Torreón Letargo (Archivo V)
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Rocavarancolia Rol
17 participantes
- Rocavarancolia Rol
Torreón Letargo (Archivo V)
05/08/13, 03:54 am
Recuerdo del primer mensaje :
Este torreón de cuatro plantas está completamente cubierto de enredaderas, por lo que en un inicio es un poco complicado encontrar la puerta, algo más pequeña que en los otros torreones. El puente levadizo suele estar bajado, y da a una franja de tierra que rodea la parte delantera del torreón. Los capullos de las flores, que solo se abren con la Luna Roja, despiden al anochecer una fragancia que atonta y adormece a quien la huele. En el patio tiene suelo de tierra y también está repleto de plantas, en su mayoría secas o raquíticas. En el centro hay una estatua de una ninfa atravesada por cientos de estacas.
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- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
31/08/14, 11:24 pm
La niña se pone contenta al ver que el resto están perfectamente, les echa un rápido vistazo a las cestas y se tranquiliza cuando no observa nada que no sea comestible. Por suerte para ella tanto el chico rubio como la chica de pelo blanco se ponen a preparar la comida. La idrina le pide su nombre y la varmana hace un par de aspavientos con los brazos mientras busca el cuaderno, pasa las páginas rápido y le señala su nombre mientras sonríe.
Pronto hay más calma y la niña se sienta en un sillón para tomarse un pequeño descanso mientras la comida se prepara. Rebusca entre su abrigo y da con sus cosas en los bolsillos, la visión de su cuaderno de dibujo y el pequeño maletín de colores la anima y le arranca una sonrisa. Lo abre y comprueba que cada cosa esté en su sitio, también abre el cuaderno y pasa las páginas viendo los dibujos que tiene. Uno de Gralo dormido en el sofá del salón, otro de su ciudad hecho desde un punto alto, una cascada en el bosque y por supuesto el valle que pintó el día que se fue de Varmania.
Dio marcha atrás y volvió al dibujo de su hermano y quiso que estuviera en aquel momento junto a ella para poder abrazarla como tantas veces había hecho.
Pronto Varsai se distrajo otra vez cuando se puso a buscar en el último bolsillo y sacó su flauta, la niña se quedó contemplando el instrumento preguntándose si al resto les molestaría la música, más tarde les preguntaría si le dejarían tocar de vez en cuando.
Pronto hay más calma y la niña se sienta en un sillón para tomarse un pequeño descanso mientras la comida se prepara. Rebusca entre su abrigo y da con sus cosas en los bolsillos, la visión de su cuaderno de dibujo y el pequeño maletín de colores la anima y le arranca una sonrisa. Lo abre y comprueba que cada cosa esté en su sitio, también abre el cuaderno y pasa las páginas viendo los dibujos que tiene. Uno de Gralo dormido en el sofá del salón, otro de su ciudad hecho desde un punto alto, una cascada en el bosque y por supuesto el valle que pintó el día que se fue de Varmania.
Dio marcha atrás y volvió al dibujo de su hermano y quiso que estuviera en aquel momento junto a ella para poder abrazarla como tantas veces había hecho.
Pronto Varsai se distrajo otra vez cuando se puso a buscar en el último bolsillo y sacó su flauta, la niña se quedó contemplando el instrumento preguntándose si al resto les molestaría la música, más tarde les preguntaría si le dejarían tocar de vez en cuando.
- Aliera W
Ficha de cosechado
Nombre: Sigrún
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, orientación y resistencia
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
01/09/14, 12:26 am
Sigrún se levantó en cuanto apareció el resto del grupo, al completo. Y con comida, que era lo que a él le interesaba. El vikingo, de cuyo nombre aún no estaba seguro, e Irianna se pusieron a cocinar y él no tardó en acercarse a curiosear; era bastante sibarita con la comida además de escrupuloso, y quería asegurarse de que sabían lo que hacían. Al oír que hablaban escuchó sin demasiado interés, pero eso le permitió averiguar el nombre del surfero y que en su mundo los nombres se pronunciaban completos, lo cual le hizo pensar. Había pensado en burlarse del nombre del bomboncito cambiándolo levemente, pero no le interesaba hacer enemigos tan rápido... ya pensaría en ello. En cualquier caso, a Sekkeh Reikayame le llamaría tal cual, al menos hasta que pudiese juzgarlo mejor. No era el rescatador de damiselas que había creído en la fuente.
Ver la comida lo alivió. Si sabía la mitad de bien de lo que prometía, por él podían cocinar ellos. Al ver que el rubiales comenzaba a poner la mesa, él dudó, pues por sabía que los vagos no solían caer bien y no quería que sus compañeros le considerasen así, por lo que comenzó a deambular por el lugar. Llegó a la estancia principal a tiempo de oír a Irianna advertir a la israelí, lo cual le extrañó, pero como no había visto la conversación entre Roaxen y Ruth, no pudo opinar. Finalmente, y sin saber qué hacer, salió al patio después de recoger sus gafas y se apoyó en el pozo, percibiendo que habían subido el puente levadizo, lo cual le tranquilizó. Entre eso y las armas, se sentía más seguro.
Ver la comida lo alivió. Si sabía la mitad de bien de lo que prometía, por él podían cocinar ellos. Al ver que el rubiales comenzaba a poner la mesa, él dudó, pues por sabía que los vagos no solían caer bien y no quería que sus compañeros le considerasen así, por lo que comenzó a deambular por el lugar. Llegó a la estancia principal a tiempo de oír a Irianna advertir a la israelí, lo cual le extrañó, pero como no había visto la conversación entre Roaxen y Ruth, no pudo opinar. Finalmente, y sin saber qué hacer, salió al patio después de recoger sus gafas y se apoyó en el pozo, percibiendo que habían subido el puente levadizo, lo cual le tranquilizó. Entre eso y las armas, se sentía más seguro.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
01/09/14, 01:52 pm
Se pone muy tenso, sus facciones son rígidas y su expresión nula. Me sorprende que conteste, aunque se nota que se lo ha pensado, pero por lo menos no me ha evitado. Tiene intenciones de sobrevivir y regresar a su planeta. >>¿Hará lo necesario para volver?, incluso...¿Sacrificarnos?, no creo que sus niveles de crueldad lleguen a ese extremo. Espero, o me veré obligada a ser yo la que hará todo por llegar a Madrid, todo.<<.
Un pequeño clic suena. Mis ojos se desvían hacia la ballesta que controla su... >>¿Pelo?, ¿Pero qué es eso?, tiene control sobre su cabellera. Sería fascinante si no fuese por que me estaba apuntando, ¿Por coger su sable?. ¿También se considera una falta de respeto?. En fin, al menos lo ha soltado que es lo importante<<.
No le comento nada al respecto, solo me quedo un poco impresionada observando el arma, y no escucho el principio de su última frase. Solo que no dice la verdad absoluta. >>Desde luego, por fin coincidimos en algo, je.<<. Lo último sí que me agrada. >>El grupo es fuerte y si nos ayudamos los unos a los otros puede que sobrevivamos, no todos pero la mayoría, puede.<<
-Es cuestión de cooperar- susurro para mis adentros.
Sus acciones van mejorando por momentos. Ahora se disculpa ante Irianna que a su vez me advierte sobre jugar con armas. Sé con seguridad que lleva doble sentido, asiento sin más, sin querer darle más importancia de la que tiene al asunto. Respecto a las armas yo también necesitaré algunas. Devoss tenía antes una lanza, y Roaxen un sable y una ballestas. Ya escogeré. Ahora no es el momento.
Para hacer tiempo mientras el holandés prepara la mesa y la comida se hace salgo al patio teniendo que abrir un gran portón. Me quito las sandalias para no desgastarlas tan rápido y me siento acomodándome el vestido para que no se me ensucie. Hecho la cabeza hacia atrás en contacto con la fría pared. Cierro los ojos y encojo las rodillas llevándomelas al pecho. Permanezco así largo rato, hasta que el dolor de cabeza disminuye poco a poco desapareciendo por completo. >>Estoy muy a gusto así<<.
Pero un escalofrío me recorre por la espalda al ver tumbas mal construidas a menos de cinco metros de mí. >>Dios santo, aquí ha muerto gente de verdad.<<. Horrorizada pero con curiosidad gateo hasta la más cercana bordeándola e intentando mirar si pone nombre. >>Si lo indica no lo veo, será que estoy cegata, o muy cansada como para ponerme a buscar ahora, y además mi estómago me apremia.<<. Me da por girar la cabeza a la izquierda y le veo. Es él islandés, >>¿Llevaba hay un buen rato o acaba de llegar?, lo desconozco<<. No ha parecido fijarse en las tumbas, está más concentrado en ese extraño pozo que está ahí. >>Otra cosa más que añadir a la lista de misterios del patio de este torreón, junto con la mujer que está atravesada por estacas.<<.
No me gusta ni un pelo el lugar, aunque por muy bonito que lo decoren todo lo odiaré. >>No quiero ser engañada nunca más, ni tampoco que otro extraño algún día se acerque curioso a mi tumba. Nunca<<.
Un pequeño clic suena. Mis ojos se desvían hacia la ballesta que controla su... >>¿Pelo?, ¿Pero qué es eso?, tiene control sobre su cabellera. Sería fascinante si no fuese por que me estaba apuntando, ¿Por coger su sable?. ¿También se considera una falta de respeto?. En fin, al menos lo ha soltado que es lo importante<<.
No le comento nada al respecto, solo me quedo un poco impresionada observando el arma, y no escucho el principio de su última frase. Solo que no dice la verdad absoluta. >>Desde luego, por fin coincidimos en algo, je.<<. Lo último sí que me agrada. >>El grupo es fuerte y si nos ayudamos los unos a los otros puede que sobrevivamos, no todos pero la mayoría, puede.<<
-Es cuestión de cooperar- susurro para mis adentros.
Sus acciones van mejorando por momentos. Ahora se disculpa ante Irianna que a su vez me advierte sobre jugar con armas. Sé con seguridad que lleva doble sentido, asiento sin más, sin querer darle más importancia de la que tiene al asunto. Respecto a las armas yo también necesitaré algunas. Devoss tenía antes una lanza, y Roaxen un sable y una ballestas. Ya escogeré. Ahora no es el momento.
Para hacer tiempo mientras el holandés prepara la mesa y la comida se hace salgo al patio teniendo que abrir un gran portón. Me quito las sandalias para no desgastarlas tan rápido y me siento acomodándome el vestido para que no se me ensucie. Hecho la cabeza hacia atrás en contacto con la fría pared. Cierro los ojos y encojo las rodillas llevándomelas al pecho. Permanezco así largo rato, hasta que el dolor de cabeza disminuye poco a poco desapareciendo por completo. >>Estoy muy a gusto así<<.
Pero un escalofrío me recorre por la espalda al ver tumbas mal construidas a menos de cinco metros de mí. >>Dios santo, aquí ha muerto gente de verdad.<<. Horrorizada pero con curiosidad gateo hasta la más cercana bordeándola e intentando mirar si pone nombre. >>Si lo indica no lo veo, será que estoy cegata, o muy cansada como para ponerme a buscar ahora, y además mi estómago me apremia.<<. Me da por girar la cabeza a la izquierda y le veo. Es él islandés, >>¿Llevaba hay un buen rato o acaba de llegar?, lo desconozco<<. No ha parecido fijarse en las tumbas, está más concentrado en ese extraño pozo que está ahí. >>Otra cosa más que añadir a la lista de misterios del patio de este torreón, junto con la mujer que está atravesada por estacas.<<.
No me gusta ni un pelo el lugar, aunque por muy bonito que lo decoren todo lo odiaré. >>No quiero ser engañada nunca más, ni tampoco que otro extraño algún día se acerque curioso a mi tumba. Nunca<<.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
04/09/14, 04:56 pm
Kimbra volvió al refugio en silencio, reflexionando sobre lo sucedido. Todavía no entendía por qué aquellas cuevas llamadas casas tendrían la necesidad de comer, pero eran tantas las cosas que la confundían en aquel lugar que pensar en una más solo hacía que le doliera la cabeza.
