Taberna del Mago Tuerto

-Estoy bien, estoy bien-Nasher lo ayudó a sentarse justo en el sitio en que se había caído y Giz decidió que era un buen sitio para quedarse. Su barriga quejumbrosa estaba también de acuerdo-. Soy un buen asreniano, podría comerme un cactus y no me dolería-mintió tan buenamente como pudo para quitar importancia a su malestar. Dobló las rodillas para atraparlas entre sus brazos bajo el poncho y se quedó un rato ahí, sin saber muy bien qué decir. Lo cierto es que a tampoco le hacía falta conversar, se sentía bien con Nasher al lado, sin más. En relativo silencio.

A pesar de que su dolor de barriga estaba cesando un poco, Giz no sabía si pedirle a Nasher que se quedaran dentro o salir fuera, como había sugerido. El local seguía estando abarrotado, era incapaz de pasar por alto ese detalle, pero dentro de todo el gentío era donde se cocía la mayor parte de la diversión. << ¿Y si no quiere perderse esto? >> se dijo. Sin embargo, el calor que ya había experimentado antes comenzó a hacerse más y más persistente y Giz estuvo seguro de que, de haber sido un blandito, estaría sudando lagunas ahora mismo. Agarró su poncho de la zona del pecho y lo agitó para que el aire circulara por el interior de la prenda, agradeciendo el contraste de temperaturas.

-¿Aire?-acabó preguntando escuetamente, con media sonrisa y las cejas arqueadas a modo de disculpa. Deshizo su posición y levantó un brazo tímido hacia Nasher, para que este le ayudara a levantarse.

Cuánta gente y cuántas risas. ¡Y cantidad de bebida que circula! Me acabo el whisky de un trago y no dudo en agarrar una de las bebidas ofrecidas por Wen. No puedo evitar una risa leve al oír lo que le dice Noel y cómo se disculpa luego sin sonar demasiado convincente. Este chico está ya diciendo tonterías, aunque creo que yo no debería hablar demasiado, pues el whisky es una bebida fuerte y el vodka no se le queda atrás.

—¡Vodka! —grito a coro con varias voces, entre las que se incluye Noel.

La música suena acorde con la bebida, una canción que algunos antiguos terrícolas parecen conocer. A pesar de mis constantes viajes por todo el planeta —que, quiera o no, me ha dado un conocimiento general de los distintos tipos de música que hay en la Tierra—, no logro reconocerla. Por el estilo podría situarla más o menos en un mapa, pero tampoco lo puedo saber seguro. Y no me voy a quebrar la cabeza, lo estoy pasando bien.

—¡Ostras, Gael, un flameado de vodka! —Le digo poniendo unos ojos como platos—. ¿Ya está rico eso? ¡Quiero probarlo! —Entonces le ofrezco mi vaso de una forma un poco brusca para que me lo encienda, con lo que se derraman unas gotas. Creo que esto me empieza a afectar de más.

El chico reacciona conteniendo una risa durante un ratito y a continuación acerca un dedo a mi bebida hasta que esta se enciende como la suya. Entonces chocamos los vasos, apago la llama y bebo un sorbo. No ha sido un experimento muy exitoso, pero tampoco está malo del todo.

Oigo lo que dice Jack sobre las apuestas y la respuesta desvergonzada del draco. A continuación, hago eco de sus palabras.

—¡Brindis todos, damas, caballeros y criaturas de todo tipo!

Definitivamente, creo que me estoy pasando un poco con el alcohol.

-No lo dudo- respondió Nasher aguantando una risilla ante el comentario de Giz.

Se había terminado ya la cerveza, así que dejó la jarra en una mesa al azar. Se puso en pie, sacudiéndose los vaqueros y viendo que el chico le pedía salir a tomar un poco el aire le cogió la mano para ayudarle a levantarse. Le rodeó la cintura para que no se cayese y le acompañó hasta la salida de la taberna. Fuera hacía un fresco agradable, con una ligera humedad, pero en una noche tan oscura como la boca de un lobo. << Todas las noches de Rocavarancolia son así...>> La verdad es que él también había empezado a agobiarse ahí dentro, y ahora con su buen humor y la sensación cálida que tenía en el pecho de lo que tenía ganas era de correr, de saltar y trepar edificios. Pero debía quedarse con Giz.

-¿Mejor?- le preguntó al tiempo que le encontraba un sitio para sentarse que no estuviese lleno de vómito o... cosas que prefería no saber.

