El Pub Muerto

Dédalo

Habían llegado un poco antes, el cambiante luciendo su forma habitual del ultimo tiempo y que tendría prácticamente siempre salvo en casos esenciales.

Dédalo miro a Shiz de reojo al ver lo que hacia ante la llegada de Enredo. No dijo nada, tan solo saludo a este con un gesto, llevando su mano bajo la mesa para agarrar la del skrymir. Le sonrió divertido, no importándole sus evasivas. Ya había aprendido que seguir el juego al skrymir y ser excesivamente comprensivo todo el tiempo no ayudaba, así que le tocaba abochornarse para variar, que a el personalmente le daba lo mismo que les vieran de darse el caso.

-Karime se esta a asegurando que en la Sede no quede ni un alma, por eso aun no esta aquí, que teníamos a Valek negándose a venir y al final lo convencieron....de forma poco ortodoxa -explico la ausencia de la libense que según tenia entendido debía seguir en la sede. Al parecer su presencia allí ayudo a que Valek llegara, extrañamente, el primero de todos. Que llegara sin estar maniatado, arrastrado, dentro de una botella de cristal (o porque no) en un saco, se podía considerar un logro.

-Valek, ni se te ocurra volverte ermitaño en la fiesta y aun menos desaparecerte -le aviso, que veía venir que como se despistara el vampiro se esfumaría entres los pies del gentío cuando llegaran. El cambiante recordó el motivo de que estuviera allí y la sorpresa que asolo al torreón cuando vieron el boquete sobre el cuarto del vampiro. Dédalo prefirió no preguntar aquella vez, porque a falta de Tap, no había mucha opciones sobre quien haría un condenado agujero en el suelo de uno de los cuartos.

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Evelhan

Decidieron ir todos los que habían compartido cosecha juntos al pub, aunque Evelhan tuvo que adelantarse un poco para que Zmey le diera encuentro dejando que el resto se reuniera para ir juntos. Aunque no irían muy detrás seguramente.

El daeliciano había intentado buscar algo de ropa adecuada para ir,  pues no podía ir como si acabara de ser desenterrado. Ante todo el brugho era quisquilloso al vestir. Termino decidiendo por uno pantalones ceñidos negros y botines. Tras muchas vueltas escogió ponerse una jersey de un verde agua mas oscuro que de cabello, de cuello ancho que se caía cada por tres por uno de sus hombros y cuya parte bajo le llegaba por las caderas. Volviendo a recuperar el colorido natural de su raza origen, así seria como lo veía Zmey al llegar, al que sonrió ampliamente al ver que de verdad había ido.

-Vas a estar bien, no tardaran en llegar, entremos -añadió con una amplia sonrisa, agarrándolo del brazo para tirar de el al interior del pub en cuanto llegaron a este. El brugho no soltó al piromante, aferrándose fuertemente por si quería escabullirse, acercándose a los organizadores- Buenas noches, mis compañeros de cosecha están al llegar, gracias por invitarnos a este sitio, es genial. Nunca estuve en un sitio así, no se ni que pedir-añadió Dhelian hablando súper rápido por la emoción, sonriendo ampliamente mirando a todos lados con ojos ilusionados y curiosos. Sobre su hombro estaba Hugin, acomodada de tal forma que parecía esta empollando un huevo, ignoraba a medio mundo; con la orden de estarse quietecita, calladita y no atacar a nadie.

Dédalo sonrió divertido por las accione del brugho, dirigiéndole una mirada intrigada a su acompañante, cuyo rostro no podía ver.

Zmey recibió a Evelhan con una sonrisa tímida cuando llegó al punto de encuentro. Estaba temblando como un flan de puro nerviosismo, pero lo disimulaba como buenamente podía. ¿Y si no caía bien a sus amigos? ¿Y si hacía algo estúpido en la fiesta? Trazó varios planes de huida que el ghoul debió adivinar pues se le colgó del brazo y no lo soltó en todo el camino.

Se había cambiado como cuatro veces de ropa antes de salir, pero al final se había decantado por unos pantalones negros y botas de cuero, una camiseta de gris desvaído algo ancha y una chaqueta fina negra con capucha, que se puso en cuanto emprendieron la marcha en un patético intento por hacerse invisible. No llevaba muchos complementos salvo algunos anillos y una cadena de cobre con una calavera de dragón en miniatura colgada del cuello.

Conocía el pub muerto, Nihil solía ir, y Lil' le había hablado del lugar, pero nunca había ido. Al bajar se entretuvo mirando la decoración, tratando de decidir si le gustaba o no. La música le resultaba desconocida, pero no le desagradaba.

Cuado llegaron a la sala que tenían reservada para la fiesta, Evelhan se presentó a los que debían ser los organizadores, y Zmey sintió como el suelo desaparecía bajo sus pies y la comida empezaba a subirle por la garganta. Había sido un imbécil, ¿cómo no se le había ocurrido que sus antiguos compañeros de cosecha podrían estar en la fiesta? Era imposible que unos recién transformados tuvieran dinero para algo así. Su primer impulso, por supuesto, fue escapar. Dio un paso atrás, tirando de Evelhan, pero estaba siendo estúpido. No podía huir sin más, no podía evitarlos eternamente. Tragó saliva y alzó la cabeza, pues los tres chicos seguían siendo más altos que él, de forma que podrían ver sus ojos verdes y sus escamas artificiales brillar debajo de la capucha. Trató de pronunciar palabra, no lo consiguió.

Karime irrumpió en el Pub como prácticamente vivía, de forma escandalosa y alborotada. Había ido con la unión del grupo de la sede y de serpentaria una vez consiguió sacar a todos de sus habitaciones, pero en el último tramo se había adelantado corriendo emocionada por el evento.

