Torreón Maciel (Archivo VII)
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Torreón Maciel (Archivo VII)
05/08/13, 03:48 am
Recuerdo del primer mensaje :
Torreón de cuatro plantas de piedra azulada, cuya azotea y última planta fueron destrozadas por una ballena, de la que ya solo queda el esqueleto. Allí anidan las estirges. Se accede por un puende levadizo y un portón. El corredor de la entrada está plagado de pintadas y mensajes y termina en una reja llena de púas. El patio, donde se reparten algunas vértebras del animal del techo, está rodeado de un muro coronado con cristales, y en el centro de éste hay una estatua de gran pájaro negro con el pico serrado en cuya base está apoyado el reloj robado del torreón Margalar.
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- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
18/03/15, 09:01 pm
Sonrió feliz de que Twixy's aceptara, sintiendo un poco de cosquillas cuando ella le abrazo y restregó su mejilla con la suya. La respuesta de Hal también le dio un poco que pensar, eso implicaba que cargar los cristales era algo que debían intentar hacer siempre que pudieran, era mejor tener algunas reservas pues no se sabia que podía pasar a futuro. El hechizo térmico no era el único que había en el libro.
Finalmente se decidió a probar ella misma en hacer el hechizo tras ver que incluso Twixy's y Ergot se ponían a mirar el libro o intentaba realizar por pura memoria. Ella no pudiendo leer, tuvo que escuchar la explicación de Hal manteniéndose cerca suya para oír claramente la pronunciación del hechizo y los gestos. Su buena memoria era muy útil en esos momentos por lo que ya segura de tener clara la pronunciación y lo gestos a usar.
-¡Bien Twixy's, eres genial! Voy a intentarlo, creo que ya me lo se de tanto escucharlo-exclamo Samika feliz de ver que a la frivy había podido realizar la magia con facilidad. No parecía tan difícil viendo tras haberlo visto repetido tantas veces, por lo que mas animada que nunca ante la posibilidad de que ella también consiguiera hacer ese pequeño milagro que supondría un gran cambio- ¿Podrías verme por si me confundo en algún gesto?- le pidió a la frivy, antes de, nerviosa como estaba respiro hondo, antes de acercarse a uno de los cubos cuya agua ya se había enfriado, realizando los pasos tal y como lo recordaba y pronunciado el hechizo en el momento indicado. No era difícil para ella recordar algo una vez había sido grabado en su memoria por lo que tenia bastante seguridad en si misma, al menos en cuanto al hechizo. Lo intento, notando gracias a Twix que no estaba haciendo los gestos correctamente por lo que tuvo que volver a empezar.
Tras un par de intentos y correcciones, al fin el hechizo le salio tal y como debía y una sonrisa se plasmo en su rostro, y ansiosa por el resultado, se acerco al cubo. Nada había pasado. El agua seguía tan fría como al inicio.
-¿Eh? Estoy segura que lo hice bien esta vez -murmuro Samika un poco confundida, repitiéndolo de nuevo. De nuevo obtuvo el mismo resultado y aquello comenzó a ponerle un poco ansiosa, aquello no le estaba gustando. Estaba completamente segura de estar haciéndolo correctamente pues ni siquiera Twixy's notaba fallo alguno en sus palabras o gestos ¿Porque el agua no se calentaba entonces? "Tranquila Samika, debe ser que a algunos les cuesta mas que a otros, venga inténtalo de nuevo, seguro que esta vez te sale. Concéntrate" intento animarse, respirando hondo un par de veces antes de volver a intentarlo, no una tercera, sino una cuarta, una quinta...Nada. Cuando vio que intentara lo que intentara y repitiera las veces que repitiera, mas nerviosa por cada vez que lo hacia, no obtenía resultado alguno, sintió como todo el techo del torreón se le caía encima piedra por piedra. Resquebrajándose igual que sus ilusiones. No podía sacar nada.
-Por que...¿porque no me sale? Estoy diciéndolo bien...- susurro mirando con cierta desesperación sus manos que empezaban a temblar, totalmente fuera de su control. ¿Donde estaba la magia? Toda su alegría anterior esfumándose con la misma velocidad con la que había llegado. Miro a Hal,como si este pudiera tener alguna respuesta para su condición- Hal...- susurro con una sonrisa un poco tensa y la mirada temblorosa, en una pregunta muda hacía el carabes sobre lo que le pasaba, no muy segura aun así de si quería saber lo que parecía evidente ya tras tantos intentos: Estaba vacía.
Finalmente se decidió a probar ella misma en hacer el hechizo tras ver que incluso Twixy's y Ergot se ponían a mirar el libro o intentaba realizar por pura memoria. Ella no pudiendo leer, tuvo que escuchar la explicación de Hal manteniéndose cerca suya para oír claramente la pronunciación del hechizo y los gestos. Su buena memoria era muy útil en esos momentos por lo que ya segura de tener clara la pronunciación y lo gestos a usar.
-¡Bien Twixy's, eres genial! Voy a intentarlo, creo que ya me lo se de tanto escucharlo-exclamo Samika feliz de ver que a la frivy había podido realizar la magia con facilidad. No parecía tan difícil viendo tras haberlo visto repetido tantas veces, por lo que mas animada que nunca ante la posibilidad de que ella también consiguiera hacer ese pequeño milagro que supondría un gran cambio- ¿Podrías verme por si me confundo en algún gesto?- le pidió a la frivy, antes de, nerviosa como estaba respiro hondo, antes de acercarse a uno de los cubos cuya agua ya se había enfriado, realizando los pasos tal y como lo recordaba y pronunciado el hechizo en el momento indicado. No era difícil para ella recordar algo una vez había sido grabado en su memoria por lo que tenia bastante seguridad en si misma, al menos en cuanto al hechizo. Lo intento, notando gracias a Twix que no estaba haciendo los gestos correctamente por lo que tuvo que volver a empezar.
Tras un par de intentos y correcciones, al fin el hechizo le salio tal y como debía y una sonrisa se plasmo en su rostro, y ansiosa por el resultado, se acerco al cubo. Nada había pasado. El agua seguía tan fría como al inicio.
-¿Eh? Estoy segura que lo hice bien esta vez -murmuro Samika un poco confundida, repitiéndolo de nuevo. De nuevo obtuvo el mismo resultado y aquello comenzó a ponerle un poco ansiosa, aquello no le estaba gustando. Estaba completamente segura de estar haciéndolo correctamente pues ni siquiera Twixy's notaba fallo alguno en sus palabras o gestos ¿Porque el agua no se calentaba entonces? "Tranquila Samika, debe ser que a algunos les cuesta mas que a otros, venga inténtalo de nuevo, seguro que esta vez te sale. Concéntrate" intento animarse, respirando hondo un par de veces antes de volver a intentarlo, no una tercera, sino una cuarta, una quinta...Nada. Cuando vio que intentara lo que intentara y repitiera las veces que repitiera, mas nerviosa por cada vez que lo hacia, no obtenía resultado alguno, sintió como todo el techo del torreón se le caía encima piedra por piedra. Resquebrajándose igual que sus ilusiones. No podía sacar nada.
-Por que...¿porque no me sale? Estoy diciéndolo bien...- susurro mirando con cierta desesperación sus manos que empezaban a temblar, totalmente fuera de su control. ¿Donde estaba la magia? Toda su alegría anterior esfumándose con la misma velocidad con la que había llegado. Miro a Hal,como si este pudiera tener alguna respuesta para su condición- Hal...- susurro con una sonrisa un poco tensa y la mirada temblorosa, en una pregunta muda hacía el carabes sobre lo que le pasaba, no muy segura aun así de si quería saber lo que parecía evidente ya tras tantos intentos: Estaba vacía.
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
22/03/15, 11:53 pm
El repoblador atendió a las indicaciones que le daba el carabés como si de una cuestión de vida o muerte se tratase y al poco se dio cuenta de que tal vez si lo era. Cuando observó como fallaba Samika ahí donde Twixy’s y Hal habían brillado se le encogió el corazón y las hojas de su cabeza se tensaron de puro terror y pena “Oh no, no voy a poder, no va a funcionar, es imposible,… ¿Por qué no puede? ¿Hay algo mal en Samika? ¿No todos podemos hacer las cosas “magia”? ¿Y si soy demasiado pequeño? ¿Y si soy demasiado “planta”? a lo mejor es solo Samika… ¿Qué pasara con los que podemos hacer magia y los que no?...”
No pudo evitar echar miradas en dirección a la humana mientras se acercaba con pasos dubitativos al cubo de agua. Una vez frente a este, clavó sus ojos en los de Hal y asintió más para darse ánimos que buscando su permiso.
Con los nervios a flor de piel Ergot pronunció las palabras y realizó los gestos a la primera, al terminar intento apartar la vista del cubo pues estaba convencido de que había fallado pero la curiosidad lo mantuvo en su sitio pudiendo observar cómo se elevaba el vapor caliente de la superficie acuosa. Se puso a brincar por todo el torreón, todo rastro de empatía y tacto hacia Samika fue arrastrado por el tsunami de felicidad que le embargo.
-¡LO HE CONSEGUIDO! ¡¿Lo habéis visto?! ¡Puedo hacerlo! JAJAJAJAJAJA… ¡EMMIT! ¡EMMIT! ¿EMMIT LO HAS VISTO? ¿Y TU AYNE? ¡Twixy’s, Hal, yo también puedo!- El repoblador estaba tan contento y aliviado que una vez dejo de saltar y se posó sobre el sillón su cuerpo se mantuvo en movimiento: La cola se movía de un lado para otro, no había pata que estuviese inmóvil, su respiración era tan agitada que por los orificios de su espalda los sonidos se escapaban como melodías incompletas, su cabeza se balanceaba de un lado para otro con una sonrisa dibujada en el rostro. Ergot parecía que bailaba.
No pudo evitar echar miradas en dirección a la humana mientras se acercaba con pasos dubitativos al cubo de agua. Una vez frente a este, clavó sus ojos en los de Hal y asintió más para darse ánimos que buscando su permiso.
Con los nervios a flor de piel Ergot pronunció las palabras y realizó los gestos a la primera, al terminar intento apartar la vista del cubo pues estaba convencido de que había fallado pero la curiosidad lo mantuvo en su sitio pudiendo observar cómo se elevaba el vapor caliente de la superficie acuosa. Se puso a brincar por todo el torreón, todo rastro de empatía y tacto hacia Samika fue arrastrado por el tsunami de felicidad que le embargo.
-¡LO HE CONSEGUIDO! ¡¿Lo habéis visto?! ¡Puedo hacerlo! JAJAJAJAJAJA… ¡EMMIT! ¡EMMIT! ¿EMMIT LO HAS VISTO? ¿Y TU AYNE? ¡Twixy’s, Hal, yo también puedo!- El repoblador estaba tan contento y aliviado que una vez dejo de saltar y se posó sobre el sillón su cuerpo se mantuvo en movimiento: La cola se movía de un lado para otro, no había pata que estuviese inmóvil, su respiración era tan agitada que por los orificios de su espalda los sonidos se escapaban como melodías incompletas, su cabeza se balanceaba de un lado para otro con una sonrisa dibujada en el rostro. Ergot parecía que bailaba.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
23/03/15, 01:41 pm
«Twix también...» le alegraba que hubiera más personas allí que pudieran hacer magia. Si había las suficientes, si podían lo suficiente, podían tomar otro papel. No limitarse a sobrevivir... investigar. Descubrir qué era aquella ciudad, cómo había acabado así, que buscaban de la cosecha. La información era poder, en todos los mundos y en todas las épocas. Si descubrían qué querían de ellos podrían coger la sartén por el mango, de otra manera tendrían que dejarse llevar. Al menos, eso pensaba. Además, para qué mentir, le carcomía la curiosidad.
El intento de Samika no fue tan bien. Hal se desanimó con eso. Suponía que todos no tendrían magia, cierto. De hecho sospechaba que sería un porcentaje menor al de Carabás, teniendo en cuenta lo poco que sabía de sus mundos. Al fin y al cabo el motivo de la importancia del poder arcano en su planeta natal no era otro que la evolución que había seguido allí la magia en general y los carabeses en particular. Si en otros no había conocimientos mágicos era porque esta había tenido un papel más bien moderado en su evolución. No obstante ello no evitaba el desánimo. Necesitaban la magia, necesitaban mucha magia, cuanto más mejor. En especial porque no sabía cómo de fijas eran las evoluciones de las capacidades de sus compañeros.
La pregunta de Samika lo sacó de su ensimismamiento, dejándole el corazón en un puño. No toleraba bien ver angustia, preocupación o tristeza en otras personas, la verdad. Ya era insoportable a veces sentir aquellas cosas, pero ver a otra gente sufriendo le hacía querer meterse en un cuarto minúsculo y fingir que no era así. Fingir que el mundo era de color rosa, que todas las personas eran omnipotentes y que, por tanto, cualquiera podía tener lo que deseara y tendría siempre sus necesidades cubiertas y sus deseos satisfechos. Desgraciadamente el universo no era así, y no le gustaba tener que asumirlo.
