Torreón Letargo (Archivo IV)

Recuerdo del primer mensaje :

-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.

Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.

Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.

Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.

Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.

Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.

Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.

-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.



P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^

Finalmente se decidió que irían al foro como propuso Alice y no hubo pegas al respecto. Dhelian pudo ver como la humana salia disparada a prepararse cosa que también hizo Ozzchreanos dispuesto a salir con ellos también. Dhelian hizo lo mismo se dirigió al salón al patio donde tenia algo de ropa de la que se ponía, ya que con la que había venido a rocavarancolia tenia aun que lavarla, una camiseta de un tono celeste desvaído de mangas cortas y cuello en 'v' que no tuvo problemas en ponerse en mitad del patio quitándose la anterior camiseta que llevaba para ello. Ya llevaba puesto unos pantalones azul oscuro holgados y unas botas que encontró al inicio de la cosecha y que le estaba bastante bien. Tras terminar se lanzo un hechizo térmico para no congelarse al ir al Faro y el hechizo de protección acomodándose las dagas en el cinturón de la riñonera reuniéndose con el resto y viendo que estaba allí todos para salir. Dhelian se acerco a Ozzchreanos ayudándolo a cargar una de las bolsas de suministros para la excursión.

-Entonces vamonos, a ver que nos encontramos en el faro -añadió con cierto animo esperando que ya todos los que fueran a ir antes de ponerse en camino.

Sigue en el Faro.

Volvemos al torreón después de despedirnos de Yip, le digo a Dhelian que apunte un par de sitios que le parezcan remarcables y que luego los buscamos en el mapa y ya los iremos a visitar.

A lo lejos veo el torreón pero cuando me fijo bien veo algo raro. ¿Cosa mía o el torreón se está moviendo? Acelero el paso y cuando estoy más cerca puedo ver a un hombre levitando a unos cinco metros del suelo con las enredaderas a su alrededor.

-¿Qué coño?,- pregunto en voz alta.

El hombre parece oírme y se da la vuelta, puedo observar entonces que no es muy mayor aunque por su altura cualquiera lo diría.

-Vaya, los cosechados.- dice sonriendo.- ¿Venís de explorar? ¿Qué tal os ha ido?

AL final decidieron dejar el faro con la posible promesa de un visita en otro momento y tras que Dhelian dibujara parcialmente lo que veía desde el faro para localizarlo luego en el mapa como Surasara pidió.Las palabras de Marsi no le molestaron, al fin de cuentas ella había sido la primera queriéndose marchar y su comentario había sido un poco estúpido también "Aunque precisamente es raro que toda la ciudad este aparentemente abandonada menos el jardín" pensó con cierta ironía por el asunto.

Ya en la vuelta al torreón, cansado y deseando poder comer algo y darse un baño, se le había quedado el olor a humedad del faro, encntrandose con que tenia un intruso lidiando con las enredaderas.Lo mejor era que flotaba sobre sus cabezas y las enredaderas se encontraban su alrededor como si las gobernara "¿Otro habitante de la ciudad? No...no puede ser, luce como todos nosotros ¿tal vez sea algún hechizo que no conocemos que permitir mover las enredaderas?" era posible que fuese cosechado como ellos ¿no? Total, su aspecto y colorido no le era extraño teniendo en cuenta la variedad de cosechados que había. Pronto su duda se resolvió, a juzgar por sus palabras no era otro cosechado salido de a saber donde, lo que no era muy tranquilizador tampoco. No cuando viene un extraño y juega con las enredaderas de tu casa.

-Nos interesa mas saber quien eres tu y que haces aquí, la verdad -añadió Dhelian mirando allí levitando, sabia que nos les atacaría pero nunca estaba de mas la duda.Ademas que verlo levitando le recordaba que el torreón de letargo era fácilmente accesible por aire. "Si nos atacaran cosas voladoras la íbamos a tener difícil" pensó de forma algo distraída pero atento al tipo aquel.

Según se acercaban al torreon, pudieron comprobar que algo no marchaba bien. Era el día de los tíos raros, y uno se les había plantado en la mismísima puerta de Letargo. A Marsi le dio mala espina. No le había gustado la visita sorpresa en Maciel, por muy amigables que se hubiesen presentado los monstruos, y no le iba a gustar esa, aunque el aspecto de aquel tipo era bastante menos extravagante.

Como ya parecía tradición, el tipo les saludó con toda naturalidad, en tono amigable. Y como también era costumbre, uno de sus compañeros abrió la boca para hablar con él. Marsi hizo rechinar los dientes << No voy a pasar por esto dos veces en un día>>

-Estamos bien. Muy buenas tardes- cortó a Dhelian antes de que siguiese con otra pregunta, lanzándole una mirada feroz al resto de sus compañeros, y agarrando el brazo del daeliciano y el de Alice, los dos que más peligro tenían, para llevárselos dentro del torreón.