Rápidamente, la licántropa se acercó a Shizel, DL y Enredo, colgándose del cuello del primero sin miramientos y dándole un sonoro beso en la mejilla al segundo gracias a la proximidad de ambos. En su carrera hacia ellos no se había fijado en nadie más.

- ¡Pero si son mi Perlita escarchada y mi Tirachinas favoritos! ¿Qué hacen unos chicos como vosotros en un sitio como este? ¿Es que acaso es mi cumpleaños y me van a regalar dos por uno?- de un salto volvió a su posición vertical sin dejar de menear la cola eufórica. Con una exagerada reverencia saludó a Enredo-. Señor Stefan, es bueno verle por aquí-. Luego soltó una carcajada y dio un salto contenta-. ¡Oh, mira! Ahi esta mi vampirito favorito. ¿Creeis que estará enfadado conmigo por haber contratado a Tenacitas para que consiguiera hacerle venir?- Karime volvió a reir-. Bueno, el resto de la gente va a empezar a venir ya. Los he dejado un poco atrás porque yo estaba demasiado emocionada para ir al paso de estatua que iban ellos. ¡Oh! ¡Pero si uno ya ha venido!- exclamó al percatarse de la presencia de Evelhan-. Encantada encantadisima de que...-. Karime quedó muda al instante al ver quien acompañaba al ghoul. No podía creer lo que sus ojos veían y por un instante estuvo completamente segura que lo que veía era un fantasma. Y no era de extrañar que tuviera ese pensamiento, pues las últimas noticias que tenía de la persona que estaba ante sus ojos era que estaba muerto-. Y...- comenzó diciendo de manera insegura-. ¿Yrio?... Yrio... ¡Yrio!- terminó gritando para saltar a rodearle con sus brazos y llenarle la cara de besos-. Mi precioso pequeñin precioso. ¿Donde te habías metido? ¿Qué te pasó? Si lo de que estaba muerto era sólo una broma tienes un humor negro terriblemente retorcido.

-Tienes razón, esto es Rocavarancolia - rió y recogió la copa que lee había dado la camarera.- Apuesto a que será alguno de los nuevos el que llegue primero.

Se equivocó, pero es que nunca habría apostado por su antiguo compañero de cosecha. Saludó al vampiro con la cabeza, luego hablaría con él que hacía mucho que no sabía nada del vampiro.

Vio entrar al ghoul de serpentaia cogido del brazo de otro chico, observó al otro y frunció el ceño, la cosa es que le sonaba. Empezó a encajar piezas en su cabeza y no tardó mucho en juntarlas. La copa se le resbaló entre los dedos causando un estrépito de cristales rotos que quedó ahogado por el grito de Karime.

Pasó por encima de los cristales y le puso las manos al chico en los hombros apartando con suavidad a K, se acercó para verlo mejor. Era cierto que estaba un poco cambiado pero no era irreconocible. Los ojos del brujo se llenaron de lágrimas, abrazó al piromante y lo levantó en el aire.

-No sé como estás vivo y lo cierto es que me da igual - dijo con la voz rota por la emoción.- Me alegra que estés vivo.

Se apartó de él y se secó las lágrimas antes de que todo el mundo lo viese así.

Tras saludar a Valek, optó por añadir al intento de DL por integrarlo en la conversación un gancho fácil:
—Hablábamos de que te convencieron para venir de forma poco ortodoxa. ¿Algo que pueda considerarse anécdota de fiesta?

Sus orejas hicieron amago de enrojecerse ante la mirada divertida de DL pero logró controlarlo. Era cierto, ahora eran pareja. No tenía que esconder esas cosas. El foner hacía bien en no permitirle esos deslices.
Dicho recién encontrado valor se fue miserablemente por el desagüe al ver aparecer a Ka por la puerta. Shizel casi suspiró de alivio al advertir que sus manos habían estado ocultas por la mesa y esta vez sí le tocó desenlazarlas, con tal de cambiar de postura en la silla ante una licántropa cogida del cuello.

Sonrió ante el entusiasmo de Evelhan.
—Me alegro, ésa era la intención —le dijo—. Puedes pedir a la camarera que te recomiende algo. Sospecho que tenéis gustos parecidos —en cuanto la viese el brujo podría saber a qué se refería.

Miró con curiosidad a su acompañante, tratando de atisbar con discreción en su capucha. No le sonaban sus rasgos de ninguno de los recién transformados, ¿aunque tal vez fuese un brujo maldito que no se dejase ver mucho?

El misterio no duró mucho, y entre las reacciones generales Shizel intercambió una mirada perpleja con DL. "¿No estoy loco, verdad?" Ellos dos y Enredo habían estado presentes el día de la nota, habían seguido su rastro a donde desaparecía en una grieta.

Dispuso de algo de tiempo para reponerse gracias a la efusiva reacción de algunos de sus compañeros. Zmey había venido del brazo de un ghoul, por el Reflejo, y aquello era Rocavarancolia. Aquello era un revés inesperado, desde luego, pero no imposible.

Había preguntas que hacer, muchas. Pero el piromante ya parecía lo suficientemente incómodo y Shizel, en vista de que Ka y Enredo ya habían cubierto de sobras el cupo de demostraciones emocionales, optó por proporcionarle una vía alternativa.

—Planeamos esto como una reunión. Veo que se está ganando su nombre —le sonrió al piromante—. Nos alegramos de que estés de vuelta, Zmey.
Creyendo que un brindis le pondría incómodo, optó por otra cosa.
—Organizadores, ¿os parece añadir a uno más a la lista de rondas gratis?
La quinta cosecha no había sido mucho más prolífica en número que la anterior. Invitar a bebidas a una persona más difícilmente resentiría sus bolsillos, y la ocasión lo merecía.

