Biblioteca Mágica
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Rocavarancolia Rol
49 participantes
- Rocavarancolia Rol
Biblioteca Mágica
02/08/11, 04:22 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Edificio de mármol gris de tamaño medio visto desde el exterior, pero que en realidad cuenta con una gran cantidad de espacio en el interior debido a un hechizo. Dos grandes portones de madera permiten el acceso al interior.
El suelo es de madera, y lo único que se ve nada más entrar son hileras e hileras de estanterías con algunas mesas y sillas repartidas por los pasillos. La cantidad de estanterías es incomensurable y todavía más los libros y manuscritos de todo tipo que contienen. Se puede acceder a un segundo piso desde escaleras a ambos lados repartidas en varios puntos de la gigantesca sala principal, donde se repite el mismo entramado de estanterías y mesas.
Entre los estantes de apariencia normal y corriente destacan algunos ejemplares peculiares como libros voladores o libros enjaulados que parecen tener vida propia que se encuentran repartidos de forma aleatoria por el edificio.
La Biblioteca cuenta con una gran cantidad de hechizos anclados sobre ella que la hacen un lugar bien protegido, tanto de ataques desde el exterior como desde el interior. Aunque no solo cuenta con hechizos de seguridad. Uno de los artificios mágicos más destacables son los hechizos ilusorios y barreras que impiden el paso a los cosechados más allá de los primeros pasillos. Los cosechados tienen la sensación de que avanzar por toda la biblioteca, pero en realidad solo pueden moverse por una sección muy limitada de esta. Casi todos los grimorios sobre hechizos y runas, así como ejemplares sobre alquimia y bestiarios de transformaciones han sido movidos a la nueva biblioteca especializada: la Torre Doce. Quedan algunos grimorios básicos a los que tienen acceso los cosechados y la mayoría se encuentran en idiomas incomprensibles, aunque algunos cuentan con notas de traducción y hay algunos diccionarios.
El bibliotecario es Biblios, un espíritu ligado al edificio que conoce bien todas las secciones de la biblioteca y buena parte de los contenidos de los libros de las mismas. Suele aparecer para ayudar a los cosechados brevemente, y a los transformados si le llaman... Aunque no siempre.
NOTA: A disposición de los transformados hay amuletos logománticos variados que se pueden tomar prestados para leer dentro de la biblioteca. Nunca se pueden sacar de esta, pero se pueden traer materiales del exterior para leer aquí usándolos.
El suelo es de madera, y lo único que se ve nada más entrar son hileras e hileras de estanterías con algunas mesas y sillas repartidas por los pasillos. La cantidad de estanterías es incomensurable y todavía más los libros y manuscritos de todo tipo que contienen. Se puede acceder a un segundo piso desde escaleras a ambos lados repartidas en varios puntos de la gigantesca sala principal, donde se repite el mismo entramado de estanterías y mesas.
Entre los estantes de apariencia normal y corriente destacan algunos ejemplares peculiares como libros voladores o libros enjaulados que parecen tener vida propia que se encuentran repartidos de forma aleatoria por el edificio.
La Biblioteca cuenta con una gran cantidad de hechizos anclados sobre ella que la hacen un lugar bien protegido, tanto de ataques desde el exterior como desde el interior. Aunque no solo cuenta con hechizos de seguridad. Uno de los artificios mágicos más destacables son los hechizos ilusorios y barreras que impiden el paso a los cosechados más allá de los primeros pasillos. Los cosechados tienen la sensación de que avanzar por toda la biblioteca, pero en realidad solo pueden moverse por una sección muy limitada de esta. Casi todos los grimorios sobre hechizos y runas, así como ejemplares sobre alquimia y bestiarios de transformaciones han sido movidos a la nueva biblioteca especializada: la Torre Doce. Quedan algunos grimorios básicos a los que tienen acceso los cosechados y la mayoría se encuentran en idiomas incomprensibles, aunque algunos cuentan con notas de traducción y hay algunos diccionarios.
El bibliotecario es Biblios, un espíritu ligado al edificio que conoce bien todas las secciones de la biblioteca y buena parte de los contenidos de los libros de las mismas. Suele aparecer para ayudar a los cosechados brevemente, y a los transformados si le llaman... Aunque no siempre.
- Cómo se creó la Biblioteca Mágica:
- El proyecto inicial de construcción de la Biblioteca Mágica fue llevado a cabo por el Consejo tras la finalización del conflicto del regreso de Hárex y Hurza. Se recopilaron una enorme cantidad de libros y manuscritos a lo largo de los años con la colaboración de una buena parte de los ciudadanos y decenas de magos ayudaron en la elaboración del entramado de hechizos anclados que contiene el edificio. Uno de estos magos, Littero Ara, que se involucró tanto en el proceso como para perder la vida tras invocar a Bilbios y anclarlo a la biblioteca, culminó el proyecto con lo que es hoy en día. El catálogo de la Biblioteca siguió y sigue aumentando año tras año.
NOTA: A disposición de los transformados hay amuletos logománticos variados que se pueden tomar prestados para leer dentro de la biblioteca. Nunca se pueden sacar de esta, pero se pueden traer materiales del exterior para leer aquí usándolos.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Re: Biblioteca Mágica
31/07/24, 01:59 pm
El primer golpe reverbero como un mal augurio, para el segundo ya había abrazado a ambos niños en un intento nulo de protegerlos y buscar en su cercanía un consuelo que no recibiría. Los impactos amortiguados se dibujaban demasiado nítidos en su imaginación, unos sonidos desgarradores que le hicieron tragar saliva y contener las náuseas. No, ese no era el plan y no, no se veía capaz de querer seguir otros así mientras la adrenalina no estuviera cegando su mente e invadiendo su cuerpo. Se apegó a los niños como si ese fuera el único refugio donde poder distraerse, tratando de prestar más atención a que el joven Damian no quisiera paliar su curiosidad que al hecho de que la imagen de Aria estaba poco a poco cobrando sentido en su mente.
-Si, ya está, Connor ya terminó, no te preocupes. -respondió mecánicamente a la pregunta del italiano. Su emoción estaba contenida entre la sutileza del miedo y el cabreo. -Esta todo bien.
Pero no lo estaba, ni él, ni nadie. Una de sus manos seguía cerrada en un puño, no solo por la tensión si no por que a pesar del gesto afectuoso seguía sujetando la lanza. En eso consistía aquella ciudad, en no dejarte tranquilo ni cuando querías consolar a un compañero. Con su mano libre revolvió el pelo de Damian antes de alejarse de ambos para dirigirse al único que de allí estaba notablemente tranquilo. El canadiense.
-Eres imbécil. -Le espetó en un susurro que intentaba ser más bajo de lo que en verdad era. -La idea era asustarlos a ellos, no a nosotros.
Había cabreo empapando cada sílaba pues al margen de que le preocupaba la condición del resto del grupo era el primer afectado por la grotesca situación. Verlo salpicado de sangre no es que precisamente ayudará a reducir su malestar pero, para desgracia de ambos, escuchar los pasos agigantados si lo fue. Ethan se quedó a medio camino de darle una colleja a su compañero tras la nuca, una de las que pican más que duelen pero que ante la presencia de un…. espera, eso era un armadillo gigante? Rick no tuvo que insistir para que sus piernas actuarán como un resorte bien engrasado. Su grito fue el pistón de salida a una carrera necesitada.
Corrio y corrio bien, pues el dolor que en su día lo habría retrasado dejó de existir antes de si quiera llegar a suceder. El miedo quedó encerrado entre el no querer adelantar a los pequeños y verse expuesto como primera línea ante aquel monstruo pero por suerte el eco lejano de sus pasos perdiéndose en la distancia marcó que no era tan rápido como insistente. Ahora la única compañía que compartían era la falta de aliento y las ideas descabelladas que había alimentado en el pequeño Aniol.
Ethan negó en el sitio mientras se guardaba la lanza en la espada para más comodidad y su colgante volvía a resplandecer de un verde armonioso bajo su camisa de tela. Podía acostumbrarse a eso, a no verse invalido tras una mala pisada o una fuerte persecución. Movió la pierna en círculos por costumbre, tratando de habituarse a la extraña sensación de no encontrarse cojo en una situación en la que debería de estarlo.
-Peque, no dudo que no puedas pero mejor será si nos guardamos toda la magia posible por si acaso. -Coincidió con Rick aunque sus palabras no fueran exactamente las mismas. -Vamos, anda.
Le ofreció la mano para poder ir juntos al nuevo lugar. Que Damian no hubiera explotado nada más entrar era una buena señal aunque al igual que demostraba Airi su desconfianza por la tranquilidad era tan cierta como todo lo que habían vivido. Era demasiado bueno para ser cierto, un edificio que al lado del palacio era modesto en su espectacularidad pero que no por ello dejaba de ser sorprendente. Parecía una biblioteca, una de las que salen en Harry Potter presidiendo una escuela de magos. La intranquilidad pronto empezó a dejar paso a la euforia pues si de verdad los libros voladores no eran sus nuevos enemigos estaban ante una posibilidad de igualar a sus cazadores. Podían aprender mucho más de aquel lugar, de aquellos macabros juegos o al menos, encontrar una mejor forma de defenderse.
-Damian no te alejes mucho. -Comentó más como una orden que como una sugerencia conociendo como era el chico. -Airi tiene razón, aún no sabemos si es seguro.
-Si, ya está, Connor ya terminó, no te preocupes. -respondió mecánicamente a la pregunta del italiano. Su emoción estaba contenida entre la sutileza del miedo y el cabreo. -Esta todo bien.
Pero no lo estaba, ni él, ni nadie. Una de sus manos seguía cerrada en un puño, no solo por la tensión si no por que a pesar del gesto afectuoso seguía sujetando la lanza. En eso consistía aquella ciudad, en no dejarte tranquilo ni cuando querías consolar a un compañero. Con su mano libre revolvió el pelo de Damian antes de alejarse de ambos para dirigirse al único que de allí estaba notablemente tranquilo. El canadiense.
-Eres imbécil. -Le espetó en un susurro que intentaba ser más bajo de lo que en verdad era. -La idea era asustarlos a ellos, no a nosotros.
Había cabreo empapando cada sílaba pues al margen de que le preocupaba la condición del resto del grupo era el primer afectado por la grotesca situación. Verlo salpicado de sangre no es que precisamente ayudará a reducir su malestar pero, para desgracia de ambos, escuchar los pasos agigantados si lo fue. Ethan se quedó a medio camino de darle una colleja a su compañero tras la nuca, una de las que pican más que duelen pero que ante la presencia de un…. espera, eso era un armadillo gigante? Rick no tuvo que insistir para que sus piernas actuarán como un resorte bien engrasado. Su grito fue el pistón de salida a una carrera necesitada.
