El Pub Muerto

Kin

Después de un amago de mirada de reproche a Alice por la broma del póker, por fin empezaron a jugar. Al irrense le costó acostumbrarse a las cartas y a usarlas, pero poco a poco le fue cogiendo el truco y disfrutando del juego (que no obteniendo mucho éxito). Con la bebida le pasó un poco lo mismo, aunque la seguía encontrando demasiado fuerte. La música fue otro cantar. No era que sonase mal, simplemente no tenía por costumbre escuchar música tradicional. Al menos no era nada que doliese en los oídos, y se veía que los músicos no lo hacían nada mal. No tenía ni idea de que los vendedores de dildos tocaban con el tipo de la taberna. Cuando terminaron su actuación dejó las cartas en la mesa y les dedicó un corto aplauso, imitando a la gente de alrededor.

Gael

Gael se colocó cerca del escenario donde tocaban, en una posición privilegiada gracias a su levitación natural, y desde allí se preparó para el espectáculo, terriblemente animado tras conseguir que Noel aceptase colocarse en la batería. Sonrió con el error al inicio de Noel, pero porque supo acogerse al ritmo enseguida y tocaba muy bien para no haber preparado el espectáculo previamente. Nada que no supiera ya, había escuchado a su amigo tocar en muchas ocasiones.

Durante la actuación, el fuego fatuo estuvo haciendo ruido, silbando y dando palmas, y también cantando las partes que se sabía. Dos de las canciones las conocía bien, y aunque otra no, le gustaron todas. También renovó su bebida, aunque de tanto moverse en el aire estuvo a punto de tirar algunas gotas encima de varios asistentes.

Cuando acabaron aplaudió como el que más, hasta que se le quedaron dormidas las palmas de las manos, y emitió un largo silbido. Se acercó al escenario y le dio un golpecito a Noel en el brazo.
—¡Ha sido la hostia! —exclamó con efusividad, mirando a los tres músicos alternativamente—. Ya podíais montar una banda —añadió sonriendo.

Desde allí vio cómo Adara se acoplaba con los novatos y se le cayó la mandíbula.

Kin

La ángel negro se acopló de forma aún más descarada de lo que lo había hecho Koval, que por lo menos había decidido dejarles aire. No tenía nada en contra de aceptarla en el grupo, tampoco, pero las cartas se hacían escasas para tanto jugador.
—Kin —se presentó él también, sin mucha parafernalia. De la mujer solo sabía que era del grupo de la brecha, aunque no había coincidido con ella antes.

Entonces sintió que aparecía Koval, literalmente, porque la luz de sus llamas se reflejó en las cartas antes de que pasase levitando por encima de la mesa, y se arrepintió de haber pensado que los había dejado tranquilos. Unas gotas del vaso del fuego fatuo le cayeron en la cabeza, y al irrense se le crispó la expresión.

Gael

—¡No es justo, Adara, yo me había pedido primero! —dijo mientras se encaramaba a la espalda de la ángel negro—. Tened cuidado con esta señora, es una asaltacunas —añadió señalándola con su tercer vaso de cóctel. Tal vez estaba empezando a subírsele un poco el alcohol ya.

-Lo que tú digas - le respondió la naga al ghoul pero la sonrisa de su rostro indicaba que no se lo creía ni por un segundo.

Se concentró en el juego de cartas y le pilló el truco enseguida, no era algo complicado y la chica sabía fingir a la perfección, además de haberse hecho una experta jugadora en sus ratos libres del ejército. Aquello no había sido una elección suya, pero o jugabas a las cartas o leías y la ulterana nunca había sido mucho de libros.

Se tomó lo que había traído Kud de un solo trago y se rió con la reacción de Dhelian, terminó su cóctel mientras los chicos tocaban y pidió otro distinto que ya había pedido alguna vez en la taberna. La naga aplaudió cuando bajaron del escenario y miró con una sonrisa a la extraña. No le hizo falta más que un vistazo y el nombre para suponer de quién se trataba pero quiso confirmalo.

-Perteneces al grupo de mercenarios de la Brecha ¿no? - preguntó dando luego un trago al licor. Se rió al ver al fuego fatuo.- Eh chico volador, baja y cógete una silla. Cuantos más mejor y seguro que tienen otra baraja por ahí para mezclar con esa y poder jugar más.

Alice

La bruja se lo estaba pasando genial. Primero las cartas, Sura consiguió algo para picar, Dhelian por lo visto había ligado sin saberlo, o que Kud apareció como siempre y les trajo chupitos de vodka. No lo había probado nunca así que decidió probar... pero no le agradó mucho. Encima sabía que si mezclaba tantas bebidas acabaría mal... O eso decían siempre los mayores en Australia. Le quemó un poco y se lanzó a terminar la cerveza para que se le pasase. Si el vánara o alguien volvía a ofrecerles algo parecido, lo declinaría amablemente.

Poco después, una tal Adara <<¿Qué tienen las tías en esta ciudad que son tan guapas?>> se les acercó para jugar. Pidió a unas onyces que fueran a por otra baraja a la barra.

—¡Claro que hay sitio! Asaltacunas, ¿eh? En otras circunstancias... Pero mi cuna está pillada, ¡búsquese a otra persona! —bromeó entre risas.

Luego apareció Koval <<Ah, vale, que son amigos. Pues sí que es grandote ese grupo, y bastante unidos que están, vaya, o eso parece...>> Las onyces volvieron, dejaron otra baraja sobre la mesa, para luego volver a esconderse entre la ropa.

—Bien, ¡más cartas! ¡A jugar!

Alice estaba en su salsa. Fiestas así hacían olvidar a cualquiera que más allá de las puertas del Pub cualquier bicho podía querer darse un banquete con tus vísceras. Para rematar la faena, Mikk y otros dos (que más tarde pudo reconocer como Noel y Vac) dieron un concierto. Bastante bueno, por cierto. <<Qué narices. GENIAL>>

—¡Otra, otra! ¡TOCAD OTRA, MADREFOCAS! —exclamó y coreó cuando acabaron. Cuando la última canción parecía estar a punto de acabar, se había subido de pie a la silla para hacerse ver entre la multitud.

