Burdel de Dama Espasmo (Archivo III)

Recuerdo del primer mensaje :

Despierto. Bajo demasido deprisa lss escaleras, tropiezo yantes de poder hacer nada estoy tirada en el suelo. Me levanto lo mas rapido que puedo y voy a la cocina.Saludo a Martalar y a Freejey y cojo una pieza de fruta, que como con voracidad.

Cain sonríe con malicia cuando la pelirroja le cuenta su plan, y estando ya arriba, espera la señal para atar a Vacuum con fuerza a la silla, al menos lo justo para impedirle moverse pero que las cuerdas no le hiciesen daño. SE pasó la lengua por los labios cuando Elliot se acercó a él, y correspondió a su beso con entusiasmo, pero a un ritmo pausado, midiendo cada movimiento al milímetro. Sus lenguas luchaban sin apenas descanso entre beso y beso. Cain comenzó a juguetear con el cabello de la pelirroja, luego le acarició la nuca, y sus manos bajaron por su espalda, dando pequeños toques entre roces, delineando las líneas de sus curvas hasta las caderas, deteniéndose en éstas. Masajeó la zona, hundiendo los pulgares hasta el inicio de la ingle, mientras le hacía recular hacia la cama. Pasó la mano por su muslo, retirando la falda del vestido, pero luego volvió a subir hasta los costados. Dejó varios besos en la clavícula de la chica mientras ésta le susurraba al oído
- A mi me divierte cuando está enfadado... pero tú decides...

Cuando se ponen de acuerdo Elliot se acerca y me saca de mi ensimismamiento cogiéndome de la mano, dice algo de subir, y yo me dejo guiar sin decir nada. Una vez arriba entramos en el cuarto de Cain y el italiano cierra detrás nuestro. Elliot me manda sentarme en una silla y yo lo hago sin preguntar, mirándola curioso. Roza mis labios con los suyos y antes de que me de cuenta Cain me ata las manos a la espalda inmovilizandome en la silla ... <<¡¡ Oh, vamos ... !! - pienso para mi enfurruñado - ... ¿por qué siempre acabo atado yo?, es de cachondeo ... >>. Elliot dice algo y yo la miro sin decir nada, se acerca a Cain y comienzan a besarse, intercambiando caricias y roces. Elliot le quita la camiseta y le recorre la espalda con los dedos, Cain perfila sus curvas con las manos y al llegar a la cadera se entretiene en ella, masajeandola con los dedos, hundiendo los pulgares bajo la cintura de la falda. Cain la empuja hacia la cama, sin dejar de besarla, se susurran algo. Mi expresión no muestra nada, al principio me enojan, pero sinceramente ... no me gusta estar enojado, ademas les doy el gusto. Aparto la mirada y reclino la cabeza hacia atrás con una sonrisa distraída, estiro las piernas apoyándome sobre los talones y tarareo suavemente para mi, marcando el ritmo con la punta de los pies en el aire. Jugueteo con los nudos de las muñecas, son fuertes, pero no aprietan, aun así no cometo el error de forcejear con ello, ya lo hice con las esposas y me desollé las muñecas. Hundo la nariz en mi bufanda, ocultando la sonrisa, entrecierro los ojos y me pongo a pensar en dragones, mientras Cain y Elliiot siguen a lo suyo ...

