Torreón Maciel (Archivo V)
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Jack
Dal
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Zarket
Rocavarancolia Rol
Alicia
Naeryan
Baurus
Poblo
LEC
Yber
Giniroryu
Red
Tak
Leonart
19 participantes
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Torreón Maciel (Archivo V)
06/08/13, 02:56 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El único que comentó fue el insectoide, mientras que tan solo se ganó las miradas reprobatorias de los demás. No tardó en contestar al clinger.
-Quizás no será agilidad en tu planeta, Kamen Rider. Pero en mi planeta la agilidad es lo que te permite, por ejemplo, minimizar el daño de una caida, el accionar ciertos aparatos, abrir algunos temas de conversacion o el poder cargar con más o menos peso... Eso solo en ocasiones, claro que luego está la fuerza.-meditó unos instantes.- Luego tambien, a veces, el tener agilidad, implica que puedes potenciar tu velocidad, pero solo si no sabes decir otra palabra que el nombre de tu especie... Es un concepto bastante raro...-
Tanto Lara Croft como el clon de geonosiano tuvieron una breve discusión sobre que camino tomar. Aunque le doliera, el clinger tenia razón sobre el tema, pero la propuesta de Lara Croft era ampliamente más interesante y divertida. No vaciló en aquella ocasion y tomó la inciativa, mientras todavia tenian la discusión reciente.
El joven ruso abrió el camino del grupo. Aunque el insecto alienigena habia desbaratado sus planes la otra vez, él ya sabia a donde se dirigian y el guiar al grupo no le costó mucho, sobretodo teniendo en cuenta que en cuanto se habia callado, todos habian decidido unanimemente pasar de él.
-Estupidos Heart Ratings...-dijo en voz baja, al comprobar lo bajos que estaban. La tabla se extendia en siete columnas y, más abajo de cada una, una cara simpática dibujada que representaba a cada uno de los miembros del grupo. Justo debajo de esta, habia un número. Las columnas se llenaban de corazoncitos palpitantes dependiendo de este y, en estos momentos el número en todos era cero o cercano a este.
>> ¿Por que no me quieren? Soy adorable hasta el estandar de adorabilidad mortal -3-
>> Parece que va a llevarte un tiempo el entender el porque.
Pronto logró vislumbrar, en la lejania, el que era su objetivo actual, a donde les estaba llevando. Era un lugar algo desolado y tétrico. El último piso parecia estar construido con huesos de algun animal gigantesco. Aquello le dio un escalofrío. Unos olores le llegaron a la nariz. Una mezcla de olores que no podia distinguir unos de otros, pero que no olia igual que el resto de la ciudad. Algo perplejo, se fijó en las múltiples aves que sobrevolaban el torreón.
-Hay un nido de pajarracos.-les señaló, para indicarles que la cantidad de aves que iban y venian al torreón no era normal. Un mal presentimiento se acogió dentro de él. No le gustaban los pájaros negros.
Atravesaron los muros, franquearon el portón roto y finalmente llegaron a la puerta. Por el patio, habia huesos enormes repartidos. Algo le decia que fuera lo que fuera que hubiera pasado en aquel lugar años atrás, habria merecido más de una historia buena y graciosa. Se apoyó en la puerta de la entrada, como para intentar forzarla de alguna manera, para descubrir que en verdad estaba abierta. La pesada puerta se abrio con un chirrido y les abrio al que seria su nuevo hogar durante los próximos meses.
El joven atravesó el umbral con la mandibula colgándole y una expresión de pasmo increible, al contemplar lo que contenia la primera sala. Casi sin pararse a respirar, agarró las escaleras de caracol e intentó escalar de ellas, extasiado por aquel lugar. El metal rechinó y le hizo quedarse congelado con un pie sobre la barandilla. Quizás no seria muy sabio subir las escaleras del modo divertido. Lentamente, bajó el pie y subió las escaleras, al principio con un poco de duda pero luego aceleró el paso, hasta que se convirtió en una carrera, otro juego más.
Se paseó por la segunda planta, explorándolo todo, las camas y el escritorio con la silla a toda velocidad, emocionado por descubrir aquel lugar, dejó escapar una risilla divertida. Corrió de vuelta por las escaleras y llamó a los demás por la escalera para que subieran tambien para, a continuación, volver a retomar la subida por las escaleras como un crio que iba a abrir sus regalos de navidad.
Llego al tercer piso y no pudo hacer otra cosa que dar saltitos y retozar de felicidad. Aquella parecia ser un piso dedicado a entrenamiento. Asi que dedujo que pensaban, como mínimo, darles las herramientas para entrenar. Feliz, no tardó mucho en explorar el resto de aquel piso, porque de verdad tenia ganas de subir a la cuarta y última planta.
Cuando llegó, vio lo que esperaba ver. Infinitud de pájaros negros apuntando sus pares de ojos hacia el enclenque joven, intentando analizarle para saber si era una amenaza. Dejó escapar un grito ahogado de una mezcla de sorpresa y terror para entonces retroceder sobre sus pasos.
Bajó las escaleras, positivamente más feliz de poder alejarse de aquella cuarta planta cuanto antes y avisó a todos los que encontró que no debian acercarse a la cuarta planta, para luego describirles lo que vio.
Finalmente, de nuevo en la planta baja, se giró hacia los que estaban ahí presentes.
-¡Tenemos camas y un piso de entrenamiento! ¡Y hasta puede que un remake malillo de una peli de las de Hitchcock! ¿Habeis encontrado algo interesante por aquí abajo?-
El único que comentó fue el insectoide, mientras que tan solo se ganó las miradas reprobatorias de los demás. No tardó en contestar al clinger.
-Quizás no será agilidad en tu planeta, Kamen Rider. Pero en mi planeta la agilidad es lo que te permite, por ejemplo, minimizar el daño de una caida, el accionar ciertos aparatos, abrir algunos temas de conversacion o el poder cargar con más o menos peso... Eso solo en ocasiones, claro que luego está la fuerza.-meditó unos instantes.- Luego tambien, a veces, el tener agilidad, implica que puedes potenciar tu velocidad, pero solo si no sabes decir otra palabra que el nombre de tu especie... Es un concepto bastante raro...-
Tanto Lara Croft como el clon de geonosiano tuvieron una breve discusión sobre que camino tomar. Aunque le doliera, el clinger tenia razón sobre el tema, pero la propuesta de Lara Croft era ampliamente más interesante y divertida. No vaciló en aquella ocasion y tomó la inciativa, mientras todavia tenian la discusión reciente.
El joven ruso abrió el camino del grupo. Aunque el insecto alienigena habia desbaratado sus planes la otra vez, él ya sabia a donde se dirigian y el guiar al grupo no le costó mucho, sobretodo teniendo en cuenta que en cuanto se habia callado, todos habian decidido unanimemente pasar de él.
-Estupidos Heart Ratings...-dijo en voz baja, al comprobar lo bajos que estaban. La tabla se extendia en siete columnas y, más abajo de cada una, una cara simpática dibujada que representaba a cada uno de los miembros del grupo. Justo debajo de esta, habia un número. Las columnas se llenaban de corazoncitos palpitantes dependiendo de este y, en estos momentos el número en todos era cero o cercano a este.
>> ¿Por que no me quieren? Soy adorable hasta el estandar de adorabilidad mortal -3-
>> Parece que va a llevarte un tiempo el entender el porque.
Pronto logró vislumbrar, en la lejania, el que era su objetivo actual, a donde les estaba llevando. Era un lugar algo desolado y tétrico. El último piso parecia estar construido con huesos de algun animal gigantesco. Aquello le dio un escalofrío. Unos olores le llegaron a la nariz. Una mezcla de olores que no podia distinguir unos de otros, pero que no olia igual que el resto de la ciudad. Algo perplejo, se fijó en las múltiples aves que sobrevolaban el torreón.
-Hay un nido de pajarracos.-les señaló, para indicarles que la cantidad de aves que iban y venian al torreón no era normal. Un mal presentimiento se acogió dentro de él. No le gustaban los pájaros negros.
Atravesaron los muros, franquearon el portón roto y finalmente llegaron a la puerta. Por el patio, habia huesos enormes repartidos. Algo le decia que fuera lo que fuera que hubiera pasado en aquel lugar años atrás, habria merecido más de una historia buena y graciosa. Se apoyó en la puerta de la entrada, como para intentar forzarla de alguna manera, para descubrir que en verdad estaba abierta. La pesada puerta se abrio con un chirrido y les abrio al que seria su nuevo hogar durante los próximos meses.
El joven atravesó el umbral con la mandibula colgándole y una expresión de pasmo increible, al contemplar lo que contenia la primera sala. Casi sin pararse a respirar, agarró las escaleras de caracol e intentó escalar de ellas, extasiado por aquel lugar. El metal rechinó y le hizo quedarse congelado con un pie sobre la barandilla. Quizás no seria muy sabio subir las escaleras del modo divertido. Lentamente, bajó el pie y subió las escaleras, al principio con un poco de duda pero luego aceleró el paso, hasta que se convirtió en una carrera, otro juego más.
