El Pub Muerto

Valek:

En realidad podría haber reaccionado de muchas formas a las últimas palabras de Karime, y ninguna de ellas buena, pero al final simplemente puse los ojos en blanco. Era evidente que no me la iba a quitar de encima y ya había estado de bastante mal humor durante todo el día. Tenía algo de razón: era una fiesta, y me iría mejor procurando que fuera lo más agradable posible, o quizás lo menos desagradable posible. El tiempo, lo que hiciera la licántropo y lo ebrio que estuviera dirían cuál de las dos opciones acaba siendo la correcta.

–Muy bien, hagámoslo a tu manera. “Hablemos”

Xalkoth:

Por su parte el clinger sentía que la atención sobre Archi era insuficiente y había empezado a girar su cabeza cual buho mirándolo fijamente. Por suerte para el biomecánico el escándalo que Kud provocó desvió su atención completamente sobre el mismo, justo a tiempo para escuchar la petición de bailar. No necesitó pensárselo, bailaría con él encantado, peor primero tenía que dejar al irrense en algún sitio.  Miró a Archi, luego a Kud y por último siguió la mirada de vánara hasta Keiria, interpretando aquello de forma errónea. –¡Oh! ¡Gran idea Naranjito!
Sin soltar al Kairós se acercó a la ulterana y le “lanzó” a Krono de un empujón. –¡Te lo presto! –Luego salió disparado hacia el vánara, lo agarró por un brazo y lo arrastró a bailar, aunque quizás bailar era aventurar mucho ya que no tenían ni idea de qué era aquello, pero parecía ser solo moverse de distintas formas. No podía ser tan difícil.

El vampiro fingió indignación ante las pullas de sus amigas.

―¿Para qué creeis que la Bodega es tan carilla? Puedo y pago como el resto y puedo cubrir de regalitos y de cosas a mis amistades, oye. Encima que me sacrifico por vosotros, me tratáis así ―dijo entre risas―. Con que se pone nervioso, ¿eh? Parece majo. Me pasaré a catarlo...

El inicio de la música le interrumpió, aunque lo que más le detuvo fue el gesto por sorpresa de Vivia que lo sacó a bailar.

―A este vejestorio le sobra experiencia, jovencita, así que a ver cómo te mueves ―bromeó.

Bailaron varias canciones, hablando y bromeando, esquivando a los demás conocidos e intercambiando comentarios con aquellos que pasaban cerca. Pero el vampiro tenía que irse y no era el único que tenía ojos para Vivia así que se despidieron.

―Tienes que probar a bailar con levitación si aún no lo has hecho. Me voy a currar, dale las buenas noches a esta gente de mi parte... aunque quizá me veais luego ―dijo con un guiño.

Y, dicho eso, recogió su chaqueta y atravesó el Pub mientras se despedía de los demás. Había estado bastante bien, pero aquello no había acabado. Pasaría por la Bodega un momento a echar un vistazo, hablar con algunos clientes, servir a otros si se terciaba... y luego se iría al Burdel.

Zmey:

-¿Eres consciente de que yo controlo a los caballos y que si no quiero bailar puedo hacer que no gane, verdad?- le dijo el piromante alzando una ceja. Pero la mirada del ghoul le pudo.

Con un largo suspiro, hizo que el caballo que había elegido cruzase el primero la línea de meta, seguido de todos los demás que se fundieron en una bola de fuego que ardió en una explosión contenida hasta consumir todo el alcohol de la barra. Pidió otra copa que se bebió de un trago, y cuando superó el mareo inicial y sintió que podría dar un par de pasos sin hacer mucho el ridículo señaló a la pista de baile. << De perdidos al río. Después me arrepentiré de esto, seguro.>> pensó con pesar. Y se dejó arrastrar por Evelhan.

Jau:
Esta vez, la sonrisa del licántropo fue totalmente sincera. Parecía que todo había sido un simple despiste y que la naga no tenía ninguna intención de hacerle trabajar gratis, lo cual le permitió relajarse un poco.

-Vamos mujer, no te voy a cobrar por una copa y charlar un rato, no soy Urticaria- rió- ¿Y viniendo tus amigos tan a menudo por el burdel como que no te he visto antes?

Vivia y Ariven:

Vivia se despidió del vampiro tras un par de canciones y muchas muchas bromas a costa de Wheem. La venganza del varmano sería terrible si llegaba a enterarse pero merecía la pena arriesgarse. Parecía que Jack quería probarlo a toda costa, y si tenía dinero tampoco podía decirle que no. Iba a ser interesante.

Una vez volvió a estar sola, buscó a Shizel con la mirada a ver si por fin lo habían liberado y podían hablar un rato.

