Taberna del Mago Tuerto
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Rocavarancolia Rol
31 participantes
- Rocavarancolia Rol
Taberna del Mago Tuerto
02/08/11, 06:14 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Un local oscuro iluminado vagamente por velas y construido en un sótano de piedra. La bebida es buena, pero no puede decirse de los que van allí a beber. No se permiten voces altas los martes y los viernes toca un violinista sin cabeza. También pueden comprarse pociones y algunas sustancias prohibidas.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Taberna del Mago Tuerto
15/07/14, 01:54 am
La Luna todavía no había salido y la sangre bullía por las venas de Wen. Estaba deseando echar a volar tan alto como pudiera, transformarse en humana, caer al vacío y esperar hasta el último momento para volver a retomar el vuelo. Estaba pletórica, pero esperaría a desatar esa pasión para más entrada la noche, cuando la luna estuviera en su apogeo. Por el momento, iba a disfrutar del principio de la noche con sus amigos en la Taberna.
- Si vamos a invitar a Saren deberíamos invitar también al chucho pulgoso.- comentó la vouivre a la idea de la barbacoa.- No sé si os habéis dado cuenta, pero se pasa el día pegada a su culo, es como una garrapata.- durante unos segundos quedó callada barajando mentalmente la posibilidad de que aquella fuera la verdadera transformación de la licántropa, pero luego se quitó la idea de la cabeza riendo.
Estaba bebiendo un trago de su bebida cuando Toima habló y su cuerpo se tensó al instante. En cuanto entraron el vaso de la vouivre dio un golpe seco sobre la mesa y agarró el brazo del draco, aunque no sabía exactamente si era para contenerlo a él o a ella misma. Los mercenarios no estuvieron mucho tiempo dentro de la taberna, aunque la británica esperaba que no se alejaran demasiado. Cuanto más se acercaba a la puerta del local siguiendo al draco, más claro tenía que aquella noche correría la sangre, tan roja como la propia Luna que los iluminaría.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Taberna del Mago Tuerto
15/07/14, 05:12 am
La idea de la barbacoa pareció gustar, aunque Toima tuvo que poner la guinda, como siempre: si Tania no lo hubiera acollejeado lo habría hecho el propio hado. Fue el argos, sin embargo, el que primero advirtió la llegada de los de Gar. La llegada del grupo de mercenarios y el cruce de miradas con los cuchitrileros hicieron que el local se sumiera en el silencio. Les estaban provocando, y el sonido de la silla de Noel al arrastrarse fue el pistoletazo de salida.
Vac había observado en silencio la escena, recorriendo al otro grupo con su afilada mirada, pero no hizo parecía tener prisa, y para cuando el último de sus compañeros salía por la puerta, él aun seguía sentado con Tania.
—¿Tendrás cuidado? —le preguntó con una pequeña sonrisa. Conocía bien a la chica, y sabía que nada la retendría dentro de aquel local si decidía salir a ayudarlos—, no creo que me lo perdonara si te pasara algo por nuestra culpa. Ninguno de nosotros lo haría, quiero decir —añadió corrigiéndose. El griego se puso en pie sin esperar la respuesta de la nublina y apuró su jarra de un trago, dejándola sobre la mesa con un golpe seco y enfilando la salida de la taberna.
La luz de la Luna Roja lo baño en cuanto puso un pie en la calle, estremeciendo todas sus terminaciones nerviosas y saturandole los sentidos. La magia bullía con fuerza en su interior, ansiando ser liberada, y todos sus instintos le exigían que derramara la sangre de sus mas acérrimos enemigos. Vac, borracho de poder, conjuro sobre si mismo protecciones de alto nivel y alzó el vuelo, acelerando para alcanzar a sus compañeros. No quería perderse la fiesta.
Continúa en las Calles.
Vac había observado en silencio la escena, recorriendo al otro grupo con su afilada mirada, pero no hizo parecía tener prisa, y para cuando el último de sus compañeros salía por la puerta, él aun seguía sentado con Tania.
—¿Tendrás cuidado? —le preguntó con una pequeña sonrisa. Conocía bien a la chica, y sabía que nada la retendría dentro de aquel local si decidía salir a ayudarlos—, no creo que me lo perdonara si te pasara algo por nuestra culpa. Ninguno de nosotros lo haría, quiero decir —añadió corrigiéndose. El griego se puso en pie sin esperar la respuesta de la nublina y apuró su jarra de un trago, dejándola sobre la mesa con un golpe seco y enfilando la salida de la taberna.
La luz de la Luna Roja lo baño en cuanto puso un pie en la calle, estremeciendo todas sus terminaciones nerviosas y saturandole los sentidos. La magia bullía con fuerza en su interior, ansiando ser liberada, y todos sus instintos le exigían que derramara la sangre de sus mas acérrimos enemigos. Vac, borracho de poder, conjuro sobre si mismo protecciones de alto nivel y alzó el vuelo, acelerando para alcanzar a sus compañeros. No quería perderse la fiesta.
Continúa en las Calles.
- Jack
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Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Taberna del Mago Tuerto
20/07/14, 06:00 pm
Una vez que volvimos al torreón y comprobamos que los demás estaban bien, dejamos el libro en Letargo y nos dirigimos a la Taberna. Cuando estábamos cerca, algunas onyces bajaron del cielo por el que nos seguían (les había dicho que hicieran eso para no molestar a Marsi) y nos bloquearon el paso juntándose y haciendo un muro neblinoso.
¡No sigas!
¡Hay peligro delante, deja que siga ella sola!
—Quitad de en medio—mascullé.
Avancé un paso y me hicieron hueco, pero no para la varmana.
—Dejadla pasar. Volved al cielo, dejadla pasar.
¡Pero...!
—¡Ahora!—grité.
Ya me había dado cuenta antes de que las buenas palabras no servirían con ellas. Así que, tras el grito, obedecieron.
—Lo siento, Marsi... No se atreverán a hacerte nada, te lo aseguro.
Seguimos adelante mientras pensaba en sus palabras. ¿Habría algo peligroso realmente? Tendría que verlo para creerlas...
Y vaya que si lo vimos. Empezamos a oír ruidos como de magia en una calle aledaña. Cuando llegamos a la esquina, lo que vimos fue espectacular. Y peligroso.
Te lo dije.
—Vámonos de aquí.
Nos alejamos del lugar a todo correr hacia la Taberna. <<¡Había varios de mi sueño!>> Pero no dije nada para no dar en qué pensar a Marsi, suficiente tenía ya con lo suyo. Lo curioso del asunto fue que la encontramos sin problema mientras que en algunas ocasiones habíamos pasado por la zona sin verla. <<¿Mantendrán ocultos algunos lugares durante la cosecha?>> Tenía sentido. <<¿Y el Anfiteatro? Bueno, mantener eso oculto... el lugar era enorme...>>
—A ver si hay suerte y le encontramos.
Eso, tú rodéate de dullahans. ¡Acabarás sin cabeza!
—Quedaos fuera.
¡Ni hablar! ¿Y si pasa algo?
Tenía razón, así que dejé a una que me acompañara.
Y entramos. El local, oscuro, tenuemente iluminado por velas me gustó desde el primer momento. Había criaturas de todo tipo tanto en las mesas como tras la barra, de las cuales algunas nos miraron con desprecio, otras con indiferencia y otras ni se molestaron. La onyce que me acompañaba se pegó al techo adoptando la forma de una araña. No me separé de Marsi ni un momento mientras caminábamos por el interior, aunque le dejaría espacio si encontrábamos al otro dullahan.
¡No sigas!
¡Hay peligro delante, deja que siga ella sola!
—Quitad de en medio—mascullé.
Avancé un paso y me hicieron hueco, pero no para la varmana.
—Dejadla pasar. Volved al cielo, dejadla pasar.
¡Pero...!
—¡Ahora!—grité.
Ya me había dado cuenta antes de que las buenas palabras no servirían con ellas. Así que, tras el grito, obedecieron.
—Lo siento, Marsi... No se atreverán a hacerte nada, te lo aseguro.
Seguimos adelante mientras pensaba en sus palabras. ¿Habría algo peligroso realmente? Tendría que verlo para creerlas...
Y vaya que si lo vimos. Empezamos a oír ruidos como de magia en una calle aledaña. Cuando llegamos a la esquina, lo que vimos fue espectacular. Y peligroso.
Te lo dije.
—Vámonos de aquí.
Nos alejamos del lugar a todo correr hacia la Taberna. <<¡Había varios de mi sueño!>> Pero no dije nada para no dar en qué pensar a Marsi, suficiente tenía ya con lo suyo. Lo curioso del asunto fue que la encontramos sin problema mientras que en algunas ocasiones habíamos pasado por la zona sin verla. <<¿Mantendrán ocultos algunos lugares durante la cosecha?>> Tenía sentido. <<¿Y el Anfiteatro? Bueno, mantener eso oculto... el lugar era enorme...>>
—A ver si hay suerte y le encontramos.
Eso, tú rodéate de dullahans. ¡Acabarás sin cabeza!
—Quedaos fuera.
¡Ni hablar! ¿Y si pasa algo?
Tenía razón, así que dejé a una que me acompañara.
Y entramos. El local, oscuro, tenuemente iluminado por velas me gustó desde el primer momento. Había criaturas de todo tipo tanto en las mesas como tras la barra, de las cuales algunas nos miraron con desprecio, otras con indiferencia y otras ni se molestaron. La onyce que me acompañaba se pegó al techo adoptando la forma de una araña. No me separé de Marsi ni un momento mientras caminábamos por el interior, aunque le dejaría espacio si encontrábamos al otro dullahan.
- Red
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Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Taberna del Mago Tuerto
21/07/14, 12:36 am
Mientras caminaban, los tres amigos empezaron a discutir sobre a donde ir a continuación. A Bran y a Saren les apetecía tomar algo, y el idrino llevaba algo suelto para invitar a los otros dos, pero Pablo no estaba muy convencido, y cuando explicó sus motivos el chico no pudo evitar echarse a reír. El vampiro no estaba al corriente de que la cuenta completa de aquella fiesta la había pagado Vac, y el selkie tuvo que explicárselo, aclarándole que si realmente le debía dinero a alguien, era al hado infernal.
