Torreón Maciel (Archivo VI)
+10
Leonart
Evanna
Dal
Jack
Red
Tak
Naeryan
Yber
Alicia
Giniroryu
14 participantes
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Torreón Maciel (Archivo VI)
20/04/14, 07:13 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Archime no pudo hacer otra cosa que dejarse arrastrar hasta Maciel una vez más. Como aquella ocasión en la bahía. En realidad había más paralelismos de los que parecía a simple vista, pues en aquella ocasión también habían rescatado a Taro -aunque no solo a él- y el biomecánico también había agotado sus energías. El camino transcurrió si que el biomecánico fuese apenas consciente de lo que lo rodeaba, centrado en todo momento en controlar su respiración. No había llegado a darle un ataque de asma, pero si se sobreesforzaba sin duda le ocurriría.
Se aposentó en el sillón de siempre, todavía recuperando el aliento y habló tras Anriel.
—Debemos... curarlo... —musitó con la respiración agitada para después intentar llevar a cabo un hechizo de restauración.
No pudo. Probablemente todavía conservaba cierta reserva de energía mágica, pero el cansancio del uso continuado de hechizos exigentes fue superior a él. Se agitó ligeramente cuando recibió la palmada de Shaco y dejó en sus manos la tarea de curar al carabés mientras se recostaba en el sillón completamente agotado. Posiblemente debían repetir los sortilegios sanadores durante los próximos días para que Taro se recuperase correctamente, pero Archime les dio su visto bueno internamente a los que aplicó el humano a modo de primeros auxilios, dejando de preocuparse por aquel asunto en concreto.
—No deberías realizar... movimientos bruscos. Es preferible que... pidas ayuda para lo que necesites, por ahora —advirtió al carabés poco después cuando este hizo ademán de moverse.
Archime no pudo hacer otra cosa que dejarse arrastrar hasta Maciel una vez más. Como aquella ocasión en la bahía. En realidad había más paralelismos de los que parecía a simple vista, pues en aquella ocasión también habían rescatado a Taro -aunque no solo a él- y el biomecánico también había agotado sus energías. El camino transcurrió si que el biomecánico fuese apenas consciente de lo que lo rodeaba, centrado en todo momento en controlar su respiración. No había llegado a darle un ataque de asma, pero si se sobreesforzaba sin duda le ocurriría.
Se aposentó en el sillón de siempre, todavía recuperando el aliento y habló tras Anriel.
—Debemos... curarlo... —musitó con la respiración agitada para después intentar llevar a cabo un hechizo de restauración.
No pudo. Probablemente todavía conservaba cierta reserva de energía mágica, pero el cansancio del uso continuado de hechizos exigentes fue superior a él. Se agitó ligeramente cuando recibió la palmada de Shaco y dejó en sus manos la tarea de curar al carabés mientras se recostaba en el sillón completamente agotado. Posiblemente debían repetir los sortilegios sanadores durante los próximos días para que Taro se recuperase correctamente, pero Archime les dio su visto bueno internamente a los que aplicó el humano a modo de primeros auxilios, dejando de preocuparse por aquel asunto en concreto.
—No deberías realizar... movimientos bruscos. Es preferible que... pidas ayuda para lo que necesites, por ahora —advirtió al carabés poco después cuando este hizo ademán de moverse.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
25/06/14, 09:25 pm
<<Menos mal>>, pensó la madre al oír que no llegaban a ese extremo tan.... horroroso. Lo del colegio mágico le sonaba mucho más apetecible y, siendo sincera, Lara quería pensar que de haber nacido allí, habría sido de las que habría destacado. <<¿Cómo podrá la gente no querer estudiar magia?>>. No alcanzaba a comprenderlo: para ella todos los carabeses deberían de empollar los codos a saco. <<Despilfarrar una oportunidad así debe de ser como plantarle un ñordo a la Suerte en vez de darle las gracias por disponer de ella. Por el amor de lo azaroso..>>. La voz de Taro la sacó de sus divagaciones.
―¿Eh? Ah, sí, sí... Los tontos y los listos, todos juntos ―añadió, dándole la razón―. No sé si sería el mejor método, pero así las clases se hacían divertidas con todo ese mejunje de inteligencias. Algunos de mis compañeros se merecían mucho reconocimiento a pesar de no saber multiplicar correctamente ―al fin y al cabo, el de comediante también era un oficio.
La luz que había invocado cesó por fin y Lara casi sintió la punzada de utilizar el hechizo de amplitud sensorial para contrarrestar la "oscuridad" repentina que se había formado. <<Aquí no>> se regañó a sí misma y, para distraerse, metió la mano en la cesta e hizo cosquillas a los pequeños. La nueva pregunta de Taro la sacó de ahí y le dio justo lo que necesitaba: una distracción sólida.
―Baraja no tengo, y con los dados a secas... Jugar a sacar la máxima puntuación con ellos no tiene gracia si no estás apostando puntos ―se quejó. Sin embargo, pronto tuvo una revelación―. Ey, si Ippon nos ayudara a dibujar un tablero de rol en la mesa... ¡O mejor aún! ―Lara se estaba intusiasmando sin ayuda de nadie, tenía las orejas a punto de aplaudir― ¡Podría dibujar un mapa de Rocavarancolia (lo que conocemos de ella) en la pared! Y así montarnos una partidaza de rol con él. Además nos vendría genial para aprendernos mejor esta mierda de sitio ―la ordesa había recuperado el brillo en la mirada y la decisión sana que había calzado los primeros días en la ciudad, antes de que todo se fuera de madre―. ¿Qué te parece? ¿Participarías en algo así? Si no sabes yo te enseño, ¡que se me da genial! ―no lo manifestó en voz alta, pero en sus gestos se podía leer un "Porfas, porfas, porfas".
―¿Eh? Ah, sí, sí... Los tontos y los listos, todos juntos ―añadió, dándole la razón―. No sé si sería el mejor método, pero así las clases se hacían divertidas con todo ese mejunje de inteligencias. Algunos de mis compañeros se merecían mucho reconocimiento a pesar de no saber multiplicar correctamente ―al fin y al cabo, el de comediante también era un oficio.
La luz que había invocado cesó por fin y Lara casi sintió la punzada de utilizar el hechizo de amplitud sensorial para contrarrestar la "oscuridad" repentina que se había formado. <<Aquí no>> se regañó a sí misma y, para distraerse, metió la mano en la cesta e hizo cosquillas a los pequeños. La nueva pregunta de Taro la sacó de ahí y le dio justo lo que necesitaba: una distracción sólida.
―Baraja no tengo, y con los dados a secas... Jugar a sacar la máxima puntuación con ellos no tiene gracia si no estás apostando puntos ―se quejó. Sin embargo, pronto tuvo una revelación―. Ey, si Ippon nos ayudara a dibujar un tablero de rol en la mesa... ¡O mejor aún! ―Lara se estaba intusiasmando sin ayuda de nadie, tenía las orejas a punto de aplaudir― ¡Podría dibujar un mapa de Rocavarancolia (lo que conocemos de ella) en la pared! Y así montarnos una partidaza de rol con él. Además nos vendría genial para aprendernos mejor esta mierda de sitio ―la ordesa había recuperado el brillo en la mirada y la decisión sana que había calzado los primeros días en la ciudad, antes de que todo se fuera de madre―. ¿Qué te parece? ¿Participarías en algo así? Si no sabes yo te enseño, ¡que se me da genial! ―no lo manifestó en voz alta, pero en sus gestos se podía leer un "Porfas, porfas, porfas".
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
26/06/14, 01:18 am
Taro sonrió a su pesar. No se hacía una idea de cómo aquella mezcolanza de gente podía resultar divertida (él se había alegrado inmensamente de la progresiva segregación en clases diferentes entre los listos prepotentes y los vagos como él) pero si Lara lo decía se imaginaba que debía ser así.
"¿Apuestan puntos?", se preguntó extrañado, relacionando puntos con créditos. En Carabás instituciones oficiales como la lotería habían quedado terminantemente derogadas, de modo que las apuestas se limitaban al terreno de lo competitivo y aún así con sumas pequeñas. El azar no se tenía en gran estima. Y desde luego el grueso de los estudiantes no estaba dispuesto a jugarse en algo tan poco fiable los créditos que ya les costaba bastante ahorrar para sus caprichos.
No sabía qué botón había apretado para ello, pero tenía delante a la Lara del principio, y aquello se agradecía. Cuanto más durase así mejor, y además no tenía ni idea de cómo funcionaba algo de ese tipo, de modo que no le costó nada seguirle el juego. Su entusiasmo era contagioso.
-Pues sí que nos va a venir bien y todo. ¿Teníamos un libro con mapa por aquí?- preguntó, incorporándose en la mesa-. Mientras llegan los demás y eso, me puedes ir explicando cómo va. Como si fuera tonto, desde el principio- añadió.
Prefería preguntar antes de pintarrajear la mesa, residuo de vivir desde que nació en una residencia donde ese tipo de cosas solían ser comunales y quien rompía, pagaba.
