Torreón Maciel (Archivo III)
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Giniroryu
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MewtwoEsMiAmanteBandido
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dama draco
Matt
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C.a.e
Muffie
hechdi
19 participantes
- hechdi
Ficha de cosechado
Nombre: Lief
Especie:
Habilidades: buen oido, reflejos y velocidadPersonajes : -Lief: 15 años. Varmano, raza balera. Altura media, pelo azul con tonos morados, piel clara y ojos oscuros. Es tímido, imaginativo, y le gusta llevarse bien con la gente.
-Athan: 16 años. Es griego. Estatura media y complexión fuerte. Pelo castaño y ojos oscuros. Es tímido, imaginativo y se agobia con facilidad. El mar le apasiona.
Torreón Maciel (Archivo III)
15/04/12, 12:20 am
Recuerdo del primer mensaje :
Después de andar un rato acabamos llegando al edificio del que hablaban. Era un edificio de tres plantas, aunque parecía que fuera a haber cuatro, solo que donde debería estar ésta había una especie de esqueleto empotrado. Al principio era un edificio que parecía seguro, pero según me acercaba iba cambiando de idea. Había algo en él que no me gustaba, aparte del esqueleto.Me acerqué el primero. No sabía si el resto se habían quedado parados o solamente habían frenado un poco, pero no me importaba. Solo me importaba encontrar un sitio seguro donde pasar la noche. Abrí la puerta despacio, sin fijarme en ella apenas, solo quería saber como estaba el interior. Al abrirse ésta produjo un leve chirrido, que a lo mejor el resto no escuchaba, pero yo sí. Entré dentro. En cuanto puse un pie dentro me vino un olor a polvo que me hizo toser. Todo estaba oscuro. Apenas veía un paso por delante de mi. En cuanto puede me apoyé en una pared para tener un sistema de referencia. Miré a mi alrededor. Fui notando como me acostumbraba a la penumbra. Cuando veía medianamente bien vi que el interior estaba en bastante buen estado "Parece que no está tan mal al fin y al cabo" Me dije mientras lo observaba todo. Entonces di media vuelta y salí fuera.
- Está bastante bien por dentro. Les dije desde la puerta. Fue en ese momento cuando me fijé en que una de las cadenas del portón estaba rota, y que había pintadas. Pero no le di importancia. Cada vez estaba más cansado y quería encontrar un lugar seguro donde dormir, y ese torreón era el edificio más seguro que me había parecido ver en toda esta maldita ciudad. - Está muy oscuro, tened cuidado de no chocaros con nada. Les advertí. "No me puedo creer que este edificio con un esqueleto encima sea lo más seguro que hayamos visto en esta ciudad" Me repetía una y otra vez asombrado de que pudiera haber ciudades tan horribles.
Busqué con la mano algo donde sentarme mientras todos entraban. Estaba muerto de cansancio. Llevaba sin dormir desde esa mañana, y no es que hubiera dormido especialmente bien. Su mano encontró una silla. La sacudió un poco y se sentó en ella, sumido en sus pensamientos.
Después de andar un rato acabamos llegando al edificio del que hablaban. Era un edificio de tres plantas, aunque parecía que fuera a haber cuatro, solo que donde debería estar ésta había una especie de esqueleto empotrado. Al principio era un edificio que parecía seguro, pero según me acercaba iba cambiando de idea. Había algo en él que no me gustaba, aparte del esqueleto.Me acerqué el primero. No sabía si el resto se habían quedado parados o solamente habían frenado un poco, pero no me importaba. Solo me importaba encontrar un sitio seguro donde pasar la noche. Abrí la puerta despacio, sin fijarme en ella apenas, solo quería saber como estaba el interior. Al abrirse ésta produjo un leve chirrido, que a lo mejor el resto no escuchaba, pero yo sí. Entré dentro. En cuanto puse un pie dentro me vino un olor a polvo que me hizo toser. Todo estaba oscuro. Apenas veía un paso por delante de mi. En cuanto puede me apoyé en una pared para tener un sistema de referencia. Miré a mi alrededor. Fui notando como me acostumbraba a la penumbra. Cuando veía medianamente bien vi que el interior estaba en bastante buen estado "Parece que no está tan mal al fin y al cabo" Me dije mientras lo observaba todo. Entonces di media vuelta y salí fuera.
- Está bastante bien por dentro. Les dije desde la puerta. Fue en ese momento cuando me fijé en que una de las cadenas del portón estaba rota, y que había pintadas. Pero no le di importancia. Cada vez estaba más cansado y quería encontrar un lugar seguro donde dormir, y ese torreón era el edificio más seguro que me había parecido ver en toda esta maldita ciudad. - Está muy oscuro, tened cuidado de no chocaros con nada. Les advertí. "No me puedo creer que este edificio con un esqueleto encima sea lo más seguro que hayamos visto en esta ciudad" Me repetía una y otra vez asombrado de que pudiera haber ciudades tan horribles.
Busqué con la mano algo donde sentarme mientras todos entraban. Estaba muerto de cansancio. Llevaba sin dormir desde esa mañana, y no es que hubiera dormido especialmente bien. Su mano encontró una silla. La sacudió un poco y se sentó en ella, sumido en sus pensamientos.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
15/07/12, 12:43 pm
Regresaron en silencio. Una vez en la galería de entrada al torreón todos aminoraron el paso, avanzando de forma pesada, derrotada... Nasher miraba hacia adelante para no ver los restos que llevaba, los pedazos de Lia que chorreaban en su cesta. Nada más entrar, cada uno fue dejando las cestas en una mesa, desperdigándose luego por el torreón. Nasher se quedó, con los ojos fijos en los de Lia, cuya expresión se había quedado congelada en una mueca de terror. Nasher no sabía demasiado de ella, no sabía nada en realidad, no sabía como era su mundo, no sabía nada de sus costumbres, de su vida, no sabía nada de nada. Pero había arriesgado su vida para ir a por su cadáver ¿Por qué? Tal vez porque la idea de quedar encerrado en el cuerpo de un monstruo le pareció demasiado horrible, tal vez porque quería compensar el no haber sido capaz de hacer nada por salvarla... ¿Y ahora qué? Ahora el funeral.
Fuera en el patio se oían gritos de sus compañeros pero Nasher los ignoró en un principio. Bajó a la armería y cogió un hacha pequeña. Enna le había explicado el uso de gran parte de las herramientas que había en la habitación, y el hacha era de las pocas a las que le había encontrado un uso realmente util. Cortaba leña, y la leña se usaba para hacer hogueras... Partió un mueble viejo en pedazos. Le costó un buen rato pues estaba agotado de la carrera, de la tensión. A veces tenía que detenerse pues las manos le temblaban de forma incontrolada y no podía sostener el hacha bien. Subió toda la leña que pudo conseguir y la subió al patio. Algunos de sus compañeros trataron de detenerlo, había algo en el patio, un monstruo, una aparición, pero Nasher los ignoró.
Tardó otro rato en preparar la pira, y la oscuridad de la noche tampoco le ayudó en su tarea. Mientras el fuego prendía, Nasher se entretuvo adecentando los restos de Lia.
-Qué haces??- el otro chico de orejas grandes, Lief, miraba horrorizado la escena.
-Un funeral- explicó Nasher- Voy a despedir su alma como es debido
-No, no, no, lo estas haciendo mal, no!- el chico corrio a por la cabeza de Lia, que en ese momento llevaba el pelo adornado con hojas rojizas aromáticas y le explicó dónde se encontraba el alma según las costumbres de su mundo.
La discusión duró un buen rato pues ninguno parecía querer dar su brazo a torcer, menos después de enterarse Lief en quén consistían los funerales en la tribu de Nasher. Finalmente, ante la imposibilidad de enterrar el cuerpo en ningún sitio ambos chicos llegaron a un acuerdo. Lief se encargaría de liberar el alma de sus ojos, y Nasher de conservar el alma de su cuerpo. Le sacaron los ojos a Lia y colocaron con cuidado los restos en la pira, luego permanecieron en silencio velandolos mientras se cocinaban. El olor era inquietantemente agradable. Era un olor que Nasher le traia buenos recuerdos, recuerdos de su tribu, de sus amigos, de las fiestas y las celebraciones. En ese momento el tenía que estar saltando la hoguera y bailando alrededor del cuerpo, pero ya no estaba en su mundo, allí los funerales no eran alegres despedidas, allí las muertes no eran apacibles ni accidentales. Allí había asesinatos y muertes violentas... Nasher se preguntó cuantas almas perdidas podría haber vagando por la ciudad.
-¿Te duele?- le preguntó al otro chico al ver que tenía la pierna herida. No parecía sentir mucho dolor, pero sí se rascaba de vez en cuando...
Fuera en el patio se oían gritos de sus compañeros pero Nasher los ignoró en un principio. Bajó a la armería y cogió un hacha pequeña. Enna le había explicado el uso de gran parte de las herramientas que había en la habitación, y el hacha era de las pocas a las que le había encontrado un uso realmente util. Cortaba leña, y la leña se usaba para hacer hogueras... Partió un mueble viejo en pedazos. Le costó un buen rato pues estaba agotado de la carrera, de la tensión. A veces tenía que detenerse pues las manos le temblaban de forma incontrolada y no podía sostener el hacha bien. Subió toda la leña que pudo conseguir y la subió al patio. Algunos de sus compañeros trataron de detenerlo, había algo en el patio, un monstruo, una aparición, pero Nasher los ignoró.
Tardó otro rato en preparar la pira, y la oscuridad de la noche tampoco le ayudó en su tarea. Mientras el fuego prendía, Nasher se entretuvo adecentando los restos de Lia.
-Qué haces??- el otro chico de orejas grandes, Lief, miraba horrorizado la escena.
-Un funeral- explicó Nasher- Voy a despedir su alma como es debido
-No, no, no, lo estas haciendo mal, no!- el chico corrio a por la cabeza de Lia, que en ese momento llevaba el pelo adornado con hojas rojizas aromáticas y le explicó dónde se encontraba el alma según las costumbres de su mundo.
La discusión duró un buen rato pues ninguno parecía querer dar su brazo a torcer, menos después de enterarse Lief en quén consistían los funerales en la tribu de Nasher. Finalmente, ante la imposibilidad de enterrar el cuerpo en ningún sitio ambos chicos llegaron a un acuerdo. Lief se encargaría de liberar el alma de sus ojos, y Nasher de conservar el alma de su cuerpo. Le sacaron los ojos a Lia y colocaron con cuidado los restos en la pira, luego permanecieron en silencio velandolos mientras se cocinaban. El olor era inquietantemente agradable. Era un olor que Nasher le traia buenos recuerdos, recuerdos de su tribu, de sus amigos, de las fiestas y las celebraciones. En ese momento el tenía que estar saltando la hoguera y bailando alrededor del cuerpo, pero ya no estaba en su mundo, allí los funerales no eran alegres despedidas, allí las muertes no eran apacibles ni accidentales. Allí había asesinatos y muertes violentas... Nasher se preguntó cuantas almas perdidas podría haber vagando por la ciudad.
-¿Te duele?- le preguntó al otro chico al ver que tenía la pierna herida. No parecía sentir mucho dolor, pero sí se rascaba de vez en cuando...
- Frikomid
Ficha de cosechado
Nombre: Tsusu
Especie:
Habilidades: - Sentido Comun, reflejos, conocimiento de técnicas de supervivencia
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
15/07/12, 04:18 pm
- Uh... ¿hola? ¿seres que no os parecéis a mi? ¿donde os habéis metido? ... ¿Os habéis enfadado conmigo?
El Torreón está muy solitario, apenas veo a alguien pululando por aquí, pero más de la mitad han desaparecido. Es posible que se hayan largado... ¡sin mi! ¿Me han dejado solo? Se van a enterar cuando vuelvan... Podrían haberme invitado a venir con ellos, para salir un rato y olvidarme de los bichos con alas asesinos... En fin, volverán. Espero.
¿Y si no vuelven? ¿Y si tengo que pasarme el resto de mi estancia aquí solo? ¡moriría! Ay... ay... bueno, no pasa nada, tengo mi estaca afilada, y si todos los peligros de esta ciudad son como los bichos alados, no tengo que temer... salvo que sean más grandes. ¿Y si con más grandes? Tengo que pensar en algo...
Dejo pasar el tiempo mirando por la ventana, mirando mi extraño artefacto de cristal, blandiendo mi estaca para intentar ganar un poco más de movilidad... pero yo tengo sueño aún siendo de día. m...
...
...
He debido estar dormido, hipnotizado, en trance... pero unos extraños gritos me sacan de mi desconocido letargo.
- ¿Quién está ahí? ¿hola? ¿eres amigo? ¿eres enemigo?
... siguen los gritos y las fatigas, viene de fuera y parecen ser mis compañeros. ¿debería bajar a ver? ¿y si muero? No, ellos no me dejarían plantado, creo.
Bajo tan rápido como puedo y salgo a recibirles, pero ellos tienen tanta prisa que no creo que ni se les pase por la cabeza intuir la presencia de un ser muchas veces más pequeño que ellos. Hay algo raro, a medida que corren, alguien va dejando un reguero de sangre, y no pequeño.
- Oh no, díganme que no...
Alguno me mira, pero tienen más prisa en entrar y estar a salvo de algo que de responderme; cuando acaba de entrar el último, le sigo y voy donde están; y entonces veo lo que estaba emanando sangre.
Ese ser al que llamaban Lia... o bueno, lo que quedaba de el estaba ante mi, chorrando sangre y escullendo entrañas.
