La Bodega

Tanto Giz como Gael felicitan al brujo y luego se despiden.
-¡Nos vemos!

Una vez solos, Matt llega a la parte importante del asunto: programarlos. <<Sólo a mí. Van a estar fuera, nadie del interior tendrá acceso a ellos excepto yo. Ni siquiera Erika va a ir por los Subterráneos así que...>>

-Tienen que responder sólo ante mí.

Le observo trabajar y luego me pide que les ordene algo. Al gólem le ordeno que se plante frente a la puerta opuesta a las escaleras, por donde se sale a los Subterráneos, y que los perros se coloquen a su espalda. A la araña y a la chica las pongo juntas entre los perros*.

-¿Salir? Algún día que me aburra me bajaré ahí con un mapa y una linterna, a ver hasta dónde llego.-bromeé.-No estaría mal verlos en acción. Habrá que internarse un poco más, eso sí, ya que hay un perímetro de seguridad amplio más allá del portón.

Tanto las paredes del almacén como las del otro lado del portón eran las originales, aunque un poco más gruesas y protegidas las del interior, de la encrucijada de túneles en que estaba construido este. El almacén era un nido de trampas que se activaba en cuanto yo dejaba de estar ahí. Y por su parte, el portón contaba con varios hechizos para impedir la entrada de cualquier criatura. Entre ellos, y los más costosos (los iba reponiendo o añadiendo cada Luna debido al inmenso gasto que suponían), varios sortilegios sangrientos a ambos lados. Pero todos y cada uno de ellos respondían ante mí, así que me adelanté a abrir, sorteando a las criaturas. A la vez, avisé al brujo de que no tocase ni rozase lo más mínimo la aparentemente inofensiva puerta, ya que no estaba seguro de si corría sangre por sus venas ni quería revelar qué hechizos la protegían. Ordené al gólem que saliera al ritmo en que se abría la puerta, por si acaso, aunque no debería haber nada vivo al otro lado. Una vez "fuera", iluminé el túnel con una palmada.

-Aquí es donde van a vivir tus criaturas. Y aquí es donde empieza lo bueno. ¿Ves hasta dónde aguanta la luz? Pues un poco más allá ya veo a las primeras alimañas... Normalmente no se acercan, pero a veces algunas más grandes y atrevidas lo hacen. O incluso alguna quimeras con magia, qué dolor de cabeza que me dan.

Bestias inteligentes, eso había que concedérselo, ya que los hombres bestia y todas aquellas con sangre utilizable habían aprendido a no acercarse. Para las alimañas solía bastar con reponer las trampas, pero con las mencionadas anteriormente tenía que personarme yo mismo en cuanto me enteraba por los hechizos de vigilancia.
-¿Avanzamos? ¿Necesitas luz para luchar o te apañas a oscuras? ¿Y tus criaturas?-inquirí una vez cerré el portón e invocadas ya mis armas.

Lo siguiente se roleará de forma paralela a los acontecimientos de Maciel. Sigue en los Subterráneos.
*Gólem delante. Detrás: Perro-Chica-Perro-Araña-Perro

-Buenas tardes, en que puedo atenderle?- Alder vaciló cuando se dio cuenta de quien era la persona que tenía delante.- Melodes, ¿verdad? Seon me ha hablado de usted.¿Que puedo servirle?

La segunda vez que pasó por su mesa, botella en mano, se decidió a hablar de nuevo.
- ¿Puedo hacerle una pregunta?- dijo mientras dejaba una copa junto a la botella.- ¿Basta presentar un plan de invasión para quemar un mundo?

Se fiaba de la respuesta que pudiera darle el maestro de Seon, y aquello era algo que la reconcomía desde hacia tiempo. Necesitaba desmentir que su familia y su mundo estaban en peligro.

Declinó la invitación a sentarse con la excusa de estar trabajando. Pero no se sintió del todo tranquila con la contestación.
- Yo no creería que hubiera ningun interés en una guerra con Sinhdro. Pero... lo que quiere decir es que no la van a quemar para invadirla. ¿Y si la quemase un soldado? ¿O si lo quemase cualquiera que fuera de visita? ¿Que lo impide?

Alder se quedó unos segundos pensativa.
- Las pruebas para el ejercito...incluían algo psicologico, ¿verdad? No creo que dejasen sin vigilancia a Yrio si volviese a Sinhdro. No es una garantía, pero me deja mas tranquila. - Hizo un pequeño gesto con la cabeza para retirarse.- gracias, aviseme si necesita cualquier cosa.

