Plaza de los Colaespina
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Rocavarancolia Rol
42 participantes
- Rocavarancolia Rol
Plaza de los Colaespina
02/08/11, 06:15 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Plaza pequeña y rectangular rodeada de casas abandonadas donde los colaespinas han hecho sus madrigueras. Allí aterriza una de las bañeras de suministros.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Plaza de los Colaespina
27/01/14, 11:08 pm
Los chillidos de los bichos y el ruido de las puas al chocar y rebotar contra el suelo resuenan por toda la plaza haciendo que mis ojos recorran cada centimetro de la zona. Álvaro ha cambiado el puesto con Alice por lo que, sumando al escudo sus anchas espaldas, el chico se ha convertido en mi mejor barricada. Algunas púas se introducen en mis brazos y mi costado. Grito mientras me arranco las mas superficiales mientras que con el hombro voy empujando al chico hacia la salida abierta por los movimientis de las chicas.
A mis espaldas escucho el rumor de los hechizos de Alice. Al acabar su sortilegio puedo notar como la salva de púas deja de impactar y hundirse en mi cuerpo. Al alzar la cabeza puedo ver a una de las bestias volando mientras berrea por las heridas e intentaba zafarse de las manos invisibles que lo alzan. -¡Vamos! ¡Movamonos!- Grito volviendo a empujar al humano desde su espalda. Al pasar el peso sobre mi pierna derecha esta estalla en puro dolor por las heridas abiertas y las púas aun clavadas en ella.
Al sentir el dolor mi paso pierde toda la firmeza haciendo que tropieze salvandome de la caida al apoyarme contra la espalda del chico que me esta sirviendo de escudo humano perfecto. Al sacar la cabeza de la espalda de Álvaro puedo observar como el número de alimañas se esta reduciendo por lo que respiro y doy gracias por el descanso momentaneo.
-!Álvaro!- Digo alzando mi daga por su costado mostrandole una zona con pocos atacantes. -!Por alli!- Grito soltando un gallo. -Tu ve con el escudo que yo me encargo de los que se acerquen.- Le increpo señalando a los tres colaespinas con mi daga aun goteante.
A mis espaldas escucho el rumor de los hechizos de Alice. Al acabar su sortilegio puedo notar como la salva de púas deja de impactar y hundirse en mi cuerpo. Al alzar la cabeza puedo ver a una de las bestias volando mientras berrea por las heridas e intentaba zafarse de las manos invisibles que lo alzan. -¡Vamos! ¡Movamonos!- Grito volviendo a empujar al humano desde su espalda. Al pasar el peso sobre mi pierna derecha esta estalla en puro dolor por las heridas abiertas y las púas aun clavadas en ella.
Al sentir el dolor mi paso pierde toda la firmeza haciendo que tropieze salvandome de la caida al apoyarme contra la espalda del chico que me esta sirviendo de escudo humano perfecto. Al sacar la cabeza de la espalda de Álvaro puedo observar como el número de alimañas se esta reduciendo por lo que respiro y doy gracias por el descanso momentaneo.
-!Álvaro!- Digo alzando mi daga por su costado mostrandole una zona con pocos atacantes. -!Por alli!- Grito soltando un gallo. -Tu ve con el escudo que yo me encargo de los que se acerquen.- Le increpo señalando a los tres colaespinas con mi daga aun goteante.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Plaza de los Colaespina
29/01/14, 09:30 pm
Conseguí acabar el hechizo para Kora tras varios intentos frustrados por alguna espina de las que superaron los restos de mi protección. Tras terminarla, recuperé la mía en la tregua que Dhelian nos consiguió con el roedor volante. <<No solo eso, si reconocen los hechizos, una de dos: o liquidan a los que los ponen o se hartan. ¡Punto para los letargunis!>>
Fuese como fuese, la lluvia de púas se había pausado, así que pudimos aprovechar para acelerar hacia la "salida" de esa maldita plaza. Kora y Álvaro se encargaron de la delantera, escudo y dagas por delante, así que yo me entretuve cargando y disparando la ballesta si algún roedor intentaba acercarse. Si seguíamos así, la cosa iría bien.
—¡Vamos, vamos, que ya salimos!—animé a mis compañeros.
Fuese como fuese, la lluvia de púas se había pausado, así que pudimos aprovechar para acelerar hacia la "salida" de esa maldita plaza. Kora y Álvaro se encargaron de la delantera, escudo y dagas por delante, así que yo me entretuve cargando y disparando la ballesta si algún roedor intentaba acercarse. Si seguíamos así, la cosa iría bien.
—¡Vamos, vamos, que ya salimos!—animé a mis compañeros.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Plaza de los Colaespina
30/01/14, 04:16 pm
El truco de hacer flotar al roedor aquel había dado resultado, eso y la inestimable ayuda de Alvaro, Korasihanna y Surasara para apartar a los roedores que les embestían y protegían a Alice mientras esta volvía a colocar el hechizo de protección sobre ellos. Las roedores se marchaban, aprovechando la repentina retirada de estos todo el grupo intento salir disparado de esa condenada plaza, llenos de puntos por mas de un miembro del cuerpo debido a las púas clavadas dolorosamente en la piel. Dhelian no había recibido demasiadas en los brazos gracias a la protección de los torsos de sus compañeros, sus piernas eran otro cantar, pues hasta que Alice había conseguido finalmente devolverles las protecciones a Surasara, Korasihanna y a ella misma, sus piernas habían sido acribilladas y ahora en medio del intento de huida y con la adrenalina a mil no sentía dolor pinchos
-No paréis, ¡hasta que no salgamos de aquí no podemos quedarnos tranquilos!- exclamo sintiendo como sus piernas temblaba ante el esfuerzo de andar y del miedo que sentía. Aun levitaba aquel colaespina con desconfianza de que sus compañeros volvieran, hasta que no los vio alejarse lo suficiente de ellos como para que pudiera correr hacia la salida del lugar, no lanzo al roedor flotante de vuelta con ellos. Aquel bicho no seria un buen compañero de torreón de ningún modo. Mientras se alejaban recompuso las protecciones de Alvaro y la suya, haciendo un buen gasto de los cristales que llevaba amarrados en las muñecas, por si acaso ocurrían mas sorpresitas en su huida, intentando mantener la suficiente magia para cuando volvieran al torreón pudiera hacer alguna cura a los mas afectados.
-No paréis, ¡hasta que no salgamos de aquí no podemos quedarnos tranquilos!- exclamo sintiendo como sus piernas temblaba ante el esfuerzo de andar y del miedo que sentía. Aun levitaba aquel colaespina con desconfianza de que sus compañeros volvieran, hasta que no los vio alejarse lo suficiente de ellos como para que pudiera correr hacia la salida del lugar, no lanzo al roedor flotante de vuelta con ellos. Aquel bicho no seria un buen compañero de torreón de ningún modo. Mientras se alejaban recompuso las protecciones de Alvaro y la suya, haciendo un buen gasto de los cristales que llevaba amarrados en las muñecas, por si acaso ocurrían mas sorpresitas en su huida, intentando mantener la suficiente magia para cuando volvieran al torreón pudiera hacer alguna cura a los mas afectados.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Plaza de los Colaespina
03/02/14, 06:09 pm
La táctica sale a pedir de boca, bueno, con unas cuantas espinas clavadas, pero todos vivos. No tardamos mucho en poner tierra de por medio y cuando estamos alejados me echo a reír. Dhelian ha hecho levitar una rata gigante y la pobre anda dando vueltas por encima nuestra, sí, me río por una tontería, pero es gracioso de ver.
-Déjalo ya Dhelian, el pobre bicho ya ha sufrido bastante ahí arriba.- digo tras calmarme. Reviso un poco mi cuerpo y al parecer tengo cuatro espinas clavadas y debo tener otro par en la espalda. Sin duda el que Alice renovara las protecciones nos ha salvado de heridas mayores.- Gracias Alice, al parecer tenemos magos competentes en el torreón.- La magia no me hace mucha gracia, pero acaba de resultar muy útil. Espero que siga siéndolo.- Deberíamos ir yéndonos, no sé vosotros pero me muero de hambre.
Sigue en el Torreón Letargo.
-Déjalo ya Dhelian, el pobre bicho ya ha sufrido bastante ahí arriba.- digo tras calmarme. Reviso un poco mi cuerpo y al parecer tengo cuatro espinas clavadas y debo tener otro par en la espalda. Sin duda el que Alice renovara las protecciones nos ha salvado de heridas mayores.- Gracias Alice, al parecer tenemos magos competentes en el torreón.- La magia no me hace mucha gracia, pero acaba de resultar muy útil. Espero que siga siéndolo.- Deberíamos ir yéndonos, no sé vosotros pero me muero de hambre.
Sigue en el Torreón Letargo.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Plaza de los Colaespina
06/06/14, 01:58 am
El aprendiz había recuperado nuevos recuerdos, aunque sus titubeos al respecto no aclararon demasiado qué era lo que había recordado, con una chica que parecía pertenecer a su pasado como único dato. En cuanto vio al humano dirigirse hacia la salida de la biblioteca, Archime devolvió el libro que tenía entre manos en ese momento a su lugar de origen y siguió los pasos del resto hacia la salida con un leve sentimiento de frustración. No habían encontrado un solo fragmento de información útil.