Por su parte, Ariven descansaba en la barra. Seguirle el ritmo a Nasher no era fácil, y eso que la demonio de fuego se jactaba de tener bastante resistencia. Estaba esperando a que la atendieran cuando Noel pasó por su lado con cara de malbebido y una copa más o menos vacía.

-¿Qué coño estás bebiendo?- preguntó quitándole la copa. Hizo una mueca de asco- Ugh, pensaba que tú eras de torturar a otros, no de torturarte a tí mismo.

Ariven opinaba que nada bueno podía salir de los Fuy, y esa bebida era el mejor ejemplo. Pidió dos copas de lo mismo, un licor nublino típico de su pueblo natal.

-Está basado en una antigua receta rocavarancolesa que se siguió haciendo incluso después de cerrarse el portal, y es lo bastante potente para tirar al suelo a un grandullón como tú. Aunque si quieres de verdad que suba rápido, pídele a Koval que lo prenda- dijo guiñándole un ojo.

—Ojalá —murmuró. Ahora mismo Shizel era un pulso confuso de esperanzas y miedo a ser un iluso. Nada le garantizaba que le dijeran que no, pero tampoco que el Consejo no se riera en su cara si acudía al castillo a plantearse como candidato.

Agradeció que DL le distrajera, a lo que correspondió con una sonrisa pequeña.
—No te preocupes, en otra fiesta en que no seamos organizadores te dejo emborracharte —le tomó el pelo a medias—. Me temo que si lo haces aquí tendré que sacarte discretamente por la puerta de atrás.

Su tranquilidad se fue al garete cuando fue el propio DL el que le pidió bailar. Abrió los ojos desorbitadamente, negando de forma nerviosa con la cabeza.
—Ohh, no, no, no. DL, en serio, no. No sé bailar esto —insistió con apuro—. Si suena algo que sí sepa bailar te juro por el Reflejo que te saco.
Por fortuna Enredo le aclaró entonces lo que quería que hiciese, y tuvo ocasión de cambiar de tema.
—El de la despensa me temo que queda fuera de mis capacidades a menos que lo busque expresamente, pero con los otros puedo hacer un apaño con facilidad.

Asintió con discreción ante las palabras posteriores de Enredo por el canal privado. Lo cierto era que llevaba tiempo planeando mudarse de Serpentaria, concretamente desde que había decidido probar suerte en el castillo. Sabía que a Giz le habían proporcionado un laboratorio allí. No obstante, tal vez le supusiera demasiado tiempo, y no quería compartir el estudio de Serpentaria mientras tanto con recién llegados alborotados y llenos de preguntas. Tenía que concentrarse. Al mismo tiempo, parecía un desperdicio concentrar tiempo y energías en acondicionarse un nuevo lugar para vivir que solo sería temporal.
>>"Lo pensaré", contestó al brujo con sinceridad. Tendría que consultarlo también con DL. Al fin y al cabo ahora eran pareja, y vivir juntos era un paso importante. A Shizel aún le costaba recordar que aquello era Rocavarancolia, y que no siempre había que seguir un orden concreto en aquella clase de asuntos.

Oh, Jack ya había liberado a Vivia. Shizel la saludó desde allí y le hizo señas para que se acercara.

Keiria:
Cuando Kud regresó a la mesa lo hizo aun mas bebido que cuando había salido a ver el concierto de cerca. El vánara estaba muy colorado y no paraba de moverse, hablando de forma atropellada. Parecía estar muy emocionado y no paraba de decirles que tenían que salir a bailar, pero aunque a la kitsune no le habría importado no confiaba demasiado en sus habilidades. Cuando Xalk apareció, sinembargo, el humano encontró a su tan ansiada pareja de pista.
—¿Estás bien? —le dijo a Archi con una sonrisa cuando el clinger se lo lanzó, evitando que se hiciera daño recogiéndolo con los brazos. Le ayudo a sentarse en cuanto el kairós recuperó la vertical—. Te noto mareado —añadió riendo, dándole otro trago a su jarra de cerveza.

Como Marsi y Alice se habían ido, Sura se había acercado a la barra a charlar con el chico de pelo naranja, y Delian estaba bailando con su amigo piromante, la mesa había empezado a quedarse vacía. Keiria no tardaría en irse a la Sede si no encontraba algo que la entretuviese. No estaba acostumbrada a aquel tipo de fiestas y empezaba a estar algo cansada.

Vacuum:
—Mucho mejor, sin duda —le dio la razón al chico, moviendo la cabeza al ritmo de la música—. Eso está hecho —aceptó la propuesta de la quimera tendiéndole la mano sonriente. Cuando estaba a punto de seguirle a la pista de baile, no obstante, Ariven les interceptó dispuesta a robarse al asreniano—. O puede que no. Parece ser que la dama te quiere para si, y es sin duda una mejor compañía que yo. Pásalo bien, Nasher. —rió, cruzando una mirada divertida con la demonio del fuego antes de cederle la mano del muchacho.

