Salón del trono
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Salón del trono
03/08/11, 01:07 am
Recuerdo del primer mensaje :
Una amplia sala con el centro ocupado por una gran mesa rectangular con una decaestrella en madera roja inscrita sobre madera más clara. Algunas paredes tienen tapices bien cuidados o armaduras limpias. El tradicional Trono Sagrado de Rocavarancolia preside la estancia.
- InvitadoInvitado
Re: Salón del trono
25/10/18, 12:29 pm
Nihil atravesó las puertas de la sala del trono con paso firme y la cabeza alta, como siempre lo había hecho. Compartir la información con el soñador le había dado fuerzas suficientes para recomponer su fachada de entereza, aunque la puñalada de ansiedad que sentía en el pecho siguiera presente. Se presentó ante el Consejo con el desafío de quien lleva años bajo el ala del Señor de los Asesinos, debía hacerse oír, era crucial. No se le escapó que ya había alguien tomando audiencia. Se preguntó qué podría querer la demiurga del Consejo y la respuesta más probable acudió a su mente casi al instante. Desde luego los indicios habían sido demasiado descarados como para que pasasen desapercibidos al resto de ciudadanos.
Melodes tomó la palabra y presentó el cuerpo de Silente, descubriendo el improvisado sudario como quien abre un macabro regalo de cumpleaños. Nihil estudió con atención las expresiones de cada miembro del Consejo y aguardó paciente a que el soñador le cediera el turno de palabra.
Lo contó todo, palabra por palabra: Lo que había desencadenado su orgullo, lo que estaba a punto de ocurrir, lo que significaba para la ciudad y todos sus habitantes. También dejó sobre la mesa su carpeta y expresó su intención de ponerle fin, y que sus planes para ello ya estaban en marcha. Pero no iba a poder hacerlo sola.
Melodes tomó la palabra y presentó el cuerpo de Silente, descubriendo el improvisado sudario como quien abre un macabro regalo de cumpleaños. Nihil estudió con atención las expresiones de cada miembro del Consejo y aguardó paciente a que el soñador le cediera el turno de palabra.
Lo contó todo, palabra por palabra: Lo que había desencadenado su orgullo, lo que estaba a punto de ocurrir, lo que significaba para la ciudad y todos sus habitantes. También dejó sobre la mesa su carpeta y expresó su intención de ponerle fin, y que sus planes para ello ya estaban en marcha. Pero no iba a poder hacerlo sola.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Salón del trono
25/10/18, 02:36 pm
Ante un gesto de Doce Punto Akeyo decidió salir de allí. La sala se quedó, entonces, en silencio, al menos hasta que Melodes dejó visible el cuerpo del jefe de espías.
Un coro de gritos ahogados se extendió entonces alrededor de aquella mesa, con la inflexión de cada uno de los miembros del Consejo. Andras Sula parecía furioso; dama Gato, desolada; Doce Punto, preocupado... Gahna empezó a levantar la voz, pero una mirada de Cicatriz bastó para hacerla callar. Garoni se había quedado sin palabras.
El pergamino de Melodes y las palabras de Nihil amortajaron el Salón del Trono Sagrado de Rocavarancolia. El terror y la impotencia se extendieron por los corazones del Consejo Real y del rey conforme comprendieron lo que en realidad estaba sucediendo. Todos estaban sobrepasados, porque ni sus peores temores habían alcanzado la horrible verdad.
Y pronto aquel sular se convirtió en un maremágnum de voces.
—¡¿Por qué no has venido antes a nosotros?! —quiso saber Garoni.
—Ese íncubo no es más que un cachorro que podemos aplastar en cualquier momento —interrumpió Gahna—. ¡Él no es el verdadero problema! ¡La Torre lo es!
—La Torre no sería tan fuerte sin él —explicó Doce Punto—. Sin lo que ha hecho ese lugar no sería un peligro tan inmediato.
—Hay que abordarlos a los dos —opinó dama Gato—. Este es el mayor peligro al que se ha enfrentado Rocavarancolia en toda su historia.
—¡BASTA!
El grito de Andras Sula fue acompañado de una fuerte palmada en la mesa. El rey de Rocavarancolia se irguió, con la fuerte presencia que evocaban los piromantes inundando el Salón del Trono. Sus ojos, iracundos, vagaban por los pocos miembros que quedaban de su Consejo—. ¿Queréis dejar de comportaros como un puñado de gallinas histéricas? ¡Focalizaos de una vez!
Un silencio pesado se extendió, aunque Cicatriz lo rompió. No dejó mirar con un fuerte respeto a su rey.
—Gahna tiene razón, al íncubo en sí le podría matar cualquiera de los presentes —la comandante de los Ejércitos sospechaba que, quizás, muchos estarían en desacuerdo, pero bien sabía que no cualquiera podía sentarse en aquel Consejo—, pero Doce también la tiene. Sin sus acciones, la Torre habría tardado mucho más en ser un peligro. Lo suficiente para que nos hubiéramos dado cuenta. Hay que matarlo, pero...
Andras Sula miraba penetrantemente a Melodes y Nihil. No con furia, sino con interés y determinación: estaba decidido a que el Consejo les diera ayuda, y a que ellos dieran ayuda al Consejo.
Él se encargó de terminar de pronunciar la frase de Cicatriz.
—También hay que destruir la Torre de los Soñadores.
Un coro de gritos ahogados se extendió entonces alrededor de aquella mesa, con la inflexión de cada uno de los miembros del Consejo. Andras Sula parecía furioso; dama Gato, desolada; Doce Punto, preocupado... Gahna empezó a levantar la voz, pero una mirada de Cicatriz bastó para hacerla callar. Garoni se había quedado sin palabras.
El pergamino de Melodes y las palabras de Nihil amortajaron el Salón del Trono Sagrado de Rocavarancolia. El terror y la impotencia se extendieron por los corazones del Consejo Real y del rey conforme comprendieron lo que en realidad estaba sucediendo. Todos estaban sobrepasados, porque ni sus peores temores habían alcanzado la horrible verdad.
Y pronto aquel sular se convirtió en un maremágnum de voces.
—¡¿Por qué no has venido antes a nosotros?! —quiso saber Garoni.
—Ese íncubo no es más que un cachorro que podemos aplastar en cualquier momento —interrumpió Gahna—. ¡Él no es el verdadero problema! ¡La Torre lo es!
—La Torre no sería tan fuerte sin él —explicó Doce Punto—. Sin lo que ha hecho ese lugar no sería un peligro tan inmediato.
—Hay que abordarlos a los dos —opinó dama Gato—. Este es el mayor peligro al que se ha enfrentado Rocavarancolia en toda su historia.
—¡BASTA!
El grito de Andras Sula fue acompañado de una fuerte palmada en la mesa. El rey de Rocavarancolia se irguió, con la fuerte presencia que evocaban los piromantes inundando el Salón del Trono. Sus ojos, iracundos, vagaban por los pocos miembros que quedaban de su Consejo—. ¿Queréis dejar de comportaros como un puñado de gallinas histéricas? ¡Focalizaos de una vez!
Un silencio pesado se extendió, aunque Cicatriz lo rompió. No dejó mirar con un fuerte respeto a su rey.
—Gahna tiene razón, al íncubo en sí le podría matar cualquiera de los presentes —la comandante de los Ejércitos sospechaba que, quizás, muchos estarían en desacuerdo, pero bien sabía que no cualquiera podía sentarse en aquel Consejo—, pero Doce también la tiene. Sin sus acciones, la Torre habría tardado mucho más en ser un peligro. Lo suficiente para que nos hubiéramos dado cuenta. Hay que matarlo, pero...
Andras Sula miraba penetrantemente a Melodes y Nihil. No con furia, sino con interés y determinación: estaba decidido a que el Consejo les diera ayuda, y a que ellos dieran ayuda al Consejo.
Él se encargó de terminar de pronunciar la frase de Cicatriz.
—También hay que destruir la Torre de los Soñadores.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Salón del trono
12/01/19, 11:39 pm
Uno a uno los miembros del Consejo, los guardias, los sirvientes, así como el soñador y la súcubo de las pesadillas despertaron en el salón del trono. Durante largos segundos tan solo se escucharon los sonidos propios de gente levantándose del suelo y tratando de orientarse. Se miraron unos a otros buscando que alguien pusiese en palabras lo que acababa de suceder, algunos con preguntas, otros con sospechas, muy pocos con certezas.
—¿Qué acaba de pasar? —Garoni fue el primero en romper el silencio, finalmente.
—El íncubo ha debido de hacer algo —dijo Cicatriz alejándose de la mesa, con la vista fija en dos personas en concreto.
—Soñador... —Gahna comenzó a seguir a la Comandante—. Tú lo sabes, ¿verdad?
Melodes tan solo se había movido para levantarse del suelo, lentamente y sin dejar de clavar la mirada en este. Finalmente había sucedido. Corann había hecho lo que más temía.
—Melodes. —Fue Andras Sula en aquella ocasión, delante de él. El libense no había sido consciente de lo que sucedía a su alrededor hasta ese mismo momento—. Responde. Tú tienes que saber qué ha ocurrido. ¿Qué ha hecho exactamente la Torre?
El oniromante alzó finalmente la cabeza y miró a su rey con expresión grave.
—Hemos sido trasladados a una Rocavarancolia onírica, creada con el poder de la Torre.
Algunos miembros del Consejo dejaron escapar exclamaciones y la mayoría comenzó a acercarse al grupo que se formaba cerca de la entrada de la sala, alrededor de Melodes y Nihil.
—No puede ser... Pero eso significa...
—Que corremos un grave peligro, sí. —Unos pasos firmes sonaron tras ellos, accediendo al salón del trono. Akeyo Kau había vuelto rápidamente al castillo tras despertar en el sueño—. Aunque tenemos una esperanza.
—El velador.
La demiurga asintió.
—Por eso el intento de asesinato.
—Pero... ¿Corann habrá activado la Torre sabiendo que el velador sigue con vida? —Intervino Doce Punto.
—Lo ha hecho —confirmó Melodes. Oír hablar del velador le había hecho recordar algunas de sus visiones de futuro—. Creo que no quería esperar más... Tal vez... Sí.
El libense había comenzado a caminar, con la mirada perdida en algún punto en el vacío mientras su cabeza bullía llena de imágenes, retazos de visiones pasadas.
