Barrio de los Callejones sin Salida
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Rocavarancolia Rol
51 participantes
- Rocavarancolia Rol
Barrio de los Callejones sin Salida
03/08/11, 12:53 am
Recuerdo del primer mensaje :
En el lado más céntrico queda aún parte de este laberíntico montón de edificaciones sin orden aparente. Perderse es tan fácil como encontrarse alguna criatura hambrienta.
- hechdi
Ficha de cosechado
Nombre: Lief
Especie:
Habilidades: buen oido, reflejos y velocidad
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
12/04/12, 11:19 pm
- ¿Qué? Le dije a Lia en un susurro, entonces miré a la chica purpura - ¿Cómo va a ser peligrosa una chica como ella? Es... es... es la chica más dulce que haya visto nunca. La dije a Lia en un susurro. Y era verdad, su forma de hablar, de caminar... no se podía describir de otra manera. Era imposible que esa chica fuera peligrosa. - Me parece bien ese torreón. La contesté, aunque los demás también parecían decididos en ir allí. - Creo que tenemos que ir con ellos. La dije a Lia mientras todos se levantaban y se ponían en marcha "¡Qué tonteria! la chica púrpura peligrosa." Pensaba mientras me agachaba para coger otra fruta, esta vez de color rojo, y más redondeada que la anterior. Ese pensamiento no se me iba, siguía ahí. "¿Y si Lia tiene razón y al final es peligrosa? Me preguntaba una y otra vez. "No, eso es imposible." Me decía cuando la miraba.
Mordí la fruta. Esta tenía un sabor algo más dulce que la anterior, y saciaba mucho mejor el hambre. Miré a las cesta. - ¿No crees que deberíamos llevárnoslas? Le dije a Lia señalando las cestas. Cogí una de las cestas. Justo en ese momento una pequeña brisa de viento me hizo estremecerme, noté como un escalofrío recorría mi espalda. Volví a morder a la fruta extraña, y noté como ese sabor dulce, aunque leve, se extendía por toda mi boca. La fruta nunca había sido algo que me apasionara, pero por alguna razón era lo que más me apetecía comer. Pero para mi desgracia mis pensamientos siempre volvian a lo mismo: "La chica púrpura peligrosa, ¡si que le ha afectado mucho esta ciudad a Lia!". Miré a los primeros que se habian puesto a andar, que ya nos sacaban unos metros. Y la dije a Lia: - ¡Vamos!
Sigue en el Torreón Maciel.
Mordí la fruta. Esta tenía un sabor algo más dulce que la anterior, y saciaba mucho mejor el hambre. Miré a las cesta. - ¿No crees que deberíamos llevárnoslas? Le dije a Lia señalando las cestas. Cogí una de las cestas. Justo en ese momento una pequeña brisa de viento me hizo estremecerme, noté como un escalofrío recorría mi espalda. Volví a morder a la fruta extraña, y noté como ese sabor dulce, aunque leve, se extendía por toda mi boca. La fruta nunca había sido algo que me apasionara, pero por alguna razón era lo que más me apetecía comer. Pero para mi desgracia mis pensamientos siempre volvian a lo mismo: "La chica púrpura peligrosa, ¡si que le ha afectado mucho esta ciudad a Lia!". Miré a los primeros que se habian puesto a andar, que ya nos sacaban unos metros. Y la dije a Lia: - ¡Vamos!
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- C.a.e
Ficha de cosechado
Nombre: Cira Álbar
Especie:
Habilidades: Intuición, instinto animal y memoria
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
13/04/12, 10:21 am
Cogí un poco de comida y me aparté a un rincón. Afortunadamente nada era lo que habían anunciado, sino comida de aspecto normal y hasta suculenta. El queso un poco pasado, pero se podía comer.
Mientras los demás se dividían en grupos me alejé. Aquellos que son humanos como yo, tienen armas y puede que dudarán en usarlas. Y respecto al resto... Creo que por ahora los vigilaré hasta saber de quien puedo fiarme. Además no estoy sola, las voces me acompañan. Son peligrosas, pero hasta ahora todo ha ido bien.
De repente varios empiezan ha hablar de resguardecerse en un torreón. Creo que es una buena idea, al menos así estaremos a salvo de lo que sea que haya en esta ciudad.
Sigue en el Torreón Maciel.[/quote]
Mientras los demás se dividían en grupos me alejé. Aquellos que son humanos como yo, tienen armas y puede que dudarán en usarlas. Y respecto al resto... Creo que por ahora los vigilaré hasta saber de quien puedo fiarme. Además no estoy sola, las voces me acompañan. Son peligrosas, pero hasta ahora todo ha ido bien.
De repente varios empiezan ha hablar de resguardecerse en un torreón. Creo que es una buena idea, al menos así estaremos a salvo de lo que sea que haya en esta ciudad.
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- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
13/04/12, 07:21 pm
Ni siquiera sé cómo llegamos hasta el lugar donde estaba la comida. Simplemente me había dedicado a seguir a la chica lila. Cuando llegamos al muro, al lado de la comida, dejé que todos se pusieran delante de mía y mirasen si había peligro. Si nos atacaba algún bicho, estar la última supondría una ventaja en cuanto a distancia. Mínima, pero era una ventaja. Y con lo lenta que soy cualquier ventaja era indispensable por si nos atacaban.
No me enteré de lo que pasó después. Solo sé que una especie de lagarto salió corriendo en dirección a las cestas, seguido de la chica lila y de la mayor parte de mis compañeros. No sé si habrán ido todos, pero yo al menos me quedo apoyada contra el muro, pensando en Nubla y en Rocavarancolia, en historias sobre esta ciudad y en la Luna Roja. Esto último me hace mirar al cielo. Empieza a oscurecer y no me gustaría quedarme aquí de noche.
Me acerco despacio al grupo tras haberlo meditado un rato y observo la comida. Algo de carne, que no parece de linac, vegetales… Me da igual lo que sea, sólo quiero irme de aquí antes de que oscurezca. Hasta ahora no he estado escuchando de lo que hablaban los demás, aunque algún trozo de conversación si he pillado. De repente, una frase hace que me interese por lo que dicen. Hablan de un sitio donde dormir. Todos empiezan a desandar el camino que seguimos para llegar hasta aquí. Sigo al grupo, quedándome la última, como siempre. Mientras sigo a la gente pienso en lo que hemos hecho desde que salimos de la plaza… ¿Cómo es que me he enterado de tan poco? Ni siquiera sé de que hablaban cuando estuvimos en el muro esperando o cuáles son sus nombres, si es que los han mencionado. Debería haber estado más atenta.
Sigue en el Torreón Maciel.
No me enteré de lo que pasó después. Solo sé que una especie de lagarto salió corriendo en dirección a las cestas, seguido de la chica lila y de la mayor parte de mis compañeros. No sé si habrán ido todos, pero yo al menos me quedo apoyada contra el muro, pensando en Nubla y en Rocavarancolia, en historias sobre esta ciudad y en la Luna Roja. Esto último me hace mirar al cielo. Empieza a oscurecer y no me gustaría quedarme aquí de noche.
Me acerco despacio al grupo tras haberlo meditado un rato y observo la comida. Algo de carne, que no parece de linac, vegetales… Me da igual lo que sea, sólo quiero irme de aquí antes de que oscurezca. Hasta ahora no he estado escuchando de lo que hablaban los demás, aunque algún trozo de conversación si he pillado. De repente, una frase hace que me interese por lo que dicen. Hablan de un sitio donde dormir. Todos empiezan a desandar el camino que seguimos para llegar hasta aquí. Sigo al grupo, quedándome la última, como siempre. Mientras sigo a la gente pienso en lo que hemos hecho desde que salimos de la plaza… ¿Cómo es que me he enterado de tan poco? Ni siquiera sé de que hablaban cuando estuvimos en el muro esperando o cuáles son sus nombres, si es que los han mencionado. Debería haber estado más atenta.
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- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
13/04/12, 08:08 pm
“ A dicho Enna.... ¿Será el nombre de la niña lila?” Me pregunto mientras observo al lagarto hablar perfectamente el idioma. Me alegro que ya nos entendamos “Por lo menos ya son algo sociables” Me digo mientras vuelvo a desviar mi mirada al cielo apagado. “Que cielo mas triste.... espero que comience a hacer sol pronto.”
Vuelvo a atender a la conversación de aquel lagarto justo cuando se refiere a un lugar donde dormir. “Cualquier sitio es mejor que dormir en esa cama de piedra”. -Mm... Yo veo bien lo que dices. Me apunto a mirar en ese sitio- “Así aprovecho y recuerdo el camino de vuelta.. por que lo que es la ida iba completamente ido” Me digo después de darme cuenta que no recuerdo el camino que he realizado momentos antes cuando perseguíamos a la bañera.
