El Macetero
+8
Tak
Jack
Evanna
Yber
Naeryan
Giniroryu
Dal
Rocavarancolia Rol
12 participantes
Página 21 de 21. • 1 ... 12 ... 19, 20, 21
- Rocavarancolia Rol
El Macetero
12/08/12, 06:35 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El Macetero
Portal situado en el continente, al centro, cerca de la isla.
Portal situado en el continente, al centro, cerca de la isla.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: El Macetero
11/03/23, 12:47 pm
El repobladore era menos agresive de lo que esperaba y aquello lo alivió, sería mucho más fácil así. Dirke asintió ante su primera pregunta y esperó pacientemente a que la criatura se pusiera a su altura. Registró su nombre y escuchó el resto de preguntas que tenía, aprovechando ese pequeño espacio de tiempo para idear lo que debía decirle para convencerle.
—Ahhh, Tawar... —repitió, fingiendo sorpresa—. Te vas a reir, pero justo te buscaba a ti. Mi nombre es Ramas y soy un mensajero de la Flora. Ya has visto que en los últimos tiempos, el bosque sufrió un golpe durísimo. Son tiempos difíciles para vosotres, están pasando cosas extrañas y la Flora está buscando a les repobladores más capaces para entregarles nuevos dones. ¿Qué te parece?
Extendió su mano frente a elle e hizo crecer una flor blanca de su palma. Con extrema precaución, la acercó al repobladore y le invitó a olerla. Su aroma no tardaría en adormilar a Tawar.
—Ahhh, Tawar... —repitió, fingiendo sorpresa—. Te vas a reir, pero justo te buscaba a ti. Mi nombre es Ramas y soy un mensajero de la Flora. Ya has visto que en los últimos tiempos, el bosque sufrió un golpe durísimo. Son tiempos difíciles para vosotres, están pasando cosas extrañas y la Flora está buscando a les repobladores más capaces para entregarles nuevos dones. ¿Qué te parece?
Extendió su mano frente a elle e hizo crecer una flor blanca de su palma. Con extrema precaución, la acercó al repobladore y le invitó a olerla. Su aroma no tardaría en adormilar a Tawar.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: El Macetero
11/03/23, 02:10 pm
¡¿Pero cómo?! Tawar estuvo a punto de perder el equilibrio mientras le escuchaba. Lo primero le había impactado sobremanera. Lo segundo era cierto; su bosque había quedado herido para muchos años por culpa de aquellos incendios. Y lo último... no, no podía ser.
—Pero si yo soy une simple recolectadore, tan solo me dedico a buscar semillas, replantar y cuidar el crecimiento... —empezó, confuse. Luego se quedó de piedra al ver la flor brotarle en una mano con estupefacción y se acercó a olfatear con curiosidad. Era embriagador, literalmente— ¿Quieres... quieres que te lleve a la colonia? Desde los últimos incendios nos hemos unido más y somos muches y más capaces, seguro que... seguro que allí encuentras a muches merecedores de los dones de la Flora también, mejor que yo incluso, como les de la Telaraña o les hábiles isleñes... —acabó y se rascó la cabeza. Seguía somnoliente, y mucho—. No quiero decir que os hayáis equivocado, solo que... yo no sirvo para tanto, solo soy une más.
Acabó por sentarse en la rama donde estaba, parpadeando mucho. Claro que quería ayudar y le honraba que hubieran venido a buscarle a elle, pero ¿a elle precisamente? «¿Por qué iba la Flora a desperdiciar sus dones con alguien como yo?» se preguntó mentalmente, pero no se atrevía a decirle algo así a Ramas.
—Pero si yo soy une simple recolectadore, tan solo me dedico a buscar semillas, replantar y cuidar el crecimiento... —empezó, confuse. Luego se quedó de piedra al ver la flor brotarle en una mano con estupefacción y se acercó a olfatear con curiosidad. Era embriagador, literalmente— ¿Quieres... quieres que te lleve a la colonia? Desde los últimos incendios nos hemos unido más y somos muches y más capaces, seguro que... seguro que allí encuentras a muches merecedores de los dones de la Flora también, mejor que yo incluso, como les de la Telaraña o les hábiles isleñes... —acabó y se rascó la cabeza. Seguía somnoliente, y mucho—. No quiero decir que os hayáis equivocado, solo que... yo no sirvo para tanto, solo soy une más.