Una vez llegaron al refugio, Kimbra se dedicó a obsérvalo más atentamente de lo que podía haber hecho al principio. La cueva a la que habían llamado edificio estaba camuflada por enredaderas y poseía un huerto en su parte trasera visiblemente desatendido. Kimbra pensó que si se hacía con algunas semillas quizás pudiera ponerlo de nuevo en funcionamiento. “No hay rebaño, pero hay huerto, es mi responsabilidad cuidarlo, es a lo que me dedico.” Se dijo, contenta en cierta manera porque en aquel conjunto de situaciones y elementos confusos hubiera algo conocido para ella.
El interior de aquel refugio era otro cantar. La estancia era similar de paredes, techo y suelo a la estancia en la que se había despertado aquella mañana, pero los objetos que la poblaban volvieron a encender la confusión de la engendro. Había una mesa, bancos excesivamente acolchados, sucesiones de bancos estrechos colocados unos encima de otros, una mesa de cocina de extrañas formas y más de esas pendientes con salientes y entrantes de formas regulares. Kimbra ardía en deseos de saber la utilidad y el nombre de aquellos elementos, pero prefirió esperar a que Irianna se acercara a reanudar su conversación pendiente, como bien había prometido con anterioridad.
Mientras, la engendro se decidió a explorar el edificio puesto que le resultaba del todo curioso que aquella cueva tuviera varios niveles conectados entre sí. En la parte superior encontró otra estancia con algún objeto extraño, que reconoció de inmediato como aquel artefacto volador que les trajo el alimento y Kimbra se preguntó si aquel sería un medio de transporte habitual en la ciudad, cómo se pondría en funcionamiento y cómo podrían sacarlo de ahí puesto que la abertura en la pared no era lo suficientemente amplia. Pensó en la posibilidad de bajar aquel medio de transporte a las estancias inferiores, pero entonces se planteó por qué los anteriores habitantes de aquel refugio habrían subido el artefacto ahí mostrando un comportamiento carente de utilidad. Kimbra decidió guardar aquella información y duda en su mente para consultarla más tarde con la idrina y siguió con su exploración. El resto de estancias tanto en aquella cueva como en las superiores estaban repletas de extraños troncos de madera de formas regulares y aquellas pacas de lana compactas similares a la paca sobre la que se había despertado.
Una vez completada la exploración, volvió al nivel en el que se encontraba el grueso del grupo, dando con Irianna y el chico del pelo trenzado en la cocina. Kimbra los observó apoyada en una pared. Estaban cocinando. Por la ventana no entraba la claridad de la media mañana por lo que la engendro se preguntó por los inusuales horarios de alimentación que estos seres tendrían, por los métodos de preparación que llevarían a cabo y por si podría alimentarse junto a ellos. Cabía la posibilidad de que su dieta fuera distinta a la suya, por lo que ella tendría que alimentarse a parte. Kimbra se preguntó si sería capaz de cocinar para un número menor a diez personas.
Inmediatamente después de la sutil llegada de la Hija de Lunas, hizo aparición en la cocina uno de los chicos, cuyo nombre desconocía, e indicó que había dado con armas y, por lo tanto, pensó Kimbra, con la herrería. La engendro se dispuso a salir en busca de aquella estancia cuando se encontró con una escena que le desagradó. Una de las chicas había robado el arma del tal Roaxen, acto que se le antojó irresponsable y temeraria, pues no parecía conocer el alcance de la fuerza de su contrincante, ya que toda sustracción de un objeto propio era un delito grave, además de impensable. La chica parecía regocijarse en su acto y Kimbra esperó pacientemente a que Roaxen le rebanara la cabeza como cabría esperar. A la engendro se le había enseñado que aquel comportamiento era despreciable, carente de la valentía racial Kievek y solo achacable a los indignos Lynokek. Pero la cabeza de la niña no rodó por el suelo y, aunque Roaxen sostenía un arma de mecanismo y funcionamiento desconocido para ella con el pelo, hecho que volvió a sorprenderla, no hubo ataque ni reclamación. Kimbra enseguida se percató de lo erróneo de su razonamiento. Ninguno de ellos era Kievek ni parecía valorar la propiedad privada de la manera krabelinense.
Kimbra reanudó su camino hacia los niveles inferiores del refugio, donde debería estar la herrería, mientras pensaba que no tenía que haberle sorprendido tanto ni la reacción al robo ni que pudiera hacer uso de su pelo como una extremidad más, pues el dragón en miniatura contaba con alas, al igual que los seres que había visto antes de que el grupo se dividiera. Posiblemente, todos aquellos seres escondían extremidades o habilidades desconocidas para ella.
No tardó en dar con la herrería, la cual le pareció, cuanto menos, pobre. El material era defectuoso o de mala manufactura y no parecía que hubiera herramientas para fabricar armas en toda la estancia, por lo que aunque alguno de ellos conociera el arte de la herrería no les sería posible producir más y mejores instrumentos. Muchas de las armas eran desconocidas para ella, por lo que se limitó a apropiarse del mejor arco que encontró, con un carcaj lleno de flechas a juego, y uno de los machetes más manejables. Kimbra ni siquiera miró el resto de armas, pues no pretendía usar armamento desconocido sin un entrenamiento previo. A Kimbra le resultó extraño tener que utilizar armas que no habían sido fabricadas para ella exclusivamente, puesto que hacía tiempo que había dejado de ser una recién nacida y aquellas armas, claramente, eran comunes de entrenamiento.
Volvió a la cocina sin dejarse notar, con su sus dos nuevas armas a la espalda y se quedó mirando a los que ahí se reunían. Todo era nuevo y diferente para ella, mientras que, según parecía, la mayoría del grupo que se habían reunido estaba familiarizado con la casi el total de los elementos de aquel lugar. Aquella situación resultaba ciertamente frustrante.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
06/09/14, 10:56 pm
Sekk asintió hacia Irianna cuando afirmó que los detalles que había compartido sobre la sociedad idrina eran una historia interesante, dándole la razón sin añadir nada más. Continuó atendiendo la comida mientras Devoss ponía la mesa y la lacustre se acercaba al salón, donde la humana y Roaxen estaban teniendo unas palabras. La acción de la chica del camisón había sido imprudente a ojos del intara, coger el arma de otra persona sin permiso era de muy mal gusto, y buscarle las cosquillas al xolnita era bastante estúpido . El ulterano no sabía como funcionaban las cosas en otros planetas, pero las acciones de algunos de sus compañeros se le antojaban simple falta de sentido común. Iba a ser un año muy largo.
La situación pareció solventarse bastante bien, pues todo quedó dicho en palabras y, con la intervención de la idrina, el ambiente se terminó de suavizar. Para sorpresa de Sekk, aunque se aseguro de no reflejarlo en su rostro, el capellán se disculpó con Irianna por su reacción fuera de lugar y le explicó con más detalle lo que él ya le había contado. En ese punto dejó de prestar atención y se centró en terminar de cocinar, apagando el fuego y dejando que el estofado reposara un poco antes de servirlo. Aún quedaba de preparar el pescado, que ya estaba troceado, pero Irianna no tardó en volver y se puso a trabajar, por lo Sekk decidió comprobar el resto de provisiones. Quedaba bastante comida, pero si las bañeras no aparecían con asiduidad habría que empezar a racionar la comida. Esperaría a mañana para comentarlo con los demás.
Cuando la comida estuvo lista, el ulterano llamó a todos a la mesa, alzando la voz pero cuidándose de no gritar demasiado. Él empezó a comer en silencio, con gesto distante, y apenas participó en la conversación general. En cuanto terminó recogió su plato y volvió a la cocina, empezando a limpiar lo que habían ensuciado para pasar después a terminar la limpieza general del torreón. Sekk tenía ganas de subir al tejado del que les había hablado Devoss, pero lo primero era lo primero, y cuanto antes adecentaran aquel lugar, antes podrían descansar a gusto.
La situación pareció solventarse bastante bien, pues todo quedó dicho en palabras y, con la intervención de la idrina, el ambiente se terminó de suavizar. Para sorpresa de Sekk, aunque se aseguro de no reflejarlo en su rostro, el capellán se disculpó con Irianna por su reacción fuera de lugar y le explicó con más detalle lo que él ya le había contado. En ese punto dejó de prestar atención y se centró en terminar de cocinar, apagando el fuego y dejando que el estofado reposara un poco antes de servirlo. Aún quedaba de preparar el pescado, que ya estaba troceado, pero Irianna no tardó en volver y se puso a trabajar, por lo Sekk decidió comprobar el resto de provisiones. Quedaba bastante comida, pero si las bañeras no aparecían con asiduidad habría que empezar a racionar la comida. Esperaría a mañana para comentarlo con los demás.
Cuando la comida estuvo lista, el ulterano llamó a todos a la mesa, alzando la voz pero cuidándose de no gritar demasiado. Él empezó a comer en silencio, con gesto distante, y apenas participó en la conversación general. En cuanto terminó recogió su plato y volvió a la cocina, empezando a limpiar lo que habían ensuciado para pasar después a terminar la limpieza general del torreón. Sekk tenía ganas de subir al tejado del que les había hablado Devoss, pero lo primero era lo primero, y cuanto antes adecentaran aquel lugar, antes podrían descansar a gusto.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
06/09/14, 11:15 pm
Roaxen Tenvrai
Fue breve pero conciso. No fue del agrado de ninguno de los dos, pero ambos ignoraban el hecho de que tampoco lo habia sido para el otro. Sin embargo, el capellán no se dejó afectar por el alivio y respondió a la idrina con una sonrisa educada.
-Más peligroso seria no tenerlas, me temo. Sobretodo cuando aun no sabemos la magnitud del peligro que corremos.-el picor de los ojos se volvió extremo y el ulterano parpadeó un poco por ello.
Suspiró teatralmente.
-Pero eso no significa que no podamos ponernos cómodos antes de ponernos a trabajar... Si me disculpais...-dijo, para los presentes y volvió al asiento, recogiendo las partes del casco juntas, se lo puso bajo el brazo y se dirigió hacia el baño.
Aunque ya sabia que no habria espejo alguno, si que sabia que tendria privacidad, cosa que no habia podido disfrutar antes en el salón, pero habia sido en parte su culpa, por creer que podria estar cómodo en algún lugar de aquella casa. El ulterano se moria por darse un baño, pero aquella bañera no parecia tener ningun tipo de tuberia o interruptor para que se llenase. Exhasperado, el ulterano procedió a colgar sus bartulos y a quitarse los guantes y luego las lentillas. Fue una tarea algo más complicada por no tener espejo, pero el alivio que sintió al hacerlo fue su recompensa. Guardó sus lentillas en un pequeño compartimento cilindrico plano y entonces, intentó enfocar con la vista y se mareó un poco.
No sabia porque, pero habia esperado que el milagro que habia usado Cordia le hubiera curado lo que le quedaba de hipermetropia, pero estaba visto que no. Sin embargo, sintió curiosidad por saber como estaba su propio cuerpo. Miró hacia la puerta, con cierta sospecha. No le extrañaria que hubiera uno o más xenos espiando. Quiera pensar que lo harian por motivos cientificos, si es que acaso tenian conceptos parecidos a la ciencia, pero por otra parte no podia negar que, al ser el más atractivo del torreón, levantaria más de una mirada, estaba acostumbrado a ello después de todo.
Sin embargo, su privacidad era extremadamente importante para el capellán y no iba a tolerar ser espiado.
Arrugando la nariz y frunciendo el ceño se asomó por la puerta, esperando ver una multitud de espias y, cuando no dió con ellos, se puso a buscarles con la mirada, como si se hubiesen escondido todos en algún lugar.
Volvió al interior del baño y se las ideó para atrancar la puerta. Jadeando, cubierto de sudor, a los tres minutos habia logrado que la puerta no se abriera a la primera de cambios que uno de los xenos intentaria pillarle en sus verguenzas.
Y, entonces, con cierta incomodidad, comenzó a desnudarse. Fue dejando las numerosas capas de prendas junto a las toallas, bien lejos del suelo y se quedo tan solo con los calcetines y la ropa interior puesta. Suspiró al ver su figura. El ulterano era bastante narcisista, pero a la vez tenia cierto complejo con su cuerpo. Era consciente que no tenia demasiado músculo en él y, mientras que aquello no le suponia un problema en la corte, pues tenia a sirvientes y a droides de servicio que se encargaban de las tareas manuales, en aquella ciudad, con tan pobre resistencia y musculatura no duraria demasiado. Aun dudaba de si podria aguantar una campaña con aquel sable sin desgrarrarse los brazos. Lejos de la tecnologia y de la civilización que tanto habia abrazado, el capellán se sentia débil y odiaba aquella sensación.
