El Pub Muerto

Xalkoth:

Incapaz de decidirse entre Dirke y nasher el clinger al final había optado por abrazar a ambos, simplemente porque podía. Entre medias Kud le pasó un vaso con algo que parecía agua, pero que ni olía ni sabía a dicho líquido. Fascinado por aquello acabó bebiendoselo entero de un trago y luego siguió al que se presentó como Nasher para ver el concierto.

Valek:

–Sí que puedo – Dije a la libense en respuesta a que no podía estar eternamente aislado –O podría si algunos de los presentes no estuvieran empeñados en impedírmelo.
A aquello siguió una nueva mención a la destrucción de mi cuarto, ante lo que entrecerré los ojos una vez más. – Mira, ya que has tenido que ver en eso y cláramente no lo lamentas pues no podrías, ya sabes… ¿no volver a sacar el tema? Eso sería un buen comienzo.

Sumado a eso llegó una insinuación, a la que respondí con un trago a mi bebida antes de responder. –Si tanto te interesa mi “compañía” recordarme lo de mi cuarto no creo que haya sido precisamente la mejor táctica para conseguirla.

Xalkoth:

El insecto por su parte disfrutó del concierto a su manera. Nunca había bebido, y estrenarse con vodka había provocado los efectos esperables. Chilló cantó (o lo intentó) y bailó torpemente con cualquiera que se le pusiera por delante, torpe no solo porque no supiera, sino porque además el alcohol no tardó en afectar sobre la coordinación de sus seis ojos. Eso no le impidió sin embargo aplaudir con todas sus fuerzas en todas las ocasiones. Luego salió sin rumbo a pegarse a la primera persona que apareció en su camino: El biomecánico.

–¡Archi! ¿Qué es de tu vida? ¡Oh! ¿También estás bebiendo esa agua tan rara? –Comenzó a decir mientras aprisionaba al irrense agarrándole por el hombro. Luego se dio cuenta de que los demás también existían.
–Oh... !Personas conocidas y desconocidas!  ¡HOLAAA!

Valek:

La actuación no era una obra de arte, pero estaba bien. Aun así podía influir que aquel tipo de música no me atraía demasiado… ni ninguno en realidad.
–¿Y por qué no vas tú misma a averiguarlo? –Le dije en relación a sus palabras sobre Vac y Mikk. Con un poco de suerte se iría y podría seguir ahogando mis penas tranquilamente. 
En cualquier caso seguí bebiendo. De momento beber solo me había afectado ligeramente, lo justo para ser más hablador de lo habitual.

Karime

- ¡Oh, venga!- exclamó la licántropa-. ¿Tanto tantísimo odias mi presencia? ¿Tanto nos odias a todos por querer… no sé… pasar un poquito de tiempo contigo? Si es así, prometo que la próxima vez no te obligaré a venir y simplemente te llevaré una botella de sangre adulterada a tu habitación para que te montes la fiesta tu solo, pero por lo menos ya que estas aquí intenta disfrutarlo y hablar con alguien.

Wednesday

- Podríais tocar también en mi fiesta de despedida del burdel- sugirió la vouivre, sabiendo que era inevitable que las chicas planearan una para cuando se mudara a su nueva casa.

Wen siguió a Noel hacia la mesa, aun con su bebida a la mitad. Aquella noche a la vouivre no le apetecía beber demasiado y hubiera preferido pasarla solo con sus amigos, pero entendía que ellos quisieran socializar más allá de su círculo habitual. Además, la noche no iba tan mal por el momento.

- A lo mejor tendríamos que haber traído nuestro propio alcohol- sugirió cuando el draco se quejó del mal sabor de su bebida-. ¿Te imaginas? Viniendo a un local tan distinguido con botellas propias. Es como si en la tierra fuéramos a un restaurante con mucho glamour con un brick de vino.

Surásara:

La naga sonrió y le hizo un gesto al chico para que la siguiese.

-Me llamo Surásara - se presentó mientras esperaba a que la camarera la atendiese en la barra. Vio el espectáculo que estaba dando el amigo de Dhelian y volvió a sonreír antes de volver su atención al licántropo.- Soy una de las novatas de la última hornada - el alcohol le había soltado la lengua un poco.

Observó al chico con atención, desde luego era su tipo. Alto, musculoso y su pelo le llamaba mucho la atención, aunque no sabía si era natural o se lo teñía, además era muy guapo. Sura no buscaba más que un lío de una noche y aquel chico la había atraído desde el momento en que entró por la puerta. Al poco llegó la camarera.

-A mi ponme una jarra de hidromiel y a él lo que quiera beber - dijo haciendo un gesto hacia Jau con la cabeza.- Y dime, ¿a qué te dedicas? Yo soy soldado del ejército de la ciudad.

Enredo:

Shiz se acercó a hablar con él, el brujo le sonrió un poco achispado ya.

-¿Es oficial ya? - comentó con una sonrisa refiriéndose a DL.- Uy, perdona, ha sido una falta de respeto. No contestes - se rió y después trató de ponerse un poco más serio.- Sabes que la casa ya está terminada ¿no? - el brujo no se lo había dicho todavía pero supuso que el cambiante lo habría hecho.- Quiero ponerle algunas defensas a la casa y voy a necesitar tu ayuda para algunos hechizos avanzados - le explicó con una sonrisa.