Llegaron a una zona de la ciudad en la que no habían estado nunca. Al biomecánico le llamaron la atención los edificios de aquellas calles, pues parecía haber un mayor número de ellas en buen estado que en ningún otro lugar por el que hubiesen pasado hasta ahora. Probablemente fuese un barrio poblado, aunque no pudo constatar dicha suposición pues no se encontraron con nadie.
No obstante, ello no quería decir que no hubiesen tenido ningún encuentro. Mientras atravesaban aquella plaza rectangular, el irrense ya se había fijado en lo que a todas luces tenía el aspecto de tratarse de madrigueras de algún animal. No tardó en comprobarlo cuando, de una de ellas, emergieron unas criaturas de tamaño medio-pequeño cuyas espaldas se encontraban cubiertas de espinas. No hacía falta ser superdotado para saber a aquellas alturas que sin duda se trataría de seres peligrosos, pero habían hecho falta meses de estancia en la ciudad para que la mente privilegiada del biomecánico actuase con normalidad ante aquella situación y primase el alejarse de ellas cuanto antes a realizarles una fotografía como sin duda hubiera hecho meses atrás.
Lo hubiera tenido que hacer, de todos modos, cuando aquellos seres chillaron y comenzaron a correr en su dirección. Aunque el descubrimiento más interesante y también el más peligroso, fue comprobar que podían disparar las espinas de su espalda como proyectiles. Varias de ellas impactaron en una lluvia puntiaguda sobre los macieleros, pero gracias a las protecciones que llevaban, aquella primera oleada fue rechazada.
Archime no había perdido el tiempo, y ya había comenzado a conjurar al instante. Por ello para cuando llegó la segunda tanda, esta atravesó limpiamente al grupo, íntegramente intangible en aquellos momentos.
—Abandonemos este lugar cuanto antes —apremió al resto mientras, no obstante ahora que no corrían el riesgo de resultar heridos, fotografiaba a aquellas criaturas.
Lo siguiente que hizo fue conjurar levitación sobre sí mismo. Ahora que dominaba aquel medio mágico para desplazarse, podía hacerlo mucho más rápido y sin riesgo a asfixiarse de un ataque de asma. Los colaespinas los perseguirían durante unos metros, chillando enfurecidos, pero al comprobar que todos sus intentos por atacar al grupo fracasaban, acabarían por emprender la retirada.
Llegaron a una zona de la ciudad en la que no habían estado nunca. Al biomecánico le llamaron la atención los edificios de aquellas calles, pues parecía haber un mayor número de ellas en buen estado que en ningún otro lugar por el que hubiesen pasado hasta ahora. Probablemente fuese un barrio poblado, aunque no pudo constatar dicha suposición pues no se encontraron con nadie.
No obstante, ello no quería decir que no hubiesen tenido ningún encuentro. Mientras atravesaban aquella plaza rectangular, el irrense ya se había fijado en lo que a todas luces tenía el aspecto de tratarse de madrigueras de algún animal. No tardó en comprobarlo cuando, de una de ellas, emergieron unas criaturas de tamaño medio-pequeño cuyas espaldas se encontraban cubiertas de espinas. No hacía falta ser superdotado para saber a aquellas alturas que sin duda se trataría de seres peligrosos, pero habían hecho falta meses de estancia en la ciudad para que la mente privilegiada del biomecánico actuase con normalidad ante aquella situación y primase el alejarse de ellas cuanto antes a realizarles una fotografía como sin duda hubiera hecho meses atrás.
Lo hubiera tenido que hacer, de todos modos, cuando aquellos seres chillaron y comenzaron a correr en su dirección. Aunque el descubrimiento más interesante y también el más peligroso, fue comprobar que podían disparar las espinas de su espalda como proyectiles. Varias de ellas impactaron en una lluvia puntiaguda sobre los macieleros, pero gracias a las protecciones que llevaban, aquella primera oleada fue rechazada.
Archime no había perdido el tiempo, y ya había comenzado a conjurar al instante. Por ello para cuando llegó la segunda tanda, esta atravesó limpiamente al grupo, íntegramente intangible en aquellos momentos.
—Abandonemos este lugar cuanto antes —apremió al resto mientras, no obstante ahora que no corrían el riesgo de resultar heridos, fotografiaba a aquellas criaturas.
Lo siguiente que hizo fue conjurar levitación sobre sí mismo. Ahora que dominaba aquel medio mágico para desplazarse, podía hacerlo mucho más rápido y sin riesgo a asfixiarse de un ataque de asma. Los colaespinas los perseguirían durante unos metros, chillando enfurecidos, pero al comprobar que todos sus intentos por atacar al grupo fracasaban, acabarían por emprender la retirada.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Plaza de los Colaespina
06/06/14, 02:36 am
Aprendiz
El joven chico apenas podia sostenerse en pie, totalmente lívido y transparente como un fantasma. Tenia la mirada perdida y apenas lograba musitar una frase con sentido. Solo hacia menciones de "Salir" Fue Ri quien le puso de pie y le hizo caminar. En un principio fue un poco cargante, pero pronto logró volver en su sentido y a andar con menos ayuda, pero todavia muy desorientado.
Ni siquiera se habia dado cuenta de que no recordaba la zona por la cual estaban pasando. Dió un respingo cuando las criaturas dispararon sus puas de sus espaldas contra ellos. Se abrazó a Ri unos instantes, cargado de miedo y temblando. Pero la segunda oleada de espinas no les golpeó por el hechizo de Archi.
Algo cliqueó dentro del aprendiz. Quizás era el estres. Quizás era el simple motivo de que se sentia amenazado y se movia por instinto. O quizás simplemente humeaba por dentro, por que algo le consumia: El saber y reconocer que habia intentado asesinar a alguien. Memorias fluian dentro de él mismo en esos instantes. Los sueños. Los sueños que habia tenido hasta perder la memoria. Usando de enlace a Mei Huíllìn, habia logrado desentrañar otro gran pedazo del puzzle. Y no lo habia disfrutado.
En esos momentos, sabia exactamente porque se habia vuelto amnesico de nuevo. Y deseo volver a olvidar. Deseó enterrar en lo más profundo de su ser aquellas desagradables memorias, aquellas que le habian destruido como la persona que aspiraba a ser. Las que fueran veraces y las que fueran mentiras creadas por su mente. Todas olvidadas.
????
-No.-fue lo único que musitó en respuesta a Archi. Sonaba tajante y duro, pero no con el propio irrense. Su furia parecia centrada en las criaturas.
Sin pensarlo dos veces, el chico aulló y se separó de la sinhadre de una sacudida. Y, como poseido por la una rabia, esprintó hacia el grupo de colaespinas que descargaban sus proyectiles en vano contra ellos.
Viendo que el bõ no serviria en aquel estado, el chico recurrió a un medianamente potente hechizo de impacto para abrirse paso entre los roedores y, una vez se habia situado entre ellos, profirió unos cuantos hechizos de corte un tanto aleatorios que no causaron gran daño para finalmente pasar a atraer con otro hechizo a colaespinas desafortunados y luego achicharrarlos vivos con una llama conjurada desde sus manos. Espontaneamente, lanzaba hechizos de demolición de diferentes magnitudes, agotando su reserva mágica a grandes pasos. Sin embargo, él no le dió importancia a aquello: Seguia chamuscando a todas las desafortunadas criaturas mientras reia. No era aquella su risa habitual. Era una risa inocente, como la de un niño pequeño, añandiendole más desasosiego al ambiente.
El joven chico apenas podia sostenerse en pie, totalmente lívido y transparente como un fantasma. Tenia la mirada perdida y apenas lograba musitar una frase con sentido. Solo hacia menciones de "Salir" Fue Ri quien le puso de pie y le hizo caminar. En un principio fue un poco cargante, pero pronto logró volver en su sentido y a andar con menos ayuda, pero todavia muy desorientado.
Ni siquiera se habia dado cuenta de que no recordaba la zona por la cual estaban pasando. Dió un respingo cuando las criaturas dispararon sus puas de sus espaldas contra ellos. Se abrazó a Ri unos instantes, cargado de miedo y temblando. Pero la segunda oleada de espinas no les golpeó por el hechizo de Archi.
Algo cliqueó dentro del aprendiz. Quizás era el estres. Quizás era el simple motivo de que se sentia amenazado y se movia por instinto. O quizás simplemente humeaba por dentro, por que algo le consumia: El saber y reconocer que habia intentado asesinar a alguien. Memorias fluian dentro de él mismo en esos instantes. Los sueños. Los sueños que habia tenido hasta perder la memoria. Usando de enlace a Mei Huíllìn, habia logrado desentrañar otro gran pedazo del puzzle. Y no lo habia disfrutado.
En esos momentos, sabia exactamente porque se habia vuelto amnesico de nuevo. Y deseo volver a olvidar. Deseó enterrar en lo más profundo de su ser aquellas desagradables memorias, aquellas que le habian destruido como la persona que aspiraba a ser. Las que fueran veraces y las que fueran mentiras creadas por su mente. Todas olvidadas.
????
-No.-fue lo único que musitó en respuesta a Archi. Sonaba tajante y duro, pero no con el propio irrense. Su furia parecia centrada en las criaturas.
