Torreón Letargo (Archivo IV)
+15
Yber
Tak
Poblo
Leonart
Alicia
Vlad
Shylver
Lops
Evanna
Zarket
alpeca
Jack
Matt
Elliot
Dal
19 participantes
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Torreón Letargo (Archivo IV)
08/08/13, 11:29 am
Recuerdo del primer mensaje :
-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.
Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.
Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.
Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.
Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.
Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.
Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.
-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.
P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^
-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.
Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.
Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.
Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.
Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.
Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.
Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.
-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.
P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
15/05/14, 02:34 am
Temblando y conservando esa apariencia confusa, el aprendiz empezó a recitar poco a poco lo que había recordado. Distaba de ser un avance importante, pero era un avance, y más de lo que había esperado cuando se pusieron de camino hacia Letargo. Tras un intento por moverse, añadió también un recuerdo anterior a la estancia en la ciudad. «¿Y eso qué puede significar?».
―Son de este mismo torreón. Con los del otro que te comentamos casi no tenemos contacto ―respondió a la pregunta del aprendiz. Este, entre tanto, trató de levantarse un par de veces, sin ser capaz de lograrlo. Extrañado por aquella repentina debilidad –tanto como el propio humano–, le tendió una mano.
―¿Necesitas ayuda? ―preguntó, dispuesto a servirle de apoyo si le era necesario. Suponía que era cosa del nerviosismo, pero no iban a esperar allí parados a que se le pasara.
―¿Va a entrar alguien adentro al final o no? ―preguntó después.
―Son de este mismo torreón. Con los del otro que te comentamos casi no tenemos contacto ―respondió a la pregunta del aprendiz. Este, entre tanto, trató de levantarse un par de veces, sin ser capaz de lograrlo. Extrañado por aquella repentina debilidad –tanto como el propio humano–, le tendió una mano.
―¿Necesitas ayuda? ―preguntó, dispuesto a servirle de apoyo si le era necesario. Suponía que era cosa del nerviosismo, pero no iban a esperar allí parados a que se le pasara.
―¿Va a entrar alguien adentro al final o no? ―preguntó después.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
15/05/14, 03:02 am
Aprendiz
Archi le planteó la idea del tal Mero. No solamente entrar cuando los demás no estuvieran sino que, sin referencia alguna ponerse a buscar algo que bien podria tener cualquier forma. Se lo planteó, sin embargo. Miró la mano de mono. Quizás reaccionase quizás no. Pero, en su estado, ¿aguantaria otro shock como ese? O, mejor dicho, ¿Iba a poder volver con su propio pie?
-Diria que no, si no os importa. Apenas me puedo poner de pie ahora mismo, ni de lejos caminar. Pero, siempre podemos volver otro día y preguntarles, a ver si tienen algo mio, ¿no?-les dijo.
Entonces tomó la ayuda de Clio para ponerse de pie y andar.
-Mejor será que volvamos ya...-dijo con un tono cansado.
En ningun momento dejó de pensar en las imagenes que habia visto. Sobretodo la última.
Sigue en el Torreón Maciel.
Archi le planteó la idea del tal Mero. No solamente entrar cuando los demás no estuvieran sino que, sin referencia alguna ponerse a buscar algo que bien podria tener cualquier forma. Se lo planteó, sin embargo. Miró la mano de mono. Quizás reaccionase quizás no. Pero, en su estado, ¿aguantaria otro shock como ese? O, mejor dicho, ¿Iba a poder volver con su propio pie?
-Diria que no, si no os importa. Apenas me puedo poner de pie ahora mismo, ni de lejos caminar. Pero, siempre podemos volver otro día y preguntarles, a ver si tienen algo mio, ¿no?-les dijo.
Entonces tomó la ayuda de Clio para ponerse de pie y andar.
-Mejor será que volvamos ya...-dijo con un tono cansado.
En ningun momento dejó de pensar en las imagenes que habia visto. Sobretodo la última.
Sigue en el Torreón Maciel.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
10/06/14, 12:05 am
Ni tiempo tengo de empezar a vendarme las heridas cuando deciden salir en masa, al menos Marsi es previsora y le corta el cuello al monstruo. No me gusta la idea de que pudiera llegar a seguirnos al torreón, no en nuestras condiciones. Me jode haber dejado el cuerpo de Akasha en aquel lugar pero aún así sigo a los demás quedándome un poco rezagada por culpa de la pierna.
Pienso en la escueta explicación del ochrorio mientras me muevo, con petrificada debe referirse a que me convirtieron en piedra, pero por alguna razón no lo recuerdo. Quizá no se pueda recordar nada si pasa eso. Aún así eso no explica mis heridas pero bueno, luego preguntaré mejor. Eso pienso hasta que veo al ochrorio desplomarse en el suelo. Mierda.
-Que alguien me ayude - digo demandando ayuda. Álvaro se acerca y entre los dos lo levantamos. Al flexionar los músculos mis heridas se resienten y aprieto los dientes pero no suelto al chico. Por alguna razón tengo la sensación de que de no ser por el yo no estaría aquí ahora, así que creo que se lo debo.- Gracias - le digo en voz baja al humano que me ayuda.
Por suerte no tardamos mucho en llegar al torreón y entramos sin detenernos demasiado. Dejamos al ochrorio en un sofá y yo me siento en un sillón a atender mínimamente mis heridas.
-Primero los más graves - les comento a los que tienen magia por si aún pueden hacer algo.- Yo puedo esperar a otro momento - me quito la camiseta, la lavo y la empiezo a usar de vendaje improvisado.
Pienso en la escueta explicación del ochrorio mientras me muevo, con petrificada debe referirse a que me convirtieron en piedra, pero por alguna razón no lo recuerdo. Quizá no se pueda recordar nada si pasa eso. Aún así eso no explica mis heridas pero bueno, luego preguntaré mejor. Eso pienso hasta que veo al ochrorio desplomarse en el suelo. Mierda.
-Que alguien me ayude - digo demandando ayuda. Álvaro se acerca y entre los dos lo levantamos. Al flexionar los músculos mis heridas se resienten y aprieto los dientes pero no suelto al chico. Por alguna razón tengo la sensación de que de no ser por el yo no estaría aquí ahora, así que creo que se lo debo.- Gracias - le digo en voz baja al humano que me ayuda.
Por suerte no tardamos mucho en llegar al torreón y entramos sin detenernos demasiado. Dejamos al ochrorio en un sofá y yo me siento en un sillón a atender mínimamente mis heridas.
-Primero los más graves - les comento a los que tienen magia por si aún pueden hacer algo.- Yo puedo esperar a otro momento - me quito la camiseta, la lavo y la empiezo a usar de vendaje improvisado.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
11/06/14, 05:50 pm
El camino de vuelta les resulta demasiado lento, pesado y aungustioso. No ven el momento de llegar al torreón, y todos suspiran aliviados cuando al fin lo ven alzarse ante ellos.
La cara de Marsi era una máscara tensa. Le quemaban todos los músculos del cuerpo, pero no se había detenido en todo el viaje. Aún cuando cruzó el gran portón, siguió moviéndose, como una máqina programada. Dejó la daga en la armería, incapaz de mirarla más ni de sostenerla, volvió al salón, se sentó en uno de los sillones, y una vez allí rompió a llorar.
Era el llanto desconsolado de una niña pequeña, no había rabia ni frustración en él, solo tristeza, y tal vez un poco de alivio. Necesitaba soltar toda la tensión y el cansancio del día, deshacerse de todas las sentaciones y experiencias horribles, de las imágenes que azotaban su mente; la sangre de Akasha salpicandolo todo. Con el llanto se iba la poca fuerza que le quedaba, y cuando al fin dejó de llorar fue cuando se quedó dormida, aún en el sillón. Recordó vagamente que alguien se le había acercado a curarle las heridas, que había estado abrazada a alguno de sus compañeros, incluso puede que hubiese comido algo, entre sollozos. Pero el sueño lo borró todo, y la arrastró a la oscuridad del descanso vacío, casi a la inconsciencia.
La cara de Marsi era una máscara tensa. Le quemaban todos los músculos del cuerpo, pero no se había detenido en todo el viaje. Aún cuando cruzó el gran portón, siguió moviéndose, como una máqina programada. Dejó la daga en la armería, incapaz de mirarla más ni de sostenerla, volvió al salón, se sentó en uno de los sillones, y una vez allí rompió a llorar.
Era el llanto desconsolado de una niña pequeña, no había rabia ni frustración en él, solo tristeza, y tal vez un poco de alivio. Necesitaba soltar toda la tensión y el cansancio del día, deshacerse de todas las sentaciones y experiencias horribles, de las imágenes que azotaban su mente; la sangre de Akasha salpicandolo todo. Con el llanto se iba la poca fuerza que le quedaba, y cuando al fin dejó de llorar fue cuando se quedó dormida, aún en el sillón. Recordó vagamente que alguien se le había acercado a curarle las heridas, que había estado abrazada a alguno de sus compañeros, incluso puede que hubiese comido algo, entre sollozos. Pero el sueño lo borró todo, y la arrastró a la oscuridad del descanso vacío, casi a la inconsciencia.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
12/06/14, 06:30 pm
El llegar al torreón fue un tortura. La tensión de poder ser atacados, el dolor que sentían. La ciudad les había dado una buena paliza y se había cobrado una vida, muchos heridos y un enorme agotamiento físico y mental. La llegada al torreón fue aliviadora pero también triste.