Incapaz de contestar a Samika, más que nada porque no sabía elegir las palabras, Ergot se le adelantó y comenzó a realizar el hechizo antes de que pudiese explicar aquel tema. El resultado positivo fue un alivio para el carabés, dado que así había la posibilidad de otra persona más ayudando en aquel tema. La explosión de alegría del repoblador, por otra parte, a la par que le desconcertó le arrancó una sonrisa. Le parecía algo muy exagerado, pero llegó a la conclusión de que, dado la abismal diferencia en cuanto a experiencias con la magia entre él y sus compañeros, era comprensible.
—Calma, Ergot, calma —su cara revelaba sencilla alegría en muchísimo tiempo, dado que en Carabás la presión por competir y conseguir la mejor puntuación podían dejar el disfrute a un lado, y así había sido con Hal. Sin embargo, tras un momento se fue borrando su sonrisa y su expresión fue sustituida por otra de incomodidad al mirar a Samika.
Y tú, mm, bueno... Podrías no tener magia, sí —su respuesta fue dicha de forma lenta, con pies de tiento. Se notaba que estaba incómodo, y que le gustaría no estar diciendo aquello—. Pero también podrías tener un nivel bajo, simplemente —añadió con urgencia, sin dar tiempo a que le interrumpieran. Al pensar que quizás no lo entendían se puso a hablar de forma un tanto atropellada, explicándolo—. Es decir, hay cinco niveles, ¿vale? A, B, C, D y E —fue levantando cada uno de los cinco dedos cada vez que nombraba un nivel, adentrándose en la explicación—. El tipo A es el máximo nivel posible de magia, el E es la ausencia total de capacidad mágica, y B, C y D van disminuyendo su capacidad. Al principio siempre cuesta sacar la chispa, y si eres C o D pues mucho más... E incluso si eres E tampoco te diría que no volviesen a intentarlo —había ido disminuyendo la rapidez de la explicación, para volver a agregar su última frase—. Las capacidades pueden cambiar hasta los 17 años... Al menos entre los carabeses, no sé si entre los humanos serán más años, menos, si no se fija nunca, o... No sé, son muchas posibilidades. Mientras estemos aquí no creo que podamos averiguar qué cosas son definitivas y qué cosas no —había intentado imprimir algo de optimismo en su última frase, con un éxito más que relativo. En su mente aquella posibilidad era una navaja de doble filo. Samika podía levantarse un día pudiendo hacer magia, cierto, pero también podía pasar al revés: el resto, salvo quizás Twix, todavía podía sufrir severas variaciones en sus capacidades. Esperaba que el resto no se diese cuenta de aquello.
El intento de Samika no fue tan bien. Hal se desanimó con eso. Suponía que todos no tendrían magia, cierto. De hecho sospechaba que sería un porcentaje menor al de Carabás, teniendo en cuenta lo poco que sabía de sus mundos. Al fin y al cabo el motivo de la importancia del poder arcano en su planeta natal no era otro que la evolución que había seguido allí la magia en general y los carabeses en particular. Si en otros no había conocimientos mágicos era porque esta había tenido un papel más bien moderado en su evolución. No obstante ello no evitaba el desánimo. Necesitaban la magia, necesitaban mucha magia, cuanto más mejor. En especial porque no sabía cómo de fijas eran las evoluciones de las capacidades de sus compañeros.
La pregunta de Samika lo sacó de su ensimismamiento, dejándole el corazón en un puño. No toleraba bien ver angustia, preocupación o tristeza en otras personas, la verdad. Ya era insoportable a veces sentir aquellas cosas, pero ver a otra gente sufriendo le hacía querer meterse en un cuarto minúsculo y fingir que no era así. Fingir que el mundo era de color rosa, que todas las personas eran omnipotentes y que, por tanto, cualquiera podía tener lo que deseara y tendría siempre sus necesidades cubiertas y sus deseos satisfechos. Desgraciadamente el universo no era así, y no le gustaba tener que asumirlo.
Incapaz de contestar a Samika, más que nada porque no sabía elegir las palabras, Ergot se le adelantó y comenzó a realizar el hechizo antes de que pudiese explicar aquel tema. El resultado positivo fue un alivio para el carabés, dado que así había la posibilidad de otra persona más ayudando en aquel tema. La explosión de alegría del repoblador, por otra parte, a la par que le desconcertó le arrancó una sonrisa. Le parecía algo muy exagerado, pero llegó a la conclusión de que, dado la abismal diferencia en cuanto a experiencias con la magia entre él y sus compañeros, era comprensible.
—Calma, Ergot, calma —su cara revelaba sencilla alegría en muchísimo tiempo, dado que en Carabás la presión por competir y conseguir la mejor puntuación podían dejar el disfrute a un lado, y así había sido con Hal. Sin embargo, tras un momento se fue borrando su sonrisa y su expresión fue sustituida por otra de incomodidad al mirar a Samika.
Y tú, mm, bueno... Podrías no tener magia, sí —su respuesta fue dicha de forma lenta, con pies de tiento. Se notaba que estaba incómodo, y que le gustaría no estar diciendo aquello—. Pero también podrías tener un nivel bajo, simplemente —añadió con urgencia, sin dar tiempo a que le interrumpieran. Al pensar que quizás no lo entendían se puso a hablar de forma un tanto atropellada, explicándolo—. Es decir, hay cinco niveles, ¿vale? A, B, C, D y E —fue levantando cada uno de los cinco dedos cada vez que nombraba un nivel, adentrándose en la explicación—. El tipo A es el máximo nivel posible de magia, el E es la ausencia total de capacidad mágica, y B, C y D van disminuyendo su capacidad. Al principio siempre cuesta sacar la chispa, y si eres C o D pues mucho más... E incluso si eres E tampoco te diría que no volviesen a intentarlo —había ido disminuyendo la rapidez de la explicación, para volver a agregar su última frase—. Las capacidades pueden cambiar hasta los 17 años... Al menos entre los carabeses, no sé si entre los humanos serán más años, menos, si no se fija nunca, o... No sé, son muchas posibilidades. Mientras estemos aquí no creo que podamos averiguar qué cosas son definitivas y qué cosas no —había intentado imprimir algo de optimismo en su última frase, con un éxito más que relativo. En su mente aquella posibilidad era una navaja de doble filo. Samika podía levantarse un día pudiendo hacer magia, cierto, pero también podía pasar al revés: el resto, salvo quizás Twix, todavía podía sufrir severas variaciones en sus capacidades. Esperaba que el resto no se diese cuenta de aquello.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
24/03/15, 02:18 am
Eara se encontró con unas preguntas para las cuales no terminaba de tener respuesta. Puso toda su buena voluntad en tratar de completar la información de Tesón, pero tuvo que admitir que, antes de que cayese enferma visiblemente, no había prestado suficiente atención a la roquense. Se prometió a sí misma que aquello no volvería a pasar. No iba a ignorar comportamientos extraños de nadie, ahora que los conocía mejor. Por desgracia, Armonía debía haber adquirido aquella infección al poco de llegar a la ciudad.
—Yo subiré el agua, para eso me he ofrecido a ayudarte —le dijo a Kimbra sonriendo brevemente—. Y todo lo demás, si me dices el qué. También me gustaría que me explicases lo que haces, ¿podrías? —preguntó tímidamente.
No dejaría a Kimbra bajar a coger las cosas ella misma, a fin de cuentas tenía trabajo entre manos. En una escapada traería todo lo que fuese necesario de la cocina.
Allí precisamente seguía Ayne, con el cucharón en la mano, mirando a cierta distancia cómo los demás hacían pruebas con la magia. Tal vez había escogido el peor día posible para ser atento, pero Eara no había hecho nada más que trabajar desde que había llegado, y si su única «y extraña» forma de divertirse era curar desagradables infecciones, no podía negárselo. Aunque solo fuera por ver la ilusión un instante en sus ojos.
Durante todo ese tiempo no había dejado de sentir las manitas del repoblador revolviéndole el pelo, y solo cuando se olvidaba de imaginar a Ergot rodeado de pelusas conseguía pensar en su trabajo de trenzado como algo agradable. Era uno de esos momentos cuando sintió el tirón excesivo. Soltó una exclamación por lo bajo.
—¡Más cuidado! Poco pelo me queda como para que me lo quites a tirones. —Pero el repoblador ya se había disculpado, así que lo dejó estar con una mueca de desdén.
No se esperaba lo que le pidió a continuación, sin darle tiempo a responder siquiera, porque se fue de inmediato –tras confundirlo, además, con una hembra– «más que aprender a leer, necesitas un milagro». Su respuesta natural habría sido un no, sin embargo estaba dudando, porque no estaba en Sinhdro. Tallar, pelear con el enano, ¿qué importaba? Y Eara podría ayudar. Lo cierto era que el edeel no se creía con paciencia suficiente.
Las pruebas mágicas seguían y el sinhadre observaba con curiosidad de vez en cuando. Se había percatado de los intentos de Samika, y se acercó un poco cuando hablaban de ello. Los que lo habían logrado estaban siendo tremendamente efusivos, o mejor dicho, Ergot el que más. Ayne lo miró desde arriba al pasar. Parecía querer decir “eres una pulga con suerte”. El humor le duró poco, al escuchar como Hal asumía que entre ellos tenía que haber gente sin magia o con muy poca. Tan poca que no podrían hacer nada.
—Espera, espera… Un momento. ¿Quieres decir que…? ¿Para qué la han traído aquí entonces? —Preguntó, señalando a Samika. Y, lo que lo tenía todavía más preocupado, ¿qué pasaría con él? Sentía la necesidad de probar cuanto antes.
—Yo subiré el agua, para eso me he ofrecido a ayudarte —le dijo a Kimbra sonriendo brevemente—. Y todo lo demás, si me dices el qué. También me gustaría que me explicases lo que haces, ¿podrías? —preguntó tímidamente.
No dejaría a Kimbra bajar a coger las cosas ella misma, a fin de cuentas tenía trabajo entre manos. En una escapada traería todo lo que fuese necesario de la cocina.
Allí precisamente seguía Ayne, con el cucharón en la mano, mirando a cierta distancia cómo los demás hacían pruebas con la magia. Tal vez había escogido el peor día posible para ser atento, pero Eara no había hecho nada más que trabajar desde que había llegado, y si su única «y extraña» forma de divertirse era curar desagradables infecciones, no podía negárselo. Aunque solo fuera por ver la ilusión un instante en sus ojos.
Durante todo ese tiempo no había dejado de sentir las manitas del repoblador revolviéndole el pelo, y solo cuando se olvidaba de imaginar a Ergot rodeado de pelusas conseguía pensar en su trabajo de trenzado como algo agradable. Era uno de esos momentos cuando sintió el tirón excesivo. Soltó una exclamación por lo bajo.
—¡Más cuidado! Poco pelo me queda como para que me lo quites a tirones. —Pero el repoblador ya se había disculpado, así que lo dejó estar con una mueca de desdén.
No se esperaba lo que le pidió a continuación, sin darle tiempo a responder siquiera, porque se fue de inmediato –tras confundirlo, además, con una hembra– «más que aprender a leer, necesitas un milagro». Su respuesta natural habría sido un no, sin embargo estaba dudando, porque no estaba en Sinhdro. Tallar, pelear con el enano, ¿qué importaba? Y Eara podría ayudar. Lo cierto era que el edeel no se creía con paciencia suficiente.
Las pruebas mágicas seguían y el sinhadre observaba con curiosidad de vez en cuando. Se había percatado de los intentos de Samika, y se acercó un poco cuando hablaban de ello. Los que lo habían logrado estaban siendo tremendamente efusivos, o mejor dicho, Ergot el que más. Ayne lo miró desde arriba al pasar. Parecía querer decir “eres una pulga con suerte”. El humor le duró poco, al escuchar como Hal asumía que entre ellos tenía que haber gente sin magia o con muy poca. Tan poca que no podrían hacer nada.
—Espera, espera… Un momento. ¿Quieres decir que…? ¿Para qué la han traído aquí entonces? —Preguntó, señalando a Samika. Y, lo que lo tenía todavía más preocupado, ¿qué pasaría con él? Sentía la necesidad de probar cuanto antes.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
24/03/15, 08:53 pm
Twixy's trató de ayudar a Samika a realizar el hechizo, pero por mucho que lo intentaron la humana no fue capaz. La desilusión se le contagió y al oir su voz llamando a Hal y pidiendo explicaciones, algo en el frívolo corazoncito de Twixy's se movió. No solía sentir empatía hacia otras personas, nunca le había dado pena el fracaso de nadie, menos si antes ella misma había tenido éxito en algo, pero era prácticamente su única amiga y una de las pocas aliadas en aquel estercolero, y verla triste no le hacía ninguna gracia. Tal era así, que el entusiasmo del bicho verde le resultó cargante.
