Torreón Letargo (Archivo II)
+13
Elliot
Martalar
Shylver
Leonart
Lops
Vlad
Administración
Rocavarancolia Rol
Yber
Giniroryu
Sevent
Alicia
Caillech
17 participantes
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Torreón Letargo (Archivo II)
09/11/11, 08:05 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Oía pasos detras de mi, pero en ningún momento miré atras para comprobar si eran los humanos o el ser quien me perseguía. Tampoco me quité la mano de la nariz, el intenso hedor me habría frenado al instante. Hacer cualquiera de las dos cosas solo haría que perdiera unos valiosos segundos que podrían ser la diferencia entre mi vida o mi muerte a manos de aquel apestoso ser. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Solo la imagen de él comiendo mi cuerpo inerte me ponía enferma. Esa era, en definitiva, la peor final para alguien como yo, terminar anclada a alguien como eso. No había ni peor muerte ni peor destino, estaba segura. Era un destino que no le esperaba ni a mi peor enemigo, ni siquiera a un Ranta.
Mientras corría más de una vez maldecí a mi suerte. No podía haber sido un ser que no poseyera olor, no debía ser el engendro que peor olía de toda la ciudad quien nos debía de perseguir. Las estrellas no debían de estar muy contentas conmigo para hacerme tal cosa. Ciertamente, no era de su agrado. Eso era algo que había descubierto hace mucho tiempo, el mismo día que me expulsaron de la tribu por un crimen que no era mío.
A mitad del recorrido mis pulmones empezaron a pedirme más aire de la que le facilitaba por la mordaza que tenía por mano alrededor de ellos. Debía encontrar un lugar pronto donde el aire fuera minimamente respirable o perder al engendro de vista, sino no sabía lo que podría llegar a pasar. Y lo cierto era que prefería no pensar en ello. Esas imagenes o pensamientos no me ayudarían en nada a salir de esta. No me servían de nada más que para ponerme peor y como tal los expulsé de mi mente, encerrándolos bajo llabe en algún rincón oscuro de la que no pudiera salir.
Nadie puede describir, entonces, mi dicha y alegría cuando vi como se alzaba una torre no a muchos metros de mí. ¡Si!, grité para mis adentros, esa debía ser la otra torre de la que nos habían hablado aquella pareja, la torre que nos mantendría a salvo. Debía llegar allí a toda costa, no podría aguantar mucho más de la forma que estaba.
Reuní todas las fuerzas que aún tenía y los empleé para alargar aún más las zancadas. Mientras más cerca veía la torre más esfuerzo hacía yo para acortar aún más la distancia hasta que desapareció dicha distancia. Entré como una exalación, de la misma forma que había entrado en la otra torre, aunque esta vez no me impulsaba el enfado sino las ganas de sobrevivir. Nada más transpasar el umbral di una gran bocanada de aire mientras me quitaba la mano de la cara.
- Si, esto es otra cosa - dije mientras me hacía con cuanto aire podía almacenar mis pulmones, parecía que quisiera succionarlo. Ciertamente, no deseaba pasar por aquella esperiencia jamás. Ya podía aprender muchas cosas que no pensaba pasar por semejante dolor sensorial nuevamente. - Por, Nasandra, esto duele... - me doilían la nariz. Me volvía a llevar las manos a esta con la esperanza de que así disminuyese el dolor punzante. Hasta ahora no me había permitido sentir nada, pero en estos momentos me venía la factura por haber pasado tanto tiempo con aquel ser de olor tan penetrante.
Oía pasos detras de mi, pero en ningún momento miré atras para comprobar si eran los humanos o el ser quien me perseguía. Tampoco me quité la mano de la nariz, el intenso hedor me habría frenado al instante. Hacer cualquiera de las dos cosas solo haría que perdiera unos valiosos segundos que podrían ser la diferencia entre mi vida o mi muerte a manos de aquel apestoso ser. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Solo la imagen de él comiendo mi cuerpo inerte me ponía enferma. Esa era, en definitiva, la peor final para alguien como yo, terminar anclada a alguien como eso. No había ni peor muerte ni peor destino, estaba segura. Era un destino que no le esperaba ni a mi peor enemigo, ni siquiera a un Ranta.
Mientras corría más de una vez maldecí a mi suerte. No podía haber sido un ser que no poseyera olor, no debía ser el engendro que peor olía de toda la ciudad quien nos debía de perseguir. Las estrellas no debían de estar muy contentas conmigo para hacerme tal cosa. Ciertamente, no era de su agrado. Eso era algo que había descubierto hace mucho tiempo, el mismo día que me expulsaron de la tribu por un crimen que no era mío.
A mitad del recorrido mis pulmones empezaron a pedirme más aire de la que le facilitaba por la mordaza que tenía por mano alrededor de ellos. Debía encontrar un lugar pronto donde el aire fuera minimamente respirable o perder al engendro de vista, sino no sabía lo que podría llegar a pasar. Y lo cierto era que prefería no pensar en ello. Esas imagenes o pensamientos no me ayudarían en nada a salir de esta. No me servían de nada más que para ponerme peor y como tal los expulsé de mi mente, encerrándolos bajo llabe en algún rincón oscuro de la que no pudiera salir.
Nadie puede describir, entonces, mi dicha y alegría cuando vi como se alzaba una torre no a muchos metros de mí. ¡Si!, grité para mis adentros, esa debía ser la otra torre de la que nos habían hablado aquella pareja, la torre que nos mantendría a salvo. Debía llegar allí a toda costa, no podría aguantar mucho más de la forma que estaba.
Reuní todas las fuerzas que aún tenía y los empleé para alargar aún más las zancadas. Mientras más cerca veía la torre más esfuerzo hacía yo para acortar aún más la distancia hasta que desapareció dicha distancia. Entré como una exalación, de la misma forma que había entrado en la otra torre, aunque esta vez no me impulsaba el enfado sino las ganas de sobrevivir. Nada más transpasar el umbral di una gran bocanada de aire mientras me quitaba la mano de la cara.
- Si, esto es otra cosa - dije mientras me hacía con cuanto aire podía almacenar mis pulmones, parecía que quisiera succionarlo. Ciertamente, no deseaba pasar por aquella esperiencia jamás. Ya podía aprender muchas cosas que no pensaba pasar por semejante dolor sensorial nuevamente. - Por, Nasandra, esto duele... - me doilían la nariz. Me volvía a llevar las manos a esta con la esperanza de que así disminuyese el dolor punzante. Hasta ahora no me había permitido sentir nada, pero en estos momentos me venía la factura por haber pasado tanto tiempo con aquel ser de olor tan penetrante.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
21/02/12, 03:46 pm
Los ojos de las palmas se centraron en la figura de Noel mientras este avanzaba hacia Toima. El chico parecia repuesto de la muerte de su amigo. Era un chico valiente. Noel le dijo que sabia de las buenas intenciones de Toima, pero que no habia sido necesario el forcejeo, pues no le guardaba apego al cuerpo. Toima se sorprendio al oir esto, pero por otra parte se sintio estupido por no haber notado las señales. La cultura de los pelucortos era aun un misterio para el. Noel recordo ademas que Toima le habia ayudado durante su transformacion con una de sus pastillas y se lo agradecio. La voz de Toima estaba un poco seca asi que carraspeo y le respondio, quitandole importancia.
-No importa. Pero no quiero volver a verte llorar. Hay demasiadas penas en nuestra situacion para pararse a llorar. Se fuerte chico.-le palmeo suavemente la cabeza e intento sonreir. Su aspecto de ahora a ojos de los demas deberia ser un montruo horrible de pesadillas, pero para Toima, el verdadero monstruo habia muerto cuando se habia tranformado. Aquello le habia cambiado por completo.
A continuacion se hizo una tumba para conmemorar al chaval que habia sido devorado por Cailech. Toima se sorprendio que incluso hasta hubo un pequeño funeral en su honor. A ojos de Toima, todo aquello era una parodia de enterramiento imperial. En ulterania tan solo se erigian tumbas publicas como aquellas para los altos cargos o para la familia del emperador, Las familias solian enterrar a sus muertos en fosas familiares, mas por motivos de sanidad que de respeto. Toima siguio observando en silencio como uno de los cosechados de primera generacion, el chico brillante, le ponia nombre a todos y a cada una de las tumbas y efigies que habia en aquel patio, la mayoria habian pasado por monticulos aleatorios y palos, pero ahora que se fijaba, si que parecian tumbas, o parodias de ellas. Una de las mas pequeñitas le recordaba increiblemente a algo que habia visto en ulterania. Se acerco a ella y se puso de cuclillas junto a la pequeña tumba. La tierra no estaba removida, y por lo tanto, no habia nada enterrado debajo. Se fijo en que se habian usado ramitas, y piedras como decoratorio principal lo cual le recordaba mucho a una tumba imperial ulterana, pero lo que mas le llamaba la atencion, fueron las pequeñas algas secas que habia en el interior de la pequeña tumba, que, con el tiempo, estaban casi hechas polvo y desenterradas. Toima se froto la barbilla, pensativo y entonces se puso de pie. Aquella tumba era una imitacion de la tumba del vigesimo sexto emperador de ulterania, conocido por ser uno de los mas sabios y que mas expandieron la cultura entre las gentes asi que por lo tanto, una pregunta floro en la mente de Toima, quien no dudo en ponerla en comun con los cosechados de primera generacion.
-¿Hubo o hay algun ulterano en vuestra cosecha o sabeis si en alguna otra?-sonaba calmado y a la vez intrigado. Creia que habia encontrado a su primer aliado para sus planes del futuro.
(Post ninja! XD)
-No importa. Pero no quiero volver a verte llorar. Hay demasiadas penas en nuestra situacion para pararse a llorar. Se fuerte chico.-le palmeo suavemente la cabeza e intento sonreir. Su aspecto de ahora a ojos de los demas deberia ser un montruo horrible de pesadillas, pero para Toima, el verdadero monstruo habia muerto cuando se habia tranformado. Aquello le habia cambiado por completo.
A continuacion se hizo una tumba para conmemorar al chaval que habia sido devorado por Cailech. Toima se sorprendio que incluso hasta hubo un pequeño funeral en su honor. A ojos de Toima, todo aquello era una parodia de enterramiento imperial. En ulterania tan solo se erigian tumbas publicas como aquellas para los altos cargos o para la familia del emperador, Las familias solian enterrar a sus muertos en fosas familiares, mas por motivos de sanidad que de respeto. Toima siguio observando en silencio como uno de los cosechados de primera generacion, el chico brillante, le ponia nombre a todos y a cada una de las tumbas y efigies que habia en aquel patio, la mayoria habian pasado por monticulos aleatorios y palos, pero ahora que se fijaba, si que parecian tumbas, o parodias de ellas. Una de las mas pequeñitas le recordaba increiblemente a algo que habia visto en ulterania. Se acerco a ella y se puso de cuclillas junto a la pequeña tumba. La tierra no estaba removida, y por lo tanto, no habia nada enterrado debajo. Se fijo en que se habian usado ramitas, y piedras como decoratorio principal lo cual le recordaba mucho a una tumba imperial ulterana, pero lo que mas le llamaba la atencion, fueron las pequeñas algas secas que habia en el interior de la pequeña tumba, que, con el tiempo, estaban casi hechas polvo y desenterradas. Toima se froto la barbilla, pensativo y entonces se puso de pie. Aquella tumba era una imitacion de la tumba del vigesimo sexto emperador de ulterania, conocido por ser uno de los mas sabios y que mas expandieron la cultura entre las gentes asi que por lo tanto, una pregunta floro en la mente de Toima, quien no dudo en ponerla en comun con los cosechados de primera generacion.
-¿Hubo o hay algun ulterano en vuestra cosecha o sabeis si en alguna otra?-sonaba calmado y a la vez intrigado. Creia que habia encontrado a su primer aliado para sus planes del futuro.
(Post ninja! XD)
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
21/02/12, 05:27 pm
No había sabido que había estado reteniendo aire, ni mucho menos tanto, hasta que, cuando oí las palabras de Noel, suspiré de alivio hechando todo hacia fuera. ¡No me tenía miedo! Podría empezar a bailar en esos momentos sino fuese que no lo hacía jamás, bajo ningún concepto, como tampoco bailaba. De no ser por eso empezaría a hacerlo para demostrar lo feliz que estaba al saber que no me temía, que no me daría la espalda.
¡No volvería estar sola!
Esa idea puso una sonrisa feliz en mi cara, estaba tan aliviada al quitarme ese peso de encima, tan feliz de desprenderme de ese miedo...
A continuación procedieron a enterrar lo que quedaba de él, junto con sus gafas, como lo hacían los humanos. No entendía su ritual para los muertos pero me mantuve allí para mis amigos, oyendo las palabras que decían. Hasta creo que el chico con luz también dijo algo, me pareció verle murmurar algo, aunque pude haberme confundido que más daba. Yo por mi parte puse mi granito de arena, por pequeño que fuera en este ritual. Al fin y al cabo, Noel me había apoyado en la "mia" y yo haría otro tanto en la suya.
- Eras un buen humano. Nunca te olvidaré y se que siempre estarás con nosotros protegiendonos, Ethan. Que tu estancia en el Nassandra sea feliz y placentero - susurré con los ojos cerrados.
La cosa, como todo en la vida, terminó. No se lo que los demás harían, solo lo que yo hice a continuación. Me acerqué al cuerpo de agua para mirarme en él. Aún no conocía mi aspecto, no me había visto, solo sentí lo que me pasaba, pero nada más. Y ahora ahí tenía el reflejo de un ser al que no reconocí en un buen principio, solo supe que era yo por las escamas y porque tenía la misma expresión sorprendida que yo. WOW, parecía salvaje y peligrosa, alguien con el que no me gustaría enfrentarme. Incliné la cabeza hacia un lado mientras me inspeccionaba detenidamete. Estaba más pálida, con más músculos y estatura. Además, había adquirido unos achicados ojos negros y un corto y chato hocico. Abri la boca para ver lo que había en su interior. En esta ocasión sabía que me encontraría antes de verlo, pues lo había tocado cuando aparecieron, pero al verlo por primera vez me intimidó un poco. Parecían tan afilados...