Corrio y corrio bien, pues el dolor que en su día lo habría retrasado dejó de existir antes de si quiera llegar a suceder. El miedo quedó encerrado entre el no querer adelantar a los pequeños y verse expuesto como primera línea ante aquel monstruo pero por suerte el eco lejano de sus pasos perdiéndose en la distancia marcó que no era tan rápido como insistente. Ahora la única compañía que compartían era la falta de aliento y las ideas descabelladas que había alimentado en el pequeño Aniol.
Ethan negó en el sitio mientras se guardaba la lanza en la espada para más comodidad y su colgante volvía a resplandecer de un verde armonioso bajo su camisa de tela. Podía acostumbrarse a eso, a no verse invalido tras una mala pisada o una fuerte persecución. Movió la pierna en círculos por costumbre, tratando de habituarse a la extraña sensación de no encontrarse cojo en una situación en la que debería de estarlo.
-Peque, no dudo que no puedas pero mejor será si nos guardamos toda la magia posible por si acaso. -Coincidió con Rick aunque sus palabras no fueran exactamente las mismas. -Vamos, anda.
Le ofreció la mano para poder ir juntos al nuevo lugar. Que Damian no hubiera explotado nada más entrar era una buena señal aunque al igual que demostraba Airi su desconfianza por la tranquilidad era tan cierta como todo lo que habían vivido. Era demasiado bueno para ser cierto, un edificio que al lado del palacio era modesto en su espectacularidad pero que no por ello dejaba de ser sorprendente. Parecía una biblioteca, una de las que salen en Harry Potter presidiendo una escuela de magos. La intranquilidad pronto empezó a dejar paso a la euforia pues si de verdad los libros voladores no eran sus nuevos enemigos estaban ante una posibilidad de igualar a sus cazadores. Podían aprender mucho más de aquel lugar, de aquellos macabros juegos o al menos, encontrar una mejor forma de defenderse.
-Damian no te alejes mucho. -Comentó más como una orden que como una sugerencia conociendo como era el chico. -Airi tiene razón, aún no sabemos si es seguro.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Biblioteca Mágica
31/07/24, 03:05 pm
Estaba claro que aquel lugar nunca iba a concederles ni un respiro para recuperarse de nada. La explosión, la medida extrema de Connor, y de pronto un extraño animal de gran tamaño que parecía hecho de hierro… Daba igual cuál fuera el origen de su malestar, siempre había algo más esperándoles. O persiguiéndoles, como aquel caso. El grito de Rick disipó cualquier posible parálisis por el miedo y echó a correr, asegurándose de que Airi no se quedaba atrás porque su enfermedad le diese problemas en el peor momento posible.
No supo cuánto corrieron, ni sabía dónde se encontraban. Tampoco prestó atención al hecho de que su aguante parecía mayor de lo que hubiese esperado. Solo quería perder de vista a aquel ser cuanto antes, que por suerte no era especialmente rápido. Cuando vieron las puertas abiertas de aquel edificio en buen estado, el mjörní no pensó en todo lo que podía salir mal: entrar ahí y resguardarse sonaba a la mejor idea que tenían.
Desde luego, no quería que Aniol hiciese lo que estaba sugiriendo. Le preocupaba considerablemente el simple hecho de que lo hubiese propuesto con tanta facilidad. Era cierto que les había salvado de aquel animal furioso en los subterráneos y que había sido lo mejor en ese momento, pero… No, un niño no debería tener que pensar en matar animales como si fuese lo más normal del mundo. Evidentemente, si no lograban darle esquinazo, él mismo se ofrecería a ayudar a intentar detener a la bestia, incluso si tenían que acabar con su vida. Rezaba a la Sanación por no tener que llegar a ello, aunque no iba a dudar en acabar con un animal salvaje si eso significaba ponerlos a todos a salvo. Le alegró ver que no era el único que pensaba que el polaco no debería hacer eso.
Por suerte para todos, una vez estuvieron en el interior de aquel enorme edificio (¿era tan grande?) el extraño ser que les perseguía dio repentinamente la vuelta. Por alguna razón no hizo amago de entrar siquiera allí dentro. Eso le alivió enormemente de forma momentánea, pero, al igual que varios más de sus compañeros estaban teniendo dudas sobre el lugar en el que se encontraban, fue el inicio de las suyas propias. El aviso de Airi y la corroboración de Ethan le hizo asentir por inercia aunque no estaba mirándoles siquiera en ese momento. De igual manera, pensó en las historias que sus compañeros contaban sobre aquel lugar lleno de lujos donde habían estado, pero desde luego eso no bastaba para confirmar que iba a ser el mismo caso.
A Räg también le impresionó la ingente cantidad de libros que había allí. Él sí había estado en una biblioteca grande, pero desde luego al lado de aquel lugar palidecía por completo. Una parte de él dudaba mucho, pero otra quería acercarse a las estanterías y comprobar qué contenían todos aquellos tomos. ¿Podrían haber tenido finalmente un golpe de suerte y haber dado con el lugar que contenía la información que necesitaban? Lo cierto era que si lo pensaba bien y si el otro grupo tenía su refugio por allí cerca…
Un golpe sordo le sobresaltó y miró en dirección al origen. Se acercó rápidamente a Damian y volvió a poner la silla que se había caído en su sitio.
—¿Estás bien? —le preguntó al italiano con preocupación y mirando a su alrededor, temeroso de que el sonido hubiese provocado… algo. No sabía el qué, pero a aquellas alturas esperaba cualquier cosa.
No supo cuánto corrieron, ni sabía dónde se encontraban. Tampoco prestó atención al hecho de que su aguante parecía mayor de lo que hubiese esperado. Solo quería perder de vista a aquel ser cuanto antes, que por suerte no era especialmente rápido. Cuando vieron las puertas abiertas de aquel edificio en buen estado, el mjörní no pensó en todo lo que podía salir mal: entrar ahí y resguardarse sonaba a la mejor idea que tenían.
Desde luego, no quería que Aniol hiciese lo que estaba sugiriendo. Le preocupaba considerablemente el simple hecho de que lo hubiese propuesto con tanta facilidad. Era cierto que les había salvado de aquel animal furioso en los subterráneos y que había sido lo mejor en ese momento, pero… No, un niño no debería tener que pensar en matar animales como si fuese lo más normal del mundo. Evidentemente, si no lograban darle esquinazo, él mismo se ofrecería a ayudar a intentar detener a la bestia, incluso si tenían que acabar con su vida. Rezaba a la Sanación por no tener que llegar a ello, aunque no iba a dudar en acabar con un animal salvaje si eso significaba ponerlos a todos a salvo. Le alegró ver que no era el único que pensaba que el polaco no debería hacer eso.
Por suerte para todos, una vez estuvieron en el interior de aquel enorme edificio (¿era tan grande?) el extraño ser que les perseguía dio repentinamente la vuelta. Por alguna razón no hizo amago de entrar siquiera allí dentro. Eso le alivió enormemente de forma momentánea, pero, al igual que varios más de sus compañeros estaban teniendo dudas sobre el lugar en el que se encontraban, fue el inicio de las suyas propias. El aviso de Airi y la corroboración de Ethan le hizo asentir por inercia aunque no estaba mirándoles siquiera en ese momento. De igual manera, pensó en las historias que sus compañeros contaban sobre aquel lugar lleno de lujos donde habían estado, pero desde luego eso no bastaba para confirmar que iba a ser el mismo caso.
A Räg también le impresionó la ingente cantidad de libros que había allí. Él sí había estado en una biblioteca grande, pero desde luego al lado de aquel lugar palidecía por completo. Una parte de él dudaba mucho, pero otra quería acercarse a las estanterías y comprobar qué contenían todos aquellos tomos. ¿Podrían haber tenido finalmente un golpe de suerte y haber dado con el lugar que contenía la información que necesitaban? Lo cierto era que si lo pensaba bien y si el otro grupo tenía su refugio por allí cerca…
Un golpe sordo le sobresaltó y miró en dirección al origen. Se acercó rápidamente a Damian y volvió a poner la silla que se había caído en su sitio.
—¿Estás bien? —le preguntó al italiano con preocupación y mirando a su alrededor, temeroso de que el sonido hubiese provocado… algo. No sabía el qué, pero a aquellas alturas esperaba cualquier cosa.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Biblioteca Mágica
31/07/24, 06:47 pm
No pasa nada cuando Damian se tropieza con la silla, sin embargo, la patada que le propina después sí que trae consigo consecuencias. Segundos después, se escucha un suspiro por toda la biblioteca, como anunciado por unos altavoces que no se dejan ver por ningún lado. Tras el suspiro, viene un rechistar, un “Chst, chst, chst” acompañado de la caída repentina de un libro en la estantería más cercana. El secreto de las tortugas iridiscentes, de dama Ortiga, se abre por la página 334 y de ella surge, como un genio lo haría de una lámpara, el espíritu del bibliotecario. Un hombre de piel clara, cubierto de arriba a abajo por un traje blanco y un pelo largo y suelto que ondea ligeramente a pesar de que no hay ni una sola corriente de aire dentro del edificio y que enmarca su expresión de disgusto.
—Buenos días a vosotros —dice, y más que a saludo suena a queja—. Me llamo Biblios, soy el bibliotecario de este templo al conocimiento que, por azares de la vida, se encuentra abierto incluso a vosotros. Estaré dispuesto a explicaros cómo funciona este preciado servicio público en cuanto tú —señala a Damian— le pidas perdón a la silla, que estaba tan tranquila antes de que la perturbaras con tu presencia. —Biblios le dedica a Räg un levísimo asentimiento de cabeza en agradecimiento por recolocarla.
No se le ve realmente enfadado, su cara refleja más bien el hastío que provocan las tareas que, involuntariamente, se derivan de las pasiones de uno. Como un escritor feliz de su trabajo que, de repente, se enfrenta a la burocracia de registrar su libro en los registros de propiedad intelectual. O como un bibliotecario al que le gustan los libros, pero no los niños.
Un bibliotecario que flota en el aire frente a ellos, cruzado de brazos.
—Buenos días a vosotros —dice, y más que a saludo suena a queja—. Me llamo Biblios, soy el bibliotecario de este templo al conocimiento que, por azares de la vida, se encuentra abierto incluso a vosotros. Estaré dispuesto a explicaros cómo funciona este preciado servicio público en cuanto tú —señala a Damian— le pidas perdón a la silla, que estaba tan tranquila antes de que la perturbaras con tu presencia. —Biblios le dedica a Räg un levísimo asentimiento de cabeza en agradecimiento por recolocarla.
No se le ve realmente enfadado, su cara refleja más bien el hastío que provocan las tareas que, involuntariamente, se derivan de las pasiones de uno. Como un escritor feliz de su trabajo que, de repente, se enfrenta a la burocracia de registrar su libro en los registros de propiedad intelectual. O como un bibliotecario al que le gustan los libros, pero no los niños.