Sin pensarlo dos veces, el chico aulló y se separó de la sinhadre de una sacudida. Y, como poseido por la una rabia, esprintó hacia el grupo de colaespinas que descargaban sus proyectiles en vano contra ellos.
Viendo que el bõ no serviria en aquel estado, el chico recurrió a un medianamente potente hechizo de impacto para abrirse paso entre los roedores y, una vez se habia situado entre ellos, profirió unos cuantos hechizos de corte un tanto aleatorios que no causaron gran daño para finalmente pasar a atraer con otro hechizo a colaespinas desafortunados y luego achicharrarlos vivos con una llama conjurada desde sus manos. Espontaneamente, lanzaba hechizos de demolición de diferentes magnitudes, agotando su reserva mágica a grandes pasos. Sin embargo, él no le dió importancia a aquello: Seguia chamuscando a todas las desafortunadas criaturas mientras reia. No era aquella su risa habitual. Era una risa inocente, como la de un niño pequeño, añandiendole más desasosiego al ambiente.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
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- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Plaza de los Colaespina
06/06/14, 07:51 pm
Se pusieron en marcha cuando el aprendiz expresó su deseo de ponerse en marcha, bastante angustiado. Ri lo ayudo a levantarse y le sirvió de apoyo durante el trayecto hacia el torreón, aunque no siguieron la misma ruta, pues poco después de salir de la biblioteca entraron en una plaza que nunca habían visto. Parecía vacía, pero pronto avistaron las madrigueras, y al poco tiempo sus dueños salieron en tropel, lanzándose hacia ellos. La ulterana se tensó, preparando su arma para defenderse, pero no hizo falta, las protecciones de Archi cumplieron su función en la primera embestida, y el irrense se sirvió de su magia para volverlos intangibles antes del segundo asalto.
La ibolense estaba de acuerdo con el biomécanico, pero en ese momento el humano decidió cometer una de sus locuras y se lanzo de cabeza hacia las alimañas. Su bõ no le sirvió de nada debido al hechizo de Archi, pero eso no lo detuvo, y el pelinaranja empezó a lanzar conjuros a diestro y siniestro. Aquello le debía estar suponiendo un gasto excesivo de energía, y teniendo en cuenta su estado previo, no tardaría en caer rendido. Keiria frunció el ceño, deseosa de propinarle un capón al chico, pero se contuvo y le ofreció un traspaso de energía al biomécanico, pues sus reservas debían estar por los suelos. Aquel despliegue de hechizos le iba a dejar también para el arrastre, pero aun se mantenía entero, y fue el humano el que sucumbió primero, quedando exhausto debido al sobresfuerzo. Apenas podía mantenerse en pie, y al no poder ayudarle los demás debido a la intangibilidad, el irrense se vio obligado a ejecutar otro hechizo, elvando al pelinaranja en el aire.
—Si te quedas sin fuerzas deshaz el hechizo de levitación cuando se acabe el de intangibilidad, Archi —le dijo al irrense en cuanto se pusieron en marcha—. Yo os llevare a cuestas si hace falta, ¿de acuerdo?
La ibolense estaba de acuerdo con el biomécanico, pero en ese momento el humano decidió cometer una de sus locuras y se lanzo de cabeza hacia las alimañas. Su bõ no le sirvió de nada debido al hechizo de Archi, pero eso no lo detuvo, y el pelinaranja empezó a lanzar conjuros a diestro y siniestro. Aquello le debía estar suponiendo un gasto excesivo de energía, y teniendo en cuenta su estado previo, no tardaría en caer rendido. Keiria frunció el ceño, deseosa de propinarle un capón al chico, pero se contuvo y le ofreció un traspaso de energía al biomécanico, pues sus reservas debían estar por los suelos. Aquel despliegue de hechizos le iba a dejar también para el arrastre, pero aun se mantenía entero, y fue el humano el que sucumbió primero, quedando exhausto debido al sobresfuerzo. Apenas podía mantenerse en pie, y al no poder ayudarle los demás debido a la intangibilidad, el irrense se vio obligado a ejecutar otro hechizo, elvando al pelinaranja en el aire.
—Si te quedas sin fuerzas deshaz el hechizo de levitación cuando se acabe el de intangibilidad, Archi —le dijo al irrense en cuanto se pusieron en marcha—. Yo os llevare a cuestas si hace falta, ¿de acuerdo?
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Plaza de los Colaespina
06/06/14, 08:18 pm
Había levitado tras el aprendiz tratando de disuadirlo de aquel gasto energético ilógico que estaba llevando a cabo, sin resultado alguno. Archime sospechaba un nuevo cambio repentino de personalidad por parte del humano, aunque tampoco podía afirmarlo debido a que podría tratarse de un caso de enajenación transitoria provocado por el impacto mental que habría tenido en el pelinaranja recuperar una parte de sus recuerdos. Claro que era muy posible que, teniendo un trastorno disociativo, ello se tradujese en la toma de control de otra de sus personalidades.
Tal y como ya sabía el biomecánico, el humano no tardó en desfallecer, exhausto por el gasto que había realizado en tan poco tiempo y, ya que nadie podría tocarlo hasta que expirase el tiempo establecido para el conjuro de intangibilidad, tras recibir traspasos energéticos de los integrantes del grupo incapacitados para realizar magia, conjuró levitación también sobre el humano. Asintió a Keiria ante el ofrecimiento de esta, ya que él también se encontraba al límite de sus energías y, poco después de que atravesasen la Cicatriz, el irrense deshizo su propia levitación para ahorrar más energía.
A partir de ese momento comenzó a caminar muy despacio y a jadear, como de costumbre, hasta que tuvo que detenerse, dejando en el suelo al aprendiz tras deshacer también su conjuro de levitación, cuando todavía faltaban unos minutos para la finalización del estado de intangibilidad. Una vez transcurrido dicho tiempo, Nero se encargaría de volver a ayudar al humano a caminar y el ingeniero aceptó la ayuda de la ulterana, por su parte, para reemprender la marcha.
Mientras caminaba mirando hacia el suelo, concentrado en su propia respiración, la visión del irrense pareció captar algo extraño en la sombra de la chica. En el transcurso de un parpadeo, la forma de la cabeza de su sombra se había deformado. El ingeniero parpadeó confuso, alzando ligeramente la vista hacia el rostro de su amiga. Sabía, de todas formas, que lo más probable era que su cerebro le hubiese engañado debido al cansancio.
Tal y como ya sabía el biomecánico, el humano no tardó en desfallecer, exhausto por el gasto que había realizado en tan poco tiempo y, ya que nadie podría tocarlo hasta que expirase el tiempo establecido para el conjuro de intangibilidad, tras recibir traspasos energéticos de los integrantes del grupo incapacitados para realizar magia, conjuró levitación también sobre el humano. Asintió a Keiria ante el ofrecimiento de esta, ya que él también se encontraba al límite de sus energías y, poco después de que atravesasen la Cicatriz, el irrense deshizo su propia levitación para ahorrar más energía.
A partir de ese momento comenzó a caminar muy despacio y a jadear, como de costumbre, hasta que tuvo que detenerse, dejando en el suelo al aprendiz tras deshacer también su conjuro de levitación, cuando todavía faltaban unos minutos para la finalización del estado de intangibilidad. Una vez transcurrido dicho tiempo, Nero se encargaría de volver a ayudar al humano a caminar y el ingeniero aceptó la ayuda de la ulterana, por su parte, para reemprender la marcha.
Mientras caminaba mirando hacia el suelo, concentrado en su propia respiración, la visión del irrense pareció captar algo extraño en la sombra de la chica. En el transcurso de un parpadeo, la forma de la cabeza de su sombra se había deformado. El ingeniero parpadeó confuso, alzando ligeramente la vista hacia el rostro de su amiga. Sabía, de todas formas, que lo más probable era que su cerebro le hubiese engañado debido al cansancio.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Plaza de los Colaespina
07/06/14, 12:08 am
Aprendiz
Las piernas le fallaron al ruso y sus ojos se pusieron en blanco. Entonces de ahí hasta estar andando apoyado en Nero, el chico no recordó nada. En ese blanco, sus pensamientos eran como ruido de fondo. Miraba ensimismado al camino, sin consciencia alguna, tan solo como un zombie sin mente.
Cuando recuperó la consciencia y se percató de su alrededor, el chico sintió como si sus tripas se desgarrasen, como un dolor causado por la preocupación y, por último, un terrible cansancio. Cada paso se le hacia un esfuerzo considerable y apenas podia hacer otra cosa que jadear con la mirada perdida.
No comentó nada sobre lo que le habia pasado ni habló durante todo el camino.
Sigue en Torreón Maciel
Las piernas le fallaron al ruso y sus ojos se pusieron en blanco. Entonces de ahí hasta estar andando apoyado en Nero, el chico no recordó nada. En ese blanco, sus pensamientos eran como ruido de fondo. Miraba ensimismado al camino, sin consciencia alguna, tan solo como un zombie sin mente.
Cuando recuperó la consciencia y se percató de su alrededor, el chico sintió como si sus tripas se desgarrasen, como un dolor causado por la preocupación y, por último, un terrible cansancio. Cada paso se le hacia un esfuerzo considerable y apenas podia hacer otra cosa que jadear con la mirada perdida.