—Deberías comentárselo en algún momento —añadió, palmeandole el hombro antes de poner rumbo hacia la taberna.
El local estaba concurrido cuando llegaron, y se respiraba el que el idrino creía que era el típico ambiente de la Luna Roja. Todos estaban mas o menos eufóricos, y aunque alguno gruñía de mas, no eran casos destacables. El trío se acercó a la barra y Saren pidió tres copas, una de sangre humana para el vampiro, y dos de licor de muertos en vida para Bran y para él. El norteño había perdido parte de su buen humor recién recuperado en la botica, y necesitaba algo fuerte para no seguir dándole vueltas.
La bebida le bajó por la garganta, espabilándole rápidamente, y cuando echó un vistazo a la clientela para ver si los cuchitrileros estaban presentes, su mirada se topó con las dos novatas. La varmana no era difícil de reconocer como dullahan, y mas si conocías al violinista de la taberna, pero la chica humana no tenía una transformación llamativa, y el abanico de posibilidades era demasiado amplio como para catalogarla a primera vista. Parecían perdidas, y como muchas de las miradas que les dirigieron los parroquianos no animaban a preguntar nada, el idrino llamó su atención con un gesto y las invitó a acercarse.
—Mi nombre es Saren, y pertenezco a la cosecha anterior a la vuestra —se presentó, obviando a sus dos amigos por si ellos no se sentían tan sociables—. Si necesitáis ayuda con algo os puedo echar una mano —ofreció—, y lo digo porque los mas veteranos pueden ser difíciles de tratar —aclaró con una sonrisa—. En cualquier caso... ¿puedo suponer que andáis buscando al violinista? No sería extraño teniendo en cuenta tu transformación —comentó, dirigiéndose a Marsi—, y lo cierto es que él ya se está acercando hacía aquí —concluyó, saludando al susodicho cuando salió de entre la clientela.
—Deberías comentárselo en algún momento —añadió, palmeandole el hombro antes de poner rumbo hacia la taberna.
El local estaba concurrido cuando llegaron, y se respiraba el que el idrino creía que era el típico ambiente de la Luna Roja. Todos estaban mas o menos eufóricos, y aunque alguno gruñía de mas, no eran casos destacables. El trío se acercó a la barra y Saren pidió tres copas, una de sangre humana para el vampiro, y dos de licor de muertos en vida para Bran y para él. El norteño había perdido parte de su buen humor recién recuperado en la botica, y necesitaba algo fuerte para no seguir dándole vueltas.
La bebida le bajó por la garganta, espabilándole rápidamente, y cuando echó un vistazo a la clientela para ver si los cuchitrileros estaban presentes, su mirada se topó con las dos novatas. La varmana no era difícil de reconocer como dullahan, y mas si conocías al violinista de la taberna, pero la chica humana no tenía una transformación llamativa, y el abanico de posibilidades era demasiado amplio como para catalogarla a primera vista. Parecían perdidas, y como muchas de las miradas que les dirigieron los parroquianos no animaban a preguntar nada, el idrino llamó su atención con un gesto y las invitó a acercarse.
—Mi nombre es Saren, y pertenezco a la cosecha anterior a la vuestra —se presentó, obviando a sus dos amigos por si ellos no se sentían tan sociables—. Si necesitáis ayuda con algo os puedo echar una mano —ofreció—, y lo digo porque los mas veteranos pueden ser difíciles de tratar —aclaró con una sonrisa—. En cualquier caso... ¿puedo suponer que andáis buscando al violinista? No sería extraño teniendo en cuenta tu transformación —comentó, dirigiéndose a Marsi—, y lo cierto es que él ya se está acercando hacía aquí —concluyó, saludando al susodicho cuando salió de entre la clientela.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Taberna del Mago Tuerto
21/07/14, 01:22 am
Me di cuenta de la rpesencia de dos novatas cuando nos sirvieron las bebidas. Con una sonrisa me dirigí a mis compañeros, mirando a la dullahan.
—Parece que han rodado cabezas esta Luna.
Las transformadas todavía estaban lejos, así que solté una risita que oculté con mi vaso. Tomé un trago mientras Saren se presentaba, agradeciendo la fuerte sensación del licor bajando por mi garganta, que contribuía maravillosamente a la euforia lunera. Tras esto examiné a las dos recién transformadas con una amplia sonrisa. No había pensado en encargarme particularmente de nadie en pleno proceso de transformación, pero bien miraod podía ser interesante.
—Curiosa forma de pasar el primer día como ciudadanas, en una taberna —«aunque no más curiosa que la mía, pero lo de meterse a la secta de la locura es insuperable»—. Vosotras sí que sabéis —bromeé. Volví a dar un trago, tras lo que pasé a dar un semblante más turbador—. A mí podéis llamarme Bastel, novatillas. Fui compañero de torreón de este idrino desinteresado.
—Parece que han rodado cabezas esta Luna.
Las transformadas todavía estaban lejos, así que solté una risita que oculté con mi vaso. Tomé un trago mientras Saren se presentaba, agradeciendo la fuerte sensación del licor bajando por mi garganta, que contribuía maravillosamente a la euforia lunera. Tras esto examiné a las dos recién transformadas con una amplia sonrisa. No había pensado en encargarme particularmente de nadie en pleno proceso de transformación, pero bien miraod podía ser interesante.
—Curiosa forma de pasar el primer día como ciudadanas, en una taberna —«aunque no más curiosa que la mía, pero lo de meterse a la secta de la locura es insuperable»—. Vosotras sí que sabéis —bromeé. Volví a dar un trago, tras lo que pasé a dar un semblante más turbador—. A mí podéis llamarme Bastel, novatillas. Fui compañero de torreón de este idrino desinteresado.
- InvitadoInvitado
Re: Taberna del Mago Tuerto
21/07/14, 09:56 pm
Marsi trató de seguir la conversación de Alice de camino a la taberna, pero escribir y al mismo tiempo sujetar la cabeza era engorroso. Para colmo, cuando les tocó huir, ni siquiera tuvo tiempo de guardar la libreta para poder sacar su espada. Lo cierto es que le molestaban y desagradaban las onyces, pero si avisaban a Alice de los peligros no debían estar tan mal. << La protegen, aún a las malas...>> Un leve pensamiento de simpatía escapó de su mente.
En su vida en Varmania sus padres jamás le habrían dejado entrar en un local así. Había desarrollado cierta habilidad para parecer dura, y el no tener cara en esa ocasión ayudaba bastante, pero en su interior estaba realmente asustada. Había gritado al ver a la enorme mole llena de dientes que habló con ellas en segundo lugar, pero se quedó en un respingo.
''Nos dijeron que aquí encontraríamos a alguien con nuestra misma transformación'' explicó al chico de aspecto mucho más normal.
Y allí estaba. Era alto y pálido, y de alguna forma mantenía cierto porte y elegancia a pesar de el traje viejo y remendado, y se movía entre los monstruos como si aquel fuera su terreno. Saludó con una reverencia a todos los presentes y se paró en Marsi. Aún sin ojos, la varmana podía notar una mirada clavada en ella.
''Me alegra que se hayan dispersado los disturbios, estaban arruinando el ambiente'' comentó a nadie en particular, escribiendo con niebla negra en el aire. ''Y veo que la Luna ha bendecido con mi transformación a alguien nuevo este año... Mi compatriota anterior y yo no teníamos muy buena relación, y lamentablemente su trabajo era bastante peligroso, pero espero que nos llevemos bien''
Le ofreció la mano a Marsi, y esta se la estrechó, como había aprendido de Alice. Sacó su libreta y escribió.
''Solo quiero algo de información, no venimos a molestar ni nada. Si tan solo pudiera darme un consejo o dos, puedo apañarme sola''
Una risa musical se coló en el cerebro de Marsi, y por un instante quedó tan sorprendida que el lápiz se le cayó al suelo. Fue el violinista el que lo recogió. Escribió en la libreta de Marsi.
''Todos los consejos que pueda darte y toda la ayuda que necesites. Por favor, sentáos y dejad que os invite a algo, hoy es un día para celebrar.''
Hizo un gesto a los otros tres transformados, como pidiendo permiso, y a continuación señaló dos asientos vacíos a las chicas. Marsi se sentó, con un poco de reparo, y rechazó la bebida por miedo a hacer el ridículo al pedir un zumo o algo por el estilo. Nunca había bebido alcohol, y no pensaba empezar esa noche. Al sentarse se fijó en que el violinista no llevaba su cabeza, decidió preguntarle.
''La perdí hace muchos años, y con ella desaparecieron todos mis recuerdos de antes de que viese la Luna por primera vez. Cuida tu cabeza, pequeña, es tu mayor punto débil. Quien sabe si algún día muero repentinamente por haber sido descuidado.''
A Marsi le dió un escalofrío, pero a aquel hombre no parecía importarle demasiado morir.
''¿Significa que tengo que cargar con mi cabeza todo el tiempo? ¿Cómo voy a luchar?'' preguntó Marsi, reflejando cierta frustración en su letra.
''Hay quienes aprenden, hay quienes encuentran formas de llevarlas encima sin que molesten. Ya encontrarás algo''
Entonces llegaron las bebidas, y Marsi se dio cuenta de algo que le hizo sentirse realmente estúpida por no habérsele ocurrido antes.
''¿Cómo voy a beber y a comer?''
El violinista alzó su jarra de cerveza y se la llevó al lugar donde deberían estar sus labios. La niebla negra que brotaba de su cuello se coló en la bebida y la fue absorviendo, como si la evaporase. Marsi se inclinó sobre la mesa, maravillada.
En su vida en Varmania sus padres jamás le habrían dejado entrar en un local así. Había desarrollado cierta habilidad para parecer dura, y el no tener cara en esa ocasión ayudaba bastante, pero en su interior estaba realmente asustada. Había gritado al ver a la enorme mole llena de dientes que habló con ellas en segundo lugar, pero se quedó en un respingo.