Los repobladores somos insensibles a las cosas grotescas, sangrientas, a lo gore... pero tenemos sentimientos. Y me calló una lágrima al ver que Lia había muerto.
Apenas hablé con ella alguna vez; pero, no se, sentía como que era una más, parte de mi vida aunque fuese indirectamente.
Oigo un rugido cercano. Estoy seguro de que es el lémur de Lia clamando venganza contra la ciudad que la robó la vida...
- Esto es dantesco... no debería de ser así...
Cojo la estaca, y para evadirme, empiezo a dar y a dar vueltas, con la estaca en mi mano, y el artefacto brillante en la otra.
El Torreón está muy solitario, apenas veo a alguien pululando por aquí, pero más de la mitad han desaparecido. Es posible que se hayan largado... ¡sin mi! ¿Me han dejado solo? Se van a enterar cuando vuelvan... Podrían haberme invitado a venir con ellos, para salir un rato y olvidarme de los bichos con alas asesinos... En fin, volverán. Espero.
¿Y si no vuelven? ¿Y si tengo que pasarme el resto de mi estancia aquí solo? ¡moriría! Ay... ay... bueno, no pasa nada, tengo mi estaca afilada, y si todos los peligros de esta ciudad son como los bichos alados, no tengo que temer... salvo que sean más grandes. ¿Y si con más grandes? Tengo que pensar en algo...
Dejo pasar el tiempo mirando por la ventana, mirando mi extraño artefacto de cristal, blandiendo mi estaca para intentar ganar un poco más de movilidad... pero yo tengo sueño aún siendo de día. m...
...
...
He debido estar dormido, hipnotizado, en trance... pero unos extraños gritos me sacan de mi desconocido letargo.
- ¿Quién está ahí? ¿hola? ¿eres amigo? ¿eres enemigo?
... siguen los gritos y las fatigas, viene de fuera y parecen ser mis compañeros. ¿debería bajar a ver? ¿y si muero? No, ellos no me dejarían plantado, creo.
Bajo tan rápido como puedo y salgo a recibirles, pero ellos tienen tanta prisa que no creo que ni se les pase por la cabeza intuir la presencia de un ser muchas veces más pequeño que ellos. Hay algo raro, a medida que corren, alguien va dejando un reguero de sangre, y no pequeño.
- Oh no, díganme que no...
Alguno me mira, pero tienen más prisa en entrar y estar a salvo de algo que de responderme; cuando acaba de entrar el último, le sigo y voy donde están; y entonces veo lo que estaba emanando sangre.
Ese ser al que llamaban Lia... o bueno, lo que quedaba de el estaba ante mi, chorrando sangre y escullendo entrañas.
Los repobladores somos insensibles a las cosas grotescas, sangrientas, a lo gore... pero tenemos sentimientos. Y me calló una lágrima al ver que Lia había muerto.
Apenas hablé con ella alguna vez; pero, no se, sentía como que era una más, parte de mi vida aunque fuese indirectamente.
Oigo un rugido cercano. Estoy seguro de que es el lémur de Lia clamando venganza contra la ciudad que la robó la vida...
- Esto es dantesco... no debería de ser así...
Cojo la estaca, y para evadirme, empiezo a dar y a dar vueltas, con la estaca en mi mano, y el artefacto brillante en la otra.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
15/07/12, 06:10 pm
"No se lo que ha pasado" De pronto todos comenzaron a correr. Solo recuerdo a Wedn cogiéndome del brazo. No recuerdo lo que me digo solo recuerdo estar corriendo hasta llegar al torreón. No se cuanto tiempo he estado corriendo, aun me tiemblan las piernas y llevo una de las dagas en la mano.
Al entrar en el torreón me siento un poco mas seguro. -Necesito un cigarro... enserio voy a por el.- Paso de largo y escucho como Tsusu murmura algo pero no puedo prestarle atención. Subo a mi cuarto y busco desesperadamente un maldito cigarro. -¿Donde cojones estáis malditos hijos de puta?- Por un momento la imagen de lo ocurrido hace un momento pasa de manera completa por mi memoria y las piernas me fallan. Me siento en la cama y me pincho el muslo con algo duro. Doy un salto por el susto y miro, es el paquete de tabaco. Cojo un cigarrillo y con la mano temblorosa rebusco en mis pantalones el Zippo encendiendo el cigarrillo y dejándome caer de nuevo en la cama. Los pulmones se me inundan de humo. Noto como poco a poco los nervios van mermando hasta casi desaparecer. A la quinta calada al cigarrillo estoy mas sereno y comienzo a analizar lo ocurrido."¿De donde cojones pudo salir ese pedazo de bicho?"
De pronto un pinchazo de dolor llega desde mi brazo hasta el cerebro. Bajo la mirada y veo la marca de unas uñas en mi antebrazo."Tubo que ser Wedn al salvarme de mi propia estupidez". Son unas pequeñas heridas que no dejarán marca pero han sangrado un poco.
-Tss, ni siquiera me he enterado- Limpio las pequeñas heridas con saliva y una idea me inunda la cabeza. "Si no fuese por ella, ahora estarías muerto"
-Matt, eres un estúpido, un gilipollas, un autentico suicida ¿Que mierda se supone que intentabas hacer con esta puta mierda?¿Que habría pasado si Wedn no te llega a arrastrar con ella?- digo mirando a las dagas. -No tendrás ninguna posibilidad si te tienes que enfrentar a algo así de nuevo, te destrozarán como a......- En ese momento el recuerdo de la cabeza de Lia rodando por el suelo empapada de su propia sangre me inunda la cabeza.
-Matt, venga, baja con ellos no deberíamos estar solos ahora- Bajo las escaleras y lo primero que veo a Tsusu dando vueltas como una peonza en el salón. Me acerco a el y con una intensa calada a mi cigarro comienzo a fijarme en este pequeño personajillo. Me gustaba mirarle por que al verlo tan pequeñín me recordaba a unos dibujos animados que veía de pequeño. Al fijarme en lo que lleva en las manos veo que algo brilla."¿Habrá conseguido algún tipo de linterna? Voy a preguntarle a ver si tiene mas"
Me acerco un poco mas a el y comienzo a hablarle aunque el tono de mi voz está mucho mas cansado y suave que de costumbre, es un tono muy pesado, demasiado para como suelo hablar.
-Tsusu, te has enterado ¿verdad?.- Hago una pequeña pausa para darle una calada al cigarrillo y continuo hablando. -Perdona pero ¿Donde has conseguido esa linternita? ¿Tienes mas?- Digo señalando a la cosa brillante de su manita.
De pronto escucho murmurar a gente en el patio, me fijo en el suelo y veo algunas manchas de sangre que salen al patio.
-¿De quien es esa sangre? ¿Hay alguien mas herido?- Intento recordar donde estábamos todos situados cuando ese bicho se estaba comiendo a nuestra pequeña Lia y no recuerdo que hayan herido a nadie.
-Un segundo ahora vuelvo- Dije sin darle tiempo a responder ninguna de las preguntas que he formulado a mi pequeño amigo.
Asomo la cabeza al patio y veo a Nasher y a Lief. Al ver a Lief algo dentro de mi se revuelve. "Aun no, aun no puedo hablar con Lief... no puedo" Me doy la vuelta hasta donde estaba mi pequeño amigo, cojo una de las sillas y me siento al lado de el mirándole con una expresión algo vacía, estaba allí aunque mi mente se encontraba a miles de kilómetros de distancia.
-¿Sabes qué es lo que están haciendo allí fuera?-
En estos momentos intento concentrarme en nosotros dos y el humo que se ondula y fluye en el aire a cada calada que doy. Para mi solo estamos ahora mi pequeño amigo, mi cigarro y yo.
Al entrar en el torreón me siento un poco mas seguro. -Necesito un cigarro... enserio voy a por el.- Paso de largo y escucho como Tsusu murmura algo pero no puedo prestarle atención. Subo a mi cuarto y busco desesperadamente un maldito cigarro. -¿Donde cojones estáis malditos hijos de puta?- Por un momento la imagen de lo ocurrido hace un momento pasa de manera completa por mi memoria y las piernas me fallan. Me siento en la cama y me pincho el muslo con algo duro. Doy un salto por el susto y miro, es el paquete de tabaco. Cojo un cigarrillo y con la mano temblorosa rebusco en mis pantalones el Zippo encendiendo el cigarrillo y dejándome caer de nuevo en la cama. Los pulmones se me inundan de humo. Noto como poco a poco los nervios van mermando hasta casi desaparecer. A la quinta calada al cigarrillo estoy mas sereno y comienzo a analizar lo ocurrido."¿De donde cojones pudo salir ese pedazo de bicho?"
De pronto un pinchazo de dolor llega desde mi brazo hasta el cerebro. Bajo la mirada y veo la marca de unas uñas en mi antebrazo."Tubo que ser Wedn al salvarme de mi propia estupidez". Son unas pequeñas heridas que no dejarán marca pero han sangrado un poco.
-Tss, ni siquiera me he enterado- Limpio las pequeñas heridas con saliva y una idea me inunda la cabeza. "Si no fuese por ella, ahora estarías muerto"
-Matt, eres un estúpido, un gilipollas, un autentico suicida ¿Que mierda se supone que intentabas hacer con esta puta mierda?¿Que habría pasado si Wedn no te llega a arrastrar con ella?- digo mirando a las dagas. -No tendrás ninguna posibilidad si te tienes que enfrentar a algo así de nuevo, te destrozarán como a......- En ese momento el recuerdo de la cabeza de Lia rodando por el suelo empapada de su propia sangre me inunda la cabeza.
-Matt, venga, baja con ellos no deberíamos estar solos ahora- Bajo las escaleras y lo primero que veo a Tsusu dando vueltas como una peonza en el salón. Me acerco a el y con una intensa calada a mi cigarro comienzo a fijarme en este pequeño personajillo. Me gustaba mirarle por que al verlo tan pequeñín me recordaba a unos dibujos animados que veía de pequeño. Al fijarme en lo que lleva en las manos veo que algo brilla."¿Habrá conseguido algún tipo de linterna? Voy a preguntarle a ver si tiene mas"
Me acerco un poco mas a el y comienzo a hablarle aunque el tono de mi voz está mucho mas cansado y suave que de costumbre, es un tono muy pesado, demasiado para como suelo hablar.
-Tsusu, te has enterado ¿verdad?.- Hago una pequeña pausa para darle una calada al cigarrillo y continuo hablando. -Perdona pero ¿Donde has conseguido esa linternita? ¿Tienes mas?- Digo señalando a la cosa brillante de su manita.
De pronto escucho murmurar a gente en el patio, me fijo en el suelo y veo algunas manchas de sangre que salen al patio.
-¿De quien es esa sangre? ¿Hay alguien mas herido?- Intento recordar donde estábamos todos situados cuando ese bicho se estaba comiendo a nuestra pequeña Lia y no recuerdo que hayan herido a nadie.
-Un segundo ahora vuelvo- Dije sin darle tiempo a responder ninguna de las preguntas que he formulado a mi pequeño amigo.
Asomo la cabeza al patio y veo a Nasher y a Lief. Al ver a Lief algo dentro de mi se revuelve. "Aun no, aun no puedo hablar con Lief... no puedo" Me doy la vuelta hasta donde estaba mi pequeño amigo, cojo una de las sillas y me siento al lado de el mirándole con una expresión algo vacía, estaba allí aunque mi mente se encontraba a miles de kilómetros de distancia.
-¿Sabes qué es lo que están haciendo allí fuera?-
En estos momentos intento concentrarme en nosotros dos y el humo que se ondula y fluye en el aire a cada calada que doy. Para mi solo estamos ahora mi pequeño amigo, mi cigarro y yo.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
15/07/12, 07:37 pm
La morena sintió los pasos de Matt mucho antes de que este le soplara el humo en el cuello, algo que, sin duda, no esperaba y le hizo reaccionar de una manera que no le gustó nada. La brisa caliente del humo en su cuello la hizo estremecer de placer de forma imperceptible. Uno de los viejos recuerdos que luchaba por enterrar se abrió paso en su mente: a Church le encantaba hacerle lo mismo porque sabía que le ponía nerviosa. Wen odiaba cada vez que veía alguna similitud de su, ahora, pasado en alguno de sus compañeros, algo que le pasaba continuamente con el estadounidense. Ya se había concienciado de que no volvería a ver a Church ni a los mocosos ni a las otras ovejas negras; al menos, no en un largo periodo de tiempo; pero no le importaba, era un pequeño precio que pagar por su libertad; la cual, según lo que recordaba del discurso que les dieron esos seres el primer día de su estancia en aquella ciudad, tendría totalmente cuando saliera la famosa Luna Roja. No había otro momento que Wednesday ansiara más que ese.
Una vez unida al grupo una emocionada Enna, emprendieron la marcha hacia la bañera de la otra vez. Enseguida se unieron los chicos-gato, a los cuales apenas les había hecho caso durante esas dos semanas, aunque nunca cesó su vigilancia a la chica, Lia creía que se llamaba. Todavía no olvidaba el incidente del primer día. La arrogancia que desprendía la gatita, superior, incluso, a la suya propia, le hacía ver como una niña mimada e insoportable. No dudaba de que llevara toda su estancia ahí planeando atacarla o acusarla de algo. “Solo está esperando la mejor oportunidad para actuar, pero no pienso ponérselo fácil.”
Tras un análisis de la situación, decidió llevar el arco cargado en las manos. A pesar de que su manejo de la navaja era más certero, sin un atacante a corta distancia no le sería de ninguna ayuda. Aunque no todo el grupo avanzara a la par, no parecía que hubiera un guía determinado, todos seguían el camino que recordaban y, aunque a veces se perdían, no iban mal encaminados.