El ruido de la puerta del burdel me despierta. Estoy...Estoy un poco desorientado. A ver...Tengo algo entre mis brazos, la cabeza reposa en la almohada, llevo el kimono y tengo la manta encima. ¿Estoy abrazado a "algo"? Confuso y somnoliento, abro los ojos y me sobresalto al ver la cara de alguien de pronto, soltando el abrazo pero sacudo la cabeza al reconocer a Erika <<Idiota, no es un lobo...>> Suspiro y sonrío, para volver a abrazarla. Me la quedo mirando, pensando...Este no es el Jack que vino de la Tierra creyendo que esto era la guerra...Pero hay que sobrevivir...Y no veo problema alguno en hacerlo junto a Erika...Sí, es cierto que tengo una preocupación extra, pero estoy cómodo con ella y prefiero sobrevivir con alguien. Lo malo es la Luna y la teoría de que nos transformemos...Basta de pensar en el futuro. Piensa en lo que tienes ahora: refugio, comida y materiales si vas con cuidado y ... ¿cómo llamar a esto?Tener a Erika es como decir "tengo una lanza". No es mía... ¿Estar con Erika? Hum..."estoy" ahora con ella...Maldita sea...No podía haber sido alguien normal, con una infancia normal, no...Pero, piensa, Jack: quizá si hubieses sido un chico normal, ahora estarías muerto. ¿No recuerdas la noche de los lobos? ¿O los encontronazos con los colaespinas? Imagina que hubieseis usado una cueva en la montaña como refugio... ¿Un chico normal sobreviviría ahí? Quizá. Vale, de acuerdo...¿Qué hora será? Me giro un poco y miro al balcón...No puede ser que siga siendo de noche...Oh, diantres...¿un día entero durmiendo? Perfecto. Mañana jornada completa despierto y ya retomaré el horario normal. Pero escucho ruido por las escaleras y ...una...dos...tres personas entran en un dormitorio. ¿El cuarto de entrenamiento? No, no lo parecía. ¿El de desuello? ¡Las manza...! No, en absoluto, solo lo sabe Erika y confío en ella. ¿Confías en ella, Jack? ¿Por qué no, maldita vocecita? Ella puede confiar en mí y lo veo mutuo. Se me ocurre una idea...La beso en los labios con suavidad para después separarme con cuidado y salgo de la habitación en silencio. Las tres voces familiares están en el cuarto de Cain, pero no irrumpo, sino que llego a la cocina y recupero uno de los trocitos que sobraron anoche en forma de... ¿eran conejos? Creo que sí. Después vuelvo al dormitorio y me tumbo de nuevo frente a Erika, mordisqueo el trozo y me paso la lengua por los labios, para después volver a besarle los suyos, con el sabor añadido de la manzana. Sí, se me cruza un recuerdo, pero lo desecho al instante, pertenece al pasado...

Sigo dormida, pero sin embargo puedo percibir algunos ruidos del exterior, entre ellos alguna puerta abriéndose. Siento que algo me está abrazando, pero no sé que es y como si estuviese leyendo mis pensamientos aquello que me abrazaba se aparta de mí, pero solo durante unos pocos de segundos, porque de nuevo, siento que me vuelven a abrazar. No le doy importancia, ni me molesto en abrir los ojos, intento seguir durmiendo. Pero entonces noto algo en mis labios, me gusta, es como un…beso. Aprieto los párpados y muevo un poco las piernas, busco a tientas la sábana y me arropo hasta los hombros. Al cabo de un rato que se me hace eterno puedo distinguir un ruido cercano, era otra puerta abriéndose pero esta vez es la de mi habitación, abro un poco los ojos, lo suficiente para darme cuenta de que Jack ya no está en la cama y que se había ido de la habitación. Sin darle demasiada importancia vuelvo a cerrarlos, intentado dormirme de nuevo. Pero el ruido no cesa, oigo la puerta cerrándose, esta vez con mucho cuidado, como si aquello que estuviese entrando en la habitación intentara no despertarme. Oigo unos pasos que se acercan a la cama sigilosamente, noto como vuelve a tumbarse y entonces, me vuelve a besar, pero esta vez es distinto. Aquel beso sabía tan bien, me recordaba al sabor de aquella manzana, ¿Un beso con sabor a manzana?, abro ya por fin los ojos, lo primero que distingo es a Jack con un trozo ya mordisqueado de manzana, sonrío:
-Buenas noches.- Me incorporo a la cama y me acerco un poco más a él.- Me gusta tu forma de despertarme.- Le acaricio las mejillas y esta vez soy yo la que le da el beso. Sus labios todavía guardaban el sabor de la fruta.