No comentó nada sobre lo que le habia pasado ni habló durante todo el camino.
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べ は づ す
て 欺 い 。
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— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
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- InvitadoInvitado
Re: Plaza de los Colaespina
17/05/15, 11:55 pm
Varios roedores de gran tamaño se escabulleron entre los escombros en cuanto se acercaron. La plaza no era muy grande y en ese momento parecía tranquila, por lo que no era mal lugar. Marsi añoraba los parques llenos de flores y fuentes de su ciudad natal, las plazoletas ocultas con bancos de piedra o adoquines de colores que formaban dibujos en el suelo. Era una belleza insulsa y simple, nada comparable a los excéntricos monumentos y los milagros de Rocavarancolia, pero no dejaba de tener su encanto. La dullahan se preguntó cómo se sentiría realmente si pudiera volver a caminar por una de esas plazas.
Vieron los cimientos de una casa abandonada en uno de los extremos de la plaza, con los restos de una cristalera de la cual el sol arrancaba destellos. Marsi la señaló y ambas fueron a sentarse entre las ruinas. El murete de la entrada aun estaba más o menos en pie, fue allí donde se sentaron. Por la parte interior del muro, se podían ver los restos de un fresco descascarillado y enmohecido. Sus colores eran imposibles de identificar, así como la escena que representaba, pero al mirar con atención la varmana creyó notar que algunas de las formas se movían.
-<< ¿Echas de menos tu mundo?>>- le preguntó.
Vieron los cimientos de una casa abandonada en uno de los extremos de la plaza, con los restos de una cristalera de la cual el sol arrancaba destellos. Marsi la señaló y ambas fueron a sentarse entre las ruinas. El murete de la entrada aun estaba más o menos en pie, fue allí donde se sentaron. Por la parte interior del muro, se podían ver los restos de un fresco descascarillado y enmohecido. Sus colores eran imposibles de identificar, así como la escena que representaba, pero al mirar con atención la varmana creyó notar que algunas de las formas se movían.
-<< ¿Echas de menos tu mundo?>>- le preguntó.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Plaza de los Colaespina
20/05/15, 11:25 am
Por suerte Marsi no notó mi torpeza inicial y todo fue viento en popa. Sugirió ir a otra zona y cuando se decidió por una calle, asentí y la seguí alegremente. Alegre pero para nada despreocupada pues estábamos en Rocavarancolia y en fin, pero íbamos bien escoltadas. Las onyces nos dejaban caminar juntas pero vigilaban los alrededores por si acaso.
Cuando llegamos a la plaza, recordé la escena que tuvimos aquí con las malditas ratas gigantes. <<Nos apañamos bien aquel día, ¿eh? Comparando con otros problemas fue de la que mejor parados salimos... Y mira cómo nos evitan ahora>> No me costó mucho mantener a raya a las onyces, cosa que antes habría costado. Las entendía, de haber estado solas habría practicado el Tiro a la Rata un rato, pero no era el momento.
Fuimos a sentarnos en las ruinas de una casa, más concretamente en el murete de la entrada. Había algo como una pintura o un... <<Lo que usaban los griegos y romanos... ¡fresco! O algo así>> pero no le dediqué más atención pues la chica me hizo una pregunta. Mientras, las onyces tomaron posiciones a lo largo del edificio, a una distancia respetuosa de nosotras. Respetuosa en el sentido de que me daría tiempo a mandarlas de vuelta bastante rápidamente si se nos acercaban.
—Pues... —empecé pero luego ladeé la cabeza, pensativa, y lo pensé un poco.
Por un lado... echaba de menos mi casa, a mi familia y mis amistades... O en teoría debería sentir algo así... Se lo debía, ¿no? Pero lo cierto era que no pensaba a menudo en la Tierra y en la gente que había dejado allí... Durante la cosecha sí, claro, pero ahora... Quizá, no, sin duda, echaba de menos la seguridad de mi casa y de no tener que estar atenta a todo las veinticuatro horas del día, pero aquí tenía magia y amistades estupendas por las que valía la pena el riesgo. Pero una cosa era echar de menos... y otra seguir queriendo a mis padres, al menos a ellos, porque a mis amistades... No se pueden comparar los momentos con ellos a haber luchado por nuestras vidas junto a mi gente de Rocavarancolia. Vamos, creo yo que eso une muchísimo más. <<Pero papá y mamá...>> ¿Cómo podía quererles si apenas había pensado en ellos desde la Luna? Solo pensaba en ellos y en mis amigos cuando se me ocurrían cosas como "tengo que enseñarles esto" o "tengo que hablarles de esto y aquello".
Pero Marsi había preguntado sobre el mundo, así que cabeceé un poco como si quisiera centrarme y le miré para responderle. Me había quedado mirando al infinito mientras pensaba lo anterior.
—Pues... la verdad es... que no mucho... En mi mundo pasaba más tiempo pensando en viajar o en que ojalá existieran los mundos fantásticos de los libros de fantasía... Quién me iba a decir que existían. Bueno, que existís —reí—. La ciudad donde vivía es super pequeña y está en mitad de un desierto enorme, que a la vez está en una isla enorme muy alejada del resto del mundo. Nada destacable después de haber conocido esto. Se llama Alice Springs, como yo —dije riendo y luego seguí—. Lo que sí se echa de menos es la seguridad de poder dormir sin miedo a que algo te ataque, aunque allí te puedes encontrar insectos o reptiles bastante chungos y peligrosos rondando felizmente por tu casa. El resto del mundo nos conoce por tener los bichos más raros y letales del mundo. Como... ¡ese! —exclamé y señalé a una onyce con aspecto de escorpión—. Es un escorpión. ¿Ves la "cola" rematada en punta? Va cargadita de veneno. Son tan chungos que hasta se matan entre ellos.
La sombra se fijó en que la había nombrado y dio varias vueltas en el aire mientras miraba a las demás con... ¿suficiencia? Algunas cambiaron su forma para imitarla e incluso "pelear" entre ellas y me reí un poco, pero no consiguieron más atención que esos segundos de gloria pues volví a mirar a la varmana.
—Allí trabajaba con mis padres cuidando y criando pequeños monstruos, nada que ver con lo de aquí y muchísimo más manejables y menos peligrosos. Quizá echo de menos la reserva de animales... O a la familia... pero este sitio tiene magia, mil sitios por descubrir y conecta con otros mundos. Es todo con lo que he soñado de cría. Seguramente mis padres me odiarían si me escucharan decir esto... Tampoco estoy diciendo que esto sea maravilloso... tiene muchas cosas malas, horribles... —suspiré, pero no me dejé llevar por ese pensamiento y añadí algo más con una sonrisa—Pero nadie es perfecto... Bueno, ¿y tú?
Claro que tenía su lado malo, pero aún eso le sumaba puntos. No quería vivir en una ciudad ajena a los peligros, las maravillas y la magia del mundo. Preferiría algo así como Isengard con su torre negra con mis onyces en lugar de uruks o las zonas más difíciles de Azeroth... O incluso... Bueno, esa quizá era demasiado... <<Bueno... Ahí llevas a un personaje con habilidades fijas, aquí puedes aprender casi lo que quieras... pero... ¡Oye! La ciudad del Bloodborne se nos parece... ¡Serán plagiadores!>> No lo dije en voz alta porque ni me iban a entender ni quería que me vieran como una loca que prefiere el peligro a la tranquilidad. Aquí había magia y no cambiaría eso por nada. Ni siquiera para "recuperar" a los que habíamos perdido por el camino.
Cuando llegamos a la plaza, recordé la escena que tuvimos aquí con las malditas ratas gigantes. <<Nos apañamos bien aquel día, ¿eh? Comparando con otros problemas fue de la que mejor parados salimos... Y mira cómo nos evitan ahora>> No me costó mucho mantener a raya a las onyces, cosa que antes habría costado. Las entendía, de haber estado solas habría practicado el Tiro a la Rata un rato, pero no era el momento.
Fuimos a sentarnos en las ruinas de una casa, más concretamente en el murete de la entrada. Había algo como una pintura o un... <<Lo que usaban los griegos y romanos... ¡fresco! O algo así>> pero no le dediqué más atención pues la chica me hizo una pregunta. Mientras, las onyces tomaron posiciones a lo largo del edificio, a una distancia respetuosa de nosotras. Respetuosa en el sentido de que me daría tiempo a mandarlas de vuelta bastante rápidamente si se nos acercaban.
—Pues... —empecé pero luego ladeé la cabeza, pensativa, y lo pensé un poco.
Por un lado... echaba de menos mi casa, a mi familia y mis amistades... O en teoría debería sentir algo así... Se lo debía, ¿no? Pero lo cierto era que no pensaba a menudo en la Tierra y en la gente que había dejado allí... Durante la cosecha sí, claro, pero ahora... Quizá, no, sin duda, echaba de menos la seguridad de mi casa y de no tener que estar atenta a todo las veinticuatro horas del día, pero aquí tenía magia y amistades estupendas por las que valía la pena el riesgo. Pero una cosa era echar de menos... y otra seguir queriendo a mis padres, al menos a ellos, porque a mis amistades... No se pueden comparar los momentos con ellos a haber luchado por nuestras vidas junto a mi gente de Rocavarancolia. Vamos, creo yo que eso une muchísimo más. <<Pero papá y mamá...>> ¿Cómo podía quererles si apenas había pensado en ellos desde la Luna? Solo pensaba en ellos y en mis amigos cuando se me ocurrían cosas como "tengo que enseñarles esto" o "tengo que hablarles de esto y aquello".