Bran había quedado con Karime y los novatos para ir a la fiesta. No le sorprendió ver la rapidez con la que iba la licántropa, aunque sí que, cuando intentó acelerar para darle alcance, esta fuera incluso más rápido que él. Debido a eso, y a pesar de llegar antes que la gente de la sede y serpentaria, para cuando entró en el pub la libense ya había llegado.

Apenas necesitó un momento para ver quién era la persona a la que Ka y Enredo saludaban tan efusivamente. Por unos momentos su cara se tiñó de una sombría preocupación, pero tras eso sólo quedó la incredulidad. No se había esperado que Yrio apareciera por allí, ni siquiera sabía quién lo habría traído. Se alegraba que tuviera la valentía de volver a presentarse a sus amigos, claro, pero no andaba muy seguro de cómo cambiaría aquello las cosas.

Tras dirigir una fugaz mirada de advertencia a Dédalo fue hacia la barra. Prefería contemplar aquella escena de lejos.

No fue, para nada, como lo había esperado. La llegada de Karime le cogió desprevenido porque estaba demasiado asustado de lo que pudiese pasar, y demasiado pendiente de las expresiones de sus compañeros. De pronto estaba en sus brazos, y poco después, en los de Enredo. La sorpresa fue tal, que incluso se olvidó de lo que estaba sintiendo, aun así en cuanto vio las lágrimas del humano se echó a reir, y a llorar al mismo tiempo.

<< He sido un idiota>> pensó. Y a pesar de todo no acababa de creérselo, una parte de él conservaba una punzada de miedo, como si en cualquier momento fuese a despertar, o a descubrir que sus compañeros lo habían confundido con otra persona y lo largarían con viento fresco en cuanto se dieran cuenta de quien era. Pidió a Enredo que le pusiera en el suelo y repasó de nuevo los rostros de sus compañeros, aún buscando rechazo o desagrado en sus rostros. Vio a Branniel en lado de la barra, apartado del resto. << El muy cabrón no ha dicho nada...>> En ese caso él tampoco lo haría.

-En cierto modo- dijo, respondiendo a Ka. Se secó los ojos con las mangas de la chaqueta.- Hace pocos meses que volví entre los vivos... No sabía que esto.. lo habíais organizado vosotros.-

<< Si lo hubiese sabido no hubiese venido.>> Miró hacia atrás buscando los ojos de Evelhan y apretó con suavidad su mano a modo de agradecimiento. Era imposible que lo supiera, ¿verdad?

-Ah, no os preocupeis, puedo pagar mis copas, no hace falta que os molesteis- se apresuró a decirle a Shiz. Su voz se fue haciendo cada vez más débil.

Keiria:
Kei caminaba junto a sus amigos con una sonrisa nerviosa en los labios. Contestaba a las preguntas que le hacían con diligencia y prestaba atención a grandes rasgos a la conversación general, pero una parte de si misma estaba lejos de allí. La kitsune era algo desconfiada y no comprendía muy bien la invitación a aquella fiesta en un lugar tan exclusivo y con todas las copas pagadas, pero tampoco tenía motivos para sospechar. Había estado a punto de declinar cuando la licántropo libense los reunió a todos, pero al final había accedido influenciada por sus amigos. Tampoco tenía nada de malo divertirse una noche, y lo cierto es que la monotonía del día a día en la Sede empezaba a aburrirla.

La ibolense se había arreglado para la ocasión, influenciada en parte por lo que sabía de aquel sitio. Llevaba una blusa holgada de color blanco sin mangas decorada con bordados en hilo de plata, una falda negra con el borde de encaje que le llegaba hasta las rodillas y unos leotardos de color blanco. Sus botas de cuero y su parche completaban su atuendo, además de unas cuantas pulseras y un colgante con una piedra rojiza. Llevaba el pelo recogido en una trenza ancha y sus nueve colas estaban bien peinadas y acicaladas.
—¿Alguien había estado alguna vez? —preguntó a sus compañeros una vez entraron en el local, tratando de no fijarse demasiado en los tanques que contenían trozos de cuerpo para que no se le revolviera el estómago—. Tiene una decoración bastante peculiar... —comentó. Su mirada recorrió a los presentes buscando a Saren, uno de los miembros de la cosecha anterior con los que mas trato tenía, pero al no dar con él se acercó a los organizadores para saludar.

Saren:
Saren llegaba tarde, pues aunque había salido pronto de la Sede para evitar aquella situación había terminado entreteniéndose por el camino. Iba vestido con unos pantalones negros, unas zapatillas de cuero del mismo color, una camiseta blanca con detalles en gris y una sudadera oscura sobre la que llevaba un chaleco vaquero. Él mismo había decorado la espalda de este último con el dibujo en blanco de un cráneo de ave rapaz, inspirado por una charla con Kud acerca de un videojuego de la Tierra. Como complementos llevaba una pulsera de cuero y un cordón del mismo material a modo de colgante del que colgaban un par de plumas metálicas.

Entró en el local de forma apresurada, moderando sus gestos en un abrir y cerrar de ojos para no llamar demasiado la atención. Aprovecho aquellos segundos de invisibilidad para echar un vistazo a la decoración, la cual no sabía como evaluar, y cuando vio a sus compañeros de cosecha alzó la mano para advertirles de su llegada. No llegó a completar el saludo, sin embargo, pues al ver a Yrio su linea de pensamiento se deshilachó y se quedó paralizado. Había pasado bastante tiempo desde que Bran les contara a DL y a él que el piromante estaba vivo, pero no se había encontrado con él aún, y hacerlo de forma tan repentina le había pillado con la guardia baja. Durante todo aquel tiempo había querido visitar a Yoel para hablar con él de aquel asunto, pero sabía que no habría sido lo correcto, y rumiar solo todo aquello le había quitado el sueño numerosas noches. Su primer impulso cuando recobró el control de su cuerpo inmóvil fue acercarse para verle la cara y darle un fuerte abrazo, aun sin creérselo del todo, pero suprimió esa idea y se encaminó hacia la barra, tomando asiento junto al trasgo de Ewa con gesto sombrío.
—Buenas noches, compañero —le saludó como si nada, llamando a continuación la atención de la camarera—. Ponme una copa de lo mas fuerte que tengas, por favor. —pidió con una media sonrisa que no se reflejó en sus ojos. No lograba pensar con claridad.

