Plaza de los Colaespina

Llegamos a la plaza de los colaespina rápido, estamos relativamente cerca y no tenemos que andar mucho, voy con el escudo por delante y la espada desenvainada, estoy alerta a los movimientos de los colaespina, en el centro de la plaza no están las cestas, tampoco los restos ... ¿que habrá pasado?, ¿cuantos días lleva sin llegar la comida?, pero a falta de cestas buenas son ratas, así que espero a que aparezca alguna ... todos van llegando y se colocan en distintos lugares, esperando a que las ratas den señales de vida, estamos en una posición algo ventajosa, lo justo para que no nos rodeen ...

Vacuum llega el primero, listo para lo que pueda ocurrir. Yo llevo el escudo colgado del brazo, con su funda puada; la espada en la diestra y el látigo colgando de la muñeca. Lo malo del látigo es que tiren de él, pero cuando ocurra, me ocuparé. Lo gracioso de la plaza es que ni las ratas ni nosotros hemos cogido comida de aquí en los últimos días. Las ratas estarán desesperadas, así que atacarán sin ton ni son, de forma descuidada. Si derriban a alguien irán todas a por ese alguien, hambrientas, sin importarle que sigamos varios en pie. ¿Yo? Voy encorvado, tras el escudo, con la espada a mi diestra. Y de esta guisa me acerco a las colaespinas, que empiezan a chillarnos. Algunas retroceden para preparar sus púas y otras se nos acercan, ansiosas. Estas son las primeras en llevarse un latigazo en los morros, así que primero retroceden y luego buscan la forma de rodearme. Van listas. Tal y como estoy, solo pueden herirme por la espalda y estoy cubierto, el grupo está detrás de mí. Así que...
-A cazar ratas se ha dicho.-digo en voz alta.
Luego empiezo a lanzar mandobles a las que se me acercan al costado derecho, mientras arremeto con el escudo con las de enfrente. Pero sin alejarme mucho del grupo.

Sigo al resto del grupo.
Todos se ponen en posición defensiva, y cuando se acercan, comienzan a atacar.
El objetivo está claro: matar al mayor número posible.
Permanezco inalterable, hasta que una de ellas se acerca lo suficiente como para esquivar sus dientes y, segundos después, poder lanzar una estocada con mi daga.

Muchas espinas salen disparadas hacia mí.
Las veo desplazándose hacia mí a toda velocidad, e intento apartarme.
Sin embargo, pierdo el equilibrio en ese intento, y algunas de esas espinas se clavan en mi cuerpo. Noto una de ellas especialmente dolorosa atravesándome el brazo.
Suelto un breve grito, y desisto en el intento de arrancar esa espina de mi brazo.
Entonces, entre un confuso borrón, oigo a Elliot mencionar algo de retirarse, por lo que me pongo en pie, sintiendo fuertes palpitaciones de dolor en el brazo, y corro tras los demás.
Sin embargo, lo noto. No dejo de perder sangre.

Jack se adelanta cuando empiezan a salir ratas de todas partes, están hambrientos, ¿cuanto tiempo llevan sin comer?, se deben de haber habituado a las cestas y hace mucho que no cazan, vaya mierda, Jack las mantiene alejadas con el látigo y Elliot crea una barrera girando las cariocas a toda velocidad, Martalar solo va con la daga, mala combinación, esta muy desprotegida, intento avisarle, pero antes de que evitarlo se le clavan varias espinas se le clavan en el cuerpo, la mas grave le atraviesa un brazo, a Elliot también la hieren en el brazo, y cuando se carga una rata que ha matado al hombro, otra mas le muerde en la pierna, hasta que la deja tonta con un golpe de carioca ... yo aun no me he enfrentado con ninguna, las espinas rebotan en el escudo y la situación esta descontrolada, Elliot dice algo de retirarse y estoy de acuerdo, me acerco a ella, detrás de Marta, asestándole un mandoble a la rata atontada y mandándola de una patada con sus compañeras, una espina me roza el antebrazo desnudo, pero es superficial, así que echo a correr junto con el resto hacia el burdel, cubriendo la retirada con el escudo ...

Continua en el Burdel de Dama Espasmo.