Reconoció todas las canciones y las coreó en voz alta (digamos que coreó lo que escuchaba porque no recordaba el idioma) mientras decía los nombres a sus amigos. Quizá lo mejor fue que Marsi parecía como embelesada con las canciones; tenía una expresión rara desde que habían empezado.

—¡Claro! Cuando vayamos a la Tierra te conseguiré canciones como esas. ¡Seguro que podemos traernos algún reproductor de música!


Atol

Después de brindar con DL, se dejó caer en una mesa a terminarse la jarra pero duró poco en esa postura pues pronto escuchó música muy afín a su estilo. Apenas unos minutos después, ya estaba de pie, berreando la letra y "bailando" de la única forma que se le ocurría: agitando la cabeza y saltando. Si el cambiante seguía cerca le podría acabar empujando pero no se disculparía. Ya notaba el chispeo en su cabeza del alcohol, pero eso no fue impedimento para que pidiera otra jarra. Entre tanto vaivén de cabeza y de moverse, el contenido peligraba y "bailaba" a su manera. El helión abandonó su sitio junto a la mesa y se acercó a las primeras líneas frente al escenario. La segunda canción fue la que más frenéticamente le hizo moverse... Y a alguien que estaba cerca le llamó la atención.

—¡Vigile esos bailes y cuide esas barbas mojadas, maestro herrero!
—¡Y tú esa lengua, sanguijuela! ¡Dile a tus amigos que son los mejores músicos que conozco!
—¡Se lo diré... si no pisa a nadie!

A Jack le gustaba tanto como a él disfrutar de un buen concierto, pero sin echarse la gente encima de los demás y sin moverse de forma tan agresiva, como si no le importase caer encima de alguien... Y eso era precisamente lo que hacía el libense, que olía bastante a alcohol... <<Como se pase, a la calle. Espero que lleve las uñas vacías>>

Al acabar la tercera canción, el libense gritó "¡otra, otra!" mientras aplaudía y pataleaba el suelo. Tuvo tan mala pata, o tan mala combinación de bebidas, que perdió el equilibrio y se hizo intangible al perder el control de una de sus uñas. Tardó unos segundos en darse cuenta, más por algunas risas a su costa que por haber notado el hechizo, y decidió cubrir el accidente como mejor pudo: como si hubiera sido intencionado.

—¡Arreglado, ya no molestarán mis movimientos! ¡Tocad otra, maldita sea!

Jack

Por precaución, se alejó del helión tras su breve intercambio, y se perdió el accidente hasta que el otro lo hizo público. <<Menos mal que esto en la Bodega no pasa... A veces te entiendo, Toima>> Se reunió con el grupo del Burdel y sus amigos y allí se quedó, hablando y bailando si se torcía la cosa. Antes de que bajaran del escenario, o mejor dicho, antes de que huyeran, exclamó:

—¡Ni se os ocurra; quietos ahí! ¡Que rule la cámara! Tengo pase VIP, ¡quiero fotos con vosotros! —y agitó una servilleta negra como si fuera el pase.

Una sonrisa brillante apareció en su rostro ante la respuesta de Giz. Oír eso de alguien que tenía información de cómo funcionaban las cosas dentro del castillo fue un empujón hacia adelante cuando en realidad apenas esperaba algo diferente a la confirmación de que estaba haciéndose ilusiones tontas. Le agradeció con sinceridad su tiempo al goliat y se puso cómodo para disfrutar del espectáculo.

Shizel se unió al aplauso cuando el grupo improvisado terminó de tocar. Había algo nostálgico en aquello, una interpretación al vivo sobre un escenario. En la ciudad había entretenimiento de aquel tipo, pero había que buscarlo y no se veía anunciado en carteles o paneles, y entre sus otras obligaciones al idrino se le había terminado olvidando. Había demasiadas personas felicitando a los intérpretes; el skrýmir se acordaría de hacerlo en otro momento más oportuno en nombre de los organizadores.

Se desplazó al extremo de la barra donde estaba DL, aún envuelto en la nube de optimismo que le había brindado la opinión de Giz. Saludó a los presentes y su mano apretó con discreción la del cambiante. Le dirigiría una sonrisa contenida, equivalente a "ha pasado algo bueno, ahora te lo cuento". Veía que Enredo intentaba llamar su atención.

Marsi se calmó cuando vio que salvo Mikk nadie le había prestado mucha atención a su arrebato, y rió cuando vio a Dhelian pasar por lo mismo.

-<< No estamos hechos para cosas tan intensas, somos demasiado recatados>>- bromeó con el brugho en un canal privado.

Alice le prometió llevarles a la Tierra a por música, y a la dullahan le hizo bastante ilusión. Tenía mucha curiosidad por ver en persona todo lo que la humana le había descrito, y también quería ver en funcionamiento uno de esos reproductores de música, aunque tenía entendido que en la Sede había uno escondido en algún armario.

Su ilusión se apagó un poco con la llegada de Adara, que se acopló en la mesa y en el juego, seguida de Koval. De pronto se sintió un poco menos segura, pues ya no eran solo un grupo de amigos. Intentó pasar desapercibida y centrar su conversación en los que no estaban jugando.


Zmey
El piromante se había ido bebiendo los chupitos desechados de los demás, de los que había traído el vánara entre sorbo y sorbo de su propia copa, por lo que no estaba demasiado fresco. Saludó a los mercenarios con una sonrisa torpe. Decidió dejar la bebida de lado un ratito y pasó a picotear lo que fuera que habían traído, pero al segundo o tercer bocado empezó a sentirsze muy mareado. Apoyó la cabeza en el hombro de Evelhan para llamar su atención y le susurró.

-Creo que voy a ir a por una poción reconstituyente... No me ha sentado muy bien el vodka.

Independientemente de si el brugho decidía acompañarle o no, se excusó y caminó de forma algo insegura hasta la barra. La camarera alzó una ceja, extrañada porque un chico tan joven conociese la estrategia implantada por el Señor de los Asesinos para poder seguir bebiendo una vez empezaba a estar pedo. Claro que el piromante dudaba mucho que volviese a beber si le hacía efecto la poción.