Acabó por sentarse en la rama donde estaba, parpadeando mucho. Claro que quería ayudar y le honraba que hubieran venido a buscarle a elle, pero ¿a elle precisamente? «¿Por qué iba la Flora a desperdiciar sus dones con alguien como yo?» se preguntó mentalmente, pero no se atrevía a decirle algo así a Ramas.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: El Macetero
11/03/23, 03:48 pm
Tawar le estaba cayendo bien. Era une repobladore divertide y, en el fondo, le daba un poco de pena porque justo su especie era de las que más problemas podría tener para sobrevivir. Ojalá cayese con buenos compañeros, o tuviese magia para defenderse.
—La labor de les recolectores es importantísima —le dijo. Era verdad. Como solía ocurrir en las sociedades, los que estaban en los estaños de más abajo solían ser las piezas más importantes— y, a veces, las personas más valiosas de la colonia parecen ser solo une más, pero la Flora no se equivoca. Tal vez sea tu tesón, o tal vez tengas un talento oculto, pero hay algo especial en tus raíces y estoy seguro de que florecerás en algo increíblemente chulo. Igual que yo —Dirke le sonrió, hizo un cuenco con sus manos y las extendió hacia elle—. ¿Subes?
—La labor de les recolectores es importantísima —le dijo. Era verdad. Como solía ocurrir en las sociedades, los que estaban en los estaños de más abajo solían ser las piezas más importantes— y, a veces, las personas más valiosas de la colonia parecen ser solo une más, pero la Flora no se equivoca. Tal vez sea tu tesón, o tal vez tengas un talento oculto, pero hay algo especial en tus raíces y estoy seguro de que florecerás en algo increíblemente chulo. Igual que yo —Dirke le sonrió, hizo un cuenco con sus manos y las extendió hacia elle—. ¿Subes?
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: El Macetero
11/03/23, 08:50 pm
Cuando Ramas le habló de nuevo, la cola del repobladore empezó a moverse presa de la curiosidad. ¿Realmente pensaba eso? ¿Seguro que su labor era tan importante como la del resto? No le costó creerle, somnoliente como estaba. Y en verdad, razón no le faltaba, pues a menudo se sentía orgullose de que su labor reportara tantos beneficios tanto a la Flora como a su colonia.
Después, dijo que florecería en algo nuevo. Otra cosa inesperada. No sabía que pudieran desarrollarse más allá de como ya eran, así que agitó la cola con rapidez varias veces, inconscientemente, con entusiasmo. «¿Voy a ser como tú? ¿Parecide? ¿Con dones y más habilidad para cuidar los bosques?» Para rematar, le ofreció ir en sus manos y Tawar ya no podía caber en sí del gozo. Tampoco es que pudiera sospechar nada siquiera, pues tenía una neblina en la cabeza y le costaba pensar a largo plazo. Además, ¡por todas las semillas! Esto precisamente era para lo que había brotado en las montañas hacía tantos ciclos ya, ¿no? «¡Pues adelante!»
—Si la Flora quiere que le ayude y cree que puedo hacerlo mejor... ¡Claro que voy contigo! ¿Qué debo hacer? ¿Cómo... cómo puedo aportar más?
Hablaba con mucho entusiasmo e incluso lo hizo mientras brincaba para subirse en las palmas de Ramas, pero le fallaría el equilibrio unos instantes después de aterrizar. La cola se fue deteniendo y al final se terminó sentando en las manos del mensajero. La cabeza le daba vueltas. ¿Acaso estaba soñando todo aquello?
Después, dijo que florecería en algo nuevo. Otra cosa inesperada. No sabía que pudieran desarrollarse más allá de como ya eran, así que agitó la cola con rapidez varias veces, inconscientemente, con entusiasmo. «¿Voy a ser como tú? ¿Parecide? ¿Con dones y más habilidad para cuidar los bosques?» Para rematar, le ofreció ir en sus manos y Tawar ya no podía caber en sí del gozo. Tampoco es que pudiera sospechar nada siquiera, pues tenía una neblina en la cabeza y le costaba pensar a largo plazo. Además, ¡por todas las semillas! Esto precisamente era para lo que había brotado en las montañas hacía tantos ciclos ya, ¿no? «¡Pues adelante!»