Hal explicó que había distintos niveles mágicos. Twix supuso que se repartirían como la altura o la fuerza de cada cual, aunque deseó que como la fuerza pudiese entrenarse. Tal vez si Samika entrenaba lo suficiente podría llegar a realizar algún hechizo. La frivi rodeó a la humana con los brazos y la estrujó contra su pecho.
-Bueno, a lo mejor es que superestás cansada de la total y no te hipersale. Vamos a darnos un baño calienty's y a megarelajar esos músculos mágicos.
Subieron cubos de agua para llenar la bañera. Twixy's no controlaba bien la temperatura, por lo que un cubo y medio de agua hirviendo fueron más que suficientes para el baño. Decidieron asearse antes, luego la frivy ayudó a Samika a meterse en el agua.
-Qué supertriste es que mi mayor lujo aquí hipersea un baño caliente.- dijo con algo de pena. Se había recogido el pelo en un moño alto para que no se mojara.
Hal explicó que había distintos niveles mágicos. Twix supuso que se repartirían como la altura o la fuerza de cada cual, aunque deseó que como la fuerza pudiese entrenarse. Tal vez si Samika entrenaba lo suficiente podría llegar a realizar algún hechizo. La frivi rodeó a la humana con los brazos y la estrujó contra su pecho.
-Bueno, a lo mejor es que superestás cansada de la total y no te hipersale. Vamos a darnos un baño calienty's y a megarelajar esos músculos mágicos.
Subieron cubos de agua para llenar la bañera. Twixy's no controlaba bien la temperatura, por lo que un cubo y medio de agua hirviendo fueron más que suficientes para el baño. Decidieron asearse antes, luego la frivy ayudó a Samika a meterse en el agua.
-Qué supertriste es que mi mayor lujo aquí hipersea un baño caliente.- dijo con algo de pena. Se había recogido el pelo en un moño alto para que no se mojara.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
27/03/15, 08:55 pm
Ver que Ergot conseguía lo que ella no, a pesar de haberlo intentando muchísimas veces no ayudo para nada al estado de ánimo de Samika. Los gritos y la alegría del repoblador no se le contagiaron, al contrario le hicieron sentir aun peor. ¿Acaso solo ella no podría realizar magia? El pensamiento negativo la hizo estremecer y mirar a Hal como si sus palabras fuesen un clavo ardiendo.
Pero la respuesta del carabes no atrajeron demasiadas esperanzas a su situación, por más suave que intentara explicarlo y por mas posibilidades que dijera de que podía cambiar, no era estúpida y tampoco quería anclarse a ello demasiado, luego dolería mas. No era la primera vez que enfrentaba posibilidades, aunque fuese en algo totalmente diferente, y aquello solo servía para hacerle sentir esperanzas que seguramente se verían rotas tarde o temprano. Samika se sintió frustrada, sintiendo unas inmensas ganas de llorar y maldecir, pero sobretodo queriendo ahorcar al mentiroso que le había llevado a aquel condenado sitio con solo falsedades. ¿Magia? ¡Claro que había magia, pero de qué demonios le servía sino podía usarla! ¿Aquello era algún tipo de jugarreta de mal gusto? Si era así, Doce Puntos era un autentico bastardo por jugar de aquella forma con las esperanzas de la gente. "Tal vez no lo supiera...que no iba a poder usarla" un poco de raciocinio llego a su cerebro mientras vagamente escuchaba la explicación de Hal que iba quedándose en su cerebro como información que mas tarde y con mas calma procesaría.
Las palabras de Ayne, dichas seguramente sin maldad alguna, le sentaron como una patada en el hígado. ¿Porque la habían llevado allí? Empezaba a preguntarse lo mismo. Eso en el caso de que Doce puntos supiera de alguna forma que no podría realizar los hechizo, claro.
Se quedo sin poder responder nada a aquello, su mente bullendo de tantos pensamientos y tanta frustración que apenas sintió el abrazo de Twixy's, aunque sus palabras sí que trajeron un poco de alivio a su tensión e intranquilidad. La sincera preocupación de la frivy y el positivismos de sus palabras le ayudaron a no dejarse vencer por todo el pesimismo que estaba sintiendo, dejándose llevar por ella.
Ya en el baño y tras haberse aseado casi de forma automática, se recogió el cabello y observo el agua de la bañera, metiéndose lentamente en esta y sintiendo como el cálido líquido cubría su cuerpo que se había enfriado ante toda al tensión sufrida. El cambio de temperatura le hizo estremecer y salir de los pensamientos que bullían como una olla a presión en su cerebro. Y con ello, como si quitaran un tapón que contenía sus emociones, un par de lágrimas traicioneras resbalaron por sus mejillas, ahogadas por su frustración.
- Lo siento, por ser tan estúpida -murmuro son una media sonrisa al darse cuenta que estaba llorando y sintiéndose aun mas enojada y frustrada por su reacción se limpio el rastro de lagrimas con el agua de la bañera. Joder, ella no era tan débil como para ponerse así por una cosa tan estúpida. Nunca había tenido magia, no se podía perder algo que nunca has tenido, sin contar las ilusiones. Las palabras de Ayne, volvieron a su mente con mayor fuerza al pensar en eso. ¿Qué hacia ella allí entonces?
La magia era una extra que servía como apoyo, no solo para las trivialidades del día a día, sino para luchar también. Y con todo lo que parecía haber allí afuera era un añadido importante en la supervivencia. "Si no tienes ¿Que eres entonces? ¿La carnaza para que sobrevivan los que sí la tienen? Seria algo realmente macabro si fuese así" pensó sin dejar de mirar el agua con un poco de amargura, era realmente un triste pensamiento. Se sintió enojada ante ese rumbo que su cabeza tomaba, uno que bien podía ser parte de verdad teniendo en cuenta en que sitio estaban. "Y una mierda...con magia o sin ella no pienso ser alimento de monstruo" pensó con fuerza apretando lo dientes y tomando agua entre sus manos para enjuagar su rostro.
Estaba aun desilusionada por no poseer magia en primera instancia, pero no se rendiría, cabía la posibilidad remota que Twixy's o Hal tuviesen razón, y si no era el caso, no pensaba hundirse en su autocompasión. Odiaba quedarse atrás, odiaba ser un estorbo y por sobretodo, odiaba no dar todo de sí en lo que hacía. Pues si algo era Samika, era tozuda, persistente y positiva incluso cuando no había ningún motivo para serlo. Con un sonrisa que lentamente formó en su rostro intentando recuperarse de su propia explosión, se quito las manos de su cara, mirando a Twixy's.
- Voy a tener que contar contigo a partir de ahora para que me calientes el agua, Twix, espero que no te importe. Te devolveré el favor y esfuerzo como pueda -murmuro mirando a la frivy, abrazando sus piernas y decidiéndose que aquel contratiempo tan desafortunado para sus deseos no le harían deprimirse. Era luchadora por naturaleza.
Pero la respuesta del carabes no atrajeron demasiadas esperanzas a su situación, por más suave que intentara explicarlo y por mas posibilidades que dijera de que podía cambiar, no era estúpida y tampoco quería anclarse a ello demasiado, luego dolería mas. No era la primera vez que enfrentaba posibilidades, aunque fuese en algo totalmente diferente, y aquello solo servía para hacerle sentir esperanzas que seguramente se verían rotas tarde o temprano. Samika se sintió frustrada, sintiendo unas inmensas ganas de llorar y maldecir, pero sobretodo queriendo ahorcar al mentiroso que le había llevado a aquel condenado sitio con solo falsedades. ¿Magia? ¡Claro que había magia, pero de qué demonios le servía sino podía usarla! ¿Aquello era algún tipo de jugarreta de mal gusto? Si era así, Doce Puntos era un autentico bastardo por jugar de aquella forma con las esperanzas de la gente. "Tal vez no lo supiera...que no iba a poder usarla" un poco de raciocinio llego a su cerebro mientras vagamente escuchaba la explicación de Hal que iba quedándose en su cerebro como información que mas tarde y con mas calma procesaría.
Las palabras de Ayne, dichas seguramente sin maldad alguna, le sentaron como una patada en el hígado. ¿Porque la habían llevado allí? Empezaba a preguntarse lo mismo. Eso en el caso de que Doce puntos supiera de alguna forma que no podría realizar los hechizo, claro.
Se quedo sin poder responder nada a aquello, su mente bullendo de tantos pensamientos y tanta frustración que apenas sintió el abrazo de Twixy's, aunque sus palabras sí que trajeron un poco de alivio a su tensión e intranquilidad. La sincera preocupación de la frivy y el positivismos de sus palabras le ayudaron a no dejarse vencer por todo el pesimismo que estaba sintiendo, dejándose llevar por ella.
Ya en el baño y tras haberse aseado casi de forma automática, se recogió el cabello y observo el agua de la bañera, metiéndose lentamente en esta y sintiendo como el cálido líquido cubría su cuerpo que se había enfriado ante toda al tensión sufrida. El cambio de temperatura le hizo estremecer y salir de los pensamientos que bullían como una olla a presión en su cerebro. Y con ello, como si quitaran un tapón que contenía sus emociones, un par de lágrimas traicioneras resbalaron por sus mejillas, ahogadas por su frustración.
- Lo siento, por ser tan estúpida -murmuro son una media sonrisa al darse cuenta que estaba llorando y sintiéndose aun mas enojada y frustrada por su reacción se limpio el rastro de lagrimas con el agua de la bañera. Joder, ella no era tan débil como para ponerse así por una cosa tan estúpida. Nunca había tenido magia, no se podía perder algo que nunca has tenido, sin contar las ilusiones. Las palabras de Ayne, volvieron a su mente con mayor fuerza al pensar en eso. ¿Qué hacia ella allí entonces?
La magia era una extra que servía como apoyo, no solo para las trivialidades del día a día, sino para luchar también. Y con todo lo que parecía haber allí afuera era un añadido importante en la supervivencia. "Si no tienes ¿Que eres entonces? ¿La carnaza para que sobrevivan los que sí la tienen? Seria algo realmente macabro si fuese así" pensó sin dejar de mirar el agua con un poco de amargura, era realmente un triste pensamiento. Se sintió enojada ante ese rumbo que su cabeza tomaba, uno que bien podía ser parte de verdad teniendo en cuenta en que sitio estaban. "Y una mierda...con magia o sin ella no pienso ser alimento de monstruo" pensó con fuerza apretando lo dientes y tomando agua entre sus manos para enjuagar su rostro.
Estaba aun desilusionada por no poseer magia en primera instancia, pero no se rendiría, cabía la posibilidad remota que Twixy's o Hal tuviesen razón, y si no era el caso, no pensaba hundirse en su autocompasión. Odiaba quedarse atrás, odiaba ser un estorbo y por sobretodo, odiaba no dar todo de sí en lo que hacía. Pues si algo era Samika, era tozuda, persistente y positiva incluso cuando no había ningún motivo para serlo. Con un sonrisa que lentamente formó en su rostro intentando recuperarse de su propia explosión, se quito las manos de su cara, mirando a Twixy's.
- Voy a tener que contar contigo a partir de ahora para que me calientes el agua, Twix, espero que no te importe. Te devolveré el favor y esfuerzo como pueda -murmuro mirando a la frivy, abrazando sus piernas y decidiéndose que aquel contratiempo tan desafortunado para sus deseos no le harían deprimirse. Era luchadora por naturaleza.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
04/04/15, 10:05 pm
Kimbra asintió ante la contestación de ambos seres y quedó reflexionando durante unos segundos tras los cuales procedió a explicarle y describirle minuciosamente a Eara los utensilios y las plantas que requería, sin pararse a pensar demasiado en el hecho de que la chica se había ofrecido prácticamente como su asistente. La chica no tardó en cumplir su cometido y volver a la estancia con los utensilios que Kimbra le había especificado, aunque no con todas las plantas, ya que, como la engendro ya sospechaba, no fue capaz de encontrar la totalidad de las mismas entre los recursos del torreón.
Una vez analizados todos los materiales de los que disponía, Kimbra procedió a llevar a cabo el tratamiento, haciéndole a Eara un breve, pero certero, resumen de sus acciones hasta el momento e informando en voz alta de sus movimientos y las razones de los mismos, cumpliendo así la petición que la chica le había hecho. La Hija de Lunas se dedicó básicamente a preparar bebedizos que hacía ingerir al ser para luego revisar sus constantes y así ir comprobando la eficacia de sus creaciones. También revisó el cuerpo del infectado buscando incisiones u otro tipo de heridas, y buscó las reacciones de su paciente a través de diversos estímulos.
Cuando dio por finalizado el procedimiento ya hacía algún tiempo que la luz había dejado de entrar por el orificio regular de la pared al que llamaban ventana y Kimbra se dispuso a dar una noticia que supuso no agradaría a sus interlocutores.