Wen se dedicó a avanzar en medio del grupo, siempre con el arco cargado, aunque no apuntando. Las miradas que Lia le dedicaba le parecieron del todo menos amables, por lo que decidió ignorarla y adelantó a Matt, bufando por su comentario sobre su hambre, que no tarda en alcanzarla e intentar bromear con ella. Wen volvió a bufar. Sus bromas le irritaban y, a su vez, le hacían reírse internamente.
- Oh, genial, Mathew, has resuelto mi problema de abastecimiento. Ahora cállate antes de que decida usarte como alimento para los pajarracos del piso de arriba.- le contestó irónicamente.
Al llegar a la misma plaza que la ultima vez, Wen comenzó a llenar su mochila de los víveres de una de las cestas. No es que tuviera nada en contra de los canastos de mimbre que el espantapájaros les regalaba, pero ya había visto lo incomodo que era andar con ellos arrastras y, para una chica como ella a la que le encantaba correr, no querría ni imaginarse lo difícil que sería alcanzar cierta velocidad con “eso”.
Acababa de colgarse la mochila al hombro cuando oyó el estruendo y al instante supo que no era buena señal. A penas había tenido tiempo de reaccionar colocando una flecha en el arco, cuando la cabeza de Lia ya rodaba por el suelo. Paralizada, sin poder evitarlo, miró intensamente a la bestia y a su víctima, impresionada porque estuviera viviendo una situación así. No tardó mucho en reaccionar, abriendo su mano derecha de manera que la flecha que cargaba su arco salió disparada hacia el monstruo que había devorado a su ex compañera de torreón. La flecha apenas se le clavó la punta en, lo que debía ser, una de sus patas y ni siquiera pareció afectado ni se distrajo de su banquete. No fue difícil deducir que ni ella ni todo el grupo junto podrían contra esa bestia, por lo que no dudó en hacer uso de sus fantásticas piernas y salir corriendo en la misma dirección que veía que había cogido Enna.
Apenas había dado tres pasos cuando vio que algo estaba mal: Matt iba en dirección contraria. Corría hacia ella, hacia la bestia. “Estúpido.”
Estuvo a punto de dejarlo ahí, a su suerte. Llevaba la mochila llena de comida y su arco en la mano, en unos minutos corriendo, si la dirección era la correcta, estaría en el torreón, lejos del monstruo. “Se lo merecería por intentar hacerse el héroe.” Pensó, pero no pudo evitar estirar la mano y agarrarle el brazo, clavándole las uñas.
- ¡No es momento de heroicidades, idiota! ¡Corre! ¿o es que quieres morir? - le gritó enfurecida, aunque no tenía muy claro si con el norteamericano o con ella misma.
No tardaron mucho en superar a Enna corriendo, a pesar de que Wen iba más lenta de lo normal por culpa del exceso de peso que suponía la comida y arrastrar tras de sí a una persona casi el doble que ella. Soltó el brazo de Matt de forma despectiva cuando se dio cuenta que aún lo apretaba casi haciéndolo sangrar. “Se parece demasiado a Church. No podía permitir que muriera. Se parecen demasiado.” Se auto convenció mientras divisaba el torreón.
Mientras los demás llegaban al torreón, se dedicó a ordenar los alimentos de su mochila en la cocina, como si lo que había pasado hacía tan solo unos minutos no hubiera sido real; pero la confirmación venía en una cesta arrastrada por Nasher. El lagarto ni se dio cuenta de su presencia, dejándola sola en la cocina con la cabeza de Lia. Ya no había más miradas hostiles, ya no más arrogancia ni desdén, solo terror. Era como si los ojos muertos de Lia preguntaran ¿por qué? ¿por qué yo? ¿por qué nosotros? La fría mirada de la chica-gato no dejó su espalda hasta que esta desapareció por la puerta del patio.
Wen se encendió un cigarro, apenas impresionada de que la muerte de Lia realmente le hubiera afectado tan poco. El monstruo era lo que realmente la trastocaba, Lia simplemente había sido un granito de arena más en su vida, sin importancia. Podría asegurar que, si no hubiera sido por el incidente del primer día, ni siquiera se hubiera dado cuenta de su presencia. Una pequeña parte de ella le decía que se lo merecía, que era una niña con aires de superioridad que se creía invencible; pero no había sido su arrogancia la que había acabado con su vida.
No, no le había dolido su perdida. No era la primera vez que veía sangre y muerte, algo cotidiano debido a todos los desgraciados que “vivían” en los suburbios de Londres; pero nunca había visto una bestia como esa. Había devorado a Lia tan rápido como ella misma le había sacado la navaja semanas atrás. Ese monstruo, esa ciudad,… ellos no tenían ni idea de a qué se enfrentaban. Los horrores que había pasado en su vida antes de Rocavarancolia parecían la hora del té en Buckingham Palace comparados con lo que atisbaba en su futuro en esta ciudad.
Cuando vió aparecer de repente un hombre cuyo cuello era rebanado por una chica sin cabeza, no pudo evitar romper a carcajadas. “y ahora me vienen con la versión femenina de Sleepy Hollow.” Pensó irónicamente. Para su desgracia o suerte, ambos personajes desaparecieron en seguida. La verdad es que la habían intrigado. Sabía perfectamente que todo lo sucedido en el día le pasaría factura cuando se encontrara completamente sola, por la noche o en la bañera, pero ahora prefería disfrutar de la indiferencia e inmutabilidad que a represión de los acontecimientos le ofrecía.
Se quedó en el patio fumando incuso cuando supo los rituales de enterramiento que iban a hacerle Lief y Nasher a Lia. Y, mientras observaba el fuego, estuvo completamente segura de que había una razón por la que les habían traído, la ciudad los había elegido, los estaba poniendo a prueba y una de ellos ya había fallado.
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e Imaginación
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
15/07/12, 09:01 pm
Nada mas llegar al torreón, Enna dejó la cesta con comida encima de la mesa y nada mas hacerlo, se sintió muy, muy debil. La larga caminata le había dejado sin ningun tipo de energía. Las piernas le dolían, el pecho le ardía y notaba como todo su cuerpo pesaba más. Mientras la adrenalina le había insuflado fuerzas no lo había notado, pero ahora que todo había pasado, apenas podía moverse.
Enna se sentó en una de las sillas y miró durante un segundo su ropa, salpicada en algunas partes por pequeñas manchitas de sangre. "Es roja" volvió a repetir mentalmente mientras la miraba con los ojos de par en par.
Cuando miró lo que Nasher traia en la cesta no pudo reprimir un gesto de sorpresa. - ¿Por que has...? - Comenzó a decir en un susurro, pero no terminó la frase. Miró durante un segundo la cabeza de la chica, manchada de aque liquido carmesí que tanto le llamaba la atención. Recordó perfectamente el grito de horror de la chica, recordó el olor putrido del aliento de monstruo, recordó el sonido de su carne separándose. Había sido todo un derroche de belleza que sus compañeros no habían sabido apreciar.
La mayoría de sus compañeros habían desaparecido por el torreon y realmente Enna no tenía ganas de saber donde se encontraban. Lo unico que despertaba su curiosidad de verdad era saber para que había traido Nasher los trozos que quedaban de Lia. Nasher había bajado a las mazmorras, Matt había subido y el resto no tenía ni idea de donde se encontraban. Allí se vió sola con Lia. Se acercó lentamente y, permitiendose un segundo de tranquilidad, sonrió. "Vamos... no me mires asi chica. Podría haber sido peor. La muerte te ha dado el honor de no ser torturada... no demasiado. Ha sido fugaz. Podría haber sido mucho peor. Podrías haber sufrido mucho más. Tu sangre podría haber manchado mis manos. ¿No crees? Hubiera sido bonito, si... podría haber sido peor para ti. Podría haber sido yo la que te condujera hasta las puertas blancas del mundo anterior... y entonces si que podrías haber tenido miedo."
La niña escuchó un ruido fuera en el patio que interrumpió sus pensamientos y el dulce requiem de la vida apagandose inundó su cabeza por un segundo de nuevo. De un salto se levantó de la silla y salio a correr hacia el patio. Iba muy decidida hasta que se encontró con aquella escena y paró en seco. Una mujer sin cabeza mantenía una espada en alto, manchada de sangre. De sangre roja. Una figura oscura yacía en el suelo sin cabeza tambien mientras otra figura redonda rodaba hasta pararse a pocos metros. Enna trató de mirarlo todo a la vez, pero cuando quiso parpadear, habían desaparecido. Luego escuchó unas carcajadas y vio a Wed justo al lado. ¿De que se reia asi? La Daeliciana avanzó con cuidado, teniendo siempre presente la posibilidad de tener que usar el cuchillo, hacia el queso que había tirado en el suelo. Decidió no tocarlo pero lo observó con detenimiento.
No estaban seguros. Ese torreon no era seguro. Nada era seguro. Podrían morir en cualquier momento, en cualquier sitio. Eso hizo pensar a Enna. No merecía la pena quedarse en el torreon pensando que iban a estar seguros. Esa mujer había entrado y había matado a un hombre sin hacer ruido apenas... ¿Quien les decia que no les mataría a ellos? Lo mejor era salir y empaparse de la ciudad. Si había que correr riesgos, al menos que fuesen por voluntad propia y no mientras se escondían. Había estado demasiados años encerrada y si tenía que morir, no seria entre cuatro paredes.
Decidió guardar silencio. Sabía como era la demás gente. No podrían con mas emociones en un dia. Si se lo contaba entrarían en un estado de panico poco conveniente para sus planes... ya se lo diria al dia siguiente, cuando estuviesen mas calmados los ánimos. Se acercó a Wed lentamente. - Eh... no les digas nada de esto a los demás hoy. No mas tristezas ni sustos esta noche, por favor. Si se lo contamos no dormiran, y necesitamos descansar, ha sido un día muy duro. Dejemos dormir y mañana lloraremos y temblaremos de nuevo.
Iba a entrar al toerrón de nuevo cuando vio a Nasher salir con un montón de leña. - Nasher es mejor que no salgas ahor... - pero el chico no parecía escucharle, dejó la madera en el suelo y fue a por mas. Enna le miró con curiosidad, sin decir ni hacer nada mientras juntaba toda la leña y le predía fuego. Luego escuchó lo que le decía a Lief. La niña se acercó a los dos y se sentó en el suelo mientras estos le sacaban los ojos y ponian los restos en el fuego. Era una de las escenas mas bonitas que Enna había visto. Se quedó embobada mirando como la carne se volvía negra por algunas zonas mientras el fuego la cocinaba lentamente.
Donde ella vivia no se hacían cosas asi. Solo se tiraban los cuerpos al volcan y ya está. Pero sin duda este funeral le parecía mas hermoso. Claramente, al Demiurgo debía de gustarle mas la belleza del fuego consumiento lentamente los restos de lo que un dia estuvo vivo que la lava tragandoselo con rapidez.
Enna se sentó en una de las sillas y miró durante un segundo su ropa, salpicada en algunas partes por pequeñas manchitas de sangre. "Es roja" volvió a repetir mentalmente mientras la miraba con los ojos de par en par.
Cuando miró lo que Nasher traia en la cesta no pudo reprimir un gesto de sorpresa. - ¿Por que has...? - Comenzó a decir en un susurro, pero no terminó la frase. Miró durante un segundo la cabeza de la chica, manchada de aque liquido carmesí que tanto le llamaba la atención. Recordó perfectamente el grito de horror de la chica, recordó el olor putrido del aliento de monstruo, recordó el sonido de su carne separándose. Había sido todo un derroche de belleza que sus compañeros no habían sabido apreciar.
La mayoría de sus compañeros habían desaparecido por el torreon y realmente Enna no tenía ganas de saber donde se encontraban. Lo unico que despertaba su curiosidad de verdad era saber para que había traido Nasher los trozos que quedaban de Lia. Nasher había bajado a las mazmorras, Matt había subido y el resto no tenía ni idea de donde se encontraban. Allí se vió sola con Lia. Se acercó lentamente y, permitiendose un segundo de tranquilidad, sonrió. "Vamos... no me mires asi chica. Podría haber sido peor. La muerte te ha dado el honor de no ser torturada... no demasiado. Ha sido fugaz. Podría haber sido mucho peor. Podrías haber sufrido mucho más. Tu sangre podría haber manchado mis manos. ¿No crees? Hubiera sido bonito, si... podría haber sido peor para ti. Podría haber sido yo la que te condujera hasta las puertas blancas del mundo anterior... y entonces si que podrías haber tenido miedo."
La niña escuchó un ruido fuera en el patio que interrumpió sus pensamientos y el dulce requiem de la vida apagandose inundó su cabeza por un segundo de nuevo. De un salto se levantó de la silla y salio a correr hacia el patio. Iba muy decidida hasta que se encontró con aquella escena y paró en seco. Una mujer sin cabeza mantenía una espada en alto, manchada de sangre. De sangre roja. Una figura oscura yacía en el suelo sin cabeza tambien mientras otra figura redonda rodaba hasta pararse a pocos metros. Enna trató de mirarlo todo a la vez, pero cuando quiso parpadear, habían desaparecido. Luego escuchó unas carcajadas y vio a Wed justo al lado. ¿De que se reia asi? La Daeliciana avanzó con cuidado, teniendo siempre presente la posibilidad de tener que usar el cuchillo, hacia el queso que había tirado en el suelo. Decidió no tocarlo pero lo observó con detenimiento.