Miré mi nuevo reflejo, aunque antes me limpié la cara y las manos en él. Ya poco quedaba de lo que una vez fue y eso, lejos de entristecerme, me alegró. Esa había sido mi mayor deseo desde que me desterraron, dejar atras mi pasado, por eso acepté la oferta de venir aquí. Y ahora la Luna Roja me había realizado ese deseo. Sonreí ampliamente mostrando una amplia sonrisa que asustaría a más de uno.
Aún así no me confundía, sabía que el mundo no era de color rosa. Sabía que mi transformación tenía sus más y sus menos, entre sus menos estaba ese hambre boraz que llegaba a mandar sobre mi, como había pasado cuando olí el cadaver de Ethan. Debía aprender a controlarlo, porque sino el proximo podría ser Giz o Noel, y eso si que no podría soportarlo. Pero ¿cómo lo haría? No entendía nada de lo que era, aunque...
Mi mirada se posó en el vampiro. De entre todos los que estaban en aquel lugar era el único que tenía alguna noción de lo que le ocurria, aunque sus tipos de apetito fuesen distintos, pero la tecnica podría ser transferible, creía yo. Si, puede que eso sirviera.
Con un brillo decidido en los ojos me acerqué a él.
- ¿Tienes un momento, vampiro Jack? - le pregunté - quisiera... - las siguientes palabras me costaron decirlas, pues no estaba acostumbrada a pedirle favores a la gente. No era ese tipo de asreniana, yo siempre conseguía todo por mis propios meritos, pero esto era demasiado importante como para que dejase que mi orgullo interferiese. Tragué saliva y miré a otro lado antes de seguir hablando - quisiera que me mostraras autocontrol. No quiero herir a mis amigos... - le miré a los ojos reuniendo valor. - No tienes porque decidirlo ahora sino quieres, ven mañana o así si quieres con la respuesta. De todas formas tengo que ir a descansar, esto del cambio ha sido agotador y todo eso, ya me comprenderas.
¡No volvería estar sola!
Esa idea puso una sonrisa feliz en mi cara, estaba tan aliviada al quitarme ese peso de encima, tan feliz de desprenderme de ese miedo...
A continuación procedieron a enterrar lo que quedaba de él, junto con sus gafas, como lo hacían los humanos. No entendía su ritual para los muertos pero me mantuve allí para mis amigos, oyendo las palabras que decían. Hasta creo que el chico con luz también dijo algo, me pareció verle murmurar algo, aunque pude haberme confundido que más daba. Yo por mi parte puse mi granito de arena, por pequeño que fuera en este ritual. Al fin y al cabo, Noel me había apoyado en la "mia" y yo haría otro tanto en la suya.
- Eras un buen humano. Nunca te olvidaré y se que siempre estarás con nosotros protegiendonos, Ethan. Que tu estancia en el Nassandra sea feliz y placentero - susurré con los ojos cerrados.
La cosa, como todo en la vida, terminó. No se lo que los demás harían, solo lo que yo hice a continuación. Me acerqué al cuerpo de agua para mirarme en él. Aún no conocía mi aspecto, no me había visto, solo sentí lo que me pasaba, pero nada más. Y ahora ahí tenía el reflejo de un ser al que no reconocí en un buen principio, solo supe que era yo por las escamas y porque tenía la misma expresión sorprendida que yo. WOW, parecía salvaje y peligrosa, alguien con el que no me gustaría enfrentarme. Incliné la cabeza hacia un lado mientras me inspeccionaba detenidamete. Estaba más pálida, con más músculos y estatura. Además, había adquirido unos achicados ojos negros y un corto y chato hocico. Abri la boca para ver lo que había en su interior. En esta ocasión sabía que me encontraría antes de verlo, pues lo había tocado cuando aparecieron, pero al verlo por primera vez me intimidó un poco. Parecían tan afilados...
Miré mi nuevo reflejo, aunque antes me limpié la cara y las manos en él. Ya poco quedaba de lo que una vez fue y eso, lejos de entristecerme, me alegró. Esa había sido mi mayor deseo desde que me desterraron, dejar atras mi pasado, por eso acepté la oferta de venir aquí. Y ahora la Luna Roja me había realizado ese deseo. Sonreí ampliamente mostrando una amplia sonrisa que asustaría a más de uno.
Aún así no me confundía, sabía que el mundo no era de color rosa. Sabía que mi transformación tenía sus más y sus menos, entre sus menos estaba ese hambre boraz que llegaba a mandar sobre mi, como había pasado cuando olí el cadaver de Ethan. Debía aprender a controlarlo, porque sino el proximo podría ser Giz o Noel, y eso si que no podría soportarlo. Pero ¿cómo lo haría? No entendía nada de lo que era, aunque...
Mi mirada se posó en el vampiro. De entre todos los que estaban en aquel lugar era el único que tenía alguna noción de lo que le ocurria, aunque sus tipos de apetito fuesen distintos, pero la tecnica podría ser transferible, creía yo. Si, puede que eso sirviera.
Con un brillo decidido en los ojos me acerqué a él.
- ¿Tienes un momento, vampiro Jack? - le pregunté - quisiera... - las siguientes palabras me costaron decirlas, pues no estaba acostumbrada a pedirle favores a la gente. No era ese tipo de asreniana, yo siempre conseguía todo por mis propios meritos, pero esto era demasiado importante como para que dejase que mi orgullo interferiese. Tragué saliva y miré a otro lado antes de seguir hablando - quisiera que me mostraras autocontrol. No quiero herir a mis amigos... - le miré a los ojos reuniendo valor. - No tienes porque decidirlo ahora sino quieres, ven mañana o así si quieres con la respuesta. De todas formas tengo que ir a descansar, esto del cambio ha sido agotador y todo eso, ya me comprenderas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
21/02/12, 10:29 pm
Tras unos segundos, Adara toma la iniciativa y sin previo aviso se acerca al ulterano y, aunque este se resiste, logra apartarlo de Caillech, pero el endiablado sigue teniendo pleno uso de sus tentáculos y me acerco presto para sujetarlos y tirarle los cuchillos. Sin embargo, al rato este se tranquiliza y nos pide que le soltemos, cosa que hacemos recelosos, pero yo no me alejo de él. Mientras tanto, Cail sigue devorando el cadáver y de vez en cuando se le escapa algún ruidito placentero. Pero pronto el ritmo decrece y aparta la mirada, limpiándose la cara de sangre y restos para luego mirar a Noel. Tenía que suceder. Después del descontrol, de saciarse quizá no del todo, tenía que suceder la razón, el control. Muestra las palmas y empieza a hablarle al cosechado, de tal forma habla con él que la escena me resulta tristemente familiar. Pero es un comienzo. Ha sabido parar y razonar. Yo la primera noche me alejé de todos y me fui bien lejos, para luego experimentar la sangre de hienas, colaespinas y demás fieras. En buen y gran comienzo, sin duda. Menos mal que el otro chico responde que no le tiene miedo y que no llora por ella sino por Ethan. No debe tenerle miedo pero sí estar alerta. ¿Caillech olerá a los demás como comida? ¿Sentirá el hambre de antes por ellos? A continuación Noel recoge la montura de las gafas e improvisa una tumba con estas, junto a las demás tumbas que Gael comienza a enumerar, recordando a los de nuestra cosecha, a quienes no conocí pero cuyos nombres me suenan, un poco al menos. Con dos cosechas tan letales como estas, pronto el torreón será un cementerio...
Después vuelve a intercambiar unas palabras con el ulterano y luego este hace una pregunta que me saca una sonrisa, pues es normal que pregunte eso, al ser su mundo uno vinculado y ser el único ulterano de esta cosecha. ¿Por qué no responderle? Ya está más calmado y dudo que quiera algún mal para Nia. Nia... Gael sabrá si sigue o no en Serpentaria, hace tiempo que no la veo. Así pues me vuelvo hacia él, para contestarle sonriente:
-La hay. Nia se llamaba y al menos la había, pero no sé qué fue de ella. Vivía en la torre Serpentaria, donde iréis a vivir algunos en el futuro cercano. Ya os llegará la carta.
Pero no me da tiempo a decirle nada más pues huelo a Caillech acercándose y me llama la atención. ¿Por qué me llama "vampiro Jack"? Soy Jack a secas, diantre. Me vuelvo a girar y atiendo a lo que me dice, cruzándome de brazos pensativo. Ayudarla... Fue parte de mi entrenamiento, ¿estaré interfiriendo demasiado si la ayudo? No lo creo, yo soy un ciudadano más, ellos también, la Luna está sobre nosotros y ella ya está transformada. Y de todas formas, yo solo puedo ayudarla en el campo mental... Yo logré controlarme con mentalización, sumada a la prueba de la jaula. Pero no tengo una jaula, podría idear algo para poner en práctica el entrenamiento... Hum... Buena idea. Asiento lentamente y luego más vigorosamente, para responder:
-Vale. Mi respuesta es que sí, te ayudaré. A mí me ayudaron, a ti te ayudo y quizás tú puedas ayudar a alguien de la próxima cosecha. Primero de todo, el autocontrol es mental. Tienes que mentalizarte de que no puedes matar a tus amigos. Sí, matar, devorar, comer, alimentarte de ellos. Sé que es un tema delicado pero hay que tratarlo tal y como es.-hago una pausa y tomo aire, más para olfatear que para nada, y sigo.-Ahora todos oléis a sangre, cada cual con su tipo, composición y fragancia. Hace un año, mis amigos olían a comida. Tienes que conseguir interiorizar la idea de que no son comida. Es sencillo decirlo pero no es fácil. Pero con práctica, todo se consigue.-y antes de que ella o los demás se alarmen, añado.-Practicando eso sí con alimañas, no vamos a pedir voluntarios para que se dejen mordisquear. Bien, tercero... Entiendo que estés cansada, mañana o pasado volveré, de noche, y nos ponemos con esto. Así estos dias te sirven de entrenamiento, pero ten y tened cuidado, mucho. Caza algo, hay muchas criaturas alrededor, solo hay que provocarlas y serán tuyas. Yo solía tener dos colaespinas en mi dormitorio para no tener que salir de caza.-añado, por si le sirve la idea.-Y por último, llámame Jack, vampiro o no, ese era y es mi nombre.-termino sonriendo y cruzándome de brazos.
Me gusta la idea, bastante. Por fin puedo hacer algo, no solo limpiar en la taberna, para la ciudad. Solo espero que salga bien y no me sume puntos negativos para una quizá futura reputación. Para practicar... Podríamos ir al barrio derruido, está cerca y lleno de bestias. Podríamos aprovechar algunas ruinas, sí. Pero lo mejor ahora es que o se vaya a descansar o a cazar algo. ¿Y yo qué hago? Llevo tiempo queriendo ir a uno de los mundos, a Nubla. ¿Y si voy mañana, veo cómo es y hacemos allí el entrenamiento de Caillech? Aunque... quizá se asusten demasiado...Mejor no. Aunque... Yo estuve un tiempo solo antes de los entrenamientos... Pero no es lo mismo. Maldita sea... No puedo dejarla una semana sin más, podría matar a alguien. Ya iré a Nubla en otro momento, se van a librar por hoy.
-Definitivo, Caillech. Mañana o pasado me tienes aquí para el entrenamiento. De momento, ya te digo, caza algo y tened cuidado. Y ánimo, todo es posible.-le digo sonriendo. Adopto una postura relajada y digo en voz más alta.- Me voy, que tengo cosas que hacer.
Me acerco a Gael, luego a Adara, para despedirme de ellos de momento, me convierto en humo y me elevo a toda velocidad hacia el barrio derruido, eufórico por la Luna, la sensación de poder, la idea de poder ayudar a alguien y sin acordarme para nada del incidente con el chaval de los cuernos... Pero antes pasaré por la taberna y gastaré algo de los ahorros (ahorros que tengo por planificar el consumo de sangre con que me pagan y cobrar en dinero) en la taberna. Creo que será suficiente para una ocasión especial.
Sigue en el Barrio Derruido.
Después vuelve a intercambiar unas palabras con el ulterano y luego este hace una pregunta que me saca una sonrisa, pues es normal que pregunte eso, al ser su mundo uno vinculado y ser el único ulterano de esta cosecha. ¿Por qué no responderle? Ya está más calmado y dudo que quiera algún mal para Nia. Nia... Gael sabrá si sigue o no en Serpentaria, hace tiempo que no la veo. Así pues me vuelvo hacia él, para contestarle sonriente:
-La hay. Nia se llamaba y al menos la había, pero no sé qué fue de ella. Vivía en la torre Serpentaria, donde iréis a vivir algunos en el futuro cercano. Ya os llegará la carta.