"¿Apuestan puntos?", se preguntó extrañado, relacionando puntos con créditos. En Carabás instituciones oficiales como la lotería habían quedado terminantemente derogadas, de modo que las apuestas se limitaban al terreno de lo competitivo y aún así con sumas pequeñas. El azar no se tenía en gran estima. Y desde luego el grueso de los estudiantes no estaba dispuesto a jugarse en algo tan poco fiable los créditos que ya les costaba bastante ahorrar para sus caprichos.
No sabía qué botón había apretado para ello, pero tenía delante a la Lara del principio, y aquello se agradecía. Cuanto más durase así mejor, y además no tenía ni idea de cómo funcionaba algo de ese tipo, de modo que no le costó nada seguirle el juego. Su entusiasmo era contagioso.
-Pues sí que nos va a venir bien y todo. ¿Teníamos un libro con mapa por aquí?- preguntó, incorporándose en la mesa-. Mientras llegan los demás y eso, me puedes ir explicando cómo va. Como si fuera tonto, desde el principio- añadió.
Prefería preguntar antes de pintarrajear la mesa, residuo de vivir desde que nació en una residencia donde ese tipo de cosas solían ser comunales y quien rompía, pagaba.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
26/06/14, 02:03 am
El llanto de los críos le hizo abrir un ojo. El otro estaba atrapado contra el reposabrazos del sillón. «Justo ahora que embalaba en quedarme sobado…». No tenía intención de moverse, aun así. Esperaba volver a quedarse dormido, pero entre tanto se dedicó a escuchar la conversación entre Taro y Lara, espabilándose poco a poco hasta terminar sentado en el sofá. Alguna que otra vez se le escapó alguna risotada entre dientes que tal vez podría haber sido escuchada en la cocina. Le resultaba inevitable porque si el mundo de Lara era peculiar, Carabás era tremendo. Se alegraba de que Irraria no hubiera llegado a un nivel tal de artificialidad, y eso que allí prácticamente era necesario vivir en pueblos para darse cuenta de a lo que habían llegado. No era necesariamente todo malo, pero había muchas partes desagradables.
Se decidió a acercarse a los otros dos cuando comenzaron a hablar de la posibilidad de hacer un juego nuevo. Cualquier cosa para pasar el rato era tan bienvenida para el irrense que fue a ver si podía echar una mano y, de paso, distraerse con ello. Cuando tomó asiento en la cocina, lo hizo secundando la petición de información sobre el funcionamiento. Procuró ponerse lejos de la cesta de los críos para no terminar estornudándoles cerca «aunque a Taz le debo uno».
―Aquí hay otro interesado ―«en sacar entretenimiento de debajo de las piedras».
Se decidió a acercarse a los otros dos cuando comenzaron a hablar de la posibilidad de hacer un juego nuevo. Cualquier cosa para pasar el rato era tan bienvenida para el irrense que fue a ver si podía echar una mano y, de paso, distraerse con ello. Cuando tomó asiento en la cocina, lo hizo secundando la petición de información sobre el funcionamiento. Procuró ponerse lejos de la cesta de los críos para no terminar estornudándoles cerca «aunque a Taz le debo uno».
―Aquí hay otro interesado ―«en sacar entretenimiento de debajo de las piedras».
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
26/06/14, 04:34 pm
Ver a Cío acercarse le sacó una sonrisa que solo pudo mantenerse al ver que tanto el irrense como el carabés mostraban interés.
―¡Perfecto! ―Lara estaba emocionada de más―. Pues os explico: lo primero que necesitamos sería un narrador que marcara en el mapa diferentes puntos: tesoros, retos, enemigos, trampas... y preparara una historia para los jugadores en torno a todo ello. Luego los jugadore se crean sus fichas de personaje: aspecto físico, forma de pensar, pasado, caracteristicas especiales como afinidades, magia, fuerza sobrehumana, etcétera ―no se estaba explicando con la profundidad que le habría gustado, pero la idea de tener un juego así en Rocavarancolia la tenía tan contenta que no daba para pensar mejor―. Esos personajes se sitúan en el mapa una vez que el narrador les ha dado el visto bueno y entre todos vamos contando una historia. Si hacemos el rol narrado, los dados solo nos harían falta para aquellos momentos en los que los resultados de X acciones estén condicionados por la suerte de cada personaje.
>>Pero, ¿os imaginais? ¡Podemos hacer personajes geniales! Ya habéis visto que la ciudad tiene cosas superdiferentes, como los tipos que nos querían vender pollas de plástico, o Astra... o los que nos trajeron aquí ―ante la mención de los cosechadores Lara no ocultó el desprecio―. Seguro que es divertidísimo...
―¡Perfecto! ―Lara estaba emocionada de más―. Pues os explico: lo primero que necesitamos sería un narrador que marcara en el mapa diferentes puntos: tesoros, retos, enemigos, trampas... y preparara una historia para los jugadores en torno a todo ello. Luego los jugadore se crean sus fichas de personaje: aspecto físico, forma de pensar, pasado, caracteristicas especiales como afinidades, magia, fuerza sobrehumana, etcétera ―no se estaba explicando con la profundidad que le habría gustado, pero la idea de tener un juego así en Rocavarancolia la tenía tan contenta que no daba para pensar mejor―. Esos personajes se sitúan en el mapa una vez que el narrador les ha dado el visto bueno y entre todos vamos contando una historia. Si hacemos el rol narrado, los dados solo nos harían falta para aquellos momentos en los que los resultados de X acciones estén condicionados por la suerte de cada personaje.
>>Pero, ¿os imaginais? ¡Podemos hacer personajes geniales! Ya habéis visto que la ciudad tiene cosas superdiferentes, como los tipos que nos querían vender pollas de plástico, o Astra... o los que nos trajeron aquí ―ante la mención de los cosechadores Lara no ocultó el desprecio―. Seguro que es divertidísimo...
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
26/06/14, 06:27 pm
Kudryavka
Le dedicó una última sonrisa a Ri al salir del cuarto debido a que le habia llamado por aquel nuevo nombre, el nombre que él habia elegido y el nombre que él queria responder.
Al salir fuera, salió con una gran carcajada, con los brazos en la nuca, mientras mostraba con cierto orgullo su bufanda.
-¡La recuperé!-dijo finalmente con un saltito. Al dar aquel salto, algo fue extraño, sin embargo. Comenzó a palparse el pecho y se metió las manos bajo la camiseta.-¡No está! ¡No está!-exclamaba, hecho un manojo de nervios.-¡He perdido la mano!-
Entonces fue Keiria quien se la entregó.
-¡La has encontrado! ¡Gracias, Keiria! ¡Porque ese es tu nombre, Keiria!-comentó con una larga risotada, dandole una palmada en el hombro a la ulterana para despues colgarse la mano de mono del cuello.-Por fin recuerdo todo... O casi todo. Todavia tengo lagunas con respecto a la ciudad y con los otros torreones, pero estoy seguro de que las encontraré tambien.-admitió con una risilla nerviosa. Al instante, su estómago profirió un gran rugido. Con sus memorias, habia vuelto ciertas costumbres viejas para él y, una de ellas, era la glotoneria.-Estoy famélico, ¿os importa que volvamos al torreón, comamos y os cuento más?-estuvieron de acuerdo.-¡Pues vamos, más allá del horizonte!-dijo el joven ruso señalando la dirección hacia maciel y encabezado la marcha, tarareando de nuevo.
Una vez llegado al torreón Maciel, su nariz captó el olor a comida y fue directo a la cocina. Si por el camino se topase con algún habitante, le sonreiria, saludaria por su nombre y le levantaria el pulgar. Una vez en la cocina, dispuso toda la ayuda que podia ofrecer para el cocinero. Ayudó a poner la mesa y una vez estuvo lista la comida, llamó a los demás a comer.
No solo estaba ansioso por llenar la panza, sino que el hecho de que, despues de todo, siguiera teniendo aquel rincón y que, por fin, iba a poderles contar sobre él, se puso hasta nervioso de pura excitación.
La mesa dispuesta, los comensales sentados, el aprendiz se dedicó a comer con la voracidad que nunca le habian llegado a ver, sentado sobre sus piernas como solia hacer, observaba mientras los demás terminaban sus platos y solia llenarse el aire de conversaciones triviales. No fue hasta un breve silencio que el chico volvió a hablar, creyendolo oportuno.