Dhelian no se dejo llevar por la tristeza, aunque alguna que otra lagrima traidora decidiera lo contrario ante el recuerdo de Akasha, se mantuvo lo mas fuerte que pudo, mas tarde dejaría que la tristeza lo arrollase. Le dolía todo y el brazo era insoportable de aguantar, se sentía agotado, pero el ver el estado de sus compañeros, mas de uno con heridas mas horribles de ver que la suya, le incentivaba a intentar algo para ayudar y no ser solo otro herido. Ozzchreanos había desfallecido por el agotamiento y solo quedaba Alice y Alvaro para sanar con magia a todos ellos, debía echarles una mano.
Mover el brazo era algo que necesitaba paciencia y aguante, movimientos bruscos estaba prohibidos sino quería rabiar de dolor. Aunque su capacidad de movilidad estaba muy restringida tenia un poco mas de libertad al nivel de la muñeca. Necesitaba aliviar ese dolor primero o seria imposible ayudar en nada con la nube que era su cerebro en esos instante. Recordar el hechizo le costo varios intentos y otros dos intentos mas en realizarlo cuando en plenas facultades uno habría bastado. En el primer intento noto el tirón del brazo y tuvo que parar en seco, esperó un poco a que pasase el dolor para volver a repetir los gestos con mas cuidado. En esa ocasión consiguió realizarse el hechizo para aliviar el malestar físico lo que fue un alivio inmediato..
Aquello era una mejoría momentánea a su situación, aunque no fuese a durar mucho ni sanara el hueso roto. Sus niveles mágicos estaban bajos y la imagen de Akasha colándose en su mente solo motivo mas a Dhelian a actuar antes de desmoronarse.
-Surasara...¿Me haces un traspaso de magia? Intentare hacer lo posible...para ayudar a curaros, mi brazo tendrá que esperar. No tenemos ningún hechizo para sanar huesos- añadió con una imagen deplorable. Ojeroso, cubierto en sudor y su brazo sujeto apenas por el improvisad cabestrillo de Marsi, era una imagen de pena. Debía hacer algo antes de que el agotamiento y las ganas de dormir durante días pudieran con el.
Dhelian no se dejo llevar por la tristeza, aunque alguna que otra lagrima traidora decidiera lo contrario ante el recuerdo de Akasha, se mantuvo lo mas fuerte que pudo, mas tarde dejaría que la tristeza lo arrollase. Le dolía todo y el brazo era insoportable de aguantar, se sentía agotado, pero el ver el estado de sus compañeros, mas de uno con heridas mas horribles de ver que la suya, le incentivaba a intentar algo para ayudar y no ser solo otro herido. Ozzchreanos había desfallecido por el agotamiento y solo quedaba Alice y Alvaro para sanar con magia a todos ellos, debía echarles una mano.
Mover el brazo era algo que necesitaba paciencia y aguante, movimientos bruscos estaba prohibidos sino quería rabiar de dolor. Aunque su capacidad de movilidad estaba muy restringida tenia un poco mas de libertad al nivel de la muñeca. Necesitaba aliviar ese dolor primero o seria imposible ayudar en nada con la nube que era su cerebro en esos instante. Recordar el hechizo le costo varios intentos y otros dos intentos mas en realizarlo cuando en plenas facultades uno habría bastado. En el primer intento noto el tirón del brazo y tuvo que parar en seco, esperó un poco a que pasase el dolor para volver a repetir los gestos con mas cuidado. En esa ocasión consiguió realizarse el hechizo para aliviar el malestar físico lo que fue un alivio inmediato..
Aquello era una mejoría momentánea a su situación, aunque no fuese a durar mucho ni sanara el hueso roto. Sus niveles mágicos estaban bajos y la imagen de Akasha colándose en su mente solo motivo mas a Dhelian a actuar antes de desmoronarse.
-Surasara...¿Me haces un traspaso de magia? Intentare hacer lo posible...para ayudar a curaros, mi brazo tendrá que esperar. No tenemos ningún hechizo para sanar huesos- añadió con una imagen deplorable. Ojeroso, cubierto en sudor y su brazo sujeto apenas por el improvisad cabestrillo de Marsi, era una imagen de pena. Debía hacer algo antes de que el agotamiento y las ganas de dormir durante días pudieran con el.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
12/06/14, 07:58 pm
Ozz se ha desmayado en el camino, mi salvador no ha podido aguantar mas la presión pero por algun motivo solo puedo observar cual mera espectadora todo lo que ocurre a mi alrededor mientras encadeno un paso con otro hasta llegar al torreón. Desde que he comenzado a caminar he llorado, sin quererlo, tanto por el dolor de mi cara como por la descarga de tensión del momento. No digo nada, permanezco en relativo silencio, solo se me escucha caminar y sorber mis mocos por la nariz.
Al ver el torreón a lo lejos me obligo a dejar de llorar y centrarme. Por alguna extraña raz9n mi cerebro bloquea los recuerdos pudiendo tener solo claro la cara espachurrada de Akasha y la áspera lengua de la bestia lamiendo mi mejilla. Cuando entramos en la torre, aun temblorosa, entro rapidamente a la cocina y cojo un barreño vacio para salir con él rápidamente hasta el patio. Cuando llego al pozo tiro el cubo y saco agua echándola en el barreño. Cuando he subido dos cubos hundo mi cara en el baño de agua dejando que el escozor de la limpieza se apodere de mis sentidos notando como la sangre y las lagrimas se diluyen en el liquido.
Saco la cabeza chorreando para ver que todo el barreño se ha teñido de cyan procedente de mis heridas tiro el agua al suelo y vuelvo a llenar el barreño para llevarlo dentro e intentar ayudar a los demas. Cuando doy con Ozzchreanos me coloco a su lado dejando el barreño a su lado y le toco la cara en silencio.
Voy a la cocina en busca de un trapo que tirar al agua para, una vez empapado, colocar en la frente de mi salvador. En silencio observo al abatido chico y en mi interior los recuerdos que guardaba del enorme violador se diluyen como mi sangre para dar paso a mi nuevo salvador. -Ocupaos de los demas, yo... yo estoy bien- Digo de manera firme mientras le cambio el trapo a Ozzcheanos.
Al ver el torreón a lo lejos me obligo a dejar de llorar y centrarme. Por alguna extraña raz9n mi cerebro bloquea los recuerdos pudiendo tener solo claro la cara espachurrada de Akasha y la áspera lengua de la bestia lamiendo mi mejilla. Cuando entramos en la torre, aun temblorosa, entro rapidamente a la cocina y cojo un barreño vacio para salir con él rápidamente hasta el patio. Cuando llego al pozo tiro el cubo y saco agua echándola en el barreño. Cuando he subido dos cubos hundo mi cara en el baño de agua dejando que el escozor de la limpieza se apodere de mis sentidos notando como la sangre y las lagrimas se diluyen en el liquido.
Saco la cabeza chorreando para ver que todo el barreño se ha teñido de cyan procedente de mis heridas tiro el agua al suelo y vuelvo a llenar el barreño para llevarlo dentro e intentar ayudar a los demas. Cuando doy con Ozzchreanos me coloco a su lado dejando el barreño a su lado y le toco la cara en silencio.
Voy a la cocina en busca de un trapo que tirar al agua para, una vez empapado, colocar en la frente de mi salvador. En silencio observo al abatido chico y en mi interior los recuerdos que guardaba del enorme violador se diluyen como mi sangre para dar paso a mi nuevo salvador. -Ocupaos de los demas, yo... yo estoy bien- Digo de manera firme mientras le cambio el trapo a Ozzcheanos.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
12/06/14, 08:57 pm
Levanto la mirada al oír a Dhelian.
-Dame un segundo - le digo mientras termino de colocar mis improvisadas vendas del brazo.- Ya está - le pongo la mano encima de su hombro bueno y noto como la energía fluye encontrándome poco a poco más cansada.- ¿Tú que tal estás Dhelian? No me refiero sólo al brazo - años de ser soldado borraron por completo la delicadeza para cosas así.
-Dame un segundo - le digo mientras termino de colocar mis improvisadas vendas del brazo.- Ya está - le pongo la mano encima de su hombro bueno y noto como la energía fluye encontrándome poco a poco más cansada.- ¿Tú que tal estás Dhelian? No me refiero sólo al brazo - años de ser soldado borraron por completo la delicadeza para cosas así.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
12/06/14, 10:32 pm
Notó de inmediato la energía de la ulterana, suficiente para hacer algún que otro hechizo sobre sus compañeros ya que poco podía hacer consigo mismo. Vio atentamente las vendas que cubría a Surasara y luego la observo cansado, no queriendo hablar demasiado de como se sentía, sus ojos no tardaba en nublarse en lagrimas al recordar pero se aseguro de secarselas con su brazo bueno incluso antes de que salieran.
