Fase 2, Ronda 3: Shizel vs Noel

A su escudo le quedaba un envite como mucho y Shizel lo sabía. Lo que había empezado a conjurar inmediatamente después de hacer rebotar el hechizo de impacto era un campo de fuerza doble (no muy fuerte, ya que ante las prisas había dado primacía a la diversidad antes que a la potencia) tras el que refugiarse cuando éste cayera. Logró terminarlo por ese escaso margen de anticipación, y éste se desplegó frente a él justo a tiempo de cortar la embestida de la mayoría de las plumas de Noel, aunque algunas habían sido lo bastante rápidas para llegar a colarse y se le clavaron, a pesar de la magra protección de la capa de hielo, en los antebrazos que había interpuesto por instinto.

Shizel siseó de dolor. No podía curarse con el escudo activo, pero dejó que eso alimentara su mala leche. Cortó el aire con una serie de movimientos y entre sus dedos pronto chisporroteó la inercia de un hechizo de racha de viento. El movimiento direccionante del final lo desvió no hacia Noel sino hacia su mano opuesta primero.

El hechizo rebotó de nuevo contra su escudo y salió duplicado contra Noel con el objetivo de desequilibrarle e impedirle mover los brazos con soltura a causa de la violencia del viento. La capa de hielo estalló en mil pedazos: el skrýmir había elegido un hechizo poco complejo a propósito, ya que prefería sacrificar lo que quedaba del escudo en una ofensiva que arriesgarse a quedar fuera de combate por depender en exceso de él.

Shizel era consciente de la ventaja que suponía haber podido regenerar parte de su magia durante el combate y pretendía arrastrar al draco a una guerra de desgaste. Aprovechó para curarse, expulsando las plumas clavadas al cerrarse su piel, mientras vigilaba el siguiente movimiento de Noel.

En cuanto le vio conjurar una racha de viento, el draco decidió cual sería su próximo movimiento. Especialmente al ver que el skrýmir rompía su propio escudo, ya que podría aprovechar el mismo hechizo para dos cosas. El draco conjuró un simple hechizo térmico, dirigiéndolo en chorros de calor a alta temperatura hacia las ráfagas de viento que se dirigían hacia él. No pudo evitar recibir parte de la fuerza del viento mientras trataba de mantenerse firme en el sitio cubriéndose con las alas y afianzando su posición sobre la arena, enterrando ligeramente las botas en la misma. Pero al cabo de unos instantes, el viento comenzó a subir debido a su mayor temperatura respecto al aire que ya se encontraba en el ambiente y las ráfagas dejaron de soplar a su altura.

En ese momento, mientras se acercaba a Shizel, comenzó a dirigir los chorros de calor hacia el propio idrino. Con las características de su transformación el calor tenía que, como mínimo, resultarle una molestia añadida o al menos eso era lo que el draco deducía conociendo algunas de sus característiacas y comparando su caso con el de Gael. Si tenía alguna oportunidad, conjuraría un hechizo de llama sobre la piel ya caliente del idrino. En caso de no disponer de esta, efectuaría otro movimiento diferente en función de si el skrýmir lograba o no levantar un nuevo escudo.

Noel se acercó a él y Shizel retrocedió a la par dentro del campo de fuerza; ya no le convenía tanto el combate cercano como antes. Notó que la parte física de su barrera se carcomía a velocidad vertiginosa y en cuanto ésta se desgastó pudo notar inmediatamente en el ambiente por qué.
"Si no intentan fuego eligen calor", se quejó mentalmente. "¿Me has visto tú a mí intentar cortarte las alas?"

No había esperado causar daño real con la racha de viento: solamente que fuese lo bastante intensa para comprarle algunos segundos de reacción. Éstos le permitieron preparar con tiempo el sortilegio de intangibilidad en cuanto vio que algo raro le pasaba a su barrera física, y permitió impertérrito que los chorros de calor le atravesaran.
No salió aún del perímetro de lo que quedaba de la parte mágica del campo, y contraatacó con una bola de luz que encadenaría con otra si le daba tiempo. El draco había conjurado nuevas defensas. "Te las tiraré todas abajo", pensó el idrino con determinación. Estaba siendo un combate intenso y Shizel se estaba entusiasmando. Pensaba obligarle a desviar o bloquear todas las ofensivas que pudiera para continuar con la estrategia de desgaste.