Dédalo

El cambiante se tomo con humor las acciones de la libense, pues era tan natural y típico en ella que era incapaz de enfadarse.

No llego a darse cuenta de quien era el chico que acompañaba al brugho hasta segundos después, su alarma, el vaso roto de Enredo. Para el cambiante, el shock no fue igual al de sus compañeros, pues al fin de cuentas el ya tenia conocimientos de que Zmey estaba vivo, pero si del hecho de las casualidades que estuviese allí, que fuese alguien de la cosecha posterior a la ellos, un ghoul encima, el que lo trajera. Demonios, el simple hecho de verlo allí repentinamente sin previo era suficiente para quedarse paralizado al verlo y por eso DL tardo bastante mas que todos sus compañeros en reaccionar.

No era difícil notar la incomodidad de este y Dédalo no necesito la advertencia en los ojos de Branniel para saber que no tenía que decir nada. Aquella conversación se quedaría allí, pues era Zmey mismo quien debía escoger que contar y que no. Aun así, eso no evito ver con un inmenso alivio que era el de verdad, nada de las suposiciones que había pensado tras aquella conversación en su cuarto. Sonrió ampliamente al ver la escena que estaban teniendo Enredo y Karime con el piromante.

-De eso nada, eres nuestro invitado y no es ninguna molestia, también eres parte de nosotros ¿sabes? -aseguro el cambiante, levantándose para acercarse a este- Has vuelto con nosotros, y eso hay que celebrarlo, así que ni se te ocurra replicar- le advirtió el cambiante con una enorme sonrisa, antes de abrazarlo- Te echamos mucho en falta Zmey, me alegro que volvieras, no vuelvas a hacer algo así...- murmuro para que solo le oyera el, cambiando el "estar vivo" por simplemente "volver", estrujándolo apenas y sintiendo un inmenso alivio al verlo, allí, vivo y real, apariencia de forma tan imprevista. Aun no podía ni creérselo.

Agradecía que aquel niño daeliciano hubiese conseguido, seguramente sin tener idea, lo que ni Branniel, ni Saren ni el mismo consiguieron, que Zmey volviera con ellos. El cambiante se alejo viendo a los dos brujos frente a el.

-Aquí vamos a empezar a necesitar una buena ronda de bebidas. Que ha iniciado bien la noche y no se puede dejar que decaiga. -añadió Dédalo con una sonrisa dirigiéndose a la barra tras preguntar que querían los demás. Aprovechando para acercarse a Branniel y a Saren, que acababan de llegar. Cuando se sentó junto a ellos, pudo suspirar hondamente y procesar todo, pidiendo para el mismo algo bien fuerte, pues tras la impulsividad inicial ahora debía dejar de que su cerebro procesara y aceptara en condiciones.

-A juzgar por como lucimos ahora....ninguno tenia ni la mas remota idea de que vendría ¿verdad? -pregunto apenas, pidiéndole a al camarera las bebidas para sus amigos para que se los sirvieran- Lo trajo el -añadió señalando al brugho con un gesto de su cabeza, para hacer aun mas absurdo todo si cabe. Por muy feliz que estuviera no dejaba de ser algo que no esperaban.




Evelhan

El daeliciano había querido ir directamente al barra curioso por las palabras del skrymir, pero todo lo que sucedió fue tan repentino que no pudo mas que quedarse paralizado. Conocía a todos esos transformados, algunos mas que otros y las acciones de Karime al llegar hicieron que el brugho que no estaba acostumbrado a aquello abriera los ojos con sorpresa.

Lo que paso a continuación hizo sentir a Evelhan como alguien que estaba metido en algo que no debía, como si sobrara, sintiéndose un poco intimidado, pues aunque no le miraban a el expresamente si lo hacían con Zmey. ¿Lo conocían? Aparentemente si y a juzgar por las reacciones, bastante bien. Con cada palabra que oía el brugho se confundía mas ¿que era todo eso de volver entre los vivos? ¿Zmey había estado a punto de morir? Lo miro no entendiendo nada, ni atreviéndose a preguntar tampoco, manteniéndose callado e intentando mantener el perfil mas bajo posible. De verdad creía que estaba escuchando una conversación que no debía y aquello le incomodaba, pasando el peso de un pie a otro.

Quiso alejarse para darles privacidad o algo, porque el tenia anda inicial que ver ahí. Todos conocían a Zmey del que el no sabia nada al parecer, pero la mano de este sosteniendo su mano impidió su estratégica y sutil retirada y le hizo quedarse en el lugar. Evelhan no llego pedir nada cuando el cambiante pregunto y por fin pudo articular palabra cuando este se alejo a la barra.

-Uhm ¿eran...de la misma cosecha?- fue lo único que logro decir, diciéndolo en voz tan baja que casi era inaudible. Estaba un poco incomodo y nervioso tras todo lo visto, moviéndose inquieto en el sitio y echando vistazos hacia la puerta de vez en cuando, esperando que sus amigos llegaran. No soltó en ningún momento la mano del piromante, apretándola con un poco de fuerza.