''Nos dijeron que aquí encontraríamos a alguien con nuestra misma transformación'' explicó al chico de aspecto mucho más normal.
Y allí estaba. Era alto y pálido, y de alguna forma mantenía cierto porte y elegancia a pesar de el traje viejo y remendado, y se movía entre los monstruos como si aquel fuera su terreno. Saludó con una reverencia a todos los presentes y se paró en Marsi. Aún sin ojos, la varmana podía notar una mirada clavada en ella.
''Me alegra que se hayan dispersado los disturbios, estaban arruinando el ambiente'' comentó a nadie en particular, escribiendo con niebla negra en el aire. ''Y veo que la Luna ha bendecido con mi transformación a alguien nuevo este año... Mi compatriota anterior y yo no teníamos muy buena relación, y lamentablemente su trabajo era bastante peligroso, pero espero que nos llevemos bien''
Le ofreció la mano a Marsi, y esta se la estrechó, como había aprendido de Alice. Sacó su libreta y escribió.
''Solo quiero algo de información, no venimos a molestar ni nada. Si tan solo pudiera darme un consejo o dos, puedo apañarme sola''
Una risa musical se coló en el cerebro de Marsi, y por un instante quedó tan sorprendida que el lápiz se le cayó al suelo. Fue el violinista el que lo recogió. Escribió en la libreta de Marsi.
''Todos los consejos que pueda darte y toda la ayuda que necesites. Por favor, sentáos y dejad que os invite a algo, hoy es un día para celebrar.''
Hizo un gesto a los otros tres transformados, como pidiendo permiso, y a continuación señaló dos asientos vacíos a las chicas. Marsi se sentó, con un poco de reparo, y rechazó la bebida por miedo a hacer el ridículo al pedir un zumo o algo por el estilo. Nunca había bebido alcohol, y no pensaba empezar esa noche. Al sentarse se fijó en que el violinista no llevaba su cabeza, decidió preguntarle.
''La perdí hace muchos años, y con ella desaparecieron todos mis recuerdos de antes de que viese la Luna por primera vez. Cuida tu cabeza, pequeña, es tu mayor punto débil. Quien sabe si algún día muero repentinamente por haber sido descuidado.''
A Marsi le dió un escalofrío, pero a aquel hombre no parecía importarle demasiado morir.
''¿Significa que tengo que cargar con mi cabeza todo el tiempo? ¿Cómo voy a luchar?'' preguntó Marsi, reflejando cierta frustración en su letra.
''Hay quienes aprenden, hay quienes encuentran formas de llevarlas encima sin que molesten. Ya encontrarás algo''
Entonces llegaron las bebidas, y Marsi se dio cuenta de algo que le hizo sentirse realmente estúpida por no habérsele ocurrido antes.
''¿Cómo voy a beber y a comer?''
El violinista alzó su jarra de cerveza y se la llevó al lugar donde deberían estar sus labios. La niebla negra que brotaba de su cuello se coló en la bebida y la fue absorviendo, como si la evaporase. Marsi se inclinó sobre la mesa, maravillada.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Taberna del Mago Tuerto
22/07/14, 02:14 am
Pese a lo esperado, no fue el dullahan quien nos llamó la atención sino uno de los clientes del local. Era un chico de otro mundo, uno desconocido para mí, de piel plateada y una cicatriz por encima de la nariz. Se presentó nada más llegar y fue muy educado en todo momento, así que me cayó bien... Un momento... <<¿Ha dicho "Saren"? No puede ser... No parece un turiano...>> pensé con diversión.
Todos son así. Primero agradables y luego te degüellan. Rocavarancolia es así, ya lo sabéis—me dijo la onyce del techo.
Y bien que lo sabíamos... No, no me caería bien, ni me fiaría, no de momento. Ni siquiera aunque de momento no pareciera entrañar peligro alg... ¡Gigantón a la vista! <<¡Mira! ¿Pero qué monstruo es ese? Es como el de la barra, pero parece mucho más sano>> Me costaba desconfiar de alguien que nos saludaba así, mencionando el hecho de que empezáramos nuestra vida de ciudadanos en la Taberna. Marsi les respondió y yo hice otro tanto. Eso sí, me callé cualquier alusión a nuestros nombres y a la comida o bebida. Lo primero no lo mencioné por si me cambiaba el mío de cara a desconocidos, que sería lo más seguro, aunque dejando el original para mis amigos. Lo segundo porque no sabía cómo o si Marsi podría comer o algo... y no quería sacar el tema por si le molestaba.
—¿Verdad? Es un buen sitio para empezar, me gusta. Pero no, solo veníamos a por información. Ah, perdón, ¡encantada!—una cosa era no fiarse y otra no tener modales.
Y por fin apareció. Wow. Era todo un señor mayor con su ropa vieja y elegante y su andar elegante, aunque lo de mayor sin cabeza pues como que era solo una suposición. Cuando habló, lo hizo escribiendo con niebla negra en el aire, lo cual miré fascinada. ¿Podría hacer eso con las onyces? Hm... Se parecerían a cheerleaders... ¡Y eso sería demasiado surrealista! <<Pero sería un buen castigo si me desobedecen... Me lo apunto>> ¿Se refería a los que se peleaban en una calle cercana? Seguramente. Atendí en silencio al intercambio, aunque cuando vi que pasaban a escribir en la libreta, les di espacio y me giré a los otros tres. El tercero, aparentemente humano, solo había saludado y luego se mantuvo en silencio.
—¿Y vosotros a qué os dedicáis? Osea, ¿ahora qué? ¿Nos tenemos que buscar algún sitio donde vivir y seguir apañándonos o los que mandan organizan algún curso o algo para recién transformados para que se adapten...? Nada de pruebas a muerte, por favor.
Poco después, el dullahan dijo de invitarnos a algo y sonreí de oreja a oreja. Una visita a una taberna sin probar la cerveza local sería una herejía épica. Pero primero una cosa: Marsi. Me estaba pensando si preguntarle yo cómo bebería o si lo necesitaba siquiera, pero la varmana lo hizo antes. Cuando el otro dio su respuesta, lo miré boquiabierta. La onyce araña del techo intentó chafarme la fascinación.
Así es como se comen a sus víctimas. Las decapitan y luego las devoran así. Cuidado con tu amiguita...
Así que eso fue lo que pedí: una cerveza con bastante espuma que me dibujó un bigote blanco al primer sorbo. Era distinta pero estaba rica. Y era bastante fuerte, por lo que iría despacio para que no me afectara después de un año solo a base de agua.
¿Tan rápido te fías? ¿Y si estaba envenenada?
<<Dudo que al dullahan le agrade que nos envenenen...>> Y hablando del dullahan... Casi me tentó a preguntarle algo en privado sobre esa niebla propia de ellos, pero quizá él lo veía algo demasiado indiscreto y no quería que me descubriera <<¿Quizá, fingiendo curiosidad inocente... ¿Preguntar directamente?>> Negué con la cabeza al momento. Ni pensarlo, al menos no de momento, ya que me sonrojé al segundo. No tenía ni idea de qué pensaría la varmana y no quería pifiarla... <<Pero en serio, ¿se pueden dar "besos" con ese humo? Si pueden comer... ¡Deja de pensarlo, que tienes las orejas ardiendo!>> Bendito pelo que me las cubría. Y maldita cerveza que me estaba dando chispa. Para disfrazar el sonrojo, bromeé con que la cerveza era fuerte.
Menuda boba.
—Esto sube rápido, ¿eh? Falta de costumbre..., ¡solo nos dan agua en los torreones!—<<Ja. Ja. Já>>
Todos son así. Primero agradables y luego te degüellan. Rocavarancolia es así, ya lo sabéis—me dijo la onyce del techo.
Y bien que lo sabíamos... No, no me caería bien, ni me fiaría, no de momento. Ni siquiera aunque de momento no pareciera entrañar peligro alg... ¡Gigantón a la vista! <<¡Mira! ¿Pero qué monstruo es ese? Es como el de la barra, pero parece mucho más sano>> Me costaba desconfiar de alguien que nos saludaba así, mencionando el hecho de que empezáramos nuestra vida de ciudadanos en la Taberna. Marsi les respondió y yo hice otro tanto. Eso sí, me callé cualquier alusión a nuestros nombres y a la comida o bebida. Lo primero no lo mencioné por si me cambiaba el mío de cara a desconocidos, que sería lo más seguro, aunque dejando el original para mis amigos. Lo segundo porque no sabía cómo o si Marsi podría comer o algo... y no quería sacar el tema por si le molestaba.
—¿Verdad? Es un buen sitio para empezar, me gusta. Pero no, solo veníamos a por información. Ah, perdón, ¡encantada!—una cosa era no fiarse y otra no tener modales.
Y por fin apareció. Wow. Era todo un señor mayor con su ropa vieja y elegante y su andar elegante, aunque lo de mayor sin cabeza pues como que era solo una suposición. Cuando habló, lo hizo escribiendo con niebla negra en el aire, lo cual miré fascinada. ¿Podría hacer eso con las onyces? Hm... Se parecerían a cheerleaders... ¡Y eso sería demasiado surrealista! <<Pero sería un buen castigo si me desobedecen... Me lo apunto>> ¿Se refería a los que se peleaban en una calle cercana? Seguramente. Atendí en silencio al intercambio, aunque cuando vi que pasaban a escribir en la libreta, les di espacio y me giré a los otros tres. El tercero, aparentemente humano, solo había saludado y luego se mantuvo en silencio.
—¿Y vosotros a qué os dedicáis? Osea, ¿ahora qué? ¿Nos tenemos que buscar algún sitio donde vivir y seguir apañándonos o los que mandan organizan algún curso o algo para recién transformados para que se adapten...? Nada de pruebas a muerte, por favor.