Se paseó por la segunda planta, explorándolo todo, las camas y el escritorio con la silla a toda velocidad, emocionado por descubrir aquel lugar, dejó escapar una risilla divertida. Corrió de vuelta por las escaleras y llamó a los demás por la escalera para que subieran tambien para, a continuación, volver a retomar la subida por las escaleras como un crio que iba a abrir sus regalos de navidad.
Llego al tercer piso y no pudo hacer otra cosa que dar saltitos y retozar de felicidad. Aquella parecia ser un piso dedicado a entrenamiento. Asi que dedujo que pensaban, como mínimo, darles las herramientas para entrenar. Feliz, no tardó mucho en explorar el resto de aquel piso, porque de verdad tenia ganas de subir a la cuarta y última planta.
Cuando llegó, vio lo que esperaba ver. Infinitud de pájaros negros apuntando sus pares de ojos hacia el enclenque joven, intentando analizarle para saber si era una amenaza. Dejó escapar un grito ahogado de una mezcla de sorpresa y terror para entonces retroceder sobre sus pasos.
Bajó las escaleras, positivamente más feliz de poder alejarse de aquella cuarta planta cuanto antes y avisó a todos los que encontró que no debian acercarse a la cuarta planta, para luego describirles lo que vio.
Finalmente, de nuevo en la planta baja, se giró hacia los que estaban ahí presentes.
-¡Tenemos camas y un piso de entrenamiento! ¡Y hasta puede que un remake malillo de una peli de las de Hitchcock! ¿Habeis encontrado algo interesante por aquí abajo?-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
07/12/13, 12:45 am
No hubo más contratiempos durante la vuelta, y entraron en Maciel sin más incidentes. Allí La gente fue repartiéndose entre dormir y ayudar a curar, y el clinger pensaba decantarse por los segundo, si no fuera porque al final fue Lara quien se ocupó de ello.
Sin otra cosa mejor que hacer, Xalkoth le entregó sus armas a Cio de mala gana. No le gustaba anda el tonito que había usado, como si hubiera sido culpa suya, pero no le convenía discutir. Ir a las mazmorras no estaba en sus planes.
Desarmado y sin poder ayudar en nada, decidió salir al patio y sentarse a descansar en algún hueso. No le apetecía estar cerca de la gente.
Sin otra cosa mejor que hacer, Xalkoth le entregó sus armas a Cio de mala gana. No le gustaba anda el tonito que había usado, como si hubiera sido culpa suya, pero no le convenía discutir. Ir a las mazmorras no estaba en sus planes.
Desarmado y sin poder ayudar en nada, decidió salir al patio y sentarse a descansar en algún hueso. No le apetecía estar cerca de la gente.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
07/12/13, 02:09 am
-Gracias, Lara.- dijo Nero con una sonrisa, pasando una mano sobre su antebrazo. El resto del día los sinhadres descansaron por separado. Ri se sentía demasiado espabilada para dormir. La historia de la ciudad era tan violenta como la misma, y no servía para apartar de la mente las cosas que le habían sucedido desde que se encontraban allí. Así, acabó haciendo como de costumbre y se refugió en trabajar. Hizo una cena comunal, macerando la carne en leche para ablandarla y aquellas hojas rojas que venían en la cesta como especia. Usó esa misma leche hervida con requeson, harina y un pedazo de grasa para hacer una crema de queso. Cortó el pan que se había quedado duro en rodajas finas y las pasó por la sartén para hacer tostas con las que podría mojarse en la salsa, o bien untar caviar.
Ri dispuso la mesa todo lo presentable que pudo con los utensilios desparejados que poseía y avisó al resto por si querían tomarlo aun caliente. Sirvió dos platos y desapareció escaleras arriba.
Ri dispuso la mesa todo lo presentable que pudo con los utensilios desparejados que poseía y avisó al resto por si querían tomarlo aun caliente. Sirvió dos platos y desapareció escaleras arriba.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
07/12/13, 02:32 am
El aprendiz se contraba sacudiendose entre sueños, musitando cosas incomprensibles y manoteando el aire. Sudaba exageradamente y no fue hasta que pasaron los minutos que se despertó. Estaba sin voz, pero jadeaba. Jadeaba y se palpaba todo el cuerpo, el pecho, la cadera, la cara. Todo parecia estar en su sitio. Para cuando quiso darse cuenta, por la impresión del sueño y el mareo que estaba experimentando, le entraron unas nauseas terribles. Sabiendo que estaba aputno de devolver, se alzó de pie y corrió hacia el patio, agarrandose la boca con los ojos desorbitados. Una vez alcanzó las letrinas, se arrodilló ante el excusado, casi lanzandose sobre este y vomitó. Vomitó tanto, que, parecio que todo lo que habia comido en todas sus vidas se le estaba escapando del cuerpo en ese instante.
>> Joder, te has pasado con ese, Aluqa.
>> Si, ha sido de bastante mal gusto.
>> ¿Eh? ¿De verdad pensais que he sido yo?
>> ¿Quién sino?
>> ¿Perdona? Al que le gustan las cosas tétricas y sin sentido aparente es al payaso este.
>> Ku ku ku ku Normalmente tendrias razon en esa acusación querida sucubo-vampiro, pero esta vez te equivocas. No hay gracia en esta broma. Si no hay gracia, no hay proposito para esa broma.
>> Aun así, no he sido yo. Sabeis que a mi me gusta torturarle de otra manera, no de esta, demasiado extrema. No es para nada el lado mono que me gusta sacar del chaval y no estoy hablando precisamente de pelos extra...
>> Siempre puedo comprobarlo con mi corona de plumas de fénix...
>> Dejalo, Rey Mono. No creo que mienta. Demosle a la señorita un voto de confianza.
>> De todas formas, me pregunto ¿quien ha sido el perturbado responsable? Ku ku ku Me muero de ganas por conocerle.
-¿¡QUEREIS CALLAROS DE UNA PUTA VEZ!?-exclamó el ruso y acto seguido volvió a vomitar.
Las voces que rondaban su cabeza se callaron de subito, dejando al pelinaranja en su suplicio.
>> Joder, te has pasado con ese, Aluqa.
>> Si, ha sido de bastante mal gusto.
>> ¿Eh? ¿De verdad pensais que he sido yo?
>> ¿Quién sino?
>> ¿Perdona? Al que le gustan las cosas tétricas y sin sentido aparente es al payaso este.
>> Ku ku ku ku Normalmente tendrias razon en esa acusación querida sucubo-vampiro, pero esta vez te equivocas. No hay gracia en esta broma. Si no hay gracia, no hay proposito para esa broma.
>> Aun así, no he sido yo. Sabeis que a mi me gusta torturarle de otra manera, no de esta, demasiado extrema. No es para nada el lado mono que me gusta sacar del chaval y no estoy hablando precisamente de pelos extra...
>> Siempre puedo comprobarlo con mi corona de plumas de fénix...
>> Dejalo, Rey Mono. No creo que mienta. Demosle a la señorita un voto de confianza.
>> De todas formas, me pregunto ¿quien ha sido el perturbado responsable? Ku ku ku Me muero de ganas por conocerle.
-¿¡QUEREIS CALLAROS DE UNA PUTA VEZ!?-exclamó el ruso y acto seguido volvió a vomitar.
Las voces que rondaban su cabeza se callaron de subito, dejando al pelinaranja en su suplicio.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
07/12/13, 05:08 pm
Los días siguientes transcurrieron en una tónica apacible, principalmente porque no hubo más salidas de las necesarias. Taro improvisó un cabestrillo en el que reposar el brazo hasta que Archi hubo recuperado la totalidad de sus fuerzas, y el irrense volvió a gastarlas en arreglarle primero la fractura y después el esguince. Al carabés no se le ocurrió pensar en ningún momento que de no ser por la magia habría pasado semanas inválido: simplemente estaba acostumbrado a que las fracturas se arreglasen en escasos minutos.
Su recuperación significó que volvieron a hacer algunas salidas prudentes al edificio de enfrente para practicar con Ri, y se notaba que Shaco pasó unos días más taciturno de lo habitual. Taro no era muy parlanchín de por sí, pero en el ruso aquello sí que era raro. El carabés le preguntó una vez si le pasaba algo, y en cuanto salió de su ensimismamiento el aprendiz se deshizo en disculpas pero no le dio más que una respuesta vaga. El carabés se limitó a asentir en silencio y no volvió a insistir.
No sentía realmente que llevar un arco encima le sirviese para nada, especialmente después del episodio de la ballena, pero recordar el soberano hostión que se había llevado por culpa de los pájaros le convenció para seguir practicando tiro al blanco. La próxima vez que se subiera a aquella cofa iría ensartándolos de uno en uno.
Aquella mañana el carabés estaba solo en la cocina. Alguien se había dejado en la mesa el libro de magia, y lo hojeaba distraídamente. Era muy parecido pero a la vez muy distinto de cualquiera de sus libros de texto.
Su recuperación significó que volvieron a hacer algunas salidas prudentes al edificio de enfrente para practicar con Ri, y se notaba que Shaco pasó unos días más taciturno de lo habitual. Taro no era muy parlanchín de por sí, pero en el ruso aquello sí que era raro. El carabés le preguntó una vez si le pasaba algo, y en cuanto salió de su ensimismamiento el aprendiz se deshizo en disculpas pero no le dio más que una respuesta vaga. El carabés se limitó a asentir en silencio y no volvió a insistir.