>>Nosotros tampoco deberíamos esperar más. No creo que esto pueda acabar bien, pero al menos deberíamos ganar tiempo para que el velador logre despertar a alguien que pueda guiarle.
—Pero... tú no tienes ningún poder aquí, ¿verdad? —Cuestionó Dama Gato con evidente preocupación.
—No... Y soy consciente de lo que me puede ocurrir. Pero hay que actuar cuanto antes. Si la influencia de la Torre alcanza el alma del planeta no habrá forma de revertirlo. Corann no tardará en intentar asesinarme de todas formas. No podemos descartar, además, que no haya preparado algún artificio en la Rocavarancolia auténtica.
—Si contase con la ayuda de alguien inmune a la magia, por ejemplo... —caviló la maga suprema.
El soñador asintió y se volvió a sumir en el silencio mientras el Consejo hacía preguntas a Akeyo.
Al cabo de unos instantes el soñador se acercó a la súcubo de las pesadillas, saliendo finalmente de su estado taciturno.
—Para llegar hasta ella voy a necesitar vuestra ayuda, Nihil.
—Yo también ayudaré —Doce Punto se había acercado a ambos transformados oníricos—. Que no me despierten todavía.
—¿Qué acaba de pasar? —Garoni fue el primero en romper el silencio, finalmente.
—El íncubo ha debido de hacer algo —dijo Cicatriz alejándose de la mesa, con la vista fija en dos personas en concreto.
—Soñador... —Gahna comenzó a seguir a la Comandante—. Tú lo sabes, ¿verdad?
Melodes tan solo se había movido para levantarse del suelo, lentamente y sin dejar de clavar la mirada en este. Finalmente había sucedido. Corann había hecho lo que más temía.
—Melodes. —Fue Andras Sula en aquella ocasión, delante de él. El libense no había sido consciente de lo que sucedía a su alrededor hasta ese mismo momento—. Responde. Tú tienes que saber qué ha ocurrido. ¿Qué ha hecho exactamente la Torre?
El oniromante alzó finalmente la cabeza y miró a su rey con expresión grave.
—Hemos sido trasladados a una Rocavarancolia onírica, creada con el poder de la Torre.
Algunos miembros del Consejo dejaron escapar exclamaciones y la mayoría comenzó a acercarse al grupo que se formaba cerca de la entrada de la sala, alrededor de Melodes y Nihil.
—No puede ser... Pero eso significa...
—Que corremos un grave peligro, sí. —Unos pasos firmes sonaron tras ellos, accediendo al salón del trono. Akeyo Kau había vuelto rápidamente al castillo tras despertar en el sueño—. Aunque tenemos una esperanza.
—El velador.
La demiurga asintió.
—Por eso el intento de asesinato.
—Pero... ¿Corann habrá activado la Torre sabiendo que el velador sigue con vida? —Intervino Doce Punto.
—Lo ha hecho —confirmó Melodes. Oír hablar del velador le había hecho recordar algunas de sus visiones de futuro—. Creo que no quería esperar más... Tal vez... Sí.
El libense había comenzado a caminar, con la mirada perdida en algún punto en el vacío mientras su cabeza bullía llena de imágenes, retazos de visiones pasadas.
>>Nosotros tampoco deberíamos esperar más. No creo que esto pueda acabar bien, pero al menos deberíamos ganar tiempo para que el velador logre despertar a alguien que pueda guiarle.
—Pero... tú no tienes ningún poder aquí, ¿verdad? —Cuestionó Dama Gato con evidente preocupación.
—No... Y soy consciente de lo que me puede ocurrir. Pero hay que actuar cuanto antes. Si la influencia de la Torre alcanza el alma del planeta no habrá forma de revertirlo. Corann no tardará en intentar asesinarme de todas formas. No podemos descartar, además, que no haya preparado algún artificio en la Rocavarancolia auténtica.
—Si contase con la ayuda de alguien inmune a la magia, por ejemplo... —caviló la maga suprema.
El soñador asintió y se volvió a sumir en el silencio mientras el Consejo hacía preguntas a Akeyo.
Al cabo de unos instantes el soñador se acercó a la súcubo de las pesadillas, saliendo finalmente de su estado taciturno.
—Para llegar hasta ella voy a necesitar vuestra ayuda, Nihil.
—Yo también ayudaré —Doce Punto se había acercado a ambos transformados oníricos—. Que no me despierten todavía.
- InvitadoInvitado
Re: Salón del trono
12/01/19, 11:56 pm
En cuanto Nihil despertó en el sueño se le disparó el pulso. Miró frenética en todas direcciones con sus ojos inyectados en bilis, por un instante no fue capaz de evitar que sus emociones se reflejasen en su rostro.
<<Mierdamierdamierdamierda>>
Miró a Melodes y confirmó que ambos comprendían la situación, lo peor que podía pasar había pasado, habían actuado demasiado tarde. Pero entonces la demiurga apareció en la sala del trono. En otra vida, posiblemente Nihil la habría besado.
-¿¿Tenemos un velador??
Debía haber llegado con la última cosecha, que hubiese sobrevivido para ver la Luna Roja era sin duda un regalo de las madres tenebrosas. Aquello lo cambiaba todo.
-Antes de eso, Melodes -dijo Nihil, casi interrumpiendo al soñador -Puedo debilitar a la torre si corto su conexión con sus fuentes de energía. Tengo el contrahechizo para hacerlo, es lo que quería mostrarte.
Sabía que no habría rastro de su carpeta en el sueño así que ni se molestó en buscarla, pero igualmente no la necesitaba. Conocía bien el hechizo, al fin y al cabo lo había creado ella.
Melodes asintió. Entre ellos, los demiurgos y el resto del Consejo trazaron un plan y, una vez se ultimaron los detalles y acordaron las posiciones, solo les quedó esperar.
<<Mierdamierdamierdamierda>>
Miró a Melodes y confirmó que ambos comprendían la situación, lo peor que podía pasar había pasado, habían actuado demasiado tarde. Pero entonces la demiurga apareció en la sala del trono. En otra vida, posiblemente Nihil la habría besado.
-¿¿Tenemos un velador??
Debía haber llegado con la última cosecha, que hubiese sobrevivido para ver la Luna Roja era sin duda un regalo de las madres tenebrosas. Aquello lo cambiaba todo.
-Antes de eso, Melodes -dijo Nihil, casi interrumpiendo al soñador -Puedo debilitar a la torre si corto su conexión con sus fuentes de energía. Tengo el contrahechizo para hacerlo, es lo que quería mostrarte.
Sabía que no habría rastro de su carpeta en el sueño así que ni se molestó en buscarla, pero igualmente no la necesitaba. Conocía bien el hechizo, al fin y al cabo lo había creado ella.
Melodes asintió. Entre ellos, los demiurgos y el resto del Consejo trazaron un plan y, una vez se ultimaron los detalles y acordaron las posiciones, solo les quedó esperar.
- InvitadoInvitado
Re: Salón del trono
26/01/19, 12:43 am
Nihil tomó una gran bocanada de aire nada más despertar. Lo primero que vio fue a un velador muy asustado y tras él...
-¿Akeyo?
Se despejó al instante. Ya estaba fuera del sueño, no tenían tiempo que perder. Se puso en pie con cuidado de no tropezar con el cuerpo de Siloco que se había desplomado a su lado. Le dio un toque con la bota para ponerlo en una postura un poco más digna y se sacudió el polvo de la ropa. << Y podrían barrer más a menudo la sala del trono>>
-Gracias por despertarme. ¿En qué situación estamos?
Mientras la ponían al día fue hasta la mesa del consejo y recuperó su carpeta. Sacó una hoja con instrucciones y se la tendió a la demiurga. No le hacía mucha gracia, se estaba exponiendo a sí misma, pero no le quedaba otra.
-Este es el hechizo de desvinculación, tardaremos menos si se pone alguien más aparte de mi con ello.
Sacó otra hoja de la carpeta, esta vez en blanco, y trazó cuatro glifos con la uña. Pronunció las sílabas del conjuro de localización y varias bengalas doradas salieron despedidas del papel, dejando una estela tras de sí que las conectaba a los glifos.
-Sé que es cantoso pero creo que lo de ser discretos ya no nos sirve de mucho. Dile a tu chica que le dé prioridad a los durmientes que señalan las bengalas doradas. Yo volveré en un momento, tengo que ocuparme de una cosa.
Una de esas bengalas llevaba hasta las profundidades del templo de los suicidas y ni aunque todos sus fieles estuvieran dormidos iba a dejar que nadie se adentrase en ellas.
-¿Akeyo?
Se despejó al instante. Ya estaba fuera del sueño, no tenían tiempo que perder. Se puso en pie con cuidado de no tropezar con el cuerpo de Siloco que se había desplomado a su lado. Le dio un toque con la bota para ponerlo en una postura un poco más digna y se sacudió el polvo de la ropa. << Y podrían barrer más a menudo la sala del trono>>
-Gracias por despertarme. ¿En qué situación estamos?
Mientras la ponían al día fue hasta la mesa del consejo y recuperó su carpeta. Sacó una hoja con instrucciones y se la tendió a la demiurga. No le hacía mucha gracia, se estaba exponiendo a sí misma, pero no le quedaba otra.
-Este es el hechizo de desvinculación, tardaremos menos si se pone alguien más aparte de mi con ello.
Sacó otra hoja de la carpeta, esta vez en blanco, y trazó cuatro glifos con la uña. Pronunció las sílabas del conjuro de localización y varias bengalas doradas salieron despedidas del papel, dejando una estela tras de sí que las conectaba a los glifos.
-Sé que es cantoso pero creo que lo de ser discretos ya no nos sirve de mucho. Dile a tu chica que le dé prioridad a los durmientes que señalan las bengalas doradas. Yo volveré en un momento, tengo que ocuparme de una cosa.
Una de esas bengalas llevaba hasta las profundidades del templo de los suicidas y ni aunque todos sus fieles estuvieran dormidos iba a dejar que nadie se adentrase en ellas.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Salón del trono
26/01/19, 02:20 pm
La demiurga le había indicado que despertase primero a Nihil y después le señaló a Melodes y a Doce Punto.
