Biblioteca Mágica
+45
Percy
Lathspell
Cuervo
Reifon
Zarket
Naeryan
Giniroryu
Shiogen
Kanyum
Seth
Aes
Yber
Xana
Dal
Álvar
Evanna
Poblo
Serokrai
Frikomid
Matt
Muffie
Shylver
HurzaComeojos
Vlad
Alicia
Caillech
Tak
Salokin
Sevent
Red
alpeca
Rapunzel
LEC
Eliel
Leonart
Lops
Jack
Elliot
Carmesí
liam
Jau
RoX
Administración
Fundador
Rocavarancolia Rol
49 participantes
- Rocavarancolia Rol
Biblioteca Mágica
02/08/11, 04:22 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Edificio de mármol gris de tamaño medio visto desde el exterior, pero que en realidad cuenta con una gran cantidad de espacio en el interior debido a un hechizo. Dos grandes portones de madera permiten el acceso al interior.
El suelo es de madera, y lo único que se ve nada más entrar son hileras e hileras de estanterías con algunas mesas y sillas repartidas por los pasillos. La cantidad de estanterías es incomensurable y todavía más los libros y manuscritos de todo tipo que contienen. Se puede acceder a un segundo piso desde escaleras a ambos lados repartidas en varios puntos de la gigantesca sala principal, donde se repite el mismo entramado de estanterías y mesas.
Entre los estantes de apariencia normal y corriente destacan algunos ejemplares peculiares como libros voladores o libros enjaulados que parecen tener vida propia que se encuentran repartidos de forma aleatoria por el edificio.
La Biblioteca cuenta con una gran cantidad de hechizos anclados sobre ella que la hacen un lugar bien protegido, tanto de ataques desde el exterior como desde el interior. Aunque no solo cuenta con hechizos de seguridad. Uno de los artificios mágicos más destacables son los hechizos ilusorios y barreras que impiden el paso a los cosechados más allá de los primeros pasillos. Los cosechados tienen la sensación de que avanzar por toda la biblioteca, pero en realidad solo pueden moverse por una sección muy limitada de esta. Casi todos los grimorios sobre hechizos y runas, así como ejemplares sobre alquimia y bestiarios de transformaciones han sido movidos a la nueva biblioteca especializada: la Torre Doce. Quedan algunos grimorios básicos a los que tienen acceso los cosechados y la mayoría se encuentran en idiomas incomprensibles, aunque algunos cuentan con notas de traducción y hay algunos diccionarios.
El bibliotecario es Biblios, un espíritu ligado al edificio que conoce bien todas las secciones de la biblioteca y buena parte de los contenidos de los libros de las mismas. Suele aparecer para ayudar a los cosechados brevemente, y a los transformados si le llaman... Aunque no siempre.
NOTA: A disposición de los transformados hay amuletos logománticos variados que se pueden tomar prestados para leer dentro de la biblioteca. Nunca se pueden sacar de esta, pero se pueden traer materiales del exterior para leer aquí usándolos.
El suelo es de madera, y lo único que se ve nada más entrar son hileras e hileras de estanterías con algunas mesas y sillas repartidas por los pasillos. La cantidad de estanterías es incomensurable y todavía más los libros y manuscritos de todo tipo que contienen. Se puede acceder a un segundo piso desde escaleras a ambos lados repartidas en varios puntos de la gigantesca sala principal, donde se repite el mismo entramado de estanterías y mesas.
Entre los estantes de apariencia normal y corriente destacan algunos ejemplares peculiares como libros voladores o libros enjaulados que parecen tener vida propia que se encuentran repartidos de forma aleatoria por el edificio.
La Biblioteca cuenta con una gran cantidad de hechizos anclados sobre ella que la hacen un lugar bien protegido, tanto de ataques desde el exterior como desde el interior. Aunque no solo cuenta con hechizos de seguridad. Uno de los artificios mágicos más destacables son los hechizos ilusorios y barreras que impiden el paso a los cosechados más allá de los primeros pasillos. Los cosechados tienen la sensación de que avanzar por toda la biblioteca, pero en realidad solo pueden moverse por una sección muy limitada de esta. Casi todos los grimorios sobre hechizos y runas, así como ejemplares sobre alquimia y bestiarios de transformaciones han sido movidos a la nueva biblioteca especializada: la Torre Doce. Quedan algunos grimorios básicos a los que tienen acceso los cosechados y la mayoría se encuentran en idiomas incomprensibles, aunque algunos cuentan con notas de traducción y hay algunos diccionarios.