De un sato me pongo de cuclillas y me levanto lentamente estirando mis brazos hacia arriba y me giro hacia la entrada de la plaza para reunirme con el grupo que se aleja hacia lo que puede ser el sitio donde pasar la primera noche en aquel lugar. Vuelvo a echar un vistazo a la plaza y me encamino a la calle por la que va el grupo. Empiezo a mirar cada punto de interés que veo por las calles que transitamos y me fijo en cosas que antes no había visto. Algunas casas derruidas, solares, y muchos edificios lisos acordes con la zona.
Llegamos a una especie de edificio extraño de tres plantas de piedra azul. En su superficie sale una especie de esqueleto bastante grande. -Vaya que....¿Acogedor?- digo mientras observo aquel edificio que me ponía un poco los pelos de punta.
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Vuelvo a atender a la conversación de aquel lagarto justo cuando se refiere a un lugar donde dormir. “Cualquier sitio es mejor que dormir en esa cama de piedra”. -Mm... Yo veo bien lo que dices. Me apunto a mirar en ese sitio- “Así aprovecho y recuerdo el camino de vuelta.. por que lo que es la ida iba completamente ido” Me digo después de darme cuenta que no recuerdo el camino que he realizado momentos antes cuando perseguíamos a la bañera.
De un sato me pongo de cuclillas y me levanto lentamente estirando mis brazos hacia arriba y me giro hacia la entrada de la plaza para reunirme con el grupo que se aleja hacia lo que puede ser el sitio donde pasar la primera noche en aquel lugar. Vuelvo a echar un vistazo a la plaza y me encamino a la calle por la que va el grupo. Empiezo a mirar cada punto de interés que veo por las calles que transitamos y me fijo en cosas que antes no había visto. Algunas casas derruidas, solares, y muchos edificios lisos acordes con la zona.
Llegamos a una especie de edificio extraño de tres plantas de piedra azul. En su superficie sale una especie de esqueleto bastante grande. -Vaya que....¿Acogedor?- digo mientras observo aquel edificio que me ponía un poco los pelos de punta.
Sigue en el Torreón Maciel
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
13/07/12, 09:51 pm
Salimos hace un ratito del torreón y nos encaminamos hacia la plaza por las mismas calles que recorrimos cuando llegamos. Las calles están exactamente igual que cuando las vi por primera vez.
"Esto no ha cambiado nada, en dos semanas y pico todo sigue igual. Es como si el tiempo no pasase aquí." Me digo mientras camino por las mismas calles que nos conducían a la plaza donde conseguimos las primeras cestas.
Cuando me quiero dar cuenta voy algo adelantado del grupo lo que me hace frenar y girarme."Matt gilipollas, no sabes lo que te vas a encontrar ni que clase de personas..." En ese momento miro hacia Nasher, Lief y Lia y no puedo evitar sonreír. "Bueno, personas y lo que no son personas puede haber por aquí, ni si serán amistosas así que para el carro y ponte en medio"
Me paro mirando un edificio que tenia las ventanas cerradas excepto una que estaba rota y solo quedaba el marco de ella. La casa era una casa normal y corriente pero parecía por el estado de la fachada que hacia años que esta abandonada.
Mientras observo la casa pongo mis manos en mi cintura y rozo las dagas. Me las he traído por que todos iban a traerse sus "juguetitos".
"No creo que llegue a tener que usarlas, aquí no hay ni un alma y si alguien aparece no quiero asustarle desenvainando las dagas y tirándome hacia el en plan psicokiller. Como mucho podré usarlas para cortar un poco de cecina y no tenermela que comer de nuevo a bocados." Pensando en la cecina mi estomago empieza a rugir y a retorcerse un poco. Cuando me doy cuenta el grupo ha llegado a mi altura y comienzo a transmitirles mis pensamientos de hambre.
-Tengo un hambre que me comería un caballo señores. Lo digo muy enserio, esta noche, cuando me coma cualquier cosa que no sea un maldito trozo de queso revenido creo que voy a llorar. Os lo juro de verdad- Me echo a reír intentando que alguien me siga la conversación para que el camino se hiciese mas rápido. Ya conocía esa calle y conocía por donde debía volver de vuelta al torreón por lo que una idea me asalta a la mente.
"Matt, tienes que conocer un poco mas la ciudad, no solo están estas calles, debe de haber muchísimas mas, y quien sabe a lo mejor te encuentras a alguien y te explica un poco mas como va este sitio. Por que no es por nada guapo pero poco sabes de donde coño estás en dos semanitas que llevas aquí. Pero.... hoy no, vayamos poco a poco, mañana intentaré que alguien salga conmigo a ver un poco de mundo. Por hoy con conseguir comida hay suficiente."
Mientras divago en mis pensamientos Wedn me adelanta y me quedo mirando su pelo negro, ese pelo negro que por alguna razón me encanta ver como se mueve con el aire y me encantaría tocar en ocasiones.
Sin quererlo vuelvo a tener la sonrisa idiota y rápidamente vuelvo a la realidad."Matt estas como tonto. ¿Que leches se supone que haces? Adelantate y habla un ratito con ella anda y quítate la cara de tonto anda guapo."
Doy un par de zancadas largas hasta estar a la misma altura que ella y comienzo a hablarle de manera graciosa.
-Weeeedn, ¡Estate atenta a ver si se nos va a pasar la tienda que me quiero comprar mis Doritooos!.- Le guiño un ojo y continuo hablando -Te daré unos cuantos no te preocupes que no soy tan mala persona- Me echo a reir y continuo caminando hasta la plaza al lado de ella.
"Esto no ha cambiado nada, en dos semanas y pico todo sigue igual. Es como si el tiempo no pasase aquí." Me digo mientras camino por las mismas calles que nos conducían a la plaza donde conseguimos las primeras cestas.
Cuando me quiero dar cuenta voy algo adelantado del grupo lo que me hace frenar y girarme."Matt gilipollas, no sabes lo que te vas a encontrar ni que clase de personas..." En ese momento miro hacia Nasher, Lief y Lia y no puedo evitar sonreír. "Bueno, personas y lo que no son personas puede haber por aquí, ni si serán amistosas así que para el carro y ponte en medio"
Me paro mirando un edificio que tenia las ventanas cerradas excepto una que estaba rota y solo quedaba el marco de ella. La casa era una casa normal y corriente pero parecía por el estado de la fachada que hacia años que esta abandonada.
Mientras observo la casa pongo mis manos en mi cintura y rozo las dagas. Me las he traído por que todos iban a traerse sus "juguetitos".
"No creo que llegue a tener que usarlas, aquí no hay ni un alma y si alguien aparece no quiero asustarle desenvainando las dagas y tirándome hacia el en plan psicokiller. Como mucho podré usarlas para cortar un poco de cecina y no tenermela que comer de nuevo a bocados." Pensando en la cecina mi estomago empieza a rugir y a retorcerse un poco. Cuando me doy cuenta el grupo ha llegado a mi altura y comienzo a transmitirles mis pensamientos de hambre.
-Tengo un hambre que me comería un caballo señores. Lo digo muy enserio, esta noche, cuando me coma cualquier cosa que no sea un maldito trozo de queso revenido creo que voy a llorar. Os lo juro de verdad- Me echo a reír intentando que alguien me siga la conversación para que el camino se hiciese mas rápido. Ya conocía esa calle y conocía por donde debía volver de vuelta al torreón por lo que una idea me asalta a la mente.
"Matt, tienes que conocer un poco mas la ciudad, no solo están estas calles, debe de haber muchísimas mas, y quien sabe a lo mejor te encuentras a alguien y te explica un poco mas como va este sitio. Por que no es por nada guapo pero poco sabes de donde coño estás en dos semanitas que llevas aquí. Pero.... hoy no, vayamos poco a poco, mañana intentaré que alguien salga conmigo a ver un poco de mundo. Por hoy con conseguir comida hay suficiente."
Mientras divago en mis pensamientos Wedn me adelanta y me quedo mirando su pelo negro, ese pelo negro que por alguna razón me encanta ver como se mueve con el aire y me encantaría tocar en ocasiones.
Sin quererlo vuelvo a tener la sonrisa idiota y rápidamente vuelvo a la realidad."Matt estas como tonto. ¿Que leches se supone que haces? Adelantate y habla un ratito con ella anda y quítate la cara de tonto anda guapo."
Doy un par de zancadas largas hasta estar a la misma altura que ella y comienzo a hablarle de manera graciosa.
-Weeeedn, ¡Estate atenta a ver si se nos va a pasar la tienda que me quiero comprar mis Doritooos!.- Le guiño un ojo y continuo hablando -Te daré unos cuantos no te preocupes que no soy tan mala persona- Me echo a reir y continuo caminando hasta la plaza al lado de ella.