Un bibliotecario que flota en el aire frente a ellos, cruzado de brazos.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Biblioteca Mágica
01/08/24, 11:33 am
Las palabras de Rick resonaron con una lógica aplastante en la mente del niño, tanto, que incluso levantó la vista hacia el chico de ojos multicolores mientras observaba su respiración entrecortada. Su caso era similar, todo el mundo sabía que su físico no era envidiable y aquel día incluso Ethan parecía correr más de lo habitual. Pero no era la asfixia de los pulmones lo único que le apresaba en ese instante. Era la incertidumbre de sentirse poderoso pero no saber que hacer con tanta fuerza mágica.
¿Acaso no había entrenado para eso? Pero por otra parte... sabía que el muchacho tenía razón. Y cuando Ethan y Airi se sumaron a desestimar la idea terminó de comprenderlo del todo. Lograron dar esquinazo a la criatura. Fin del tema.
—Vali... —resopló, recobrando el aliento y con la mirada gacha. No es que deseara hacer daño a ningún animal por grande y temible que le pareciera, pero no podía evitar preguntarse qué pasaría si se lo encontraban más tarde, y de ocurrir, qué le sucedería a cualquiera que no contara con su maravilloso corte salvavidas.
Aniol entró de la mano de Ethan, sin alejarse en absoluto de él y jugando con el tacto de la palma de su mano para tranquilizarse así mismo. De vez en cuando se la apretaba de manera inconsciente, en especial cuando la Biblioteca se expandió ante sus ojos.
Rocavarancolia siempre esgrimía una sucesión de acontecimientos caóticos a los que si no procesabas de la manera adecuada te era difícil adaptarte. Hacía unos minutos se encontraban manipulando las cestas, después tuvieron que correr por su vida, y ahora hileras de estanterías repletas de libros provocaban chiribitas en sus ojos. Lo bueno de ser un niño es que nuestro pequeño hasta podía encapsular los sentimientos negativos que albergaba hacia Connor por tal de maravillarse con aquel despliegue imposible.
El polaco pegó un bote del susto cuando un ser se materializó en sus narices. Sin embargo, más allá de flotar con cara de disgusto no parecía peligroso.
—Damian... —aquella palabra se quedó suspendida en el aire como aquel tipo. Mira que era su mejor amigo pero... ¿Por qué siempre tenía que complicarlo todo?—. ¡Pídele perdón a la silla! No te había hecho nada... —confabularse con la persona que les interpelaba fue demasiado rápido incluso para él, pero no había nada fingido en su voz porque la fascinación que sentía en esos momentos era muy real y tangible. Apretó la mano de Ethan antes de volver a hablar, como si quisiera tenerle de apoyo—. Usted debe de ser el GUARDIÁN DE LOS LIBROS... ¿nu? —la mirada de Aniol se posó en Rick y Räg antes de proseguir—. Pero entonces... ¿Por qué tiene esos libros de allí encerrados en una jaula? —señaló con la mano—. ¿No te dan penita?.
¿Acaso no había entrenado para eso? Pero por otra parte... sabía que el muchacho tenía razón. Y cuando Ethan y Airi se sumaron a desestimar la idea terminó de comprenderlo del todo. Lograron dar esquinazo a la criatura. Fin del tema.
—Vali... —resopló, recobrando el aliento y con la mirada gacha. No es que deseara hacer daño a ningún animal por grande y temible que le pareciera, pero no podía evitar preguntarse qué pasaría si se lo encontraban más tarde, y de ocurrir, qué le sucedería a cualquiera que no contara con su maravilloso corte salvavidas.
Aniol entró de la mano de Ethan, sin alejarse en absoluto de él y jugando con el tacto de la palma de su mano para tranquilizarse así mismo. De vez en cuando se la apretaba de manera inconsciente, en especial cuando la Biblioteca se expandió ante sus ojos.
Rocavarancolia siempre esgrimía una sucesión de acontecimientos caóticos a los que si no procesabas de la manera adecuada te era difícil adaptarte. Hacía unos minutos se encontraban manipulando las cestas, después tuvieron que correr por su vida, y ahora hileras de estanterías repletas de libros provocaban chiribitas en sus ojos. Lo bueno de ser un niño es que nuestro pequeño hasta podía encapsular los sentimientos negativos que albergaba hacia Connor por tal de maravillarse con aquel despliegue imposible.
El polaco pegó un bote del susto cuando un ser se materializó en sus narices. Sin embargo, más allá de flotar con cara de disgusto no parecía peligroso.
—Damian... —aquella palabra se quedó suspendida en el aire como aquel tipo. Mira que era su mejor amigo pero... ¿Por qué siempre tenía que complicarlo todo?—. ¡Pídele perdón a la silla! No te había hecho nada... —confabularse con la persona que les interpelaba fue demasiado rápido incluso para él, pero no había nada fingido en su voz porque la fascinación que sentía en esos momentos era muy real y tangible. Apretó la mano de Ethan antes de volver a hablar, como si quisiera tenerle de apoyo—. Usted debe de ser el GUARDIÁN DE LOS LIBROS... ¿nu? —la mirada de Aniol se posó en Rick y Räg antes de proseguir—. Pero entonces... ¿Por qué tiene esos libros de allí encerrados en una jaula? —señaló con la mano—. ¿No te dan penita?.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Re: Biblioteca Mágica
02/08/24, 12:23 pm
Al neoyorquino le alivió saber que el resto también prefería evitar un enfrentamiento contra esa cosa. Habían conseguido sacarle algo de ventaja durante la huida, le parecía lo más sensato usarla a su favor para evitar por completo al monstruo. Estaba de acuerdo con Ethan con lo que dijo, más les valía que se guardaran la magia para cuando hiciera falta. -(Aunque lo ideal sería que no nos viéramos en esa situación en primer lugar)- pensó intentando no recordar el viaje por las galerías. Asintió a Aniol para reforzar las palabras del británico y, sin tardar más, se internó en el edificio.
Y fue justo a tiempo, porque al estar dentro pudo escuchar como los pasos se acercaban a donde habían estado momentos antes. Rick se giró en guardia por si iban a tener que frenar al armadillo gigante pero... se marchó. -Menos mal- dijo luego de un profundo suspiro que se llevó gran parte de su tensión. Esperaba que al salir no les estuviera esperando por allí cerca, pero de momento estaban a salvo. Aunque, ¿dónde exactamente?
En cuanto pudo fijarse en lo que había allí dentro, el neoyorquino se sorprendió con creces. Desde que habían encontrado el libro de cocina habían intentado encontrar más grimorios en cada lugar por el que habían pasado, sin demasiado éxito. Pero por un golpe de casualidad ahora se encontraban en una biblioteca enorme, probablemente incluso más que las de su ciudad. El chico miraba los pasillos llenos de estanterías con la boca abierta, más aún cuando notó algunas peculiaridades. -¿Libros que vuelan?- dijo casi para sí mismo mientras veía algunos tomos revolotear. Si allí no había libros de magia, entonces no sabía dónde buscar más.
Sin embargo aunque pareciera todo un milagro, sus compañeros no tardaron en recordarle el lado más realista del lugar. En el palacete habían tenido suerte, pero aquel sitio si que podía tener a alguien por allí. Ciertamente parecía demasiado bueno teniendo en cuenta lo que habían estado buscando. -Habrá que estar atentos- añadió mientras prestaba atención a su alrededor y se iba a acercando a las estanterías. En el mejor de los casos tendrían tiempo de investigar antes de que...
Un estruendo le hizo girarse al instante, alerta. Poco le faltó para sacar alguna de sus armas, aunque en cuanto se fijó qué había sido se calmó un poco. Se imaginaba que quitando el tropiezo Damian estaba bien, así que se dedicó a revisar que nada se había enterado del ruido que había hecho. Parecía que no, pero entonces llegó el suspiro y la caída de un libro. Si Rick ya entró en tensión con la voz en el aire, en cuanto del libro salió lo que parecía un fantasma se le encendieron todas las alarmas. El neoyorquino se llevó la mano a la empuñadura del sable, listo para desenvainar si resultaba ser un peligro.
Pero en lugar de un ataque, lo que Biblios hizo fue darles una explicación de dónde estaban y quién era. El chico fue relajando su postura con cada palabra que decía el bibliotecario, aunque seguía algo extrañado por la... curiosa actitud respecto a ellos y al mobiliario de la biblioteca. Miró confuso al resto del grupo, coincidiendo con la mirada de Aniol. Si de verdad podían usar los libros sería una buenísima noticia, aunque recordando el primer día en la ciudad había algunas cosas que no le cuadraban aparte de lo curioso de los libros en jaulas. -En el discurso de bienvenida nos hablaron de comida y refugio... pero juraría que no hablaron de más ayudas. ¿Podemos fiarnos de que no es una trampa?- argumentó con duda en la voz, aunque con el matiz del que estaba más que dispuesto a aceptar la ayuda en caso de que no hubiera un truco. Quería confiar en él y en la de cosas que podrían aprender entre los tomos, pero la cautela era un valor muy importante, más después de la última vez.
Y fue justo a tiempo, porque al estar dentro pudo escuchar como los pasos se acercaban a donde habían estado momentos antes. Rick se giró en guardia por si iban a tener que frenar al armadillo gigante pero... se marchó. -Menos mal- dijo luego de un profundo suspiro que se llevó gran parte de su tensión. Esperaba que al salir no les estuviera esperando por allí cerca, pero de momento estaban a salvo. Aunque, ¿dónde exactamente?
En cuanto pudo fijarse en lo que había allí dentro, el neoyorquino se sorprendió con creces. Desde que habían encontrado el libro de cocina habían intentado encontrar más grimorios en cada lugar por el que habían pasado, sin demasiado éxito. Pero por un golpe de casualidad ahora se encontraban en una biblioteca enorme, probablemente incluso más que las de su ciudad. El chico miraba los pasillos llenos de estanterías con la boca abierta, más aún cuando notó algunas peculiaridades. -¿Libros que vuelan?- dijo casi para sí mismo mientras veía algunos tomos revolotear. Si allí no había libros de magia, entonces no sabía dónde buscar más.
Sin embargo aunque pareciera todo un milagro, sus compañeros no tardaron en recordarle el lado más realista del lugar. En el palacete habían tenido suerte, pero aquel sitio si que podía tener a alguien por allí. Ciertamente parecía demasiado bueno teniendo en cuenta lo que habían estado buscando. -Habrá que estar atentos- añadió mientras prestaba atención a su alrededor y se iba a acercando a las estanterías. En el mejor de los casos tendrían tiempo de investigar antes de que...
Un estruendo le hizo girarse al instante, alerta. Poco le faltó para sacar alguna de sus armas, aunque en cuanto se fijó qué había sido se calmó un poco. Se imaginaba que quitando el tropiezo Damian estaba bien, así que se dedicó a revisar que nada se había enterado del ruido que había hecho. Parecía que no, pero entonces llegó el suspiro y la caída de un libro. Si Rick ya entró en tensión con la voz en el aire, en cuanto del libro salió lo que parecía un fantasma se le encendieron todas las alarmas. El neoyorquino se llevó la mano a la empuñadura del sable, listo para desenvainar si resultaba ser un peligro.
