Torreón Letargo (Archivo IV)
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19 participantes
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Torreón Letargo (Archivo IV)
08/08/13, 11:29 am
Recuerdo del primer mensaje :
-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.
Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.
Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.
Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.
Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.
Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.
Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.
-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.
P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^
-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.
Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.
Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.
Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.
Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.
Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.
Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.
-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.
P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/06/14, 07:28 pm
De aquel sueño reparador no despertó Ozzchreanos más que para marchar silencioso a su propio lecho. No se detuvo ni a cenar, con el agotamiento físico y mental no llegó ni a considerarlo. Cuando despertara, ya al día siguiente, se arrepentiría de ello.
*********
Si bien en las iglesias ochrorias no estaban habituados a ritos funerarios más que los dedicados a los rangos más importantes y a otros personajes muy destacables, Ozzchreanos conocía que los demás esperaban de él que dedicara a Akasha algún tipo de ritual. Además, él también había desarrollado aprecio por la campesina y dedicó rezos a su alma, que ahora se hallaba en comunión con la Acromía. Aunque reconocía que no era lo ortodoxo, no encontraba ningún problema en dedicarle un canto público a la difunta. La dificultad radicaba en qué cántico dedicarle, pues aunque se sabía gran parte de los practicados desde que ingresó en la Iglesia Espiritual, no podía saber qué significaba la letra y solo de unos pocos recordaba su significado general.
Finalmente, cuando logró organizar todos los que sabía y recordó la temática de algunos, optó definitivamente por uno de temática mística. En este, recordaba, se expresaba a través de la experiencia gozosa de dos amados el sentimiento de unión del alma con el Equilibrio y, por tanto, con toda la creación. O eso había interpretado él cuando aprendió ese cántico espiritual en sus últimos años como estudiante de los centros de la Iglesia Terrenal. El día en que se reunieron todos en el patio, sin ningún resto que perteneciera al cuerpo de la difunta —y Ozzchreanos así lo creía mejor—, procedió tal como había ensayado. No creyó cometer errores, aunque tampoco hubiera podido determinarlo con seguridad. Daba igual, estaba completado y podría proseguir sabiendo que ya no debía nada a la difunta. Había sido emocionante incluso para él, a pesar de sus dudas.
Los días en que se encargó de planear el rito, así como los que le sucedieron, también intentó ayudar al lesionado en las tareas que a este le costaban, tales como vestirse y la recomposición de los circuitos rúnicos que habían perdido en el circo. Asimismo, una vez sustituyó su armamento por el que más se aproximaba —aunque el escudo era ligeramente más grande y pesado—, unos pocos visitaron la biblioteca para hallar un método mágico de curar a Dhelian. Con una buena dosis de suerte por su parte, hallaron un conjuro que podían realizar, pero ninguno de ellos poseía los conocimientos anatómicos adecuados. Ozzchreanos, en aquel momento, decidió que esa era una materia pendiente en la que debía introducirse cuando pudiera.
Por fortuna, el daeliciano no tuvo que esperar a que aprendieran a recomponerle el hueso. En no muchos días, los cosechados de Maciel pasaron por el torreón del lesionado y Archime, que tenía conocimientos anatómicos más avanzados, pudo proceder mientras el resto recogía lo que Shaco había dejado en el torreón. Ozzchreanos observó el proceso con detenimiento y preguntó diversas cosas al irrense cuando finalizó. Si bien aún no estaba preparado para ello, entre la experiencia y sus dudas pudo aclararse en algunos puntos. No esperaba aún a corto plazo ser capaz, pero avanzó bastante.
*********
Aquel día, el gran ochrorio no descansó ni más ni menos de lo necesario. No se lo planteó, simplemente lo sabía así como el hecho de estar bien descansado. Sin perder el tiempo, se puso las ropas para el día y bajó a desayunar. Mientras, en su cabeza el coro caótico seguía su rumor indescifrable, demasiado leve para que Ozzchreanos le prestara especial atención.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/06/14, 08:08 pm
Ofrezco más energía al resto para que sean capaces de curar a los demás. Esa noche apenas duermo, al intentarlo las heridas me molestan y acabo desistiendo de ello, así que cojo el cesto de los cristales y me subo a la azotea para cargarlos sin molestar a nadie. Observo la noche al débil fulgor que llega desde el edificio de piedra roja y su foso, también miro de vez en cuando a la luz del faro y me pregunto como estará Yip. Me sorprende tener ese pensamiento, pero al ser una de las pocas personas agradables que nos hemos encontrado lo deshecho rápidamente.
Al día siguiente les entrego las cosas ya cargadas y ellos curan mis heridas. Nada más remarcable, tenemos que volver a empezar desde el principio en el tema de las armas. También la pequeña ceremonia que hacemos para la ochroria, a diferencia del resto no me siento tan abatida, sí algo triste, pero la muerte me ha rodeado gran parte de la vida, ya estoy acostumbrada.
Con el paso de los días me empiezo a encontrar cada vez de peor humor, no por algo que me haya hecho alguien si no por algo que no entiendo. De pronto me asalta el olor de algo pudriéndose, y al poco rato desaparece. Cada vez más exasperada rebusco por todo el torreón cerca de una docena de veces tratando de encontrar lo que sea que es. Obviamente no encuentro nada, y que el resto ni se inmute por ello me parece raro.
Hoy a media mañana, después del entrenamiento y demás vuelve ese olor y ya no puedo aguantarlo más. Levanto bruscamente los sillones y sofás en mi búsqueda y cuando llego al último el olor se va.
-¡ARGH, estoy harta. Harta! - rujo a la vez que lanzo un cojín contra la pared.- Hace días que huelo algo en descomposición y no lo encuentro cojones. Me estoy empezando a poner de los nervios - salgo al patio exasperada para no cruzarme con nadie.
Al día siguiente les entrego las cosas ya cargadas y ellos curan mis heridas. Nada más remarcable, tenemos que volver a empezar desde el principio en el tema de las armas. También la pequeña ceremonia que hacemos para la ochroria, a diferencia del resto no me siento tan abatida, sí algo triste, pero la muerte me ha rodeado gran parte de la vida, ya estoy acostumbrada.
Con el paso de los días me empiezo a encontrar cada vez de peor humor, no por algo que me haya hecho alguien si no por algo que no entiendo. De pronto me asalta el olor de algo pudriéndose, y al poco rato desaparece. Cada vez más exasperada rebusco por todo el torreón cerca de una docena de veces tratando de encontrar lo que sea que es. Obviamente no encuentro nada, y que el resto ni se inmute por ello me parece raro.
Hoy a media mañana, después del entrenamiento y demás vuelve ese olor y ya no puedo aguantarlo más. Levanto bruscamente los sillones y sofás en mi búsqueda y cuando llego al último el olor se va.
-¡ARGH, estoy harta. Harta! - rujo a la vez que lanzo un cojín contra la pared.- Hace días que huelo algo en descomposición y no lo encuentro cojones. Me estoy empezando a poner de los nervios - salgo al patio exasperada para no cruzarme con nadie.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
17/06/14, 12:00 am
Marsi despertó en su cama al día siguiente, bien avanzada la mañana. Alguien la había subido al dormitorio, y a pesar de estar sudorosa y hambrienta, pasó durmiendo el resto del día.
Volvió a su estado taciturno. No le apetecía entrenar, no quería salir, no quería leer ni saber nada relacionado con la magia. Evitaba mirar por las ventanas, fijarse en los edificios de las calles cuando iban a por las cestas. Aún así salía bastante al patio. Trató de ayudar en todo lo que pudo con el funeral de Akasha, se quedó frente a su tumba improvisada muchas horas después de que finalizase el ritual. Sus pensamientos de disculpa y sus miradas tristes se quedaban impregnadas en la roca, o al menos eso era lo que ella pensaba, un recuerdo vano de historias que había oido de niña.