-Akasha...ella...sigue allí- murmuro sin apenas energías en su voz, recordar a la ochroria le producía un enorme peso en el estomago, le dolía el pecho y cientos de imágenes pasaban a toda velocidad por su cabeza, hasta su ultima mirada. Esa mirada horrorizada al ver el martillo le estaba torturando-Curaros...necesito curaros, no puedo...no puedo ser débil ahora-se repetía intentándose convencer.
Ver a Korasihanna entrar y salir con un balde de agua le recordó a Dhelian la situación. Mas aun cuando la chica se acerco para intentar tratar la herida del la cara de Ozzchreanos. Dhelian no creía poder hacer un mejor trabajo que el, pero al menos esa herida debía ser cerrada o podría infectarse, y contra una infección si que no tenia nada.
-Puedo curar eso para que deje de sangrar...hasta que el...despierte y se haga algo mas avanzado. Id cargando cristales, nos servirán de mucho-dijo Dhelian acercándose al ochorio quitandole el trapo húmedo para poder ver la herida. Lucia bastante mal y no era especialmente cómoda de ver. Alice se encargaría de Marsi, que era la otra con una herida mas grave entre el grupo.
Sanar a Ozzchreanos fue un problema, el tenia que repetir el hechizo de sanación superficial un par de veces pues nunca conseguía hacerlo a la primera y el corte no dejaba de sangrar por lo que tenia que tomar prestadas las manos de sus compañeras para que le quitasen la sangre. Estaba cansado y empezaba a dolerle el brazo de nuevo pues el hechizo ya había perdido efecto. Aun así, por mas que lo intento consiguió cerrar el corte pero ya fuese por agotamiento porque algo lo impedía o porque necesitaba un hechizo mas avanzado, quedo una cicatriz en el rostro del ochrorio que Dhelian fue incapaz de curar.
-Tal vez necesite un hechizo mas fuerte para quitar la cicatriz- se rindió el daeliciano cuando no consiguió resultados algunos.
-Akasha...ella...sigue allí- murmuro sin apenas energías en su voz, recordar a la ochroria le producía un enorme peso en el estomago, le dolía el pecho y cientos de imágenes pasaban a toda velocidad por su cabeza, hasta su ultima mirada. Esa mirada horrorizada al ver el martillo le estaba torturando-Curaros...necesito curaros, no puedo...no puedo ser débil ahora-se repetía intentándose convencer.
Ver a Korasihanna entrar y salir con un balde de agua le recordó a Dhelian la situación. Mas aun cuando la chica se acerco para intentar tratar la herida del la cara de Ozzchreanos. Dhelian no creía poder hacer un mejor trabajo que el, pero al menos esa herida debía ser cerrada o podría infectarse, y contra una infección si que no tenia nada.
-Puedo curar eso para que deje de sangrar...hasta que el...despierte y se haga algo mas avanzado. Id cargando cristales, nos servirán de mucho-dijo Dhelian acercándose al ochorio quitandole el trapo húmedo para poder ver la herida. Lucia bastante mal y no era especialmente cómoda de ver. Alice se encargaría de Marsi, que era la otra con una herida mas grave entre el grupo.
Sanar a Ozzchreanos fue un problema, el tenia que repetir el hechizo de sanación superficial un par de veces pues nunca conseguía hacerlo a la primera y el corte no dejaba de sangrar por lo que tenia que tomar prestadas las manos de sus compañeras para que le quitasen la sangre. Estaba cansado y empezaba a dolerle el brazo de nuevo pues el hechizo ya había perdido efecto. Aun así, por mas que lo intento consiguió cerrar el corte pero ya fuese por agotamiento porque algo lo impedía o porque necesitaba un hechizo mas avanzado, quedo una cicatriz en el rostro del ochrorio que Dhelian fue incapaz de curar.
-Tal vez necesite un hechizo mas fuerte para quitar la cicatriz- se rindió el daeliciano cuando no consiguió resultados algunos.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
13/06/14, 02:24 pm
¿Todos bien? Todos bien. Correr. Cuidado con las calles, cuidado con los compañeros heridos. Oz desmayado; Oz recogido. Correr. ¿Todos bien? Casa cerca.
Así se resumía y me resumía mentalmente nuestra carrera hasta Letargo. Según íbamos llegando, los recientes acontecimientos se me agolpaban en la cabeza, pero, con dificultad, los conseguí dejar ligeramente de lado hasta llegar a casa. Estaban ahí pero no en profundidad. No quería pensar en la muerte de Akasha, en si podríamos haberlo evitado, en que habría que, al menos, enterrar algo en su honor en el patio; en la oreja cortada de Marsi, la fea herida de Oz, el cabello quemado de Sura y las heridas por la petrificación, el brazo roto de Dhelian, o en que por mi culpa casi Marsi pierde un brazo con tal de salvarnos, aunque dentro de lo malo, por suerte, la daga no hizo tanto.
Pero tampoco quería pensar en ello cuando, por fin, llegamos al torreón. Teníamos que curar a los heridos, recuperarnos del susto y descansar. Además, había salido demasiado bien parada en comparación al resto, así que no me merecía detenerme a pensar en nada más que no fuera ayudar a mis amigos. <<Joder, hasta la idea de quedarnos más en los Jardines fue mía... Pero eso no tiene que ver, no seas tonta, esta ciudad tiene la culpa de eso... Basta, ya estamos en casa, entremos y curemos a los demás. Culpable o no, ahora puedes ser útil>>
Pero lo primero era lo primero: bajar el puente y abrir la puerta, de lo que me encargué yo con la mayor rapidez posible. Luego llegó el turno de las curas. Los no mágicos nos traspasaron energía y nos dividimos el trabajo. Imaginaba que Álvaro se encargaría de Kora. Si no tenía magia, lo haríamos más tarde o mañana.
Yo me encargué de Marsi, quien fue minando mis defensas mentales con cada sollozo. Casi la perdía en aquella trampa, joder, pero lo peor era que casi por mi culpa y no podía dejar de pensar en lo que le había dicho cuando la sierra se le acercaba. Había estado muy cerca de morir, demasiado, y por mi culpa. <<Akasha, "por lo menos", después de su pesadilla ha podido descansar, por así decirlo, pero nosotros seguimos y fue a peor... Pero salimos vivos...>> No sabía si hacía bien en pensar así. Para colmo de males, se me colaban voces en la cabeza, como si mis compañeros estuvieran hablando pero no eran ellos, así que me centré.
Primero me encargué de la oreja, que ojalá la hubiéramos podido recuperar y soldar de alguna forma, y luego de cualquier otra herida como la del brazo. No sabía cómo se sentiría con esa en concreto, por lo que pasó con la sierra, por lo que traté de disculparme y de consolarla entre susurros. Claro que tenía ganas de llorar, y a veces se me escapaba alguna lágrima solitaria, pero no podía, no hasta acabar y poder descansar. Cuando ya no podía hacer más por la varmana, me acerqué a los demás.
—¿Cómo vais? Mañana te curamos eso sí o sí, soldadita—medio bromeé con Sura. Luego miré a Dhelian—. La cicatriz ya veremos en la Biblioteca si hay alguna forma... Pero tu brazo importa más. Ni se te ocurra moverlo hasta que encontremos algún hechizo para esto... ¿Se apunta alguien a hacer algo de comer conmigo?
Así se resumía y me resumía mentalmente nuestra carrera hasta Letargo. Según íbamos llegando, los recientes acontecimientos se me agolpaban en la cabeza, pero, con dificultad, los conseguí dejar ligeramente de lado hasta llegar a casa. Estaban ahí pero no en profundidad. No quería pensar en la muerte de Akasha, en si podríamos haberlo evitado, en que habría que, al menos, enterrar algo en su honor en el patio; en la oreja cortada de Marsi, la fea herida de Oz, el cabello quemado de Sura y las heridas por la petrificación, el brazo roto de Dhelian, o en que por mi culpa casi Marsi pierde un brazo con tal de salvarnos, aunque dentro de lo malo, por suerte, la daga no hizo tanto.
Pero tampoco quería pensar en ello cuando, por fin, llegamos al torreón. Teníamos que curar a los heridos, recuperarnos del susto y descansar. Además, había salido demasiado bien parada en comparación al resto, así que no me merecía detenerme a pensar en nada más que no fuera ayudar a mis amigos. <<Joder, hasta la idea de quedarnos más en los Jardines fue mía... Pero eso no tiene que ver, no seas tonta, esta ciudad tiene la culpa de eso... Basta, ya estamos en casa, entremos y curemos a los demás. Culpable o no, ahora puedes ser útil>>
Pero lo primero era lo primero: bajar el puente y abrir la puerta, de lo que me encargué yo con la mayor rapidez posible. Luego llegó el turno de las curas. Los no mágicos nos traspasaron energía y nos dividimos el trabajo. Imaginaba que Álvaro se encargaría de Kora. Si no tenía magia, lo haríamos más tarde o mañana.
