salón. Devuélveme a mi amigo, o te lo saco a golpes.
- Yo te diré como tienes que sentirte. Me da igual quien seas, me da igual que luces provocó que estuvieses asi. Tendrías que sentir, para empezar. – su manó se había agarrado firmemente a la camiseta de él.- Casi prefería cuando eras un imbécil. No pongas cara de no oírme. No quiero un mueble más en el salón. Devuélveme a mi amigo, o te lo saco a golpes.
-
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
29/04/14, 12:46 am
Jack Nabukov
La expresión de Taro hubiera sido sin duda un digno espectaculo de ver, pero quiso el destino que Ri saltase a la palestra y, de nuevo en aquel día, alguien se pusiera físico con él. No habia reaccionado cuando la ulterana le levantó en vilo expresando su patetica preocupación por él. Patetica e infundada, pues como todos, fuera de aquela situación nadie le llegaria a apreciar o a conocer. Sin duda, no llegarian a conocer lo que habia hecho.
Luego Ri hablo. Pero aquelo si que arrancó una reacción del ruso. Giró la cabeza lentamente, al principio podia recordar como un perro, un gesto de confusión, pero pronto llego a romper aquel escenario. Tenia la caebza ladeada hasta el punto de tenerla apoyado sobre un hombro. Y entonces se rió. Se rió él solo. Y no era una risa energética pero alegre como la que tenia el aprendiz. Era una risa siseante, inapropiada y grosera. Cada sonido que salia de su garganta resonaba con golpes de voz de la manera más burlona posible y, aquella risa estaba dedicada enteramente a las palabras de Ri.
Su voz, como compaginada a su risa, era como el lamento de un gato agonizante que no tenia donde caerse muerto.
-¿A-Amigo dices?-logró preguntarle, entre carcajadas y lágrimas.-¿Qué sabes tú de tu amigo? ¡Venga! ¡Diselo a los demás! ¡Sabes que quieres hablar de "tu amigo"!¡Todos quieren~! Dubidubi du~-se puso a canturrear al final, añadiendole otra carcajada igual a la última.
La expresión de Taro hubiera sido sin duda un digno espectaculo de ver, pero quiso el destino que Ri saltase a la palestra y, de nuevo en aquel día, alguien se pusiera físico con él. No habia reaccionado cuando la ulterana le levantó en vilo expresando su patetica preocupación por él. Patetica e infundada, pues como todos, fuera de aquela situación nadie le llegaria a apreciar o a conocer. Sin duda, no llegarian a conocer lo que habia hecho.
Luego Ri hablo. Pero aquelo si que arrancó una reacción del ruso. Giró la cabeza lentamente, al principio podia recordar como un perro, un gesto de confusión, pero pronto llego a romper aquel escenario. Tenia la caebza ladeada hasta el punto de tenerla apoyado sobre un hombro. Y entonces se rió. Se rió él solo. Y no era una risa energética pero alegre como la que tenia el aprendiz. Era una risa siseante, inapropiada y grosera. Cada sonido que salia de su garganta resonaba con golpes de voz de la manera más burlona posible y, aquella risa estaba dedicada enteramente a las palabras de Ri.
Su voz, como compaginada a su risa, era como el lamento de un gato agonizante que no tenia donde caerse muerto.
-¿A-Amigo dices?-logró preguntarle, entre carcajadas y lágrimas.-¿Qué sabes tú de tu amigo? ¡Venga! ¡Diselo a los demás! ¡Sabes que quieres hablar de "tu amigo"!¡Todos quieren~! Dubidubi du~-se puso a canturrear al final, añadiendole otra carcajada igual a la última.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
29/04/14, 01:01 am
Más o menos en ese momento, la puerta del patio se abrió, y por ella apareció Xalkoth. El clinger andaba tambaleándose, con los brazos extendidos hacia delante como una momia. Además iba emitiendo ruidos, que venían a ser algo como lo siguiente:
-Ahh, uhhh, ehhh, ohhh.
La causa de ello había sido que mientras estaba fuera había dejado de poder enfocar bien la vista, y ante esto había decidido entrar a tientas mientras intentaba comprender lo que había pasado. Una vez dentro se dio cuenta de que su vista había vuelto a la normalidad, por lo que no había necesidad de mantener los brazos hacia delante, y los bajo.
-Oh ya recuperé la vista…- Y entonces se fijó en la escena que tenía ante sus ojos. –Oh… ¿me perdí algo importante?
No recordaba que a estas horas el grupo se entrenara usando a alguien como un saco de boxeo, pero bueno, podía apuntarse si era necesario
-Ahh, uhhh, ehhh, ohhh.
La causa de ello había sido que mientras estaba fuera había dejado de poder enfocar bien la vista, y ante esto había decidido entrar a tientas mientras intentaba comprender lo que había pasado. Una vez dentro se dio cuenta de que su vista había vuelto a la normalidad, por lo que no había necesidad de mantener los brazos hacia delante, y los bajo.
-Oh ya recuperé la vista…- Y entonces se fijó en la escena que tenía ante sus ojos. –Oh… ¿me perdí algo importante?
No recordaba que a estas horas el grupo se entrenara usando a alguien como un saco de boxeo, pero bueno, podía apuntarse si era necesario
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