Una vez dentro, esperó a que todos hubieron entrado y llamó a los que se habían quedado para ver si estaban bien. Parecía que habían cerrado el jardín y las ventanas en cuanto vieron que las enredaderas se movían. Tomó asiento en una silla de la cocina y clavó el cuchillo de caza en el tablero de la mesa.

-Estoy empezando a cabrearme- sentenció, pero respiró hondo varias veces para serenarse antes de invitar a los demás a que se sentasen- ¿Acaso algo en esta maldita ciudad os invita a actuar como idiotas confiados? Ya sé que ese bicho invisible os dijo que ningún ciudadano puede hacernos daño, pero ¿no os habeis parado a pensar de que a lo mejor nos mentía? ¿O que esa ley podría tener alguna claúsula de la que se puedan aprovechar para atacarnos? El de hoy ha resultado ser solo un tío bizarro y loco, pero ¿y si llega a ser solo el cebo de un monstruo? ¿Y si llega a estar tan loco que la ley esa se la pela? No se con qué se castiga incumplir esa ley, pero si acabamos muertos en mi opinión no hay compensación que valga, ¡porque estaremos muertos como lo están los de ahí fuera! ¡Y yo no me mato a entrenar todos los puñeteros días para que acabemos muertos por un fallo estúpido!

Al final pudimos subir a lo alto y hacer lo que habíamos venido a hacer: ver la ciudad al completo. Mentalmente nos guardamos los sitios que más nos llamaron la atención, como la zona verde que destacaba precisamente por eso. Luego nos despedimos de Yip aunque no me gustó nada la forma de Marsi. No la forma sino... ¿Qué había sido de la Marsi huraña? ¿De pronto ya no lo era? Había aceptado entrar al Faro, ya habíamos visto que Yip no era peligroso, ¿por qué de pronto se comportaba así? <<Si hubiera habido el menor rastro de peligro, lo entendería... A saber; dejemos el tema>>

Tras un rato llegamos a Letargo y vimos, por orden, dos cosas. La primera era que las enredaderas se movían de forma completamente innatural, al menos desde el punto de vista terrícola. La segunda, un tipejo humano levitando a gran altura, ¿interactuando con las enredaderas? <<Primero las flores que aparecieron en el huerto y ahora esto... ¿Las plantó él?>> El problema era que Dhelian se atrevió a hablarle y pedirle explicaciones. Le entendía, pero, sin embargo, no era la misma situación que con Yip. Pero no pude decirle nada porque de pronto Marsi nos arrastró del brazo a ambos hacia el interior del torreón. En un primer momento lo entendí como que era por protegernos los tres, pero cuando empezó a hablar lo entendí como lo que era: Dhelian y yo teníamos más probabilidad de hablar con el de fuera y, por tanto, de ponernos en peligro. Ni eso ni lo que dijeron tanto la varmana como el ochrorio me hizo puñetera gracia.

No me senté cuando nos invitó a ello. Esperé a que terminase de gritar y de decir lo que tuviera que decir y luego chasqueé la lengua antes de responder.

—Tenéis toda la razón del mundo, excepto en algunos detalles. Me relajé, ¿vale? Estoy harta de estar todo el puto día tensa, de intentar que todos estéis mínimamente animados, y más tú, Marsi, que pareces un jodido muerto viviente a veces; de salir temiendo que alguien nos ataque... Y encontrarnos con alguien pacífico con quien hablar pues por mucha razón que tengáis no es tan malo. Joder, ya sé que podía ser peligroso, no soy tan estúpida, gracias. ¡Pero ahora me entero de que la única que se mata a entrenar por protegernos es Marsi! ¡Vaya por dios! Todo muy bonito, Marsi. Sí, señor—dije, asintiendo exageradamente con la cabeza—Pero te recuerdo que todos coincidieron en ir al Faro y a nadie se le ocurrió que pudiera estar habitado. Luego, te recuerdo que tú también entraste; podías haberte negado. Dentro del Faro ya lo has dicho, no pasó absolutamente nada. ¿Que hubiera podido ser cualquier cosa? Claro. Pero igualmente, cualquier losa de esta ciudad puede ser una maldita trampa. Ya lo hemos comprobado. ¿Qué quieres, que nos quedemos encerrados con el rabo entre las piernas, asustados por lo que podría pasar?