- No se trata de un parasito krabelinense, por lo que no dispongo de información precisa sobre su especie y sus ciclos- comenzó a explicarles-. He tratado de averiguar si se asemeja a alguna de las especies con las que haya experimentado anteriormente, pero sus reacciones a mis experimentos no han sido las adecuadas. Ante tal desconocimiento y sin ser capaz de acceder a otro tipo de materiales con los que seguir experimentando, solo existe un modo de proceder posible. Debe mantenerse su higiene de forma impecable y no permitir que entre en contacto con ningún ente que pueda propiciar otro tipo de contagio que debilite su sistema. Debe alimentarse gradualmente con alimentos machacados o triturados para favorecer su digestión y debe ingerir muchos líquidos. Requiere de vigilancia y control constante y de la ingesta de algunos brebajes que ayudaran a fortalecer su organismo y a que el funcionamiento de este sea el adecuado. La finalidad de estas indicaciones es la de mantenerlo con vida hasta que su organismo expulse el parasito por sus propios medios. Proceso que posee un largo recorrido y del que no estoy segura que se vaya a producir. En caso de no hacerlo solo puede esperarse una muerte inminente.
Tras unos segundos, la krabelinense procedió a enumerar y explicar los brebajes que el infectado debía tomar, enlistando sus componentes y el modo de mezclarlos. Aun así, expresó su intención de dejar preparados un gran número de brebajes antes de irse, hecho que tendría lugar en cuanto terminara su cometido, además de indicarles que se encontraba a su disposición en caso de que volvieran a requerir de sus servicios. Eara, al ver que la Hija de Lunas pretendía abandonar el torreón en noche ya cerrada, le pidió que se quedara diciéndole que podría volver a la mañana siguiente. Kimbra accedió y procedió a crear los bebedizos prometidos, con la clara intención de cuidar ella misma del infectado durante esa noche.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
06/04/15, 12:21 am
Tesón no tenía ni idea de qué pasaba a su alrededor mientras Kimbra actuaba. Que si hierbas, que si brebajes, que si mezclas, que si parásitos, que si contaba a Eara para qué servía y cómo se hacía esto o aquello... No tenía ni idea pero tampoco le importaba: Kimbra era quien sabía lo que hacía y él un mero observador, y asistente en caso de ser necesario. Todo era demasiado nuevo para el roquense, así que cualquier intento de memorizar algo de lo que estuvo presenciando cayó en saco roto.
Con la llegada de la noche llegó una noticia que no alteró el humor del roquense pues hacía rato ya que el resultado de las acciones de Kimbra le eran irrelevantes. Si Armonía vivía, tendrían que lidiar con problemas con los de Letargo y con el mismo grupo de Maciel. Y si no, pues no pasaba nada y Ergot estaría tranquilo. Así que su respuesta fue un mero encogimiento de hombros acompañado de un “vale”.
Después de eso, llegó el momento en que Kimbra se marcharía, pero la hembra Eara la convenció para que se quedara y una ínfima parte del roquense se alegró: no quería tener que lidiar con alguna circunstancia extraña relacionada con Armonía, cosa que no sucedería si las dos curanderas estaban cerca. Así que esa noche pudo dormir tranquilo. Eso sí, lo hizo en el salón, pues no se fiaba de contagiarse por pasar demasiado tiempo cerca de su compañera. Y lo que podría haber sido una noche tranquila fue una bastante incómoda.
Cuando despertó al día siguiente bastante temprano y dolorido por la postura, pensó en subir, pero cambió de idea y prefirió preparar desayuno para él, Kimbra y Eara. De alguna forma tendrían que agradecer a Kimbra la ayuda y, quieras que no, un mínimo de hospitalidad debían demostrar para que no se irritara y accediera a volver si las circunstancias lo requerían. Pero se encontró con que no sabía qué comerían las criaturas de su especie, por lo que sus buenos deseos se fueron al traste y acabó desayunando solo mientras dirigía miradas de frustración a las cestas. Se hartó pronto de esa situación y se sentó en un sofá del salón para desayunar en paz... y entonces cayó en la cuenta de que no sabía nada del grupo que fue a la Biblioteca ni si, lo más importante, si habían averiguado algo sobre la magia, ya fuera la de la Voz o algún tipo de magia hereje. La enfermedad de Armonía podía esperar cuando desconocía algo tan importante. Tesón aguardaría a que Hal o algún otro apareciera para cuestionarles. Pacíficamente.
Con la llegada de la noche llegó una noticia que no alteró el humor del roquense pues hacía rato ya que el resultado de las acciones de Kimbra le eran irrelevantes. Si Armonía vivía, tendrían que lidiar con problemas con los de Letargo y con el mismo grupo de Maciel. Y si no, pues no pasaba nada y Ergot estaría tranquilo. Así que su respuesta fue un mero encogimiento de hombros acompañado de un “vale”.
Después de eso, llegó el momento en que Kimbra se marcharía, pero la hembra Eara la convenció para que se quedara y una ínfima parte del roquense se alegró: no quería tener que lidiar con alguna circunstancia extraña relacionada con Armonía, cosa que no sucedería si las dos curanderas estaban cerca. Así que esa noche pudo dormir tranquilo. Eso sí, lo hizo en el salón, pues no se fiaba de contagiarse por pasar demasiado tiempo cerca de su compañera. Y lo que podría haber sido una noche tranquila fue una bastante incómoda.
Cuando despertó al día siguiente bastante temprano y dolorido por la postura, pensó en subir, pero cambió de idea y prefirió preparar desayuno para él, Kimbra y Eara. De alguna forma tendrían que agradecer a Kimbra la ayuda y, quieras que no, un mínimo de hospitalidad debían demostrar para que no se irritara y accediera a volver si las circunstancias lo requerían. Pero se encontró con que no sabía qué comerían las criaturas de su especie, por lo que sus buenos deseos se fueron al traste y acabó desayunando solo mientras dirigía miradas de frustración a las cestas. Se hartó pronto de esa situación y se sentó en un sofá del salón para desayunar en paz... y entonces cayó en la cuenta de que no sabía nada del grupo que fue a la Biblioteca ni si, lo más importante, si habían averiguado algo sobre la magia, ya fuera la de la Voz o algún tipo de magia hereje. La enfermedad de Armonía podía esperar cuando desconocía algo tan importante. Tesón aguardaría a que Hal o algún otro apareciera para cuestionarles. Pacíficamente.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
06/04/15, 12:42 pm
Twixy's quedó descolocada ante las lágrimas de Samika. No sabía qué hacer, cómo reaccionar. Había hecho el paripé otras veces para consolar pataletas de sus amistades en Frivowaldany, más melodramáticas y superficiales, sin embargo aquello era... mucho más complejo. Estaba delante de una frustración real que se le hacía incómodamente familiar, un sentimiento que había compartido, pero que nunca había expresado en voz alta ante nadie.
-¡Tú no megaeres estúpida!- se quejó la frivy- Megaeres valiente y guapa que te rompes. ¿Qué superimporta que no tengas magia?
Sus torpes intentos por animar a su amiga culminaron en un abrazo algo difícil de realizar debido a que estaban en una bañera bastante pequeña. Se las apañó más o menos, y aunque quedó un abrazo un poco más lésbico de lo que pretendía, hizo el apaño. Al separarse, hizo un gesto para quitarle importancia a lo que la humana acababa de decir. Claro que iba a ayudarle con el baño, y con lo que hiciera falta. Pensaba exprimir su talento mágico todo lo que pudiera, incluso si eso significaba calentarle el agua al mismo Tesón.
-Tú me hiperenseñas a pelear, y superentrenas todos los días conmigo, y me superhaces la comida. Así megapuedo compensarte yo a ti.- le guiñó un ojo- Ahora vamos a bajar, me hipermuero de hambre de la total.
Ayudó a Samika a salir de la bañera y ambas se vistieron. No tardaron en enterarse de que Kimbra poco podía hacer por la enfermedad de Armonía, pero que les dejaría todos los preparativos necesarios para seguir cuidando de ella. El cerebro de Twixy's se cerró en banda a cualquier posibilidad de que la roquense muriera. La cercanía de esa realidad activaba cierto sistema dentro de ella que la movía a huir del tema y dedicarse a otra cosa, por lo que tras asegurarse de que la pájara se mantenía cenó con todos los demás, y se fue a su cuarto a leer justo después. Quería ir marcando los hechizos que podía hacer, o los que le interesaba probar antes. Uno de limpieza llamó poderosamente su atención. Durante toda la noche soñó con poder limpiar todo el torreón con una palmada, o con hacerse peinados maravillosos con un solo chasquido de dedos.
Se levantó temprano, como solía hacer. Las ganas de practicar magia eran poderosas, pero tenía una rutina que seguir. Despertó a Samika con suavidad para salir a hacer sus ejercicios, y a ser posible practicar algo de lucha. Twixy's había empezado a plantearse el dejar que la humana la lanzase por los aires, si eso la animaba. Aunque no lo tenía muy claro aún.
Pararían para desayunar después de los primeros ejercicios. No era muy buena idea hacer los entrenamientos fuertes en ayunas, o sin haber comido nada más que algo de fruta. Saludó a Tesón con una mueca al pasar por el salón en dirección a la cocina. El roquense no era una visión que le abriese el apetito precisamente.
-¡Tú no megaeres estúpida!- se quejó la frivy- Megaeres valiente y guapa que te rompes. ¿Qué superimporta que no tengas magia?
Sus torpes intentos por animar a su amiga culminaron en un abrazo algo difícil de realizar debido a que estaban en una bañera bastante pequeña. Se las apañó más o menos, y aunque quedó un abrazo un poco más lésbico de lo que pretendía, hizo el apaño. Al separarse, hizo un gesto para quitarle importancia a lo que la humana acababa de decir. Claro que iba a ayudarle con el baño, y con lo que hiciera falta. Pensaba exprimir su talento mágico todo lo que pudiera, incluso si eso significaba calentarle el agua al mismo Tesón.
-Tú me hiperenseñas a pelear, y superentrenas todos los días conmigo, y me superhaces la comida. Así megapuedo compensarte yo a ti.- le guiñó un ojo- Ahora vamos a bajar, me hipermuero de hambre de la total.
Ayudó a Samika a salir de la bañera y ambas se vistieron. No tardaron en enterarse de que Kimbra poco podía hacer por la enfermedad de Armonía, pero que les dejaría todos los preparativos necesarios para seguir cuidando de ella. El cerebro de Twixy's se cerró en banda a cualquier posibilidad de que la roquense muriera. La cercanía de esa realidad activaba cierto sistema dentro de ella que la movía a huir del tema y dedicarse a otra cosa, por lo que tras asegurarse de que la pájara se mantenía cenó con todos los demás, y se fue a su cuarto a leer justo después. Quería ir marcando los hechizos que podía hacer, o los que le interesaba probar antes. Uno de limpieza llamó poderosamente su atención. Durante toda la noche soñó con poder limpiar todo el torreón con una palmada, o con hacerse peinados maravillosos con un solo chasquido de dedos.
Se levantó temprano, como solía hacer. Las ganas de practicar magia eran poderosas, pero tenía una rutina que seguir. Despertó a Samika con suavidad para salir a hacer sus ejercicios, y a ser posible practicar algo de lucha. Twixy's había empezado a plantearse el dejar que la humana la lanzase por los aires, si eso la animaba. Aunque no lo tenía muy claro aún.
Pararían para desayunar después de los primeros ejercicios. No era muy buena idea hacer los entrenamientos fuertes en ayunas, o sin haber comido nada más que algo de fruta. Saludó a Tesón con una mueca al pasar por el salón en dirección a la cocina. El roquense no era una visión que le abriese el apetito precisamente.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
07/04/15, 09:39 pm
Con Samika y Twix yéndose a bañar se terminaron las pruebas para Hal. Se sentía especialmente incómodo por la decepción sufrida por Samika, que le provocaba determinados sentimientos encontrados. La férrea mentalidad competitiva de Carabás no dejaba de provocar un pequeño pedazo de un perverso sentimiento casi cercano al alivio: más posibilidades para él, más puntos para él... Pero sabía que menos capacidad en el resto provocaba más probabilidades de acabar todo el grupo muerto. Y también se sentía mal por Samika, por la decepción que había sufrido. Pero su educación carabesa seguía siendo demasiado fuerte para no valorar aquello en términos de rankings y puntos.
Se puso con el libro de hechizos útiles para no morir, cuyo título hacía que apretara los labios. Ni la magia ofensiva ni la defensiva ejercitaban un interés especial sobre él, por lo que comenzar a traducir aquellas partes le llenó de tedio el resto de la tarde. Con rapidez comenzó a saltar hacia la parte de hechizos de curación, que le parecía mucho más atrayente. Sin embargo al poco rato se reñía, razonando que, objetivamente, debían aprender a neutralizar monstruos cuanto antes. A pesar de esto el aburrimiento hizo que se mantuviera durante un rato saltando de hechizos ofensivos a magia defensiva y a la sección de curación.