Valek:

Había seguido bebiendo tranquilamente con la intención de mantener mi participación al mínimo, pero varios de los presentes parecían decididos a impedírmelo. El primero fue el cambiante, que parecía empeñado en que me metiera activamente en las conversaciones, algo a lo que le respondí con una mirada de reojo y un silencioso “oblígame”. La cosa no acabó ahí, y el idrino se unió al intento de conversación sacando un tema sensible. 
–Nada que me apetezca recordar. ¿Por qué no se lo preguntas a la gran “arquitecto”  de dicho gran plan? Seguro que estará encantada de informaros en detalle.– Aquello también podría considerarse como una respuesta a si estaba enfadado con Karime.
El único momento en el que realmente aparté del todo la mirada de mi bebida fue cuando escuché lo de Yrio. Me volví del todo para mirar al piromante claramente sorprendido. No todos los días alguien regresaba de entre los muertos, y menos en aquella ciudad. Aun así todo lo que le dediqué fue un saludo amistoso. No es que no me alegrara de volver a verlo, pero tampoco me había relacionado apenas con él después de transformarnos… ni con nadie de Letargo o maciel.. con nadie en realidad.
“¿Qué hago pensando en eso ahora?"


Xalkoth:

Había llegado con el grueso de la sede entrando a carreras y saludando con abrazos a todos los que conocía. También fue a hacer lo propio con Valek, pero una mirada asesina del mismo le hizo desviarse a mitad de la carrera y abrazar en su lugar al primero que se le puso por delante, un trasgo que estaba al lado de Saren. –Perdón, tuve que cambiar de objetivo por una maniobra evasiva. ¿Quién eres por cierto?– Dedicó un rato a mirar fijamente al aludido y luego se fijó en la barra. Había bebidas para elegir, pero no conocía ninguna. –Hmmm... ¿Me recomendais alguna bebida?

Enredo:

-Me parece bien - y antes de que el brujo pudiera moverse de allí se acercó a la barra para informar a la camarera de que el piromante no pagaría.- Una buena noticia merece celebración, tómalo como un pobre regalo por tu vuelta entre nosotros - dijo sonriéndole.

Se agachó y recompuso el vaso con un hechizo, con otro limpió el suelo rápidamente.

-Perdona por el estropicio momentáneo - se disculpó.- Y ponme otra por favor.

Con una nueva copa regresó junto a sus conocidos y se paró delante del brujo daeliciano.

-Espero que os lo paséis bien en la fiesta - les dijo a los dos,- y Zmey, no te hagas caro de ver ¿vale? Se te ha echado de menos - volvió a sonreírle y les dejó en paz para que fuesen a pedir sus bebidas.

Surásara:

La naga al enterarse de la fiesta por la licántropa decidió ir de compras y se llevó a Marsi con ella. Después de un día de compras Sura volvió contenta ya que no sólo había encontrado una bonita camisa si no también un complemento* de su estilo. El colgante lo llevó a grabar en cuanto pudo, puso por delante su nombre y por detrás el nombre de todos sus compañeros de torreón, todos excepto uno.

La ulterana siguió al grueso del grupo hasta el local en que se celebraba la fiesta. Había oído hablar del lugar, algunos de sus compañeros en el ejército lo mencionaban aunque la chica nunca había tenido tanta curiosidad como para ir a ver el lugar, esta vez tenía la excusa.

Al entrar sacó la lengua para volver a meterla rápido y poder captar las esencias del pub, olió de todo, incluído el aroma de la sangre y la carne. Se acercó a los anfitriones y les dio la gracias por la invitación antes de acercarse a pedir algo de beber a la barra, al poco se reunió con sus amigos con una copa que contenía un líquido opalescente.

-Anda Evhelan, ¿es éste tu amigo? - comentó con una sonrisa.- Encantada, soy Surásara, pero como eres amigo de Ev puedes llamarme Sura.

*Ignorad el viceroy ^^

(Parte de Serpentaria + aviso must read en subrayado):

Total, que cuando estuvieron todos enfilaron hacia el Pub. Si Atol había estado, ni se acordaba. No dijo nada al ver cómo era por fuera, aunque le gustó, mientras que la bruja sí que soltó un wow. Inmediatamente nada más entrar, entendieron por qué se llamaba Pub Muerto: solo había que echar un vistazo a la decoración, aunque la entrada ya fuera bastante reveladora.

—Pues mola el sitio.
—¿Que mola? ¿Decoración peculiar? ¿Solo eso? —respondió indignada, pero de broma, a Skarog y Kei—. Es genial, da mucha grima pero es genial... en el sentido tétrico de la palabra. Podríamos celebrar Halloween aquí y todo —dijo entre risas.

Atol

—¿Jaloqué? Pf, humanos... —masculló el helión y se apartó del grupo rápidamente.

No es que le cayeran mal pero prefería estar con sus compañeros, a los que buscó rápidamente. Los divisó en la barra, pero también estaban con... ¿Valek? Se fue directo hacia el vampiro sin pensárselo dos veces. Con buen humor, ojo.

—Vaya, chaval, ¿quién te ha sacado de la cueva? —y le palmeó la espalda por pura costumbre—. Y buenas noches a todos. Vosotros habréis invitado pero yo he comprado ropa a los de Serpentaria, ¿eh? Eso sí, yo me pago lo mío y si os quedáis sin dinero siempre puedo poner más para rematar la noche —bromeó y pidió una cerveza—. Y tú no sé quién eres, pero yo soy Skarog —dijo al que parecía de Dryfus.