Pero no me da tiempo a decirle nada más pues huelo a Caillech acercándose y me llama la atención. ¿Por qué me llama "vampiro Jack"? Soy Jack a secas, diantre. Me vuelvo a girar y atiendo a lo que me dice, cruzándome de brazos pensativo. Ayudarla... Fue parte de mi entrenamiento, ¿estaré interfiriendo demasiado si la ayudo? No lo creo, yo soy un ciudadano más, ellos también, la Luna está sobre nosotros y ella ya está transformada. Y de todas formas, yo solo puedo ayudarla en el campo mental... Yo logré controlarme con mentalización, sumada a la prueba de la jaula. Pero no tengo una jaula, podría idear algo para poner en práctica el entrenamiento... Hum... Buena idea. Asiento lentamente y luego más vigorosamente, para responder:
-Vale. Mi respuesta es que sí, te ayudaré. A mí me ayudaron, a ti te ayudo y quizás tú puedas ayudar a alguien de la próxima cosecha. Primero de todo, el autocontrol es mental. Tienes que mentalizarte de que no puedes matar a tus amigos. Sí, matar, devorar, comer, alimentarte de ellos. Sé que es un tema delicado pero hay que tratarlo tal y como es.-hago una pausa y tomo aire, más para olfatear que para nada, y sigo.-Ahora todos oléis a sangre, cada cual con su tipo, composición y fragancia. Hace un año, mis amigos olían a comida. Tienes que conseguir interiorizar la idea de que no son comida. Es sencillo decirlo pero no es fácil. Pero con práctica, todo se consigue.-y antes de que ella o los demás se alarmen, añado.-Practicando eso sí con alimañas, no vamos a pedir voluntarios para que se dejen mordisquear. Bien, tercero... Entiendo que estés cansada, mañana o pasado volveré, de noche, y nos ponemos con esto. Así estos dias te sirven de entrenamiento, pero ten y tened cuidado, mucho. Caza algo, hay muchas criaturas alrededor, solo hay que provocarlas y serán tuyas. Yo solía tener dos colaespinas en mi dormitorio para no tener que salir de caza.-añado, por si le sirve la idea.-Y por último, llámame Jack, vampiro o no, ese era y es mi nombre.-termino sonriendo y cruzándome de brazos.
Me gusta la idea, bastante. Por fin puedo hacer algo, no solo limpiar en la taberna, para la ciudad. Solo espero que salga bien y no me sume puntos negativos para una quizá futura reputación. Para practicar... Podríamos ir al barrio derruido, está cerca y lleno de bestias. Podríamos aprovechar algunas ruinas, sí. Pero lo mejor ahora es que o se vaya a descansar o a cazar algo. ¿Y yo qué hago? Llevo tiempo queriendo ir a uno de los mundos, a Nubla. ¿Y si voy mañana, veo cómo es y hacemos allí el entrenamiento de Caillech? Aunque... quizá se asusten demasiado...Mejor no. Aunque... Yo estuve un tiempo solo antes de los entrenamientos... Pero no es lo mismo. Maldita sea... No puedo dejarla una semana sin más, podría matar a alguien. Ya iré a Nubla en otro momento, se van a librar por hoy.
-Definitivo, Caillech. Mañana o pasado me tienes aquí para el entrenamiento. De momento, ya te digo, caza algo y tened cuidado. Y ánimo, todo es posible.-le digo sonriendo. Adopto una postura relajada y digo en voz más alta.- Me voy, que tengo cosas que hacer.
Me acerco a Gael, luego a Adara, para despedirme de ellos de momento, me convierto en humo y me elevo a toda velocidad hacia el barrio derruido, eufórico por la Luna, la sensación de poder, la idea de poder ayudar a alguien y sin acordarme para nada del incidente con el chaval de los cuernos... Pero antes pasaré por la taberna y gastaré algo de los ahorros (ahorros que tengo por planificar el consumo de sangre con que me pagan y cobrar en dinero) en la taberna. Creo que será suficiente para una ocasión especial.
Sigue en el Barrio Derruido.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
21/02/12, 11:10 pm
Descendimos las escaleras mientras continuábamos la conversación. Yo también me preocupé por Giz. ¿Habría sido dolorosa su transformación? ¿O traumática? Noel estaba lleno de plumas, Hannah de pelos, y a Vlad le habían salido cuernos (y estupidez). Me moría de curiosidad por ver en que se había transformado.
Como invocado por la mera mención de su nombre, apareció en el rellano. Quise darle un abrazo y preguntarle como se encontraba, pero me contuve de mostrar nada delante de ella. En la misma posición tensa, Azul me echaba miradas de reojo. Supe que no quería mostrar escenitas. Peor para ella. Yo tampoco quería, pero tomaría la delantera. Nos acercamos las dos en un paso simultaneo. ¿es que va a hacerlo todo igual que yo?
-AAAARGH!- pateé el suelo- ¡Quitate el complejo de espejo ¿quieres?!
Subí el camino de vuelta a toda velocidad.
Quedé sorprendida de mi propia reacción. Al fin y al cabo, eramos la misma, ¿verdad? ¿Desde cuando…
Soy tan infantil? ¿Qué estoy haciendo? Hundí la cara en la almohada. Es culpa de ella. ¿y no es retorcido odiarme a mi misma?
Necesito ser diferente. Es algo que va más lejos de que me diferencien de ella. Me gustaría poder diferenciarme yo. Odio que ni siquiera tenga otra cara. Es una estúpida. Se comporta como si lo fuera. Infantil. INFANTIL.
Olvidé todas mis preocupaciones cuando vi lo que había sucedido.
-¡No!- aquello fue más de lo que pude soportar. Comencé a llorar sin control, y el llanto se detuvo a mitad cuando Cail se abalanzó a come..rselo. Me levanté y Giz se interpuso. Comenzó a hablar de tradiciones. Sí, quizás alguna vez me lo había mencionado. no podía razonar con claridad, y los demás parecían dar por válido el argumento de Giz.
Ahí había algo más que tradición. Era ansiedad. Y por las palabras de Jack, algo relacionado con su transformación. Noel seguía llorando, y a Cail todo lo que le preocupaba era que le tuvieramos miedo. Miedo... no lo sé. Noel dijo que se fiaba.
Pues yo no. Podía entender que había algo más allá, que había motivos. Pero no me quedaría a ver como se comían a mi amigo. Me estaba mareando por la sangre y el asco.
Subí las escaleras y abrí la puerta del dormitorio.
-Ethan ha muerto. Hasta tu mereces saber eso.
La de rojo me daba la espalda. Ni una palabra.
-Me he equivocado. No somos la misma persona.- y cerré de un portazo.
Dentro, la Alicia que vestía de rojo, comenzó a llorar. Fuera, la Alicia que vestía de azul, sabía que no había mencionado que Cail ahora comía personas, y se le revolvió el estomago de su deseo interno de que Cail acabase con su doble.
Como invocado por la mera mención de su nombre, apareció en el rellano. Quise darle un abrazo y preguntarle como se encontraba, pero me contuve de mostrar nada delante de ella. En la misma posición tensa, Azul me echaba miradas de reojo. Supe que no quería mostrar escenitas. Peor para ella. Yo tampoco quería, pero tomaría la delantera. Nos acercamos las dos en un paso simultaneo. ¿es que va a hacerlo todo igual que yo?
-AAAARGH!- pateé el suelo- ¡Quitate el complejo de espejo ¿quieres?!
Subí el camino de vuelta a toda velocidad.
Quedé sorprendida de mi propia reacción. Al fin y al cabo, eramos la misma, ¿verdad? ¿Desde cuando…
Soy tan infantil? ¿Qué estoy haciendo? Hundí la cara en la almohada. Es culpa de ella. ¿y no es retorcido odiarme a mi misma?
Necesito ser diferente. Es algo que va más lejos de que me diferencien de ella. Me gustaría poder diferenciarme yo. Odio que ni siquiera tenga otra cara. Es una estúpida. Se comporta como si lo fuera. Infantil. INFANTIL.
Olvidé todas mis preocupaciones cuando vi lo que había sucedido.
-¡No!- aquello fue más de lo que pude soportar. Comencé a llorar sin control, y el llanto se detuvo a mitad cuando Cail se abalanzó a come..rselo. Me levanté y Giz se interpuso. Comenzó a hablar de tradiciones. Sí, quizás alguna vez me lo había mencionado. no podía razonar con claridad, y los demás parecían dar por válido el argumento de Giz.
Ahí había algo más que tradición. Era ansiedad. Y por las palabras de Jack, algo relacionado con su transformación. Noel seguía llorando, y a Cail todo lo que le preocupaba era que le tuvieramos miedo. Miedo... no lo sé. Noel dijo que se fiaba.
Pues yo no. Podía entender que había algo más allá, que había motivos. Pero no me quedaría a ver como se comían a mi amigo. Me estaba mareando por la sangre y el asco.
Subí las escaleras y abrí la puerta del dormitorio.
-Ethan ha muerto. Hasta tu mereces saber eso.
La de rojo me daba la espalda. Ni una palabra.
-Me he equivocado. No somos la misma persona.- y cerré de un portazo.
Dentro, la Alicia que vestía de rojo, comenzó a llorar. Fuera, la Alicia que vestía de azul, sabía que no había mencionado que Cail ahora comía personas, y se le revolvió el estomago de su deseo interno de que Cail acabase con su doble.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/02/12, 12:13 am
Toima ha estado a nada de quedarse sin tentáculos, suerte que Jack llegó antes de que mis alas finalizaran su trayectoria agresora. Las retiro disimuladamente, parece que nadie se ha dado cuenta. Cail también parece haber recuperado el sentido común y se aparta del cadáver. Parece que la relación de Noel con Cail y Toima está bien. Siempre es bueno tener gente que te apoye en esta ciudad, y el que fueran cosechados puede crear un vínculo muy fuerte.
Después de esta muestra, entierran los restos de Ethan junto a los demás muertos del Torreón. Algunos dicen unas palabras y yo intento sumarme a ellos, pero nadie me oye pues casi susurro: “Descansad, camaradas, no seréis olvidados”.
Después de este gesto de respeto hacia el muerto Jack se marcha prometiendo a Cail que le ayudaría a controlar su hambre, de la misma forma que él aprendió a controlar su sed. Espero que lo logre pues, de lo contrario, la trasgo podría ser muy peligrosa para sus compañeros. Respondo la despedida del vampiro y yo también decido marcharme. Un día cansado, aunque para los recién transformados seguro que ha sido agotador. Pero antes se me ocurre...
−Noel, ¿quieres dominar esas alas? Voy a estar fuera unos días para ocuparme de un asunto, pero luego podría enseñarte a volar. De paso, aprovecha para aprender a caminar con el peso extra y practica el movimiento con tus alas y tu cola. ¿Qué me dices?
Espero una respuesta y, a continuación me despido de todos.
−Espero volver a veros. ¡Que no acabe la ciudad con vosotros, ahora es cuando debéis tener cuidado!
Seguidamente, cojo carrerilla, extiendo las alas y me pongo a volar. Esto cada vez se me da mejor.
Después de esta muestra, entierran los restos de Ethan junto a los demás muertos del Torreón. Algunos dicen unas palabras y yo intento sumarme a ellos, pero nadie me oye pues casi susurro: “Descansad, camaradas, no seréis olvidados”.
Después de este gesto de respeto hacia el muerto Jack se marcha prometiendo a Cail que le ayudaría a controlar su hambre, de la misma forma que él aprendió a controlar su sed. Espero que lo logre pues, de lo contrario, la trasgo podría ser muy peligrosa para sus compañeros. Respondo la despedida del vampiro y yo también decido marcharme. Un día cansado, aunque para los recién transformados seguro que ha sido agotador. Pero antes se me ocurre...
−Noel, ¿quieres dominar esas alas? Voy a estar fuera unos días para ocuparme de un asunto, pero luego podría enseñarte a volar. De paso, aprovecha para aprender a caminar con el peso extra y practica el movimiento con tus alas y tu cola. ¿Qué me dices?
Espero una respuesta y, a continuación me despido de todos.
−Espero volver a veros. ¡Que no acabe la ciudad con vosotros, ahora es cuando debéis tener cuidado!
Seguidamente, cojo carrerilla, extiendo las alas y me pongo a volar. Esto cada vez se me da mejor.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/02/12, 07:32 am
Esperé, con la mirada fija en su cara, a su respuesta. Él sabía cosas, él podría ayudarme. Lo necesitaba. Sonreí, mostrando las dos filas de dientes aserrados cuando oí que aceptaba ser mi maestro, mi guía. Según decía, a él también le había ayudado y que puede que en la siguiente cosecha (asi que se hacía todos los años, ¿eh? interesante) yo podía emplear aquello para enseñarle a alguno de los cosechados que había sobrevivido y cuya hambre había salido a la luz gracias a la Luna Roja. Hasta era posible que hubiera un trasgo entre los novatos que vendrían, pensé, así tendría con quien hablar sobre esto de ser trasgo y más si era asreniana, sería fantástico...
Jack seguía hablando de que la cuestión era el autocontrol, no pensar en mis amigos como comida, que él me ayudaría conseguir tal fin. Dijo que él olía su sangre en ese momento, pero gracias a su entrenamiento tenia el autocontrol para no beberlos, que yo lo conseguiría entrenando. Al principio pensé que quería que entrenase con mis amigos. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, no querría decir eso, ¿verdad? ¿Y si fallaba y los mataba? Pero pronto aclaró que las practicas serían con alimañas, eso estaba mejor. Si perdía el control la perdida no era tan grande, hasta podía hacerle algún bien a la ciudad desaciendome de aquellos seres.
Siguió hablando, cuando terminó me dijo que volvería en unos cuantos días para comenzar, que mientras tanto cazase para controlarme y que esto podía ser una prueba en si para mi.
- Gracias, vam... Jack - me correguí, tenía la costumbre de llamar por lo que son a los seres que no eran de mi especie o ponerle nombres absurdos, pero intentaría llamarlo Jack de ahora en adelante ya que sería mi guía. - Nos vemos en unos días.
Dicho todo lo que tenía que decir se fue para momentos después también irse la chica alada.
Me quedé pensando en sus palabras, en el hambre. Y es que el haberme comido a Ethan no había bastado para hacer desaparecer todo mi hambre, puede que fuese porque no lo había comido en su plenitud. Mi nariz volvía a captar un aroma más deliciosa que Ethan, mis amigos. Al estar aún vivos su aroma era más fuerte, su cuerpo caliente, y todo eso la bestia en mi lo sabía. Puede que estuviese atontado un poco por haber comido gran parte del pequeñin, pero ni de lejos estaba saciado, puede que me pidiese comerme a alguno de mis compañeros en algún momento. No estaría bien, hacía algunos no sentia gran cariño hacia unos, pero hacia otros sentía mucho y esos no apreciaría que los comiese.