Cain mira a Vacuum de reojo. ¿¿¿Le sestaba ignorando??? Cuando Elliot se separa para soltar al griego vuelve a reclinarse en la cama, con la espalda pegada al cabecero
-Oh, cuanto siento que el caballero se aburra...- dijo en tono irónico- Es muy fácil esperar a que te busquen y luego hacer ascos- bufó. Se levantó y se fue de la habitación- Voy a darme un baño- dijo antes de salir, llevándose una muda limpia. Bajó a las termas cabreado por algo que no comprendía. Era una chorrada, una tontería... Cuando acabó de lavarse se metió en el agua hasta la nariz, abrazándose las rodillas y sopló formando burbujas. Qué le había cabreado tanto? Qué Vacuum le ignorara? Suspiró. Realmente era una lástima, lo estaba pasando bien con Elliot... y la idea de que Vacuum les estuviera observando... <<Estúpido, estúpido, estúpido...>>

Por fin, abre los ojos y la miro con intensidad, sonriente. Se separa y ¿buenas noches? Suelto una risilla y me dejo acariciar, para después recibir sus labios, pero se me ocurre algo, una expresión que encaja a la perfección con esto. Y tras recorrer sus labios con la lengua, me separo y digo como el que dice "hola":
-Pues a mí me gustas tú. Y buenas noches.
Lo mejor es que ya no me sonrojo tanto, pero no puedo dejar de sonreir y vuelvo a acercarme para besarla de nuevo, cerrados los ojos y volviendo al ataque con la lengua, curiosa y juguetona, presionando sus labios. Mis manos vuelan a su pelo y espalda, acariciándole los mechones y recorriendo su espalda, aunque el kimono me obstaculiza. Pero...¿Sigo adelante? Hagamos las cosas bien...¿Bien? Pero si ni siquiera sé lo que está bien en estas situaciones, diantre...Mis manos no paran, así como tampoco la lengua, lamiendo sus labios y dejándolos con el sabor de la manzana, que me encanta. Me separo brevemente y abro los ojos, para después preguntar, un tanto tímidamente:
-Lo...lo de anoche...¿Sigue en pie?-y vuelvo a besarla, pero me separo y la miro divertido.- Porque me va a costar irme de tus labios...

La voz de la pelirroja me saca de mis divagaciones, la enfoco con la mirada y veo como se levanta de la cama, su vestido cae hasta el suelo, resbalando por su piel, dejando a la vista el conjunto de lencería roja que lleva debajo, se sienta sobre mis piernas y acaricia mi boca con sus labios, de forma suave y contenida. Sus manos recorren mi espalda hasta el nudo de mis muñecas y deshacen el lazo, mientras Elliot sonríe a Cain, acerca la boca a mi oído y susurra algo, me rodea con los brazos y me besa con mas fuerza que antes, mis dedos se deslizan por su vientre con un roce suave y meto el dedo índice entre sus pechos, por debajo del sujetador, deslizándolo por el canalillo, mis ojos enfocan a Cain mientras mi otra mano roza la suavidad de la seda de su sostén, perfilando su pezón a través del tejido, el italiano parece enfurruñado, y sus palabras me descolocan, Elliot tira de mi y me pone en pie, conduciéndome hacia la cama, pero Cain se levanta y se va a darse un baño, sujeto a Elliot y le doy un beso en los labios ...
-Voy a hablar con el - le digo dándole otro beso - ... espéranos despierta por favor, y si no da tiempo trasladamos mi deuda a otro día, ¿de acuerdo? ...
Le doy un último beso y salgo de la habitación, cerrando tras de mi, mi mirada se ensombrece y me dirijo a las termas, bajo las escaleras y me pongo al otro lado de la poza donde esta Cain, mirándolo fijamente sin decir nada, me acuclillo y apoyo los codos en las rodillas, en silencio aún, con la cara sobre las manos ... esta enfurruñado, pero me parece excesivo ...
-Perdona por ignoraros - empiezo con los ojos entornados - ... pero no me culpes por ello, se que te gusta verme enfadado, pero a mi no me gusta estar siempre enfadado, así que mi reacción es aceptable, no digo que este bien, pero ponte en mi lugar, ademas yo no os hago ascos - digo mientras mis ojos se oscurecen - ... por otra parte tu enfurruñamiento es aun peor ... irte del cuarto como si fueras un niño pequeño, enrabietado porque no tiene su caramelo. Te daría dos tortazos bien dados, pero no puedo ... y no es justo, pero me aguanto, enserio que necesitas dos cachetes - concluyo con voz ya apagada, abrazo mis rodillas y medio oculta la cara en ellas, tapándome con la bufanda - ... ¿me querías enfadado? ... pues ya lo has conseguido - digo en voz baja apartando la mirada - , enhorabuena ...