—Despierta a todos los presentes excepto a ellos dos —le indicó mientras se acercaba para atender a la súcubo y responder a sus preguntas.
Recogió el papel con el hechizo y comenzó a leerlo, pero se detuvo ante la nueva explicación.
>>Enseguida aviso a dama Anfiel, me quedaré aquí por ahora entonces para comenzar a ejecutar el hechizo mientras no regresas. Después ayudaré en la búsqueda de gente.
No le hizo falta comunicarse a distancia con la ángel, no obstante, pues en ese momento apareció por la puerta cargando con alguien más y acompañada de un humano.
—¡Akeyo! Qué bien que ya habéis despertado casi todos. ¿Qué significan esos rastros dorados que acaban de aparecer. Mira, este es Ramas, es inmune a la magia y me está ayudando.
La demiurga asintió dedicando una sonrisa al humano antes de empezar a explicarle a su pareja la situación.
Los miembros del Consejo, mientras tanto, se ponían en pie y comenzaban a trazar el plan a seguir.
—Yo me quedaré aquí y usando un hechizo de localización general que abarque toda la ciudad os indicaré hacia donde debéis dirigiros.
—Contamos contigo, Gahna —dijo Andras Sula—. Tenemos que repartirnos las zonas de la ciudad.
—Y deberíamos empezar por encargarnos de aquellos que se encuentran en el interior de edificios protegidos —apuntó Garoni—. Las calles se las podemos dejar a los que vayan despertando por el momento.
Todos se mostraron de acuerdo, y mientras se asignaban las zonas de cada uno Cicatriz se acercó a los recién llegados.
—Ramas, tu ayuda me sería muy valiosa. Dispongo de algunos hechizos anclados en talismanes, pero no tengo tiempo de preparar lo necesario para todo lo que nos podemos encontrar. Acompáñame.
Granta, por su parte, había terminado de despertar a los durmientes hasta el momento y escuchaba con atención todo lo que se decía, tratando de entender lo máximo posible de la situación. No estaba seguro de conocer todos los detalles, pero sí sabía una cosa: estaban muy jodidos y su presencia allí era vital.
----
—Lo han conseguido —había dicho Doce cuando comenzaron a desaparecer los demás miembros del Consejo.
Melodes asintió. Permanecieron en la sala hasta que solo quedaron ellos dos, momento en el que se pusieron en marcha.
—Nihil estará a punto de comenzar a debilitar el poder de la Torre. Debemos llegar hasta ella cuanto antes.
¿Y luego qué?
Aquella pregunta rondaba en la cabeza de los dos hombres, pero ninguno se atrevió a formularla en voz alta. El soñador sentía que estaba a punto de descubrirlo, pero la incertidumbre le estaba asfixiando. Y no obstante, aquello era lo que debía hacer. Nadie más podía. El momento que más temía había llegado finalmente. Tenía que entrar en la Torre.
—Despierta a todos los presentes excepto a ellos dos —le indicó mientras se acercaba para atender a la súcubo y responder a sus preguntas.
Recogió el papel con el hechizo y comenzó a leerlo, pero se detuvo ante la nueva explicación.
>>Enseguida aviso a dama Anfiel, me quedaré aquí por ahora entonces para comenzar a ejecutar el hechizo mientras no regresas. Después ayudaré en la búsqueda de gente.
No le hizo falta comunicarse a distancia con la ángel, no obstante, pues en ese momento apareció por la puerta cargando con alguien más y acompañada de un humano.
—¡Akeyo! Qué bien que ya habéis despertado casi todos. ¿Qué significan esos rastros dorados que acaban de aparecer. Mira, este es Ramas, es inmune a la magia y me está ayudando.
La demiurga asintió dedicando una sonrisa al humano antes de empezar a explicarle a su pareja la situación.
Los miembros del Consejo, mientras tanto, se ponían en pie y comenzaban a trazar el plan a seguir.
—Yo me quedaré aquí y usando un hechizo de localización general que abarque toda la ciudad os indicaré hacia donde debéis dirigiros.
—Contamos contigo, Gahna —dijo Andras Sula—. Tenemos que repartirnos las zonas de la ciudad.
—Y deberíamos empezar por encargarnos de aquellos que se encuentran en el interior de edificios protegidos —apuntó Garoni—. Las calles se las podemos dejar a los que vayan despertando por el momento.
Todos se mostraron de acuerdo, y mientras se asignaban las zonas de cada uno Cicatriz se acercó a los recién llegados.
—Ramas, tu ayuda me sería muy valiosa. Dispongo de algunos hechizos anclados en talismanes, pero no tengo tiempo de preparar lo necesario para todo lo que nos podemos encontrar. Acompáñame.
Granta, por su parte, había terminado de despertar a los durmientes hasta el momento y escuchaba con atención todo lo que se decía, tratando de entender lo máximo posible de la situación. No estaba seguro de conocer todos los detalles, pero sí sabía una cosa: estaban muy jodidos y su presencia allí era vital.
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—Lo han conseguido —había dicho Doce cuando comenzaron a desaparecer los demás miembros del Consejo.
Melodes asintió. Permanecieron en la sala hasta que solo quedaron ellos dos, momento en el que se pusieron en marcha.
—Nihil estará a punto de comenzar a debilitar el poder de la Torre. Debemos llegar hasta ella cuanto antes.
¿Y luego qué?
Aquella pregunta rondaba en la cabeza de los dos hombres, pero ninguno se atrevió a formularla en voz alta. El soñador sentía que estaba a punto de descubrirlo, pero la incertidumbre le estaba asfixiando. Y no obstante, aquello era lo que debía hacer. Nadie más podía. El momento que más temía había llegado finalmente. Tenía que entrar en la Torre.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Salón del trono
26/01/19, 10:49 pm
Atol
El despertar fue raro, como si saliera disparado de algo pegajoso y opresivo, con impulso pero despacio. Abrir los ojos y situarse fue peor en cuanto a desorientarse, y no por nada: estaba en otro sitio, y no uno cualquiera. No se lo creía, pero tendría sentido en cuanto viera a Cicatriz. Hacía apenas unos instantes estaba colaborando con los guardias de la explanada y ahora... No tuvo que esforzarse mucho para sacar energía y atar cabos parcialmente erróneos: pensaba que lo de la explanada había sido real. <<¿Acaso nos han atacado y he quedado inconsciente?>> ¿Pero por qué los habrían llevado al Castillo? ¿Tan jodida estaba la ciudad? Preguntaría, sin preocuparse por si realmente le habrían herido o por buscar explicaciones de cómo había llegado allí. Pero no estaba solo: había otros aquí y allá y a su vera había un asreniano desconocido. Mucho que aclarar. Pero como su jefa estaba allí, no se andaría por las ramas.
Se palpó el cuerpo buscando heridas por fin, y al no ver nada se incorporó y habló.
—¿Qué ha pasado, nos han atacado? ¿Puedo ayudar?
El despertar fue raro, como si saliera disparado de algo pegajoso y opresivo, con impulso pero despacio. Abrir los ojos y situarse fue peor en cuanto a desorientarse, y no por nada: estaba en otro sitio, y no uno cualquiera. No se lo creía, pero tendría sentido en cuanto viera a Cicatriz. Hacía apenas unos instantes estaba colaborando con los guardias de la explanada y ahora... No tuvo que esforzarse mucho para sacar energía y atar cabos parcialmente erróneos: pensaba que lo de la explanada había sido real. <<¿Acaso nos han atacado y he quedado inconsciente?>> ¿Pero por qué los habrían llevado al Castillo? ¿Tan jodida estaba la ciudad? Preguntaría, sin preocuparse por si realmente le habrían herido o por buscar explicaciones de cómo había llegado allí. Pero no estaba solo: había otros aquí y allá y a su vera había un asreniano desconocido. Mucho que aclarar. Pero como su jefa estaba allí, no se andaría por las ramas.
Se palpó el cuerpo buscando heridas por fin, y al no ver nada se incorporó y habló.
—¿Qué ha pasado, nos han atacado? ¿Puedo ayudar?
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Salón del trono
27/01/19, 05:31 pm
Lo primero que sentirían los ciudadanos al despertar sería una viscosidad fría recorriéndole el cuerpo. Luego llegaría el aire a sus pulmones, como si hubieran estado en el fondo de un lago y de golpe los sacaran a la superficie. La Rocavarancolia real carecía del aura que poseía la onírica, y aquello se notaba.
Casi en primero plano estaba Granta, soltando alguna de sus extremidades con una cara que mezclaba alivio y agobio. A su lado despertaba algún otro ciudadano, y podrían ver que el salón del trono estaba, al completo, lleno de cuerpos inconscientes. También podrían contemplar qué hacía Granta: tan pronto despertaba a alguien se colocaba entre dos monstruos al azar y agarraba a cada uno de algún lado. Algunos segundos después, estos despertaban. El velador realizaba estas acciones incansablemente, a máxima velocidad, sin frenar en ningún momento ni atender a requerimiento alguno. Las pocas veces que alguien mostraba conocerlo e interés en hablar con él le soltaba "Luego hablamos, ahora no tengo tiempo".
Si quien despertaba miraba más allá podría ver a Gahna gesticulando ante una ventana, mirando a la ciudad. Aquellas personas que tuvieran experiencia en telepatía podría darse cuenta de que la medio maga estaba hablando en aquel momento mediante ese método. Y parecía hacerlo con mucha prisa.
Ni medio minuto transcurriría desde su despertar hasta que se acercara lo que a todas luces era una criatura demiúrgica echa de prisa y corriendo. Alambres retorcidos formaban un cuerpo vagamente insectoide del tamaño de un antebrazo humano, con tres pequeños frutos a modo de ojos y boca. No es que la necesitara, porque el ser no hablaba, sino que se limitaba a reproducir el hechizo que le habían anclado, con un mensaje grabado.
—Este mensaje es para los recién despertados, de parte del Consejo Real y Su Majestad, Andras Sula —la voz la reconocerían todos los pertenecientes a los ejércitos rocavarancoleses: era la de Cicatriz. Y la urgencia y seriedad que poseía no la habrían escuchado nunca—. No hay tiempo para explicaciones ahora mismo. Baste decir que Rocavarancolia está en su hora de mayor necesidad y que debéis ayudarla. Vuestra misión es recoger a las personas inconscientes que hay por las calles y traerlas a este salón. Conocemos los instintos de nuestros ciudadanos, pero esta vez no toleraremos pérdida de tiempo en peleas entre los despiertos ni daño a los dormidos, os caigan mal o sean desconocidos. Cumplid con vuestra misión con rapidez y eficiencia o arriesgaoss a sufrir las iras de este Consejo, el rey y su dragón.