Se acostó tarde, enfrascado en dar un vistazo a lo máximo posible, vistazo que se alargó por su inconstancia natural. Agotado en todos los sentidos, aquella noche sería la primera en Rocavarancolia en la que dormiría completamente cómodo. Soñó con cosas que nunca recordó, pero que le dejaron una sensación agradable al despertar, una especie de cosquilleo, alegría y expectación.
La mañana siguiente, en la que no madrugó debido a su profundo sueño, tuvo claro lo primero que iba a hacer. Tras desayunar un trozo de pan acompañado de varias frutas se llenó la bañera e hizo lo que deseaba hacer desde hacía dos semanas: un baño de agua caliente. El suspiro de alivio y gusto que salió de su boca sería, con toda probabilidad, el mejor resumen a lo que sentía cada cosecha cuando se encontraba con la enorme ayuda de la magia.
Se puso con el libro de hechizos útiles para no morir, cuyo título hacía que apretara los labios. Ni la magia ofensiva ni la defensiva ejercitaban un interés especial sobre él, por lo que comenzar a traducir aquellas partes le llenó de tedio el resto de la tarde. Con rapidez comenzó a saltar hacia la parte de hechizos de curación, que le parecía mucho más atrayente. Sin embargo al poco rato se reñía, razonando que, objetivamente, debían aprender a neutralizar monstruos cuanto antes. A pesar de esto el aburrimiento hizo que se mantuviera durante un rato saltando de hechizos ofensivos a magia defensiva y a la sección de curación.
Se acostó tarde, enfrascado en dar un vistazo a lo máximo posible, vistazo que se alargó por su inconstancia natural. Agotado en todos los sentidos, aquella noche sería la primera en Rocavarancolia en la que dormiría completamente cómodo. Soñó con cosas que nunca recordó, pero que le dejaron una sensación agradable al despertar, una especie de cosquilleo, alegría y expectación.
La mañana siguiente, en la que no madrugó debido a su profundo sueño, tuvo claro lo primero que iba a hacer. Tras desayunar un trozo de pan acompañado de varias frutas se llenó la bañera e hizo lo que deseaba hacer desde hacía dos semanas: un baño de agua caliente. El suspiro de alivio y gusto que salió de su boca sería, con toda probabilidad, el mejor resumen a lo que sentía cada cosecha cuando se encontraba con la enorme ayuda de la magia.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
07/04/15, 11:56 pm
Se había decidido a no dejarse consumir por la frustración y la pena de no tener magia, aun podía hacer muchas cosas y aunque no saliera a futuro, nada le impedía aprender lo hechizos, aunque sea simplemente por saberlos. El conocimiento nunca estaba de más ¿no? Además, si estaba al tanto de la magia podría ayudar de algún modo en el futuro, aunque no fuese de forma práctica.
El apoyo que le dio Twixy's, le hizo sentir mucho mejor e incluso le provoco un risa cuando ella le abrazo, haciéndola sonrojar un poco por el abrazo tan intimo, por llamarlo de algún modo. Se alegraba mucho que ella pudiera realizar magia, pues siendo honesta consigo misma la frivy era de todo el grupo la que mas al tanto de lo deprimente que era ese lugar y de lo urgente que eran cierta necesidades, así que la entendería.
- Lo seguiré haciendo y cuando aprendas hechizos también puedes practicarlos conmigo, solo que no sean muy fuerte, porfa- pidió Samika con una sonrisa evidenciando que había dejado un poco de lado su tristeza anterior, que aun la guardaba un poco adentro. Ya se iría reponiendo con el pasar de los días, el no poder hacer magia no pararía su vida. Agradeció a Twix que le ayudara a salir del baño, siempre tan condenadamente resbaloso, secándose y vistiéndose para ir a cenar algo.
Samika se intereso antes de eso en el estado de Armonía, recibiendo de paso las indicaciones que la krabeliense había dejado sobre esta, lo que la roquense tenia no era algo que Kimbra conociera y eso le dejaba un regusto amargo sobre el estado de Armonía. Aunque Kimbra había dejado preparado todo para que pudieran tratarla si esto hacia efecto o no, siendo que tenía algo desconocido, estaba aun por verse. Samika esperaba que entre los hechizos que había en los libros que habían traído con ella, hubiese algo que pudiera serles de ayuda, sino para curarla al menos para que el tratamiento de Kimbra hiciera el efecto deseado.
Ayudo a preparar la cena, casi como todas las noches y se aseguro de dejarles comida para Armonía, tal como indicaban las especificaciones de la krabeliense, Eara y Kimbra, que se quedaría a dormir, tras eso ceno junto a los demás y finalmente se fue acostarse llevándose el bestiario con ella y dejándolo bajo la almohada. No se durmió inmediatamente, pues al lado de su cama Twixy's parecía estar descubriendo el contenido del libro, Samika se intereso pero no pregunto nada, y en algún momento mientras observaba la sombra difusa en la que se iba volviendo la frivy conforme la noche llegaba, se quedo dormida. A la mañana siguiente fue la misma frivy la que la despertó para entrenar, y vistiéndose con unos pantalones cortos y una camisa con un par de tallas de más color blanca se reunió con esta en el patio como todos los días para preparar luego el desayuno para quien quisiera. Ahí fue que se encontró a Tesón y atendió a su pregunta.
El roquense había estado el día anterior todo el tiempo con Armonía y en ningún momento había podido preguntar sobre las pesquisas en la biblioteca, por lo que Samika algo dudosa sobre su reacción, teniendo en cuenta cómo reaccionaba siempre cuando se mencionaba la magia, tan solo le dijo que había encontrado libros de magia, entre otros y que había probado a realizar, con resultado favorecedores en varios de ellos. No se incluyo en aquel grupo y dejo en el aire quien no había realizado los intentos aun, pues no sabía si mientras se balaba alguien mas lo había probado.
- Seguramente si alguien no lo intento ayer, lo hará hoy. Ya se lo que piensas sobre la magia y todo eso, que tal vez no son merecedores de usarla, pero ya lo digo: Ayer se hicieron pruebas y hubo resultados. Nos bañamos en agua caliente gracias a esa magia- añadió Samika mirando Teson que estaba en su alcance y aunque no pudiera ver claramente sus expresiones pues no estaba lo suficientemente cerca, si podía notar su postura corporal, esperaba que no hiciera mucho escándalo.
El apoyo que le dio Twixy's, le hizo sentir mucho mejor e incluso le provoco un risa cuando ella le abrazo, haciéndola sonrojar un poco por el abrazo tan intimo, por llamarlo de algún modo. Se alegraba mucho que ella pudiera realizar magia, pues siendo honesta consigo misma la frivy era de todo el grupo la que mas al tanto de lo deprimente que era ese lugar y de lo urgente que eran cierta necesidades, así que la entendería.
- Lo seguiré haciendo y cuando aprendas hechizos también puedes practicarlos conmigo, solo que no sean muy fuerte, porfa- pidió Samika con una sonrisa evidenciando que había dejado un poco de lado su tristeza anterior, que aun la guardaba un poco adentro. Ya se iría reponiendo con el pasar de los días, el no poder hacer magia no pararía su vida. Agradeció a Twix que le ayudara a salir del baño, siempre tan condenadamente resbaloso, secándose y vistiéndose para ir a cenar algo.
Samika se intereso antes de eso en el estado de Armonía, recibiendo de paso las indicaciones que la krabeliense había dejado sobre esta, lo que la roquense tenia no era algo que Kimbra conociera y eso le dejaba un regusto amargo sobre el estado de Armonía. Aunque Kimbra había dejado preparado todo para que pudieran tratarla si esto hacia efecto o no, siendo que tenía algo desconocido, estaba aun por verse. Samika esperaba que entre los hechizos que había en los libros que habían traído con ella, hubiese algo que pudiera serles de ayuda, sino para curarla al menos para que el tratamiento de Kimbra hiciera el efecto deseado.
Ayudo a preparar la cena, casi como todas las noches y se aseguro de dejarles comida para Armonía, tal como indicaban las especificaciones de la krabeliense, Eara y Kimbra, que se quedaría a dormir, tras eso ceno junto a los demás y finalmente se fue acostarse llevándose el bestiario con ella y dejándolo bajo la almohada. No se durmió inmediatamente, pues al lado de su cama Twixy's parecía estar descubriendo el contenido del libro, Samika se intereso pero no pregunto nada, y en algún momento mientras observaba la sombra difusa en la que se iba volviendo la frivy conforme la noche llegaba, se quedo dormida. A la mañana siguiente fue la misma frivy la que la despertó para entrenar, y vistiéndose con unos pantalones cortos y una camisa con un par de tallas de más color blanca se reunió con esta en el patio como todos los días para preparar luego el desayuno para quien quisiera. Ahí fue que se encontró a Tesón y atendió a su pregunta.
El roquense había estado el día anterior todo el tiempo con Armonía y en ningún momento había podido preguntar sobre las pesquisas en la biblioteca, por lo que Samika algo dudosa sobre su reacción, teniendo en cuenta cómo reaccionaba siempre cuando se mencionaba la magia, tan solo le dijo que había encontrado libros de magia, entre otros y que había probado a realizar, con resultado favorecedores en varios de ellos. No se incluyo en aquel grupo y dejo en el aire quien no había realizado los intentos aun, pues no sabía si mientras se balaba alguien mas lo había probado.
- Seguramente si alguien no lo intento ayer, lo hará hoy. Ya se lo que piensas sobre la magia y todo eso, que tal vez no son merecedores de usarla, pero ya lo digo: Ayer se hicieron pruebas y hubo resultados. Nos bañamos en agua caliente gracias a esa magia- añadió Samika mirando Teson que estaba en su alcance y aunque no pudiera ver claramente sus expresiones pues no estaba lo suficientemente cerca, si podía notar su postura corporal, esperaba que no hiciera mucho escándalo.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
08/04/15, 04:02 pm
Ayne hizo acopio de toda su fuerza de voluntad para no abandonar la comida a su suerte y probar inmediatamente uno de aquellos hechizos. El momento de hacerlo llegó mientras se daban un largo baño las chicas y pudo conseguir durante un momento uno de los libros. Se decantó por el hechizo que ya había visto hacer, el de calentar el barreño de agua. Sus resultados eran fáciles de comprobar y tenía más claro cómo se llevaba a cabo. Durante los primeros intentos se dijo que era normal que no funcionase a la primera. Se detuvo a repasar los movimientos, pero los resultados continuaron siendo los mismos.
Habiendo llegado a aquel punto comenzó a resoplar y a moverse de forma torpe. Trató incluso de consolarse con que podía deberse precisamente a eso que no fuese capaz de hacer magia, pero también sabía que las esperanzas vanas de poco servían. No quiso admitir aquella derrota, pero terminó por desistir. Había tiempo, probaría otros hechizos. Pero para eso necesitaba ayuda de Hal y estaba completamente enfrascado en su propio libro, y su labor también era importante para todos.
Aquella tarde estuvo de mal humor, inevitablemente. Eara no le prestaba atención, no quería quejarse delante de ninguna otra persona, y tenía la horrible certeza de que sería completamente incapaz de realizar hechizos. No había sentido nada, absolutamente nada, al invocar aquellos poderes extraños. ¿Y para eso lo habían apartado de su tierra y su familia? Sin la perspectiva de convertirse en alguien con poderes sobrehumanos, todo aquello era un sinsentido, y encantado le plantaría el puño a Jack en la cara si lo tuviese delante.
Eara, por su parte, aprendió muchas cosas aquella tarde, ninguna relacionada con magia. Había prácticas que no comprendía, pero todo podía servir o, al menos, se encargaría de probar si era así. El tiempo voló para ella, y pronto comenzó a oscurecer. También parecía haber volado para la krabelinense, que pretendía irse sola y a aquellas horas. Le aseguró que la acompañarían hasta Letargo a la mañana siguiente y la convenció sin esfuerzo para que se quedase a dormir.
Aquella noche se enteró por fin del mal humor de Ayne y a qué se debía. Pocos pensamientos había dedicado a la magia esa tarde, pero se había preguntado qué pasaría con ella y su edeel. Ya tenía la mitad de la respuesta. Intentó consolarlo con argumentos poco efectivos. Probablemente lo mismo se había dicho el sinhadre a sí mismo, así que no era el tipo de consuelo que pudiese disolver su malhumor después de lo que había descubierto. Aquella noche, cuando se fueron a dormir, le acarició el pelo hasta que se quedó dormido abrazado a ella, a sabiendas de que así siempre conseguía que se quedara tranquilo. Gracias a Kimbra, no tenía que estar tan pendiente de Armonía por una vez.
A la mañana siguiente le informó, en la tranquilidad de la mañana, del estado de Armonía, a pesar de que sabía que eso para él no era demasiado importante. La propia Eara había asimilado con rapidez que la roquense tenía pocas probabilidades de curarse, aunque sabía que podría llevar bastante bien que algo le pasase. Pero seguía siendo tremendamente desalentador que muriera uno entre ellos. Apenas acababan de llegar a la ciudad.