—Si la Flora quiere que le ayude y cree que puedo hacerlo mejor... ¡Claro que voy contigo! ¿Qué debo hacer? ¿Cómo... cómo puedo aportar más?
Hablaba con mucho entusiasmo e incluso lo hizo mientras brincaba para subirse en las palmas de Ramas, pero le fallaría el equilibrio unos instantes después de aterrizar. La cola se fue deteniendo y al final se terminó sentando en las manos del mensajero. La cabeza le daba vueltas. ¿Acaso estaba soñando todo aquello?
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: El Macetero
12/03/23, 01:06 am
El entusiasmo del repobladore era contagioso y el alemán acabó soltando una carcajada.
—Tendrás que pasar una prueba junto a otras personas con capacidades diferentes a las tuyas hasta que una noche, cuando menos lo esperéis, les supervivientes recibiréis poderes increíbles, capaces de realizar milagros que harán palidecer la magia que conoces ahora. Va a ser difícil, no quiero engañarte —le dijo una vez empezó a adormilarse—. Pero espero que te merezca la pena, Tawar.
Tal vez el repobladore pudo ver cómo las palmas del hombre árbol se cubrían de ramas que se entrelazaban, dejando cada vez menos espacio para que entrasen el aire y la luz y formando una suerte de prisión natural. Era más para protegerle durante el viaje que para encerrarlo, pero después de aquello Tawar no vería nada más hasta que despertara en las mazmorras.
—Tendrás que pasar una prueba junto a otras personas con capacidades diferentes a las tuyas hasta que una noche, cuando menos lo esperéis, les supervivientes recibiréis poderes increíbles, capaces de realizar milagros que harán palidecer la magia que conoces ahora. Va a ser difícil, no quiero engañarte —le dijo una vez empezó a adormilarse—. Pero espero que te merezca la pena, Tawar.
Tal vez el repobladore pudo ver cómo las palmas del hombre árbol se cubrían de ramas que se entrelazaban, dejando cada vez menos espacio para que entrasen el aire y la luz y formando una suerte de prisión natural. Era más para protegerle durante el viaje que para encerrarlo, pero después de aquello Tawar no vería nada más hasta que despertara en las mazmorras.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: El Macetero
01/02/24, 05:20 pm
Amanecía un nuevo día en El Macetero, uno despejado y bastante agradable si ignorabas un poco la humedad del ambiente. Chromsa cruzó el portal como llevaba haciendo ya unas cuantas semanas y "saludó" amigablemente con la mano a la planta carnívora que hacía las veces de guardiana antes de dirigirse a una de las criaturas demiúrgicas que llevaban el transporte de las mercancías y trabajadores de los viñedos. Le seguía pareciendo un diseño muy curioso y, por suerte, ya se tomaba con bastante más tranquilidad el viaje, mirando por la ventana (con cierta dificultad por su vista, pero aún así) con gusto el trayecto. Cuando vino por primera vez, además de los nervios por su primera entrevista, el hecho de que fuera su primer vuelo también no lo ayudó mucho. Se había puesto blanco y le había costado enmascarar la angustia, menos mal que el camino no duraba mucho o solo la Acromía sabía como hubiera acabado. Ahora hasta lo veía con cierto humor...
Un tiempo antes, poco después de que se enteraran de qué había pasado con los desaparecidos, se fijó en los anuncios colocados en el tablón de Serpentaria. La verdad es que empezaba a necesitar dinero, tenía que pagar todavía su ropa nueva y no podía depender de Erknest siempre, y además no le vendría mal despejarse después de tan malas noticias. Entre los anuncios se fijó en uno sobre el mantenimiento de unos viñedos en un mundo vinculado y, aprovechando lo que sabía con todos los años vividos en la granja y los conocimientos que estaba aprendiendo con Edén, se puso en contacto con el dueño del negocio, un vampiro llamado Jack. Salvo el pequeño incidente en el vuelo, la entrevista fue bastante bien y su ahora jefe le explicó detalladamente su labor en el lugar y resolvió las dudas que le surgieron. Que su primer viaje a otro mundo fuera por trabajo no se lo hubiera esperado, menos aún a uno como el Macetero, tan distinto a Ochroria. Le encantaban los enormes árboles de ese mundo y la gran cantidad que había, por no mencionar lo distinto de sus variedades. Después de que todo estuviera explicado, al final de ese día quedó contratado. Desde entonces ya había pasado un tiempo y empezaba a acostumbrarse a los detalles y hechizos necesarios para su labor.