»Eso es todo. No hay tiempo para resolver dudas, estas serán atendidas más tarde. Poneos en camino de inmediato.
El bicho entonces volaría hacia alguna otra pareja recién despierta, sin hacer caso alguno a la reacción de aquellos a los que acababa de echar el discurso de la Comandante de los Ejércitos del Reino.
[Nota GMil: este discurso será soltado de forma idéntica a todo personaje al despertar. No sé podrá interactuar ni pedir explicaciones a nadie, en especial a Granta y Gahna, so pena de cabrear sobremanera a la maga del reino]
Casi en primero plano estaba Granta, soltando alguna de sus extremidades con una cara que mezclaba alivio y agobio. A su lado despertaba algún otro ciudadano, y podrían ver que el salón del trono estaba, al completo, lleno de cuerpos inconscientes. También podrían contemplar qué hacía Granta: tan pronto despertaba a alguien se colocaba entre dos monstruos al azar y agarraba a cada uno de algún lado. Algunos segundos después, estos despertaban. El velador realizaba estas acciones incansablemente, a máxima velocidad, sin frenar en ningún momento ni atender a requerimiento alguno. Las pocas veces que alguien mostraba conocerlo e interés en hablar con él le soltaba "Luego hablamos, ahora no tengo tiempo".
Si quien despertaba miraba más allá podría ver a Gahna gesticulando ante una ventana, mirando a la ciudad. Aquellas personas que tuvieran experiencia en telepatía podría darse cuenta de que la medio maga estaba hablando en aquel momento mediante ese método. Y parecía hacerlo con mucha prisa.
Ni medio minuto transcurriría desde su despertar hasta que se acercara lo que a todas luces era una criatura demiúrgica echa de prisa y corriendo. Alambres retorcidos formaban un cuerpo vagamente insectoide del tamaño de un antebrazo humano, con tres pequeños frutos a modo de ojos y boca. No es que la necesitara, porque el ser no hablaba, sino que se limitaba a reproducir el hechizo que le habían anclado, con un mensaje grabado.
—Este mensaje es para los recién despertados, de parte del Consejo Real y Su Majestad, Andras Sula —la voz la reconocerían todos los pertenecientes a los ejércitos rocavarancoleses: era la de Cicatriz. Y la urgencia y seriedad que poseía no la habrían escuchado nunca—. No hay tiempo para explicaciones ahora mismo. Baste decir que Rocavarancolia está en su hora de mayor necesidad y que debéis ayudarla. Vuestra misión es recoger a las personas inconscientes que hay por las calles y traerlas a este salón. Conocemos los instintos de nuestros ciudadanos, pero esta vez no toleraremos pérdida de tiempo en peleas entre los despiertos ni daño a los dormidos, os caigan mal o sean desconocidos. Cumplid con vuestra misión con rapidez y eficiencia o arriesgaoss a sufrir las iras de este Consejo, el rey y su dragón.
»Eso es todo. No hay tiempo para resolver dudas, estas serán atendidas más tarde. Poneos en camino de inmediato.
El bicho entonces volaría hacia alguna otra pareja recién despierta, sin hacer caso alguno a la reacción de aquellos a los que acababa de echar el discurso de la Comandante de los Ejércitos del Reino.
[Nota GMil: este discurso será soltado de forma idéntica a todo personaje al despertar. No sé podrá interactuar ni pedir explicaciones a nadie, en especial a Granta y Gahna, so pena de cabrear sobremanera a la maga del reino]
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Salón del trono
27/01/19, 09:35 pm
Dirke asintió ante la petición de Cicatriz y fue tras ella. Le alegraba ver al consejo despierto y actuando tan rápido. Era en momentos así en los que entendía la responsabilidad de sus puestos, lo capaces que eran realmente. No sentía ninguna envidia por ellos, eso sí, la responsabilidad de toda Rocavarancolia pendía sobre sus cabezas, mientras que él solo tenía que corretear de aquí para allá cargando dormidos.
Con ayuda de Cicatriz, sus amuletos y la tabla de transporte para cosechar, habían vuelto con gran parte de los habitantes de la sede, pero Rocavarancolia era sorprendentemente grande cuando se trataba de ir uno por uno. De vuelta en el salón del trono, Dirke se fijó en el muchacho de las uñas que acababa de levantarse y se le iluminaron los ojos al escuchar que quería ayudar. No solo lo conocía, sabía de su transformación y lo había visto entrenar en persona. Sería muy útil.
—¡Atol! —lo saludó solo cuando la creación de Akeyo le explicó lo ocurrido. Le hacía gracia escuchar la voz de Cicatriz dentro del saltamontes, reproduciéndose una y otra y otra vez—. ¿Vas bien de reservas? Tu magia nos vendría que ni al palo.
>>Me alegro de que estés bien, by the way, no me quiero imaginar lo que es vivir esa pesadilla... —había oído cosas en sus idas y venidas. Ninguna era buena.
Con ayuda de Cicatriz, sus amuletos y la tabla de transporte para cosechar, habían vuelto con gran parte de los habitantes de la sede, pero Rocavarancolia era sorprendentemente grande cuando se trataba de ir uno por uno. De vuelta en el salón del trono, Dirke se fijó en el muchacho de las uñas que acababa de levantarse y se le iluminaron los ojos al escuchar que quería ayudar. No solo lo conocía, sabía de su transformación y lo había visto entrenar en persona. Sería muy útil.
—¡Atol! —lo saludó solo cuando la creación de Akeyo le explicó lo ocurrido. Le hacía gracia escuchar la voz de Cicatriz dentro del saltamontes, reproduciéndose una y otra y otra vez—. ¿Vas bien de reservas? Tu magia nos vendría que ni al palo.
>>Me alegro de que estés bien, by the way, no me quiero imaginar lo que es vivir esa pesadilla... —había oído cosas en sus idas y venidas. Ninguna era buena.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Salón del trono
06/02/19, 11:17 pm
Ante una caseta de aspecto descuidado que se ocultaba en el bosque fantasma, un unicornio sentado en una butaca daba golpecitos rítmicos con el pie en el suelo. Su pose desmadejada era señal de que lo que llevaba en la pipa que fumaba era inusualmente fuerte, pero distaba de estar relajado.
El nerviosismo se había ido apoderando de Rutilante de manera lenta a lo largo de los meses. La carencia de sueño y el saberse en falta alimentaban su manía persecutoria. Llevaba días sin abandonar su refugio por temor a represalias. Tal vez desde que había salido la Luna.
Aquella noche se había dormido mientras fumaba en su butaca destartalada, solo para despertarse con una imagen ominosa en su mente. «Vienen a por mí» decidió. No sabía por qué le mostraban aquella torre, pero que alguien se molestase en entrar en su mente solo podía significar malas noticias.
Su pie se mecía incansablemente, mientras su expresión vacía no reflejaba nada de lo que pasaba por sus pensamientos. Dio una calada profunda. Escuchó pasos. Dio otra, entrecortada. La luz rojiza de la Luna le permirió ver a los tres miembros del consejo que se acercaban a su casa. Gahna, Cicatriz y Garoni.
—Bueno, bueno, bueno, ¿a qué se debe el honor? —alzó su voz tan rápido como levantó su cuerpo de la silla, casi perdiendo el equilibrio. La pipa se deslizó entre sus labios y se estrelló contra el suelo esparciendo las cenizas—. ¡Tres! ¡Tres miembros del consejo en mi casa! —se carcajeó—. ¿Os pongo un asiento, queréis tomar algo?
—No te molestes —dijo Gahna con sequedad—. No hemos venido a tomar el té.
—No puede ser, ¿eso es que habéis reconocido mis méritos por fin? ¿Qué puesto? No puedo esperar a escuchar…
La sonrisa fingida de Rutilante se borró de sus labios cuando Cicatriz tiró ante él la cabeza cortada del irrense de Letargo.
—Has contaminado la cosecha —gruñó Garoni—. Eran valiosos, ¿sabes?
—¿Se te han subido las vendas al cerebro, uva pasa? —replicó, mirando con asco los restos del chico—. No soy tan imbécil.
—Nosotros sí que no somos imbéciles, Rutilante —replicó Gahna. Parecía cansada de aquella pantomima, como si tuviese cosas mucho mejores que hacer que ejecutar drogadictos—. Los recuerdos que tenía el chaval no eran implantados.
—No te molestes en ponérnoslo difícil, unicornio, no estás en condiciones —añadió Cicatriz con desgana. A pesar de su tono de voz, su postura indicaba que estaba lista para lanzarse a por su víctima.
Rutilante se imaginó las garras afiladas de la comandante cortando su pescuezo. Sería una muerte rápida si no se resistía, solo que nunca había estado en sus planes dejarse matar sin más. Había reculado lentamente hasta quedar tras los hechizos que protegían su umbral, esperando que ganasen algo de tiempo para él. De su bolsillo sacó un papel plagado de runas que, al ser activadas, lo volvieron invisible. Su plan era salir volando por la ventana trasera y perderse entre los árboles encantados.
—No estropeéis el cuerno, por lo que más queráis —oyó decir a Garoni mientras conjuraba.
En otra realidad, lejos del bosque fantasma, el cuerpo del unicornio estaba tirado en el salón del consejo, a la espera de que un velador atareado lo sacase de su sueño. Granta apuraba el paso para alcanzar a cada nuevo durmiente, pero cuando se disponía a acuclillarse al lado de Rutilante vio con horror como su cuello era aplastado y dividido en dos. Se congeló durante unos segundos, incapaz de acostumbrarse a que aquello pudiese pasar, pero no tardó en buscar con la vista al siguiente durmiente. No podía permitirse parar ni para quitarse la sangre de encima. El cadáver del unicornio permanecería en el suelo hasta que alguien decidiese limpiar la sala o reconociese el valor de aquellos restos y lo reclamase para sí en la confusión del momento.