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e Imaginación
Personajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
14/07/12, 02:30 am
Hacía rato que Enna había sacado una de las espadas de la cesta y la llevaba en la mano, aunque con el pico ganchudo de ésta casi rozando el suelo mientras andaba. Al principio se había sentido muy confiada, pero enseguida la amenaza se cernió sobre ella y no le gustaba sentirse amenazada. Con la espada en la mano se sentía mas fuerte y más confiada, como si nada pudiese ser rival para ella. Eso no era cierto y ella lo sabía. Aunque todavía no había sido testigo de los horrores de la ciudad, algo en sus huesos el hacía sentir que en aquel lugar habría cien millones de razones por las que podría morir, cientos de bichos que querrían matarla o torturarla... pero no le gustaba pensar en eso. No era divertido. Era mucho más entretenido pensar en los bichos a los que ella podría matar. Se entretuvo unos segundos imaginando los gritos de algunos de los bichos al ser pinchados con el cuchillo y sonrió para si misma. Música, asi sonaba en su mente.
Pero la niña no tenía demasiado tiempo para perderse en los dulces delirios de su sádica imaginación. Miraba hacia todos lados, tratando de memorizar edificios, tratando de atravesar con la mirada los muros de aquellas enormes construcciones. A veces también sentía como si los edificios quisiesen ver a través de ella. Apretó con fuerza la empuñadura de su espada y siguió caminando mientras sonreia.
Matt empezó a hablar mientras reía y ella supuso que estaba contando alguna broma de las suyas, aunque realmente no escuchó lo que dijo, estaba demasiado atareada en sus pensamientos.
El estómago le rugió con fuerza. Ya se había acostumbrado a esa sensación. La primera vez que escuchó su estomago rugir, varios dias atrás se llevó un buen susto. Nunca antes había sentido eso. Lo llamaban hambre, pero ella nunca lo había conocido realmente. Había estado algunos dias sin comer en el centro de reclusión, pero nunca había llegado a tener hambre de verdad pues sabía que, si quería disponía de tanta comida como quisiese. Pero en Rocavarancolia no, en rocavarancolia el hambre era real, y poco podía hacer para evitarlo. Tampoco le gustaba. Al principio había sido una sensacion nueva y curiosa, luego se volvió molesta pues no podía hacer nada contra ella. Al hambre no se le podía hacer gritar.
Al rato de estar caminando, la chica se dio cuenta de que las calles se habían vuelto mas estrechas y serpenteantes y no le cabía duda de donde estaba. Bueno, mas bien era justo lo contrario. Sabía que estaba en el lugar correcto, pero no sabía si el que estaban siguiendo era el camino correcto para llegar a su adorado botín.
Enna decidió no ir a la cabeza esta vez, sino que seguía los pasos del grupo. Mas de una vez pasó por delante de la misma casa, o eso le parecía a ella, pues en aquel lugar todos los edificios eran parecidos. Estaban perdidos. Se habían encontrado un par de veces en callejones que no daban a ningún sitio y habían tenido que dar media vuelta.
Enna empezaba a temer el no saber volver al torreón. Miró hacia atrás un segundo, pero no consiguió ver el torreón. Un gesto de preocupación de dibujó en su cara, pero se borró enseguida cuando por fin vio un edificio que reconocía de la otra vez.
-Eh! Eh! Por aquí! - Señaló la niña mientras salía a correr por una de las calles. Realmente no se paró a mirar si le seguían, simplemente confiaba en que lo hiciesen. "Ojala no se pierdan o se los coman... sería un gran desperdicio." Al rato llegó a la plaza, desde la que podía oír perfectamente los desagradables cánticos del espantapájaros. No se atrevió a mostrarse. Retrocedió varios pasos y se escondió tras una esquina hasta que llegasen los demás.
Pero la niña no tenía demasiado tiempo para perderse en los dulces delirios de su sádica imaginación. Miraba hacia todos lados, tratando de memorizar edificios, tratando de atravesar con la mirada los muros de aquellas enormes construcciones. A veces también sentía como si los edificios quisiesen ver a través de ella. Apretó con fuerza la empuñadura de su espada y siguió caminando mientras sonreia.
Matt empezó a hablar mientras reía y ella supuso que estaba contando alguna broma de las suyas, aunque realmente no escuchó lo que dijo, estaba demasiado atareada en sus pensamientos.
El estómago le rugió con fuerza. Ya se había acostumbrado a esa sensación. La primera vez que escuchó su estomago rugir, varios dias atrás se llevó un buen susto. Nunca antes había sentido eso. Lo llamaban hambre, pero ella nunca lo había conocido realmente. Había estado algunos dias sin comer en el centro de reclusión, pero nunca había llegado a tener hambre de verdad pues sabía que, si quería disponía de tanta comida como quisiese. Pero en Rocavarancolia no, en rocavarancolia el hambre era real, y poco podía hacer para evitarlo. Tampoco le gustaba. Al principio había sido una sensacion nueva y curiosa, luego se volvió molesta pues no podía hacer nada contra ella. Al hambre no se le podía hacer gritar.
Al rato de estar caminando, la chica se dio cuenta de que las calles se habían vuelto mas estrechas y serpenteantes y no le cabía duda de donde estaba. Bueno, mas bien era justo lo contrario. Sabía que estaba en el lugar correcto, pero no sabía si el que estaban siguiendo era el camino correcto para llegar a su adorado botín.
Enna decidió no ir a la cabeza esta vez, sino que seguía los pasos del grupo. Mas de una vez pasó por delante de la misma casa, o eso le parecía a ella, pues en aquel lugar todos los edificios eran parecidos. Estaban perdidos. Se habían encontrado un par de veces en callejones que no daban a ningún sitio y habían tenido que dar media vuelta.
Enna empezaba a temer el no saber volver al torreón. Miró hacia atrás un segundo, pero no consiguió ver el torreón. Un gesto de preocupación de dibujó en su cara, pero se borró enseguida cuando por fin vio un edificio que reconocía de la otra vez.
-Eh! Eh! Por aquí! - Señaló la niña mientras salía a correr por una de las calles. Realmente no se paró a mirar si le seguían, simplemente confiaba en que lo hiciesen. "Ojala no se pierdan o se los coman... sería un gran desperdicio." Al rato llegó a la plaza, desde la que podía oír perfectamente los desagradables cánticos del espantapájaros. No se atrevió a mostrarse. Retrocedió varios pasos y se escondió tras una esquina hasta que llegasen los demás.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- InvitadoInvitado
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
14/07/12, 07:06 pm
Nasher no se paraba quieto. Siempre había sido bastante inquieto, algo que incluso molestaba a algunos de su tribu (ni que decir a sus compañeros de torreón) pero ese día estaba todavía más nervioso. Nervioso y feliz. A pesar de ir por un camino conocido por fin pisaba calle, por fin salían de su guarida y por mucho que los olores del lugar fuesen familiares, siempre había olores nuevos, sonidos nuevos... Ahora que el grupo iba con el y no tenía que estar pendiente de seguirle la pista podía embobarse viendo los edificios, todos de formas tan extrañas, de materiales que nunca había visto en su vida ¿Qué tipo de gente viviría allí? Nasher estuvo tentado de entrar a inspeccionar, pero había hambre y conseguir comida era su prioridad inmediata, luego ya podrían explorar. No mantenía tampoco una posición fija al principio, había empezado yendo en cabeza junto a Matt, pero al distraerse se había quedado cada vez más atrasado para luego volver a adelantarles.
Así iba, vagando de un lado al otro del grupo, absorto en mil cosas y a la vez atento a cada olor y a cada movimiento. A mitad de camino le habían venido a la cabeza las advertencias de los ancianos de su tribu y sus promesas de seres horribles y peligrosos que encontraría si dejaba la seguridad del poblado. Eso le hizo achantarse y permanecer pegado a sus compañeros, tratando de no distraerse demasiado.
El viaje se hace ameno, incluso Matt trata de bromear... en vano, pues Nasher no tiene la más mínima idea de qué es un caballo, y si el comerlo es raro por que no sabe muy bien o por otra cosa... El olor de alguna planta le llega antes que las voces de los espantapájaros, por lo que aprieta el paso y al fin, al girar una esquina ven la explanada (o plaza) donde justo acaban de aterrizar las bañeras (los chismes donde traen la comida)
El grupo avanza casi a la carrera y pronto reparten el peso de los víveres entre todas las cestas que llevan, para no cargar con tanto. Hay cosas nuevas, desconocidas para Nasher... Probó a coger algo que parecía una semilla y lo probó. Estaba crujiente y tenía un sabor fuerte, pero rico. Nasher masticó feliz y siguió inspeccionando disimuladamente su cesta mientras tomaba el camino de vuelta.