Pasó a revisar sus heridas. La de la cabeza y la del brazo habian desaparecido. Los huesos de debajo de la piel habian sido soldados y reparados como si nada. Era un insulto llamar milagro a aquello, pero no existia otro termino en su lenguaje para denominarlo así. Si hubiese sido una treta más, aun podria tildarlo de un arte oscura, como aquella que vió en aquellas casas que mostraban visiones horribles. Le hervia la sangre de tan solo recordarlo.
Por otra parte, el xolnita era consciente del olor corporal de su cuerpo. Quizás el resto de xenos con sus sistemas olfativos primitivos no eran capaz de detectarlo debajo de las capas de perfume que aun llevaba puesto el capellán, pero este podia oler su propio sudor a una milla. No era un olor demasiado nocivo, pero para el capellán era insultante ir desprendiendo aquel icor. Vió en el mismo baño jabón. Lo cogió con cierta reticencia, usando su pelo y se lo llevó a la nariz. No olia exactamente mal, pero tampoco era un olor que agradase al capellán. Arrugó la nariz y devolvió el jabón a su sitio.
Su pelo, normalmente brillante y sedoso estaba, a ojos del xolnita, extremadamente desordenado y maloliente. Mientras que de preguntar a mucha gente (ulteranos incluidos) bien podia parecer que acababa de salir de una peluqueria. Pero era incapaz de conformarse con eso. El capellán debia ser perfecto. Debia aspirar a serlo. Lidiar con algo inferior a la perfección era completamente inaceptable.
Quiera darse un baño cuanto antes.
Fue breve pero conciso. No fue del agrado de ninguno de los dos, pero ambos ignoraban el hecho de que tampoco lo habia sido para el otro. Sin embargo, el capellán no se dejó afectar por el alivio y respondió a la idrina con una sonrisa educada.
-Más peligroso seria no tenerlas, me temo. Sobretodo cuando aun no sabemos la magnitud del peligro que corremos.-el picor de los ojos se volvió extremo y el ulterano parpadeó un poco por ello.
Suspiró teatralmente.
-Pero eso no significa que no podamos ponernos cómodos antes de ponernos a trabajar... Si me disculpais...-dijo, para los presentes y volvió al asiento, recogiendo las partes del casco juntas, se lo puso bajo el brazo y se dirigió hacia el baño.
Aunque ya sabia que no habria espejo alguno, si que sabia que tendria privacidad, cosa que no habia podido disfrutar antes en el salón, pero habia sido en parte su culpa, por creer que podria estar cómodo en algún lugar de aquella casa. El ulterano se moria por darse un baño, pero aquella bañera no parecia tener ningun tipo de tuberia o interruptor para que se llenase. Exhasperado, el ulterano procedió a colgar sus bartulos y a quitarse los guantes y luego las lentillas. Fue una tarea algo más complicada por no tener espejo, pero el alivio que sintió al hacerlo fue su recompensa. Guardó sus lentillas en un pequeño compartimento cilindrico plano y entonces, intentó enfocar con la vista y se mareó un poco.
No sabia porque, pero habia esperado que el milagro que habia usado Cordia le hubiera curado lo que le quedaba de hipermetropia, pero estaba visto que no. Sin embargo, sintió curiosidad por saber como estaba su propio cuerpo. Miró hacia la puerta, con cierta sospecha. No le extrañaria que hubiera uno o más xenos espiando. Quiera pensar que lo harian por motivos cientificos, si es que acaso tenian conceptos parecidos a la ciencia, pero por otra parte no podia negar que, al ser el más atractivo del torreón, levantaria más de una mirada, estaba acostumbrado a ello después de todo.
Sin embargo, su privacidad era extremadamente importante para el capellán y no iba a tolerar ser espiado.
Arrugando la nariz y frunciendo el ceño se asomó por la puerta, esperando ver una multitud de espias y, cuando no dió con ellos, se puso a buscarles con la mirada, como si se hubiesen escondido todos en algún lugar.
Cogito Ergo Sum escribió:♚ Aviesos xenoides... Nunca aprenderán...
Volvió al interior del baño y se las ideó para atrancar la puerta. Jadeando, cubierto de sudor, a los tres minutos habia logrado que la puerta no se abriera a la primera de cambios que uno de los xenos intentaria pillarle en sus verguenzas.
Y, entonces, con cierta incomodidad, comenzó a desnudarse. Fue dejando las numerosas capas de prendas junto a las toallas, bien lejos del suelo y se quedo tan solo con los calcetines y la ropa interior puesta. Suspiró al ver su figura. El ulterano era bastante narcisista, pero a la vez tenia cierto complejo con su cuerpo. Era consciente que no tenia demasiado músculo en él y, mientras que aquello no le suponia un problema en la corte, pues tenia a sirvientes y a droides de servicio que se encargaban de las tareas manuales, en aquella ciudad, con tan pobre resistencia y musculatura no duraria demasiado. Aun dudaba de si podria aguantar una campaña con aquel sable sin desgrarrarse los brazos. Lejos de la tecnologia y de la civilización que tanto habia abrazado, el capellán se sentia débil y odiaba aquella sensación.
Pasó a revisar sus heridas. La de la cabeza y la del brazo habian desaparecido. Los huesos de debajo de la piel habian sido soldados y reparados como si nada. Era un insulto llamar milagro a aquello, pero no existia otro termino en su lenguaje para denominarlo así. Si hubiese sido una treta más, aun podria tildarlo de un arte oscura, como aquella que vió en aquellas casas que mostraban visiones horribles. Le hervia la sangre de tan solo recordarlo.
Por otra parte, el xolnita era consciente del olor corporal de su cuerpo. Quizás el resto de xenos con sus sistemas olfativos primitivos no eran capaz de detectarlo debajo de las capas de perfume que aun llevaba puesto el capellán, pero este podia oler su propio sudor a una milla. No era un olor demasiado nocivo, pero para el capellán era insultante ir desprendiendo aquel icor. Vió en el mismo baño jabón. Lo cogió con cierta reticencia, usando su pelo y se lo llevó a la nariz. No olia exactamente mal, pero tampoco era un olor que agradase al capellán. Arrugó la nariz y devolvió el jabón a su sitio.
Su pelo, normalmente brillante y sedoso estaba, a ojos del xolnita, extremadamente desordenado y maloliente. Mientras que de preguntar a mucha gente (ulteranos incluidos) bien podia parecer que acababa de salir de una peluqueria. Pero era incapaz de conformarse con eso. El capellán debia ser perfecto. Debia aspirar a serlo. Lidiar con algo inferior a la perfección era completamente inaceptable.
Quiera darse un baño cuanto antes.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
06/09/14, 11:35 pm
Realizó el resto del trabajo diligentemente, volviendo a encerrarse un tanto en sí misma. Había demasiada gente en aquel momento en la planta baja y prefirió concentrarse en que el pescado se hiciese bien. Pudo ver a Kimbra regresar desde la planta baja y le indicó a ella y a los que se encontraban cerca que podían ir sentándose pues pronto servirían el primer plato.
Una vez las ollas ya humeaban sobre la mesa y todos excepto Roaxen se encontraban sentados a su alrededor, la idrina pregunto a los que habían llegado más tarde si lo habían visto. Tras recibir una respuesta negativa, anunció que iría a buscarlo y ascendió por las escaleras hacia el piso superior. Era todavía la primera vez que accedía a aquella planta, pero no era el momento para explorarla. A simple vista parecía que el ulterano tampoco se encontraba por allí, por lo que Irianna supuso que todavía no debía de haber terminado de bañarse, pues sin duda ese había sido el propósito de los cubos de agua que le había visto subir con evidente esfuerzo mientras cocinaban.
La idrina no sabía dónde se encontraba el baño, pero no fue difícil dar con él ya que no había demasiados cuartos en la planta y tan solo había una puerta cerrada.
—Roaxen Tenvrai, ¿estás ahí? —Llamó tentativamente cerca de la puerta, alzando la voz lo justo para asegurarse de que el pelimorado la oiría—. Estamos a punto de empezar a comer, se enfriará si tardas mucho.
A pesar de que el ulterano no era en absoluto de su agrado, consideró lo más adecuado al menos ponerle al corriente. Además habían hecho comida suficiente para todos y sería un desperdicio si no se la comían mientras todavía estaba caliente. No sabían siquiera cuánto iban a tener que racionar aquellas provisiones.
Una vez las ollas ya humeaban sobre la mesa y todos excepto Roaxen se encontraban sentados a su alrededor, la idrina pregunto a los que habían llegado más tarde si lo habían visto. Tras recibir una respuesta negativa, anunció que iría a buscarlo y ascendió por las escaleras hacia el piso superior. Era todavía la primera vez que accedía a aquella planta, pero no era el momento para explorarla. A simple vista parecía que el ulterano tampoco se encontraba por allí, por lo que Irianna supuso que todavía no debía de haber terminado de bañarse, pues sin duda ese había sido el propósito de los cubos de agua que le había visto subir con evidente esfuerzo mientras cocinaban.
La idrina no sabía dónde se encontraba el baño, pero no fue difícil dar con él ya que no había demasiados cuartos en la planta y tan solo había una puerta cerrada.
—Roaxen Tenvrai, ¿estás ahí? —Llamó tentativamente cerca de la puerta, alzando la voz lo justo para asegurarse de que el pelimorado la oiría—. Estamos a punto de empezar a comer, se enfriará si tardas mucho.
A pesar de que el ulterano no era en absoluto de su agrado, consideró lo más adecuado al menos ponerle al corriente. Además habían hecho comida suficiente para todos y sería un desperdicio si no se la comían mientras todavía estaba caliente. No sabían siquiera cuánto iban a tener que racionar aquellas provisiones.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
07/09/14, 12:26 am
Roaxen Tenvrai
El único endiablado sistema que habia en aquel refugio para bañarse era, aparentemente, con agua de un pozo, subiendola en cubos y vaciandola en la bañera. Lejos detan solo quedarse horrorizado por la idea, mil problemas surgieron al capellán. El primero de ellos, que habia que hacer viajes cargado de cubos. Cubos bastante pesados. Roaxen Tenvrai tuvo que empaparse aún más en su propio sudor antes de lograr tener la bañera lista. Y entonces surgió el segundo problema, aquel agua, aparte de no saber si era potable o si estaba filtrada adecuadamente, era tambien transparente y aquello le daba muy poca confianza. Sin embargo, como el agua de la fuente, no parecia tener ningun veneno.
Lo que todavia dudaba era de si contenia un maleficio como el de la fuente. Metio la mano desnuda unos instantes y tuvo que contener la voz para no chillar de sorpresa.
Quizás su propia cabilación fue la que acabó ganando aquel debate. Sin embargo, se metió poco a poco, sufriendo por cada centímetro de su piel que sumergia en el agua hasta finalmente sentarse en aquella suerte de barrica que hacia las veces de bañera. Pasaron unos minutos, y el ulterano ya se habia sumido en su tarea de limpieza, frotando el jabón por su cuerpo y cuidando y limpiando su pelo con especial delicadeza, se dió cuenta que le faltaban manos, normalmente asistido por criados, en terminar y para cuando se dió cuenta, ya llevaba un buen rato dentro.
La voz de Irianna al otro lado de la puerta le sobresaltó de tal manera que sacó medio cuerpo de la bañera, con tal de esconderse detrás de esta, por si la idrina intentaba entrar que no le pillase desnudo al descubierto.
Pero se calmó cuando se dió cuenta que la puerta estaba atrancada y que la idrina no habia hecho si quiera intento de entrar. Parecia que venia a avisarle de que se habia preparado una comida. El ulterano alzó una ceja. Sin duda, era una buena idea, una idea útil, a ojos del grupo, pero no una idea de la cual el ulterano estaba muy interesado.
Su estómago rugió por lo bajo, como pidiendole que dejase su orgullo a un lado y aceptase lo que fuera que le ofreciesen para comer, pues llevaba dos dias enteros sin probar bocado, pero la cabezoneria del xolnita se mostró superior.