En cuanto Shizel se hizo intangible, Noel pasó a configurar otra táctica diferente. Dejó que su escudo mágico reforzado absorbiese el impacto de la bola de luz y mientras tanto se había acercado a la posición del skrýmir conjurando un escudo mágico respaldado cuya mayor parte se encontraba bajo la arena y tan solo la parte superior sobresalía, cubriendo al skrýmir.

Antes de que Shizel pudiese terminar su segundo sortilegio, el draco se apresuró a delimitar una zona bajo los pies del idrino que abarcaba poco más que su propio cuerpo y en ella utilizó un hechizo de inyección debidamente potenciado para crear un agujero que mediría algo más de dos metros de altitud y que contenía el escudo mágico que, lógicamente, estaba revertido. El objetivo era obligarle al idrino a deshacer la intangibilidad si quería salir del agujero sin perder mucho tiempo tirando la barrera abajo; aunque si optaba por aquella opción sin modificar sus condiciones actuales, el sueco se aseguraría de acosarlo con ataques mágicos como lanzazos o bolas de luz.

Si deshacía la intangibilidad, intentase o no salir mediante el uso de levitación pero levantando además su reflector, Noel utilizaría su propio hechizo de intangibilidad. Tan solo sobre su gabardina, no obstante, con el fin de quitársela como debía hacer normalmente si no quería desnudarse por completo para deshacerse de una única prenda. Pensaba arrojarla en llamas sobre el idrino y, si la situación lo propiciaba, le lanzaría un hechizo de impacto ya que si se encontraba cubierto no podría rebotar ningún hechizo.

No obstante, al oír como Shizel conjuraba un hechizo de desvío que impactó contra el escudo mágico, Noel se vio obligado a modificar su estrategia. Lo primero que hizo fue recomponer los daños de la barrera, para después esperar unos segundos prudenciales por si el idrino decidía deshacer su intangibilidad, pero practicó la misma sobre su gabardina de todas formas en ese tiempo para quitarsela. Y tras ello, su siguiente movimiento fue conjurar una barrera de inercia, ya no podría salir con levitación de allí. Hizo levitar entonces su prenda y le prendió fuego mágico para a continuación dejarla caer al agujero de forma rápida con la ayuda de la inercia.

"No tengo por qué salir de aquí", pensó Shizel al verse en un agujero. No pensaba alzar el escudo indiscriminadamente, y si se quedaba en la hendidura no ofrecía un blanco innecesario que podría forzarle a defenderse antes de tiempo.

La niebla mágica acudió a sus ojos para no perderse ningún movimiento de su rival, y la siguiente jugada del skrýmir quedó determinada en cuanto vio que Noel empezaba a hostigarle a base de magia. Usando aquella visibilidad ampliada para calcular bien el tiempo, usó hechizos de desvío para que lo que el draco le enviaba golpease la barrera que le aprisionaba desde dentro. No le importaba en qué parte de ésta impactaran, ya que su objetivo no era devolverlos a ningún punto en concreto, de modo que la tarea le requería menos precisión.

Desvió eficientemente el primer lanzazo que le llegó, pero Noel debió haberse dado cuenta de su táctica porque no le llegó ninguno más. Shizel decidió mantener su posición ya que obligaría al draco a cambiar de estrategia: si se mantenía intangible no podía alcanzarle con nada físico, y si le enviaba balizas mágicas el skrýmir podría usarlas para destrozar el campo mágico que el propio sueco había levantado. No se inmutó, por tanto, cuando notó que su cárcel improvisada se reforzaba. "Envíame lo que quieras", le desafió mentalmente.

Utilizó el tiempo que le dejó Noel para anclarse una defensa mágica reforzada a ras de piel. Con el ojo puesto en su oponente gracias a la niebla pudo ver que tendría que tendría que salir del suelo por un lateral, aunque no calculó bien el apartarse de la chaqueta en llamas ya que no había contado con la mayor rapidez al caer que le confería la barrera de inercia. La protección que llevaba puesta bloqueó los daños antes de que pudiese moldear una de las paredes del agujero para que la cubriese, pero Shizel se hartó finalmente.