No estaban seguros. Ese torreon no era seguro. Nada era seguro. Podrían morir en cualquier momento, en cualquier sitio. Eso hizo pensar a Enna. No merecía la pena quedarse en el torreon pensando que iban a estar seguros. Esa mujer había entrado y había matado a un hombre sin hacer ruido apenas... ¿Quien les decia que no les mataría a ellos? Lo mejor era salir y empaparse de la ciudad. Si había que correr riesgos, al menos que fuesen por voluntad propia y no mientras se escondían. Había estado demasiados años encerrada y si tenía que morir, no seria entre cuatro paredes.
Decidió guardar silencio. Sabía como era la demás gente. No podrían con mas emociones en un dia. Si se lo contaba entrarían en un estado de panico poco conveniente para sus planes... ya se lo diria al dia siguiente, cuando estuviesen mas calmados los ánimos. Se acercó a Wed lentamente. - Eh... no les digas nada de esto a los demás hoy. No mas tristezas ni sustos esta noche, por favor. Si se lo contamos no dormiran, y necesitamos descansar, ha sido un día muy duro. Dejemos dormir y mañana lloraremos y temblaremos de nuevo.
Iba a entrar al toerrón de nuevo cuando vio a Nasher salir con un montón de leña. - Nasher es mejor que no salgas ahor... - pero el chico no parecía escucharle, dejó la madera en el suelo y fue a por mas. Enna le miró con curiosidad, sin decir ni hacer nada mientras juntaba toda la leña y le predía fuego. Luego escuchó lo que le decía a Lief. La niña se acercó a los dos y se sentó en el suelo mientras estos le sacaban los ojos y ponian los restos en el fuego. Era una de las escenas mas bonitas que Enna había visto. Se quedó embobada mirando como la carne se volvía negra por algunas zonas mientras el fuego la cocinaba lentamente.
Donde ella vivia no se hacían cosas asi. Solo se tiraban los cuerpos al volcan y ya está. Pero sin duda este funeral le parecía mas hermoso. Claramente, al Demiurgo debía de gustarle mas la belleza del fuego consumiento lentamente los restos de lo que un dia estuvo vivo que la lava tragandoselo con rapidez.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
15/07/12, 09:49 pm
La hoguera ilumina tenuemente a los tres cosechados. Nasher vigila el fuego para que no sea demasiado fuerte y no tueste demasiado el cuerpo. Nadie decía nada, todos estaban absortos en sus pensamientos. Algun que otro compañero se había asomado para observarles, pero no se había acercado nadie más.
Nasher mantenía sus ojos fijos en el fuego. Mirar las llamas le relajaba, la luz le transmitía seguridad, y al mismo tiempo su movimiento sinuoso le hacía inquietarse, pues el fuego podía apagarse en cualquier momento, podía consumirse y quedarían a oscuras. A Nasher le daba miedo la oscuridad, que era distinta en esa ciudad, plagada de peligros, de dolor y de muerte. En cualquier momento algo podía surgir de las tinieblas y atacarles, y no podrían hacer nada de nada... Nasher se acercó más a la pira y sopló con suavidad para avivar las llamas. Ya casi estaba listo.
Una vez terminó de cocinarse el cuerpo, Nasher apagó el fuego y tomó los restos de Lia. Miró a Lief que agachó la mirada y se alejó cojeando, con los ojos de la chica envueltos en tela. Estaba claro que no pensaba ayudarle a completar el banquete. ¿Por qué les parecía tan raro? Se había sorprendido al conocer las costumbres en el mundo de Lief ¿Qué tan distintas eran las costumbres y creencias en los demás mundos? Tal vez debía preguntar, pero no era el momento apropiado.
Lia ya no era Lia, sus rasgos se habían perdido, el pelo quemado afeaba sus rasgos y su olor, pero Nasher no sabía como cambiar el procedimiento para seres peludos, sencillamente empezó a comer. Desgarró la piel de la pierna, apartándola y dejando al descubierto la carne. Devoró de forma ceremoniosa, casi ensayada, y con cada bocado sabía que estaba tomando el alma de Lia, sabía que la estaba ligando a su tribu, a su nueva tribu. Nasher ya lo había pensado varias veces, todos habían dejado a sus seres queridos atrás, y ahora no tenían a nadie más, estaban conviviendo y estaban formando una nueva tribu, una nueva ''familia''. Quisieran los demás o no, tendrían que trabajar juntos, porque estaba claro que de uno en uno no hacían nada, la ciudad los engulliría sin piedad. Pensando en esto Nasher iba acabando la pierna. Aun le quedaba la otra, y la cabeza, que siempre se dejaba para el final.
Nasher mantenía sus ojos fijos en el fuego. Mirar las llamas le relajaba, la luz le transmitía seguridad, y al mismo tiempo su movimiento sinuoso le hacía inquietarse, pues el fuego podía apagarse en cualquier momento, podía consumirse y quedarían a oscuras. A Nasher le daba miedo la oscuridad, que era distinta en esa ciudad, plagada de peligros, de dolor y de muerte. En cualquier momento algo podía surgir de las tinieblas y atacarles, y no podrían hacer nada de nada... Nasher se acercó más a la pira y sopló con suavidad para avivar las llamas. Ya casi estaba listo.
Una vez terminó de cocinarse el cuerpo, Nasher apagó el fuego y tomó los restos de Lia. Miró a Lief que agachó la mirada y se alejó cojeando, con los ojos de la chica envueltos en tela. Estaba claro que no pensaba ayudarle a completar el banquete. ¿Por qué les parecía tan raro? Se había sorprendido al conocer las costumbres en el mundo de Lief ¿Qué tan distintas eran las costumbres y creencias en los demás mundos? Tal vez debía preguntar, pero no era el momento apropiado.
Lia ya no era Lia, sus rasgos se habían perdido, el pelo quemado afeaba sus rasgos y su olor, pero Nasher no sabía como cambiar el procedimiento para seres peludos, sencillamente empezó a comer. Desgarró la piel de la pierna, apartándola y dejando al descubierto la carne. Devoró de forma ceremoniosa, casi ensayada, y con cada bocado sabía que estaba tomando el alma de Lia, sabía que la estaba ligando a su tribu, a su nueva tribu. Nasher ya lo había pensado varias veces, todos habían dejado a sus seres queridos atrás, y ahora no tenían a nadie más, estaban conviviendo y estaban formando una nueva tribu, una nueva ''familia''. Quisieran los demás o no, tendrían que trabajar juntos, porque estaba claro que de uno en uno no hacían nada, la ciudad los engulliría sin piedad. Pensando en esto Nasher iba acabando la pierna. Aun le quedaba la otra, y la cabeza, que siempre se dejaba para el final.
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e Imaginación
Personajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
15/07/12, 11:05 pm
Ninguno de los tres hablaba. Permanecian en silencio escuchando el chisporroteo del fuego. La noche se había cerrado sobre ellos y pequeñas manchas brillantes cruzaban el cielo. Enna había aprendido a amar la oscuridad que ese nuevo mundo le ofrecía. No le gustaba no verlo todo, pero si que le gustaba el misterio en el que la noche lo envolvía todo. Y el brillo de ese fuego en contraste era simplemente magnifico.
El chico sacó la carne de las brasas apagando el fuego despues. Justo entonces Lief se levantó y se marchó de alli. ¿Por que se iba? Enna se fijó en su pierna herida. Ahora sería una carga mas para el grupo. Debería de haberselo comido el monstruo. Asi sería más facil para todos.
Para la sorpresa de la niña, Nasher comenzó a comer una parte de la pierna. Enna le miró con los ojos muy abiertos y sin acabar de creerselo. No tenía miedo, ni asco. Era solo asombro. En su mundo eso sería impensable. Se estaba comiendo a otra persona... se la estaba comiendo y le daba exactamente igual.
-¿Porque haces eso? - Le preguntó en un arrebato de curiosidad. - Te estas comiendo a otra persona... ¿No te da... asco o miedo o... algo? - continuo hablando y esperó la respuesta despues. Cuando el chico acabó de responderle ella le miró durante un segundo preguntándose a que sabría esa carne... ¿estaría rica? ¿Sabría tan mal como contaban las historias? ¿Se pondría enferma si la comia?
Quería probarla. Quería hacerlo desde muchisimo tiempo atrás y esa era una buena oportunidad. Enna volvió a mirar la carne y no le pareció tan distinta de la carne de cualquier animal pero aun asi... era el morbo de saber que habia pertenecido a alguien como ella. Bueno, como ella no, digamos que a alguien inteligente, a alguien que hablaba, que pensaba... Era eso. No era tanto por comer, pues realmente no tenia hambre, sino por comerse eso.
-Podría... ¿Podría ayudarte? - Le preguntó con voz dulce, suave e incluso algo afectada, como si realmente estuviese triste, como si realmente lo hiciese por el alma de Lia y no por su egoista y morbosa curiosidad.
El chico sacó la carne de las brasas apagando el fuego despues. Justo entonces Lief se levantó y se marchó de alli. ¿Por que se iba? Enna se fijó en su pierna herida. Ahora sería una carga mas para el grupo. Debería de haberselo comido el monstruo. Asi sería más facil para todos.
Para la sorpresa de la niña, Nasher comenzó a comer una parte de la pierna. Enna le miró con los ojos muy abiertos y sin acabar de creerselo. No tenía miedo, ni asco. Era solo asombro. En su mundo eso sería impensable. Se estaba comiendo a otra persona... se la estaba comiendo y le daba exactamente igual.
-¿Porque haces eso? - Le preguntó en un arrebato de curiosidad. - Te estas comiendo a otra persona... ¿No te da... asco o miedo o... algo? - continuo hablando y esperó la respuesta despues. Cuando el chico acabó de responderle ella le miró durante un segundo preguntándose a que sabría esa carne... ¿estaría rica? ¿Sabría tan mal como contaban las historias? ¿Se pondría enferma si la comia?
Quería probarla. Quería hacerlo desde muchisimo tiempo atrás y esa era una buena oportunidad. Enna volvió a mirar la carne y no le pareció tan distinta de la carne de cualquier animal pero aun asi... era el morbo de saber que habia pertenecido a alguien como ella. Bueno, como ella no, digamos que a alguien inteligente, a alguien que hablaba, que pensaba... Era eso. No era tanto por comer, pues realmente no tenia hambre, sino por comerse eso.
-Podría... ¿Podría ayudarte? - Le preguntó con voz dulce, suave e incluso algo afectada, como si realmente estuviese triste, como si realmente lo hiciese por el alma de Lia y no por su egoista y morbosa curiosidad.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- Frikomid
Ficha de cosechado
Nombre: Tsusu
Especie:
Habilidades: - Sentido Comun, reflejos, conocimiento de técnicas de supervivenciaPersonajes : .
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
15/07/12, 11:41 pm
Y giiira y giiira y giiiiira e ignora lo que has visto y giiiira y giiiiiira y que bonito es todo y giiiira -Tsusu ¿? - Y giiiiiira y giiiiira y no he visto muerta a mi amiga y giiiiiira - Perdona pero ¿Donde has conseguido esa linternita? ¿Tienes mas? Me pregunta un Sepalian. Ellos dicen ser "humanos", pero que será ello...
- ¿Listernita? ¿Lo que tengo en mi mano y brilla? - Le pregunto
- Si, eso! ¿tienes más?
y giiiiira y giiiira y giiiiira y giiiira y dejo de girar. Me apoyo a la pared y cierro los ojos para que se me pase el mareo. Mareado, pero mejor.
- Bueno, pues... no se... es mi secreto... y... no se... yo...
Este sepalian dice llamarse Matt, nunca me ha hecho nada malo, me ha tratado bien, y ademas no me ha llamado enano, retaco o "manojito de puerros"... creo que me cae bien.
- Bueno... Espera un poco aquí, voy a por una linternita para ti. - E intento esbozar una sonrisa.
Saltito a slatito, pasito a pasito, el pequeño Tsusu avanza por el Torreón Maciel en busca de una "linternita", un artefacto que brilla cuando te cortas con el y que es hermoso. En su escondrijo hay bastantes linternitas, pero no quiere quedarse sin ellas. Al contrario, le regalará alguna a los que sean sus amigos, un ser desconfiado y taciturno ha cambiado su forma de pensar en dos semanas y pico... este, es uno de los muchos milagros de Rocavarancolia.
Bueeeno, esta era la planta, *pat pat pat* pasito a pasito *pat pat pat* llego al mueble viejo; miro el escondrijo y saco un artefacto, uno bien grande, este mismo! Seguro que le encanta!
Bajo tan rápido como mis patitas me permiten *Al fin un amigo!* llego a donde tendría que estar Matt, pero no está... Igual ha ido a relajarse al patio, porque arriba no ha subido...
Voy al patio y lo que veo me deja aún peor de lo que estaba antes de girar. Una hoguera se extiende ante mi... fuego... fuego... fuego...
- QUE ALGUIEN APAGUE ESE FUEGO, QUE ALGUIEN APAGUE ESO, NOS VA A MATAR A TODOS, VA A DESTROZARLO TODO, POR FAVOR!!!
En meido de mi terror, veo a Matt y me pongo detrás. Dudo que Matt pueda protegerme de algo, pero al menos con el me siento algo más seguro. Al fin un amigo... creo.
- ¿Listernita? ¿Lo que tengo en mi mano y brilla? - Le pregunto
- Si, eso! ¿tienes más?
y giiiiira y giiiira y giiiiira y giiiira y dejo de girar. Me apoyo a la pared y cierro los ojos para que se me pase el mareo. Mareado, pero mejor.
- Bueno, pues... no se... es mi secreto... y... no se... yo...
Este sepalian dice llamarse Matt, nunca me ha hecho nada malo, me ha tratado bien, y ademas no me ha llamado enano, retaco o "manojito de puerros"... creo que me cae bien.