Vivia
La hora había llegado. La cámara de Vivia estaba desenfundada y su flash cegaba sin piedad a cualquiera de los asistentes que llamasen la atención de la idrina. Obligó a los músicos a posar en el escenario, amenazándoles con hacer carteles para otro concierto y luego abordó a Wen y Ariven para hacerse selfies. Hizo el amago antes de acercarse a Shizel, pero viendo que estaba conversando con otra persona prefirió dejarlo para más tarde.

Karime

- Oh, venga, Pablito- exclamó Karime enfurruñada al verse abiertamente ignorada-. Yo solo quería que te diera el aire, que vinieras a la fiesta, que socializaras… ¡No puedes estar eternamente encerrado en esas cuatro paredes! ¡Ahora ya no siquiera tienes techo! Vale que eso fue, en parte, culpa mía, pero ahora tienes una herramienta muy chula nueva. ¡No hay mal que por bien no venga!- exclamó dándole un trago a su bebida-. Tendrías que salir más, tener más contacto con la gente. Si sigues así te vas a volver un ermitaño y yo tengo una laarga lista de cosas divertidas que puedes hacer. Divertidas, divertidas, divertidas, tu ya me entiendes- susurró sensualmente guiñándole un ojo-. Además… si necesitas compañía especial… sabes que yo siempre estoy dispuesta a echar una mano… o las dos… o cualquier parte del cuerpo.

Karime rió alegre y se terminó de un trago su bebida. Luego pidió a la barra algo similar. Aquella noche le apetecía tomar algo dulzón y afrutado, por lo que la mayoría de sus consumiciones irían por esa línea.

Mientras le servían la segunda consumición, los instrumentos comenzaron a oírse y ella se dio la vuelta rápidamente para comprobar de dónde salían esos sonidos. Su vista no tardó en dar con el escenario donde el grandullón emplumado, Vac y Mikk (fueran quienes fueran cada uno de ellos) habían comenzado su espectáculo.

- ¡Guau! ¡Esto empieza a ponerse interesante!- dijo animada-. Si tengo suerte incluso puede que termine enterándome si la hadita buenorra es Mikk o Vac.


Wednesday

Wen se emocionó cuando finalmente Noel aceptó tocar junto a Vac y Mikk en el escenario y se acercó a primera fila junto a Ariven y Vivia a animar desde aquella posición privilegiada a los músicos. La vouivre silbó y cantó algunos fragmentos que se sabía, ya que había oído dichas canciones en el mp3 de Noel. Cuando terminaron, aplaudió tan fuerte como pudo.

Vivia ya había desenfundado su cámara hacia un rato y no dejaba títere con cabeza a la hora de fotografiar a todo aquel que se pusiera por delante. Obviamente, Wen no se salvó y se ganó una larga sesión de fotos junto a Ariven y la idrina. Cuando por fin esta ultima estuvo satisfecha tanto con la cantidad como con el resultado de las mismas, la vouivre se acercó a abrazar y a besar al draco.

- ¡Eso ha estado genial!- exclamó-. Estoy totalmente de acuerdo con Gael, podríais incluso montar una banda. Creo que tendréis bastantes fans de hecho- dijo mirando a la gente que había vivido el concierto al igual que ellos. En ese momento, su vista cayó en el lugar donde un grupo de novatos jugaba a las cartas junto a Adara-. ¿Adara?

Krono Rádem

Tras ceder su bebida a Noel, el biomecánico se sentó en una silla cercana cuando se anunció el concierto y permaneció con la vista en el escenario. Nunca había asistido a ningún espectáculo de aquel tipo y ni siquiera era frecuente el uso de instrumentos tradicionales, por lo que llamó moderadamente su atención. El oído musical del kairós, no obstante, no se podía decir que concordase con su genio en otras materias y su única apreciación al respecto de la calidad de la actuación fue que se trataba de música demasiado fuerte para él, que si tenía que elegir, ya que no era aficionado a aquel arte, prefería algo tranquilo. De todos modos suponía que habían actuado bien y se unió al aplauso generalizado tras Kin, aunque de forma moderada. Mientras tanto había estado bebiendo de aquel líquido dulce casi sin darse cuenta y poco a poco estaba notando un ligero embotamiento. Tratando de ignorarlo, se acercó al grupo que jugaba a las cartas para observar el devenir de la partida mientras distraídamente daba un sorbo al vaso… que resultó ser el vodka que Kudryavka le había puesto anteriormente en las manos. Observó la nueva bebida ligeramente sorprendido por el repentino cambio de sabor, pero no se sentía cómodo pidiendo de nuevo que alguien lo bebiese por él.


Noel

La tercera canción era bastante nueva para todos, puesto que la habían descubierto en el reciente viaje a la Tierra, pero por suerte también la había practicado lo suficiente a lo largo de aquellos meses debido a que le había gustado bastante. El sueco no podía negar haberse divertido tocando junto a su hermano y Mikk, pero las felicitaciones y aplausos con los que se acogió la actuación una vez finalizó le abrumaron considerablemente. Ser el centro de atención de aquella manera le resultaba antinatural e incómodo, a pesar de que sabía que no tenía mayor trascendencia.
—No les des ideas —respondió en consecuencia a Gael cuando este se acercó llamando su atención con un golpe en su brazo, pero sonriendo a pesar de todo.

Le sorprendió pero también le divirtió la efusividad con la que acogieron la actuación algunas personas con la que no tenía demasiado trato, como las exigencias de Atol, quien ya parecía llevar una buena tajada encima o el mensaje telepático de parte de la dullahan que le hizo dejar escapar una breve risa.
—Sin duda deberíais repetirlo más a menudo —dijo en respuesta a Vac—. No os preocupéis, nadie se fijará si el batería es otro. Nadie se fija en el batería. Y en realidad por eso es el puesto indicado para mí —afirmó con sarcasmo haciendo alusión a una broma recurrente acerca de los integrantes de grupos de música.