Poco después, el dullahan dijo de invitarnos a algo y sonreí de oreja a oreja. Una visita a una taberna sin probar la cerveza local sería una herejía épica. Pero primero una cosa: Marsi. Me estaba pensando si preguntarle yo cómo bebería o si lo necesitaba siquiera, pero la varmana lo hizo antes. Cuando el otro dio su respuesta, lo miré boquiabierta. La onyce araña del techo intentó chafarme la fascinación.
Así es como se comen a sus víctimas. Las decapitan y luego las devoran así. Cuidado con tu amiguita...
Así que eso fue lo que pedí: una cerveza con bastante espuma que me dibujó un bigote blanco al primer sorbo. Era distinta pero estaba rica. Y era bastante fuerte, por lo que iría despacio para que no me afectara después de un año solo a base de agua.
¿Tan rápido te fías? ¿Y si estaba envenenada?
<<Dudo que al dullahan le agrade que nos envenenen...>> Y hablando del dullahan... Casi me tentó a preguntarle algo en privado sobre esa niebla propia de ellos, pero quizá él lo veía algo demasiado indiscreto y no quería que me descubriera <<¿Quizá, fingiendo curiosidad inocente... ¿Preguntar directamente?>> Negué con la cabeza al momento. Ni pensarlo, al menos no de momento, ya que me sonrojé al segundo. No tenía ni idea de qué pensaría la varmana y no quería pifiarla... <<Pero en serio, ¿se pueden dar "besos" con ese humo? Si pueden comer... ¡Deja de pensarlo, que tienes las orejas ardiendo!>> Bendito pelo que me las cubría. Y maldita cerveza que me estaba dando chispa. Para disfrazar el sonrojo, bromeé con que la cerveza era fuerte.
Menuda boba.
—Esto sube rápido, ¿eh? Falta de costumbre..., ¡solo nos dan agua en los torreones!—<<Ja. Ja. Já>>
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
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- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Taberna del Mago Tuerto
22/07/14, 09:30 pm
Saren no tenía ningun problema con compartir mesa, y mientras el violinista conversaba con la nueva dullahan, el idrino se centró en la otra chica, echándola un vistazo para tratar de averiguar su transformación mientras traían las bebidas. No había cambios físicos notables, así que el chico se decantó por que fuera una maga o algún tipo de bruja, y de ser la última opción, sentía curiosidad por cual sería su dominio.
—Ahora tenéis que escoger hogar, supongo. Mañana os invitarán amablemente a abandonar los torreones para empezar a prepararlos para la siguiente cosecha, y el Consejo os ofrecerá refugio, aunque siempre podéis probar por vuestra cuenta. Os aconsejo que escojáis la primera opción, os vendrá bien para aprender a defenderos en la ciudad de verdad. Valek y yo vivimos en la sede de los Taumaturgos, y allí podéis entrenaros en técnicas mas físicas, pero si os decantáis mas por la magia podéis ir a la torre Serpentaria —informó a la humana, dándole indicaciones y obviando de nuevo la información sobre Bran. Era decisión del trasgo el revelar aquellos detalles o no.
Las bebidas llegaron por fin, y mientras el violinista resolvía las dudas de la nueva dullahan sobre el método que usaban ellos para comer y beber, el norteño empezó a percatarse de pequeños gestos de la humana hacia su compañera que pasaban desapercibidos para los demás. No pudo evitar sonreír al suponer de que se trataba, pero ocultó la sonrisa en su copa y dio un largo trago, echándose a reír cuando la chica se empezó a sonrojar por alguna linea suya de pensamiento y se justificó con que la bebida era muy fuerte.
—Esa cerveza es fuerte, sin duda, pero te aconsejo el licor de muertos en vida —comentó con una sonrisa—. Te provocara un auténtico quemazón y no te saldrá un mostacho blanco —añadió riendo.
Pablo estaba muy silencioso, como siempre, así que el selkie decidió meterlo en la conversación. Había empezado a leer hacía poco una novela de la Tierra que trataba sobre un vampiro, y aunque no creía que el sujeto en cuestión fuera muy similar a su amigo, se decidió a hablar.
—Voy a aprovechar que hoy hay mayoría de humanos en la mesa para haceros una pregunta. ¿Qué os parece Drácula, de Bram Stoker? Lo empece a leer hace poco, la cultura de vuestro mundo me gusta bastante, pero tengo pocas oportunidades para intercambiar impresiones —dijo, sonriendo hacia Pablo con naturalidad. No había mencionado la transformación de su compañero en ningun momento, pero estaba seguro de que el chico le iba a mirar mal.
—Ahora tenéis que escoger hogar, supongo. Mañana os invitarán amablemente a abandonar los torreones para empezar a prepararlos para la siguiente cosecha, y el Consejo os ofrecerá refugio, aunque siempre podéis probar por vuestra cuenta. Os aconsejo que escojáis la primera opción, os vendrá bien para aprender a defenderos en la ciudad de verdad. Valek y yo vivimos en la sede de los Taumaturgos, y allí podéis entrenaros en técnicas mas físicas, pero si os decantáis mas por la magia podéis ir a la torre Serpentaria —informó a la humana, dándole indicaciones y obviando de nuevo la información sobre Bran. Era decisión del trasgo el revelar aquellos detalles o no.
Las bebidas llegaron por fin, y mientras el violinista resolvía las dudas de la nueva dullahan sobre el método que usaban ellos para comer y beber, el norteño empezó a percatarse de pequeños gestos de la humana hacia su compañera que pasaban desapercibidos para los demás. No pudo evitar sonreír al suponer de que se trataba, pero ocultó la sonrisa en su copa y dio un largo trago, echándose a reír cuando la chica se empezó a sonrojar por alguna linea suya de pensamiento y se justificó con que la bebida era muy fuerte.
—Esa cerveza es fuerte, sin duda, pero te aconsejo el licor de muertos en vida —comentó con una sonrisa—. Te provocara un auténtico quemazón y no te saldrá un mostacho blanco —añadió riendo.
Pablo estaba muy silencioso, como siempre, así que el selkie decidió meterlo en la conversación. Había empezado a leer hacía poco una novela de la Tierra que trataba sobre un vampiro, y aunque no creía que el sujeto en cuestión fuera muy similar a su amigo, se decidió a hablar.
—Voy a aprovechar que hoy hay mayoría de humanos en la mesa para haceros una pregunta. ¿Qué os parece Drácula, de Bram Stoker? Lo empece a leer hace poco, la cultura de vuestro mundo me gusta bastante, pero tengo pocas oportunidades para intercambiar impresiones —dijo, sonriendo hacia Pablo con naturalidad. No había mencionado la transformación de su compañero en ningun momento, pero estaba seguro de que el chico le iba a mirar mal.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Taberna del Mago Tuerto
23/07/14, 02:54 am
Cuando el chico respondió, se me vino el alma a los pies. Si dependía de cada uno... seguramente acabaríamos separados. Directamente porque yo elegiría Serpentaria por la magia y... Y como que dudaba de que Marsi, <<¡Es un maldito ejemplo! ¡Como si digo Ozz!>>, eligiera otra cosa distinta de la Sede esa. Pero sería como ir a distintos colegios por la mañana... No implicaban una separación permanente, pero sí que sería distinto después de tanto tiempo juntos. <<Bueno, tampoco vendrá mal el cambio, así cada uno puede centrarse en aprender lo que quiera>>
—¿Has oído eso, Marsi? Imagino que irás a la Sede, ¿no? A no ser que los dullahans tengáis otro refugio o algo...—le pregunté, titubeante—. Yo... yo creo que iré a Serpentaria... aunque me da cosa después de tanto tiempo... y...
No seguí por ahí. Era muy obvio que no me gustaba el cambio tan... repentino, y no quería decir de más. No era el momento ni el lugar.
—Pero vayas donde vayas, de mí no te librarás tan rápido, señorita—continué, riendo, y añadí—. Bueno, ni tú ni los demás, claro está.
Sobre la cuestión del licor, negué repetidas veces con la cabeza, arguyendo que no abusaría tan pronto de la hospitalidad de los rocavarancolenses, si es que así se llamaban. Hablando y hablando, Saren sacó un tema terrícola: vampiros. Más en concreto, Stoker. Agradecí el cambio de tema para poder hablar y quitarme el sonrojo de encima.
—¿De veras lo estás leyendo? Bueno, encaja con la ciudad, ¿no?—risas—. No sé si lo sabes, pero el mito del vampiro está muy pero que muy explotado en casa... Y hay de todo, pero el que mola es el de Stoker. Luego hay otros menos molones... Hay desde vampiros capaces de quemar a gente solo con quererlo; hasta vampiros idiotas que, en vez de morir, brillan cuando les da el sol—rematé, riendo a carcajadas.
Tú sigue burlándote de los vampiros en voz alta y veremos si llegas al amanecer.
Ese comentario me puso muy nerviosa en un segundo por lo que me acerqué un poco más a Saren y le susurré:
—Un momento... Je... No... No habrá vampiros aquí, ¿no? E-escuchándome, digo... En la ciudad... ¿Hay?
Boba. Tienes a uno muy cerca—escuché reír a la onyce.
Menuda escolta llevaba. No me dio tiempo a reaccionar a sus palabras pues alguien saludó a los tres, sobresaltándome. Era más bajito, corpulento aunque no mucho, con ojos para nada humanos y pelo claro, tal y como su ropa... Aunque iba en sandalias, con la lluvia que estaba cayendo. Y necesitaba una manicura urgente. Me aparté de Saren, temerosa de que fuera el que la onyce había mencionado. Pero este solo me miró frunciendo el entrecejo y luego pareció caer en algo.
—Vosotras sois las nuevas de Letargo. Bienvenidas, soy Skarog—dijo con una inclinación de cabeza y luego se acercó a la barra—. ¡Camarero, una pinta!—y luego se volvió hacia los otros tres, quienes parecían conocerle—. Tengo un mensaje de Dama Urticaria para vosotros... Pero no es urgente, y estabais hablando con las novatas, así que no interrumpiré.
Recogió su cerveza y se sentó en una silla de la barra un par de sillas más allá. <<Qué demonios>> Apenas habían pasado unos minutos entre que saludó y se sentó apartado. Miré curiosa a los otros tres, sin sabe qué decir. La amenaza de un vampiro cerca seguía en el aire.