Saren:
Saren apuró el último trago de su copa y pidió otra de lo mismo sin prestar demasiada atención a las conversaciones a su alrededor. Su mente divagaba lejos de allí y el tamborileo nervioso de sus dedos sobre la barra era una señal sutil de que no se sentía cómodo. Cuando la camarera le sirvió le dedicó una media sonrisa, no obstante, y le preguntó que estaba bebiendo exactamente por si tenía que tener cuidado con algún ingrediente extraño. No fue el caso y, bastante satisfecho con su respuesta, el idrino le dio las gracias y la dejó seguir trabajando, desviando su atención hacia el escenario.

Pudo notar la incomodidad en la postura de Noel en cuanto le vio acercarse a la batería, y no necesitó mucho más para comprender que su hermano le había tendido una encerrona en compañía de Mikk. El selkie rio por lo bajo y se acodó expectante de espaldas a la barra, intrigado por el repertorio que iban a interpretar aquellos tres. Era la primera vez que veía al draco participar en uno de aquellos conciertos y la cosa prometía.

Vac:
La reacción del público no se hizo esperar y en unos segundos el sonido de los aplausos inundó el local. Vac ya estaba acostumbrado a esas cosas, pero no se le pasó por alto lo abrumado que estaba su hermano, qué nunca se sentía cómodo cuando era el centro de atención. Las exigencias de Atol y el mensaje telepático de Marsi le hicieron reír, complacido de que se lo hubieran pasado realmente bien, pero ignoró de forma deliberada la petición del helión. Ya habían acaparado bastante el escenario.
—Tu tamaño anula la invisibilidad natural del batería medio, Noel, no vas a tener tanta suerte. —le dijo con una sonrisa maliciosa, palmeándole la espalda antes de posar para la cámara de Vivia con los demás. Había disfrutado de verdad tocando con el sueco, y aunque este se negara acabarían repitiéndolo en otra ocasión.

Cuando la sesión de fotos terminó, el hado guardó su guitarra y se acercó a la barra. Una vez allí pidió un chupito de vodka para aclararse la garganta y asistió en silencio a la conversación sobre el jefe. Al griego tampoco le hacía gracia que Cain pasara tanto tiempo encerrado con sus demonios, pero hacía mucho qué no se creía con derecho de aconsejarle sobre nada, por lo que le dejó los planes a los demás. Si al final Jack conseguía sacarle de su enclaustramiento le invitaría a una copa de la mejor sangre que pudiera conseguir.

En opinión de Vac la fiesta estaba empezando a amuermarse, así que pidió una nueva copa y se acercó a Nasher por la espalda.
—¿Qué discos te has traído? —le preguntó a la quimera con una sonrisa, pasándole un brazo por lo hombros—. El ambiente empieza a decaer y creo que te toca a ti ponerle remedio porque el tigretón está ocupado. —comentó riendo, señalándole a Jau y a la naga que le hacía compañía.

Keiria:
La kitsune disfrutó del concierto y aplaudió encantada cuando finalizó, poniéndose también en pie con menos vergüenza que sus amigos. El vodka que había traído Kud le había coloreado ligeramente las mejillas, pero apenas llegaba al punto de estar contenta, así que se permitió pedir otra jarra de cerveza tostada. Se había cansado rápido del juego de cartas, pues la tentación de hacer trampas era demasiado fuerte y no quería hacerle el feo a sus compañeros, por lo que tras cederle su mano a uno de los mercernarios de la Brecha se puso a conversar con los presentes que tampoco estaban participando.

Cuando Dhelian salió tambaleándose tras su amigo, la pelirroja observó con curiosidad a la estirge que se había quedado atrás, la cual empezó a rodar por la mesa poniéndole fin al juego de cartas. El pájaro dio con sus plumas contra el suelo cuando se quedó sin superficie sobre la que girar y, tras permanecer unos segundos inmóvil, empezó a corretear en zigzag entre los pies de los asistentes a la fiesta. Keiria se dobló hacia delante, llorando de la risa, y sus carcajadas se alzaron entre las voces de la multitud. Si aquel pollo no daba pronto con su dueño iba a causar más de un problema.
—No debería estar permitido que las mascotas consuman alcohol —comentó secándose las lágrimas, incapaz de dejar de reír.

Saren:
Cuando el concierto terminó el idrino aplaudió con todas sus fuerzas, silbando y vitoreando a los músicos como el que más. Se habría acercado a felicitarlos en persona, pero estaban bastante solicitados, así que le pidió una botella de su bebida a la camarera y se acercó hasta un semireservado desocupado antes de que dieran inicio en la barra las carreras de caballos llameantes. Tal vez mas tarde fuera a hablar con los de la Brecha, pero por el momento le apetecía estar un rato tranquilo, disfrutando del licor sin tener que pensar en nada en particular.

Si alguien se acercaba le encontraría dibujando con un bolígrafo sobre un par de servilletas, con el vaso lleno a mano y gesto abstraído. Estaba trabajando en un par de diseños para unos tatuajes rúnicos.