No sentía realmente que llevar un arco encima le sirviese para nada, especialmente después del episodio de la ballena, pero recordar el soberano hostión que se había llevado por culpa de los pájaros le convenció para seguir practicando tiro al blanco. La próxima vez que se subiera a aquella cofa iría ensartándolos de uno en uno.
Aquella mañana el carabés estaba solo en la cocina. Alguien se había dejado en la mesa el libro de magia, y lo hojeaba distraídamente. Era muy parecido pero a la vez muy distinto de cualquiera de sus libros de texto.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
07/12/13, 05:47 pm
Los días siguientes pasaron de forma apacible para ambos sinhadres. Cuando Taro se curó Anriel retomó los entrenamientos con los dos chicos. Achacó la actitud de Shaco a lo sucedido en la bahia y aunque había una idea que rondaba por su cabeza desde hacía unos días, no quiso presionar y no se la mencionó. Practicaba Qin también, normalmente de noche, cuando ya no quedaban muchos compañeros para verla.
Nero y ella no cruzaron palabra en todo ese tiempo, cada uno metido en sus propios asuntos. Pelearon, en cambio, otra noche, de la que salieron con un labio roto y varias magulladuras. "Yo gano esta vez", "Discrepo."
Anriel entró en la cocina temprano por la mañana. Miró de reojo el libro de magia, pero ella no se metía en asuntos ajenos, y no quiso preguntar si había intentado algo aún o no. Saludó levemente y se puso a preparar una macedonia con la desayunar. Nero en cambio si tenía interes en los progresos de la ardilla.
- Dime, Taro, ¿no has intentado aun nada de magia aquí? - la pregunta fue hecha con despreocupación. Ante la respuesta negativa, se encogió de hombros, le robo un pedazo de fruta a su aurva, y salió de la cocina con el gesto de despedida sinhadre.- Parece algo util, confirmarlo, de todas formas.
Nero y ella no cruzaron palabra en todo ese tiempo, cada uno metido en sus propios asuntos. Pelearon, en cambio, otra noche, de la que salieron con un labio roto y varias magulladuras. "Yo gano esta vez", "Discrepo."
Anriel entró en la cocina temprano por la mañana. Miró de reojo el libro de magia, pero ella no se metía en asuntos ajenos, y no quiso preguntar si había intentado algo aún o no. Saludó levemente y se puso a preparar una macedonia con la desayunar. Nero en cambio si tenía interes en los progresos de la ardilla.
- Dime, Taro, ¿no has intentado aun nada de magia aquí? - la pregunta fue hecha con despreocupación. Ante la respuesta negativa, se encogió de hombros, le robo un pedazo de fruta a su aurva, y salió de la cocina con el gesto de despedida sinhadre.- Parece algo util, confirmarlo, de todas formas.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
07/12/13, 07:39 pm
Archime observó el puño de la ordesa parpadeando lentamente y sin comprender. Cuando Lara 37 le explicó qué se esperaba de él, el biomecánico se preguntó qué fin tenía un gesto como aquel, ya resultaba evidente que colaborarían pues era lo que acababan de acordar. No obstante, ser rascó la cabeza y finalmente realizó el movimiento que le había descrito con su puño izquierdo.
Proporcionó las debidas indicaciones a la ordesa, procesando sus pensamientos de forma algo más lenta de lo habitual, aunque no de forma que se pudiera percibir externamente. En cuanto el proceso de curación finalizó, su cuerpo le pedía insistentemente que cubriese dos necesidades básicas: alimento y sueño. Como lo segundo imposibilitaba lo primero por varias horas, haciendo un esfuerzo considerable se levantó del sillón y se dirigió a la cocina para rebuscar en las cestas. Se armó con un bollo y una barra energética carabesa y comenzó a comer lentamente sentado en una de las sillas de la cocina, haciendo esfuerzos por no ceder al sueño en las numerosas cabezadas que dio durante todo el proceso.
Inmediatamente después, se levantó y se dirigió a la planta superior teniendo que realizar varios parones mientras subía las escaleras. Se dirigió hacia el dormitorio que calcularía más vacío a lo largo de la noche, en este caso aquel donde dormían Lara 37, Ippon y Keiriarei. Lo primero que hizo fue cambiarse la ropa mojada por unos pantalones y una camiseta amplios que encontró entre los baúles llenos de prendas de vestir. No sabiendo muy bien qué hacer con sus ropas empapadas, ya que no tenía fuerzas algunas para bajar al patio y colgarlas para que secasen, decidió colocarlas sobre el baúl con intención de secarlas con un hechizo térmico al día siguiente, en cuanto recuperase su energía mágica. Fue su último pensamiento mientras se metía en la cama que había empleado en otras, escasas, ocasiones y apenas se había arropado cuando el irrense cedió completamente al sueño. Esa noche no lo verían en la cena y se acusaría la falta de su omnipresencia en el sillón del salón.
Durante los siguientes días, no obstante, el irrense pareció querer recuperar a toda costa el tiempo que había perdido esa tarde. Se ocupó de terminar de atender a los heridos, como al carabés, quien aun presentaba una dislocación en el brazo y no salió del torreón en ningún momento, aunque las únicas salidas que hubo fueron los aprovisionamientos de rigor. Al día siguiente del incidente en la bahía se había puesto nervioso al darse cuenta de que el cansancio de la noche anterior le habían impedido seguir programando tal y como dijo que haría. Por ello, estableció que dedicaría mañana y parte de la tarde a la práctica de magia y recuperaría su trabajo nocturno de programación.
El irrense dedicó aquellos días principalmente a aprender a controlarse a sí mismo levitando, ya que el último incidente le habían hecho centrarse en aquella disciplina especialmente. No obstante, descubrió que podía levitar más cosas a la vez que él mismo por lo que tenía intención de solicitar a algún compañero que le permitiese practicar levitando simultáneamente a él y a sí mismo. Dicha petición se retrasó por el momento, ya que prefirió asegurarse de que era capaz de controlarse a la perfección y de levitar a su vez objetos más livianos como cristales o libros antes de emplear a otra persona. Debido a que se había centrado en ello, apenas realizó prácticas con hechizos que todavía no había probado y se centró en estudiar más afondo los de curación y protección. Única excepción el hechizo de costura, ya que a pesar de todo sí había continuado descifrando aquel extraño idioma en ocasiones, con el que por fin reparó los desagarrones en su bata y los pantalones con los que había llegado desde Irraria.
El estudio intensivo de la levitación, no obstante, no había sido lo único que había motivado la experiencia de la bahía en el programador. No había contemplado la posibilidad hasta ese momento, pero el hecho de haber comprobado que la magia podía no servirle en todas las situaciones si sucedía que volvía a quedarse sin energía, le impulsó a buscar en la armería algo que pudiese emplear como opción en caso de emergencia. Al biomecánico no le interesaban las armas más allá de la simple curiosidad y este hecho, sumado a su completa falta de forma, hicieron que pasease por la armería con una evidente falta de ánimo y sin ser capaz de decidir qué es lo que buscaba. Hasta que vio aquel artilugio, mucho más complejo que el resto de armamento allí apilado. Una ballesta, el único arma que contaba con un mecanismo complejo de todos los que había visto y estaba bastante seguro de que, teniendo en cuenta lo primitivo de todo aquel arsenal, debía de tratarse de lo más avanzado que uno podría encontrar allí. Localizó los proyectiles de la misma y examinó su mecanismo para comprobar cual era su funcionamiento. No tardó en deducir como debía proceder para realizar un tiro e hizo una prueba tensando la cuerda. Le costó, pero dentro de un margen el irrense contaba con cierta fuerza en el brazo debido a su trabajo como biomecánico por lo que vio viable acostumbrarse a tensarla. Aun así, si utilizaba el implante sería más sencillo en términos de fuerza, pero debía acostumbrarse a emplear el brazo derecho siendo zurdo.
Se había dedicado a partir de ese momento también a tratar de manipular la ballesta. Su mecanismo no se encontraba en las mejores condiciones, por lo que el irrense la desmontó en la medida de lo posible y realizó un mantenimiento básico en sus piezas. No fue hasta uno de los últimos días que salió al patio con intención de realizar prácticas de tiro. Los monigotes que había colocado allí Shaco a lo largo de los días fue lo que empleó como blanco. O lo que sería el blanco si lograse acertar en él. Le costaba tensar la cuerda, por lo que sus tiros ni siquiera llegaban medianamente lejos. Ello, sumado a que sus prácticas nunca duraban mucho debido a que el cansancio y su poca tolerancia a este le hacían parar, no logró que llegase a acertar un solo tiro. Aunque sí hubo una mejoría apenas perceptible en el hecho de tensar la cuerda con más facilidad y precisión.
En una ocasión revisó las fotografías del cuaderno de Marsi, el cual había quedado relegado a segundo plano debido al descubrimiento de la magia y una de las primeras cosas en las que se fijó fue en que allí se hablaba de “la Tierra”. Así pues, se deducía que finalmente ese era el verdadero nombre del planeta del que procedían los humanos. Se le había cruzado por la mente, aunque no estaba muy seguro de por qué, el pensamiento de preguntarle a Shaco por sus motivos para mentir. Pero lo cierto era que el pelinaranja había estado actuado de una forma muy diferente a la habitual y Archime no tenía ni idea de qué podía significar eso y no se atrevió a acercarse a él para hablarle.