También pensó en la magia. No habiendo nadie más despierto aún, era un buen momento para coger un libro y practicarla, pero Eara no quiso recordarle aquello a su edeel, y él mismo evitó el tema. Se dedicó a preparar el desayuno y poco a poco empezaron a bajar los demás.
—¿Quién quiere acompañar a Kimbra a Letargo? —preguntó.
—Ah. Sí, yo iré —respondió Ayne distraídamente. Tenía ganas de tomar el aire.
Habiendo llegado a aquel punto comenzó a resoplar y a moverse de forma torpe. Trató incluso de consolarse con que podía deberse precisamente a eso que no fuese capaz de hacer magia, pero también sabía que las esperanzas vanas de poco servían. No quiso admitir aquella derrota, pero terminó por desistir. Había tiempo, probaría otros hechizos. Pero para eso necesitaba ayuda de Hal y estaba completamente enfrascado en su propio libro, y su labor también era importante para todos.
Aquella tarde estuvo de mal humor, inevitablemente. Eara no le prestaba atención, no quería quejarse delante de ninguna otra persona, y tenía la horrible certeza de que sería completamente incapaz de realizar hechizos. No había sentido nada, absolutamente nada, al invocar aquellos poderes extraños. ¿Y para eso lo habían apartado de su tierra y su familia? Sin la perspectiva de convertirse en alguien con poderes sobrehumanos, todo aquello era un sinsentido, y encantado le plantaría el puño a Jack en la cara si lo tuviese delante.
Eara, por su parte, aprendió muchas cosas aquella tarde, ninguna relacionada con magia. Había prácticas que no comprendía, pero todo podía servir o, al menos, se encargaría de probar si era así. El tiempo voló para ella, y pronto comenzó a oscurecer. También parecía haber volado para la krabelinense, que pretendía irse sola y a aquellas horas. Le aseguró que la acompañarían hasta Letargo a la mañana siguiente y la convenció sin esfuerzo para que se quedase a dormir.
Aquella noche se enteró por fin del mal humor de Ayne y a qué se debía. Pocos pensamientos había dedicado a la magia esa tarde, pero se había preguntado qué pasaría con ella y su edeel. Ya tenía la mitad de la respuesta. Intentó consolarlo con argumentos poco efectivos. Probablemente lo mismo se había dicho el sinhadre a sí mismo, así que no era el tipo de consuelo que pudiese disolver su malhumor después de lo que había descubierto. Aquella noche, cuando se fueron a dormir, le acarició el pelo hasta que se quedó dormido abrazado a ella, a sabiendas de que así siempre conseguía que se quedara tranquilo. Gracias a Kimbra, no tenía que estar tan pendiente de Armonía por una vez.
A la mañana siguiente le informó, en la tranquilidad de la mañana, del estado de Armonía, a pesar de que sabía que eso para él no era demasiado importante. La propia Eara había asimilado con rapidez que la roquense tenía pocas probabilidades de curarse, aunque sabía que podría llevar bastante bien que algo le pasase. Pero seguía siendo tremendamente desalentador que muriera uno entre ellos. Apenas acababan de llegar a la ciudad.
También pensó en la magia. No habiendo nadie más despierto aún, era un buen momento para coger un libro y practicarla, pero Eara no quiso recordarle aquello a su edeel, y él mismo evitó el tema. Se dedicó a preparar el desayuno y poco a poco empezaron a bajar los demás.
—¿Quién quiere acompañar a Kimbra a Letargo? —preguntó.
—Ah. Sí, yo iré —respondió Ayne distraídamente. Tenía ganas de tomar el aire.
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.Personajes :- ● Ergot: -Véspido Soldado Repobladoril-
● Nadzieja: -Escoria Cosechada HomoSapiens-
Status : Las dudas son como los muertos, siempre acaban saliendo a flote.
Humor : Epístola de San Pablo a los adefesios: "Sois feos de cojones."
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
09/04/15, 02:05 am
El repoblador tras su exitoso intento estuvo el resto del día encerrado en una pompa jovialidad inquebrantable. La alegría lo mantenía despierto e inquieto, todos sus movimientos estaban impregnados con un bailoteo ridículo y encantador que repetido hasta la saciedad se volvía irritante para cualquiera que en su sano juicio lo observase durante más de 5 minutos. Tan ensimismado estaba en disfrutar del momento que el único vegetal de Maciel cada vez que recordaba a Tesón o Armonía lo hacía con la certeza de que ya no importaba, todo se podía solucionar, ya que ahora la podían matar a larga distancia de ser necesario, pero con la promesa de Eara estaba claro que el no sería el encargado de hacerlo, eso tampoco lo desanimaba.
Ergot jugó un par de veces más con la magia aquel día, siempre el mismo hechizo y siempre con el mismo resultado positivo. Aunque sufrió un momento de pánico cuando la segunda vez, al primer intento, nada sucedió y su mente se plago de dudas y temores horribles “Y si esto es de uso único… Y si ya no tengo más poder… Y si Samika y Ayne me han pasado su extraña enfermedad… Y si las plantas solo lo podemos hacer una vez en la vida… Y si…” Necesitó de toda su fuerza de voluntad para mantenerse firme delante del cubo y no salir corriendo a esconderse debajo del sofá para contarle sus penas a las pelusas. Practicó los gestos varias veces para asegurarse de que todo estaba en orden antes de volver a intentarlo, no pudo evitar que el alivio le nublase la visión cuando observo ascender el vapor de agua hacia el techo una vez más. Y así el pequeño bicho aprendió que uno no debe apresurarse con la magia, eso por supuesto para Ergot no era aplicable a su comportamiento habitual.
Ergot tras tantas emociones y energías gastadas en tan pocas horas se vio derrotado por el cansancio a media tarde, y prácticamente se quedó dormido despatarrado boca abajo sobre el reposabrazos de uno de los sofás. No se movió hasta que ya era de buena mañana del día siguiente.
Al despertar su mente estaba confusa y más espesa que una niebla gallega, si el repoblador hubiese alguna vez tomado alcohol y hubiese sufrido sus efectos pensaría que sufría de una severa resaca. Apenas era capaz de distinguir los retazos de conversación entre Samika y Tesón mientras intentaba poner en funcionamiento todas sus extremidades, al tiempo que estiraba la cola no pudo evitar preguntarse “¿Tesón? ¿Qué haces aquí? ¿Ya se ha muerto o qué?” aunque ni una sola palabra escapó de sus labios.
Una vez completamente despierto se enfrasco en la indeseable tarea de desenredar, sin resultado alguno, los hierbajos de su cabeza. Fue entonces cuando escucho a Eara y Ayne hablar y recordando que esperaba una respuesta del sinhadre, se unió a la conversación y a la propuesta con rapidez y con un salto mortal literalmente hablando. Y colocándose entre ambos anuncio con una sonrisa:
-¡Yo también voy!- si tuviese parpados le habría guiñado un ojo a Ayne y si conociese el gesto humano de aprobación le hubiese regalado un pulgar bien alto a Eara.
Ergot jugó un par de veces más con la magia aquel día, siempre el mismo hechizo y siempre con el mismo resultado positivo. Aunque sufrió un momento de pánico cuando la segunda vez, al primer intento, nada sucedió y su mente se plago de dudas y temores horribles “Y si esto es de uso único… Y si ya no tengo más poder… Y si Samika y Ayne me han pasado su extraña enfermedad… Y si las plantas solo lo podemos hacer una vez en la vida… Y si…” Necesitó de toda su fuerza de voluntad para mantenerse firme delante del cubo y no salir corriendo a esconderse debajo del sofá para contarle sus penas a las pelusas. Practicó los gestos varias veces para asegurarse de que todo estaba en orden antes de volver a intentarlo, no pudo evitar que el alivio le nublase la visión cuando observo ascender el vapor de agua hacia el techo una vez más. Y así el pequeño bicho aprendió que uno no debe apresurarse con la magia, eso por supuesto para Ergot no era aplicable a su comportamiento habitual.
Ergot tras tantas emociones y energías gastadas en tan pocas horas se vio derrotado por el cansancio a media tarde, y prácticamente se quedó dormido despatarrado boca abajo sobre el reposabrazos de uno de los sofás. No se movió hasta que ya era de buena mañana del día siguiente.
Al despertar su mente estaba confusa y más espesa que una niebla gallega, si el repoblador hubiese alguna vez tomado alcohol y hubiese sufrido sus efectos pensaría que sufría de una severa resaca. Apenas era capaz de distinguir los retazos de conversación entre Samika y Tesón mientras intentaba poner en funcionamiento todas sus extremidades, al tiempo que estiraba la cola no pudo evitar preguntarse “¿Tesón? ¿Qué haces aquí? ¿Ya se ha muerto o qué?” aunque ni una sola palabra escapó de sus labios.
Una vez completamente despierto se enfrasco en la indeseable tarea de desenredar, sin resultado alguno, los hierbajos de su cabeza. Fue entonces cuando escucho a Eara y Ayne hablar y recordando que esperaba una respuesta del sinhadre, se unió a la conversación y a la propuesta con rapidez y con un salto mortal literalmente hablando. Y colocándose entre ambos anuncio con una sonrisa:
-¡Yo también voy!- si tuviese parpados le habría guiñado un ojo a Ayne y si conociese el gesto humano de aprobación le hubiese regalado un pulgar bien alto a Eara.
"Mientras no tengan conciencia de su fuerza no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado no serán conscientes. Éste es el problema." G.O.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
10/04/15, 02:47 am
Dos opciones tenía el roquense. O empezar a clavar su pico en las caras de los espantajos que tenía como compañeros mientras quemaba los libros junto con el torreón... O tragarse su bilis y aprovechar la situación. Últimamente le tentaba bastante darse un violento festín con ellos. Su gente que le conocía en Roca Sagrada ni se creería lo violento que se estaba volviendo. Aunque dadas las circunstancias, cualquiera lo haría. Muchos de los suyos ya habrían intentado algo, como Armonía. Pero el roquense sabía que los macieleros no le veían tan inestable como a la hembra, así que por el bien de su supervivencia, solo tomaría las armas contra ellos cuando supiera sin margen de error que podía reducirlos a cenizas sin morir en el intento. Y para eso nada mejor como la magia, aunque fuera una pagana. Si La Voz le había encomendado una misión sagrada en semejante lugar, lo entendería y le perdonaría cualquier acto hereje.
Así que suspiró como única respuesta a la ciega y luego se levantó sin muchas ganas. Por mucho que lo hubiera pensado y ya estuviera decidido, cambiar drásticamente de pensar y de actuar le costaba. Con suerte los idiotas lo entenderían como que se esforzaba por ser amistoso. Cosa que había fingido unas veces. Pero no todas <<Como con ese desplumado diminuto... Con ese bicho era en serio, desgraciado>>
-Pues os va a tocar enseñarme a realizar hechizos como sea sin que vea los textos. Voy a buscar al experto porque dudo de que tú puedas leer. Solo con eso serías una buena roquense, ciega -y dicho eso, miró a Eara y Ayne, eludiendo mirar a Ergot, y negó con la cabeza-. Yo no iré.
<<Si va el bicho traidor con vosotros, aseguraos de que no vuelva>>. No se fiaba ni una pluma del repoblador. La hembra no había especificado quienes pudieron hacer magia. Si Ergot era uno de ellos, no podía confiar en que no fuera peligroso para Armonía pues por mucha disculpa el otro día, las circunstancias habían cambiado.
Salió del salón y comenzó a subir en busca de Hal. Le mareaba la idea de tener que pedir algo a ese falso y maldito profeta hereje, pero desgraciadamente no le quedaba otra. Además, si le convencía de que quería aprender para ser útil, quizá le viera con buenos ojos de ahí en adelante (en sentido figurado pues realmente tenía los ojos tan podridos como solo los herejes podían tener).
Subió y se cruzó con varios a los que apenas dedicó un hosco "buenos días", pero que conociéndole ya era algo. <<Ni rastro del hereje... A ver si se ha largado o un mal hechizo lo ha borrado del mapa... Tsk. Los herejes nunca hacen eso, prefieren quedarse y fastidiar>>. Solo quedaba el baño, pues entrenando en el patio no estaba, así que llegó a la puerta y, por su cordura, abrió sin pensar. Le importaba bastante poco el estado del hereje, si llevaba esas falsas pieles encima o si eso que llamaban toalla o si ninguna de esas cosas. Suficiente tenía con estar allí pidiéndole algo.
-Buenos días. Tienes que enseñarme algún hechizo ya que no sé leer para probar mi magia. Ten n cuenta que esos libros son el pecado hecho materia así que entenderás lo mucho que me cuesta esto. Ya viste a Armonía... Lo dicho. El hechizo que sea, decide tú. Coincidirás conmigo en que ya va siendo hora de que sea útil al grupo. Te espero abajo.