Cuando Jack se acercó para pedir una foto arqueó una ceja con escepticismo, pero para su desgracia Vivia y su dichosa cámara parecían tener la intención de concederle el capricho al vampiro. Accedió resignado y se sentó de nuevo a la batería, sujetando sus baquetas con una sola garra mientras que con la otra hacía el gesto de la mano cornuta y pintaba una sonrisa sarcástica en su rostro.

Después de la foto parecía que por fin podía retirarse a una esquina y continuar con su plan inicial. Mientras la idrina se dedicaba a hacerse selfies con Wen, el draco se acercó a la barra una segunda vez decidido a seguir la idea con la que había entrado en aquel local.
—A ver, estoy buscando algo bastante fuerte pero no demasiado caro —le explicó a la camarera—. ¿Qué tenéis que cumpla esas características?
Su idea era, tras haber estrenado su cuerno con una bebida decente, buscar algún licor que le permitiese embriagarse sin dejarse los ahorros en el proceso, pues era consciente de que necesitaba grandes cantidades de alcohol si quería conseguirlo. La camarera, tras pensarlo un poco, le sugirió que probase una bebida que según le explicó, era de origen nublino y típico de la sociedad Fuy. Noel agradeció la recomendación y pidió que le sirviese una cantidad decente de ello.
Volvía a la mesa con su licor recién adquirido y se topó con la vouivre, quien se acercó para felicitarlo y besarlo.
—No sé qué os hace pensar que eso sería una buena idea —respondió simplemente encogiéndose de hombros esbozando una sonrisa despreocupada—. De todos modos ha sido divertido, al menos creo que le sugeriré a Vac que toquemos juntos más a menudo en el cuchitril —le aseguró a la británica.

A continuación desvió su mirada hacia la ángel negro cuando su pareja la mencionó y no pudo reprimir una risotada al verla a ella y al fuego fatuo sentándose a jugar a las cartas con los novatos.
—Vamos a sentarnos a observar desde lejos, las reacciones de los novatos podrían ser dignas de verse —le respondió mientras se dirigía hacia la mesa.
El sueco no estaba cómodo allí, pero sabía que Wen lo estaría aún menos al verse rodeada de tanta gente con la que apenas tenían trato. Planeaba pasar el resto de la noche hasta que decidieran irse sentado junto a ella y bebiendo todo lo que su bolsillo se pudiese permitir sin resentirse.

El licor nublino le había salido bastante económico, pero entendió por qué en cuanto le dio el primer trago, que decantó en una mueca de desagrado por su parte.
—Esta porquería es como recibir un puñetazo en el paladar —le comentó a la vouivre todavía poniendo caras—. “Origen Fuy”. Más bien los Fuy lo habrán exportando a Rocavarancolia para envenenarnos, dado el aprecio que nos tienen —ironizó antes de, a pesar de ello, dar un segundo trago acompañado de más muecas—. Es fuerte de cojones para el precio que tiene, eso sí. Pero lo veo más adecuado como método de tortura que para emborracharse. Y soy un experto en ambas cosas —continuó con sarcasmo mientras se mentalizaba para continuar bebiendo aquel atetando contra el buen gusto.

Después de las fotos y aprovechando que estaban todos cerca, el vampiro se acercó al grupo de amigos del Burdel y les pidió unos minutos para preguntarles y explicarles algo. La pregunta era bastante sencilla y todos sabían la respuesta: ¿por qué el jefe no iba a las fiestas o casi nunca salía en público? A Jack se le había ocurrido algo para sacarlo del Burdel y evitar que echara raíces literal y definitivamente en su despacho. Además, se le echaba de menos en las fiestas ocasionales a las que iba. Podrían ir a algún mundo vinculado y tener un día de “jefes ricachones de vacaciones”.

–¿Qué os parece si me lo llevo de compras y relax a Libo? Había pensado en Frivo o Nubla o Sinhdro... Pero ya veremos. La cosa es que va a echar raíces allí si no lo sacamos, como si fuera un segundo Dirke –bromeó–. Eso sí, puede que necesite vuestra ayuda, por eso os lo cuento. Puedo ayudar a comprar ropa libense si no tenéis nada para él y me lo vestís cuando vaya a recogerle. Si os deja, y si no pues lo atáis –dijo entre risas–. ¿Hace? Prometo devolverlo entero.

Dédalo

Se apartó prudentemente de Skarog en cuanto lo vio levantarse con varias copas de mas, asegurando sus protecciones pues no se fiaba ni un pelo de sus uñas, ni de que fuese a meterle un golpe. Aun con eso no se libro del empujón de este, que mas que bailar era solo un borracho feliz, y que termino tirando le encima la bebida que estaba apunto de tomarse. Ni siquiera podía beber en paz, era una señal para que nos e emborrachara. Encima para una vez que traía ropa normal como la gente civilizada, acababa bañado en cerveza. Vio a Jack pasar de largo tras hablar con este. Que inteligente decisión.

-¿Porque no podías dormirte?...¿porque tenias que ser un borracho bailarín?- se preguntó frustrado viendo el accidente que tuvo Skarog y que le puso el vello de punta, asegurando todas sus protecciones. Un hechizo que le volvió intangible, agradeció que solo fuese eso y no algo peor. Esperaba que ese accidente se quedara solo en eso o tendría que sacarlo de allí. Su escándalo ni siquiera le había dejado disfrutar del concierto totalmente.

Pensaba en que hacer con su ropa, si quitársela y simplemente formar otra cuando llego Shizel, llamando su atención al tomar su mano. Al verlo vio que sonreía y le observo curioso, tomando por opción un hechizo de limpieza, aunque no le gustaba el tacto que dejaba en la ropa y seguramente se la terminaría quitando, antes de dirigirse hacia este.

-Pareces haber tenido un buen conversación con Giz- comento sonriendo al verlo de tan buen humor, viendo sobre el otro de este a Enredo buscándolo- Todo el mundo te requiere en esta fiesta, me siento un poco abandonado - murmuro apretando levemente su manos divertido. Su atención la tomó el grupo de novatos jugando a las cartas, algunos mas bebidos que otros; mas al ver que con el termino del concierto se unían algunos de cuchitril.