Les observó unos segundos cuando se alejaron y empezaron a bailar, admirando los movimientos de ambos con una media sonrisa. Lo suyo era interpretar música, no se le daba especialmente bien moverse al ritmo de la misma, pero lo cierto es que desde que había llegado Wheem al burdel había tenido varias ocasiones para practicar.
—¿Qué tal va la fiesta? —le preguntó a la camarera cuando se acercó de nuevo, aprovechando para darle las gracias debidamente por haberle ayudado con lo del concierto.

Vac se dedicó a conversar con varias personas durante un rato, saltando entre conocidos y clientes habituales por igual, pero cuando vio a Ariven con Noel en la barra se acercó a ellos. Al parecer su hermano había pedido algo que solo se podía calificar como alcohol de quemar por el olor, y al pasar a su lado el griego arrugó la nariz. Por suerte la nublina le había rescatado de aquel mejunje repulsivo.
—Yo quiero una de lo mismo —pidió, acodándose en la barra a su lado—. ¿Ya estas cansada, morena? Te hacía mucho mas resistente —comentó sonriente.

Krono Rádem

El empujón de Xalkoth lo cogió totalmente desprevenido y mareado, como correspondía al estado  de embriaguez que había adquirido al ser la primera vez que consumía alcohol a pesar de que no había sido en una cantidad excesiva. El irrense hubiese dado de bruces contra el suelo de no haber sido sujetado a tiempo por Keiria y simplemente asintió rítmicamente para confirmar su bienestar. Pero ya que el plaga había desviado la atención de Kudryavka de la kitsune el ingeniero decidió que podía realizarle la pregunta que había querido plantearle con anterioridad
—Keiria, ¿estarías interesada en trabajar aunque fuese de forma temporal en mi futura clínica y taller de biomecánica? —El irrense sabía de los conocimientos de la ibolense en la materia base de su especialidad y estaba convencido de que podría aprender con facilidad lo referente a la tecnología irrense que le era desconocida—. O al menos resultaría conveniente si pudieses instruirme en el funcionamiento exacto de los implantes ulteranos —continuó. También sabía que trabajando con la ulterana le reportaría también conocimientos nuevos—. Resulta evidente que una gran mayoría de mis potenciales clientes no serán de origen irrense, por lo que debo conocer métodos alternativos para colocar prótesis funcionales y de la mejor calidad posible. La construcción seguiría siendo hecha con materiales procedentes de Irraria puesto que por lo que he podido analizar no hay ningún mundo vinculado que disponga de mejores…
El biomecánico continuaría hablando y hablando sin parar salvo que se le interrumpiese de forma contundente, divagando cada vez más hacia temas cada vez más complejos relacionados con su especialidad.

Karime

Karime entrecerró el ojo, inclinó la cabeza y giró sus orejas de loba hacia el vampiro, calibrando si aquel “hablemos” se trataba de algún tipo de trampa. Al no ver indicios de la misma, se enderezó sonriente con su cola balanceándose paralela al taburete.

- Muy bien. A ver, cuéntame qué has estado haciendo últimamente. ¿A qué dedicas tus infinitas horas? ¿Algún proyecto interesante últimamente? O, dime, ¿a quiénes de este local te llevarías a, como decís en la Tierra, el huerto?- preguntó girándose hacia el centro del lugar-. Y me tienes que explicar qué es eso de llevar a alguien al huerto. No es que vayáis a sembrar patatas precisamente.


Wednesday

Wen rio con los intentos de Noel de beber aquella desagradable bebida.

- Si tan asquerosa es ve a pedirte otra. Es preferible que gastes un poquito más a que mueras intoxicado- le sugirió al draco, divertida por las muecas que hacía cada vez que bebida y sus quejas sobre lo nada borracho que estaba en comparación con otros.

Sin darse cuenta de su llegada hasta que estuvo a su lado, el vánara que había tenido aquella desastrosa pelea la noche de la cosecha comenzó a felicitar a Noel efusivamente y se fue de forma tan rápida y apresurada como había llegado, no sin antes guiñarle torpe, pero descaradamente un ojo. Wen abrió los ojos sorprendida. Miró primero al draco, luego volvió la vista en la dirección en la que el vánara había desaparecido, miró de nuevo al draco y luego a su copa. Luego volvió a mirar al frente.

- ¿Entonces no han sido imaginaciones mías? Pensaba que me habían dado algo mucho más fuerte de lo que había pedido y lo había imaginado.

