Torreón Maciel (Archivo V)
+15
Jack
Dal
Evanna
Zarket
Rocavarancolia Rol
Alicia
Naeryan
Baurus
Poblo
LEC
Yber
Giniroryu
Red
Tak
Leonart
19 participantes
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Torreón Maciel (Archivo V)
06/08/13, 02:56 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El único que comentó fue el insectoide, mientras que tan solo se ganó las miradas reprobatorias de los demás. No tardó en contestar al clinger.
-Quizás no será agilidad en tu planeta, Kamen Rider. Pero en mi planeta la agilidad es lo que te permite, por ejemplo, minimizar el daño de una caida, el accionar ciertos aparatos, abrir algunos temas de conversacion o el poder cargar con más o menos peso... Eso solo en ocasiones, claro que luego está la fuerza.-meditó unos instantes.- Luego tambien, a veces, el tener agilidad, implica que puedes potenciar tu velocidad, pero solo si no sabes decir otra palabra que el nombre de tu especie... Es un concepto bastante raro...-
Tanto Lara Croft como el clon de geonosiano tuvieron una breve discusión sobre que camino tomar. Aunque le doliera, el clinger tenia razón sobre el tema, pero la propuesta de Lara Croft era ampliamente más interesante y divertida. No vaciló en aquella ocasion y tomó la inciativa, mientras todavia tenian la discusión reciente.
El joven ruso abrió el camino del grupo. Aunque el insecto alienigena habia desbaratado sus planes la otra vez, él ya sabia a donde se dirigian y el guiar al grupo no le costó mucho, sobretodo teniendo en cuenta que en cuanto se habia callado, todos habian decidido unanimemente pasar de él.
-Estupidos Heart Ratings...-dijo en voz baja, al comprobar lo bajos que estaban. La tabla se extendia en siete columnas y, más abajo de cada una, una cara simpática dibujada que representaba a cada uno de los miembros del grupo. Justo debajo de esta, habia un número. Las columnas se llenaban de corazoncitos palpitantes dependiendo de este y, en estos momentos el número en todos era cero o cercano a este.
>> ¿Por que no me quieren? Soy adorable hasta el estandar de adorabilidad mortal -3-
>> Parece que va a llevarte un tiempo el entender el porque.
Pronto logró vislumbrar, en la lejania, el que era su objetivo actual, a donde les estaba llevando. Era un lugar algo desolado y tétrico. El último piso parecia estar construido con huesos de algun animal gigantesco. Aquello le dio un escalofrío. Unos olores le llegaron a la nariz. Una mezcla de olores que no podia distinguir unos de otros, pero que no olia igual que el resto de la ciudad. Algo perplejo, se fijó en las múltiples aves que sobrevolaban el torreón.
-Hay un nido de pajarracos.-les señaló, para indicarles que la cantidad de aves que iban y venian al torreón no era normal. Un mal presentimiento se acogió dentro de él. No le gustaban los pájaros negros.
Atravesaron los muros, franquearon el portón roto y finalmente llegaron a la puerta. Por el patio, habia huesos enormes repartidos. Algo le decia que fuera lo que fuera que hubiera pasado en aquel lugar años atrás, habria merecido más de una historia buena y graciosa. Se apoyó en la puerta de la entrada, como para intentar forzarla de alguna manera, para descubrir que en verdad estaba abierta. La pesada puerta se abrio con un chirrido y les abrio al que seria su nuevo hogar durante los próximos meses.
El joven atravesó el umbral con la mandibula colgándole y una expresión de pasmo increible, al contemplar lo que contenia la primera sala. Casi sin pararse a respirar, agarró las escaleras de caracol e intentó escalar de ellas, extasiado por aquel lugar. El metal rechinó y le hizo quedarse congelado con un pie sobre la barandilla. Quizás no seria muy sabio subir las escaleras del modo divertido. Lentamente, bajó el pie y subió las escaleras, al principio con un poco de duda pero luego aceleró el paso, hasta que se convirtió en una carrera, otro juego más.
Se paseó por la segunda planta, explorándolo todo, las camas y el escritorio con la silla a toda velocidad, emocionado por descubrir aquel lugar, dejó escapar una risilla divertida. Corrió de vuelta por las escaleras y llamó a los demás por la escalera para que subieran tambien para, a continuación, volver a retomar la subida por las escaleras como un crio que iba a abrir sus regalos de navidad.
Llego al tercer piso y no pudo hacer otra cosa que dar saltitos y retozar de felicidad. Aquella parecia ser un piso dedicado a entrenamiento. Asi que dedujo que pensaban, como mínimo, darles las herramientas para entrenar. Feliz, no tardó mucho en explorar el resto de aquel piso, porque de verdad tenia ganas de subir a la cuarta y última planta.
Cuando llegó, vio lo que esperaba ver. Infinitud de pájaros negros apuntando sus pares de ojos hacia el enclenque joven, intentando analizarle para saber si era una amenaza. Dejó escapar un grito ahogado de una mezcla de sorpresa y terror para entonces retroceder sobre sus pasos.
Bajó las escaleras, positivamente más feliz de poder alejarse de aquella cuarta planta cuanto antes y avisó a todos los que encontró que no debian acercarse a la cuarta planta, para luego describirles lo que vio.
Finalmente, de nuevo en la planta baja, se giró hacia los que estaban ahí presentes.
-¡Tenemos camas y un piso de entrenamiento! ¡Y hasta puede que un remake malillo de una peli de las de Hitchcock! ¿Habeis encontrado algo interesante por aquí abajo?-
El único que comentó fue el insectoide, mientras que tan solo se ganó las miradas reprobatorias de los demás. No tardó en contestar al clinger.
-Quizás no será agilidad en tu planeta, Kamen Rider. Pero en mi planeta la agilidad es lo que te permite, por ejemplo, minimizar el daño de una caida, el accionar ciertos aparatos, abrir algunos temas de conversacion o el poder cargar con más o menos peso... Eso solo en ocasiones, claro que luego está la fuerza.-meditó unos instantes.- Luego tambien, a veces, el tener agilidad, implica que puedes potenciar tu velocidad, pero solo si no sabes decir otra palabra que el nombre de tu especie... Es un concepto bastante raro...-
Tanto Lara Croft como el clon de geonosiano tuvieron una breve discusión sobre que camino tomar. Aunque le doliera, el clinger tenia razón sobre el tema, pero la propuesta de Lara Croft era ampliamente más interesante y divertida. No vaciló en aquella ocasion y tomó la inciativa, mientras todavia tenian la discusión reciente.
El joven ruso abrió el camino del grupo. Aunque el insecto alienigena habia desbaratado sus planes la otra vez, él ya sabia a donde se dirigian y el guiar al grupo no le costó mucho, sobretodo teniendo en cuenta que en cuanto se habia callado, todos habian decidido unanimemente pasar de él.
-Estupidos Heart Ratings...-dijo en voz baja, al comprobar lo bajos que estaban. La tabla se extendia en siete columnas y, más abajo de cada una, una cara simpática dibujada que representaba a cada uno de los miembros del grupo. Justo debajo de esta, habia un número. Las columnas se llenaban de corazoncitos palpitantes dependiendo de este y, en estos momentos el número en todos era cero o cercano a este.
>> ¿Por que no me quieren? Soy adorable hasta el estandar de adorabilidad mortal -3-
>> Parece que va a llevarte un tiempo el entender el porque.
Pronto logró vislumbrar, en la lejania, el que era su objetivo actual, a donde les estaba llevando. Era un lugar algo desolado y tétrico. El último piso parecia estar construido con huesos de algun animal gigantesco. Aquello le dio un escalofrío. Unos olores le llegaron a la nariz. Una mezcla de olores que no podia distinguir unos de otros, pero que no olia igual que el resto de la ciudad. Algo perplejo, se fijó en las múltiples aves que sobrevolaban el torreón.
-Hay un nido de pajarracos.-les señaló, para indicarles que la cantidad de aves que iban y venian al torreón no era normal. Un mal presentimiento se acogió dentro de él. No le gustaban los pájaros negros.
Atravesaron los muros, franquearon el portón roto y finalmente llegaron a la puerta. Por el patio, habia huesos enormes repartidos. Algo le decia que fuera lo que fuera que hubiera pasado en aquel lugar años atrás, habria merecido más de una historia buena y graciosa. Se apoyó en la puerta de la entrada, como para intentar forzarla de alguna manera, para descubrir que en verdad estaba abierta. La pesada puerta se abrio con un chirrido y les abrio al que seria su nuevo hogar durante los próximos meses.
El joven atravesó el umbral con la mandibula colgándole y una expresión de pasmo increible, al contemplar lo que contenia la primera sala. Casi sin pararse a respirar, agarró las escaleras de caracol e intentó escalar de ellas, extasiado por aquel lugar. El metal rechinó y le hizo quedarse congelado con un pie sobre la barandilla. Quizás no seria muy sabio subir las escaleras del modo divertido. Lentamente, bajó el pie y subió las escaleras, al principio con un poco de duda pero luego aceleró el paso, hasta que se convirtió en una carrera, otro juego más.
Se paseó por la segunda planta, explorándolo todo, las camas y el escritorio con la silla a toda velocidad, emocionado por descubrir aquel lugar, dejó escapar una risilla divertida. Corrió de vuelta por las escaleras y llamó a los demás por la escalera para que subieran tambien para, a continuación, volver a retomar la subida por las escaleras como un crio que iba a abrir sus regalos de navidad.
Llego al tercer piso y no pudo hacer otra cosa que dar saltitos y retozar de felicidad. Aquella parecia ser un piso dedicado a entrenamiento. Asi que dedujo que pensaban, como mínimo, darles las herramientas para entrenar. Feliz, no tardó mucho en explorar el resto de aquel piso, porque de verdad tenia ganas de subir a la cuarta y última planta.
Cuando llegó, vio lo que esperaba ver. Infinitud de pájaros negros apuntando sus pares de ojos hacia el enclenque joven, intentando analizarle para saber si era una amenaza. Dejó escapar un grito ahogado de una mezcla de sorpresa y terror para entonces retroceder sobre sus pasos.
Bajó las escaleras, positivamente más feliz de poder alejarse de aquella cuarta planta cuanto antes y avisó a todos los que encontró que no debian acercarse a la cuarta planta, para luego describirles lo que vio.
Finalmente, de nuevo en la planta baja, se giró hacia los que estaban ahí presentes.
-¡Tenemos camas y un piso de entrenamiento! ¡Y hasta puede que un remake malillo de una peli de las de Hitchcock! ¿Habeis encontrado algo interesante por aquí abajo?-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
27/08/13, 04:13 pm
Estando todos reunidos, Keiria apareció con una infusión caliente. No eran algo muy común en su mundo, así que la probó con curiosidad. El sabor le resultó amargo en exceso y creyó que ganaría estando fría y con unas cucharadas de azúcar, pero no había manera de endulzarlo sin recurrir a aquella miel contaminada. Mientras, Archi había tomado la palabra. Tenía toda la razón. Mientras subía el puente le dejó cavilando sobre lo que había dicho, sobre su poca preparación para la supervivencia y, seguramente, de la mayoría.