Pero en lugar de un ataque, lo que Biblios hizo fue darles una explicación de dónde estaban y quién era. El chico fue relajando su postura con cada palabra que decía el bibliotecario, aunque seguía algo extrañado por la... curiosa actitud respecto a ellos y al mobiliario de la biblioteca. Miró confuso al resto del grupo, coincidiendo con la mirada de Aniol. Si de verdad podían usar los libros sería una buenísima noticia, aunque recordando el primer día en la ciudad había algunas cosas que no le cuadraban aparte de lo curioso de los libros en jaulas. -En el discurso de bienvenida nos hablaron de comida y refugio... pero juraría que no hablaron de más ayudas. ¿Podemos fiarnos de que no es una trampa?- argumentó con duda en la voz, aunque con el matiz del que estaba más que dispuesto a aceptar la ayuda en caso de que no hubiera un truco. Quería confiar en él y en la de cosas que podrían aprender entre los tomos, pero la cautela era un valor muy importante, más después de la última vez.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Biblioteca Mágica
02/08/24, 07:05 pm
Soltó un bufido por lo bajo al obedecer lo que Ethan le dijo, cansado de tanta cosa rara en lo que llevaba de día. ¿No podían estar tranquilos?
Un rechistar salido de ninguna parte hizo eco en la biblioteca, sirviendo como preludio a la caída de un libro. Damian lo observó extrañado, el libro se abrió solo y pasaba páginas por su cuenta.
—¡AH! —un pequeño grito agudo se le salió al ver lo que parecía ser un fantasma salir de una de las páginas y con una cara de pocos amigos.
Ese tipo se presentó como Biblios, un “bibotecario” con aires que no le gustaron demasiado al italiano de primeras y, algo asustado, dio un par de pasos hacia atrás. Joder, por qué le tenía que caer todo a él si no había hecho nada a la puta silla. Su cara, sin embargo, distaba mucho de ser la más valiente del mundo por tener a un puto fantasma en sus narices. Räg la puso en su sitio, ¿por qué le tenía que pedir perdón a un cacho madera? Aniol, encima, también estuvo insistente con lo de pedir perdón y Damian giró la cabeza hacia el polaco con cara de: “¿Que cojones, tío? ¿A una silla, en serio?”.
—Ahh… Ehhh... Perdón silla, no lo haré... más —su disculpa para nada salida de él fue bajita y lenta, que no hubiese sucedido de no ser por el extraño respeto que le daba ese bibliotecario estirado con cara de choco. ¿Pero cómo a una silla la iba a tratar como a un tío, tío?
Infló los mofletes con vergüenza, lo que tenía que hacer para que ese pavo les ayudase ahora con el nuevo sitio lleno de libros.
—«Me caes del puto culo, cabrón» —le faltaba telepatía para decir eso con la carita que Damian le dedicó al bibliotecario cara de almendra.
Un rechistar salido de ninguna parte hizo eco en la biblioteca, sirviendo como preludio a la caída de un libro. Damian lo observó extrañado, el libro se abrió solo y pasaba páginas por su cuenta.
—¡AH! —un pequeño grito agudo se le salió al ver lo que parecía ser un fantasma salir de una de las páginas y con una cara de pocos amigos.
Ese tipo se presentó como Biblios, un “bibotecario” con aires que no le gustaron demasiado al italiano de primeras y, algo asustado, dio un par de pasos hacia atrás. Joder, por qué le tenía que caer todo a él si no había hecho nada a la puta silla. Su cara, sin embargo, distaba mucho de ser la más valiente del mundo por tener a un puto fantasma en sus narices. Räg la puso en su sitio, ¿por qué le tenía que pedir perdón a un cacho madera? Aniol, encima, también estuvo insistente con lo de pedir perdón y Damian giró la cabeza hacia el polaco con cara de: “¿Que cojones, tío? ¿A una silla, en serio?”.
—Ahh… Ehhh... Perdón silla, no lo haré... más —su disculpa para nada salida de él fue bajita y lenta, que no hubiese sucedido de no ser por el extraño respeto que le daba ese bibliotecario estirado con cara de choco. ¿Pero cómo a una silla la iba a tratar como a un tío, tío?
Infló los mofletes con vergüenza, lo que tenía que hacer para que ese pavo les ayudase ahora con el nuevo sitio lleno de libros.
—«Me caes del puto culo, cabrón» —le faltaba telepatía para decir eso con la carita que Damian le dedicó al bibliotecario cara de almendra.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Biblioteca Mágica
04/08/24, 02:40 pm
Aunque la mente de Airi luchaba entre maravillarse y estar alerta, su expresión no varió demasiado. Aún jadeaba por la carrera, aferrándose a la cesta que tenía miedo de perder, aunque seguramente ya hubiese roto algún huevo con el trote. Sus ojos viajaban por toda la parte visible de la estancia, dándose cuenta de que aún parecía más grande si cabía por dentro. Ni siquiera creía que fuese un efecto óptico.
Se preocupó cuando Damian tocó algo por primera vez, pero no ocurrió nada. Tal vez, aun así, debían tocar los libros con algún objeto antes de cogerlos. No podía dejar de imaginarse que todo aquello fuese algún tipo de trampa para atraerlos, aunque desde luego no podía ser obra de sus enemigos, ¿no?
Le sanaí se llevó un sobresalto que le hizo soltar un gritito cuando oyó el suspiro magnificado. Miró en todas direcciones hasta que captó el movimiento del libro al caer y, para su sorpresa, de él emergió una persona. «El dueño, tiene que ser el dueño de todo esto. Nos va a echar» se lamentó, llorando la oportunidad perdida a la vez que temiendo represalias. Por suerte no se trataba de lo que estaba pensando. «¿Una biblioteca?». Sus ojos se iluminaron por fin. Tal vez sus captores sí habían dejado pistas para ellos, quizá la idea era encontrar ese lugar, o muchos otros. Si el hombre volador no era un enemigo, aunque pareciese un poco molesto, entonces todavía había esperanza.
Damian accedió a su petición ridícula, cosa que Airi agradeció, porque no quería que se enfadase el desconocido. Entendía que estuviese molesto por la patada, pero en todo caso debería pedir las disculpas para él. O tal vez las sillas estaban encantadas, como los libros. Le daba un poco de vértigo imaginar qué más cosas que parecían irreales iban a encontrar allí.
Las preguntas de sus compañeros resonaron con sus propias dudas. La de Aniol le hizo imaginar que tal vez había tomos que les estaban prohibidos, más que otra cosa. La de Rick, aunque la compartía, no sabía si servía de nada verbalizarla directamente. Aquel hombre les podría mentir con mucha facilidad de ser el caso.
—Y si de verdad es una biblioteca abierta a todo el mundo… ¿podemos leer lo que queramos? ¿Tomar libros prestados? —preguntó—. ¿O hay algún tipo de condición?
Se preocupó cuando Damian tocó algo por primera vez, pero no ocurrió nada. Tal vez, aun así, debían tocar los libros con algún objeto antes de cogerlos. No podía dejar de imaginarse que todo aquello fuese algún tipo de trampa para atraerlos, aunque desde luego no podía ser obra de sus enemigos, ¿no?
Le sanaí se llevó un sobresalto que le hizo soltar un gritito cuando oyó el suspiro magnificado. Miró en todas direcciones hasta que captó el movimiento del libro al caer y, para su sorpresa, de él emergió una persona. «El dueño, tiene que ser el dueño de todo esto. Nos va a echar» se lamentó, llorando la oportunidad perdida a la vez que temiendo represalias. Por suerte no se trataba de lo que estaba pensando. «¿Una biblioteca?». Sus ojos se iluminaron por fin. Tal vez sus captores sí habían dejado pistas para ellos, quizá la idea era encontrar ese lugar, o muchos otros. Si el hombre volador no era un enemigo, aunque pareciese un poco molesto, entonces todavía había esperanza.
Damian accedió a su petición ridícula, cosa que Airi agradeció, porque no quería que se enfadase el desconocido. Entendía que estuviese molesto por la patada, pero en todo caso debería pedir las disculpas para él. O tal vez las sillas estaban encantadas, como los libros. Le daba un poco de vértigo imaginar qué más cosas que parecían irreales iban a encontrar allí.
Las preguntas de sus compañeros resonaron con sus propias dudas. La de Aniol le hizo imaginar que tal vez había tomos que les estaban prohibidos, más que otra cosa. La de Rick, aunque la compartía, no sabía si servía de nada verbalizarla directamente. Aquel hombre les podría mentir con mucha facilidad de ser el caso.
—Y si de verdad es una biblioteca abierta a todo el mundo… ¿podemos leer lo que queramos? ¿Tomar libros prestados? —preguntó—. ¿O hay algún tipo de condición?
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Biblioteca Mágica
04/08/24, 05:54 pm
Biblios le regala a Aniol una mirada de orgullo y sonríe ante su pregunta.
—Supongo que sí que soy un Guardián de los libros, al menos de estos que están bajo mi cuidado. Y, ¿esos libros de ahí? —señala las jaulas–. Pena ninguna, pero toma. —Con un chasquido, hace aparecer una llave bronceada y se la tiende al muchacho—. Para esa jaula de ahí.
Le señala al niño una jaula de barrotes finos, con mucho espacio entre ellos y ornamentación sobrecargada en su base, que se encuentra en lo alto de una estantería a la que Aniol no alcanza por sí solo. Dentro de la jaula hay un libro hueso, de tapa gris y rugosa, completamente cerrado, pero de pie. Hay escaleras en otros pasillos que el muchacho podría utilizar, pero esa es una información que el bibliotecario se guarda. Luego se gira a Rick y le sonríe con, tal vez, algo de malicia.
—Bueno, trampa, trampa… Depende de cómo lo concibas. La biblioteca no es esencial, muchos son los cosechados que sobreviven sin pisarla, y dudo mucho que el consejo quiera regalaros una baza así en el discurso —Biblios desciende y flota tan a ras del suelo que cuesta saber si el suelo lo sujeta o si sigue levitando—. ¿No se siente mucho mejor cuando llegáis por vosotros mismos hasta aquí? Luego, otra cosa será lo avispados que seáis a la hora de reconocer los libros buenos de los malos o cómo os comportéis con el mobiliario de la biblioteca. —Se gira brevemente hacia Damian, que justo le acaba de pedir perdón a la silla, y le alza un pulgar en un gesto que, en el bibliotecario, parece anacrónico, fuera de lugar. Después de eso, Biblios mirará a todos al hablar excepto al italiano, al menos durante un rato—. Pero si lo que os preocupa es vuestra seguridad dentro de aquí, os aseguro que la biblioteca está protegida con magia y no habrá alimaña capaz de entrar.