Aprovechando que estaba de pie, señalé a las ventanas cerradas y me reí de la forma más falsa posible.
—¿De verdad creéis que si ese o sus enredaderas dicen de entrar, las ventanas se lo impedirán? O cualquier bicho volador, ¿de verdad? ¡O los dioses de Oz! No estamos a salvo en ningún lado, joder, pero tampoco voy a ir por la ciudad pensando "¿y si esta calle me mata, y si esta losa me explota, y si Yip se ha disfrazado de alguno de nosotros y está aquí, después de haber matado a alguien?" ¿A que eso no se le ha ocurrido a nadie? Ya los visteis, se disfraza de lo que sea, ¡quizá lo hizo de forma torpe para disimular que es un experto!

Hice otra pausa, esta vez para arrancar el cuchillo de la mesa: comíamos ahí, era uno de los pocos lugares "sagrados". Lo dejé en la misma mesa, sí, pero en una posición normal.

—Vaya, Yip no era la mesa, qué pena, pensaba que lo habías descubierto. Y qué, ¿te crees que el resto no entrenamos? ¿Acaso piensas que tú eres la única con habilidad para protegernos a todos? No eres precisamente la que más sale de expedición, que yo sepa. Y no sé qué ibas a hacer con ese cuchillo contra algo de esta ciudad, la verdad. Pero de pronto nos tratas como si no tuviéramos ni puta idea de lo que hay. ¿De verdad crees que no lo sabemos? Y Oz...—ahí ya perdí los papeles— otro que piensa que yo voy a buscar conversación con el de fuera. ¿Acaso es la misma situación que Yip? Este está en nuestra puta casa, ¿cómo carajo pensáis que voy a hablar con él como si fuera un puto vecino de casa? No es lo mismo que con Yip, joder. Ahora qué, señorita Marsi, ¿cada vez que se nos cruce algo mínimamente inteligente me vais a coger de los brazos y alejarme del sitio a la carrera para que no intente hablarle? Y Oz igual, ¿no? Solo que tú te tranquilizarás orando a tus dioses. Y ahora os sentáis aquí tan tranquilamente a dialogar mientras tenemos a alguien haciendo dios sabe qué con nuestro torreón. ¿Y si pretende envenenarnos? Da igual, estamos jodidos haga lo que haga, ¡vamos a esperar aquí sentados a que la ciudad decida matarnos! Muy bien.

Y ahí me senté dejándome caer en el primer hueco que pillé. No me arrepentía de nada. Ya me arrepentiría después.

Tras comprobar la textura de piel de Yip subimos a lo alto del faro con el permiso de su inquilino. La ciudad toma otra dimensión desde alli arriba. En silencio, miro al horizonte mientras el salitre inunda mis pulmones. A un lado un imponente mar azul se extiemde hasta donde se pierde la vista y al otro, una ciudad herida y en ruinas, nos observa imponente y en silencio.

Varias construcciones de la ciudad destacan a primera vista. La primera es un edificio rojo al fondo, muy cerca del castillo de piedra oscura y alejada de una zona llena de verde. Al ver tal concentración de vegetación me hace recordar el cementerio y que me recorra un escalofrío. Las formas de Marsi me hacen arrugar la expresión temiendo que, por su culpa, ahora si que Yip decida no ser tan amistoso pero por suerte nada ocurre y nos encaminamos de nuevo al torreón.

En cuanto Letargo asoma por la zona me fijo que hay demasiado aire por alli. Las plantas colgantes se mecen de manera extraña y no es hasta que nos acercamos mas cuando al fin me doy cuenta de que hay algo, o alguien, fotando entre las plantas que parecen con conciencia propia en estos momentos.

Cuando llegamos a la altura de lo que parece ser un humano este nos habla en un tono tranquilo por lo que me quedo embobada viendo como las enredaderas parecen acariciar al chico volador. Dhelian es el primero en aventurarse a hablar pero de pronto Marsi vuelve a perder los papeles y arrastra al chico y a la humana al interior del torreón por lo que me pongo tensa temiendo que el visitante se tome a mal la reacción de la chica. Ozzcheanos entra tambien en el torreón cosa que no tardo en imitar cuando me veo sola con la compañia del chico raro. Ofreciendole una de mis mejores sonrisas para ocultar mi nerviosismo e incomodidad me escabullo dentro de la torre para escuchar los gritos de Marsi y la replica de Alice.

"¿De verdad ahora vamos a ponernos a discutir teniendo a un extraño moviendo todas las plantas de alrededor?" Pienso mientras recapacito en lo poco productivo que nos puede resultar que ahora discutamos de nuevo entre nosotros. Desde la muerte de Talento y el peludo no habia vuelto a escuchar tonos tan secos como los que ahora están soltando ambas. -Eh,eh,eh.- Digo mientras camino despacio para ponerme a la altura de Alice.

