El Macetero

<<No, no sería curioso>> pensó resoplando para sí mientras DL hablaba, esbozando una sonrisa jocosa cuando aseguró que quería conservar los hilos en su sitio.
—A lo mejor me ha identificado como depredador —sugirió como respuesta para esclarecer el comportamiento del tití—. Solo que no sabe que no es del tipo de presa que me interesa —añadió mostrando una amplia sonrisa maliciosa antes de darse la vuelta.

Únicamente sonrió levemente como respuesta al comentario sobre la iguana antes de que alzasen el vuelo, y ciertamente no fue ninguna sorpresa escuchar como el reptil emplumado se les acercaba. Aceleró para colocarse a la par con DL mientras este se quejaba del mono y la iguana se dirigía directa hacia ellos.
—No le eches la culpa al balón de rugby, nos habría perseguido de todas formas. No es tonta y somos la única amenaza para sus huevos en los alrededores.

El cambiante aceleró entonces y Noel no pretendía quedarse atrás. Pasó por delante del foner gritando para que le oyera y retrasándose si lo necesitaba.
—De hecho es bastante venenosa, por lo que espero que seas más rápido que ella. No voy a utilizar magia ni aunque se nos acerque demasiado, esta es una práctica de maniobras aéreas excelente —afirmó antes de echarse a reír y desviarse hacia un lado. Justo a tiempo para esquivar la acometida de la iguana, que lo había marcado como primer objetivo. El reptil dio media vuelta tras trazar una elipsis unos metros por delante de ellos y decidió lanzarse hacia las piernas del cambiante.
>>Asciende todo lo rápido que puedas, cuidado con la cola —le gritó al foner, de nuevo por delante de él.
Era evidente que el sueco se estaba divirtiendo.

Dejo pasar las palabras de Noel dirigidas al mono, prefería no indagar en cuál era su tipo de victimas. Se hacía una idea aproximada ante su preocupación por el exterminio de los hombres bestias.

-Venenosa tenía que ser….. ¡Mono agárrate fuerte!- grito DL al ver como Noel esquivaba al reptil sin problemas. En su caso no tenía tiempo por lo que batió sus alas con fuerza ascendiendo de golpe consiguiendo esquivar el mordisco de la iguana dirigido a su pierna por los pelos, allí donde el titi se encontraba y  que al ver su cabeza tan peligrosamente cerca de los dientes de la iguana. Escalo sobre su cupo tembloroso enroscando su cola en su brazo, abrazándose a el tembloroso. La iguana ante el repentino ascenso de DL fue incapaz de frenar en seco y de cambiar la dirección de su cuerpo hasta un par de metros allá, su envergadura se le hacía difícil moverse en el aire a pesar de poseer una flexibilidad y un manejo de las alas que DL no poseía.

-No estoy rico ¿sabes? solo soy un moñun de hilos……- sin decir nada más y antes de que el reptil se girase en el aire y los persiguiera  se lanzo en un rápido batir de alas tras Noel usando su cola como timón para  alcanzarlo y alejarse  de la iguana que ya se había recuperado y se había lanzado en su persecución usando su propia cola como remo para empujar su cuerpo en el aire.-¡Como hagamos aquí un concurso de acrobacias aérea mientras salimos cagando leches de aquí, voy a perder!¿y por qué viene de nuevo a por mí?- pregunto con sorpresa al ver como la iguana  se lanzaba de nuevo contra el con todo su peso intentando alcanzar en esta ocasión su cola la que DL tuvo que enroscar en su cintura para no acabar siendo mordido. La iguana esta vez no perdió el tiempo y intento usar todo su cuerpo para no dejarle escapar por arriba usando intentando atacarle con su escamosa cola y sus patas cortas pero con filosas uñas usadas para trepar. Viendo encerrado y a punto de ser golpeado DL dejo de batir sus alas dejando que la propia fuerza de la gravedad le hiciera caer. Consiguió esquivar el peor golpe de la cola del reptil que fácilmente podría haberle roto algún hueso o directamente hacerle perder todo el equilibrio aéreo, pero no se libro de que le rozara con bastante fuerza provocándole cierto ardor en el brazo donde el tití no se encontraba agarrado.

-¡Oh, conseguir maniobrar tras caer!- exclamo orgulloso por aquello, pues de no haber podido su cabeza ya estaría abierta contra el suelo- Por cierto, Noel...dime que ese reptil solo envenena cuando muerde-le llamó pues el brazo aun le dolía ante el coletazo, consiguiendo recuperase  de la maniobra en en el aire tras haber bajado mucho más de lo esperado. EL mono en su hombro miraba hacia arriba allí donde la iguana había cambiado de presa y se lanzaba por Noel, tiempo que DL aprovecho para recuperar altura y adelantar al draco pudiendo ver ya la costa. Esperaba que  el reptil se cansara de perseguirlos cuando se acercaran esta.