Aquella mañana, en la que Taro y Anriel se encontraban hablando en la cocina, el biomecánico se había despertado como de costumbre en el sillón y ya había desayunado antes de buscar a Cío por el torreón. Habían realizado el primer mantenimiento de los brazos unos días atrás y la tarde anterior el irrense consideró que debían retomar el proyecto del táser. Una vez localizó al otro irrense, se dirigió a él con un destornillador en la mano.
—Podríamos comenzar la modificación del transformador de tu implante —sugirió sin más.
Proporcionó las debidas indicaciones a la ordesa, procesando sus pensamientos de forma algo más lenta de lo habitual, aunque no de forma que se pudiera percibir externamente. En cuanto el proceso de curación finalizó, su cuerpo le pedía insistentemente que cubriese dos necesidades básicas: alimento y sueño. Como lo segundo imposibilitaba lo primero por varias horas, haciendo un esfuerzo considerable se levantó del sillón y se dirigió a la cocina para rebuscar en las cestas. Se armó con un bollo y una barra energética carabesa y comenzó a comer lentamente sentado en una de las sillas de la cocina, haciendo esfuerzos por no ceder al sueño en las numerosas cabezadas que dio durante todo el proceso.
Inmediatamente después, se levantó y se dirigió a la planta superior teniendo que realizar varios parones mientras subía las escaleras. Se dirigió hacia el dormitorio que calcularía más vacío a lo largo de la noche, en este caso aquel donde dormían Lara 37, Ippon y Keiriarei. Lo primero que hizo fue cambiarse la ropa mojada por unos pantalones y una camiseta amplios que encontró entre los baúles llenos de prendas de vestir. No sabiendo muy bien qué hacer con sus ropas empapadas, ya que no tenía fuerzas algunas para bajar al patio y colgarlas para que secasen, decidió colocarlas sobre el baúl con intención de secarlas con un hechizo térmico al día siguiente, en cuanto recuperase su energía mágica. Fue su último pensamiento mientras se metía en la cama que había empleado en otras, escasas, ocasiones y apenas se había arropado cuando el irrense cedió completamente al sueño. Esa noche no lo verían en la cena y se acusaría la falta de su omnipresencia en el sillón del salón.
Durante los siguientes días, no obstante, el irrense pareció querer recuperar a toda costa el tiempo que había perdido esa tarde. Se ocupó de terminar de atender a los heridos, como al carabés, quien aun presentaba una dislocación en el brazo y no salió del torreón en ningún momento, aunque las únicas salidas que hubo fueron los aprovisionamientos de rigor. Al día siguiente del incidente en la bahía se había puesto nervioso al darse cuenta de que el cansancio de la noche anterior le habían impedido seguir programando tal y como dijo que haría. Por ello, estableció que dedicaría mañana y parte de la tarde a la práctica de magia y recuperaría su trabajo nocturno de programación.
El irrense dedicó aquellos días principalmente a aprender a controlarse a sí mismo levitando, ya que el último incidente le habían hecho centrarse en aquella disciplina especialmente. No obstante, descubrió que podía levitar más cosas a la vez que él mismo por lo que tenía intención de solicitar a algún compañero que le permitiese practicar levitando simultáneamente a él y a sí mismo. Dicha petición se retrasó por el momento, ya que prefirió asegurarse de que era capaz de controlarse a la perfección y de levitar a su vez objetos más livianos como cristales o libros antes de emplear a otra persona. Debido a que se había centrado en ello, apenas realizó prácticas con hechizos que todavía no había probado y se centró en estudiar más afondo los de curación y protección. Única excepción el hechizo de costura, ya que a pesar de todo sí había continuado descifrando aquel extraño idioma en ocasiones, con el que por fin reparó los desagarrones en su bata y los pantalones con los que había llegado desde Irraria.
El estudio intensivo de la levitación, no obstante, no había sido lo único que había motivado la experiencia de la bahía en el programador. No había contemplado la posibilidad hasta ese momento, pero el hecho de haber comprobado que la magia podía no servirle en todas las situaciones si sucedía que volvía a quedarse sin energía, le impulsó a buscar en la armería algo que pudiese emplear como opción en caso de emergencia. Al biomecánico no le interesaban las armas más allá de la simple curiosidad y este hecho, sumado a su completa falta de forma, hicieron que pasease por la armería con una evidente falta de ánimo y sin ser capaz de decidir qué es lo que buscaba. Hasta que vio aquel artilugio, mucho más complejo que el resto de armamento allí apilado. Una ballesta, el único arma que contaba con un mecanismo complejo de todos los que había visto y estaba bastante seguro de que, teniendo en cuenta lo primitivo de todo aquel arsenal, debía de tratarse de lo más avanzado que uno podría encontrar allí. Localizó los proyectiles de la misma y examinó su mecanismo para comprobar cual era su funcionamiento. No tardó en deducir como debía proceder para realizar un tiro e hizo una prueba tensando la cuerda. Le costó, pero dentro de un margen el irrense contaba con cierta fuerza en el brazo debido a su trabajo como biomecánico por lo que vio viable acostumbrarse a tensarla. Aun así, si utilizaba el implante sería más sencillo en términos de fuerza, pero debía acostumbrarse a emplear el brazo derecho siendo zurdo.
Se había dedicado a partir de ese momento también a tratar de manipular la ballesta. Su mecanismo no se encontraba en las mejores condiciones, por lo que el irrense la desmontó en la medida de lo posible y realizó un mantenimiento básico en sus piezas. No fue hasta uno de los últimos días que salió al patio con intención de realizar prácticas de tiro. Los monigotes que había colocado allí Shaco a lo largo de los días fue lo que empleó como blanco. O lo que sería el blanco si lograse acertar en él. Le costaba tensar la cuerda, por lo que sus tiros ni siquiera llegaban medianamente lejos. Ello, sumado a que sus prácticas nunca duraban mucho debido a que el cansancio y su poca tolerancia a este le hacían parar, no logró que llegase a acertar un solo tiro. Aunque sí hubo una mejoría apenas perceptible en el hecho de tensar la cuerda con más facilidad y precisión.
En una ocasión revisó las fotografías del cuaderno de Marsi, el cual había quedado relegado a segundo plano debido al descubrimiento de la magia y una de las primeras cosas en las que se fijó fue en que allí se hablaba de “la Tierra”. Así pues, se deducía que finalmente ese era el verdadero nombre del planeta del que procedían los humanos. Se le había cruzado por la mente, aunque no estaba muy seguro de por qué, el pensamiento de preguntarle a Shaco por sus motivos para mentir. Pero lo cierto era que el pelinaranja había estado actuado de una forma muy diferente a la habitual y Archime no tenía ni idea de qué podía significar eso y no se atrevió a acercarse a él para hablarle.
Aquella mañana, en la que Taro y Anriel se encontraban hablando en la cocina, el biomecánico se había despertado como de costumbre en el sillón y ya había desayunado antes de buscar a Cío por el torreón. Habían realizado el primer mantenimiento de los brazos unos días atrás y la tarde anterior el irrense consideró que debían retomar el proyecto del táser. Una vez localizó al otro irrense, se dirigió a él con un destornillador en la mano.
—Podríamos comenzar la modificación del transformador de tu implante —sugirió sin más.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
07/12/13, 08:19 pm
Notó la mala gana del insecto al entregarle las armas y se encogió de hombros, señalando a Lara vagamente con la cabeza. «Así están las cosas, furry».
Lo cierto era que ni siquiera habían quitado el resto de armas del alcance de Xalkoth, y se preguntó de qué servía en realidad toda aquella pantomima mientras las dejaba en la armería junto con su alfanje. «Cualquier fulano nos puede estrangular mientras dormimos, por este camino acabamos todos armados dentro de casa». Al subir por las escaleras se quedó parado un momento tratando de recordar si realmente acababa de llamar “casa” a aquel torreón destartalado.
Hasta la hora de la cena solamente se bañó y se quedó asomado a una ventana del último piso, llegando a ver aparecer los primeros murciélagos flamígeros. No se podía quitar de la cabeza la sensación de inutilidad que arrastraba desde lo de la bahía. Si alguna vez se encontraba en peligro, probablemente no sería capaz ni de salvarse a sí mismo. Se negaba a limitarse a ser una carga sin más, pero no sabía qué más podía hacer. Por eso empezó a pensar en preguntar a Shaco por su entrenamiento físico en el patio. Él solo se había limitado a correr, pero su resistencia corriendo había mejorado ligeramente.