-Ahora mismo me estoy bañando, Irianna.-informó, sin más.-Pero no habeis de esperarme, pues no me uniré a la comida con vosotros. No dispongo de deseo alguno de comer, no al menos por ahora. Aun hay demasiadas cosas en mi mente para empiece a pensar en comida...-le informó a la idrina.
Quizás la mala suerte quiso que su estómago rugiese fuertemente al terminar de decir aquello, lo suficientemente fuerte como para que la idrina lo escuchase al otro lado de la puerta.
El ulterano, cerca de sonrojarse, se defendió cambiando de opinion lo más dignamente que pudo.
-Quizás... Quizás baje después de bañarme. Gracias por avisarme, Irianna. -se limitó a decir y, tras aquello, cayó en silencio total, siguiendo su enjuage y limpieza metódica.
El único endiablado sistema que habia en aquel refugio para bañarse era, aparentemente, con agua de un pozo, subiendola en cubos y vaciandola en la bañera. Lejos detan solo quedarse horrorizado por la idea, mil problemas surgieron al capellán. El primero de ellos, que habia que hacer viajes cargado de cubos. Cubos bastante pesados. Roaxen Tenvrai tuvo que empaparse aún más en su propio sudor antes de lograr tener la bañera lista. Y entonces surgió el segundo problema, aquel agua, aparte de no saber si era potable o si estaba filtrada adecuadamente, era tambien transparente y aquello le daba muy poca confianza. Sin embargo, como el agua de la fuente, no parecia tener ningun veneno.
Lo que todavia dudaba era de si contenia un maleficio como el de la fuente. Metio la mano desnuda unos instantes y tuvo que contener la voz para no chillar de sorpresa.
Cogito Ergo Sum escribió:♚ ¡Este agua... ¡Está helada! ¡Qué verguenza! ¡Como si uno se estuviera bañando en lo salvaje! Espera, calma, Roaxen Tenvrai. Desciendes de una civilización que luchó con la mordedura del granizo y los golpes de las ventiscas. ¿Qué dirian tus antepasados al reaccionar así ante un poco de agua fría? Y transparente...
Quizás su propia cabilación fue la que acabó ganando aquel debate. Sin embargo, se metió poco a poco, sufriendo por cada centímetro de su piel que sumergia en el agua hasta finalmente sentarse en aquella suerte de barrica que hacia las veces de bañera. Pasaron unos minutos, y el ulterano ya se habia sumido en su tarea de limpieza, frotando el jabón por su cuerpo y cuidando y limpiando su pelo con especial delicadeza, se dió cuenta que le faltaban manos, normalmente asistido por criados, en terminar y para cuando se dió cuenta, ya llevaba un buen rato dentro.
La voz de Irianna al otro lado de la puerta le sobresaltó de tal manera que sacó medio cuerpo de la bañera, con tal de esconderse detrás de esta, por si la idrina intentaba entrar que no le pillase desnudo al descubierto.
Pero se calmó cuando se dió cuenta que la puerta estaba atrancada y que la idrina no habia hecho si quiera intento de entrar. Parecia que venia a avisarle de que se habia preparado una comida. El ulterano alzó una ceja. Sin duda, era una buena idea, una idea útil, a ojos del grupo, pero no una idea de la cual el ulterano estaba muy interesado.
Cogito Ergo Sum escribió:♚ ¿Sentarme a comer comida del pueblo con un monton de xenoides extraños? Lo siento, pero no. Bastante humillación he sufrido ya.
Su estómago rugió por lo bajo, como pidiendole que dejase su orgullo a un lado y aceptase lo que fuera que le ofreciesen para comer, pues llevaba dos dias enteros sin probar bocado, pero la cabezoneria del xolnita se mostró superior.
-Ahora mismo me estoy bañando, Irianna.-informó, sin más.-Pero no habeis de esperarme, pues no me uniré a la comida con vosotros. No dispongo de deseo alguno de comer, no al menos por ahora. Aun hay demasiadas cosas en mi mente para empiece a pensar en comida...-le informó a la idrina.
Quizás la mala suerte quiso que su estómago rugiese fuertemente al terminar de decir aquello, lo suficientemente fuerte como para que la idrina lo escuchase al otro lado de la puerta.
El ulterano, cerca de sonrojarse, se defendió cambiando de opinion lo más dignamente que pudo.
-Quizás... Quizás baje después de bañarme. Gracias por avisarme, Irianna. -se limitó a decir y, tras aquello, cayó en silencio total, siguiendo su enjuage y limpieza metódica.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
07/09/14, 12:44 am
Suspiró imperceptiblemente con cansancio al recibir la respuesta de Roaxen, sin molestarse en contener su expresión ya que su interlocutor no podía verla ni había nadie más en aquella planta. Estaba a punto de responder un “como quieras” y darse la vuelta para irse cuando el sonoro rugido del estómago del ulterano hizo su particular aporte a la conversación. La idrina contuvo una risa y se limitó a sonreír levemente, cubriéndose la boca con una mano por inercia.
—Muy bien —le respondió entonces mientras comenzaba a caminar de vuelta a las escaleras—. Pero te aconsejaría no llegar tarde a futuras comidas, no creo que te apetezca comer siempre frío.
Porque estaba claro que si alguien pretendía malgastar leña para calentarse el plato que había dejado enfriar por no encontrarse presente en la cocina cuando debía, ella sería la primera en negarse.
Cuando regresó a la cocina se sentó en su sitio, entre Kimbra y Ruth, y les comunicó las palabras del pelimorado.
—Dejadle su ración en la olla, si tiene suerte todavía podrá comerla templada —les dijo mientras se acomodaba en la silla para comenzar a comer.
Esperaba que el grupo apreciase el esfuerzo que ella y Sekkeh habían llevado a cabo. Por su parte le comunicó al ulterano su aprobación al plato que había sido preparado por él.
—Muy bien —le respondió entonces mientras comenzaba a caminar de vuelta a las escaleras—. Pero te aconsejaría no llegar tarde a futuras comidas, no creo que te apetezca comer siempre frío.
Porque estaba claro que si alguien pretendía malgastar leña para calentarse el plato que había dejado enfriar por no encontrarse presente en la cocina cuando debía, ella sería la primera en negarse.
Cuando regresó a la cocina se sentó en su sitio, entre Kimbra y Ruth, y les comunicó las palabras del pelimorado.
—Dejadle su ración en la olla, si tiene suerte todavía podrá comerla templada —les dijo mientras se acomodaba en la silla para comenzar a comer.
Esperaba que el grupo apreciase el esfuerzo que ella y Sekkeh habían llevado a cabo. Por su parte le comunicó al ulterano su aprobación al plato que había sido preparado por él.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
07/09/14, 07:20 pm
En el torreón flotaba un buen olor procedente de la cocina y la varmana no pudo impedir que sus tripas protestasen de hambre. Compuso una expresión de disculpa por si alguien lo había oído y esperó con impaciencia la comida. Pronto ésta estuvo en la mesa y rápidamente Varsai se sentó en una silla preparada para comer. Sin embargo hubo un contratiempo faltaba el chico de pelo rosa, al parecer estaba tomando un baño pero la pequeña ni se había enterado.
Con desgana dejó los cubiertos en la mesa y esperó a que llegase, sus padres le habían inculcado desde pequeña que era de buena educación esperar a la gente para comer, a no ser que no pudiesen por alguna razón ajena. Con el hambre que tenía no le gustaba demasiado la idea y se pudo notar en su cara, al poco apareció Irianna excusando al ulterano y Varsai dio un par de palmadas contenta por poder empezar.
La niña comió con avidez aunque en todo momento respetó los modales en la mesa. Al acabar pensó darle un beso en la mejilla a los cocineros como hacía con Nete pero se dio cuenta de que quizá se sintiesen incómodos si lo hacía así que optó por otra cosa.
"Gracias por la comida.
Estaba muy bueno.
Y una sonrisa de acompañamiento. Se estiró un poco y salió al patio para recoger agua para seguir limpiando, esta vez las habitaciones. Mientras se movía el cascabel tintineaba al ritmo.
Con desgana dejó los cubiertos en la mesa y esperó a que llegase, sus padres le habían inculcado desde pequeña que era de buena educación esperar a la gente para comer, a no ser que no pudiesen por alguna razón ajena. Con el hambre que tenía no le gustaba demasiado la idea y se pudo notar en su cara, al poco apareció Irianna excusando al ulterano y Varsai dio un par de palmadas contenta por poder empezar.
La niña comió con avidez aunque en todo momento respetó los modales en la mesa. Al acabar pensó darle un beso en la mejilla a los cocineros como hacía con Nete pero se dio cuenta de que quizá se sintiesen incómodos si lo hacía así que optó por otra cosa.
"Gracias por la comida.
Estaba muy bueno.
Y una sonrisa de acompañamiento. Se estiró un poco y salió al patio para recoger agua para seguir limpiando, esta vez las habitaciones. Mientras se movía el cascabel tintineaba al ritmo.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
07/09/14, 11:33 pm
>> ¡Comidaaa!<< Pienso instintivamente al oler el aroma de la comida, Roaxen está duchándose según Irianna, pues vale, con suerte se perderá la comida.... Esta se sienta al lado de Ruth y la chica de un ojo de cada color, debo preguntarle su nombre algún día... Me siento en una silla vacía que hay, ni me molesto en ver si hay alguien a mi lado.
Empiezo a comer ligeramente, obedeciendo instantáneamente a mi estómago, es reconfortante llenar la tripa en circunstancias tan difíciles de sobrevivir, lo malo será cuando se acabe.
Mientras como me acuerdo de mi padre,cuando volvía de la guerra siempre me decía cosas como: -Es cierto que es dura la guerra, pero lo más difícil no es luchar siempre, a veces lo peor es lo que viene después: hambre, heridos, muertos, gente que hay que dejar atrás..... Y no creas que matar es fácil, hijo, es el crimen mayor cometido por el hombre, por eso me gustaría que no fueras como yo algún día. Puedes ser cirujano, abogado, algo que no te obligue a dejar a tu familia atrás ¿Comprendes?-.
Siento que voy a estallar de pura tristeza, si el estuviera aquí.... todos estaríamos más a salvos de lo que estamos. Una lágrima se desliza por mis mejillas, velozmente me levanto sin terminar de comer y me voy a una habitación.
A pesar de lo que me enseñó, de las veces que entrenamos juntos... estoy demasiado confuso como para pensar pero intento despejar la mente, debo volver a mi hogar, demostrarle a mi padre que estoy a la altura de la situación, antes de que me raptaran el se fue de casa otra vez, ahora estará por allí luchando o incluso ya muerto. Algo tengo claro, ni quiero morir aquí, ni quiero volver a casa para encontrarme con la tragedia que llevo esperando desde pequeño: la muerte de mi padre.
Así que afortunadamente me despejo la mente y ayudo a Varsai al verla con un cubo de agua.
-Te ayudo-. Digo secamente mientras me quito la última lágrima, con furia insoportable por llorar en estos momentos.
Le enseñaré a Rocavarancolia con qué holandés se está metiendo...
Empiezo a comer ligeramente, obedeciendo instantáneamente a mi estómago, es reconfortante llenar la tripa en circunstancias tan difíciles de sobrevivir, lo malo será cuando se acabe.
Mientras como me acuerdo de mi padre,cuando volvía de la guerra siempre me decía cosas como: -Es cierto que es dura la guerra, pero lo más difícil no es luchar siempre, a veces lo peor es lo que viene después: hambre, heridos, muertos, gente que hay que dejar atrás..... Y no creas que matar es fácil, hijo, es el crimen mayor cometido por el hombre, por eso me gustaría que no fueras como yo algún día. Puedes ser cirujano, abogado, algo que no te obligue a dejar a tu familia atrás ¿Comprendes?-.
Siento que voy a estallar de pura tristeza, si el estuviera aquí.... todos estaríamos más a salvos de lo que estamos. Una lágrima se desliza por mis mejillas, velozmente me levanto sin terminar de comer y me voy a una habitación.
A pesar de lo que me enseñó, de las veces que entrenamos juntos... estoy demasiado confuso como para pensar pero intento despejar la mente, debo volver a mi hogar, demostrarle a mi padre que estoy a la altura de la situación, antes de que me raptaran el se fue de casa otra vez, ahora estará por allí luchando o incluso ya muerto. Algo tengo claro, ni quiero morir aquí, ni quiero volver a casa para encontrarme con la tragedia que llevo esperando desde pequeño: la muerte de mi padre.