-Ya tenemos comida, ahora démonos prisa o nos la comeremos toda antes de llegar al torreón- bromeó, regañándose mentalmente para dejar de picotear.
Así iba, vagando de un lado al otro del grupo, absorto en mil cosas y a la vez atento a cada olor y a cada movimiento. A mitad de camino le habían venido a la cabeza las advertencias de los ancianos de su tribu y sus promesas de seres horribles y peligrosos que encontraría si dejaba la seguridad del poblado. Eso le hizo achantarse y permanecer pegado a sus compañeros, tratando de no distraerse demasiado.
El viaje se hace ameno, incluso Matt trata de bromear... en vano, pues Nasher no tiene la más mínima idea de qué es un caballo, y si el comerlo es raro por que no sabe muy bien o por otra cosa... El olor de alguna planta le llega antes que las voces de los espantapájaros, por lo que aprieta el paso y al fin, al girar una esquina ven la explanada (o plaza) donde justo acaban de aterrizar las bañeras (los chismes donde traen la comida)
El grupo avanza casi a la carrera y pronto reparten el peso de los víveres entre todas las cestas que llevan, para no cargar con tanto. Hay cosas nuevas, desconocidas para Nasher... Probó a coger algo que parecía una semilla y lo probó. Estaba crujiente y tenía un sabor fuerte, pero rico. Nasher masticó feliz y siguió inspeccionando disimuladamente su cesta mientras tomaba el camino de vuelta.
-Ya tenemos comida, ahora démonos prisa o nos la comeremos toda antes de llegar al torreón- bromeó, regañándose mentalmente para dejar de picotear.
- Administración
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
14/07/12, 07:23 pm
Enna había pisado sin darse cuenta una baldosa con un ángulo dibujado. Apuntaba hacia unos escombros, y si alguien los hubiera retirado se habría dado cuenta de que otras seis baldosas al otro lado de la montaña de piedras formaban, junto con la que la cosechada había pisado, las puntas de una estrella de siete.
Y en centro del heptáculo, desde los últimos treinta años, descansaba algo que había llegado incluso antes de la Batalla de Rocavarancolia.
El pie de Enna debería haber liberado un hechizo que la paralizara. Pero aquella trampa era tan vieja que estaba bastante agonizante. Así que trató de repartir el maleficio pero... no. Se desbarató completamente, y el ser perfectamente conservado volvió al tiempo.
Sus dientes afilados por fin salieron al aire. Fresco como el primer día, el veneno de pura corrupción bacteriana (o tal vez viral, quién sabe cuántos microscopios podrían romperse en un intento de descubrir lo que allí había) fluyó de las glándulas. Con sus patas palmeadas, sus apéndices como barbas no tan rígidas y sus ojos pequeños, la criatura se deshizo de los escombros que la cubrían.
Y centró su atención en la primera presa que encontró: la niña varmana.
De un salto, sin dejar que se defendiera, el engendro demostró cuán inútiles eran las espadas de la cosechada. Mordió su torso, clavando sus dientes con fuerza. Con tanta, que las piernas y la cabeza, las cuales rebosaban de su boca, se soltaron y cayeron al suelo. No se molestó en volver a cogerlas, porque de ahí no iban a huir.
Los cosechados, ante tal espectáculo, quedaron casi paralizados. Especialmente Lief, quien echó a correr un poco más tarde.
Y en centro del heptáculo, desde los últimos treinta años, descansaba algo que había llegado incluso antes de la Batalla de Rocavarancolia.
El pie de Enna debería haber liberado un hechizo que la paralizara. Pero aquella trampa era tan vieja que estaba bastante agonizante. Así que trató de repartir el maleficio pero... no. Se desbarató completamente, y el ser perfectamente conservado volvió al tiempo.
Sus dientes afilados por fin salieron al aire. Fresco como el primer día, el veneno de pura corrupción bacteriana (o tal vez viral, quién sabe cuántos microscopios podrían romperse en un intento de descubrir lo que allí había) fluyó de las glándulas. Con sus patas palmeadas, sus apéndices como barbas no tan rígidas y sus ojos pequeños, la criatura se deshizo de los escombros que la cubrían.
Y centró su atención en la primera presa que encontró: la niña varmana.
De un salto, sin dejar que se defendiera, el engendro demostró cuán inútiles eran las espadas de la cosechada. Mordió su torso, clavando sus dientes con fuerza. Con tanta, que las piernas y la cabeza, las cuales rebosaban de su boca, se soltaron y cayeron al suelo. No se molestó en volver a cogerlas, porque de ahí no iban a huir.
Los cosechados, ante tal espectáculo, quedaron casi paralizados. Especialmente Lief, quien echó a correr un poco más tarde.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
14/07/12, 08:04 pm
Después de dar muchas vueltas en los callejones Enna por fin parece haber descubierto el camino hacia la plaza y sale a correr como una loca. -Me encanta la energía de esta chica, es pura felicidad, es un subidón de azúcar en estado puro la capuya- digo riéndome mientras me encamino hacia donde ha ido Enna.
Enna esta de cuclillas en la plaza, me encamino hacia ella sonriente al ver las cestas cuando de pronto el suelo tiembla y de unos escombros sale una especie de animal con patas palmeadas y una boca demasiado amenazante.
-¡Pero que cojones es eso!- Digo completamente sobresaltado. La criatura se acerca a nosotros de una manera increíblemente rápida, no se si sera por que es muy rápida o por que todos nos hemos quedado como petrificados sin saber que demonios hacer.
La criatura se lanza contra Lia y la agarra con los dientes, salgo a correr hacia ella hasta que veo como su cabeza rueda por el suelo y me paro en seco. -¡Lia! ¡Joder corred, no tenemos nada que hacer contra eso! ¡Joder que alguien nos ayude!- "Matt que les den huye, corre, corre hasta el torreón o métete en algún lado joder Matt ¡¡¡REACCIONA!!!.
Vuelvo rápidamente sobre mis pasos y busco a los demás, por alguna razón el tiempo pasa demasiado lento a mi parecer. Desde que la cabeza de Lia estaba ahora a mas de teinta centimetros de su cuerpo empapada en sangre todo parece haberse vuelto mas lento, mi cabeza esta a mil por hora, cientos de pensamientos pasan por mi mente. "Matt, corre. Matt, tírale algo. Matt huye jodido enfermo, no tienes nada que hacer ya has visto lo que ha hecho con la gata, a ti te hará su segundo plato maldita sea."
Sin darme cuenta estoy corriendo en dirección contraria al bicho pero me detengo en medio de la calle que sube de la plaza por que me asalta un pensamiento del cual quizás me arrepienta lo que me quede de vida.
"Matt no puedes dejarles solos, entre todos podremos con ese bicho y ademas que vas a hacer tu solo si sale algún otro bicho.. necesitamos estar unidos hasta que nos coman, o nos mutilen, o... Matt baja y haz lo que puedas, tienes que intentar que no muera nadie mas joder." Agarro las dagas con una determinación y una firmeza impropias para el nivel de terror que siento en el cuerpo. La adrenalina recorre mi cuerpo de una manera asombrosa. Cada vez mi corazón late mas rápido conforme vuelvo a la plaza.
"Matt estas loco.. puede ser tus últimos momentos... nunca pensé acabar así pero bueno no estoy solo en esto"
Diciéndome esto me encamino a la plaza con las dagas agarradas fuertemente en mis manos.
"Esto.. no era lo que me imaginaba al venir aquí joder...."
Enna esta de cuclillas en la plaza, me encamino hacia ella sonriente al ver las cestas cuando de pronto el suelo tiembla y de unos escombros sale una especie de animal con patas palmeadas y una boca demasiado amenazante.
-¡Pero que cojones es eso!- Digo completamente sobresaltado. La criatura se acerca a nosotros de una manera increíblemente rápida, no se si sera por que es muy rápida o por que todos nos hemos quedado como petrificados sin saber que demonios hacer.
La criatura se lanza contra Lia y la agarra con los dientes, salgo a correr hacia ella hasta que veo como su cabeza rueda por el suelo y me paro en seco. -¡Lia! ¡Joder corred, no tenemos nada que hacer contra eso! ¡Joder que alguien nos ayude!- "Matt que les den huye, corre, corre hasta el torreón o métete en algún lado joder Matt ¡¡¡REACCIONA!!!.