Estaba decidido, iría de caza ahora antes de irme a dormir. Entré en el torreón para buscar el mapa, donde de seguro que aparecería algún lugar idoneo para tal fin, y el libro de hechizos, no me gustaba la idea pero puede que lo necesitase. Los encontré fácilmente, el primero me lo metí en la mochila, y con el otro memoricé más hechizos. A continuación, me quité la cota de malla, el cual se me había quedado pequeño y un poco destrozado después de la transformación. Fui a por otro más grande y más adecuado para mi nuevo cuerpo. Así si, estaba lista, no espera... encontró cuerda, aún quedaba un buen cacho de ella pese a haberlo empleado para el muñeco, lo metí en la mochila. Ahora si, estaba preparada, ya arreglaría mi vestimenta cuando volviese.
Salí a donde aún se encontraban los demás para notificarles que me iba de caza.
- Chicos, no me espereis despiertos. Yo... me voy a dar una vuelta por la ciudad, no os preocupeis, pocos se atreverían a atacarme con el aspecto que tengo ahora. Vendré para dormir. Nos vemos - me di la vuelta, no antes de saludarles con la mano, para allí. En un momento pasé cerca del Kaiser, también conocido por ojitos y le susurré en la oreja para que solo él oyese -. Hoy he contenido a la bestia para que no te matase, pero para la proxima vez no se si podré lograrlo. Recuerda, ojitos, no interrumpas jamás a una bestia cuando come, no a menos que tengas la certeza que puedas ganar un enfrentamiento con él o estes dispuesto a dejar esta vida. - dicho esto salí tranquilamente de allí.
Ya fuera del torreón desplegué el mapa, veamos... Allí, si, allí estaría bien, pensé poniendo un dedo donde ponía "territorio de las hienas". Eso podía servir a mis propositos. Y metiendolo nuevamente en su lugar comencé a caminar a un paso considerable.
Sigue en el Territorio de las Hienas.
Jack seguía hablando de que la cuestión era el autocontrol, no pensar en mis amigos como comida, que él me ayudaría conseguir tal fin. Dijo que él olía su sangre en ese momento, pero gracias a su entrenamiento tenia el autocontrol para no beberlos, que yo lo conseguiría entrenando. Al principio pensé que quería que entrenase con mis amigos. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, no querría decir eso, ¿verdad? ¿Y si fallaba y los mataba? Pero pronto aclaró que las practicas serían con alimañas, eso estaba mejor. Si perdía el control la perdida no era tan grande, hasta podía hacerle algún bien a la ciudad desaciendome de aquellos seres.
Siguió hablando, cuando terminó me dijo que volvería en unos cuantos días para comenzar, que mientras tanto cazase para controlarme y que esto podía ser una prueba en si para mi.
- Gracias, vam... Jack - me correguí, tenía la costumbre de llamar por lo que son a los seres que no eran de mi especie o ponerle nombres absurdos, pero intentaría llamarlo Jack de ahora en adelante ya que sería mi guía. - Nos vemos en unos días.
Dicho todo lo que tenía que decir se fue para momentos después también irse la chica alada.
Me quedé pensando en sus palabras, en el hambre. Y es que el haberme comido a Ethan no había bastado para hacer desaparecer todo mi hambre, puede que fuese porque no lo había comido en su plenitud. Mi nariz volvía a captar un aroma más deliciosa que Ethan, mis amigos. Al estar aún vivos su aroma era más fuerte, su cuerpo caliente, y todo eso la bestia en mi lo sabía. Puede que estuviese atontado un poco por haber comido gran parte del pequeñin, pero ni de lejos estaba saciado, puede que me pidiese comerme a alguno de mis compañeros en algún momento. No estaría bien, hacía algunos no sentia gran cariño hacia unos, pero hacia otros sentía mucho y esos no apreciaría que los comiese.
Estaba decidido, iría de caza ahora antes de irme a dormir. Entré en el torreón para buscar el mapa, donde de seguro que aparecería algún lugar idoneo para tal fin, y el libro de hechizos, no me gustaba la idea pero puede que lo necesitase. Los encontré fácilmente, el primero me lo metí en la mochila, y con el otro memoricé más hechizos. A continuación, me quité la cota de malla, el cual se me había quedado pequeño y un poco destrozado después de la transformación. Fui a por otro más grande y más adecuado para mi nuevo cuerpo. Así si, estaba lista, no espera... encontró cuerda, aún quedaba un buen cacho de ella pese a haberlo empleado para el muñeco, lo metí en la mochila. Ahora si, estaba preparada, ya arreglaría mi vestimenta cuando volviese.
Salí a donde aún se encontraban los demás para notificarles que me iba de caza.
- Chicos, no me espereis despiertos. Yo... me voy a dar una vuelta por la ciudad, no os preocupeis, pocos se atreverían a atacarme con el aspecto que tengo ahora. Vendré para dormir. Nos vemos - me di la vuelta, no antes de saludarles con la mano, para allí. En un momento pasé cerca del Kaiser, también conocido por ojitos y le susurré en la oreja para que solo él oyese -. Hoy he contenido a la bestia para que no te matase, pero para la proxima vez no se si podré lograrlo. Recuerda, ojitos, no interrumpas jamás a una bestia cuando come, no a menos que tengas la certeza que puedas ganar un enfrentamiento con él o estes dispuesto a dejar esta vida. - dicho esto salí tranquilamente de allí.
Ya fuera del torreón desplegué el mapa, veamos... Allí, si, allí estaría bien, pensé poniendo un dedo donde ponía "territorio de las hienas". Eso podía servir a mis propositos. Y metiendolo nuevamente en su lugar comencé a caminar a un paso considerable.
Sigue en el Territorio de las Hienas.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/02/12, 12:47 pm
El señor kaiser me responde amablemente, en contra de lo esperado tras haber visto como actúaba el día anterior, y realiza lo que parece querer ser una sonrisa. Es extraño ver sonreír a alguien que no tiene ojos en la cara pero sí en el resto del cuerpo.
Después de que enterrase las gafas de Ethan, Koval se acercó y, tras un momento, comenzó a decir nombres. No me pude enterar de lo que dijo debido a mi problema auditivo pero no había duda de que pertenecían a los nombres de los que estaban allí enterrados, así que Koval los conocía... Debían haber sido compañeros suyos de cosecha. Tendría que preguntrle al respecto cuando volviesen otro día.
-Y Mark -dije poniéndome a su lado mientras señalaba la tumba bajo la que estaba enterrada el chico-. Mark vivía en Maciel pero hace unas cuantas horas Vlad lo trajo para enterrarlo. No te olvidaremos, Mark -dije finalmente.
La Alicia vestida de azul también había venido y estaba llorando. Cuando pasé por su lado le pasé un brazo por los hombros a modo de gesto de consuelo. En cambio la otra Alicia no apareció.
Tras esta pequeña ceremonia improvisada, Caillech pregunta a Jack cosas acerca de su nuevo cuerpo, no me puedo enterar de casi nada, pero parece ser que Jack le ayudará a controlarse... Jack es un vampiro y éstos sienten necesidad de beber sangre, en cambio no había intentado atacarnos en ningún momento. Deduje que a Cail le pasaría algo parecido pero con la carne y por eso Jack se ofreció a ayudarla. Al oír esto Adara se dirigió a mí. Puse los cinco sentidos para comprender qué me estaba diciendo y pude sobreentenderlo.
-¿En serio no te importa? Claro que me encantaría que me enseñases a volar. Cuando vuelvas ya seré capaz de caminar con normalidad... espero. Al menos tengo a dos maestros con cola aquí -dije sonriendo mientras miraba a Caillech y Giz.
Cuando comenté acerca del estado en el que me encontraba, Koval se ofreció a ayudarme con eso. Realizó un hechizo que me limpió toda la porquería que tenía pegada al cuerpo en un instante. << Asombroso>>, pienso. Comenta que a él le es necesario utilizarlo y, más confidencialmente, me confiesa que el cuerpo que estamos viendo en realidad no es el suyo. Parece que al estar más cerca de mí me era más fácil concentrarme en lo que me decía y comprender. Mi curiosidad se activa inmediatamente.
-¿En serio? -le digo en un tono de voz similar al suyo-. Algún día tendrás que enseñármelo -le digo con una pequeña sonrisa de complicidad.
Después hablo ya en voz alta para que los demás no se extrañen de nuestra pequeña conversación privada.
-Muchas gracias, Koval, me has dejado impecable, no recuerdo que viniese ese hechizo en los libros de magia que tenemos... -comento pensativo. Al decir esto inmediatamente recuerdo lo que me ocurrió a lo largo del día con la magia-. Y yo no sé si puedo hacer magia o no. No pude hasta hoy, pero realicé unos cuantos hechizos y volvía ser incapaz de hacerla de nuevo -de pronto se me ocurre una idea-. Eh, quizás ahora que estoy transformado...
Realizo los pasos para hacer el hechizo de crear llamas. No sucede nada.
-Pues no... -comento decepcionado mientras miro a Koval-. Pero vosotros tenéis que saber por qué. Los demás, excepto Cail que no llegó a hacerla nunca, podían hacer magia siempre, pero yo sólo pude realizar unos pocos hechizos hoy, a pesar de que practiqué magia incesantemente. Estoy seguro de que tiene que haber una explicación para eso.
Caillech comienza a hablar y me acerco más a ella para escucharla mejor. Anuncia que no la esperemos despiertos, que va a salir a dar una vuelta. Asenti, ya me imaginaba por qué quería irse.
-Es verdad que ahora eres muy fuerte, pero ten cuidado de todas formas -le dije antes de que se fuera.
Finalmente se acerca al señor kaiser y le dice algo que no soy capaz de escuchar desde mi posición. Oigo algo procedente del torreón, supuse que era Caillech recogiendo cosas para llevarse. << ¿Cuánto tiempo más voy a tener que estar "suponiendo" qué es lo que escucho? >>, pienso molesto.
Después de que enterrase las gafas de Ethan, Koval se acercó y, tras un momento, comenzó a decir nombres. No me pude enterar de lo que dijo debido a mi problema auditivo pero no había duda de que pertenecían a los nombres de los que estaban allí enterrados, así que Koval los conocía... Debían haber sido compañeros suyos de cosecha. Tendría que preguntrle al respecto cuando volviesen otro día.
-Y Mark -dije poniéndome a su lado mientras señalaba la tumba bajo la que estaba enterrada el chico-. Mark vivía en Maciel pero hace unas cuantas horas Vlad lo trajo para enterrarlo. No te olvidaremos, Mark -dije finalmente.
La Alicia vestida de azul también había venido y estaba llorando. Cuando pasé por su lado le pasé un brazo por los hombros a modo de gesto de consuelo. En cambio la otra Alicia no apareció.
Tras esta pequeña ceremonia improvisada, Caillech pregunta a Jack cosas acerca de su nuevo cuerpo, no me puedo enterar de casi nada, pero parece ser que Jack le ayudará a controlarse... Jack es un vampiro y éstos sienten necesidad de beber sangre, en cambio no había intentado atacarnos en ningún momento. Deduje que a Cail le pasaría algo parecido pero con la carne y por eso Jack se ofreció a ayudarla. Al oír esto Adara se dirigió a mí. Puse los cinco sentidos para comprender qué me estaba diciendo y pude sobreentenderlo.
-¿En serio no te importa? Claro que me encantaría que me enseñases a volar. Cuando vuelvas ya seré capaz de caminar con normalidad... espero. Al menos tengo a dos maestros con cola aquí -dije sonriendo mientras miraba a Caillech y Giz.
Cuando comenté acerca del estado en el que me encontraba, Koval se ofreció a ayudarme con eso. Realizó un hechizo que me limpió toda la porquería que tenía pegada al cuerpo en un instante. << Asombroso>>, pienso. Comenta que a él le es necesario utilizarlo y, más confidencialmente, me confiesa que el cuerpo que estamos viendo en realidad no es el suyo. Parece que al estar más cerca de mí me era más fácil concentrarme en lo que me decía y comprender. Mi curiosidad se activa inmediatamente.
-¿En serio? -le digo en un tono de voz similar al suyo-. Algún día tendrás que enseñármelo -le digo con una pequeña sonrisa de complicidad.
Después hablo ya en voz alta para que los demás no se extrañen de nuestra pequeña conversación privada.
-Muchas gracias, Koval, me has dejado impecable, no recuerdo que viniese ese hechizo en los libros de magia que tenemos... -comento pensativo. Al decir esto inmediatamente recuerdo lo que me ocurrió a lo largo del día con la magia-. Y yo no sé si puedo hacer magia o no. No pude hasta hoy, pero realicé unos cuantos hechizos y volvía ser incapaz de hacerla de nuevo -de pronto se me ocurre una idea-. Eh, quizás ahora que estoy transformado...
Realizo los pasos para hacer el hechizo de crear llamas. No sucede nada.
-Pues no... -comento decepcionado mientras miro a Koval-. Pero vosotros tenéis que saber por qué. Los demás, excepto Cail que no llegó a hacerla nunca, podían hacer magia siempre, pero yo sólo pude realizar unos pocos hechizos hoy, a pesar de que practiqué magia incesantemente. Estoy seguro de que tiene que haber una explicación para eso.
Caillech comienza a hablar y me acerco más a ella para escucharla mejor. Anuncia que no la esperemos despiertos, que va a salir a dar una vuelta. Asenti, ya me imaginaba por qué quería irse.
-Es verdad que ahora eres muy fuerte, pero ten cuidado de todas formas -le dije antes de que se fuera.