Dio por finalizada la conversación y siguió con su turno habitual, sirviendo mesas, hasta que la noche empezó a caer sobre Rocavarancolia. Limpió las ultimas mesas y se marchó de vuelta al torreón.

Sigue en la Torre Serpentaria.

Definitivamente hice bien en salir de casa para ir a apuntarme: los cuchitrileros dijeron de ir a la Bodega y se apuntaron Nasher, Matt y los novatos menos el helión que dijo de volver a la Sede. Así pues, encabecé la marcha, pensando en contarles allí lo del despido.

Como siempre que venía alguna amistad, nada más entrar me disculpé y fui a por el minino al despacho, para luego volver tras la barra. El gato llevaba un collar con el nombre "Lerka" en letras rojas, así como una runa de protección diurna con carga suficiente para el día entero. Además, recientemente le había cortado las uñas. En casa lo podía dejar suelto, pero aquí o lo llevaba en brazos o con la correa.

Ahora, por ejemplo, lo tenía suelto sobre la barra, con la correa corta y un plato de sangre a su alcance. Me dirigí a los demás mientras empezaba a sacar unas cervezas.

—Cinco cervezas para vosotros y... ¿vos qué tomaréis?—lo último iba dirigido a Shizel, claro. Lo dije de esa forma porque ni tenía tanta relación con él ni había venido nunca.—¿Algo del hogar o algo nuevo? La carta se va ampliando de forma constante, así que lo que no tengamos hoy podemos tenerlo mañana.—enuncié como si el joven fuera un cliente potencial.—E incluso se aceptan recetas propias.—luego miré a mis amigos y me disculpé de broma.—Perdón, enseguida estoy con vosotros; pero este joven es un cliente y hay que hacer una buena primera impresión. Más aún cuando me han despedido del Burdel.—y eso ya lo dije riendo.

<<Menuda primera impresión se tendrían que llevar algunos clientes en días anteriores al saber de mis dos trabajos, ¿eh?>>

Giz llegó a la bodega cogido de Nasher. Le había hecho ilusión reencontrarse con él y se le notaba tanto por el ánimo como por la cantidad de veces que participó en las conversaciones que se fueron dando. Los novatos le picaban mucho la curiosidad también y la proposición de irse de cervezas le pareció una buena forma de saber más de ellos. En cuanto entraron a la taberna, sin embargo, parte de su atención pasó a uno de sus experimentos más recientes.

No le sorprendió que lo tuviera que mantener atado, aquel gato era un diablillo en potencia. O al revés, porque pocos gatos no eran traviesos por defecto. Sonrió al ver que ya tenía nombre y seguidamente se centró en su cerveza. Escuchó de casualidad lo del despido de Jack y tampoco se pudo decir que le sorprendiera. No sonaba rentable llevar un negocio propio y participar en otro, ambos con la exigencia de trabajar a diario.

—Así podrás centrarte en lo que tienes aquí—comentó—. Por cierto, si alguna vez necesitas que te apañe alguna planta, sabes dónde buscarme, ¿no?—había algo de broma en el tono, pero el ofrecimiento iba en serio. Giz se giró entonces a Nasher y preguntó curioso—¿Y tú qué tal? ¿Has estado trabajando estos días?


Tap, por su parte, había accedido a acompañarles, sobre todo, para demostrarse a sí mismo que no tenía motivos para que su presencia vacilara entre gigantes (tanto los “normales” como la versión ardiente que era Koval). Fue flotando en silencio hasta la bodega, sufriendo las conversaciones aburridas que surgían, y acabó depositando su muñeco en la barra, colocándose de manera que los gigantes y sus bebidas se interpusieran entre él y el hermano felino de Pablo.

En un ataque de aburrimiento, aprovechando que los gigantes se distraían con la bebida que parecía pis de mono, abandonó su cuerpo y saltó al suelo, para que la luz no le delatara. Saltó al interior de la barra y de esta pasó a la cadena del felino. Cruzó los eslabones hasta llegar al cierre y lo aflojó de tal manera que el animal pudiera soltarse solo de un tirón. Cuando se aseguró de haberlo hecho bien, volvió a su cuerpo y esperó a que el gato hiciera de aquel leñazo de reunión algo más divertido.