—¿Has oído eso, Marsi? Imagino que irás a la Sede, ¿no? A no ser que los dullahans tengáis otro refugio o algo...—le pregunté, titubeante—. Yo... yo creo que iré a Serpentaria... aunque me da cosa después de tanto tiempo... y...
No seguí por ahí. Era muy obvio que no me gustaba el cambio tan... repentino, y no quería decir de más. No era el momento ni el lugar.
—Pero vayas donde vayas, de mí no te librarás tan rápido, señorita—continué, riendo, y añadí—. Bueno, ni tú ni los demás, claro está.
Sobre la cuestión del licor, negué repetidas veces con la cabeza, arguyendo que no abusaría tan pronto de la hospitalidad de los rocavarancolenses, si es que así se llamaban. Hablando y hablando, Saren sacó un tema terrícola: vampiros. Más en concreto, Stoker. Agradecí el cambio de tema para poder hablar y quitarme el sonrojo de encima.
—¿De veras lo estás leyendo? Bueno, encaja con la ciudad, ¿no?—risas—. No sé si lo sabes, pero el mito del vampiro está muy pero que muy explotado en casa... Y hay de todo, pero el que mola es el de Stoker. Luego hay otros menos molones... Hay desde vampiros capaces de quemar a gente solo con quererlo; hasta vampiros idiotas que, en vez de morir, brillan cuando les da el sol—rematé, riendo a carcajadas.
Tú sigue burlándote de los vampiros en voz alta y veremos si llegas al amanecer.
Ese comentario me puso muy nerviosa en un segundo por lo que me acerqué un poco más a Saren y le susurré:
—Un momento... Je... No... No habrá vampiros aquí, ¿no? E-escuchándome, digo... En la ciudad... ¿Hay?
Boba. Tienes a uno muy cerca—escuché reír a la onyce.
Menuda escolta llevaba. No me dio tiempo a reaccionar a sus palabras pues alguien saludó a los tres, sobresaltándome. Era más bajito, corpulento aunque no mucho, con ojos para nada humanos y pelo claro, tal y como su ropa... Aunque iba en sandalias, con la lluvia que estaba cayendo. Y necesitaba una manicura urgente. Me aparté de Saren, temerosa de que fuera el que la onyce había mencionado. Pero este solo me miró frunciendo el entrecejo y luego pareció caer en algo.
—Vosotras sois las nuevas de Letargo. Bienvenidas, soy Skarog—dijo con una inclinación de cabeza y luego se acercó a la barra—. ¡Camarero, una pinta!—y luego se volvió hacia los otros tres, quienes parecían conocerle—. Tengo un mensaje de Dama Urticaria para vosotros... Pero no es urgente, y estabais hablando con las novatas, así que no interrumpiré.
Recogió su cerveza y se sentó en una silla de la barra un par de sillas más allá. <<Qué demonios>> Apenas habían pasado unos minutos entre que saludó y se sentó apartado. Miré curiosa a los otros tres, sin sabe qué decir. La amenaza de un vampiro cerca seguía en el aire.
No Hope. No Dreams. No Love.
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Re: Taberna del Mago Tuerto
24/07/14, 03:39 am
Saren comenzó a explicar el asunto de abandonar torreones y marcharse a refugios, lo que me recordó que eso significaba nuevos vecinos en la sede. “Bueno, espero que no llegue nadie con quien me tenga que llevar mal. Ahora que Tap se ha ido empezaba a tener algo de paz”
A mi lado, una criatura de más o menos medio metro se había subido a una mesa. Parecía una mezcla entre un reptil y un ave "¿Quizás la mascota de alguien?
Me miró, y lo miré. Frunció el ceño, y lo fruncí también. Tras eso comenzó un duelo de miradas que duró el resto de la conversación entre el idrino y la novata. Al menos hasta que el selkie sacó Drácula como tema de conversación.
Había empezado a darle un trago a mi bebida mientras continuaba el duelo, y las palabras de mi compañero provocaron que me atragantara, y en consecuencia que perdiera el enfrentamiento visual.
-Acabo de perder un duelo de miradas con un... algo. Gracias- Respondí tras recuperarme del ataque de tos y mirar mal a Saren, cumpliendo así con sus predicciones. –Y no lo he leído, así que no creo que deba opinar al respecto- Luego le tocó hablar a la chica “¿Otra vez con lo de que brillan al sol? Claro que brillamos... mientras ardemos como teas.
No llegué a responder, ya que en ese momento Atol apareció también. “¿Ahora el mundo es un pañuelo? Ya solo falta que llegue Tap a liarla y lote completo”
Traía un mensaje… de urticaria, y teniendo en cuenta cómo habíamos acabado antes solo había dos posibilidades claras: Que nos pidiera disculpas, dudoso, o que nos insultara por correo oral, más probable.
-Como quieras, pero por mí lo escuchaba ya, y así no me quedo en ascuas.
A mi lado, una criatura de más o menos medio metro se había subido a una mesa. Parecía una mezcla entre un reptil y un ave "¿Quizás la mascota de alguien?
Me miró, y lo miré. Frunció el ceño, y lo fruncí también. Tras eso comenzó un duelo de miradas que duró el resto de la conversación entre el idrino y la novata. Al menos hasta que el selkie sacó Drácula como tema de conversación.
Había empezado a darle un trago a mi bebida mientras continuaba el duelo, y las palabras de mi compañero provocaron que me atragantara, y en consecuencia que perdiera el enfrentamiento visual.
-Acabo de perder un duelo de miradas con un... algo. Gracias- Respondí tras recuperarme del ataque de tos y mirar mal a Saren, cumpliendo así con sus predicciones. –Y no lo he leído, así que no creo que deba opinar al respecto- Luego le tocó hablar a la chica “¿Otra vez con lo de que brillan al sol? Claro que brillamos... mientras ardemos como teas.
No llegué a responder, ya que en ese momento Atol apareció también. “¿Ahora el mundo es un pañuelo? Ya solo falta que llegue Tap a liarla y lote completo”
Traía un mensaje… de urticaria, y teniendo en cuenta cómo habíamos acabado antes solo había dos posibilidades claras: Que nos pidiera disculpas, dudoso, o que nos insultara por correo oral, más probable.
-Como quieras, pero por mí lo escuchaba ya, y así no me quedo en ascuas.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Taberna del Mago Tuerto
24/07/14, 03:58 pm
«Que alegre y despreocupada esta chica» pensé con una sonrisita al escuchar la respuesta de la que en mi mente había catalogado como maga, habida cuenta que no parecía haber nada acompañándola. «Aunque podría ser bruja y simplemente no poder tener su dominio cerca ahora mismo».
—Mal sitio es esta ciudad para que no existan pruebas a muerte —respondí a la humana después de Saren—. No os vendría mal recordar que la criba ha terminado. La ley de no intervención se ha levantado, y por tanto nadie evitará que os ayuden. Pero tampoco nadie evitará que os hagan daño —podían tomárselo como una advertencia o como una amenaza velada, me daba igual, pero el mensaje estaba claro. «Ahora cualquiera puede mataros sin que nadie mueva un dedo para evitarlo».
Apenas terminé de hablar cuando un cuajarón de oscuridad descendió del techo y se posó ante mi cara. Me separé por instinto y llevé la mano a la empuñadura, pero al parecer sólo quería decirme algo. Sus palabras hicieron que mirara a la humana con una expresión que hablaba por sí sola, aunque de todas maneras hablé yo mismo.
—Qué es esto —su respuesta hizo que echase una mirada desconfiada a la onyce, según ella la había llamado—. Tus onyces... Entonces eres una bruja —musité, expresando más un pensamiento en voz alta más que hablando con otra persona.
Miré de reojo al vampiro, con una sonrisa bailándome en los labios. Solté una risita ante sus palabras, sin sorprenderme que fulminara al idrino.
—Creo que el año pasado escuché algo de eso. Me pregunto de dónde sacaría un humano semejante gilipollez —las siguientes palabras de la humana provocaron que alzara las cejas—. ¿Quién te ha dicho que aquí hay un vampiro? —técnicamente la miraba a ella, pero de reojo seguía mirando a Pablo, curioso por su reacción.
Resoplé ante las palabras del helión, y otra vez lo hice cuando se sentó separado. Al captar la mirada de la chica con cabeza decidí llamar la atención del helión.
—¿Te parece bonito sentarte en soledad cuando tus amigos comparten palabras con las nuevas vecinas?
—Mal sitio es esta ciudad para que no existan pruebas a muerte —respondí a la humana después de Saren—. No os vendría mal recordar que la criba ha terminado. La ley de no intervención se ha levantado, y por tanto nadie evitará que os ayuden. Pero tampoco nadie evitará que os hagan daño —podían tomárselo como una advertencia o como una amenaza velada, me daba igual, pero el mensaje estaba claro. «Ahora cualquiera puede mataros sin que nadie mueva un dedo para evitarlo».
Apenas terminé de hablar cuando un cuajarón de oscuridad descendió del techo y se posó ante mi cara. Me separé por instinto y llevé la mano a la empuñadura, pero al parecer sólo quería decirme algo. Sus palabras hicieron que mirara a la humana con una expresión que hablaba por sí sola, aunque de todas maneras hablé yo mismo.
—Qué es esto —su respuesta hizo que echase una mirada desconfiada a la onyce, según ella la había llamado—. Tus onyces... Entonces eres una bruja —musité, expresando más un pensamiento en voz alta más que hablando con otra persona.
Miré de reojo al vampiro, con una sonrisa bailándome en los labios. Solté una risita ante sus palabras, sin sorprenderme que fulminara al idrino.
—Creo que el año pasado escuché algo de eso. Me pregunto de dónde sacaría un humano semejante gilipollez —las siguientes palabras de la humana provocaron que alzara las cejas—. ¿Quién te ha dicho que aquí hay un vampiro? —técnicamente la miraba a ella, pero de reojo seguía mirando a Pablo, curioso por su reacción.