—Esto no es ninguna competición. Más bien es un examen. Uno un poco peligroso, tal vez, pero eso lo hace menos aburrido —replicó con diversión mientras maniobraba en el aire para dar la vuelta y no alejarse demasiado del cambiante.
Mientras DL lidiaba con la iguana el draco lo había pasado de largo en la dirección opuesta, pero se dio la vuelta cuando el foner se dejó caer, por si no lograba recuperarse. Esta vez lo consiguió, no obstante, aunque volvió a colocarse a su altura para responder a su pregunta.
>>Eso creo. De todas formas evita que te alcance, puede hacerte perder el control de las alas y tal vez yo esté demasiado ocupado esquivándola como para ayudarte… ¡Cómo ahora! —exclamó con un tinte de jocosidad al ver que el animal se dirigía una vez más hacia él.

Noel esperó al último instante antes de ascender lo justo para patear al reptil volador con su bota, donde el animal intentó morder pero apenas rozó la superficie del cuero. No le imprimió demasiada fuerza a patada, la justa para apartarlo sin hacerle demasiado daño. Mientras recuperaba la estabilidad que había perdido con el ataque y pensaba lo irónico de que si su perseguidor fuese un ser racional probablemente hubiese intentado justo lo contrario, vio como el reptil no había perdido el tiempo y había vuelto a cambiar de objetivo.
—Espero que te salga igual de bien que antes, porque el mar está ahí mismo. No creo que te apetezca un baño. Quizás haya tiburones del tamaño de ballenas —comentó en tono casual.
Efectivamente, tras la primera acometida de la iguana contra el cambiante, los cuatro pasaron a encontrarse sobrevolando el mar, con la isla todavía a unos cuantos kilómetros por delante.

La forma de librarse de la iguana de Noel  resulto ser un poco ortodoxa, pero efectiva pues aquel dichoso reptil volvió a cambiar de objetivo dándole igual que prácticamente ya ni se viera el árbol donde estaba su nido.

-¿Es que piensa perseguirnos hasta la otra isla?- pregunto alzando la voz viendo como el reptil daba coletazos en el aire para ganar impulso e intentar alcanzarle. Aquella cosa era vengativa e imparable pues, no importándole el estar sobrevolando el mar que incomodaba por completo a DL cuyas palabras de los bichos que podía haber bajo las aguas le pusieron nervioso. Aquellos segundos de incomodidad fueron aprovechados por el reptil que empezó a realizar giros a su alrededor para cercarlo y conseguir frenarlo en seco lo que desestabilizo en el aire y el reptil aprovecho para lanzarse en un impulso contra él. DL pillado en esta ocasión por sorpresa pues la iguana en un movimiento rápido giro su pesado cuerpo para lanzarse, consiguió maniobrar hacia un lado para esquivarlo pero aquel movimiento tan brusco y repentino no salvo a su acompañante que no consiguió sujetarse lo suficientemente fuerte.

EL tití perdió el agarre en su brazo, no consiguiendo sujetarse ni abrir las alas a tiempo para esquivar a la iguana, que cerró su boca en torno a una de sus patas. Este lanzó un chillido de dolor y comenzó a mover sus alas frenético para intentar  escapar, aterrado. Tanto fue su movimiento brusco que consiguió arrancar uno de los dientes del reptil que abrió la boca ante el tirón y el mono consiguió escapar sangrando por un de las patas, saliendo volando disparado lejos del reptil, aterrado. DL que ya se había lanzado segundos antes contra el lagarto para liberarlo, al ver el mono se había conseguido liberar por si solo y que volaba de forma torpe ante la herida, fue tras el. Realizo un giro en el aire esquivando a la molesta iguana para lanzarse tras el tití que se  había adentrando mar adentro.

-¡Ojala se canse ya de perseguirnos! Ese balón no durara mucho en el aire- exclamo en un grito volando tras el mono que se tambaleaba en pleno vuelo desesperado.

—Mamá iguana no se anda con tonterías —apostilló con sorna ante el comentario del foner.
Estaba a punto de aconsejar a DL sobre cómo maniobrar para evitar la acometida de la iguana, pero lo siguiente que brotó de sus labios fue una maldición al ver que el tití resultaba mordido por su perseguidora.
>>Ya lo creo que no —dijo sin alzar apenas la voz mientras el cambiante ya se lanzaba tras el mono—. Cambio de planes. Tú ocúpate de que no le pase nada a Balón de Rugby y yo me encargo de que nos pierda de vista —le gritó al foner.

El reptil emplumado ya volvía con intención de atacarlo, pero esta vez Noel no esperó. Le lanzó una serie de plumas dirigidas especialmente hacia su cabeza y al mismo tiempo se lanzó hacia ella con un codo por delante. Demasiado ocupada con el primer ataque, el draco pudo conectar el segundo dirigido hacia el estómago de la criatura y esta fue lanzada hacia atrás y comenzó a caer. El sueco creía que sería capaz de recuperarse, pero aquella era una oportunidad valiosa.
—Vamos, acelera —le gritó a DL acercándose a él sin perder el tiempo ni pararse a mirar a la iguana—. La podemos perder de vista de una vez si nos damos prisa.
Para él no hubiese sido demasiado difícil despistarla con alguna que otra maniobra, pero el cambiante todavía no dominaba el vuelo lo suficiente como para intentar algo así y probablemente hubiese acabado a merced del animal ahora que se encontraban sobre el mar.