>>En cuanto al servicio que ofrecemos… —se gira hacia Airi—.Para los cosechados las normas son las siguientes: seréis bienvenidos en la biblioteca todos los días hasta que caiga la noche y podréis leer todos los libros que queráis mientras estéis dentro —decide que es un buen momento para dirigirse a su mostrador y finge que está andando, pero a veces los pasos no coinciden con su avance. Confía en que los cosechados le sigan, pero no lo comprueba—. En cuanto a préstamos más allá de la Biblioteca, solo podréis coger un libro por persona del cual podréis disponer por tanto tiempo como queráis, hasta que os lo aprendáis de memoria u os aburráis de él, en cuyo caso siempre podréis volver para cambiarlo por otro. Los libros deben volver en perfecto estado, deberéis cuidarlos igual que cuidaréis aquí las sillas y las mesas —se gira para cruzar su mirada con todos excepto con Damian, otra vez— o ejerceré con vosotros el derecho de admisión y os prohibiré la entrada. —Biblios se guarda la información más importante: los libros están bastante protegidos y cuesta hacerles daño, pero de nuevo, salvo que le pregunten específicamente, prefiere dejar que vivan con el misterio sobrevolando sus cogotes.
Una vez en el mostrador, Biblios se acomoda y se sienta no detrás, sino encima de este.
—¿Tenéis alguna duda más?
—Supongo que sí que soy un Guardián de los libros, al menos de estos que están bajo mi cuidado. Y, ¿esos libros de ahí? —señala las jaulas–. Pena ninguna, pero toma. —Con un chasquido, hace aparecer una llave bronceada y se la tiende al muchacho—. Para esa jaula de ahí.
Le señala al niño una jaula de barrotes finos, con mucho espacio entre ellos y ornamentación sobrecargada en su base, que se encuentra en lo alto de una estantería a la que Aniol no alcanza por sí solo. Dentro de la jaula hay un libro hueso, de tapa gris y rugosa, completamente cerrado, pero de pie. Hay escaleras en otros pasillos que el muchacho podría utilizar, pero esa es una información que el bibliotecario se guarda. Luego se gira a Rick y le sonríe con, tal vez, algo de malicia.
—Bueno, trampa, trampa… Depende de cómo lo concibas. La biblioteca no es esencial, muchos son los cosechados que sobreviven sin pisarla, y dudo mucho que el consejo quiera regalaros una baza así en el discurso —Biblios desciende y flota tan a ras del suelo que cuesta saber si el suelo lo sujeta o si sigue levitando—. ¿No se siente mucho mejor cuando llegáis por vosotros mismos hasta aquí? Luego, otra cosa será lo avispados que seáis a la hora de reconocer los libros buenos de los malos o cómo os comportéis con el mobiliario de la biblioteca. —Se gira brevemente hacia Damian, que justo le acaba de pedir perdón a la silla, y le alza un pulgar en un gesto que, en el bibliotecario, parece anacrónico, fuera de lugar. Después de eso, Biblios mirará a todos al hablar excepto al italiano, al menos durante un rato—. Pero si lo que os preocupa es vuestra seguridad dentro de aquí, os aseguro que la biblioteca está protegida con magia y no habrá alimaña capaz de entrar.
>>En cuanto al servicio que ofrecemos… —se gira hacia Airi—.Para los cosechados las normas son las siguientes: seréis bienvenidos en la biblioteca todos los días hasta que caiga la noche y podréis leer todos los libros que queráis mientras estéis dentro —decide que es un buen momento para dirigirse a su mostrador y finge que está andando, pero a veces los pasos no coinciden con su avance. Confía en que los cosechados le sigan, pero no lo comprueba—. En cuanto a préstamos más allá de la Biblioteca, solo podréis coger un libro por persona del cual podréis disponer por tanto tiempo como queráis, hasta que os lo aprendáis de memoria u os aburráis de él, en cuyo caso siempre podréis volver para cambiarlo por otro. Los libros deben volver en perfecto estado, deberéis cuidarlos igual que cuidaréis aquí las sillas y las mesas —se gira para cruzar su mirada con todos excepto con Damian, otra vez— o ejerceré con vosotros el derecho de admisión y os prohibiré la entrada. —Biblios se guarda la información más importante: los libros están bastante protegidos y cuesta hacerles daño, pero de nuevo, salvo que le pregunten específicamente, prefiere dejar que vivan con el misterio sobrevolando sus cogotes.
Una vez en el mostrador, Biblios se acomoda y se sienta no detrás, sino encima de este.
—¿Tenéis alguna duda más?
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Biblioteca Mágica
05/08/24, 01:32 am
Al mjörní no le había dado mucho tiempo a fijarse en las particularidades de su alrededor, como los libros volando o enjaulados, pues acababa de terminar de colocar la silla en su sitio y apenas había podido empezar a fascinarse cuando escucharon aquel suspiro y el golpetazo del libro que le siguió. Le puso en alerta muy rápido, y se aferró a su jō. Ahogó un grito cuando vio salir a una figura humanoide del mismo, sin saber cómo reaccionar.
Por el contrario, el extraño parecía estar en su elemento, tal y como descubrirían que se trataba de algo literal al presentarse como el bibliotecario. ¿Cómo es que había salido de un libro…? No había mucho tiempo para hacerse preguntas como aquella, pues el tono del autoproclamado bibliotecario le ponía algo nervioso, y aún más cuando apeló a Damian, exigiéndole que pidiese perdón a la silla que acababa de tirar. El asentimiento que le dedicó le tranquilizó ligeramente, pero solo por el pensamiento de que tal vez si no hubiese colocado el mueble de vuelta en su sitio, Biblios estaría todavía más enfadado.
—N-no lo ha hecho a propósito, ha sido un accidente. Discúlpanos —añadió con algo de timidez después de que el italiano cediese a la petición del excéntrico bibliotecario. Si algo tenía claro tras aquella peculiar aparición es que tenía que tratarse de un mago poderoso, y no les convenía irritarlo en lo más mínimo.
La confusión del italiano era bastante comprensible, pues Rägjynn tampoco entendía por qué debería pedirle disculpas a un objeto inanimado. Aniol, en cambio, se sumó a la regañina como si fuese lo más normal del mundo, y se ganó una breve mirada de confusión por su parte. Su atención, de todos modos, volvió enseguida a su inesperado anfitrión. Entonces, ¿estaban de verdad en una biblioteca y no existía peligro? Ethan parecía albergar las mismas dudas, pues verbalizó aquella precisa preocupación en voz alta.
Desde luego, la explicación acerca de que el edificio estaba protegido contra criaturas peligrosas encajaba con lo que acababan de presenciar… Y suponía que el hecho de que no les hubiesen hablado de aquel lugar también lo hacía con la escasez de información con la que les habían dejado el primer día. Aparte, tenía la sensación de que se estaba olvidando de algo importante respecto a aquello, pero por más que pensase no se le ocurría qué podía ser.
La llave que le había dado al polaco le puso un poco en alerta y se acercó al niño, susurrándole en voz baja.
—No creo que sea buena idea abrir una jaula… El libro puede estar encerrado porque es peligroso, ¿no crees?
Quería tratar de disuadir a Aniol de que lo hiciera pero sin prohibírselo directamente.
Airi se encargó de preguntar lo que sin duda todos querían saber al respecto de aquel sitio, y Biblios les explicó con mucha claridad las normas de la biblioteca. Empezaba a tener una mejor sensación general respecto al lugar, de que sí podían fiarse. Por lo de pronto, excentricidades aparte, el bibliotecario no les había atacado. Aunque, desde luego, no pensaba bajar la guardia.
Como si se tratase de un profesor, el mjörní levantó la mano cuando este dijo si tenían alguna pregunta más, gesto que le había salido de forma inconsciente. La bajó enseguida algo avergonzado y carraspeó.
>>¿Podemos preguntarte dónde se encuentra cada tipo de libro o existe algún registro para consultarlo? Es que… esta biblioteca es enorme…
Las condiciones que les acababa de referir le parecían justas (aunque le daba algo de miedo la posibilidad de que algún libro se estropease por accidente), pero tenía la sensación de que podían estar días enteros allí buscando algo sin ningún tipo de explicación de cómo estaba organizada aquella gigantesca colección de literatura.
Por el contrario, el extraño parecía estar en su elemento, tal y como descubrirían que se trataba de algo literal al presentarse como el bibliotecario. ¿Cómo es que había salido de un libro…? No había mucho tiempo para hacerse preguntas como aquella, pues el tono del autoproclamado bibliotecario le ponía algo nervioso, y aún más cuando apeló a Damian, exigiéndole que pidiese perdón a la silla que acababa de tirar. El asentimiento que le dedicó le tranquilizó ligeramente, pero solo por el pensamiento de que tal vez si no hubiese colocado el mueble de vuelta en su sitio, Biblios estaría todavía más enfadado.
—N-no lo ha hecho a propósito, ha sido un accidente. Discúlpanos —añadió con algo de timidez después de que el italiano cediese a la petición del excéntrico bibliotecario. Si algo tenía claro tras aquella peculiar aparición es que tenía que tratarse de un mago poderoso, y no les convenía irritarlo en lo más mínimo.
La confusión del italiano era bastante comprensible, pues Rägjynn tampoco entendía por qué debería pedirle disculpas a un objeto inanimado. Aniol, en cambio, se sumó a la regañina como si fuese lo más normal del mundo, y se ganó una breve mirada de confusión por su parte. Su atención, de todos modos, volvió enseguida a su inesperado anfitrión. Entonces, ¿estaban de verdad en una biblioteca y no existía peligro? Ethan parecía albergar las mismas dudas, pues verbalizó aquella precisa preocupación en voz alta.
Desde luego, la explicación acerca de que el edificio estaba protegido contra criaturas peligrosas encajaba con lo que acababan de presenciar… Y suponía que el hecho de que no les hubiesen hablado de aquel lugar también lo hacía con la escasez de información con la que les habían dejado el primer día. Aparte, tenía la sensación de que se estaba olvidando de algo importante respecto a aquello, pero por más que pensase no se le ocurría qué podía ser.
La llave que le había dado al polaco le puso un poco en alerta y se acercó al niño, susurrándole en voz baja.
—No creo que sea buena idea abrir una jaula… El libro puede estar encerrado porque es peligroso, ¿no crees?
Quería tratar de disuadir a Aniol de que lo hiciera pero sin prohibírselo directamente.
Airi se encargó de preguntar lo que sin duda todos querían saber al respecto de aquel sitio, y Biblios les explicó con mucha claridad las normas de la biblioteca. Empezaba a tener una mejor sensación general respecto al lugar, de que sí podían fiarse. Por lo de pronto, excentricidades aparte, el bibliotecario no les había atacado. Aunque, desde luego, no pensaba bajar la guardia.