Kudryavka

Aquel vánara que habia entrado por la puerta del pub ya no era el mismo. Con más de media botella (literal, cogida en mano) consumida, el ruso no paró de dar palmas y bailar mientras tocaba la música. Sus mejillas brillaban intensamente, pero su personalidad extrovertida no habia hecho más que afilarse y poco se podia comprobar cuan borracho estaba, y, si lo estaba, si podia llegar a estar más aun, por la pinta con la que bebia.
No fue sino que sin dudarlo dos veces se acercó al draco y le estrechó de la mano energeticamente, con una sonrisa que tan solo un Kud ebrio lograria alcanzar tales niveles de estupidez.
-¡Fascinado! ¡Maravillado! ¡Magnifico!¡He de decir que estoy muy sorprendido, si, si! ¡Casi envidioso!-

Y sin más le dedicó una mirada de paso a los que le rodeaban, acabando por guiñarle un ojo torpemente a Wen, para darse media vuelta y empredender una suerte de marcha militar de vuelta a la mesa donde se habian reunido antes, ahora con alguno de los del grupo del bateria y ex traumado craneoencefalico. Cogio una silla mientras cargaba su garganta con el resto de la botella de vodka. Con un breve eructo, la arrastró ruidosamente hacia los demás. Ahora empezaba a sonar ebrio.
-Ak ak ak... Oye... que si... que si vamos nosotros y tocamos o bailamos algo...-alzó el cuello, buscando algo en la cercania con la mirada un tanto desenfocada. Localizando a Keiria quien se habia apartado entonces, plasmó una sonrisa igual de estupida que antes y se dirigió a ella.-¡Keiria! ¡Keiria! ¡Keiria!-llamaba, ondeando la mano en el aire mientras daba unos saltitos en la silla.-¿Bailas conmigo?-le propuso, aunque su mente derivó y le hizo arquear el cuello en una postura un tanto rara, pero que el vánara lo hacia parecer perfectamente cómodo.-Heh, digno de Shaft... ¿Bailais alguno? Asi, sin verguenza en vena ni nada, lo que se suele decir echar una cana al aire, ¿no?... ¿o era "pelillos a la mar"?-soltó una de sus carcajadas, pero casi llendo a camara lenta para el estilo del ruso debido a la bebida.

Fue a beber de la botella una vez más, pero solo gotas mojaron su lengua. Fruncio el gesto y de un salto hacia atrás, se desprendio de su postura simiesca al sentarse, aterrizando sobre el suelo con cierta habilidad, sorprendente para la cantidad de alcohol que llevaba consumido.
-Pero... primero... necesito un aguita más.-admitió mientras se alejaba hacia la barra con una serie de traspieses que recordarian a un baile. Llamandole la atención a la camarera, quien sorprendentemente habia mejorado con la noche, le pidio que le pusiera otro chupito de vodka con la botella al lado y, al igual que la otra vez, vacio el chupito de un trago y se llevó la botella. Dando un trago, se arrastró de vuelta a la mesa, derribando algunas sillas por el camino.

-¿Baiiilaiiiiiiiis o nooooooo?-preguntó, dirigiendo la mirada a todos los integrantes de la mesa, veteranos inclusives, para despues centrarla en Keiria, la más alejada de la mesa.-¡Venga, la noche es joven chavales!-les animó.

Tania

Durante la actuación, Tania habia parecido distraida, al menos de lo que nublaba su mente y, aunque no animó como otros hicieron, si que se fue moviendo más y más alejada del centro del local hasta finalmente tocar contra la pared, done se sentia algo más cómoda. Avistó al vanara, claramente borracho y con un suspiró contempló la escena.

Marsi vio a su amiga tan ilusionada con sus teorías románticas que no tuvo corazón para decirle que Dhelian le parecía MUY menor de edad para acabar en la cama de nadie y Jau estaba MUY fuera del presupuesto de Surásara. Siguió a la estirge borracha con la mirada sin dejar de atender a Alice, bastante preocupada por lo perjudicial que podría ser el alcohol para el animal. Tendría que reñir al brugho luego por esto.

-<< Creo que... mejor a salir a tomar el aire, el ambiente empieza a estar un poco cargado>>

En realidad, Kud empezaba a estar bastante borracho, al igual que muchos otros asistentes con capacidad de hacer magia y eso no podía ser seguro. Viendo que el grupo se iba desperdigando y que Mikk y los demás no pensaban tocar nada más, perfería alejarse del barullo. Terminó su cerveza y tomó a Alice de la manga para salir juntas del local.

Marsi no se había dado cuenta del calor que hacía dentro del pub hasta que estuvo fuera. La noche refrescaba, y la brisa típica rocavarancolesa hizo que la dullahan tiritase ligeramente. Pero estaba mejor, la ciudad estaba tranquila.

-<< Bueno, paseo dijimos, ¿no?>>


Jau

El licántropo pidió ron miel, y se cruzó de brazos sobre la barra, acomodándose de forma que estaba girado hacia Sura.

-Soy Jau, y me sorprende que no me conozcas, tus amigos pasan bastante por mi trabajo, la bruja y el ghoul- dijo riendo. No sabía si la naga estaba haciéndose la despistada o si de verdad no tenía ni idea de con quién estaba tratando.- Soy prostituto en el burdel de Dama Espasmo, el regentado por Cain.

Nasher:

No era su estilo, pero se había divertido con el concierto. Felicitó a Vacuum cuando se le acercó, dejando de atender a Xalk que se había ido por ahí en busca de abrazos exóticos. Lle había caído bien el tipo.

-Pues sí que está un poco muermo... Veamos. Jau y yo queríamos traer algo acorde al local, ya que estábamos, y hace poco descubrimos esto, espera.

Llamó a uno de los empleados y le pidió un disco en concreto, en un par de minutos la música empezó a sonar.

-Mucho mejor, ¿eh? ¿Hace un baile?- ofreció, riendo. Los destellos de su piel seguían el ritmo de la música.

Ariven y Vivia:

-Ah, no, no, tú ahora eres un empresario importante y no tienes derecho a pasártelo bien con tu trabajo como nosotros- le riñó Vivia en broma, haciéndole una mueca.- Y si quieres tema vas a tener que pagar como el resto, tío listo.