El nerviosismo se había ido apoderando de Rutilante de manera lenta a lo largo de los meses. La carencia de sueño y el saberse en falta alimentaban su manía persecutoria. Llevaba días sin abandonar su refugio por temor a represalias. Tal vez desde que había salido la Luna.
Aquella noche se había dormido mientras fumaba en su butaca destartalada, solo para despertarse con una imagen ominosa en su mente. «Vienen a por mí» decidió. No sabía por qué le mostraban aquella torre, pero que alguien se molestase en entrar en su mente solo podía significar malas noticias.
Su pie se mecía incansablemente, mientras su expresión vacía no reflejaba nada de lo que pasaba por sus pensamientos. Dio una calada profunda. Escuchó pasos. Dio otra, entrecortada. La luz rojiza de la Luna le permirió ver a los tres miembros del consejo que se acercaban a su casa. Gahna, Cicatriz y Garoni.
—Bueno, bueno, bueno, ¿a qué se debe el honor? —alzó su voz tan rápido como levantó su cuerpo de la silla, casi perdiendo el equilibrio. La pipa se deslizó entre sus labios y se estrelló contra el suelo esparciendo las cenizas—. ¡Tres! ¡Tres miembros del consejo en mi casa! —se carcajeó—. ¿Os pongo un asiento, queréis tomar algo?
—No te molestes —dijo Gahna con sequedad—. No hemos venido a tomar el té.
—No puede ser, ¿eso es que habéis reconocido mis méritos por fin? ¿Qué puesto? No puedo esperar a escuchar…
La sonrisa fingida de Rutilante se borró de sus labios cuando Cicatriz tiró ante él la cabeza cortada del irrense de Letargo.
—Has contaminado la cosecha —gruñó Garoni—. Eran valiosos, ¿sabes?
—¿Se te han subido las vendas al cerebro, uva pasa? —replicó, mirando con asco los restos del chico—. No soy tan imbécil.
—Nosotros sí que no somos imbéciles, Rutilante —replicó Gahna. Parecía cansada de aquella pantomima, como si tuviese cosas mucho mejores que hacer que ejecutar drogadictos—. Los recuerdos que tenía el chaval no eran implantados.
—No te molestes en ponérnoslo difícil, unicornio, no estás en condiciones —añadió Cicatriz con desgana. A pesar de su tono de voz, su postura indicaba que estaba lista para lanzarse a por su víctima.
Rutilante se imaginó las garras afiladas de la comandante cortando su pescuezo. Sería una muerte rápida si no se resistía, solo que nunca había estado en sus planes dejarse matar sin más. Había reculado lentamente hasta quedar tras los hechizos que protegían su umbral, esperando que ganasen algo de tiempo para él. De su bolsillo sacó un papel plagado de runas que, al ser activadas, lo volvieron invisible. Su plan era salir volando por la ventana trasera y perderse entre los árboles encantados.
—No estropeéis el cuerno, por lo que más queráis —oyó decir a Garoni mientras conjuraba.
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En otra realidad, lejos del bosque fantasma, el cuerpo del unicornio estaba tirado en el salón del consejo, a la espera de que un velador atareado lo sacase de su sueño. Granta apuraba el paso para alcanzar a cada nuevo durmiente, pero cuando se disponía a acuclillarse al lado de Rutilante vio con horror como su cuello era aplastado y dividido en dos. Se congeló durante unos segundos, incapaz de acostumbrarse a que aquello pudiese pasar, pero no tardó en buscar con la vista al siguiente durmiente. No podía permitirse parar ni para quitarse la sangre de encima. El cadáver del unicornio permanecería en el suelo hasta que alguien decidiese limpiar la sala o reconociese el valor de aquellos restos y lo reclamase para sí en la confusión del momento.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Salón del trono
12/02/19, 01:56 am
La primera de los dos en ser arrancada de sus pesadillas fue Eara. Cuando abrió los ojos lo hizo tosiendo, y se encontró tan sola como en su sueño, pero de un modo diferente. Estaba rodeada de gente desconocida, y un asreniano extraño acababa de tocarla a ella y a otra chica que no conocía y se había marchado, yendo hacia otra persona dormida de las muchas que había en aquel salón enorme. La aurva pensó que tenía que pasar algo muy surrealista para que aquello fuese la realidad, pero sabía que se había despertado, ya que todavía estaba fresco el escalofrío de haber salido por la fuerza de sus pesadillas.
No tardó en entender la función del asreniano, pero no fue hasta que se acercó la criatura demiúrgica con su mensaje grabado que empezó a calar en ella la gravedad del asunto. Buscó con la mirada a su alrededor, esperando ver caras conocidas. No se sentía tranquila sin sus amistades cerca, pero tal vez ya habían despertado y estaban ayudando, tarea en la que ella no podría aportar nada.
Pronto encontró a más inquilinos de Serpentaria cerca, entre ellos Ayne, al que una chica de piel oscura parecía estar hechizando. Se acercó a toda prisa, pero cuando llegó la desconocida ya se estaba retirando y parecía tener prisa. Eara se arrodilló al lado de su edeel y comprobó que se encontrase bien. No tardó en aparecer por allí el asreniano y Eara no pudo evitar notar que no todo el mundo recibía un hechizo antes de ser despertado, pero en aquel momento hacer preguntas no estaba permitido, así que se tuvo que limitar a esperar pacientemente.
En el plano onírico Ayne había alcanzado la explanada de los portales, tras tropezar y caer cuando apenas le faltaban un par de calles. Ante el portal de Sinhdro estaban Kirés y Lanor, esperando su llegada solo para decirle con la mirada que no había nada que hacer, que era tarde. Aunque reuniese el valor suficiente para ir a Sinhdro no habría nadie al otro lado esperándole. Estaba muerto para toda su familia, y así era exactamente como se sentía aunque su corazón todavía latiese.
Le costaba respirar mientras lloraba sin lágrimas, abandonado en aquella explanada, y le costaba respirar cuando una fuerza fría y viscosa empezó a tirar de él, amenazando con ahogarlo. Sentía que le estaban arrancando la vida, pero también que se volvía cada vez más ligero. Cuando por fin fue capaz de tomar una gran bocanada de aire se despertó en un lugar que no había visto nunca antes.
—Respira, enseguida se pasa. —Escuchó la voz preocupada de su aurva, que se había inclinado sobre él y trataba de levantarle la cabeza para que pudiese tomar aire mejor. Ayne se incorporó tan deprisa que se mareó.
—¿Qué… dónde? —balbuceó, aún confuso. ¿Aquello era la realidad o el sueño? Se aferró al brazo de Eara, temeroso de que volviese a desapareder, hasta que empezó a comprender que se acababa de despertar de una pesadilla extremadamente vívida.
—He oído que estamos en el salón del trono. Toda la ciudad se ha dormido, y están pidiendo ayuda para traerlos aquí y poder despertarlos. Enseguida van a venir a explicarlo, es… —Mientras decía aquello apareció una criatura que volvió a repetir el discurso que Eara ya había oído más de una vez mientras esperaba. Ayne puso toda su atención en la voz grabada, pero cuando terminó deseó que hubiesen incluido más explicaciones. Seguía sin entender nada.
—Tienes rascazos en la cara y las manos. —La voz de Eara lo sacó de su ensimismamiento. No había reparado en que el dolor de su caída lo había acompañado mundo real, y cuando vio la sangre en los raspones de sus palmas se quedó perplejo. En la biblioteca no podría haberse hecho heridas con ese aspecto—. ¿Te encuentras bien?
—Luces —farfulló, antes de dirigirse a su aurva—. No es nada, solo estoy agotado. ¿Y tú? ¿Te ha pasado algo?
—No, estoy bien —respondió Eara, aunque la notó inquieta—. ¿Qué vas a hacer? Están pidiendo que ayudemos, pero yo no puedo hacer nada.
Ayne se percató de la frustración de su voz. Sabía que debía ponerse en marcha en cuanto se sintiese menos embotado pero, a diferencia de Eara, en ese momento le importaba más ella que el resto de la ciudad. Le daba miedo dejarla rodeada de desconocidos transformados, porque aunque hubiesen prohibido los percances durante aquella situación de emergencia seguía reinando un caos en el que podía pasar cualquier cosa.
—No sé si podré hacer mucho, pero iré, qué remedio —respondió finalmente.
Se puso en pie y Eara hizo lo mismo. El edeel le pidió sus amuletos de protección y los recargó. Sabía que no tenía que decirle que tuviese cuidado, que Eara conocía sus límites y de quiénes se podía fiar o no, pero ni aun así iba a dejar de preocuparse. Fue ella quien lo dijo al final.
—Ten mucho cuidado ahí fuera.
—No es que asusten mucho los Rocavarancoleses dormidos —respondió, en un pobre intento de quitar hierro al asunto. El aurva esbozó un instante una sonrisa preocupada. No era fácil bromear cuando no sabían ni la magnitud del lío en el que estaban metidos—. Y, Eara… —comenzó de nuevo—. Lo siento. Por todo.
—Yo también lo siento —respondió ella de inmediato, pero él negó con la cabeza y la interrumpió.
—Este no es el momento ni el lugar, solo quería decirlo antes de que fuese demasiado tarde.
No tardó en entender la función del asreniano, pero no fue hasta que se acercó la criatura demiúrgica con su mensaje grabado que empezó a calar en ella la gravedad del asunto. Buscó con la mirada a su alrededor, esperando ver caras conocidas. No se sentía tranquila sin sus amistades cerca, pero tal vez ya habían despertado y estaban ayudando, tarea en la que ella no podría aportar nada.
Pronto encontró a más inquilinos de Serpentaria cerca, entre ellos Ayne, al que una chica de piel oscura parecía estar hechizando. Se acercó a toda prisa, pero cuando llegó la desconocida ya se estaba retirando y parecía tener prisa. Eara se arrodilló al lado de su edeel y comprobó que se encontrase bien. No tardó en aparecer por allí el asreniano y Eara no pudo evitar notar que no todo el mundo recibía un hechizo antes de ser despertado, pero en aquel momento hacer preguntas no estaba permitido, así que se tuvo que limitar a esperar pacientemente.