No fue a la biblioteca, pues no se veía útil en aquella salida. No sirvió para mucho conocer el hechizo de soldar huesos, pero por suerte los habitantes de Maciel aparecieron como caidos del cielo una mañana, y Archi se encargó de curar a Dhelian. Atendió a la historia del ''aprendiz'' atendiendo a medias, con los oídos taponados cada pocas frases, y acabó retirándose antes de tiempo. Sus oidos empezaban a darle problemas, aunque no eran demasiado importantes. Se le taponaban a menudo, como si sufriera cambios de presion, y aunque al principio Marsi pensó que sería por la pérdida de su oreja, no tenía mucho sentido si le ocurría en ambos oidos.
Empezó a entrenar la mitad de lo que estaba acostumbrada, y se agenció muchas de las tareas de limpieza de Alice, Dhelian y Ozz para dejarles tiempo para sus runas. Así estaría ocupada, pero sin tener un arma en las manos o un enemigo de paja delante. Dormía largas siestas, se acostaba temprano o experimentaba con la cocina. Necesitaba un poco de tiempo para reponerse y curar su alma, algo que tardaría bastante más que su oreja cercenada, pero Marsi notaba como con cada muerte se recuperaba antes, pasaba menos dias tristes y menos noches llorando. Tal vez había empezado a acostumbrarse a ello, y le daba miedo. No quería acostumbrarse a que sus amigos muriesen.
Se había saltado el entrenamiento de la mañana y lo había dedicado a coserse un roto muy feo en su camisa de salir. No era que le molestase llevar ropa rota, pero no podía ponersela ya en el estado en que estaba. Le habían hecho una aguja de hueso y arrancado hilos de otras prendas, y aunque no era precisamente diestra con la costura, sus puntadas torpes eran suficientes para arreglar el agujero de su camisa. Estaba en el salón cuando Sura pasó echa una furia, quejándose de no se qué olor a podrido.
-Yo no huelo nada- comentó, olisqueando el ambiente.
Volvió a su estado taciturno. No le apetecía entrenar, no quería salir, no quería leer ni saber nada relacionado con la magia. Evitaba mirar por las ventanas, fijarse en los edificios de las calles cuando iban a por las cestas. Aún así salía bastante al patio. Trató de ayudar en todo lo que pudo con el funeral de Akasha, se quedó frente a su tumba improvisada muchas horas después de que finalizase el ritual. Sus pensamientos de disculpa y sus miradas tristes se quedaban impregnadas en la roca, o al menos eso era lo que ella pensaba, un recuerdo vano de historias que había oido de niña.
No fue a la biblioteca, pues no se veía útil en aquella salida. No sirvió para mucho conocer el hechizo de soldar huesos, pero por suerte los habitantes de Maciel aparecieron como caidos del cielo una mañana, y Archi se encargó de curar a Dhelian. Atendió a la historia del ''aprendiz'' atendiendo a medias, con los oídos taponados cada pocas frases, y acabó retirándose antes de tiempo. Sus oidos empezaban a darle problemas, aunque no eran demasiado importantes. Se le taponaban a menudo, como si sufriera cambios de presion, y aunque al principio Marsi pensó que sería por la pérdida de su oreja, no tenía mucho sentido si le ocurría en ambos oidos.
Empezó a entrenar la mitad de lo que estaba acostumbrada, y se agenció muchas de las tareas de limpieza de Alice, Dhelian y Ozz para dejarles tiempo para sus runas. Así estaría ocupada, pero sin tener un arma en las manos o un enemigo de paja delante. Dormía largas siestas, se acostaba temprano o experimentaba con la cocina. Necesitaba un poco de tiempo para reponerse y curar su alma, algo que tardaría bastante más que su oreja cercenada, pero Marsi notaba como con cada muerte se recuperaba antes, pasaba menos dias tristes y menos noches llorando. Tal vez había empezado a acostumbrarse a ello, y le daba miedo. No quería acostumbrarse a que sus amigos muriesen.
Se había saltado el entrenamiento de la mañana y lo había dedicado a coserse un roto muy feo en su camisa de salir. No era que le molestase llevar ropa rota, pero no podía ponersela ya en el estado en que estaba. Le habían hecho una aguja de hueso y arrancado hilos de otras prendas, y aunque no era precisamente diestra con la costura, sus puntadas torpes eran suficientes para arreglar el agujero de su camisa. Estaba en el salón cuando Sura pasó echa una furia, quejándose de no se qué olor a podrido.
-Yo no huelo nada- comentó, olisqueando el ambiente.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
17/06/14, 10:38 pm
Salimos corriendo de aquel circo infernal, sin detenernos, sin mirar atrás. En ese momento no importaba nada salvo escapar, no volver atrás, esperar a casa para volver a pensar, descansar y recuperarnos. En el camino se desmayó Ozz, así que ayudé a Sura a llevarlo. La mano me palpitaba dolorosamente y tenía que apretar la mandíbula para no gritar de dolor, frustración y amargura. No podía dejar de verlo todo: la sierra, la oreja de Marsi, Akasha, el monstruo, Sura, Kora... Las imágenes más desagradables de nuestro sufridor paseo diario se agolpaban en mi cabeza y hacían que tuviese ganas de gritar hasta quedarme ronco y de explotar el puto infierno en el que nos habíamos metido.
Me temblaron las piernas cuando vi el torreón cerrado, incapaz de desear otra cosa que tirarme allí en medio y quedarme descansando hasta que toda la mierda y cansancio que había acumulado en Rocavarancolia me abandonaran. «Sólo quiero descansar, joder. Tirarme un rato y olvidar toda la mierda de esta ciudad.»
Por suerte Alice pudo entrar y abrirnos. Llegar al torreón fue un alivio inmenso, una especie de curación casi milagrosa sobre el terror y la ansiedad. La mano izquierda me dolía, pero ya no sangraba, así que preferí curar a Kora. Fue mientras lo hacía cuando el peso de lo que había pasado cayó sobre mí. El recuerdo del cadáver de Akasha, dejado allí, para que fuese pasto de lombrices y alimañas, fue como un mazazo. Apoyando los brazos sobre las piernas, inclinándome hacia delante para evitar que nadie me viera, intenté tranquilizarme. «No deberíamos haberla dejado allí...». Se me hundía el pecho sólo al pensar en la familia que Akasha dejaría atrás, que no sólo no volverían a verla, sino que ni siquiera podrían honrarla en su tumba.
El vacío de Akasha se notaba en el torreón, una presencia que a diferencia de Neith se había metido por completo en nuestra rutina, y que a diferencia de Yrfy y Talento era más activa y agradable. A veces me sorprendía pensando que por qué Alice o Dhelian no estaban enseñando a leer a la ochroria. Ante el repentino recuerdo de lo sucedido me mordía el labio con saña y miraba Rocavarancolia con un odio apasionado, como si fuese capaz de derribarla hasta los cimientos sólo con desearlo.
No participé en la salida a la biblioteca, fundamentalmente porque estaba agotado de esta ciudad. «¿Qué más nos puede pasar? pensaba. Harto, estaba harto de ver muertes, de sentir el peligro detrás de las paredes, de acabar llegando al torreón salvado por los pelos. Así pues, por mi parte no había energía para una salida en la que yo no iba a hacer realmente nada.