Así que afortunadamente me despejo la mente y ayudo a Varsai al verla con un cubo de agua.
-Te ayudo-. Digo secamente mientras me quito la última lágrima, con furia insoportable por llorar en estos momentos.
Le enseñaré a Rocavarancolia con qué holandés se está metiendo...
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
08/09/14, 12:32 am
Alisándome el vestido me incorporo, doy varios pasos lentos sintiendo el frío en las plantas de mis pies, me acerco al pozo sin intención ninguna de intercambiar palabras con él. Solo ver mi reflejo, me gusta observarme.
>>Vaya tampoco estoy tan mal<<. El pelo está un poco revuelto por la parte del flequillo y no presento buen aspecto, más bien agotamiento en mis ojos y mirada.
Sonrío levemente sin alzar la vista, me quedo inmóvil contemplándome un buen rato. Sin parpadear a penas. Parezco ver a mi madre en la cristalina agua del pozo, un fantasma que me sonríe desde el otro lado, los mismos rasgos, la misma amargura que lucía siempre en Madrid. >>Mamá...<<.
Ni siquiera pude despedirme de ella. Fue todo tan rápido... . Aún recuerdo sus regañinas por mis duros entrenamientos. Que comiera mucho aunque no hubiese comida es lo que me decía. >>Espero que me resuelvas esa duda algún día, como comer sin tener.<<. Estaría orgullosa de haberme visto enfrentarme así antes a Imre, ella siempre quería que hablásemos o discutiésemos de los problemas, en vez de callarlos y sufrirlos en silencio.>>Eso haré, igual que tú<<.
Introduzco el dedo corazón de mi mano derecha en el agua, y hago espirales distorsionando así la imagen reflejada. >>No es mi madre, soy yo, Ruth, aún falta mucho para encontrarnos mamá. Trataré de que así sea<<.
Me enjuago la cara después de comprobar que el agua no es peligrosa. Al contrario, es lo más reconfortante que he encontrado hasta ahora.
Escucho la llamada de Irianna, la comida nos apremia.
Por un momento todo es incómodo, el silencio lo provoca, tampoco Sigrún ha abierto palabra desde el baúl de ropa. >>No soy la única silenciosa.<<. Hago un rápido movimiento de cabeza indicando la puerta y atravieso esta misma con ilusión de poder por fin comer. Hecho una última mirada fugaz a atrás comprobando que me sigue.
Los platos ya están en la mesa. El olor a comida inunda mis fosas nasales y se introduce en mi estómago haciéndolo revolverse de hambre. Me sitúo en una silla cualquiera, al lado de Irianna y en frente del holandés, Devoss.
Agarro el plato con desconfianza, >>Después de todo no puedo comer así como así, sin prevenir primero<<. Puede parecer un poco cruel pero me fijo en Varsai, contemplo con disimulo como se lleva la comida a la boca y la mastica. No le ocurre nada. >>Bien, es decente<<.
Aprovecho cuando Irianna se marcha al buscar a Roaxen para estrenar mi primer bocado. Contengo la mueca de felicidad al gustarme el sabor. Lo retengo en el lado lateral de la boca por si acaso, pero no puedo resistirme a acabarme el plato con ansias en un santiamén. Tragando velozmente con expresión seria como si fuesen a robarme el plato.
Irianna vuelve con información. >>Bueno que se quede arriba, él sabrá lo que hace. Aunque en parte le envidio, a mí también me gustaría tener un momento de privacidad. Luego<<.
Una vez satisfecha y con la barriga llena les agradezco el esfuerzo y el resultado:
-Muy bueno, grac...-las muecas de tristeza de Devvos me frenan, >>¿Qué le pasa?, supongo que él también echará de menos a su familia<<. Casi me acerco a preguntarle pero se va a ayudar a Varsai olvidando ese momento de debilidad que solo yo he podido descubrir.
Como no tengo otra cosa que hacer vuelvo al trabajo limpiando así los platos usados con bastante esfuerzo, resfregando con fuerza y decisión. >>Pagando la ira con Rocavarancolia, ja, tranquila Ruth. Los platos no te han echo nada de momento. Quién sabe, viniendo de este lugar me espero cualquier cosa. Como que estén embrujados o algo así. Quítate esas cosas de la cabeza idiota.<<
>>Vaya tampoco estoy tan mal<<. El pelo está un poco revuelto por la parte del flequillo y no presento buen aspecto, más bien agotamiento en mis ojos y mirada.
Sonrío levemente sin alzar la vista, me quedo inmóvil contemplándome un buen rato. Sin parpadear a penas. Parezco ver a mi madre en la cristalina agua del pozo, un fantasma que me sonríe desde el otro lado, los mismos rasgos, la misma amargura que lucía siempre en Madrid. >>Mamá...<<.
Ni siquiera pude despedirme de ella. Fue todo tan rápido... . Aún recuerdo sus regañinas por mis duros entrenamientos. Que comiera mucho aunque no hubiese comida es lo que me decía. >>Espero que me resuelvas esa duda algún día, como comer sin tener.<<. Estaría orgullosa de haberme visto enfrentarme así antes a Imre, ella siempre quería que hablásemos o discutiésemos de los problemas, en vez de callarlos y sufrirlos en silencio.>>Eso haré, igual que tú<<.
Introduzco el dedo corazón de mi mano derecha en el agua, y hago espirales distorsionando así la imagen reflejada. >>No es mi madre, soy yo, Ruth, aún falta mucho para encontrarnos mamá. Trataré de que así sea<<.
Me enjuago la cara después de comprobar que el agua no es peligrosa. Al contrario, es lo más reconfortante que he encontrado hasta ahora.
Escucho la llamada de Irianna, la comida nos apremia.
Por un momento todo es incómodo, el silencio lo provoca, tampoco Sigrún ha abierto palabra desde el baúl de ropa. >>No soy la única silenciosa.<<. Hago un rápido movimiento de cabeza indicando la puerta y atravieso esta misma con ilusión de poder por fin comer. Hecho una última mirada fugaz a atrás comprobando que me sigue.
Los platos ya están en la mesa. El olor a comida inunda mis fosas nasales y se introduce en mi estómago haciéndolo revolverse de hambre. Me sitúo en una silla cualquiera, al lado de Irianna y en frente del holandés, Devoss.
Agarro el plato con desconfianza, >>Después de todo no puedo comer así como así, sin prevenir primero<<. Puede parecer un poco cruel pero me fijo en Varsai, contemplo con disimulo como se lleva la comida a la boca y la mastica. No le ocurre nada. >>Bien, es decente<<.
Aprovecho cuando Irianna se marcha al buscar a Roaxen para estrenar mi primer bocado. Contengo la mueca de felicidad al gustarme el sabor. Lo retengo en el lado lateral de la boca por si acaso, pero no puedo resistirme a acabarme el plato con ansias en un santiamén. Tragando velozmente con expresión seria como si fuesen a robarme el plato.
Irianna vuelve con información. >>Bueno que se quede arriba, él sabrá lo que hace. Aunque en parte le envidio, a mí también me gustaría tener un momento de privacidad. Luego<<.
Una vez satisfecha y con la barriga llena les agradezco el esfuerzo y el resultado:
-Muy bueno, grac...-las muecas de tristeza de Devvos me frenan, >>¿Qué le pasa?, supongo que él también echará de menos a su familia<<. Casi me acerco a preguntarle pero se va a ayudar a Varsai olvidando ese momento de debilidad que solo yo he podido descubrir.
Como no tengo otra cosa que hacer vuelvo al trabajo limpiando así los platos usados con bastante esfuerzo, resfregando con fuerza y decisión. >>Pagando la ira con Rocavarancolia, ja, tranquila Ruth. Los platos no te han echo nada de momento. Quién sabe, viniendo de este lugar me espero cualquier cosa. Como que estén embrujados o algo así. Quítate esas cosas de la cabeza idiota.<<
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
08/09/14, 07:06 pm
Roaxen Tenvrai
Maldiciendo sus funciones vitales en voz alta, el ulterano volvio a centrarse en su aseado. El agua fria habia acabado por calarle y hasta podia sentirse cómodo en aquella bañera. Una vez pasado algo más de cuarto de hora, el ulterano se dió por satisfecho, viendo que poco más podia hacer él por su higiene.
Salió, se secó el cuerpo y se puso a recoger el baño. Se recogió el pelo con una toalla, formando una suerte de turbante abultado y, casi media hora después de haber recibido la visita de la idrina, salió vestido de nuevo, con la diferencia del turbante y de las gafas que ya habia limpiado y colocado sobre el puente de su nariz.
Y entonces bajó, sin demostrar demasiada prisa, casi con parsimonia, pues no queria parecer tan hambriento como lo estaba y, por otra parte, avasallado por un terrible sentimiento de verguenza.
Se dirigió a la cocina y contempló la olla.
Se quedó contemplando la olla un rato. Casi habia perdido todo el calor.
Con un gran cucharón se sirvió una cantidad minuscula en un plato.
Cogiendo una cuchara más pequeña, se lo llevó todo a la mesa y se sentó, contemplando el plato y la minuscula cantidad servida.
Habiendo concluido de que se trataba, el ulterano le rugia el estómago. Queria pensar que no seria comestible. Deseaba que no lo fuera, asi no tendria que tolerar más aquella indignante verguenza ominiosa. Hundio la cucharra en la ración y la separó del plato. Con el rostro compungido en una expresión de asco, lo contempló mientras lo acercaba lentamente a su cara. No era que no pareciese comestible. Era más bien que no creia que lo fuera, aun a pesar de su apariencia.
Miró a todos lados, esperando a algún xenoide espiandole mientras comia, como si fuera una señal de que lo habian envenenado, pero al no hallar a nadie, se sintió incómodo, en vez de como seria lo normal. Preferiria que estuviera envenenado.
-Comida de la plebe...-susurró con exhasperación.
Y, entonces, muy lenta y dolorosamente, se lo introdujo en la boca y cerró los ojos para saborearlo. Quizás, de haberlo planteado desde otro punto de vista, al ulterano le habria gustado el sabor. Pero en aquel caso, no podia ni queria aceptar el sabor. Pero se conformó con que no sabia especialmente raro y que, de hecho era comestible. Y entonces sus instintos hicieron el resto. Tras acabarse la ración, volvió a la cocina y se sirvió en el mismo plato una ración considerablemente más grande y volvió a ocupar su asiento. Sin impás alguno, se terminó el plato al cabo de un rato.
Comia sin voracidad en sus formas y en sus gesto, pero sin duda se notaba que habia pasado hambre. Eso era algo que aunque años de entrenamiento de modales y otras tantas enseñanzas no eran capaz de ocultar del todo.
Cuando terminó, recogió todo con pulcro espíritu y se limpió tambien a si mismo, como a los dientes, uno por uno, aunque algunos amenazaban con caerse durante las siguientes horas. Era una costumbre no tenia intención de perder.
No fue sino entonces cuando se quitó el turbante. Su pelo se estiró, por fin libre y brillante de nuevo habiendo recibido todos los cuidados que su dueño podia permitirsele. Se sentó en el sillón y retomó la tarea de trenzarselo de nuevo. Trenzaba con la habilidad de una tricotadora veterana, pero mientras lo hacia su mente parecia en otro sitio. Más de una vez se despistó y tuvo que reacer la trenza completamente. Y así pasó casi otro cuarto de hora.
El movimiento dentro del torreón parecia indicar que estaban limpiando lo que quedaba. Bufó por lo bajo. Teniendo en cuenta el trabajo que habia visto hecho por los xenoides sabia que él mismo tendria que seguir sus pasos a arreglar lo que su incompetencia dejaba como "limpio".
Se levantó del asiento y empujó el puente de sus gafas contra el entrecejo. Cogió la misma escoba que antes habia usado y subió por las escaleras, retomando el trabajo de limpieza con más energias, evitando siempre cuando pudiera, compartir el cuarto con cualquier otro que estuviera limpiando.
Maldiciendo sus funciones vitales en voz alta, el ulterano volvio a centrarse en su aseado. El agua fria habia acabado por calarle y hasta podia sentirse cómodo en aquella bañera. Una vez pasado algo más de cuarto de hora, el ulterano se dió por satisfecho, viendo que poco más podia hacer él por su higiene.