Resoplé ante las palabras del helión, y otra vez lo hice cuando se sentó separado. Al captar la mirada de la chica con cabeza decidí llamar la atención del helión.
—¿Te parece bonito sentarte en soledad cuando tus amigos comparten palabras con las nuevas vecinas?
- InvitadoInvitado
Re: Taberna del Mago Tuerto
24/07/14, 05:00 pm
Marsi tenía el oído puesto en la conversación mientras atendía al mismo tiempo al violinista, y era algo extraño. Percibía que el otro dullahan estaba haciendo lo mismo, pero con mejores resultados, porque claramente no estaba empezando a marearse. Así que tendrían que mudarse... y además Alice y ella irían a lugares diferentes, pues la Sede le había llamado mucho más la atención, sobretodo por el tema de la magia en Serpentaria. Las dudas escaparon de la mente de Marsi, el violinista le rozó la mano para llamar su atención.
''La Sede y Serpentaria están bastante cerca, estos bribones se hacen visitas a menudo, así que no deberías preocuparte'' respondió, y de forma más privada añadió ''Y deberías tener cuidado con tus pensamientos, o revelarás tus miedos a toda la taberna''
Si Marsi hubiese podido sonrojarse le habría hecho competencia a la misma Luna. Sus pensamientos de alguna forma parecían hacer más ruido en algunas ocasiones, al menos desde que había perdido la cabeza. En privado, el violinista le explicó que los dullahan tenían la capacidad de comunicarse por telepatía, pero tenía que aprender a controlar esa habilidad o proyectaría sus pensamientos a todas las personas a su alrededor.
''Debería explicarte con más detenimiento las habilidades de los dullahan, que no son pocas, pero este no es el momento ni el lugar. Puedo dejarte un libro que te ayudará, escrito de mi puño y letra''
Se notaba que el violinista estaba orgulloso de ese libro, y que no se esforzaba en ocultarlo.
''¿Por qué haces esto?'' preguntó Marsi. Se había tensado con el último comentario del monstruo enorme, y aunque no sabía como hacerlo trataba de mantener sus pensamientos negativos en su sitio.
''No tenemos una transformación común. La ciudad está aún renaciendo, y a veces me siento solo. Tener a alguien como yo me resulta... emocionante... sobretodo viendo que contigo al menos puedo hablar''
Marsi no conocía el rostro del violinista, pero podía imaginarlo sonriendo en ese momento. Ella trató de devolver esa sensación, trató de imaginar lo que sentía cuando sonreía, y deseó ser capaz de transmitirlo. No se dio cuenta en un principio del recién llegado, y cuando desvió su atención para saludarle, el violinista aprovechó para levantarse y excusarse. Traería el libro prometido. La varmana por su parte, le mostró a Alice parte de la conversación con el violinista, en la que explicaba que siento transformados pasear por la ciudad les sería más facil, y que los refugios estaban bastante cerca como para hacer visitas frecuentes. Entre ellas dos, y en respuesta a las dudas y el miedo que algunos comentarios le inspiraban, añadió:
''Ahora tenemos poder, en cuanto aprendamos a controlarlo podremos plantarle cara a la ciudad.''
''La Sede y Serpentaria están bastante cerca, estos bribones se hacen visitas a menudo, así que no deberías preocuparte'' respondió, y de forma más privada añadió ''Y deberías tener cuidado con tus pensamientos, o revelarás tus miedos a toda la taberna''
Si Marsi hubiese podido sonrojarse le habría hecho competencia a la misma Luna. Sus pensamientos de alguna forma parecían hacer más ruido en algunas ocasiones, al menos desde que había perdido la cabeza. En privado, el violinista le explicó que los dullahan tenían la capacidad de comunicarse por telepatía, pero tenía que aprender a controlar esa habilidad o proyectaría sus pensamientos a todas las personas a su alrededor.
''Debería explicarte con más detenimiento las habilidades de los dullahan, que no son pocas, pero este no es el momento ni el lugar. Puedo dejarte un libro que te ayudará, escrito de mi puño y letra''
Se notaba que el violinista estaba orgulloso de ese libro, y que no se esforzaba en ocultarlo.
''¿Por qué haces esto?'' preguntó Marsi. Se había tensado con el último comentario del monstruo enorme, y aunque no sabía como hacerlo trataba de mantener sus pensamientos negativos en su sitio.
''No tenemos una transformación común. La ciudad está aún renaciendo, y a veces me siento solo. Tener a alguien como yo me resulta... emocionante... sobretodo viendo que contigo al menos puedo hablar''
Marsi no conocía el rostro del violinista, pero podía imaginarlo sonriendo en ese momento. Ella trató de devolver esa sensación, trató de imaginar lo que sentía cuando sonreía, y deseó ser capaz de transmitirlo. No se dio cuenta en un principio del recién llegado, y cuando desvió su atención para saludarle, el violinista aprovechó para levantarse y excusarse. Traería el libro prometido. La varmana por su parte, le mostró a Alice parte de la conversación con el violinista, en la que explicaba que siento transformados pasear por la ciudad les sería más facil, y que los refugios estaban bastante cerca como para hacer visitas frecuentes. Entre ellas dos, y en respuesta a las dudas y el miedo que algunos comentarios le inspiraban, añadió:
''Ahora tenemos poder, en cuanto aprendamos a controlarlo podremos plantarle cara a la ciudad.''
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Taberna del Mago Tuerto
25/07/14, 12:07 am
Alice
Bastel también respondió a lo de dónde vivir después de esta noche, pero de otra manera. Vi una advertencia bastante merecida en sus palabras, ya que estaba demostrando una actitud bastante despreocupada. Pero solo sería por esta noche, o por esta ocasión. Ya sabía que no estábamos a salvo en ningún sitio, aunque hubiera quienes nos quisieran ayudar de buena voluntad. Cuando terminó de hablar, la onyce araña del techo bajó entonces por un hilillo de sombra y se detuvo frente a su cara. Temí que pasara algo malo, porque también vi el gesto de Bastel con su arma, pero solo habló. Bueno, le habló, pero no le entendería. <<Vamos, no creo, nadie les ha entendido hasta ahora...>>
Para eso estamos nosotras. Para matarla o protegerla—y luego volvió al techo.
<<Qué pesadas con eso... Espera, ¿la ha entendido? ¿Cómo?>>
—Es una de mis onyces—respondí con hastío cuando preguntó. Luego él dijo que era una bruja y sonreí—. Eso parece. Perdón por el susto... Oye, ¿y vosotros, qué sois? Si no es indiscrección.
Menos el de la cicatriz, los demás son asesinos en potencia. Todos, de hecho, incluso el de las uñas largas. ¿Qué más necesitas saber? ¿Quieres que te cuenten cómo torturan a sus víctimas antes de comérselas o prefieres saber a cuánta temperatura te cocinarán?
El tal Valek no quiso hablar de los vampiros, mientras que Bastel preguntó quién me había dicho que había uno cerca. Sin apenas moverme, señalé tímidamente hacia el techo con el índice, sin levantar la mano de la barra. Se me pasaron los nervios rápido ya que el tal incógnita no hizo acto de presencia.
Después, ambos dirigieron unas palabras al compañero que llegó antes. No presté mucha atención pues el supuesto mensaje no era de mi incumbencia. Entre tanto, también se fue el dullahan, y Marsi aprovechó para enseñarme de qué habían hablado en la libreta. No le pregunté por los pensamientos que a veces me llegaban ya que imaginé que el dullahan le habría dicho sobre estos pues habían disminuido desde que empezaron a hablar.
Lo que sí me gustaría saber era si esa habilidad de... proyectarlos se traducía también en poder comunicarse telepáticamente.
—Hm... ¿Te ha dicho si podrás hablar por telepatía? No solo como antes, que fueron pensamientos sueltos... Si no, nos arruinaremos comprando libretas.
Te echarás a perder si sigues con esa dullahan como amiga. Si tan segura estás de que no te matará, al menos cree esto: te acabará robando la cabeza.
Cuando terminó de contarme y de escribir lo último, le cogí la libreta y apunté debajo de lo suyo:
"Sobrevivimos a la criba juntas y sobreviviremos a la ciudad juntas."
Y riendo en voz alta, añadí, mientras se la devolvía, acariciando de paso su mano como por accidente:
—Bueno, y con los demás.
Lo que me faltaba por ver...
Atol
Por un lado, Pablo dijo que prefería escucharlo ya, y por otro se me acercó Bran con una pregunta muy rara. ¿Qué quería, que me sentara con ellos a hablar con las novatas? Pft. Me encogí de hombros ante uno y otro, y acabé respondiendo:
—Es una mala noticia, no quería interrumpir y fastidiaros la noche, además de que no les incumbe—pero acabé levantándome y arrastré la silla hasta el variopinto grupo—. Disculpad, no soy muy hablador pero no es plan que las novatas me conozcan por asocial así que...—me quedé unos segundos sin saber qué decir pero entonces caí en algo—¿Sabéis? Habéis tenido suerte. En nuestra luna —sí, soy compañero de estos tres— la ciudad se volvió loca: se abrieron brechas en el suelo, un gusano gigantesco se abrazó a Letargo y casi lo tira, nos atacaron bichos de todo tipo... Y casi esperaba que sucediera lo mismo, pero aquí estáis, bebiendo de gratis—rematé riendo, y luego añadí, curioso—. Pero... ¿qué fue de los demás? Fui a veros hace un rato y estabais juntos.
La chica del pelo negro intenso fue la que respondió tras dar un largo trago:
—Imagino que seguirán en el torreón. Nosotras fuimos a por información a la Biblioteca y a la vuelta les dejamos un libro. Y ahora estamos aquí, bebiendo de gratis—bromeó—Pero... no te vimos.
—Niebla mágica
—Ah, vale. Creo que volveremos cuando Marsi termine de hablar con el otro dullahan. Sobre lo que dijiste antes, Bastel... Si corremos peligro nosotros... ¿Se aplica a cualquiera? Es que había gente fuera atacándose...