La visita de los macieleros sirvió para curar a Dhelian. También nos enteramos de la curiosa, cuanto menos, historia de Shaco. También algo inquietante, en mi opinión, y con los suficientes tintes extraños como para que se me ocurriese una alternativa a que estuviera mal de la cabeza. De todas maneras no veía el sentido de que al cosecharnos sólo él fuese producto de una travesura de los rocavarancoleses, así que acabé pasándolo al cajón del olvido.
El circo, y cierto suceso concreto del circo, me provocó pesadillas las primeras noches. No me despertaba gritando, pero sí sudando y con la cama hecha un desastre. Decidiendo que debía seguir mejorar, que seguíamos siendo unos debiluchos, comencé a dedicar todavía más tiempo a los entrenamientos. Me hacía el desayuno y desayunaba leyendo el libro de magia o de defensa física, en un intento de dedicar más tiempo todavía al aprendizaje ofensivo y defensivo.
Además, comencé a realizar un tipo especial de entrenamiento, en un intento de prestar atención a varias cosas a la vez. Mientras entrenaba cuerpo a cuerpo o armas con Sura le pedía a Dhelian que me lanchace hechizos, intentando ver si podía prestar atención a las dos cosas y esquivarlas de esa manera. Al principio, para mi frustración, fracasaba estrepitosamente. No obstante, avanzaba: poco a poco, a un ritmo desesperadamente lento para mí gusto, pero iba mejorando en dicho entrenamiento.
Un día, mientras leía el libro de combate cuerpo a cuerpo desayunando, Sura se quejó de un supuesto mal olor. Tras parpadear un par de veces, confuso, tragué y la miré interrogante...
—Yo tampoco huelo nada raro.
«Peste asquerosa la que hay al lado del río» recordé. El pensamiento me trajo una nostalgia inmensa de mi vida anterior. No era al río que rodeaba Maciel al que me refería.
Me temblaron las piernas cuando vi el torreón cerrado, incapaz de desear otra cosa que tirarme allí en medio y quedarme descansando hasta que toda la mierda y cansancio que había acumulado en Rocavarancolia me abandonaran. «Sólo quiero descansar, joder. Tirarme un rato y olvidar toda la mierda de esta ciudad.»
Por suerte Alice pudo entrar y abrirnos. Llegar al torreón fue un alivio inmenso, una especie de curación casi milagrosa sobre el terror y la ansiedad. La mano izquierda me dolía, pero ya no sangraba, así que preferí curar a Kora. Fue mientras lo hacía cuando el peso de lo que había pasado cayó sobre mí. El recuerdo del cadáver de Akasha, dejado allí, para que fuese pasto de lombrices y alimañas, fue como un mazazo. Apoyando los brazos sobre las piernas, inclinándome hacia delante para evitar que nadie me viera, intenté tranquilizarme. «No deberíamos haberla dejado allí...». Se me hundía el pecho sólo al pensar en la familia que Akasha dejaría atrás, que no sólo no volverían a verla, sino que ni siquiera podrían honrarla en su tumba.
El vacío de Akasha se notaba en el torreón, una presencia que a diferencia de Neith se había metido por completo en nuestra rutina, y que a diferencia de Yrfy y Talento era más activa y agradable. A veces me sorprendía pensando que por qué Alice o Dhelian no estaban enseñando a leer a la ochroria. Ante el repentino recuerdo de lo sucedido me mordía el labio con saña y miraba Rocavarancolia con un odio apasionado, como si fuese capaz de derribarla hasta los cimientos sólo con desearlo.
No participé en la salida a la biblioteca, fundamentalmente porque estaba agotado de esta ciudad. «¿Qué más nos puede pasar? pensaba. Harto, estaba harto de ver muertes, de sentir el peligro detrás de las paredes, de acabar llegando al torreón salvado por los pelos. Así pues, por mi parte no había energía para una salida en la que yo no iba a hacer realmente nada.
La visita de los macieleros sirvió para curar a Dhelian. También nos enteramos de la curiosa, cuanto menos, historia de Shaco. También algo inquietante, en mi opinión, y con los suficientes tintes extraños como para que se me ocurriese una alternativa a que estuviera mal de la cabeza. De todas maneras no veía el sentido de que al cosecharnos sólo él fuese producto de una travesura de los rocavarancoleses, así que acabé pasándolo al cajón del olvido.
El circo, y cierto suceso concreto del circo, me provocó pesadillas las primeras noches. No me despertaba gritando, pero sí sudando y con la cama hecha un desastre. Decidiendo que debía seguir mejorar, que seguíamos siendo unos debiluchos, comencé a dedicar todavía más tiempo a los entrenamientos. Me hacía el desayuno y desayunaba leyendo el libro de magia o de defensa física, en un intento de dedicar más tiempo todavía al aprendizaje ofensivo y defensivo.
Además, comencé a realizar un tipo especial de entrenamiento, en un intento de prestar atención a varias cosas a la vez. Mientras entrenaba cuerpo a cuerpo o armas con Sura le pedía a Dhelian que me lanchace hechizos, intentando ver si podía prestar atención a las dos cosas y esquivarlas de esa manera. Al principio, para mi frustración, fracasaba estrepitosamente. No obstante, avanzaba: poco a poco, a un ritmo desesperadamente lento para mí gusto, pero iba mejorando en dicho entrenamiento.
Un día, mientras leía el libro de combate cuerpo a cuerpo desayunando, Sura se quejó de un supuesto mal olor. Tras parpadear un par de veces, confuso, tragué y la miré interrogante...
—Yo tampoco huelo nada raro.
«Peste asquerosa la que hay al lado del río» recordé. El pensamiento me trajo una nostalgia inmensa de mi vida anterior. No era al río que rodeaba Maciel al que me refería.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
17/06/14, 11:49 pm
Concentrada en mi tarea de cuidar al Ochorio me sobresalto al notar el cosquilleo del salmo sanador de Alvaro sobre mi. Le sonrio y sorbo aire por la nariz tragandome mis mocos y le dedico una falsa sonrisa mal dibujada como agradecimiento. No me apetece hablar, no me apetece sonreir, simplemente no es momento para nada.
La noche pasa en silencio, ni un solo ruido se escucha en toda la torre, solo mi respiración entrecortada rompe con el silencio reinante al despertarme de una extraña pesadilla. Volvia a estar en la carpa. De nuevo todos volviamos a estar en esa maldita maquina pero este golpe habia alguien mas en la silla enfrente mía. Una joven daeliciana, con la cabeza gacha y el pelo aguamarina cayendo sobre su cara gira con todos nosotros mientras la musica resuena. Akasha muere, Dhelian muere, Surasara muere, todos gritamos sin poder zafarnos de la presa de la silla y de pronto le toca el turno a la mujer daeliciana. Cuando la agarra la maquina ppr ep brazo al fin puedo reconocer a mi madre. Ella se despierta y en cuanto le grito llorando ella me mira, con una mirada fria comienzan a brotar lagrimas de sus ojos y, de pronto, comienza a soltar un alarido que resuena por toda la carpa hasta que la maza espachurra su cabeza haciendo que despierte.
A tientas me levanto del sillón y salgo al patio temblando. No puedo explicarlo pero esta pesadilla ha sido demasiado real y la mirada de mi madre se me clava en el alma. Los días pasan despacio, las noches, mas despacio aún. Cada noche las pesadillas me atacan impidiendome dormir, intento no hablar de ello pero a decir verdad jamas habia soñado con mi madre de esta manera. Soñar con ella siempre me producia una sensación de bienestar pero, ahora, temo soñar con ella.