Estaba allí, observándolos a cierta distancia cuando algo capto su atención. Fue justo después de que Zmey se levantara y se alejara hacia la barra, siendo seguido del niño ghoul que iba sin su inseparable estirge.

-Shiz...¿contaba en la invitación copas para los dominios? -pregunto divertido al ver las acciones del pobre pájaro abandonado.

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Dhelian

Intentando pasar el bochorno del espectáculo intento pasar desapercibido jugando, mas aun al ver acercarse a la gente de la Brecha cuya presencia le intimidaban un poco. Silenciosamente siguió bebiendo mientras jugaba, el licor daeliciano que se había pedido era dulce y suave, pasaba fácilmente por su garganta y el ghoul, que no estaba acostumbrado al alcohol, empezó a sufrir sus efectos.

Estaba feliz, estúpidamente feliz, hacia calor, se sentía inquieto y estar ahí sentado jugando solo a las cartas empezaba aburrirle. Con un puchero se distrajo en algo mas entretenido, dándole aprobar su licor a su estirge, asegurando que si a el le gustaba a su dominio también, viéndola tambaleándose con una risita. Pero pronto aquello también perdió su interés. ¿Que mas podía hacer? Ya no había música.

-Me aburro...- murmuro con las mejillas de un fuerte color gris oscuro. Miro a Zmey cuando este dijo que se sentía mal y ladeo la cabeza, levantándose de la mesa cual pollito para seguirlo olvidando a su estirge tambaleándose en la mesa. No quería seguir sentado, estaba inquieto y alegre, con muchas energías salidas de ninguna parte y que no tenia forma alguna de gastar, tal vez a este se le ocurriera algo- Neeeeh Zmey, me aburro mucho...- dijo con morros, soltando un hipo que le provocó una risa, agarrándolo por el brazo y apoyando su mejilla contra este cuando llegaron a la barra- ¿Conoces algún juego divertido? No quiero mas cartas- pregunto mirándolo con curiosidad y una gran sonrisa borracha.

Mientras tanto en la mesa, su abandonada estirge sufría los estragos de dulce licor, deshaciendo todo el juego de cartas de sus compañeros cuando empezó a a rodar por la mesa hasta que acabo perdiendo superficie y se cayo al suelo en una bola de plumas. El pájaro grazno torpemente poniéndose de pie, levantado la cabeza con dignidad.

Se quedo quieta durante varios segundos, extendiendo sus alas en una pose mas ridícula que amenazante, antes de comenzar a corretear por el suelo haciendo zigzag. Chocando con los pies de quien se se metiera en su recorrido y regalando picotazos en respuesta.

Enredo:

El brujo observó cómo Shiz se acercaba a al cambiante con una sonrisa y le hizo un gesto que indicaba que podía esperar, que no había prisa. Pronto se entretuvo con la escena de los novatos jugando a las cartas y la estirge borracha.

Surásara:

Sura se lo estaba pasando bien, el ambiente no era desagradable ni tenso y, desde luego no parecía que hubiera nadie queriendo acabar con su vida. En comparación con la cosecha aquello era un lujo.

Iba ya por su cuarta copa y aunque notaba los efectos del alcohol los notaba muy levemente. Creía que le iba a afectar más, pero claro, ella no había contado con que tenía un cuerpo bastante más voluminoso y pesado que la última vez que había bebido.

Con las acciones de la estirge borracha la ulterana tiró las cartas sobre la mesa mientras se carcajeaba. Se excusó y bebió lo último de su copa de un trago. Buscó con la mirada al chico de pelo naranja y negro y, cuando lo localizó, se acercó a él.

-Oye guapo, ¿me dejas invitarte a una copa? - a pesar de tener dinero y poder pagar la ulterana pensaba aprovecharse ligeramente de la hospitalidad de sus anfitriones.

Zmey:

Dio un trago a la poción, que tuvo que pagar aparte, y en seguida se sintióun poco mejor. Ya no le daba vueltas todo, ni sentía que le iba a volver a subir el alcohol por la garganta. Evelhan se le colgó del brazo, también bastante afectado por la bebida. Zmey rió y le ofreció lo que quedaba de su poción.

-Parece que hemos subestimado la bebida de aquí- dijo, para luego pasear la mirada por las botellas expuestas tras la barra.- Te aburres... Hmm, ¡camarera!

Pidió otra copa, servida en un recimiente muy específico, de boca ancha y de un material cromado oscuro. Zmey sonrió al brugho llevándose un dedo a los labios y susurró: ''Atento''. El líquido se prendió, pero no de una vez, sino que el fuego trazó una fina línea desde el borde de la copa hasta el centro, siendo en un pincipio rojo, luego morado y verde y azul. Las llamas coloreadas bailaban, subiendo y bajando, formando espirales, hasta que a una orden del piromante, se hicieron diminutas, ardiendo solo a ras del líquido. Zmey hizo ignífuga la barra hasta donde alcanzaba, y entonces volcó la copa, formando un río de alcohol a lo largo de la madera, y una miríada de diminutos caballos de fuego empezó a correr sobre este.

-Podemos hacer carreras.- ofreció, rodeándolo con el brazo y apoyando la mejilla en su cabeza- Elige un color.


Jau, Ariven y Vivia:

El grupo del burdel recibió a Jack con abrazos y toos estuvieron de acuerdo con su propuesta. Lo habían hablado entre ellos otras veces, de lo mucho que llevaba Cain sin salir del burdel, de como se estaba aislando. Todos estaban preocupados.

-No me sorprendería que a este paso le hayan crecido raíces en el culo.- bufó Vivia.

-He catado ese culo hace no mucho y puedo aseguraros que no tiene raíces, pero temo por su salud.- dijo Jau- Lo quiero tanto como vosotros pero nunca a estado muy bien de la chola y pasar tanto tiempo en su despacho con esos bichos no va a hacer que mejore.