Cuando fue Lara la que tomó la palabra había empezado a juguetear con su dedo suelto, tic que empezaba a resultarle inevitable. «Esto no es un puto juego de rol. Ya nos gustaría tener magia y una bonita pantalla de “¿Desea volver al juego?” si nos arrancan la cabeza de cuajo». Pero en medio de los desvaríos también estaban las sugerencias sensatas. Después, consiguieron por fin arrancarle unas palabras al saltimbanqui sobre la magia de su mundo. «¿Pero de dónde sacan la magia? ¿Cómo la hacen? ¿Acaso también es un mundo de dioses?». Ante las últimas preguntas del carabés, volvió a abrir la boca.
—¿Vienes de un mundo tan avanzado mágicamente y te sueltan aquí sin decir nada? —preguntó incrédulo—. A nosotros nos han dicho que venimos aquí a aprender magia. Si en tu mundo ya tenéis magia, ¿entonces qué cojones os prometen? Se suponía que debían instruirnos, y lo más parecido a instructores que he visto fueron los dos tipos que nos dijeron que estábamos aquí en un juego de supervivencia. —Su tono de voz sonaba más irritado según hablaba. O todo lo que sabían en su mundo estaba equivocado, o los habían llevado engañados a otro lugar. Pero una cosa era evidente—. Nos han timado.
Cuando el pelirrojo llamó la atención de todos con un chasquido y tomó la palabra, Cío se calló para escuchar lo que tuviera que decir. Estaba a punto de interrumpirle cuando siguió hablando, pretendiendo meterles miedo.
—Es evidente que no nos van a dar más facilidades que una comida por la que hay que pelear, pero de ahí a decir que somos la comida… —Pero se calló de nuevo. «¿Y si eso es parte del engaño?». Descartó ese pensamiento enseguida. Era muy estúpido recolectar un puñado de gente de año en año con ese propósito—. Y sobre lo anterior, no sé los demás, pero yo me niego a quedarme aquí encerrado mientras otros se dedican a traer la comida. Podemos mejorar. Coger las cestas en la hora exacta y salir por patas. Podemos explorar la ciudad poco a poco para conocer más zonas libres de peligro. Aunque sí apoyo que algunos no deban salir a sitios peligrosos todavía. —Acompañó la última frase con una mirada de reojo al biomecánico «este me conviene vivo y entero».
Cuando fue Lara la que tomó la palabra había empezado a juguetear con su dedo suelto, tic que empezaba a resultarle inevitable. «Esto no es un puto juego de rol. Ya nos gustaría tener magia y una bonita pantalla de “¿Desea volver al juego?” si nos arrancan la cabeza de cuajo». Pero en medio de los desvaríos también estaban las sugerencias sensatas. Después, consiguieron por fin arrancarle unas palabras al saltimbanqui sobre la magia de su mundo. «¿Pero de dónde sacan la magia? ¿Cómo la hacen? ¿Acaso también es un mundo de dioses?». Ante las últimas preguntas del carabés, volvió a abrir la boca.
—¿Vienes de un mundo tan avanzado mágicamente y te sueltan aquí sin decir nada? —preguntó incrédulo—. A nosotros nos han dicho que venimos aquí a aprender magia. Si en tu mundo ya tenéis magia, ¿entonces qué cojones os prometen? Se suponía que debían instruirnos, y lo más parecido a instructores que he visto fueron los dos tipos que nos dijeron que estábamos aquí en un juego de supervivencia. —Su tono de voz sonaba más irritado según hablaba. O todo lo que sabían en su mundo estaba equivocado, o los habían llevado engañados a otro lugar. Pero una cosa era evidente—. Nos han timado.
Cuando el pelirrojo llamó la atención de todos con un chasquido y tomó la palabra, Cío se calló para escuchar lo que tuviera que decir. Estaba a punto de interrumpirle cuando siguió hablando, pretendiendo meterles miedo.
—Es evidente que no nos van a dar más facilidades que una comida por la que hay que pelear, pero de ahí a decir que somos la comida… —Pero se calló de nuevo. «¿Y si eso es parte del engaño?». Descartó ese pensamiento enseguida. Era muy estúpido recolectar un puñado de gente de año en año con ese propósito—. Y sobre lo anterior, no sé los demás, pero yo me niego a quedarme aquí encerrado mientras otros se dedican a traer la comida. Podemos mejorar. Coger las cestas en la hora exacta y salir por patas. Podemos explorar la ciudad poco a poco para conocer más zonas libres de peligro. Aunque sí apoyo que algunos no deban salir a sitios peligrosos todavía. —Acompañó la última frase con una mirada de reojo al biomecánico «este me conviene vivo y entero».
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
27/08/13, 04:42 pm
Nero, rehízo la trenza él mismo con dedos agiles, dejando a Lara dar su discurso sobre utilidad y “linealidad de la historia”, y escuchando las parcas explicaciones de Taro sobre magia. Solo al final, cuando Shaco propuso un plan, el edeel dijo algo.
- Eso está muy bien, si se tratase solo de moverse y huir. A veces es posible que os rodeen igual que nos han rodeado hoy. O que aparezcan cosas del tamaño de los edificios por los que trepais. No estaría mal añadir un poco de ofensiva a ese grupo. – hizó una pausa - Ri sabe pelear. ¿Y tú, Taro, haces magia?
Dejó la pregunta en el aire, al igual que sus palabras. Nero estaba siendo agradable, y su apelación a Taro sonaba inocente, pero esperaba una respuesta negativa por su parte. Eso, o pedir complejas parafernalias y rituales de los que no disponía. También había omitido que sabía defenderse, y sin embargo sí la había nombrado a ella, haciéndola candidata evidente para más salidas, y probablemente para ejercer de tutora de otros. A ninguna de las dos cosas se habría ofrecido Anriel por su propio pie, pero ya estaba resignada. Si alguien lo pedía, asentiría y haría lo que tenía que hacer. En cierto modo, la idea de aprender a desplazarse como Taro por los muros era apetecible, y quería saber si era algo que le pudiesen enseñar cualquiera de los dos chicos. Lo que la incomodaba era tener que salir a la luz del día, y encontrarse de nuevo con reptiles. Y sabía -o sospechaba- que Nero era consciente de ello. No dudaba que ese había sido uno de los motivos para proponerla. Aunque había una parte pragmática entre las motivaciones del edeel: Si había comida, el comía. Y a Ri le gustase o no, la aurva era útil.
No todo el mundo estaba contento con el reparto de tareas que se había hecho, y uno de los chicos bestias se quejó el primero. Para Nero, como si salían todos. En parte, porque no le preocupaba gran cosa la suerte que corriensen.
- Eso está muy bien, si se tratase solo de moverse y huir. A veces es posible que os rodeen igual que nos han rodeado hoy. O que aparezcan cosas del tamaño de los edificios por los que trepais. No estaría mal añadir un poco de ofensiva a ese grupo. – hizó una pausa - Ri sabe pelear. ¿Y tú, Taro, haces magia?
Dejó la pregunta en el aire, al igual que sus palabras. Nero estaba siendo agradable, y su apelación a Taro sonaba inocente, pero esperaba una respuesta negativa por su parte. Eso, o pedir complejas parafernalias y rituales de los que no disponía. También había omitido que sabía defenderse, y sin embargo sí la había nombrado a ella, haciéndola candidata evidente para más salidas, y probablemente para ejercer de tutora de otros. A ninguna de las dos cosas se habría ofrecido Anriel por su propio pie, pero ya estaba resignada. Si alguien lo pedía, asentiría y haría lo que tenía que hacer. En cierto modo, la idea de aprender a desplazarse como Taro por los muros era apetecible, y quería saber si era algo que le pudiesen enseñar cualquiera de los dos chicos. Lo que la incomodaba era tener que salir a la luz del día, y encontrarse de nuevo con reptiles. Y sabía -o sospechaba- que Nero era consciente de ello. No dudaba que ese había sido uno de los motivos para proponerla. Aunque había una parte pragmática entre las motivaciones del edeel: Si había comida, el comía. Y a Ri le gustase o no, la aurva era útil.
No todo el mundo estaba contento con el reparto de tareas que se había hecho, y uno de los chicos bestias se quejó el primero. Para Nero, como si salían todos. En parte, porque no le preocupaba gran cosa la suerte que corriensen.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
27/08/13, 06:38 pm
Lara no podía creerse que en la dimensión o el plano del que viniera Taro todo funcionara con magia. <<Es… jodidamente genial>>. Sin embargo, la curiosidad de la ordesa no quedó saciada en absoluto por la escueta respuesta del carabés.
-Eso, ¿tú no puedes hacer magia?-repitió lo que ya habían preguntado antes-. Y bueno, yo no pienso que nos hayan engañado-respondió a Cio-, simplemente han omitido las partes menos atrayentes de esta aventura. Si para publicitar un juego de rol te dijeran que te vas a frustrar intentando derrotar al jefe de la mazmorra cuarta que se juega en el rio, podrías no comprarlo. Y te perderías algo increíble. Con esto creo que pasa igual-era algo que sabía muy bien gracias a su madre. Ella misma omitía algunas cosas del futuro de la gente, si creía que podían influir en la decisión de pago, o eso le contaba a Lara-. Aunque soy consciente de que el peligro aquí no es de guasa, no os vayáis a pensar que estoy tan loca como para ignorarlo-eso era algo que, muy muy interiormente, le preocupaba, aunque abordase el tema con tanta facilidad-. Las instrucciones son claras-explicó a Taro-, tenemos que no morirnos. Si sobrevivimos, aprenderemos aquello que nos han prometido: Magia, prioridad sobre la suerte, poder, blablablá y etcétera.
Las palabras de Shaco se ganaron una mirada de reproche por parte de la ordesa.
-Ya te vale, no hace falta que asustes a la gente. Si comenzamos a rebozarnos en el miedo que nos da todo, no ganamos nada. Y NO habrá chachas para nadie-reprendió al joven de Humania-. Conste también, que yo no estoy obligando a nadie, solo estoy sugiriendo lo que me parece más lógico para poder salvar esta partida de su final malo. Luego podéis hacer lo que os salga del azaroso-se encogió de hombros. Su tono era bastante amable. Ella ya tenía a cinco bebés que cuidar y por los que preocuparse. Por lo tanto, aunque no le haría especial ilusión, no se enfadaría en absoluto si alguien salía por su cuenta o ignoraba sus consejos. Pero tampoco lloraría si alguno de ellos moría por no escucharla, ni lanzaría su moneda al aire para decidir su suerte póstuma. O eso quería creer.
-Eso, ¿tú no puedes hacer magia?-repitió lo que ya habían preguntado antes-. Y bueno, yo no pienso que nos hayan engañado-respondió a Cio-, simplemente han omitido las partes menos atrayentes de esta aventura. Si para publicitar un juego de rol te dijeran que te vas a frustrar intentando derrotar al jefe de la mazmorra cuarta que se juega en el rio, podrías no comprarlo. Y te perderías algo increíble. Con esto creo que pasa igual-era algo que sabía muy bien gracias a su madre. Ella misma omitía algunas cosas del futuro de la gente, si creía que podían influir en la decisión de pago, o eso le contaba a Lara-. Aunque soy consciente de que el peligro aquí no es de guasa, no os vayáis a pensar que estoy tan loca como para ignorarlo-eso era algo que, muy muy interiormente, le preocupaba, aunque abordase el tema con tanta facilidad-. Las instrucciones son claras-explicó a Taro-, tenemos que no morirnos. Si sobrevivimos, aprenderemos aquello que nos han prometido: Magia, prioridad sobre la suerte, poder, blablablá y etcétera.