-Si me permitis decir algo creo que estas no son formas de expresar nuestros sentimientos.- Digo intentanto no parecer brusca sin perder firmeza en mi discurso. -Antes de todo temgo que decir que estoy absolutamente de acuerdo con Alice. No deberíamos recluirnos en el torreón. Es lo último que creo que deberiamos hacer.- Ahora era el mejor momento para reprochar a Marsi su comportamiento por lo que sentandome en el brazo del sillón donde Alice se ha sentado hablo directamente a la varmana.

-Marsi, tu mas que nadie que buscas la tranquilidad y la armonia en el torreón deberías saber que actuar como en el faro ante alguien que no nos ha molido a golpes por entrar en su casa y del que estamos intentando sacar algo de información no ayuda en absoluto.- Remato mientras asiento y levanto una ceja. -O ahora. Por que no se si habreis pensado en que ahora mismo tenemos a un algo flotando por los muros y ha conseguido movilizar las plantas de toda la torre. ¿Y si tus malas formas lo han ofemdido y ahora decide entrar por la puerta y acabar con todos? La culpa seguiría siendo tuya aunque acabasemos pagando todos ¿No?-

Entro la última al torreón siguiendo a los demás. Además completamente perpleja, una cosa es que no gustaran los desconocidos, pero dejarle con la palabra en la boca no me parecía bien.

-Disculpa,- le digo antes de entrar. Pensaba soltar una retahíla hasta que oigo a Marsi y como le responde Alice.

<<Coño, nunca las había visto así, y yo pensando que tenía mal genio>>.

-Eh, eh.- digo para llamar su atención.- No discutamos por favor. Marsi tiene razón al decir y pensar que la gente de esta ciudad puede ser peligrosa, y es posible que nos hayan mentido en eso de que no pueden hacernos daño. Pero Marsi, Alice también tiene razón. Quedarnos aquí para siempre no es una solución. Además, no todos van a ser unos psicópatas asesinos. No sé cuanta gente vivirá en este sitio, pero me niego a creer que no haya alguien decente para al menos mantener una conversación civilizada.

<<Quién me iba a decir a mí que intentaría parar una discusión. Con lo que me gusta a mi discutir de cuando en cuando>>.

Sin que ninguno lo supiera se había colado un ser a través de la segunda planta. O más bien lo había invocado el chico que estaba fuera.

No recibió respuesta de aquel individuo pues Marsi de la nada lo arrastro tanto a el como a Alice al interior del torreón sin dar explicación alguna hasta que no estuvieron todos dentro. Cuando Marsi comenzó a hablar se sintió avergonzado e incomodo pues a pesar que no decía directamente, pensándolo bien había sido un poco estúpido al intentar hablarle a un desconocido que se encuentre frente al único lugar seguro que tenían en esa ciudad. Quitando ese fallo que admitía haber tenido, las palabras de Marsi le molestaron, vale que entendía sus palabras y su instinto de supervivencia y de protección pero ¿que quería que hicieran? ¿Que se la pasaran encerrados todo el tiempo por temor a toparse con algún habitante que pudiera hacerles algo? Sea como sea no fue la única que tuvo algo que decir, Ozzchreanos se puso de parte de la varmana y sus palabras le chirriaron profundamente. 

-Entiendo que digas que Tap es despreciable por ser un asesino y que por eso no es de fiar, es un pensamiento normal. Pero piénsalo un poco ¿no es posible que pasara algo como pasó en este mismo torreón? Cuando salvaste a Marsi me refiero. No sabemos los detalles, pero hay una posibilidad de que estuviera en una posición similar a la que tu estuviste, quien sabe. -añadió Dhelian sin alzar la voz, con un suspiro y una voz suave sacudiendo la cabeza, al escuchar como Alice y Korasihanna decía sus propias cosas a Marsi. Algunas de ellas estaba de acuerdo, bastante de acuerdo a decir verdad, principalmente aquellas en lo referente a que hablaron con Yip en busca de información y a no quedarse todo asustados metidos en el torreón por terror a ser atacados por todos. Aun así la preocupaciones de Marsi eran comprensible - Tranquilizaros un poco. Opino mas o menos lo mismo que Surasara ha dicho  repetirme de nuevo es un poco sinsentido. Lo que he hecho hace un momento allí afuera era un estupidez, lo admito y me disculpo por ello, la reacción de Marsi es comprensible. Pero queramos o no, los habitantes de esta ciudad son una fuente de información y mientras sea posible, el intentar obtener algo de estos puede ayudarnos también a sobrevivir -añadió  a las palabras de Surasara mirándola a todas intentando calmar el ambiente seguramente sin éxito, con cierto cansancio mientras se sentaba en el sofá sin intervenir mas en el intercambio de palabras entre las las chicas. Pero no pensaba echar mas leña al fuego pues ambas habían dicho perfectamente bien todo lo que el mismo pensaba al respecto y repetir todo de nuevo solo empeoraría la discusión. Ademas las palabras ultimas de Korasihanna tenían su parte de razón-Tenemos el cordel de alarma de Ozzchreanos si decide entrar pero este no le haría daño alguno, así mejor estad atentos y dejemos de pelear -añadió esperando la respuesta del resto mientras miraba hacia la las puertas del torreón casi creyendo que esta podría ser abierta de golpe por el flotante de fuera.