Pero Marsi había preguntado sobre el mundo, así que cabeceé un poco como si quisiera centrarme y le miré para responderle. Me había quedado mirando al infinito mientras pensaba lo anterior.
—Pues... la verdad es... que no mucho... En mi mundo pasaba más tiempo pensando en viajar o en que ojalá existieran los mundos fantásticos de los libros de fantasía... Quién me iba a decir que existían. Bueno, que existís —reí—. La ciudad donde vivía es super pequeña y está en mitad de un desierto enorme, que a la vez está en una isla enorme muy alejada del resto del mundo. Nada destacable después de haber conocido esto. Se llama Alice Springs, como yo —dije riendo y luego seguí—. Lo que sí se echa de menos es la seguridad de poder dormir sin miedo a que algo te ataque, aunque allí te puedes encontrar insectos o reptiles bastante chungos y peligrosos rondando felizmente por tu casa. El resto del mundo nos conoce por tener los bichos más raros y letales del mundo. Como... ¡ese! —exclamé y señalé a una onyce con aspecto de escorpión—. Es un escorpión. ¿Ves la "cola" rematada en punta? Va cargadita de veneno. Son tan chungos que hasta se matan entre ellos.
La sombra se fijó en que la había nombrado y dio varias vueltas en el aire mientras miraba a las demás con... ¿suficiencia? Algunas cambiaron su forma para imitarla e incluso "pelear" entre ellas y me reí un poco, pero no consiguieron más atención que esos segundos de gloria pues volví a mirar a la varmana.
—Allí trabajaba con mis padres cuidando y criando pequeños monstruos, nada que ver con lo de aquí y muchísimo más manejables y menos peligrosos. Quizá echo de menos la reserva de animales... O a la familia... pero este sitio tiene magia, mil sitios por descubrir y conecta con otros mundos. Es todo con lo que he soñado de cría. Seguramente mis padres me odiarían si me escucharan decir esto... Tampoco estoy diciendo que esto sea maravilloso... tiene muchas cosas malas, horribles... —suspiré, pero no me dejé llevar por ese pensamiento y añadí algo más con una sonrisa—Pero nadie es perfecto... Bueno, ¿y tú?
Claro que tenía su lado malo, pero aún eso le sumaba puntos. No quería vivir en una ciudad ajena a los peligros, las maravillas y la magia del mundo. Preferiría algo así como Isengard con su torre negra con mis onyces en lugar de uruks o las zonas más difíciles de Azeroth... O incluso... Bueno, esa quizá era demasiado... <<Bueno... Ahí llevas a un personaje con habilidades fijas, aquí puedes aprender casi lo que quieras... pero... ¡Oye! La ciudad del Bloodborne se nos parece... ¡Serán plagiadores!>> No lo dije en voz alta porque ni me iban a entender ni quería que me vieran como una loca que prefiere el peligro a la tranquilidad. Aquí había magia y no cambiaría eso por nada. Ni siquiera para "recuperar" a los que habíamos perdido por el camino.
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- InvitadoInvitado
Re: Plaza de los Colaespina
01/06/15, 08:34 pm
Marsi recogió las piernas y se abrazó las rodillas, atendiendo a las explicaciones de la bruja. Sonaba como las ciudades del ecuador en su mundo, llenas de insectos venenosos y criaturas grotescas, pero no había muchos desiertos en Varmania, al menos no que ella supiese. << En realidad tampoco se tanto de mi propio mundo.>> pensó. Había leido libros, había conversado con exploradores, pero los bosques de su tierra eran demasiado espesos, y su tecnología prácticamente recien nacida.
-<< Yo echaba mucho de menos mi mundo al principio. La comida, la gente, las calles, es como todo lo contrario a esto... Pero no sé, desde que salió la Luna, cada vez pienso menos en volver. Siento que ya no tiene nada que ofrecerme, o que en realidad nunca tuvo nada que ofrecerme>>
Se había olvidado por completo de la promesa que les habían hecho a todos de poder volver a sus mundos pasado un año. En ese momento se le antojaba una idea absurda, ¿qué pintaba ella en Varmania? Incluso si pudiese volver a colocarse la cabeza en su sitio, ¿cómo iba a retomar su vida aburrida, a aspirar como mucho a continuar el negocio de su padre cuando en Rocavarancolia podía convertirse en leyenda?
-<< Recuerdo lo que le pedí a Ramas cuando vino a buscarme... - dijo de pronto, tras una larga pausa- Le pedí poder, estaba resentida con mis amigos de allí, me sentía tan insignificante. Y ahora, mírame.- Alzó ambas manos frente al vapor negro de su cuello, inspeccionando los callos frutos del trabajo, las pequeñas cicatrices, las uñas cortas reparadas una y mil veces con magia- A pesar de todo, ha cumplido su promesa. Sí que me gustaría volver a Varmania alguna vez, mi ciudad era realmente bonita, y querría poder explorarlo todo, pero ya no pertenezco allí. No lo añoro... como si añorase mi hogar.>>
Se sintió un poco avergonzada por el discurso. Bajó las manos y las piernas del murete, dejandolas colgando sobre el vacío y ocultando las manos entre estas. ¿Tal vez se lo estaba creyendo demasiado? Esperaba que Alice no se riese de ella.
-<< Yo echaba mucho de menos mi mundo al principio. La comida, la gente, las calles, es como todo lo contrario a esto... Pero no sé, desde que salió la Luna, cada vez pienso menos en volver. Siento que ya no tiene nada que ofrecerme, o que en realidad nunca tuvo nada que ofrecerme>>
Se había olvidado por completo de la promesa que les habían hecho a todos de poder volver a sus mundos pasado un año. En ese momento se le antojaba una idea absurda, ¿qué pintaba ella en Varmania? Incluso si pudiese volver a colocarse la cabeza en su sitio, ¿cómo iba a retomar su vida aburrida, a aspirar como mucho a continuar el negocio de su padre cuando en Rocavarancolia podía convertirse en leyenda?
-<< Recuerdo lo que le pedí a Ramas cuando vino a buscarme... - dijo de pronto, tras una larga pausa- Le pedí poder, estaba resentida con mis amigos de allí, me sentía tan insignificante. Y ahora, mírame.- Alzó ambas manos frente al vapor negro de su cuello, inspeccionando los callos frutos del trabajo, las pequeñas cicatrices, las uñas cortas reparadas una y mil veces con magia- A pesar de todo, ha cumplido su promesa. Sí que me gustaría volver a Varmania alguna vez, mi ciudad era realmente bonita, y querría poder explorarlo todo, pero ya no pertenezco allí. No lo añoro... como si añorase mi hogar.>>
Se sintió un poco avergonzada por el discurso. Bajó las manos y las piernas del murete, dejandolas colgando sobre el vacío y ocultando las manos entre estas. ¿Tal vez se lo estaba creyendo demasiado? Esperaba que Alice no se riese de ella.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
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Re: Plaza de los Colaespina
08/06/15, 05:26 pm
Lo primero que dijo Marsi me hizo pensar que opinaba lo mismo. ¿O no era cierto que nuestro nuevo potencial sería más productivo aquí que allí? Sí, claro que en la Tierra molaría que hubiera superhéroes o algo así... Pero acabaríamos mal. Y también que todo lo que siempre quise hacer allí se quedaba corto en comparación con lo que podría hacer aquí. <<Con un par de hechizos la Tierra se quedaría aburrida... Pero ¿esta ciudad? ¿Portales a otros mundos? Cuenta con mi hacha>> Siempre que pensaba en algo similar a esto acababa en una palabra que lo impregnaba todo: magia. <<Y quieras que no, eso que dijo Marsi de "nunca tuvo nada que ofrecerme"... Hm... En la Tierra siempre estaba en mi mundo de libros y magia... No siempre, vale, pero ahora encajo más aquí que allí... Sí, rematadamente sí. Además, seguramente si mis padres me vieran feliz aquí se alegrarían y siempre puedo ir de visita de vez en cuando. ¡Todos felices!>>
Lo segundo que dijo me hizo sonreír, pues me hizo recordar los días buenos de la cosecha y la evolución de mis amigos, pero en especial la de Marsi por estar hablando ahora las dos. Y la miré cuando lo dijo, claro que la miré, ¿qué otra cosa merecía la pena mirar en aquel momento? La transformación le venía al pelo, quitando el detalle de la cabeza... Pero era lo que había, y le pegaba mucho. Y encima tenía magia y ese humillo tan chulo ¡y una montura! <<Parece una clase del WoW... Bueno, todos podríamos parecerlo>> reí mentalmente.
Cuando acabó, asentí. Entendía a la perfección sus últimas palabras. Y en cierta medida me había dado una "idea" o una nueva forma de ver las cosas. Así que le respondí, pero antes me giré hacia ella.