Las palabras de Shaco se ganaron una mirada de reproche por parte de la ordesa.
-Ya te vale, no hace falta que asustes a la gente. Si comenzamos a rebozarnos en el miedo que nos da todo, no ganamos nada. Y NO habrá chachas para nadie-reprendió al joven de Humania-. Conste también, que yo no estoy obligando a nadie, solo estoy sugiriendo lo que me parece más lógico para poder salvar esta partida de su final malo. Luego podéis hacer lo que os salga del azaroso-se encogió de hombros. Su tono era bastante amable. Ella ya tenía a cinco bebés que cuidar y por los que preocuparse. Por lo tanto, aunque no le haría especial ilusión, no se enfadaría en absoluto si alguien salía por su cuenta o ignoraba sus consejos. Pero tampoco lloraría si alguno de ellos moría por no escucharla, ni lanzaría su moneda al aire para decidir su suerte póstuma. O eso quería creer.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
27/08/13, 08:28 pm
Archime, aunque no lo pareciese debido a su frenético tecleo y su mirada fija en los ceros y unos del terminal, prestó atención a Lara 37. Ello se hizo patente cuando el biomecánico levantó la cabeza en dirección a la ordesa cuando ella lo mencionó. Aunque sus palabras no carecían de lógica, algo protestó en el interior del irrense al escuchar que él no debía abandonar el torreón en futuras salidas. No prestó atención, sin embargo, a este intento de intromisión en la coherencia ya que era demasiado evidente que tras haber sufrido aquel episodio de asma ponía su vida completamente en la línea si se sucedían situaciones como las de aquella tarde, cosa de la que estaba bastante convencido. Y si algo no quería el ingeniero, era morir. Al fin y al cabo todavía no habían aprendido magia. Tan solo tendría que solventar un problema que conllevaba el no abandonar el refugio, pero creía que la solución que tenía en mente podría funcionar con resultados sino perfectos, aceptablemente buenos.
La propuesta de Shaco y la respuesta de Nero no resultaron de interés para el biomecánico, ya que si él no iba a participar en las expediciones de ahora en adelante no eran de su competencia. Interés que se vio volcado por completo hacia la explicación del carabés, todavía insuficiente para su gusto pero cuya información almacenó cuidadosamente en su memoria. Las posteriores inquisiciones de Taro le proporcionaron nuevos datos. Por algún motivo los tres rezagados no habían salido del punto de partida junto con el resto del grupo y los rocavarancoleses no se habían dirigido a ellos como les había ocurrido al resto de los presentes y al grupo que había desaparecido cuando se encontraban reunidos en la plaza donde sus respectivos idiomas fueron sustituídos. Y sin duda el que los sinhadres y el carabés contasen con la capacidad de comunicarse con ellos en el mismo lenguaje, denotaba su paso por aquel lugar, salvo que existiese algún otro surtidor de agua mágica semejante en algún otro punto de la ciudad. Fuera como fuere, parecía acertado dilucidar que proporcionarles información no era precisamente una de las prioridades de Rocavarancolia.
Cío se encargo de proporcionar la información acerca de la aparición del hombre de la serpiente mecánica gigante y la mujer con cola, así como de expresar su opinión acerca del debate que había generado Lara 37, secundado también por Shaco.
—Considero desacertada la hipótesis acerca de servir de alimento—alzó la voz una vez más sin variar en absoluto su tono, como si estuviese hablando de algo intrascendental—. No se halla conexión alguna entre sus instrucciones, las condiciones propuestas y dicha conjetura. Si bien es cierto que la lógica de los rocavarancoleses escapa a mi comprensión en numerosos puntos, parece ser claro que no intentan traer a su mundo a un considerable número de elegidos como debería ser normal si el propósito resultase ser el propuesto por Shaco, ya que debemos tener en cuenta que si los archivos de Irraria son correctos tan solo realizan dicha elección una vez al año, cosa que sus palabras confirmaron de no ser engañosas —había dejado de teclear en mitad de su discurso y al llegar a este punto se subió las gafas con el dedo índice mientras dedicaba una breve mirada a algunos de los presentes antes de volver a sumergirse en su programa, aunque parecía que el biomecánico todavía tenía algo que decir—. Si nos guiamos por las instrucciones recibidas, debemos demostrar alguna cualidad que por lo visto desconocemos que poseemos. No comprendo todavía el propósito final, pero parece claro que está relacionado con nuestra capacidad de supervivencia así como con un astro, salvo que esto último se tratase de una metáfora, incomprensible para un alienígena, en su oratoria. Tal y como dice Cío, es de interés conocer las diversas promesas con las que os trajeron aquí, ya que si en Carabás la magia no es una destreza desconocida resulta evidente que Taro no ha debido venir aquí por ese motivo. Puede que poner estos motivos en común arrojen algún tipo de luz o como mínimo nos permitirán realizar conjeturas más precisas.
El biomecánico entonces, enmudeció nuevamente sin levantar más la cabeza, a la espera de que algún otro tomase la palabra. Salvo que se le preguntase directamente o alguien volviese a realizar algún juicio erróneo no volvería a interevnir de forma tan prolongada pero analizaría cuidadosamente toda la información que se proporcionase.
La propuesta de Shaco y la respuesta de Nero no resultaron de interés para el biomecánico, ya que si él no iba a participar en las expediciones de ahora en adelante no eran de su competencia. Interés que se vio volcado por completo hacia la explicación del carabés, todavía insuficiente para su gusto pero cuya información almacenó cuidadosamente en su memoria. Las posteriores inquisiciones de Taro le proporcionaron nuevos datos. Por algún motivo los tres rezagados no habían salido del punto de partida junto con el resto del grupo y los rocavarancoleses no se habían dirigido a ellos como les había ocurrido al resto de los presentes y al grupo que había desaparecido cuando se encontraban reunidos en la plaza donde sus respectivos idiomas fueron sustituídos. Y sin duda el que los sinhadres y el carabés contasen con la capacidad de comunicarse con ellos en el mismo lenguaje, denotaba su paso por aquel lugar, salvo que existiese algún otro surtidor de agua mágica semejante en algún otro punto de la ciudad. Fuera como fuere, parecía acertado dilucidar que proporcionarles información no era precisamente una de las prioridades de Rocavarancolia.
Cío se encargo de proporcionar la información acerca de la aparición del hombre de la serpiente mecánica gigante y la mujer con cola, así como de expresar su opinión acerca del debate que había generado Lara 37, secundado también por Shaco.
—Considero desacertada la hipótesis acerca de servir de alimento—alzó la voz una vez más sin variar en absoluto su tono, como si estuviese hablando de algo intrascendental—. No se halla conexión alguna entre sus instrucciones, las condiciones propuestas y dicha conjetura. Si bien es cierto que la lógica de los rocavarancoleses escapa a mi comprensión en numerosos puntos, parece ser claro que no intentan traer a su mundo a un considerable número de elegidos como debería ser normal si el propósito resultase ser el propuesto por Shaco, ya que debemos tener en cuenta que si los archivos de Irraria son correctos tan solo realizan dicha elección una vez al año, cosa que sus palabras confirmaron de no ser engañosas —había dejado de teclear en mitad de su discurso y al llegar a este punto se subió las gafas con el dedo índice mientras dedicaba una breve mirada a algunos de los presentes antes de volver a sumergirse en su programa, aunque parecía que el biomecánico todavía tenía algo que decir—. Si nos guiamos por las instrucciones recibidas, debemos demostrar alguna cualidad que por lo visto desconocemos que poseemos. No comprendo todavía el propósito final, pero parece claro que está relacionado con nuestra capacidad de supervivencia así como con un astro, salvo que esto último se tratase de una metáfora, incomprensible para un alienígena, en su oratoria. Tal y como dice Cío, es de interés conocer las diversas promesas con las que os trajeron aquí, ya que si en Carabás la magia no es una destreza desconocida resulta evidente que Taro no ha debido venir aquí por ese motivo. Puede que poner estos motivos en común arrojen algún tipo de luz o como mínimo nos permitirán realizar conjeturas más precisas.
El biomecánico entonces, enmudeció nuevamente sin levantar más la cabeza, a la espera de que algún otro tomase la palabra. Salvo que se le preguntase directamente o alguien volviese a realizar algún juicio erróneo no volvería a interevnir de forma tan prolongada pero analizaría cuidadosamente toda la información que se proporcionase.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
28/08/13, 01:55 am
"Ay, madre." Shaco acababa de decir en voz alta justo lo contrario de lo que Taro estaba pensando. Si de arriesgarse se trataba, él no tenía ningún problema en quedarse calladito en el torreón limpiando y ceder el turno en jugarse el pellejo al que quisiera. Tampoco tenía muy claro qué significaba ser un nakama, pero parecía ser algo bueno así que le devolvió al terrícola la sonrisa de complicidad.
-Sí, hombre, bájanos más la moral- protestó sin mucho ánimo ante las siguientes palabras de Shaco. De todas formas el tono tranquilizador de Lara se encargó de que sus ganas de salir, en ese momento tirando peligrosamente para nulas, se quedasen en saludablemente reducidas.
A Taro se le secó la boca ante la nueva información. Las palabras de la mujer gato y el hechicero no fueron lo que le sorprendió, es más, fue lo único que le sonó familiar. Sólo los mejores salían adelante: era un mensaje que le habían repetido por activa y por pasiva a lo largo de su vida. Lo que le conmocionaba era lo que aquellas palabras significaban allí, en Rocavarancolia, en ese momento.
Porque si alguien tenía que morir, él tenía todas las papeletas. Si había que eliminar a alguien de una selección se empezaba por abajo, era de cajón, y el carabés no era capaz de quitarse de la cabeza la idea de que en la clasificatoria de los elegidos él debía estar de los más bajos: no por pesimismo sino simplemente por costumbre. Taro no sabía siquiera si existían los listados en aquel universo paralelo, pero sí era consciente con dolorosa claridad de que acababa de cambiar un sitio en el que cuando perdía se quedaba marginado por uno en el que cuando perdía se lo cargaban.
Se aferró como a un clavo ardiendo al resto de argumentos de Lara. Le habían traído porque era especial, y aunque allí hubiese una decena de gente más eso no garantizaba que hubiese que eliminar a gente obligatoriamente. De acuerdo a las palabras de la ordesa sólo necesitaban cubrir un mínimo en lugar de competir entre ellos, y aquello le dio el empujoncito de determinación que le hacía falta. Sólo necesitaba estar a la altura del resto.
Sobrevivir.
La pregunta de Nero le hizo ponerse rígido.
-No lo sé- dijo con sequedad-. Me quedaban dos años para saberlo seguro.