El bibliotecario es Biblios, un espíritu ligado al edificio que conoce bien todas las secciones de la biblioteca y buena parte de los contenidos de los libros de las mismas. Suele aparecer para ayudar a los cosechados brevemente, y a los transformados si le llaman... Aunque no siempre.
- Cómo se creó la Biblioteca Mágica:
- El proyecto inicial de construcción de la Biblioteca Mágica fue llevado a cabo por el Consejo tras la finalización del conflicto del regreso de Hárex y Hurza. Se recopilaron una enorme cantidad de libros y manuscritos a lo largo de los años con la colaboración de una buena parte de los ciudadanos y decenas de magos ayudaron en la elaboración del entramado de hechizos anclados que contiene el edificio. Uno de estos magos, Littero Ara, que se involucró tanto en el proceso como para perder la vida tras invocar a Bilbios y anclarlo a la biblioteca, culminó el proyecto con lo que es hoy en día. El catálogo de la Biblioteca siguió y sigue aumentando año tras año.
NOTA: A disposición de los transformados hay amuletos logománticos variados que se pueden tomar prestados para leer dentro de la biblioteca. Nunca se pueden sacar de esta, pero se pueden traer materiales del exterior para leer aquí usándolos.
- InvitadoInvitado
Re: Biblioteca Mágica
06/01/13, 01:10 pm
Tras un ultimo repaso e Yrio cerró la libreta, con todas sus anotaciones. Todos esperaban ya en la puerta, Atol y Stefan hablando de... religiones y gatos. Yrio se permitió mirar el retrato de reojo, curioso por ver qué tipo de animales adoraban en el mundo de Atol << Qué mono...>> pensó, aunque el dibujo era tan... realista, y brillante. En otro momento tenía que preguntarle por el autor.
-Vámonos, ya que parece que hay prisa...- dijo, guardandose la libreta entre la ropa y ajustándose el escudo.
Aunque estaba un poco molesto pronto su expresión se volvió alegre ante las posibilidades que les ofrecía su plan. Tenía ganas de empezar cuando antes.
Sigue en el Torreón Letargo.
-Vámonos, ya que parece que hay prisa...- dijo, guardandose la libreta entre la ropa y ajustándose el escudo.
Aunque estaba un poco molesto pronto su expresión se volvió alegre ante las posibilidades que les ofrecía su plan. Tenía ganas de empezar cuando antes.
Sigue en el Torreón Letargo.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Biblioteca Mágica
06/01/13, 11:07 pm
Miro pensativo el libro y asiento, lentamente:
-Cierto... Solo hemos visto a las dos criaturas del discurso... Tenemos tiempo de sobra para enterarnos de qué pasa aquí...-
Después me pregunta sobre lo que dije de la Gran Madre y le cuento cómo es Libo en cuanto a religión, cultura, lo que hace que vuelvan los recuerdos. Pero al poco de hablar sobre los Grandes Felinos, saca una cartera y de esta un trozo de ¿papel? ¡Ah, un retrato de su gato!
-Jo, qué hermoso. Y donde debe, cómodamente en una cama que haya elegido.
Lo que sí me pilla desprevenido es que me pida entrenarle en el manejo de armas, pero acepto enérgicamente <<Nos vendrá bien>>
-Pues claro. Así podrás irte sólo cuando quieras y decir que al menos sabes defenderte!-exclamo, levantándome y dándole una poderosa palmada en la espalda.-No perdamos tiempo pues.-añado cuando salen los demás.
Pero... Hay algo en sus anteriores palabras a lo que aún no le veo sentido... Algo que voy pensando por el camino y que le comentaré luego.
Sigue en el Torreón Letargo.
-Cierto... Solo hemos visto a las dos criaturas del discurso... Tenemos tiempo de sobra para enterarnos de qué pasa aquí...-
Después me pregunta sobre lo que dije de la Gran Madre y le cuento cómo es Libo en cuanto a religión, cultura, lo que hace que vuelvan los recuerdos. Pero al poco de hablar sobre los Grandes Felinos, saca una cartera y de esta un trozo de ¿papel? ¡Ah, un retrato de su gato!
-Jo, qué hermoso. Y donde debe, cómodamente en una cama que haya elegido.