Noel había estado en la bodega de Jack en pocas ocasiones ya que por mucho que fuese el negocio de un amigo no podía evitar preferir la taberna como local habitual. Por el camino acordaron avisar a los demás por si querían unirse, por lo que hicieron uso del comunicador y hubo quien se apuntó a ir. El draco se sentó a la mesa que eligieron entre todos mientras esperaban que volviese el vampiro. Se acercó a ver al gato negro que sabía que le había regalado Giz pero que aún no había visto nunca. Sabía que era un felino vampiro y, ello sumado a sus habitualmente desastrosas experiencias con los animales, le disuadió de intentar acariciarlo.

—Espero que Lerka no salga a su dueño o tendremos que esconder nuestros gatos si viene de visita al cuchitril —se mofó mientras volvía a sentarse al volver Jack con los demás—. Ten cuidado, Shizel, en realidad tanta pomposidad es una tapadera para sacaros sangre cuando menos os lo espréis. La que le sobra se la da al gato —le dijo al idrino con diversión y señalando con el pulgar al minino que todavía se alimentaba en la barra. Lo mejor era que en realidad aquello no era tan descabellado, conociendo a Jack y sus intenciones y por ello el sueco le dedicó una fugaz sonrisa sarcástica al vampiro—. ¿Cuándo pensabas contarnos que te habían despedido? Seguro que te echaron por feo o viejo, o ambas cosas, y por eso te daba vergüenza decirlo. O por ofrecerte gratis fuera del burdel. En realidad eso último es lo más probable —añadió volviendo a dirigirle una mirada burlona al alemán.
El draco realmente suponía cuales podían ser los motivos del despido, pero eran mucho más aburridos y no muy adecuados para pinchar a Jack.

Alder servía una bandeja para uno de sus compañeros cuando vio entrar al grupo, y se hubiera mantenido por completo al margen, a pesar de caerle bien alguno de sus integrantes, pero vio a Shizel entre ellos. Alder pasaba el poco tiempo que estaba en Serpentaria como una sombra para algunos de sus compañeros, pero eso no significaba no saludar y menos a alguien con quien compartía buenos recuerdos.

Se acercó lo justo para entrar en su rango visual y sonrió.
- Buenas, ¿que te trae por aqui? Pense que tendrías una tarde ocupada.- Lo que no mencionaba, porque respetaba lo discreto que era Shizel, era que creía que la pasaría con DL. Y creía que eran pareja. Al principio y durante bastante tiempo había dado aquello por una relacion bien similar a la que ella tuvo con el albino, pero por su extensión y lo asiduo de las visitas, lo había tomado por uno de esos noviazgos que se dan por hecho sin decir nada. Le daba un poco de lastima el cambiante, porque demostraba un cuelgue mucho mas severo que el de su pareja. "Quien sabe, quizás solo se lo guarda muy bien". Por unas cosas y por otras, no lo desmentía con ninguno de los dos.

Se dirigieron a la bodega, tras haber decidido cambiar de aires. Además, no le importaría nada si invitara a alguna copa la casa. Al entrar observó a la clientela y vio a Alder también, aunque ocupada. Otro viejo conocido que Jack trajo fue el gatito. Ahora tenía un collar y parecía estar muy bien cuidado. Incluso el platito de sangre era entrañable, a su peculiar manera. Mientras miraba al animal, escuchaba a Jack hacer su particular teatro con Shizel y puso los ojos en blanco con una sonrisa. Se hacía con una cerveza cuando escuchó lo del despido de Jack y lo miró raro, pero no dijo nada. Opinaba como Giz en cuanto a que así tenía más tiempo para la bodega, en realidad. De hecho, para él trabajar en un burdel, si no era al menos para trabajos como el de portero, no le parecía algo de lo que sentirse muy orgulloso. Pero había visto surgir y crecer aquel burdel y, realmente, lo que le preocupaba era si Jack tenía algún problema con Caín.
—¿Pero te han despedido o te has ido?

Accedo sonriente a la propuesta de Nasher por lo que tras ponernos en marcha camino con mi dragón al lado hablando con los chicos. Por el camino respondo a algunas preguntas de Nasher poniendole al día de mis avances y algunas creaciones. El ambiente relajado de los chicos me tranquiliza haciendo que piense en los pensamientos idiotas de esta mañana.

Llegamos a la bodega y todos comienzan a pasar al interior. Antes de entrar miro a la figura y le señalo el suelo a un lado de la entrada- Tu. Tirate por aqui anda.- Tras  tumbar en la puerta a mi creación como si de una decoración arenosa mas de la fachada se tratase entro tras los novatos adelantandoles colocandome en la barra.