El problema vino cuando, desde esa noche y durante los días siguientes, el humano empezó a comportarse de manera extraña. Al principio solo se preguntaba cosas cómo «¿y a este qué virus le ha pillado?», pero con el paso de los días empezó a ponerle nervioso su ausencia intencionada, hasta que se decidió a acercarse y tratar de preguntar que hacía exactamente, sin obtener más respuesta que evasivas y una disculpa que no venía a cuento. Sin saber cómo tratar con Shaco, intentó dedicarse a otras cosas. El patio empezaba a ser cada vez más tiempo un gimnasio improvisado. Taro practicaba con su arco y, unos pocos días después, Archi empezó a utilizar una ballesta. Por aburrimiento trató de unirse al principio, haciéndole alguna pregunta al carabés sobre la postura más adecuada para tirar. Pronto descubrió que la puntería no era lo suyo, aunque no le faltase fuerza para tensar el arco. Lo que más le molestaba era el viento, al que le costaba adelantarse para que no desviase los proyectiles.
Cuando pasó una semana ya había abandonado completamente las armas a distancia, determinando que no eran lo suyo o, mejor dicho, prefería no tener que esforzarse tanto en algo que le costaba el doble. Shaco empezaba a dar señales de dejar de lado aquella actitud inexplicable y planeaba sacar el tema de los entrenamientos en cuanto fuese posible. Mal que le pesase, tenía más confianza con el humano, que parecía pelear más a lo loco que, por ejemplo, Ri, a quien pudo ver peleando una noche que se acostó bastante tarde.
Por otro lado Archi había estado muy ocupado en los últimos días, aprendiendo sobre todo levitación –algo que conseguía miradas de disimulada envidia de Cío–, y este tenía en mente preguntarle si había pensado de nuevo en lo de su brazo, pero acabó dejándolo estar. A fin de cuentas, de él y de su magia dependían, no tenía tiempo para aquello. Para lo que sí le gustaría que tuviese tiempo era para echarle un vistazo en el brazo izquierdo, pues desde el día de los picotazos tenía la impresión de tener un pequeño desajuste en la precisión de sus movimientos. Terminaron haciendo el mantenimiento tan pronto lo mencionó por primera vez, ya que realmente sí les tocaba. Llevaban un mes en la ciudad, por increíble que pareciese. Cío ya no sabía si parecía llevar allí una eternidad o había llegado hacía pocos días, pero seguía con la sensación de desencanto intacta desde el primer momento.
Aquella mañana había desayunado y estaba sopesando tomar un baño. Pero se negaba a sufrir otro más en agua helada. Había cedido de nuevo el día en que todos estaban sin recursos mágicos, pero aquella circunstancia ya había prescrito y no sabía a quién pedirle que le calentase el agua. Si hacía falta cedería energía él mismo. Archi lo encontró en su habitación, con una toalla estrujada entre los dedos, y recibió una mirada de curiosa en cuanto abrió la boca.
—Hombre, cuando quieras. —Por el tono que había usado, parecía satisfecho. Soltó la toalla sobre su cama y se dispuso a seguir al biomecánico a donde lo guiase.
Lo cierto era que ni siquiera habían quitado el resto de armas del alcance de Xalkoth, y se preguntó de qué servía en realidad toda aquella pantomima mientras las dejaba en la armería junto con su alfanje. «Cualquier fulano nos puede estrangular mientras dormimos, por este camino acabamos todos armados dentro de casa». Al subir por las escaleras se quedó parado un momento tratando de recordar si realmente acababa de llamar “casa” a aquel torreón destartalado.
Hasta la hora de la cena solamente se bañó y se quedó asomado a una ventana del último piso, llegando a ver aparecer los primeros murciélagos flamígeros. No se podía quitar de la cabeza la sensación de inutilidad que arrastraba desde lo de la bahía. Si alguna vez se encontraba en peligro, probablemente no sería capaz ni de salvarse a sí mismo. Se negaba a limitarse a ser una carga sin más, pero no sabía qué más podía hacer. Por eso empezó a pensar en preguntar a Shaco por su entrenamiento físico en el patio. Él solo se había limitado a correr, pero su resistencia corriendo había mejorado ligeramente.
El problema vino cuando, desde esa noche y durante los días siguientes, el humano empezó a comportarse de manera extraña. Al principio solo se preguntaba cosas cómo «¿y a este qué virus le ha pillado?», pero con el paso de los días empezó a ponerle nervioso su ausencia intencionada, hasta que se decidió a acercarse y tratar de preguntar que hacía exactamente, sin obtener más respuesta que evasivas y una disculpa que no venía a cuento. Sin saber cómo tratar con Shaco, intentó dedicarse a otras cosas. El patio empezaba a ser cada vez más tiempo un gimnasio improvisado. Taro practicaba con su arco y, unos pocos días después, Archi empezó a utilizar una ballesta. Por aburrimiento trató de unirse al principio, haciéndole alguna pregunta al carabés sobre la postura más adecuada para tirar. Pronto descubrió que la puntería no era lo suyo, aunque no le faltase fuerza para tensar el arco. Lo que más le molestaba era el viento, al que le costaba adelantarse para que no desviase los proyectiles.
Cuando pasó una semana ya había abandonado completamente las armas a distancia, determinando que no eran lo suyo o, mejor dicho, prefería no tener que esforzarse tanto en algo que le costaba el doble. Shaco empezaba a dar señales de dejar de lado aquella actitud inexplicable y planeaba sacar el tema de los entrenamientos en cuanto fuese posible. Mal que le pesase, tenía más confianza con el humano, que parecía pelear más a lo loco que, por ejemplo, Ri, a quien pudo ver peleando una noche que se acostó bastante tarde.
Por otro lado Archi había estado muy ocupado en los últimos días, aprendiendo sobre todo levitación –algo que conseguía miradas de disimulada envidia de Cío–, y este tenía en mente preguntarle si había pensado de nuevo en lo de su brazo, pero acabó dejándolo estar. A fin de cuentas, de él y de su magia dependían, no tenía tiempo para aquello. Para lo que sí le gustaría que tuviese tiempo era para echarle un vistazo en el brazo izquierdo, pues desde el día de los picotazos tenía la impresión de tener un pequeño desajuste en la precisión de sus movimientos. Terminaron haciendo el mantenimiento tan pronto lo mencionó por primera vez, ya que realmente sí les tocaba. Llevaban un mes en la ciudad, por increíble que pareciese. Cío ya no sabía si parecía llevar allí una eternidad o había llegado hacía pocos días, pero seguía con la sensación de desencanto intacta desde el primer momento.
Aquella mañana había desayunado y estaba sopesando tomar un baño. Pero se negaba a sufrir otro más en agua helada. Había cedido de nuevo el día en que todos estaban sin recursos mágicos, pero aquella circunstancia ya había prescrito y no sabía a quién pedirle que le calentase el agua. Si hacía falta cedería energía él mismo. Archi lo encontró en su habitación, con una toalla estrujada entre los dedos, y recibió una mirada de curiosa en cuanto abrió la boca.
—Hombre, cuando quieras. —Por el tono que había usado, parecía satisfecho. Soltó la toalla sobre su cama y se dispuso a seguir al biomecánico a donde lo guiase.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
07/12/13, 11:44 pm
Lara no duró tampoco mucho tiempo despierta. Tras descansar un rato y dejar que la jaqueca se asentara, siguió las instrucciones que le había dado Marsi el día anterior y se hizo unos insectos rebozados del palo, adornó un plato con su ración de lo que había hecho Ri y se fue a dormir en cuanto cenó. Por desgracia, los niños no tenían nada que ver con la ordesa y su cansancio y acabaron berreando en mitad de la noche, tal y como siempre hacían.
Los siguientes días, seguía mirando recelosa a Xalkoth y evitó hacer cualquier tipo de salida. Poco a poco percibía que el bicho intentaba rehacer su hueco original en el torreón y Lara cada vez desconfiaba menos, pero el recuerdo de la puñalada seguía ahí como una espinilla molesta. De ahí que Lara apenas despegara la cesta de sus niños de ella, cuando no los llevaba en el marsupio. En cuanto al libro, se convirtió en algo así como una mascota adoptiva, Lara lo dejaba libre por la habitación de vez en cuando y le daba su dosis de mimos diaria. Había decidido llamarlo Milo y, como no podía ser de otra manera, Lara no lo había llegado a abrir todavía. Le asustaba que al pobre animalibrillo le incomodara que le vieran el interior.
Todas las mañanas, Lara se había impuesto una rutina: nada más se levantaba, hacía unos cuantos estiramientos aburridos en el patio, se tomaba un desayuno consistente (igual de aburrido en cuanto a ingredientes) y dedicaba el resto del tiempo hasta la hora de comer a tapiar el marco que daba al nido de los pájaros. Por la tarde, dedicó su atención al libro de hechizos, centrándose únicamente en tres hechizos: el de protección contra rotura, para encantar su propia ropa y su tocado con el molinillo; el de impacto, el cual necesitó para arreglar algún que otro fallo en la tapia, y el de amplificación sensorial, por si alguna vez lo necesitaba para escuchar si sus niños lloraban estando lejos.
Lara no había pasado por alto el comportamiento extraño de Shaco y había tratado de hablar con él, pero no consiguió sacar nada en claro. Parecía perturbado por el ataque de la calallena (nombre que Lara había adjucicado al calamar-ballena) y las gaviotas asesinas y Lara no se sentía nadie para juzgarle por ello. Ella todavía no era capaz de ver a Xalk con los mejores ojos.