Volviendo al presente, el ochrorio fue fijándose en el cambio de paisaje, uno menos frondoso y casi inhóspito, que indicaba que estaba a punto de llegar. La nada dio paso a las torres de vigilancia y los viñedos rodeados por las numerosas pasarelas, un hechizo que lo sorprendió ya en el primer día. La criatura demiúrgica terminó su vuelo cerca de la torre central y el brujo salió, listo para un día más de trabajo.
-(Si no recuerdo mal, hoy toca vigilar los microclimas de los cultivos y luego iban a empezar a recoger una de las cosechas en el círculo intermedio)- meditó por un momento antes de ponerse en marcha y subir por las escaleras del primer muro para llegar a las pasarelas. Lo cierto era que le era más agradable pasear entre los microclimas, pero para cumplir mejor las tareas era más rápido mirar desde la pasarela. Una vez arriba, hizo una ronda por todo el primer anillo, atento a cada burbuja con sus respectivos vides. Nunca se había imaginado que podía cultivarse de esa forma hasta que lo vio con sus propios ojos y le parecía una idea muy creativa y útil. En Ochoria la variedad de lo que plantaban en la granja no era demasiado alta y estaban a merced de las estaciones, pero allí se podía hacer crecer lo que quisieras en cualquier momento. Si ya aquello le había dado curiosidad para aprender cómo se hacía, cuando Jack le contó que había sido el trabajo de una bruja a la que ayudaría en su mantenimiento le hizo aún más ilusión. Iba a aprender de magia, alquimia e incluso sobre los dominios, era una situación perfecta.
En el primer anillo todo estaba perfecto, así que Chromsa se adentró en el siguiente anillo seguido por sus hojas y repitió el proceso, tomando muestras de la temperatura, la humedad y del sustrato con hechizos medidores para comprobar que estaban en los puntos idóneos. El chico asintió complacido al terminar con la última burbuja que le quedaba por vigilar en esa parte del viñedo. -Por aquí también está todo bien- dijo para sí mismo. Luego tomó el espejo que llevaba colgado del cuello y lo activó. Se lo habían entregado el primer día y mostraba distintas partes de la plantación, para facilitarle el trabajo y no tener que moverse a todas partes. Fue cambiando las imágenes, atento a cualquier signo de algún error y en la quinta se fijó en una de las burbujas del último anillo antes de llegar al muro de vigilancia. Daba la sensación de que se había debilitado, mostrándose algo más pálida que las de su alrededor. Tocaba ir hasta allí, aunque no le gustase demasiado. El olor que usaban para alejar a los animales se le hacía algo fuerte por su transformación y los guardias demiúrgicos, aunque sorprendentes sin duda, le inquietaban un poco. Y bueno, en el poco tiempo que llegaba no había ocurrido ningún incidente, pero ya había escuchado mencionar a otros trabajadores cuales eran los procedimientos si los repobladores y los animales se acercaban por allí... Era una de las cosas del trabajo que no le gustaban y que en la medida de lo posible prefería no pensar.
El fauno no tardó en llegar hasta la localización que le mostraba el espejo y bajó hasta el suelo para acercarse a la burbuja exacta. Sí, daba la sensación de que el colorido brillo era menor, aunque era parte de su labor asegurarse de que solo era eso o había más problemas. Como con todas las anteriores, Chromsa conjuró el hechizo medidor y... -Oh vaya, la humedad está bajando más de lo que debería- soltó algo preocupado. Eso era mala señal, las vides de esa variedad recordaba que eran sensibles a los cambios de la humedad y, aunque la planta no parecía tener daños, si el microclima no se reparaba podía echarse a perder. Sin tiempo que perder, sacó del zurrón que llevaba a la cintura un artefacto rúnico que le entregaron junto al espejo y lo activó. Lo habían llamado "walkie-talkie" o algo así y aunque se había preguntado de dónde vendría aquel nombre, que sirviera para comunicarse desde cualquier punto de la plantación le pareció muy útil. Sintonizó el artefacto para que su mensaje llegara a Erika, la bruja de las burbujas y la persona que se estaba encargando de supervisarle, e informó: -Buenos días, soy Padre Foresta. Estoy en en el último anillo y me he encontrado un microclima que necesita reparación urgente. De momento solo ha perdido un poco de humedad, pero no se si puede romperse del todo.- El fauno se quedó a la espera de su superiora, vigilando que el microclima no empeorara y, por suerte, se mantuvo hasta que la bruja apareció poco después. La recibió con una sonrisa sin perder la profesionalidad del trabajo, le caía bastante bien y le había estado enseñando bastante tanto para poder cumplir con sus funciones allí como incluso algunos conocimientos generales de magia y alquimia que le podían servir en cualquier momento.