Finalmente se acerca al señor kaiser y le dice algo que no soy capaz de escuchar desde mi posición. Oigo algo procedente del torreón, supuse que era Caillech recogiendo cosas para llevarse. << ¿Cuánto tiempo más voy a tener que estar "suponiendo" qué es lo que escucho? >>, pienso molesto.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/02/12, 02:26 pm
Cuando Noel me hace saber el nombre del chico de la última tumba lo intento memorizar junto con los demás. Puede parecer una tontería, puesto que no lo conocí, ni siquiera lo he visto muerto. Pero me gusta poder poner nombre a las tumbas que veo delante de mí, incluso si muchas de ellas son tan solo simbólicas, lo que cuenta es otra cosa.
Al final, tanto Jack como Adara se han ofrecido para ayudar a la nueva cosecha. Me pregunto si alguien les dará clases a ellos tal y como nos las dieron a nosotros. Aun así no les sobrarán unas lecciones para aprender a usar su nuevo cuerpo lo más pronto posible. Cuando Adara y Jack ya se han ido todavía sigo pensando en lo que ha preguntado el tipo alto de los ojos. Su actitud me parece demasiado agresiva, pero aun así la respuesta que le ha dado Jack no es del todo exacta.
Pero después de haber ayudado a Noel, este se pone a hablar sobre magia e interrumpo mis pensamientos. Parece que solo ha sido capaz de hacer magia en contadas ocasiones, y aun después de transformarse sigue siendo incapaz.
-La magia tiene que ver con la transformación de cada uno, incluso antes de que ocurra. Hay seres sin magia, y entre los que la tienen no todos son iguales... Muchas criaturas regeneran su magia con el paso del tiempo, pero para otras tiene un precio. Cuando sepas en qué te has convertido sabrás qué tienes que hacer para conseguirla... pero espérate cualquier cosa -advierto, recordando lo que tiene que hacer un Dullahan o un ángel negro. No quiero poner ejemplos, pero está bastante claro-. Lo mismo va para los demás -añado mirando a todos los que todavía están reunidos en el patio.
Después, la trasgo anuncia que se va a marchar del torreón por ahora y la sigo con la mirada mientras se aleja.
-Yo también debería irme, aunque... -Me acerco al ulterano y le hablo sin saber si debo mirale a la cara o a alguno de los ojos que mantiene abiertos-. Antes Jack te dijo que la ulterana Nia se aloja en Serpentaria, pero ya no es así. Dejó la torre poco antes de que empezara vuestra cosecha y no sé donde se encuentra. Solo es una niña, se ha convertido en una náyade, así que supongo que está en el mar. -Empiezo a realizar el hechizo de levitación y cuando termino y empiezo a flotar me despido de todos-. Hasta la próxima, ha sido un placer conocer a la nueva cosecha. Si alguna vez venís a vivir a la torre Serpentaria... allí nos encontraremos.
Paso por encima del muro del torreón y, echando un último vistazo al patio, me alejo deprisa de vuelta a Serpentaria, pero sin quitar ojo a la Luna y al brillo que emana de ella iluminando todos los rincones. Es siniestro... y hermoso.
Al final, tanto Jack como Adara se han ofrecido para ayudar a la nueva cosecha. Me pregunto si alguien les dará clases a ellos tal y como nos las dieron a nosotros. Aun así no les sobrarán unas lecciones para aprender a usar su nuevo cuerpo lo más pronto posible. Cuando Adara y Jack ya se han ido todavía sigo pensando en lo que ha preguntado el tipo alto de los ojos. Su actitud me parece demasiado agresiva, pero aun así la respuesta que le ha dado Jack no es del todo exacta.
Pero después de haber ayudado a Noel, este se pone a hablar sobre magia e interrumpo mis pensamientos. Parece que solo ha sido capaz de hacer magia en contadas ocasiones, y aun después de transformarse sigue siendo incapaz.
-La magia tiene que ver con la transformación de cada uno, incluso antes de que ocurra. Hay seres sin magia, y entre los que la tienen no todos son iguales... Muchas criaturas regeneran su magia con el paso del tiempo, pero para otras tiene un precio. Cuando sepas en qué te has convertido sabrás qué tienes que hacer para conseguirla... pero espérate cualquier cosa -advierto, recordando lo que tiene que hacer un Dullahan o un ángel negro. No quiero poner ejemplos, pero está bastante claro-. Lo mismo va para los demás -añado mirando a todos los que todavía están reunidos en el patio.
Después, la trasgo anuncia que se va a marchar del torreón por ahora y la sigo con la mirada mientras se aleja.
-Yo también debería irme, aunque... -Me acerco al ulterano y le hablo sin saber si debo mirale a la cara o a alguno de los ojos que mantiene abiertos-. Antes Jack te dijo que la ulterana Nia se aloja en Serpentaria, pero ya no es así. Dejó la torre poco antes de que empezara vuestra cosecha y no sé donde se encuentra. Solo es una niña, se ha convertido en una náyade, así que supongo que está en el mar. -Empiezo a realizar el hechizo de levitación y cuando termino y empiezo a flotar me despido de todos-. Hasta la próxima, ha sido un placer conocer a la nueva cosecha. Si alguna vez venís a vivir a la torre Serpentaria... allí nos encontraremos.
Paso por encima del muro del torreón y, echando un último vistazo al patio, me alejo deprisa de vuelta a Serpentaria, pero sin quitar ojo a la Luna y al brillo que emana de ella iluminando todos los rincones. Es siniestro... y hermoso.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/02/12, 05:43 pm
Mientras centro toda mi atención en la escena del patio, dos Alicias se acercan a mí y se me quedan mirando, una de rojo y otra de azul, cada una con un gesto facial totalmente contrario a la otra. << Espera... ¡¿Son dos Alicias?! >> Pestañeo varias veces, como incrédulo, y justo cuando voy a preguntarles qué les ha pasado, ambas se alejan sin decir ni mu. << ¿Habré hecho algo? >>. Me quedo dando vueltas a la idea, hasta el punto de acabar sintiéndome mal por haber tratado de defender a Cai cuando se ha lanzado sobre el cuerpo de Ethan a lo carroñero. Sobretodo después de oír lo que dicen el resto de gente de la primera cosecha. La magia tiene un precio y parece que para Cai es comer carne. Se me revuelve la tripa solo de imaginármela comportándose igual que hoy, pero continuamente. Realmente había cogido cariño a todos los del torreón, incluso a Cai a pesar de que entré pensando que era una Ranta y yo creo que lo que más me afectaba es que ella tuviera que pagar ese precio y no el precio en sí.
Para evitar darle más vueltas al asunto, comienzo a cavilar en mi propio cambio. Uno bastante más sutil y disimulable que el resto. Alicia se había duplicado, Cai está lejos de parecer una asreniana, al igual que Noel, que ahora tiene incluso alas y plumas por el cuerpo. Ethan... en fin... había pasado de vivo a muerto, que también es un cambio considerable y de Mánia no tenía ni idea de lo que le hubiera podido pasar. Yo solo tengo esta protuberancia que me hace sentir un poco ridículo, abriéndose y cerrándose como una flor borracha que no sabe si hace sol o está nublado. Veo que algunos buscan su reflejo sobre el agua, pero en mi caso, prefiero no imitar el gesto.
Jack habla con Cai y ambos acaban yéndose y, al poco, la chica de piel negra y brillante hace lo mismo. Noel y el chico brillante hablan un rato y luego, el segundo comenta que el precio puede ser cualquier cosa << No hay más que ver a Cail >>. Además, trato de fijarme con atención en el hechizo de limpieza que realiza sobre Noel y me sorprendo al sentir un cosquilleo en el cuello cuando lo pronuncia. Cuando este se va, me acerco a Noel, tratando de sonreír para ocultar el cacao mental que llevo encima.
-Bueno, caballero, témome que he de retirarme-la gola se despliega sola y se me van las ganas de continuar con la broma << Voy a tener que intentar controlarme, para evitar que se mueva sola >> pienso avergonzado-. Hoy iré a la azotea, no me parece bien dormir aquí después de todo lo que ha ocurrido-le acabo confesando-. De todas formas no creo que concilie demasiado bien el sueño, así que si necesitas cualquier cosa, puedes llamarme-todo esto lo digo hablando lento, procurando hacer gestos que se correspondan con lo que digo y hagan más sencillo el entenderme. Le doy las buenas noches y me dirijo hacia la azotea.
Una vez arriba, me doy cuenta de lo sucio que se me ha quedado el poncho y trato de imitar el hechizo del chico brillante. Sorprendentemente, la imagen de Koval realizándolo, aparece bastante fresca en la memoria y en dos intentos consigo limpiar el poncho con éxito. Me recuesto sobre una de las almenas del torreón y trato de dormir, dándole vueltas a varias cosas. Entre las cuales están cuál sería el posible precio de mi magia o qué o quién habría traído hasta aquí arriba a Ethan para que se desplomara.
Para evitar darle más vueltas al asunto, comienzo a cavilar en mi propio cambio. Uno bastante más sutil y disimulable que el resto. Alicia se había duplicado, Cai está lejos de parecer una asreniana, al igual que Noel, que ahora tiene incluso alas y plumas por el cuerpo. Ethan... en fin... había pasado de vivo a muerto, que también es un cambio considerable y de Mánia no tenía ni idea de lo que le hubiera podido pasar. Yo solo tengo esta protuberancia que me hace sentir un poco ridículo, abriéndose y cerrándose como una flor borracha que no sabe si hace sol o está nublado. Veo que algunos buscan su reflejo sobre el agua, pero en mi caso, prefiero no imitar el gesto.
Jack habla con Cai y ambos acaban yéndose y, al poco, la chica de piel negra y brillante hace lo mismo. Noel y el chico brillante hablan un rato y luego, el segundo comenta que el precio puede ser cualquier cosa << No hay más que ver a Cail >>. Además, trato de fijarme con atención en el hechizo de limpieza que realiza sobre Noel y me sorprendo al sentir un cosquilleo en el cuello cuando lo pronuncia. Cuando este se va, me acerco a Noel, tratando de sonreír para ocultar el cacao mental que llevo encima.
-Bueno, caballero, témome que he de retirarme-la gola se despliega sola y se me van las ganas de continuar con la broma << Voy a tener que intentar controlarme, para evitar que se mueva sola >> pienso avergonzado-. Hoy iré a la azotea, no me parece bien dormir aquí después de todo lo que ha ocurrido-le acabo confesando-. De todas formas no creo que concilie demasiado bien el sueño, así que si necesitas cualquier cosa, puedes llamarme-todo esto lo digo hablando lento, procurando hacer gestos que se correspondan con lo que digo y hagan más sencillo el entenderme. Le doy las buenas noches y me dirijo hacia la azotea.
Una vez arriba, me doy cuenta de lo sucio que se me ha quedado el poncho y trato de imitar el hechizo del chico brillante. Sorprendentemente, la imagen de Koval realizándolo, aparece bastante fresca en la memoria y en dos intentos consigo limpiar el poncho con éxito. Me recuesto sobre una de las almenas del torreón y trato de dormir, dándole vueltas a varias cosas. Entre las cuales están cuál sería el posible precio de mi magia o qué o quién habría traído hasta aquí arriba a Ethan para que se desplomara.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/02/12, 07:17 pm
El primero en contestar a Toima fue el palido, al que todos llamaban vampiro o Jack. Le dio un nombre.
-¿Nia?-repitio incredulo el ulterano. Era un nombre bastante estupido y simple para un ulterano. Debia ser un apodo o una acortacion del nombre principal. Eso debia de ser. Por otra parte, se refiera a el como femenino, asi deberia ser una mujer. Por una parte hubiera preferido que fuera un hombre, pero rapidamente re corrijo, habia visto a compañeras suyas tanto aqui en rocavarancolia, como en ulterania que le demostraron que tanto igual que fuera hombre o mujer. Lo importante era que era ulterana, pero al parecer llevaba desaparecida un tiempo. Una vocecilla en la cabeza de Toima le dijo que nunca la iba a encontrar. Nego con la cabeza. La encontraria. Se quedo contemplando aquella pequeña tumba en silencio cuando Cailech se acerco a el por detras. Por instinto se dio la vuelta y la espero. Toima se preguntaba que querria ahora la trasgo. Nada mas acercarsele, la mujer susurro unas palabras amenazadoras a su oido y se fue por donde vino, sin decir a donde iba. Por unos instantes, el peso de los cuchillos en su pelo escondidos y en los pantalones hicieron que Toima se sintiera extrañamente agusto con aquella amenaza. Cuando Cailech se fue, Toima hablo en voz baja, una sonrisa que recordaba a su antiguo ser mas que a lo que era ahora.
-Si...lo tengo muy claro, mujer...No lo volvere a "intentar".-Toima se abofeteo la cara. Estaba pensando como su yo pasado, el yo que no debia de volver.
Por ultimo, el chico brillante de nombre Koval le dio mas datos sobre la tal "Nia". Al parecer era cercano a ella. Toima se llevo una gran desilusion al saber que se trataba de una cria y entonces la posibilidad de que estuvieta ducha en el oficio de la lucha era casi nula. Pero bueno, el empezo a matar desde muy joven. Algun talento tendria la niña para haber sobrevivido en la ciudad todo ese tiempo y luego en el mar, No sabia que rayos era una nayade, pero inmediatamente y por lo que le dijo lo relaciono con el mar. Apropiado para un ulterano para convertirse en un animal marino.
-Gracias Koval.-dijo con la voz seca.
Se quedo pensando en la cria de nombre raro un rato pero se dio cuenta de que su nombre tampoco era muy normal, ni le pegaba. Se quedo pensativo unos instantes. Se dirigio a los demas ahí presentes.
-¿Os importaria que me quedase aqui, en letargo?-dijo de subito. Estaba muy cansado y dudaba de que fuera a aguantar el viaje hacia maciel.