Se acuclió a su lado y pegó su frente a la del otro como si quisiese comprobar su temperatura, aunque esa no era exactamente su intención.

-Tienes mejor cara.- comentó sonriendo y alejándose un poco. Su piel se tornó de un azul muy oscuro, casi negro, y varias escamas brillaron como pequeños diamantes. Estaba reinterpretando la piel de Adara.

Giz se puso en pie gracias a la ayuda de Nasher y, rodeado por el asreniano camaleónico, salieron ambos de la taberna. Lo primero que hizo fue respirar hondo, aliviado de encontarse fuera, sin gente, ni música, ni más gente; y después se sentó en el único sitio "limpio" que Nasher le había podido encontrar. Se recostó contra la pared antes de quitarse el poncho, para regular su temperatura, y asintió ante la pregunta del asreniano. Se encontraba mejor, dentro de lo que cabía.

Nasher se agachó frente a él y Giz se quedó mirándolo con curiosidad, preguntándose qué iría a hacer ahora. Cuando su rostro se acercó y la frente de Nasher topó con la suya, la gola de Giz se abrió y se cerró involuntariamente y el goliat hizo un amago de retirar la cabeza por la sorpresa, topándose su nuca con la pared tras él.

-¡Au!-se quejó. Tenía los reflejos de una piedra ahora mismo y sus capacidades deductivas acostadas, si no lo había visto venir. Parecía querer mirar su temperatura- ¿De verdad tengo mejor cara?- << Sí que se preocupa >> Se dijo. Normalmente, sus pensamientos se habrían quedado consigo, pero esta ocasión era un pelín más alcohólica que de costumbre y lo soltó de golpe-. ¿No te asusta que saque ahora un par de colmillos afilados e intente devorarte, como suelen hacer todas las criaturas de esta ciudad?-su cara era un poema con muchas dudas, pero la verdad es que independientemente de su respuesta, le estaba haciendo la noche mucho más agradable y llevadera-. Gracias, sea lo que sea.

>> Por cierto, elegante diseño-dejó caer en un tono más suave al de las preguntas, refiriéndose a las escamas de Nasher que ahora lucían como la piel de la propia Adara-. Si tuvieras tetas, siendo de noche como ahora mismo, la clavarías-finalizó el merecido cumplido casi riendo.

Nasher estalló en carcajadas por el susto que se había llevado Giz << Me lo comería. >> Y sin duda si no tuviese ese miedo latente a que el chico le potase encima, le besaría.

-¿Y a ti no te asusta que me aproveche de tu borrachuza torpeza actual, te lleve a un sitio apartado y te viole sin compasión?.- le preguntó con una sonrisa inquietante- Porque podría hacerlo...- y viendo la cara que ponía se echó a reir otra vez- No, es broma. Pero se cuidarme solito, sino no estaría aquí.

Se sentó con las piernas cruzadas delante de Giz y se dedicó a hacer tililar los pequeños diamantes de su cuerpo. Cuando Giz hizo el comentario puso una mueca extraña.

-Que obsesión con las tetas. ¡Tetas por todas partes! No se que tienen de especial.- Aunque de verdad le habría gustado tocar un par, por curiosidad. Sin embargo sus posibilidades eran ínfimas... A las chicas con tetas no les gustaban los lagartijos. << Con lo guapo que yo soy...>>

Riendo y compartiendo conversaciones pasaba la noche, noche como nunca y que sería inolvidable. Cualquier cosa insólita podía ocurrir, estando todos eufóricos y cada cual disfrutando a su manera. Bromeando, bailando, intentando ligar y bailar como aquellos dos, aunque a Nash se le de mejor que al pobre Giz, la música, Toima berreando, más risas y palmas...

Pero lo que no esperaba es lo que pasó con Norou. El mozo se nos acercó educadamente, vestido con su kimono abierto, los brazos y pies desnudos cubiertos únicamente con las usuales vendas. Llegó a nuestra altura y empezó a hablar sobre la fiesta, riendo y bromeando. Fui a darle la razón sobre la bebida pero su siguiente movimiento me descuadró. << No va en serio... Va en serio, ¡va en serio! >> Le observé estupefacto mientras se mordía y llenaba mi copa con su sangre y solo logré parpadear en respuesta ya que estaba luchando conmigo mismo por no saltarle encima. << Nunca he probado su sangre... >> pienso mientras me relamo, limpiando los labios y temblando al momento por el torrente de sensaciones que libera su sangre. Aunque no es necesario, acerco la copa a mi rostro y la olisqueo, cerrando los ojos y notando cómo todo mi cuerpo grita por ella.