Las cervezas ya estan corriendo por lo que agarro una jarra y la alzo dando un trago largo despues. -Salud señores.- Digo tras dejar la jarra en el suelo y suspirar. Jack llega con su gato por lo que los miro a los dos y sonrio. - Que monos los dos juntos.- Digo señalando a ambos. Pronto mi vista vuelve a fijarse en el muñeco que nos ha acompañado preguntandome de donde ha sacado el novato esa creación. -Hey novato.- Digo dirigiendome a Tap. - ¿ De donde has sacado el modelo?- De mi bolsa sale un par de torrentes de arena que impactan contra la superficie de la barra comenzando a crear bultos formando una copia lisa del muñeco. -Parece estar bien hecho.- Le digo rascandome la barbilla mientras la arena termina de modelarse.

Tras hacer que mi muñeco improvisado  se levante lo acerco al novato andando sobre la barra imitando el andar de la maquina cuando las palabras del vampiro llegan a mis odios. -¿No jodas que te han echado?- Digo mirando al vampiro. Escucho las palabras de Noel y alzo la copa - ¿Te darán un buen finiquito me imagino?-Pregunto sonriente  rematando la pregunta de Gael dando un trago despues a la jarra. Mientras miro al vampiro el muñeco de arena se cruza de brazos y ladea la parte de la cabeza mirando a Tap. A pesar de no tener ojos podria decirse que la creación mostraba toda la inquietud e interes que siento ante el buen trabajo de modelaje del muñeco del novato.

Shizel evaluó el aspecto del interior de la Bodega y decidió que lo aprobaba. Se veía que el tema de la decadencia decorativa no atraía por igual a todos los habitantes de la ciudad: estaba bien visitar un lugar que no estuviese parcialmente en ruinas. "¿Y todo esto dónde estaba cuando era cosechado?", se preguntó indolentemente por enésima vez desde la Luna Roja.
Lo que sí no le hizo mucha gracia fue ver a un animalillo peludo campando a sus anchas sobre la barra. No era su idea de limpieza de un establecimiento, por mucho que se pudiese solucionar con magia. No daba buena imagen.

Ignoró aquella circunstancia cuando Jack le preguntó qué iba a beber. Tras pensárselo un poco decidió empezar por algo conocido y de paso poner a prueba los conocimientos del patrón. Le pidió que le sirviese un vino idrino cuyos detalles dijo que dejaba a su criterio, especificándole que por favor no le sirviera nada equivalente en precio a zumo de diamantes. En Rocavarancolia nunca se sabía. Fuese como fuese el servicio era bueno, y Shizel agradecía encontrarse de nuevo con eso.
-Si intenta sacarme sangre demostrará tener economía de recursos: se ahorra el trabajo de servirla con hielo- repuso al comentario de Noel. La siguiente que le llamó la atención fue Alder, a la que saludó en cuanto entró en su campo de visión.
-No veo por qué iba a estarlo- se encogió de hombros con una sonrisa ante su pregunta-. Y menos en un día como éste.
"Día de torneo de magia", canturreó mentalmente. Por fin el vozarrón de Miseria traía buenas noticias.
-Estaba en el anfiteatro poniéndome al día y coincidimos todos allí- terminó de explicar-. ¿No puedes pedir un escaqueo y sentarte con nosotros?- le preguntó a la sinhadre.

Al idrino le traje un vino de calidad que no podría permitirse pagar un novato sin un buen trabajo, aunque no sabía nada de a qué se podía dedicar Shizel. No le diría que valía tanto, sin embargo.

—Los nuevos clientes tienen la primera consumición gratis, así que tú y Nasher os salváis.

Luego se sucedieron las reacciones a mi noticia. Giz casi me quitó la respuesta que tenía que darles, pero antes de darle la razón, esperé a los demás. Las pullas del draco no se hicieron esperar, incluyendo tanto a Shiz como lo del despido. Gael sonó más preocupado que Nasher y Matt indignado. Decidí responder a todos brevemente, Noel incluido.

—¿Con hielo? Nuestro Lerka sabe cómo nos gusta, ¿a que sí, bonito? Calentita y fresca tras una buena caza.—bromeé, mirando fijamente al idrino y acariciando al gato. Luego le cogí una pata delantera y señalé al draco.—Bien calentita como la que llevas dentro. Me han despedido para poder pasar más tiempo con mis amigos y que no tengan que dejarse los ahorros en ello.—le dije, sonriendo ampliamente. Y luego en serio—Giz lo ha dicho prácticamente. El Burdel y la Bodega ocupan demasiado tiempo y apenas pasaba tiempo yo aquí... conmigo Cain estaba perdiendo rentabilidad así que lo mejor para ambos es esto. Pero eso, Koval, que ha sido de mutuo acuerdo, no te preocupes. Y no, Matt, nada de finiquitos. Ni falta que hace.—acompañé de una risa, señalando el interior del bar como diciendo ¿qué mejor finiquito que esto?