—Sí, mírate. ¿Puedo? —inquirí mientras alargaba mis manos para coger las suyas—. Solo con mirar qué manos tan curtidas tienes se puede ver mucho. Eres una guerrera bastante hábil y serás aún más poderosa si te esfuerzas... y conociéndote te esfuerzas todos los días —le dije con una sonrisa y luego, tras darles un apretón con suavidad, las solté. Acto seguido me levanté —. Mírame tú ahora.
De pie como estaba, intenté dar una vuelta sobre mí misma pero como si estuviera bailando. Salió más mal que bien, pero la vuelta la di.
—Lo torpe y cobardica que era al llegar aquí y lo que soy y seré en el futuro—y volví a sentarme junto a ella—. Bueno sigo siendo algo torpe pero eso solo lo sabes tú —dije riendo.
Habría dicho que mejoramos todos durante la cosecha, pero ni siquiera eso bastó para que todos la superásemos y no quería disparar malos recuerdos.
—Y me has dado una idea. No tenemos por qué añorar nuestros viejos mundos... Pero... ¿Cómo era la frase? En la Tierra decíamos algo así como "nadie puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni la persona ni el agua serán los mismos". Osea, que podemos explorarlos como turistas, como si fuera la primera vez que vamos. Porque en parte es así, ya no somos las mismas que cuando nos cosecharon. Hemos cambiado y mejorado, ¿no crees? Y... Hum... Si hablo mucho dímelo, que ya sabes que no callo ni en sueños —rematé entre risas.
Lo segundo que dijo me hizo sonreír, pues me hizo recordar los días buenos de la cosecha y la evolución de mis amigos, pero en especial la de Marsi por estar hablando ahora las dos. Y la miré cuando lo dijo, claro que la miré, ¿qué otra cosa merecía la pena mirar en aquel momento? La transformación le venía al pelo, quitando el detalle de la cabeza... Pero era lo que había, y le pegaba mucho. Y encima tenía magia y ese humillo tan chulo ¡y una montura! <<Parece una clase del WoW... Bueno, todos podríamos parecerlo>> reí mentalmente.
Cuando acabó, asentí. Entendía a la perfección sus últimas palabras. Y en cierta medida me había dado una "idea" o una nueva forma de ver las cosas. Así que le respondí, pero antes me giré hacia ella.
—Sí, mírate. ¿Puedo? —inquirí mientras alargaba mis manos para coger las suyas—. Solo con mirar qué manos tan curtidas tienes se puede ver mucho. Eres una guerrera bastante hábil y serás aún más poderosa si te esfuerzas... y conociéndote te esfuerzas todos los días —le dije con una sonrisa y luego, tras darles un apretón con suavidad, las solté. Acto seguido me levanté —. Mírame tú ahora.
De pie como estaba, intenté dar una vuelta sobre mí misma pero como si estuviera bailando. Salió más mal que bien, pero la vuelta la di.
—Lo torpe y cobardica que era al llegar aquí y lo que soy y seré en el futuro—y volví a sentarme junto a ella—. Bueno sigo siendo algo torpe pero eso solo lo sabes tú —dije riendo.
Habría dicho que mejoramos todos durante la cosecha, pero ni siquiera eso bastó para que todos la superásemos y no quería disparar malos recuerdos.
—Y me has dado una idea. No tenemos por qué añorar nuestros viejos mundos... Pero... ¿Cómo era la frase? En la Tierra decíamos algo así como "nadie puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni la persona ni el agua serán los mismos". Osea, que podemos explorarlos como turistas, como si fuera la primera vez que vamos. Porque en parte es así, ya no somos las mismas que cuando nos cosecharon. Hemos cambiado y mejorado, ¿no crees? Y... Hum... Si hablo mucho dímelo, que ya sabes que no callo ni en sueños —rematé entre risas.
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Re: Plaza de los Colaespina
10/06/15, 10:54 pm
Marsi se puso hecha un flan cuando Alice le cogió las manos. No rechazó el contacto, ni le parecía incómodo, pero sí que le hacía sentirse un poco nerviosa. Se sentía halagada por las palabras de la bruja, no estaba demasiado acostumbrada a que reconociesen su esfuerzo, y que alguien se diese cuenta de todo lo que trabajaba era como una chuchería para su maltratado ego.
Miró a Alice cuando ella se lo pidió, tal vez con mucha más atención de la que posiblemente le hubiese pedido la humana, pero no tener cara a veces tenía sus ventajas. Nunca le había parecido torpe, la tenía como una persona inteligente, resuelta y con gran fuerza de voluntad. Había sobrevivido a la ciudad y había florecido como uno de sus milagros. A Marsi no le agradaban las onyces, lo reconocía, sin embargo no podía negar lo impresionante de su poder, ni la fuerza que el aura de la chica humana había ganado.
La proposición que siguió la empujó a levantarse de un salto y tomar las manos de Alice casi en un impulso.
-<< ¿Vendrías a mi mundo?>>- preguntó emocionada. Le soltó las manos, avergonzada- <<Lo siento... Yo... Oh, te va a encantar. La comida es increíble, y los paisajes. Es todo verde, nada que ver con Rocavarancolia, con enormes cascadas y ríos... >>
Quería volver, quería ver su mundo, y sobretodo quería que los demás lo vieran. Un instante de pánico reventó la burbuja de ilusión que se había formado en torno a sus pensamientos.
-<< ¿Cómo voy a aparecer por allí con este aspecto?>>
Miró a Alice cuando ella se lo pidió, tal vez con mucha más atención de la que posiblemente le hubiese pedido la humana, pero no tener cara a veces tenía sus ventajas. Nunca le había parecido torpe, la tenía como una persona inteligente, resuelta y con gran fuerza de voluntad. Había sobrevivido a la ciudad y había florecido como uno de sus milagros. A Marsi no le agradaban las onyces, lo reconocía, sin embargo no podía negar lo impresionante de su poder, ni la fuerza que el aura de la chica humana había ganado.
La proposición que siguió la empujó a levantarse de un salto y tomar las manos de Alice casi en un impulso.
-<< ¿Vendrías a mi mundo?>>- preguntó emocionada. Le soltó las manos, avergonzada- <<Lo siento... Yo... Oh, te va a encantar. La comida es increíble, y los paisajes. Es todo verde, nada que ver con Rocavarancolia, con enormes cascadas y ríos... >>
Quería volver, quería ver su mundo, y sobretodo quería que los demás lo vieran. Un instante de pánico reventó la burbuja de ilusión que se había formado en torno a sus pensamientos.
-<< ¿Cómo voy a aparecer por allí con este aspecto?>>
- Jack
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Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
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Re: Plaza de los Colaespina
11/06/15, 12:12 am
Lo que sucedió a continuación me hizo reír suavemente y sonreír, pues me gustaba verla animada o emocionada con algo. ¡Mira que avergonzarse y disculparse por eso! Tuve el impulso de decirle que no se preocupara y recuperar el contacto, pero cambié de idea al instante siguiente pues no quería molestarle o incomodarle.
—Pues claro que iría, criatura. No me perdería una aventura contigo, a donde sea y cuando sea, y menos si se trata de visitar tu mundo.
Lo siguiente, sin embargo, me preocupó el tono con que empezó a hablar... y luego un poco la cuestión. Ni había caído en eso ni lo había pensado... Pero habiendo hechizos, alguno tenía que haber... ¡Para cosechar, por ejemplo! Los cosechadores que conocía eran muy distintos a los mundos que tenían... Si tienen que aparecer, convencerles y hacerles firmar como a los terrícolas dudo mucho que lo hagan en su forma original... ¿Se harán invisibles? ¿Se disfrazarán o camuflarán de alguna forma?>>
—Pues... alguna forma tiene que haber. En mis libros de fantasía siempre había magia para hacerse invisibles o crear ilusiones sobre el cuerpo para aparentar ser otra cosa. Lo miraré en cuanto pueda y también preguntaré a algunos que conozco, y practicaré lo que mejor nos venga, ¿vale? No te preocupes, encontraremos la forma. A las malas siempre podemos ir desde lejos y sin que nadie nos vea como primer acercamiento y luego...
Me interrumpió un bostezo bastante bonito. Me pilló desprevenida y abrí la boca mucho, tanto que me dio la risa y agaché la cabeza y la tapé con una mano.
—Ay. Perdón. Que... eso, que luego podemos ir a sitios con gente. Ya verás como lo conseguimos, Marsi —estiré los brazos, como segunda parte del bostezo, y vi el cielo nocturno—. Creo que mejor ir volviendo ya, que mira qué tarde se nos ha hecho. Eso sí, esto hay que repetirlo, ¿eh?
—¿Pero no íbamos a cazar colaespinas? —me increpó una onyce desde lo alto, en privado.
—En otro momento. Ahora a casa.
—Pues ojalá nos ataque algo por el camino... —me respondió en privado, también.
—Callad. Bueno, te acompaño a la Sede y luego mis locas me acompañan a Serpentaria, ¿vale? Es lo más práctico... Y si no pues te secuestraré y te llevaré a casa —bromeé.
Sigue en la Torre Serpentaria
—Pues claro que iría, criatura. No me perdería una aventura contigo, a donde sea y cuando sea, y menos si se trata de visitar tu mundo.