Yo me encargué de Marsi, quien fue minando mis defensas mentales con cada sollozo. Casi la perdía en aquella trampa, joder, pero lo peor era que casi por mi culpa y no podía dejar de pensar en lo que le había dicho cuando la sierra se le acercaba. Había estado muy cerca de morir, demasiado, y por mi culpa. <<Akasha, "por lo menos", después de su pesadilla ha podido descansar, por así decirlo, pero nosotros seguimos y fue a peor... Pero salimos vivos...>> No sabía si hacía bien en pensar así. Para colmo de males, se me colaban voces en la cabeza, como si mis compañeros estuvieran hablando pero no eran ellos, así que me centré.
Primero me encargué de la oreja, que ojalá la hubiéramos podido recuperar y soldar de alguna forma, y luego de cualquier otra herida como la del brazo. No sabía cómo se sentiría con esa en concreto, por lo que pasó con la sierra, por lo que traté de disculparme y de consolarla entre susurros. Claro que tenía ganas de llorar, y a veces se me escapaba alguna lágrima solitaria, pero no podía, no hasta acabar y poder descansar. Cuando ya no podía hacer más por la varmana, me acerqué a los demás.
—¿Cómo vais? Mañana te curamos eso sí o sí, soldadita—medio bromeé con Sura. Luego miré a Dhelian—. La cicatriz ya veremos en la Biblioteca si hay alguna forma... Pero tu brazo importa más. Ni se te ocurra moverlo hasta que encontremos algún hechizo para esto... ¿Se apunta alguien a hacer algo de comer conmigo?
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/06/14, 01:15 am
Su despertar fue alterado, como si no tuviera que estar durmiendo o como si se hubiera repetido el anterior. Abrió los ojos alarmado, se incorporó sobre el sofá y dirigió la mirada alrededor alarmado. Durante unos segundos, la realidad solo escondía peligros para el sacerdote, formas de morir en el instante o durante ciclos meteóricos. Pero reconoció la sala, reconoció las entidades presentes en esta. Posó una mano temblorosa sobre el hombro de la más cercana, Korasihanna, y respiró inquieto. No podía eliminar la sensación de peligro potencial, pero el contacto físico y visual le ayudó.
Seguidamente, pasando su mano al antebrazo de la daeliciana volvió a tenderse. No le dirigió palabra a nadie, no podía en aquellos momentos. Pero habían salido, no lo creía pero estaban de vuelta en un lugar seguro. Fue repasando los eventos mientras sentía cada vez más el dolor en la mejilla. La bestia, las sillas, su herida, dolía, el mecanismo macabro y la muerte de Akasha, separación, la bestia al final de nuevo. Pero habían salido, y luego… caminaron, caminaron… lo sabía, pero no recordaba más allá de una muy breve andadura. Le era muy claro que debió caer desmayado. No había pensado que llegara hasta ese punto su agotamiento.
Lentamente, en el transcurso de unos pocos minutos, logró tranquilizarse. Luego, sin haberse desprendido de su apoyo, llegó de nuevo el sueño. Y entonces, al fin, descansaría de veras.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/06/14, 04:07 am
Después de la cena, que yo pasé en silencio sin ganas de hablar, y después de subir a Marsi a su cama, apenas me costó unos segundos dormirme. Los días siguientes fueron breves y de descanso, pero también un poco de luto. En honor a Akasha, enterramos alguna de sus pertenencias en el huerto. El resto de días siguió sin más actividad que recuperar las runas perdidas —cosa de Dhelian sobre todo, el cabezón insistió en hacer algo aún con el brazo en cabestrillo—, y familiarizarme con nuevas armas. No hubo más salidas que las necesarias a por las cestas y una a la Biblioteca a buscar algún hechizo para Dhelian. El hechizo lo encontramos, pero también nos topamos con el problema de que de anatomía estábamos fatal, así que también tuvimos que investigar sobre el tema. Encontramos un libro sobre anatomía y dejé a los interesados que lo estudiasen. Yo, personalmente, no me atrevía a hacer el hechizo. Me daba repelús solo de mirar los apuntes e imaginar el hechizo y que algo saliera mal... Los daelicianos se nos parecían a los humanos en apariencia externa, así que a nivel óseo deberían ser semejantes... Pero ni siquiera con un terrícola me atrevería. El hechizo no era "pum, hueso reparado" sino que había que manipularlo y... Ugh. Para colmo, de vez en cuando me desconcentraba al oír unas voces cuyo origen desconocía y siempre achacaba al cansancio, pero no podía ser por eso. Empecé a pensar que algún ciudadano o criatura que fuera telépata me estaba trolleando, así que avisé del suceso a mis amigos, por si acaso.
Uno de los días, los macieleros aparecieron en nuestra puerta. Venían buscando cosas que Shaco se hubiera dejado en la ocasión que estuvo aquí, pues parecían ayudarle a recuperar la memoria. Además del acostumbrado trajín con la comida, les pusimos al día de lo que nos había sucedido. La trampa, la zona en la que la encontramos, Akasha... Archi entonces se ofreció a curar el brazo a Dhelian y se lo dejó como nuevo, por lo que se llevó un abrazo de mi parte. Ese día no dio para más, aunque sí que quedamos en visitarles nosotros la próxima vez. Teníamos mucho que contarles sobre la Luna. Pero eso sería otro día.
Hoy no me desperté pensando en eso sino en el temor a volver a lanzarnos a explorar la ciudad. No quería arriesgarme otra vez a otra trampa como aquella. Si hubiéramos salido ilesos, quizá... Pero casi estuvimos a punto de no salir, así que a no ser que decidiéramos visitar Maciel o a los sendarios, no propondría ir de expedición. Eso no significaba, sin embargo, que no fuera con el grupo si decidían salir. Pero ya se vería qué hacíamos. Yo por mi parte lo tenía bien claro: remolonearía entre las mantas un rato más. O dos ratos, los que fueran.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/06/14, 03:34 pm
Entre Alice y Álvaro, se dividieron el curar a Korasihanna y Marsi, quedando Sura como la única sin curar, a excepción de él mismo claro. Para ese momento las fuerzas mágicas de cada uno estaban por los suelos. En el caso de Dhelian el dolor del brazo estaba destrozándole los nervios tras la pérdida de la tensión por la huida, del calor del momento y del hechizo, todo el dolor venia de golpe en punzadas que recorría todo su brazo parcialmente inflamado a la altura donde el hueso se había quebrado.
Dhelian no pudo prestar mayor atención a las palabras de Alice, pues el agotamiento lo supero, la cabeza le iba estallar, sentía su cuerpo pegajosos y caliente, sin soportar un segundo más el mantenerse de pie. Había usado todas sus energías. Y así sin previo aviso se dejo caer en uno de los sofas del salón, quedándose inmediatamente inconsciente y un poco afiebrado. Tuvo un sueño intranquilo e incomodo, pues el dolor persistía incluso en ese estado. Imágenes de la muerte de Akasha y otras creadas por su mente afiebrada no ayudaron en lo más mínimo a que el daeliciano tuviera una noche tranquila y reparadora.
Los siguientes días no fueron mucho mejores, el dolor persistía peor al menos se recupero de la fiebre gracias al tratamiento de sus compañeros. Incluso le improvisaron un nuevo cabestrillo para darle la posibilidad de devolverle su camiseta a Marsi. El ambiente del torreones era triste y depresivo, pero aun así se aseguraron cuando todos estuvieron en estado de incorporarse y en mejor estado, celebrar un entierro simbólico de la hoz de Akasha. Dhelian no lloro, estaba cansado y había llorado más que suficiente durante las dos últimas noches de sueños inquietos y conseguidos tras horas de intentar acomodarse y olvidar el dolor del brazo.
El día a día volvió al torreón, con una amiga menos y nuevos asuntos que solucionar. Dhelian incapaz de quedarse quieto, pues eso no el distraía del dolor precisamente, necesito recibir cierta ayuda de sus compañeros para tareas que hasta el momento podía hacer solo: estas eran vestir y desvestirse. Algo que intento hacer el día siguiente de sufrir la fiebre para darse un baño descubriendo, tras un movimiento algo mas brusco de lo pretendido, que era imposible de hacerlo solo. Tuvo que pedir ayuda, algo que le incomodo bastante al inicio y durante el tiempo que su brazo se mantuvo en ese estado Álvaro y Ozzchreanos se turnaron para echarle una mano.
Por otro lado, quitando ese problema de movilidad, Dhelian no dejo de ayudar en el torreón. Junto con Alice, busco u hechizo que pudiera hacer algo con el hueso de su brazo y cuando por fin lo encontraron comenzaron con la traducción de este. Ese hechizo permitía repara huesos rotos, el problema radicaba en que eso no les hacia expertos en medicina, por lo que la necesidad de saber la estructura del hueso se volvió acuciante. Una visita a la biblioteca se produjo en ese entonces con la intención de buscar un libro sobre anatomía.
Dhelian no salió a esa salida, sino que se quedo en el torreón, dándole movida a su mano del brazo dañada decidió hacer bocetos y dibujos de sus compañeros de torreón, incluyendo a los difuntos cuando aun Vivian. Fue algo que se propuso como una meta: dibujar a cada uno de sus compañeros para no olvidarse de sus rostros pasase lo que pasase. Aquello distraía su mente y se propuso hacer lo mismo con los ya fallecidos siendo Akasha y Neith las primeras en su lista.