De pronto y de la nada, Lerka se movió bruscamente y, como por arte de magia, la cadena se soltó. <<¡EH!>> La criatura no llegó muy lejos en su carrera pues la cogí en volandas con un hechizo
—Adónde ibas, ¿pillín? Ahora no te escapas.—le dije haciéndole carantoñas.

Luego miré a Alder y me encogí de hombros. Claro que podía escaquearse un poco; total, estaba yo para sustituirla si hacía falta. Y quieras que no, si les preguntaba sobre la posible presencia de nuestros "queridos amiguitos" de Gar en el torneo, mejor que los novatos no andasen cerca. <<Casi mejor que lo hablamos otro día en el Cuchitril... No hay mucha clientela todavía pero ¿quién puede fiarse?>>
—Escaqueo concedido.—y me giré para mirar a los míos.—¿Os contáis algo? ¿Se apuntarán Toima o Adara al torneo?

- No debería...- pero Jack ya se lo había concedido. No era solo que estuviera trabajando, era plural de la frase de Shiz que la echaba para atrás. Su trato con el vampiro era gelido, y mientras estuviera entre el grupo, no tenia muy claro como actuar. No tenía ninguna gana de tomarse una copa con su jefe. Asintió reticente y recogió un poco la barra antes de salir.- El anuncio del torneo ha llegado hasta aquí. ¿Se han apuntado todos?

Nia

La puerta de la bodega se abrió lentamente. Flotando elegantemente, la náyade se adentró en esta, sin tener demasiada prisa: Estaba contemplando el edificio por dentro. Vestia una túnica color celeste que le dejaba un hombro al descubierto. Unos guantes de codo de color agua marina que dejaban los digitos al aire y estaban decorados con diferentes abalorios de plata. En el cuello y cabeza llevaba una especie de palestina que le cubria el primero y daba la vuelta a la segunda, sujetando una visera que le tapaba la misma. Aparte de la diversa joyeria que portaba, la niña iba maquillada con una sombra de ojos color añil y los labios de color cerúleo brillante. Aparte, las mejillas estaban decoradas con un poco de colorete así como unos pequeños tatuajes del mismo añil que le recorrian un dorso de la cara y se internaban en su cuello, para perderse entre la ropa.
Llevaba el pelo recogido en una coleta alta y este se mecia paciblemente a ambos lados de su cuerpo mientras flotaba en dirección a la mesa. Entre el pelo, asomándose, pudieron ver una pequeña bola gelatinosa del tamaño de un generoso pomelo cuyo interior parecia ocuparlo una especie de criatura amorfa de un negro intenso y ojos brillantes como cuberteria de plata. El ser que estaba atrapado en la bola gelatinosa se movia entre la espesura del pelo de Nia, esta ignorante de que habia traido un acompañante sin darse cuenta. Ya de cerca se podia apreciar que traia bastante cansancio en la cara.

Haciendo una leve reverencia educada ante la mesa (al darse cuenta que habia novatos en el edificio), se giró a Jack y habló.
-He de decir que me ha sorprendido lo que has hecho con este viejo edificio, Jack. De fuera impacta bastante, pero el interior es.... algo más agradable.-dijo con un ligero tono sarcástico.- Pero ¿aquí se sirve algo que se pueda llamar bebidas?-acabó por decir, con un tono ligeramente bromista entre todo el tono "dama Urticaria". Finalmente se giró hacia el resto y habló.
-Buenas tardes a todos. Imagino que me recordareis, pero me presento de nuevo. Me llamo Dama Urticaria y llevo una próspera botica y pajareria en la ciudad, cerca de aquí.-tomó asiento con tanta gracilidad que parecia estar hecha de porcelana.-Esta celebración no tendrá nada que ver con el anuncio del torneo, ¿verdad?-dijo, clavando su mirada en los cuchitrileros presentes. Mientras habia estado hablando, el ser atrapado en la bola gelatinosa habia ido cambiando su posición entre el pelo de Nia, observando con sus ojos abiertos como platos cargados de inexpresividad a todos y a cada uno de los que le rodeaban.