No me gusta nada todo esto. Elliot y Martalar van con sus armas, la una con sus cariocas y la otra con una única daga...Mientras bloqueo a las colaespinas y me deshago de ellas alejándolas con el látigo, me agacho hasta el suelo de pronto, pues veo una lluvia de púas. El grito no llega, pero un rápido vistazo me revela a Martalar herida. ¡Y Elliot también está herida! Maldita sea...Al menos hay dos ratas muertas...Hay que irse. Es más, los demás inician la retirada. Empiezo a retrocedder, andando de espaldas, hacia el burdel. Una rata ansiosa se lanza contra mí y raudo le estampo el borde del escudo en la cabeza, destrozándola. Varias se lanzan a por el cadáver, hambrientas, pero otra más atrevida me chilla y se me acerca peligrosamente. Con el látigo la golpeo varias veces y la remato con otro golpe bestial del escudo, rompiéndole el cuello. Me la echo al hombro y echo a andar, de espaldas, de vuelta al burdel. Las púas siguen rebotando en el escudo, inútiles...
(sigue en el burdel de Dama Espasmo)

Los colaespinas se dispersan cuando sienten la amenaza de Estigma. Una de ellas sale volando y se espampa contra un esdificio. Cain se detiene en seco... ¿por qué actuaba de esa manera tan violenta?? Aminoró la marcha y se acercó lentamente a la bañera. los colaespinas ya no gruñían, simplemente se habían esfumado, y extrañamente esto provocaba en Caín más miedo que alivio. Le pasó una cesta a Elliot y otras dos para él. E hizo levitar una tercera.
-Puedes con otra?- le preguntó a Elliot

Cain corre hacia el burdel, mirando al colaespina malherido todavía en el suelo. ¿Pagaba con ellos su enfado? Esperaba que no le diesen más rabietas como esa, o la cosa se iba a poner seria...

(sigue en el burdel de dama espasmo)

Llego a la plaza de los colaespinas flotando entre la brisa de la noche. Esta forma de viajar no es solo emocionante, sino que también es cómoda. Si no fuera por el miedo que tengo de que pase algo, ahora mismo estaría disfrutando del viaje. Aún queda energía en los amuletos, por suerte, y últimamente noto que la magia sale más fluida ¿por la práctica tal vez? Aun así es una mejora bastante brusca.
No tengo tiempo para divagar más, pronto diviso las cestas en la plaza. Todo parece bastante tranquilo pero no me puedo fiar. Sin terminar el hechizo de levitación que me sostiene, lanzo el mismo de nuevo, pero dirigido a la cesta. Esta levita hacia mi con lentitud al principio y rápidamente al final. No puedo coger más, de todas formas las otras están volcadas por el suelo y ya no queda casi nada de ellas, aquí aun parece que se salvan muchas cosas. Prefiero irme cuanto antes, seguro que vuelven en cualquier momento reclamando su comida. Cuando la cesta llega hasta mí la agarro dejando dentro de ella las armas y continúa mi camino de viento hacia el torreón, todavía queda un buen tramo y no hay tiempo que perder, no sé qué podría pasar si se me terminase la energía de los amuletos.

(Continúa en el Torreón Letargo).

Correteo por la plaza a toda velocidad mientras aparto a las ratas locales a mawashi gheris con un solo pensamiento: "¿Seguirá viva?"

Cojo de la mano a Marta y cruzo la plaza a todo correr,no se por que pero estoy asustado y mi pierna me molesta,pero me doy prisa para llegar a Maziel.

Sigue en TM

Cain y yo empezamos a sobrevolar la ciudad, pero al pasar sobre la plaza de las cestas me detengo y le digo que voy a bajar un momento a por comida. Bajo hasta la plaza, muy atento a todo lo que me rodea y agarro dos cestas. Parece que las ratas con espinas también se esconden desde el ataque de los lobos.
Me doy cuenta de que no doy agarrado dos cestas teniendo el libro y la coraza de Elliot, así que meto el libro dentro de una cesta y me coloco la coraza para poderlas coger mejor.
Subo de nuevo y reanudamos el viaje hacia el torreón. Me alivia no ver lobos, pero sé que no debemos confiarnos.

(Continía en el Torreón Letargo).

Cain sube un par de cestas usando su compás a modo de caña de pescar, ya que acababab de descubiri que le costaba demasiado mantenerse a sí mismo y a las cestas en el aire. Solo puede llevar dos... Suficiente por ahora. Curiosamente no hay rastro de las ratas...

(sigue en el burdel)

Llego agazapado tras el escudo y se me iluminan los ojos al ver a las criaturas chillandose unas a otras y atacándose entre sí. Su pelaje parece tan suave que me acerco sin miedo apenas, pero lanzo un grito cuando veo la sangre brotar de una herida e inicio la retirada. Si por mí fuera, me acercaba y las desollaba allí mismo, para tener su piel suave...Pero se están mordiendo y me van a manchar de sangre... Cuando solo quede una volveré, pienso sonriendo con los ojos muy abiertos. Después me doy la vuelta y miro al cielo fijamente. Es...es...¡enoooorme! Salto varias veces pero no llego ni a rozar las nubes, a las que miro gruñendo
-¡Bajad malditas!
Quiero hacerme ropa de nube, pero por más que salto no llego...Así que, decepcionado, sigo caminando, saltando de vez en cuando pero sin conseguir nada. Y a lo lejos diviso un torreón al que me voy acercando mientras doy vueltas sobre mí mismo, pues el suelo parece de goma y así no me caeré...
(sigue en el torreón Letargo)