Los demonios de Cain, ese tema espinoso que tanto desagradaba al grupo. Sabían que lo drenaban de energía, que lo acosaban día y noche, pero el invocador finjía que no pasaba nada.

-Es un cabezota.- Ariven se cruzó de brazos- Por mi como si nos lo traes con una pierna de menos si vuelve feliz y algo más relajado porque vamos, le va a salir una úlcera.

-Por la ropa no te preocupes, Vlad nos trae de vez en cuando ropa libense y a Cain le gusta el estilo así que tiene que tener seguro. Nosotros te lo tendremos listo para cuando vengas.- aseguró Vivia.

La conversación fue interrumpida momentáneamente por Sura, que se había acercado para hablar con Jau. El licántropo miró de reojo a sus dos compañeras, que rieron por lo bajo, y luego le dedicó a la naga una media sonrisa.

-Claro, ¿por qué no?

Alice

El juego se vio frustrado por una estirge bebida, aunque animó un poco la velada porque ya se estaban haciendo aburridas las partidas. Encima le habían pillado su forma de mentir y no paraba de acumular cartas, así que decidió no seguir jugando después de que la estirge tirase algunas cartas. Tuvo que acallar mentalmente a las onyces, pues se habían empezado a reír como locas pero claro, no se las veía sino que las carcajadas salían de su ropa. Solo duró unos segundos.

—¡Pobrecilla! ¡La Luna va a transformar a todos los bebedores en estirges borrachas a este paso! —bromeó mientras miraba a los que ya iban un poquito contentos. Luego miró a Marsi y alejó su jarra vacía—. Yo ya no bebo más, tengo cosas más importantes que hacer, ¿no crees?

No obstante, no sabía qué podían hacer. La música les había encantado, pero no parecía que volvieran a tocar. Estaban echándose fotos... ¿Quizá podría conseguir algún autógrafo? Eran terrícolas, tenían que saber lo que era... <<Eh, ¿tenían fotos en Varman...?>> Pero justo entonces vio a Dhelian irse con Zmey... y luego Sura se levantó y no tuvo que seguirla mucho con la mirada para comprender. Le dio un ligero codazo a su amiga y bajó la voz.

—Eh, eh, mira a Khaw con su nuevo amiguito... ¿Crees que dormirá el brugho en casa? Sura seguro que no... A este paso vamos a tener que vigilar a nuestro niño —bromeó con picardía, pero volvió a mirar a Marsi y les olvidó—. Va, ¿hay algo que pueda hacer para animarte? Pareces aburridilla también, ¿creo? Cuando salgamos, podemos darnos un paseo para despejarnos, si quieres. O podemos salir a tomar el aire ahora y volver en un rato. Algo tiene que haber que te apetezca hacer, va. Siempre podemos volver a Serpen o a la Sede y echar lo que queda de noche hablando. Pero si esto se vuelve aburrido, me dormiré aquí —y terminó de hablar mientras apoyaba la cabeza en el hombro de la varmana, y cerró los ojos.

Si se mantenía así un rato, muy posiblemente acabaría dormida. Aquella fiesta no es que se estuviera volviendo aburrida sino que no tenía costumbre y ya se le hacía pesado estar allí. Si hubiera más música pues bueno, pero en aquel plan... Preferiría darse una vuelta por la ciudad o volver a casa y hablar con su gente o jugar a algo o contarse historias hasta tarde.


Jack

—Maldito seas, Jau, me hacéis querer dejar el negocio y volver con vosotros —dijo entre risas—. Prefiero que pierda sangre u otras cosas antes que una pierna, la verdad... Bueno, pues ya tenemos plan maligno... —pero se calló al ver a la naga que se les acercó directa a por Jau. Les miró marcharse con diversión, de brazos cruzados y la cabeza apoyada en la mano izquierda, que tapaba la boca, y luego miró a Vivia y Ariven—. Chico con suerte... ¡Cuando me jubile en la Bodega, vuelvo al Burdel como que me llamo Jack! —les dijo bromeando, pero bastante en serio. Luego dijo algo para sí mismo—. Aunque, quizá, podría... Hoy tengo trabajo pero podría escaquearme... Esto es una fiesta a fin de cuentas... ¿Qué me decís del varmano nuevo? ¿Mejora, necesita practicar? —preguntó finalmente mientras se atusaba el bigote. Le gustaba acabar las fiestas a su manera.

Atol:

Xalkoth:

Incapaz de decidirse entre Dirke y nasher el clinger al final había optado por abrazar a ambos, simplemente porque podía. Entre medias Kud le pasó un vaso con algo que parecía agua, pero que ni olía ni sabía a dicho líquido. Fascinado por aquello acabó bebiendoselo entero de un trago y luego siguió al que se presentó como Nasher para ver el concierto.

Valek:

–Sí que puedo – Dije a la libense en respuesta a que no podía estar eternamente aislado –O podría si algunos de los presentes no estuvieran empeñados en impedírmelo.
A aquello siguió una nueva mención a la destrucción de mi cuarto, ante lo que entrecerré los ojos una vez más. – Mira, ya que has tenido que ver en eso y cláramente no lo lamentas pues no podrías, ya sabes… ¿no volver a sacar el tema? Eso sería un buen comienzo.

Sumado a eso llegó una insinuación, a la que respondí con un trago a mi bebida antes de responder. –Si tanto te interesa mi “compañía” recordarme lo de mi cuarto no creo que haya sido precisamente la mejor táctica para conseguirla.

Xalkoth:

El insecto por su parte disfrutó del concierto a su manera. Nunca había bebido, y estrenarse con vodka había provocado los efectos esperables. Chilló cantó (o lo intentó) y bailó torpemente con cualquiera que se le pusiera por delante, torpe no solo porque no supiera, sino porque además el alcohol no tardó en afectar sobre la coordinación de sus seis ojos. Eso no le impidió sin embargo aplaudir con todas sus fuerzas en todas las ocasiones. Luego salió sin rumbo a pegarse a la primera persona que apareció en su camino: El biomecánico.