Pero logro salir de la ensoñación y saco mi petaca de viaje de un bolsillo, la vacío de un trago y la relleno con la sangre de Norou, vigilando que ninguna gota se escape. Sin embargo, mi mente sigue dándole vueltas a lo último que dijo antes de marcharse con esa pobre excusa, así que me despido del grupito y me escurro hacia Cain y Norou, pasando primero frente al rubiales y logrando, entre susurros, que deje la noche libre a mi presa. Finalmente aparezco a la espalda de Norou, sabiendo de antemano que ya me habrá sentido, pero eso no me frena y le abrazo por detrás con bastante fuerza, para luego susurrarle al oído:
-Te he conseguido la noche libre, no tienes excusa bribonzuelo.-al mismo tiempo, mis manos bajan de sus brazos a su torso desnudo, mientras acaricio la palpitante zona del cuello con la lengua.-Jacky está sediento... Creo que sobran las palabras, mi valiente guerrero.-acabo diciendo con todo el cariño que le tengo y más, envalentonado por la situación de mi organismo y el ambiente.

Y o bien se mueve y hace algo o bien no sé, << pero como esté un minuto más pegado a su cálida piel de esta forma, tan cerca de su deseado torrente... El mordisco se lo lleva >>

Volví a mi puesto de centinela a escasos metros de Caín, Pensando aun en lo que había hecho y por qué. No me dio tiempo a pensar cuando de repente hay venia Jack que me agarró por detrás en un patético intento por cogerme por sorpresa, o eso parecía, y me informa de que tenia la noche libre. Lo que me deja ensimismado con mis pensamientos mientras miraba la espalda de Caín fijamente.


¿la noche libre?¿Y quién vigilaría por la seguridad de Caín? Aunque estaba todo el local lleno de conocidos, sin contar a Elliot y Vac. Sin duda lo dejaría a buen recaudo y algo extraño en mi interior me impulsaba a que siguiera el juego que Jack me estaba proponiendo.


Cuando menos me lo espero algo sobresalta mis sentidos: Jack me lanzo un mordisco dirigido al cuello. En un movimiento relámpago me safé del abrazo e intercepte el mordisco moviendo a Jack varios metros por los aires apresando su cuello contra la pared con mi antebrazo.


“Creí que te dije por la fuerza Jacky-le dije al sorprendido Jack mirándole intensamente a los ojos-Si es verdad que tengo la noche libre más te vale que me saques de este antro antes de que me vuelva loco- termine diciéndole con tono imperativo dejándole el cuello libre”

-¡Vodka! -brindo Vac cuando le trajeron el vaso, agachado en el borde del escenario con Noel, Adara y los demás-, y me alegro de alegrarte la noche, muchacho -le dijo a Noel guiñándole un ojo.

Acababan de terminar la canción y habían hecho una pequeña pausa para beber algo y refrescarse. Mientras cantaba el griego se había encontrado genial, y también se había fijado en las distintas reacciones de la gente, riendo ante la incipiente borrachera que se empezaba a hacer patente en varios de sus compañeros. Había captado parte de las conversaciones mientras tocaba, aunque se había fijado mas en la actitud de la gente, en el baile de Nasher y Giz, en la conversación entre Jack y Norou, en el flambeado de Gael, en las rondas a su cuenta cortesía de Wen, y en alguna tontería mas.

El espectáculo continuo, aunque en la pieza siguiente Vac solo cantó. Era una música animada, que incitaba al baile, a la que le siguió una canción mas apropiada para aquella taberna llena de monstruos. Vac estaba contento, casi rebotaba por el escenario, la música le revitalizaba. El “concierto” termino con un pequeño homenaje, una melodía muy conocida entre los terricolas.

La contrapregunta de Nasher lo asustó por unos instantes, hasta que Giz (quizá un poco tarde) descubrió que se trataba de un farol. Fingiendo gesto de enfado para arreglar la situación como buenamente podía, le golpeo suavemente con su pie en la pierna para desestabilizarlo en su asiento y se echó a reír.

-Una pena, porque habría sido una violación divertida-realmente Giz no pensaba así, pero decidió que era un buen momento para entrenar su sarcasmo-. Además, tengo mis propios métodos de defensa antivioladores como el miedo a que tu popularidad baje si te ven conmigo y los vómitos post-licor, que tienen un efecto bastante bueno a la hora de alejar violadores e incluso a gente con mejores intenciones.