Salió, se secó el cuerpo y se puso a recoger el baño. Se recogió el pelo con una toalla, formando una suerte de turbante abultado y, casi media hora después de haber recibido la visita de la idrina, salió vestido de nuevo, con la diferencia del turbante y de las gafas que ya habia limpiado y colocado sobre el puente de su nariz.
Y entonces bajó, sin demostrar demasiada prisa, casi con parsimonia, pues no queria parecer tan hambriento como lo estaba y, por otra parte, avasallado por un terrible sentimiento de verguenza.
Se dirigió a la cocina y contempló la olla.
Cogito Ergo Sum escribió:♚ Ugh... ¿Qué diablos será esto? ¿Polvo con estiercol?
Se quedó contemplando la olla un rato. Casi habia perdido todo el calor.
Cogito Ergo Sum escribió:♚ ¿Entrañas y moho?
Con un gran cucharón se sirvió una cantidad minuscula en un plato.
Cogito Ergo Sum escribió:♚ ¿Bolas de pelo muerto con mucosidad nasal?
Cogiendo una cuchara más pequeña, se lo llevó todo a la mesa y se sentó, contemplando el plato y la minuscula cantidad servida.
Cogito Ergo Sum escribió:♚ Cerumen con Casqueria
Habiendo concluido de que se trataba, el ulterano le rugia el estómago. Queria pensar que no seria comestible. Deseaba que no lo fuera, asi no tendria que tolerar más aquella indignante verguenza ominiosa. Hundio la cucharra en la ración y la separó del plato. Con el rostro compungido en una expresión de asco, lo contempló mientras lo acercaba lentamente a su cara. No era que no pareciese comestible. Era más bien que no creia que lo fuera, aun a pesar de su apariencia.
Miró a todos lados, esperando a algún xenoide espiandole mientras comia, como si fuera una señal de que lo habian envenenado, pero al no hallar a nadie, se sintió incómodo, en vez de como seria lo normal. Preferiria que estuviera envenenado.
-Comida de la plebe...-susurró con exhasperación.
Y, entonces, muy lenta y dolorosamente, se lo introdujo en la boca y cerró los ojos para saborearlo. Quizás, de haberlo planteado desde otro punto de vista, al ulterano le habria gustado el sabor. Pero en aquel caso, no podia ni queria aceptar el sabor. Pero se conformó con que no sabia especialmente raro y que, de hecho era comestible. Y entonces sus instintos hicieron el resto. Tras acabarse la ración, volvió a la cocina y se sirvió en el mismo plato una ración considerablemente más grande y volvió a ocupar su asiento. Sin impás alguno, se terminó el plato al cabo de un rato.
Comia sin voracidad en sus formas y en sus gesto, pero sin duda se notaba que habia pasado hambre. Eso era algo que aunque años de entrenamiento de modales y otras tantas enseñanzas no eran capaz de ocultar del todo.
Cuando terminó, recogió todo con pulcro espíritu y se limpió tambien a si mismo, como a los dientes, uno por uno, aunque algunos amenazaban con caerse durante las siguientes horas. Era una costumbre no tenia intención de perder.
No fue sino entonces cuando se quitó el turbante. Su pelo se estiró, por fin libre y brillante de nuevo habiendo recibido todos los cuidados que su dueño podia permitirsele. Se sentó en el sillón y retomó la tarea de trenzarselo de nuevo. Trenzaba con la habilidad de una tricotadora veterana, pero mientras lo hacia su mente parecia en otro sitio. Más de una vez se despistó y tuvo que reacer la trenza completamente. Y así pasó casi otro cuarto de hora.
El movimiento dentro del torreón parecia indicar que estaban limpiando lo que quedaba. Bufó por lo bajo. Teniendo en cuenta el trabajo que habia visto hecho por los xenoides sabia que él mismo tendria que seguir sus pasos a arreglar lo que su incompetencia dejaba como "limpio".
Se levantó del asiento y empujó el puente de sus gafas contra el entrecejo. Cogió la misma escoba que antes habia usado y subió por las escaleras, retomando el trabajo de limpieza con más energias, evitando siempre cuando pudiera, compartir el cuarto con cualquier otro que estuviera limpiando.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
08/09/14, 10:22 pm
Agradeció todos los comentarios favorables acerca de la comida y, una vez todos hubieron terminado de comer se levantó de la mesa con la intención de fregar los platos. De dicha tarea, no obstante, se encargó Ruth, por lo que la idrina decidió entonces comprobar primero el resto del torreón para buscar una tarea que hacer a continuación. Empezó por el patio y el sótano, comprobando que además de la armería de la que le habían hablado también había algunas celdas. En su cabeza comenzó a forjarse la historia de un preso que había permanecido encerrado durante décadas en un lugar deprimente como aquel, pero decidió no profundizar en ello al menos por el momento. Tal vez fuese mejor no escribir situaciones aún más deprimentes que en la que se encontraban inspiradas en aquel lugar.
Ahora que estaba libre pudo comprobar cómo era el baño y también vio aquel cuarto que sin duda llamó la atención por parecer el más indicado en el que sentarse a escribir. Cuando llegó a la planta en la que se encontraban los dormitorios, no pudo evitar comenzar a darle vueltas en su cabeza al hecho de que eran comunales. Inmediatamente se le presentó un dilema. ¿Dónde dormiría ella? No le hacía gracia alguna pensar en compartir el cuarto con alguno de los hombres del grupo, pero probablemente el resto del grupo no pensase en establecer una separación por sexos. Y desde luego ella no iba a proponerla. Se dio cuenta de que se había quedado traspuesta en el umbral del dormitorio que se encontraba vacío en aquel momento y se dio la vuelta para dirigirse a Varsai y Devoss, que se encargaban en aquel instante del otro dormitorio.
—Yo me encargo del otro —les anunció—. Le preguntaré a Kimbra si me echa una mano.
Dicho y hecho, buscó a la morena y cuando la encontró le expuso su petición, diciéndole que podrían hablar cuando hubiesen terminado con las tareas. La chica accedió a ayudarla e Irianna se aseguró de indicarle en todo momento lo que tenía que hacer cuando la veía dudar, ya se había fijado que durante la comida que a Kimbra le había costado utilizar los cubiertos. Sin duda provenía de una sociedad poco avanzada y la idrina cada vez sentía más curiosidad por ello.
Con la ayuda de la otra chica, Irianna se centró en limpiar y airear el cuarto, sacudiendo la ropa de cama y colocando las más limpias que encontró, mientras que las que estaban sucias las fue amontonando para después lavarlas, aunque seguramente tendrían que hacerlo en varios días ya que el tendal que había visto en el baño se llenaría enseguida. Por ello pidió a los que se encontraban cerca que si encontraban alguna cuerda o similar que pudiese utilizarse para tender la ropa que avisasen y así podrían buscar un lugar en el que crear un segundo tendal.
Durante la limpieza había encontrado los baúles con ropa de toda clase y la idrina había guardado tanto su chaqueta como sus guantes para no mancharlos. Aunque había varias prendas a las que le había echado el ojo para cambiarse a partir del siguiente día y que por tanto lavaría más tarde, se afanó sobre todo en encontrar ropa para dormir. Un pijama verde con el dibujo de un oso llamó su atención, pues además de ser de un color que le agradaba era muy probable que fuese más o menos de su talla, por lo que lo lavó antes de continuar con la limpieza y lo colgó en el baño para secar.
Cuando Kimbra y ella terminaron de limpiar aquel cuarto, Irianna decidió continuar con el estudio, ya que era muy probable que lo utilizase pronto, y finalmente subir a la última planta de la torre. Consistía en una única habitación que se encontraba prácticamente vacía, pero las dianas y las armas que había tiradas por toda la sala dejaban bastante claro para que se empleaba aquel cuarto. Allí también vio la trampilla de la que les había hablado Devoss, pero decidió explorar la azotea en otro momento y bajar a por una escoba para barrer aquella planta.
En cuanto estuvo satisfecha con su parte del trabajo, Irianna no perdió el tiempo y se dirigió al pozo para comenzar a subir cubos para llenar la bañera. El día había sido agotador y sentía su piel verdaderamente seca, por lo que no dudó en que necesitaba aquel baño a pesar de la reticencia que le producía tener que bañarse en agua fría. Una vez hubo atracado la puerta del baño y la bañera se encontraba llena, se desvistió lentamente, como queriendo postergar el momento en el que se metería en el agua y de hecho decidió empezar por lavar al menos su ropa interior antes de entrar en la ducha, utilizando un barreño que había subido para tal fin.
Una vez puso a secar las prendas que había lavado, se acercó a la bañera y, tras observar la superficie del agua durante unos segundos, decidió introducir tentativamente un pie. El contacto con aquella agua totalmente helada le hizo retirarlo casi al instante. Irianna frunció el ceño y se reprendió mentalmente <<solo es un poco de agua fría, no seas estúpida>>. Así pues, mordiéndose el labio inferior, la idrina decidió entrar lo más rápido que pudo en el recipiente, conteniendo un grito en un siseo cuando aquella agua tan fría invadió todo su cuerpo. Tiritando ligeramente, la idrina comenzó a bañarse sin perder el tiempo, cuanto más tiempo permaneciese quieta peor sería. Por suerte al cabo de unos instantes su cuerpo se fue acostumbrando poco a poco a la temperatura y la idrina dejó de temblar.
—Se me va a quedar el pelo hecho un desastre con este jabón tan cochambroso —se lamentó en voz baja en algún momento durante el baño.
Tampoco es que tuviese un peine, por lo que una vez hubo salido y secado, cuando terminó de lavar el resto de sus prendas envuelta en toallas, dedicó un buen rato a desenredarse el cabello con las manos como pudo. Una vez estuvo satisfecha, todo lo que podía estar dadas las circunstancias, descolgó el pijama del tendal y se lo probó. Los pantalones le quedaban casi perfectos y la camiseta, aunque algo más ceñida en el pecho de lo acostumbrado en un pijama, también le servía.
Estaba a punto de salir del cuarto de baño por fin, empezando a desatrancar la puerta, cuando se giró hacia su ropa tendida, fijándose específicamente en su ropa interior. No quería dejarla allí, no sabía quién iba a utilizar el baño a continuación. Pero todavía no estaba seca, por lo que a Irianna se le presentó un nuevo dilema. Sabía que si iban a convivir todos allí, cosas como tender la ropa interior a la vista de los demás iban a ser inevitables, pero un runrún insistente en su cabeza, en forma de recuerdos desagradables y demasiado recientes, le impedía abandonar aquella sala dejándola allí. Cuando salió del baño, lo hizo con los brazos cruzados, poniendo mucho cuidado en que no se le cayeran las prendas que llevaba bajo los mismos.
Ahora que estaba libre pudo comprobar cómo era el baño y también vio aquel cuarto que sin duda llamó la atención por parecer el más indicado en el que sentarse a escribir. Cuando llegó a la planta en la que se encontraban los dormitorios, no pudo evitar comenzar a darle vueltas en su cabeza al hecho de que eran comunales. Inmediatamente se le presentó un dilema. ¿Dónde dormiría ella? No le hacía gracia alguna pensar en compartir el cuarto con alguno de los hombres del grupo, pero probablemente el resto del grupo no pensase en establecer una separación por sexos. Y desde luego ella no iba a proponerla. Se dio cuenta de que se había quedado traspuesta en el umbral del dormitorio que se encontraba vacío en aquel momento y se dio la vuelta para dirigirse a Varsai y Devoss, que se encargaban en aquel instante del otro dormitorio.
—Yo me encargo del otro —les anunció—. Le preguntaré a Kimbra si me echa una mano.
Dicho y hecho, buscó a la morena y cuando la encontró le expuso su petición, diciéndole que podrían hablar cuando hubiesen terminado con las tareas. La chica accedió a ayudarla e Irianna se aseguró de indicarle en todo momento lo que tenía que hacer cuando la veía dudar, ya se había fijado que durante la comida que a Kimbra le había costado utilizar los cubiertos. Sin duda provenía de una sociedad poco avanzada y la idrina cada vez sentía más curiosidad por ello.