Marsi se preguntó si debía volver a beber de la fuente, porque casi parecía que hubiese estado hablando en otro idioma. Se llevó la mano a la cara y se cubrió los ojos, suspirando con frustración.

-A ver, no he dicho que tengamos que encerrarnos en el torreón. No lo he dicho en ningún momento. Solo pido, un poco de prudencia. Es verdad que la ciudad quiere matarnos y que estar permanentemente asustados no va a servirnos de nada, pero tampoco hay que confiarse. No es que sea la única que se mate a entrenar, es que parece que soy la única que tiene sentido común en este agujero de locos, y yo pensaba que por lo menos tú tenías dos dedos de frente, Alice, y tu también, Sura. Y si me dijeran que impedir que hables con cualquier ser inteligente con el que nos crucemos va a salvarte la vida, lo pienso hacer.- le sostuvo la mirada, desafiante. Entonces intervino Kora, y Marsi le miró como si hubiese cacareado en lugar de hablar.

Lo que había dicho tenía tan poco que ver con lo que había ocurrido, estaba tan fuera de lugar, que por unos instantes Marsi se quedó sin palabras. No tenía ni idea de qué responderle, y algo en su interior le decía que cualquier cosa le iba a entrar por una oreja y a salir por la otra. Aún así le respondió, recogiendo antes su cuchillo para ponerselo al cinto.

-Muy bien, Korasihanna, dejaré que me sermonees sobre modales, porque está claro que es un tema en el que destacas. No es como si hubieses rechazado comida que otros se habían molestado en preparar para ti solo porque no te gustaba, ni hubieses ofrecido provisiones necesarias para los demás solo para conseguir algo que querías sin consultarlo con nadie. Está claro que entrar en una casa ajena sin preguntar, ocupar el tiempo de un completo desconocido y usar su casa de mirador es mucho más educado y tiene menos posibilidades de que haga que nos ganemos una paliza que simplemente decir que tenemos que irnos y que no queremos molestar más.

Marsi había imitado el tono empalagoso de Kora. Se sentía rabiosa, frustrada y quería darse cabezazos contra algo, gritar y llorar al mismo tiempo. Trataba de mantenerse serena, y pensó que una retirada estratégica sería lo mejor. Aun así miró con preocupación a Ozz cuando Dhelian soltó su joyita.

-Otro ejemplo de la educación daeliciana- escupió- ¿Es que no sabes lo que es el tacto?

<< Me voy antes de que el espíritu de Yrfy me posea y decida matarlos a todos>> pensó con amargura, y desapareció escaleras arriba. No dejó sus cosas, sino que subió a la sala de entrenamientos con su equipo y se dio dos cabezazos contra uno de los maniquíes antes de liarse a patadas para descargar tensión. No sabía qué vendría con la Luna Roja, pero estaba deseando que saliera.

Al acabar de hablar pensaba que no me arrepentiría —aún no— de lo dicho, pero en cuanto Kora se puso de mi lado empecé a pensar lo contrario. No por lo que dijo sino que el mero hecho de ponerse de mi parte —y sentarse incluso a mi lado— ya era como para planteárselo... Pero los demás también hablaron así que atendí. Sura también habló, aunque al menos, y como debía ser, fue neutral. Yo no quería bandos en esto, sólo quería que no se me acusara veladamente de ser una irracional o ser demasiado confiada. Pues claro que Marsi tenía razón. Pero una cosa era decir lo que la varmana dijo y cómo lo dijo y otra lo que Sura había resumido de forma tan sencilla. Luego habló Dhelian... Y no me gustó nada, pero nada, lo que dijo. <<¿De qué demonios está hablando? ¿Está loco o es que no tiene cerebro?>> No tenía sentido. Pero ningún puto sentido. Nada en lo que había dicho encajaba, ni con el contexto ni con la intención que tuviera al decir... lo que sea que dijera. <<Alucino>> Y luego, de la nada, después de cagarla como nunca, se disculpó. <<¿Y no te disculpas por lo que acabas de decirle a Oz? ¿Pero se está oyendo?>> La mirada que le dirigí durante su intervención no fue nada... amistosa.