"Y tú estás igual que yo", estuvo a punto de espetar antes de decidir callarse. Ponerse a la defensiva con el tema no iba a ayudar a que dejasen de hacer preguntas.
La noche caía fuera, y mientras el Archi continuaba su perorata a Taro le quedaba cada vez más claro que no sacarían nada en limpio de aquello. Sólo deducciones.
-A mí me prometieron traerme a otro lugar, y aquí estoy- contestó con sencillez a la pregunta implícita del irrense. Parecía evidente que los motivos de muchos otros tenían que ver con la magia, y Taro se quedó con las ganas de decirles que no era para tanto.
-Las palanganas llevaban un hechizo de levitación- dijo de improviso refiriéndose a las bañeras, sin acordarse de que habían cambiado de tema hacía un rato-. No creo que sea desactivable, pero si volvemos a por comida mañana, o cuando sea, alguno de nosotros tres podría interceptarlas desde un tejado. Antes de que aterricen en la plaza, me refiero- aclaró. No tenía unas ganas tremendas de volver a salir, pero la perspectiva de un plan seguro mejoraba mucho las cosas. Y el resto de la ciudad no tenía tan mala pinta y sabía que encerrarse en el torreón sólo le pondría de los nervios.
La estrafalaria imagen de los espantajos sobre las bañeras no le había arrancado ni un parpadeo en su momento, sólo un interrogante vago sobre por qué gastaría alguien magia en animar un muñeco cuando grabando el mensaje se ahorraba más.
-Sí, hombre, bájanos más la moral- protestó sin mucho ánimo ante las siguientes palabras de Shaco. De todas formas el tono tranquilizador de Lara se encargó de que sus ganas de salir, en ese momento tirando peligrosamente para nulas, se quedasen en saludablemente reducidas.
A Taro se le secó la boca ante la nueva información. Las palabras de la mujer gato y el hechicero no fueron lo que le sorprendió, es más, fue lo único que le sonó familiar. Sólo los mejores salían adelante: era un mensaje que le habían repetido por activa y por pasiva a lo largo de su vida. Lo que le conmocionaba era lo que aquellas palabras significaban allí, en Rocavarancolia, en ese momento.
Porque si alguien tenía que morir, él tenía todas las papeletas. Si había que eliminar a alguien de una selección se empezaba por abajo, era de cajón, y el carabés no era capaz de quitarse de la cabeza la idea de que en la clasificatoria de los elegidos él debía estar de los más bajos: no por pesimismo sino simplemente por costumbre. Taro no sabía siquiera si existían los listados en aquel universo paralelo, pero sí era consciente con dolorosa claridad de que acababa de cambiar un sitio en el que cuando perdía se quedaba marginado por uno en el que cuando perdía se lo cargaban.
Se aferró como a un clavo ardiendo al resto de argumentos de Lara. Le habían traído porque era especial, y aunque allí hubiese una decena de gente más eso no garantizaba que hubiese que eliminar a gente obligatoriamente. De acuerdo a las palabras de la ordesa sólo necesitaban cubrir un mínimo en lugar de competir entre ellos, y aquello le dio el empujoncito de determinación que le hacía falta. Sólo necesitaba estar a la altura del resto.
Sobrevivir.
La pregunta de Nero le hizo ponerse rígido.
-No lo sé- dijo con sequedad-. Me quedaban dos años para saberlo seguro.
"Y tú estás igual que yo", estuvo a punto de espetar antes de decidir callarse. Ponerse a la defensiva con el tema no iba a ayudar a que dejasen de hacer preguntas.
La noche caía fuera, y mientras el Archi continuaba su perorata a Taro le quedaba cada vez más claro que no sacarían nada en limpio de aquello. Sólo deducciones.
-A mí me prometieron traerme a otro lugar, y aquí estoy- contestó con sencillez a la pregunta implícita del irrense. Parecía evidente que los motivos de muchos otros tenían que ver con la magia, y Taro se quedó con las ganas de decirles que no era para tanto.
-Las palanganas llevaban un hechizo de levitación- dijo de improviso refiriéndose a las bañeras, sin acordarse de que habían cambiado de tema hacía un rato-. No creo que sea desactivable, pero si volvemos a por comida mañana, o cuando sea, alguno de nosotros tres podría interceptarlas desde un tejado. Antes de que aterricen en la plaza, me refiero- aclaró. No tenía unas ganas tremendas de volver a salir, pero la perspectiva de un plan seguro mejoraba mucho las cosas. Y el resto de la ciudad no tenía tan mala pinta y sabía que encerrarse en el torreón sólo le pondría de los nervios.
La estrafalaria imagen de los espantajos sobre las bañeras no le había arrancado ni un parpadeo en su momento, sólo un interrogante vago sobre por qué gastaría alguien magia en animar un muñeco cuando grabando el mensaje se ahorraba más.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
28/08/13, 05:56 pm
«Bueno es saber que más de uno tiene idea para poder defendese» pensó cuando Nero explicó que Anriel podía pelear, y mirando a la chica con otros ojos. Sin embargo ahí estaba el hecho de que aun así había salido herida de las dos refriegas –o como pudiera llamárseles– que había tenido. Al final las preguntas de todos acabaron recayendo en si el carabés podía o no podía hacer magia, aparte de con qué lo habían tentado para ir a un mundo diferente. «Lo estrangularía» pensó al escuchar cómo Archi se lo preguntaba «¿no puedes simplemente decir “deberíamos compartir lo que sabemos”?».
Taro era la persona más escueta dando explicaciones que había visto en mucho tiempo. De hecho, pensó que bien podían hacer un promedio de palabras entre el biomecánico y él para que saliesen dos personas normales, pero luego se dio cuenta de que, en realidad, aunque Archi utilizase un montón de palabras también era escueto a su particular modo. Se le crispó ligeramente el dedo con el que jugueteaba e intervino después del carabés.
—¿Y aceptaste? ¿Te prometen nada y decides venir? —«O tenías una vida de mierda o no me lo explico… Aunque bien pensado creo que yo habría hecho lo mismo» —. Da igual, quizá lo que sepas de la magia de tu mundo puede ayudarnos aquí.
Ante la última sugerencia se cruzó de brazos y tuvo que darle el visto bueno a regañadientes. No le hacía gracia sentirse inútil, pero era cierto que podía ser lo más cómodo por el momento.
—Es bastante sensato. Podría haber bichejos también en los tejados, pero yo qué sé. Desde ahí arriba podéis ir reconociendo la zona, ya de paso.
Taro era la persona más escueta dando explicaciones que había visto en mucho tiempo. De hecho, pensó que bien podían hacer un promedio de palabras entre el biomecánico y él para que saliesen dos personas normales, pero luego se dio cuenta de que, en realidad, aunque Archi utilizase un montón de palabras también era escueto a su particular modo. Se le crispó ligeramente el dedo con el que jugueteaba e intervino después del carabés.
—¿Y aceptaste? ¿Te prometen nada y decides venir? —«O tenías una vida de mierda o no me lo explico… Aunque bien pensado creo que yo habría hecho lo mismo» —. Da igual, quizá lo que sepas de la magia de tu mundo puede ayudarnos aquí.
Ante la última sugerencia se cruzó de brazos y tuvo que darle el visto bueno a regañadientes. No le hacía gracia sentirse inútil, pero era cierto que podía ser lo más cómodo por el momento.
—Es bastante sensato. Podría haber bichejos también en los tejados, pero yo qué sé. Desde ahí arriba podéis ir reconociendo la zona, ya de paso.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
28/08/13, 11:38 pm
El aprendiz no podia sino salir de su asombro cuando sus compañeros se tomaron tan en serio su broma. Sintiendose un poco estúpido ya que esperaba otro tipo de reacción por parte de ellos, parpadeó un par de veces mientras le echaban la bronca. Su presencia fue empequeñeciendo poco a poco en la sala hasta un punto que era casi imperceptible.
>> ¿Pero qué? Entiendo que sean culturas, especies, mundos e incluso ideologias diferentes. Pero de ahí a no entender una referencia tan obvia es demencial. Comienzo a pensar que no hay esperanza para esta gente.
-Seid ihr das Essen? Nein, wir sind der Jäger!-susurró dolido por la ignorancia de sus semejantes.
Sin embargo, aprovechando su disminuida presencia actual en el Concilio de Lara Croft, el aprendiz hizo mutis del escenario y se coló en la cocina para robar un melocotón rosado de aspecto apetitoso. Para cuando hubo terminado de mordisquearlo vio que estaban dando por terminada la conversación-debate-cosa. Para dar punto final a su participación en esta, regaló a los presentes con otro pedazo de su pensamiento.
-Siempre quedaria la opción de abordar las bañeras cuando estan volando.-dijo encogiendose de hombros, como si fuera tarea harto facil.- Así podriamos huir de casi cualquier peligro y seguir trayendo comida al torreón.-Sus palabras no parecian despertar mucha confianza.- Si es un reto, mis resultados mejoran notablemente.-explicó.- Llegará un día para mí que el alcanzar objetos de esa altura será pan comido, ya vereis.-dijo con confianza.
>> No importa cuan alta esté la cima de la montaña o cuan largo sea el camino, siempre estará a mi alcance.
Escuchó sus respuestas y reacciones finales y para cuando se dió por terminada la charla el ruso bostezó abiertamente aburrido. Sin nada más que hacer, decidió matar el tiempo por el torreón.
;-
Unas horas después el humano seguia bostezando. No habia encontrado nada con lo que entretenerse y, debido al malestar que habia creado inintencionadamente con su broma, no se encontraba de humor por abrir o seguir ninguna ruta. Se hallaba colgado cual saco de patatas de las escaleras, con tan solo las piernas enganchadas en la barandilla y su torso laxo como un trozo de carne. En sus manos tenia su consola y estaba toqueteando con ella, concretamente con los archivos de música y video, ahora ordenados y clasificados en un idioma que no conocia.
Pasaba de canción en canción, video a video, pelicula a película y hacia un archivo mental sobre su posición, si es que llegaba a recordar que diablos hacia ahí desde primera instancia. Diferente música y audio sonaban retumbando en el torreón, siempre prematuramente interrumpidos una vez el aprendiz lograba acordare de que canción/video/película era. Tras terminar una nueva carpeta de archivos y pasar a otra, con la misma parsimonia que llevaba usando durante más de media hora, abrió un nuevo archivo de video. Pesaba como una pelicula, pero la calidad de grabado era bastante decepcionante. Pero más aún era el reparto que obviamente ni hablaban en su propio idioma. La pelicula constaba de dos personajes: Un cartero que parecia haberse sacado el título profesional a golpe de esteroide en el gimnasio y una ama de casa con más cirujia encima que el monstruo de frankenstein que, muy ligera de ropa, salia a recibir al cartero. Por el momento solo estaban hablando, aunque parecia que la mujer estaba apunto de desmayarse sobre el marco de la puerta ya que no paraba de frotarse contra él.