A un nivel mas practico, también entre retrato y retrato reinicio sus estudios sobre runas, con la intención de volver a rehacer los circuitos. Aprovechando que no podía hacer magia con soltura dibujo los circuitos para poder hacerlos posteriormente en unas nuevas dagas, y en unas nuevas tonfas para Surasara, que posteriormente Ozzchreanos podría grabar al igual que la vez anterior. Gran parte del tiempo la pasaba sentado dibujando, ya fuesen runas o a sus compañeros tanto de maciel como de letargo. Y ya fuese debido a la comida o al hecho de estarse moviendo menos por culpa del brazo, empezó a tener problemas de gases que solo añadían una incomodidad más a su cuerpo.Aun así, Dhelian intento estar al pendiente de las salidas, intento salir por las cestas en un par de ocasiones. También recibieron una visita de los macieleros, donde pudieron informarles sobre todo los que les había pasado y de paso enterarse un poco de cómo les iba a ellos las cosas.
Ellos no estaba mucho mejor, y el hecho de escuchar que era lo que le pasaba a Shaco, ahora llamado el Aprendiz y como Dhelian lo llamaría a partir de entonces, no ayudo mucho. Gracias a los macielero supo que este les había olvidado y que estaba apenas empezando recordarles. Eso fue un duro golpe para Dhelian que no sabía exactamente que decirle, la mente podía ser muy frágil y no quería empeorar ya la reinante confusión en el Aprendiz por lo que solo hablo un poco con é, presentándose como “Lhelian” solo por mantener el escaso recuerdo que este tenía de él. Decirle que su nombre era otro en ese momento no ayudaría y él quería ayudarle a recordarles aunque fuese un poco. Ya hablaría largo y tendido y le explicaría todo mejor cuando el Aprendiz estuviese en mejor estado mental.
Durante esa visita, Dhelian fue curado por Archi lo que fue bastante aliviador para todos pues aunque ya sabía el hechizo el tema de tener que manejar un hueso incluso con datos sobre anatomía no era tranquilizador. El trabajo de Archi fue perfecto y a partir de ese día Dhelian por fin pudo volver a los entrenamientos con Surasara y el resto y termino los circuitos de runas. Esa noche tras que le curasen el brazo, fue la primera que durmió de principio a fin desde que se lo rompió.
Los siguientes días estuvo bastante activo, intentando gastar las energías que había ido acumulando durante esos días que había tenido que estar tan parado. Lo sucededlo en aquel condenado circo les había dejado marca a todos, Dhelian había llorado había tenido pesadillas sobre eso pero se había terminado reponiendo. Al fin de cuentas había visto más muertes en apenas meses que en su vida, uno no se acostumbraba pero sí que se endurecía sino quería acabar completamente loco.
Ese día fue uno de los primeros en despertarse y dado que había tenido días donde era el cuidado decidió preparar el desayuno de sus compañeros. Mas tarde cuando estuvieran despierto tal vez les mostrase lo que había estado haciendo en su cuaderno durante ese tiempo.
Dhelian no pudo prestar mayor atención a las palabras de Alice, pues el agotamiento lo supero, la cabeza le iba estallar, sentía su cuerpo pegajosos y caliente, sin soportar un segundo más el mantenerse de pie. Había usado todas sus energías. Y así sin previo aviso se dejo caer en uno de los sofas del salón, quedándose inmediatamente inconsciente y un poco afiebrado. Tuvo un sueño intranquilo e incomodo, pues el dolor persistía incluso en ese estado. Imágenes de la muerte de Akasha y otras creadas por su mente afiebrada no ayudaron en lo más mínimo a que el daeliciano tuviera una noche tranquila y reparadora.
Los siguientes días no fueron mucho mejores, el dolor persistía peor al menos se recupero de la fiebre gracias al tratamiento de sus compañeros. Incluso le improvisaron un nuevo cabestrillo para darle la posibilidad de devolverle su camiseta a Marsi. El ambiente del torreones era triste y depresivo, pero aun así se aseguraron cuando todos estuvieron en estado de incorporarse y en mejor estado, celebrar un entierro simbólico de la hoz de Akasha. Dhelian no lloro, estaba cansado y había llorado más que suficiente durante las dos últimas noches de sueños inquietos y conseguidos tras horas de intentar acomodarse y olvidar el dolor del brazo.
El día a día volvió al torreón, con una amiga menos y nuevos asuntos que solucionar. Dhelian incapaz de quedarse quieto, pues eso no el distraía del dolor precisamente, necesito recibir cierta ayuda de sus compañeros para tareas que hasta el momento podía hacer solo: estas eran vestir y desvestirse. Algo que intento hacer el día siguiente de sufrir la fiebre para darse un baño descubriendo, tras un movimiento algo mas brusco de lo pretendido, que era imposible de hacerlo solo. Tuvo que pedir ayuda, algo que le incomodo bastante al inicio y durante el tiempo que su brazo se mantuvo en ese estado Álvaro y Ozzchreanos se turnaron para echarle una mano.
Por otro lado, quitando ese problema de movilidad, Dhelian no dejo de ayudar en el torreón. Junto con Alice, busco u hechizo que pudiera hacer algo con el hueso de su brazo y cuando por fin lo encontraron comenzaron con la traducción de este. Ese hechizo permitía repara huesos rotos, el problema radicaba en que eso no les hacia expertos en medicina, por lo que la necesidad de saber la estructura del hueso se volvió acuciante. Una visita a la biblioteca se produjo en ese entonces con la intención de buscar un libro sobre anatomía.
Dhelian no salió a esa salida, sino que se quedo en el torreón, dándole movida a su mano del brazo dañada decidió hacer bocetos y dibujos de sus compañeros de torreón, incluyendo a los difuntos cuando aun Vivian. Fue algo que se propuso como una meta: dibujar a cada uno de sus compañeros para no olvidarse de sus rostros pasase lo que pasase. Aquello distraía su mente y se propuso hacer lo mismo con los ya fallecidos siendo Akasha y Neith las primeras en su lista.
A un nivel mas practico, también entre retrato y retrato reinicio sus estudios sobre runas, con la intención de volver a rehacer los circuitos. Aprovechando que no podía hacer magia con soltura dibujo los circuitos para poder hacerlos posteriormente en unas nuevas dagas, y en unas nuevas tonfas para Surasara, que posteriormente Ozzchreanos podría grabar al igual que la vez anterior. Gran parte del tiempo la pasaba sentado dibujando, ya fuesen runas o a sus compañeros tanto de maciel como de letargo. Y ya fuese debido a la comida o al hecho de estarse moviendo menos por culpa del brazo, empezó a tener problemas de gases que solo añadían una incomodidad más a su cuerpo.Aun así, Dhelian intento estar al pendiente de las salidas, intento salir por las cestas en un par de ocasiones. También recibieron una visita de los macieleros, donde pudieron informarles sobre todo los que les había pasado y de paso enterarse un poco de cómo les iba a ellos las cosas.
Ellos no estaba mucho mejor, y el hecho de escuchar que era lo que le pasaba a Shaco, ahora llamado el Aprendiz y como Dhelian lo llamaría a partir de entonces, no ayudo mucho. Gracias a los macielero supo que este les había olvidado y que estaba apenas empezando recordarles. Eso fue un duro golpe para Dhelian que no sabía exactamente que decirle, la mente podía ser muy frágil y no quería empeorar ya la reinante confusión en el Aprendiz por lo que solo hablo un poco con é, presentándose como “Lhelian” solo por mantener el escaso recuerdo que este tenía de él. Decirle que su nombre era otro en ese momento no ayudaría y él quería ayudarle a recordarles aunque fuese un poco. Ya hablaría largo y tendido y le explicaría todo mejor cuando el Aprendiz estuviese en mejor estado mental.
Durante esa visita, Dhelian fue curado por Archi lo que fue bastante aliviador para todos pues aunque ya sabía el hechizo el tema de tener que manejar un hueso incluso con datos sobre anatomía no era tranquilizador. El trabajo de Archi fue perfecto y a partir de ese día Dhelian por fin pudo volver a los entrenamientos con Surasara y el resto y termino los circuitos de runas. Esa noche tras que le curasen el brazo, fue la primera que durmió de principio a fin desde que se lo rompió.
Los siguientes días estuvo bastante activo, intentando gastar las energías que había ido acumulando durante esos días que había tenido que estar tan parado. Lo sucededlo en aquel condenado circo les había dejado marca a todos, Dhelian había llorado había tenido pesadillas sobre eso pero se había terminado reponiendo. Al fin de cuentas había visto más muertes en apenas meses que en su vida, uno no se acostumbraba pero sí que se endurecía sino quería acabar completamente loco.
Ese día fue uno de los primeros en despertarse y dado que había tenido días donde era el cuidado decidió preparar el desayuno de sus compañeros. Mas tarde cuando estuvieran despierto tal vez les mostrase lo que había estado haciendo en su cuaderno durante ese tiempo.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/06/14, 07:28 pm
De aquel sueño reparador no despertó Ozzchreanos más que para marchar silencioso a su propio lecho. No se detuvo ni a cenar, con el agotamiento físico y mental no llegó ni a considerarlo. Cuando despertara, ya al día siguiente, se arrepentiría de ello.