-¿Nia?-repitio incredulo el ulterano. Era un nombre bastante estupido y simple para un ulterano. Debia ser un apodo o una acortacion del nombre principal. Eso debia de ser. Por otra parte, se refiera a el como femenino, asi deberia ser una mujer. Por una parte hubiera preferido que fuera un hombre, pero rapidamente re corrijo, habia visto a compañeras suyas tanto aqui en rocavarancolia, como en ulterania que le demostraron que tanto igual que fuera hombre o mujer. Lo importante era que era ulterana, pero al parecer llevaba desaparecida un tiempo. Una vocecilla en la cabeza de Toima le dijo que nunca la iba a encontrar. Nego con la cabeza. La encontraria. Se quedo contemplando aquella pequeña tumba en silencio cuando Cailech se acerco a el por detras. Por instinto se dio la vuelta y la espero. Toima se preguntaba que querria ahora la trasgo. Nada mas acercarsele, la mujer susurro unas palabras amenazadoras a su oido y se fue por donde vino, sin decir a donde iba. Por unos instantes, el peso de los cuchillos en su pelo escondidos y en los pantalones hicieron que Toima se sintiera extrañamente agusto con aquella amenaza. Cuando Cailech se fue, Toima hablo en voz baja, una sonrisa que recordaba a su antiguo ser mas que a lo que era ahora.
-Si...lo tengo muy claro, mujer...No lo volvere a "intentar".-Toima se abofeteo la cara. Estaba pensando como su yo pasado, el yo que no debia de volver.
Por ultimo, el chico brillante de nombre Koval le dio mas datos sobre la tal "Nia". Al parecer era cercano a ella. Toima se llevo una gran desilusion al saber que se trataba de una cria y entonces la posibilidad de que estuvieta ducha en el oficio de la lucha era casi nula. Pero bueno, el empezo a matar desde muy joven. Algun talento tendria la niña para haber sobrevivido en la ciudad todo ese tiempo y luego en el mar, No sabia que rayos era una nayade, pero inmediatamente y por lo que le dijo lo relaciono con el mar. Apropiado para un ulterano para convertirse en un animal marino.
-Gracias Koval.-dijo con la voz seca.
Se quedo pensando en la cria de nombre raro un rato pero se dio cuenta de que su nombre tampoco era muy normal, ni le pegaba. Se quedo pensativo unos instantes. Se dirigio a los demas ahí presentes.
-¿Os importaria que me quedase aqui, en letargo?-dijo de subito. Estaba muy cansado y dudaba de que fuera a aguantar el viaje hacia maciel.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/02/12, 11:06 pm
Escucho atentamente la explicación de Koval. Pude entender que había un precio por hacer magia, pero me advirtió que esperase cualquier cosa.
-Ahora entiendo por qué sólo pude hacer magia por un período de tiempo muy corto... Me gustaría ir a la biblioteca cuanto antes para informarme acerca de lo que soy. Pero primero tendré que aprender a caminar -suspiro.
Finalmente Koval, tras responder al señor kaiser a su pregunta que no llegué a entender del todo pero me pareció que preguntaba por otros de su mismo planeta. << No he entendido mucho de esa conversación, quizás mañana se lo pregunte a él directamente... >> Sentía bastante curiosidad por saber de qué planeta venía aquel chico tan violento. O al menos antes era violento. Sabía cosas acerca de Arsena y Libo, pero ni siquiera el nombre del planeta del que procedía el señor kaiser.
-Adiós, Koval, muchas gracias por todo, espero que volváis pronto -le sonreí al chico mientras se despedía.
Observo durante un instante como se pierde en la lejanía, hasta que Giz me habla. Puso mucho cuidado por expresarse despacio y gesticulando y no tuve demasiados problemas para comprenderle.
-Por supuesto, caballero, merécese un buen descanso -le sonreí-. Gracias, yo también estaré disponible si me necesitas. Buenas noches, Giz.
Cuando me dijo que se iba a la azotea miré hacia arriba. De ahí se había caído Ethan. ¿Por qué justo ahora, cuando habíamos logrado sobrevivir hasta este punto? Esperaba que nadie le hubiese tirado... << No, si desconfío de ellos será mucho peor, sé que ninguno sería capaz de hacer algo así. Ha tenido que ser un accidente... >>. El señor kaiser me saca de mis pensamientos al realizar una pregunta en voz alta. Me acerqué a él y le pedí que me repitiese lo que dijo, contándole mi problema.
-Por mi parte te puedes quedar -le aseguré-. Pero quizás no se fíen mucho de ti -le dije en voz algo más baja- así que es mejor que no duermas en el dormitorio, pues es común. Puedes dormir quizás en el estudio del tercer piso, o en la sala, donde tú prefieras.
Acto seguido me despedí de los que quedaban y me dirigí al interior del edificio, caminando a trompicones. Ya no me caía si iba muy despacio, pero seguía siendo un fastidio. Cuando por fin alcancé el dormitorio observé mi cama. Estaba cubierta de sangre, pelos, sudor, lágrimas... Le quité lo poco que quedaba intacto de la ropa de cama de un tirón y lo lancé a un rincón. Mañana me desharía de ello y pondría ropa nueva en la cama. También camibé los pantalones totalmente desgarrados por otros nuevos. << Con la cola es una molestia... mañana también tendré que buscarme otra vestimenta >>, pienso. Me meto en una de las camas libres, boca abajo y tapándome como pude por encima de las aparatosas alas. Tardé un rato en conciliar el sueño, pero finalmente fui capaz porque estaba completamente exhausto.
-Ahora entiendo por qué sólo pude hacer magia por un período de tiempo muy corto... Me gustaría ir a la biblioteca cuanto antes para informarme acerca de lo que soy. Pero primero tendré que aprender a caminar -suspiro.
Finalmente Koval, tras responder al señor kaiser a su pregunta que no llegué a entender del todo pero me pareció que preguntaba por otros de su mismo planeta. << No he entendido mucho de esa conversación, quizás mañana se lo pregunte a él directamente... >> Sentía bastante curiosidad por saber de qué planeta venía aquel chico tan violento. O al menos antes era violento. Sabía cosas acerca de Arsena y Libo, pero ni siquiera el nombre del planeta del que procedía el señor kaiser.
-Adiós, Koval, muchas gracias por todo, espero que volváis pronto -le sonreí al chico mientras se despedía.
Observo durante un instante como se pierde en la lejanía, hasta que Giz me habla. Puso mucho cuidado por expresarse despacio y gesticulando y no tuve demasiados problemas para comprenderle.
-Por supuesto, caballero, merécese un buen descanso -le sonreí-. Gracias, yo también estaré disponible si me necesitas. Buenas noches, Giz.
Cuando me dijo que se iba a la azotea miré hacia arriba. De ahí se había caído Ethan. ¿Por qué justo ahora, cuando habíamos logrado sobrevivir hasta este punto? Esperaba que nadie le hubiese tirado... << No, si desconfío de ellos será mucho peor, sé que ninguno sería capaz de hacer algo así. Ha tenido que ser un accidente... >>. El señor kaiser me saca de mis pensamientos al realizar una pregunta en voz alta. Me acerqué a él y le pedí que me repitiese lo que dijo, contándole mi problema.
-Por mi parte te puedes quedar -le aseguré-. Pero quizás no se fíen mucho de ti -le dije en voz algo más baja- así que es mejor que no duermas en el dormitorio, pues es común. Puedes dormir quizás en el estudio del tercer piso, o en la sala, donde tú prefieras.
Acto seguido me despedí de los que quedaban y me dirigí al interior del edificio, caminando a trompicones. Ya no me caía si iba muy despacio, pero seguía siendo un fastidio. Cuando por fin alcancé el dormitorio observé mi cama. Estaba cubierta de sangre, pelos, sudor, lágrimas... Le quité lo poco que quedaba intacto de la ropa de cama de un tirón y lo lancé a un rincón. Mañana me desharía de ello y pondría ropa nueva en la cama. También camibé los pantalones totalmente desgarrados por otros nuevos. << Con la cola es una molestia... mañana también tendré que buscarme otra vestimenta >>, pienso. Me meto en una de las camas libres, boca abajo y tapándome como pude por encima de las aparatosas alas. Tardé un rato en conciliar el sueño, pero finalmente fui capaz porque estaba completamente exhausto.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
24/02/12, 10:21 am
La respuesta vino de parte de Noel, quien al parecer estaba algo distraido asi que tuvo que reptirle la pregunta. El chico le dijo que por el no habia problema en que se quedara, que tan solo no durmiera en la habitacion de los demas, por si desconfiaban que seguro lo hacian todavia, de el. Toima accedio y Noel se fue a dormir. Un Toima exhausto que se movia arrastrando los pies y con tan solo un ojo semi abierto, se arrastro hacia un sofa y se desplomo sobre el. Intento reljarse pero no pudo evitar dejar un ojo entrecerrado. Y asi, lentamente se fue durmiendo.
Se levanto pronto por la mañana, habia dormido mas ligero de lo que le hubiera gustado pero sin duda aquello era otro mundo en comparacion a como estaba ayer por la noche. Intento mover alguno de los parpados que, perezosos, tardaron en hacerle caso. Toima se sentia con ganas de hacer algo de entrenamiento extra. Con las piernas entrelazadas en un un punto alto de la escalera, se dejo caer al vacio de espaldas, quedandose colgado por donde se habia agarrado con las piernas y entonces, comenzo a hacer un entrenamiento de abdomen rutinario, tan solo que, colgado bocabajo llevaba acabo mucho mas esfuerzo y era mucho mas peligroso. Pronto mucha sangre le habia subido a la cabeza y se estaba mareando algo. Volvio a poner los pies sobre la estructura y comenzo a levantar su cuerpo con una mayor facilidad de como lo habia hecho otro dia. Sin duda su cuerpo habia mejorado mucho despues de la luna. Cuando hubo acabado la sesion de dominadas, salio al patio para hacer varias series cortas de sprints para entrenar la fuerza explosiva y las piernas. Cuando paro, tuvo que tomar aliento un rato. Aun estaba cansado por el dia anterior. Fue a la cocina y comprobo que quedaba poca comida. Saco un pequeño trozo de carne seca y se lo comio sin muchos miramientos.
-Falta pescado en las cestas ahora que me fijo...-el no era muy fan del pescado pero sabia de su importancia par el cuerpo asi que una idea se cruzo en su cabeza. Se preparo para salir y una vez lo tuvo todo listo, salio fuera y cruzo la puerta hacia las calles.
(Continua en la Bahia de los Naufragios)
Se levanto pronto por la mañana, habia dormido mas ligero de lo que le hubiera gustado pero sin duda aquello era otro mundo en comparacion a como estaba ayer por la noche. Intento mover alguno de los parpados que, perezosos, tardaron en hacerle caso. Toima se sentia con ganas de hacer algo de entrenamiento extra. Con las piernas entrelazadas en un un punto alto de la escalera, se dejo caer al vacio de espaldas, quedandose colgado por donde se habia agarrado con las piernas y entonces, comenzo a hacer un entrenamiento de abdomen rutinario, tan solo que, colgado bocabajo llevaba acabo mucho mas esfuerzo y era mucho mas peligroso. Pronto mucha sangre le habia subido a la cabeza y se estaba mareando algo. Volvio a poner los pies sobre la estructura y comenzo a levantar su cuerpo con una mayor facilidad de como lo habia hecho otro dia. Sin duda su cuerpo habia mejorado mucho despues de la luna. Cuando hubo acabado la sesion de dominadas, salio al patio para hacer varias series cortas de sprints para entrenar la fuerza explosiva y las piernas. Cuando paro, tuvo que tomar aliento un rato. Aun estaba cansado por el dia anterior. Fue a la cocina y comprobo que quedaba poca comida. Saco un pequeño trozo de carne seca y se lo comio sin muchos miramientos.
-Falta pescado en las cestas ahora que me fijo...-el no era muy fan del pescado pero sabia de su importancia par el cuerpo asi que una idea se cruzo en su cabeza. Se preparo para salir y una vez lo tuvo todo listo, salio fuera y cruzo la puerta hacia las calles.
(Continua en la Bahia de los Naufragios)
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
25/02/12, 12:48 am
Atravesé las puertas del Torreón con mi preciada comida al hombro para encontrarme, como supuse, que todo el mundo se encontraba dormido, sumidos en un profundo y merecedor sueño. Había sido un día largo y duro para todos nosotros. La trasformación había sido agotador tanto fisica como mentalmente, y luego estaba la muerte de un compañero que había estado con nosotros desde el principio, desde que pusimos una pierna en esta ciudad. Si, definitivamente merecían ese descanso, pues algo me decía que la aventura no había más que comenzado y necesitaríamos de todas nuestras fuerzas para salir victoriosa de todas ellas.
Pero aún no había llegado el momento en el que yo pudiese seguir mi consejo de irme a dormir, aún tenía cosas que hacer. Comencé a caminar hacia el sotano. Al llegar a nuestra pequeña pero bien surtida armería, deposité a en el suelo, donde no había ningún objeto afilado, a mi carga o, como me gustaba pensar en ellos, mi comida. Los dos pedazo de carne con patas habían vuelto a moverse en algún momento del recorrido hacia el Torreón, el hechizo que había lanzado sobre ellos pues no había tenido otra opción se había desmoronado al ser tan débil. No me dudaba de que con práctica podría conseguir mejores resultados, pero no me interesaba. Solo pensaba emplear mi magia, la cual había adquirido al comer carne, cuando mis cualidades físicas y mis otras habilidades fallasen, solo entonces.
Oí como uno de aquellos estúpidos seres intentaba escapar de las ataduras con fuerza para matarme. Mi bestia interior se regodeo ante aquella situación. Me agazapé ante él cogiendole del atado ocico para que solo pudiera verme a mi y a mis amenazadores dientes sin ningún obstáculo. Le gruñí para recordarle quien era el más fuerte de los dos, para demostrarle quien era el que mandaba allí. El mismo miedo que el otro macho ya sentía se filtró por todos sus poros eclipsando el olor a ira animal que había desprendido hasta entonces.