Noel

—Descuida, ya pensaba hacerlo —asintió a Wen cuando le propuso pedirse otra bebida.
Se acercó a la barra con dicha intención y, tras vacilar mirando fijamente lo que quedaba del repulsivo líquido en su vaso, el sueco se armó de valor y se disponía a vaciar lo que quedaba de un solo trago, cuando Ariven acudió a su rescate.
>>Yo también, la verdad —respondió con sarcasmo al comentario de la demonio de fuego.

Atendió a la chica mientras esta le explicaba sobre aquel licor que había pedido para él y le dedicó una amplia sonrisa después de que Ariven afirmase que aquella bebida parecía ser lo que buscaba.
—No sería la primera vez —repuso ante el comentario sobre Gael, con diversión. A continuación probó el licor nublino, constatando que serviría, como mínimo, para quitarle el regusto horrible que aún conservaba en su paladar—. Gracias, Ariven, te debo una.
Alzó su nueva copa y posó fugazmente su garra libre sobre el hombro de la demonio de fuego como gesto de agradecimiento antes de volver a la mesa.
>>No dejes que vuelva a beber uno de esos en la vida —le pidió entonces a la vouivre dirigiéndole una mirada afectada una vez se hubo sentado junto a ella—. ¿Quieres probarla? —Le ofreció su vaso.

La británica parecía tan sorprendida como él por el comportamiento del vánara pero el draco, aparte de asegurarle que no había sido su imaginación, no sabía qué añadir al respecto aparte de negar con la cabeza con cierto desdén. El simio pasó momentáneamente a segundo plano, a pesar de que prometía dar un espectáculo digno de verse en cuanto Xalkoth decidió sacarlo a bailar, pues una voz tan monótona como persistente llegó a sus oídos. No era difícil reconocer a Krono en aquella serie de divagaciones machacantes, aunque lo que sin duda le resultaba sorprendente era que alguien como él también se hubiese emborrachado.
—Guau, solo entiendo las preposiciones y los adverbios; y de lo segundo no estoy seguro —le comentó a su pareja con jocosidad tras haberle hecho notar el monólogo del kairós.
Quizás en otra ocasión hubiese sido un comentario ligeramente exagerado, pero lo cierto era que el irrense parecía una audio enciclopedia técnica puesta a demasiada velocidad como para que fuese humanamente posible seguirle el ritmo. Compadecía sinceramente a la kitsune que había elegido como su víctima.

La ghoul llegaba tarde. Se había quedado hasta tarde trabajando,  y luego había pasado demasiado tiempo intentando decidir qué ponerse. Al final había optado por un kimono violeta, que se le antojaba algo largo, pero que le había gustado como le quedaba. Aunque solía ir descalza, aquel día había optado por unas sandalias planas bastante cómodas, y se había recogido el pelo en dos trenzas bajas.

Cuando llegó al pub apenas se fijó en la decoración; le interesaba más encontrar a sus amigos. «¿Dónde os habéis metido, maldita sea?». Les buscó un buen rato, observando también a los novatillos. Aparte de a Onyce y a Evelhan apenas conocía a muchos más, y menos aún había mantenido conversaciones con ellos.  Pasó al lado de un irrense que no paraba de hablar, aunque no entendió nada de lo que dijo.«Se va a quedar sin aire si sigue hablando tanto y tan seguido»

Ni siquiera se molestó en acercarse a la barra aún; primero iba a buscar a los cuchitrileros. Al primero al que reconoció entre la muchedumbre fue a Gael, quien bailaba con Adara. Sonrió para sí misma, acercándose al fuego fatuo asegurándose de que no le viera. Iba a darle una sorpresa. Esperó a  que la canción acabara para acercarse a él por detrás, llevándose el dedo índice a los labios para indicarle a Adara que no la delatase. Cuando estuvo lo bastante cerca le tapó los ojos a Gael con las manos, soriendo. Le daba igual si se quemaba un poco; terminaría por regenerarse al cabo del tiempo.

—¡Adivina quién soy!—prácticamente canturreó las palabras, riendo. Después de la broma se dirigió a Adara—Me he perdido el espectáculo, ¿verdad? ¡Maldita sea, yo quería ver tocar a Noel! —chasqueó la lengua. «No volverá a pasar», se prometió.