>> Se que tengo gustos bohemios pero esto es pasarse... Estaria hasta arriba de bebidas energeticas cuando de me descargué esta mierda... Bueno suerte que se donde esta el botón de borr-
El aprendiz parpadeó lentamente mientras se arrancaban la ropa el uno al otro y procedian a seguir la pelicula dentro de la cocina. Tardó un par de segundos más en darse cuenta que tipo de película se trataba y no lo comprendió, o no quiso comprenderlo hasta que los exagerados gemidos fingidos de la actriz retumbaron por todo el torreón, acompañadas por las cortas intervenciones del musculoso actor que parecian servir para lo mismo que las intevenciones de la otra: para absolutamente nada.
Lejos de mostrar alguna intención de apagarlo o bajar el volumen, el aprendiz permaneció como un vampiro mientras contemplaba el zenit del séptimo arte rodada en algun lugar entre europa del este y alemania. No parecia ser consciente de que los demás podian oirlo ya que no tenia los cascos puestos.
>> Meh no me extraña que no me acordase de esta... No llama mucho la atención a decir verdad...
>> ¿Pero qué? Entiendo que sean culturas, especies, mundos e incluso ideologias diferentes. Pero de ahí a no entender una referencia tan obvia es demencial. Comienzo a pensar que no hay esperanza para esta gente.
-Seid ihr das Essen? Nein, wir sind der Jäger!-susurró dolido por la ignorancia de sus semejantes.
Sin embargo, aprovechando su disminuida presencia actual en el Concilio de Lara Croft, el aprendiz hizo mutis del escenario y se coló en la cocina para robar un melocotón rosado de aspecto apetitoso. Para cuando hubo terminado de mordisquearlo vio que estaban dando por terminada la conversación-debate-cosa. Para dar punto final a su participación en esta, regaló a los presentes con otro pedazo de su pensamiento.
-Siempre quedaria la opción de abordar las bañeras cuando estan volando.-dijo encogiendose de hombros, como si fuera tarea harto facil.- Así podriamos huir de casi cualquier peligro y seguir trayendo comida al torreón.-Sus palabras no parecian despertar mucha confianza.- Si es un reto, mis resultados mejoran notablemente.-explicó.- Llegará un día para mí que el alcanzar objetos de esa altura será pan comido, ya vereis.-dijo con confianza.
>> No importa cuan alta esté la cima de la montaña o cuan largo sea el camino, siempre estará a mi alcance.
Escuchó sus respuestas y reacciones finales y para cuando se dió por terminada la charla el ruso bostezó abiertamente aburrido. Sin nada más que hacer, decidió matar el tiempo por el torreón.
;-
Unas horas después el humano seguia bostezando. No habia encontrado nada con lo que entretenerse y, debido al malestar que habia creado inintencionadamente con su broma, no se encontraba de humor por abrir o seguir ninguna ruta. Se hallaba colgado cual saco de patatas de las escaleras, con tan solo las piernas enganchadas en la barandilla y su torso laxo como un trozo de carne. En sus manos tenia su consola y estaba toqueteando con ella, concretamente con los archivos de música y video, ahora ordenados y clasificados en un idioma que no conocia.
Pasaba de canción en canción, video a video, pelicula a película y hacia un archivo mental sobre su posición, si es que llegaba a recordar que diablos hacia ahí desde primera instancia. Diferente música y audio sonaban retumbando en el torreón, siempre prematuramente interrumpidos una vez el aprendiz lograba acordare de que canción/video/película era. Tras terminar una nueva carpeta de archivos y pasar a otra, con la misma parsimonia que llevaba usando durante más de media hora, abrió un nuevo archivo de video. Pesaba como una pelicula, pero la calidad de grabado era bastante decepcionante. Pero más aún era el reparto que obviamente ni hablaban en su propio idioma. La pelicula constaba de dos personajes: Un cartero que parecia haberse sacado el título profesional a golpe de esteroide en el gimnasio y una ama de casa con más cirujia encima que el monstruo de frankenstein que, muy ligera de ropa, salia a recibir al cartero. Por el momento solo estaban hablando, aunque parecia que la mujer estaba apunto de desmayarse sobre el marco de la puerta ya que no paraba de frotarse contra él.
>> Se que tengo gustos bohemios pero esto es pasarse... Estaria hasta arriba de bebidas energeticas cuando de me descargué esta mierda... Bueno suerte que se donde esta el botón de borr-
El aprendiz parpadeó lentamente mientras se arrancaban la ropa el uno al otro y procedian a seguir la pelicula dentro de la cocina. Tardó un par de segundos más en darse cuenta que tipo de película se trataba y no lo comprendió, o no quiso comprenderlo hasta que los exagerados gemidos fingidos de la actriz retumbaron por todo el torreón, acompañadas por las cortas intervenciones del musculoso actor que parecian servir para lo mismo que las intevenciones de la otra: para absolutamente nada.
Lejos de mostrar alguna intención de apagarlo o bajar el volumen, el aprendiz permaneció como un vampiro mientras contemplaba el zenit del séptimo arte rodada en algun lugar entre europa del este y alemania. No parecia ser consciente de que los demás podian oirlo ya que no tenia los cascos puestos.
>> Meh no me extraña que no me acordase de esta... No llama mucho la atención a decir verdad...
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
29/08/13, 04:05 pm
Nero sonrió brevemente ante la rigidez de Taro, complacido por obtener más o menos lo que esperaba.
La conversación continuó y él no volvió a hablar, aparentemente satisfecho. En cambió jugueteó con el final de su trenza hasta que cada uno se fue a lo que le apetecía.
Ri no tuvó ningun problema en estarse quieta en el sofa durante gran parte de las horas siguientes medio aletargada y pensativa. Se habia acostumbrado a los ruidos que salían del aparato mágico de Shaco, pero abrió los ojos como platos al escuchar los gemidos. Nero, que había estado de paseo por el torreón, asomó la cabeza curioso y se quedó mirando la imagen de la pantalla.
- Curiosa postura.
La conversación continuó y él no volvió a hablar, aparentemente satisfecho. En cambió jugueteó con el final de su trenza hasta que cada uno se fue a lo que le apetecía.
Ri no tuvó ningun problema en estarse quieta en el sofa durante gran parte de las horas siguientes medio aletargada y pensativa. Se habia acostumbrado a los ruidos que salían del aparato mágico de Shaco, pero abrió los ojos como platos al escuchar los gemidos. Nero, que había estado de paseo por el torreón, asomó la cabeza curioso y se quedó mirando la imagen de la pantalla.
- Curiosa postura.
-
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
29/08/13, 07:06 pm
Archime analizó todas las respuestas proporcionadas sin volver a intervenir en la conversación y sin hacer una sola pausa en el omnipresente tecleo, tomando nota mental igualmente de quien no porporcionó información alguna. A todos les habían prometido algo de dispar naturaleza y el biomecánico no pudo comprobar que los patrones se repetían para los mismos mundos además de en Irraria ya que ninguno de los dos supuestos humanos comentó nada y estaba bastante seguro de que la relación entre Anriel y Nero no era precisamente reciente por lo que tampoco era revelador.
La información de Taro sobre la magia captó su interés y cuando mencionó el hechizo de levitación acudió a su mente el vídeo en directo del que se le avisó en forma de notificación mientras estaba en su casa en el que lo primero que vio fue a Aeris flotando en mitad de la plaza de Ío.
Cuando la conversación finalizó, el biomecánico se acercó a Baurus, y le planteó la misma pregunta que había hecho a Shaco poco después de haber abandonado el torreón esa misma tarde.
—Baurus, ¿podrías facilitarme el nombre de la especie y el mundo a los que perteneces?
Una vez obtuvo su respuesta del humano, pues ahora estaba seguro de que ese era el nombre de la especie al coincidir ambos congéres, no volvió a abrir la boca hasta la cena.
Durante la misma comió en silencio, tan solo con intención de intervenir si alguien fuese a servirse de la miel, ya que la comprobación de la que le había hablado a Cío aquel mismo mediodía se trataba de ni más ni menos que volver a servirse él mismo una cantidad parecida a la tomada durante la antecedente cena de aquel jugo y comprobar qué sucedía. Dicho y hecho, el biomecánico hizo de su postre un experimento y nada más terminar de cenar ocupó el mismo sillón que la noche anterior para sumergirse una vez más en su terminal lleno de aquellas dos únicas cifras, atento a cualquier cambio que notase en su aparato digestivo.
Cientos de líneas de código más tarde, el elevado volumen proveniente de aquel aparato que tenía toda la pinta de ser un ordenador algo desfasado, al menos para los cánones irrenses ya que supuso que para los humanos podría ser bastante actual, lo distrajo considerablemente de su tarea. Trató de ignorarlo, pero los decibelios eran lo suficientemente elevados como para distraerlo con frecuencia. La situación se volvió insostenible cuando la molestia dejó de ser intermitente y se volvió continua. Justo después de que Nero se acercase a Shaco, Archime se levantó con lentitud del sofá y se acercó al sinhadre y el humano, todavía sin dejar de teclear.
—Disculpa, Shaco, pero si no dispones de auriculares deberías modular adecuadamente el volumen de tu ordenador. Además, desconozco las costumbres de tu planeta al respecto, pero me consta que ese tipo de ocio suele consumirse en privado —le dijo sin variar en ningún momento su habitual tono de voz.
Les dedicó una breve mirada a ambos chicos y, sin más, volvió a su lugar en el sillón, convencido de que el humano le haría caso.
La información de Taro sobre la magia captó su interés y cuando mencionó el hechizo de levitación acudió a su mente el vídeo en directo del que se le avisó en forma de notificación mientras estaba en su casa en el que lo primero que vio fue a Aeris flotando en mitad de la plaza de Ío.
Cuando la conversación finalizó, el biomecánico se acercó a Baurus, y le planteó la misma pregunta que había hecho a Shaco poco después de haber abandonado el torreón esa misma tarde.
—Baurus, ¿podrías facilitarme el nombre de la especie y el mundo a los que perteneces?
Una vez obtuvo su respuesta del humano, pues ahora estaba seguro de que ese era el nombre de la especie al coincidir ambos congéres, no volvió a abrir la boca hasta la cena.
Durante la misma comió en silencio, tan solo con intención de intervenir si alguien fuese a servirse de la miel, ya que la comprobación de la que le había hablado a Cío aquel mismo mediodía se trataba de ni más ni menos que volver a servirse él mismo una cantidad parecida a la tomada durante la antecedente cena de aquel jugo y comprobar qué sucedía. Dicho y hecho, el biomecánico hizo de su postre un experimento y nada más terminar de cenar ocupó el mismo sillón que la noche anterior para sumergirse una vez más en su terminal lleno de aquellas dos únicas cifras, atento a cualquier cambio que notase en su aparato digestivo.
Cientos de líneas de código más tarde, el elevado volumen proveniente de aquel aparato que tenía toda la pinta de ser un ordenador algo desfasado, al menos para los cánones irrenses ya que supuso que para los humanos podría ser bastante actual, lo distrajo considerablemente de su tarea. Trató de ignorarlo, pero los decibelios eran lo suficientemente elevados como para distraerlo con frecuencia. La situación se volvió insostenible cuando la molestia dejó de ser intermitente y se volvió continua. Justo después de que Nero se acercase a Shaco, Archime se levantó con lentitud del sofá y se acercó al sinhadre y el humano, todavía sin dejar de teclear.