Al cabo de un rato Noel estaba seguro de que la iguana no los perseguía, ya que no la había vuelto a oír volando tras ellos. Todavía faltaba un trecho para alcanzar la isla, no obstante y el tití parecía estar sufriendo por causa del veneno.
—Sujétalo frente a ti, voy a intentar lanzarle un hechizo de curación nívea —le indicó al cambiante colocándose a la par suya de nuevo.
Lanzar un hechizo mientras volaba era algo que el sueco tenía dominado, pero precisamente curar a otro en aquellas condiciones no era algo que hubiese puesto en práctica, pues no se había visto en la necesidad hasta ese momento. Cuando terminó de recitar y alargó la mano hacia el primate, consiguió que el hechizo funcionase hasta cierto punto, pero tuvo que retirarla antes de tiempo.
>>Creo que servirá por ahora, cuando aterricemos habrá que aplicarle una nueva dosis —afirmó mientras el tití emitía débiles quejidos—. Lo está pasando mal, pero no me atrevo a lanzarle un hechizo de sueño por si se me va la mano y te afecta a ti también —añadió desviando la mirada hacia DL.
Cargar con los dos durante un vuelo tan largo no era precisamente la situación ideal.

Consiguió atrapar al mono cuando este ya perdió la fuerza de vuelo y empezó a caer por lo que tuvo que impulsarse antes de que el tití se perdiera entre las olas y volver alzar el vuelo apenas rozando la superficie del agua con las alas. Noel ya se había deshecho de la iguana sin que DL se diera ni cuenta y se encontraban volando todo lo rápido que podía en dirección a la isla. En sus brazos el tití se retorcía, temblando y soltando chillidos bajos de dolor.

-Este pequeñajo tiene muy mala suerte, se salva de comerse una baya envenenada y viene un lagarto y lo envenena –comento obedeciendo las indicaciones de Noel y como tras el hechizo de curación nívea el pequeño mono dejaba de chillar peo no de temblar y acurrucarse entre sus brazos con las dejadas caer sin energías, seguramente aun quedaba restos del veneno que no había terminado de curarse tras el hechizo.

-Creo que eso puedo hacerlo yo sin que me afecte a mi o tener que estar cambiándolo de manos-comento sin dejar de volar, agradeciendo de nuevo el tener esa pequeña habilidad que le permitía esta en varias cosas a la vez o le habría sido imposible seguir centrado en volar, mover la cola como timón y en formar  un par de brazos saliendo de sus costados para poder lanzarle el hechizo de sueño. Crear los miembros extras no fue un problema pues lo había hecho en ocasiones anteriores y a pesar de ser un poco torpe siempre que cambiaba algo la primera vez, se soltaba fácilmente. Tardo un poco en conseguir que el mono se durmiera, el dolor no le permitía relajarse, pero al fin lo consiguió haciendo que los dos brazos extras que había formado desaparecieran al volver a fundirse con sus costados-La falta de costumbre de usar las alas me esta destrozando, menuda clase de vuelo mas ajetreada estoy teniendo. ¿La primer vez que uno vuela suele ser así de accidental o es solo mi caso?...- añadió DL divertido, porque desde luego tenía de todo menos la parte aburrida que había pensado en inicio. Observo al mono durmiente en sus brazos- Este bicho se va traumatizar de por vida si es que consigo llevárselo a Giz de una pieza

Observó de reojo mientras seguía volando como DL hacía buen uso de las capacidades de su transformación. No trataba nunca con cambiantes y no había pensado siquiera en una posibilidad como aquella, pero se mantuvo alerta por si el foner se desconcentraba del vuelo al conjurar. Una vez el tití estuvo dormido, Noel se encogió de hombros ante la pregunta del cambiante.
—Mi proceso de aprendizaje fue menos accidentado, pero tampoco se llevó a cabo en un planeta lleno de animales gigantes ni en compañía de un mono guacamayo. Al menos no me dirás que está siendo una lección aburrida, ¿verdad? —añadió sonriendo ampliamente con malicia. Sin embargo, dirigió una mirada hacia el primate y su expresión volvió a tornarse seria—. Él se ha llevado la peor parte, no obstante. —Hizo una pausa de varios segundos durante los cuales solo dirigió la vista hacia el frente, hacia la isla en el horizonte—. Vamos, démonos prisa. Pásame a Balón de Rugby para que no tengas tanto lastre.