Kin

El irrense se terminó el vaso. Se había reído, quizá más de lo normal, con las payasadas de Xalk, pero se encontraba un tanto aburrido en ese momento. Había tomado asiento en una silla del revés y se apoyaba contra el respaldo, encorvado. Desde allí pudo ver como Archi empezaba a escupir palabras, tan alto que cuando paró la música cualquier había podido escucharle. Sus palabras se le antojaban distantes e incomprensibles, casi como si su amigo estuviese dando un discurso en otro idioma. Si no fuera porque eso no era lo único que captaba de forma extraña, habría creído que el kairós llevaba un amuleto de lenguaje puesto por error.
—Pues no me encuentro muy bien —empezó a murmurar para sí—. ¿Por qué fabrican bebidas con alcohol? ¿Eso no es casi como beber combustible? Qué desperdicio, ¿no? —Apoyó la cabeza en los brazos y empezó a cabecear intermitentemente.


Gael

El baile entero fue una gran payasada improvisada. Mientras duró la canción, el fuego fatuo rió y charlo con la ángel negro, pidiéndole disculpas primero por las trampas en las cartas y prometiéndole después que cuando comprase una baraja para el cuchitril no volvería a hacerlo. Al terminar la canción le dedicó una reverencia riendo, pero cuando se disponía a avanzar hacia donde veía a Noel, alguien le tapó los ojos desde su espalda. El gesto lo cogió completamente por sorpresa, pero la voz era inconfundible.
—¿Kae? —Al girarse la vio; se había arreglado más que de costumbre, pero ni aun así concebía que no se hubiese percatado de su presencia antes. Confirmó sus sospechas cuando la ghoul lamentó haberse perdido el pequeño concierto, pero por otro lado le sorprendió que lo supiera—. Ah, ¿con que todos en el burdel lo sabíais? Panda de tramposos… —A pesar del fingido tono de rencor, se echó a reír—. Pero estás de suerte, me ha dicho un pajarito que se va a repetir el concierto en cierta fiesta de despedida. ¿Ahora sabes qué deberías hacer? ¡Aprovechar el tiempo perdido! ¿Te pido una copa? —Ni siquiera esperó respuesta para llamar a la camarera con una mano, estaban a pocos pasos de la barra.

No se le había ocurrido pensar en que el fuego lo controlaba Zmey, no mas bien, en que podría hacer trampa si quería y con plena libertad. Por ello cuando vio que el caballo que llegaba el primero era el suyo parpadeo, mirando al piromante con sorpresa y una gran sonrisa, tirando de el para bailar en cuanto este se termino su copa. Estaba estúpidamente feliz y despistado, al punto que ni se fijo en el momento exacto en el que Alice y Marsi desaparecían de pub, solo se aseguro de bailar, torpemente en realidad pues no es como si supiera de todos formas, teniendo especial peligro allí los pobres piel de Zmey.

Estuvo un buen rato bailando, intentando evitar pensarlo a duras penas emocionado con la música, por moverse, por sentirse aunque fuese un poquito vivo. Al menos hasta que sus pies no pudieron resistir mas la tentación y terminaron por pisar al pobre Zmey haciendo perder el equilibrio al enérgico brugho que se abrazo al otro para no caerse de culo

- Uy, perdón. -rio avergonzado, con el rostro de nuevo todo ruborizado. Se divertía, peor estaba cansado no acostumbra a bailar, pero quería hacer cosas, lo que fuera. Le rodeo con sus brazos apoyando la barbilla contra su pecho para verlo- ¿Te diviertes? ¿Hay algo que quieras hacer?- pregunto mirándolo con curiosidad, meciéndose sin dejar de abrazarlo, sin seguir el ritmo de la música en esa ocasión, viendo por el rabillo del ojo a Kud bailando con Xalkoth, si a eso se le podía llamar bailar- Hagamos algo que tu quieras...no paro de arrastrarte a todas partes- añadió mirando a este atentamente. Quería divertirse, pero Zmey había hecho mucho ya. Ir a la fiesta por su insistencia, dejarle ganar la carrera de caballos, bailar con el. Dhelian quería hacer algo que el quisiera para variar, pues estaba siendo como un niño caprichoso.

La estirge empezaba a cansarse de dar vueltas sin sentido. Cansada y sedienta comenzó a aletear buscando ya fuese a su brujo ya fuese una superficie donde no hubiera pie que le pisaran, tal vez volver a la mesa desde la que se cayo. pero borracha y sin un sentido de dirección estable el ave se bamboleo sin ton ni son tropezándose contra la cabeza de cualquiera que se le cruzara, antes de caer como una bola de plumas negras sobre una mesa, atraída por una enormes alas negras que le recordaron a las suyas.

El ave clavo sus ojillos negros en el dueño de las alas, o mas concretamente en la bebida del dueño de las alas, tambaleándose sobre la mesa en una especie de baile ridículo. Graznando al son de los compases de la música, al tiempo que se iba a acercando como quien no quiere la cosa al vaso.