Como si se tratase de un profesor, el mjörní levantó la mano cuando este dijo si tenían alguna pregunta más, gesto que le había salido de forma inconsciente. La bajó enseguida algo avergonzado y carraspeó.
>>¿Podemos preguntarte dónde se encuentra cada tipo de libro o existe algún registro para consultarlo? Es que… esta biblioteca es enorme…
Las condiciones que les acababa de referir le parecían justas (aunque le daba algo de miedo la posibilidad de que algún libro se estropease por accidente), pero tenía la sensación de que podían estar días enteros allí buscando algo sin ningún tipo de explicación de cómo estaba organizada aquella gigantesca colección de literatura.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Biblioteca Mágica
06/08/24, 01:34 pm
Para Aniol la mirada breve de confusión de Räg no pasó inadvertido. Así como sí lo hizo la mayor parte del discurso del Guardián de los libros. Todo era extraño, increíblemente enorme e insondable, pero lo importante y lo que le había quedado claro es que era un lugar seguro, como pareció serlo el Palacete. No es que el churumbel fuera un super lector en potencia como sí lo eran algunos niños de su clase, pero si podía encontrar un entretenimiento con el que suavizar sus tardes muertas sería un devorador de tomos inesperado. Y además, no permitiría que Damian consiguiera que los vetaran de aquel sitio.
Airi y el mjorní esgrimieron preguntas muy lógicas a las que no prestó demasiada atención. En su lugar se descubrió tirando de la mano de Räg para que le hiciera caso.
—Peru... —su rostro hizo pucheros, unos muy mal fingidos. Trataban de despertar algo de lástima para hacerse con la suya así que en última estancia también se dirigió a Ethan—. A veces las jaulas también se hacen para encerrar cosas buenas... en el cuento de Hansel y Gretel la bruja mala atrapó a los dos niños... y ellos solo querían comer dulces... —manipuló con torpeza la llave de bronce en sus manos, antes de proseguir—. Porfi... me haría mucha ilu liberarlo... —en su tono de voz quedaba claro que estaba pidiendo permiso. Aniol llevaba mucho tiempo con aquel grupo como para no confiar en que sus decisiones eran las acertadas.
Si le decían que era peligroso lo acataría. Aunque sería un poquito más infeliz, esperaba que pudieran cargar con esa culpa.
Airi y el mjorní esgrimieron preguntas muy lógicas a las que no prestó demasiada atención. En su lugar se descubrió tirando de la mano de Räg para que le hiciera caso.
—Peru... —su rostro hizo pucheros, unos muy mal fingidos. Trataban de despertar algo de lástima para hacerse con la suya así que en última estancia también se dirigió a Ethan—. A veces las jaulas también se hacen para encerrar cosas buenas... en el cuento de Hansel y Gretel la bruja mala atrapó a los dos niños... y ellos solo querían comer dulces... —manipuló con torpeza la llave de bronce en sus manos, antes de proseguir—. Porfi... me haría mucha ilu liberarlo... —en su tono de voz quedaba claro que estaba pidiendo permiso. Aniol llevaba mucho tiempo con aquel grupo como para no confiar en que sus decisiones eran las acertadas.
Si le decían que era peligroso lo acataría. Aunque sería un poquito más infeliz, esperaba que pudieran cargar con esa culpa.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Biblioteca Mágica
06/08/24, 02:00 pm
No se fiaba de nada de aquel lugar. El palacete había sido una excepción curiosa, un cuento fantasioso de cuando aún no habían perdido demasiado. Ahora no confiaba ni en su sombra si esta no le había acompañado desde la salida del torreón y siguiendo esa regla de tres aquel señor fantasmagorico era cuanto menos, sospechoso.
No se fiaba de su amabilidad y su sinceridad podía estar tan envenenada como la de aquella chica del cementerio. Desde que habían llegado a esa ciudad solo la soledad era una norma común, un orden natural al que acostumbraba y que cuando se rompía sólo indicaba un mal presagio. La primera mujer que había conocido de ese mundo le había secuestrado, los siguiente que vieron les advirtieron que morirían durante sus juegos macabros y los monstruos dispares de aquella plaza estaban más ocupados huyendo que ayudándoles. No, ningun adulto estaba cuerdo entre esas ruinas y el que tenía delante desde luego que no iba a ser la excepción.
-¿En serio vamos a fiarnos de él?
Comento en bajo al resto de sus compañeros, no lo suficiente para que Biblios no pudiera escucharlos pero si para dejar claro su postura sobre el mismo. Su mano abierta señalaba acusatorio al hombre que ahora descansaba sentado sobre el escritorio.
-Esto podría ser una trampa. No nos van a dar, por dios... -Se quedó momentáneamente en silencio tratando de visualizar todos los posibles finales malos antes de respirar hondo y volver a girarse hacia biblios. -Hmmmm te han visitado más... Como nosotros? ¿Has visto a una chica peliverde?
No quería aprovecharse de una situación que bien podría ir en su contra en cualquier momento pero... Si de verdad los otros habían estado allí, significaba que bien podrían obtener minas mágicas como ellos. Quizá, era un inicio que seguir. Guió una de sus manos hacia Aniol preocupado por la llave que tenía entre manos. Que tuviera intriga no significaba que dudará menos.
-Por ahora... Dejémoslo estar. A veces uhm, se encierra a los libros que son malos... Y no sabemos si ese lo es o no. -Se quedó en silencio antes de suspirar resignado, no le gustaba depender de otros. Volvió a mirar a Biblios. -¿Porque está ese libro encerrado?
No se fiaba de su amabilidad y su sinceridad podía estar tan envenenada como la de aquella chica del cementerio. Desde que habían llegado a esa ciudad solo la soledad era una norma común, un orden natural al que acostumbraba y que cuando se rompía sólo indicaba un mal presagio. La primera mujer que había conocido de ese mundo le había secuestrado, los siguiente que vieron les advirtieron que morirían durante sus juegos macabros y los monstruos dispares de aquella plaza estaban más ocupados huyendo que ayudándoles. No, ningun adulto estaba cuerdo entre esas ruinas y el que tenía delante desde luego que no iba a ser la excepción.
-¿En serio vamos a fiarnos de él?
Comento en bajo al resto de sus compañeros, no lo suficiente para que Biblios no pudiera escucharlos pero si para dejar claro su postura sobre el mismo. Su mano abierta señalaba acusatorio al hombre que ahora descansaba sentado sobre el escritorio.
-Esto podría ser una trampa. No nos van a dar, por dios... -Se quedó momentáneamente en silencio tratando de visualizar todos los posibles finales malos antes de respirar hondo y volver a girarse hacia biblios. -Hmmmm te han visitado más... Como nosotros? ¿Has visto a una chica peliverde?
No quería aprovecharse de una situación que bien podría ir en su contra en cualquier momento pero... Si de verdad los otros habían estado allí, significaba que bien podrían obtener minas mágicas como ellos. Quizá, era un inicio que seguir. Guió una de sus manos hacia Aniol preocupado por la llave que tenía entre manos. Que tuviera intriga no significaba que dudará menos.
-Por ahora... Dejémoslo estar. A veces uhm, se encierra a los libros que son malos... Y no sabemos si ese lo es o no. -Se quedó en silencio antes de suspirar resignado, no le gustaba depender de otros. Volvió a mirar a Biblios. -¿Porque está ese libro encerrado?
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Biblioteca Mágica
06/08/24, 04:12 pm
El bibliotecario asiente a las palabras del mjörní mientras mete su mano derecha dentro de la manga izquierda y hurga en su interior.
—Por supuesto que sí… ugh —parece que le está costando encontrar lo que sea que busca dentro de su manga y mete su brazo derecho dentro, hasta el codo, mientras frunce el ceño—. Cualquier pregunta que tengáis sobre… las instalaciones, sus normas o sus libros podéis dirigirlas a mí, no me moveré de aquí —acaba diciendo, y cuesta saber si es una forma de mostrarles apoyo o más bien una declaración de intenciones. De repente, su rostro se ilumina —. ¡Aquí está! —exclama, y saca su brazo derecho de su manga izquierda, esta vez con un libro en la mano. Se lo lleva a la altura de la cara, para leerlo, pero los cosechados podrán ver que el libro tiene dos agujeros justo a la altura de sus ojos, que parpadean a través del lomo negro de cuero de “La historia Terminable: reinterpretación de un clásico”, escrito por dama Gentuza y Gmork.
Sus ojos se clavan en Ethan a través de aquella máscara improvisada y, aunque en un principio hace como que no lo ha oído, acaba por responderle:
—La Biblioteca es un servicio al alcance de cualquier cosechado. He visto a más de una, uno y une con el pelo verde. Algunos hasta tienen la piel verde y los ojos verdes y son diminutos y vegetales, o tienen escamas pero escamas verdes y… Tal vez quieras ser más conciso.
>>En cuanto al libro —suspira. Mira primero a Aniol y luego a la jaula—, normalmente a la gente le preocupa que muerda, pero no muerde. Es más bien asustadizo el pobrecillo, por eso no se mueve y finge que es un libro inanimado. Está intentando camuflarse.
A pesar de lo cerca que tiene La historia Terminable y de los enormes agujeros que atraviesan sus páginas, los ojos de Biblios se mueven ávidamente de un lado a otro mientras les habla y parece estar leyendo de verdad. Cuando acaba de hablar del libro enjaulado, el espíritu bibliotecario incluso pasa de página y sonríe.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Biblioteca Mágica
08/08/24, 11:56 am
Acababan de conocer a Biblios, pero con lo poco que había hablado, Rick tenía claro que era un tipo extraño. No solo por el hecho de ser un espíritu, que era lo más normal después de todo lo que habían visto por la ciudad, sino por lo excéntrico de sus gestos y palabras. Tan pronto estaba respondiendo diligentemente a sus dudas sobre la biblioteca que hacía algo fuera de lugar o algún sinsentido. Y aunque lo escuchó un poco receloso al principio por sus formas, no podía negar que la respuesta a su duda tenía cierto sentido. No por ello le acababa de gustar que siguiera siendo otra media verdad como las que habían utilizado al llevárselo de Nueva York, pero aún con sus extrañezas, el bibliotecario parecía estar hablando en serio. -De momento sí- contestó un poco más bajo a las dudas de Ethan antes de acercarse al mostrador. No les haría daño seguir con cuidado por si acaso, pero ya era con diferencia el momento más tranquilo del día.
A petición de Airi les contaron cómo funcionaba exactamente el lugar. El sistema no distaba mucho de cómo eran las que ya conocía en La Tierra, aunque que solo pudieran llevarse uno era un ligero inconveniente. Seguían siendo un grupo grande al menos, así que con suerte podrían llevarse varios grimorios. -(Más nos vale que tengamos cuidado cuando vayamos a devolverlos, eso sí)- pensó. Con la de peligros que ya habían sufrido, sería todo un problema que justo en un ataque se extraviara algún libro. La respuesta a Räg también resultó bastante útil, era una buena noticia que pudiera guiarles por tantas y tantas estanterías. -Ya veo. Muchas gracias- le dijo al bibliotecario, sin quitar ojo de lo que fuera que estuviera buscando en su manga. Solo pudo pestañear algo confuso cuando el libro-máscara salió de allí.
