Burdel de Dama Espasmo (Archivo III)

Recuerdo del primer mensaje :

Despierto. Bajo demasido deprisa lss escaleras, tropiezo yantes de poder hacer nada estoy tirada en el suelo. Me levanto lo mas rapido que puedo y voy a la cocina.Saludo a Martalar y a Freejey y cojo una pieza de fruta, que como con voracidad.

Me despierto muy temprano y lo primero que veo es a Jack, abrazado a mi, durmiendo tranquilamente. Sonrío al acordarme de anoche, del chico gimiendo, de sus manos recorriendome y haciéndome temblar... pero a la vez me inunda una sensación de culpabilidad terrible. ¿Que he hecho? He usado al pobre Jack para olvidarme de Vacuum... Se ha convertido en mi consolador humano... ¿Y ahora que hago? ¿Deshacerme de él, sin mas? ¿Echarle de mi cuarto como si fuese una puta? No... no puedo hacer eso... Perfecto... ahora no le debo un favor si no dos. No quiero hacerle daño. El chico me cae bastante bien, y después de lo de anoche... me da que yo e él le voy a caer incluso mejor... Me acerco a él aun mas, abrazándole, notando su desnudez bajo las sábanas y recorriendo su espalda con las manos. Me quedo mirándole unos segundos. Parece feliz, la verdad... Me gustaría dejarle así, pero no puedo... si ahora mismo entrase alguien al cuarto... Me estremezco. Rozo mis labios con los suyos con una sonrisa y mis besos bajan hacia el cuello. Tiene tres pequeñas marcas moradas en él... espero que sea bueno inventando historias. Vuelvo a perderme en su boca durante unos segundos. - Buenos días, Jack. - Digo acercándole a mí. - Tienes que irte, chico... - digo con el gesto torcido. La verdad es que no quiero que se vaya. Se que cuando lo haga todos los remordimientos y los miedos se desataran en mi, torturándome hasta la saciedad. Soy una puta egoísta, si... eso es lo que soy... Recorro su boca con la lengua. El sabor a manzana se ha ido pero sigue siendo dulce. Con un último abrazo me separo de él. - Por... por cierto... todo esto sería mejor que quedase entre nosotros, por favor. - Dije casi suplicando. Por nada del mundo quería que esto pudiese llegar a otros oídos... Me levanté de la cama, y dándome la vuelta me quité el disfraz y me puse un conjunto de ropa interior azul oscuro. Luego le tiré el kimono a Jack para que se lo pusiese.