Con la ayuda de la otra chica, Irianna se centró en limpiar y airear el cuarto, sacudiendo la ropa de cama y colocando las más limpias que encontró, mientras que las que estaban sucias las fue amontonando para después lavarlas, aunque seguramente tendrían que hacerlo en varios días ya que el tendal que había visto en el baño se llenaría enseguida. Por ello pidió a los que se encontraban cerca que si encontraban alguna cuerda o similar que pudiese utilizarse para tender la ropa que avisasen y así podrían buscar un lugar en el que crear un segundo tendal.
Durante la limpieza había encontrado los baúles con ropa de toda clase y la idrina había guardado tanto su chaqueta como sus guantes para no mancharlos. Aunque había varias prendas a las que le había echado el ojo para cambiarse a partir del siguiente día y que por tanto lavaría más tarde, se afanó sobre todo en encontrar ropa para dormir. Un pijama verde con el dibujo de un oso llamó su atención, pues además de ser de un color que le agradaba era muy probable que fuese más o menos de su talla, por lo que lo lavó antes de continuar con la limpieza y lo colgó en el baño para secar.
Cuando Kimbra y ella terminaron de limpiar aquel cuarto, Irianna decidió continuar con el estudio, ya que era muy probable que lo utilizase pronto, y finalmente subir a la última planta de la torre. Consistía en una única habitación que se encontraba prácticamente vacía, pero las dianas y las armas que había tiradas por toda la sala dejaban bastante claro para que se empleaba aquel cuarto. Allí también vio la trampilla de la que les había hablado Devoss, pero decidió explorar la azotea en otro momento y bajar a por una escoba para barrer aquella planta.
En cuanto estuvo satisfecha con su parte del trabajo, Irianna no perdió el tiempo y se dirigió al pozo para comenzar a subir cubos para llenar la bañera. El día había sido agotador y sentía su piel verdaderamente seca, por lo que no dudó en que necesitaba aquel baño a pesar de la reticencia que le producía tener que bañarse en agua fría. Una vez hubo atracado la puerta del baño y la bañera se encontraba llena, se desvistió lentamente, como queriendo postergar el momento en el que se metería en el agua y de hecho decidió empezar por lavar al menos su ropa interior antes de entrar en la ducha, utilizando un barreño que había subido para tal fin.
Una vez puso a secar las prendas que había lavado, se acercó a la bañera y, tras observar la superficie del agua durante unos segundos, decidió introducir tentativamente un pie. El contacto con aquella agua totalmente helada le hizo retirarlo casi al instante. Irianna frunció el ceño y se reprendió mentalmente <<solo es un poco de agua fría, no seas estúpida>>. Así pues, mordiéndose el labio inferior, la idrina decidió entrar lo más rápido que pudo en el recipiente, conteniendo un grito en un siseo cuando aquella agua tan fría invadió todo su cuerpo. Tiritando ligeramente, la idrina comenzó a bañarse sin perder el tiempo, cuanto más tiempo permaneciese quieta peor sería. Por suerte al cabo de unos instantes su cuerpo se fue acostumbrando poco a poco a la temperatura y la idrina dejó de temblar.
—Se me va a quedar el pelo hecho un desastre con este jabón tan cochambroso —se lamentó en voz baja en algún momento durante el baño.
Tampoco es que tuviese un peine, por lo que una vez hubo salido y secado, cuando terminó de lavar el resto de sus prendas envuelta en toallas, dedicó un buen rato a desenredarse el cabello con las manos como pudo. Una vez estuvo satisfecha, todo lo que podía estar dadas las circunstancias, descolgó el pijama del tendal y se lo probó. Los pantalones le quedaban casi perfectos y la camiseta, aunque algo más ceñida en el pecho de lo acostumbrado en un pijama, también le servía.
Estaba a punto de salir del cuarto de baño por fin, empezando a desatrancar la puerta, cuando se giró hacia su ropa tendida, fijándose específicamente en su ropa interior. No quería dejarla allí, no sabía quién iba a utilizar el baño a continuación. Pero todavía no estaba seca, por lo que a Irianna se le presentó un nuevo dilema. Sabía que si iban a convivir todos allí, cosas como tender la ropa interior a la vista de los demás iban a ser inevitables, pero un runrún insistente en su cabeza, en forma de recuerdos desagradables y demasiado recientes, le impedía abandonar aquella sala dejándola allí. Cuando salió del baño, lo hizo con los brazos cruzados, poniendo mucho cuidado en que no se le cayeran las prendas que llevaba bajo los mismos.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientaciónPersonajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
12/09/14, 12:30 am
Kimbra se sentó donde y cuando se le indicó aunque no ocultó su desconcierto al ver los utensilios que había sobre la mesa. Entendía vagamente la idea de que cada uno se sirviera la comida que iba a alimentarle en una fuente pequeña propia en vez de coger lo que quisiera de fuentes comunales, ya que Ekatechs le había contado que algunos Seguidores de Lakra preferían comer en lugares distintos de la mesa y, por lo tanto, necesitaban de fuentes individuales para transportar la comida al lugar elegido. Aunque, en este caso, todos iban a comer en la mesa, por lo que no deberían estar fabricados con la misma finalidad. Lo que no llegaba a comprender era la razón por la que alguien fabricaría versiones en miniatura de los utensilios que ella conocía y utilizaba para cocinar, y por que habían sido repartidos a todos cuando no eran ellos los asignados como cocineros. Además, las dagas eran significativamente diferentes, a diferencia de las más conocidas por ella que había encontrado en la herrería.
Kimbra observó detenidamente los utensilios desde distintos ángulos y luego pasó a hacer lo mismo con la comida servida, aunque sin moverse demasiado, que se basaba en una carne aguada y otra más bien seca que ni siquiera parecía carne normal, todo ello acompañado con verduras frescas. La engendro se preguntó si habían realizado los experimentos pertinentes para verificar que aquellos vegetales no tenían veneno y para suprimirlo en el caso de que lo tuvieran. Como ninguno de los catadores parecía sufrir muerte repentina o algún otro tipo de enfermedad, Kimbra decidió proceder a comer ella también aunque tanto el horario como la comida y el proceso en si junto a los utensilios atentaba contra todo lo aprendido en su mundo. Ni siquiera la forma de sentarse de todos ellos era la habitual.
Aprendiendo a base de observación, Kimbra dio sus primeros pasos en el manejo de aquellos extraños utensilios, no sin dificultades, y terminó agarrándolos de una forma burda, aunque efectiva, que serviría para alimentarse de momento. Ciertamente, Kimbra podría haber despreciado toda la forma de alimentarse de sus compañeros y haberlo hecho de la manera en la que había sido instruida, pero aquello sería una rebeldía al orden establecido mudamente sin precedentes, así que la Hija de Lunas se limitó a adaptarse a la situación como mejor supo hacerlo.
La comida le resultó, para su sorpresa, deliciosa, especialmente la carne seca que resultó no serlo exactamente, ya que, por alguna razón, despertaba una especie de recuerdo en su paladar que le producía una sensación agradable.
Cuando todavía no había conseguido dar el segundo bocado a su comida, Irianna volvió, ya que había ido en busca de Roaxen antes de proceder a alimentarse, indicando que este se estaba dando un baño. Kimbra se preguntó si habría dado con una vena de Bakaiar cercano al torreón y dónde se situaba este para que Irianna pudiera haber hablado con él desde el torreón y sin que ellos los escucharan. Ciertamente, tenía que haber dado con la forma de bañarse sin la necesidad de tener que ir a una vena. “Quizás estos seres utilicen estanques como venas artificiales” se dijo al recordar el estanque volador que había encontrado en una de las estancias superiores, aunque lo desechó al instante ya que, no solo el estanque se encontraba vacío, sino que además no era una opción practica al ser un artefacto volador.
Siguió comiendo sin más contratiempos, sin pasársele por alto que el resto de compañeros bebía esa extraña sangre de Bakaiar sin potabilizar, a diferencia de ella, que mantuvo su hoja de ylia bajo la lengua durante toda la comida. Al terminar de comer, una de las chicas se autodesignó para la limpieza pertinente y una vez más Kimbra quedó sin cometido que llevar a cabo y de nuevo le invadió la sensación de encontrarse fuera de lugar, sensación que le desagradaba enormemente. Para su suerte, Irianna no tardó en sacarla de aquel estado al pedirle que le ayudara a limpiar alguna de las estancias. Aunque a Kimbra se le antojó una tarea innecesaria, no dudo en aceptar la petición y dar su ayuda. A pesar de su buena intención y disponibilidad, Irianna tuvo que explicarle e indicarla más de una de sus tareas, puesto que la engendro no las conocía o nunca había sido instruida en ellas, aunque no tuvieron mayores dificultades para llevar a cabo la limpieza.
Durante la limpieza descubrió varias cosas, como que los troncos de formas regulares que había desperdigados por las estancias no eran macizos sino que guardaban en su interior prendas de vestir tan extrañas y desconocidas para Kimbra como las que vestían sus nuevos compañeros. Además, Irianna le informó que las pacas de lana no eran tal cosa, se llamaban camas y eran el lugar sobre el que iban a dormir. La engendro le explicó que en Krabelin esas camas vendrían a ser una sucesión de pieles extendidas sobre el suelo y amontonadas.
Cuando terminaron de limpiar, Irianna le informó que se iba a dar un baño, gracias a lo cual la Hija de Lunas confirmó que llenaban el estanque volador con agua extraída de lo que llamaban pozo, que era una especie de agujero en la tierra que daba hasta una vena de Bakaiar subterránea. Kimbra, por su parte, decidió buscar en la cocina posible semillas para poner el huerto de nuevo en funcionamiento, ya que no quería quedarse sin tareas que realizar y aquella era una actividad que, no solo le agradaba, sino que además sabía que terminaría por llevar a cabo. Comenzó buscando entre los suministros con los que contaban y dio con algunos alimentos cuyos restos, una vez consumido o tratado, podrían hacer de fertilizantes o semillas.
Seguidamente, salió al patio donde encontró a uno de los chicos, el que cubría sus ojos con un extraño instrumento, observando el huerto. Kimbra ignoró su presencia y procedió a verificar que, aunque el lugar no se encontraba en las mejores condiciones, la tierra fuera optima y, por lo tanto, útil para la finalidad que le había sido asignada. Una vez confirmado, la engendro volvió a entrar en busca de instrumentos de jardinería para llevar a cabo su trabajo cuando encontró a Irianna con el pelo mojado y una vestimenta diferente a la que llevaba con anterioridad. Entre sus brazos, sujetaba un montón de ropa húmeda y Kimbra supuso que necesitaría de ayuda para ponerla a secar.
- Si lo deseas puedo poner esas prendas en algún lugar para que puedan secarse.- sugirió.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
12/09/14, 08:55 pm
La idrina se sobresaltó internamente al cruzarse con alguien en el pasillo camino hacia el cuarto que había estado limpiando, aunque se relajó al ver que se trataba de Kimbra. Un repentino nerviosismo contenido, no obstante, volvió a asaltarla ante la propuesta de la chica e Irianna se apresuró a negar no solo con palabras, sino también con su lenguaje corporal, queriendo transmitir que no deseaba que le insistiese.
—No, no, gracias. —La chica ocultó todavía más todo lo que pudo de su ropa bajo sus brazos—. Ya me encargo yo… Oye, ¿quieres que hablemos ahora cuando vuelva? Puedes esperarme en aquel estudio de allí, estaremos más cómodas.
Le señaló el cuarto en cuestión y, en cuanto Kimbra mostró su acuerdo, se perdió escaleras arriba en dirección al dormitorio.
Todavía no sabía si sería aquel cuarto en el que dormiría y el dilema que se le presentaba al respecto volvió a asaltarla, temiendo el momento en el que llegase la hora de acostarse. Irianna examinó la habitación durante unos segundos y, tras arrimar la puerta hasta asegurase de que nadie podría ver en el interior sin moverla –de lo cual se enteraría porque no hacía precisamente poco estrépito-, colgó su ropa del respaldo de una silla que ella misma había limpiado con anterioridad. A continuación recogió su chaqueta de donde la había dejado y la colocó sobre el respaldo de modo que tapase las otras prendas. Finalmente la silla la colocó en una esquina de la habitación con sus guantes sobre el asiento, tratando de prevenir que cualquiera que la viese comprendiese para el propósito para el que se estaba utilizando y no la tocase. Con una sensación de inseguridad que la hacía sentirse verdaderamente estúpida, la idrina abandonó el cuarto y se dirigió al estudio.