Alice

Ya había gente nueva y desconocida en el interior... Pero todo aquel desconocido de la fiesta era amigo de los organizadores, y estos parecían buena gente, así que se entendía que los demás también. Por lo pronto solo reconocía al vampiro Valek, el trasgo Bastel y el... hum... Saren. Fuera lo que fuese. Skarog se había ido derechito a saludar al vampiro y Alice pensó en seguirle para saludarles también, pero entonces vio a Dhelian con alguien de su mano. <<¿Hum?>> Así que se acercó a curiosear. También estaba Sura. No sabía quién era el otro ni cuando les vio por delante, pero pudo intuirlo. Lo que no entendía era que hubiera tanta gente de otra cosecha junto a ellos... <<Bueno, quizá son los compañeros de cosecha de este señor>>

—¡Hey! Y hola a todos pero si me disculpáis... Vaya, Khaw, qué bien acompañado vienes... ¿Es Zmey? Pues encantada, yo soy Onyx, la hermana mayor de este señor —se presentó, medio en serio, medio en broma.

No tardó mucho en aparecer Saren, para cierto recocijo del trasgo. Bran seguía confuso y sin saber muy bien cómo moverse en aquella situación. Vendría bien hablarlo con Saren y Dédalo. Aunque fuera para intentar dejar de parecer tan descaradamente aturdido.

—Buenas noches —respondió, con cierto tono de burla. Cuando la camarera le dejó la bebida a Saren levantó su propia copa—. Por los suicidas resucitados que aparecen de improviso sin avisar a nadie.

El susurro fue un intento de distendir el ambiente, pero había demasiado sarcasmo como para lograrlo del todo. El trasgo seguía impresionado de haberse encontrado ahí al piromante.

—Yo no tenía ni idea —admitió a regañadientes antes las palabras de Dédalo—. Pero bueno, sea como sea... De momento mejor finjamos que aquella charla no existió. Aunque uno de estos días habrá que hablar de aquello, y no sólo entre nosotros —añadió, más para sí que para sus dos acompañantes. Le dio otro trago a su bebida y miró de reojo al brujo ghoul. Que una de sus transformaciones coincidiera con la de Lil le daba mala espina. Tendría que saber cosas por ese lado.

Bran sintió un abrazo por detrás, y al girarse con sorpresa se encontró al bicho de Dryfus. Parpadeó durante unos momentos, sin saber muy bien qué decir ni cómo actuar. Ya le había llegado algún rumor de su peculiaridad, sin embargo, así que acabó optando por ignorar eso.

—Yo soy Bastel, trasgo. ¿Y tú? Todavía no reconozco todas las caras novatas.

Entonces se dio cuenta de la cercanía de Valek. Le saludó con la mano, algo sorprendido de verlo allí.

Después de unos cuantos días escuchando conversaciones sobre ello por fin había llegado el día de la fiesta. En un principio había pensado en declinar la invitación, pero no eran pocos entre los de su quinta los que asistían, y no dejaba de ser una fiesta a cuenta de otros. No sabía cómo sería el evento, estando involucradas otras culturas, pero escuchó ideas de aquí y allá y le entró la curiosidad. De todos modos y en lo esencial parecía ser exactamente lo que esperaba.

El raigaurum había estado esa tarde rebuscando entre la ropa de préstamo de la sede alguna que no estuviese desgastada ni rota, algo que para su día a día le importaba más bien poco, después de haber tenido la ropa limitada durante toda la cosecha. El resultado podía considerarse un tanto desaliñado, pero el irrense no veía mucho problema por ello. Con lo que sí vio un problema fue con la bata de Archi, y se lo hizo saber al kairós. En realidad le resultaría hasta chocante que fuese con un uniforme de trabajo a todas partes si no estuviese ya tan acostumbrado a verle.

A la fiesta llegaron formando parte de un buen tropel. Al principio se les había unido un trasgo al que el irrense nunca había visto antes. Sabía que ese día probablemente vería a bastantes transformados desconocidos, pero tampoco tenía mucho interés en salir de sus círculos habituales, por lo que no centraba su atención en las caras nuevas.

Lo que sí le llamó la atención inevitablemente fue el local. Algo había oído de que era necesario ser invitado para poder pasar, y se esperaba tal vez algo mejor amueblado que la taberna, a la que tampoco había podido más que echarle un vistazo. Se había equivocado totalmente. El ambiente, en realidad, le pareció abiertamente desagradable. «¿Habré entendido mal? ¿No será que nadie quiere venir aquí?».
—Peculiar es quedarse corto… —soltó por lo bajo al comentario de Keiria. Era evidente que no podía estar de acuerdo con Skarog… ni tampoco con Alice—. En realidad espero no tener que volver por aquí para ningún evento.
Esa parte se aseguró de que no la escuchara ningún anfitrión.

En cuanto a dichos anfitriones, creía que debía pasarse a saludarlos a todos y agradecer la invitación, pero prefería ir poco a poco. Ya tendría ocasiones a lo largo de la noche. En ese momento aún estaba llegando gente, varios estaban ya metidos en conversaciones, y Kin prefirió quedarse cerca del grupo de su cosecha que aún no se había disgregado. Seguía examinando los detalles del local, incluyendo música y clientela.

Zmey

Zmey asintió a modo de respuesta para Evelhan, e hizo un gesto con la mano indicando que ya le explicaría en otro momento. Lo mismo con el resto. Sabía que tenían preguntas y él estaba dispuesto a responderlas (a la mayoría) pero ya quedaba para otra ocasión.

Sonrió ante el comentario de Enredo.

-Lo intentaré- dijo- Aún tenemos toda la noche para decidir un encuentro.

Al fin y al cabo había asistido a la fiesta con el ghoul, y no estaría bien separarse de él recién comenzada la noche. Sus amigos habían llegado, así que se despidió de los demás para seguirle. Antes de ir a saludar, le recomendó una bebida de la que Nihil le había hablado. Era de color rojo, de un dulce empalagoso, y con un ojo flotando en la copa.