Con el simio en brazos, el sueco aceleró el vuelo y le indicó a DL que si tenía algún problema que gritase, pero salvo que se encontrasen con algún contratiempo creía que el cambiante podría llegar sin incidentes a la isla. El tiempo probó que así era y Noel aterrizó en el borde entre la playa y la espesura que se adentraba hacia el centro de la ínsula. Mientras esperaba que el foner también aterrizase, se afanó en lanzar la segunda dosis de curación nívea sobre el mordisco que el tití tenía en la pierna tras haberle aplicado uno de limpieza. Mientras el foner se acercaba a él, el draco se encontraba en silencio con la oreja puesta en el mono, centrándose en el sonido de su respiración.
—No creo que le quede demasiado rastro del veneno ya, su respiración parece haberse normalizado —le dijo a DL cuando se reunió con él—. De todos modos esta es la última parada y en cuanto consigamos algunas cosas ya podemos volver. Puedes sobrevolar los alrededores para continuar practicando y avisarme si ves alguna criatura extravagante, creo que a Giz le faltaban bastantes de las que viven en esta isla en su catálogo. Yo me quedo en el suelo, tengo que recoger alguna que otra verdura más.
El sueco era consciente de que el foner debía encontrarse bastante cansado, pero planeaba realizar un merecido descanso antes de regresar.

-Para nada, esta siendo la clase mas divertida que he tenido hasta ahora- respondió con tono jocoso pues a pesar que podía considerarse una clase un poco peligrosa al menos estaba resultado diferente. No dudo en aumentar el ritmo al escuchar las palabras de Noel así como pasarle al pequeño mono durmiente, no tenia problema en cargarlo pero la poca costumbre de ir llevando un extra mientra volaba le cansaba mas de lo normal.

Vio a Noel acelerar par allegar cuanto antes ala isla y aunque el aumento el ritmo intento no fue a la misma velocidad que el draco quedándose atrás. Le dolían las alas, o mas concretamente la unión de estas con su espalda, cargadas por la tensión, por lo que el ultimo tramo antes de llegar a la isla planeo mas que voló. El aterrizaje fue un poco torpe, mas por cansancio que por falta de equilibrio y acabo sentándose en el suelo  batiendo un poco sus alas para quitarse un poco la tensión. Tras conseguir recuperarse un poco se levanto,sacudiéndose y se acerco a Noel que terminaba de atender al pequeño simio.

-Bien, entonces lo dejo a tu cuidado...oh y si puedes apartar alguna verduras para mi te lo agradecería- añadió con un risa antes de alzar el vuelo planeando un poco por encima del draco y el mono antes de subir y poder otear las zonas circundantes de la isla alejándose un poco de Noel y el mono, aunque manteniendolos a la vista. Fue desde allí mientras se aseguraba que nada fuera atacarles, que pudo ver el momento exacto en el que una cabeza emergía lentamente en la orilla seguida de un cuerpo alargado que comenzó avanzar lentamente. DL extrañado descendió, se trataba de un especie de lagarto aplanado, por la forma de la cabeza, con aletas que usaba para impulsarse y avanzar por la arena.- Noel, ¿Giz tiene algún cosa medio pez medio reptil de este mundo? Acaba de salir algo así del agua...tal vez deberías tomar una muestra-llamo y lo señalo desde las alturas observando curioso a aquella criatura moverse despacio y comenzar a escarbar en la arena con sus aletas delanteras.

Aceptado por Yb. Bichejo.:

Alzó el pulgar de espaldas al cambiante como respuesta a su petición mientras ya se encaminaba en busca de las mencionadas plantas. Afianzó al tití sobre su hombro derecho de tal forma que no se pudiera caer con facilidad y sacó un nuevo recipiente de la bolsa sin fondo mientras caminaba de un lado a otro recogiendo un poco de cada producto fresco que ofrecía el Macetero en forma de frutos y plantas comestibles de diversa índole que pasarían a llenar la nevera del cuchitril y a repoblar el huerto del patio.

Se giró hacia el foner cuando llamó su atención y comenzó a guardar lo que tenía entre manos al escuchar de qué se trataba, acomodando después a Balón de Rugby en su hombro, a punto de escurrirse. A paso apresurado pero sin realizar movimientos bruscos, se acercó al lugar que DL le indicaba y observó al extraño híbrido que escarbaba con parsimonia en la arena a orillas del mar desde una distancia prudencial.
—No conozco el catálogo completo de la pajarería de Transilvania, pero es probable que no —respondió al cambiante sarcásticamente.
Como sabía que Giz valoraba los ejemplares vivos sobre las simples muestras, paralizó al animal y lo recubrió con una película de humedad mediante otro hechizo antes de destinarlo al interior de la bolsa.

Ayudado por DL, el draco recogió varias muestras más para el asreniano tras recorrer buena parte de la isla, aunque no más ejemplares vivos debido a que la media de tamaño de la fauna del Macetero sobrepasaba los límites de la bolsa sin fondo. Entre ellas, se encontraba una muestra de saliva del sapo gigante que dormitaba en un área pantanosa al que le crecían plantas en su espalda y sobre el que el sueco comentó que para llevárselo necesitaría un Pokéball, dejando a un DL ignorante de referencias a la cultura popular humana completamente confuso.