Intento entrenar cuando puedo aunque mi cuerpo comienza a resentirse por la falta de horas de sueño. Intento salir cada vez que se presenta la oportunidad, a decir verdad me he escabullido en el rito funerario y evito salir al patio de nuevo. Aunqie Akasha no esta enterrada ahi abajo cada vez que veo sus tumbas las fuerzas me fallan. La ciudad comienza a vencer y no puedo permitirmelo. Cuando deciden salir a la biblioteca me presento voluntaria para salir, sabía que quizas no sería de gran ayuda, pero necesito salir de la torre como sea y centrarme en algo diferente.
Cuando los chicos de Maciel nos visitan me quedo en silencio observando a los chicos y agradezco a Archime que cure el brazo de Dhelian. Escucho las historias de los chicos y la extraña aflicción de Shaco, ahora Aprendiz. Había escuchado de aflicciones asi en mi mundo pero en esta ciudad ya dejaba de sorprenderme que los humanos tubiesen enfermedades parecidas a las nuestras. Tras despedirnos de los visitantes la noche vuelve a llegar la temida noche.
Una nueva pesadilla me hace despertarme entre sudores frios y temblorosa. Dhelian no se ha despertado aunque parece ser que me he movido bastante, los gritos de mi madre resuenan en mi cabeza mientras subo a las bañeras tanteando en la oscuridad de la madrugada. Me desnudo y me meto en la cuba de agua helada para espabilarme pero al momento el cansancio me vemce y caigo rendida flotando en la bañera.
De pronto me despierto y me sobresalto al encontrarme metida en la bañera tiritando de frio por lo que me salgo arrugada de la bañera y bajo tras vestirme a trompicones a la sala. Escucho las voces de Surasara y olfateando el aire a mi alrededor me encojo de hombros y recojo una manta para echarmela por encima con el pelo aun mojado para sentarme despues en el sillón en silencio. A decir verdad, no tengo ganas de absolutamente nada.
La noche pasa en silencio, ni un solo ruido se escucha en toda la torre, solo mi respiración entrecortada rompe con el silencio reinante al despertarme de una extraña pesadilla. Volvia a estar en la carpa. De nuevo todos volviamos a estar en esa maldita maquina pero este golpe habia alguien mas en la silla enfrente mía. Una joven daeliciana, con la cabeza gacha y el pelo aguamarina cayendo sobre su cara gira con todos nosotros mientras la musica resuena. Akasha muere, Dhelian muere, Surasara muere, todos gritamos sin poder zafarnos de la presa de la silla y de pronto le toca el turno a la mujer daeliciana. Cuando la agarra la maquina ppr ep brazo al fin puedo reconocer a mi madre. Ella se despierta y en cuanto le grito llorando ella me mira, con una mirada fria comienzan a brotar lagrimas de sus ojos y, de pronto, comienza a soltar un alarido que resuena por toda la carpa hasta que la maza espachurra su cabeza haciendo que despierte.
A tientas me levanto del sillón y salgo al patio temblando. No puedo explicarlo pero esta pesadilla ha sido demasiado real y la mirada de mi madre se me clava en el alma. Los días pasan despacio, las noches, mas despacio aún. Cada noche las pesadillas me atacan impidiendome dormir, intento no hablar de ello pero a decir verdad jamas habia soñado con mi madre de esta manera. Soñar con ella siempre me producia una sensación de bienestar pero, ahora, temo soñar con ella.
Intento entrenar cuando puedo aunque mi cuerpo comienza a resentirse por la falta de horas de sueño. Intento salir cada vez que se presenta la oportunidad, a decir verdad me he escabullido en el rito funerario y evito salir al patio de nuevo. Aunqie Akasha no esta enterrada ahi abajo cada vez que veo sus tumbas las fuerzas me fallan. La ciudad comienza a vencer y no puedo permitirmelo. Cuando deciden salir a la biblioteca me presento voluntaria para salir, sabía que quizas no sería de gran ayuda, pero necesito salir de la torre como sea y centrarme en algo diferente.
Cuando los chicos de Maciel nos visitan me quedo en silencio observando a los chicos y agradezco a Archime que cure el brazo de Dhelian. Escucho las historias de los chicos y la extraña aflicción de Shaco, ahora Aprendiz. Había escuchado de aflicciones asi en mi mundo pero en esta ciudad ya dejaba de sorprenderme que los humanos tubiesen enfermedades parecidas a las nuestras. Tras despedirnos de los visitantes la noche vuelve a llegar la temida noche.
Una nueva pesadilla me hace despertarme entre sudores frios y temblorosa. Dhelian no se ha despertado aunque parece ser que me he movido bastante, los gritos de mi madre resuenan en mi cabeza mientras subo a las bañeras tanteando en la oscuridad de la madrugada. Me desnudo y me meto en la cuba de agua helada para espabilarme pero al momento el cansancio me vemce y caigo rendida flotando en la bañera.
De pronto me despierto y me sobresalto al encontrarme metida en la bañera tiritando de frio por lo que me salgo arrugada de la bañera y bajo tras vestirme a trompicones a la sala. Escucho las voces de Surasara y olfateando el aire a mi alrededor me encojo de hombros y recojo una manta para echarmela por encima con el pelo aun mojado para sentarme despues en el sillón en silencio. A decir verdad, no tengo ganas de absolutamente nada.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
18/06/14, 12:05 am
Lo que termino despertando a Dhelian de forma bastante brusca, fue nada mas y anda menos que Surasara. En su afán de buscar lo que sea que parecía olerle mal levanto el sofá conde el daeliciano descansaba y este atraído por la fuerza de la gravedad se dio de bruces contra el piso, levantándose asustado y adolorido.
-¿¡Que...que paso!? -exclamo sobresaltado por el repentino despertar, con los pelos todo revueltos y sin poder apenas ver tras estos, mirando alrededor temiendo que estuviesen siendo atacados. Lo único que vio fue a Marsi cosiendo, Alvaro leyendo un libro en la cocina y una histérica Surasara buscando algo que según ella olía mal. Una día normal y cotidiano, salvo para el daeliciano que empezaba con mal pie- Surasara mira primero sino hay alguien durmiendo antes de volverte histérica moviendo muebles de aquí para allá- murmuro levantándose sobándose la baja espalda por el golpazo, conteniendo el mal humor y mirándola feo sin poder remediarlo, cualquier se levantaba de malas con semejante despertar- Y yo no huelo nada y mi olfato es muy quisquilloso con los olores - refunfuño suavemente sin perder su tono tranquilo pese al mal humor, cogiéndose un cola alta para apartar el cabello de su rostro, entrando a la cocina por algo de comer.
Tras prepararse algo y volver, vio a Korasihanna sentada en el sofá cubierta por una manta. No parecía haber dormido bien y al parecer se había despertado antes que el incluso, sin decir nada pues se la veía sin ánimos, lanzo un hechizo térmico sobre la manta de la daeliciana antes de sentarse a su lado en muda compañía. Un vistazo alrededor fue suficiente para saber quien faltaba. Faltaba Alice y era raro que Alice no se hubiese levantado ya.
-¿Alice sigue durmiendo?-pregunto extrañado a Marsi que compartía habitación con la humana.
-¿¡Que...que paso!? -exclamo sobresaltado por el repentino despertar, con los pelos todo revueltos y sin poder apenas ver tras estos, mirando alrededor temiendo que estuviesen siendo atacados. Lo único que vio fue a Marsi cosiendo, Alvaro leyendo un libro en la cocina y una histérica Surasara buscando algo que según ella olía mal. Una día normal y cotidiano, salvo para el daeliciano que empezaba con mal pie- Surasara mira primero sino hay alguien durmiendo antes de volverte histérica moviendo muebles de aquí para allá- murmuro levantándose sobándose la baja espalda por el golpazo, conteniendo el mal humor y mirándola feo sin poder remediarlo, cualquier se levantaba de malas con semejante despertar- Y yo no huelo nada y mi olfato es muy quisquilloso con los olores - refunfuño suavemente sin perder su tono tranquilo pese al mal humor, cogiéndose un cola alta para apartar el cabello de su rostro, entrando a la cocina por algo de comer.