Dhelian aun junto a Zmey esperando su respuesta, lanzo un vistazo vago hacia la mesa al escuchar la voz de Archi en modo enciclopedia por encima de las voces de sus amigos, sintió un infinita lastima por Keiria al solo escuchar trozos de sus palabras, las cuales mas de la mitad no entendía. Un rápido vistazo a la mesa le dejo claro quienes faltaban y no veía por ningún lado. Marsi, Alice. Su estirge no estaba donde recordaba vagamente haberla dejado: sobre la mesa. Dándose cuenta que en realidad hacia un buen rato que ni la veía ni notaba las garras de esta sobre el, se inquieto.

-¿Donde esta Hugin? -murmuró con sorpresa, incrédulo y preocupado de haber perdido a su dominio en el pub.

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Se rió al escuchar su velada advertencia de lo que pasaría si se emborrachaba, por suerte no tenia intención de hacer nada mas que quedarse achispado. No quería saber que podría pasar de emborracharse entre tanto novato.

-Por suerte para ambos, tengo bastante claro mis limites -respondió con cierto humor, encogiéndose de hombros y mirándolo con cierto reproche cuando negó tan rotundamente el bailar aquella canción. Ciertamente no era muy de su estilo, según sabia, pero tampoco era del suyo ademas la música a la que se refería era bastante poco probable que la pusiera con la algarabía que tenían montada.

- Dudo bastante que pongan una canción así -admitió observando a Nasher, que como buena bola de discoteca,era el completo centro de los bailarines siendo el mejor de todos ellos con diferencia. Incluso estaba allí el niño brugho, el clinger...y el vanara. Se planteo mejor el ir a bailar con esos allí- Casi que mejor voy a tomar tu respuesta negativa como una invitación a no meterme allí- dijo pues prefería no ser testigo de primera mano de lo que significaba tener a esos dos borrachos cerca, aunque no tenia claro si xalcoth lo estaba siquiera, no le apetecía averiguarlo. Aun así no se sentó, estaba harto de estar sentado, apoyándose en la barra junto a Shizel para observar curioso todo el movimiento en el pub, atrayendo su atención el vomito de palabras provenientes de Krono Radem.

<<¿Como puede hablar tanto sin tomar aire?>> pensó no sin cierta incredulidad. No entendía como sus amigos no le había callado ya. Incluso para el a esa distancia, escuchando solo a medias y entendiendo algunas de las cosas que decía, tratando con irrenses por el trabajo era lo que tenia, no dejaba de ser un autentico dolor. Era como escuchar una enciclopedia imparable.

-O lo noquean o sus oídos y cerebros explotaran en no mucho, por que, joder, como habla... -comento DL a sus amigos haciendo una seña hacia la mesa de los novatos. No conocía mucho a este, pero lo poco que había hablado directamente con el era como si estuviera tratando con un diccionario con patas- Tu trataste mas con el, Enredo. Mas que yo, que por algo vivías en el mismo lugar. ¿Ha sido siempre así en todas las conversaciones? Tan...técnico -pregunto cuando la conversación de la casa ceso y vio a Shizel haciéndole un gesto a Vivia para que se acercara. El cambiante la miro con interés saludándola con un gesto, pues realmente llevaba mucho tiempo sin ver a ninguno de los miembros del burdel de cerca.

Vivia se acercó medio bailando adonde estaba Shizel, cámara en mano, y les hizo una foto a traición a los tres.

-¿Pensabais que os ibais a librar de mi cámara?- se echó a reir- Por fin se esta manteniendo el ambiene, casi parece una fiesta de verdad.

Por su parte, Ariven alzaba una ceja ante el comentario de Vacuum.

-Ve tú a bailar con Nasher a ver si aguantas su ritmo.- bufó.- ¿Qué pasa, te han quitado la guitarra y ahora ya no sabes qué hacer? Pobrecito mío- dijo con burla.

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Zmey pasó muchísima vergüenza. Nunca había bailado en público, y era algo de lo que no tenía ni idea, pero se dejó llevar por Evelhan y pronto estuvo dando vueltas de forma torpe al ritmo de la música, esquivando los pisotones del ghoul y teniendo un ataque de risa detrás de otro. Se estaba muriendo de vergüenza y al mismo tiempo se lo estaba pasando bien, muy bien. Cuando se detuvieron, Evelhan todavía abrazándole y meciéndole, tenía las mejillas enrojecidas por el alcohol y el movimiento. La pregunta le hizo pensar, y detener su vista en la cara del chico. Estaba tan sonrojado como él, pero los colores de su piel eran tan diferentes. Sus ojos brillaban, felices, y Zmey supo lo que quería hacer.