El comentario sobre las tetas le hizo gracia. Giz tampoco es que supiera sobre tetas, pues siempre que les preguntaba a Gael, Noel o al resto, rehuían su pregunta. Además de que parecía ser altamente maleducado hablar de ellas y Giz trataba de aprender a comportarse dentro de las normas de la mayoría.

-Eh, pero que no estoy diciendo que las necesites-trató de arreglar el asunto-. Para mi gusto asreniano estás bien así, planito-se dio cuenta de lo que había dicho y sintió arder su cara, tampoco era nada revelador y seguro que Nasher ya se lo había olido, pero aún así…-. Quiero decir, yo, eh…-se dio cuenta de que ya no había arreglo y lo dejó estar-. Que eso, que estás perfecto así.

Los puntos blancos que imitaba la piel de Nasher abstrayeron a Giz, hipnotizándolo por completo. Por algún no tan extraño motivo, el espectáculo visual trajo al Goliat recuerdos de hace tanto tiempo que ni podía situarlos. Sentía añoranza.

-Pareces un cielo…- su voz no había sido más que un susurro sin esperanza de vida, hacía mucho que no veía estrellas. Cuando fue a la Tierra esperaba encontrarse un precioso espectáculo nocturno, pero entre las prisas y la contaminación en las zonas más pobladas, lo que vio no fue más que un cielo negro y una luna un poco sosa. La luna roja e incluso Nassandra habrían eclipsado a la noche terrestre -. Si te diesen la oportunidad de volver algún día a Asrena… ¿Irías?- preguntó con sana curiosidad.

Se sentía tan relajado con Nasher, que ni siquiera se percató de lo suelta que tenía la lengua. De haberlo pensado, ni se habría reconocido. O le habría echado las culpas al alcohol. O a saber...

Nasher le sacó al lengua cuando Giz le respondió, una lengua tan larga que llegaba por debajo de la barbilla.

-Tú te lo pierdes- dijo con falsa indignación, pero riendo poco despues para dejar claro que estaba de broma.

Le divertía la forma en que Giz se trababa, y el que se diera por vencido y reconociese el cumplido que acababa de hacerle fue una pequeña victoria en la mente de Nasher. Le gustaba ese chico. No sabía si sobrio sería igual de gracioso pero esperaba que sí, porque visitaría Serpentaria más a menudo solo para comprobarlo.

-Nah- dijo sin dudarlo- Podría ir de visita, pero no me gustaría volver a la vida que tenía en mi tribu. No me quejo, era una muy buena vida, pero allí no habría podido aprender ni la mitad de cosas que en Rocavarancolia... Ni habría hecho tantos amigos.

No es que en Asrena no tuviese amigos, tenía dos muy buenos a los que echaba bastante de menos, pero allí la gente era más interesante, ofrecía más opciones, más posibilidades. A Nasher le gustaban las cosas dinámicas, y la vida en su tribu llegaba a ser muchas veces repetitiva y aburrida.

-¿Y tú?

Giz no esperaba que Nasher le devolviera la pregunta. Ni siquiera él tenía claro qué haría. Su tribu le resultaba indiferente y lo poco que echaba de menos eran pequeños detalles como podían ser las estrellas por la noche o los remansos de paz en mitad de la arena. Además, la gente con la que quería vivir estaba en la ciudad y sus nuevas aficiones no podrían existir en Asrena.

Meditó durante un pequeño rato, en el que también fue sintiendo como una incipiente modorra se apoderaba de él. Casi de forma inconsciente, hizo un amasijo con el poncho y lo dejó en el suelo, donde se tumbó boca arriba reutilizando su prenda arrugada como almohada. Perdió la vista en el cielo esperando que algún murciélago de fuego acabara con el aburrido monopolio de la oscuridad nocturna y acabó resoplando tras verse sin suerte.

-Creo… Creo que no. No, no iría-bostezó y se giró hacia un lado, colocándose frente al asreniano y embelesándose en su cuerpo negro y sus lucecillas titilantes. Escaló lentamente con la vista hasta enfocar los ojos de Nasher, le dedicó una sonrisa casi sonámbula y volvió a bostezar-¿Te importa quedarte aquí un rato?-preguntó antes de cerrar los ojos-. Prometo devolverte el favor, más adelante- y se dejó mecer por el sueño.

-Descuida...- le respondió Nasher acomodándose en el suelo.