Sonrío aún más ante su respuesta. Esta vez vuelve a besarme, pero su lengua intenta buscar la mía, mientras que sus manos recorren mi pelo, bajando por mi espalda. Yo le cojo de los hombros e intento atraerle un poco más a mi. En cada beso, nuestras lenguas se juntan y juguetean, sus manos no paran de acariciarme, pero siento que el kimono le impide llegar a más. Se separa de mí, aunque mis labios quieren más besos y mi lengua quiere juguetear un rato más con la suya.
Acerco mis manos al nudo del kimono y lo desato, el kimono cae ante mi sobre la cama, lo aparto con el brazo y lo tiro al suelo, sin importarme donde caiga:
-No sé si esto contestará a tu pregunta.- Antes de que pueda responder, vuelvo a besarle, muerdo un poco sus labios, que todavía tenían un poco de sabor. Mientras que la mano derecha acaricia su pelo, la otra va directa a su pecho, intentando abrirle el kimono.

Cain hizo un mohín al oír la voz de Vacuum hablándole... Le estaba... riñendo?? Alzó la mirada y se encontró con los ojos oscurecidos del griego y no supo qué pensar. No sabía como se sentía... indignado? enfadado? culpable? Metió la cabeza entera en la poza por unos segundos y luego salió, empapado. SE secó lo justo para poder ponerse el boxer, el pelo aún le chorreaba. Pasó la mano por los hombros de Vacuum, dejando una marca de agua en la tela
-Buscarte siempre es aburrido, vienes y te quedas empanado o cualquier otra cosa. Solo quería jugar- dijo, aún con voz seria- Subiré, pero solo para admirar a Elliot en lencería fina- imitó el mismo tono que antes, pero se adivinaba un toque de picardía. Subió corriendo las escaleras hasta la habitación. Vacuum había dicho que quería pegarle?? Recordaba a una persona que le dijo una vez algo parecido. Llegó a la habitación y saltó a la cama llevandose a Elliot por el camino, rodando con ella por el colchón- Es idiota- dijo en tono infantil protegiéndose entre los pechos de la pelirroja.

Aún cuando me separo noto su lengua juguetona, que quiere seguir con la mía, pero entonces le hablo y en respuesta se quita el kimono y me responde para después morderme los labios. Vaya que si responde a mi pregunta. Vuelvo a entrelazar mi lengua con la suya y a perderme en su boca mientras, por fin, le acaricio la suave piel de la espalda. Me estremezco cuando siento sus manos en mi cabeza y en el pecho y entonces con la mano libre me lo desato, para después quitármelo del todo. Como las manos están ocupadas en esto, me separo de sus labios aunque me cuesta un poco y voy besándola por la cara, las mejillas, para después bajar por el cuello y los hombros. Una vez el kimono está lejos, vuelvo a perderme en su boca y sigo acariciándola con las manos, una por la nuca y dibujando líneas en su espalda y la otra pasando las uñas suavemente por su cuello y bajando hacia el nacimiento de su pecho, como queriendo hacerle cosquillas. Y qué diantres, en un impulso la tomo en brazos y me tumbo boca arriba con ella encima. Con mis labios capturo un mechón de su pelo y luego vuelvo a besarla, acariciándola toda, perdiéndome en su cuerpo. Ni manzanas ni arancini, esto es mil veces mejor. Podría estar así hasta que llegase la Luna...