Ayudó en lo que pudo para restaurar el microclima siguiendo las indicaciones de Erika (si bien la mayoría lo solucionó ella por su dominio) y, luego de darle las gracias, Chromsa puso rumbo al anillo intermedio para la otra parte de las labores del día; tocaba cosechar. Iba bien de tiempo, así que simplemente se dio un poco de prisa en pasar por las pasarelas hasta llegar a los viñedos a recoger. Espero a que el resto de trabajadores llegaran y se pusieron manos a la obra. A él lo enviaron a la zona oeste de aquella sección, junto a un par de trabajadores más y... un pequeño grupo de esclavos.
Esa era otra de las cosas que menos le gustaba del trabajo. En un principio había creído que en la ciudad solo había ciudadanos y, cuando llegaba el momento, cosechados, pero fue una sorpresa descubrir que también existían esclavos. En el mercado a veces veía alguno de vez en cuando, pero fue al aceptar el puesto que se encontró con un mayor número. No era ajeno al concepto, ya en Ochroria había escuchado algunas cosas de la vida de los obreros en las Iglesias, pero era la primera vez que los tenía delante. Al menos daba gracias de que no parecía que vivieran en malas condiciones, pero aún así no le parecía nada bien que estuvieran obligados a servir. Le dolía no poder hacer mucho para cambiar su situación, pero por lo menos siempre los trataba como si fueran uno más cuando coincidía con uno.
Su grupo se llevó un rato recogiendo todas las uvas de su sección, dejándolas en carretillas o llevándolas con levitación hasta el punto de recogida a las puertas de acceso a los otros anillos. Cuando todos los grupos volvieron, acumulando en la entrada un gran cargamento de la cosecha, abrieron las compuertas y Chromsa colaboró para llevarlas hasta la torre central para que la procesaran. Fueron cargando los sacos y cajas llenos hasta las distintas plataformas a los lados de la construcción, que una vez estaban llenas empezaban a subir mediante magia. Un ascensor, le habían dicho. El fauno repitió el proceso hasta que toda la cosecha entró en la torre, suspirando de alivio después de todo el esfuerzo. -(Tal vez pregunte cuando estarán embotelladas)- pensó. Siempre había pensado que las frutas y verduras sabían mejor cuando las habías tratado con mimo y esfuerzo, tenía curiosidad si con el vino de las cosechas en las que había trabajado pasaba igual.
Padre Foresta seguiría encargándose de las tareas pendientes que le quedaban hasta que llegó la hora de volver a Rocavarancolia. Se dirigió a los alrededores de la torre central para montar en uno de los transportes voladores de vuelta al portal, despidiéndose de cualquiera que se encontrara por el camino. Una vez puso el primer pie en tierra luego de aterrizar, tomó aire lleno de satisfacción por todo el trabajo. Había sido un buen día y, aunque no era un ambiente perfecto -(ojalá Jack encontrara otras formas de llevar esos asuntos)- no podía negar que estaba aprendiendo mucho y se alegraba de poder ganar algo de dinero con algo que le encantaba.