Tras prepararse algo y volver, vio a Korasihanna sentada en el sofá cubierta por una manta. No parecía haber dormido bien y al parecer se había despertado antes que el incluso, sin decir nada pues se la veía sin ánimos, lanzo un hechizo térmico sobre la manta de la daeliciana antes de sentarse a su lado en muda compañía. Un vistazo alrededor fue suficiente para saber quien faltaba. Faltaba Alice y era raro que Alice no se hubiese levantado ya.
-¿Alice sigue durmiendo?-pregunto extrañado a Marsi que compartía habitación con la humana.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
18/06/14, 05:06 pm
Marsi observó su obra con una mueca insegura. No había quedado demasiado bien, pero el objetivo era cerrar el roto y eso habría hecho. Tal vez luego pidiese a algun mago que le hiciese un hechizo de costura fuerte para no tener que coserlo otra vez.
Su primer impulso al ver caer a Dhelian fue levantarse y ayudarle, pero el chico se apañaba bien por sí mismo, por lo que se quedó sentada en el sillón.
-Pues... estaba durmiendo cuando bajé, y no he vuelto a subir, así que no estoy segura- respondió.
Su primer impulso al ver caer a Dhelian fue levantarse y ayudarle, pero el chico se apañaba bien por sí mismo, por lo que se quedó sentada en el sillón.
-Pues... estaba durmiendo cuando bajé, y no he vuelto a subir, así que no estoy segura- respondió.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
18/06/14, 05:37 pm
Me detengo antes de salir y miro atrás, veo a Dhelian levantándose del suelo. Mi enfado se empieza a ir lentamente por la situación y por que ya no huelo nada.
-Joder perdona - me dejo caer en un sillón cercano, las afirmaciones del resto me dejan intranquila. Está claro que no es normal.- ¿Lo decís en serio? ¿De verdad que no oléis nada? - frunzo el ceño y me explico.- No es que yo lo huela a todas horas, es algo intermitente, cosa de minutos. A ratos me viene ese olor y no sé que coño puede ser pero me está empezando a volver loca. Eso y que cada vez está más cerca el día.
Hace tiempo que no pienso en ello profundamente, pero aún así no hay día en que el pensamiento de la maldita luna esa no se me pase por la cabeza.
-¿Qué creéis que pasará? - les pregunto mirando al resto.
-Joder perdona - me dejo caer en un sillón cercano, las afirmaciones del resto me dejan intranquila. Está claro que no es normal.- ¿Lo decís en serio? ¿De verdad que no oléis nada? - frunzo el ceño y me explico.- No es que yo lo huela a todas horas, es algo intermitente, cosa de minutos. A ratos me viene ese olor y no sé que coño puede ser pero me está empezando a volver loca. Eso y que cada vez está más cerca el día.
Hace tiempo que no pienso en ello profundamente, pero aún así no hay día en que el pensamiento de la maldita luna esa no se me pase por la cabeza.
-¿Qué creéis que pasará? - les pregunto mirando al resto.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
18/06/14, 06:41 pm
-Supongo que dormir un poco mas no le hará daño- murmuro ante la respuesta de Marsi que parecía recién haber terminado su labor con la camiseta y que parecía haber tenido una mejor vida en otro tiempo.-¿Quieres que le haga un hechizo para reforzar la costura, Marsi?- pregunto al ver que finalmente parecía haber terminado, no le supondría mucho esfuerzo y salvaría la varmana de tener que estar cosiendo cada dos por tres.
Acepto la disculpa de Surasara pues entendió que no lo había hecho con mala intención aunque sus palabras le sonaba extrañas ¿Un olor que solo ella olía? Que no lo oliera alguno seria comprensible pero en el torreón habían personas con olfato muy delicado, seria extraño que ellos no lo oliesen. El hecho de que mencionara la luna no mejoro su animo y el dolor de estomago que sintió, producto de los nervios que últimamente aparecían de la nada, tampoco. Al igual que esas veces tuvo que cubrirse la boca justo en el momento que eructaba. Su estomago estaba hecho un asco.
-Perdón, mi estomago esta sufriendo altibajos últimamente, supongo que aun esta sensible al hecho de que como todo lo de las cestas, a lo que no parece acostumbrarse - añadió incomodo por aquello que era tecnológicamente imposible de controlar. Ansioso miro a la ulterana moviéndose inquieto en el sofá donde seguía sentado-No sabemos ni cuando sera, preocupar no nos va a servir de mucho ni va a hacer que el momento no llegue- añadió recordando apenas conversación con los de Maciel- Y también recuerdo que la chica de sendar que siempre se escondía tras Nara, Naeleth sino me estoy confundiendo y el propio Nara, parecían estar mas o menos informados. Hace tiempo que no los vemos- añadió Dhelian pensativo pues había pasado muchísimas cosas, habían tenido semanas y días de locura y sentía n poco de preocupación por como estarían todos ellos tras enfrentarse a la ciudad.
Acepto la disculpa de Surasara pues entendió que no lo había hecho con mala intención aunque sus palabras le sonaba extrañas ¿Un olor que solo ella olía? Que no lo oliera alguno seria comprensible pero en el torreón habían personas con olfato muy delicado, seria extraño que ellos no lo oliesen. El hecho de que mencionara la luna no mejoro su animo y el dolor de estomago que sintió, producto de los nervios que últimamente aparecían de la nada, tampoco. Al igual que esas veces tuvo que cubrirse la boca justo en el momento que eructaba. Su estomago estaba hecho un asco.
-Perdón, mi estomago esta sufriendo altibajos últimamente, supongo que aun esta sensible al hecho de que como todo lo de las cestas, a lo que no parece acostumbrarse - añadió incomodo por aquello que era tecnológicamente imposible de controlar. Ansioso miro a la ulterana moviéndose inquieto en el sofá donde seguía sentado-No sabemos ni cuando sera, preocupar no nos va a servir de mucho ni va a hacer que el momento no llegue- añadió recordando apenas conversación con los de Maciel- Y también recuerdo que la chica de sendar que siempre se escondía tras Nara, Naeleth sino me estoy confundiendo y el propio Nara, parecían estar mas o menos informados. Hace tiempo que no los vemos- añadió Dhelian pensativo pues había pasado muchísimas cosas, habían tenido semanas y días de locura y sentía n poco de preocupación por como estarían todos ellos tras enfrentarse a la ciudad.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
18/06/14, 08:34 pm
Ozzchreanos podía asegurar sin ninguna duda que no sentía ninguna clase de olor más allá del que solía emitir esa ciudad. No era algo que pudiera catalogar de forma concreta. De hecho, tal vez no lo clasificaría como olor, sino como una miasma de ruina, destrucción y renacimiento, violencia, poder, y, por supuesto, un fondo —¡tal vez toda la forma!— de cadáveres putrefactos. Pero hubiera deducido, al mismo tiempo, que buena parte era producto de su experiencia en Rocavarancolia. Nada en su realidad del torreón olía así, bien podía comprobarlo.
No dijo nada, pues ya era claro que la sensación de Surásara era solo de ella. Sin embargo, a su siguiente pregunta sí iba a responder. Como seguramente sucediera con el resto, Ozzchreanos se cuestionaba con frecuencia qué iba a ser de ellos cuando se cumpliera la fecha en que aparecería en el cielo la Luna Roja, si todo ello era verdad.