Iba a necesitar fuerza bruta para salir de allí, de modo que convocó un lanzazo que potenció a conciencia. Podía permitirse el gasto ya que no corría el riesgo de fallar, y dado que quedaba poco tiempo de combate. Finalmente dibujó el semicírculo de compleción con una mano y apuntó con la otra hacia arriba. El trallazo hizo añicos el escudo mágico, que el contacto con las llamas mágicas de la chaqueta había minado parcialmente.

Libre ahora para salir de los límites de la barrera de inercia, Shizel tomó aire y se internó por una pared lateral del agujero. Emergió del subsuelo a escasa distancia de Noel.

Tap no se pudo creer lo extraña que había salido aquella ronda. Ambos contendientes formaban parte del escaso número de gigantes a los que toleraba y el poltergeist se encontró sin nadie a quien gritar para que se muriera. Con uno había aprendido a convivir durante las clases de telepatía y el otro compartía su odio por Matt, entre otras cosas. No solo no podía pedir la muerte de ninguno, sino que tampoco podía decidir a quién animar.

—¡Vamos Shizel! ¡Vamos Noel!—y, por primera vez, eso fue todo.

Inmediatamente después de lanzar la gabardina, Noel también conjuró su propio hechizo de niebla mágica para poder ver bien los movimientos del idrino. En cuanto vio que se disponía a romper el escudo para salir, preparó sus siguientes movimientos. Mientras se acercaba al agujero conjuró un hechizo de atracción y lo lanzó sobre un trozo de tela que sobresalía de entre la arena para recuperar la prenda, quitándole la intangibilidad y la dejó cerca de él mientras esta seguía ardiendo.

Aprovechó para observar cuánto quedaba de combate mientras conjuraba un nuevo sortilegio, esta vez sobre sus alas, para después volver a ver lo que hacía el idrino. Mientras este se desplazaba bajo la arena, un hechizo reflectante cubrió la superficie de las alas del draco, las cuales desplegó por completo mientras esperaba que el skrýmir emergiese. No obstante, inmediatamente después de terminar el corto sortilegio, inició uno bastante más largo.

El draco seguía conjurando mientras el idrino comenzaba a emerger de la arena y, si nada salía mal, en cuanto Shizel estuviese completamente fuera de ella se vería encerrado en una barrera mística en forma cúbica, cuyas caras interiores devolvería un posible hechizo que hubiese preparado con la misma potencia y también impediría que la atravesase intangible por ninguno de sus lados. Con el poco tiempo que restaba de combate consideró que se podía permitir conjurar otro sortilegio de alto nivel, pero prefirió no pasarse con la potencia. De una patada volvió a enviar su gabardina dentro del nuevo encierro, con lo que quedaba de ella todavía consumiéndose gracias al fuego mágico. Si el skrýmir se quitaba la intangibilidad y formaba su escudo, la prendería con fuego normal.

No obstante, no era eso lo único que había preparado y, en cuanto el idrino saliese debería verse cegado por la luz del sol reflejada en las alas del draco, que se había posicionado de forma que esta incidiese en el lugar por el que emergía en aquel momento.

"¿Qué narices es esto?", se preguntó Shizel. Se estaba hartando ya de verse enjaulado por una barrera tras otra. Sin embargo, al igual que antes, no era tan estúpido como para salir a lo loco. Al repetir la jugada el draco se hallaba en la misma tesitura de antes: si el idrino seguía intangible no podría alcanzarle con nada físico, y mientras no le tentase para salir de la cárcel en la que él mismo le había encerrado no podría lanzarle ofensiva mágica sin que Shizel la utilizase en su contra para tirar abajo las barreras.

Sabedor de aquello el skrýmir aún no había vuelto a alzar su escudo en todo lo que había transcurrido de combate. La maldita chaqueta había reaparecido quién sabía cómo, y de nuevo Shizel dejó que lo que quedaba de su protección se encargara de ella mientras aprovechaba el tiempo.

Noel no parecía haberse dado cuenta de que llevaba puesta la niebla mágica, de modo que Shizel no se inmutó ante los reflejos de sus alas. Retrocedió todo lo que pudo hacia una de las esquinas del cubo y apuntó con cuidado a una de las paredes, calculando el ángulo de tiro de forma que el hechizo de impulso que iba a lanzar rebotase de ahí al techo y de nuevo contra dicha pared hasta que ambas se rompiesen. Ya que Noel se las había puesto en bandeja, pretendía aprovechar las barreras para su propio beneficio.