A los pocos días había conseguido tapar del todo el agujero y, aunque la masa desordenada de hueso y madera podía resultar altamente grotesca, Lara se sentía orgullosa con su trabajo. Con el tiempo que le sobró, dedicó una mañana entera a prepararse el cosplay de batalla definitivo. Por desgracia, la mayoría de las piezas de armadura que había allí eran feas y le estaban grandes, pero Lara consiguió rescatar cuatro brazaletes de cuero (dos los utilizaría de espinilleras, dejando un par con placas de hierro para los antebrazos) y una cota de malla que le estaba tan grande que parecía un vestido para fiestas de castillo. Lara había utilizado el hechizo de ruptura con las piezas más frágiles.
...
Había pasado un mes más y Lara no se sentía mejor. Vivía porque la obligaban, pero no había día en que la ordesa no viera el atractivo del filo de los cuchillos de la cocina, las piezas de la armería o la caída del propio foso. Sus compañeros debían pensar que estaba loca o que algo iba mal en ella y no los podía culpar. Lara se sentía suicida y vagaba deprimida por los pasillos del torreón. El simple hecho de ver su marsupio vacío le producía un dolor indescriptible y le arrancaba las peores lágrimas, hasta el punto que había barajado cortárselo y dejar que alguno de sus compañeros le curara la herida. Sin embargo, la valentía de Lara jamás llegaba al punto de la automutilación.
Esa mañana se levantó sin ningún tipo de mejora anímica. Se quedó un rato en la cama dirigiendo una mirada a las paredes pintadas. A pesar de lo mal que se sentía por haberlo perdido todo, el regalo que les había hecho Ippon en esa habitación siempre le arrancaba una sonrisa tímida. Era una sensación agradable y podía funcionar como placebo. Era egoísta, pero a veces sentía que Ippon funcionaba para ella como un hijo de repuesto por los cinco que había perdido.
No vio la cesta con los niños hasta que no puso los pies en el suelo dispuesta a afrontar otro día más. Y no se movió, ni se lanzó a ellos ni nada por el estilo. Lara se había quedado de piedra, totalmente confusa. Tardó varios segundos en discurrir y en darse cuenta de que todo lo que había ocurrido había sido un sueño.
Lara se abrazó la cesta como si no hubiera mañana y no tardó en repartir besos a sus niños. Los recogió uno por uno y les limpio los pañales, y no se podía sentir más feliz que en ese momento, por mucha mierda que hubiera de por medio. Lara les dedicó una amplia sonrisa y los fue guardando a todos con la mayor delicadeza posible en su marsupio. Se sentó la cama y los abrazó mientras seguía diciéndose a sí misma que todo era un sueño, hasta que acabó llorando de forma ruidosa. Los sentimientos de angustia y de ansiedad habían sido tan reales que todavía podía sentirlos a pesar de haber despertado. Sería un sueño, pero había vivido tanto…
Los siguientes días, seguía mirando recelosa a Xalkoth y evitó hacer cualquier tipo de salida. Poco a poco percibía que el bicho intentaba rehacer su hueco original en el torreón y Lara cada vez desconfiaba menos, pero el recuerdo de la puñalada seguía ahí como una espinilla molesta. De ahí que Lara apenas despegara la cesta de sus niños de ella, cuando no los llevaba en el marsupio. En cuanto al libro, se convirtió en algo así como una mascota adoptiva, Lara lo dejaba libre por la habitación de vez en cuando y le daba su dosis de mimos diaria. Había decidido llamarlo Milo y, como no podía ser de otra manera, Lara no lo había llegado a abrir todavía. Le asustaba que al pobre animalibrillo le incomodara que le vieran el interior.
Todas las mañanas, Lara se había impuesto una rutina: nada más se levantaba, hacía unos cuantos estiramientos aburridos en el patio, se tomaba un desayuno consistente (igual de aburrido en cuanto a ingredientes) y dedicaba el resto del tiempo hasta la hora de comer a tapiar el marco que daba al nido de los pájaros. Por la tarde, dedicó su atención al libro de hechizos, centrándose únicamente en tres hechizos: el de protección contra rotura, para encantar su propia ropa y su tocado con el molinillo; el de impacto, el cual necesitó para arreglar algún que otro fallo en la tapia, y el de amplificación sensorial, por si alguna vez lo necesitaba para escuchar si sus niños lloraban estando lejos.
Lara no había pasado por alto el comportamiento extraño de Shaco y había tratado de hablar con él, pero no consiguió sacar nada en claro. Parecía perturbado por el ataque de la calallena (nombre que Lara había adjucicado al calamar-ballena) y las gaviotas asesinas y Lara no se sentía nadie para juzgarle por ello. Ella todavía no era capaz de ver a Xalk con los mejores ojos.
A los pocos días había conseguido tapar del todo el agujero y, aunque la masa desordenada de hueso y madera podía resultar altamente grotesca, Lara se sentía orgullosa con su trabajo. Con el tiempo que le sobró, dedicó una mañana entera a prepararse el cosplay de batalla definitivo. Por desgracia, la mayoría de las piezas de armadura que había allí eran feas y le estaban grandes, pero Lara consiguió rescatar cuatro brazaletes de cuero (dos los utilizaría de espinilleras, dejando un par con placas de hierro para los antebrazos) y una cota de malla que le estaba tan grande que parecía un vestido para fiestas de castillo. Lara había utilizado el hechizo de ruptura con las piezas más frágiles.
...
Había pasado un mes más y Lara no se sentía mejor. Vivía porque la obligaban, pero no había día en que la ordesa no viera el atractivo del filo de los cuchillos de la cocina, las piezas de la armería o la caída del propio foso. Sus compañeros debían pensar que estaba loca o que algo iba mal en ella y no los podía culpar. Lara se sentía suicida y vagaba deprimida por los pasillos del torreón. El simple hecho de ver su marsupio vacío le producía un dolor indescriptible y le arrancaba las peores lágrimas, hasta el punto que había barajado cortárselo y dejar que alguno de sus compañeros le curara la herida. Sin embargo, la valentía de Lara jamás llegaba al punto de la automutilación.
Esa mañana se levantó sin ningún tipo de mejora anímica. Se quedó un rato en la cama dirigiendo una mirada a las paredes pintadas. A pesar de lo mal que se sentía por haberlo perdido todo, el regalo que les había hecho Ippon en esa habitación siempre le arrancaba una sonrisa tímida. Era una sensación agradable y podía funcionar como placebo. Era egoísta, pero a veces sentía que Ippon funcionaba para ella como un hijo de repuesto por los cinco que había perdido.
No vio la cesta con los niños hasta que no puso los pies en el suelo dispuesta a afrontar otro día más. Y no se movió, ni se lanzó a ellos ni nada por el estilo. Lara se había quedado de piedra, totalmente confusa. Tardó varios segundos en discurrir y en darse cuenta de que todo lo que había ocurrido había sido un sueño.
Lara se abrazó la cesta como si no hubiera mañana y no tardó en repartir besos a sus niños. Los recogió uno por uno y les limpio los pañales, y no se podía sentir más feliz que en ese momento, por mucha mierda que hubiera de por medio. Lara les dedicó una amplia sonrisa y los fue guardando a todos con la mayor delicadeza posible en su marsupio. Se sentó la cama y los abrazó mientras seguía diciéndose a sí misma que todo era un sueño, hasta que acabó llorando de forma ruidosa. Los sentimientos de angustia y de ansiedad habían sido tan reales que todavía podía sentirlos a pesar de haber despertado. Sería un sueño, pero había vivido tanto…
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
08/12/13, 12:04 am
Archime asintió y echó a andar hacia el estudio seguido por el otro irrense. No obstante, no llegaron muy lejos, porque nada más poner un pie fuera de la habitación pudieron escuchar con claridad el sonido de un llanto. El biomecánico detuvo sus pasos y concluyó que dichos sollozos pertenecían sin ninguna duda a Lara 37, por lo que se giró hacía Cío para mirarle como preguntando qué debían hacer. El otro irrense, no obstante, no se había hecho esperar y ya se dirigía hacia el otro dormitorio, por lo que el ingeniero lo siguió de cerca.
Ya había presenciado el llanto de la ordesa en otra ocasión y se había sentido tan perdido como en aquel momento. La ordesa no parecía herida ni nada por el estilo, por lo que desconocía cual habría podido ser la causa de sus lágrimas. Se rascó la cabeza mientras desviaba la mirada hacia el suelo sin saber qué se suponía que tenía que hacer. Aun así, quizás había pasado por alto algún detalle que desconociese y que fuese la causa del pesar de la ordesa.
—¿Ha ocurrido algo, Lara 37?
Ya había presenciado el llanto de la ordesa en otra ocasión y se había sentido tan perdido como en aquel momento. La ordesa no parecía herida ni nada por el estilo, por lo que desconocía cual habría podido ser la causa de sus lágrimas. Se rascó la cabeza mientras desviaba la mirada hacia el suelo sin saber qué se suponía que tenía que hacer. Aun así, quizás había pasado por alto algún detalle que desconociese y que fuese la causa del pesar de la ordesa.
—¿Ha ocurrido algo, Lara 37?