—Lo que dijo Naeleth es a lo poco a lo que podemos aferrarnos ahora —dijo el ochrorio—. Y, si bien no puede asegurarse, las mismas palabras de Tap… —Era claro el desagrado que sentía, así como lo que le costaba creerle—, e incluso lo poco que nos dijo Yip me conduce a la misma conclusión —bajó la cabeza, dudoso de expresar una parte de sus dudas. El coro, débil e ininteligible, no le ayudaba a aclararse—. Y no sé… no sé si va a ser para mal o…
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
18/06/14, 09:15 pm
La conversación se detuvo en un tema que ocupaba todavía grandes espacios de mi cabeza. Intentaba ignorarlo, pero cada día que pasaba era un día menos para la Luna, veinticuatro horas menos para prepararnos o evitar lo que fuera a pasar. Escuché las intervenciones de mis compañeros con un humor sombrío, manteniendo la mente en elementos pesimistas y melancólicos. Si se cumplía lo que sabíamos ¿podría llegar a encontrarme otra vez con mi familia?
—"Y entonces vuestros cuerpos se deformarán de acuerdo a vuestra verdadera esencia, que viendo vuestro tamaño, seguramente será repugnante" —cité de forma monocorde, casi automática, después de que Ozz hablase. Había memorizado esas palabras los días siguientes de tanto repetirla, intentando encontrarle un significado oculto, algo más allá de lo que se veía a simple vista——"Os convertiréis en lo que sois" —puse una expresión de asco, casi como si estuviese oliendo lo que decía Sura, pero la ira y el odio de mis ojos dejaban evidente que no era ese el motivo por el que ponía esa expresión—... Por desgracia, mi imaginación nunca se ha desarrollado mucho... Así que en esas frase sólo veo lo evidente.
Miré los dos bocados que me quedaban fastidiado, sin ganas de comer más, pero hice un último esfuerzo y me acabé la tostada. La comida no estaba para tirarse. Mientras me levantaba para limpiar el plato se me ocurrió algo.
—¿No deberíamos ir a hablar con los macieleros acerca de este tema? Quizás sepan más... O menos, y no creo que sea agradable presentarse ante la Luna sin saber absolutamente nada.
Tenía el ceño levemente fruncido. Mi voz estaba completamente seria, con un tinte de preocupación. Por nosotros, por los habitantes de los otros torreones, y por lo que podía pasar.
—"Y entonces vuestros cuerpos se deformarán de acuerdo a vuestra verdadera esencia, que viendo vuestro tamaño, seguramente será repugnante" —cité de forma monocorde, casi automática, después de que Ozz hablase. Había memorizado esas palabras los días siguientes de tanto repetirla, intentando encontrarle un significado oculto, algo más allá de lo que se veía a simple vista——"Os convertiréis en lo que sois" —puse una expresión de asco, casi como si estuviese oliendo lo que decía Sura, pero la ira y el odio de mis ojos dejaban evidente que no era ese el motivo por el que ponía esa expresión—... Por desgracia, mi imaginación nunca se ha desarrollado mucho... Así que en esas frase sólo veo lo evidente.
Miré los dos bocados que me quedaban fastidiado, sin ganas de comer más, pero hice un último esfuerzo y me acabé la tostada. La comida no estaba para tirarse. Mientras me levantaba para limpiar el plato se me ocurrió algo.
—¿No deberíamos ir a hablar con los macieleros acerca de este tema? Quizás sepan más... O menos, y no creo que sea agradable presentarse ante la Luna sin saber absolutamente nada.
Tenía el ceño levemente fruncido. Mi voz estaba completamente seria, con un tinte de preocupación. Por nosotros, por los habitantes de los otros torreones, y por lo que podía pasar.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
18/06/14, 09:45 pm
No atiendo bien a las palabras de los chicos, no tengo hambre esta mañana, no tengo apetito para nada. De pronto la manta comienza a calentarse elevando mi temperatua por lo que alzo la vista para ver que ha sido Dhelian. Agradezco al chico el hechizo con una media sonrisa y asintiendo. Cuando hablan de la luna resoplo enfadada y me levanto para salir a la cocina. A decir verdad no quiero pensar en la salida de la luna roja esa, simplemente no necesito mas preocupaciones de las que ya tengo.
Vuelvo justo para escuchar que quieren salir de la torde por lo que sin mediar palabra me quito la manta doblándola sobre el sillón y me dirijo a la armería. En toda la sala no he vuelto a encontrar unas armas similares a las que perdí en la carpa pero por suerte hay varias dagas curvadas que me dan el apaño una vez afiladas. Cuando cojo ambas dagas las lanzo un poco al aire agarrándolas por el mango mientras pienso en todo lo que me esta ocurriendo, recordando mis sueños y escuchando el grito lastimero de mi madre en mi cabeza. A la cuarta repetición, disparo una de ellas que queda clavada en la puerta de madera de la sala intentando matar los pensamientos en ese tiro.
Desclavo la daga antes de salir y subo a la sala mientras me recojo el pelo en una coleta baja. El pelo me ha crecido desde que estoy en la ciudad, jamas lo habia tenido tan largo, notar como las puntas rozan mi parte inferior de las nalgas me produce un cosquilleo. -Bueno, ¿Hemos decidido ya cuando nos vamos?- Pregunto de manera firme dando a entender a todos que no pienso quedarme en la torre por mas tiempo.
Vuelvo justo para escuchar que quieren salir de la torde por lo que sin mediar palabra me quito la manta doblándola sobre el sillón y me dirijo a la armería. En toda la sala no he vuelto a encontrar unas armas similares a las que perdí en la carpa pero por suerte hay varias dagas curvadas que me dan el apaño una vez afiladas. Cuando cojo ambas dagas las lanzo un poco al aire agarrándolas por el mango mientras pienso en todo lo que me esta ocurriendo, recordando mis sueños y escuchando el grito lastimero de mi madre en mi cabeza. A la cuarta repetición, disparo una de ellas que queda clavada en la puerta de madera de la sala intentando matar los pensamientos en ese tiro.
Desclavo la daga antes de salir y subo a la sala mientras me recojo el pelo en una coleta baja. El pelo me ha crecido desde que estoy en la ciudad, jamas lo habia tenido tan largo, notar como las puntas rozan mi parte inferior de las nalgas me produce un cosquilleo. -Bueno, ¿Hemos decidido ya cuando nos vamos?- Pregunto de manera firme dando a entender a todos que no pienso quedarme en la torre por mas tiempo.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
19/06/14, 12:12 am
Había remoloneado demasiado. Por suerte, un golpe contra el suelo me despertó. Y menos mal, porque había estado soñando con la visita a la Tierra que les había prometido pero de pronto la piscina de casa se vació, el agua nos arrastró por un túnel y volvimos a caer en la trampa del otro día. Aún recordaba la sensación de no poder hacer nada contra las correas. Quizá por eso me había llegado a mover tanto en la cama hasta caer, hecha un lío entre la sábana y la almohada. Lo peor fue ver a Akasha en el sueño. Como aún temblaba, me quedé unos minutos en el suelo hasta tranquilizarme. <<Estamos a salvo y cada vez queda menos para que se cumpla el año... Era un maldito sueño, arriba, señorita...>> Lo que daría por poder hibernar con algún hechizo de protección o congelada en carbonita hasta que saliera la maldita Luna.