*********
Si bien en las iglesias ochrorias no estaban habituados a ritos funerarios más que los dedicados a los rangos más importantes y a otros personajes muy destacables, Ozzchreanos conocía que los demás esperaban de él que dedicara a Akasha algún tipo de ritual. Además, él también había desarrollado aprecio por la campesina y dedicó rezos a su alma, que ahora se hallaba en comunión con la Acromía. Aunque reconocía que no era lo ortodoxo, no encontraba ningún problema en dedicarle un canto público a la difunta. La dificultad radicaba en qué cántico dedicarle, pues aunque se sabía gran parte de los practicados desde que ingresó en la Iglesia Espiritual, no podía saber qué significaba la letra y solo de unos pocos recordaba su significado general.
Finalmente, cuando logró organizar todos los que sabía y recordó la temática de algunos, optó definitivamente por uno de temática mística. En este, recordaba, se expresaba a través de la experiencia gozosa de dos amados el sentimiento de unión del alma con el Equilibrio y, por tanto, con toda la creación. O eso había interpretado él cuando aprendió ese cántico espiritual en sus últimos años como estudiante de los centros de la Iglesia Terrenal. El día en que se reunieron todos en el patio, sin ningún resto que perteneciera al cuerpo de la difunta —y Ozzchreanos así lo creía mejor—, procedió tal como había ensayado. No creyó cometer errores, aunque tampoco hubiera podido determinarlo con seguridad. Daba igual, estaba completado y podría proseguir sabiendo que ya no debía nada a la difunta. Había sido emocionante incluso para él, a pesar de sus dudas.
Los días en que se encargó de planear el rito, así como los que le sucedieron, también intentó ayudar al lesionado en las tareas que a este le costaban, tales como vestirse y la recomposición de los circuitos rúnicos que habían perdido en el circo. Asimismo, una vez sustituyó su armamento por el que más se aproximaba —aunque el escudo era ligeramente más grande y pesado—, unos pocos visitaron la biblioteca para hallar un método mágico de curar a Dhelian. Con una buena dosis de suerte por su parte, hallaron un conjuro que podían realizar, pero ninguno de ellos poseía los conocimientos anatómicos adecuados. Ozzchreanos, en aquel momento, decidió que esa era una materia pendiente en la que debía introducirse cuando pudiera.
Por fortuna, el daeliciano no tuvo que esperar a que aprendieran a recomponerle el hueso. En no muchos días, los cosechados de Maciel pasaron por el torreón del lesionado y Archime, que tenía conocimientos anatómicos más avanzados, pudo proceder mientras el resto recogía lo que Shaco había dejado en el torreón. Ozzchreanos observó el proceso con detenimiento y preguntó diversas cosas al irrense cuando finalizó. Si bien aún no estaba preparado para ello, entre la experiencia y sus dudas pudo aclararse en algunos puntos. No esperaba aún a corto plazo ser capaz, pero avanzó bastante.
*********
Aquel día, el gran ochrorio no descansó ni más ni menos de lo necesario. No se lo planteó, simplemente lo sabía así como el hecho de estar bien descansado. Sin perder el tiempo, se puso las ropas para el día y bajó a desayunar. Mientras, en su cabeza el coro caótico seguía su rumor indescifrable, demasiado leve para que Ozzchreanos le prestara especial atención.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/06/14, 08:08 pm
Ofrezco más energía al resto para que sean capaces de curar a los demás. Esa noche apenas duermo, al intentarlo las heridas me molestan y acabo desistiendo de ello, así que cojo el cesto de los cristales y me subo a la azotea para cargarlos sin molestar a nadie. Observo la noche al débil fulgor que llega desde el edificio de piedra roja y su foso, también miro de vez en cuando a la luz del faro y me pregunto como estará Yip. Me sorprende tener ese pensamiento, pero al ser una de las pocas personas agradables que nos hemos encontrado lo deshecho rápidamente.
Al día siguiente les entrego las cosas ya cargadas y ellos curan mis heridas. Nada más remarcable, tenemos que volver a empezar desde el principio en el tema de las armas. También la pequeña ceremonia que hacemos para la ochroria, a diferencia del resto no me siento tan abatida, sí algo triste, pero la muerte me ha rodeado gran parte de la vida, ya estoy acostumbrada.
Con el paso de los días me empiezo a encontrar cada vez de peor humor, no por algo que me haya hecho alguien si no por algo que no entiendo. De pronto me asalta el olor de algo pudriéndose, y al poco rato desaparece. Cada vez más exasperada rebusco por todo el torreón cerca de una docena de veces tratando de encontrar lo que sea que es. Obviamente no encuentro nada, y que el resto ni se inmute por ello me parece raro.
Hoy a media mañana, después del entrenamiento y demás vuelve ese olor y ya no puedo aguantarlo más. Levanto bruscamente los sillones y sofás en mi búsqueda y cuando llego al último el olor se va.
-¡ARGH, estoy harta. Harta! - rujo a la vez que lanzo un cojín contra la pared.- Hace días que huelo algo en descomposición y no lo encuentro cojones. Me estoy empezando a poner de los nervios - salgo al patio exasperada para no cruzarme con nadie.
Al día siguiente les entrego las cosas ya cargadas y ellos curan mis heridas. Nada más remarcable, tenemos que volver a empezar desde el principio en el tema de las armas. También la pequeña ceremonia que hacemos para la ochroria, a diferencia del resto no me siento tan abatida, sí algo triste, pero la muerte me ha rodeado gran parte de la vida, ya estoy acostumbrada.
Con el paso de los días me empiezo a encontrar cada vez de peor humor, no por algo que me haya hecho alguien si no por algo que no entiendo. De pronto me asalta el olor de algo pudriéndose, y al poco rato desaparece. Cada vez más exasperada rebusco por todo el torreón cerca de una docena de veces tratando de encontrar lo que sea que es. Obviamente no encuentro nada, y que el resto ni se inmute por ello me parece raro.
Hoy a media mañana, después del entrenamiento y demás vuelve ese olor y ya no puedo aguantarlo más. Levanto bruscamente los sillones y sofás en mi búsqueda y cuando llego al último el olor se va.
-¡ARGH, estoy harta. Harta! - rujo a la vez que lanzo un cojín contra la pared.- Hace días que huelo algo en descomposición y no lo encuentro cojones. Me estoy empezando a poner de los nervios - salgo al patio exasperada para no cruzarme con nadie.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
17/06/14, 12:00 am
Marsi despertó en su cama al día siguiente, bien avanzada la mañana. Alguien la había subido al dormitorio, y a pesar de estar sudorosa y hambrienta, pasó durmiendo el resto del día.
Volvió a su estado taciturno. No le apetecía entrenar, no quería salir, no quería leer ni saber nada relacionado con la magia. Evitaba mirar por las ventanas, fijarse en los edificios de las calles cuando iban a por las cestas. Aún así salía bastante al patio. Trató de ayudar en todo lo que pudo con el funeral de Akasha, se quedó frente a su tumba improvisada muchas horas después de que finalizase el ritual. Sus pensamientos de disculpa y sus miradas tristes se quedaban impregnadas en la roca, o al menos eso era lo que ella pensaba, un recuerdo vano de historias que había oido de niña.
No fue a la biblioteca, pues no se veía útil en aquella salida. No sirvió para mucho conocer el hechizo de soldar huesos, pero por suerte los habitantes de Maciel aparecieron como caidos del cielo una mañana, y Archi se encargó de curar a Dhelian. Atendió a la historia del ''aprendiz'' atendiendo a medias, con los oídos taponados cada pocas frases, y acabó retirándose antes de tiempo. Sus oidos empezaban a darle problemas, aunque no eran demasiado importantes. Se le taponaban a menudo, como si sufriera cambios de presion, y aunque al principio Marsi pensó que sería por la pérdida de su oreja, no tenía mucho sentido si le ocurría en ambos oidos.
Empezó a entrenar la mitad de lo que estaba acostumbrada, y se agenció muchas de las tareas de limpieza de Alice, Dhelian y Ozz para dejarles tiempo para sus runas. Así estaría ocupada, pero sin tener un arma en las manos o un enemigo de paja delante. Dormía largas siestas, se acostaba temprano o experimentaba con la cocina. Necesitaba un poco de tiempo para reponerse y curar su alma, algo que tardaría bastante más que su oreja cercenada, pero Marsi notaba como con cada muerte se recuperaba antes, pasaba menos dias tristes y menos noches llorando. Tal vez había empezado a acostumbrarse a ello, y le daba miedo. No quería acostumbrarse a que sus amigos muriesen.
Se había saltado el entrenamiento de la mañana y lo había dedicado a coserse un roto muy feo en su camisa de salir. No era que le molestase llevar ropa rota, pero no podía ponersela ya en el estado en que estaba. Le habían hecho una aguja de hueso y arrancado hilos de otras prendas, y aunque no era precisamente diestra con la costura, sus puntadas torpes eran suficientes para arreglar el agujero de su camisa. Estaba en el salón cuando Sura pasó echa una furia, quejándose de no se qué olor a podrido.