-Me llamo Jack Nabukov.-les dijo con una sonrisa de oreja a oreja.-Ese es el nombre que mis padres me dieron al nacer. Pero no es el nombre que quiero usar, no aqui. Sobretodo no aquí. Tengo otro nombre, que mi madre me dió con esta bufanda.-dijo, agarrandola entonces con una mirada tierna.-Es "Kudryavka". "Kud", si os parece muy largo, raro o complicado.-dijo con una risotada.-El caso es... Que esta es la buena: Es la pura verdad. Soy capaz de recordar desde el primer instante de mi vida hasta el momento de antes de venir a la ciudad con claridad cristalina.-admitió.-Aun tengo pequeñas lagunas sobre mis memorias en la ciudad y con otros torreones. Pero no con vosotros.-se rascó la sien, un momento.-No quiero infundar falsas esperanzas pero... Creo que esto es el final de... de lo que me ha estado pasando en los últimos meses.-Creo que no va volver a ocurrir. Pero si ocurre, estoy convencido, de que no perderé las memorias que tengo. No me olvidaré de mi pasado, ni de vosotros así que...-enredó una mano entre su pelo, mientras dejaba escapar una risilla avergonzada.-Por favor seguid cuidando de mi como hasta ahora....-dijo, juntando sus manos como en una oracion y haciendo una leve reverencia.
>> Yeh, esas clases de anime por fin van a dar sus frutos.
Le dedicó una última sonrisa a Ri al salir del cuarto debido a que le habia llamado por aquel nuevo nombre, el nombre que él habia elegido y el nombre que él queria responder.
Al salir fuera, salió con una gran carcajada, con los brazos en la nuca, mientras mostraba con cierto orgullo su bufanda.
-¡La recuperé!-dijo finalmente con un saltito. Al dar aquel salto, algo fue extraño, sin embargo. Comenzó a palparse el pecho y se metió las manos bajo la camiseta.-¡No está! ¡No está!-exclamaba, hecho un manojo de nervios.-¡He perdido la mano!-
Entonces fue Keiria quien se la entregó.
-¡La has encontrado! ¡Gracias, Keiria! ¡Porque ese es tu nombre, Keiria!-comentó con una larga risotada, dandole una palmada en el hombro a la ulterana para despues colgarse la mano de mono del cuello.-Por fin recuerdo todo... O casi todo. Todavia tengo lagunas con respecto a la ciudad y con los otros torreones, pero estoy seguro de que las encontraré tambien.-admitió con una risilla nerviosa. Al instante, su estómago profirió un gran rugido. Con sus memorias, habia vuelto ciertas costumbres viejas para él y, una de ellas, era la glotoneria.-Estoy famélico, ¿os importa que volvamos al torreón, comamos y os cuento más?-estuvieron de acuerdo.-¡Pues vamos, más allá del horizonte!-dijo el joven ruso señalando la dirección hacia maciel y encabezado la marcha, tarareando de nuevo.
Una vez llegado al torreón Maciel, su nariz captó el olor a comida y fue directo a la cocina. Si por el camino se topase con algún habitante, le sonreiria, saludaria por su nombre y le levantaria el pulgar. Una vez en la cocina, dispuso toda la ayuda que podia ofrecer para el cocinero. Ayudó a poner la mesa y una vez estuvo lista la comida, llamó a los demás a comer.
No solo estaba ansioso por llenar la panza, sino que el hecho de que, despues de todo, siguiera teniendo aquel rincón y que, por fin, iba a poderles contar sobre él, se puso hasta nervioso de pura excitación.
La mesa dispuesta, los comensales sentados, el aprendiz se dedicó a comer con la voracidad que nunca le habian llegado a ver, sentado sobre sus piernas como solia hacer, observaba mientras los demás terminaban sus platos y solia llenarse el aire de conversaciones triviales. No fue hasta un breve silencio que el chico volvió a hablar, creyendolo oportuno.
-Me llamo Jack Nabukov.-les dijo con una sonrisa de oreja a oreja.-Ese es el nombre que mis padres me dieron al nacer. Pero no es el nombre que quiero usar, no aqui. Sobretodo no aquí. Tengo otro nombre, que mi madre me dió con esta bufanda.-dijo, agarrandola entonces con una mirada tierna.-Es "Kudryavka". "Kud", si os parece muy largo, raro o complicado.-dijo con una risotada.-El caso es... Que esta es la buena: Es la pura verdad. Soy capaz de recordar desde el primer instante de mi vida hasta el momento de antes de venir a la ciudad con claridad cristalina.-admitió.-Aun tengo pequeñas lagunas sobre mis memorias en la ciudad y con otros torreones. Pero no con vosotros.-se rascó la sien, un momento.-No quiero infundar falsas esperanzas pero... Creo que esto es el final de... de lo que me ha estado pasando en los últimos meses.-Creo que no va volver a ocurrir. Pero si ocurre, estoy convencido, de que no perderé las memorias que tengo. No me olvidaré de mi pasado, ni de vosotros así que...-enredó una mano entre su pelo, mientras dejaba escapar una risilla avergonzada.-Por favor seguid cuidando de mi como hasta ahora....-dijo, juntando sus manos como en una oracion y haciendo una leve reverencia.
>> Yeh, esas clases de anime por fin van a dar sus frutos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
26/06/14, 08:07 pm
Lo que explicó Lara tenía tanto de videojuego como de juego de mesa que tiraba mucho de la imaginación. Podía parecer precario al lado de lo que disponían en Irraria, pero teniendo en cuenta el lugar en que estaban parecía interesante. No creía que se le fuera a dar muy bien, pero tanto daba.
―¿Entonces la historia se basaría en esta ciudad? Suena mejor para la ficción que para vivir en ella, la verdad ―comentó con una media sonrisa.
Siguieron hablando sobre ello un rato más, hasta que se empezó a hacer la comida. Era ya algo tarde y los de la salida todavía no habían regresado. Cío al menos empezaba a sentir un hambre atroz. Para cuando llegaron, el irrense estaba de nuevo en el sofá, escuchando música. Parecían traer buena cara y ninguna herida, y Cío se acercó a preguntar qué tal había ido, recibiendo un saludo del aprendiz, que lo llamó por su nombre antes de irse hacia la cocina. Preguntó al grupo si había recordado a todo el mundo y la respuesta afirmativa le dio una pequeña alegría tras las horas de mierda que llevaba detrás. Le hacía ilusión ser recordado, y aunque no dijese nada en voz alta se acercaría al aprendiz para darle una fuerte palmada amistosa en la espalda.
Hubo que esperar a terminar la comida para que comenzase a hablar. «A estas alturas se te puede llamar el de los mil nombres, ¿no?» pensó con el comienzo de la explicación, entre divertido y cansado de haber tenido que cambiar uno tras otro a la hora de dirigirse a él. «Kud es un nombre raro, pero suena bien. Al menos es un nombre». Cuando terminó de hablar, el irrense soltaba una risa por lo bajo, y miró divertido a Kud.
―Espero que de verdad sea la definitiva, se me están acabando las ranuras de memoria para tus nombres. ―Pero no era eso lo que quería decirle, sino más bien felicitarlo. Esperaba que de verdad no fuese a perder de nuevo la memoria, pero no terminaba de creerle. Lo cual no quería decir que importase.
Había otra cosa que querría decir, o más bien preguntar, pero dado el ambiente tranquilo no parecía el mejor momento para interesarse en si eran ciertas las cosas de su pasado que decía haber visto al recuperar los primeros recuerdos. El chico podría contar muchas cosas a partir de ese momento, así que lo mejor era que él mismo decidiera el cuándo y el cómo.
También estaba el asunto de los entrenamientos. Había estado a un tiro de piedra de bromear sobre que volverían a ser como antes, ahora que recordaba exactamente qué era lo que ya les había enseñado, pero pensar en ello lo dejó un poco abatido. Aunque siguió participando en la conversación, buena parte de la alegría se había perdido. No quería tener que dejar aquellos entrenamientos.
El día pasó sin que se pudiera reseñar ninguna otra cosa. Cuando Lara tuvo a bien volver a sacar el tema de su juego de mesa, Cío puso el oído de nuevo. Resultaba tranquilizador escuchar otra vez la ilusión en su voz, y era una lástima que la idea no hubiera surgido mucho antes si tenía tal efecto casi mágico en la ordesa.
Cuando cayó la noche se fue temprano a la cama, rendido por la falta de sueño. Sin embargo, justo cuando el sol empezaba a aportar algo de claridad a la noche cerrada rocavarancolesa, el irrense se despertó antes de tiempo con sus propios gritos, quizá incluso gritaba desde antes de despertarse. Se había estado retorciendo sobre la cama, pero no prestó atención al revoltijo de sábanas cuando trató de bajarse de ella, por lo que se tropezó y terminó desplomándose en el suelo. A pesar del golpe, se siguió arrastrando, confundido. No estaba dentro del sueño, pero todavía sentía la agonía, por eso continuaba tratando de escapar de nada en particular. El proceso por el cual logró discernir que había sido tan solo un sueño fue lento, ya había llegado prácticamente a la puerta mientras trataba de ponerse de pie. Seguramente habría despertado a alguien, y eso le fastidiaba. Se puso por fin de pie, sorprendiéndose de que le temblasen las rodillas, y salió por la puerta. De alguna manera absurda, regresar a su lugar entre las mantas se le antojaba como volver voluntariamente a la tortura de Aeris. Se sentó en las propias escaleras, apoyando los brazos en las rodillas y moviendo los pies con nerviosismo. Se frotó los ojos con la manga para secar la humedad de las comisuras.