En lo recóndito del sueño, noto un cálida barazo que me envuelve pero me estremezco cuando algo recorre mi espalda y me voy despertando hasta que abro un ojo y veo a Elliot abrazada a mí. Son sus dedos los que siento en la espalda...Me despierto del todo cuando nuestros labios se rozan y cuando la sensación de calidez baja por el cuello para volver ansiosa a la boca. Me pilla desprevenido <<Sí que se despierta con energía Elliot>> Al fin escucho su voz y sonrío:
-Buenos días, Elliot.-pero tuerce el gesto y repite lo de anoche, lo de que me vaya.
Pero le pasa algo. No me da tiempo a responder, aunque obviamente me iré. Esta vez sí que respondo al beso, buscando su lengua y acariciándola, aún algo dormido. Insiste en el abrazo y antes de que se separe del todo le hago unas últimas caricias en la espalda y el cuello, luego la miro, reticente a irme en parte. Sonrío:
-Soy una tumba.-e insisto, parece que me lo esté suplicando...-No se lo diré a nadie, jamás. Palabra de centinela del Burdel.
Pero se escurre de mis brazos y se levanta. Suelto una risilla cuando se da la vuelta para cambiarse y me levanto para ponerme mi kimono cuando llega volando. Me pongo mi ropa interior saltando a la pata coja y me ato el kimono con fuerza. La miro una última vez antes de irme y le acaricio un mechón de su encendida cabellera, luego me acerco a la puerta y digo, sin mirar atrás:
-Hora de irse. Esclavo Jack obedece. Me iré a trabajar en algo que tengo entre manos. Hasta luego.
Abro la puerta lentamente, miro al pasillo y al no ver a nadie, llego silencioso a mi cuarto, donde me encierro y me tiro en la cama. Toca analizar toda la situación. ¿Analizar? Sí. ¿Por qué? Sencillo. No había feromonas de por medio...La chica estaba rara al principio y ahora...Y esa forma de pegarse a mi cuerpo...Me estremezco de solo recordarlo, pero sacudo la cabeza antes de seguir recordándolo todo. Es más...¿Qué más dará? Si no le encuentro explicación, no puedo preguntar ni hablar con nadie de esto. Y si la encuentro no me dará de comer...Típico. Uno piensa en comer y le ruge la barriga...Ayer solo comí un trozo de manzana, aunque cené realmente bien, pienso sonriendo. ¡Hora de trabajar! Ya almorzaré luego. Me levanto de la cama y saco un kimono de los que me quedan pequeños, le corto las mangas y las abro, para ponerlas como marco interior del paso entre mis dos habitaciones. Corto todo el kimono para hacer esto varias veces y al acabar miro mi obra: si paso corriendo del cuarto de desuello al dormitorio no me pasará nada si me pego a los bordes, pues hay tela y seda de sobra entre el hueco y las astillas en la madera. Lo único que puede ocurrir es que se me enganche el kimono en las cabezas de las agujas de hueso que unen la tela a la madera. Bien. Después, usando un cuchillo de hueso empiezo a cortar las imperfecciones en el trozo de pared sobrante. Y se me ocurre de pronto que...¡Con esto quizá podamos tapar el agujero del techo! Bien, buena idea. Pero luego.

Cuando termino con el trozo, aunque habría sido mejor tener una lija, toca sacarme las astillas de las manos. Busco la otra parte de mi porción de manzana pero la rechazo, pues la oleada de recuerdos de anoche casi me tumba, aunque no puedo evitar estremecerme. Así pues bajo a la cocina y corto un poco de carne que intento cocinar, pero con una mano no puedo. Una mano, sí, pues la mitad de ambas está con pequeños arañazos y astillas <<Esto me pasa por no ponerme los guantes...Para algo los hice, maldita sea...>> Y apoyado en la encimera, pongo la mano a la altura del ojo para ver el perfil de las astillas, que voy arrancando. Ya se me curarán los arañacillos, no son nada graves. Y ahora sí: me hago un pequeño bocadillo con carne, aceite y un poco de pan y me voy a la mesa del salón a comérmelo...Lo malo es que tengo que reconstruir la máscara con Elliot, pues si no notarán que algo va mal, no todos son tontos.

Cuando ya tengo, al parecer, las manos libres de astillas, empiezo a comerme el bocadillo, pensando en el plan del día. El baño lo dejaré para el final, por si salimos o sigo trabajando o entrenando. Luego de comer mejoraré el Balcón del Centinela. Y tengo que trabajarme la máscara interiormente. Pero Elliot aparece recién bañada, con el pelo húmedo y su vestido morado. Me saluda y sonrío, asintiendo
-Pues como siempre, bien. Nada que destacar.-<<Vale, eso sobra. Excusa non petita acussatio manifesta, estúpido. Estás diciendo a gritos que sí hay algo destacable...>>-¿Y tú? Hay carne preparada, por si quieres comer algo, aunque no soy Cain ni Vacuum a la hora de cocinar.-acabo sonriendo mientras me levanto de la mesa.
Tengo que sobreponerme a la situación. Toca disimular. Y el Jack frío no habría seguido hablando...Así que aunque me cuesta, me despido con un gesto y vuelvo al cuarto a trabajar, sin mirar atrás, bloqueando la puerta.