Vuelvo rápidamente sobre mis pasos y busco a los demás, por alguna razón el tiempo pasa demasiado lento a mi parecer. Desde que la cabeza de Lia estaba ahora a mas de teinta centimetros de su cuerpo empapada en sangre todo parece haberse vuelto mas lento, mi cabeza esta a mil por hora, cientos de pensamientos pasan por mi mente. "Matt, corre. Matt, tírale algo. Matt huye jodido enfermo, no tienes nada que hacer ya has visto lo que ha hecho con la gata, a ti te hará su segundo plato maldita sea."
Sin darme cuenta estoy corriendo en dirección contraria al bicho pero me detengo en medio de la calle que sube de la plaza por que me asalta un pensamiento del cual quizás me arrepienta lo que me quede de vida.
"Matt no puedes dejarles solos, entre todos podremos con ese bicho y ademas que vas a hacer tu solo si sale algún otro bicho.. necesitamos estar unidos hasta que nos coman, o nos mutilen, o... Matt baja y haz lo que puedas, tienes que intentar que no muera nadie mas joder." Agarro las dagas con una determinación y una firmeza impropias para el nivel de terror que siento en el cuerpo. La adrenalina recorre mi cuerpo de una manera asombrosa. Cada vez mi corazón late mas rápido conforme vuelvo a la plaza.
"Matt estas loco.. puede ser tus últimos momentos... nunca pensé acabar así pero bueno no estoy solo en esto"
Diciéndome esto me encamino a la plaza con las dagas agarradas fuertemente en mis manos.
"Esto.. no era lo que me imaginaba al venir aquí joder...."
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
14/07/12, 10:32 pm
La criatura mastica con fruición los restos desgarrados del torso de Lia que quedan en su boca, con una expresión parecida al deleite en sus sucios ojos ambarinos. Su mandíbula pisciforme no parece tener un gran dominio del concepto de masticar, pero el resultado en forma de carne, entrañas, sangre y líquidos varios es más que aceptablemente grotesco a los ojos de los cosechados.
En su borrosa visión, que aún está acostumbrándose a los contornos del mundo más allá de su hechizo de confinamiento, el monstruo puede ver que algunas de sus presas están huyendo. En circunstancias normales las dejaría marchar al haber obtenido ya su aperitivo, pero lleva demasiado tiempo encerrado tras esas baldosas. Está muy, muy hambriento.
Sin ganas de apartarse por el momento de su recién masticada presa, y viendo que uno de los cosechados en concreto ha reaccionado tarde, el engendro alarga uno de sus apéndices tentaculares con sorprendente velocidad en su dirección, tan rápido que hace saltar algunas gotas de la negra saliva que lo cubre.
Lief no lo ve venir y cae de frente al suelo, golpeándose la mandíbula. El tentáculo se ha enroscado en torno a su tobillo y le ha hecho tropezar. Sin embargo, su propio peso ha aplastado al tentáculo, y con un gruñido más de sorpresa que de dolor el monstruo afloja la presa, dejando poco más que un pequeño corte en su talón y dejándole libre. Los ojos del engendro se concentran entonces en los cosechados, probablemente calibrando cuál será el siguiente plato de su cena.
En su borrosa visión, que aún está acostumbrándose a los contornos del mundo más allá de su hechizo de confinamiento, el monstruo puede ver que algunas de sus presas están huyendo. En circunstancias normales las dejaría marchar al haber obtenido ya su aperitivo, pero lleva demasiado tiempo encerrado tras esas baldosas. Está muy, muy hambriento.
Sin ganas de apartarse por el momento de su recién masticada presa, y viendo que uno de los cosechados en concreto ha reaccionado tarde, el engendro alarga uno de sus apéndices tentaculares con sorprendente velocidad en su dirección, tan rápido que hace saltar algunas gotas de la negra saliva que lo cubre.
Lief no lo ve venir y cae de frente al suelo, golpeándose la mandíbula. El tentáculo se ha enroscado en torno a su tobillo y le ha hecho tropezar. Sin embargo, su propio peso ha aplastado al tentáculo, y con un gruñido más de sorpresa que de dolor el monstruo afloja la presa, dejando poco más que un pequeño corte en su talón y dejándole libre. Los ojos del engendro se concentran entonces en los cosechados, probablemente calibrando cuál será el siguiente plato de su cena.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
14/07/12, 11:17 pm
Enna escuchó los pasos de sus compañeros incluso antes de poder verlos. Apuntó mentalmente ese fallo, había que mejorarlo por que el concierto de pisadas no era demasiado util en aquel lugar. La niña se acercó junto con Nasher a las cestas y allí descubrió un bote como con... algun tipo de miel... le recordaba a algo conocido y como estaba en el lugar de lo que se suponía que eran los alimentos, decidió probarlo. Hundió su mano en la sustancia viscosa y se la llevó a la boca. Una enorme sonrisa llenó su cara cuando al chuparse los dedos notó el sabor dulce. -¡Oh! ¡Por el mundo anterior, el demiurgo y todo lo hermoso de esta vida! ¡Que rico está ésto! - Enna cogió esa cesta y varios botes mas de esos para llevar con ella todos los que pudiese. No se fiaba de los demás lo suficiente como para dejárselos llevar.
Comenzó a andar con pequeños saltitos alegres, cuidando de no romper los botes que llevaba con ella. Las espadas estaban dentro de la cesta también. Habían conseguido la comida. No había sido tan dificil despues de todo... es verdad que habían andado mucho, pero estaban sanos y salvos. El botín parecía delicioso, o al menos eso pensaba Enna que miraba los botes con esa dulce delicia dentro con un deseo voraz.
De pronto un ruido tremendohizo que Enna pegase un bote. No se esperaba para nada tal cosa por lo que a punto estuvo de soltar las cesta y dejarla caer al suelo. Por suerte para ella, su mano estaba firmemente agarrada al asa. Su otra mano voló hacia la empuñadura de una de sus espadas meintras la niña se daba la vuelta lentamente, casi con algo de miedo.
Era muy, muy dificil deja a Enna sin aliento, pero aquel monstruo lo consiguió. La niña se quedó paralizada, con los ojos muy abiertos y la espada en alto mientras miraba a aquel ser colosal. Los músculos no le respondían, tan solo podía mirar. Le pareció que el latir del mundo se paraba durante unos segundos, y, durante un instante, creyó estar viendo el reflejo de su muerte en los pequeños ojos de aquella bestia.
Pero no fue así. El monstruo estaba muy, muy cerca de ella, tanto que podía oler la pútrida respiración de éste, pero no fue en ella en quien se fijó. El monstruo agarró a Lia y Enna pudo leer el miedo en su cara, la desesperación, el horror. Pudo escuchar perfectamente como se desgarraba la carne y se astillaban los huesos. Escuchó el grito agónico de la chica y como éste se quedaba reverberando en el ambiente unos instantes mientras la cabeza caia de la boca del animal. Luego se fijó en la sangre. -Es roja. - Dijo en un murmullo apenas audible. No podía apartar la mirada de aquel dulce elixir de vida. Rojo. De un rojo intenso, borgoña. Estaba tan concentrada que apenas notó que varias gotas de este liquido le habían salpicado en uno de los movimientos de la bestia. Se deleitó mirando la sangre que bachaba los dientes y la boca del animal, el brillo que despedían las gotitas al caer, el macabro espejo que formaba en el suelo al acumularse. Era roja. Olia de forma extraña. Maravillosamente extraña. Era el olor del dolor y del sufrimiento. La vida se derramaba con cada gota que caia al suelo. Olía a muerte. Olia a muerte y le encantaba. La niña dejó caer su fachada tan solo un segundo, y sonrió. Fue una sonrisa de puro sadismo, una sonrisa que dejabra translucir toda la oscuridad que habitaba en su interior. Pero en lo que duraba un parpadeo, esa sonrisa se había desvanecido y volvia a ser la niña paralizada por el miedo. Al menos a los ojos de los demás. Tuvo la inmensa tentacion de acercarse más, de comprobar si sabía igual que la suya. Tuvo la morbosa tentacion de acercarse a lo que quedaba del cadaver solo para deleitarse con la imagen que este ofrecía. Pero el grito de Matt le sacó de su delirio de ébano y carmesí. Si no se daba prisa, sería la criatura la que comprobaria cuan parecido era el sabor de su sangre. El aire salió despedido de sus pulmones con fuerza, como si le hubiesen pegado en el estomago.
Matt, que había salido a correr, volvía con la espada en la mano. "Necio... ¿crees que con un palito vas a dar muerte a quien ha sembrado de rojo el suelo solo con sus dientes? Deleitame con tu estupidez y veré como tritura tus huesos mientras pongo mi sangre a salvo" Pensaba Enna mientras, corria, espada en mano, hacia el torreón (o el camino que ella creia que le llevaría al torreón)
Por suerte para Matt, Wed no tardó en cogerle de la camiseta al grito de "¡Gilipollas, te hará papilla!¡Corre!" y se lo llevaba, casi a rastras en direccióon contraria. Enna solo volvió la vista atrás cuando vio a lief caer de boca. No le había dado tiempo de ver la causa de esto, pues siguió corriendo tanto como podía sin preocuparse por ayudar a nadie. Si había caido, seguramente ya estaba condenado y si alguien le ayudaba, solo conseguiria darle un postre al monstruo.