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
08/12/13, 12:20 am
Al salir del cuarto empezaron a escucharse unos sollozos ruidosos venir de la otra habitación. Archi se paró en seco al igual que él, pero le adelantó y empujó la puerta del otro cuarto, preocupado por lo que pudiera estar pasando al otro lado. Lara se sentaba en su cama, abrazada a su marsupio, y eso lo confundió. «¿Le ha pasado algo a ella o los críos o se ha derrumbado?». Escuchó la pregunta de Archi pero al verlo parado avanzó aún más, acuclillándose ante la ordesa. La miró un momento, con una seriedad en la que se filtraba la preocupación.
—¿Está todo bien? —preguntó tocándole levemente el brazo y después agarrándolo con suavidad y apretándolo para darle ánimo. Tardó muy poco en sentirse ridículo y retirar la mano, pero cuando lo hacía su madre solía funcionar bastante bien.
—¿Está todo bien? —preguntó tocándole levemente el brazo y después agarrándolo con suavidad y apretándolo para darle ánimo. Tardó muy poco en sentirse ridículo y retirar la mano, pero cuando lo hacía su madre solía funcionar bastante bien.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
08/12/13, 04:36 pm
Los primeros dias tras aquel incidente, pasaron muy despacio para el aprendiz. Normalmente se pasaba gran parte del dia meditando y en ayunas, sin apenas moverse de un ricón en el patio. Aguantando las inclemencias del clima, el hambre y el cansancio, aguantó hasta el tercer dia sin ingerir nada ni ir al baño. Al tercer dia, se empachó con todo tipo de comida, estuvo en el baño casi una hora y, a continuación durmió hasta entrada la noche.
Todo este tiempo meditando, habia estado rondando el significado de aquel... sueño, si es que se podia referirse a él como tal y no como pesadilla. Buscó y buscó sentido. Hasta ahora, todos los sueños que se le habian presentado le habian devuelto una pizca de información que yacia en su durmiente memoria, pero aquella pesadilla... Aquella pesadilla tan solo le habia hecho vomitar durante horas y alejarse notablemente de sus compañeros de torreon que, preocupados, solian sacarle de sus meditaciones. Inseguro y temeroso, se disculpaba en demasia y, hablando en evasivas, lograba que finalmente volviesen a dejarle solo en sus meditaciones. Y asi siguio gran parte del tiempo, meditando sobre la respuesta de aquel sueño. Ninguna de las voces que habitaban su mente se atribuia la autoria del tormento, ni siquiera las más siniestras y aquello frustraba al aprendiz de gran manera. Si la respuesta no residia en la memoria de este ¿Cual seria su propósito? ¿Que destino le habia hecho soñar con aquel horror?
La única conclusión que logró alcanzar y, fue la definitiva, ocurrió de pronto mientras meditaba en lo alto de su bõ, dejándo que la brisa le acariciase la cara suavemente. De un salto, se puso al suelo y recogió su bastón. Ya habia meditado lo suficiente y comenzaba a notar como su cuerpo se habia entumecido de apenas moverse en todo el tiempo.
>> He ofendido a alguien en una de mis anteriores vidas. Si la respuesta no se halla en mis memorias, está claramente en las de otra vida.
.
.
.
Y mi apuesta es que probablemente sea una chica peligrosa. No, una chica no. Una mujer. No se puede calificar de "chica" a alguien que hace el daño. Ha buscado vengarse de mi, no se como la he podido agraviar. ¿Porque eligio esta vida en particular para tomar su venganza? Eso aún no lo se... Es frustrante...
>> Quizás no sea un motivo tan particular. Quizás no seas tú el causante. Quizás simplemente sea una mujer que tenga un problema con lo que tu representas.
>> ¿Un heroe?
>> Un hombre.
>> Bueno pues eso no tiene sentido... Yo nunca he hecho nada para ofender a alguna mujer... Apenas he empezado a hablar con alguna chica hasta recientemente...
>> O eso es lo que crees recordar.
Sea como fuere, su mente estaba muy cansada de reflexionar y su cuerpo demasiado entumecido. Sin pensar en nada, se puso a entrenar, como solia haber hecho en su anterior rutina, tanto física como en magia.
Todo este tiempo meditando, habia estado rondando el significado de aquel... sueño, si es que se podia referirse a él como tal y no como pesadilla. Buscó y buscó sentido. Hasta ahora, todos los sueños que se le habian presentado le habian devuelto una pizca de información que yacia en su durmiente memoria, pero aquella pesadilla... Aquella pesadilla tan solo le habia hecho vomitar durante horas y alejarse notablemente de sus compañeros de torreon que, preocupados, solian sacarle de sus meditaciones. Inseguro y temeroso, se disculpaba en demasia y, hablando en evasivas, lograba que finalmente volviesen a dejarle solo en sus meditaciones. Y asi siguio gran parte del tiempo, meditando sobre la respuesta de aquel sueño. Ninguna de las voces que habitaban su mente se atribuia la autoria del tormento, ni siquiera las más siniestras y aquello frustraba al aprendiz de gran manera. Si la respuesta no residia en la memoria de este ¿Cual seria su propósito? ¿Que destino le habia hecho soñar con aquel horror?
La única conclusión que logró alcanzar y, fue la definitiva, ocurrió de pronto mientras meditaba en lo alto de su bõ, dejándo que la brisa le acariciase la cara suavemente. De un salto, se puso al suelo y recogió su bastón. Ya habia meditado lo suficiente y comenzaba a notar como su cuerpo se habia entumecido de apenas moverse en todo el tiempo.
>> He ofendido a alguien en una de mis anteriores vidas. Si la respuesta no se halla en mis memorias, está claramente en las de otra vida.
.
.
.
Y mi apuesta es que probablemente sea una chica peligrosa. No, una chica no. Una mujer. No se puede calificar de "chica" a alguien que hace el daño. Ha buscado vengarse de mi, no se como la he podido agraviar. ¿Porque eligio esta vida en particular para tomar su venganza? Eso aún no lo se... Es frustrante...
>> Quizás no sea un motivo tan particular. Quizás no seas tú el causante. Quizás simplemente sea una mujer que tenga un problema con lo que tu representas.
>> ¿Un heroe?
>> Un hombre.
>> Bueno pues eso no tiene sentido... Yo nunca he hecho nada para ofender a alguna mujer... Apenas he empezado a hablar con alguna chica hasta recientemente...
>> O eso es lo que crees recordar.
Sea como fuere, su mente estaba muy cansada de reflexionar y su cuerpo demasiado entumecido. Sin pensar en nada, se puso a entrenar, como solia haber hecho en su anterior rutina, tanto física como en magia.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
09/12/13, 12:58 am
Cuando vio entrar por la puerta a los irrenses, Lara trató de contener el llanto con éxito relativo. Agradeció el esfuerzo de ambos por ver que le pasaba y esbozó una sonrisa para que se tranquilizaban mientras recuperaba el aire. Cio consiguió reconfortarla mucho mejor que Archi, pero Lara era consciente de que el mago irrense era un principiante en cuanto a inteligencia emocional y no se lo tuvo en cuenta.
—No... Nada, estoy bien... Es solo que tuve una pesadilla que no le deseo a nadie y al despertarme nisiquiera era consciente de que se había pasado... Salía la arpía de dama Aroma robándome a mis niños y moríamos todos, muchas veces. Al final se los llevó a todos y...—Lara dejó de hablar para evitar ponerse a llorar de nuevo. Se sorbió los mocos y se levantó de la cama. En cuanto plantó los pies en el suelo, le dio un abrazo a Cío y otro a Archi, con cuidado siempre de no apretar por la zona del marsupio—. Gracias, chicos, y perdonad si os asusté o algo...—Se quedó unos instantes frotánose el brazo, sin saber muy bien qué más decirles.
—No... Nada, estoy bien... Es solo que tuve una pesadilla que no le deseo a nadie y al despertarme nisiquiera era consciente de que se había pasado... Salía la arpía de dama Aroma robándome a mis niños y moríamos todos, muchas veces. Al final se los llevó a todos y...—Lara dejó de hablar para evitar ponerse a llorar de nuevo. Se sorbió los mocos y se levantó de la cama. En cuanto plantó los pies en el suelo, le dio un abrazo a Cío y otro a Archi, con cuidado siempre de no apretar por la zona del marsupio—. Gracias, chicos, y perdonad si os asusté o algo...—Se quedó unos instantes frotánose el brazo, sin saber muy bien qué más decirles.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
09/12/13, 01:25 am
La explicación de Lara no sonaba a algo agradable, pero tampoco parecía un motivo para ponerse así. No sabía si la ordesa tenía costumbre de afectarse tanto por los sueños, pero al mencionar la pesadilla recordó aquella tan vívida que había tenido días atrás. Si bien no había punto de comparación, de no ser por aquel sueño probablemente habría tomado como imposible echarse a llorar por algo como eso. Aunque no lo entendiese del todo, se calló cualquier comentario para no meter la pata.
Al hacer Lara ademán de levantarse él también iba a ponerse en pie, pero terminó recibiendo un abrazo que le hizo abrir mucho los ojos durante un segundo, sorprendido y desconcertado. Se quedó quieto hasta que la ordesa pasó a su siguiente víctima y entonces se puso en pie, volviéndose hacia los otros dos y viendo que el pequeño Ippon se había despertado con el alboroto. El abrazo lo había cogido por sorpresa y se sentía un poco extraño. La ordesa era demasiado bajita para tener algún parecido con su madre, pero aquel gesto le había recordado a ella, le hizo sentirse un niño chico por un momento.