Nuevamente le llegó el turno a Marsi y volvió a tener la razón, pero no en todo. <<¿Qué sentido tiene "si me dijeran que impedir que hables con cualquier ser inteligente con el que nos crucemos va a salvarte la vida, lo pienso hacer"? Si no se corre peligro con alguien, ¿por qué ver fantasmas del posible peligro? Eso ya es paranoia...>> Y tampoco me hizo mucha gracia lo de "yo pensaba que por lo menos tú tenías dos dedos de frente, Alice". <<Muy bonito todo. Si nos hubiera pasado algo, te entendería, bonita, pero estamos vivos>> Pero no pude decirle nada pues se marchó sin dar posibilidad a nada más. <<Genial. Y encima no es que la chica tenga mucha estabilidad emocional... Pues que no se hubiera puesto a decir sandeces sobre que no tengo sentido común>>

Oz fue el siguiente en hablar... Y más de lo mismo. <<Que sí, que sí, que todos tenemos nuestra parte de razón, ¿nadie se da cuenta?>> Pero las palabras que le dirigió a Dhelian... <<Uff... Eso último puede ir perfectamente en serio... Sólo dice lo necesario así que...>> El ochrorio también se fue y miré a los demás, pensando en qué decir. ¿He dicho que todos tenemos nuestra parte de razón? Bueno, casi todos.

—Bueno, espero que el resumen de esto sea que todos tenemos que tener más cuidado y no que Dhelian y yo estamos locos y no tenemos sentido común alguno. Bueno, al menos yo. Porque... Dhelian... —ahí me levanté y me llevé las manos a la coleta para arreglarla sin necesitarlo. Realmente era para no agarrarle y sacudirle por la camiseta—¿Cómo demonios se te ocurre soltarle a Oz semejante estupidez? No sé ni cómo definir lo que le has dicho, porque no ha tenido ni puñetero sentido. Lo que pasara en el sótano ya pasó, y Marsi y él ya nos contaron lo que pasó, y punto. No hay más que hablar del tema, pero vas tú y sueltas... lo que sea que hayas dicho. Normal que te haya respondido así.

Diciendo eso, el coletero salió volando y me crucé de brazos con fuerza, tensa. Recapacité, fui a recogerlo y volví a sentarme mientras inspiraba profundamente. Sin embargo, me senté al lado de Dhelian y no de Kora. Marsi había tenido un buen punto en lo de sus modales.

—Yo de ti me disculpaba cuanto antes, por mucho que te haya dicho que no te acerques. Y si eso incluye ese tipo de acercamientos, pues se lo escribes. Aunque tengas que hacerlo con sangre. Y Kora, tú y yo coincidiremos en lo de antes, pero Marsi tiene razón en lo de tus modales. Parece que cocinemos para una reina, no para una compañera—finalmente miré a Sura, buscando la parte "neutral" de todo esto, ya que los demás no habían dicho nada—Bueno, ¿ahora qué? ¿Me vas a decir que yo también me debería disculpar con Marsi y los dioses de Oz? Sería lo suyo, ¿no? Pero dentro de un ratito... cuando se me pase el cabreo—mascullé, estirándome en el sofá.

Un jovial aprendiz marchaba por las calles de rocavarancolia, con el bõ al hombro y canturreando y silbando felizmente. Finalmente se plantaron ante las puertas de Letargo. Andando de puntillas, como si estuviera apunto de hacer una travesura, el chico se acercó a esta para, de pronto, comentar a llamar a ella con fuerza usando su bõ que resonaba contra la superficie. Su expresión parecia cargada de genuina diablura de criajo mientras asestaba golpe tras golpe.
Finalmente, con un suspiro, se acercó a la puerta y la cubrió de brazos abiertos, acercando su mejilla a esta. Con un tono infantil, habló, casi canturreando de nuevo.
-¿Quereis hacer un muñeco de nieve~?-para luego acercar aun más la cara y susurrar.-No tiene porque ser un muñeco de nieve~- Y, acto seguido, su característica risotada.

Con cada palabra que se dice alrededor de la mesa mi cara va adquiriendo una expresión mas siniestra y grave. Por todo esto tendrán que disculparse más tarde, sobre todo Dhelian que se ha pasado y bastante. Ozz y Marsi suben escaleras arriba y yo guardo silencio hasta que Alice se dirige a mi.

-No, creo que no hace falta que te diga nada,- le digo con una media sonrisa abandonando mi anterior mutismo.- Si tú misma sabes lo que tienes que hacer no me necesitas. Aunque no te niego que es mejor esperar un poco y dejar que se estabilicen mentalmente.- paso mi mirada a Dhelian.- Tú también debes disculparte, lo que has dicho estaba fuera de lugar.- sueno como mi madre cuando nos regañaba por haber roto algo. Qué recuerdos.

Golpean la puerta y una voz familiar se oye afuera. Abro daga en mano por si acaso para encontrarme al chico pelinaranja de maciel.