- Eso es, carne con patas, aprende cual es tu lugar en el mundo. No eres más que mi alimento, mi comida.
Después de mostrar un poco más de dominio sobre aquellas hienas que habían caido de lleno en mi trampa, salí de aquella habitación riendome a carcajadas. Esto se sentía bien, no me importaría acostumbrarme a esto.
Salí al patio y fue entonces, al coger aire para empaparme de lo que me rodeaba, que me di cuenta de que mi herida del brazo aún seguía sangrando. Parecía que me había pasado un poco al inflirgirmelo, aún no controlaba mi fuerza y el alcance de mi poder. Anoté mentalmente para la proxima no emplear tanta presión para autolesionarme a menos que quisiera morir desangrada. Me fui al cuerpo de agua para limpiarme la sangre, la baba y la carne de los animales de mi cuerpo para despues limpiar la herida, no sea que me enfermase a causa de ello. Vendé la herida con un cacho de mi ropa, el cual rasgué para conseguir el pedazo adecuado. Que más daba destrozarlos un poco más, ya estaba bastante mal de por si. Además, ya me haría con otro el día siguiente.
Ya, más segura, me tumbé en el suelo mirando al cielo, dejando que el oscuro abrazo del sueño me envolviese. Y si aún me quedaba alguna duda de que la asreniana Caillech había muerto, la falta de sueños que me herían mentalmente los disipó por completo. Por primera vez desde... no me acordaba de ningún precedente en ese momento las pesadillas se había ido. Si, Caillech había desaparecido para dejar en su lugar a Dama Gula. Esta era yo ahora.
A la mañana siguiente se despertó con una sonrisa en la boca, nada de gritos ni de entumecimiento en el cuerpo a causa del miedo y el horror. Me levanté del suelo y entré en el torreón hacia la armería.
- No importa lo que escuchais, no bajeis a la armería por vuestra seguridad - grité, no quería que nadie me interrumpiese, puede que no pudiese parar a la bestia si volvía a ser interrumpida. No quería descubrir lo que podría pasar, mejor no arriesgarse y confiar en que tendrían el buen juicio de no acercarse a mi mientras comía. Podía ser muy peligroso.
Y allí empezó la matanza, tras asegurar la puerta con un baul de armas. Destapé sus ocicos para poder oir sus rugidos y chillodos de dolor y miedo. Así la cosa era más emocionante, más... bestial. Puede que no fuese tan impresionante como el alimentarte después de una caza, pero su olor a puro y bestial terror lo compensaba. El sentimiento de dominio me embargaba y le daba a la comida cierto toque que lo hacía irresistible.
- Rico... - dije mientras deboraba el muslo de uno de ellos con avidez.
Pero aún no había llegado el momento en el que yo pudiese seguir mi consejo de irme a dormir, aún tenía cosas que hacer. Comencé a caminar hacia el sotano. Al llegar a nuestra pequeña pero bien surtida armería, deposité a en el suelo, donde no había ningún objeto afilado, a mi carga o, como me gustaba pensar en ellos, mi comida. Los dos pedazo de carne con patas habían vuelto a moverse en algún momento del recorrido hacia el Torreón, el hechizo que había lanzado sobre ellos pues no había tenido otra opción se había desmoronado al ser tan débil. No me dudaba de que con práctica podría conseguir mejores resultados, pero no me interesaba. Solo pensaba emplear mi magia, la cual había adquirido al comer carne, cuando mis cualidades físicas y mis otras habilidades fallasen, solo entonces.
Oí como uno de aquellos estúpidos seres intentaba escapar de las ataduras con fuerza para matarme. Mi bestia interior se regodeo ante aquella situación. Me agazapé ante él cogiendole del atado ocico para que solo pudiera verme a mi y a mis amenazadores dientes sin ningún obstáculo. Le gruñí para recordarle quien era el más fuerte de los dos, para demostrarle quien era el que mandaba allí. El mismo miedo que el otro macho ya sentía se filtró por todos sus poros eclipsando el olor a ira animal que había desprendido hasta entonces.
- Eso es, carne con patas, aprende cual es tu lugar en el mundo. No eres más que mi alimento, mi comida.
Después de mostrar un poco más de dominio sobre aquellas hienas que habían caido de lleno en mi trampa, salí de aquella habitación riendome a carcajadas. Esto se sentía bien, no me importaría acostumbrarme a esto.
Salí al patio y fue entonces, al coger aire para empaparme de lo que me rodeaba, que me di cuenta de que mi herida del brazo aún seguía sangrando. Parecía que me había pasado un poco al inflirgirmelo, aún no controlaba mi fuerza y el alcance de mi poder. Anoté mentalmente para la proxima no emplear tanta presión para autolesionarme a menos que quisiera morir desangrada. Me fui al cuerpo de agua para limpiarme la sangre, la baba y la carne de los animales de mi cuerpo para despues limpiar la herida, no sea que me enfermase a causa de ello. Vendé la herida con un cacho de mi ropa, el cual rasgué para conseguir el pedazo adecuado. Que más daba destrozarlos un poco más, ya estaba bastante mal de por si. Además, ya me haría con otro el día siguiente.
Ya, más segura, me tumbé en el suelo mirando al cielo, dejando que el oscuro abrazo del sueño me envolviese. Y si aún me quedaba alguna duda de que la asreniana Caillech había muerto, la falta de sueños que me herían mentalmente los disipó por completo. Por primera vez desde... no me acordaba de ningún precedente en ese momento las pesadillas se había ido. Si, Caillech había desaparecido para dejar en su lugar a Dama Gula. Esta era yo ahora.
A la mañana siguiente se despertó con una sonrisa en la boca, nada de gritos ni de entumecimiento en el cuerpo a causa del miedo y el horror. Me levanté del suelo y entré en el torreón hacia la armería.
- No importa lo que escuchais, no bajeis a la armería por vuestra seguridad - grité, no quería que nadie me interrumpiese, puede que no pudiese parar a la bestia si volvía a ser interrumpida. No quería descubrir lo que podría pasar, mejor no arriesgarse y confiar en que tendrían el buen juicio de no acercarse a mi mientras comía. Podía ser muy peligroso.
Y allí empezó la matanza, tras asegurar la puerta con un baul de armas. Destapé sus ocicos para poder oir sus rugidos y chillodos de dolor y miedo. Así la cosa era más emocionante, más... bestial. Puede que no fuese tan impresionante como el alimentarte después de una caza, pero su olor a puro y bestial terror lo compensaba. El sentimiento de dominio me embargaba y le daba a la comida cierto toque que lo hacía irresistible.
- Rico... - dije mientras deboraba el muslo de uno de ellos con avidez.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
27/02/12, 05:25 pm
Me despierto con la cabeza embotada y el cuerpo entumecido. Me siento tan desorientado como durante los primeros días en Rocavarancolia cuando al despertarme por la mañana tardaba varios segundos en darme cuenta de dónde estaba. Durante un breve instante todo me parece muy extraño y al empezar a incorporarme el recuerdo de la noche anterior cae sobre mí como una pesada losa. Al igual que el peso de mis alas al tratar de incorporarme. Si, era muy real, me había convertido en... ¿en qué? No sabía poner nombre a la extraña criatura en la que me había transformado la luna roja. << Tengo que ir la biblioteca... >>, pensé mientras me levantaba tratando de zafarme de la sábana sobre mis alas. Me hice un lío con la sábana, las alas y la cola y me estaba frustrando mientras me pelaba con todo ello. Cuando por fin consigo desembarazarme de ello y levantarme, me enfrento a los problemas que representa mi nuevo cuerpo.
-Malditas alas, jodida cola -maldigo entre dientes mientras intento caminar con el peso y molestias añadidas que había adquirido en unas pocas horas.
Para más inri todavía seguía sin tener el más mínimo control de los nuevos apéndices de mi cuerpo y se movían como si tuvieran voluntad propia. Había conseguido dejar de caerme con cada paso que intentaba dar, pero tenía que moverme muy despacio si quería desplazarme. Salgo del cuarto a paso lento y me acerco a las escaleras. Las observo durante un instante. No sé si seré capaz de utilizarlas sin carme. Y no me gustaría repetir la experiencia. Opto por subir las escaleras agachado, con las alas y la cola todavía moviéndose sin control.
-¡Ahg, esto es frustrante! -cuando alcanzo el tercer piso me dejo caer en el descansillo.
Pretendía subir a ver cómo se encontraba Giz, pero quizás no fue muy buena idea. Me incorporé, tambaleante y caminé torpemente hacia el estudio. Me quedé mirando la silla con respaldo donde había estado sentado hacía dos noches.
-Ahora ya no puedo ni sentarme tranquilamente con estos dos... trastos.
Mi humor iba cada vez de mal en peor, la noche anterior me había sentido eufórico cuando me abandonó la agonía que había estado sufriendo, pero ahora parecía que todo se venía encima. El cansancio, lo molesto que era tener un cuerpo diferente, la muerte de Ethan... Me senté en el suelo, suspirando, tratndo de no pensar demasiado en mi recién fallecido amigo. Me quedé mirando al vacío pensando en qué hora sería, parecía ya bastante tarde, y en qué hacer a continuación. Lo mejor era mantener la mente ocupada con algo pero... ¿Cómo hacerlo cuando ni siquiera podía oir correctamente? El sonido seguía llegando a mis oídos distorsionado y no era capaz de distinguir bien qué es lo que estaba oyendo.
-Bien, luna, no sé que te he hecho pero te has cebado bastante con... -empecé a decir mientras intentaba incorporarme de nuevo.
De pronto un dolor en todo el cuerpo me sobrevino. << ¿¿Otra vez?? ¿¿Qué más me va a suceder?? >>. Estaba vez el dolor era sólo por dentro. Algo me estaba ocurriendo... Me dolían los huesos, todos los huesos del cuerpo a la vez, o esa era la impresión que me daba. Caí al suelo y comencé a retorcerme de dolor mientras sollozaba. El recuerdo de la noche anterior apareció claro en mi mente. << No quiero volver a pasar por eso >>, alcancé a pensar mientras seguía convulsionándome de dolor en el suelo. Y los sonidos cada vez me llegaban más distorsionados. La transformación aún no se había completado y había vuelto para torturarme de nuevo.
-Malditas alas, jodida cola -maldigo entre dientes mientras intento caminar con el peso y molestias añadidas que había adquirido en unas pocas horas.
Para más inri todavía seguía sin tener el más mínimo control de los nuevos apéndices de mi cuerpo y se movían como si tuvieran voluntad propia. Había conseguido dejar de caerme con cada paso que intentaba dar, pero tenía que moverme muy despacio si quería desplazarme. Salgo del cuarto a paso lento y me acerco a las escaleras. Las observo durante un instante. No sé si seré capaz de utilizarlas sin carme. Y no me gustaría repetir la experiencia. Opto por subir las escaleras agachado, con las alas y la cola todavía moviéndose sin control.
-¡Ahg, esto es frustrante! -cuando alcanzo el tercer piso me dejo caer en el descansillo.
Pretendía subir a ver cómo se encontraba Giz, pero quizás no fue muy buena idea. Me incorporé, tambaleante y caminé torpemente hacia el estudio. Me quedé mirando la silla con respaldo donde había estado sentado hacía dos noches.
-Ahora ya no puedo ni sentarme tranquilamente con estos dos... trastos.
Mi humor iba cada vez de mal en peor, la noche anterior me había sentido eufórico cuando me abandonó la agonía que había estado sufriendo, pero ahora parecía que todo se venía encima. El cansancio, lo molesto que era tener un cuerpo diferente, la muerte de Ethan... Me senté en el suelo, suspirando, tratndo de no pensar demasiado en mi recién fallecido amigo. Me quedé mirando al vacío pensando en qué hora sería, parecía ya bastante tarde, y en qué hacer a continuación. Lo mejor era mantener la mente ocupada con algo pero... ¿Cómo hacerlo cuando ni siquiera podía oir correctamente? El sonido seguía llegando a mis oídos distorsionado y no era capaz de distinguir bien qué es lo que estaba oyendo.
-Bien, luna, no sé que te he hecho pero te has cebado bastante con... -empecé a decir mientras intentaba incorporarme de nuevo.
De pronto un dolor en todo el cuerpo me sobrevino. << ¿¿Otra vez?? ¿¿Qué más me va a suceder?? >>. Estaba vez el dolor era sólo por dentro. Algo me estaba ocurriendo... Me dolían los huesos, todos los huesos del cuerpo a la vez, o esa era la impresión que me daba. Caí al suelo y comencé a retorcerme de dolor mientras sollozaba. El recuerdo de la noche anterior apareció claro en mi mente. << No quiero volver a pasar por eso >>, alcancé a pensar mientras seguía convulsionándome de dolor en el suelo. Y los sonidos cada vez me llegaban más distorsionados. La transformación aún no se había completado y había vuelto para torturarme de nuevo.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
27/02/12, 06:13 pm
La luz del día atraviesa mis párpados y me recuerda que ya debería estar levantado. Me incorporo rápidamente de un salto y observo a mi alrededor. Tardo en darme cuenta de que el paisaje matutino no es el mismo que de costumbre. No hay estatua, no hay plantas ni altas paredes. Tan solo las almenas y unas vistas bastante tristes, teniendo en cuenta el estado de la ciudad en sí. En el momento en que recuerdo por qué subí, me llevo las manos al cuello y me siento abrumado de repente. << Están jugando con nosotros >>. Es la única razón que se me ocurría de por qué nos habían ofrecido venir a este lugar y nos habían soltado a todos a nuestro aire por la ciudad, para que pasara lo que fuera que tenga que ocurrir. Y algo me dice que estas transformaciones tan dispares no son más que parte del juego. Finalmente tomo una resolución: << Iré a la biblioteca, me voy a enterar de qué narices está pasando aquí y pienso zanjarlo todo >>. La gola se repliega sobre mi cuello, quedando bastante disimulada, y me dirijo a la trampilla para bajar. Justo en la tercera planta encuentro a Noel tirado en el suelo, sollozando y revolcándose de forma dolorosa por el suelo. Al contemplar la imagen, un chispazo de preocupación me surca el rostro y la gola se despliega automáticamente, ignorando si yo lo quería así o no.