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En el plano onírico Ayne había alcanzado la explanada de los portales, tras tropezar y caer cuando apenas le faltaban un par de calles. Ante el portal de Sinhdro estaban Kirés y Lanor, esperando su llegada solo para decirle con la mirada que no había nada que hacer, que era tarde. Aunque reuniese el valor suficiente para ir a Sinhdro no habría nadie al otro lado esperándole. Estaba muerto para toda su familia, y así era exactamente como se sentía aunque su corazón todavía latiese.
Le costaba respirar mientras lloraba sin lágrimas, abandonado en aquella explanada, y le costaba respirar cuando una fuerza fría y viscosa empezó a tirar de él, amenazando con ahogarlo. Sentía que le estaban arrancando la vida, pero también que se volvía cada vez más ligero. Cuando por fin fue capaz de tomar una gran bocanada de aire se despertó en un lugar que no había visto nunca antes.
—Respira, enseguida se pasa. —Escuchó la voz preocupada de su aurva, que se había inclinado sobre él y trataba de levantarle la cabeza para que pudiese tomar aire mejor. Ayne se incorporó tan deprisa que se mareó.
—¿Qué… dónde? —balbuceó, aún confuso. ¿Aquello era la realidad o el sueño? Se aferró al brazo de Eara, temeroso de que volviese a desapareder, hasta que empezó a comprender que se acababa de despertar de una pesadilla extremadamente vívida.
—He oído que estamos en el salón del trono. Toda la ciudad se ha dormido, y están pidiendo ayuda para traerlos aquí y poder despertarlos. Enseguida van a venir a explicarlo, es… —Mientras decía aquello apareció una criatura que volvió a repetir el discurso que Eara ya había oído más de una vez mientras esperaba. Ayne puso toda su atención en la voz grabada, pero cuando terminó deseó que hubiesen incluido más explicaciones. Seguía sin entender nada.
—Tienes rascazos en la cara y las manos. —La voz de Eara lo sacó de su ensimismamiento. No había reparado en que el dolor de su caída lo había acompañado mundo real, y cuando vio la sangre en los raspones de sus palmas se quedó perplejo. En la biblioteca no podría haberse hecho heridas con ese aspecto—. ¿Te encuentras bien?
—Luces —farfulló, antes de dirigirse a su aurva—. No es nada, solo estoy agotado. ¿Y tú? ¿Te ha pasado algo?
—No, estoy bien —respondió Eara, aunque la notó inquieta—. ¿Qué vas a hacer? Están pidiendo que ayudemos, pero yo no puedo hacer nada.
Ayne se percató de la frustración de su voz. Sabía que debía ponerse en marcha en cuanto se sintiese menos embotado pero, a diferencia de Eara, en ese momento le importaba más ella que el resto de la ciudad. Le daba miedo dejarla rodeada de desconocidos transformados, porque aunque hubiesen prohibido los percances durante aquella situación de emergencia seguía reinando un caos en el que podía pasar cualquier cosa.
—No sé si podré hacer mucho, pero iré, qué remedio —respondió finalmente.
Se puso en pie y Eara hizo lo mismo. El edeel le pidió sus amuletos de protección y los recargó. Sabía que no tenía que decirle que tuviese cuidado, que Eara conocía sus límites y de quiénes se podía fiar o no, pero ni aun así iba a dejar de preocuparse. Fue ella quien lo dijo al final.
—Ten mucho cuidado ahí fuera.
—No es que asusten mucho los Rocavarancoleses dormidos —respondió, en un pobre intento de quitar hierro al asunto. El aurva esbozó un instante una sonrisa preocupada. No era fácil bromear cuando no sabían ni la magnitud del lío en el que estaban metidos—. Y, Eara… —comenzó de nuevo—. Lo siento. Por todo.
—Yo también lo siento —respondió ella de inmediato, pero él negó con la cabeza y la interrumpió.
—Este no es el momento ni el lugar, solo quería decirlo antes de que fuese demasiado tarde.
- InvitadoInvitado
Re: Salón del trono
12/02/19, 02:48 am
Nihil entró en la sala del trono con sus sacerdotes y fieles levitando tras ella. Barrió la sala con la mirada, ya había bastante gente repartida por el suelo de piedra y otros tantos despiertos dispuestos a marcharse u ocupados en tareas varias. La súcubo tendió a su corte de engendros en un sitio lo bastante alejado para que no supusiesen un estorbo y que fuese sencillo de vigilar. No podría dejar el castillo hasta que Quinto o Donna despertasen y se encargasen de mantener a los adeptos y a Tero bajo control. Miró al niño verde revolviéndose en sueños por el rabillo del ojo y lo petrificó con un hechizo. Mejor que cuando despertase tuviera bastante carga mágica como para ser útil.
Le hizo un gesto a Akeyo para hacer notar que había vuelto y se puso manos a la obra. No había tiempo que perder. Siguió una de las estelas doradas hasta un ciudadanos dormido y se dispuso a romper su vínculo con la Torre.
--
Dama Isis despertó gritando, posiblemente provocándole un pequeño infarto al pobre Granta. La veela no tuvo tiempo de asustarse con su aspecto ni pedir clemencia, el velador se alejó con una disculpa para atender a otra persona y en su lugar un bichito extraño se posó en su rodilla. La confusión que sentía era tal que sus oídos tardaron en funcionar, por lo que le costó procesar el discurso del bichito demiúrgico. Al final logró atar cabos: todo había sido un sueño provocado por algún tipo de fuerza maligna. Eso significaba que sus amigas no la habían traicionado y que ningún mercenario estaba a punto de venderla en el mercado por su pelo. El alivio que sintió dama Isis fue tal que la parte en la que la ciudad seguía estando en serio peligro y que todos estaban bajo la amenaza de algo turbio y poderoso paso a segundo plano.
Miró a su alrededor. Estaban en… la verdad es que no tenía ni idea de donde estaban, aunque le recordaba vagamente a uno de los edificios que había visitado con Samika en Londres (bastante más descuidado y feo). Había gente tirada por todas partes, algunos durmiendo y otros en el mismo estado de confusión en el que se encontraba ella, y gente con cara de angustia yendo de acá para allá. Entonces divisó a Eara entre la gente y el alivio se hizo aún mayor.
-¡Eara! -gritó. Le costó un poco ponerse en pie pues sentía las piernas entumecidas pero corrió como pudo hasta su amiga, descalza, sin maquillar y con gruesos lagrimones cayéndole por las mejillas. -¡Oh, Eara he tenido una pesadilla horrible que te rompes! ¡Me alegro mucho de que estés bien!
Abrazó a la sinhadre con fuerza, sin importarle demasiado el jaleo que estuviese formando. Se permitió llorar un poco, quejarse de lo mal que lo había pasado y expresar su felicidad por ver a Eara sana y salva antes de informarse debidamente de la situación.
-¿Dónde está Ayne? -preguntó, dejando a la sinhadre libre por fin -¿Llevas mucho tiempo aquí? ¿Has visto a alguien más?
Le hizo un gesto a Akeyo para hacer notar que había vuelto y se puso manos a la obra. No había tiempo que perder. Siguió una de las estelas doradas hasta un ciudadanos dormido y se dispuso a romper su vínculo con la Torre.
--
Dama Isis despertó gritando, posiblemente provocándole un pequeño infarto al pobre Granta. La veela no tuvo tiempo de asustarse con su aspecto ni pedir clemencia, el velador se alejó con una disculpa para atender a otra persona y en su lugar un bichito extraño se posó en su rodilla. La confusión que sentía era tal que sus oídos tardaron en funcionar, por lo que le costó procesar el discurso del bichito demiúrgico. Al final logró atar cabos: todo había sido un sueño provocado por algún tipo de fuerza maligna. Eso significaba que sus amigas no la habían traicionado y que ningún mercenario estaba a punto de venderla en el mercado por su pelo. El alivio que sintió dama Isis fue tal que la parte en la que la ciudad seguía estando en serio peligro y que todos estaban bajo la amenaza de algo turbio y poderoso paso a segundo plano.
Miró a su alrededor. Estaban en… la verdad es que no tenía ni idea de donde estaban, aunque le recordaba vagamente a uno de los edificios que había visitado con Samika en Londres (bastante más descuidado y feo). Había gente tirada por todas partes, algunos durmiendo y otros en el mismo estado de confusión en el que se encontraba ella, y gente con cara de angustia yendo de acá para allá. Entonces divisó a Eara entre la gente y el alivio se hizo aún mayor.
-¡Eara! -gritó. Le costó un poco ponerse en pie pues sentía las piernas entumecidas pero corrió como pudo hasta su amiga, descalza, sin maquillar y con gruesos lagrimones cayéndole por las mejillas. -¡Oh, Eara he tenido una pesadilla horrible que te rompes! ¡Me alegro mucho de que estés bien!
Abrazó a la sinhadre con fuerza, sin importarle demasiado el jaleo que estuviese formando. Se permitió llorar un poco, quejarse de lo mal que lo había pasado y expresar su felicidad por ver a Eara sana y salva antes de informarse debidamente de la situación.
-¿Dónde está Ayne? -preguntó, dejando a la sinhadre libre por fin -¿Llevas mucho tiempo aquí? ¿Has visto a alguien más?
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Salón del trono
12/02/19, 03:48 am
Jack y Erika
Fue como salir de una ciénaga después de saltar desde gran altura. Desorientados, desubicados, confusos, asustados... En el caso de Jack, presa de una tristeza y angustia indescriptibles. Erika, en cambio, aún más confundida pero leyendo entre líneas antes de que les pusieran al día. Aun con la explicación, ninguno se lo creía. Pero no tenían tiempo que perder: el Cuchitril estaba protegido, nadie los había despertado y ellos podrían entrar y traerlos. Se centró en eso para intentar funcionar, literalmente.
Sin embargo, el vampiro corrió lleno de dudas. ¿Y si había oído sus gritos porque en sus sueños estaban en peligro? ¿Y si su pesadilla se hacía realidad ahora en esta nueva carrera? De esos pensamientos salían varios trenes "Ysi" sin destino, pero todos cargados de dinamita hasta arriba.
Pero todo eso dio igual en cuanto se abrieron paso en el Cuchitril y entre él, la bruja, y la magia de ambos y las burbujas de ella los fueron sacando. Respiraban, pero algo les estaba pasando al otro lado.