- Bueno... Espera un poco aquí, voy a por una linternita para ti. - E intento esbozar una sonrisa.
Saltito a slatito, pasito a pasito, el pequeño Tsusu avanza por el Torreón Maciel en busca de una "linternita", un artefacto que brilla cuando te cortas con el y que es hermoso. En su escondrijo hay bastantes linternitas, pero no quiere quedarse sin ellas. Al contrario, le regalará alguna a los que sean sus amigos, un ser desconfiado y taciturno ha cambiado su forma de pensar en dos semanas y pico... este, es uno de los muchos milagros de Rocavarancolia.
Bueeeno, esta era la planta, *pat pat pat* pasito a pasito *pat pat pat* llego al mueble viejo; miro el escondrijo y saco un artefacto, uno bien grande, este mismo! Seguro que le encanta!
Bajo tan rápido como mis patitas me permiten *Al fin un amigo!* llego a donde tendría que estar Matt, pero no está... Igual ha ido a relajarse al patio, porque arriba no ha subido...
Voy al patio y lo que veo me deja aún peor de lo que estaba antes de girar. Una hoguera se extiende ante mi... fuego... fuego... fuego...
- QUE ALGUIEN APAGUE ESE FUEGO, QUE ALGUIEN APAGUE ESO, NOS VA A MATAR A TODOS, VA A DESTROZARLO TODO, POR FAVOR!!!
En meido de mi terror, veo a Matt y me pongo detrás. Dudo que Matt pueda protegerme de algo, pero al menos con el me siento algo más seguro. Al fin un amigo... creo.
- Spoiler:
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
16/07/12, 07:23 am
El pequeñajo me ha dicho que tiene más de esas especies de linternas y ha salido a correr escaleras arriba a por una para mí. “Me encanta verle subir escaleras, me hace una gracia el chiquitín” Me digo mientras observo como Tsusu sube hasta la planta de arriba.
Me he quedado solo en el salón. Le doy un par de caladas al cigarrillo y dejo caer la ceniza al suelo – Mierda, odio cuando pasa eso. Total por un poco mas de mierda.- Me levanto de la silla y voy a mirar las cestas en la cocina. Al dirigirme hacia ella escucho unos pequeños pasitos acelerados bajando por las escaleras.
-Debe de ser Tsusu con los bichos esos, me encantaría tener algo mas de luz ahora en mi cuarto la verdad, por lo menos por hoy. - Tsusu baja corriendo y sale hacia el patio. Voy tras él para que me enseñe esa especie de linterna y cuando sale vuelve corriendo hacia mí gritando que le ayude y que nos va matar a todos.
-¿Qué dices?¿Qué pasa?- Digo asustado pensando que algo había entrado en el torreón y se estaba merendando a los que estaban fuera.
-¡El fuego! ¡Nos va a quemar! ¡Vamos a morir!- El pequeñajo esta tiritando, por lo que veo le da miedo el fuego. En cierto modo me hace gracia hasta como se pone de los nervios por lo que le sonrío y me agacho para estar más cerca de él.
-Tsusu traaaanqui, ese fuego está controlado, por lo que no es peligroso. No tienes de que preocuparte. Mira, este es mi Zippo, es un mechero, y con el puedo hacer fuego mira- Le enseño el mechero y lo abro. Doy una vuelta a la rueda y las chispas prenden la mecha produciendo una pequeña llama
-Ves, no pasa nada- Diciendo esto cierro el mechero y le miro. - ¿Me das una de esas linternas por favor?-
Tsusu me entrega una especie de piedra no muy grande, como la palma de mi mano pero a diferencia de su piedra la mía estaba apagada. Le pregunto al pequeñajo como funcionan y me dice que hay que usar sangre, que la suya se encendió cuando rozo la sangre.
“Ni de coña, me hago una herida para que encima no funcione” Le doy las gracias a Tsusu por darme una piedra y me subo a mi habitación.
Subo las escaleras apesadumbradamente, parece como si no fuesen a terminar nunca. Al llegar a mi cuarto cierro la puerta detrás mía y me quito las dagas y el cinturón. Tengo algo de calor por lo que me quito la camiseta y me tumbo en la cama solo con mis pantalones mirando al techo.
“Lia.... no la conocía muy bien pero joder.... No pensé que fuera cierta la advertencia que podríamos morir aquí.” Miro mis dagas y esbozo una sonrisa forzada. Me levanto y cojo una de ellas “No tengo ninguna posibilidad con otro bicho así si llevo solo esto”. Mirando la daga me vuelvo a tumbar. Cuando me tumbo algo duro me roza en el pantalón. Saco el objeto y resulta ser la piedra que me ha dado Tsusu. “Funcionan con sangre. Matt que locura aunque después de lo vivido hoy.... que demonios”
Acerco la piedra a uno de los arañazos que Wedn me hizo al sacarme de la plaza y de pronto y como era de esperar no pasa nada. - Tss, gilipollas que esperabas ¿Qué se encendiese como un gusiluz?-
Dejo la piedra y la daga en el suelo y me quedo mirando el techo y pensando en lo que ha ocurrido hoy hasta quedarme dormido.
Me despierto al amanecer, no se cuanto tiempo ha pasado desde que me dormí pero no oigo ruidos abajo asique pienso que ya estarán todos dormidos. La idea de Lia muerta y que si no fuese por Wedn ahora yo podría estar en su mismo... estado me perturbaba la cabeza. “No creo que duerma más por hoy” Me doy la vuelta y saco el brazo por fuera de la cama dejándolo caer sobre el frió metal del sai. Su tacto es extraño, es frió y liso.
Lo agarro y me giro en la cama hasta quedar mirando al techo con el sai en alto observándolo.
“Matt, si vuelve a venir un bicho como esos no tienes nada que hacer cuerpo a cuerpo. Te devorará sin pensárselo. Por mucho que lo machaque es por que es verdad, me comería si me tengo que acercar a intentar pinchar a algún bicho.” Mi dedo indice esta rozando los bordes del sai cuando de pronto la imagen del arco negro de la armería me inunda la cabeza. “¡Claro coño Matt! ¡El arco! Si, es una buena idea”
De la emoción al pensar en que así podría estar mas alejado de las cosas que intentases comerme mi dedo indice aprieta un poco mas de la cuenta el filo del sai y me corta. Lo que me hace incorporarme de un salto en la cama.
-¡AUCH! Mierda Matt es que mira que eres gilipollas enserio.- me miro el dedo y de el empieza a brotar de una pequeña herida un finísimo hilillo de sangre. -Joder, menos mal que estoy vacunado del tétanos que si no con lo desgraciado que soy seguro que lo pillo- En mi cabeza de pronto resuenan unas palabras que me dijo anoche Tsusu. “Funcionan con la sangre. Bueno Por probar ahora no voy a perder nada”
Cojo la piedra del suelo con la otra mano y la miro dejando escapar una sonrisa. “Matt, estas como una verga macho” Adelanto el dedo hasta la piedra y lo pongo sobre ella y para mi sorpresa comienza a brillar. -¿Pero qué coño?- Es un brillo muy leve pero en la oscuridad se notaba algo de brillo en la piedra. “¿Y si uso un poco mas de sangre?” Aprieto un poco mas el dedo para que salga algo mas de sangre y vuelvo a colocar en la piedra y según mis expectativas la piedra se ilumina un poquito más,no mucho, pero algo mas. -Joder tengo que contarle esto a los demás. ¡Van a flipar!-
Me levanto de la cama y me pongo la camiseta corriendo. Salgo de la habitación pero como había predicho todo el mundo esta dormido, no oigo ningún ruido en la planta. “Mejor se lo cuento cuando se despierten.”
De pronto mi estomago ruge. “Mierda, anoche no cené... voy a bajar a por algo de comer” Bajo las escaleras y me dirijo a la cocina. Cojo la primera cesta que encuentro y la abro y encuentro la cecina
-Mmmm buen provecho Matt. Nada mejor para desayunar que un poco de cecina- cojo una de ellas y comienzo a mordisquearla casi hasta con ansia. Tengo hambre y el sabor de algo mas que no fuese queso me estaba volviendo loco las papilas gustativas.
Un recuerdo me vuelve a inundar la cabeza. “Ese arco...¿Seguirá allí?” me doy la vuelta y sin pensarlo dos veces me encamino a las escaleras para bajar a la armería. Abro la puerta y todo esta igual que antes. Voy a donde se encontraba el arco y para mi alivio seguía allí. “Bien, sigue aquí” Cojo el arco y comienzo a observarlo como si se tratase de algo extremadamente valioso.
Era un arco normal y corriente negro con unas finas filigranas verdes. Comprobé que la cuerda estuviese en buen estado y por lo que parecía estaba bien. Recogí un carcaj de flechas que estaban en el suelo y conté cuantas flechas contenía. “Bueno para empezar esta bien, con estas ocho podré comenzar a practicar un poco el tiro.” Puse una flecha en el arco y tensé la cuerda. Aun recuerdo lo que me decía mi abuelo cuando usaba sus arcos de competición en el campo. “Siempre recordaré esas pocas clases que pudiste darme viejo.”
Subo al salón con el arco en una mano y el carcaj en la otra. Parece que aun es temprano por que esta comenzando a amanecer. “Voy a salir un rato a practicar a ver como se me da esto”. Salgo al patio y veo unas cenizas donde estaban Nasher y los demás. “Me pregunto que habrán echo aquí. Bah da igual, tu céntrate ahora en esto Matt.”
Me pongo donde se pone Wedn a practicar con su arco y apunto al pajarraco. Respiro hondo, recuerdo que hay estar tranquilo y sereno, controlar la respiración. -Matt venga puedes hacerlo, puedo clavar una daga en una silla esto no es mas complicado que eso.- Respiro hondo e intento acostumbrarme al movimiento de mi cuerpo al respirar. - Venga como me enseñó el abuelo. Uno, dos.....y tres- Suelto la flecha que vuela recta hasta el pájaro pero se desvía y acaba en la otra punta del patio. -Al menos se ha acercado un poco al pájaro-
Continuo tirando flechas a diferentes objetivos. Algunas veces acierto, otras muchas mas fallo, no se cuantas veces habré tirado ya con el arco que comienzo a familiarizarme con el “Me gusta este arco y lo mas importante, me da una gran distancia entre lo que venga a comerme y yo” He recogido todas las flechas varias veces y sin darme cuenta ya es de día completamente en el torreón. “Pienso seguir tirando, Matt debes empezar a tomarte esto enserio, si no el próximo... puedo ser... yo”
Me he quedado solo en el salón. Le doy un par de caladas al cigarrillo y dejo caer la ceniza al suelo – Mierda, odio cuando pasa eso. Total por un poco mas de mierda.- Me levanto de la silla y voy a mirar las cestas en la cocina. Al dirigirme hacia ella escucho unos pequeños pasitos acelerados bajando por las escaleras.
-Debe de ser Tsusu con los bichos esos, me encantaría tener algo mas de luz ahora en mi cuarto la verdad, por lo menos por hoy. - Tsusu baja corriendo y sale hacia el patio. Voy tras él para que me enseñe esa especie de linterna y cuando sale vuelve corriendo hacia mí gritando que le ayude y que nos va matar a todos.
-¿Qué dices?¿Qué pasa?- Digo asustado pensando que algo había entrado en el torreón y se estaba merendando a los que estaban fuera.
-¡El fuego! ¡Nos va a quemar! ¡Vamos a morir!- El pequeñajo esta tiritando, por lo que veo le da miedo el fuego. En cierto modo me hace gracia hasta como se pone de los nervios por lo que le sonrío y me agacho para estar más cerca de él.
-Tsusu traaaanqui, ese fuego está controlado, por lo que no es peligroso. No tienes de que preocuparte. Mira, este es mi Zippo, es un mechero, y con el puedo hacer fuego mira- Le enseño el mechero y lo abro. Doy una vuelta a la rueda y las chispas prenden la mecha produciendo una pequeña llama
-Ves, no pasa nada- Diciendo esto cierro el mechero y le miro. - ¿Me das una de esas linternas por favor?-
Tsusu me entrega una especie de piedra no muy grande, como la palma de mi mano pero a diferencia de su piedra la mía estaba apagada. Le pregunto al pequeñajo como funcionan y me dice que hay que usar sangre, que la suya se encendió cuando rozo la sangre.
“Ni de coña, me hago una herida para que encima no funcione” Le doy las gracias a Tsusu por darme una piedra y me subo a mi habitación.
Subo las escaleras apesadumbradamente, parece como si no fuesen a terminar nunca. Al llegar a mi cuarto cierro la puerta detrás mía y me quito las dagas y el cinturón. Tengo algo de calor por lo que me quito la camiseta y me tumbo en la cama solo con mis pantalones mirando al techo.
“Lia.... no la conocía muy bien pero joder.... No pensé que fuera cierta la advertencia que podríamos morir aquí.” Miro mis dagas y esbozo una sonrisa forzada. Me levanto y cojo una de ellas “No tengo ninguna posibilidad con otro bicho así si llevo solo esto”. Mirando la daga me vuelvo a tumbar. Cuando me tumbo algo duro me roza en el pantalón. Saco el objeto y resulta ser la piedra que me ha dado Tsusu. “Funcionan con sangre. Matt que locura aunque después de lo vivido hoy.... que demonios”
Acerco la piedra a uno de los arañazos que Wedn me hizo al sacarme de la plaza y de pronto y como era de esperar no pasa nada. - Tss, gilipollas que esperabas ¿Qué se encendiese como un gusiluz?-
Dejo la piedra y la daga en el suelo y me quedo mirando el techo y pensando en lo que ha ocurrido hoy hasta quedarme dormido.