Evelhan se distrajo buscando a su estirge. La habían perdido de vista hacía ya un buen rato, y Zmey tampoco sabía donde estaba, ni le importaba. Tomó el rostro del brugho en una caricia para que volviese a mirarle, y se inclinó sobre él para darle un beso en los labios. Fue algo delicado, lleno de duda, y demasiado corto para el gusto del piromante, pero al menos se quedó con el sabor de sus labios. Eran dulces.

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Marsi entró la primera en el pub. Ella y Alice tenían las manos entrelazadas y balanceaban los brazos de forma ridícula como un juego infantil. La diferencia de temperatura entre la calle y el local era bastante, y la dullahan en seguida se sintió sofocada. Trató de localizar a Dhelian y en cuanto dio con él llamó la atención de Alice y le señaló la pista de baile.

-<< Creo que mejor vamos a esperar un poco más...>>- y entonces se dio cuenta de algo.- << ¿Dónde está Hugin?>>

Era raro que Dhelian perdiese a su estirge, pero imaginó que entre tanta gente se habría extraviado. Dieron una vuelta y dieron con el pájaro a punto de meter el pico en la bebida de Noel. Marsi sintió que le iba a dar un ataque. Cogió a la estirge con ambas manos y la separó de la copa, disculpándose con el draco de forma atropellada. Por suerte el bicho había bebido algo y no se estaba resistiendo.

-<< Lo siento, lo siento, de verdad.>>- repitió por enésima vez. Tomó nota mental para matar a Dhelian a collejas cuando se le pasase la borrachera.

Cuando llegaron y entraron, la bruja echó de menos el fresquito de fuera, aunque no el silencio pues volvía a sonar música chula. Tenían que buscar a los demás... Y de hecho Marsi dio con Dhelian. Alice se llevó una mano a la boca para ahogar del todo un gritito de sorpresa y dio un par de saltitos en el sitio. <<¡Lo mato! ¡Pero primero tiene que contármelo todo!>>

-No... me lo creo... ¡Es nuestro niño! -exclamó exageradamente, pero atendió a Marsi y le miró preocupada-. ¿Hugin? Es verdad, vamos a buscarle.

Dieron con la estirge... Y menos mal, porque querer robarle bebida al draco podría ser fácilmente mortal (aunque la bruja esperaba que le sonara rl pajarraco y no hubiera represalias).

-¡Lo sentimos! A ver, un momento... Hugin, ¡a dormir! -exclamó y, con cuidado de que no le hiciera nada, hizo un hechizo de sueño-. Bueno... Dhelian localizado, faltan Sura y Rocuo y... ¿Qué? Ajá...

Las onyces, que asomaban un poco entre la ropa, habían visto al ocrorio y le estaban diciendo dónde y cómo estaban los que faltaban... Con cierto humor, pero en su idioma. Después volvieron a esconderse.

-Dicen las onyces que el grandullón está dormido como un tronco con Krono hablando de no sé qué... Y creo que aquella es Sura hablando con Jau... ¿Qué hacemos? ¿Les dejamos un poco a su aire -miró de reojo a Dhelian y el piromante- y luego recogemos a todos y a casa?

Surásara:

La naga se carcajeó con el comentario del licántropo. Había oído el suceso de Kud y la exorbitada cifra que pedía la boticaria.

-Me alegro de que por eso no cobres, porque si no el dinero que he traído conmigo no me iba a durar mucho - le dijo con una sonrisa. Tomó un largo trago de su bebida antes de responder a la pregunta del prostituto.- Las veces que han ido me coincidieron con el trabajo, ya sabes el ejército es muy sacrificado si quieres llegar a lo más alto. De todas formas la próxima vez me aseguraré de ir aunque sólo sea para mantener una de estas charlas gratuitas - volvió a reírse y a tomar otro trago de su copa.

Siguió hablando un rato más con el chico, cosas de aquí y de allá, algunas cosas de su criba, otras de su vida antes de la ciudad. Cuando vio a Marsi y Alice por la fiesta otra vez parecían estar buscando a alguien y supuso que ella sería una de las personas que buscaban.

-Bueno, parece que mamá y papá me están buscando - dijo señalando a las chicas.- Ha sido un placer charlar contigo Jau. Si alguna vez tienes otra noche libre y te apetece hablar dímelo - le guiñó un ojo.- Pero que no te quepa duda que un día conseguiré meterme en tu cama y en tus pantalones, sólo tengo que ahorrar un poco - le comentó con una sonrisa bastante segura de sí misma.

Se alejó del chico y se acercó a sus amigas, siguió su mirada y se encontró con el espectáculo que estaba dando Dhelian con su amigo.

-Vaya vaya, aquí todo el mundo liga salvo Ozz y yo - miró a las chicas con una mirada de complicidad y se carcajeó.