El atardecer no estaba lejos cuando el sueco se sentó sobre una roca a orillas del mar y le indicó al cambiante que se acercase mientras removía una vez más en su bolsa.
—Sírvete un poco de lo que quieras —le indicó mientras le iba pasando los distintos recipientes que había llenado durante la recolección—. Y antes de regresar creo que nos merecemos una buena merienda.
El último recipiente que extrajo de la bolsa contenía una tarta de queso con salsa de arándanos que él mismo había preparado la noche anterior. Cortó un trozo para sí mismo y la dejó al alcance del foner.

Tras su llamado, Noel no tardo en aparecer con el titi dormitando en su hombro, recogiendo al pobre pez reptil y metiendolo en su bolsa. Bolsa que DL sabía que aunque fuese sin fondo en algún momento debería llegar a su limite. Siguieron buscando animalejos cada cual mas raro en aquella isla, como aquel sapo maceta que provoco un comentario de Noel que DL no entendió. Muchas de las cosas que decía el draco le sonaba extrañas, como era habitual cuando alguien hablaba sobre cultura de su mundo que no conocía, aun así el "pokealgo" le sonaba, aunque no sabría decir quien había dicho algo similar.

No fue hasta que consiguieron las muestras de un peculiar ave que podía mimetizarse con el entorno y volvieron la playa, con DL ya resistiendo sus paseos, que se acordó.

-Se agradece la merienda- añadió riéndose levemente, sentándose sin muchos tapujos en la arena plegando sus alas a su espalda para descansar un poco de ellas, Tomando una porción de tarta con ganas-Y por cierto...que acabo de acordarme, lo de...el pokenoseque lo escuche antes, aunque creo que no sonaba igual. Un amigo mio lo mencionó, era de la tierra. ¿Es tu caso o también es de oídas?- pregunto por simple curiosidad aunque no ahondando mucho en su pregunta, mas interesado en llenar su estomago vació tras tanto ejercicio, observando el cuerpecillo aun dormido del tití.

Comió la tarta en silencio hasta que el cambiante sacó un tema de conversación que le hizo dejar escapar una breve carcajada.
—Es parte de mi infancia. Y de lo que no es infancia… Bueno, en realidad ahora me inclino más a pensar que cuando dejé atrás la niñez de verdad fue hace solo tres años. Aunque parezcan toda una vida.
Había adquirido un tono más reflexivo y una expresión más adusta a medida que hablaba, bajando el tono hacia el final mientras clavaba la mirada en la distancia. No tardó, no obstante, en recuperar su gesto alegre habitual antes de volver a hablar.
>>En cualquier caso, en F.O.N.E.R.A teníais videojuegos, ¿verdad?
A la pregunta le siguió la subsiguiente conversación en la que el draco trató de explicarle a DL en qué consistían los juegos de Pokémon. Aunque a su manera, lo cual implicaba que ciertos detalles probablemente sonarían más sórdidos de lo que en realidad eran.

Una vez hubieron dado cuenta de media tarta, el sueco devolvió todo a la bolsa sin fondo y le indicó por última vez al cambiante que alzase el vuelo en cuanto estuviese listo. Aquella vez, no obstante, decidió que volaría a una velocidad normal, lo cual implicaba ir por delante del foner, y le indicó que gritase si necesitaba algo. Noel cargó con el tití emplumado una vez más, quien seguía profundamente dormido debido al efecto de la sedación y probablemente, salvo que se hiciese a propósito, no se despertaría hasta el día siguiente.

Ya cuando habían dejado atrás el mar y faltaban escasos minutos de vuelo para regresar al portal, otro usuario del espacio aéreo llamó la atención del draco, quien realizó un quiebro en el aire para dar la vuelta y dejar al simio al cuidado de DL. Inmediatamente tras tener los brazos libres comenzó a ejecutar los pasos para realizar un hechizo de levitación y se acercó a toda velocidad a la enorme ave que parecía haberse escapado directamente de Jurassic Park. La criatura en cuestión emitió un chillido y apretó su velocidad de vuelo batiendo bruscamente sus alas, buscando lanzarse contra él. El sortilegio del draco llegó primero, no obstante, y el ser se vio frenado por la fuerza invisible que ejercía el control del movimiento de su cuerpo en el aire que ahora estaba en sus manos. Furioso, el ave trató de luchar contra el efecto de la levitación hasta que una segunda chispa mágica envolvió su cuerpo, paralizándolo.

Noel aterrizó cerca del portal e hizo descender a la especie de pteranodon, colocándolo a un lado mientras esperaba a que el cambiante aterrizase.
—Ha sido un día bastante productivo, y les llevo recuerdos del Macetero tanto a Giz como a Gael —comentó una vez DL se reunió con él—. Pero creo que se ha hecho tarde. Podemos quedar una última vez en las montañas para practicar esos aterrizajes, si te parece bien. Ya hablaremos del pago entonces —le adelantó antes de que preguntase sobre ello—. A propósito, ¿no quieres quedarte con Balón de Rugby? Creo que te ha cogido cariño —afirmó con diversión señalando al simio en sus brazos—. En realidad el Capitán Lagartijo no lo necesita de vuelta, tiene unos cuantos —añadió con una chispa maliciosa en la mirada jocosa que le dirigió.