Lo siguiente, sin embargo, me preocupó el tono con que empezó a hablar... y luego un poco la cuestión. Ni había caído en eso ni lo había pensado... Pero habiendo hechizos, alguno tenía que haber... ¡Para cosechar, por ejemplo! Los cosechadores que conocía eran muy distintos a los mundos que tenían... Si tienen que aparecer, convencerles y hacerles firmar como a los terrícolas dudo mucho que lo hagan en su forma original... ¿Se harán invisibles? ¿Se disfrazarán o camuflarán de alguna forma?>>
—Pues... alguna forma tiene que haber. En mis libros de fantasía siempre había magia para hacerse invisibles o crear ilusiones sobre el cuerpo para aparentar ser otra cosa. Lo miraré en cuanto pueda y también preguntaré a algunos que conozco, y practicaré lo que mejor nos venga, ¿vale? No te preocupes, encontraremos la forma. A las malas siempre podemos ir desde lejos y sin que nadie nos vea como primer acercamiento y luego...
Me interrumpió un bostezo bastante bonito. Me pilló desprevenida y abrí la boca mucho, tanto que me dio la risa y agaché la cabeza y la tapé con una mano.
—Ay. Perdón. Que... eso, que luego podemos ir a sitios con gente. Ya verás como lo conseguimos, Marsi —estiré los brazos, como segunda parte del bostezo, y vi el cielo nocturno—. Creo que mejor ir volviendo ya, que mira qué tarde se nos ha hecho. Eso sí, esto hay que repetirlo, ¿eh?
—¿Pero no íbamos a cazar colaespinas? —me increpó una onyce desde lo alto, en privado.
—En otro momento. Ahora a casa.
—Pues ojalá nos ataque algo por el camino... —me respondió en privado, también.
—Callad. Bueno, te acompaño a la Sede y luego mis locas me acompañan a Serpentaria, ¿vale? Es lo más práctico... Y si no pues te secuestraré y te llevaré a casa —bromeé.
Sigue en la Torre Serpentaria
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● Jack: Vampiro de humo terrícola.
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● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
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Re: Plaza de los Colaespina
23/06/15, 09:38 pm
Al final el chico dijo de ir, así que... ¡Rumbo a la plaza de las ratas! O colaespina, que también había oído mencionarlo como si fuera el nombre "oficial" y no era difícil entender a qué se refería. Lo que fueran. Eso sí, la cosecha acababa de empezar y tendríamos que ir con mil ojos... Bueno, mil no, o quizá sí, porque nunca me había parado a contar mis onyces, pero lo importante era que tenía muchos, muchos ojos a mi disposición. Y eso si no contaba con las estirges de Dhelian. Lo cual podría haber sido un problema poco después de transformarnos, pero ya las teníamos bien sujetas y no había peligro. Que hablando de transformarnos, de mi grupo era la que menos cambios físicos tenía... <<Bueno, Marsi y su cabeza... Lo suyo es más impactante que mi pelo o mis rasgos>> No es que me molestase o algo raro, pero era la que seguía pareciendo menos monstruo por fuera, lo cual era irónico.
—Oye, Dhelian, antes de que lleguemos, por si algo me mata... Imagínate que un día me cambiara el color de piel al de mi pelo. ¿Creerías que estoy pirada? —le pregunté y me reí al final.
Fuimos por las calles evitando las zonas más cercanas a la Cicatriz y a la Avenida de las Casas Carnívoras por si los cosechados de Letargo, por ser los que quedaban más cercanos con respecto a donde íbamos, habían decidido pasar por allí. Pero ni rastro de ellos... Pero sí que había rastro de las ratas... y de uno de los grupos de cestas que las bañeras dejaban caer. Entre las onyces, las estirges, y la magia de que disponíamos Dhelian y yo, aquello iba a ser más como las peleas del WoW de cuando volvía a recorrer zonas de nivel muy inferior al mío. <<Pero sin confiarse, ¿eh? Que en el juego resucitas, pero aquí...>>
—¡Mira! Qué recuerdos, ¿no? —exclamé—. Oye. No lo vas a pillar, pero nosotros los hobbits hacemos varios desayunos y allí delante hay comida pero se la están comiendo las ratas...
Ratas que por cierto empezaron a formar delante y alrededor de las cestas. A la vez, las onyces nos avisaron de que otras se asomaban en sus madrigueras en las ruinas que rodeaban la plaza. Les eché un rápido vistazo y luego preparé las manos para lanzar un hechizo. Si las ratas tenían práctica, quizá entendieran lo que estaba a punto de pasar.
—Así que... ¿Qué tal si cazamos un poco?
Los bichos que teníamos enfrente empezaron a enarbolar sus colas, temblequeantes, como esperando por si nos dábamos la vuelta. No esperaron mucho pues empezaron a separarse y a formar un arco. A nuestro favor quizá teníamos que si no reconocían a las onyces individuales como frágiles, tenían demasiados objetivos a los que prestar atención.
—Os quieren rodear; atentos.
A la vez, mantenía a las onyces alerta a mi espalda y por el aire. Estaban agrupadas en pequeños grupos esféricos, compactos. En cuanto diera la orden, saldrían disparadas hacia las colaespinas, a la cabeza y esquivando las púas a ser posible. Bueno, la "orden" era más un disparador que una orden verbal como tal. En cuanto pronuncié el hechizo de intangibilidad sobre mí, salieron disparadas contra las cabezas peludas.
—¡AL ATAQUE! —gritaron todas al cargar contra la primera lluvia de púas.
Las esferas, u ovnis como había decidido llamarles, se lanzaron contra tres de las colaespinas que estaban más cerca. Varias púas golpearon el suelo a mi alrededor e incluso me atravesaron y cayeron más atrás. De reojo vi que Dhelian había hecho lo mismo, así que me despreocupé del chico y me centré en la criatura más cercana que no estuviera sufriendo el acoso de los ovnis. Nos rodeaban ocho, así que...
—¡Tenéis cuatro para cada! ¡Vuelve a haber carne en el menú! —gritó una onyce por mí. La segunda frase se la había enseñado en el camino.
Con la intangibilidad lista y las ratas saturadas con las onyces y las estirges, pude elegir a una cualquiera y hacerla levitar... Hacia arriba con cierta velocidad hasta que la altura fue considerable y solté mi presa. No me preocupé en fijarme dónde caía sino que pasé a otra que me quedaba más cerca y a la que pude lanzar un hechizo de corte a su costado, aunque lo había ideado para acertar a la cabeza. La criatura se me volvió chillando y entonces uno de los ovnis le impactó en la cara. El golpe fue mínimo, pero las onyces se pegaron a sus ojos y mientras se debatía para sacudírselas, pude lanzarle un hechizo de impacto que la lanzó rodando hacia atrás. Ahora sí, antes de que se pudiera unir a la escaramuza otro hechizo de corte le hizo una cara nueva. En mi cabeza resonó el sonido que más me recordaba a esa palabra inglesa que significaba "disparo en la cabeza" mientras la malherida colaespina huía.
—Oye, Dhelian, antes de que lleguemos, por si algo me mata... Imagínate que un día me cambiara el color de piel al de mi pelo. ¿Creerías que estoy pirada? —le pregunté y me reí al final.
Fuimos por las calles evitando las zonas más cercanas a la Cicatriz y a la Avenida de las Casas Carnívoras por si los cosechados de Letargo, por ser los que quedaban más cercanos con respecto a donde íbamos, habían decidido pasar por allí. Pero ni rastro de ellos... Pero sí que había rastro de las ratas... y de uno de los grupos de cestas que las bañeras dejaban caer. Entre las onyces, las estirges, y la magia de que disponíamos Dhelian y yo, aquello iba a ser más como las peleas del WoW de cuando volvía a recorrer zonas de nivel muy inferior al mío. <<Pero sin confiarse, ¿eh? Que en el juego resucitas, pero aquí...>>
—¡Mira! Qué recuerdos, ¿no? —exclamé—. Oye. No lo vas a pillar, pero nosotros los hobbits hacemos varios desayunos y allí delante hay comida pero se la están comiendo las ratas...
Ratas que por cierto empezaron a formar delante y alrededor de las cestas. A la vez, las onyces nos avisaron de que otras se asomaban en sus madrigueras en las ruinas que rodeaban la plaza. Les eché un rápido vistazo y luego preparé las manos para lanzar un hechizo. Si las ratas tenían práctica, quizá entendieran lo que estaba a punto de pasar.
—Así que... ¿Qué tal si cazamos un poco?
Los bichos que teníamos enfrente empezaron a enarbolar sus colas, temblequeantes, como esperando por si nos dábamos la vuelta. No esperaron mucho pues empezaron a separarse y a formar un arco. A nuestro favor quizá teníamos que si no reconocían a las onyces individuales como frágiles, tenían demasiados objetivos a los que prestar atención.
—Os quieren rodear; atentos.
A la vez, mantenía a las onyces alerta a mi espalda y por el aire. Estaban agrupadas en pequeños grupos esféricos, compactos. En cuanto diera la orden, saldrían disparadas hacia las colaespinas, a la cabeza y esquivando las púas a ser posible. Bueno, la "orden" era más un disparador que una orden verbal como tal. En cuanto pronuncié el hechizo de intangibilidad sobre mí, salieron disparadas contra las cabezas peludas.