Y volvió a cerrar sin mediar palabra o gesto. Camino del salón se arrepintió de parte de sus palabras. Si Hal decidía buscar algo para sanar heridas (pues con ese entre otros objetivos fueron a ese lugar maldito), quizá quisiera curar sus cortes. Y por La Voz que preferiría morir a dejarle. Pero ya había hablado y ahora no podría negarse si se daba la situación. <<Déjalo. Con suerte se ahoga o se resbala y se mata>> Y pensando así, Tesón volvió al sofá a esperar al otro. Mientras tanto, evitó mirar lo máximo posible a esos artefactos de pesadilla llamados "libros" <<Que por cierto, menudo nombre. ¿Se creen libres o qué? Qué poca imaginación. Patético>> por no enfurecerse hasta donde no podría controlarse. Ya se acostumbraría a mirarlos a la fuerza si Hal decidía enseñarle.
Así que suspiró como única respuesta a la ciega y luego se levantó sin muchas ganas. Por mucho que lo hubiera pensado y ya estuviera decidido, cambiar drásticamente de pensar y de actuar le costaba. Con suerte los idiotas lo entenderían como que se esforzaba por ser amistoso. Cosa que había fingido unas veces. Pero no todas <<Como con ese desplumado diminuto... Con ese bicho era en serio, desgraciado>>
-Pues os va a tocar enseñarme a realizar hechizos como sea sin que vea los textos. Voy a buscar al experto porque dudo de que tú puedas leer. Solo con eso serías una buena roquense, ciega -y dicho eso, miró a Eara y Ayne, eludiendo mirar a Ergot, y negó con la cabeza-. Yo no iré.
<<Si va el bicho traidor con vosotros, aseguraos de que no vuelva>>. No se fiaba ni una pluma del repoblador. La hembra no había especificado quienes pudieron hacer magia. Si Ergot era uno de ellos, no podía confiar en que no fuera peligroso para Armonía pues por mucha disculpa el otro día, las circunstancias habían cambiado.
Salió del salón y comenzó a subir en busca de Hal. Le mareaba la idea de tener que pedir algo a ese falso y maldito profeta hereje, pero desgraciadamente no le quedaba otra. Además, si le convencía de que quería aprender para ser útil, quizá le viera con buenos ojos de ahí en adelante (en sentido figurado pues realmente tenía los ojos tan podridos como solo los herejes podían tener).
Subió y se cruzó con varios a los que apenas dedicó un hosco "buenos días", pero que conociéndole ya era algo. <<Ni rastro del hereje... A ver si se ha largado o un mal hechizo lo ha borrado del mapa... Tsk. Los herejes nunca hacen eso, prefieren quedarse y fastidiar>>. Solo quedaba el baño, pues entrenando en el patio no estaba, así que llegó a la puerta y, por su cordura, abrió sin pensar. Le importaba bastante poco el estado del hereje, si llevaba esas falsas pieles encima o si eso que llamaban toalla o si ninguna de esas cosas. Suficiente tenía con estar allí pidiéndole algo.
-Buenos días. Tienes que enseñarme algún hechizo ya que no sé leer para probar mi magia. Ten n cuenta que esos libros son el pecado hecho materia así que entenderás lo mucho que me cuesta esto. Ya viste a Armonía... Lo dicho. El hechizo que sea, decide tú. Coincidirás conmigo en que ya va siendo hora de que sea útil al grupo. Te espero abajo.
Y volvió a cerrar sin mediar palabra o gesto. Camino del salón se arrepintió de parte de sus palabras. Si Hal decidía buscar algo para sanar heridas (pues con ese entre otros objetivos fueron a ese lugar maldito), quizá quisiera curar sus cortes. Y por La Voz que preferiría morir a dejarle. Pero ya había hablado y ahora no podría negarse si se daba la situación. <<Déjalo. Con suerte se ahoga o se resbala y se mata>> Y pensando así, Tesón volvió al sofá a esperar al otro. Mientras tanto, evitó mirar lo máximo posible a esos artefactos de pesadilla llamados "libros" <<Que por cierto, menudo nombre. ¿Se creen libres o qué? Qué poca imaginación. Patético>> por no enfurecerse hasta donde no podría controlarse. Ya se acostumbraría a mirarlos a la fuerza si Hal decidía enseñarle.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
10/04/15, 08:45 pm
En aquel momento Hal se sentía moderadamente optimista. Todavía había mucho por hacer, sí, pero en principio ya tenían suficientes recursos como para defenderse física y mágicamente. Una vez aprendieran a utilizarlos... Bueno. Entonces podrían hacer otras cosas, no sólo vivir escondidos allí dentro. Saldrían a la calle (que, sospechaba, era el objetivo de los rocavarancolenses) y arrancarían su historia y sus secretos a aquel lugar en ruinas. Descubrirían por qué los habían secuestrado y cómo volver a casa. Y entonces...
Sueños optimistas estallaban en su mente. Hal cerró los ojos, sonriendo con complaciencia. Conduciría a Carabás hacia Rocavarancolia, y a los otros mundos. Sería el gran descubridor de aquella magia, de la vida extracarabesa, de otros planetas tan distintos y lejanos que sólo aquella pizca de suerte les permitiría acceder a ellos. No se dio cuenta que no soñaba con lo que se que se supone que debía desear (según la feroz educación competitiva carabesa). En su mente no se sucedían imágenes de gloria, de la primera posición en el ránking o de ser una celebridad. Lo que se imaginaba, sin embargo, era lo que podía descubrir. Los distintos mundos, las distintas geografías, los distintos climas... Y toda la enorme vastedad biológica que podría descubrir, investigar, describir y catalogar.
Ya se encontraba prácticamente seguro de haber descubierto cómo se articulaba aquella "prueba". Había varios "premios" repartidos por toda la ciudad (refugios, armas, magia...) y tenía que ser la propia inventiva y audacia de los grupos las que dieran, ayudándose de mucha suerte, con aquellos "regalos". Le recordaba a Carabás, pero mucho más caótico y menos dependientes de las habilidades, más azaroso. Se preguntó qué otras recompensas habrían escondido los carabeses... «¿Eh? Te estás quedando dormido o algo. Carabeses no: rocavarancolenses».
La abrupta entrada de Tesón lo sacó de un estado de semisopor inducido por el agua caliente. Lo descolocó tanto que por un momento se resbaló en la bañeray se tuvo que agarrar a los bordes, nervioso y casi asustado. Por un segundo pensó que había pasado algo grave, hasta que el roquense abrió su pico.
De confusión pasó a vergüenza e ira. Con la cara habiendo perdido por completo su palidez inicial debido a la sangre apretó los dientes y se puso a cuatro patas, tapando de ese modo cualquier cosa que pudiera ver el roquense.
—¡¿P-pero qué haces?! ¡¡Que me estoy bañando!! —prácticamente escupió las palabras, tras lo que se le quedó una cara de incredulidad al ver que el roquense seguía hablando como si nada. Cuando le dijo lo de la magia comenzó a hacer ademanes hacia la puerta, harto—. ¡¡Sí, sí, lo que tú digas, luego hablamos de esto, pero maldita sea, Tesón, ahora LARGO!!
Un suspiro de fastidio salió de Hal cuando el pájaro cerró la puerta. Volvió a tumbarse en la bañera, ahora enfurruñado por la interrupción. Ni siquiera recordaba exactamente dónde se había quedado en su línea de pensamiento mental, pero la breve escena le había contrariado lo suficiente como para hinchar los carrillos y aparcar casi cualquier línea de pensamiento no dirigida a insultar a Tesón. «Pajarraco importunante».
Acabó saliendo sólo un par de minutos después. Tras secarse con el hechizo térmico (¡que maravilloso había sido encontrar la magia! no creía que nunca fuera a pensar distinto) se vistió y se fue hacia abajo.
Había dedicado algún pensamiento a Tesón y sus ganas de hacer magia. Se preguntó si podía ser debido a haber visto la utilidad de aquella herramienta. «Típico de los fanáticos: sólo siguen sus normas sagradas cuando les beneficia, nunca cuando les perjudica». Negó levemente con la cabeza en mitad de las escaleras ante este pensamiento. Esperaba que, al menos, el fanatismo del roquense no les diera más problemas.
Cuando bajó fue hacia su libro, recordando algún hechizo de la noche anterior que podía ser perfecto para aquella prueba. Dirigiéndose con una suave sonrisa al roquense rebuscó entre las hojas de eprgamino y acabó encontrando con lo que quería. Le enseñó el libro, donde se mostraba una persona moviendo una de sus manos con la otra tocando una profunda herida en el torso. Herida que en las ilustraciones posteriores se cerraban. Arriba del todo estaban las palabras que se debían usar para el hechizo.
—Mira, Tesón, este hechizo es para curar —le contó, con una traviesa alegría. No estaba siendo malo: sólo que, en su opinión, lo mejor que podía hacer Tesón en aquellos momentos era curarse—. Tienes que tocar cada herida con una mano. Con la otra haces los gestos, mientras pronuncias las palabras que están indicadas arriba —tras esta explicación le instruyó en qué palabras debía decir y que gestos debía usar. Se preguntó si el pajarraco había imaginado que lo primero que le haría sería obligarle a contaminarse con "espantosa magia hereje" y sonrió un poco, muy poco, más.
Sueños optimistas estallaban en su mente. Hal cerró los ojos, sonriendo con complaciencia. Conduciría a Carabás hacia Rocavarancolia, y a los otros mundos. Sería el gran descubridor de aquella magia, de la vida extracarabesa, de otros planetas tan distintos y lejanos que sólo aquella pizca de suerte les permitiría acceder a ellos. No se dio cuenta que no soñaba con lo que se que se supone que debía desear (según la feroz educación competitiva carabesa). En su mente no se sucedían imágenes de gloria, de la primera posición en el ránking o de ser una celebridad. Lo que se imaginaba, sin embargo, era lo que podía descubrir. Los distintos mundos, las distintas geografías, los distintos climas... Y toda la enorme vastedad biológica que podría descubrir, investigar, describir y catalogar.
Ya se encontraba prácticamente seguro de haber descubierto cómo se articulaba aquella "prueba". Había varios "premios" repartidos por toda la ciudad (refugios, armas, magia...) y tenía que ser la propia inventiva y audacia de los grupos las que dieran, ayudándose de mucha suerte, con aquellos "regalos". Le recordaba a Carabás, pero mucho más caótico y menos dependientes de las habilidades, más azaroso. Se preguntó qué otras recompensas habrían escondido los carabeses... «¿Eh? Te estás quedando dormido o algo. Carabeses no: rocavarancolenses».
La abrupta entrada de Tesón lo sacó de un estado de semisopor inducido por el agua caliente. Lo descolocó tanto que por un momento se resbaló en la bañeray se tuvo que agarrar a los bordes, nervioso y casi asustado. Por un segundo pensó que había pasado algo grave, hasta que el roquense abrió su pico.
De confusión pasó a vergüenza e ira. Con la cara habiendo perdido por completo su palidez inicial debido a la sangre apretó los dientes y se puso a cuatro patas, tapando de ese modo cualquier cosa que pudiera ver el roquense.
—¡¿P-pero qué haces?! ¡¡Que me estoy bañando!! —prácticamente escupió las palabras, tras lo que se le quedó una cara de incredulidad al ver que el roquense seguía hablando como si nada. Cuando le dijo lo de la magia comenzó a hacer ademanes hacia la puerta, harto—. ¡¡Sí, sí, lo que tú digas, luego hablamos de esto, pero maldita sea, Tesón, ahora LARGO!!
Un suspiro de fastidio salió de Hal cuando el pájaro cerró la puerta. Volvió a tumbarse en la bañera, ahora enfurruñado por la interrupción. Ni siquiera recordaba exactamente dónde se había quedado en su línea de pensamiento mental, pero la breve escena le había contrariado lo suficiente como para hinchar los carrillos y aparcar casi cualquier línea de pensamiento no dirigida a insultar a Tesón. «Pajarraco importunante».
Acabó saliendo sólo un par de minutos después. Tras secarse con el hechizo térmico (¡que maravilloso había sido encontrar la magia! no creía que nunca fuera a pensar distinto) se vistió y se fue hacia abajo.
Había dedicado algún pensamiento a Tesón y sus ganas de hacer magia. Se preguntó si podía ser debido a haber visto la utilidad de aquella herramienta. «Típico de los fanáticos: sólo siguen sus normas sagradas cuando les beneficia, nunca cuando les perjudica». Negó levemente con la cabeza en mitad de las escaleras ante este pensamiento. Esperaba que, al menos, el fanatismo del roquense no les diera más problemas.
Cuando bajó fue hacia su libro, recordando algún hechizo de la noche anterior que podía ser perfecto para aquella prueba. Dirigiéndose con una suave sonrisa al roquense rebuscó entre las hojas de eprgamino y acabó encontrando con lo que quería. Le enseñó el libro, donde se mostraba una persona moviendo una de sus manos con la otra tocando una profunda herida en el torso. Herida que en las ilustraciones posteriores se cerraban. Arriba del todo estaban las palabras que se debían usar para el hechizo.