Cuando poco después vieron la amputación de Adara, en frío y grosero directo, a Jack a punto estuvo de darle un "infarto". Urgió al velador a que la sacase de ahí mientras Erika ayudaría en lo que fuera para su "herida" y atendería a Wen también. Los demás siguieron a las chicas. Al rubio se le escaparon las lágrimas, de pie frente a sus amigos. Estaban vivos, joder. Habían llegado a tiempo y estaban vivos. Pero ni siquiera quería saber si les habían salvado de algo, porque no quería ni pensar en qué embrollo se habrían visto envueltos. No sabía ni qué decirles, porque acababa de ver cómo su amiga perdía un brazo y él solo había creído verles morir, pero ellos... Intentó mantener la compostura y secarse la cara, porque tenía la cara roja de llorar por el susto y la alegría y no debía ser la mejor visión tras una pesadilla de verdad, ni tampoco quería que los desconocidos le vieran así. No dejaba de ser Rocavarancolia y tenían cosas que hacer, podría ponerse sentimental después, pensaba. Pero, maldita sea, sus amigos estaban vivos ¿y no le salían las palabras? ¿Qué iba a decirles, "menos mal que las cenizas que creí vuestras eran una pesadilla"? Apenas habían pasado unos minutos desde eso. Y si lo recordaba lo más mínimo le picaban los ojos.
Les sonrió lo mejor que pudo y esperó a que se recompusieran y pudieran explicarles. Debía ir a la Bodega cuanto antes, también, pues no había visto a sus empleados ni Elunin aún. Vio caras conocidas, sí, pero su atención estaba volcada en los Cuchitrileros.
Fue como salir de una ciénaga después de saltar desde gran altura. Desorientados, desubicados, confusos, asustados... En el caso de Jack, presa de una tristeza y angustia indescriptibles. Erika, en cambio, aún más confundida pero leyendo entre líneas antes de que les pusieran al día. Aun con la explicación, ninguno se lo creía. Pero no tenían tiempo que perder: el Cuchitril estaba protegido, nadie los había despertado y ellos podrían entrar y traerlos. Se centró en eso para intentar funcionar, literalmente.
Sin embargo, el vampiro corrió lleno de dudas. ¿Y si había oído sus gritos porque en sus sueños estaban en peligro? ¿Y si su pesadilla se hacía realidad ahora en esta nueva carrera? De esos pensamientos salían varios trenes "Ysi" sin destino, pero todos cargados de dinamita hasta arriba.
Pero todo eso dio igual en cuanto se abrieron paso en el Cuchitril y entre él, la bruja, y la magia de ambos y las burbujas de ella los fueron sacando. Respiraban, pero algo les estaba pasando al otro lado.
Cuando poco después vieron la amputación de Adara, en frío y grosero directo, a Jack a punto estuvo de darle un "infarto". Urgió al velador a que la sacase de ahí mientras Erika ayudaría en lo que fuera para su "herida" y atendería a Wen también. Los demás siguieron a las chicas. Al rubio se le escaparon las lágrimas, de pie frente a sus amigos. Estaban vivos, joder. Habían llegado a tiempo y estaban vivos. Pero ni siquiera quería saber si les habían salvado de algo, porque no quería ni pensar en qué embrollo se habrían visto envueltos. No sabía ni qué decirles, porque acababa de ver cómo su amiga perdía un brazo y él solo había creído verles morir, pero ellos... Intentó mantener la compostura y secarse la cara, porque tenía la cara roja de llorar por el susto y la alegría y no debía ser la mejor visión tras una pesadilla de verdad, ni tampoco quería que los desconocidos le vieran así. No dejaba de ser Rocavarancolia y tenían cosas que hacer, podría ponerse sentimental después, pensaba. Pero, maldita sea, sus amigos estaban vivos ¿y no le salían las palabras? ¿Qué iba a decirles, "menos mal que las cenizas que creí vuestras eran una pesadilla"? Apenas habían pasado unos minutos desde eso. Y si lo recordaba lo más mínimo le picaban los ojos.
Les sonrió lo mejor que pudo y esperó a que se recompusieran y pudieran explicarles. Debía ir a la Bodega cuanto antes, también, pues no había visto a sus empleados ni Elunin aún. Vio caras conocidas, sí, pero su atención estaba volcada en los Cuchitrileros.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Salón del trono
12/02/19, 05:09 pm
Eara estaba de pie sin saber dónde meterse. A su alrededor veía que había gente herida, más de lo que debería ser normal en aquellas circunstancias, y no acababa de entender qué clase de peligro corrían. Cuando la voz de Twix llamó su atención se giró, buscándola, y sonrió con alivio al verla sana y salva.
—¡Twix! —la llamó de vuelta sin pensar en que tal vez no debía usar ese nombre. Comenzó a caminar a grandes zancadas en su dirección hasta que se encontraton y recibió su abrazo, que le devolvió al momento. Ella misma no se podía quitar su pesadilla de la cabeza, aunque ahora fuese consciente de que no tenía sentido. Nadie se había ido a ningún lado, y no lo harían sin ella.
»Menos mal que estás bien —le dijo—. Parece que la situación es grave, estaba muy preocupada.
Cuando se separaron y la veela empezó a hacer preguntas, Eara miró alrededor de nuevo.
—Todavía no he visto a nadie más, podrían estar fuera ayudando o no estar aquí todavía. Como sea, espero que estén bien… —Su preocupación quedaba patente por el temblor de su voz—. Ayne se fue hace un momento a intentar ayudar a traer gente, así que no llevo mucho tiempo sola. ¿Qué vas a hacer tú?
—¡Twix! —la llamó de vuelta sin pensar en que tal vez no debía usar ese nombre. Comenzó a caminar a grandes zancadas en su dirección hasta que se encontraton y recibió su abrazo, que le devolvió al momento. Ella misma no se podía quitar su pesadilla de la cabeza, aunque ahora fuese consciente de que no tenía sentido. Nadie se había ido a ningún lado, y no lo harían sin ella.
»Menos mal que estás bien —le dijo—. Parece que la situación es grave, estaba muy preocupada.
Cuando se separaron y la veela empezó a hacer preguntas, Eara miró alrededor de nuevo.
—Todavía no he visto a nadie más, podrían estar fuera ayudando o no estar aquí todavía. Como sea, espero que estén bien… —Su preocupación quedaba patente por el temblor de su voz—. Ayne se fue hace un momento a intentar ayudar a traer gente, así que no llevo mucho tiempo sola. ¿Qué vas a hacer tú?
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Salón del trono
13/02/19, 03:23 pm
Krono Rádem
Estaba en un lugar que no había visto nunca, pero no le costó reconocerlo como parte del castillo tras incorporarse, frotarse los ojos y comprobar que podía moverse. Por supuesto así era, ya que habría sido completamente ilógico de otro modo. Su tic-tac también estaba allí, como siempre y como cabría esperar. No tendría sentido que no fuese así, pero durante el transcurso de aquella pesadilla se lo había creído. Había sido un sueño, un sueño muy real. El ingeniero no tenía duda de que la Torre había hecho aquello aunque desconocía los detalles. La criatura demiúrgica se le acercó mientras terminaba de recuperar la verticalidad y el kairós prestó toda su atención al mensaje. Observó a su alrededor buscando caras conocidas, pues pensaba ir en busca de sus amigos primero si es que todavía no habían sido recogidos. Antes de que pudiese siquiera terminar de examinar sus alrededores, la maga suprema del reino se acercó apresuradamente a él.
—Krono Rádem, teletranspórtate al interior de la Sede de los Taumaturgos y comieza a traer a los que se encuentran allí.
La maga suprema no dijo nada más, se dio la vuelta mientras enviaba un mensaje telepático a Cicatriz para explicarle que se encontraban cerca de una casa con seguridad fácilmente salvable por Ramas en la que había tres personas. A continuación su mirada se posó en un grupo de tres chicas y encaminó sus pasos hacia ellas.
Irianna
Se despertó gritando, pero enseguida se detuvo una vez consiguió enfocar su mirada y ver varias caras que, durante un instante, se habían girado hacia ella. Un asreniano de aspecto extraño se encontraba muy cerca de ella y le dedicó una breve mirada seria antes de simplemente darse la vuelta y acercarse a una persona tirada en el suelo. La idrina no sabía dónde se encontraba y el aturdimiento que sentía sumado a las imágenes de aquella pesadilla que todavía permanecían grabadas en su mente no la estaban ayudando. Se levantó notando el frío suelo en sus pies descalzos, pues iba vestida para dormir. No era extraño, teniendo en cuenta que lo último que recordaba antes de que se desatase aquel infierno en su mente era estar metida en su cama, pero empezaba a notar escalofríos. No tenía muy claro que el motivo fuese el contacto de su piel con el suelo, no obstante, pero de todos modos decidió lanzarse un hechizo de levitación y desplazarse a un par de centímetros por el aire. Mientras lo hacía se le acercó una criatura demiúrgica que reprodujo un mensaje.
La información era escasa, pero lo suficiente como para saber por qué estaba allí y que se suponía que debía hacer. La imagen de Veril todavía no quería abandonar sus pensamientos, pero apretó los dientes y suspiró tratando de centrarse. Fue entonces cuando una atracción familiar le hizo mirar en una dirección concreta, distinguiendo entonces la esbelta figura de dama Isis. Se apresuró en acercarse a ella, la primera persona conocida que había visto, y descubrió que además la acompañaba Eara.
—¿Os encontráis bien? ¿Habéis visto a los demás? —Preguntó apresuradamente.
No mucho después de haber iniciado conversación con sus amigas la voz de Gahna cerca de ellas llamó su atención al nombrar a alguien conocido. La maga le dio instrucciones al irrense, a quien vio asentir poco antes de desaparecer con su habilidad de teletransporte.
>>Igual debería ayudar a recuperar gente de los refugios… —dijo empezando a levitar en dirección a la salida. Una vez más, la voz de la hermana de dragones la detuvo.