Nuestros labios no se separan ni un segundo y nuestras lenguas no paran de juguetear, a medida que me besa, siento la necesidad de quedarme muy cerca de él, sin dejar de besarnos. Cuando siento como me recorre el cuerpo con las manos, cierro los ojos, sin dejar de acariciarle el pelo. Me toma en brazos y se queda debajo de mi, boca arriba, dejo mis piernas una a cada lado de su cuerpo. Aprovecho para seguir con los besos y los pequeños mordiscos, poco a poco voy bajando, recorriendo su cuello, besándolo, volviendo a bajar de nuevo hacia su torso, donde me quedo parada, haciendo de vez en cuando pequeñas figuras con la lengua, que un arrebato, vuelve a subir de nuevo hacia sus labios. Mientras seguimos con las caricias y los besos llevo mis manos hacia el sujetador, donde tanteando con la mano, consigo desabrocharlo, lo tiro también al suelo, junto con el kimono. Cuando me alejo un poco de sus labios le susurro al oído un "te quiero". Mis manos no paran y siguen acariciando todo su cuerpo, parando de vez en cuando para jugar un poco con el elástico de los calzoncillos, pero volviendo de nuevo rápidamente a su torso.

Me estremezco con sus caricias, cuando pasa a besarme el cuello y el torso, pero cuando se aleja la miro ansioso y devoro sus labios al retomarse el beso. Mi lengua no para y la atraigo hacia mí mientras sigo acariciándola. Sin dejar de besarla y con los ojos cerrados, noto cómo algo suave pasa por el diminuto espacio que hay entre nosotros y siento su desnudo pecho sobre mí. No rompo el beso ni detengo las caricias, sino que una de mis manos vuela a explorar la nueva zona y tiemblo al notar su tacto terso y suave mientras paso a la pareja y los voy acariciando con delicadeza, alternando las yemas de los dedos con las uñas, para hacerle cosquillas. Mi otra mano baja hasta su cintura y, divertida, simulo que camina sobre sus aún oprimidas nalgas y vuelvo a subirla, para después introducir la mano entre su piel y la tela. Rompo el beso unos instantes y atrapo sus labios con mis dientes mientras le voy quitando las bragas y la acabo tirando por ahí con los pies.
-Podría seguir así eternamente, pero me volvería loco.-susurro intercalando besos y suaves mordiscos en su cuello y en sus pechos para después volver a perderme en su boca.
Bebo de su boca, respiro de su aliento y me embargo de su sabor...¿Volverme loco? Bueno, da igual, mejor loco que no sentir todo esto. Así que subo por su rostro besando sus párpados y me desvío a la oreja, la mordisqueo con cuidado y, divertido, susurro de nuevo:
-Estoy loco por ti, loco, ¡loco!
Para volver a bajar a su boca pero sigo bajando y la subo un poco sobre mí, para poder besarle el cuello, luego recorro sus hombros y bajo a sus pechos, con mi lengua juguetona. ¿Mis manos? Ni idea, siguen perdidas por su pelo, por su espalda y por su cintura, sin atreverme a más de momento...

Mis manos exploran todo su cuerpo, de vez en cuando son mis labios los que lo hacen, pero mayormente los mantengo ocupados en los besos, nuestras lenguas siguen sin separarse y si tienen que hacerlo, no es por mucho tiempo. Sus manos recorren mi cuerpo, mientras que una de ellas acaba en mis pechos, la otra desciendo por mi cintura hasta llegar a mis nalgas. Con la primera mano acaricia delicadamente mis pechos, alternando sus yemas con las uñas, que me hacen cosquillas, pero evito reírme para estropear el beso. La otra mano que ha acabado en mis nalgas, va bajando poco a poco mis bragas hasta quitármelas por completo. Me sentía rara, pero me gustaba, no quería parar ni un momento de acariciarle y besarle. Me acerco a su oreja y respondo a su comentario:
-La mejor noche de todas.- Pero termina en un gemido cuando noto sus labios recorriendo mis pechos. Doy pequeños mordiscos a su oreja, mientras tanto, mis manos han bajado a sus calzoncillos, que hartas de jugar con el elástico deciden bajarlo poco a poco. Cuando consigo quitárselos los arrastro con el pie fuera de la cama. Después vuelvo de nuevo a sus labios, mi lengua los recorre para volver al interior de su boca. Mis manos no pasan de la cintura, de momento sólo se quedan recorriendo su pecho. Esta vez soy yo la que le obliga a cambiar de posición, ahora soy yo la que se queda boca arriba y él encima de mi.