–¡Archi! ¿Qué es de tu vida? ¡Oh! ¿También estás bebiendo esa agua tan rara? –Comenzó a decir mientras aprisionaba al irrense agarrándole por el hombro. Luego se dio cuenta de que los demás también existían.
–Oh... !Personas conocidas y desconocidas!  ¡HOLAAA!

Valek:

La actuación no era una obra de arte, pero estaba bien. Aun así podía influir que aquel tipo de música no me atraía demasiado… ni ninguno en realidad.
–¿Y por qué no vas tú misma a averiguarlo? –Le dije en relación a sus palabras sobre Vac y Mikk. Con un poco de suerte se iría y podría seguir ahogando mis penas tranquilamente. 
En cualquier caso seguí bebiendo. De momento beber solo me había afectado ligeramente, lo justo para ser más hablador de lo habitual.

Karime

- ¡Oh, venga!- exclamó la licántropa-. ¿Tanto tantísimo odias mi presencia? ¿Tanto nos odias a todos por querer… no sé… pasar un poquito de tiempo contigo? Si es así, prometo que la próxima vez no te obligaré a venir y simplemente te llevaré una botella de sangre adulterada a tu habitación para que te montes la fiesta tu solo, pero por lo menos ya que estas aquí intenta disfrutarlo y hablar con alguien.

Wednesday

- Podríais tocar también en mi fiesta de despedida del burdel- sugirió la vouivre, sabiendo que era inevitable que las chicas planearan una para cuando se mudara a su nueva casa.

Wen siguió a Noel hacia la mesa, aun con su bebida a la mitad. Aquella noche a la vouivre no le apetecía beber demasiado y hubiera preferido pasarla solo con sus amigos, pero entendía que ellos quisieran socializar más allá de su círculo habitual. Además, la noche no iba tan mal por el momento.

- A lo mejor tendríamos que haber traído nuestro propio alcohol- sugirió cuando el draco se quejó del mal sabor de su bebida-. ¿Te imaginas? Viniendo a un local tan distinguido con botellas propias. Es como si en la tierra fuéramos a un restaurante con mucho glamour con un brick de vino.

Surásara:

La naga sonrió y le hizo un gesto al chico para que la siguiese.

-Me llamo Surásara - se presentó mientras esperaba a que la camarera la atendiese en la barra. Vio el espectáculo que estaba dando el amigo de Dhelian y volvió a sonreír antes de volver su atención al licántropo.- Soy una de las novatas de la última hornada - el alcohol le había soltado la lengua un poco.

Observó al chico con atención, desde luego era su tipo. Alto, musculoso y su pelo le llamaba mucho la atención, aunque no sabía si era natural o se lo teñía, además era muy guapo. Sura no buscaba más que un lío de una noche y aquel chico la había atraído desde el momento en que entró por la puerta. Al poco llegó la camarera.

-A mi ponme una jarra de hidromiel y a él lo que quiera beber - dijo haciendo un gesto hacia Jau con la cabeza.- Y dime, ¿a qué te dedicas? Yo soy soldado del ejército de la ciudad.

Enredo:

Shiz se acercó a hablar con él, el brujo le sonrió un poco achispado ya.

-¿Es oficial ya? - comentó con una sonrisa refiriéndose a DL.- Uy, perdona, ha sido una falta de respeto. No contestes - se rió y después trató de ponerse un poco más serio.- Sabes que la casa ya está terminada ¿no? - el brujo no se lo había dicho todavía pero supuso que el cambiante lo habría hecho.- Quiero ponerle algunas defensas a la casa y voy a necesitar tu ayuda para algunos hechizos avanzados - le explicó con una sonrisa.

Saren:
Saren apuró el último trago de su copa y pidió otra de lo mismo sin prestar demasiada atención a las conversaciones a su alrededor. Su mente divagaba lejos de allí y el tamborileo nervioso de sus dedos sobre la barra era una señal sutil de que no se sentía cómodo. Cuando la camarera le sirvió le dedicó una media sonrisa, no obstante, y le preguntó que estaba bebiendo exactamente por si tenía que tener cuidado con algún ingrediente extraño. No fue el caso y, bastante satisfecho con su respuesta, el idrino le dio las gracias y la dejó seguir trabajando, desviando su atención hacia el escenario.

Pudo notar la incomodidad en la postura de Noel en cuanto le vio acercarse a la batería, y no necesitó mucho más para comprender que su hermano le había tendido una encerrona en compañía de Mikk. El selkie rio por lo bajo y se acodó expectante de espaldas a la barra, intrigado por el repertorio que iban a interpretar aquellos tres. Era la primera vez que veía al draco participar en uno de aquellos conciertos y la cosa prometía.

Vac:
La reacción del público no se hizo esperar y en unos segundos el sonido de los aplausos inundó el local. Vac ya estaba acostumbrado a esas cosas, pero no se le pasó por alto lo abrumado que estaba su hermano, qué nunca se sentía cómodo cuando era el centro de atención. Las exigencias de Atol y el mensaje telepático de Marsi le hicieron reír, complacido de que se lo hubieran pasado realmente bien, pero ignoró de forma deliberada la petición del helión. Ya habían acaparado bastante el escenario.
—Tu tamaño anula la invisibilidad natural del batería medio, Noel, no vas a tener tanta suerte. —le dijo con una sonrisa maliciosa, palmeándole la espalda antes de posar para la cámara de Vivia con los demás. Había disfrutado de verdad tocando con el sueco, y aunque este se negara acabarían repitiéndolo en otra ocasión.

Cuando la sesión de fotos terminó, el hado guardó su guitarra y se acercó a la barra. Una vez allí pidió un chupito de vodka para aclararse la garganta y asistió en silencio a la conversación sobre el jefe. Al griego tampoco le hacía gracia que Cain pasara tanto tiempo encerrado con sus demonios, pero hacía mucho qué no se creía con derecho de aconsejarle sobre nada, por lo que le dejó los planes a los demás. Si al final Jack conseguía sacarle de su enclaustramiento le invitaría a una copa de la mejor sangre que pudiera conseguir.