-¿Qué haces aquí.... Shaco? -pregunto recordando su nombre en última instancia.

En ese momento suena una voz desconocida y doy un salto apunto de lanzar una daga al lugar del que sale. Un ser esférico con la boca abierta está hablando. Ya no sé de que me sorprendo en este sitio.

-Perdonad, soy el chico de fuera. No os molestéis en hablar conmigo, esto es una grabación y el ser que la transmite se irá en cuanto acabe de hablar. Por eso os pido que no le hagáis daño por favor, por si acaso le he puesto algunas defensas. Primero de todo presentarme, a la chica daeliciana que preguntó, me llamo Enredo y soy un habitante de la ciudad como bien habéis supuesto. No os preocupéis por mi presencia en el torreón, sólo vine a comprobar como estaban las enredaderas. A las cuales les hace falta algo de agua por cierto.- <<¿Eso ha sido un reproche?>>.- Segundo, he oído casi toda vuestra discusión y quiero dejar algunos puntos claros. Lo que os dijo Tap no es mentira, aunque tampoco es toda la verdad, no podemos haceros daño ni ayudaros de ninguna forma por ley, bajo pena de muerte. Entenderéis ahora por qué nadie se atrevería a tocaros un pelo. Tampoco creo que me creáis, pero lo espero la verdad. Hace un año yo estaba donde estáis vosotros y bueno, sólo deciros que la cosa mejora después de la luna. Vendré el día que se alce para echaros un vistazo y ver si puedo seros de ayuda.- Una pausa.- Y una última cosa, no discutáis mucho, sé de primera mano lo que pasa si se hace. Cuando hayáis acabado de oír este mensaje yo ya no estaré cerca, y es posible que no volvamos a vernos hasta el día de la luna. Cuidaos.

Y tal como ha dicho la voz el ser se desvanece. En serio, ¿me queda algo por ver?

-Eso ha sido.... interesante, a falta de una palabra mejor.- les comento con los ojos bastante abiertos al resto.

La respuesta de Marsi a sus palabras dirigidas a Ozzchreanos fueron las que hicieron que se dieran cuenta de que la había cagado estrepitosamente. No era tener poco tacto sino ser estúpido sin mas, solo a el se le ocurría sacar a colación aquello de esa forma tan hiriente, principalmente porque no era algo que pensara. Si pensara seriamente que Ozzchreanos era un asesino, como Yrfy por ejemplo, no confiaría en el, pero su forma de explicarlo haciéndolo similar a lo que Tap había contado había estropeado totalmente todo.

Las pocas palabras de Ozzchreanos le confirmaron a que nivel acaba de estropear todo, haciéndole sentir fatal. "Debería ahogarme un rato tal vez así mi cerebro espabile" pensó nervioso e incomodo viendo que se marchaba. Tenía que disculparse y quería hacerlo pero no tenía idea de como sin que se ofendiera mas, sin contar que le había dicho que no se le acercara y no sabía hasta que punto iban en serio esas palabras, pues le había insultado mucho. Las disculpas se le daban de pena y siempre terminaba la cosa empeorándola en vez de mejorarla. Las palabras de Alice no le hicieron sentir mejor y tampoco esperaba hacerlo, no cuando había sido el solo el que la había fastidiado.

- Lo se y voy a disculparme, aunque seguro lo estropeo mas - añadió mirando al suelo aun sentado en el sofá- No iba con una intención de atacar ni nada, solo pretendía decir que tal vez ese poltergeist mato para salvar a un compañero. Pero igual mencionar algo pasado ha sido realmente horrible, como remover viejas cicatrices. Me siento fatal -Murmuró Dhelian sintiéndose molesto consigo mismo por haber dicho toda esas cosas al ochrorio que no tenia razón de ser, era igual que un ataque gratuito. Las palabras de la humana a su lado hicieron que la mirara y saliera de sus pensamientos donde se castigaba- Supongo que si, aunque tu no la has fastidiado tanto como yo, tienes mas probabilidades de que Ozzchreanos acepte tu disculpa y sobre Marsi. Bueno solo es un división de opiniones conjunta -añadió con pesadez decidiendo que mejor esperaría un poco antes de ir a hablar con el. Lo que había pretendido hacer se quedo paralizado cuando Surasara fue a abrir la puerta, viendo entrar a nada mas que a Shaco por esta haciéndole sonreír al verlo. Siempre que este hacía acto de presencia en un lugar, parecía venir con la felicidad por delante animando los alrededores y dado como estaba el ambiente, era como un soplo de aire fresco.