La respuesta de Noel le indicó que había acertado y que este pertenecía al mismo mundo de Enredo, hablar de juegos ya si fue algo mas ameno pues si que poseía algo similar en F.ON.E.R.A aunque no estuviese al alcance de todos. Sus comentario sobre la niñez y la edad que ahora tenia resultaban un poco entrañas para el foner cuya edad era escasa si la comparaban con los años humanos.

Le pregunto su edad actual, y su respuesta, 18 años no era muy diferente a la edad que el mismo tendría de ser humano. Posiblemente de haberle preguntado el le habría dicho que tenía mas, pero su percepción del tiempo estaba un poco atrofiada por sus orígenes por lo que no era muy de fiar. Según había escuchado alguna vez de sus amigos, su edad real como foner en sus mundos seria la edad de poco mas de un niño pequeño. "Por suerte nunca mas tendré que preocuparme por mi edad" pensó con humor, observando sus manos.

Cuando dieron buena cuenta de la merienda y de un intercambio de información sobre el tipo de juegos que había en sus mundos, se pusieron de nuevo en marcha. El descanso había sido mas que bienvenido para la espalda de DL que vio a Noel alzar el vuelo y adelantarse llevando consigo al tití que seguía totalmente frito. Tarda un poco en seguirle, desplegando las alas y despegado, consciente que aun le quedaba un buen tramo hasta el portal, intento gastar las menos energías posibles. No le apetecía que las alas fueron a fallarle en medio del mar, que a saber que mas se escondía bajo sus olas. Por suerte consiguieron pasar el mar sin problemas, pero ya cercanos al portal y antes de que pudieran aterrizar DL  que aun venia por atrás vio a Noel capturando a una nueva criatura, un ave tan híbrida como el reptil pez de hacia un rato, aunque algo mas grande.

-Giz va a tener un tiempo ajetreado con tantas muestras- añadió aterrizando y masajeando un poco sus alas, acercándose a este- escuchando su proposición de repetir una nueva clase para perfeccionar el aterrizaje, cosa en lo que acepto. Había practicado mucho en ese tiempo pero aun le quedaba intentar en suelo mas desigual- Por mi genial, aunque he mejorado en comparación a cuando inicie, me veo estrellandome contra un muro por no saber aterrizar de repente. Ya sabes...cada vez que aterrizo no me sale en seco sino que avanzo varios pasos antes de frenar, que en vez de alas parece que tengo un motor de reacción-murmuro mirándolas con el ceño fruncido. Noel escogió ese momento para hablarle del mono que llevaba con una frase que lo hizo mirarlo con incredulidad.

-¡Me estabas engañando! Mierda...casi me muerde un reptil por culpa de este balón- añadió agarrando al dichoso simio aun sobado y que parecía todo fláccido en sus manos-¿Quedármelo? En mi vida he cuidado a un animal, el robot que tenía en F.O.N.E.R.A solo necesitaba mantenimiento que ya yo mismo le hacía. Creo que este pequeñajo tendría una vida mas larga con Giz que conmigo...-comento observando al monillo acurrucado en sus brazos. No sabia si calificar aquella bola de plumas como un mascota, pero su conocimiento de como tratar animales eran limitados, pero tal vez le daría una oportunidad. Si conseguía corregir el hecho de que destruyera todo a su paso en su cuarto, tal vez- Pero me lo pensare, a unas malas se lo puedo devolverlo a Giz en un futuro o a Koval, si es que se muere-añadió dejando al mono ahí durmiendo, ya lo despertaría cuando llegase a la Sede y con suerte para la próxima clase con Noel en la montaña ya sabría que hacer con el.

No pudo evitar que se le escapase una leve risa ante la indignación del foner.
—En realidad solo te dije que le explicarías tú a Giz lo que le pasase, no que eso fuese a enfadarle. —Rio mientras alzaba las manos en un gesto de excusa—. ¿Pero le habrías dejado morir si te lo hubiera dicho desde el principio? Pobre Balón de Rugby —comentó cruzándose de brazos con expresión ligeramente reprobatoria pero sin demasiada seriedad: él no era quien para juzgarlo por algo así.
El cambiante, a pesar de asegurar que no era una buena idea, finalmente decidió llevarse con él al tití al menos por el momento y Noel empezó a caminar hacia el portal con el regalo para Gael levitando tras él.
>>Seguro que Balón de Rugby se alegrará cuando despierte. Nos vemos en un par de días.
Se despidió con un gesto de la mano sin darse la vuelta y atravesó el portal para regresar a la ciudad.  

Sigue en Luna Alta.