Podía ver cómo a Giz se le iban cerrando los ojos, así que redujo la intensidad de las luces de su piel para que no le molestasen. La gente entraba y salía, y Nasher tarareaba la melodía que salía, a pesar de que el barullo la hacía dificil de oír. Le gustaba la cara de Giz cuando dormía, tenía un gesto inocente, despreocupado, y su respiración relajada era contagiosa. Le acarició el brazo con delicadeza y comprobó que se estaba enfriando, la noche avanzaba y la brisa antes fresca y agradable se estaba tornando demasiado fría. Nasher hizo una mueca y se puso en pie para asomarse a la puerta, con miedo de alejarse demasiado de Giz.

Ya dentro, llamó la atención de los chicos del escenario, que eran los que mejor podían verle entre la gente, y escribió con luces un mensaje en su propia piel.

''Giz se ha dormido, me lo llevo a la Sede''

Cuando se hubo asegurado de que habían captado el mensaje, se cargó a Giz a la espalda y se lo llevó.

Sigue en la Sede de los Taumaturgos.

Wen repartió todos los vodkas con una alegría poco común en ella y que, si ya extrañaba a sus compañeros de entonces, dejaría anonadados a sus conocidos de la tierra. Cuando terminó, se sentó de nuevo al lado de Gael, Noel y Matt, riendo ante el comentario del primero.

- No es para tanto, creo que eres capaz de controlar un pequeño incendio. - bromeó mientras se bebía su chupito. “Casi me había olvidado de su sabor.” Pensó.

Wen siguió cantando las partes que se sabía de la canción y moviendo la cabeza al ritmo de la misma. Noel le agradeció el vodka y Wen se dispuso a explicarle que no era a ella a quien había que agradecerle, sino a Vac por pagar, cuando su maestro le pasó un brazo por los hombros. Wen abrió los ojos sorprendida. No esperaba ese movimiento del draco, pero no pudo evitar reir cuando vió como se sonrojaba.

- ¡Tranquilo! Tengo la teoría de que nunca fui una buena alumna por falta de confianza con mis profesores. Orgullosa me siento de ser tu alumna preferida.

Volvió a reir sin poder evitarlo de nuevo, pero Noel estaba despistado y avergonzado y no la escuchó, lo que sí que vió, como Wen, fue el fuego saliendo del vaso de Gael.

- ¡Ey! Que seas capaz de controlar un incendio no quiere decir que lo tengas que hacer.

La canción no tardó en terminar y Vac se acercó al grupo de nuevo, brindando con todos. El concierto de Vac siguió y ahí fue cuando Wen se dio cuenta de la falta de dos personas del grupo: Nasher y Giz; y que otras dos parecían bastante interesadas en seguir sus pasos. “Este Jack… tiene su particular forma de ser.” Rió para sí, sin dejar de prestar atención al concierto que, aunque había variado a canciones que no reconocía, seguía motivándola.

Wen estaba dando un trago a su cerveza, la cual acababa de adquirir, cuando comenzó a sonar la última canción. Fue inevitable que escupiera el pequeño trago que había dado de la sorpresa.

- ¿¡Cazafantasmas!? - preguntó riendo.- Me esperaba cualquier cosa, ¿pero los cazafantasmas? - preguntó riendo, para después cantar y moverse con todas sus ganas, levantado la jarra hacia el escenario.

Mientras miraba mi bebida encendida confuso, escucho la voz de Wen riéndose por eso mismo. Noel, que estaba también cerca de ella, viene hasta donde estoy y suelta un chiste con el que se acaba partiendo. Se me contagia un poco su risa y tengo que contenerme, especialmente cuando vuelve a reírse tras decirme que lo mate.
–Exagerado… –digo empezando a agitar el vodka como si fuese un mechero en un concierto–. ¿Espectáculo yo?

La siguiente que se acerca, sin darme tiempo a apagarlo para dejar de llamar la atención, es Adara. Pero esta en vez de reírse parece dispuesta a probar el vodka flambeado. Su forma de ofrecerme el vaso hace que me tenga que contener de nuevo la risa floja, escondiéndome contra el cuello de mi camiseta. Alzo un dedo y lo meto rápidamente dentro del vaso hasta que prende. Ni siquiera pensé en lo antihigiénico que era eso, pero como mucho podría quedarle dentro un poquito de hollín. Propongo un brindis con ambas bebidas encendidas y al apagarlo nos lo bebemos de golpe –aunque en mi caso apenas quedaba–. Ahora sabe diferente, pero me resulta más o menos igual de abrasador en la lengua. Al menos esta vez no toso y cuando me quiero dar cuenta estoy hablando sin pensar.
–Este estaba rebajado… ¡quiero otro!