Ariven se echó a reir.

-El varmano es un sinvergüenza, en nada de tiempo se ha metido en el bolsillo a todo el burdel. Aún le falta soltarse un poco, y es bastante clásico, pero tiene madera para esto- explicó.

-¡Y es de un coqueto! Nos ha hecho lista de todas las boutiques varmanas que conoce, y va siempre hecho un pincel, más mono.- añadió Vivia.

-Pero aún se pone muy nervioso cuando el jefe tontea con él, tienes que pasarte a verlo algún día, seguro que te encanta.

Empezó a sonar música, y las chicas giraron la cabeza hacia donde estaban Nasher y Vacuum, haciéndoles señas de aprobación.

-Vamos vejestorio, ven a bailar.- dijo Vivia, cogiendo a Jack delos puños de la camisa. Ariven ya le había echado el ojo a Vacuum, pero bailaría primero con Nasher para fastidiar. Y porque bailaba mejor, qué demonios.

Se fijó en la ropa mojada de DL e iba a convocar un hechizo de limpieza discreto, pero el propio cambiante se encargó de ello.
—Así es —le confirmó—. Le estaba preguntando sobre cómo es estar empleado en el castillo. Puede que conseguir ese nuevo trabajo no sea tan imposible después de todo —le había estado hablando al foner de sus planes antes de que empezara la fiesta.

Un flash cegó su visión periférica y Shizel sonrió para sí. Una mirada de reojo y captó a Vivia merodeando por la zona; tomó nota de buscarla en cuanto la conversación en aquel extremo de la barra llegase a un punto natural de pausa.

Sus dedos juguetearon brevemente con la mano de su compañero en un gesto a la vez vacilante y tranquilizador.
—No deberías —dijo tras un breve retraso, tomándose el comentario tal vez más en serio de lo que debería.

La pulla de Enredo le hizo dar un respingo y reaccionó tarde, sin saber qué responder. En una suerte de código morse ansioso apretó inconscientemente la mano de DL, luego la aflojó como si fuera a soltarla, luego recordó que no debía. Por suerte para entonces el brujo ya había cambiado de tema. Shizel aún miraba a todos lados luchando por no parecer abochornado, pero le vino estupendamente para volver a aparentar calma.
—Por supuesto. ¿Qué clase de hechizos necesitas? ¿Algún ejemplo en concreto?

>>No —respondió a la última cuestión de DL completamente en serio, preguntándose de repente, con preocupación genuina, si las onyces, siendo seres inteligentes, querrían beber en masa. Tras girarse y localizar el origen de la pregunta se mordió los carrillos y volteó de nuevo. Solo entonces se echó a reír con discreción, aunque si el brujo que la dominaba había permitido que llegase a ese estado el idrino dudaba que estuviese mucho mejor—. Yo no me preocuparía. No creo que le queden muchas copas. (*)

Alguien saludaba cerca de él, con un entusiasmo sin duda avivado por lo que llevase en el estómago. No era de los de Serpentaria, con lo que el idrino solo le había visto de pasada. Le recordaba de forma distintiva porque llamaba mucho la atención: no le sonaba haber visto más clinger por ahí. Shizel correspondió con un "hola" divertido, al tiempo que música nueva comenzaba a sonar. El skrýmir se quedó inmóvil un momento, antes de constatar con algo de alivio que no sabía bailar aquel estilo. Evitó mirar a DL intencionadamente. Todavía tenía que mentalizarse para aquello, y esperaba haberlo hecho para cuando sonase una lenta y no tuviera escapatoria. Aunque tal vez estaba desperdiciando su oportunidad; al fin y al cabo Karime seguía pendiente de Valek en la barra, distraída.

*[PD: podría decirse que dado que la estirge no tiene mucho aguante es... una peso pluma *insertar Naer poniéndose gafas de sol*]

[PD2: lo siento, pero tenía que escribir esto en alguna parte y Shiz no me dejaba que lo contase él.]

Gael
Según se acopló al juego y aumentaron la bajara, casi dejó de hacer falta. Gael no tenía en mente quedarse, no al menos a la vez que Adara, y no si no era invitado, pero los novatos le hicieron hueco y se unió con un encogimiento de hombros y una sonrisa, aceptando las cartas de Keiria. Se frotó las manos y se remangó la camiseta teatralmente, mientras pedía una explicación de lo que había que hacer. El juego le sonaba, pero el número de años que hacía que podía haberlo jugado por última vez era abrumador.

Empezó la primera partida pasándole información a Adara por un canal telepático para ayudarse mutuamente, pero para la siguiente empezó a tratar de engañarla también usando esa misma táctica. La diversión no duró mucho, sin embargo. Aunque lo estaba pasando bien, una estirge bebida terminó por provocar el final de la partida, haciendo reír a Gael como un crío con aquel espectáculo.

Kin
Kin se preguntaba si los de la brecha se habían dado cuenta de que habían estropeado un poco el ambiente de la mesa, pero imaginaba que no. El fuego fatuo parecía un poco pasado de rosca, y la ángel negro quizá era una pasota de primera, porque aparentaba estar sobria. Aun así el juego le había parecido divertido, pero empezaba a hacerse repetitivo, a fin de cuentas ellos llevaban más partidas que los recién llegados. Casi le agradeció a la estirge que pusiese fin al juego sin necesidad de decirlo y además de forma divertida. Sin embargo, luego se tuvo que preguntar a qué se dedicaría después de devolver las cartas.