Yo también había escuchado la gresca pero no me había acercado para evitar verme afectado. Por eso respondí a la chica:
—Se aplica hasta a las ratas. Si alguien quiere mataros, lo hará si no le matáis antes. Y vosotras podéis hacer lo mismo, vaya. Lo suyo es tener un buen círculo de conocidos o amigos donde apoyaros.
—¿Ratas precisamente? Vale, entiendo. Pues habrá que ponerse las pilas y aprender lo que podamos.
En otra ocasión me habría callado, pues la pregunta la vería respondida en breves, pero me estaba animando a hablar y, tras rematar la pinta, dije:
—Por cierto, ¿saben lo de los refugios?—y cuando vi que sí, pregunté si sabían ya a dónde irían. Y me respondieron—. Bien. Podrás entrenar con Karime si quieres, Marsi, que es una guerrera del Ejército y vive en la Sede. Hay gente muy buena allí, aprenderás bastante.
—Pues yo espero que pueda aprender igual en Serpentaria—la había visto fruncir el ceño antes de responder, como si pensara en algo. Y prácticamente omitió todo lo que dije de la Sede, pero lo tomé como que se centraba más en su futuro refugio. <<Entonces sigo adelante con lo de mudarme ahora o más tarde?>>
—Seguramente.
Bastel también respondió a lo de dónde vivir después de esta noche, pero de otra manera. Vi una advertencia bastante merecida en sus palabras, ya que estaba demostrando una actitud bastante despreocupada. Pero solo sería por esta noche, o por esta ocasión. Ya sabía que no estábamos a salvo en ningún sitio, aunque hubiera quienes nos quisieran ayudar de buena voluntad. Cuando terminó de hablar, la onyce araña del techo bajó entonces por un hilillo de sombra y se detuvo frente a su cara. Temí que pasara algo malo, porque también vi el gesto de Bastel con su arma, pero solo habló. Bueno, le habló, pero no le entendería. <<Vamos, no creo, nadie les ha entendido hasta ahora...>>
Para eso estamos nosotras. Para matarla o protegerla—y luego volvió al techo.
<<Qué pesadas con eso... Espera, ¿la ha entendido? ¿Cómo?>>
—Es una de mis onyces—respondí con hastío cuando preguntó. Luego él dijo que era una bruja y sonreí—. Eso parece. Perdón por el susto... Oye, ¿y vosotros, qué sois? Si no es indiscrección.
Menos el de la cicatriz, los demás son asesinos en potencia. Todos, de hecho, incluso el de las uñas largas. ¿Qué más necesitas saber? ¿Quieres que te cuenten cómo torturan a sus víctimas antes de comérselas o prefieres saber a cuánta temperatura te cocinarán?
El tal Valek no quiso hablar de los vampiros, mientras que Bastel preguntó quién me había dicho que había uno cerca. Sin apenas moverme, señalé tímidamente hacia el techo con el índice, sin levantar la mano de la barra. Se me pasaron los nervios rápido ya que el tal incógnita no hizo acto de presencia.
Después, ambos dirigieron unas palabras al compañero que llegó antes. No presté mucha atención pues el supuesto mensaje no era de mi incumbencia. Entre tanto, también se fue el dullahan, y Marsi aprovechó para enseñarme de qué habían hablado en la libreta. No le pregunté por los pensamientos que a veces me llegaban ya que imaginé que el dullahan le habría dicho sobre estos pues habían disminuido desde que empezaron a hablar.
Lo que sí me gustaría saber era si esa habilidad de... proyectarlos se traducía también en poder comunicarse telepáticamente.
—Hm... ¿Te ha dicho si podrás hablar por telepatía? No solo como antes, que fueron pensamientos sueltos... Si no, nos arruinaremos comprando libretas.
Te echarás a perder si sigues con esa dullahan como amiga. Si tan segura estás de que no te matará, al menos cree esto: te acabará robando la cabeza.
Cuando terminó de contarme y de escribir lo último, le cogí la libreta y apunté debajo de lo suyo:
"Sobrevivimos a la criba juntas y sobreviviremos a la ciudad juntas."
Y riendo en voz alta, añadí, mientras se la devolvía, acariciando de paso su mano como por accidente:
—Bueno, y con los demás.
Lo que me faltaba por ver...
Atol
Por un lado, Pablo dijo que prefería escucharlo ya, y por otro se me acercó Bran con una pregunta muy rara. ¿Qué quería, que me sentara con ellos a hablar con las novatas? Pft. Me encogí de hombros ante uno y otro, y acabé respondiendo:
—Es una mala noticia, no quería interrumpir y fastidiaros la noche, además de que no les incumbe—pero acabé levantándome y arrastré la silla hasta el variopinto grupo—. Disculpad, no soy muy hablador pero no es plan que las novatas me conozcan por asocial así que...—me quedé unos segundos sin saber qué decir pero entonces caí en algo—¿Sabéis? Habéis tenido suerte. En nuestra luna —sí, soy compañero de estos tres— la ciudad se volvió loca: se abrieron brechas en el suelo, un gusano gigantesco se abrazó a Letargo y casi lo tira, nos atacaron bichos de todo tipo... Y casi esperaba que sucediera lo mismo, pero aquí estáis, bebiendo de gratis—rematé riendo, y luego añadí, curioso—. Pero... ¿qué fue de los demás? Fui a veros hace un rato y estabais juntos.
La chica del pelo negro intenso fue la que respondió tras dar un largo trago:
—Imagino que seguirán en el torreón. Nosotras fuimos a por información a la Biblioteca y a la vuelta les dejamos un libro. Y ahora estamos aquí, bebiendo de gratis—bromeó—Pero... no te vimos.
—Niebla mágica
—Ah, vale. Creo que volveremos cuando Marsi termine de hablar con el otro dullahan. Sobre lo que dijiste antes, Bastel... Si corremos peligro nosotros... ¿Se aplica a cualquiera? Es que había gente fuera atacándose...
Yo también había escuchado la gresca pero no me había acercado para evitar verme afectado. Por eso respondí a la chica:
—Se aplica hasta a las ratas. Si alguien quiere mataros, lo hará si no le matáis antes. Y vosotras podéis hacer lo mismo, vaya. Lo suyo es tener un buen círculo de conocidos o amigos donde apoyaros.
—¿Ratas precisamente? Vale, entiendo. Pues habrá que ponerse las pilas y aprender lo que podamos.
En otra ocasión me habría callado, pues la pregunta la vería respondida en breves, pero me estaba animando a hablar y, tras rematar la pinta, dije:
—Por cierto, ¿saben lo de los refugios?—y cuando vi que sí, pregunté si sabían ya a dónde irían. Y me respondieron—. Bien. Podrás entrenar con Karime si quieres, Marsi, que es una guerrera del Ejército y vive en la Sede. Hay gente muy buena allí, aprenderás bastante.
—Pues yo espero que pueda aprender igual en Serpentaria—la había visto fruncir el ceño antes de responder, como si pensara en algo. Y prácticamente omitió todo lo que dije de la Sede, pero lo tomé como que se centraba más en su futuro refugio. <<Entonces sigo adelante con lo de mudarme ahora o más tarde?>>
—Seguramente.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Taberna del Mago Tuerto
25/07/14, 01:31 am
—Yo soy un trasgo. Como gente —respondí a la bruja con una sonrisa completamente inocente que contrastaba enormemente con lo que acababa de decir.
Seguí el dedo de la chica hasta mirar a la sombra. «Claro...» pensé, regañándome mentalmente por no haber caído. Seguí mirando a aquel ser con curiosidad unos instantes más antes de bajar la mirada. Me preguntaba si había sabido la transformación de Pablo por la copa de sangre, o si es que de alguna forma había podido sentirlo. Su bruja, claramente, desconocía quién era el vampiro presente, pero eso podía deberse simplemente a que aquella criatura sólo estaba dispuesta a advertirla hasta cierto margen. O quizás sus habilidades tuviesen un tope y sólo pudiese precisar que había vampiros presentes, pero no quienes. En cualquier caso me pasaría por la biblioteca. Sería interesante averiguar más cosas de esas onyces.
«¿Una mala noticia?» pensé mientras sonreía socarrón al libense. Había muy pocas cosas que pudiesen ensombrecerme el ánimo esa noche, y desde luego algo que viniese de una náyade infantil no.
—Oh, sí, nuestra Luna... Desde luego Rocavarancolia nos recibió a lo grande. Todavía me acuerdo del par de murciélagos gigantes que intentó matarme. Y después casi me aplasta una quimera nigromántica de proporciones igualmente gigantescas —lo contaba de forma nsotálgica como si fuese una vieja anécdota que lamentase no haber vuelto a vivir (lo cual, en parte, era cierto).
Le di un par de tragos a la bebida mientras el helión y la bruja hablaban. No me sorprendió lo de la pelea que había fuera: la Luna bombeaba fuego en nuestras venas y nos exigía sangre. Yo mismo no podía evitar un pequeño cosquilleo y deseaba desatarme, convertirme bajo su luz escarlata en la bestia cazadora que era. No me iba a quedar mucho rato. Todo mi ser cosquilleaba y necesitaba mostrarse bajo el influjo de aquella bestialidad mágica.
Seguí el dedo de la chica hasta mirar a la sombra. «Claro...» pensé, regañándome mentalmente por no haber caído. Seguí mirando a aquel ser con curiosidad unos instantes más antes de bajar la mirada. Me preguntaba si había sabido la transformación de Pablo por la copa de sangre, o si es que de alguna forma había podido sentirlo. Su bruja, claramente, desconocía quién era el vampiro presente, pero eso podía deberse simplemente a que aquella criatura sólo estaba dispuesta a advertirla hasta cierto margen. O quizás sus habilidades tuviesen un tope y sólo pudiese precisar que había vampiros presentes, pero no quienes. En cualquier caso me pasaría por la biblioteca. Sería interesante averiguar más cosas de esas onyces.