-Yo no huelo nada- comentó, olisqueando el ambiente.
Volvió a su estado taciturno. No le apetecía entrenar, no quería salir, no quería leer ni saber nada relacionado con la magia. Evitaba mirar por las ventanas, fijarse en los edificios de las calles cuando iban a por las cestas. Aún así salía bastante al patio. Trató de ayudar en todo lo que pudo con el funeral de Akasha, se quedó frente a su tumba improvisada muchas horas después de que finalizase el ritual. Sus pensamientos de disculpa y sus miradas tristes se quedaban impregnadas en la roca, o al menos eso era lo que ella pensaba, un recuerdo vano de historias que había oido de niña.
No fue a la biblioteca, pues no se veía útil en aquella salida. No sirvió para mucho conocer el hechizo de soldar huesos, pero por suerte los habitantes de Maciel aparecieron como caidos del cielo una mañana, y Archi se encargó de curar a Dhelian. Atendió a la historia del ''aprendiz'' atendiendo a medias, con los oídos taponados cada pocas frases, y acabó retirándose antes de tiempo. Sus oidos empezaban a darle problemas, aunque no eran demasiado importantes. Se le taponaban a menudo, como si sufriera cambios de presion, y aunque al principio Marsi pensó que sería por la pérdida de su oreja, no tenía mucho sentido si le ocurría en ambos oidos.
Empezó a entrenar la mitad de lo que estaba acostumbrada, y se agenció muchas de las tareas de limpieza de Alice, Dhelian y Ozz para dejarles tiempo para sus runas. Así estaría ocupada, pero sin tener un arma en las manos o un enemigo de paja delante. Dormía largas siestas, se acostaba temprano o experimentaba con la cocina. Necesitaba un poco de tiempo para reponerse y curar su alma, algo que tardaría bastante más que su oreja cercenada, pero Marsi notaba como con cada muerte se recuperaba antes, pasaba menos dias tristes y menos noches llorando. Tal vez había empezado a acostumbrarse a ello, y le daba miedo. No quería acostumbrarse a que sus amigos muriesen.
Se había saltado el entrenamiento de la mañana y lo había dedicado a coserse un roto muy feo en su camisa de salir. No era que le molestase llevar ropa rota, pero no podía ponersela ya en el estado en que estaba. Le habían hecho una aguja de hueso y arrancado hilos de otras prendas, y aunque no era precisamente diestra con la costura, sus puntadas torpes eran suficientes para arreglar el agujero de su camisa. Estaba en el salón cuando Sura pasó echa una furia, quejándose de no se qué olor a podrido.
-Yo no huelo nada- comentó, olisqueando el ambiente.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
17/06/14, 10:38 pm
Salimos corriendo de aquel circo infernal, sin detenernos, sin mirar atrás. En ese momento no importaba nada salvo escapar, no volver atrás, esperar a casa para volver a pensar, descansar y recuperarnos. En el camino se desmayó Ozz, así que ayudé a Sura a llevarlo. La mano me palpitaba dolorosamente y tenía que apretar la mandíbula para no gritar de dolor, frustración y amargura. No podía dejar de verlo todo: la sierra, la oreja de Marsi, Akasha, el monstruo, Sura, Kora... Las imágenes más desagradables de nuestro sufridor paseo diario se agolpaban en mi cabeza y hacían que tuviese ganas de gritar hasta quedarme ronco y de explotar el puto infierno en el que nos habíamos metido.
Me temblaron las piernas cuando vi el torreón cerrado, incapaz de desear otra cosa que tirarme allí en medio y quedarme descansando hasta que toda la mierda y cansancio que había acumulado en Rocavarancolia me abandonaran. «Sólo quiero descansar, joder. Tirarme un rato y olvidar toda la mierda de esta ciudad.»
Por suerte Alice pudo entrar y abrirnos. Llegar al torreón fue un alivio inmenso, una especie de curación casi milagrosa sobre el terror y la ansiedad. La mano izquierda me dolía, pero ya no sangraba, así que preferí curar a Kora. Fue mientras lo hacía cuando el peso de lo que había pasado cayó sobre mí. El recuerdo del cadáver de Akasha, dejado allí, para que fuese pasto de lombrices y alimañas, fue como un mazazo. Apoyando los brazos sobre las piernas, inclinándome hacia delante para evitar que nadie me viera, intenté tranquilizarme. «No deberíamos haberla dejado allí...». Se me hundía el pecho sólo al pensar en la familia que Akasha dejaría atrás, que no sólo no volverían a verla, sino que ni siquiera podrían honrarla en su tumba.
El vacío de Akasha se notaba en el torreón, una presencia que a diferencia de Neith se había metido por completo en nuestra rutina, y que a diferencia de Yrfy y Talento era más activa y agradable. A veces me sorprendía pensando que por qué Alice o Dhelian no estaban enseñando a leer a la ochroria. Ante el repentino recuerdo de lo sucedido me mordía el labio con saña y miraba Rocavarancolia con un odio apasionado, como si fuese capaz de derribarla hasta los cimientos sólo con desearlo.
No participé en la salida a la biblioteca, fundamentalmente porque estaba agotado de esta ciudad. «¿Qué más nos puede pasar? pensaba. Harto, estaba harto de ver muertes, de sentir el peligro detrás de las paredes, de acabar llegando al torreón salvado por los pelos. Así pues, por mi parte no había energía para una salida en la que yo no iba a hacer realmente nada.
La visita de los macieleros sirvió para curar a Dhelian. También nos enteramos de la curiosa, cuanto menos, historia de Shaco. También algo inquietante, en mi opinión, y con los suficientes tintes extraños como para que se me ocurriese una alternativa a que estuviera mal de la cabeza. De todas maneras no veía el sentido de que al cosecharnos sólo él fuese producto de una travesura de los rocavarancoleses, así que acabé pasándolo al cajón del olvido.
El circo, y cierto suceso concreto del circo, me provocó pesadillas las primeras noches. No me despertaba gritando, pero sí sudando y con la cama hecha un desastre. Decidiendo que debía seguir mejorar, que seguíamos siendo unos debiluchos, comencé a dedicar todavía más tiempo a los entrenamientos. Me hacía el desayuno y desayunaba leyendo el libro de magia o de defensa física, en un intento de dedicar más tiempo todavía al aprendizaje ofensivo y defensivo.
Además, comencé a realizar un tipo especial de entrenamiento, en un intento de prestar atención a varias cosas a la vez. Mientras entrenaba cuerpo a cuerpo o armas con Sura le pedía a Dhelian que me lanchace hechizos, intentando ver si podía prestar atención a las dos cosas y esquivarlas de esa manera. Al principio, para mi frustración, fracasaba estrepitosamente. No obstante, avanzaba: poco a poco, a un ritmo desesperadamente lento para mí gusto, pero iba mejorando en dicho entrenamiento.
Un día, mientras leía el libro de combate cuerpo a cuerpo desayunando, Sura se quejó de un supuesto mal olor. Tras parpadear un par de veces, confuso, tragué y la miré interrogante...
—Yo tampoco huelo nada raro.
«Peste asquerosa la que hay al lado del río» recordé. El pensamiento me trajo una nostalgia inmensa de mi vida anterior. No era al río que rodeaba Maciel al que me refería.
Me temblaron las piernas cuando vi el torreón cerrado, incapaz de desear otra cosa que tirarme allí en medio y quedarme descansando hasta que toda la mierda y cansancio que había acumulado en Rocavarancolia me abandonaran. «Sólo quiero descansar, joder. Tirarme un rato y olvidar toda la mierda de esta ciudad.»
Por suerte Alice pudo entrar y abrirnos. Llegar al torreón fue un alivio inmenso, una especie de curación casi milagrosa sobre el terror y la ansiedad. La mano izquierda me dolía, pero ya no sangraba, así que preferí curar a Kora. Fue mientras lo hacía cuando el peso de lo que había pasado cayó sobre mí. El recuerdo del cadáver de Akasha, dejado allí, para que fuese pasto de lombrices y alimañas, fue como un mazazo. Apoyando los brazos sobre las piernas, inclinándome hacia delante para evitar que nadie me viera, intenté tranquilizarme. «No deberíamos haberla dejado allí...». Se me hundía el pecho sólo al pensar en la familia que Akasha dejaría atrás, que no sólo no volverían a verla, sino que ni siquiera podrían honrarla en su tumba.
El vacío de Akasha se notaba en el torreón, una presencia que a diferencia de Neith se había metido por completo en nuestra rutina, y que a diferencia de Yrfy y Talento era más activa y agradable. A veces me sorprendía pensando que por qué Alice o Dhelian no estaban enseñando a leer a la ochroria. Ante el repentino recuerdo de lo sucedido me mordía el labio con saña y miraba Rocavarancolia con un odio apasionado, como si fuese capaz de derribarla hasta los cimientos sólo con desearlo.
No participé en la salida a la biblioteca, fundamentalmente porque estaba agotado de esta ciudad. «¿Qué más nos puede pasar? pensaba. Harto, estaba harto de ver muertes, de sentir el peligro detrás de las paredes, de acabar llegando al torreón salvado por los pelos. Así pues, por mi parte no había energía para una salida en la que yo no iba a hacer realmente nada.