Allí empezaría a darse cuenta de detalles que había pasado por alto. El lugar era igual que el de aquel sueño de hacía tiempo, y había sido tan horriblemente vívida como su última pesadilla. Recordó la conversación con Keiria y Archi, pero no creía que aquello tuviese relevancia como para contárselo a nadie. No obstante, si continuaba teniendo sueños de ese tipo él también empezaría a volverse loco.
―¿Entonces la historia se basaría en esta ciudad? Suena mejor para la ficción que para vivir en ella, la verdad ―comentó con una media sonrisa.
Siguieron hablando sobre ello un rato más, hasta que se empezó a hacer la comida. Era ya algo tarde y los de la salida todavía no habían regresado. Cío al menos empezaba a sentir un hambre atroz. Para cuando llegaron, el irrense estaba de nuevo en el sofá, escuchando música. Parecían traer buena cara y ninguna herida, y Cío se acercó a preguntar qué tal había ido, recibiendo un saludo del aprendiz, que lo llamó por su nombre antes de irse hacia la cocina. Preguntó al grupo si había recordado a todo el mundo y la respuesta afirmativa le dio una pequeña alegría tras las horas de mierda que llevaba detrás. Le hacía ilusión ser recordado, y aunque no dijese nada en voz alta se acercaría al aprendiz para darle una fuerte palmada amistosa en la espalda.
Hubo que esperar a terminar la comida para que comenzase a hablar. «A estas alturas se te puede llamar el de los mil nombres, ¿no?» pensó con el comienzo de la explicación, entre divertido y cansado de haber tenido que cambiar uno tras otro a la hora de dirigirse a él. «Kud es un nombre raro, pero suena bien. Al menos es un nombre». Cuando terminó de hablar, el irrense soltaba una risa por lo bajo, y miró divertido a Kud.
―Espero que de verdad sea la definitiva, se me están acabando las ranuras de memoria para tus nombres. ―Pero no era eso lo que quería decirle, sino más bien felicitarlo. Esperaba que de verdad no fuese a perder de nuevo la memoria, pero no terminaba de creerle. Lo cual no quería decir que importase.
Había otra cosa que querría decir, o más bien preguntar, pero dado el ambiente tranquilo no parecía el mejor momento para interesarse en si eran ciertas las cosas de su pasado que decía haber visto al recuperar los primeros recuerdos. El chico podría contar muchas cosas a partir de ese momento, así que lo mejor era que él mismo decidiera el cuándo y el cómo.
También estaba el asunto de los entrenamientos. Había estado a un tiro de piedra de bromear sobre que volverían a ser como antes, ahora que recordaba exactamente qué era lo que ya les había enseñado, pero pensar en ello lo dejó un poco abatido. Aunque siguió participando en la conversación, buena parte de la alegría se había perdido. No quería tener que dejar aquellos entrenamientos.
El día pasó sin que se pudiera reseñar ninguna otra cosa. Cuando Lara tuvo a bien volver a sacar el tema de su juego de mesa, Cío puso el oído de nuevo. Resultaba tranquilizador escuchar otra vez la ilusión en su voz, y era una lástima que la idea no hubiera surgido mucho antes si tenía tal efecto casi mágico en la ordesa.
Cuando cayó la noche se fue temprano a la cama, rendido por la falta de sueño. Sin embargo, justo cuando el sol empezaba a aportar algo de claridad a la noche cerrada rocavarancolesa, el irrense se despertó antes de tiempo con sus propios gritos, quizá incluso gritaba desde antes de despertarse. Se había estado retorciendo sobre la cama, pero no prestó atención al revoltijo de sábanas cuando trató de bajarse de ella, por lo que se tropezó y terminó desplomándose en el suelo. A pesar del golpe, se siguió arrastrando, confundido. No estaba dentro del sueño, pero todavía sentía la agonía, por eso continuaba tratando de escapar de nada en particular. El proceso por el cual logró discernir que había sido tan solo un sueño fue lento, ya había llegado prácticamente a la puerta mientras trataba de ponerse de pie. Seguramente habría despertado a alguien, y eso le fastidiaba. Se puso por fin de pie, sorprendiéndose de que le temblasen las rodillas, y salió por la puerta. De alguna manera absurda, regresar a su lugar entre las mantas se le antojaba como volver voluntariamente a la tortura de Aeris. Se sentó en las propias escaleras, apoyando los brazos en las rodillas y moviendo los pies con nerviosismo. Se frotó los ojos con la manga para secar la humedad de las comisuras.
Allí empezaría a darse cuenta de detalles que había pasado por alto. El lugar era igual que el de aquel sueño de hacía tiempo, y había sido tan horriblemente vívida como su última pesadilla. Recordó la conversación con Keiria y Archi, pero no creía que aquello tuviese relevancia como para contárselo a nadie. No obstante, si continuaba teniendo sueños de ese tipo él también empezaría a volverse loco.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
27/06/14, 01:51 am
El género RPG, en videojuegos o fuera de ellos, no era algo que existiese en Carabás. De proponerse, se vería como muy poco atractiva la idea de perder horas de la vida de uno en la mejora de un personaje imaginario, cuyo propio avance no afectaría en nada a que uno mismo mejorara.
Sonaba a actividad de "malgastar el tiempo". Justo las que a Taro le gustaban.
-No sé si se me va a dar bien- reconoció, jugueteando con el cuello del jersey-. Pero tengo ganas de probar.
En aclarar los pormenores del juego y hacer planes se les fue el resto de la mañana hasta la hora de comer. En cierto momento llamaron a Ippon; el benjamín del torreón había mejorado mucho últimamente dibujando y podía hacerles una transcripción del mapa de Rocavarancolia estupenda. El irrense accedió entusiasmado ante aquella nueva diversión de interior y subió inmediatamente a trabajar en la pared del dormitorio bocetos preliminares de acuerdo al mapa que había en uno de los libros de la biblioteca.
Los exploradores por fin regresaron, ilesos para el alivio y también un poco el bochorno de Taro. El aprendiz fue directamente a por la comida sin explicar gran cosa, pero tras las preguntas pertinentes Archi no tuvo problema en elaborar y contarles que habían ido, además de a la avenida de las casas carnívoras, a Gamides a por el otro recuerdo que faltaba al ruso.
Tuvo que pasar un segundo hasta que Taro procesó que habían matado dos pájaros de un tiro y se habían ahorrado la salida del día siguiente, y cuando por fin lo hizo el carabés se sintió como una auténtica mierda.
La única salida a por recuerdos en la que había acompañado a su amigo había sido la de la capilla, y Taro había estado allí de rebote y no porque creyese realmente en él. Había justificado su cobardía de esa mañana con la resolución de que al día siguiente la compensaría yendo con ellos a Gamides, y ahora había perdido su oportunidad. No se trataba solamente de una cuestión de lealtad, sino de haber permitido que su estúpido miedo siguiese teniéndolo en jaque. Taro mantuvo clavada la mirada en el plato durante lo que se extendió la comida, entre malhumorado y avergonzado de sí mismo. No servía para nada.
Escuchó en silencio el relato del aprend... de Kud, se corrigió. Se alegraba de que el ruso hubiese decidido acortar su apelativo original. Kud era corto, directo, al grano. Como deberían ser los nombres.
-Me alegro por ti- fue todo lo que salió de su boca. Aunque lo dijo con seriedad, era cierto.
Cío no fue el único en tener un mal despertar a la mañana siguiente. Taro no estaba seguro de si había llegado a gritar, pero antes de darse cuenta estaba despierto, sentado sobre la cama y muy desorientado, la mirada zigzagueando frenética por todos los rincones del cuarto en penumbra hasta distinguir que no había sido nada, que había sido solo un sueño.
La puñalada de dolor que le recorrió la espalda fue mayor que de costumbre, ya fuese por causas naturales o por sugestión debida a la pesadilla. En cualquier caso Taro tardó sus buenos minutos en recuperarse lo suficiente de la impresión como para poder levantarse, pálido, a por algo de beber. No creía que volviera a dormirse; no con aquellas imágenes aún grabadas bajo los párpados. Por suerte aún no estaba lo suficientemente despierto para procesar otros aspectos del sueño.
Medio tambaleándose por el sueño se topó con Cío en las escaleras. A la ida no logró articular ninguna frase coherente y se conformó con un gruñido que venía a significar "hola, te he visto", pero a la vuelta, vaso de agua en mano, el cerebro colaboró.
-¿También has dormido como el culo hoy?- preguntó con desgana, escapándosele un bostezo al final de la frase. Le tranquilizaba un poco tener a alguien real, vivo y entero, delante.
Sonaba a actividad de "malgastar el tiempo". Justo las que a Taro le gustaban.
-No sé si se me va a dar bien- reconoció, jugueteando con el cuello del jersey-. Pero tengo ganas de probar.