Pensando, pensando, conseguí que se me pasara el susto del sueño ligeramente, pero este susto solo fue reemplazado por otro un tanto peor. Algo como que ahora que éramos menos, sería más fácil velar los unos por los otros, ya no habría que tener mil ojos sino unos cuantos menos, ni gastar tanta magia en las salidas ni... <<Eso... da miedo... No sigas por ahí... Céntrate. ¿Despertaron los demás?>> Afirmativo, el cuarto estaba vacío; oía sus voces en el salón. Me cambié, me arreglé y bajé a desayunar y saludar. Al principio fingí que había tenido un buen despertar, pero por el bien del grupo me olvidaría pronto de la pequeña pesadilla. Además, había buen ambiente entre mis amigos, así que mejor dejarse empapar por este cuanto antes. Y si no había oído mal a Kora, querían salir.
—¡Buenos días! ¿A dónde decís de ir?—pregunté mientras empezaba a desayunar.
Rápidamente me pusieron al corriente y solo tuve que escuchar el nombre del torreón para ponerme las pilas. No importaba el motivo, cualquier visita a Sendar era buena, y más después de tanto tiempo. Me daba miedo pensar que les hubiera podido pasar algo, pero de nada servía preocuparse sin saber nada: habría que ir para enterarse.
—Vale, vayamos pues.
En cuanto nos decidimos del todo, preparamos las armas, provisiones y los hechizos como ya era rutina, y salimos a la calle. Otra vez a la aventura.
Sigue en el Torreón Sendar
Pensando, pensando, conseguí que se me pasara el susto del sueño ligeramente, pero este susto solo fue reemplazado por otro un tanto peor. Algo como que ahora que éramos menos, sería más fácil velar los unos por los otros, ya no habría que tener mil ojos sino unos cuantos menos, ni gastar tanta magia en las salidas ni... <<Eso... da miedo... No sigas por ahí... Céntrate. ¿Despertaron los demás?>> Afirmativo, el cuarto estaba vacío; oía sus voces en el salón. Me cambié, me arreglé y bajé a desayunar y saludar. Al principio fingí que había tenido un buen despertar, pero por el bien del grupo me olvidaría pronto de la pequeña pesadilla. Además, había buen ambiente entre mis amigos, así que mejor dejarse empapar por este cuanto antes. Y si no había oído mal a Kora, querían salir.
—¡Buenos días! ¿A dónde decís de ir?—pregunté mientras empezaba a desayunar.
Rápidamente me pusieron al corriente y solo tuve que escuchar el nombre del torreón para ponerme las pilas. No importaba el motivo, cualquier visita a Sendar era buena, y más después de tanto tiempo. Me daba miedo pensar que les hubiera podido pasar algo, pero de nada servía preocuparse sin saber nada: habría que ir para enterarse.
—Vale, vayamos pues.
En cuanto nos decidimos del todo, preparamos las armas, provisiones y los hechizos como ya era rutina, y salimos a la calle. Otra vez a la aventura.
Sigue en el Torreón Sendar
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
28/06/14, 07:29 pm
Salimos de su torreón dejando una nota por si sus compañeros vuelven. Cargo con el peso del libense durante todo el camino hasta la cicatriz que está relativamente cerca, mientras ando no dejo de pensar que esto es algo que no se merece. Un guerrero que da su último aliento para proteger a aquellos que le importan no debería dar con sus huesos en un lugar infestado de animales que no dejarán nada de él.
Tenemos suerte de que por el camino no nos ataque nada, o mas bien tienen suerte de no atacarnos. Con el humor del grupo en general no creo que hubiese quedado mucho de lo que nos atacase. Por fin diviso la torre cubierta de enredaderas y me apresuro para llegar, espero a que alguno de los que usa magia se apresure a abrir la puerta y después entro en el torreón.
-Bienvenidos - les digo a los dos chicos cuando entran dentro, aunque en definitiva no siento mucha alegría.- Disculpadme.
Tras decir eso subo al tejado y me siento en las almenas a contemplar la ciudad. Ese día no ceno nada, se lo cedo a nuestros dos invitados.
Pasan unos días de calma. Los nuevos habitantes del torreón no arman escándalos ni se involucran demasiado, Naeleth se pasa el día pendiente de la puerta esperando una llamada que no llega. Y Drael.... me pregunto cual será su estado mental ya que no parece estar demasiado bien.
Un nuevo día comienza, bajo al salón y me preparo algo para comer.
-Deberíamos ir a Maciel, tenemos acumulada su comida por aquí, podemos ir a dársela y llevarnos nuestra parte. ¿Que me decís? - propongo mientras como.
Tenemos suerte de que por el camino no nos ataque nada, o mas bien tienen suerte de no atacarnos. Con el humor del grupo en general no creo que hubiese quedado mucho de lo que nos atacase. Por fin diviso la torre cubierta de enredaderas y me apresuro para llegar, espero a que alguno de los que usa magia se apresure a abrir la puerta y después entro en el torreón.
-Bienvenidos - les digo a los dos chicos cuando entran dentro, aunque en definitiva no siento mucha alegría.- Disculpadme.
Tras decir eso subo al tejado y me siento en las almenas a contemplar la ciudad. Ese día no ceno nada, se lo cedo a nuestros dos invitados.
Pasan unos días de calma. Los nuevos habitantes del torreón no arman escándalos ni se involucran demasiado, Naeleth se pasa el día pendiente de la puerta esperando una llamada que no llega. Y Drael.... me pregunto cual será su estado mental ya que no parece estar demasiado bien.
Un nuevo día comienza, bajo al salón y me preparo algo para comer.
-Deberíamos ir a Maciel, tenemos acumulada su comida por aquí, podemos ir a dársela y llevarnos nuestra parte. ¿Que me decís? - propongo mientras como.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
29/06/14, 09:25 pm
AL final Drael y Naeleth no tuvieron otra que irse con ellos a Letargo, no sin antes asegurarse de dejar un nota para Gres en el caso de que volviera. Surasara cargo el cuerpo de Nara y con precaución se encaminaron a Letargo. En el camino, al pasar por la cicatriz y tras ser informados por Naeleth de los ritos de libo, decidieron que aquel era el lugar mas cercano a un abismo conocido. Dhelian se tomó la responsabilizad de bajar el cuerpo con levitación, no queriendo que lo tirasen como si se tratara de un fardo inútil. Intento no pensar en l presencia de los gusanos del fondo y no se quedo a ver que ocurría con el cuerpo de Nara, tras terminar de bajarlo, avanzo rápidamente en dirección a Letargo. Aquello le aprecia una abominación, pero si era lo que se hacia en el mundo del libense, respetaría el ritual.
Fue el primero en llegar a Letargo, así que tras adentrarse levitando al interior, abrió a sus compañeros para luego irse ala cocina para darle prioridad a la alimentación de los invitados, dejando a sus compañeros la labor de acomodarlos. Sabia que posiblemente nada les entraría con todo lo sucedido pero debían comer algo, recuperar fuerzas por ellos y por el deseo de Nara de que estuviesen bien. Por ello Dhelian preparo algo de comer, asegurándose de dejar la miel a un lado en el rápido menú. Aquello también era un escape, una excusa tal vez, ya tenia asumido que por mucho que pudiera maldecir, llorar o lamentarse eso no les devolvería la vida a ninguno. Pero era difícil.
-Comed, debéis recuperar fuerzas -murmuro tras colocarles delante la comida. Ambos estaba muy tocados y los siguientes días aquello se hizo mas evidente.
Drael parecía siempre ausente, con la cabeza en otro lado, no decía palabra alguna y aunque hacia diligentemente lo que le pedían, había ocasiones donde parecía ni escucharles. Era hasta cierto punto preocupante verlo así, por mas pacifico que se comportara.