Un tiempo antes, poco después de que se enteraran de qué había pasado con los desaparecidos, se fijó en los anuncios colocados en el tablón de Serpentaria. La verdad es que empezaba a necesitar dinero, tenía que pagar todavía su ropa nueva y no podía depender de Erknest siempre, y además no le vendría mal despejarse después de tan malas noticias. Entre los anuncios se fijó en uno sobre el mantenimiento de unos viñedos en un mundo vinculado y, aprovechando lo que sabía con todos los años vividos en la granja y los conocimientos que estaba aprendiendo con Edén, se puso en contacto con el dueño del negocio, un vampiro llamado Jack. Salvo el pequeño incidente en el vuelo, la entrevista fue bastante bien y su ahora jefe le explicó detalladamente su labor en el lugar y resolvió las dudas que le surgieron. Que su primer viaje a otro mundo fuera por trabajo no se lo hubiera esperado, menos aún a uno como el Macetero, tan distinto a Ochroria. Le encantaban los enormes árboles de ese mundo y la gran cantidad que había, por no mencionar lo distinto de sus variedades. Después de que todo estuviera explicado, al final de ese día quedó contratado. Desde entonces ya había pasado un tiempo y empezaba a acostumbrarse a los detalles y hechizos necesarios para su labor.
Volviendo al presente, el ochrorio fue fijándose en el cambio de paisaje, uno menos frondoso y casi inhóspito, que indicaba que estaba a punto de llegar. La nada dio paso a las torres de vigilancia y los viñedos rodeados por las numerosas pasarelas, un hechizo que lo sorprendió ya en el primer día. La criatura demiúrgica terminó su vuelo cerca de la torre central y el brujo salió, listo para un día más de trabajo.
-(Si no recuerdo mal, hoy toca vigilar los microclimas de los cultivos y luego iban a empezar a recoger una de las cosechas en el círculo intermedio)- meditó por un momento antes de ponerse en marcha y subir por las escaleras del primer muro para llegar a las pasarelas. Lo cierto era que le era más agradable pasear entre los microclimas, pero para cumplir mejor las tareas era más rápido mirar desde la pasarela. Una vez arriba, hizo una ronda por todo el primer anillo, atento a cada burbuja con sus respectivos vides. Nunca se había imaginado que podía cultivarse de esa forma hasta que lo vio con sus propios ojos y le parecía una idea muy creativa y útil. En Ochoria la variedad de lo que plantaban en la granja no era demasiado alta y estaban a merced de las estaciones, pero allí se podía hacer crecer lo que quisieras en cualquier momento. Si ya aquello le había dado curiosidad para aprender cómo se hacía, cuando Jack le contó que había sido el trabajo de una bruja a la que ayudaría en su mantenimiento le hizo aún más ilusión. Iba a aprender de magia, alquimia e incluso sobre los dominios, era una situación perfecta.
En el primer anillo todo estaba perfecto, así que Chromsa se adentró en el siguiente anillo seguido por sus hojas y repitió el proceso, tomando muestras de la temperatura, la humedad y del sustrato con hechizos medidores para comprobar que estaban en los puntos idóneos. El chico asintió complacido al terminar con la última burbuja que le quedaba por vigilar en esa parte del viñedo. -Por aquí también está todo bien- dijo para sí mismo. Luego tomó el espejo que llevaba colgado del cuello y lo activó. Se lo habían entregado el primer día y mostraba distintas partes de la plantación, para facilitarle el trabajo y no tener que moverse a todas partes. Fue cambiando las imágenes, atento a cualquier signo de algún error y en la quinta se fijó en una de las burbujas del último anillo antes de llegar al muro de vigilancia. Daba la sensación de que se había debilitado, mostrándose algo más pálida que las de su alrededor. Tocaba ir hasta allí, aunque no le gustase demasiado. El olor que usaban para alejar a los animales se le hacía algo fuerte por su transformación y los guardias demiúrgicos, aunque sorprendentes sin duda, le inquietaban un poco. Y bueno, en el poco tiempo que llegaba no había ocurrido ningún incidente, pero ya había escuchado mencionar a otros trabajadores cuales eran los procedimientos si los repobladores y los animales se acercaban por allí... Era una de las cosas del trabajo que no le gustaban y que en la medida de lo posible prefería no pensar.