—Nebulomante Irianna, espera. Tu dominio será más útil en las calles para cubrir terreno. En cuanto haya terminado el asunto que me ocupa en este momento me comunicaré contigo telepáticamente. Te voy a aplicar un sortilegio que me permitirá saber donde te encuentras en todo momento —le advirtió antes de llevarlo a cabo para evitar que se alarmase—. Dama Isis —se dirigió entonces a la veela—. Ayúdala, podréis traer a la gente más deprisa si sois dos. Y tú... —buscó algo en su bolsillo y se lo tendió a Eara—. Son talismanes que contienen varias cargas de hechizos de restauración. Ayuda al equipo médico. Puedes hablar con el brujo Enredo —señaló con un gesto que hizo aparecer una pequeña bola de luz sobre la cabeza de un humano que solo la sinhadre podría ver.
Después de eso Gahna volvió a alejarse, seguía dándoles instrucciones a los demás miembros del Consejo sin perder un segundo.
Estaba en un lugar que no había visto nunca, pero no le costó reconocerlo como parte del castillo tras incorporarse, frotarse los ojos y comprobar que podía moverse. Por supuesto así era, ya que habría sido completamente ilógico de otro modo. Su tic-tac también estaba allí, como siempre y como cabría esperar. No tendría sentido que no fuese así, pero durante el transcurso de aquella pesadilla se lo había creído. Había sido un sueño, un sueño muy real. El ingeniero no tenía duda de que la Torre había hecho aquello aunque desconocía los detalles. La criatura demiúrgica se le acercó mientras terminaba de recuperar la verticalidad y el kairós prestó toda su atención al mensaje. Observó a su alrededor buscando caras conocidas, pues pensaba ir en busca de sus amigos primero si es que todavía no habían sido recogidos. Antes de que pudiese siquiera terminar de examinar sus alrededores, la maga suprema del reino se acercó apresuradamente a él.
—Krono Rádem, teletranspórtate al interior de la Sede de los Taumaturgos y comieza a traer a los que se encuentran allí.
La maga suprema no dijo nada más, se dio la vuelta mientras enviaba un mensaje telepático a Cicatriz para explicarle que se encontraban cerca de una casa con seguridad fácilmente salvable por Ramas en la que había tres personas. A continuación su mirada se posó en un grupo de tres chicas y encaminó sus pasos hacia ellas.
Irianna
Se despertó gritando, pero enseguida se detuvo una vez consiguió enfocar su mirada y ver varias caras que, durante un instante, se habían girado hacia ella. Un asreniano de aspecto extraño se encontraba muy cerca de ella y le dedicó una breve mirada seria antes de simplemente darse la vuelta y acercarse a una persona tirada en el suelo. La idrina no sabía dónde se encontraba y el aturdimiento que sentía sumado a las imágenes de aquella pesadilla que todavía permanecían grabadas en su mente no la estaban ayudando. Se levantó notando el frío suelo en sus pies descalzos, pues iba vestida para dormir. No era extraño, teniendo en cuenta que lo último que recordaba antes de que se desatase aquel infierno en su mente era estar metida en su cama, pero empezaba a notar escalofríos. No tenía muy claro que el motivo fuese el contacto de su piel con el suelo, no obstante, pero de todos modos decidió lanzarse un hechizo de levitación y desplazarse a un par de centímetros por el aire. Mientras lo hacía se le acercó una criatura demiúrgica que reprodujo un mensaje.
La información era escasa, pero lo suficiente como para saber por qué estaba allí y que se suponía que debía hacer. La imagen de Veril todavía no quería abandonar sus pensamientos, pero apretó los dientes y suspiró tratando de centrarse. Fue entonces cuando una atracción familiar le hizo mirar en una dirección concreta, distinguiendo entonces la esbelta figura de dama Isis. Se apresuró en acercarse a ella, la primera persona conocida que había visto, y descubrió que además la acompañaba Eara.
—¿Os encontráis bien? ¿Habéis visto a los demás? —Preguntó apresuradamente.
No mucho después de haber iniciado conversación con sus amigas la voz de Gahna cerca de ellas llamó su atención al nombrar a alguien conocido. La maga le dio instrucciones al irrense, a quien vio asentir poco antes de desaparecer con su habilidad de teletransporte.
>>Igual debería ayudar a recuperar gente de los refugios… —dijo empezando a levitar en dirección a la salida. Una vez más, la voz de la hermana de dragones la detuvo.
—Nebulomante Irianna, espera. Tu dominio será más útil en las calles para cubrir terreno. En cuanto haya terminado el asunto que me ocupa en este momento me comunicaré contigo telepáticamente. Te voy a aplicar un sortilegio que me permitirá saber donde te encuentras en todo momento —le advirtió antes de llevarlo a cabo para evitar que se alarmase—. Dama Isis —se dirigió entonces a la veela—. Ayúdala, podréis traer a la gente más deprisa si sois dos. Y tú... —buscó algo en su bolsillo y se lo tendió a Eara—. Son talismanes que contienen varias cargas de hechizos de restauración. Ayuda al equipo médico. Puedes hablar con el brujo Enredo —señaló con un gesto que hizo aparecer una pequeña bola de luz sobre la cabeza de un humano que solo la sinhadre podría ver.
Después de eso Gahna volvió a alejarse, seguía dándoles instrucciones a los demás miembros del Consejo sin perder un segundo.
- InvitadoInvitado
Re: Salón del trono
14/02/19, 04:52 pm
Ayne se había ido hacía poco, seguramente para seguir las indicaciones del bichito mecánico, pero le daba un poco de cosa que hubiese dejado a Eara allí sola. Aunque la sinhadre le dijo que no había visto a nadie más del grupo Isis miró a su alrededor, en especial a las puertas y ventanas por donde no dejaban de entrar durmientes.
-No sé qué haré. Sé que debería ayudar pero…
De pronto entre el bullicio se oyó un grito y la veela se puso en guardia. Era Irianna, recién arrancada de su pesadilla. Le hizo señas cuando la vio que miraba en su dirección y en cuanto la tuvo cerca le dio un abrazo como había hecho con Eara.
-Menos mal que tú también estás bien, esto es una locura.
Dama Isis iba a proponer que, si tenían que salir a buscar gente, le diesen prioridad a sus amigos, cuando un miembro del Consejo se dirigió a ellas. Incluso en esa situación la veela no podía evitar preguntarse si alguna vez llegaría a vestirla, era una mujer con mucho porte a pesar de sus rasgos monstruosos. Le lanzó a Eara una mirada de preocupación pero asintió y accedió a ayudar a Irianna.
-Nos veremos aquí luego -le dijo, luego siguió a la nebulomante a la ventana más cercana.
-No sé qué haré. Sé que debería ayudar pero…
De pronto entre el bullicio se oyó un grito y la veela se puso en guardia. Era Irianna, recién arrancada de su pesadilla. Le hizo señas cuando la vio que miraba en su dirección y en cuanto la tuvo cerca le dio un abrazo como había hecho con Eara.
-Menos mal que tú también estás bien, esto es una locura.
Dama Isis iba a proponer que, si tenían que salir a buscar gente, le diesen prioridad a sus amigos, cuando un miembro del Consejo se dirigió a ellas. Incluso en esa situación la veela no podía evitar preguntarse si alguna vez llegaría a vestirla, era una mujer con mucho porte a pesar de sus rasgos monstruosos. Le lanzó a Eara una mirada de preocupación pero asintió y accedió a ayudar a Irianna.
-Nos veremos aquí luego -le dijo, luego siguió a la nebulomante a la ventana más cercana.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Salón del trono
14/02/19, 05:50 pm
Enredo murmuraba para sí mientras reconstruía la pierna de un durmiente. Parecía peor de lo que en realidad era, tenía el hueso destrozado, y en algunos puntos el fémur había atravesado la carne y estaba al aire. Se preguntó que rayos le había causado aquello.
Se había despertado en el castillo, en un lugar que al principio no reconoció pero luego se le hizo familiar. Escuchó la situación de parte de una criatura demiúrgica y cuando se estaba levantando Gahna se acercó a él para pedirle que ayudase al equipo médico. Enredo tardó apenas un par de minutos en ponerse a ayudar tras haberse despejado.
Recordaba su pesadilla con toda claridad pero apartó aquellos pensamientos. La situación era más que urgente, y el equipo médico apenas daba abasto. Sin dejarse llevar por el pánico rompió varias de las esferas que llevaba en el cinturón y las enredaderas crecieron aferrándose al cuerpo del humano. Una pena que no hubieran traído también su báculo, pero era lógico. Y el brujo no quería ni pensar en que tendría que restaurar las defensas de su casa cuando volviese.
Dejó al durmiente cuando la pierna ya estuvo bien y se movió al siguiente. Esta vez la sangre salía de los oídos, tras una revisión rápida no tenía más lesiones. No podía saber si tendría lesiones cerebrales hasta que se despertarse así que se dedicó a reconstruir los tímpanos del pobre desgraciado.
Mientras dirigió una mirada a Irdil que seguía dormido pero ileso. Esperaba que el velador se diese prisa en despertarlo, si la pesadilla del idrino era tan mala como la del brujo a Enredo no le cabía la menor duda de que se enfrentaba a un trasgo en sus sueños.
Se había despertado en el castillo, en un lugar que al principio no reconoció pero luego se le hizo familiar. Escuchó la situación de parte de una criatura demiúrgica y cuando se estaba levantando Gahna se acercó a él para pedirle que ayudase al equipo médico. Enredo tardó apenas un par de minutos en ponerse a ayudar tras haberse despejado.
Recordaba su pesadilla con toda claridad pero apartó aquellos pensamientos. La situación era más que urgente, y el equipo médico apenas daba abasto. Sin dejarse llevar por el pánico rompió varias de las esferas que llevaba en el cinturón y las enredaderas crecieron aferrándose al cuerpo del humano. Una pena que no hubieran traído también su báculo, pero era lógico. Y el brujo no quería ni pensar en que tendría que restaurar las defensas de su casa cuando volviese.
Dejó al durmiente cuando la pierna ya estuvo bien y se movió al siguiente. Esta vez la sangre salía de los oídos, tras una revisión rápida no tenía más lesiones. No podía saber si tendría lesiones cerebrales hasta que se despertarse así que se dedicó a reconstruir los tímpanos del pobre desgraciado.
Mientras dirigió una mirada a Irdil que seguía dormido pero ileso. Esperaba que el velador se diese prisa en despertarlo, si la pesadilla del idrino era tan mala como la del brujo a Enredo no le cabía la menor duda de que se enfrentaba a un trasgo en sus sueños.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
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