No terminaba de tener claro si liberar al libro de la jaula era una buena idea, pero la curiosidad por lo que habría allí fue superior y el neoyorquino se acercó a la estantería más cercana al grupo para no perderles de vista y para estar atento a cualquier otra pregunta a Biblios. -(¿Cuánto tiempo llevaran aquí?)- se preguntó mirando las cubiertas, algunas más desgastadas por el tiempo que otras, de las distintas baldas. Se sentía como dentro del archivo de alguna película de fantasía medieval. Tomó al azar un tomo con un curioso forro escamado de tonos anaranjados, fijándose en lo pulidas que parecían antes de ojear el interior.
Antes de aquello sin embargo, la pregunta del británico le hizo girarse en dirección al fantasma. Si la biblioteca estaba abierto a todos ellos, por supuesto, también lo estaba para el otro grupo. Daba gracias de que no hubieran coincidido o a saber lo que habría pasado, pero si ya habían pasado por allí aumentaba mucho las posibilidades de que encontraran algo útil. Se distrajo un poco cuando explicó los motivos que tenía el libro para estar enjaulado y pasó de nuevo su atención al libro. Que un libro tuviera vergüenza era cuanto menos extraño, ¿aunque qué no lo era desde que habían entrado?
Rick abrió entonces el libro que tenía entre las manos y pasó la vista por lo que había escrito, pero... Extrañado, pasó las páginas un par de veces pero, quitando alguna miniatura bastante bonita, había un problema para entener ese libro. -¿En qué idioma se supone que está esto?- preguntó a Biblios acercándose de nuevo al grupo con el tomo abierto de par en par, por si alguien quería echarle un vistazo a una escritura que desconocían. -No sabía que en Rocavarancolia se estilaran los multilingües- bromeó un poco con hastío. Si acababan de llegar a una biblioteca en la que no iban a poder entender ningún libro, sería sin duda una broma de mal gusto.
A petición de Airi les contaron cómo funcionaba exactamente el lugar. El sistema no distaba mucho de cómo eran las que ya conocía en La Tierra, aunque que solo pudieran llevarse uno era un ligero inconveniente. Seguían siendo un grupo grande al menos, así que con suerte podrían llevarse varios grimorios. -(Más nos vale que tengamos cuidado cuando vayamos a devolverlos, eso sí)- pensó. Con la de peligros que ya habían sufrido, sería todo un problema que justo en un ataque se extraviara algún libro. La respuesta a Räg también resultó bastante útil, era una buena noticia que pudiera guiarles por tantas y tantas estanterías. -Ya veo. Muchas gracias- le dijo al bibliotecario, sin quitar ojo de lo que fuera que estuviera buscando en su manga. Solo pudo pestañear algo confuso cuando el libro-máscara salió de allí.
No terminaba de tener claro si liberar al libro de la jaula era una buena idea, pero la curiosidad por lo que habría allí fue superior y el neoyorquino se acercó a la estantería más cercana al grupo para no perderles de vista y para estar atento a cualquier otra pregunta a Biblios. -(¿Cuánto tiempo llevaran aquí?)- se preguntó mirando las cubiertas, algunas más desgastadas por el tiempo que otras, de las distintas baldas. Se sentía como dentro del archivo de alguna película de fantasía medieval. Tomó al azar un tomo con un curioso forro escamado de tonos anaranjados, fijándose en lo pulidas que parecían antes de ojear el interior.
Antes de aquello sin embargo, la pregunta del británico le hizo girarse en dirección al fantasma. Si la biblioteca estaba abierto a todos ellos, por supuesto, también lo estaba para el otro grupo. Daba gracias de que no hubieran coincidido o a saber lo que habría pasado, pero si ya habían pasado por allí aumentaba mucho las posibilidades de que encontraran algo útil. Se distrajo un poco cuando explicó los motivos que tenía el libro para estar enjaulado y pasó de nuevo su atención al libro. Que un libro tuviera vergüenza era cuanto menos extraño, ¿aunque qué no lo era desde que habían entrado?
Rick abrió entonces el libro que tenía entre las manos y pasó la vista por lo que había escrito, pero... Extrañado, pasó las páginas un par de veces pero, quitando alguna miniatura bastante bonita, había un problema para entener ese libro. -¿En qué idioma se supone que está esto?- preguntó a Biblios acercándose de nuevo al grupo con el tomo abierto de par en par, por si alguien quería echarle un vistazo a una escritura que desconocían. -No sabía que en Rocavarancolia se estilaran los multilingües- bromeó un poco con hastío. Si acababan de llegar a una biblioteca en la que no iban a poder entender ningún libro, sería sin duda una broma de mal gusto.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Biblioteca Mágica
08/08/24, 01:39 pm
No le pasó desapercibido que su mejor amigo quisiese liberar un… ¿libro? Alzó las cejas por ello, desde luego no ha sido lo mas raro que ha visto pero aun así, ¿qué diablos hacía ahí dentro como si fuese un prisionero de guerra? Tampoco le pareció algo de otro mundo querer sacar ese libro de ahí al contrario que alguno de sus compañeros, no lograba ver trampa tampoco dentro de su, ocasionalmente, liso cerebro.
Lo que sí le sacó un poco de lugar fue ese pulgar hacia arriba del tío ese, haciendo que Damian estire la boca con toda la confusión del mundo. Le pidió disculpas a una silla, una puta silla. Ya les podía ayudar ese pavo con algo bueno.
Y hablando de eso, dijo algo de que podían tomar prestado uno de los millones de libros que podían verse ahí. El italiano paseó sus ojos por todas las estanterías. ¿Le gustaban los libros? No. ¿Leer? Aun menos. Pero joder, si era gratis tampoco se podía negar ante el que no le quería mirar. Había un huevo de libros, alguno guapo habría si los hay que vuelan por el aire y todo. Por eso ante la “amenaza” de Biblios de prohibir que entre al que estropee algo le hizo una discreta sacada de lengua aprovechando que no estuvo atento al chiquillo.
Después de eso se puso a mirar un poco por su cuenta por las estanterías más bajas. Había libros con tapaderas la mar de raras, colores raros, cosas brillantes pegadas, algunas hasta se movían como si fuese una tele. Ahí estaba agachado, sacando libros y colocándolos en las mesas mientras escuchaba acerca de la pregunta de Ethan. ¿La de pelo verde?
—Ah. La tía esa —Damian frunció las cejas al darse cuenta. Los malos podrían haber pasado por aquel sitio y el caraanchoa no respondió a eso diciendo que “ha visto a toda clase de gente”. <<Vaya memoria de mierda que tiene>>, pensó el más indicado para opinar. Que se deje de sacar tantas cosas de la manga y ayude un poco, Damian ya le tenía la cruz echada al tío fantasmón.
Sobre el otro libro, parecía que no tenía mucha pinta de morder tampoco. Damian asintió al polaco, si quería liberar al libro prisionero de las garras de Biblios pues estaba en todo su derecho.
Al cabo de un ratito, una tapadera colorida le llamó la atención. La portada estaba en idioma humano y no entendía una mierda, pero pudo reconocer… ¡superheroes! ¡Estaba Hulk y Spiderman! Y un tío llevando un guante con 6 gemas de colores, pero igual le molaba muchísimo así que lo abrió. Un grito ahogado salió de su boca cuando vio que el comic estaba brillando en cada viñeta, los colores aparecían con brillitos y los personajes se movían ligeramente.
—Ostia puta. ¡Ostia puta! —se le aceleraba todo al leer cada página del relativamente grueso cómic de tapa dura, no entendía nada pero, ¿para qué necesitaba letras si el dibujo lo contaba todo por su cuenta? Hablando de letras, las que más se iluminaban eran las de los efectos de golpes y sonidos. Se dejó llevar y paso un dedo curioso encima de una y…
*POW* *BLAM* *THWIP* *BAM*
Vale, el libro hacía ruidos. ¡HACIA RUIDOS!
Lo que sí le sacó un poco de lugar fue ese pulgar hacia arriba del tío ese, haciendo que Damian estire la boca con toda la confusión del mundo. Le pidió disculpas a una silla, una puta silla. Ya les podía ayudar ese pavo con algo bueno.
Y hablando de eso, dijo algo de que podían tomar prestado uno de los millones de libros que podían verse ahí. El italiano paseó sus ojos por todas las estanterías. ¿Le gustaban los libros? No. ¿Leer? Aun menos. Pero joder, si era gratis tampoco se podía negar ante el que no le quería mirar. Había un huevo de libros, alguno guapo habría si los hay que vuelan por el aire y todo. Por eso ante la “amenaza” de Biblios de prohibir que entre al que estropee algo le hizo una discreta sacada de lengua aprovechando que no estuvo atento al chiquillo.
Después de eso se puso a mirar un poco por su cuenta por las estanterías más bajas. Había libros con tapaderas la mar de raras, colores raros, cosas brillantes pegadas, algunas hasta se movían como si fuese una tele. Ahí estaba agachado, sacando libros y colocándolos en las mesas mientras escuchaba acerca de la pregunta de Ethan. ¿La de pelo verde?
—Ah. La tía esa —Damian frunció las cejas al darse cuenta. Los malos podrían haber pasado por aquel sitio y el caraanchoa no respondió a eso diciendo que “ha visto a toda clase de gente”. <<Vaya memoria de mierda que tiene>>, pensó el más indicado para opinar. Que se deje de sacar tantas cosas de la manga y ayude un poco, Damian ya le tenía la cruz echada al tío fantasmón.
Sobre el otro libro, parecía que no tenía mucha pinta de morder tampoco. Damian asintió al polaco, si quería liberar al libro prisionero de las garras de Biblios pues estaba en todo su derecho.
Al cabo de un ratito, una tapadera colorida le llamó la atención. La portada estaba en idioma humano y no entendía una mierda, pero pudo reconocer… ¡superheroes! ¡Estaba Hulk y Spiderman! Y un tío llevando un guante con 6 gemas de colores, pero igual le molaba muchísimo así que lo abrió. Un grito ahogado salió de su boca cuando vio que el comic estaba brillando en cada viñeta, los colores aparecían con brillitos y los personajes se movían ligeramente.
—Ostia puta. ¡Ostia puta! —se le aceleraba todo al leer cada página del relativamente grueso cómic de tapa dura, no entendía nada pero, ¿para qué necesitaba letras si el dibujo lo contaba todo por su cuenta? Hablando de letras, las que más se iluminaban eran las de los efectos de golpes y sonidos. Se dejó llevar y paso un dedo curioso encima de una y…
*POW* *BLAM* *THWIP* *BAM*
Vale, el libro hacía ruidos. ¡HACIA RUIDOS!