Enna corrió y corrió sin parar ni a descansar, ya descansaría despues. No le preocupaba demasiado que camino seguir, solo corria. Apenas miraba los edificios, solo corria. En lo unico que se fijaba es en que hubiese alguien cerca de ella, quien fuese, pero seguía corriendo. Por el momento veia delante suya a Matt y a Wed, del resto no tenía noticia o no se había detenido a mirar si le seguian. Realmente no sabía cuanto tiempo había estado corriendo entre esos callejones, le dolían las piernas y los brazos de cargar con las cestas, pero no se paraba, solo corría, sin pensar en nada, sin hablar. Solo se detuvo cuando vio la recortada figura del Torreón Maciel delante de ella. Estaba en casa. Estaba a salvo... bueno...¿Realmente lo estaba?
Sigue en el Torreón Maciel.
Comenzó a andar con pequeños saltitos alegres, cuidando de no romper los botes que llevaba con ella. Las espadas estaban dentro de la cesta también. Habían conseguido la comida. No había sido tan dificil despues de todo... es verdad que habían andado mucho, pero estaban sanos y salvos. El botín parecía delicioso, o al menos eso pensaba Enna que miraba los botes con esa dulce delicia dentro con un deseo voraz.
De pronto un ruido tremendohizo que Enna pegase un bote. No se esperaba para nada tal cosa por lo que a punto estuvo de soltar las cesta y dejarla caer al suelo. Por suerte para ella, su mano estaba firmemente agarrada al asa. Su otra mano voló hacia la empuñadura de una de sus espadas meintras la niña se daba la vuelta lentamente, casi con algo de miedo.
Era muy, muy dificil deja a Enna sin aliento, pero aquel monstruo lo consiguió. La niña se quedó paralizada, con los ojos muy abiertos y la espada en alto mientras miraba a aquel ser colosal. Los músculos no le respondían, tan solo podía mirar. Le pareció que el latir del mundo se paraba durante unos segundos, y, durante un instante, creyó estar viendo el reflejo de su muerte en los pequeños ojos de aquella bestia.
Pero no fue así. El monstruo estaba muy, muy cerca de ella, tanto que podía oler la pútrida respiración de éste, pero no fue en ella en quien se fijó. El monstruo agarró a Lia y Enna pudo leer el miedo en su cara, la desesperación, el horror. Pudo escuchar perfectamente como se desgarraba la carne y se astillaban los huesos. Escuchó el grito agónico de la chica y como éste se quedaba reverberando en el ambiente unos instantes mientras la cabeza caia de la boca del animal. Luego se fijó en la sangre. -Es roja. - Dijo en un murmullo apenas audible. No podía apartar la mirada de aquel dulce elixir de vida. Rojo. De un rojo intenso, borgoña. Estaba tan concentrada que apenas notó que varias gotas de este liquido le habían salpicado en uno de los movimientos de la bestia. Se deleitó mirando la sangre que bachaba los dientes y la boca del animal, el brillo que despedían las gotitas al caer, el macabro espejo que formaba en el suelo al acumularse. Era roja. Olia de forma extraña. Maravillosamente extraña. Era el olor del dolor y del sufrimiento. La vida se derramaba con cada gota que caia al suelo. Olía a muerte. Olia a muerte y le encantaba. La niña dejó caer su fachada tan solo un segundo, y sonrió. Fue una sonrisa de puro sadismo, una sonrisa que dejabra translucir toda la oscuridad que habitaba en su interior. Pero en lo que duraba un parpadeo, esa sonrisa se había desvanecido y volvia a ser la niña paralizada por el miedo. Al menos a los ojos de los demás. Tuvo la inmensa tentacion de acercarse más, de comprobar si sabía igual que la suya. Tuvo la morbosa tentacion de acercarse a lo que quedaba del cadaver solo para deleitarse con la imagen que este ofrecía. Pero el grito de Matt le sacó de su delirio de ébano y carmesí. Si no se daba prisa, sería la criatura la que comprobaria cuan parecido era el sabor de su sangre. El aire salió despedido de sus pulmones con fuerza, como si le hubiesen pegado en el estomago.
Matt, que había salido a correr, volvía con la espada en la mano. "Necio... ¿crees que con un palito vas a dar muerte a quien ha sembrado de rojo el suelo solo con sus dientes? Deleitame con tu estupidez y veré como tritura tus huesos mientras pongo mi sangre a salvo" Pensaba Enna mientras, corria, espada en mano, hacia el torreón (o el camino que ella creia que le llevaría al torreón)
Por suerte para Matt, Wed no tardó en cogerle de la camiseta al grito de "¡Gilipollas, te hará papilla!¡Corre!" y se lo llevaba, casi a rastras en direccióon contraria. Enna solo volvió la vista atrás cuando vio a lief caer de boca. No le había dado tiempo de ver la causa de esto, pues siguió corriendo tanto como podía sin preocuparse por ayudar a nadie. Si había caido, seguramente ya estaba condenado y si alguien le ayudaba, solo conseguiria darle un postre al monstruo.
Enna corrió y corrió sin parar ni a descansar, ya descansaría despues. No le preocupaba demasiado que camino seguir, solo corria. Apenas miraba los edificios, solo corria. En lo unico que se fijaba es en que hubiese alguien cerca de ella, quien fuese, pero seguía corriendo. Por el momento veia delante suya a Matt y a Wed, del resto no tenía noticia o no se había detenido a mirar si le seguian. Realmente no sabía cuanto tiempo había estado corriendo entre esos callejones, le dolían las piernas y los brazos de cargar con las cestas, pero no se paraba, solo corría, sin pensar en nada, sin hablar. Solo se detuvo cuando vio la recortada figura del Torreón Maciel delante de ella. Estaba en casa. Estaba a salvo... bueno...¿Realmente lo estaba?
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Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
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- InvitadoInvitado
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
14/07/12, 11:44 pm
El estruendo fue tal que a Nasher le pareció que el suelo se hacía añicos bajo sus pies. Algo había despertado, y el olor nauseabundo que lo anuanciaba tan solo presagiaba muerte, muerte infecciosa como pocas que había visto, era el olor de las cosas enfermas... Una criatura de dientes desproporcieonadamente grandes se abalanzó sobre el grupo. Nasher ya había comenzado a alejarse a la carrera cuando oyó un crujido. Se giró justo a tiempo para ver la cabeza de Lia rodar por el suelo.
-No... Nonononononono...
Todos huyeron. Todos corrieron por su vida y sabía que él debía hacer lo mismo. ¿Pero y su alma? ¿Qué pasaría con el alma de la chica? Nassandra estaba lejos de allí y encima su segunda alma quedaría atrapada dentro de aquel ser repugnante. Un aluvión de pensamientos contradictorios cegaron y frenaron a Nasher, no sabía qué hacer, debían permanecer unidos, debían huir, esa cosa se alejaba, iba a por ellos, ya estaba cerca, muy cerca. Nasher apretó los dientes.
Se separó del grupo y corrió hacia el montón de escombros del que había surgido la bestia. Prácticamente lo rodeó a la carrera, saltando las piedras y valiendose de ellas para impulsarse. Iba a la espalda del monstruo, iba hacia los restos de Lia. Derrapó agarrando la cabeza por el pelo y la tela que aun envolvía las piernas y las metió en la cesta que cargaba. Gracias a un muro pudo cambiar de dirección sin problemas y de nuevo rodeó al monstruo que ya se giraba en su dirección. Sus compañeros se alejaban, pero uno de ellos había caído al suelo. Nasher le dio un tirón de la ropa para auparlo.
-¡¡¡Corre!!!
Ya cargaba un cadáver, no pensaba tirar de otro, y él aun podía andar. Siguió a los demás tratando de darles alcance, demasiado concentrado en sus pies como para comprobar si el peludito lo había logrado. Solo pidió a Nassandra, dondequiera que estuviera que recibiese sus almas así como recibía a las de los habitantes de su mundo...
Justo cuando empezó a sentir los pinchazos en las piernas a causa de la carrera llegó a la altura de sus compañeros, pero seguiría corriendo, y no pararía hasta estar seguro en el torreón.
Sigue en el Torreón Maciel.
-No... Nonononononono...