Cain hace un mohín y sumerge la cabeza bajo el agua, la saca y sale de la poza, no se como esta, pero en fin ... quien sabe, se seca lo justo para ponerse los boxer y con la cabeza chorreando se me acerca, me paso la mano por los hombres, empapando la camiseta y me habla en tono serio, aunque su último comentario ates de salir corriendo suena a picardía, sin embargo yo sigo en la misma posición, si decidirme a volver, me fastidia en parte el que se salga siempre con la suya, vale ... yo me empano mucho, pero el se comporta como un crío. Me pongo derecho y subo al salón, mientras el agua me empapa la parte de arriba de la espalda, me siento en un puf y cierro los ojos algo cansado, no me gusta esta situación. Para distraerme agarro el libro que hay sobre la mesa, resulta ser de magia y le ojeo distraído, entre dos hojas pegadas, que separo con cuidado encuentro un hechizo curioso, mientras lo leo una sonrisa aparece en mi cara, una idea toma forma poco a poco en mi cabeza, una idea divertida ...
-¿No querías jugar? - digo en voz baja - ... pues juguemos, ya veras que divertido va a ser buscarme ...
Me pongo en pie y empiezo con el plan, en el centro de la sala construyo un fuerte de cojines, es mas bien una torre que me llega a la altura de la cabeza si me siento y que tiene una ventana al frente para asomar la cabeza, no tiene techo ni parte trasera, y la parte delantera apunta hacia la entrada del salón, todos los cojines que me sobran los amontono tras el fuerte para usarlos de proyectiles. Cuando acabo cojo de la funda de mi guitarra el cuaderno de partituras y escribo las reglas del juego en una página en blanco, juego que titulo "Castigado sin chocolate". Dejo la libreta frente al fuerte, a unos dos metros y me dirijo hacia el libro de magia, cojo un par de amuletos y junto con el anillo de mi mano realizo el hechizo, pensando en el olor que quiero. Al primer intento no pasa nada, a la tercera vez lo consigo y lanzo el hechizo sobre mi. Al instante un delicioso olor a chocolate inunda mis fosas nasales, mi boca se hace agua y entrecierro los ojos atontado, el libro se me cae de las manos y me quedo ensimismado unos minutos ... poco a poco me acostumbro al olor y vuelvo a funcionar con normalidad. Me pongo en pie algo vacilante y me encamino hacia las escaleras, en el trayecto hasta el cuarto de Cain vuelvo a la normalidad. Me quedo frente a la puerta sin saber que hacer, al final abro un resquicio la puerta, dejando que mi olor a chocolate entre en la habitación, vuelvo a cerrar en silencio y bajo a la primera planta de nuevo, dejando una estela de olor a chocolate tras de mi. Me meto en el fuerte y me siento cruzado de piernas, mirando por el hueco entre los cojines, con los cojines de munición preparados por si rompen las reglas, aunque a Cain le reboten por Estigma ... es una especie de castigo por su actitud, la mía no a sido muy buena tampoco, y en verdad esto también es un castigo para mi ... no me gusta estar alejado de ellos, pero tiene que escarmentar, al menos un poquito. Realizo el hechizo de levitación y el cuaderno con las reglas se alza frente al fuerte de cojines. No vale tirar abajo el fuerte ni arrojarse encima de mi. No vale enfurruñarse como un niño pequeño. Y no vale hacer magia para ganar. El objetivo es convencerme para que salga del fuerte y me deje "comer" por ellos dos ... un Vac de chocolate no es algo que se vea todos los días. La verdad es que el olor esta muy logrado, parece como si en verdad estuviera hecho de chocolate suizo. Tarareo distraído, esperando a que bajen, sonriendo ante la chorrada de "castigo" que se me ha ocurrido. No se cuanto durara mi determinación, no creo que sea capaz de mantener el "castigo" mucho tiempo ...