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Biblioteca Mágica
09/08/24, 01:05 pm
Las palabras del bibliotecario sonaban arrogantes a oídos de Airi, burlonas. Eso por sí solo le habría hecho enfadarse, pero la oportunidad que tenían ante sí mismos le obligaba a mantener las formas y fingir que no oía ciertas partes de su discurso. Todo aquello seguía sonando demasiado bueno para ser cierto, pero era quizás esa arrogancia la que le hacía sentir que no les estaban mintiendo. Podían surtirse de información. Quizá el truco estaba en otro lado, pero por el momento empezó a sentirse menos insegure allí dentro. Incluso con su forma burlona de explicarse, había dicho claramente que lo peor que podía pasarles era que les denegasen la entrada. Como única amenaza era algo bastante razonable.
Le alivió que disuadiesen a Aniol de abrir la jaula, y elle misme le dirigió una mirada al niño que le pedía paciencia. No tenía por qué ser una trampa, pero el bibliotecario no parecía en sus cabales y bien podía ser una broma pesada o algo por el estilo. Su primera impresión no hizo más que intensificarse cuando le vio sacar el libro agujereado, y dirigió algunas miradas breves de desconcierto a los compañeros que tenía más cerca. No parecía que fuesen a poder sacar mucha información de él salvo lo que fuese referente a los libros, y quizá ni eso.
—¿Qué clase de libros se guardan aquí? ¿Qué hay en cada sección? —«Danos algo que pueda ayudarnos»—. ¿Hay grimorios de magia o libros sobre Rocavarancolia? —preguntó directamente.
Otros no había perdido el tiempo y empezaban a explorar las estanterías. Rick había encontrado un libro en otro idioma y Damian estaba enfrascado en uno que, por alguna razón, le había sorprendido. Airi se giró con curiosidad para ver de qué se trataba, pero lo único que identificó desde la distancia fue el colorido de sus páginas. No parecía que fuese a morder al niño ni cualquier otra locura imaginable, así que con eso se conformaba por ahora.
Le alivió que disuadiesen a Aniol de abrir la jaula, y elle misme le dirigió una mirada al niño que le pedía paciencia. No tenía por qué ser una trampa, pero el bibliotecario no parecía en sus cabales y bien podía ser una broma pesada o algo por el estilo. Su primera impresión no hizo más que intensificarse cuando le vio sacar el libro agujereado, y dirigió algunas miradas breves de desconcierto a los compañeros que tenía más cerca. No parecía que fuesen a poder sacar mucha información de él salvo lo que fuese referente a los libros, y quizá ni eso.
—¿Qué clase de libros se guardan aquí? ¿Qué hay en cada sección? —«Danos algo que pueda ayudarnos»—. ¿Hay grimorios de magia o libros sobre Rocavarancolia? —preguntó directamente.
Otros no había perdido el tiempo y empezaban a explorar las estanterías. Rick había encontrado un libro en otro idioma y Damian estaba enfrascado en uno que, por alguna razón, le había sorprendido. Airi se giró con curiosidad para ver de qué se trataba, pero lo único que identificó desde la distancia fue el colorido de sus páginas. No parecía que fuese a morder al niño ni cualquier otra locura imaginable, así que con eso se conformaba por ahora.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Biblioteca Mágica
10/08/24, 12:02 am
Rägjynn no entendía la referencia de Aniol, aunque creía saber lo que el niño quería decir. No es que no tuviese razón de por sí, pero estaban en un lugar donde el sentido común en ocasiones era peligroso aplicarlo. Más que nada, en situaciones en las que cupiese lugar para la duda de si algo era peligroso o no. Era, simplemente, mucho más seguro concluir que lo sería. Entendía que el polaco solo era un niño y que tal vez para él la línea seguía siendo difusa, pero le preocupaba que no se inclinase más por la cautela después de todo lo que llevaban vivido.
Por suerte, Ethan le estaba ayudando a convencer al polaco de que no era una buena idea, aunque miró con preocupación nuevamente a Aniol tras la respuesta que dio el bibliotecario. Sin duda, con una explicación como aquella el niño iba a querer liberar el libro, y tal como estaba en la mente de la mayoría, todavía no sabían si podían realmente fiarse de él. Se aseguraría de seguir muy de cerca al polaco si se dirigí a liberar el libro.
El mestizo también había tratado de averiguar si el otro grupo había estado allí, pero la respuesta en ese caso no fue de ninguna ayuda. Dejaría que Ethan diese más detalles si quería para evitar líos innecesarios. De todos modos, era muy probable que sí hubiesen estado allí si era cierto que vivían cerca tal y como habían supuesto. Claro que saberlo con seguridad podría ayudarles a esclarecer un poco mejor si aquel sitio era o no de fiar…
Sonidos extraños dividieron su atención –aun puesta también en Aniol- en dirección a Damian, puesto que Rick y él ya se encontraban revisando libros. Por suerte, por la reacción del italiano no parecía tratarse de nada peligroso. Le suscitaba curiosidad qué clase de libro ilustrado estaba ojeando y la magia que este llevaba anclada, pero no era lo más importante en ese momento.
Era un alivio que la respuesta a su pregunta hubiese sido afirmativa y, tras agradecérselo, se sumó a las preguntas de Airi, que nuevamente coincidían con varias de las que quería hacer él mismo.
—¿Y compendios de runas? —fue lo único que añadió. No quería que el mago se molestase porque le hiciesen tantas preguntas a la vez.
Porque, de hecho, el neoyorquino también le había hecho una. Una que sugería algo un tanto preocupante. ¿Es que los libros se encontraban en idiomas ilegibles para ellos? Bueno, aun si había libros en otros idiomas, alguno tendría que haber que estuviese en el único lenguaje que podían emplear tras haber bebido de la fuente… ¿No?
Dirigió su mirada hacia las interminables estanterías con preocupación.
Por suerte, Ethan le estaba ayudando a convencer al polaco de que no era una buena idea, aunque miró con preocupación nuevamente a Aniol tras la respuesta que dio el bibliotecario. Sin duda, con una explicación como aquella el niño iba a querer liberar el libro, y tal como estaba en la mente de la mayoría, todavía no sabían si podían realmente fiarse de él. Se aseguraría de seguir muy de cerca al polaco si se dirigí a liberar el libro.
El mestizo también había tratado de averiguar si el otro grupo había estado allí, pero la respuesta en ese caso no fue de ninguna ayuda. Dejaría que Ethan diese más detalles si quería para evitar líos innecesarios. De todos modos, era muy probable que sí hubiesen estado allí si era cierto que vivían cerca tal y como habían supuesto. Claro que saberlo con seguridad podría ayudarles a esclarecer un poco mejor si aquel sitio era o no de fiar…
Sonidos extraños dividieron su atención –aun puesta también en Aniol- en dirección a Damian, puesto que Rick y él ya se encontraban revisando libros. Por suerte, por la reacción del italiano no parecía tratarse de nada peligroso. Le suscitaba curiosidad qué clase de libro ilustrado estaba ojeando y la magia que este llevaba anclada, pero no era lo más importante en ese momento.
Era un alivio que la respuesta a su pregunta hubiese sido afirmativa y, tras agradecérselo, se sumó a las preguntas de Airi, que nuevamente coincidían con varias de las que quería hacer él mismo.
—¿Y compendios de runas? —fue lo único que añadió. No quería que el mago se molestase porque le hiciesen tantas preguntas a la vez.
Porque, de hecho, el neoyorquino también le había hecho una. Una que sugería algo un tanto preocupante. ¿Es que los libros se encontraban en idiomas ilegibles para ellos? Bueno, aun si había libros en otros idiomas, alguno tendría que haber que estuviese en el único lenguaje que podían emplear tras haber bebido de la fuente… ¿No?
Dirigió su mirada hacia las interminables estanterías con preocupación.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Biblioteca Mágica
11/08/24, 12:25 pm
Allí, repleta de hileras de estanterías y libros misteriosos, la Biblioteca Mágica no cesaba de suscitar la curiosidad de Aniol en todos los campos en los que ésta pudiera prolongarse. El rumor nervioso de lo ocurrido instantes antes se proclamaba ya como un martilleo de fondo al que la nueva situación comenzaba a eclipsar.
Pero no se engañaba. Por muy emocionado que se encontrara no podía negar que todo era un poco rarito. Si Ethan no se fiaba... si Räg no se fiaba... definitivamente él tampoco.
El pequeño solo hizo pucheros ante la explicación de Biblios, sin permitir que el libro asustadizo y sus circunstancias le perturbaran demasiado. Lo cierto es que el guardián fantasmagórico no le caía mal, pero tampoco parecía querer ayudarles mucho. En especial con la respuesta difusa que otorgó respecto al grupo.
El polaco se encogió de hombros, después le hizo una pequeña señal a Ethan para que le siguiera en dirección a Damian si lo deseaba. La promesa de unas hojas que desprendían ruiditos y luces lo tenía atrapado por completo.
—¡¿Qué es eso?! ¿¿Queeé essssss?? —tiró del brazo del italiano con suavidad, pronto sus ojillos color miel cayeron en el anzuelo de varios tomos similares que la estantería seleccionada por Damian albergaba. Uno en particular reinaba sobre los demás—. ¡Qué bonito! Peru... cómo es posible... —la encuadernación rezumaba un malva rosado cargado de toda la pomposidad posible. Pero lo más importante era el título.
"Las Maravillosas Aventuras de Anastasia y Rambo"
"Querido Lector: Tú eliges tu Destino".
Pero no se engañaba. Por muy emocionado que se encontrara no podía negar que todo era un poco rarito. Si Ethan no se fiaba... si Räg no se fiaba... definitivamente él tampoco.
El pequeño solo hizo pucheros ante la explicación de Biblios, sin permitir que el libro asustadizo y sus circunstancias le perturbaran demasiado. Lo cierto es que el guardián fantasmagórico no le caía mal, pero tampoco parecía querer ayudarles mucho. En especial con la respuesta difusa que otorgó respecto al grupo.
El polaco se encogió de hombros, después le hizo una pequeña señal a Ethan para que le siguiera en dirección a Damian si lo deseaba. La promesa de unas hojas que desprendían ruiditos y luces lo tenía atrapado por completo.
—¡¿Qué es eso?! ¿¿Queeé essssss?? —tiró del brazo del italiano con suavidad, pronto sus ojillos color miel cayeron en el anzuelo de varios tomos similares que la estantería seleccionada por Damian albergaba. Uno en particular reinaba sobre los demás—. ¡Qué bonito! Peru... cómo es posible... —la encuadernación rezumaba un malva rosado cargado de toda la pomposidad posible. Pero lo más importante era el título.
"Las Maravillosas Aventuras de Anastasia y Rambo"
"Querido Lector: Tú eliges tu Destino".
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
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