No me hizo falta esperar mucho porque cuando propusieron un brindis enseguida tuve otro en la mano. No sé ya ni a cuenta de quién. Sea quien sea, algún día los invitaré a todos a varias rondas… espero. Al acabar de beber parpadeo unas cuantas veces. ¿Será que se me está subiendo esto ya? Como quiera que sea, la pequeña desorientación se me pasa y cuando miro alrededor noto que Jack ya no está entre nosotros, y Giz y Nasher tampoco están bailando por la taberna. Vac y los otros ya están de nuevo en el escenario, listos para empezar a tocar, y yo vuelvo a mi puesto un poco por encima de las demás cabezas para no perder detalle. Durante las siguientes dos canciones boté en el aire como un bonito, dando palmas y silbando al acabar cada tema. No conocí ninguno de los dos, pero me encantaron, y supe que días después todavía tendría algunos pedazos resonándome en la cabeza. La tercera en cambio sí que me suena. Tardo en caer porque solo conocí aquella película a través de mi hermano y hace milenios que no la veo, pero me hace muchísima gracia escucharla y sigo dando palmas como un monito, con la cabeza dándome vueltas de tanto saltar, hasta que la música deja de sonar.

Después de que brindemos Vac vuelve a tocar. Para mi sorpresa las dos siguientes canciones que toca también las conozco así que intento cantarlas igual de emocionado que antes. Hago una pausa para hacerme con otra bebida al ver que Gael ya tiene un nuevo vodka en las manos.
-¡Camarero, póngame un... una... Ginebra! -dijgo el primer nombre de bebida alcohólica que se me viene a la cabeza y que aún no había probado.
Mientras empiezo a beberla caigo en la cuenta de que quizás nos estemos aprovechando demasiado de Vac. << Bueno, cuando pueda ganar dinero lo invitaré >>, pienso con despreocupación mientras doy un largo trago a la bebida.

Los siguientes minutos los paso cantando y "bailando" con la música, hasta que me termino la ginebra y me acerco a la barra para dejar el vaso. Un dolor en mis oídos me indica que hay alguien cerca riéndose, así que, con el ceño fruncido, localizo al dueño de la risa y me acerco a él.
-Eh, amigo, como no dejes de reírte conocerás a mi hacha en "profundidad". A través de tu estómago -digo primero con seriedad para luego echarme a reír descontroladamente.
De pronto una nueva canción comienza a sonar y paro de reír en seco al reconocer la melodía. Al principio me cuesta procesar qué es lo que estoy escuchando, pero pronto caigo en la cuenta.
-¡Jodeeeer, este Vac me va a matar! -digo entre carcajadas mientras vuelvo a acercarme al escenario.
Me quedo por ahí cerca haciendo el idiota junto a Gael y Wen que también estaba por allí hasta que se termina la canción. Cuando finaliza no paro de aplaudir mientras me sigo riendo.
-¡Sublime, Vac, sublime! Es el mejor concierto desde que estoy en Rocavarancolia.
Tras seguir felicitando a Vac un poco más, de pronto me doy cuenta de que no se ve a Giz por ninguna parte.
-¿Dónde se ha metido el capitán lagartijo? -digo mirando a mi alrededor-. Espero que no lo hayan echado de la taberna por bailar excesivamente mal -vuelvo a reírme-. Pero en serio, ¿dónde está? Ni siquiera veo a Nasher, y eso que el chico es como un cartel luminoso.
La risa floja me sobreviene una vez más y tengo que hacer un gran esfuerzo por dejar de reír para escuchar la respuesta. << Estoy borracho >>, la obviedad se forma en mi pensamiento pero tan sólo me encojo mentalmente de hombros y me sigo riendo.