En aclarar los pormenores del juego y hacer planes se les fue el resto de la mañana hasta la hora de comer. En cierto momento llamaron a Ippon; el benjamín del torreón había mejorado mucho últimamente dibujando y podía hacerles una transcripción del mapa de Rocavarancolia estupenda. El irrense accedió entusiasmado ante aquella nueva diversión de interior y subió inmediatamente a trabajar en la pared del dormitorio bocetos preliminares de acuerdo al mapa que había en uno de los libros de la biblioteca.
Los exploradores por fin regresaron, ilesos para el alivio y también un poco el bochorno de Taro. El aprendiz fue directamente a por la comida sin explicar gran cosa, pero tras las preguntas pertinentes Archi no tuvo problema en elaborar y contarles que habían ido, además de a la avenida de las casas carnívoras, a Gamides a por el otro recuerdo que faltaba al ruso.
Tuvo que pasar un segundo hasta que Taro procesó que habían matado dos pájaros de un tiro y se habían ahorrado la salida del día siguiente, y cuando por fin lo hizo el carabés se sintió como una auténtica mierda.
La única salida a por recuerdos en la que había acompañado a su amigo había sido la de la capilla, y Taro había estado allí de rebote y no porque creyese realmente en él. Había justificado su cobardía de esa mañana con la resolución de que al día siguiente la compensaría yendo con ellos a Gamides, y ahora había perdido su oportunidad. No se trataba solamente de una cuestión de lealtad, sino de haber permitido que su estúpido miedo siguiese teniéndolo en jaque. Taro mantuvo clavada la mirada en el plato durante lo que se extendió la comida, entre malhumorado y avergonzado de sí mismo. No servía para nada.
Escuchó en silencio el relato del aprend... de Kud, se corrigió. Se alegraba de que el ruso hubiese decidido acortar su apelativo original. Kud era corto, directo, al grano. Como deberían ser los nombres.
-Me alegro por ti- fue todo lo que salió de su boca. Aunque lo dijo con seriedad, era cierto.
-
Cío no fue el único en tener un mal despertar a la mañana siguiente. Taro no estaba seguro de si había llegado a gritar, pero antes de darse cuenta estaba despierto, sentado sobre la cama y muy desorientado, la mirada zigzagueando frenética por todos los rincones del cuarto en penumbra hasta distinguir que no había sido nada, que había sido solo un sueño.
La puñalada de dolor que le recorrió la espalda fue mayor que de costumbre, ya fuese por causas naturales o por sugestión debida a la pesadilla. En cualquier caso Taro tardó sus buenos minutos en recuperarse lo suficiente de la impresión como para poder levantarse, pálido, a por algo de beber. No creía que volviera a dormirse; no con aquellas imágenes aún grabadas bajo los párpados. Por suerte aún no estaba lo suficientemente despierto para procesar otros aspectos del sueño.
Medio tambaleándose por el sueño se topó con Cío en las escaleras. A la ida no logró articular ninguna frase coherente y se conformó con un gruñido que venía a significar "hola, te he visto", pero a la vuelta, vaso de agua en mano, el cerebro colaboró.
-¿También has dormido como el culo hoy?- preguntó con desgana, escapándosele un bostezo al final de la frase. Le tranquilizaba un poco tener a alguien real, vivo y entero, delante.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
27/06/14, 08:47 pm
Su intención había sido acompañar al aprendiz al interior del edificio, pero Keiria no quiso entrar y al biomecánico no le costó decidir que debía quedarse fuera. Sabía que el interior de Gamides era seguro y además el humano tenía capacidad mágica, pero fuera podía suceder cualquier cosa y la ulterana podría correr grave peligro si se quedaba sola. El ingeniero respondió a todas las preguntas de la pelirroja cuando quiso saber en varias ocasiones si las alucinaciones que la acosaban eran o no reales y el irrense a su vez le realizó algunas preguntas al respecto, como por ejemplo si siempre habían sido tan abundantes y frecuentes.
Transcurrido un tiempo en el que no ocurrió ningún incidente, Anriel y el aprendiz salieron de la casa y al parecer el humano había recuperado los efectos personales que allí se hallaban. Sin más dilación el grupo regresó a Maciel.
Una vez de vuelta, Archime respondió a las preguntas de Taro acerca del resultado de la exploración aunque no fue hasta después de haber comido que el aprendiz, ahora Kudryavka, les explicó todo. El ingeniero no podía estar del todo convencido acerca de las afirmaciones del humano y, aunque no lo expresó en voz alta, se preguntaba por qué Kudryavka estaba tan seguro de que no volvería a perder la memoria.
Más tarde, Lara explicó sobre aquel juego de rol que había comenzado a planear durante la salida y el ingeniero asistió interesado a los fundamentos del mismo, que para los estándares irrenses se trataban de unos bastante rudimentarios y carentes de un componente audiovisual atractivo, pero teniendo en cuenta de las características del planeta de origen de Lara y de la ciudad en la que se encontraban, era lógico que fuese así. Archime probablemente no participaría en el juego, pero asistiría a las partidas si se llevaban a cabo y señalaría los detalles que no le pareciesen lógicos, ya que en su cabeza la explicación de Lara se fue descomponiendo en código de programación a medida que la ordesa hablaba.
La mañana siguiente llegó y con ella un nuevo techo desconcertante. Uno que todavía no le había dado nunca los buenos días hasta ese momento, porque ni siquiera se trataba del techo del torreón. El tic-tac resonaba en su cabeza con fuerza mientras abría los ojos y trataba de orientarse, todavía somnoliento. Se incorporó de golpe, ganándose un leve mareo por ello, al darse cuenta de que se encontraba al aire libre; pero, tras echar un rápido vistazo en varias direcciones a su alrededor, se cercioró, para su alivio, de que no había abandonado Maciel. El programador se frotó la coronilla, la cual le dolía tras haber estado tumbado sobre la dura piedra y miró atentamente el reloj que tenía enfrente. Se había despertado justo frente a la base de la estatua del patio del torreón y, por una vez, había un motivo para haber escuchado aquel tic-tac. Aunque, de todas formas, el ingeniero estaba bastante seguro de que el sonido del mecanismo del reloj que indicaba el tiempo hasta la salida de la Luna Roja, sonaba distinto de aquel que oía a menudo en su mente. Incapaz de dar una respuesta, una vez más, a aquella alucinación ni pudiendo relacionarla de ningún modo con su presunto sonambulismo, aquejado de dolor en todo el cuerpo debido a las circunstancias de su despertar, Archime se dirigió al interior del torreón en busca de sus gafas.
Transcurrido un tiempo en el que no ocurrió ningún incidente, Anriel y el aprendiz salieron de la casa y al parecer el humano había recuperado los efectos personales que allí se hallaban. Sin más dilación el grupo regresó a Maciel.
Una vez de vuelta, Archime respondió a las preguntas de Taro acerca del resultado de la exploración aunque no fue hasta después de haber comido que el aprendiz, ahora Kudryavka, les explicó todo. El ingeniero no podía estar del todo convencido acerca de las afirmaciones del humano y, aunque no lo expresó en voz alta, se preguntaba por qué Kudryavka estaba tan seguro de que no volvería a perder la memoria.
Más tarde, Lara explicó sobre aquel juego de rol que había comenzado a planear durante la salida y el ingeniero asistió interesado a los fundamentos del mismo, que para los estándares irrenses se trataban de unos bastante rudimentarios y carentes de un componente audiovisual atractivo, pero teniendo en cuenta de las características del planeta de origen de Lara y de la ciudad en la que se encontraban, era lógico que fuese así. Archime probablemente no participaría en el juego, pero asistiría a las partidas si se llevaban a cabo y señalaría los detalles que no le pareciesen lógicos, ya que en su cabeza la explicación de Lara se fue descomponiendo en código de programación a medida que la ordesa hablaba.
La mañana siguiente llegó y con ella un nuevo techo desconcertante. Uno que todavía no le había dado nunca los buenos días hasta ese momento, porque ni siquiera se trataba del techo del torreón. El tic-tac resonaba en su cabeza con fuerza mientras abría los ojos y trataba de orientarse, todavía somnoliento. Se incorporó de golpe, ganándose un leve mareo por ello, al darse cuenta de que se encontraba al aire libre; pero, tras echar un rápido vistazo en varias direcciones a su alrededor, se cercioró, para su alivio, de que no había abandonado Maciel. El programador se frotó la coronilla, la cual le dolía tras haber estado tumbado sobre la dura piedra y miró atentamente el reloj que tenía enfrente. Se había despertado justo frente a la base de la estatua del patio del torreón y, por una vez, había un motivo para haber escuchado aquel tic-tac. Aunque, de todas formas, el ingeniero estaba bastante seguro de que el sonido del mecanismo del reloj que indicaba el tiempo hasta la salida de la Luna Roja, sonaba distinto de aquel que oía a menudo en su mente. Incapaz de dar una respuesta, una vez más, a aquella alucinación ni pudiendo relacionarla de ningún modo con su presunto sonambulismo, aquejado de dolor en todo el cuerpo debido a las circunstancias de su despertar, Archime se dirigió al interior del torreón en busca de sus gafas.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
27/06/14, 11:02 pm
Embobado como estaba no alcanzó a procesar los sonidos que provenían de la habitación hasta que Taro salió de ella. No respondió a su gruñido, porque se lo quedó mirando mientras bajaba las escaleras. De alguna manera ver a un compañero despieto lo ayudó a terminar de serenarse. Estaba haciendo el ridículo, y se sentía muy estúpido por no haber podido diferenciar la realidad al despertarse. Y eso que no era algo como lo de Keiria ni de lejos.