«¿Una mala noticia?» pensé mientras sonreía socarrón al libense. Había muy pocas cosas que pudiesen ensombrecerme el ánimo esa noche, y desde luego algo que viniese de una náyade infantil no.
—Oh, sí, nuestra Luna... Desde luego Rocavarancolia nos recibió a lo grande. Todavía me acuerdo del par de murciélagos gigantes que intentó matarme. Y después casi me aplasta una quimera nigromántica de proporciones igualmente gigantescas —lo contaba de forma nsotálgica como si fuese una vieja anécdota que lamentase no haber vuelto a vivir (lo cual, en parte, era cierto).
Le di un par de tragos a la bebida mientras el helión y la bruja hablaban. No me sorprendió lo de la pelea que había fuera: la Luna bombeaba fuego en nuestras venas y nos exigía sangre. Yo mismo no podía evitar un pequeño cosquilleo y deseaba desatarme, convertirme bajo su luz escarlata en la bestia cazadora que era. No me iba a quedar mucho rato. Todo mi ser cosquilleaba y necesitaba mostrarse bajo el influjo de aquella bestialidad mágica.
Re: Taberna del Mago Tuerto
25/07/14, 08:18 pm
“Conque bruja de onyces…” Finalmente se sabía la transformación de la chica. En cuanto a qué eran estas, una había aparecido para hablarle a Brann, y aunque no me había alarmado directamente sí que había desplazado mis dedos disimuladamente hacia una runa.
Ya más tranquilo me percaté de que la siguiente pregunta había sido por nuestras transformaciones.
–Yo soy un vampiro, por si la bebida o mis colmillos no me hubieran delatado ya. Tampoco es que lo esté ocultando. El resto de lo que implica mi transformación ya deberías saberlo. Eres humana después de todo– De hecho me hacía gracia que no lo hubiera adivinado ya.
Por su parte el helión ya confirmó que lo suyo eran malas noticias “Por supuesto. ¿Acaso lo dudaba alguien?” Luego se empezó a hablar de la luna anterior, nuestra luna.
–No os quejéis, a mí me persiguió un ejército entero, con su propio "argos" particular... además de toparme también con lo tuyo, Bastel.
Al contrario de lo que hacía ver el trasgo yo ni sentía nostalgia por ello ni pretendía sentirla
Ya más tranquilo me percaté de que la siguiente pregunta había sido por nuestras transformaciones.
–Yo soy un vampiro, por si la bebida o mis colmillos no me hubieran delatado ya. Tampoco es que lo esté ocultando. El resto de lo que implica mi transformación ya deberías saberlo. Eres humana después de todo– De hecho me hacía gracia que no lo hubiera adivinado ya.
Por su parte el helión ya confirmó que lo suyo eran malas noticias “Por supuesto. ¿Acaso lo dudaba alguien?” Luego se empezó a hablar de la luna anterior, nuestra luna.
–No os quejéis, a mí me persiguió un ejército entero, con su propio "argos" particular... además de toparme también con lo tuyo, Bastel.
Al contrario de lo que hacía ver el trasgo yo ni sentía nostalgia por ello ni pretendía sentirla
- InvitadoInvitado
Re: Taberna del Mago Tuerto
28/07/14, 01:41 am
''Se supone que tengo que aprender a manejarlo'' explicó Marsi en referencia a la telepatía. ''Pero creo que va a ser difícil''
Marsi deseó que lo que decía el tal Bastel fuese una broma de mal gusto, pero creía haber pasado por encima del capítulo correspondiente a los trasgos en el libro de transformaciones. Lo mismo con el vampiro. No había nada parecido en su cultura, salvo las sanguijuelas y los mosquitos gigantes de las selvas del norte que se decía que se sorbían hasta el alma, y ninguna de las dos opciones le hacía especial gracia. De pronto, Marsi se sintió un poco como las sombras de Alice; desconfiada y a la defensiva, dispuesta a proteger a la humana... pero con mejores intenciones.
Llegó el violinista con un grueso tomo de páginas amarillentas, algunas mal encuadernadas. No tenía título en la portada ni en el lomo. Lo dejó frente a Marsi y esta lo abrió por la primera página, donde comenzaba un prólogo escrito con letra elegante a tinta negra.
''Léelo con tranquilidad, y si tienes alguna duda o necesitas ayuda para acostumbrarte, suelo estar aquí. Y si no estoy, estará Mikk y él irá a buscarle''
Señaló a un hombre de aspecto humano que besaba a una chica similar a Saren que tenía sentada en el regazo. A Marsi le volvió a arder su cara inexistente.
''Gracias, lo haré.'' << En realidad no>>
Se despidió del grupo, insistiéndole a Alice en volver al torreón y rechazando cualquier invitación a bebida. Quería empezar a leer y necesitaba volver a territorio seguro, aunque pronto fuese a dejar de vivir en él.
Marsi deseó que lo que decía el tal Bastel fuese una broma de mal gusto, pero creía haber pasado por encima del capítulo correspondiente a los trasgos en el libro de transformaciones. Lo mismo con el vampiro. No había nada parecido en su cultura, salvo las sanguijuelas y los mosquitos gigantes de las selvas del norte que se decía que se sorbían hasta el alma, y ninguna de las dos opciones le hacía especial gracia. De pronto, Marsi se sintió un poco como las sombras de Alice; desconfiada y a la defensiva, dispuesta a proteger a la humana... pero con mejores intenciones.
Llegó el violinista con un grueso tomo de páginas amarillentas, algunas mal encuadernadas. No tenía título en la portada ni en el lomo. Lo dejó frente a Marsi y esta lo abrió por la primera página, donde comenzaba un prólogo escrito con letra elegante a tinta negra.
''Léelo con tranquilidad, y si tienes alguna duda o necesitas ayuda para acostumbrarte, suelo estar aquí. Y si no estoy, estará Mikk y él irá a buscarle''
Señaló a un hombre de aspecto humano que besaba a una chica similar a Saren que tenía sentada en el regazo. A Marsi le volvió a arder su cara inexistente.
''Gracias, lo haré.'' << En realidad no>>
Se despidió del grupo, insistiéndole a Alice en volver al torreón y rechazando cualquier invitación a bebida. Quería empezar a leer y necesitaba volver a territorio seguro, aunque pronto fuese a dejar de vivir en él.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Taberna del Mago Tuerto
28/07/14, 02:54 am
Saren asistió en silencio a la conversación entre las dos novatas, sonriendo para si, y prestando atención cuando la humana le contestó a su pregunta. No entendía las referencias a vampiros de purpurina, pero le hicieron gracia la reacción de Pablo y el comentario de Bran. Por otra parte, que la bruja preguntara si había algún vampiro cerca era hilarante, pues tenía uno sentado al lado. No le dio tiempo a contestar antes de que Atol hiciera acto de presencia, y al parecer traía noticias de la botica.
El selkie no se esperaba nada bueno, pero prefirió esperar, y secundó las palabras del trasgo, animando al libense a que se les uniera. La conversación continuó, y esta vez el idrino permaneció en silencio, prefiriendo escuchar mientras observaba a la clientela que había en el local. Vio a Mikk con Vivia en el regazo, e inconscientemente apartó la vista, pues aun estaba avergonzado por su actuación en la fiesta de los cuchitrileros y no había encontrado una oportunidad para disculparse con la idrina.
Al final las novatas anunciaron que se marchaban, y por su postura el norteño entendió que algunos de los comentarios de sus amigos las habían alarmado. No era de extrañar, pues no eran precisamente sutiles, pero el idrino no era quien para recriminarles nada. Se despidió de las chicas con un gesto, y no fue hasta que alcanzaron la salida que le vino una idea a la cabeza.
—Disculpadme un momento —les dijo a sus compañeros, poniéndose en pie y saliendo tras las letarguinas.
Ya le había escamado cuando las vio, pero ver caminar a la dullahan con la cabeza bajo el brazo le mosqueaba, pues era como si él llevara su piel a modo de capa.
—Perdonad —las llamó cuando las dio alcance, ya en la calle—. Aun no se tu nombre, chica dullahan, pero tienes una diana pintada en la espalda llevando tu cabeza de esa manera —dijo, llevándose una mano al bolsillo del abrigo y sacando su bolsa sin fondo, vacía en esos momentos—, y no creo que quieras perder los recuerdos de tu cosecha —supuso con una sonrisa amistosa, tendiéndole la bolsa a continuación—. Guárdala aquí por el momento, y ya me la devolverás cuando consigas una para ti.
El selkie no se esperaba nada bueno, pero prefirió esperar, y secundó las palabras del trasgo, animando al libense a que se les uniera. La conversación continuó, y esta vez el idrino permaneció en silencio, prefiriendo escuchar mientras observaba a la clientela que había en el local. Vio a Mikk con Vivia en el regazo, e inconscientemente apartó la vista, pues aun estaba avergonzado por su actuación en la fiesta de los cuchitrileros y no había encontrado una oportunidad para disculparse con la idrina.
Al final las novatas anunciaron que se marchaban, y por su postura el norteño entendió que algunos de los comentarios de sus amigos las habían alarmado. No era de extrañar, pues no eran precisamente sutiles, pero el idrino no era quien para recriminarles nada. Se despidió de las chicas con un gesto, y no fue hasta que alcanzaron la salida que le vino una idea a la cabeza.
—Disculpadme un momento —les dijo a sus compañeros, poniéndose en pie y saliendo tras las letarguinas.
Ya le había escamado cuando las vio, pero ver caminar a la dullahan con la cabeza bajo el brazo le mosqueaba, pues era como si él llevara su piel a modo de capa.
—Perdonad —las llamó cuando las dio alcance, ya en la calle—. Aun no se tu nombre, chica dullahan, pero tienes una diana pintada en la espalda llevando tu cabeza de esa manera —dijo, llevándose una mano al bolsillo del abrigo y sacando su bolsa sin fondo, vacía en esos momentos—, y no creo que quieras perder los recuerdos de tu cosecha —supuso con una sonrisa amistosa, tendiéndole la bolsa a continuación—. Guárdala aquí por el momento, y ya me la devolverás cuando consigas una para ti.
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