—¡AL ATAQUE! —gritaron todas al cargar contra la primera lluvia de púas.
Las esferas, u ovnis como había decidido llamarles, se lanzaron contra tres de las colaespinas que estaban más cerca. Varias púas golpearon el suelo a mi alrededor e incluso me atravesaron y cayeron más atrás. De reojo vi que Dhelian había hecho lo mismo, así que me despreocupé del chico y me centré en la criatura más cercana que no estuviera sufriendo el acoso de los ovnis. Nos rodeaban ocho, así que...
—¡Tenéis cuatro para cada! ¡Vuelve a haber carne en el menú! —gritó una onyce por mí. La segunda frase se la había enseñado en el camino.
Con la intangibilidad lista y las ratas saturadas con las onyces y las estirges, pude elegir a una cualquiera y hacerla levitar... Hacia arriba con cierta velocidad hasta que la altura fue considerable y solté mi presa. No me preocupé en fijarme dónde caía sino que pasé a otra que me quedaba más cerca y a la que pude lanzar un hechizo de corte a su costado, aunque lo había ideado para acertar a la cabeza. La criatura se me volvió chillando y entonces uno de los ovnis le impactó en la cara. El golpe fue mínimo, pero las onyces se pegaron a sus ojos y mientras se debatía para sacudírselas, pude lanzarle un hechizo de impacto que la lanzó rodando hacia atrás. Ahora sí, antes de que se pudiera unir a la escaramuza otro hechizo de corte le hizo una cara nueva. En mi cabeza resonó el sonido que más me recordaba a esa palabra inglesa que significaba "disparo en la cabeza" mientras la malherida colaespina huía.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Plaza de los Colaespina
24/06/15, 12:45 am
Eran como un pequeño ejercito alla a donde iban y eso que Dhelian no tenia aun demasiadas estirges, con el iban unas dieciséis en ese momento, una mas o una menos. Algunas se había quedado en Serpentaria ya que estaban criando, debía averiguar como hacer que crecieran mas rápido. Como brujo podría pero quería asegurarse que aquello no conllevara algún daño a estas, no le convenía que tuvieran un mal proceso de crecimiento. La pregunta de Alice atrajo su atención de vuelta al presente mientras sobre su cabeza Hugin vigilaba alrededor.
-Pues un poco si -admitió pensando en como se vería toda negra, literalmente, aunque luego sonrió- Pero no es muy deferente de mi, aunque mi cambio de color fue obligado -señaló su piel gris, tirándose un suave pellizco en el brazo- Eso si, te parecerías mucho a una onyces ¿o es que eso quieres? -pregunto suponiendo que era eso- Si lo haces, ponte una lucecita en la frente o algo, porque no habrá forma de verte de noche -bromeó. Si quería hacer eso no le veía el problema, mientras el cambio de tonalidad de piel no supusiera comportarse igual que las onces que comandaba, perfecto.
-Solo, bueno, no dejes de ser Alice, incluso aunque seas Onyx para el resto. No quiero que te conviertas en una onyces mas alla del aspecto -añadió sonriendole un poco, no esperando que entendiera del todo. Habían conocido a Yip y lo que había pasado con su personalidad. Alice no era cambiante cierto, pero los brujos no es que estuvieran muy bien de la cabeza tampoco. El dominio afectaba a de algún modo al fin de cuentas, al menos a el por ejemplo con las cositas brillantes que le atraían mas igual que a sus estirges, así que tal vez pasara lo mismo con su compañera.
No tardaron en llegar a la plaza de las colaespinas, dando un rodeo para evitar encontrarse con los recién cosechado y así evitar cualquier contra tiempo. Contra menos supiera de ellos por el momento menos lamentaría sus muertes o se encariñaría.
Las estirges no tardaron en localizar a las alimañas y comenzaron a agruparse en el cielo en torno al pequeño grupo que salio a su encuentro, manteniéndose a una distancia prudente. Dhelian se volvió intangible viendo que Alice hacía lo mismo. EL primer embate llego las agujas traspasaron a Dhelian y sus estirges volando a una buena altura no fueron tocadas, tras eso consiguieron separar a las colaespinas. Mientras ella y sus onyces luchaban a su peculiar forma, el lo hizo con las cuatro que quedaron a su alcance. Dhelian dejo una orden clara en la mente de las estirges, unas distraerían y otras atacarían. No tardaron en obedecer la simple y directa orden.
Estas comenzaron a volar a cierta altura lanzándose en picado contras las colaespinas esquivando las púas como podían, intentando traer su atención y confundirlas, manteniendo siempre una prudente distancia de sus ataques. Mientras algunas hacían eso, otras atacaban cuando se despistaban, algunas logrando acercarse y desgarrar la piel con sus garras y picos, ni aun así aquello salvo a una de las estirges de acabar como puercoespin a causa de las púas, herida de gravedad.
Una de las colaespinas logró salirse del ataque masivo de los picos y garras de las aves, pero no llego muy lejos. Dhelian le lanzo un hizo de levitación, dejándola colgando a unos tres metros sobre el suelo y cuatro de sus estirges se lanzaron contra la alimaña clavando sus picos y garras en su carne salpicando el suelo de sangre, mientras esta no dejaba de chillar.
Las colaespinas del suelo lanzaron sus púas contra las estirges intentando alejarlas, consiguiendo darle a una de ellas en el ala derecha, haciéndola caer herida al suelo sin poder volar. Antes de que la colaespina se lanzaran a por ella para terminar el trabajo, Dhelian se acerco rápidamente lanzandole un hechizo de impacto que la dejo aturdida al chocarse contra una pared cercana, el bicho logro recuperarse y cojeando salio corriendo huyendo del ataque. Quedaban dos.
-Pues un poco si -admitió pensando en como se vería toda negra, literalmente, aunque luego sonrió- Pero no es muy deferente de mi, aunque mi cambio de color fue obligado -señaló su piel gris, tirándose un suave pellizco en el brazo- Eso si, te parecerías mucho a una onyces ¿o es que eso quieres? -pregunto suponiendo que era eso- Si lo haces, ponte una lucecita en la frente o algo, porque no habrá forma de verte de noche -bromeó. Si quería hacer eso no le veía el problema, mientras el cambio de tonalidad de piel no supusiera comportarse igual que las onces que comandaba, perfecto.
-Solo, bueno, no dejes de ser Alice, incluso aunque seas Onyx para el resto. No quiero que te conviertas en una onyces mas alla del aspecto -añadió sonriendole un poco, no esperando que entendiera del todo. Habían conocido a Yip y lo que había pasado con su personalidad. Alice no era cambiante cierto, pero los brujos no es que estuvieran muy bien de la cabeza tampoco. El dominio afectaba a de algún modo al fin de cuentas, al menos a el por ejemplo con las cositas brillantes que le atraían mas igual que a sus estirges, así que tal vez pasara lo mismo con su compañera.
No tardaron en llegar a la plaza de las colaespinas, dando un rodeo para evitar encontrarse con los recién cosechado y así evitar cualquier contra tiempo. Contra menos supiera de ellos por el momento menos lamentaría sus muertes o se encariñaría.
Las estirges no tardaron en localizar a las alimañas y comenzaron a agruparse en el cielo en torno al pequeño grupo que salio a su encuentro, manteniéndose a una distancia prudente. Dhelian se volvió intangible viendo que Alice hacía lo mismo. EL primer embate llego las agujas traspasaron a Dhelian y sus estirges volando a una buena altura no fueron tocadas, tras eso consiguieron separar a las colaespinas. Mientras ella y sus onyces luchaban a su peculiar forma, el lo hizo con las cuatro que quedaron a su alcance. Dhelian dejo una orden clara en la mente de las estirges, unas distraerían y otras atacarían. No tardaron en obedecer la simple y directa orden.
Estas comenzaron a volar a cierta altura lanzándose en picado contras las colaespinas esquivando las púas como podían, intentando traer su atención y confundirlas, manteniendo siempre una prudente distancia de sus ataques. Mientras algunas hacían eso, otras atacaban cuando se despistaban, algunas logrando acercarse y desgarrar la piel con sus garras y picos, ni aun así aquello salvo a una de las estirges de acabar como puercoespin a causa de las púas, herida de gravedad.
Una de las colaespinas logró salirse del ataque masivo de los picos y garras de las aves, pero no llego muy lejos. Dhelian le lanzo un hizo de levitación, dejándola colgando a unos tres metros sobre el suelo y cuatro de sus estirges se lanzaron contra la alimaña clavando sus picos y garras en su carne salpicando el suelo de sangre, mientras esta no dejaba de chillar.
Las colaespinas del suelo lanzaron sus púas contra las estirges intentando alejarlas, consiguiendo darle a una de ellas en el ala derecha, haciéndola caer herida al suelo sin poder volar. Antes de que la colaespina se lanzaran a por ella para terminar el trabajo, Dhelian se acerco rápidamente lanzandole un hechizo de impacto que la dejo aturdida al chocarse contra una pared cercana, el bicho logro recuperarse y cojeando salio corriendo huyendo del ataque. Quedaban dos.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
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