Enredo:

-Quizás pueda pagar a alguien que sepa el hechizo para que lo ponga... a ver si tengo suerte - le comentó al skrýmir.

-Pues qué quieres que te diga, he tratado poco con él, pero de lo que he oído sí, siempre habla así - le respondió a DL con una sonrisa.- Cualquiera esperaría que con alcohol en vena se soltase un poco y al menos sonriese o hiciese algún chiste. Ahora empiezo a preguntarme si sabe hacer chistes - dijo tras tomar un trago de su bebida.

No encontraba a su estirge y empezaba a preocuparse, la interrogación visible en sus ojos cuando Zmey recupero su atención pensando que tal vez la había encontrado. El beso le pillo desprevenido, con los abiertos como los de un búho por la sorpresa. Ruborizándose aun mas si cabe, viéndolo embobado y escuchando un pitido en sus oídos, como si fuese una cafetera echando humo cuando el piromante le libero no mucho después. Había sido corto y en su sorpresa ni siquiera había tenido tiempo de percibirlo con claridad. Quiso golpearse por ser tan estúpido.

Lo abrazo con algo mas de fuerza medio escondiendo su rostro contra el. Uniendo valor para preguntar, pues se estaba muriendo de vergüenza. Ya no era un niño realmente en términos daelicianos y aquello debía ser normal para el ¿porque tenia que ser tan tímido?. Ademas, era injusto que Zmey no le hubiera dado algo mas de tiempo, pues definitivamente el brugho no estaba preparado.

-¿Puedes....darme otro?- preguntó Evelhan levantando la vista para verlo, con el rostro ruborizado al completo. ¿Se lo daría? O mejor ¿se atrevería el mismo a tener la iniciativa de dárselo sino lo hacia el piromante? No lo tenía muy claro, así que espero expectante y nerviosos lo que haría Zmey. Ajeno en su totalidad a que era observad por sus compañeras.

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El flash de la cámara le sorprendió un poco. Que hubiese una cámara funcionando en la ciudad solo podía tratarse de magia y si era algo interesante que tuviera que ver con esta, pertenecía a Vivia definitivamente. Recordaba bien que a la idrina le gustaba esas cosas y una cámara que funcionara en aquella ciudad era peculiar de por si, pues la mayoría de objetos del estilo dejaban de funcionar en condiciones al traspasar el portal.

-Ya hiciste muchas fotografías entonces. ¿Que harás con ellas? - pregunto interesado pues había visto algún que otro flash en el tiempo que llevaba en la fiesta. No veía necesidad inicial de decir quien era, seguramente ya Shizel le habría dicho al invitarla, si veía que no lo reconocía ya se presentaría adecuadamente.

Su atención volvió a Enredo cuando este le respondió, escuchando aun de fondo el murmullo constante saliendo de la boca de Krono Radem incluso a través de la música.

-Tal vez...-respondió, aunque dudaba bastante que este  supiera siquiera lo que era un chiste y de saberlo, no lo veía con sentido del humor como para contar uno, parecía ser alguien una personalidad bastante falta de expresiones. No podría asegurarlo pues no había tratado mucho con el, pero era la impresión que tenia- Creo que una de las cosas que voy lamentar cuando nos mudemos es no tener tratos con toda esta gente, va a ser un poco aburrido. Seguramente volveré a menudo a los refugios de visita ¿tu que harás?-preguntó Dédalo observando a los novatillos, riéndose al ver algo mas allá al ominario muerto en batalla tras haber estado algún tiempo escuchando a al kairos- Mira, ya cayo uno, a ver quien es el siguiente - comento viendo algo mas allá, en la pista al brugho junto a Zmey- Vaya con nuestro piromante favorito, no peirde el tiempo -dijo señalando apenas con la cabeza a la pareja tras tomarse un trago de su bebida, alegrándose bastante que Zmey se encontrara cómodo y se estuviera divirtiendo.

Valek:

Desvié la mirada a la barra ante la primera pregunta y la centré en mi bebida mientras pensaba un segundo la respuesta. –Pues… a construir cosas? Muchas cosas… Tal vez demasiadas. –Lo pretendiera o no la libense acababa de recordarme que mi vida durante el último año había sido algo deprimente.
No llegué a deprimirme con aquello por suerte ya que más preguntas siguieron a la primera, no dándome  tiempo de pensar en ello.
–Y ahora le preguntas eso a alguien que lleva recluido en su cuarto una larga temporada ¿De verdad esperabas que te fuera a dar una respuesta en condiciones? –Empecé a decir mientras volvía a mirarla. –¿O intentabas que reconociera que solo tengo ojos para tí?