Cuando el carabés subió por las escaleras ya lo esperaba con un asomo de sonrisa cansada.
―Como el putísimo culo. ¿Y tú? No traes buena cara. ¿No te habré despertado, verdad? ―El irrense no entraría en detalles, salvo comentar que había tenido una pesadilla estúpidamente vívida si se le preguntaba. Intentaría más bien asegurarse de que no había molestado al carabés y de averiguar qué le había dado tan mala noche.
Ya no volvería a la cama después de aquello. Esperaría a que saliera el sol vagando por el torreón y se prepararía el desayuno en cuanto la tripa le empezase a rugir. A fin de cuentas, tampoco faltaba tanto para que los demás empezasen a levantarse. Esa mañana sentía que necesitaba hacer los ejercicios que solía con Keiria y así se lo diría en cuanto la viese aparecer. Fue estando en la planta baja del torreón, mientras recogía la mesa, cuando Archi entró desde el patio. Miró a las escaleras, confuso, y se preguntó en qué momento había bajado sin que él se enterase.
―¿Has saltado por la ventana? ―bromeó, alzando la voz desde donde estaba.
Cuando el carabés subió por las escaleras ya lo esperaba con un asomo de sonrisa cansada.
―Como el putísimo culo. ¿Y tú? No traes buena cara. ¿No te habré despertado, verdad? ―El irrense no entraría en detalles, salvo comentar que había tenido una pesadilla estúpidamente vívida si se le preguntaba. Intentaría más bien asegurarse de que no había molestado al carabés y de averiguar qué le había dado tan mala noche.
Ya no volvería a la cama después de aquello. Esperaría a que saliera el sol vagando por el torreón y se prepararía el desayuno en cuanto la tripa le empezase a rugir. A fin de cuentas, tampoco faltaba tanto para que los demás empezasen a levantarse. Esa mañana sentía que necesitaba hacer los ejercicios que solía con Keiria y así se lo diría en cuanto la viese aparecer. Fue estando en la planta baja del torreón, mientras recogía la mesa, cuando Archi entró desde el patio. Miró a las escaleras, confuso, y se preguntó en qué momento había bajado sin que él se enterase.
―¿Has saltado por la ventana? ―bromeó, alzando la voz desde donde estaba.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
28/06/14, 01:17 am
-Qué va- Taro volvió a bostezar a su pesar-. Tres cuartas de lo mismo. Creía que ya era mayorcito para las pesadillas de zombis pero mira por dónde, no.
En realidad no tenía nada que ver con ser más mayor o menos, y el carabés lo sabía. Pero no dijo nada al respecto. El irrense tampoco dio detalles respecto a lo suyo, y en eso quedó todo.
El torreón fue despertando a su ritmo, y justo tras atracarse a desayunar Taro salió al patio, sin saber muy bien por qué. Estaba demasiado adormilado para sentirse inquieto y con ganas de explorar, y también para pararse a pensar sin quedarse sobado, lo que por otra parte agradecía.
El aire fresco de la mañana, aunque hizo que le picaran los ojos, le despejó un poco. Posó la mirada por casualidad en el aro que pendía de la pared, y se encogió de hombros. ¿Por qué no? No quería pasar zombi todo el día, y tampoco pensar en el sueño y lo que significaba que volviese a tener esas visiones.
Uno por uno buscó a los jugadores habituales.
-¿Hace un partido?
En realidad no tenía nada que ver con ser más mayor o menos, y el carabés lo sabía. Pero no dijo nada al respecto. El irrense tampoco dio detalles respecto a lo suyo, y en eso quedó todo.
El torreón fue despertando a su ritmo, y justo tras atracarse a desayunar Taro salió al patio, sin saber muy bien por qué. Estaba demasiado adormilado para sentirse inquieto y con ganas de explorar, y también para pararse a pensar sin quedarse sobado, lo que por otra parte agradecía.
El aire fresco de la mañana, aunque hizo que le picaran los ojos, le despejó un poco. Posó la mirada por casualidad en el aro que pendía de la pared, y se encogió de hombros. ¿Por qué no? No quería pasar zombi todo el día, y tampoco pensar en el sueño y lo que significaba que volviese a tener esas visiones.
Uno por uno buscó a los jugadores habituales.
-¿Hace un partido?
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
28/06/14, 03:46 am
No hubo incidentes durante el viaje de vuelta a Maciel, y para cuando llegaron al torreón ya casi era la hora de comer. Fue el propio Kud el que les resumió la excursión a sus compañeros, informándoles de que había recuperado todos sus recuerdos, presentándose por su nuevo nombre y asegurando que no volvería a perder la memoria. Era una afirmación dudosa, pues las referencias que tenían no eran muy convincentes, pero al menos volvía a estar con ellos, y aquello era de agradecer.
Mas tarde, aquel mismo día, Lara les explicó el juego de rol que había planeado durante la salida. La ulterana nunca había participado en uno, pero eran conocidos en su mundo, y escuchó con atención a la ordesa, interesada. Le gustaba la idea, y no dudo en apuntarse, ofreciéndose a ser la narradora si a nadie le parecía mal. Tenía mucho material en su cabeza, material que crecía día a día gracias a sus alucinaciones, y estaba segura de que con el podía idear mas de una historia plagada de bizarradas. Aquella noche la ibolense se fue pronto a dormir, cayendo dormida al poco de taparse con las mantas.
Despertó bastante temprano, pero no fue la primera, cuando bajó a la planta baja ya había gente en movimiento. Cío le preguntó si podían empezar con los ejercicios de meditación en cuanto la vio aparecer, y tras servirse un par de tostadas, la pelirroja salió al patio con el irrense. Le notaba ojeroso y parecía no haber dormido bien, pero prefirió no preguntar y dejó que fuese el chico el que se lo contara si le apetecía hacerlo.
Poco después de terminar los ejercicios Taro se acercó y les pregunto si les apetecía jugar un partido. Keiria aceptó sin pensárselo mucho, y mientras los demás se iban apuntando ella bajó a la mazmorra a por la pelota.
—¿Con quien voy yo? —preguntó a su vuelta, pasándose el balón de una mano a otra con una sonrisa.
Mas tarde, aquel mismo día, Lara les explicó el juego de rol que había planeado durante la salida. La ulterana nunca había participado en uno, pero eran conocidos en su mundo, y escuchó con atención a la ordesa, interesada. Le gustaba la idea, y no dudo en apuntarse, ofreciéndose a ser la narradora si a nadie le parecía mal. Tenía mucho material en su cabeza, material que crecía día a día gracias a sus alucinaciones, y estaba segura de que con el podía idear mas de una historia plagada de bizarradas. Aquella noche la ibolense se fue pronto a dormir, cayendo dormida al poco de taparse con las mantas.
Despertó bastante temprano, pero no fue la primera, cuando bajó a la planta baja ya había gente en movimiento. Cío le preguntó si podían empezar con los ejercicios de meditación en cuanto la vio aparecer, y tras servirse un par de tostadas, la pelirroja salió al patio con el irrense. Le notaba ojeroso y parecía no haber dormido bien, pero prefirió no preguntar y dejó que fuese el chico el que se lo contara si le apetecía hacerlo.
Poco después de terminar los ejercicios Taro se acercó y les pregunto si les apetecía jugar un partido. Keiria aceptó sin pensárselo mucho, y mientras los demás se iban apuntando ella bajó a la mazmorra a por la pelota.
—¿Con quien voy yo? —preguntó a su vuelta, pasándose el balón de una mano a otra con una sonrisa.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
28/06/14, 07:40 pm
El biomecánico parpadeó en confusión unos instantes, ya que la falta de sus gafas le impidió distinguir el gesto que realizó Cío con la cabeza hacia las escaleras, aclaratorio del sentido de sus palabras, aunque su cerebro todavía adormilado finalmente logró realizar la conexión.
—He vuelto a desplazarme mientras duermo —explicó deteniéndose entre la cocina y las escaleras—. Es la primera vez que amanezco en el suelo del patio. —. Permaneció unos instantes ensimismado debido a la somnolencia, mirando hacia un punto en el aire cercano a Cío ya que su visión no lograba enfocar al otro irrense—. Necesito mis gafas —anunció para después darse la vuelta y subir cautelosamente las escaleras.