El fauno no tardó en llegar hasta la localización que le mostraba el espejo y bajó hasta el suelo para acercarse a la burbuja exacta. Sí, daba la sensación de que el colorido brillo era menor, aunque era parte de su labor asegurarse de que solo era eso o había más problemas. Como con todas las anteriores, Chromsa conjuró el hechizo medidor y... -Oh vaya, la humedad está bajando más de lo que debería- soltó algo preocupado. Eso era mala señal, las vides de esa variedad recordaba que eran sensibles a los cambios de la humedad y, aunque la planta no parecía tener daños, si el microclima no se reparaba podía echarse a perder. Sin tiempo que perder, sacó del zurrón que llevaba a la cintura un artefacto rúnico que le entregaron junto al espejo y lo activó. Lo habían llamado "walkie-talkie" o algo así y aunque se había preguntado de dónde vendría aquel nombre, que sirviera para comunicarse desde cualquier punto de la plantación le pareció muy útil. Sintonizó el artefacto para que su mensaje llegara a Erika, la bruja de las burbujas y la persona que se estaba encargando de supervisarle, e informó: -Buenos días, soy Padre Foresta. Estoy en en el último anillo y me he encontrado un microclima que necesita reparación urgente. De momento solo ha perdido un poco de humedad, pero no se si puede romperse del todo.- El fauno se quedó a la espera de su superiora, vigilando que el microclima no empeorara y, por suerte, se mantuvo hasta que la bruja apareció poco después. La recibió con una sonrisa sin perder la profesionalidad del trabajo, le caía bastante bien y le había estado enseñando bastante tanto para poder cumplir con sus funciones allí como incluso algunos conocimientos generales de magia y alquimia que le podían servir en cualquier momento.
Ayudó en lo que pudo para restaurar el microclima siguiendo las indicaciones de Erika (si bien la mayoría lo solucionó ella por su dominio) y, luego de darle las gracias, Chromsa puso rumbo al anillo intermedio para la otra parte de las labores del día; tocaba cosechar. Iba bien de tiempo, así que simplemente se dio un poco de prisa en pasar por las pasarelas hasta llegar a los viñedos a recoger. Espero a que el resto de trabajadores llegaran y se pusieron manos a la obra. A él lo enviaron a la zona oeste de aquella sección, junto a un par de trabajadores más y... un pequeño grupo de esclavos.
Esa era otra de las cosas que menos le gustaba del trabajo. En un principio había creído que en la ciudad solo había ciudadanos y, cuando llegaba el momento, cosechados, pero fue una sorpresa descubrir que también existían esclavos. En el mercado a veces veía alguno de vez en cuando, pero fue al aceptar el puesto que se encontró con un mayor número. No era ajeno al concepto, ya en Ochroria había escuchado algunas cosas de la vida de los obreros en las Iglesias, pero era la primera vez que los tenía delante. Al menos daba gracias de que no parecía que vivieran en malas condiciones, pero aún así no le parecía nada bien que estuvieran obligados a servir. Le dolía no poder hacer mucho para cambiar su situación, pero por lo menos siempre los trataba como si fueran uno más cuando coincidía con uno.
Su grupo se llevó un rato recogiendo todas las uvas de su sección, dejándolas en carretillas o llevándolas con levitación hasta el punto de recogida a las puertas de acceso a los otros anillos. Cuando todos los grupos volvieron, acumulando en la entrada un gran cargamento de la cosecha, abrieron las compuertas y Chromsa colaboró para llevarlas hasta la torre central para que la procesaran. Fueron cargando los sacos y cajas llenos hasta las distintas plataformas a los lados de la construcción, que una vez estaban llenas empezaban a subir mediante magia. Un ascensor, le habían dicho. El fauno repitió el proceso hasta que toda la cosecha entró en la torre, suspirando de alivio después de todo el esfuerzo. -(Tal vez pregunte cuando estarán embotelladas)- pensó. Siempre había pensado que las frutas y verduras sabían mejor cuando las habías tratado con mimo y esfuerzo, tenía curiosidad si con el vino de las cosechas en las que había trabajado pasaba igual.
Padre Foresta seguiría encargándose de las tareas pendientes que le quedaban hasta que llegó la hora de volver a Rocavarancolia. Se dirigió a los alrededores de la torre central para montar en uno de los transportes voladores de vuelta al portal, despidiéndose de cualquiera que se encontrara por el camino. Una vez puso el primer pie en tierra luego de aterrizar, tomó aire lleno de satisfacción por todo el trabajo. Había sido un buen día y, aunque no era un ambiente perfecto -(ojalá Jack encontrara otras formas de llevar esos asuntos)- no podía negar que estaba aprendiendo mucho y se alegraba de poder ganar algo de dinero con algo que le encantaba.
Página 21 de 21. • 1 ... 12 ... 19, 20, 21
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.