Cuando llegó hasta ellos y Evelhan hizo las presentaciones, se sintió algo ridículo por seguir llevando la capucha dentro del local, así que se la bajó, y les ofreció la mano, sonriendo tímidamente.

-Sí, soy Zmey, encantado.


Marsi
Los preparativos para la fiesta fueron... algo mejor de lo que Marsi había imaginado. Decidir la ropa para un evento estaba muy abajo en su lista de cosas divertidas que hacer en su tiempo libre, pero le había gustado ir de compras con Sura, y al final se lo habían pasado bastante bien. La naga había tenido el detalle de regalarle una camisa que habían visto en el mercado, ya que ella aún no tenía ninguna fuente de ingresos.

La mañana del evento la había pasado adecentando su cabeza. Los adornos en el pelo y peinados eran practicamente sus únicas formas de arreglarse cuando vivía en Varmania, y no quería renunciar a ellas por mucho que ya no tuviera la cabeza pegada al cuello. Recortó el pelo, algo en lo que ya estaba cogiendo práctica, maquilló un poco los ojos con khol y le puso un gorro gris de lana. El resto de su conjunto consistía en unos vaqueros desgastados, botas de cuero bien brillantes y limpias, una camiseta negra ceñida de tirantes y la camisa que le había regalado Sura, de tela escocesa roja, una talla o dos más grande. No se puso más complementos que un par de pulseras finas de cuero trenzado.

El local era... curioso. Nada que le sorprendiese a pesar del poco tiempo que llevaba en Rocavarancolia. Marsi no tenía un estómago delicado, pero en momentos así deseaba no tener visión de 360 grados.

Dhelian se había marchado antes que ellos, según él para ir a recoger a su amigo misterioso. Marsi no quiso reconocerlo, pero le picaba bastante la curiosidad. Solo les había hablado de él vagamente. Cuando lo tuvo delante, trató de adivinar de qué mundo vinculado provenía. ¿Era humano? ¿Libense tal vez? No tenía muy claro que las escamas de su cara fuesen de nacimiento. Saludó con un gesto de la mano y se presentó como ''Dama Estribo''. Había elegido el nombre muy recientemente.

-<< Pues... ¿cerveza?>>- propuso.

Krono Rádem

El kairós no comprendía el propósito de reunirse con tanta gente con la cual la mayoría ni siquiera tenía trato o apenas. Sabía a grandes rasgos lo que era una fiesta, pero no estaba personalmente interesado en ellas. Sus amigos le habían dicho que asistiera, no obstante, y por tanto había accedido. De todos modos tenía cierta curiosidad por el lugar al que iban, tenía un nombre particular, pero se sentía nervioso porque desconocía qué se suponía que tenían que hacer una vez llegasen.

También se sentía extraño. Se había quitado la bata para asistir después de que Kin le llamase la atención al respecto, ya que de todos modos sabía que tenía razón que probablemente resultaba improcedente asistir a un evento social con ropa de trabajo. Pero, aunque ya se había desprendido de ella en sus visitas a Irraria, no podía evitar notar como si le faltase algo, al igual que le había sucedido con las gafas los primeros meses tras curarse la miopía.

El local era extravagante, tal y como su nombre sugería. El biomecánico frunció ligeramente el ceño al entrar, pues ya había una cantidad considerable de gente allí dentro, y el ambiente era algo... a lo que como mínimo no estaba acostumbrado. Parecía no ser el único que compartía cierta inquietud, no obstante, como pudo adivinar por los comentarios de Keiria y Kin. Una vez entraron se mantuvo, de hecho, cerca de ambos mientras miraba hacia todas partes de forma rítmica y se frotaba la nuca de vez en cuando.

El amigo del que les había hablado Dhelian se acercó a saludar y el irrense se alegró de poder hacer algo que sabía: presentarse a un desconocido.
—Yo soy Krono Rádem, encantando —le devolvió el saludo.
No había añadido el nombre de su transformación ya que Zmey no lo había hecho.


Noel

El grupo del cuchitril se lo había tomado con más calma, reuniéndose primero todos en la vieja posada. En aquella ocasión “todos” no solo incluía a Wen y Vac -ya que Jack había decidido acudir por su cuenta- aparte de a los propios mercenarios, sino que Vivia, Ariven y Jau también habían querido asistir, además de Nasher que también se había reunido previamente con ellos. Antes de salir, Noel le pidió expresamente a Toima que les hiciera el favor de no meterse en ningún lío durante su ausencia y que le regalaría una botella de algún licor caro “si se portaba bien”. En aquella ocasión además Tania iba a acompañarles, cosa que alegró al sueco ya que no le gustaba tener que dejar siempre a la nublina con aquel marrón, por lo que no terminaba de fiarse del todo de que al volver no se encontrasen algún estropicio como el de Samhein.

El draco no iba vestido de forma diferente a la que iría cualquier otro día, su fondo de armario era muy limitado a fin de cuentas, pero en aquella ocasión había elegido ponerse un chaleco en lugar de la cazadora ya que iban a pasar muchas horas en el interior y le estorbaría menos. Iba vestido completamente de cuero salvo la camiseta, incluidos los brazales que se ponía cuando sabía que no iba a necesitar utilizar las plumas de sus antebrazos. Además de eso, había decidido estrenar una adquisición reciente: en su cinturón llevaba un cuerno para cerveza sujeto mediante un soporte especial.

Él ya había estado en aquel lugar en una ocasión, cuando Siloco los había invitado para hablar con Gael, y por tanto ya conocía el interior. No, la pregunta del draco era “¿por qué allí?”. No le gustaba la exclusividad y no entendía qué tenía de malo la taberna, un lugar en el que todos podían entrar y salir sin que les mirasen con escepticismo. Y con suerte podría volver a partirle la cara a alguien, pensó para sí dejando escapar una sonrisa de diversión durante un instante. Pero no, tenía que ser en el antro “VIP” de Rocavarancolia.