-Oh, Shaco bienvenido, hace tiempo ya -añadió sonriendo sin mucho animo a pesar de todo, tampoco es que tuviese mucho tiempo para animarse ante lo que ocurrió a continuación. Una bola con boca apareció de la nada soltando una parrafada inmensa de cosas, la situación era tan surrealista teniendo en cuenta como estaba el ambiente que no sabia si reírse o mandar al paseo a la cosa esa "Lastima que tiene protecciones, mejor no arriesgarse no vaya a ser que rebote o algo" pensó aunque de todos modos aquello le molestaba un poco. ¿Y que era eso de dárselas de metiche y meterles un criatura rara en el torreón para darles un mensaje? Irónicamente no muy diferente a los que ellos habían hecho en el faro. Cuando la bola desapareció tras sus ultimas palabras miró al resto- No se que era eso, pero se ha colado divinamente a través de las protecciones -añadió con una sonrisa forzada y disgustada aun sentado en el sofá, aquello no es que le hiciera sentirse seguro precisamente. Esperaba que Shaco animara un poco el cotarro con su presencia, era lo que necesitaban.

Cuando escuchó la puerta abriendose, se giró y se despidió de los macieleros que ya se iban alzando los pulgares, positivo con la misma sonrisa de pillo. Fue Sarapastrosa quien le abrió y el chico, con muy buenos modales la saludó energeticamente, sacudiendo su mano mientras daba saltitos.
-¡Aqui estoy, si!-admitió con una carcajada.

Una criatura con forma de orbe repitió una especie de grabación. En él, numerosas cosas confusas fueron tratadas y el aprendiz se limitó a señalizar extrañado para encogerse de hombros una vez más, en señal de despreocupación.

El siguiente con quien se topó fue Lhelian a quien el nuevo look, quizás más de "chico" le sorprendió bastante.
-¡Ahi va, Lhelian! ¿Te has cortado el pelo? El color tambien te ha cambiado... ¿Eing?-contestó algo confuso.

Pero sacudió su cabeza para concentrarse en lo que habia venido.
-¡Ah leñe, es verdad! No he dicho que hago aqui.-admitió tambien con una risilla nerviosa.

Esbozó una pose dinámica, con las piernas separadas, la barbilla bien alta y las manos en las caderas.
-¡Escuchad, Letargueros! ¡He venido a endureceros y entrenaros a base de bien para que tengais todos los bonus a la experiencia!-
Rompió la pose entonces.
-Eso y que quiero ver que tal vais, que hace bastante que no nos vemos.-rió una vez más.-Y puede que tenga un asunto pendiente con más de uno...-dijo, estirando los ojos en cómica desconfianza.

Justo cuando Sura me respondió, algo o alguien llamó desde fuera. <<¡¿Y ahora qué?!>> me pregunté mentalmente, exasperada. Por suerte, alguien vio quién era y bajaron el puente <<¡Shaco, Shaco!>> pensé, levantándome. Creo que nunca me había alegrado tanto de ver a alguien. Sinceramente, mentía, pero dada la situación...

—Qué pollas es eso...—gruñí al ver la "cosa" que empezó a... Hablarnos.

Justo dijo que llevaba protecciones cuando estaba a punto de lanzarle un hechizo de impacto para mandarlo fuera. Lo ignoré, o lo intenté, ya que había retazos de información que... <<Estoy harta ya de esto>>

—¡Vete ya, hostia, largo! Eso, desaparece, ¡maldita sea! Sí, eso, pásate por aquí cuando la Luna, a ver si nadie te arranca la cabeza de un bocado—y cuando desapareció, devolví las manos a la inútil tarea de arreglar la coleta por no romper algo—Prefiero los locos de esta ciudad a los cuerdos, sinceramente.

<<Esto qué es, el karma local? ¿Si entras en casa ajena, un pelirrojo loco enviará una cagada voladora para hablaros?>> De pie como estaba, me acerqué a la puerta a tiempo de ver a los macieleros alejarse. Shaco pudo explicarse entonces, aunque no cuadraba algo <<¿Por qué se fueron los otros? ¿Querrá quedarse? Marsi se quedó... ¡Sería estupendo! ¡Que le den al karma!>>

—Pues estamos bien... ha sido un día de locos, pero estamos bien. Shaco, Shaco, si llegas a decir "soy Shaco el Pelinaranja. Y en los albores de la tempestad vuelvo a vosotros",... Hmm no sé, habría sido épico porque es el día ideal para decirlo—dije, maldiciendo mi humor que aún estaba por los suelos—¿Cuentas pendientes? ¿Qué tramáis, bribonzuelo?—bromeé. Y no pensaba decirlo cuando se me ocurrió al ver a los macieleros pero... Le agarré por los hombros y le miré fijamente—Tus camaradas te dejaron aquí, solo e indefenso. ¿No pretenderás quedarte? Conteste, soldado.