Gael
—Gracias por la partida, ha sido nostálgico —dijo Gael cuando dejó de reír—. ¿Qué tal si antes de irme os recomiendo algunas bebidas? ¿no lleváis algunos todo el rato con los mismos vasos?
Sin esperar siquiera a saber quiénes querían y quiénes no –qué importaba, para los novatos era gratis– se acercó a la barra y les pidió un cóctel que no se iba mucho de precio pero que era considerablemente fuerte. En su opinión los había mucho mejores, pero no quería hacerle un feo a los anfitriones con una cuenta astronómica. Pagó el suyo y volvió a la mesa con los vasos levitando a su alrededor.

Kin
Kin aceptó aquella nueva bebida y la puso formando una hilera con los vasos que tenía. La bebida daeliciana ya se había terminado, pero antes de probar la que había traído Koval se echó por la garganta el de Kud de una sentada. No lo escupió de casualidad.
—¡Vas mejorando! —le dijo Koval, que parecía por fin a punto de irse.
El mercenario le tendió una mano enguantada a la ángel negro y se marcharon bailando la canción que acababa de empezar a sonar. Si es que podía llamarse bailar a las piruetas aéreas del fuego fatuo, que se estaba tomando aquello completamente en broma.

El raigaurum suspiró brevemente, tenía la sensación de que el ambiente era irreal a su alrededor. Probó el cóctel nuevo para quitarse aquel sabor de la boca y, como funcionaba, dio un trago largo.

Observó dudoso la poción que el piromante le cedía, oliéndola primero, frunciendo la nariz, peor viendo que el aprecia menos mareado tras tomarla, la bebió, aun sudoso. Sabia a rayos. Era la segunda bebida de la noche que le daba ganas de cortarse la lengua, prefería infinitamente un cadáver a eso.

-Esta horrible- susurro mirando la poción como si le hubiese traicionado. Esta hizo efecto rápido, se sentía aun animado pero bastante menos embotados que momentos antes. Aun así seguía aburrido, por lo que miro a Zmey curioso cuando pidió un bebida y la tiró en la barra, mirándolo con apuro por que les llamaran la atención. No llego a decir nada, pues al ver que prendía fuego al rio de alcohol abrió mucho los ojos.

-¡Caballitos! -exclamo con sorpresa, mirando lo diminutos caballitos de fuego de colores sin poderlo creer. Una radiante sonrisa apareció lentamente en su rostro ilusionado, daba igual cuanto magia viera, aquellas cosas no dejaban de fascinarlo como la primera vez-El lila- señalo el caballito de dicho color sonriendo alegremente, sin dudar- Es uno de mis colores preferidos -añadió sintiendo el peso del piromante sobre su cabeza y que hicieron que su rostro tomara un ligero rubor, que nada tenia que ver con el alcohol- ¿Tu cual quieres? -dijo sin moverse para no apartar a este de el pues estaba  bastante cómodo. Lo miro de reojo, dudoso- ¿Y si competimos?...¿No se apuestan cosas en estos juegos?- pregunto no muy seguro al respecto sobre aquello. Aunque la verdad si era así tampoco sabia que podría apostar.

El sonido de música le despisto un poco viendo como algunas personas se reunían para bailar. tal vez luego le pediría a Zmey bailar con el, ahora quería ver lo que hacían esos diminutos caballos de fuego. Y ahí le vino la idea como una iluminación divina.

-Si gano en las carreras de caballo...¿bailarías conmigo?- pregunto en voz baja, no muy seguro de si aceptaría su apuesta, pero no perdía nada intentándolo.

Ajena a la conversacional del brujo, la estirge había comenzando a tambalearse de izquierda a derecha ante el ritmo de la música como si intentara seguirla, o simplemente avanzar, esquivando los pies de la gente dando saltitos al meterse parcialmente entre la gente que bailaba y las mesas. Estaba medio borracha pero era un estirge borracha súper feliz si se tenia en cuenta la personalidad general de Hugin, que era mas similar a la de un pájaro embalsamado.

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El skrymir le informo brevemente de lo que había estado hablando por Giz y se alegro realmente por el. Su actual trabajo le traía mas problemas que otra cosa, tanto en terminos psicológicos, no había gente muy cuerda en la ciudad precisamente; como en cuantos a enemigos conseguidos, que aun se acordaba de Lapis y de los mercenarios ya muertos. En realidad, daba mas problemas que beneficios.

-No creo que haya mucha gente que se haya especializado en el mentalismo, es un plus extra a considerar para que te acepten teniendo en cuenta el puesto que quieres -respondió DL viéndolo también bastante factible con ese punto de vista. Contra menos competencia hubiera mas fácil seria conseguirlo. Rocavarancolia aun parecía estar creciendo y en general faltaba de todo un poco, sobretodo en trabajos que exigían tratar con gente de los mundos vinculados.

Observo a Shizel tranquilo, notando que se distraía momentáneamente a pesar de no soltar su mano. Sonrió al notar la seriedad con la que se tomo su frase.

- Lo normal en la fiestas es hablar con la gente, aparte de emborracharse -comentó observando sus manos unidas- Que yo este de soso aquí es aparte - añadió viendo a Enredo tomar la atención de Shizel y la reacción nerviosa de este. Le observo divertido al notar su intención de intentar soltarlo y volver inmediatamente a agarrarlo de la mano, ahogando la risa que quería salir en su jarra. Era fascinante ver como se inquietaba con aquellas cosas y en respuesta, acaricio el dorso de su mano con el pulgar distraídamente mientra hablaba con Enredo.