-¿Qué ha ocurrido?-corro hacia él, me arrodillo al lado y realizo el mejor hechizo de curación que conozco, sin esperar ningún tipo de respuesta tras recordar los problemas auditivos que el chico tenía ayer. Tampoco es que la necesite, pues estoy casi seguro de que lo que le ocurre es por culpa de las dichosas transformaciones. El conjuro no funciona y, finalmente, en vistas de que no tenía ninguna forma mejor de aliviar su dolor, coloco mi mano sobre la frente de Noel y lo duermo al contacto-. Lo siento-trato de levantarlo del suelo y, pese a que parece pesar relativamente poco, su cuerpo inerte sigue siendo demasiado para mí solo. Mi segundo intento de moverlo hasta la cama más cercana funciona mejor, esta vez con un hechizo de levitación-. No durará mucho-pienso en voz alta-, pero intentaré volver de la biblioteca antes de que despiertes.
Bajo hasta la armería, donde me agencio un carcaj lleno de flechas y me lo cuelgo del cinto con la abertura apuntando hacia adelante. Compruebo que la cimitarra sigue en su sitio de siempre, y salgo corriendo del edificio, con todos mis sentidos alerta. Algo me decía que si nosotros habíamos cambiado, los peligros de la ciudad también.
Sigue en la Biblioteca Mágica.
-¿Qué ha ocurrido?-corro hacia él, me arrodillo al lado y realizo el mejor hechizo de curación que conozco, sin esperar ningún tipo de respuesta tras recordar los problemas auditivos que el chico tenía ayer. Tampoco es que la necesite, pues estoy casi seguro de que lo que le ocurre es por culpa de las dichosas transformaciones. El conjuro no funciona y, finalmente, en vistas de que no tenía ninguna forma mejor de aliviar su dolor, coloco mi mano sobre la frente de Noel y lo duermo al contacto-. Lo siento-trato de levantarlo del suelo y, pese a que parece pesar relativamente poco, su cuerpo inerte sigue siendo demasiado para mí solo. Mi segundo intento de moverlo hasta la cama más cercana funciona mejor, esta vez con un hechizo de levitación-. No durará mucho-pienso en voz alta-, pero intentaré volver de la biblioteca antes de que despiertes.
Bajo hasta la armería, donde me agencio un carcaj lleno de flechas y me lo cuelgo del cinto con la abertura apuntando hacia adelante. Compruebo que la cimitarra sigue en su sitio de siempre, y salgo corriendo del edificio, con todos mis sentidos alerta. Algo me decía que si nosotros habíamos cambiado, los peligros de la ciudad también.
Sigue en la Biblioteca Mágica.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
28/02/12, 08:04 am
Había sido un buen modo de empezar la mañana, atontando a la bestia lo suficiente para empezar el día. Para cuando terminé me sentía mejor, menos controlada por los instintos de mi bestia por ahora, aunque no sabía cuanto podría durar aquello. Esto estaba bien, no perpecto pero bien, tendría que hacerlo todos los días hasta que Jack viniese a mi para enseñarme a como controlar mis ansias de sangre, no sea que matase a uno de mis amigos que aún seguian junto a mi. No me importaba el precio de mi trasformación, que había traido con ello el deseado olvido. No me importaba comer carne de bestias inmundas o engendros andantes que antes de mi transformación no habrían dudado ni un segundo en hacer lo mismo por mi. Hasta le haría un favor a esta ciudad deshaciendome de ellas, pero la idea de atacar a mis amigos... Un escalofrío me recorrió. Entonces si que no podría perdonarme.
Aparté esos oscuros pensamientos, nada de eso ocurriría siempre que me mantuviese bien alimentada de alimañas. Quité la barricada de las puerta y estaba limpiando el desastre que había hecho en aquel lugar. Ciertamente me enloquecía cuando comía, esto estaba repleto de sangre allá donde mirase. Se me había olvidado despellejar a uno de aquellos seres antes de comermelo, tendría que conformarme con sus dientes, por lo menos tendría unos bonitos adornos ya que no tendría ropa de pieles.
Había adecentado bastante el lugar cuando apareció Giz como una exalación para coger armas sin percatarse siquiera de mi presencia e irse apresuradamente. No me dio tiempo ni de preguntarle que ocurría, pero lo que si sabía era que algo no iba. Puede que yo fuera un tanto impulsiva y poco tranquila, ahora más con la transformación, pero Giz no era así. Para encontrarse así de alterado debía ocurrir algo malo, muy malo.
Subí las escaleras hasta el salón y allí cogí aire para saber lo que ocurría.
- Miedo. Dolor. Noel - eso fue lo que conseguí descubrir con un par de inalaciones, pero fue suficiente para preocuparme. Debía ir a por él, debía ayudarle. Me necesitaba y yo protegía a los mios.
Subía precipitadamente, empleando mis grandes zancadas, hasta el lugar de donde venía el olor. No reparé en nada más que en el cuerpo caido y agonizante de mi compañero. Estaba mal, sufría. Miré hacia su cuerpo, buscando alguna herida o algún indicio que mostrase la razón de su dolencia, pero no encontré nada. ¿Qué le pasaba? ¿Qué podía hacer yo?
Estaba segura que Giz había intentado aplicarle alguno de sus hechizos, pero que al no surtir efecto fue en busca de ayuda. De modo que estaba descartado el que yo hiciese magia, al fin y al cabo no era tan buena como él. Entonces ¿qué debía hacer? Bajé abajo, cogí un trapo y lo mojé en el agua antes de volver con él. Me acerqué a su cuerpo, sentandome junto a él y cogiendo su cabeza con suma delicadeza para ponerlo en mi regazo mientras le acariciaba la cara con el paño húmedo.
- Se que no me escuchas, Noel, pero no te vayas, por favor no te vayas. No lo soportaría - le susurré sin parar de mojarle la fiebre, era lo único que se me ocurría hacer. - Has llegado hasta muy lejos, pequeño, no dejes de luchar. Eres fuerte, valiente y con mucha vitalidad, demuestrame que tengo razón y vive, por favor vive.
No se porque hice lo que hice a continuación, pero comencé a cantar una canción de mi tierra a Noel pese a que no me escuchase. No recordaba la última vez que cante algo, pero recordaba esta canción que hablaba de aveturas, peligros, tesoros escondidos, heroismo y de finales felices. Yo deseaba ese final, yo deseaba que no muriese. Por favor, susurré en mi mente, no me arrebateis a uno de mis pocos amigos, haré lo que sea para ello, lo que sea. Pedid y sera vuestro.
- Giz, ven pronto... - dije antes de volver con la canción otra vez.
*ya lo edité, sorry*
Aparté esos oscuros pensamientos, nada de eso ocurriría siempre que me mantuviese bien alimentada de alimañas. Quité la barricada de las puerta y estaba limpiando el desastre que había hecho en aquel lugar. Ciertamente me enloquecía cuando comía, esto estaba repleto de sangre allá donde mirase. Se me había olvidado despellejar a uno de aquellos seres antes de comermelo, tendría que conformarme con sus dientes, por lo menos tendría unos bonitos adornos ya que no tendría ropa de pieles.
Había adecentado bastante el lugar cuando apareció Giz como una exalación para coger armas sin percatarse siquiera de mi presencia e irse apresuradamente. No me dio tiempo ni de preguntarle que ocurría, pero lo que si sabía era que algo no iba. Puede que yo fuera un tanto impulsiva y poco tranquila, ahora más con la transformación, pero Giz no era así. Para encontrarse así de alterado debía ocurrir algo malo, muy malo.
Subí las escaleras hasta el salón y allí cogí aire para saber lo que ocurría.
- Miedo. Dolor. Noel - eso fue lo que conseguí descubrir con un par de inalaciones, pero fue suficiente para preocuparme. Debía ir a por él, debía ayudarle. Me necesitaba y yo protegía a los mios.
Subía precipitadamente, empleando mis grandes zancadas, hasta el lugar de donde venía el olor. No reparé en nada más que en el cuerpo caido y agonizante de mi compañero. Estaba mal, sufría. Miré hacia su cuerpo, buscando alguna herida o algún indicio que mostrase la razón de su dolencia, pero no encontré nada. ¿Qué le pasaba? ¿Qué podía hacer yo?
Estaba segura que Giz había intentado aplicarle alguno de sus hechizos, pero que al no surtir efecto fue en busca de ayuda. De modo que estaba descartado el que yo hiciese magia, al fin y al cabo no era tan buena como él. Entonces ¿qué debía hacer? Bajé abajo, cogí un trapo y lo mojé en el agua antes de volver con él. Me acerqué a su cuerpo, sentandome junto a él y cogiendo su cabeza con suma delicadeza para ponerlo en mi regazo mientras le acariciaba la cara con el paño húmedo.
- Se que no me escuchas, Noel, pero no te vayas, por favor no te vayas. No lo soportaría - le susurré sin parar de mojarle la fiebre, era lo único que se me ocurría hacer. - Has llegado hasta muy lejos, pequeño, no dejes de luchar. Eres fuerte, valiente y con mucha vitalidad, demuestrame que tengo razón y vive, por favor vive.
No se porque hice lo que hice a continuación, pero comencé a cantar una canción de mi tierra a Noel pese a que no me escuchase. No recordaba la última vez que cante algo, pero recordaba esta canción que hablaba de aveturas, peligros, tesoros escondidos, heroismo y de finales felices. Yo deseaba ese final, yo deseaba que no muriese. Por favor, susurré en mi mente, no me arrebateis a uno de mis pocos amigos, haré lo que sea para ello, lo que sea. Pedid y sera vuestro.
- Giz, ven pronto... - dije antes de volver con la canción otra vez.
*ya lo edité, sorry*
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
28/02/12, 02:27 pm
Pasaron unos interminables minutos en los que sentí como mis huesos se movían dentro de mi cuerpo. Tuve miedo de nuevo, como la noche anterior. Conseguí aovillarme en el suelo y decidí esperar en aquella postura a que terminase el dolor. El dolor era intenso y hacía que me convulsionase a menudo. Entonces alguien entró en la habitación.
-Gi... Giz... -alcancé a decir al ver que era mi amigo el que había entrado.
No entendí una sola palabra de lo que dijo pero por los gestos que hacía me di cuenta de que estaba lanzando un hechizo, posiblemente tratando de aliviarme... No tuve tiempo a pensar más, perdí el conocimiento sin previo aviso.
-----------------
Abrí los ojos de repente. El dolor parecía haber desaparecido. ¿Cuánto tiempo había pasado? Entonces me di cuenta de que había alguien conmigo. Miré hacia arriba, un poco confudido, pero enseguida reconocí la cabeza de Caillech.
-¡Cail! Estaba... me empezaron a doler todos los huesos y luego vino Giz... Creo que me hechizó para que me quedase dormido -me incorporé un poco, pues ella me había puesto la cabeza en su regazo. Al hacerlo se me cayó un trapo húmedo de la frente. Debía de haber estado cuidándome mientras estaba inconsciente-. ¡Ah! Debes haber estado muy preocupada por mí, lo siento. Parece que mi transformación aún no se había completado. Algo ha cambiado ahí dentro... no sé que le ha ocurrido a mis huesos, aunque aparentemente no noto nada diferente, la verdad... -dije pensativo mientras observaba mi cuerpo-. Gracias, Cail -le sonreí-.
Acto seguido hice ademán de incorporarme y una vez estuve en pie le di un abrazo a mi amiga. Sin duda aunque su transformación la había cambiado en diversos aspectos, seguía siendo la misma Cail de siempre.
-Por cierto, todavía tengo problemas para descifrar los sonidos, así que quizás no comprenda casi nada de lo que me digas... Espero que eso sea todo lo que falta por terminar de cambiar, empiezo a estar un poco harto de esto -suspiré-.
-Gi... Giz... -alcancé a decir al ver que era mi amigo el que había entrado.
No entendí una sola palabra de lo que dijo pero por los gestos que hacía me di cuenta de que estaba lanzando un hechizo, posiblemente tratando de aliviarme... No tuve tiempo a pensar más, perdí el conocimiento sin previo aviso.
-----------------
Abrí los ojos de repente. El dolor parecía haber desaparecido. ¿Cuánto tiempo había pasado? Entonces me di cuenta de que había alguien conmigo. Miré hacia arriba, un poco confudido, pero enseguida reconocí la cabeza de Caillech.
-¡Cail! Estaba... me empezaron a doler todos los huesos y luego vino Giz... Creo que me hechizó para que me quedase dormido -me incorporé un poco, pues ella me había puesto la cabeza en su regazo. Al hacerlo se me cayó un trapo húmedo de la frente. Debía de haber estado cuidándome mientras estaba inconsciente-. ¡Ah! Debes haber estado muy preocupada por mí, lo siento. Parece que mi transformación aún no se había completado. Algo ha cambiado ahí dentro... no sé que le ha ocurrido a mis huesos, aunque aparentemente no noto nada diferente, la verdad... -dije pensativo mientras observaba mi cuerpo-. Gracias, Cail -le sonreí-.
Acto seguido hice ademán de incorporarme y una vez estuve en pie le di un abrazo a mi amiga. Sin duda aunque su transformación la había cambiado en diversos aspectos, seguía siendo la misma Cail de siempre.
-Por cierto, todavía tengo problemas para descifrar los sonidos, así que quizás no comprenda casi nada de lo que me digas... Espero que eso sea todo lo que falta por terminar de cambiar, empiezo a estar un poco harto de esto -suspiré-.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.