Enredo cruzó el portal después de haber pasado por su casa para dejar el cajón con metal. La humedad del clima le ayudó a despejarse ligeramente y es que el cansancio del brujo seguía siendo grande. "Ojalá tuviera una buena reserva de café. Pensándolo quizá me tendría que haber tomado alguna poción en casa.".

Desechó la idea ya que no pensaba pasar mucho tiempo en el mundo. Recogería una cosa y se iría, y es que la conversación con los irrenses y el peso del metal le habían dado una idea para reducir al cantidad de metal necesaria para el arma.

Recorrió el bosque evitando predadores y plantas venenosas hasta dar con lo que buscaba. El árbol que se alzaba en un claro, un árbol que él mismo había ayudado a dar vida. El brujo había pensado que no había nada más adecuado para ser el núcleo de su bastón.

Se hizo levitar a sí mismo a la altura de alguna de las ramas más y más pequeñas, seleccionó una y con un hechizo de corte la seccionó del árbol.

-Lo siento pequeño, necesito esto - el brujo sabía por experiencia que las plantas sufrían, no tenía más que mirar a su propio dominio para ello. Lo único bueno era que sabía que las podas no eran malas para los árboles. Con la rama flotando tras él volvió al portal y lo atravesó en dirección a su casa.

Sigue en la clínica Luna Roja.

Nada más atravesar el portal, les recibió el atardecer del Macetero. Había sombra, mucha sombra que el vampiro agradecía, gracias a la vegetación, tan abundante y compacta que incluso parecía inclinarse, volcarse sobre ellos, como si estuviera a punto de aplastar el portal. Pero se quedaba en amenaza. De hecho, intentaban mantener la zona para no dificultar el ir y venir. Si los sinhadres miraban hacia arriba, verían agujeros salpicados en el tupido techo, algunos naturales y otros hechos a propósito para el transporte de mercancías.

En cuanto Jack dio un paso hacia delante, una gran planta carnívora giró una de sus cabezas hacia él y le hizo un gesto antes de volver a su posición anterior. Era una de las tantas criaturas demiúrgicas "contratadas". Hacía las veces de seguridad del portal tanto si había transporte de mercancías como si no y tenía un hechizo de vigilancia conectado con el complejo principal.

El transporte hacia allí era con otros artefactos, menos "conscientes, vivos", que simulaban el aspecto de insectos voladores autóctonos que cargaban con alguna presa que no era otra cosa que cajas o barricas o en el caso de llevar gente, como ahora, un cubículo con amplias ventanas, todo cubierto por ilusiones. Normalmente no tenían aberturas, pero dada la naturaleza de la visita, había decidido ponérselas. Si no, menuda faena: era espaciosa, sí, pero no dejaba de ser una caja de madera hermética, cerrada a cal y canto. Nada acogedor.

El insecto esperaba fuera, puntual. También hizo un gesto al vampiro, pero solo eso.

—Bienvenidos al Macetero. Como veis y como sabréis si habéis conocido algún repoblador... Y si no, bueno: aquí todo menos ellos es gigantesco. Plantas, animales... Todo. Pero no os preocupéis. Si decidís quedaros, será fácil —se acercó al insecto, abrió la puerta de la caja de carga y le invitó a entrar—. Pero primero un poco de turismo, aunque el sitio está cerca. Ah, espero que no os disgusten las alturas.

En un principio, Ayne había decidido visitar los viñedos de Jack él solo. Pero haber prometido que no le ocultaría nada a Eara lo obligó a contárselo, y le resultó imposible disuadir a su aurva de acompañarlo. Se trataba de una visita para conocer el terreno, que según tenía entendido era bastante peligroso. Pero tuvo que admitir que no habría día más seguro que aquel, en compañía de Jack. Eara también quería saludar a su cosechador. Después de todo aquel tiempo no sabía qué decirle, pero estaba decidida a encontrarse de nuevo con él. El trabajo de Ayne en aquel lugar no le era ajeno, porque estaba dispuesta ayudarle en lo que fuera posible. Se trataba de un trabajo con plantas, después de todo. Aunque Eara no fuese parte del trato, poder visitar el mundo de Ergot ya era algo por lo que valía la pena salir de la torre.

El día acordado los sinhadres se dirigieron a la explanada de los portales con antelación, para evitar a toda costa llegar tarde. Ayne ya sabía cómo encontrar el lugar, pero al haber ido una única vez no se terminaba de fiar de volver a encontrarlo a la primera. Ninguno de los dos habló demasiado. Cuando Jack apareció hacía rato que se había hecho el silencio. Eara se tensó casi imperceptiblemente. No era difícil reconocer a Jack, pero se le veía diferente. Lo cierto era que ya ni siquiera recordaba su cara tan bien como solía, pero al volver a verle los recuerdos de la noche en que fueron cosechados volvieron a hacerse un poco más nítidos.

Tras saludar cordialmente al vampiro no tardaron en verse a punto de cruzar el portal. Ayne miró a Eara de reojo sin decir nada. Ya la había advertido del tipo de experiencia que era atravesar aquel vórtice de magia, pero sintió aun así la necesidad de comprobar si estaba preparada.