Me despierto al amanecer, no se cuanto tiempo ha pasado desde que me dormí pero no oigo ruidos abajo asique pienso que ya estarán todos dormidos. La idea de Lia muerta y que si no fuese por Wedn ahora yo podría estar en su mismo... estado me perturbaba la cabeza. “No creo que duerma más por hoy” Me doy la vuelta y saco el brazo por fuera de la cama dejándolo caer sobre el frió metal del sai. Su tacto es extraño, es frió y liso.
Lo agarro y me giro en la cama hasta quedar mirando al techo con el sai en alto observándolo.
“Matt, si vuelve a venir un bicho como esos no tienes nada que hacer cuerpo a cuerpo. Te devorará sin pensárselo. Por mucho que lo machaque es por que es verdad, me comería si me tengo que acercar a intentar pinchar a algún bicho.” Mi dedo indice esta rozando los bordes del sai cuando de pronto la imagen del arco negro de la armería me inunda la cabeza. “¡Claro coño Matt! ¡El arco! Si, es una buena idea”
De la emoción al pensar en que así podría estar mas alejado de las cosas que intentases comerme mi dedo indice aprieta un poco mas de la cuenta el filo del sai y me corta. Lo que me hace incorporarme de un salto en la cama.
-¡AUCH! Mierda Matt es que mira que eres gilipollas enserio.- me miro el dedo y de el empieza a brotar de una pequeña herida un finísimo hilillo de sangre. -Joder, menos mal que estoy vacunado del tétanos que si no con lo desgraciado que soy seguro que lo pillo- En mi cabeza de pronto resuenan unas palabras que me dijo anoche Tsusu. “Funcionan con la sangre. Bueno Por probar ahora no voy a perder nada”
Cojo la piedra del suelo con la otra mano y la miro dejando escapar una sonrisa. “Matt, estas como una verga macho” Adelanto el dedo hasta la piedra y lo pongo sobre ella y para mi sorpresa comienza a brillar. -¿Pero qué coño?- Es un brillo muy leve pero en la oscuridad se notaba algo de brillo en la piedra. “¿Y si uso un poco mas de sangre?” Aprieto un poco mas el dedo para que salga algo mas de sangre y vuelvo a colocar en la piedra y según mis expectativas la piedra se ilumina un poquito más,no mucho, pero algo mas. -Joder tengo que contarle esto a los demás. ¡Van a flipar!-
Me levanto de la cama y me pongo la camiseta corriendo. Salgo de la habitación pero como había predicho todo el mundo esta dormido, no oigo ningún ruido en la planta. “Mejor se lo cuento cuando se despierten.”
De pronto mi estomago ruge. “Mierda, anoche no cené... voy a bajar a por algo de comer” Bajo las escaleras y me dirijo a la cocina. Cojo la primera cesta que encuentro y la abro y encuentro la cecina
-Mmmm buen provecho Matt. Nada mejor para desayunar que un poco de cecina- cojo una de ellas y comienzo a mordisquearla casi hasta con ansia. Tengo hambre y el sabor de algo mas que no fuese queso me estaba volviendo loco las papilas gustativas.
Un recuerdo me vuelve a inundar la cabeza. “Ese arco...¿Seguirá allí?” me doy la vuelta y sin pensarlo dos veces me encamino a las escaleras para bajar a la armería. Abro la puerta y todo esta igual que antes. Voy a donde se encontraba el arco y para mi alivio seguía allí. “Bien, sigue aquí” Cojo el arco y comienzo a observarlo como si se tratase de algo extremadamente valioso.
Era un arco normal y corriente negro con unas finas filigranas verdes. Comprobé que la cuerda estuviese en buen estado y por lo que parecía estaba bien. Recogí un carcaj de flechas que estaban en el suelo y conté cuantas flechas contenía. “Bueno para empezar esta bien, con estas ocho podré comenzar a practicar un poco el tiro.” Puse una flecha en el arco y tensé la cuerda. Aun recuerdo lo que me decía mi abuelo cuando usaba sus arcos de competición en el campo. “Siempre recordaré esas pocas clases que pudiste darme viejo.”
Subo al salón con el arco en una mano y el carcaj en la otra. Parece que aun es temprano por que esta comenzando a amanecer. “Voy a salir un rato a practicar a ver como se me da esto”. Salgo al patio y veo unas cenizas donde estaban Nasher y los demás. “Me pregunto que habrán echo aquí. Bah da igual, tu céntrate ahora en esto Matt.”
Me pongo donde se pone Wedn a practicar con su arco y apunto al pajarraco. Respiro hondo, recuerdo que hay estar tranquilo y sereno, controlar la respiración. -Matt venga puedes hacerlo, puedo clavar una daga en una silla esto no es mas complicado que eso.- Respiro hondo e intento acostumbrarme al movimiento de mi cuerpo al respirar. - Venga como me enseñó el abuelo. Uno, dos.....y tres- Suelto la flecha que vuela recta hasta el pájaro pero se desvía y acaba en la otra punta del patio. -Al menos se ha acercado un poco al pájaro-
Continuo tirando flechas a diferentes objetivos. Algunas veces acierto, otras muchas mas fallo, no se cuantas veces habré tirado ya con el arco que comienzo a familiarizarme con el “Me gusta este arco y lo mas importante, me da una gran distancia entre lo que venga a comerme y yo” He recogido todas las flechas varias veces y sin darme cuenta ya es de día completamente en el torreón. “Pienso seguir tirando, Matt debes empezar a tomarte esto enserio, si no el próximo... puedo ser... yo”
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
16/07/12, 06:16 pm
Nasher estaba sorprendido. Sorprendido y emocionado, pues nadie del grupo había mostrado interés en formar parte dle banquete funerario, tal vez por tener una cultura distinta, como en el caso de Lief. Pero Enna, después de preguntarle la razón de la hoguera y de que se estuviese comiendo a Lia, se ofreció a ayudarle, y Nasher de verdad se lo agradecía. Cargar él solo con el alma de su compañera era demasiado. Asintiendo como un idiota le ofreció la otra pierna de la muchacha. Comieron en silencio, pero con más ánimo por parte del chico, y pronto acabaron de roer el cráneo. Los restos debían terminar de quemarse, y así hicieron con la piel, pero con los huesos era más complicado... Nasher decidió esconderlos en algún sitio mientras decidía lo que hacer con ellos.
Ya era tarde, todos los demás se habían acostado, así que entraron en el torreón. Había sido un día muy largo y duro, y ambos necesitanan descansar. Nasher se despidió de Enna y se dispuso a subir a su hueco en la escalera, pero cambió de idea.
-Esto... Enna, er... ¿podría dormir contigo?
La verdad era que le daba pánico dormir solo. Cientos de pensamientos inquietantes y de imágenes violentas llenaban la mente de Nasher, y el nido improvisado que se había hecho en el hueco de su escalera no se le antojaba un refugio muy seguro. Necesitaba calor, el calor del fuego o el calor de otra persona, y Enna era la única amiga que tenía realmente allí. La chica se mostró reticente al principio, pero ante la insistendia del asreniano cedió.
La en la habitación, donde la oscuridad era total, Nasher tanteó y se agarró con suavidad a la ropa de la chica, para asegurarse de que la tenía cerca. Enna siempre olía muy dulce, de un dulce que Nasher no había olido en su vida...
-Buenas noches.- susurró- Y gracias
Se movió un poco más entre las sábanas, inquieto, pero finalmente el agotamiento pudo más que el miedo, y Nasher se dejó arrastrar a un sueño plagado de pesadillas.
Ya era tarde, todos los demás se habían acostado, así que entraron en el torreón. Había sido un día muy largo y duro, y ambos necesitanan descansar. Nasher se despidió de Enna y se dispuso a subir a su hueco en la escalera, pero cambió de idea.
-Esto... Enna, er... ¿podría dormir contigo?
La verdad era que le daba pánico dormir solo. Cientos de pensamientos inquietantes y de imágenes violentas llenaban la mente de Nasher, y el nido improvisado que se había hecho en el hueco de su escalera no se le antojaba un refugio muy seguro. Necesitaba calor, el calor del fuego o el calor de otra persona, y Enna era la única amiga que tenía realmente allí. La chica se mostró reticente al principio, pero ante la insistendia del asreniano cedió.
La en la habitación, donde la oscuridad era total, Nasher tanteó y se agarró con suavidad a la ropa de la chica, para asegurarse de que la tenía cerca. Enna siempre olía muy dulce, de un dulce que Nasher no había olido en su vida...
-Buenas noches.- susurró- Y gracias
Se movió un poco más entre las sábanas, inquieto, pero finalmente el agotamiento pudo más que el miedo, y Nasher se dejó arrastrar a un sueño plagado de pesadillas.
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e Imaginación
Personajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
16/07/12, 07:40 pm
Enna sonrió complacida cuando el chico aceptó que le ayudase. Había sido mucho mas fácil de lo que creia. Es más, el parecía realmente emocionado. Nasher le dio la otra pierna y Enna la miró durante unos segundos. Luego imitó con ceremoniosa parsimonia los movimientos de Nasher. Con las manos apartó la piel. Enna siempre había llevado las uñas muy, muy cortas y en el tiempo que llevaba en Rocavarancolia no le había dado tiempo a que creciesen lo suficiente como para poder desgarrar la piel con la rapidez con la que lo hacía Nasher, pero aun asi en poco tiempo, la carne estuvo limpia.
Acercó su nariz a ese dulce bocado que tenía entre las manos y degustó el olor que desprendía. Luego con cuidado, le dio un primer mordisco. Inmediatamente una descarga de adrenalina surcó su cuerpo mientras masticaba como podía aquella carne fibrosa. Cuando tragó, se sentía mejor que en mucho tiempo. El sabor no era nada especial comparado con los deliciosos manjares de carne en salsa Daelicianos, pero era infinitamente mejor que la cecina dura que venía en las cestas... por no decir que era algo mucho mas extraño, mucho mas dificil de conseguir. Algo que estaba prohibido en su mundo, algo por lo que en cualquier sitio le condenarían. A Enna le supo a gloria. "Tomaré esto a vuestra salud, amigos. Y porque algun dia sea vuestro sabor el que me lleve hasta el mundo anterior, vuestro olor el que honre al Demiurgo y vuestra carne la que llene mi estomago" pensó con una sonrisa dedicandole esas palabras a todos aquellos que le habían encerrado cuando estaba en Daelicia.
Anna comio en silencio, saboreando cada bocado y disfrutandolo, mientras pensaba en lo que hacia. Se estaba comiendo a otra persona... tan solo pensarlo hacía que un cosquilleo le recorriese entera. Realmente pensó que no podría comerse toda la pierna, pero sorprendiendose a si misma, los días de hambre le habían dotado de una capacidad especial para llenar su estomago mas que nunca. El craneo se lo dejó casi entero al chico. Cuando terminaron, echaron la piel al fuego y escondieron los huesos.
Enna se sentía completamente llena y muy cansada. Necesitaba dormir. Habia tenido emociones suficientes por un día. La chica se despidió de su compañero y fue a su cuarto. Se disponía a cerrar del todo la puerta y a dormirse cuando alguien le llamo. Ella se levantó de un salto y fue a ciegas hacia la puerta, reconciendo la voz de Nasher.
-Dormir... ¿Dormir conmigo? - Preguntó confundida. -¿Por que? - No le gustaba. La idea no le hacía ninguna gracia. Su habitación era suya. Ahí tenía sus cosas y su intimidad. Ahí podia ser ella misma sin máscaras sonrientes durante un rato. Además, ¿porque quería dormir con ella? A lo mejor se había enterado de lo que había hecho y quería matarla... o a lo mejor pretendia mantener otro tipo de relación como la que las parejas de Daelicia tenian. No le gustaba la idea.
Miró al chico durante un segundo, analizandole. Luego suspiró. Podría haberle puesto cualquier excusa como que estaba desnuda o como que le daba verguenza o que en su mundo eso se vería muy mal. Podría haberle dicho que la cama era demasiado pequeña para dormir los dos, o simplemente haberse negado sin motivo. Pero luego pensó que gracias al chico había podido comer carne humana, y realmente Enna se sentia de buen humor ese día. Tanteó en la oscuridad su pierna, hasta que dió con el cuchillo que previamente había enfundado en tela para no cortarse mientras dormía. No se separaría de él en ningun momento. Si el chico trataba de hacerle lo más minimo, ella misma se encargaría de guardar su alma.
-Vaaaaaaale, pero no hagas ruido que estoy muy cansada... - le dijo mientras se alejaba de la puerta y volvia a meterse entre las sabanas. Segundos despues notó la cama crujir cuando el chico se tumbó a su lado.Nasher se agarro a su ropa y Enna se sobresaltó. Por un segundo, el calor de Nasher le incitó a acercarse un poco mas. Se sintió rara. Le apetecía acariciar la piel del chico, incluso aunque esta era dura y aspera. Le rozó el brazo con cuidado llegando hasta el hombro, pero luego paró.
No le gustaba que el chico le estuviese agarrando por lo que enseguida desenganchó las manos de su ropa. Por el contrario fue ella quien le agarró. Le rodeó el cuerpo con un brazo en lo que podía parecer un gesto cariñoso, siendo realmente un gesto defensivo, mientras el otro agarraba la empuñadura de su cuchillo, acariciandolo como si fuese su hijo o su amante.
-Buenas noches Nasher, ten dulces sueños. - Le respondió en un susurro. El chico se agitó un poco y luego se quedó dormido.