—Disculpa, Shaco, pero si no dispones de auriculares deberías modular adecuadamente el volumen de tu ordenador. Además, desconozco las costumbres de tu planeta al respecto, pero me consta que ese tipo de ocio suele consumirse en privado —le dijo sin variar en ningún momento su habitual tono de voz.
Les dedicó una breve mirada a ambos chicos y, sin más, volvió a su lugar en el sillón, convencido de que el humano le haría caso.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
29/08/13, 08:05 pm
Lara pasó el resto del día en el patio, para disfrutar del poco aire que pudiera entrar. Había utilizado un par de vértebras -probablemente de un jefe final, por el tamaño- para improvisar un taburete y un reposapies. Con la pierna herida en alto y la espalda contra la pared, se dedicó a contar cuentos a sus niños y jugar con ellos con el fin de mantenerlos despiertos para evitar una noche como la de ayer.
-Y mamá saltó sobre los serpelinos, ayudada por sus poderes de afín al viento. Mató a tres o cuatro antes de caer al suelo gracilmente y corrió triunfal hasta casa, con una cesta en cada brazo. Trajo carne de sobra para alimentar a una jauría de bernos que (...)-Lara no quería que sus hijos crecieran escuchando historias negativas en las que los protagonistas veían sus culos mordidos por una manada de monstruos hambrientos. Aunque tal vez se pasara un poco distorsionando cosas-. Así, los antiguos habitantes de esta torre, ayudados del afin de las promesas aseguradas, consiguieron derrotar al malvado alacrán de dos colas. Sin embargo, el esfuerzo mágico fue tal, que les costó su cuerpo y acabaron transformándose en los pájaros negros de ahí arriba. Sus espíritus están ligados al nido y el precio de su deseo los obliga a cuidar de todos los nuevos habitantes que van llegando (...)-hubo un momento en el que Lara no sabía a quién se suponía que debían reconfortar sus historias, si a sus bebés o a ella.
Llegó la noche y, por seguridad, la ordesa decidió recoger su puesto y colarse en el salón. Cenó con muchas ganas, participando en las conversaciones que se dieran o tratando de inaugurar las suyas propias si encontraba la oportunidad. Después volvió al salón y descansó hasta que empezó a oír gemidos procedientes de uno de esos aparatos extraordeses. La curiosidad le pudo y se asomó para ver con disgusto que era solo una escena de sexo entre calvos. A uno de ellos le colgaban esas tetas hinchadas que compartía con Keiria y Ri. Lara, al contrario que Shaco y Nero, decidió que no le gustaba la escena. <<Qué mala elección de actores>>. En Ordesta no había películas porno, pero sí representaciones en vivo en los 420.
-Si os pajeáis, luego lo dejáis todo limpio; que no he venido a esta ciudad a limpiar los restos de vuestras necesidades sexuales-y dejado eso claro, subió a la habitación. Al igual que a Archi, el ruido la molestaba. A ella y a sus pequeños, y si alguna vez tuvieran que oír gemidos sus bebés, ya lo harían de cosas con más clase que los pelones del aparato de Shaco.
-Y mamá saltó sobre los serpelinos, ayudada por sus poderes de afín al viento. Mató a tres o cuatro antes de caer al suelo gracilmente y corrió triunfal hasta casa, con una cesta en cada brazo. Trajo carne de sobra para alimentar a una jauría de bernos que (...)-Lara no quería que sus hijos crecieran escuchando historias negativas en las que los protagonistas veían sus culos mordidos por una manada de monstruos hambrientos. Aunque tal vez se pasara un poco distorsionando cosas-. Así, los antiguos habitantes de esta torre, ayudados del afin de las promesas aseguradas, consiguieron derrotar al malvado alacrán de dos colas. Sin embargo, el esfuerzo mágico fue tal, que les costó su cuerpo y acabaron transformándose en los pájaros negros de ahí arriba. Sus espíritus están ligados al nido y el precio de su deseo los obliga a cuidar de todos los nuevos habitantes que van llegando (...)-hubo un momento en el que Lara no sabía a quién se suponía que debían reconfortar sus historias, si a sus bebés o a ella.
Llegó la noche y, por seguridad, la ordesa decidió recoger su puesto y colarse en el salón. Cenó con muchas ganas, participando en las conversaciones que se dieran o tratando de inaugurar las suyas propias si encontraba la oportunidad. Después volvió al salón y descansó hasta que empezó a oír gemidos procedientes de uno de esos aparatos extraordeses. La curiosidad le pudo y se asomó para ver con disgusto que era solo una escena de sexo entre calvos. A uno de ellos le colgaban esas tetas hinchadas que compartía con Keiria y Ri. Lara, al contrario que Shaco y Nero, decidió que no le gustaba la escena. <<Qué mala elección de actores>>. En Ordesta no había películas porno, pero sí representaciones en vivo en los 420.
-Si os pajeáis, luego lo dejáis todo limpio; que no he venido a esta ciudad a limpiar los restos de vuestras necesidades sexuales-y dejado eso claro, subió a la habitación. Al igual que a Archi, el ruido la molestaba. A ella y a sus pequeños, y si alguna vez tuvieran que oír gemidos sus bebés, ya lo harían de cosas con más clase que los pelones del aparato de Shaco.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
29/08/13, 09:04 pm
Cuando dieron por concluida la conversación cada uno se fue un poco por su lado. Cío bajó a la armería cojeando y dejó el alfanje donde lo había encontrado, y al volver al piso superior tuvo que detenerse a palpar las vendas de la pierna. Lo mejor que podía hacer era quedarse quieto, pero no había nada que hacer. No entendía su ordenador, no tenía con quién conversar y nunca había echado tanto en falta una maldita videoconsola. Se dejó caer en uno de los sofás echando los brazos por detrás del respaldo y miró el techo, perdiéndose en el ritmo acelerado de la música que sonaba dentro de sus oídos, lo único que su ordenador podía ofrecerle ahora. Pasaron los minutos, las canciones. Una de ellas apenas la conocía, pero terminó dándose cuenta de dónde la había sacado. «No lo hacía mal, el cabrón». Radilo siempre había trabajado para salir de su pueblucho, nunca perdía los ánimos y estaba dispuesto a ser músico antes que aceptar cuál era su lugar. Y sin embargo, él era el manso de los dos, el que aceptaba la vía legal de hacer las cosas. Cío comenzó a jugar con su falangeta de nuevo. Qué cara se le había quedado a su hermano. Él, que siempre se había quejado pero nunca había movido un dedo, había sido cosechado. Como un remedio mágico a las plegarias que no habían existido. «Qué ironía». Pero el hecho era que le habían engañado y, aunque había salido del pueblo, todavía no tenía ni idea de si aquello era para bien. Se preguntó si a su padre le alegraría verle en aquella situación, y luego le sacó de sus pensamientos. Ya que no le tenía cerca podía permitirse no volver a pensar en él.
La hora de la cena se podía anticipar por el olor, que le atrajo a la cocina para ver qué se preparaba. Su estómago le pedía comida insistentemente casi desde que había dejado de jadear tras la carrera. Cuando terminaron, le sorprendió ver a Archi sirviéndose del mismo tarro que la noche anterior.
—Tú verás lo que haces —advirtió mientras se columpiaba en la silla. Los crujidos sí le llegaron esta vez, y con fastidio volvió a apoyar las cuatro patas en el suelo.
Ya de noche, salió a recoger las sábanas que había dejado a cargo del pájaro de piedra, ya secas. Los murciélagos flamígeros habían salido ya e, hipnotizado, observó sus quiebros en el aire, juzgando inconscientemente de inofensivas aquellas criaturas que ignoraban a los cosechados. «Debe de ser un fuego mágico, porque si no ya habrían ardido todas las casas donde se metan». Cuando volvió al interior del torreón y empezó a subir las escaleras, escuchó los gemidos de la película de Shaco que habían atraído a una pequeña multitud que le reprendía o curioseaba, aunque cuando llegó a junto el chico, solo quedaba cerca el sinhadre, muerto de risa. La reacción tanto de Archi como de Lara le habían hecho reír a él también por lo absurdo de la escena, aunque no alcanzaba a entender por qué el chico se había puesto a ver porno en medio de las escaleras. El aparato del humano no utilizaba hologramas y se le antojó muy curioso, pero en aquella ocasión era difícil que fuera eso lo que más le llamase la atención.
—Oye, espabilado —le dijo al pelirrojo riendo—, creo que en la letrina encontrarás un ambiente más romántico para estar a solas con tu cacharro.
«Me pregunto si en su mundo verán porno en familia». Y era del malo, vaya si lo era.
La hora de la cena se podía anticipar por el olor, que le atrajo a la cocina para ver qué se preparaba. Su estómago le pedía comida insistentemente casi desde que había dejado de jadear tras la carrera. Cuando terminaron, le sorprendió ver a Archi sirviéndose del mismo tarro que la noche anterior.
—Tú verás lo que haces —advirtió mientras se columpiaba en la silla. Los crujidos sí le llegaron esta vez, y con fastidio volvió a apoyar las cuatro patas en el suelo.
Ya de noche, salió a recoger las sábanas que había dejado a cargo del pájaro de piedra, ya secas. Los murciélagos flamígeros habían salido ya e, hipnotizado, observó sus quiebros en el aire, juzgando inconscientemente de inofensivas aquellas criaturas que ignoraban a los cosechados. «Debe de ser un fuego mágico, porque si no ya habrían ardido todas las casas donde se metan». Cuando volvió al interior del torreón y empezó a subir las escaleras, escuchó los gemidos de la película de Shaco que habían atraído a una pequeña multitud que le reprendía o curioseaba, aunque cuando llegó a junto el chico, solo quedaba cerca el sinhadre, muerto de risa. La reacción tanto de Archi como de Lara le habían hecho reír a él también por lo absurdo de la escena, aunque no alcanzaba a entender por qué el chico se había puesto a ver porno en medio de las escaleras. El aparato del humano no utilizaba hologramas y se le antojó muy curioso, pero en aquella ocasión era difícil que fuera eso lo que más le llamase la atención.
—Oye, espabilado —le dijo al pelirrojo riendo—, creo que en la letrina encontrarás un ambiente más romántico para estar a solas con tu cacharro.
«Me pregunto si en su mundo verán porno en familia». Y era del malo, vaya si lo era.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
30/08/13, 12:45 am
El aprendiz avanzaba la pelicula con cada click. No le interesaba lo suficiente para verla de cabo a rabo, pero algo le impelia a seguir viendo aquella pelicula hasta el final, aunque bien podria imaginar como acababa. Algún día, se llevaria una sorpresa y de verdad tendria un final diferente.
La presencia del sinhadre pasó desapercibida para el ruso hasta que fue demasiado tarde. Su comentario sobre la visualización le hizo que se llevara la mano al pecho, presa de un susto que habria matado a un animal casi tan nervioso como el aprendiz. La mano, sin embargo, permaneció poco tiempo agarrando su pecho, pues la consola se le habia resbalado de los dedos, precipitandose al suelo que, aunque era poca caida, valoraba más la máquina que si vida misma. Se soltó de los pies y se abalanzó sobre la consola, atrapandola en mitad del aire y cayendo con todo su peso sobre el suelo, soltando un lastimoso gruñido al encontrarse de cara al dolor, una vez más.