Presto atención a la conversación, que para algo también tenia que ver con el y dio un par de hechizos a realizar en la casa antes de que este por fin atendiera a sus palabras sobre el dominio.

-Yo temo mas que alguien le de un pisotón y decida jurarle su rencor por el resto de su vida; o que la líe- respondió con cierto humor viendo al pobre pájaro. Busco a su dueño con la mirada, encontrándolo en otro punto de la barra junto a Zmey, al parecer sin percatarse de lo que hacía su dominio.

La música comenzó a sonar y no necesitó mucho para saber que era cosa de la bola de discoteca. Si Nasher no era el alma de la fiesta, algo fallaba definitivamente. El estilo de música no le era muy conocido pero invitaba a moverse tal y como lo estaba haciendo en aquellos momentos varios, entre ellos Vivía y Jack. Apretó la mano de Shizel, para a traer su atención, motivado por la música y el alcohol bebido.

-Baila conmigo, Shiz. Tampoco se bailarlo, pero que mas da, solo es divertirse -dijo esperando su respuesta, terminando su cerveza para levantarse del asiento, con una sonrisa animada esperando convencerlo y sin soltarlo aun. Sabia bien lo terco, ¿o seria mas bien pijo?, que era el skrymir con esas cosas. Pero estaba cansado de estarse tanto tiempo quieto, llevaba toda la noche con el culo pegado al asiento, necesitaba moverse. Así que quería aprovechar que el alcohol lo desinhibía lo suficiente y conseguía convencer al idrino, mejor que mejor.

Krono Rádem

El kairós se había quedado casi traspuesto con la mirada fija en la partida, ignorando inconscientemente prácticamente todo lo que sucedía a su alrededor mientras su mente divagaba repasando mentalmente sus planes de futuro y algunos de los hechizos de mayor dificultad que había estado practicando en los últimos tiempos. Fue Xalkoth quien lo sacó de su ensimismamiento al acercarse y hablarle directamente.
—¿Qué? Ah, sí —respondió a su pregunta cinco segundos después, tras darse cuenta de lo que le hablaba.
El vaso de vodka del irrense se hallaba casi vacío, pues lo había ido consumiendo a sorbos cortos a medida que transcurría el tiempo por pura inercia.

El plaga desvió su atención hacia el resto del grupo y el ingeniero estaba a punto de dirigirse a Keiria para realizarle una pregunta cuando Kudryavka se acercó de forma escandalosa y llamó la atención de la kitsune. El biomecánico permaneció a la espera de poder hablar con la ulterana mientras continuaba vaciando su vaso.


Noel

—Eso está hecho —le respondió a Wen ante la sugerencia de tocar en su fiesta de despedida.
Si había aceptado tocar en aquel tugurio para gente que se creía demasiado importante como para frecuentar la taberna, no sería un problema hacerlo en una fiesta privada con sus amigos del cuchitril y el burdel.
A continuación dejó escapar una risotada ante la sugerencia de la vouivre, imaginándose el percal.
>>Eh, pero traeríamos cosas de calidad. Creo que la comparación sería justo al revés porque a fin de cuentas a mí me han servido esta porquería —afirmó alzando ligeramente el vaso del licor nublino antes de atreverse a darle un nuevo sorbo—. Empeora por momentos —constató tras tragar con dificultad.

Su plan para cogerse una cogorza no estaba funcionando precisamente bien y lo peor era que se encontraba rodeado de un montón de borrachos, entre los que destacaban el helión, el ghoul brujo y…
—Joder, hasta las estirges consiguen emborracharse aquí —comentó sin rastro de diversión pero sí envidia en su tono mientras contemplaba el espectáculo ofrecido por el ave de Evelhan que normalmente le hubiera arrancado alguna carcajada.
Estaba a punto de levantarse a pedirse una bebida que consiguiese erradicar aquel regusto repulsivo de su paladar, para lo cual dudaba entre si bastaría con hidromiel o iba a necesitar algo más fuerte como lejía, cuando otro ebrio afortunado se acercó a él y sin que tuviera tiempo de reaccionar a su llegada, le felicitó mientras le estrechaba enérgicamente la mano. El sueco apenas consiguió iniciar un intento de agradecerle la felicitación cuando el vánara ya se alejaba, siguiendo con su frenética y caótica ruta marcada por la hiperactividad y el alcohol. Pero el gesto que realizó antes de irse definitivamente le hizo componer una expresión de incredulidad.
>>¿Te acaba de guiñar un ojo el simio descerebrado? —le preguntó a Wen para confirmar que no se había emborrachado sin darse cuenta.

Enredo:

-Lo cierto es que hay algunos hechizos que no están a mi nivel - se los fue comentando y terminó con una sonrisa.- Y si pudiéramos replicar el hechizo de la despensa de Serpentaria sería genial. No te haces una idea de lo que nos ahorraríamos en comida - le dijo riendo.

"¿Sabes que puedes venir a vivir con nosotros si quieres no?" le dijo mentalmente, "Espacio tenemos de sobra, piénsatelo." y tras sonreírle dejó de darle la brasa concentrándose en su bebida.