El ingeniero regresó a la cocina poco después, vestido y con la nitidez de visión recuperada para proceder a desayunar mientras los demás hablaban acerca de la realización de un partido del juego de pelota que Kudryavka les había enseñado. Como Lara manifestó su interés por participar ejerciendo de árbitro pero necesitaba que alguien vigilase a sus hijos, el ingeniero acabó una vez más sentado en el patio junto a la cesta con los pequeños mientras observaba los preparativos para el juego y practicaba distraídamente gestos correspondientes a diversos sortilegios. Algunos, no obstante, los lanzó realmente ya que se aplicó un hechizo vigorizante sobre su dolorido cuerpo y además colocó un campo de fuerza unos metros por delante de su posición a modo de protección para mayor seguridad de los hijos de la ordesa, por si la pelota se desviaba hacia allí. Archime sabía que su velocidad de reacción ante un estímulo físico como aquel aunque no medida milimétricamente, resultaba inútil en la práctica.
—He vuelto a desplazarme mientras duermo —explicó deteniéndose entre la cocina y las escaleras—. Es la primera vez que amanezco en el suelo del patio. —. Permaneció unos instantes ensimismado debido a la somnolencia, mirando hacia un punto en el aire cercano a Cío ya que su visión no lograba enfocar al otro irrense—. Necesito mis gafas —anunció para después darse la vuelta y subir cautelosamente las escaleras.
El ingeniero regresó a la cocina poco después, vestido y con la nitidez de visión recuperada para proceder a desayunar mientras los demás hablaban acerca de la realización de un partido del juego de pelota que Kudryavka les había enseñado. Como Lara manifestó su interés por participar ejerciendo de árbitro pero necesitaba que alguien vigilase a sus hijos, el ingeniero acabó una vez más sentado en el patio junto a la cesta con los pequeños mientras observaba los preparativos para el juego y practicaba distraídamente gestos correspondientes a diversos sortilegios. Algunos, no obstante, los lanzó realmente ya que se aplicó un hechizo vigorizante sobre su dolorido cuerpo y además colocó un campo de fuerza unos metros por delante de su posición a modo de protección para mayor seguridad de los hijos de la ordesa, por si la pelota se desviaba hacia allí. Archime sabía que su velocidad de reacción ante un estímulo físico como aquel aunque no medida milimétricamente, resultaba inútil en la práctica.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
29/06/14, 02:28 am
Kudryavka
El aprendiz reia a cada comentario de sus compañeros, de pura alegria. Todos parecian bastante positivos ante el tema y él de seguro no se iba a quedar atrás. Sin embargo, lo que le cogió desprevenido fue Lara quien, con lágrimas, se disculpó ante él, alegando que le habia juzgado mal y le dió un beso en la mejilla. Al joven ruso todo aquello le habia pillado un tanto desprevenido, pero aún así no pudo evitar dar un abrazo a Lara mientras reia el asunto, restandole importancia. Lo último que debia hacerse es más drama del asunto, y así se lo dijo a la madre ordesa, alegando que además, habia tenido sus razones bien fundamentadas.
Y así siguió el día, el aprendiz se sumió en sus entrenamientos, esta vez combinando magia, meditación y entrenamiento físico. Tan pronto podia lanzar un hechizo de impulso tras una voltereta como a sumirse en una serie de puñetazos y patadas al aire, soltando fuertes inflexiones de voz en cada golpe. Para cuando dió la noche, detuvo los entrenamientos con una ducha bien merecida y la hora de cena, se enteró del plan sugerido por Lara y una sonrisa radiante lo secundó y apoyó.
-¡Suena genial! Nunca he tenido muchas oportunidades de jugar a juegos de rol en persona. ¡Estoy que ardo!-exclamó con una carcajada.
Llegó la noche. Antes de irse a dormir, como habia planeado, miró debajo del colchón de su camastro. Y ahí estaba, la baraja de cartas. Nada más tocarla, las memorias de letargo, sendar y otros puntos que habian visitado volvieron a él. Meditó un poco antes de irse a la cama con otra gran sonrisa.
-Mañana va a ser otro gran día.-dijo en un susurro. Y entonces se sumió en un sueño profundo.
Se levantó con el amanecer del sol. Dió los buenos dias en un susurro con una ligera reverencia antes de salir del cuarto y repitió la acción en el otro cuarto. Sin más dilación, salio al patio a entrenar. Si alguien se asomaba a ver que hacia, podia verle haciendo equilibrios sobre su bõ, mientras hacia malabares con vasos y cuencos pequeños con agua, con el único objetivo de no derramar ni una sola gota. Hasta ahora, solo habia resultados negativos con aquel reto. Pero, sin embargo, el chico no se iba a rendir tan fácilmente. Concentrado como estaba, no alertó la posición de Taro hasta que habló, mientras seguia con el entrenamiento. Mala suerte para el aprendiz, pues se desconcentró un segundo y acabó con la cabeza mojada y un nuevo casco. Frunció el ceño y arrugó la nariz, mientras se quitaba el cuenco de la cabeza, pero acabó bajando del bõ para contestar al chico.
-El día que diga que no será el día en el que los hombres-lagarto me hayan secuestrado, suplantado mi identidad y sustituido por un eslizon espia disfrazado de mi.-le respondió al carabés con fingida seriedad, para luego romper a reir.
>> Exzelente... Loz zangre caliente no zozpechan nada... jiz jiz jiz jiz
>> Callate Gary.
>> ¿Cuánta más gente piensas invitar a esta sala, solo por preguntar?
>> A la que sea necesaria. Y ahora silencio, he de sacar a relucir... "mi rollo"
Pateando suavemente el suelo mientras se estiraba en vano, pues ya estaba caliente del ejercicio físico, se reunió con los demás.
-Entonces... ¿Como lo hacemos?-
No queria sonar arrogante, pero sentia que en cualquier equipo fuera puesto él iba a estar desequilibrado. No seria la primera vez que se le olvidaba jugar al nivel de los demás y acababa quitandole la gracia al juego para ellos. Él solo se conformaba con ganar. Por otra parte, si hicieran un cuatro versus dos o... incluso un cinco versus uno... Eso era un reto que le tenia en ascuas en su mente, pero que nunca se atreveria a formular.
El aprendiz reia a cada comentario de sus compañeros, de pura alegria. Todos parecian bastante positivos ante el tema y él de seguro no se iba a quedar atrás. Sin embargo, lo que le cogió desprevenido fue Lara quien, con lágrimas, se disculpó ante él, alegando que le habia juzgado mal y le dió un beso en la mejilla. Al joven ruso todo aquello le habia pillado un tanto desprevenido, pero aún así no pudo evitar dar un abrazo a Lara mientras reia el asunto, restandole importancia. Lo último que debia hacerse es más drama del asunto, y así se lo dijo a la madre ordesa, alegando que además, habia tenido sus razones bien fundamentadas.
Y así siguió el día, el aprendiz se sumió en sus entrenamientos, esta vez combinando magia, meditación y entrenamiento físico. Tan pronto podia lanzar un hechizo de impulso tras una voltereta como a sumirse en una serie de puñetazos y patadas al aire, soltando fuertes inflexiones de voz en cada golpe. Para cuando dió la noche, detuvo los entrenamientos con una ducha bien merecida y la hora de cena, se enteró del plan sugerido por Lara y una sonrisa radiante lo secundó y apoyó.
-¡Suena genial! Nunca he tenido muchas oportunidades de jugar a juegos de rol en persona. ¡Estoy que ardo!-exclamó con una carcajada.
Llegó la noche. Antes de irse a dormir, como habia planeado, miró debajo del colchón de su camastro. Y ahí estaba, la baraja de cartas. Nada más tocarla, las memorias de letargo, sendar y otros puntos que habian visitado volvieron a él. Meditó un poco antes de irse a la cama con otra gran sonrisa.
-Mañana va a ser otro gran día.-dijo en un susurro. Y entonces se sumió en un sueño profundo.
Se levantó con el amanecer del sol. Dió los buenos dias en un susurro con una ligera reverencia antes de salir del cuarto y repitió la acción en el otro cuarto. Sin más dilación, salio al patio a entrenar. Si alguien se asomaba a ver que hacia, podia verle haciendo equilibrios sobre su bõ, mientras hacia malabares con vasos y cuencos pequeños con agua, con el único objetivo de no derramar ni una sola gota. Hasta ahora, solo habia resultados negativos con aquel reto. Pero, sin embargo, el chico no se iba a rendir tan fácilmente. Concentrado como estaba, no alertó la posición de Taro hasta que habló, mientras seguia con el entrenamiento. Mala suerte para el aprendiz, pues se desconcentró un segundo y acabó con la cabeza mojada y un nuevo casco. Frunció el ceño y arrugó la nariz, mientras se quitaba el cuenco de la cabeza, pero acabó bajando del bõ para contestar al chico.
-El día que diga que no será el día en el que los hombres-lagarto me hayan secuestrado, suplantado mi identidad y sustituido por un eslizon espia disfrazado de mi.-le respondió al carabés con fingida seriedad, para luego romper a reir.