Una vez se vio libre para salir se posicionó detrás de lo que quedaba del cubo. Dentro de él había estado preparando un hechizo de impacto destinado a estampar a Noel contra las protecciones de las gradas. Apuntó al draco en un principio para despistarle, pero en un movimiento repentino desvió la mano hacia la barrera mística que conformaba el suelo del cubo incompleto. El hechizo rebotó contra ella y de ahí a su destinatario.
La pared del cubo que quedaba intacta le protegería frente a cualquier ofensiva que le viniese de frente, y la barrera del suelo podía utilizarla para dificultarle a Noel saber adónde estaba apuntando.

Si en el tiempo que quedaba el draco daba muestras de poder esquivar aquello fácilmente, o de intentar jugársela por detrás, Shizel pasaría a la ofensiva y le pondría contra las cuerdas. Sin darle tregua en lo que quedaba de combate levitaría con el escudo alzado para buscar la refriega más cercana posible, a distancia de cuerpo a cuerpo siempre que pudiera, para forzarle a erigir barreras potentes que desgastasen su energía o a arriesgarse a comerse sus rebotes.

Noel no podía saber que el idrino tenía la niebla mágica activada, por lo que en cuanto vio que cegarlo no servía y se imaginaba qué es lo que sucedía, desactivo el hechizo de sus alas. Ya era la segunda vez durante el torneo que aquella casualidad hacía que un intento de cegar al oponente fallase.

Cuando Shizel se dedicó a romper la barrera mística sin salir de ella y al ver que estaba dejando intacta precisamente aquella pared de la barrera supo que se parapetraría detrás de ella, pero no pensaba permitírselo. Es por ello que se había dedicado a conjurar un sortilegio, impretérito. Para cuando el hechizo de impacto rebotó, un sortilegio de dispersión se lo llevó por delante, además de lo que quedaba de la barrera mística y los restos de las llamas que cubrían la parte de la gabardina que aún no se había quemado, mientras la temperatura ambiental ascendía unos cuantos grados debido a la cantidad de magia que había desvanecido de golpe.

Sin esperar más tiempo, aunque por suerte de este quedaba poco ya que sus reservas tenían que estar bajo mínimos, dejó que sus protecciones ancladas que todavía estaban intactas se encargasen de cualquier pronta ofensiva y rápidamente conjuró intangibilidad sobre su propia camiseta y a continuación impulso sobre esta y lo que quedaba de la gabardina para lanzarlas sobre el idrino. Inmediatamente le prendería fuego normal. En cuanto se encontrase tapado, lanzaría un hechizo de impacto. No había tenido que pensar demasiado el movimiento ya que había tenido intención de llevarlo a cabo antes si hubiera podido, solo que tuvo que añadir su camiseta a la ecuación debido a que la gabardina ya se había consumido considerablemente. <<Menos mal que ahora tengo dinero>>, pensó el draco sonriendo de forma cansada para sus adentros mientras observaba como ardía su ropa.

Y no mucho después de eso, sonó el gong de fin del combate. Se acercó entonces al idrino y le tendió la mano para estrechársela.

Shizel fragmentó voluntariamente su escudo cuando sonó el gong, al tiempo que la magia presente se disipaba a causa del hechizo de amortiguación que retumbó sobre la arena. No era de buena educación devolverle el apretón de manos al oponente teniendo las manos envueltas en hielo.

-Buen combate- le dijo al draco entonces-. De haber sabido que la estrategia ganadora era obligarte a seguir desnudándote habría empezado antes- bromeó refiriéndose a la falta de chaqueta y posteriormente de camiseta de Noel -. No, en serio, siento lo de la chaqueta. Espero que se pueda arreglar.

Noel se rió ante el comentario de Shizel y recogió del suelo los restos de su ropa que no se habían carbonizado por completo.
—Entonces me habrían echado del anfiteatro por espectáculo lamentable —comentó sin dejar de sonreír sarcásticamente para después sacudir su camiseta, llena de agujeros por todas partes—. Esta salió un poco mejor parada, aunque solo es una simple camiseta. La gabardina está irrecuperable, pero no importa. Hace tiempo me habría dolido verla arder, pero ya no vivo en la inmundicia y puedo permitirme comprarme otra —le aseguró al idrino en tono divertido mientras se dirigían hacia las gradas.