La visita de los macieleros sirvió para curar a Dhelian. También nos enteramos de la curiosa, cuanto menos, historia de Shaco. También algo inquietante, en mi opinión, y con los suficientes tintes extraños como para que se me ocurriese una alternativa a que estuviera mal de la cabeza. De todas maneras no veía el sentido de que al cosecharnos sólo él fuese producto de una travesura de los rocavarancoleses, así que acabé pasándolo al cajón del olvido.
El circo, y cierto suceso concreto del circo, me provocó pesadillas las primeras noches. No me despertaba gritando, pero sí sudando y con la cama hecha un desastre. Decidiendo que debía seguir mejorar, que seguíamos siendo unos debiluchos, comencé a dedicar todavía más tiempo a los entrenamientos. Me hacía el desayuno y desayunaba leyendo el libro de magia o de defensa física, en un intento de dedicar más tiempo todavía al aprendizaje ofensivo y defensivo.
Además, comencé a realizar un tipo especial de entrenamiento, en un intento de prestar atención a varias cosas a la vez. Mientras entrenaba cuerpo a cuerpo o armas con Sura le pedía a Dhelian que me lanchace hechizos, intentando ver si podía prestar atención a las dos cosas y esquivarlas de esa manera. Al principio, para mi frustración, fracasaba estrepitosamente. No obstante, avanzaba: poco a poco, a un ritmo desesperadamente lento para mí gusto, pero iba mejorando en dicho entrenamiento.
Un día, mientras leía el libro de combate cuerpo a cuerpo desayunando, Sura se quejó de un supuesto mal olor. Tras parpadear un par de veces, confuso, tragué y la miré interrogante...
—Yo tampoco huelo nada raro.
«Peste asquerosa la que hay al lado del río» recordé. El pensamiento me trajo una nostalgia inmensa de mi vida anterior. No era al río que rodeaba Maciel al que me refería.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
17/06/14, 11:49 pm
Concentrada en mi tarea de cuidar al Ochorio me sobresalto al notar el cosquilleo del salmo sanador de Alvaro sobre mi. Le sonrio y sorbo aire por la nariz tragandome mis mocos y le dedico una falsa sonrisa mal dibujada como agradecimiento. No me apetece hablar, no me apetece sonreir, simplemente no es momento para nada.
La noche pasa en silencio, ni un solo ruido se escucha en toda la torre, solo mi respiración entrecortada rompe con el silencio reinante al despertarme de una extraña pesadilla. Volvia a estar en la carpa. De nuevo todos volviamos a estar en esa maldita maquina pero este golpe habia alguien mas en la silla enfrente mía. Una joven daeliciana, con la cabeza gacha y el pelo aguamarina cayendo sobre su cara gira con todos nosotros mientras la musica resuena. Akasha muere, Dhelian muere, Surasara muere, todos gritamos sin poder zafarnos de la presa de la silla y de pronto le toca el turno a la mujer daeliciana. Cuando la agarra la maquina ppr ep brazo al fin puedo reconocer a mi madre. Ella se despierta y en cuanto le grito llorando ella me mira, con una mirada fria comienzan a brotar lagrimas de sus ojos y, de pronto, comienza a soltar un alarido que resuena por toda la carpa hasta que la maza espachurra su cabeza haciendo que despierte.
A tientas me levanto del sillón y salgo al patio temblando. No puedo explicarlo pero esta pesadilla ha sido demasiado real y la mirada de mi madre se me clava en el alma. Los días pasan despacio, las noches, mas despacio aún. Cada noche las pesadillas me atacan impidiendome dormir, intento no hablar de ello pero a decir verdad jamas habia soñado con mi madre de esta manera. Soñar con ella siempre me producia una sensación de bienestar pero, ahora, temo soñar con ella.
Intento entrenar cuando puedo aunque mi cuerpo comienza a resentirse por la falta de horas de sueño. Intento salir cada vez que se presenta la oportunidad, a decir verdad me he escabullido en el rito funerario y evito salir al patio de nuevo. Aunqie Akasha no esta enterrada ahi abajo cada vez que veo sus tumbas las fuerzas me fallan. La ciudad comienza a vencer y no puedo permitirmelo. Cuando deciden salir a la biblioteca me presento voluntaria para salir, sabía que quizas no sería de gran ayuda, pero necesito salir de la torre como sea y centrarme en algo diferente.
Cuando los chicos de Maciel nos visitan me quedo en silencio observando a los chicos y agradezco a Archime que cure el brazo de Dhelian. Escucho las historias de los chicos y la extraña aflicción de Shaco, ahora Aprendiz. Había escuchado de aflicciones asi en mi mundo pero en esta ciudad ya dejaba de sorprenderme que los humanos tubiesen enfermedades parecidas a las nuestras. Tras despedirnos de los visitantes la noche vuelve a llegar la temida noche.
Una nueva pesadilla me hace despertarme entre sudores frios y temblorosa. Dhelian no se ha despertado aunque parece ser que me he movido bastante, los gritos de mi madre resuenan en mi cabeza mientras subo a las bañeras tanteando en la oscuridad de la madrugada. Me desnudo y me meto en la cuba de agua helada para espabilarme pero al momento el cansancio me vemce y caigo rendida flotando en la bañera.
De pronto me despierto y me sobresalto al encontrarme metida en la bañera tiritando de frio por lo que me salgo arrugada de la bañera y bajo tras vestirme a trompicones a la sala. Escucho las voces de Surasara y olfateando el aire a mi alrededor me encojo de hombros y recojo una manta para echarmela por encima con el pelo aun mojado para sentarme despues en el sillón en silencio. A decir verdad, no tengo ganas de absolutamente nada.
La noche pasa en silencio, ni un solo ruido se escucha en toda la torre, solo mi respiración entrecortada rompe con el silencio reinante al despertarme de una extraña pesadilla. Volvia a estar en la carpa. De nuevo todos volviamos a estar en esa maldita maquina pero este golpe habia alguien mas en la silla enfrente mía. Una joven daeliciana, con la cabeza gacha y el pelo aguamarina cayendo sobre su cara gira con todos nosotros mientras la musica resuena. Akasha muere, Dhelian muere, Surasara muere, todos gritamos sin poder zafarnos de la presa de la silla y de pronto le toca el turno a la mujer daeliciana. Cuando la agarra la maquina ppr ep brazo al fin puedo reconocer a mi madre. Ella se despierta y en cuanto le grito llorando ella me mira, con una mirada fria comienzan a brotar lagrimas de sus ojos y, de pronto, comienza a soltar un alarido que resuena por toda la carpa hasta que la maza espachurra su cabeza haciendo que despierte.
A tientas me levanto del sillón y salgo al patio temblando. No puedo explicarlo pero esta pesadilla ha sido demasiado real y la mirada de mi madre se me clava en el alma. Los días pasan despacio, las noches, mas despacio aún. Cada noche las pesadillas me atacan impidiendome dormir, intento no hablar de ello pero a decir verdad jamas habia soñado con mi madre de esta manera. Soñar con ella siempre me producia una sensación de bienestar pero, ahora, temo soñar con ella.
Intento entrenar cuando puedo aunque mi cuerpo comienza a resentirse por la falta de horas de sueño. Intento salir cada vez que se presenta la oportunidad, a decir verdad me he escabullido en el rito funerario y evito salir al patio de nuevo. Aunqie Akasha no esta enterrada ahi abajo cada vez que veo sus tumbas las fuerzas me fallan. La ciudad comienza a vencer y no puedo permitirmelo. Cuando deciden salir a la biblioteca me presento voluntaria para salir, sabía que quizas no sería de gran ayuda, pero necesito salir de la torre como sea y centrarme en algo diferente.
Cuando los chicos de Maciel nos visitan me quedo en silencio observando a los chicos y agradezco a Archime que cure el brazo de Dhelian. Escucho las historias de los chicos y la extraña aflicción de Shaco, ahora Aprendiz. Había escuchado de aflicciones asi en mi mundo pero en esta ciudad ya dejaba de sorprenderme que los humanos tubiesen enfermedades parecidas a las nuestras. Tras despedirnos de los visitantes la noche vuelve a llegar la temida noche.
Una nueva pesadilla me hace despertarme entre sudores frios y temblorosa. Dhelian no se ha despertado aunque parece ser que me he movido bastante, los gritos de mi madre resuenan en mi cabeza mientras subo a las bañeras tanteando en la oscuridad de la madrugada. Me desnudo y me meto en la cuba de agua helada para espabilarme pero al momento el cansancio me vemce y caigo rendida flotando en la bañera.
De pronto me despierto y me sobresalto al encontrarme metida en la bañera tiritando de frio por lo que me salgo arrugada de la bañera y bajo tras vestirme a trompicones a la sala. Escucho las voces de Surasara y olfateando el aire a mi alrededor me encojo de hombros y recojo una manta para echarmela por encima con el pelo aun mojado para sentarme despues en el sillón en silencio. A decir verdad, no tengo ganas de absolutamente nada.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.