Todos huyeron. Todos corrieron por su vida y sabía que él debía hacer lo mismo. ¿Pero y su alma? ¿Qué pasaría con el alma de la chica? Nassandra estaba lejos de allí y encima su segunda alma quedaría atrapada dentro de aquel ser repugnante. Un aluvión de pensamientos contradictorios cegaron y frenaron a Nasher, no sabía qué hacer, debían permanecer unidos, debían huir, esa cosa se alejaba, iba a por ellos, ya estaba cerca, muy cerca. Nasher apretó los dientes.
Se separó del grupo y corrió hacia el montón de escombros del que había surgido la bestia. Prácticamente lo rodeó a la carrera, saltando las piedras y valiendose de ellas para impulsarse. Iba a la espalda del monstruo, iba hacia los restos de Lia. Derrapó agarrando la cabeza por el pelo y la tela que aun envolvía las piernas y las metió en la cesta que cargaba. Gracias a un muro pudo cambiar de dirección sin problemas y de nuevo rodeó al monstruo que ya se giraba en su dirección. Sus compañeros se alejaban, pero uno de ellos había caído al suelo. Nasher le dio un tirón de la ropa para auparlo.
-¡¡¡Corre!!!
Ya cargaba un cadáver, no pensaba tirar de otro, y él aun podía andar. Siguió a los demás tratando de darles alcance, demasiado concentrado en sus pies como para comprobar si el peludito lo había logrado. Solo pidió a Nassandra, dondequiera que estuviera que recibiese sus almas así como recibía a las de los habitantes de su mundo...
Justo cuando empezó a sentir los pinchazos en las piernas a causa de la carrera llegó a la altura de sus compañeros, pero seguiría corriendo, y no pararía hasta estar seguro en el torreón.
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Re: Barrio de los Callejones sin Salida
15/07/12, 08:11 pm
Aquellas presas corrían demasiado rápido para sus músculos entumecidos por el tiempo en estado puro. La criatura los persiguió unos pasos pero rápidamente se cansó al ver un drago de chiimera en su campo de visión. Aquello le daría guerra, pero al menos no huiría.
- InvitadoInvitado
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
21/08/12, 03:16 pm
El callejón que habían seguido estaba bloqueado por una torreta derruida cuyos escombros se desperdigaban por todas partes. Un inquietante ruido de ronquidos hizo que los chicos ni se planteasen cruzar por el medio, escalando los escombros, así que dieron un rodeo. Las calles laterales se iban estrechando cada vez más y en una ocasión tuvieron que pasar de lado por el hueco que había entre dos casas. Nasher se estaba poniendo cada vez más nervioso, pero cuando subía a algun sitio alto para comprobar la dirección de las bañeras sus nervios desaparecían... para volver reforzados minutos después.
-Espera...- pidió Nasher, sentándose en el suelo para inspeccionar sus garras y sacarse los restos de piedra y astillas que se le habían quedado- Estamos un poco más cerca que al principio, pero es como si fuésemos en círculos... - le parecía raro, si fuese así habrían perdido la bañera... - Veamos.
Se subió a otro edificio; una casa de madera con el techo podrido, y se las ingenió para quedarse en uno de los balcones.
-Ahi está!!- dijo señalando hacia delante- La plaza de la otra vez!! Vamos!!
Saltó a tierra, llevándose consigo un trozo de balcón que se había roto cuando tomaba impulso. No cayó muy bien y se hizo daño, pero no tanto como para no poder correr bien. A unas pocas calles, como había dicho, estaba la plaza y si miraban arriba podían ver la bañera preparando su aterrizaje, y escuchar los gritos del barquero a modo de recibimiento.
-Espera...- pidió Nasher, sentándose en el suelo para inspeccionar sus garras y sacarse los restos de piedra y astillas que se le habían quedado- Estamos un poco más cerca que al principio, pero es como si fuésemos en círculos... - le parecía raro, si fuese así habrían perdido la bañera... - Veamos.
Se subió a otro edificio; una casa de madera con el techo podrido, y se las ingenió para quedarse en uno de los balcones.
-Ahi está!!- dijo señalando hacia delante- La plaza de la otra vez!! Vamos!!
Saltó a tierra, llevándose consigo un trozo de balcón que se había roto cuando tomaba impulso. No cayó muy bien y se hizo daño, pero no tanto como para no poder correr bien. A unas pocas calles, como había dicho, estaba la plaza y si miraban arriba podían ver la bañera preparando su aterrizaje, y escuchar los gritos del barquero a modo de recibimiento.
- Elliot
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Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e Imaginación
Personajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
21/08/12, 04:56 pm
La niña se dejaba guiar por Naher, corriendo tras el con las espadas en las manos mientras miraba hacia todos lados, alerta por si algún monstruo como el del otro día aparecía entre los escombrosos palacetes que les observaban a ambos lados de las callejuelas. Varias veces se habían encontrado con caminos cortados y otras tantas habían tenido que hacer grandes esfuerzos para poder pasar entre los huecos de las casas.
De vez en cuando el lagarto se subía a algún sitio alto para poder ver mejor mientras Enna le miraba desde la calle. Luego el chico bajaba muy seguro de si mismo y volvían a la carrera. El chico se sentó en el suelo para quitarse las astillas de los pies mientras la niña seguía mirando a todas partes con una sonrisa nerviosa en la cara. - Es como un laberinto gigante... - dijo ella. - Menos mal que tu sabes escalar bien, Nasher - Sonrió mientras el chico se levantaba y trepaba por la fachada de una casa. La niña se preguntó que pasaría si se caía... ¿Serían los huesos del lagarto mas fuertes que los suyos?
Miró hacia arriba al escuchar los gritos del chico, que cayó de nuevo a tierra tirando un trozo del balcón tambien. Enna dio dos pasos hacia atrás rápidamente e iba a acercarse de nuevo para ver si el muchacho podía andar, cuando éste salió a correr. "Buen chico... buen chico..." rió internamente mientras le seguía.
Al llegar cerca de la plaza, los pasos de Enna se volvieron silenciosos y sus movimientos lentos. No quería arriesgarse a que otro bicho les cogiese, esta vez solo iban los dos y ella parecía mas apetitosa que el lagarto "O a lo mejor los monstruos tienen otra percepción de lo apetitoso... a lo mejor tienen una equivocada... como la mía para el resto de personas"
Con pies de algodón, y casi conteniendo la respiración, Enna cogió una de las cestas y le hizo una señal a Nasher para que cogiese otra. Tampoco podían cargarse mucho si quería llegar sin sorpresas al torreón. Además tenían que darse prisa, el sol empezaba a ocultarse y las bestias de la noche no tardarían en hacer acto de presencia.
De vez en cuando el lagarto se subía a algún sitio alto para poder ver mejor mientras Enna le miraba desde la calle. Luego el chico bajaba muy seguro de si mismo y volvían a la carrera. El chico se sentó en el suelo para quitarse las astillas de los pies mientras la niña seguía mirando a todas partes con una sonrisa nerviosa en la cara. - Es como un laberinto gigante... - dijo ella. - Menos mal que tu sabes escalar bien, Nasher - Sonrió mientras el chico se levantaba y trepaba por la fachada de una casa. La niña se preguntó que pasaría si se caía... ¿Serían los huesos del lagarto mas fuertes que los suyos?
Miró hacia arriba al escuchar los gritos del chico, que cayó de nuevo a tierra tirando un trozo del balcón tambien. Enna dio dos pasos hacia atrás rápidamente e iba a acercarse de nuevo para ver si el muchacho podía andar, cuando éste salió a correr. "Buen chico... buen chico..." rió internamente mientras le seguía.
Al llegar cerca de la plaza, los pasos de Enna se volvieron silenciosos y sus movimientos lentos. No quería arriesgarse a que otro bicho les cogiese, esta vez solo iban los dos y ella parecía mas apetitosa que el lagarto "O a lo mejor los monstruos tienen otra percepción de lo apetitoso... a lo mejor tienen una equivocada... como la mía para el resto de personas"
Con pies de algodón, y casi conteniendo la respiración, Enna cogió una de las cestas y le hizo una señal a Nasher para que cogiese otra. Tampoco podían cargarse mucho si quería llegar sin sorpresas al torreón. Además tenían que darse prisa, el sol empezaba a ocultarse y las bestias de la noche no tardarían en hacer acto de presencia.