Por otro lado estaba Naeleth. La chica volvió a la actitud tímida y reservada de cuando la conocieron, mirando todo el tiempo la puerta del torreón, posiblemente con la esperanza de ver llegar un día de esos a Gres. Dhelian intento animarla, sin saber muy bien como, pidiéndole en ocasiones ayuda en cuanto a temas mágicos.
Otro día comenzó en letargo, bastante pacifico en el ultimo tiempo, Dhelian acaba de bañarse y terminaba de desayunar cuando Surasara comento lo de la comía de Maciel, que ciertamente se había ido acumulando, pues llevaban algún tiempo sin realizar el intercambio. Estuvo de acuerdo con ir a llevarles la comida y de paso intercambiar un poco los acontecimientos nuevos.
-Por mi bien, me preparo y vamos lo que queramos ir- añadió Dhelian tras levantarse de la mesa y tomar sus armas, hubo un corta charla sobre quienes irían y quienes no. Tras conseguir ponerse de acuerdo realizaron las protecciones habituales antes de salir en dirección a Maciel, cargando entre todos lo que intercambiarían con los macieleros.
Sigue en Torreón Maciel
Fue el primero en llegar a Letargo, así que tras adentrarse levitando al interior, abrió a sus compañeros para luego irse ala cocina para darle prioridad a la alimentación de los invitados, dejando a sus compañeros la labor de acomodarlos. Sabia que posiblemente nada les entraría con todo lo sucedido pero debían comer algo, recuperar fuerzas por ellos y por el deseo de Nara de que estuviesen bien. Por ello Dhelian preparo algo de comer, asegurándose de dejar la miel a un lado en el rápido menú. Aquello también era un escape, una excusa tal vez, ya tenia asumido que por mucho que pudiera maldecir, llorar o lamentarse eso no les devolvería la vida a ninguno. Pero era difícil.
-Comed, debéis recuperar fuerzas -murmuro tras colocarles delante la comida. Ambos estaba muy tocados y los siguientes días aquello se hizo mas evidente.
Drael parecía siempre ausente, con la cabeza en otro lado, no decía palabra alguna y aunque hacia diligentemente lo que le pedían, había ocasiones donde parecía ni escucharles. Era hasta cierto punto preocupante verlo así, por mas pacifico que se comportara.
Por otro lado estaba Naeleth. La chica volvió a la actitud tímida y reservada de cuando la conocieron, mirando todo el tiempo la puerta del torreón, posiblemente con la esperanza de ver llegar un día de esos a Gres. Dhelian intento animarla, sin saber muy bien como, pidiéndole en ocasiones ayuda en cuanto a temas mágicos.
Otro día comenzó en letargo, bastante pacifico en el ultimo tiempo, Dhelian acaba de bañarse y terminaba de desayunar cuando Surasara comento lo de la comía de Maciel, que ciertamente se había ido acumulando, pues llevaban algún tiempo sin realizar el intercambio. Estuvo de acuerdo con ir a llevarles la comida y de paso intercambiar un poco los acontecimientos nuevos.
-Por mi bien, me preparo y vamos lo que queramos ir- añadió Dhelian tras levantarse de la mesa y tomar sus armas, hubo un corta charla sobre quienes irían y quienes no. Tras conseguir ponerse de acuerdo realizaron las protecciones habituales antes de salir en dirección a Maciel, cargando entre todos lo que intercambiarían con los macieleros.
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Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
02/07/14, 12:27 pm
Aunque Ozzchreanos conocía la preocupación de sus compañeros por el cuerpo de los difuntos, él sabía que no se trataba de más que meros ritos superficiales. El cuerpo pertenecía a la tierra y no era más que un receptáculo temporal de esta para el alma, esa era la verdad. El estado de esta, interpretaba, era el alma como parte de la Acromía. Con esta se reunía al final de la vida, cuando ya había cumplido su papel con los dioses y con el Equilibrio. Su realidad no englobaba los elementos divergentes al orden de las iglesias, como otras razas y los mismos ateos de su planeta natal, pues aunque los consideraba también como parte de la Acromía eran elementos divergentes del Equilibrio. Pero esto, en lugar de romper sus esquemas sobre la condición del alma, los reforzaba: comprendía que, aunque representaran elementos de desequilibrio, eran necesarios para compensar otros extremos. Esto no significaba que se trataran del mal necesario, para él no eran más que otros elementos que jugaban su papel, aunque lo hicieran fuera de la fe y el orden divinos.
Con estas consideraciones, el ochrorio respaldaba su postura como procurador de Equilibrio en la ciudad, aunque no tuviera jurisdicción oficial como en su mundo. Era necesario para aquel mundo sin fe, había sido llevado para el Equilibrio. Él cuidaría que cada uno cumpliera su papel, lo que hicieran con los cadáveres no era su responsabilidad siempre que no les pusiera en peligro. Ozzchreanos sabía que los vivos eran más importantes: eran su responsabilidad.
*********
Y para reforzar este rol impuesto por su fanatismo racionalista, inició sus investigaciones sobre la capacidad de usar el poder le que había sido concedido para hallar otros seres. En algún punto inconcreto de su investigación le sorprendió la propuesta de ir a visitar a los habitantes del Torreón Maciel. Hasta el momento había trabajado casi exclusivamente en la búsqueda del conjuro bajo la promesa de hacer todo lo posible por procurar la salvación de los desaparecidos, pero en seguida supo que hablar con los otros capacitados, en especial con Archime, podría acortarle el trabajo. Bajo este pretexto, aceptó al instante marchar a Maciel.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
02/07/14, 08:33 pm
No me gustaba nada la idea de dejarlo caer por la cicatriz. Igual que con los otros muertos, me parecía una injusticia que sus restos no pudiesen ser visitados jamás por sus familiares, que nunca fuesen a tener la seguridad de saber qué les había pasado. A pesar de todo, esos eran los ritos de su mundo, y suponía que debíamos respetarlos. «Aunque son unos más raros que un piojo verde» resoplé mentalmente. Seguía incómodo, pero no había otra.
—Consideraos en vuestra casa.
Esa fue mi bienvenida a Naeleth y Drael, acompañada de una pequeña sonrisa, quizás de las más sinceras que había echado en la ciudad. Sus ánimos no parecían mejorar a través de los días, cosas que me apenaba, pero no podía hacer nada. Sabía bien cuánto dolía la pérdida de un compañero, y del mismo modo sabía que al final acababa sanando.
Nada destacable sucedió en el resto de días, exceptuando que mi entrenamiento a dos bandas iba mejorando. Cada día, al finalizar, me quedaba viendo el cielo del atardecer desde el patio. Me sentía bien por mejorar, pero seguía sintiendo el inevitable temor ante la ciudad. Sólo esperaba que si volvíamos (o, mejor dicho, cuando volviésemos) a enfrentarnos con monstruos aquello fuese suficiente.
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—Consideraos en vuestra casa.
Esa fue mi bienvenida a Naeleth y Drael, acompañada de una pequeña sonrisa, quizás de las más sinceras que había echado en la ciudad. Sus ánimos no parecían mejorar a través de los días, cosas que me apenaba, pero no podía hacer nada. Sabía bien cuánto dolía la pérdida de un compañero, y del mismo modo sabía que al final acababa sanando.
Nada destacable sucedió en el resto de días, exceptuando que mi entrenamiento a dos bandas iba mejorando. Cada día, al finalizar, me quedaba viendo el cielo del atardecer desde el patio. Me sentía bien por mejorar, pero seguía sintiendo el inevitable temor ante la ciudad. Sólo esperaba que si volvíamos (o, mejor dicho, cuando volviésemos) a enfrentarnos con monstruos aquello fuese suficiente.
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