En cuanto se puso de pie, lentamente debido a la realidad del dolor, adoptó una postura defensiva, vagamente recordaba a la grulla, pero debido a que portaba la consola entre sus manos, las llevó a un lado, ocultandola de la vista del chico de pelo morado. Aun con la rodilla hincando el aire y la otra haciendo de columna para su peso, el aprendiz soltó una pequeña exclamación que habia visto incontabels veces en peliculas de kung fu.
-¡¡¡ooooOOOOOoooooOOOhhh!!!-su cara se tensaba a medida que su voz recorria los altibajos. Parecia una postura de lucha, pero la poca seriedad que emanaba del aprendiz lo hizo ver claramente como otra de sus tonterias.- ¡Espiaaaar es de maaala educación~!-le dijo entonces con voz cantarina mientras le negaba abiertamente con la cabeza.
Pero no pudo ver su reacción, pronto se vió rodeado de gente. ¿Que querrian de pronto? Todos se fijaban en su consola y el aprendiz naturalmente la ocultó de la vista, mientras retrocedia. Si se la querian quitar pagaria caro su propia vida. Fue el Edward Elric de baja forma quien le sacó de su error. Su mirada recorrió el contorno de la consola hasta descubrir que, en efecto, no tenia cascos puestos, una mala costumbre que tenia de haber estado viviendo solo. Parpadeó lentmente mientras dejaba que sus procesos mentales siguiesen su curso.
-¡Significa entonces que...!-exclamó, sin llegar a terminar su frase. Sus orejas y mejillas adquirieron un vago color sonrojado. Pero no queria dar aquella lastimosa apariencia. Sacudió la cabeza violentamente hacia los lados y antes de poder responder al Irrense, este se marchó de nuevo. Pronto en su lugar habló Lara Croft y luego el Edward Elric de malas pulgas, sacándole aún más los colores al aprendiz. La defensa de este ante la acusación de la ordesa fue dominada por las más bizarra de las aventuras. Poniendo la palma de la mano sobre su cara, revelando tan solo un ojo y señalando a la ordesa acusadoramente, adoptó una voz muy profunda, cargada de fuerza y confianza.
-¿¡Por quién me tomas, Lara Croft!?-realizó varias florituras de manos, cambiando a otra postura en la que ladeaba la cabeza y reposaba su barbilla en sus nudillos mientras marcaba trasero.-¡Mi interés por el mundo 3-D es casi nimio!-añadió, pero no tardó en volver a cambiar de postura y, dibujando con sus dedos una camara de fotos entre el irrense y él, terminó añadiendo.-¡Con esto no tendria ni para empezar, Syo!-
Y se sumió en una profunda y confiada risa de poderio, mientras apoyaba sus muñecas en su cintura. Esta risa carecia del latiguillo habitual del aprendiz en su risa de siempre. Cuando esta murió, el aprendiz volvio a su habitual persona brindando su sonrisa.
-Pero si que ha sido culpa mia, despues de todo. Que ya no vivo solo...-juntó las palmas e inclinó un poco la cabeza, en señal de arrepentimiento.-Prometo que no volverá a pasar.-añadió, soltando un guiño bromista por debajo de las gafas que no se pudo apreciar.
La presencia del sinhadre pasó desapercibida para el ruso hasta que fue demasiado tarde. Su comentario sobre la visualización le hizo que se llevara la mano al pecho, presa de un susto que habria matado a un animal casi tan nervioso como el aprendiz. La mano, sin embargo, permaneció poco tiempo agarrando su pecho, pues la consola se le habia resbalado de los dedos, precipitandose al suelo que, aunque era poca caida, valoraba más la máquina que si vida misma. Se soltó de los pies y se abalanzó sobre la consola, atrapandola en mitad del aire y cayendo con todo su peso sobre el suelo, soltando un lastimoso gruñido al encontrarse de cara al dolor, una vez más.
En cuanto se puso de pie, lentamente debido a la realidad del dolor, adoptó una postura defensiva, vagamente recordaba a la grulla, pero debido a que portaba la consola entre sus manos, las llevó a un lado, ocultandola de la vista del chico de pelo morado. Aun con la rodilla hincando el aire y la otra haciendo de columna para su peso, el aprendiz soltó una pequeña exclamación que habia visto incontabels veces en peliculas de kung fu.
-¡¡¡ooooOOOOOoooooOOOhhh!!!-su cara se tensaba a medida que su voz recorria los altibajos. Parecia una postura de lucha, pero la poca seriedad que emanaba del aprendiz lo hizo ver claramente como otra de sus tonterias.- ¡Espiaaaar es de maaala educación~!-le dijo entonces con voz cantarina mientras le negaba abiertamente con la cabeza.
Pero no pudo ver su reacción, pronto se vió rodeado de gente. ¿Que querrian de pronto? Todos se fijaban en su consola y el aprendiz naturalmente la ocultó de la vista, mientras retrocedia. Si se la querian quitar pagaria caro su propia vida. Fue el Edward Elric de baja forma quien le sacó de su error. Su mirada recorrió el contorno de la consola hasta descubrir que, en efecto, no tenia cascos puestos, una mala costumbre que tenia de haber estado viviendo solo. Parpadeó lentmente mientras dejaba que sus procesos mentales siguiesen su curso.
-¡Significa entonces que...!-exclamó, sin llegar a terminar su frase. Sus orejas y mejillas adquirieron un vago color sonrojado. Pero no queria dar aquella lastimosa apariencia. Sacudió la cabeza violentamente hacia los lados y antes de poder responder al Irrense, este se marchó de nuevo. Pronto en su lugar habló Lara Croft y luego el Edward Elric de malas pulgas, sacándole aún más los colores al aprendiz. La defensa de este ante la acusación de la ordesa fue dominada por las más bizarra de las aventuras. Poniendo la palma de la mano sobre su cara, revelando tan solo un ojo y señalando a la ordesa acusadoramente, adoptó una voz muy profunda, cargada de fuerza y confianza.
-¿¡Por quién me tomas, Lara Croft!?-realizó varias florituras de manos, cambiando a otra postura en la que ladeaba la cabeza y reposaba su barbilla en sus nudillos mientras marcaba trasero.-¡Mi interés por el mundo 3-D es casi nimio!-añadió, pero no tardó en volver a cambiar de postura y, dibujando con sus dedos una camara de fotos entre el irrense y él, terminó añadiendo.-¡Con esto no tendria ni para empezar, Syo!-
Y se sumió en una profunda y confiada risa de poderio, mientras apoyaba sus muñecas en su cintura. Esta risa carecia del latiguillo habitual del aprendiz en su risa de siempre. Cuando esta murió, el aprendiz volvio a su habitual persona brindando su sonrisa.
-Pero si que ha sido culpa mia, despues de todo. Que ya no vivo solo...-juntó las palmas e inclinó un poco la cabeza, en señal de arrepentimiento.-Prometo que no volverá a pasar.-añadió, soltando un guiño bromista por debajo de las gafas que no se pudo apreciar.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
30/08/13, 05:26 pm
La cena volvió a tener lugar de forma desesperantemente lenta. La hora a la que Keiria los llamó coincidía con aquella a la que los tres intrusos habían hecho acto de presencia el día anterior, así que Taro empezó a sospechar que los demás solían guardar una especie de horario al respecto.
"No tiene sentido." ¿Para qué atracarse a una hora y luego pasar las siguientes completamente en ayunas? ¿No se morían de hambre mientras?
No se quejó para no dar el cante, pero aún así fue el primero en terminar con diferencia y en levantarse de la mesa.
A esas horas solía subir a la azotea de la residencia y cubrir el mismo recorrido por los tejados que el día en que le cosecharon, pero Taro había aprendido la lección y no se fiaba un pelo de lo que pudiera encontrar ahí fuera. Decidió salir al patio a comprobar si alguna parte de Maciel era trepable y en la intención se quedó, ya que los murciélagos flamígeros parecían decirle en silencio que si no quería recibir un placaje quemadura mientras escalaba el torreón que se volviese por donde había venido. Taro les hizo caso y se conformó con el patio como lugar de prácticas.
Gastó un lapso indefinido de tiempo haciendo los trucos que podía en las paredes que amurallaban el patio. Pretendía encaramarse a una de ellas y desde allí divisar el resto de la ciudad pero se tuvo que quedar a mitad de camino, porque en lo que se impulsó lo suficientemente alto con las piernas pudo ver algo que le impedía agarrarse y trepar.
"¿Qué clase de imbécil pone cristales en lo alto de un muro?", se preguntó frustrado una vez en el suelo. "Si querían fortificar de verdad el sitio, ¿por qué no lo hicieron con magia? ¿Es que con el truco de la fuentecita se les acabó?"
A la vuelta llevaba los auriculares funcionando a todo volumen, por lo que se le pasó completamente por alto la conmoción que tenía lugar arriba. Sí se dio cuenta de que ya quedaba menos gente en la cocina, y aprovechó para escamotear de nuevo una barrita energética. Apenas habían pasado unas horas desde la cena y ya volvía a tener hambre... Cada vez entendía menos cómo aquella gente aguantaba tanto tiempo en ayunas con comidas tan ligeras. Notó la mirada de Ri sobre él y se encogió de hombros como pidiéndole que no se chivase.
Por las escaleras se encontró con un grupito reunido en torno a Shaco, y como aún no había bajado el volumen del mp3 se limitó a dirigirles una mirada inquisitiva.
Volvió a encogerse lo más que pudo en la cama antes de dormirse con la música aún puesta. Los bebés de Lara continuaron llorando aunque esta vez a intervalos menos continuados, pero Taro estaba demasiado cansado para darle importancia.
"No tiene sentido." ¿Para qué atracarse a una hora y luego pasar las siguientes completamente en ayunas? ¿No se morían de hambre mientras?
No se quejó para no dar el cante, pero aún así fue el primero en terminar con diferencia y en levantarse de la mesa.
A esas horas solía subir a la azotea de la residencia y cubrir el mismo recorrido por los tejados que el día en que le cosecharon, pero Taro había aprendido la lección y no se fiaba un pelo de lo que pudiera encontrar ahí fuera. Decidió salir al patio a comprobar si alguna parte de Maciel era trepable y en la intención se quedó, ya que los murciélagos flamígeros parecían decirle en silencio que si no quería recibir un placaje quemadura mientras escalaba el torreón que se volviese por donde había venido. Taro les hizo caso y se conformó con el patio como lugar de prácticas.
Gastó un lapso indefinido de tiempo haciendo los trucos que podía en las paredes que amurallaban el patio. Pretendía encaramarse a una de ellas y desde allí divisar el resto de la ciudad pero se tuvo que quedar a mitad de camino, porque en lo que se impulsó lo suficientemente alto con las piernas pudo ver algo que le impedía agarrarse y trepar.