Surásara:

Cuando escuchó a qué se dedicaba Jau a Sura se le cayó el alma a la cola. <<Menuda puntería Surásara, de todos los hombres de la fiesta has ido a escoger al más indicado... Que suerte la mía.>>

-Pues ahora que lo dices sí que me han hablado de ti, pero olvidaron mencionar tu aspecto y por eso no te reconocí hasta ahora - explicó con media sonrisa.- Bueno, ahora que hemos dejado claro que no estás a mi alcance podemos seguir bebiendo con tranquilidad - dijo bromeando.- Perdona las molestias, pero ya que estás aquí podríamos conversar un poco ¿no?

Valek:

En realidad podría haber reaccionado de muchas formas a las últimas palabras de Karime, y ninguna de ellas buena, pero al final simplemente puse los ojos en blanco. Era evidente que no me la iba a quitar de encima y ya había estado de bastante mal humor durante todo el día. Tenía algo de razón: era una fiesta, y me iría mejor procurando que fuera lo más agradable posible, o quizás lo menos desagradable posible. El tiempo, lo que hiciera la licántropo y lo ebrio que estuviera dirían cuál de las dos opciones acaba siendo la correcta.

–Muy bien, hagámoslo a tu manera. “Hablemos”

Xalkoth:

Por su parte el clinger sentía que la atención sobre Archi era insuficiente y había empezado a girar su cabeza cual buho mirándolo fijamente. Por suerte para el biomecánico el escándalo que Kud provocó desvió su atención completamente sobre el mismo, justo a tiempo para escuchar la petición de bailar. No necesitó pensárselo, bailaría con él encantado, peor primero tenía que dejar al irrense en algún sitio.  Miró a Archi, luego a Kud y por último siguió la mirada de vánara hasta Keiria, interpretando aquello de forma errónea. –¡Oh! ¡Gran idea Naranjito!
Sin soltar al Kairós se acercó a la ulterana y le “lanzó” a Krono de un empujón. –¡Te lo presto! –Luego salió disparado hacia el vánara, lo agarró por un brazo y lo arrastró a bailar, aunque quizás bailar era aventurar mucho ya que no tenían ni idea de qué era aquello, pero parecía ser solo moverse de distintas formas. No podía ser tan difícil.

El vampiro fingió indignación ante las pullas de sus amigas.

―¿Para qué creeis que la Bodega es tan carilla? Puedo y pago como el resto y puedo cubrir de regalitos y de cosas a mis amistades, oye. Encima que me sacrifico por vosotros, me tratáis así ―dijo entre risas―. Con que se pone nervioso, ¿eh? Parece majo. Me pasaré a catarlo...

El inicio de la música le interrumpió, aunque lo que más le detuvo fue el gesto por sorpresa de Vivia que lo sacó a bailar.

―A este vejestorio le sobra experiencia, jovencita, así que a ver cómo te mueves ―bromeó.

Bailaron varias canciones, hablando y bromeando, esquivando a los demás conocidos e intercambiando comentarios con aquellos que pasaban cerca. Pero el vampiro tenía que irse y no era el único que tenía ojos para Vivia así que se despidieron.

―Tienes que probar a bailar con levitación si aún no lo has hecho. Me voy a currar, dale las buenas noches a esta gente de mi parte... aunque quizá me veais luego ―dijo con un guiño.

Y, dicho eso, recogió su chaqueta y atravesó el Pub mientras se despedía de los demás. Había estado bastante bien, pero aquello no había acabado. Pasaría por la Bodega un momento a echar un vistazo, hablar con algunos clientes, servir a otros si se terciaba... y luego se iría al Burdel.

Zmey:

-¿Eres consciente de que yo controlo a los caballos y que si no quiero bailar puedo hacer que no gane, verdad?- le dijo el piromante alzando una ceja. Pero la mirada del ghoul le pudo.

Con un largo suspiro, hizo que el caballo que había elegido cruzase el primero la línea de meta, seguido de todos los demás que se fundieron en una bola de fuego que ardió en una explosión contenida hasta consumir todo el alcohol de la barra. Pidió otra copa que se bebió de un trago, y cuando superó el mareo inicial y sintió que podría dar un par de pasos sin hacer mucho el ridículo señaló a la pista de baile. << De perdidos al río. Después me arrepentiré de esto, seguro.>> pensó con pesar. Y se dejó arrastrar por Evelhan.

Jau:
Esta vez, la sonrisa del licántropo fue totalmente sincera. Parecía que todo había sido un simple despiste y que la naga no tenía ninguna intención de hacerle trabajar gratis, lo cual le permitió relajarse un poco.

-Vamos mujer, no te voy a cobrar por una copa y charlar un rato, no soy Urticaria- rió- ¿Y viniendo tus amigos tan a menudo por el burdel como que no te he visto antes?

Vivia y Ariven:

Vivia se despidió del vampiro tras un par de canciones y muchas muchas bromas a costa de Wheem. La venganza del varmano sería terrible si llegaba a enterarse pero merecía la pena arriesgarse. Parecía que Jack quería probarlo a toda costa, y si tenía dinero tampoco podía decirle que no. Iba a ser interesante.

Una vez volvió a estar sola, buscó a Shizel con la mirada a ver si por fin lo habían liberado y podían hablar un rato.

Por su parte, Ariven descansaba en la barra. Seguirle el ritmo a Nasher no era fácil, y eso que la demonio de fuego se jactaba de tener bastante resistencia. Estaba esperando a que la atendieran cuando Noel pasó por su lado con cara de malbebido y una copa más o menos vacía.

-¿Qué coño estás bebiendo?- preguntó quitándole la copa. Hizo una mueca de asco- Ugh, pensaba que tú eras de torturar a otros, no de torturarte a tí mismo.