Dedicó una leve sonrisa a Kimbra mientras se apartaba el pelo de la oreja de un lado antes de empezar a hablar.
—Antes, cuando estábamos fuera tratando de encontrar el refugio, dijiste algo sobre que no sabías qué eran unos padres. ¿No existen las familias en la sociedad de la que vienes? —Antes de que su interlocutora pudiese responder a la primera pregunta, la idrina permaneció pensativa unos instantes y añadió algo más de inmediato—. O a lo mejor debería empezar por algo más básico. Lo siento si te resulta una pregunta tonta, pero, ¿sabes cómo has nacido?
—No, no, gracias. —La chica ocultó todavía más todo lo que pudo de su ropa bajo sus brazos—. Ya me encargo yo… Oye, ¿quieres que hablemos ahora cuando vuelva? Puedes esperarme en aquel estudio de allí, estaremos más cómodas.
Le señaló el cuarto en cuestión y, en cuanto Kimbra mostró su acuerdo, se perdió escaleras arriba en dirección al dormitorio.
Todavía no sabía si sería aquel cuarto en el que dormiría y el dilema que se le presentaba al respecto volvió a asaltarla, temiendo el momento en el que llegase la hora de acostarse. Irianna examinó la habitación durante unos segundos y, tras arrimar la puerta hasta asegurase de que nadie podría ver en el interior sin moverla –de lo cual se enteraría porque no hacía precisamente poco estrépito-, colgó su ropa del respaldo de una silla que ella misma había limpiado con anterioridad. A continuación recogió su chaqueta de donde la había dejado y la colocó sobre el respaldo de modo que tapase las otras prendas. Finalmente la silla la colocó en una esquina de la habitación con sus guantes sobre el asiento, tratando de prevenir que cualquiera que la viese comprendiese para el propósito para el que se estaba utilizando y no la tocase. Con una sensación de inseguridad que la hacía sentirse verdaderamente estúpida, la idrina abandonó el cuarto y se dirigió al estudio.
Dedicó una leve sonrisa a Kimbra mientras se apartaba el pelo de la oreja de un lado antes de empezar a hablar.
—Antes, cuando estábamos fuera tratando de encontrar el refugio, dijiste algo sobre que no sabías qué eran unos padres. ¿No existen las familias en la sociedad de la que vienes? —Antes de que su interlocutora pudiese responder a la primera pregunta, la idrina permaneció pensativa unos instantes y añadió algo más de inmediato—. O a lo mejor debería empezar por algo más básico. Lo siento si te resulta una pregunta tonta, pero, ¿sabes cómo has nacido?
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
13/09/14, 06:02 pm
Con esfuerzo no me lleva mucho tiempo realizar el trabajo de lavar los utensilios de comida. Es algo que se me da bastante bien, lo hago a bastante velocidad pero con buenos resultados. Solo me he servido de un cubo de agua llenado por mí del pozo y unos trapos >>Los más limpios<< de Dios sabe donde. Una vez terminado los clasifico en varios cajones para no tener también un caos en la cocina, de esta forma nos será mas fácil encontrar cada cosa. >>Un poco de orden no le viene mal a nadie<<.
Salgo de la cocina con verdadero calor por todo el cuerpo. Mi piel está sudorosa, el pelo un poco grasiento y la frente cubierta de perlas de sudor. Inmediatamente me huelo a mí misma, >>Me recuerda al olor matutino de correr<<. El vestido no me ayuda, es muy grande, a parte de pisarlo constantemente, me agobia bastante. Me dirijo al cuarto de baño remangándome la parte de la falda con cara cansina. Abro la puerta y caigo en la cuenta de de que no me he traído agua para asearme. Por suerte ya hay algunas palanganas llenas que me servirán.
Agarro desde la falda y tiro hacia arriba con fuerza quitándome así el vestido con brusquedad, un repelús de satisfacción me hace estremecer con alegría. Es alivio sobre todo lo que siento en este momento. Debería analizar la situación, el entorno, la pérdida de los otros dos humanos. Pero este momento es único y solo para mí. >>Tengo que tomarme un descanso, hoy ha sido un día muy raro, y algo me dice que los demás se asemejarán mucho<< .
Después de llenar la bañera me dispongo a introducirme en ella cuando veo un vergonzoso error. >>¡He dejado la puerta totalmente abierta, de par en par vamos¡<<. Me examino con alerta. Por suerte aún estaba en ropa interior y no me había desnudado por completo. De un salto ya estoy justo al lado y la cierro de un portazo quedándose atrancada. Por si acaso coloco varios baúles a modo de una especie de barricada inútil. >>Pero que tonta eres<<.
Me desnudo al completo con un atisbo de desconfianza, el agua está cristalina y quieta como un lago. Primero meto la mano para ver la temperatura y me sorprendo al ver que está congelada. En el fondo quería que fuera así. >>Después de este calor insufrible no me apetece ducharme en agua caliente.<<.
Me meto hasta las rodillas poco a poco, y luego hasta la cintura saboreando cada momento de frescura. Reprimo un grito cuando el agua entra en contacto con mi cuello, especialmente en la zona de la nuca. Me quito las horquillas dejándolas en el suelo. Mi cabello flota danzante en el agua, como si tuviera vida propia. >>Parecen los de Roaxen<<. No puedo evitar pensar cosas cómicas en situaciones así, quizás lo hago para olvidar el resto de los problemas.
Mi barbilla también siente ahora la fría agua, me quedo así observando la superficie del agua con tristeza. Luego reacciono y me lavo con una asquerosa pastilla de jabón. Me froto con energía por todo el cuerpo eliminando todo rastro de suciedad posible u olor. Cuando salgo sitúo todo mi cabello hacia el lado izquierdo de manera muy repeinada y dejando el flequillo en la misma dirección, no antes de haberlo escurrido adecuadamente. Me seco con mi propio vestido debido a la ausencia de toallas. >>No pienso secarme con trapos de mierda<<.
El vestido está ahora mojado por lo rebusco en los baúles a mi disposición. Nada me parece bonito pero hay algunas prendas aceptables. >>Tampoco te emociones, como si tuvieras grandes vestidos de princesa en tu apartamento<<. Así que me coloco una camiseta negra de tirantes de una talla casi idéntica a la mía con tonos azulados por la parte inferior. Las prendas de abajo me cuesta muchísimo más a la hora de quedarme satisfecha. Unos pantalones cortos y un poco sucios pero frescos. Dejan al descubierto mis piernas trabajadas, aunque me da vergüenza salír con esto es lo mejor que hay. >>Al menos hasta que el vestido se seque<<. De este lo cuelgo en un tendal con la esperanza de que esté listo pronto. Me olvido de las horquillas que ni recuerdo su lugar. Antes de ponerme las sandalias casi resbalo debido al agua derramada al salir de la bañera, pero recupero el equilibrio pronto apoyándome en la pared.
Salgo colorada y sigo las voces de Irianna y Kimbra que se pierden en una habitación cerca. No me gusta la idea de ser una pesada pero me da miedo al idea de quedarme sola aquí, ya que no veo a nadie por los alrededores. >>Bueno está antes vi a Sigrún lanzando piedras a las paredes pero parece reflexionar, es un momento suyo de soledad, no me gustaría interrumpir su ritual mental<<
Entro a la habitación que parece hacer de escritorio. >>Aquí están<<. Las palabras de Irianna suenan estúpidas pero supongo que se debe a Kimbra, costumbres diferentes o algo parecido.
Finjo buscar algo desesperadamente por todos lados.
>>Antes tenía miedo a estar con los demás o en su presencia, ahora a quedarme sola. Bueno también la situación es muy distinta. Nunca me había atacado un escarabajo gigante.<<
Salgo de la cocina con verdadero calor por todo el cuerpo. Mi piel está sudorosa, el pelo un poco grasiento y la frente cubierta de perlas de sudor. Inmediatamente me huelo a mí misma, >>Me recuerda al olor matutino de correr<<. El vestido no me ayuda, es muy grande, a parte de pisarlo constantemente, me agobia bastante. Me dirijo al cuarto de baño remangándome la parte de la falda con cara cansina. Abro la puerta y caigo en la cuenta de de que no me he traído agua para asearme. Por suerte ya hay algunas palanganas llenas que me servirán.
Agarro desde la falda y tiro hacia arriba con fuerza quitándome así el vestido con brusquedad, un repelús de satisfacción me hace estremecer con alegría. Es alivio sobre todo lo que siento en este momento. Debería analizar la situación, el entorno, la pérdida de los otros dos humanos. Pero este momento es único y solo para mí. >>Tengo que tomarme un descanso, hoy ha sido un día muy raro, y algo me dice que los demás se asemejarán mucho<< .
Después de llenar la bañera me dispongo a introducirme en ella cuando veo un vergonzoso error. >>¡He dejado la puerta totalmente abierta, de par en par vamos¡<<. Me examino con alerta. Por suerte aún estaba en ropa interior y no me había desnudado por completo. De un salto ya estoy justo al lado y la cierro de un portazo quedándose atrancada. Por si acaso coloco varios baúles a modo de una especie de barricada inútil. >>Pero que tonta eres<<.
Me desnudo al completo con un atisbo de desconfianza, el agua está cristalina y quieta como un lago. Primero meto la mano para ver la temperatura y me sorprendo al ver que está congelada. En el fondo quería que fuera así. >>Después de este calor insufrible no me apetece ducharme en agua caliente.<<.
Me meto hasta las rodillas poco a poco, y luego hasta la cintura saboreando cada momento de frescura. Reprimo un grito cuando el agua entra en contacto con mi cuello, especialmente en la zona de la nuca. Me quito las horquillas dejándolas en el suelo. Mi cabello flota danzante en el agua, como si tuviera vida propia. >>Parecen los de Roaxen<<. No puedo evitar pensar cosas cómicas en situaciones así, quizás lo hago para olvidar el resto de los problemas.
Mi barbilla también siente ahora la fría agua, me quedo así observando la superficie del agua con tristeza. Luego reacciono y me lavo con una asquerosa pastilla de jabón. Me froto con energía por todo el cuerpo eliminando todo rastro de suciedad posible u olor. Cuando salgo sitúo todo mi cabello hacia el lado izquierdo de manera muy repeinada y dejando el flequillo en la misma dirección, no antes de haberlo escurrido adecuadamente. Me seco con mi propio vestido debido a la ausencia de toallas. >>No pienso secarme con trapos de mierda<<.
El vestido está ahora mojado por lo rebusco en los baúles a mi disposición. Nada me parece bonito pero hay algunas prendas aceptables. >>Tampoco te emociones, como si tuvieras grandes vestidos de princesa en tu apartamento<<. Así que me coloco una camiseta negra de tirantes de una talla casi idéntica a la mía con tonos azulados por la parte inferior. Las prendas de abajo me cuesta muchísimo más a la hora de quedarme satisfecha. Unos pantalones cortos y un poco sucios pero frescos. Dejan al descubierto mis piernas trabajadas, aunque me da vergüenza salír con esto es lo mejor que hay. >>Al menos hasta que el vestido se seque<<. De este lo cuelgo en un tendal con la esperanza de que esté listo pronto. Me olvido de las horquillas que ni recuerdo su lugar. Antes de ponerme las sandalias casi resbalo debido al agua derramada al salir de la bañera, pero recupero el equilibrio pronto apoyándome en la pared.
Salgo colorada y sigo las voces de Irianna y Kimbra que se pierden en una habitación cerca. No me gusta la idea de ser una pesada pero me da miedo al idea de quedarme sola aquí, ya que no veo a nadie por los alrededores. >>Bueno está antes vi a Sigrún lanzando piedras a las paredes pero parece reflexionar, es un momento suyo de soledad, no me gustaría interrumpir su ritual mental<<
Entro a la habitación que parece hacer de escritorio. >>Aquí están<<. Las palabras de Irianna suenan estúpidas pero supongo que se debe a Kimbra, costumbres diferentes o algo parecido.
Finjo buscar algo desesperadamente por todos lados.
>>Antes tenía miedo a estar con los demás o en su presencia, ahora a quedarme sola. Bueno también la situación es muy distinta. Nunca me había atacado un escarabajo gigante.<<
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
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