Enna no conseguía dormir. Estuvo despierta varias horas mirando al chico, que se removía en sueños. De vez en cuando su mano se aferraba con mas fuerza al cuchillo en un gesto instintivo, pero luego se volvia a relajar. Consiguió dormir cuando el sol ya había empezado a hacer que las sombras de la habitacion se deshiciesen.
Acercó su nariz a ese dulce bocado que tenía entre las manos y degustó el olor que desprendía. Luego con cuidado, le dio un primer mordisco. Inmediatamente una descarga de adrenalina surcó su cuerpo mientras masticaba como podía aquella carne fibrosa. Cuando tragó, se sentía mejor que en mucho tiempo. El sabor no era nada especial comparado con los deliciosos manjares de carne en salsa Daelicianos, pero era infinitamente mejor que la cecina dura que venía en las cestas... por no decir que era algo mucho mas extraño, mucho mas dificil de conseguir. Algo que estaba prohibido en su mundo, algo por lo que en cualquier sitio le condenarían. A Enna le supo a gloria. "Tomaré esto a vuestra salud, amigos. Y porque algun dia sea vuestro sabor el que me lleve hasta el mundo anterior, vuestro olor el que honre al Demiurgo y vuestra carne la que llene mi estomago" pensó con una sonrisa dedicandole esas palabras a todos aquellos que le habían encerrado cuando estaba en Daelicia.
Anna comio en silencio, saboreando cada bocado y disfrutandolo, mientras pensaba en lo que hacia. Se estaba comiendo a otra persona... tan solo pensarlo hacía que un cosquilleo le recorriese entera. Realmente pensó que no podría comerse toda la pierna, pero sorprendiendose a si misma, los días de hambre le habían dotado de una capacidad especial para llenar su estomago mas que nunca. El craneo se lo dejó casi entero al chico. Cuando terminaron, echaron la piel al fuego y escondieron los huesos.
Enna se sentía completamente llena y muy cansada. Necesitaba dormir. Habia tenido emociones suficientes por un día. La chica se despidió de su compañero y fue a su cuarto. Se disponía a cerrar del todo la puerta y a dormirse cuando alguien le llamo. Ella se levantó de un salto y fue a ciegas hacia la puerta, reconciendo la voz de Nasher.
-Dormir... ¿Dormir conmigo? - Preguntó confundida. -¿Por que? - No le gustaba. La idea no le hacía ninguna gracia. Su habitación era suya. Ahí tenía sus cosas y su intimidad. Ahí podia ser ella misma sin máscaras sonrientes durante un rato. Además, ¿porque quería dormir con ella? A lo mejor se había enterado de lo que había hecho y quería matarla... o a lo mejor pretendia mantener otro tipo de relación como la que las parejas de Daelicia tenian. No le gustaba la idea.
Miró al chico durante un segundo, analizandole. Luego suspiró. Podría haberle puesto cualquier excusa como que estaba desnuda o como que le daba verguenza o que en su mundo eso se vería muy mal. Podría haberle dicho que la cama era demasiado pequeña para dormir los dos, o simplemente haberse negado sin motivo. Pero luego pensó que gracias al chico había podido comer carne humana, y realmente Enna se sentia de buen humor ese día. Tanteó en la oscuridad su pierna, hasta que dió con el cuchillo que previamente había enfundado en tela para no cortarse mientras dormía. No se separaría de él en ningun momento. Si el chico trataba de hacerle lo más minimo, ella misma se encargaría de guardar su alma.
-Vaaaaaaale, pero no hagas ruido que estoy muy cansada... - le dijo mientras se alejaba de la puerta y volvia a meterse entre las sabanas. Segundos despues notó la cama crujir cuando el chico se tumbó a su lado.Nasher se agarro a su ropa y Enna se sobresaltó. Por un segundo, el calor de Nasher le incitó a acercarse un poco mas. Se sintió rara. Le apetecía acariciar la piel del chico, incluso aunque esta era dura y aspera. Le rozó el brazo con cuidado llegando hasta el hombro, pero luego paró.
No le gustaba que el chico le estuviese agarrando por lo que enseguida desenganchó las manos de su ropa. Por el contrario fue ella quien le agarró. Le rodeó el cuerpo con un brazo en lo que podía parecer un gesto cariñoso, siendo realmente un gesto defensivo, mientras el otro agarraba la empuñadura de su cuchillo, acariciandolo como si fuese su hijo o su amante.
-Buenas noches Nasher, ten dulces sueños. - Le respondió en un susurro. El chico se agitó un poco y luego se quedó dormido.
Enna no conseguía dormir. Estuvo despierta varias horas mirando al chico, que se removía en sueños. De vez en cuando su mano se aferraba con mas fuerza al cuchillo en un gesto instintivo, pero luego se volvia a relajar. Consiguió dormir cuando el sol ya había empezado a hacer que las sombras de la habitacion se deshiciesen.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
17/07/12, 12:34 am
“Esto era algo que no me esperaba.” Pensó la morena sonriendo socarronamente mientras veía como Enna y Nasher comenzaban con su festín. Parecía mentira que la misma niña le hubiera dicho minutos atrás que al día siguiente llorarían y temblarían de miedo y dolor, cuando ahora se veía bastante contenta de comerse a una persona.
Desde que se había sentando en esa esquina del patio a fumar mientras observaba los extraños rituales de sus compañeros de torreón de otros mundos, nadie se había percatado de su presencia. Ella lo prefirió así. De ese modo, podía observar sin ser molestada. Le intrigaban, demasiado. Durante ese tiempo apenas había puesto atención en sus compañeros excepto para vigilarlos, pero ahora tenía curiosidad, en ellos y en la ciudad.
Mientras veía como Enna, la niña que, por su dulzura ella había bautizado como “niña azúcar glass” disfrutaba de la pierna de su ex compañera de torreón, Wen solo podía pensar en supervivencia, eso era lo único que veía. Esa ciudad iba a intentar matarlos a cada segundo y ellos tenían que evitarlo. Nunca esa idea estuvo más clara en su mente, no después de ver como la inocencia de una dulce niña se perdía con cada bocado de carne humana. Todos tenían que cambiar, ella la primera.
Wen entró poco después que Nasher y Enna. La oscuridad no la molestaba, ya estaba familiarizado con ella, quizás no con una tan total ni tan seca, pero se sentía cómoda en ella. No tardó mucho en llegar a su habitación y prepararse para dormir.
Era noche cerrada en Londres. Una niebla espesa y mortecina recorría las calles. Wen se encontraba en la parada de bus de una calle a las afueras de la ciudad, a pesar de eso, podía ver perfectamente como el Big Ben daba las 12 de la noche. Dio otra calada a su cigarro y se protegió del frio nocturno acurrucándose contra sí misma dentro de su gabardina negra. Se ajustó su boina y le dio otra calada al cigarro. Esperaba, no sabía muy bien el que, pero ella esperaba.
Tras el humo de la ultima calada apareció un autobús, viejo y oxidado, pero no muy ruidoso. El ronroneo del transporte se detuvo ante ella abriendo sus puertas. Arrojó la colilla lejos y entró. El conductor no se molesto en mirarla, mantuvo su mirada al frente, cabizbajo. La gran gorra del uniforme no le permitió ver su rostro. A Wen no le importó. La puerta se cerró y el bus avanzo hacia delante, y Wen en dirección contraria por el pasillo. El interior del transporte se asemejaba más al interior del metro que al de un autobús.
Había pocas personas: una mujer con una pequeña niña de 6 años, un anciano leyendo el periódico y un joven escuchando música a la vez que miraba por la ventana. Wen avanzó por el pasillo sin prestar mucha atención a los viajeros y se sentó en la parte más oscura del vehículo; atrás, entre las sombras. Se preguntó a donde se dirigiría el autobús, aunque la respuesta no le importaba demasiado. Sintió movimiento en el asiento contiguo al suyo y giro su cabeza sin mucho interés. Ahí estaba la pequeña de 6 años mirándola con curiosidad e inocencia.
- Hola.- le dijo con voz chillona. Ella contesto en un susurro "hola" y volvió su vista a la ventana, pero la niña no se dio por vencida:
- ¿Cómo te llamas?- le preguntó curiosa.
- Ann. - contestó Wen después de decidir darle uno de los muchos nombres que le habían puesto en sus casas de acogida a lo largo de estos años.
- ¿Tú también vas a casa?- le preguntó la pequeña esta vez.
- ¿A casa? yo no tengo casa. - le contestó Wen ya un poco molesta. La niña rió:
- Eres muy graciosa, todos tenemos casa.
- Yo no.- le contestó de forma seca Wen.
- Yo hace mucho que no estoy en la mía por eso mi mama y yo cogimos el autobús.
- ¿Hacia dónde se dirige? -preguntó Wen un poco curiosa.
- ¿El autobús? oh! nadie lo sabe. A ninguna parte y a la vez a todas.- contestó la pequeña sonriendo.
- Entonces tus palabras no tiene sentido. - le dijo finalmente Wen, decepcionada por no haber obtenido la respuesta que quería.
- El autobús nos llevará al lugar al que pertenecemos, sea cual sea ese lugar.- contestó simplemente la niña.
Wen no sabía que pensar de esa explicación. No le gusto, pues no le quitaba la duda, pero le hizo reflexionar. Quería preguntarle algo más a la niña pero su madre la llamo "ven, Hannah, no molestes a la joven" y antes de que pudiera decir nada, la niña corrió al encuentro de su madre que la esperaba al otro lado del bus.
Ya había sido la primera parada: nadie se bajó y nadie se subió. ¿Por qué os habéis montado? le había preguntado ella, "para ir a donde pertenecemos" le había contestado la niña. “qué extraño... a donde pertenecen... ¿ahí le llevaría el autobús? ¿A dónde ella pertenecía? ¿Y dónde era eso? no había ningún lugar a donde ella perteneciera, por lo menos, no uno que ella conociera, o es que acaso…”
Los rayos del sol le dieron directamente en la cara despertándola. Había vuelto a soñar con el autobús. “Todavía no estoy en el lugar al que pertenezco” pensó mientras se vestía. Mientras bajaba a la cocina se dio cuenta de que ya hacía un tiempo que algo había cambiado en el sueño: la piel de la niña era un tono violeta, la madre tenía las orejas un poco extrañas, la piel del anciano se veía escamosa y el joven había dejado de ser moreno para ser castaño con los ojos negros. Se obligó a dejar de pensar en eso, era un sueño y los sueños no significan nada.
Ya en la cocina con una pieza de fruta entre los dientes, decidió la que haría ese día: buscar información. Si quería sobrevivir en esa ciudad necesitaba saber todas las armas que esa ciudad tenía contra ella; pero, después de lo del día anterior, iba a ser difícil convencer al grupo para salir.
Se dio cuenta de que había alguien despierto cuando hoyó ruido en el exterior. No se le pasó por la cabeza la posibilidad de que fuera una amenaza exterior, como la chica sin cabeza; la rapidez con la que había desaparecido le hizo ver que, aunque peligrosa, no eran ellos quienes le interesaban. Fuera se encontró a Matt practicando con un arco que ya había visto en la armería, mucho más bonito que el suyo, pero para nada como él, el cual no lo cambiaría por nada. Aunque le molestó que hubiera otro “consumidor” de flechas, finalmente decidió ignorarlo y volvió al interior del torreón con la clara intención de darse un baño y prepararse para su salida.
Una vez vestida de nuevo con los calzones y la camiseta que había encontrado en el torreón que, aunque no era lo mismo que llevar su propia ropa, era lo mejor que había encontrado para ella mientras su ropa se secaba, decidió armarse. Pasó por su cabeza la idea de atarse el pañuelo al brazo para disimular la cicatriz que se atisbaba bajo la manga, algo que la ponía bastante incómoda; pero descartó la idea al darse cuenta que eso limitaría un poco sus movimientos si lo apretaba lo suficiente como para no perderlo. Cuando hubo terminado de coger sus armas, cogió su mochila totalmente vacía y se la ajustó a la espalda de manera que ella sabía que no le molestaría al correr. No sabía lo que iba a encontrar ahí afuera, pero siempre cabía la posibilidad de encontrar algo útil y nunca se arriesgaría en ocupar sus manos en algo que no fuera su arco o su navaja. Ni siquiera pensó en coger espadas o un escudo, pues para ella su mejor arma era su velocidad y agilidad, algo que con tanto peso disminuiría considerablemente.
Cuando se hizo completamente de día, fue a la cocina con intención de esperar al resto del grupo mientras comía un poco de cecina.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
17/07/12, 05:30 pm
Nasher se despertó cuando un rayo de sol entró por la diminuta ventana de la habitación, dándole en los ojos. Se giró para evitar ser deslumbrado y tras mantener la cara oculta contra la almohada unos segundos reunió fuerzas para abrir los ojos. Parpadeo varias veces, y se percató de que el brazo de Enna lo rodeaba. Con una media sonrisa, muy sigilosamente para no despertar a su amiga, se escurrió de la cama y dejó la habitación. Abajo ya había movimiento, alguien entrenando. Nasher se planteó el unírseles pero le dolían demasiado los huesos. << Es como si me hubiesen pegado una paliza...>> Aunque en parte era lo que le había pasado. Pasó por las cestas, evitando la que él había llevado a propósito y buscando algo para desayunar. En realidad no tenía hambre, el banquete de la noche aun se estaba digiriendo y aun tendría carne para varios días, pero sabía que la fruta era necesaria después de los funerales. Curioseó entre las distintas piezas y mientras dio con el bote de sustancia pegajosa. Olía muy dulce... ¿sabría igual? Lo abrió y metió un dedo, pero al probarlo casi lo tuvo que escupir. Era empalagoso. Nasher no estaba acostumbrado a las cosas tan dulces, o al menos, estaba acostumbrado a otro tipo de dulce. Aquello le picaba la lengua y le secaba la garganta. Cogió una jarra de agua que alguien había dejado allí y la apuró de un trago. << Nunca más>> pensó.