—Mira, Tesón, este hechizo es para curar —le contó, con una traviesa alegría. No estaba siendo malo: sólo que, en su opinión, lo mejor que podía hacer Tesón en aquellos momentos era curarse—. Tienes que tocar cada herida con una mano. Con la otra haces los gestos, mientras pronuncias las palabras que están indicadas arriba —tras esta explicación le instruyó en qué palabras debía decir y que gestos debía usar. Se preguntó si el pajarraco había imaginado que lo primero que le haría sería obligarle a contaminarse con "espantosa magia hereje" y sonrió un poco, muy poco, más.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
11/04/15, 07:38 pm
El odio que Tesón tenía hacia el macho no tardó ni una milésima de segundo en aumentar a la inversa en cuanto abrió eso que llamaban boca y habló. Tanto que pidió mentalmente a La Voz que le diera fuerza o magia o algo que canalizar en su mirada y fulminarlo ahí mismo. Al menos tenía la opción de curarse él, de mancillarse él, y no que el artífice fuera el condenado profeta hereje. Así que resopló y asintió.
Luego le llegó el turno al libro maldito. Por su bien, decidió memorizar (o intentarlo) sus formas y colores, lo que fuera para distinguirlo del grupo de libros, ya que era el único que esperaba tener que usar. Los otros bien podrían arder por accidente o milagro divino. Una parte de su cabeza, sin embargo, pugnaba por entender el por qué de su existencia. No les veía sentido. Y así lo expresó cuando Hal acabó de explicarle las instrucciones. No se atrevió a coger el objeto pese a que tendría que hacerlo para probar el hechizo.
—¿Qué les veis a estas cosas? Con lo bonita que es la tradición oral... Los mayores educan a las crías, todos aprenden del que sea mayor hablando, sin más. No necesitamos estos artilugios que encima a saber de qué estarán hechos. ¿Cómo sabes que esas letras de colores no se hacen con sangre, por ejemplo? ¿O que las hojas o la tapa no son de piel de cosechados? —hizo una pausa porque su mente estaba atando hilos y algo de sentido podía tener, pero era un sentido patético así que siguió—. Si esta ciudad no estuviera tan hecha polvo... Y aun así. En Roca Sagrada tenemos una piedra que habla. Tanta magia pagana y tanto rollo, meted vuestro conocimiento en piedras de esas y se acabaron los libros. De verdad que no lo entiendo. Trabajando con estas cosas perdéis todo el contacto con tus mayores y menores y... ¡y con el grupo entero! ¿Qué hacéis? Les dais cosas de estas a las crías y ale, que aprendan solas? Pues menudos mundos más raros. No lo entiendo, no lo entiendo...
En parte quería entenderlo para poder sonar más creíble al atacarlo. "Conoce a tu enemigo", dicen. Pero no lo entendería hoy, así que lo dejó para otro momento.
—En fin, a ver cómo va esto...
Ahora sí que lo cogió, aunque le temblaban las manos. Pero entonces cayó en algo y dejó de mirar las instrucciones para mirar al macho con el ceño fruncido. Algo no encajaba para el roquense: demasiado fácil había resultado que se dignara a enseñarle.
—Además, ¿cómo podéis saber que no miente? Yo podría hacer un libro de magia y venderlo como tal y que los hechizos sean todo lo contrario. O el de historia que cogisteis. ¿Cómo sabéis que es cierto y no una invención? ¿Qué vais a hacer, contrastarlo con otro libro? Todo puede ser mentira. No que si preguntas algo a alguien, puedes notar en sus gestos y en su forma de hablar si lo que dice es cierto o no. Y si te está enseñando, no te va a enseñar mal a propósito o si no la ciudad se arruinaría. ¿Pero esto? —y alzó el libro, lo cerró... y lo agitó varias veces. Luego lo bajó— No podéis saber si es verdad. Algunas cosas sí porque las probasteis... ¿Cómo sé que es cierto que esto cura, como dices y dicen las imágenes, y no que en realidad me va a hacer más daño, por ejemplo? Demuéstramelo —y le tendió el libro con el semblante serio.
Luego le llegó el turno al libro maldito. Por su bien, decidió memorizar (o intentarlo) sus formas y colores, lo que fuera para distinguirlo del grupo de libros, ya que era el único que esperaba tener que usar. Los otros bien podrían arder por accidente o milagro divino. Una parte de su cabeza, sin embargo, pugnaba por entender el por qué de su existencia. No les veía sentido. Y así lo expresó cuando Hal acabó de explicarle las instrucciones. No se atrevió a coger el objeto pese a que tendría que hacerlo para probar el hechizo.
—¿Qué les veis a estas cosas? Con lo bonita que es la tradición oral... Los mayores educan a las crías, todos aprenden del que sea mayor hablando, sin más. No necesitamos estos artilugios que encima a saber de qué estarán hechos. ¿Cómo sabes que esas letras de colores no se hacen con sangre, por ejemplo? ¿O que las hojas o la tapa no son de piel de cosechados? —hizo una pausa porque su mente estaba atando hilos y algo de sentido podía tener, pero era un sentido patético así que siguió—. Si esta ciudad no estuviera tan hecha polvo... Y aun así. En Roca Sagrada tenemos una piedra que habla. Tanta magia pagana y tanto rollo, meted vuestro conocimiento en piedras de esas y se acabaron los libros. De verdad que no lo entiendo. Trabajando con estas cosas perdéis todo el contacto con tus mayores y menores y... ¡y con el grupo entero! ¿Qué hacéis? Les dais cosas de estas a las crías y ale, que aprendan solas? Pues menudos mundos más raros. No lo entiendo, no lo entiendo...
En parte quería entenderlo para poder sonar más creíble al atacarlo. "Conoce a tu enemigo", dicen. Pero no lo entendería hoy, así que lo dejó para otro momento.
—En fin, a ver cómo va esto...
Ahora sí que lo cogió, aunque le temblaban las manos. Pero entonces cayó en algo y dejó de mirar las instrucciones para mirar al macho con el ceño fruncido. Algo no encajaba para el roquense: demasiado fácil había resultado que se dignara a enseñarle.
—Además, ¿cómo podéis saber que no miente? Yo podría hacer un libro de magia y venderlo como tal y que los hechizos sean todo lo contrario. O el de historia que cogisteis. ¿Cómo sabéis que es cierto y no una invención? ¿Qué vais a hacer, contrastarlo con otro libro? Todo puede ser mentira. No que si preguntas algo a alguien, puedes notar en sus gestos y en su forma de hablar si lo que dice es cierto o no. Y si te está enseñando, no te va a enseñar mal a propósito o si no la ciudad se arruinaría. ¿Pero esto? —y alzó el libro, lo cerró... y lo agitó varias veces. Luego lo bajó— No podéis saber si es verdad. Algunas cosas sí porque las probasteis... ¿Cómo sé que es cierto que esto cura, como dices y dicen las imágenes, y no que en realidad me va a hacer más daño, por ejemplo? Demuéstramelo —y le tendió el libro con el semblante serio.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
11/04/15, 08:26 pm
Hal tuvo que reprimir poner los ojos en blanco muchas veces ante el discurso del roquense. Era una persona que valoraba mucho el saber y el conocimiento, y la máxima expresión de estos, su mejor símbolo, era la palabra escrita. No creía poder hacérselo entender a Tesón, ni siquiera estaba seguro de tener la paciencia para hacerlo, pero lo intentó.
—¿Sangre? ¿Piel? —enarcó las cejas, preguntándose si su interlocutor estaba bromeando o hablando en serio, en cuyo caso sería por un sonrojante desconocimiento—. La tinta no se hace con sangre, es absurdo. Aunque sólo sea porque los pigmentos son más abundantes y baratos. La piel, pues... Como mucho sería piel de algún animal de piel gruesa, la de carabeses es demasiado fina, y... probablemente la de todos los que estáis aquí. —explicó.
Las palabras de Tesón sobre la piedra encendieron una alarma en su mente. A primera vista aquello parecía inexplicable... Y estaba convencido que lo más inexplicable era lo que tenía una explicación más inaceptable. ¿Quizás otra sociedad estuviera manipulando a la de Tesón a través de una piedra supuestamente milagrosa? También era posible que la naturaleza de la piedra fuera otra, y los roquenses, ignorantes por completo sobre la magia, la hubieran malinterpretado por completo. En cualquier dejó estos pensamientos para sí mismo, consciente de lo violento que podría ponerse Tesón si le contaba que su piedrecita milagrosa era probablemente un fraude o algo completamente distinto a lo que creía.
—La memoria tiene un límite: nadie puede saberlo todo, y si cerca de ti no hay nadie que sepa lo que quieres saber tienes que desplazarte, quizás demasiada distancia. Con los libros se soluciona esto. Y claro que ahora no podemos ponernos a contrastar información —bufó, pensando si su compañero era deliberadamente tan obtuso o fingía—, pero si la vida es "normal", no teniendo que malsobrevivir en un lugar en ruinas se puede contrastar de forma muy sencilla. Además añadió, viniéndole de pronto a la mente—, ahora mismo no, porque para eso hace falta tener cierta experiencia con la magia... Pero cuando la manejas con soltura puedes saber lo que hace sin necesidad de leerlo, sólo por lo que dice el hechizo. Y no, no puedo saberlo porque todos estos hechizos son nuevos para mí, el carabés funciona distinto —se quedó ojiplático cuando el miembro del clan plumífero le devolvió el libro, exigiéndole que lo probara él antes. Comenzaba a pensar en que la forma de razonar de Tesón era realmente diferente a cualquier otra, porque aquello le parecía de todo menos lógico—. Tesón, no me voy a cortar sólo porque tú no te fíes del libro. Si quieres intentamos el térmico, que varios hicimos ayer, pero vamos. Que si he propuesto ese ha sido simplemente porque imaginaba que te dolerían las heridas.
La frase fue dicha con un tono indignado y algo incrédulo. Sí, era cierto que le divertía algo imaginarse al pajarraco asqueado de sufrir "contaminación mágica herética" (o como fuera que lo llamara en su mente)... Pero aun así tampoco deseaba mal al que, por mucho que le pesase, era su compañero. Claro que si quería dejarse llevar por la desconfianza y seguir herido era decisión suya.
—¿Sangre? ¿Piel? —enarcó las cejas, preguntándose si su interlocutor estaba bromeando o hablando en serio, en cuyo caso sería por un sonrojante desconocimiento—. La tinta no se hace con sangre, es absurdo. Aunque sólo sea porque los pigmentos son más abundantes y baratos. La piel, pues... Como mucho sería piel de algún animal de piel gruesa, la de carabeses es demasiado fina, y... probablemente la de todos los que estáis aquí. —explicó.
Las palabras de Tesón sobre la piedra encendieron una alarma en su mente. A primera vista aquello parecía inexplicable... Y estaba convencido que lo más inexplicable era lo que tenía una explicación más inaceptable. ¿Quizás otra sociedad estuviera manipulando a la de Tesón a través de una piedra supuestamente milagrosa? También era posible que la naturaleza de la piedra fuera otra, y los roquenses, ignorantes por completo sobre la magia, la hubieran malinterpretado por completo. En cualquier dejó estos pensamientos para sí mismo, consciente de lo violento que podría ponerse Tesón si le contaba que su piedrecita milagrosa era probablemente un fraude o algo completamente distinto a lo que creía.
—La memoria tiene un límite: nadie puede saberlo todo, y si cerca de ti no hay nadie que sepa lo que quieres saber tienes que desplazarte, quizás demasiada distancia. Con los libros se soluciona esto. Y claro que ahora no podemos ponernos a contrastar información —bufó, pensando si su compañero era deliberadamente tan obtuso o fingía—, pero si la vida es "normal", no teniendo que malsobrevivir en un lugar en ruinas se puede contrastar de forma muy sencilla. Además añadió, viniéndole de pronto a la mente—, ahora mismo no, porque para eso hace falta tener cierta experiencia con la magia... Pero cuando la manejas con soltura puedes saber lo que hace sin necesidad de leerlo, sólo por lo que dice el hechizo. Y no, no puedo saberlo porque todos estos hechizos son nuevos para mí, el carabés funciona distinto —se quedó ojiplático cuando el miembro del clan plumífero le devolvió el libro, exigiéndole que lo probara él antes. Comenzaba a pensar en que la forma de razonar de Tesón era realmente diferente a cualquier otra, porque aquello le parecía de todo menos lógico—. Tesón, no me voy a cortar sólo porque tú no te fíes del libro. Si quieres intentamos el térmico, que varios hicimos ayer, pero vamos. Que si he propuesto ese ha sido simplemente porque imaginaba que te dolerían las heridas.
La frase fue dicha con un tono indignado y algo incrédulo. Sí, era cierto que le divertía algo imaginarse al pajarraco asqueado de sufrir "contaminación mágica herética" (o como fuera que lo llamara en su mente)... Pero aun así tampoco deseaba mal al que, por mucho que le pesase, era su compañero. Claro que si quería dejarse llevar por la desconfianza y seguir herido era decisión suya.
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