>> Exzelente... Loz zangre caliente no zozpechan nada... jiz jiz jiz jiz
>> Callate Gary.
>> ¿Cuánta más gente piensas invitar a esta sala, solo por preguntar?
>> A la que sea necesaria. Y ahora silencio, he de sacar a relucir... "mi rollo"
Pateando suavemente el suelo mientras se estiraba en vano, pues ya estaba caliente del ejercicio físico, se reunió con los demás.
-Entonces... ¿Como lo hacemos?-
No queria sonar arrogante, pero sentia que en cualquier equipo fuera puesto él iba a estar desequilibrado. No seria la primera vez que se le olvidaba jugar al nivel de los demás y acababa quitandole la gracia al juego para ellos. Él solo se conformaba con ganar. Por otra parte, si hicieran un cuatro versus dos o... incluso un cinco versus uno... Eso era un reto que le tenia en ascuas en su mente, pero que nunca se atreveria a formular.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
29/06/14, 04:58 pm
La situación de Archi habría sido cómica de no ser por lo inquietante de su repentino sonambulismo. Le deseó suerte para encontrar las gafas, en parte divertido por lo torpe que parecía cuando estaba medio cegato. Pensar en eso lo terminó llevando a comprobar por la ventana si su miopía había seguido yendo a más, primero en un ojo y luego en otro, sin sacar nada en claro. Mientras solo fuese como aquello tampoco representaba un problema.
Después del desayuno de Keiria salieron al patio. Estaba bastante concurrido esa mañana, pero no importaba demasiado. Aquellos ejercicios eran relajantes y relajarse era justo lo que necesitaba, sin importar si había espectadores o no. Por eso lo cogió de buen talante la propuesta de jugar, y aceptó antes de pensar seriamente en ello «basta con no forzar mucho la cosa, si perdemos, perdimos». Lo sentía por sus compañeros, pero no era como si se estuviesen jugando algo con aquello.
Organizaron los grupos de modo que el irrense quedó con Ri y Kud, mientras que el otro lo formaban Taro, Keiria y Nero. Lara sería el árbitro y Archi la guardería. Se situaron alrededor de la ordesa mientras sostenía el balón. A la vez que hizo sonar el silbato, arrojó el balón por encima de su cabeza, dando comienzo al partido. Cío se colocó en posición opuesta a Kud, dejándole a él, que saltaba mejor, el trabajo de hacerles llegar el balón, ya fuera a él o a Ri.
Después del desayuno de Keiria salieron al patio. Estaba bastante concurrido esa mañana, pero no importaba demasiado. Aquellos ejercicios eran relajantes y relajarse era justo lo que necesitaba, sin importar si había espectadores o no. Por eso lo cogió de buen talante la propuesta de jugar, y aceptó antes de pensar seriamente en ello «basta con no forzar mucho la cosa, si perdemos, perdimos». Lo sentía por sus compañeros, pero no era como si se estuviesen jugando algo con aquello.
Organizaron los grupos de modo que el irrense quedó con Ri y Kud, mientras que el otro lo formaban Taro, Keiria y Nero. Lara sería el árbitro y Archi la guardería. Se situaron alrededor de la ordesa mientras sostenía el balón. A la vez que hizo sonar el silbato, arrojó el balón por encima de su cabeza, dando comienzo al partido. Cío se colocó en posición opuesta a Kud, dejándole a él, que saltaba mejor, el trabajo de hacerles llegar el balón, ya fuera a él o a Ri.
- Tirada:
- Equipo morado (púrpura): Keiria, Taro y Nero.
Equipo naranja (ocre): Kud, Ri y Cío.
Del 1 al 50: Pelota para los morados.
Del 51 al 100: Pelota para los naranjas.
- Normas del juego:
- No se puede tocar el balón con las palmas de las manos (incluyendo dedos), pero sí con el dorso o el canto. Se puede tocar con cualquier otra parte del cuerpo, pero no mantenerla agarrada.
- Los equipos se disponen según quién esté en posesión de la pelota. El equipo que defiende está dentro del perímetro y el que ataca fuera. Solo se puede encestar desde dentro.
(Si falta algo vital, corregidme).
- No se puede tocar el balón con las palmas de las manos (incluyendo dedos), pero sí con el dorso o el canto. Se puede tocar con cualquier otra parte del cuerpo, pero no mantenerla agarrada.
- Rocavarancolia Rol
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
29/06/14, 04:58 pm
El miembro 'Tak' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio
'Dado de 100 caras' : 36
'Dado de 100 caras' : 36
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
29/06/14, 06:55 pm
La distribución de los equipos no fue la de siempre. Nero se encargaría de marcar a Ri, al conocerse mejor sus movimientos, y Keiria contaba con más fuerza bruta que Taro, de modo que si se veía forcejeando por mantener el control de la pelota el carabés trataría de pasársela a la ulterana.
Lara hizo el saque inicial. Taro se lamió los labios con concentración, vigilando el esférico. Se lanzó hacia adelante en cuanto sonó el silbato y lo interceptó limpiamente con un golpe del antebrazo, enviándola al suelo frente a él.
Su mejor baza en el juego era su velocidad, y por eso no le gustaba manejar la pelota entre los pies: le estorbaba. "Mía", pensó, dándole rápidamente una patada para mandarla al campo de los naranjas, y corrió en persecución del balón tratando de cubrir la mayor distancia posible antes de que le alcanzaran.
-¡Keiria!- llamó, buscando a la ulterana. En cuanto la viera por las cercanías intentaría pasárselo, elevando el balón de entre sus pies al aire para golpearlo de nuevo con el antebrazo si todavía no se veía muy marcado.
Lara hizo el saque inicial. Taro se lamió los labios con concentración, vigilando el esférico. Se lanzó hacia adelante en cuanto sonó el silbato y lo interceptó limpiamente con un golpe del antebrazo, enviándola al suelo frente a él.
Su mejor baza en el juego era su velocidad, y por eso no le gustaba manejar la pelota entre los pies: le estorbaba. "Mía", pensó, dándole rápidamente una patada para mandarla al campo de los naranjas, y corrió en persecución del balón tratando de cubrir la mayor distancia posible antes de que le alcanzaran.
-¡Keiria!- llamó, buscando a la ulterana. En cuanto la viera por las cercanías intentaría pasárselo, elevando el balón de entre sus pies al aire para golpearlo de nuevo con el antebrazo si todavía no se veía muy marcado.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
29/06/14, 08:42 pm
En cuanto Lara hizo sonar el silbato, Keiria se puso en movimiento, posicionándose a la izquierda de Taro y avanzando hacia el campo del equipo naranja en cuanto el carabés atrapo el balón. Aquel juego destacaba por ser muy rápido, y si te parabas a dudar un instante, perdías cualquier ventaja que hubieras podido conseguir.
—¡Presente! —exclamó con una sonrisa cuando el chico la llamó, acelerando repentinamente para interceptar la pelota con el empeine y estabilizarla contra el suelo con la planta del pie. El segundo que tardó en controlar el esférico le permitió evaluar a sus contrincantes.
La ulterana confiaba en su potencia de tiro cuando la trayectoria hacia el aro estaba mas o menos despejada, pero en etapas tan tempranas del juego era preferible trabajar con la mayor agilidad de sus compañeros, y con eso en mente empezó a moverse. Buscando a Nero con la mirada, la pelirroja elevó la bola con la punta de su bota y la pateó en dirección al sinhadre, continuando su avance por territorio naranja. El chico no tuvo problemas para atrapar el balón, y tras mantenerlo fuera del alcance de los rivales unos segundos, procedió a continuar con los pases.
En un principio los movimientos del pelirrosa indicaban que iba a devolverle el control de la pelota a Keiria, pero en el último segundo cambió de objetivo con una sonrisa burlona y, avisando a Taro con un gesto rápido, le envió el esférico al carabés con un tiro a ras del suelo.
—¡Presente! —exclamó con una sonrisa cuando el chico la llamó, acelerando repentinamente para interceptar la pelota con el empeine y estabilizarla contra el suelo con la planta del pie. El segundo que tardó en controlar el esférico le permitió evaluar a sus contrincantes.
La ulterana confiaba en su potencia de tiro cuando la trayectoria hacia el aro estaba mas o menos despejada, pero en etapas tan tempranas del juego era preferible trabajar con la mayor agilidad de sus compañeros, y con eso en mente empezó a moverse. Buscando a Nero con la mirada, la pelirroja elevó la bola con la punta de su bota y la pateó en dirección al sinhadre, continuando su avance por territorio naranja. El chico no tuvo problemas para atrapar el balón, y tras mantenerlo fuera del alcance de los rivales unos segundos, procedió a continuar con los pases.
En un principio los movimientos del pelirrosa indicaban que iba a devolverle el control de la pelota a Keiria, pero en el último segundo cambió de objetivo con una sonrisa burlona y, avisando a Taro con un gesto rápido, le envió el esférico al carabés con un tiro a ras del suelo.
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