El día estaba apetecible, el sol brillaba y calentaba las piedras del patio. Y Nasher estaba hecho un asco... Su piel estaba cubierta de polvo, sangre, grasa y carbón. Debería haberse lavado nada más llegar, o nada más terminar el banquete, pero la fatiga y los sucesos del día habían hecho que ni se lo plantease. Sus pantalones también habían quedado para el arrastre. Subió a buscar ropa limpia, el trapo viejo que usaba de toalla y bajó al patio. El día estaba demasiado bueno para desaprovecharlo.
Llenó dos cubos, en uno de ellos hundió lo que quedaba de sus pantalones y usó la tela para frotarse la suciedad concienzudamente hasta que no quedó rastro, luego se enjuagó con el otro cubo, se secó, y se puso los pantalones, de un color verde terroso. Eran feos, y encima Nasher tuvo que hacerles un agujero para su cola, pero eran mejor que nada. No se molestó en subir a lavarse, lo hizo allí mismo, al lado del pozo. Cuando acabó puso la ropa a secar donde pudo y se tumbó en el suelo a tomar el sol para terminar de entrar en calor despues del baño frío.
El día estaba apetecible, el sol brillaba y calentaba las piedras del patio. Y Nasher estaba hecho un asco... Su piel estaba cubierta de polvo, sangre, grasa y carbón. Debería haberse lavado nada más llegar, o nada más terminar el banquete, pero la fatiga y los sucesos del día habían hecho que ni se lo plantease. Sus pantalones también habían quedado para el arrastre. Subió a buscar ropa limpia, el trapo viejo que usaba de toalla y bajó al patio. El día estaba demasiado bueno para desaprovecharlo.
Llenó dos cubos, en uno de ellos hundió lo que quedaba de sus pantalones y usó la tela para frotarse la suciedad concienzudamente hasta que no quedó rastro, luego se enjuagó con el otro cubo, se secó, y se puso los pantalones, de un color verde terroso. Eran feos, y encima Nasher tuvo que hacerles un agujero para su cola, pero eran mejor que nada. No se molestó en subir a lavarse, lo hizo allí mismo, al lado del pozo. Cuando acabó puso la ropa a secar donde pudo y se tumbó en el suelo a tomar el sol para terminar de entrar en calor despues del baño frío.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
18/07/12, 12:24 am
Comenzó a sentirse intranquila después de terminar su segundo cigarro. El deseo de salir de aquel torreón crecía cada vez más en su interior. Barajó incluso la idea de salir sola, aunque las posibilidades de volver viva eran bastante bajas; pero, finalmente, decidió salir al patio, donde, quizás, pudiera convencer a Matt de que la acompañara; aunque no le hacía demasiada gracia, no iba a tolerar otro numerito heroico.
Al salir al patio, lo primero que vió fue a Nasher tomando el sol. Le recordaba a las lagartijas que había en el jardín del orfanato que aprovechaban el menor resquicio de sol para tumbarse en una piedra a calentarse. “No se diferencia tanto de cualquier reptil de la Tierra, excepto que este habla.” Pensó para sí misma, quitándole importancia.
- ¡Chicos! - les gritó a los dos que se encontraban en el patio para llamar su atención.- Deberíamos salir a explorar la ciudad. Si queremos evitar episodios como el de ayer, será mejor que conozcamos a que nos enfrentamos.
La voz firme que usó no dejo lugar a dudas sobre su decisión de salir, con o sin ellos. Aunque empezaba a replantearse la opción de salir sola cuando se dio cuenta de las dos opciones de compañía que tenía. “Genial, o un lagarto con complejo de lagartija o un prototipo de Robin Hood.”
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
18/07/12, 01:20 am
Cuando Enna despertó, Nasher ya se había ido de la cama. "Tonta. Niña tonta, más que tonta. ¡Estúpida!" El cansancio y las emociones del día anterior habían podido con ella. Se había olvidado de su propia seguridad y había caido dormida sin ningun tipo de precaución. Podría haberle matado, o cualqueir cosa. Había quedado a su mercerd.
Lo primero que hizo fue quitar la tela que enfundaba su cuchillo. Luego, viendo que aun estaba manchada de sangre, decidió coger su vestido azul de confinamiento. Bajó al patio donde Matt estaba entrenando mientras Nasher se echaba agua por encima. Saludó a los dos rápidamente mientras cargaba con cubos de agua para llenar la bañera.En una de las veces que salió se fijó en un curioso detalle de Nasher... más tarde se enteraria... Cuando la llenó se dio un baño rápido, sin entretenerse demasiado. Frotó las manchas de rojas con el jabón y se limpió el pelo. Cuando hubo terminado, sintiendose limpia, se puso el vestido azul, que le gustaba muchisimo mas que esa ropa tosca y fea que llevaba. Aprovechó para lavarla en el mismo agua.
Bajó con la ropa mojada aun en los brazos y la dejó secándose al sol. Escuchó como Wed decía a Matt y a Nasher lo que ella ya había pensado el día anterior. - Yo iré. - Dijo en un tono neutro. Luego se acercó a Nasher con una sonrisa. -Nash... se que esta pregunta puede incomodarte pero... es que... ¿De verdad eres un chico? - dijo en voz muy bajita, apenas audible para los demás. - No tienes... bueno... - lanzó una mirada hacia sus pantalones con algo de rubor azulado en su cara.
Lo primero que hizo fue quitar la tela que enfundaba su cuchillo. Luego, viendo que aun estaba manchada de sangre, decidió coger su vestido azul de confinamiento. Bajó al patio donde Matt estaba entrenando mientras Nasher se echaba agua por encima. Saludó a los dos rápidamente mientras cargaba con cubos de agua para llenar la bañera.En una de las veces que salió se fijó en un curioso detalle de Nasher... más tarde se enteraria... Cuando la llenó se dio un baño rápido, sin entretenerse demasiado. Frotó las manchas de rojas con el jabón y se limpió el pelo. Cuando hubo terminado, sintiendose limpia, se puso el vestido azul, que le gustaba muchisimo mas que esa ropa tosca y fea que llevaba. Aprovechó para lavarla en el mismo agua.
Bajó con la ropa mojada aun en los brazos y la dejó secándose al sol. Escuchó como Wed decía a Matt y a Nasher lo que ella ya había pensado el día anterior. - Yo iré. - Dijo en un tono neutro. Luego se acercó a Nasher con una sonrisa. -Nash... se que esta pregunta puede incomodarte pero... es que... ¿De verdad eres un chico? - dijo en voz muy bajita, apenas audible para los demás. - No tienes... bueno... - lanzó una mirada hacia sus pantalones con algo de rubor azulado en su cara.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
18/07/12, 04:31 am
"Al menos ahora tiro con mas fuerza" digo mientras veo la flecha clavada en el suelo situada a 10 centímetros del verdadero blanco. “Bueno al menos fallo menos de lo que pensaba, algo es algo. Me digo mientras recojo las flechas y las vuelco a colocar en el carcaj. Al volver a mi sitio veo a Nasher como sale del Torreón.
De pronto en mi cabeza surge la imagen de Lia y mi idea de que puedo ser el siguiente por lo desvío la mirada de mi amigo lagarto y me concentro en el arco. “Tienes que parar joder... concentrate en tirar, tienes que mejorar muchísimo mas. Este golpe a ver si aciertas.” Apunto hacia la parte superior de la pared justo donde hay una pequeña brecha, respiro hondo y tenso la cuerda. “Una, dos.. y tres”
La flecha sale disparada directa hacia la grieta pero se desvía y choca contra la piedra. “Vaya puta mierda... enserio” Continuo tirando hasta que la voz de Wedn me hace salir del bucle del entrenamiento. Wedn nos propone a Nasher y a mí que salgamos a explorar la ciudad. “Tiene razón en lo de que tenemos que ver algo más de esta ciudad, ya que intenta matarme, al menos intentaré descubrir el porqué.”
-Ok, lo veo. Peeeeeeeeeero con una minuuuuscula condición de nada- Me dirijo a Wedn rápidamente y señalo con una flecha hacia el lado contrario por donde salimos el otro día. -Este golpe por allí, por favor- “No quiero encontrarme otra vez con ese bicho. Ni quiero pisar mucho mas esa zona en un tiempo la verdad....” Me digo mientras miro a Wedn a los ojos buscando una aprobación a mi condiciones. - ¿Que dices? ¿Hay trato?- al decir esto sonrío de manera inocente y ladeo un poco la cabeza.
Enna entra en el patio y comienza a tender sus ropas en el tenderete improvisado y dice que ella también quiere venir con nosotros. “Bueno una mas, si algo se acerca ya hay otra a la que merendarse. O que puede ser mi sustituto como plato.”
-Bueno pues mientras vosotros os preparáis y tal yo me voy a lavar la cara un poco y nos vamos. ¿De acuerdo?- Digo sonriendo.
De pronto en mi cabeza surge la imagen de Lia y mi idea de que puedo ser el siguiente por lo desvío la mirada de mi amigo lagarto y me concentro en el arco. “Tienes que parar joder... concentrate en tirar, tienes que mejorar muchísimo mas. Este golpe a ver si aciertas.” Apunto hacia la parte superior de la pared justo donde hay una pequeña brecha, respiro hondo y tenso la cuerda. “Una, dos.. y tres”
La flecha sale disparada directa hacia la grieta pero se desvía y choca contra la piedra. “Vaya puta mierda... enserio” Continuo tirando hasta que la voz de Wedn me hace salir del bucle del entrenamiento. Wedn nos propone a Nasher y a mí que salgamos a explorar la ciudad. “Tiene razón en lo de que tenemos que ver algo más de esta ciudad, ya que intenta matarme, al menos intentaré descubrir el porqué.”
-Ok, lo veo. Peeeeeeeeeero con una minuuuuscula condición de nada- Me dirijo a Wedn rápidamente y señalo con una flecha hacia el lado contrario por donde salimos el otro día. -Este golpe por allí, por favor- “No quiero encontrarme otra vez con ese bicho. Ni quiero pisar mucho mas esa zona en un tiempo la verdad....” Me digo mientras miro a Wedn a los ojos buscando una aprobación a mi condiciones. - ¿Que dices? ¿Hay trato?- al decir esto sonrío de manera inocente y ladeo un poco la cabeza.
Enna entra en el patio y comienza a tender sus ropas en el tenderete improvisado y dice que ella también quiere venir con nosotros. “Bueno una mas, si algo se acerca ya hay otra a la que merendarse. O que puede ser mi sustituto como plato.”
-Bueno pues mientras vosotros os preparáis y tal yo me voy a lavar la cara un poco y nos vamos. ¿De acuerdo?- Digo sonriendo.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
18/07/12, 03:42 pm
La voz de Wen llamándoles le hace abrir los ojos perezosamente. Estaba muy bien allí echado, y el timbre de la chica no era lo que se dice muy agradable como despertador. << Por qué grita tanto?>> se preguntó llevándose las manos a los oídos. Le propuesta le provocó un escalofrío, y en su interior sintió como su corazón dana un vuelco. ¿Salir otra vez? No hacía ni un día que habían perdido a una compañera y pretendían salir otra vez... Sin entrenamiento extra, sin una necesidad urgente y sin un descanso para reponerse de... Nasher se abrazó las rodillas y apoyó la frente sobre estas, meditando. No quería salir, aún era pronto. Tenían comida, tenían agua y... Se miró las piernas y pasó la mano por encima. Si les atacaban de nuevo hoy no iba a poder correr tanto como el día anterior.
-Yo no voy- dijo sin alzar la mirada- Es una locura, si no pudimos enfrentarnos a esa cosa ayer tampoco podremos hoy.- se levantó y se encaminó al interior del torreón
Enna le paró a medio camino. Trataba de preguntarle algo, pero al principio no entendió muy bien a qué se refería. ¿Que no tenía qué? Relacionando ideas creyó saber de qué hablaba.
-Er... claro que soy un chico, y claro que tengo, ¿por qué dices que no?
-Yo no voy- dijo sin alzar la mirada- Es una locura, si no pudimos enfrentarnos a esa cosa ayer tampoco podremos hoy.- se levantó y se encaminó al interior del torreón
Enna le paró a medio camino. Trataba de preguntarle algo, pero al principio no entendió muy bien a qué se refería. ¿Que no tenía qué? Relacionando ideas creyó saber de qué hablaba.
-Er... claro que soy un chico, y claro que tengo, ¿por qué dices que no?
- Spoiler:
- No entendía mucho de la cultura de dondequiera que fuese Enna, pero de tener una cultura distinta a dudar de su masculinidad. Pero al pensar en los pechos que tenían las hembras allí, le hizo plantearse que las diferencias eran algo más evidentes << A lo mejor allí es distinto... Bueno, vamos a comprobarlo>> Ya que la chica parecía avergonzarse del tema la llevó un poco aparte. Metió la mano en su pantalón y tanteó el orificio anterior a su cloaca, estimulándolo ligeramente. Tardó algo más de lo esperado, porque la situación se le antojaba demasiado absurda como para centrarse en el tema, pero pronto tuvo su pene erecto en la mano y pudo mostrárselo a Enna.-
-No sé si allí son como estos, ni si es a lo que te referías, pero en fin.- Por un instante Nasher temió ofender a la chica.
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