Cain se levantó con la cara manchada de tinta, al parecer se había quedado dormido sobre el pincel... Se vistió con un kimono azul oscuro y se limpió la cara como pudo mientras subía las escaleras. Vacuum seguía dormido, no quería despertarle aún... Comprobó el preparado de la cantarella, el olor era tan repugnante que le dieron náuseas, pero antes de volver a cerrar el balcón, vio algo en la plaza... Bañeras?? Bajó las escaleras corriendo y al llegar al salón se colgó un amuleto cargado que tenían junto a la puerta para las emergencias. Iba a salir cuando se percató de que Elliot estaba allí
-Hola- saludó- Voy a por comida... vienes??- Antes de que le dejase tiempo para contestar ya estaba saliendo por la puerta. No tardarían mucho...


(sigue en la plaza de los colaespinas)

Ya tengo las defensas del Balcón del Centinela listas. También he mejorado y recortado los bordes del trozo de pared, de acuerdo al agujero del tejado. Y desde aquí arriba veo salir a Cain y a Elliot. Bueno, me toca vigilar. Así de paso coloco las lanzas puadas en el balcón. Vuelvo a entrar en el burdel y voy llevando las defensas de una en una, pues pesan y no por nada tienen púas afiladas. Las voy colocando en en suelo del balcón, apoyándolas en unos burdos soportes de madera como los de las ballestas. Al cabo de un rato, tengo las seis lanzas apoyadas en su sitio. Cualquier bicho que se intente colar por aquí se estampará y se clavará las púas, si no lo abato yo antes con la ballesta o las alabardas. Después voy a la cocina y corto varias tiras de carne, que pongo a secar de nuevo en el balcón tras haberlas volteado con sal. No me vendría mal un pequeño fuego para acelerar el secado de la carne, pero eso llamaría demasiado la atención de criaturas no bienvenidas.

Me remuevo en sueños, intranquilo, noto que falta algo, abro los ojos parpadeando y me incorporo en la cama, estoy solo ... ¿donde estará Cain? ... sin nada mejor que hacer me pongo en pie, busco en el arcón de donde saco Cain el kimono el pantalón que le acompaña y con ambas prendas me bajo a la segunda planta ... vacío, vaya ... ¿no hay nadie?, ¿donde andará Elliot? ... bajo a las termas, y me enjabono bien, me aclaro con el agua de un cubo y me meto en el agua hasta la nariz, disfrutando del calor de la poza ... me relajo unos minutos y luego salgo de la poza, me seco y me pongo el kimono de terciopelo con los pantalones, me seco bien el pelo y me encamino al piso de arriba, una vez en el salón miro a mi alrededor sin saber que hacer ... como no se e ocurre nada me paso por la cocina y me cojo unas hojas de menta, las mastico mientras subo las escaleras de nuevo, me meto en el cuarto de Cain y ordeno un poco la habitación, colocando los bocetos sobre la cómoda de Cain, asentando bien el cuadro para que no se caiga, recojo y doblo la ropa que hay en el suelo y una vez termino me quedo de pie en el centro de la habitación, miro a mi alrededor satisfecho y cojo mi cuaderno de partituras de la funda de la guitarra, dejo la guitarra fuera de su funda sobre la cama, a mi lado, me siento cruzado de piernas apoyado contra el cabecero y agarrando el lápiz comienzo a escribir música en una partitura en blanco, las notas salen una a una, pero van despacio, como si les costara, el kimono se me abre ligeramente a la altura del pecho, me lo coloco, pero al rato se vuelve a abrir, suspiro y lo ignoro, me revuelvo el pelo con una mano mientras muerdo el lápiz pensativo ...

Cain termina de ordenar y almacenar toda la comida. Prepara un revuelto de espinacas y corta carne a tiras pasándolas por la sartén. Activa la piedra pegada a la pared que anuncia a gritos la comida. Era mucho más cómodo que andar dando gritos él mismo, con ese hechizo tan solo tenía que pasar la mano por encima de la piedra y así se activaba el hechizo. Y gracias al experimento de Marco Polo, sabía cuanto tiempo duraría. <<Ya bajarán>> pensó al ver que ninguno de sus compañeros bajaba Llevaba toda la mañana sin ver a Vacuum, con eso de dejarlo dormir estaba permitiéndole convertirse en marmota... Ya cuando acabase de cena le subiría algo...