Toima

El ojo de Toima se cerró por reflejo, varias veces, que no por coordinacion ojo-mente, estaba demasiado beodo para ello. Bebio una última vez, hincho el pecho y elevó su sonora y estridente voz, más alto de lo que habia hablado el señor de los asesinos.
-¡Por mi como si erej el jeñor de las flores y la manteca! ¡Mi prefecto juerpo jolo puede jer tocado por una coja! ¡Ej metálica, afilada y puntiajuda!-sacó su cuchillo torpemente, cortandose la base del pulgar en el proceso.-¡Mij cuchillojs jon un ejtesion de mij manojs y...-a continuación se fijó en la fuente de sangre que manaba de su palma, tiñiendo su ojo y cuchillo respectivamente. El ulterano se quedó en shock unos instantes contemplando el cuchillo en su palma.
-¡Iradia! ¡Estaj jangrando!-dijo callendo de rodillas al suelo, sujetando el cuchillo como si fuera el cadaver de un amigo, mientras se cortaba las llemas de los dedos, acariciando el filo.-¡No paraj de jangrar! ¡Je aljien jiame a un medijo!-dijo sollozando.
Al no hacerle nadie caso y saltar de pronto al escenario Vacuum, diciendo que iba a cantar guardó el cuchillo y se chupó las heridas, saboreando el sabor a hierro grasiento de su sangre. Se abrio paso entre la multitud, seguido por una Tania con la frente arrugada en preocupacion por el ulterano que insistia en curarle las heridas. El ulterano, aún a pesar de su tamaño y su estado de embriagadez, dio esquinazo a la nublina enseguida quien no pudo evitar suspirar e ir al lado del mayor grupo de gente, al lado del escenario, reuniendose con los que conocia.

Tania

-¿Dónde se habrá metido?-comentó suspirando. Se giró al escenario y contempló con asombro como el griego subia al escenario y anunciaba que iba a tocar. Todos parecian bastante exicitados y expetantes. La anterior canción no le habia atraido mucho, cierto que encontró las líricas entretenidas, pero como no lo asocio a su infancia, ya que no tuvo los "digimons" como decian, no le atrajo mucho. Aquella nueva cancion, estaba cargada de energia, entusiasmo y vida. Contempló parpadeando rápidamente lo energicos que se veian todos, saltando y bailando, tanto que no pudo evitar unirse, gritando "vodka" como los demás, esta cancion si le estaba gustando. A lo lejos pudo distinguir una melena plateada saltando al aire mientras ecos de una voz beoda le llegaban de fondo.

Toima

-Vodka! Nadfasdfe
Vodka! Urasabarebe
Vodka! Erakason
Vodka! Norabadan

Vodka! Nieraramien
Vodka! Oparepen
Vodka! Yuieretie
Vodka LLE Vodka!

Dromada mu
Sup no mi de die
Dromada mu
Hori no niser
Dromada mu
Nomarai na nu
Dromada mu
Yu bir noson
Yu bir noson
[Bis]

El ulterano se puso a bailotear, dando palmas y mareandose en general. Cuando se pudo dar con si mismo, la cancion ya habia acabado y todos estaban vitoreando. No pudo evitar reprimir gritar un "¡Gracias!"hacia todos los presentes, pensando que iban por él. Se acercó a la barra a refrescarse la garganta antes de volver para la tercera canción.

Bor esunor iter vet nur
Dom vet arte trod
Goripa hors poe en mulking janpare
Mult fur naga cristina but

TROLLHAMMAREN!
TROLLHAMMAREN!

Trollhammaren neger ven
Jabba ved Neger ven
Hour nieste verde ben
Trollhammaren nuil ham

TROLLHAMMAREN!

[bis]

Ya para cuando el publico estaba caldeado Toima hizo una torpe reverencia con la que se dio con el pico de una mesa en la cabeza. Frotandose la frente, se fijó como se disponian a tocar una cuarta canción, canción que todos los terricolas reconocieron, pero, a este paso, a Toima ya le daba igual, dejando caer la jarra al suelo que explotó en pequeños cristales, echó a correr al escenario, tan centrado en unirse directamente a Vacuum con la canción, que no se fijó en el escalón del escenario, cosa que le hizo tropezar y darse de morros contra el suelo, partiendose algunos dientes, pues se habia protegido torpemente. Se levantó como si no hubiera pasado nada y bailó torpemente, o mejor dicho, meneó el cuerpo de un lado para otro como una alga suspendida en el mar, mecida por las olas, mientras se atragantaba con su propia sangre, pues no le dolian ni una sola de las heridas que se habia hecho. Se encontraba genial, y no dudaba en transmitirselo a los demás.