Ariven opinaba que nada bueno podía salir de los Fuy, y esa bebida era el mejor ejemplo. Pidió dos copas de lo mismo, un licor nublino típico de su pueblo natal.

-Está basado en una antigua receta rocavarancolesa que se siguió haciendo incluso después de cerrarse el portal, y es lo bastante potente para tirar al suelo a un grandullón como tú. Aunque si quieres de verdad que suba rápido, pídele a Koval que lo prenda- dijo guiñándole un ojo.

—Ojalá —murmuró. Ahora mismo Shizel era un pulso confuso de esperanzas y miedo a ser un iluso. Nada le garantizaba que le dijeran que no, pero tampoco que el Consejo no se riera en su cara si acudía al castillo a plantearse como candidato.

Agradeció que DL le distrajera, a lo que correspondió con una sonrisa pequeña.
—No te preocupes, en otra fiesta en que no seamos organizadores te dejo emborracharte —le tomó el pelo a medias—. Me temo que si lo haces aquí tendré que sacarte discretamente por la puerta de atrás.

Su tranquilidad se fue al garete cuando fue el propio DL el que le pidió bailar. Abrió los ojos desorbitadamente, negando de forma nerviosa con la cabeza.
—Ohh, no, no, no. DL, en serio, no. No sé bailar esto —insistió con apuro—. Si suena algo que sí sepa bailar te juro por el Reflejo que te saco.
Por fortuna Enredo le aclaró entonces lo que quería que hiciese, y tuvo ocasión de cambiar de tema.
—El de la despensa me temo que queda fuera de mis capacidades a menos que lo busque expresamente, pero con los otros puedo hacer un apaño con facilidad.

Asintió con discreción ante las palabras posteriores de Enredo por el canal privado. Lo cierto era que llevaba tiempo planeando mudarse de Serpentaria, concretamente desde que había decidido probar suerte en el castillo. Sabía que a Giz le habían proporcionado un laboratorio allí. No obstante, tal vez le supusiera demasiado tiempo, y no quería compartir el estudio de Serpentaria mientras tanto con recién llegados alborotados y llenos de preguntas. Tenía que concentrarse. Al mismo tiempo, parecía un desperdicio concentrar tiempo y energías en acondicionarse un nuevo lugar para vivir que solo sería temporal.
>>"Lo pensaré", contestó al brujo con sinceridad. Tendría que consultarlo también con DL. Al fin y al cabo ahora eran pareja, y vivir juntos era un paso importante. A Shizel aún le costaba recordar que aquello era Rocavarancolia, y que no siempre había que seguir un orden concreto en aquella clase de asuntos.

Oh, Jack ya había liberado a Vivia. Shizel la saludó desde allí y le hizo señas para que se acercara.

Keiria:
Cuando Kud regresó a la mesa lo hizo aun mas bebido que cuando había salido a ver el concierto de cerca. El vánara estaba muy colorado y no paraba de moverse, hablando de forma atropellada. Parecía estar muy emocionado y no paraba de decirles que tenían que salir a bailar, pero aunque a la kitsune no le habría importado no confiaba demasiado en sus habilidades. Cuando Xalk apareció, sinembargo, el humano encontró a su tan ansiada pareja de pista.
—¿Estás bien? —le dijo a Archi con una sonrisa cuando el clinger se lo lanzó, evitando que se hiciera daño recogiéndolo con los brazos. Le ayudo a sentarse en cuanto el kairós recuperó la vertical—. Te noto mareado —añadió riendo, dándole otro trago a su jarra de cerveza.

Como Marsi y Alice se habían ido, Sura se había acercado a la barra a charlar con el chico de pelo naranja, y Delian estaba bailando con su amigo piromante, la mesa había empezado a quedarse vacía. Keiria no tardaría en irse a la Sede si no encontraba algo que la entretuviese. No estaba acostumbrada a aquel tipo de fiestas y empezaba a estar algo cansada.

Vacuum:
—Mucho mejor, sin duda —le dio la razón al chico, moviendo la cabeza al ritmo de la música—. Eso está hecho —aceptó la propuesta de la quimera tendiéndole la mano sonriente. Cuando estaba a punto de seguirle a la pista de baile, no obstante, Ariven les interceptó dispuesta a robarse al asreniano—. O puede que no. Parece ser que la dama te quiere para si, y es sin duda una mejor compañía que yo. Pásalo bien, Nasher. —rió, cruzando una mirada divertida con la demonio del fuego antes de cederle la mano del muchacho.

Les observó unos segundos cuando se alejaron y empezaron a bailar, admirando los movimientos de ambos con una media sonrisa. Lo suyo era interpretar música, no se le daba especialmente bien moverse al ritmo de la misma, pero lo cierto es que desde que había llegado Wheem al burdel había tenido varias ocasiones para practicar.
—¿Qué tal va la fiesta? —le preguntó a la camarera cuando se acercó de nuevo, aprovechando para darle las gracias debidamente por haberle ayudado con lo del concierto.

Vac se dedicó a conversar con varias personas durante un rato, saltando entre conocidos y clientes habituales por igual, pero cuando vio a Ariven con Noel en la barra se acercó a ellos. Al parecer su hermano había pedido algo que solo se podía calificar como alcohol de quemar por el olor, y al pasar a su lado el griego arrugó la nariz. Por suerte la nublina le había rescatado de aquel mejunje repulsivo.
—Yo quiero una de lo mismo —pidió, acodándose en la barra a su lado—. ¿Ya estas cansada, morena? Te hacía mucho mas resistente —comentó sonriente.