En opinión de Vac la fiesta estaba empezando a amuermarse, así que pidió una nueva copa y se acercó a Nasher por la espalda.
—¿Qué discos te has traído? —le preguntó a la quimera con una sonrisa, pasándole un brazo por lo hombros—. El ambiente empieza a decaer y creo que te toca a ti ponerle remedio porque el tigretón está ocupado. —comentó riendo, señalándole a Jau y a la naga que le hacía compañía.

Keiria:
La kitsune disfrutó del concierto y aplaudió encantada cuando finalizó, poniéndose también en pie con menos vergüenza que sus amigos. El vodka que había traído Kud le había coloreado ligeramente las mejillas, pero apenas llegaba al punto de estar contenta, así que se permitió pedir otra jarra de cerveza tostada. Se había cansado rápido del juego de cartas, pues la tentación de hacer trampas era demasiado fuerte y no quería hacerle el feo a sus compañeros, por lo que tras cederle su mano a uno de los mercernarios de la Brecha se puso a conversar con los presentes que tampoco estaban participando.

Cuando Dhelian salió tambaleándose tras su amigo, la pelirroja observó con curiosidad a la estirge que se había quedado atrás, la cual empezó a rodar por la mesa poniéndole fin al juego de cartas. El pájaro dio con sus plumas contra el suelo cuando se quedó sin superficie sobre la que girar y, tras permanecer unos segundos inmóvil, empezó a corretear en zigzag entre los pies de los asistentes a la fiesta. Keiria se dobló hacia delante, llorando de la risa, y sus carcajadas se alzaron entre las voces de la multitud. Si aquel pollo no daba pronto con su dueño iba a causar más de un problema.
—No debería estar permitido que las mascotas consuman alcohol —comentó secándose las lágrimas, incapaz de dejar de reír.

Saren:
Cuando el concierto terminó el idrino aplaudió con todas sus fuerzas, silbando y vitoreando a los músicos como el que más. Se habría acercado a felicitarlos en persona, pero estaban bastante solicitados, así que le pidió una botella de su bebida a la camarera y se acercó hasta un semireservado desocupado antes de que dieran inicio en la barra las carreras de caballos llameantes. Tal vez mas tarde fuera a hablar con los de la Brecha, pero por el momento le apetecía estar un rato tranquilo, disfrutando del licor sin tener que pensar en nada en particular.

Si alguien se acercaba le encontraría dibujando con un bolígrafo sobre un par de servilletas, con el vaso lleno a mano y gesto abstraído. Estaba trabajando en un par de diseños para unos tatuajes rúnicos.

Kudryavka

Aquel vánara que habia entrado por la puerta del pub ya no era el mismo. Con más de media botella (literal, cogida en mano) consumida, el ruso no paró de dar palmas y bailar mientras tocaba la música. Sus mejillas brillaban intensamente, pero su personalidad extrovertida no habia hecho más que afilarse y poco se podia comprobar cuan borracho estaba, y, si lo estaba, si podia llegar a estar más aun, por la pinta con la que bebia.
No fue sino que sin dudarlo dos veces se acercó al draco y le estrechó de la mano energeticamente, con una sonrisa que tan solo un Kud ebrio lograria alcanzar tales niveles de estupidez.
-¡Fascinado! ¡Maravillado! ¡Magnifico!¡He de decir que estoy muy sorprendido, si, si! ¡Casi envidioso!-

Y sin más le dedicó una mirada de paso a los que le rodeaban, acabando por guiñarle un ojo torpemente a Wen, para darse media vuelta y empredender una suerte de marcha militar de vuelta a la mesa donde se habian reunido antes, ahora con alguno de los del grupo del bateria y ex traumado craneoencefalico. Cogio una silla mientras cargaba su garganta con el resto de la botella de vodka. Con un breve eructo, la arrastró ruidosamente hacia los demás. Ahora empezaba a sonar ebrio.
-Ak ak ak... Oye... que si... que si vamos nosotros y tocamos o bailamos algo...-alzó el cuello, buscando algo en la cercania con la mirada un tanto desenfocada. Localizando a Keiria quien se habia apartado entonces, plasmó una sonrisa igual de estupida que antes y se dirigió a ella.-¡Keiria! ¡Keiria! ¡Keiria!-llamaba, ondeando la mano en el aire mientras daba unos saltitos en la silla.-¿Bailas conmigo?-le propuso, aunque su mente derivó y le hizo arquear el cuello en una postura un tanto rara, pero que el vánara lo hacia parecer perfectamente cómodo.-Heh, digno de Shaft... ¿Bailais alguno? Asi, sin verguenza en vena ni nada, lo que se suele decir echar una cana al aire, ¿no?... ¿o era "pelillos a la mar"?-soltó una de sus carcajadas, pero casi llendo a camara lenta para el estilo del ruso debido a la bebida.

Fue a beber de la botella una vez más, pero solo gotas mojaron su lengua. Fruncio el gesto y de un salto hacia atrás, se desprendio de su postura simiesca al sentarse, aterrizando sobre el suelo con cierta habilidad, sorprendente para la cantidad de alcohol que llevaba consumido.
-Pero... primero... necesito un aguita más.-admitió mientras se alejaba hacia la barra con una serie de traspieses que recordarian a un baile. Llamandole la atención a la camarera, quien sorprendentemente habia mejorado con la noche, le pidio que le pusiera otro chupito de vodka con la botella al lado y, al igual que la otra vez, vacio el chupito de un trago y se llevó la botella. Dando un trago, se arrastró de vuelta a la mesa, derribando algunas sillas por el camino.

-¿Baiiilaiiiiiiiis o nooooooo?-preguntó, dirigiendo la mirada a todos los integrantes de la mesa, veteranos inclusives, para despues centrarla en Keiria, la más alejada de la mesa.-¡Venga, la noche es joven chavales!-les animó.

Tania

Durante la actuación, Tania habia parecido distraida, al menos de lo que nublaba su mente y, aunque no animó como otros hicieron, si que se fue moviendo más y más alejada del centro del local hasta finalmente tocar contra la pared, done se sentia algo más cómoda. Avistó al vanara, claramente borracho y con un suspiró contempló la escena.