Suspiró de forma casi imperceptible mientras entraban y echó un vistazo para comprobar que si no eran los últimos en llegar, casi. Su vista se había ido por instinto a tratar de buscar una esquina en la que apalancarse, pero se obligó a centrarse en las formalidades antes de dejarse caer en el primer rincón que no estuviese ocupado ni sucio.
—Buenas noches —saludó hacia nadie en particular alzando una garra—. Si alguien todavía no me conoce, soy Noel, draco de Estínfalo —hizo una pausa antes de añadir lo siguiente—. Disculpad la tardanza, teníamos que ponerle el bozal al perro —añadió con sarcasmo.
Acto seguido se acercó a la barra para pedir la primera de las muchas consumiciones que pensaba tomar aquella noche. Sabía que a la primera estaba invitado y, aunque no quería abusar, decidió dejar sus intenciones para la siguiente ronda. De todos modos quería estrenar su cuerno con alguna cerveza buena. Se dejó aconsejar por la camarera al respecto y le pidió que rellenase su cuerno para después inquirir con la mirada hacia el resto de su grupo, por si alguien había elegido ya algún lugar en el que dejarse caer. Su intención era, en principio, permanecer bastante quietecito y beber mucho. De todos modos sabía que Wen estaría bastante incómoda y prefería quedarse a su lado.

Ramas

Una de las pegas de la inmunidad a la magia era que, al no ser un mago, el hombre árbol no siempre llegaba a los sitios cuando se lo proponía, de hecho solía llegar tarde. En aquella ocasión se había entretenido tomando el sol en el jardín a medio día y se había quedado aletargado, pensando en sus cosas hasta entrada la tarde. Así, Dirke entró al pub unos minutos después que los cuchitrileros. Iba desnudo, como siempre, con sus nuevas gafas de aviador al cuello y los patines colgando del hombro izquierdo. Su cuerpo emitía un leve resplandor verde y Ramas deseaba sinceramente que en la fiesta no apagaran las luces.

Después de avanzar un par de zancadas, el alemán se ancló en mitad de la zona común del bar. <<¿A dónde vas, alcachofo?>> se dijo a sí mismo. No había estado nunca en aquel sitio, era improbable que supiera encontrar la zona privada en la que estaban sus amigos. Sin muchos problemas, dio marcha atrás, se dirigió a la barra y preguntó amablemente al muerto que le atendió por el lugar donde se encontraba toda la peña.  Como siempre, no fue consciente de todas las miradas que le dirigían.

—¡Buenas!—gritó una vez entró en la zona privada, alzando la mano y saludando al aire. Había muchas caras conocidas, tantas que no sabía a quién acercarse, así que el impulso inicial de Dirke fue dirigirse a la barra—. ¿Me ponga una de agua sola con agua, por favor? —pregunto a uno de los camareros con una sonrisa de oreja a oreja. La carrera que se había pegado le había dejado sediento.

Malahierba

Malahierba era otro que llegaba por separado. Entró al pub en el interior de una armadura completamente cerrada y preparada para que fuera articulable. El poltergeist había aprendido a moverla con normalidad y era el vehículo que usaba para pasar desaparcibido. Para no ser poltergeists, había muchos gigantes a los que les encantaba embutir sus cuerpos físicos dentro de tamaños cacharros metálicos. Su cuerpo de repoblador fabricado por dama Hálito viajaba en el interior de la armadura, pues el poltergeist no tenía intención de poseerlo todavía.

Incordiar a los enormes se había convertido en algo mucho más sencillo con el tiempo, conforme el repoblador aprendía a mover los objetos de forma que los accidentes parecieran naturales y no provocados y si venía a aquella fiesta era, entre otras cosas, porque había gente a quien echaba de menos putear. Malahierba pidió permiso en la barra para aparcar su armadura en una silla de la zona pública y, tras asegurarse de que sus circuitos rúnicos internos estaban listos para evitar un robo, saltó de ella, volviendo a su forma intangible y casi invisible.

Tap se frotó las manos al entrar a la zona reservada para la fiesta, aquel lugar estaba lleno de caras conocidas y una gran cantidad de posibilidades. <<Esto va a ser mejor que cabalgar avispas borrachas>> rio internamente.


Giz

<<Demasiada gente>> fue lo primero que pensó Giz al entrar al garito con sus amigos.  Le gustaba más la relación que tenía con el pub y la casa de los dulces de proveedor que de cliente, pero entendía que, para que su negocio avanzara por la vía más amable, era necesario que se presentara de vez en cuando. Aquella fiesta se lo había puesto bastante fácil. El goliat vestía un poncho gris oscuro, de punto y muy sencillo, con el contorno de un paisaje nevado cosido con tela de un gris más claro.

Al no tener muy claro qué rumbo coger, el goliat decidió seguir a los suyos. Cuando Noel saludó, Giz asintió con la cabeza como para indicar que él también les daba las buenas noches.

—Giz, goliat —se presentó escuetamente.

Seguidamente se dirigió a la barra y aprovechó que la primera consumición era gratis para pedir uno de los licores más caros. Mientras esperaba, escudriñó sin mucha sutileza la amplia variedad de gente que se apegotonaba allí. Con algunos había intercambiado varias palabra, a otros solo los conocía por sus genes y aquello despertó una sonrisa a medias en el goliat. <<Que extraño será hablar con gente cuyo genoma he memorizado antes que sus nombres>>. No tardó en volver a sentarse con el resto del grupo, mientras ordenaba ideas en su cabeza. En todo ese grupo debía de haber alguien que diera una buena conversación, pero tenía que adivinar quién.