Al otro lado la chica fue la primera en emitir un sonido ahogado de sorpresa. El anima se preguntó si se debía al portal o a las vistas que los esperaban al otro lado. Él tampoco se había quedado indiferente.
—Es precioso… —murmuró la aurva para sí misma, sin dejar de mirar a su alrededor.
—¿Cuánto hacía que no veías tanta vegetación junta? —le preguntó Ayne, divertido por su reacción. Ni él mismo había visto un paisaje tan verde desde que había abandonado su mundo, pero era evidente que para Eara significaba mucho más que para él. La aurva le respondió con una pequeña sonrisa.

Observaron las maniobras de Jack en aquel territorio, esperando a que empezasen las explicaciones. Ayne ya tenía alguna noción acerca de las medidas de seguridad, pero Eara se quedó anonadada con los artefactos demiúrgicos. Resultaban increíblemente realistas. Eara solo recordó que no estaba allí sola cuando Jack comenzó a hablar.

—¿Tenemos que meternos ahí dentro? —preguntó el edeel con un mohín. No le gustaba la idea de hacinarse allí dentro.
Eara, en cambio, ya se dirigía sin protestar al insecto demiúrgico. Su edeel la siguió tratando de ocultar lo que verdaderamente pensaba. La idea de volar, aunque fuese en aquellas condiciones, atraía a la aurva. Parecía que Jack iba a enseñarles primero un poco el lugar, y aunque tuviese un poco de miedo, estaba segura de que valdría la pena. En el interior de la caja había donde sentarse, aunque no fuese un banco tan estable como cabía esperar. Eara tomó asiento y Ayne lo hizo a su lado.
—¿Se mueve mucho esta… cosa? —preguntó el anima.

El vampiro se encogió de hombros. No es que fuese un "vehículo" muy espacioso ni cómodo ni... nada, pero era lo que había y los asientos los había improvisado unos días antes. Si decidían quedarse, les daría un acabado mejor. Les siguió al interior, cerró la puerta tras de sí y se apoyó en la pared contraria a sus asientos.

—Apenas, Ayne. En un momento te acostumbras, pero avisad si os mareáis o lo que sea. Al despegar y aterrizar es algo más brusco, pero el resto del viaje no deberíais notarlo.

Olvidaba el rubio que él sí estaba de sobra acostumbrado tanto a ir allí dentro como a volar y levitar, y encima su naturaleza ayudaba, mientras que ellos quizá lo sufrirían más, pero, en cualquier caso, aquello no dejaba de ser transporte de mercancía por lo que debería ser estable. Tal y como había avisado, la criatura dio un par de pasos y al tercero notaron un vaivén al saltar, extender sus alas e impulsarse hacia arriba, hacia uno de los huecos en la copa de los árboles. Poco después de atravesarla y tomar algo más de altura, adoptó lentamente una postura más horizontal, y a partir de ahí apenas notarían el movimiento gracias a la levitación extra del artefacto.

—¿Todo bien? Prometo acondicionar esto mejor si os quedáis —se cruzó de brazos y miró por la ventana—. Bueno, un par de cosas. Primero, asumo que Ayne te ha contado cómo es el mundo o que lo habéis investigado en la biblioteca... O por medio de vuestro compañero repoblador. Segundo, todo el recinto y la zona que ocupa están bien vigilados y protegidos, así que mientras nadie salga de ahí estará a salvo. La fauna local evita el sitio excepto los repobladores, que se lanzan a explorar de vez en cuando, en unos minutos veréis por qué —paró para sentarse frente a los sinhadres.

 
>>Un socio, Sepalian, y yo nos encargamos de la producción, aunque él es el experto. No está siempre sino que nos turnamos y mientras tanto, se podría decir que el complejo de las viñas está automatizado. O sea, magia y demiurgia. Hay varios microclimas y llevamos tantas cosechas a la vez, así que quien trabaje allí no se va a aburrir. Todos los detalles de cómo funciona todo, los hechizos, runas, criaturas demiúrgicas, sistema de vigilancia... Es un poco lioso al principio pero os enseñaremos sin prisa... Ah, estamos cerca —calló y señaló a la ventana con la cabeza.

Fuera, el paisaje empezó a cambiar. Con cada metro, la vegetación disminuía en cantidad y altura. No era muy agradable pasar del esplendor vegetal del Macetero para llegar a aquella parte herida del mundo. De hecho, según se aproximaban al complejo, el paisaje se volvía más lamentable. Aunque en sus mundos de origen pudiera parecer que estaba bien, en comparación con el resto del Macetero era una lástima. Para quien no supiera qué lo había causado o aún causaba, parecería que se aproximaran al centro de aquello. Y así era, más o menos. Aquello lo había hecho todo más fácil... y barato. Dejó que la pareja viera los cambios y reaccionasen. Además, había hablado mucho. Podrían tener preguntas o dudas o algún comentario.