"¿Qué clase de imbécil pone cristales en lo alto de un muro?", se preguntó frustrado una vez en el suelo. "Si querían fortificar de verdad el sitio, ¿por qué no lo hicieron con magia? ¿Es que con el truco de la fuentecita se les acabó?"
A la vuelta llevaba los auriculares funcionando a todo volumen, por lo que se le pasó completamente por alto la conmoción que tenía lugar arriba. Sí se dio cuenta de que ya quedaba menos gente en la cocina, y aprovechó para escamotear de nuevo una barrita energética. Apenas habían pasado unas horas desde la cena y ya volvía a tener hambre... Cada vez entendía menos cómo aquella gente aguantaba tanto tiempo en ayunas con comidas tan ligeras. Notó la mirada de Ri sobre él y se encogió de hombros como pidiéndole que no se chivase.
Por las escaleras se encontró con un grupito reunido en torno a Shaco, y como aún no había bajado el volumen del mp3 se limitó a dirigirles una mirada inquisitiva.
Volvió a encogerse lo más que pudo en la cama antes de dormirse con la música aún puesta. Los bebés de Lara continuaron llorando aunque esta vez a intervalos menos continuados, pero Taro estaba demasiado cansado para darle importancia.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
30/08/13, 07:57 pm
Nero había sonreido con el sobresalto de Shaco, que era, mas o menos, lo que pretendía. Pero las siguientes intervenciones le arrancaron una risa, que solo se reforzó cuando la situación se alargó y el chico sin-ojos empezó a ponerse rojo como un tomate.
Terminada la conversación y sin hacer mayor comentario, se pasó por el sofá de Ri, que le dirigió una pregunta muda con la mirada.
- Dime, Ri, ¿no te parece que estamos en el mejor sitio posible?
- Es una pregunta extraña.- dijo al cabo de unos segundos, con calma.- Teniendo en cuenta que casi te matan, y tu cara tuvo tiempos mejores.
- No lo habría descrito mejor.- las comisuras de su boca dibujaron burla por unos momentos, pero su tono general era serio.- Tenemos compañeros de vivienda muy interesantes.
- Me resulta interesante que te aguanten. Supongo que es transitorio.- manifestó Ri. En publico, aquella conversación no estaría teniendo lugar. Jamás Anriel le faltaría al respeto, ni Nero hablaría como lo hacía ahora. El edeel de vez en cuando compartía sus ideas con ella, y aun así era críptico en todo lo que decía. Era como si escogiese pensamientos al azar para soltarlos, y probar a que le sabían en la lengua.
- También la vida y aqui nos tienes en ella. - su parte oscura se sentó en uno de los reposabrazos con una sonrisa enigmatica, pero lo que fuera a decir se lo calló, porque apareció alguien por las escaleras. - Te visito más tarde. ¿Dormirás arriba?
- Los sofás no son mi idea de comodidad.- fue toda su respuesta.
Con un bufido de diversión Nero se marchó despidiendo con dos dedos.
- No cojas mala postura, Ri.
Ri pasó otro tiempo largo sin hacer gran cosa, reflexionando. Solo la interrumpió ver a Taro dirigiendose a la cocina y saliendo de ella con parte de la poca comida que habían conseguido. Se quedó mirandolo y el chico se encogió de hombros. ¿Era un gesto de disculpa,o de no importancia? A ella desde luego le daba lo mismo. "Yo mañana tengo un pie que no admite salidas, serás tu quien se juegue el cuello por remplazar lo que te estas comiendo", pensó regresando a su postura de mirar el techo. Maldecía el momento en que a Nero le había parecido una gran idea ir. Maldecía a Nero, por seguir pensando que era una gran idea. Y maldecía su miedo, que amenazaba siempre a su autocontrol y fachada. En un determinado momento, quedandose dormida, decidió hablarle al chico-bestia que toqueteaba su brazo de metal desde hacía tiempo, en otro sofá. A decir verdad, toquetear su brazo es casi todo lo que le había visto hacer.
- Vosotros sois diurnos, o eso parecen tus amigos. ¿No te vas a dormir?
Terminada la conversación y sin hacer mayor comentario, se pasó por el sofá de Ri, que le dirigió una pregunta muda con la mirada.
- Dime, Ri, ¿no te parece que estamos en el mejor sitio posible?
- Es una pregunta extraña.- dijo al cabo de unos segundos, con calma.- Teniendo en cuenta que casi te matan, y tu cara tuvo tiempos mejores.
- No lo habría descrito mejor.- las comisuras de su boca dibujaron burla por unos momentos, pero su tono general era serio.- Tenemos compañeros de vivienda muy interesantes.
- Me resulta interesante que te aguanten. Supongo que es transitorio.- manifestó Ri. En publico, aquella conversación no estaría teniendo lugar. Jamás Anriel le faltaría al respeto, ni Nero hablaría como lo hacía ahora. El edeel de vez en cuando compartía sus ideas con ella, y aun así era críptico en todo lo que decía. Era como si escogiese pensamientos al azar para soltarlos, y probar a que le sabían en la lengua.
- También la vida y aqui nos tienes en ella. - su parte oscura se sentó en uno de los reposabrazos con una sonrisa enigmatica, pero lo que fuera a decir se lo calló, porque apareció alguien por las escaleras. - Te visito más tarde. ¿Dormirás arriba?
- Los sofás no son mi idea de comodidad.- fue toda su respuesta.
Con un bufido de diversión Nero se marchó despidiendo con dos dedos.
- No cojas mala postura, Ri.
Ri pasó otro tiempo largo sin hacer gran cosa, reflexionando. Solo la interrumpió ver a Taro dirigiendose a la cocina y saliendo de ella con parte de la poca comida que habían conseguido. Se quedó mirandolo y el chico se encogió de hombros. ¿Era un gesto de disculpa,o de no importancia? A ella desde luego le daba lo mismo. "Yo mañana tengo un pie que no admite salidas, serás tu quien se juegue el cuello por remplazar lo que te estas comiendo", pensó regresando a su postura de mirar el techo. Maldecía el momento en que a Nero le había parecido una gran idea ir. Maldecía a Nero, por seguir pensando que era una gran idea. Y maldecía su miedo, que amenazaba siempre a su autocontrol y fachada. En un determinado momento, quedandose dormida, decidió hablarle al chico-bestia que toqueteaba su brazo de metal desde hacía tiempo, en otro sofá. A decir verdad, toquetear su brazo es casi todo lo que le había visto hacer.
- Vosotros sois diurnos, o eso parecen tus amigos. ¿No te vas a dormir?
-
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
30/08/13, 08:35 pm
Archime se dio por satisfecho en cuanto el molesto sonido procedente del anticuado ordenador de Shaco cesó. No prestó atención a la conversación que se desarrollaba escaleras arriba, que de todas formas apenas llegaba a sus oídos con tanta distancia de por medio y conintuó programando incansablemente. No levantó la cabeza ni siquiera cuando la sinhadre se sentó en otro de los sofás, pero salió con un respingo de su completa abstracción cuando la chica le dirigió la palabra.
Tardó unos segundos en procesar lo que le había dicho, ya que se encontraba totalmente absorto cuando le habló. Levantó la cabeza hacia ella mientras recordaba sus palabras, antes de volver a agacharla y seguir a lo suyo mientras le respondía.
—Prefiero continuar trabajando, el resto del día se suceden las distracciones con excesiva frecuencia —comenzó a hablar sin variar su monocorde tono y, tras una pausa, siguió hablando—. Has mencionado que somos diurnos. Asumo que tu suposición trata sobre nuestros hábitos de sueño. ¿Debo entender, entonces, que los sinhadres hacéis vida habitualmente durante la noche y dormís en horario diurno?
Tardó unos segundos en procesar lo que le había dicho, ya que se encontraba totalmente absorto cuando le habló. Levantó la cabeza hacia ella mientras recordaba sus palabras, antes de volver a agacharla y seguir a lo suyo mientras le respondía.
—Prefiero continuar trabajando, el resto del día se suceden las distracciones con excesiva frecuencia —comenzó a hablar sin variar su monocorde tono y, tras una pausa, siguió hablando—. Has mencionado que somos diurnos. Asumo que tu suposición trata sobre nuestros hábitos de sueño. ¿Debo entender, entonces, que los sinhadres hacéis vida habitualmente durante la noche y dormís en horario diurno?
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
30/08/13, 08:46 pm
-Si. ¿No hay nadie más aqui?- "No hay nadie normal en este sitio?" era la pregunta correcta. Luego se decidió a hacer otra pregunta, al darle la sensación de que el chico bestia no parecía molestarse con ellas.- Y dime, si el día te distrae, y en la noche estas con el metal de tu brazo, ¿en que momento duermes?
-
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
30/08/13, 09:03 pm
Archime dejó de teclear momentáneamente al escuchar la pregunta de Anriel. ¿En qué momento dormía? Nunca pensaba demasiado en sus propios horarios de sueño, aunque hubiese evidenciado en voz alta que conocía las costumbres irrenses al respecto.
—Desde que comencé a ejercer como biomecánico, al parecer observaron en mí cierta tendencia a obviar el paso del tiempo mientras trabajo, por lo que a la persona que solicité para realizar la limpieza en mi taller los días pares, le encargaron que se ocupase de recordarme las paradas que debía efectuar para comer y dormir. Los días pares de madrugada existían dos posibilidades. La primera consistía en que el inicio del amanecer llamase mi atención y sucesivos bostezos me incitasen a acostarme durante unas horas. La segunda posibilidad era despertarse sobre la mesa de trabajo, no siendo consciente del momento en el que me sobrevenía el sueño —aunque había seguido tecleando mientras relataba aquellos detalles de su rutina, había hecho más pausas de lo habitual. Ello se debía a que el ingeniero comenzaba a echar en falta su casa, donde vivía y trabajaba sin descanso. Esto último era el motivo por el que realmente lo echaba en falta— Creo que eso responde a tu duda con cierta precisión, ¿no es así? —añadió tras unos segundos de silencio en los que había mirado fijamente hacia una pared para después seguir tecleando a ritmo frenético.
—Desde que comencé a ejercer como biomecánico, al parecer observaron en mí cierta tendencia a obviar el paso del tiempo mientras trabajo, por lo que a la persona que solicité para realizar la limpieza en mi taller los días pares, le encargaron que se ocupase de recordarme las paradas que debía efectuar para comer y dormir. Los días pares de madrugada existían dos posibilidades. La primera consistía en que el inicio del amanecer llamase mi atención y sucesivos bostezos me incitasen a acostarme durante unas horas. La segunda posibilidad era despertarse sobre la mesa de trabajo, no siendo consciente del momento en el que me sobrevenía el sueño —aunque había seguido tecleando mientras relataba aquellos detalles de su rutina, había hecho más pausas de lo habitual. Ello se debía a que el ingeniero comenzaba a echar en falta su casa, donde vivía y trabajaba sin descanso. Esto último era el motivo por el que realmente lo echaba en falta— Creo que eso responde a tu duda con cierta precisión, ¿no es así? —añadió tras unos segundos de silencio en los que había mirado fijamente hacia una pared para después seguir tecleando a ritmo frenético.
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