—Pensamos que había pasado algo, sí, pero no hace falta disculparse. Debió de ser muy desagradable. —Se encogió de hombros, sin saber qué más decir, y miró a Archi. Probablemente ahora sobraban allí, pues Lara ya no estaba sola—. ¿Vamos?
Al hacer Lara ademán de levantarse él también iba a ponerse en pie, pero terminó recibiendo un abrazo que le hizo abrir mucho los ojos durante un segundo, sorprendido y desconcertado. Se quedó quieto hasta que la ordesa pasó a su siguiente víctima y entonces se puso en pie, volviéndose hacia los otros dos y viendo que el pequeño Ippon se había despertado con el alboroto. El abrazo lo había cogido por sorpresa y se sentía un poco extraño. La ordesa era demasiado bajita para tener algún parecido con su madre, pero aquel gesto le había recordado a ella, le hizo sentirse un niño chico por un momento.
—Pensamos que había pasado algo, sí, pero no hace falta disculparse. Debió de ser muy desagradable. —Se encogió de hombros, sin saber qué más decir, y miró a Archi. Probablemente ahora sobraban allí, pues Lara ya no estaba sola—. ¿Vamos?
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
09/12/13, 01:51 am
Si Cío malamente comprendía como un sueño podría haberla afectado tanto, Archime se quedó completamente desconcertado con aquella noción. La lógica le decía que, aunque era cierto que existían sueños angustiosos o que inducían miedo en la gente, una vez se despertaba ya se había acabado. No era posible confundirlo con la realidad a partir de ese punto, y por tanto no lograba comprender el estado de Lara 37. Sumido en dichas cavilaciones, aunque probablemente el resultado habría sido el mismo sin dicha circunstancia, el biomecánico se mantuvo completamente en silencio mientras la ordesa y el otro irrense hablaban.
El abrazo de Lara 37 volvió a producirle la misma incomodidad de siempre y permaneció igual de rígido que cuando había realizado la misma acción en la azotea de Letargo en aquella ocasión. Se mantuvo en tensión hasta que la ordesa lo soltó y se subió el puente de las gafas con nerviosismo para después retorcerse las manos hasta que Cío volvió a hablarle. Asintió una vez más y salió del cuarto en dirección, ahora sin interrupciones, al estudio.
Una vez allí le indicó que colocase el brazo sobre la mesa y tan pronto lo hizo, el biomecánico comenzó a desatornillar la parte que le permitiría acceder al transformador. Cambió de destornillador para abrir el dispositivo y comenzó a examinarlo, repasando mentalmente lo qué debía hacer para el propósito que buscaban. Enseguida lo conectó a su implante y comenzó a reprogramarlo en su ordenador para que pudiera emplearlo el táser una vez hubiesen conseguido el cableado necesario. Continuaba tecleando en silencio, mientras en su cabeza ya pensaba en cómo conseguir los cables. Había pensado en pedirle el brazalete a Ippon, pero un tiempo después había descartado la idea puesto que consideró que los cables de dicho aparato serían insuficientes para lo que querían.
El abrazo de Lara 37 volvió a producirle la misma incomodidad de siempre y permaneció igual de rígido que cuando había realizado la misma acción en la azotea de Letargo en aquella ocasión. Se mantuvo en tensión hasta que la ordesa lo soltó y se subió el puente de las gafas con nerviosismo para después retorcerse las manos hasta que Cío volvió a hablarle. Asintió una vez más y salió del cuarto en dirección, ahora sin interrupciones, al estudio.
Una vez allí le indicó que colocase el brazo sobre la mesa y tan pronto lo hizo, el biomecánico comenzó a desatornillar la parte que le permitiría acceder al transformador. Cambió de destornillador para abrir el dispositivo y comenzó a examinarlo, repasando mentalmente lo qué debía hacer para el propósito que buscaban. Enseguida lo conectó a su implante y comenzó a reprogramarlo en su ordenador para que pudiera emplearlo el táser una vez hubiesen conseguido el cableado necesario. Continuaba tecleando en silencio, mientras en su cabeza ya pensaba en cómo conseguir los cables. Había pensado en pedirle el brazalete a Ippon, pero un tiempo después había descartado la idea puesto que consideró que los cables de dicho aparato serían insuficientes para lo que querían.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
09/12/13, 02:13 am
Abandonaron la habitación enseguida. A Cío le hizo gracia notar la tensión de Archi cuando la ordesa deshizo el abrazo, obviando su propia torpeza, y cuando dejaron el cuarto casi soltó una risa entre dientes. Era fácil sacar punta al comportamiento de Archi dejando de lado el suyo propio.
—Los dos de Ío y qué diferencia —comentó con una media sonrisa, señalando con un gesto de cabeza a la habitación que dejaban atrás.
Llegaron al estudio y se sentó dónde y cómo le indicaron, todavía pensando en sueños y pesadillas. Al cabo de un rato, sin embargo, empezó a aburrirse. Archi estaba completamente absorto en lo que hacía, quizá hasta se lo estaba pasando bien, pero Cío echaba en falta la conversación que le daba su amigo Ippon mientras modificaba las piezas. «¿Y cómo se le sacan a este dos palabras seguidas sobre algo no técnico?» pensó «bueno, creo que me arriesgaré».
—Tú no eras un aprendiz, ¿verdad? Tienes más maña que muchos mecánicos mayores que yo que he conocido.
No tenía claro si recordaba mal la edad que había visto brevemente cuando intercambiaron datos, pero sí sabía que no debería estar trabajando todavía en su profesión, le sonaba haberlo pensado en aquel momento.
—Los dos de Ío y qué diferencia —comentó con una media sonrisa, señalando con un gesto de cabeza a la habitación que dejaban atrás.
Llegaron al estudio y se sentó dónde y cómo le indicaron, todavía pensando en sueños y pesadillas. Al cabo de un rato, sin embargo, empezó a aburrirse. Archi estaba completamente absorto en lo que hacía, quizá hasta se lo estaba pasando bien, pero Cío echaba en falta la conversación que le daba su amigo Ippon mientras modificaba las piezas. «¿Y cómo se le sacan a este dos palabras seguidas sobre algo no técnico?» pensó «bueno, creo que me arriesgaré».
—Tú no eras un aprendiz, ¿verdad? Tienes más maña que muchos mecánicos mayores que yo que he conocido.
No tenía claro si recordaba mal la edad que había visto brevemente cuando intercambiaron datos, pero sí sabía que no debería estar trabajando todavía en su profesión, le sonaba haberlo pensado en aquel momento.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
09/12/13, 02:23 am
Sus cavilaciones se interrumpieron cuando el otro irrense habló. Alzó un instante la vista mientras le hablaba para volver a desviarla hacia la pantalla inmediatamente. Archime había trabajado reparando implantes de otra gente en varias ocasiones, pero la mayoría de la gente ya había comprendido que no había mucha conversación que sacar del biomecánico y por lo general ya nadie intentaba hablarle en su taller de Ío. También estaban aquellos que le contaban su vida durante minutos en los que el ingeniero desconectaba por completo de lo que recibían sus oídos y se centraba en el trabajo que tenía entre manos.
No obstante, se encontró atendiendo a lo que el otro irrense le decía desde el primer momento y, dado que la reprogramación la realizaba de forma casi automática, no se descentró de ninguna de las dos actividades.
—No, hace dos años que finalicé los estudios y fui asignado para trabajar como biomecánico y programador en un taller en la galería principal de Ío —le explicó.
No obstante, se encontró atendiendo a lo que el otro irrense le decía desde el primer momento y, dado que la reprogramación la realizaba de forma casi automática, no se descentró de ninguna de las dos actividades.
—No, hace dos años que finalicé los estudios y fui asignado para trabajar como biomecánico y programador en un taller en la galería principal de Ío —le explicó.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
09/12/13, 02:48 am
—Ah… —respondió, pensando al principio en lo escueto de la contestación—. Espera, ¿dos años? ¿Dos años… ya? Tienes quince, ¿no? ¡Venga! —Lo había cogido un poco por sorpresa, se esperaba que llevase menos tiempo trabajando—. Debes de valer oro, ¿no? Al SGR le debió de joder que cosechasen a alguien como tú —rio con malicia—. Oye, ya es suerte poder quitarse los test de encima tan pronto.
Cío sabía que saltarse pasos obligatorios de la enseñanza no era fácil, nada fácil. Para eso había que ser un auténtico cerebrito. Pero a aquellas alturas era algo que no ponía en duda. Además, Archi tenía ese “nosequé” de los genios. «Por ejemplo, lo bien que le sale el trato natural con la gente».
Cío sabía que saltarse pasos obligatorios de la enseñanza no era fácil, nada fácil. Para eso había que ser un auténtico cerebrito. Pero a aquellas alturas era algo que no ponía en duda. Además, Archi tenía ese “nosequé” de los genios. «Por ejemplo, lo bien que le sale el trato natural con la gente».
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