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- InvitadoInvitado
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
21/08/12, 05:56 pm
Enna aminoró el paso y Nasher la imitó, tratando también de hacer el menor ruido posible. El rastro que habían dejado aun estaba fresco, así que si se daban prisa podrían correr de vuelta sin tener que pararse a pensar qué camino tomar. Para bien o para mal, la chica impregnaba cada uno de sus movimientos con un olor dulce que se quedaba durante bastante tiempo... << Pensándolo bien, es para mal...>>
Cogió las cestas que tuvo, evaluando rápidamente la carga y metiendo más verduras y carne y menos queso, ya que estaba convencido de que en el torreón le habían cogido bastante tirria... Aunque en realidad seguramente solo fuera él. Metió un bote de más de esa miel rara que tanto le gustaba a Enna y echó a correr por el mismo callejón por el que habían entrado en la plaza.
-Tenemos que darnos prisa antes de que se pierda le rastro- le dijo a Enna animándola a correr más. Si él podía seguir el rastro, cualquiera podría también...
Sigue en el Torreón Maciel.
Cogió las cestas que tuvo, evaluando rápidamente la carga y metiendo más verduras y carne y menos queso, ya que estaba convencido de que en el torreón le habían cogido bastante tirria... Aunque en realidad seguramente solo fuera él. Metió un bote de más de esa miel rara que tanto le gustaba a Enna y echó a correr por el mismo callejón por el que habían entrado en la plaza.
-Tenemos que darnos prisa antes de que se pierda le rastro- le dijo a Enna animándola a correr más. Si él podía seguir el rastro, cualquiera podría también...
Sigue en el Torreón Maciel.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
09/09/12, 05:21 pm
RR había recorrido media ciudad a toda pastilla, huyendo ya no sólo de las blattas de las mazmorras, sino también de los múltiples peligros que de seguro los había detectado por el camino, siguiendo la ruta de uno de los cacharros voladores, a falta de un camino mejor.
Por el camino había visto al niño de camino hacia ellos, acercándose al peligro que ellos intentaban evadir. Exasperado, se permitió poner los ojos en blanco debajo de sus gafas durante unos segundos cómo gesto de profunda exasperación. Pasó rápidamente por su lado y, echándole la mano al cuello de la camiseta y echándoselo al hombro, aprovechando su escaso peso.
-¿Qué te pasa, chaval? ¿Te as cansado de tener todos tus órganos dentro de ti y has decidido a cambiar de aires?
Durante la carrera, llegaron a un barrio derruido, dónde las casas se cerraban a su alrededor, mirándolo con sus múltiples ojos ocultos entre la oscuridad y el polvo. Sabía que podía haber un peligro escondido en cada sombra y en cada esquina, y aun por la estrechez de las calles lo tranquilizaba mínimamente, la inmensidad por encima de él no podía dejar de inquietarle.
Finalmente, se encontraron ante una pequeña plazoleta, dónde yacían sugerentes extraños contenedores llenos de lo que supuso que era comida. Evidentemente, RR supuso que era demasiado fácil. Debía de ser una trampa. Posiblemente hubiera alguien apuntando desde los edificios circundantes, o hubiera alguna trampa de hilo rodeando los enseres. Y, aunque sería un cómico apoteosis explotar en aquella extraña ciudad justo antes de coger lo único bueno que parecía haber en ella, RR le tenía demasiado aprecio a su culo cómo para dejárselo volar alegremente para diversión de sus acompañantes.
Dejó al chiquillo en el suelo, contra una pared, e hizo gestos a sus compañeros para que se acercasen y se ocuparan de él. Suspirando con exasperación, se dirigió a un montón de escombros cercano y eligió de entre ellos un pedrusco de dimensiones considerables. No había luz suficiente cómo para que un francotirador tuviera un objetivo claro, y dudaba que en aquel lugar no pudieran acceder a una mira térmica. De no ser porque aquel ambiente lo oprimía y la luz se iba haciendo más débil, cómo un reloj que marcaba una cuenta a atrás, RR habría tomado más precauciones. Pero se les agotaba el tiempo y tenían que encontrar un refugio seguro, y de nada les serviría encontrar un maldito bunker si se tenían que comer entre ellos. Además, parecían todos bastante flacuchos…
Tomó la piedra y la depositó sobre el suelo, para luego empujarla con todas sus fuerzas para que rodara hasta los víveres. Si había algún tipo de trampa de hilo, la roca debería accionarlos por ellos. Pero nada acaeció. Podía ser que los hubieran colocado a más altura, y con tan poca luz las hebras podían transparentarse sin problema, así que avanzó el primero.
Miró a un lado y a otro, buscando posibles tiradores ocultos desde una esquina, más menos cubierto, para luego avanzar hacia la comida medio agachado y con toda su atención en el medio. Desde un principio no había oído nada anormal, aunque sabía que podía ser sólo que sus observadores fueran muy sigilosos. Volvió a maldecir por lo bajo. Echaba de menos su escopeta.
-Parece que no hay trampas…
Tomó rápidamente la comida por las asas de los recipientes y volvió casi corriendo a la entrada de la plazoleta suspirando de alivio.
-Eh aquí la comida. Ahora es cuando me explicáis que cojones es un hipogrifo. Y… deberíamos ir buscando un lugar dónde ocultarnos, ¿no? Me pareció ver un edificio alto, pero estaba muy ocupado procurando no ser devorado. ¿Lo visteis?
Se sacó de nuevo el cigarro y se lo encendió, dándole un par de calos ansiosos. Tenía la sensación de que necesitaría estar atento.
Por el camino había visto al niño de camino hacia ellos, acercándose al peligro que ellos intentaban evadir. Exasperado, se permitió poner los ojos en blanco debajo de sus gafas durante unos segundos cómo gesto de profunda exasperación. Pasó rápidamente por su lado y, echándole la mano al cuello de la camiseta y echándoselo al hombro, aprovechando su escaso peso.
-¿Qué te pasa, chaval? ¿Te as cansado de tener todos tus órganos dentro de ti y has decidido a cambiar de aires?
Durante la carrera, llegaron a un barrio derruido, dónde las casas se cerraban a su alrededor, mirándolo con sus múltiples ojos ocultos entre la oscuridad y el polvo. Sabía que podía haber un peligro escondido en cada sombra y en cada esquina, y aun por la estrechez de las calles lo tranquilizaba mínimamente, la inmensidad por encima de él no podía dejar de inquietarle.
Finalmente, se encontraron ante una pequeña plazoleta, dónde yacían sugerentes extraños contenedores llenos de lo que supuso que era comida. Evidentemente, RR supuso que era demasiado fácil. Debía de ser una trampa. Posiblemente hubiera alguien apuntando desde los edificios circundantes, o hubiera alguna trampa de hilo rodeando los enseres. Y, aunque sería un cómico apoteosis explotar en aquella extraña ciudad justo antes de coger lo único bueno que parecía haber en ella, RR le tenía demasiado aprecio a su culo cómo para dejárselo volar alegremente para diversión de sus acompañantes.
Dejó al chiquillo en el suelo, contra una pared, e hizo gestos a sus compañeros para que se acercasen y se ocuparan de él. Suspirando con exasperación, se dirigió a un montón de escombros cercano y eligió de entre ellos un pedrusco de dimensiones considerables. No había luz suficiente cómo para que un francotirador tuviera un objetivo claro, y dudaba que en aquel lugar no pudieran acceder a una mira térmica. De no ser porque aquel ambiente lo oprimía y la luz se iba haciendo más débil, cómo un reloj que marcaba una cuenta a atrás, RR habría tomado más precauciones. Pero se les agotaba el tiempo y tenían que encontrar un refugio seguro, y de nada les serviría encontrar un maldito bunker si se tenían que comer entre ellos. Además, parecían todos bastante flacuchos…
Tomó la piedra y la depositó sobre el suelo, para luego empujarla con todas sus fuerzas para que rodara hasta los víveres. Si había algún tipo de trampa de hilo, la roca debería accionarlos por ellos. Pero nada acaeció. Podía ser que los hubieran colocado a más altura, y con tan poca luz las hebras podían transparentarse sin problema, así que avanzó el primero.
Miró a un lado y a otro, buscando posibles tiradores ocultos desde una esquina, más menos cubierto, para luego avanzar hacia la comida medio agachado y con toda su atención en el medio. Desde un principio no había oído nada anormal, aunque sabía que podía ser sólo que sus observadores fueran muy sigilosos. Volvió a maldecir por lo bajo. Echaba de menos su escopeta.
-Parece que no hay trampas…
Tomó rápidamente la comida por las asas de los recipientes y volvió casi corriendo a la entrada de la plazoleta suspirando de alivio.
-Eh aquí la comida. Ahora es cuando me explicáis que cojones es un hipogrifo. Y… deberíamos ir buscando un lugar dónde ocultarnos, ¿no? Me pareció ver un edificio alto, pero estaba muy ocupado procurando no ser devorado. ¿Lo visteis?
Se sacó de nuevo el cigarro y se lo encendió, dándole un par de calos ansiosos. Tenía la sensación de que necesitaría estar atento.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
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