Nia

La ulterana escuchó las canciones que vinieron a continuación. Le gustaron mucho y el jolgorio que se montó con el publico tan solo hizo que su estado de animo no cayera. Noel volvio más tarde, cubierto de sangre. Fue Gael quien le ayudó a curarse. Nia comprendio lo que habia pasado y se sintio algo mal porque antes se habia estado riendo como la que más, pero parecia no guardarle rencor por ello y se autoanotó mentalmente el controlar su risa denlante de Noel. Pronto bebieron tambien los chicos, no sin antes un pequeño incidente con un zombie de Siloco que hizo que las alarmas de Nia saltaran por los aires, pero tan pronto vino, tan pronto se fue. Todos se estaban divirtiendo y Nia no pudo evitar sonreir ampliamente, como si no hubiera otra cosa en el mundo de la que preocuparse que el grupo de amigos divirtiendose ahí mismo. Se acordó de una cosa, una cosa vieja que habia guardado en su mente, demasiado ocupada en sus estudios que se le habia olvidado mencionar hace más de un año, cosa que le habia emocionado de sobremanera entonces, pero no habia tenido el coraje de llevarla acabo. Se acercó a un Gael sobrecogido por la bebida y música y, cogiendole de la esquina de la camiseta, tiró de él hasta apartarle un poco del gentio, para tener un poquito de privacidad para decirle algo. Entonces le soltó de la camiseta, sabiendo que el chico odiaba que ella se quemara para tocarle.
-Gael...-comenzó frunciendo los labios un poco. Aunó fuerzas para continuar hablando.-Quiero enseñarte algo... Mañana. O... Cuando puedas. Es algo que me hubiera gustado enseñarte hace tiempo, pero... estaba ocupada... asi que... Tú me dirás cuando ¿vale?-dijo con otra sonrisa antes de volver con los demás, no queriendo entretenerle más pues el chico estaba pasandoselo en grande, como ella y seguro que ninguno de ellos queria perderse la diversión.

Toima

El ulterano cogio al fuego fatuo por detrás, sujetandole del hombro y llevandole de vuelta con el grupo, pues queria hablar con todos. Tras un rato sujetandole el hombro al chico, se dio cuenta de que se estaba quemando y apartó la mano rápidamente, soplandola como un niño pequeño diciendo "¡Quema! ¡Quema!" Tras calmarse, hizo señas para todos para que se acercaran a la mesa en la que estaba Toima apoyado.
-Jeñorej, je que ejta felada ejta de futa madre, pero tenjo aljo importante de que hablaroj, aljo de lo que el concejo...-dijo apuntando a siloco por encima del hombro sin poder mantener fijo el dedo.-...me ha mandado. Involucra jerra, zaqueoj y muchaj oportunidadej de hacer aljo jrande.-tragó saliva mientras manoteaba por otra jarra de cerveza en la barra.- Aji que, jiero informar que ji a aljien le intereja, que venja... mañana no, que ejtaré de rejaca... pajao, si... Pajao mañana, que venga a los entrenamientoj, en la playa. Ale, ya lo he dicho...-

Antes de bajar del escenario con Mikk y el violinista, Vac vio a Nasher en la puerta, tratando de llamar su atención. El hado leyó el mensaje en la piel del asreniano y asintió en su dirección, para reunirse después con el resto del grupo. El chico acepto los cumplidos y las felicitaciones con una sonrisa y numerosos apretones de mano, contestando a la pregunta de Noel sobre el paradero de Giz, contándoles el mensaje que le había dado Nasher. Después se tomó tranquilamente una copa mientras escuchaba el discurso algo entrecortado del ulterano. Cuando Toima terminó de hablar Vac alzó su vaso y lo apuro.

Vac observó los diferentes estados de embriagadez de los presentes y decidió que lo mejor era ir saliendo del local, a que les diera un poco el aire a todos. El chico se acercó a la barra y saldo deudas con el tabernero, que sin duda acababa de hacer una buena caja a su costa. Vac recogió una calabaza de hidromiel y bebió de un trago el chupito de Filtro de Muertos en Vida que había pedido en último lugar, acercándose a los demas de nuevo.

-¿Qué os parece ir a dar una vuelta por la ciudad? -les pregunto sonriente, poniéndose la chaqueta y colgándose la guitarra a la espalda-, sera divertido -afirmó, atándose la calabaza al cinturón.

Vac enfiló la puerta tras despedirse de Mikk y del violinista, apartando con cuidado a unos cuantos clientes mareados. Al salir a la calle el hado se alejó un poco de la puerta, respirando aire fresco, y cuando todos estuvieron reunidos echaron a andar sin un rumbo muy claro. Vac iba despejado, y se mantenía atento a cualquier improvisto que pudiera surgir, riendo de vez en cuando antes las hazañas de borrachera de sus compañeros.

Continúa en la Casa Gamides.