Lo que sí me pilla desprevenido es que me pida entrenarle en el manejo de armas, pero acepto enérgicamente <<Nos vendrá bien>>
-Pues claro. Así podrás irte sólo cuando quieras y decir que al menos sabes defenderte!-exclamo, levantándome y dándole una poderosa palmada en la espalda.-No perdamos tiempo pues.-añado cuando salen los demás.
Pero... Hay algo en sus anteriores palabras a lo que aún no le veo sentido... Algo que voy pensando por el camino y que le comentaré luego.
Sigue en el Torreón Letargo.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Biblioteca Mágica
04/02/13, 05:52 pm
Salimos del torreón andando con paso rápido pues el tiempo apremiaba, estuve casi todo el tiempo en silencio perdido en mis pensamientos. En cierta parte del camino mire hacia Atol y un pensamiento me asalto:
<<Yo quiero salvarla por ser una compañera, pero para Atol debe de ser peor aun, es una mujer con rasgos gatunos, las dos cosas que mas veneran en su mundo>>
Llegamos a la biblioteca, y entramos con prisas, los pare a ambos y les dije:
-Mirad no sabemos que es lo que tiene Macack, aunque creo que puede ser tres cosas, un veneno, aunque esta opción me parece menos viable, magia, o una enfermedad, las dos ultimas parecen más posibles, así que dividamonos para cubrir mas terreno, Serok vete a la zona de venenos y antídotos, Atol prueba en la de magia y yo mismo iré a los libros que traten de enfermedades. Cuando hayamos encontrado algún libro interesante nos reuniremos en esa mesa,- dije señalando una mesa cercana a la entrada.
Dicho esto busque los libros que debía llevar para poner en común, y encontré seis libros que parecían adecuados para buscar cosas me dirigí a la mesa donde habíamos quedado, me senté y comencé a ojear los libros que había encontrado con el fin de localizar algo.
Al poco rato vi llegar desde diferentes direcciones a Atol y Serok, también llevaban libros y cuando se sentaron les dije:
-Vamos a mirar si encontramos algo en estos libros, si no vemos nada buscaremos mas.
Y dicho eso me concentre en el libro que tenia entre mis manos y me perdí entre el bosque de sus palabras y dibujos.
<<Yo quiero salvarla por ser una compañera, pero para Atol debe de ser peor aun, es una mujer con rasgos gatunos, las dos cosas que mas veneran en su mundo>>
Llegamos a la biblioteca, y entramos con prisas, los pare a ambos y les dije:
-Mirad no sabemos que es lo que tiene Macack, aunque creo que puede ser tres cosas, un veneno, aunque esta opción me parece menos viable, magia, o una enfermedad, las dos ultimas parecen más posibles, así que dividamonos para cubrir mas terreno, Serok vete a la zona de venenos y antídotos, Atol prueba en la de magia y yo mismo iré a los libros que traten de enfermedades. Cuando hayamos encontrado algún libro interesante nos reuniremos en esa mesa,- dije señalando una mesa cercana a la entrada.
Dicho esto busque los libros que debía llevar para poner en común, y encontré seis libros que parecían adecuados para buscar cosas me dirigí a la mesa donde habíamos quedado, me senté y comencé a ojear los libros que había encontrado con el fin de localizar algo.
Al poco rato vi llegar desde diferentes direcciones a Atol y Serok, también llevaban libros y cuando se sentaron les dije:
-Vamos a mirar si encontramos algo en estos libros, si no vemos nada buscaremos mas.
Y dicho eso me concentre en el libro que tenia entre mis manos y me perdí entre el bosque de sus palabras y dibujos.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Biblioteca Mágica
05/02/13, 06:17 pm
La explicación no provoca otra cosa que miedo, desconfianza y desconcierto, allí donde esperaba ver el remedio. Rápidamente Stefan y Serok se armaron y, aunque en un principio intenté llevarla con nosotros, tenían razón. La reacción del terrícola debería haberme sorprendido, después de todo lo que dijo en el día, pero no ahondó mucho en mí, ya que sólo tenía ojos para Macak y una temblorosa Seon.
Por el camino, corriendo, iba analizando lo que Macak nos dijo antes... Y por ello me costó irme sin ella, por dejarles con Pablo y Tap, ya que si a ella le pasaba eso, <<¿por qué no a ellos? Lo dijo, incluso, "luego los matarán a ellos"... Y lo que dijo luego, todo... Qué demonios...>> Pensando eso aceleré la carrera, convenciéndome, o intentándolo, de que lograríamos una cura, pero con la sombra de similitud con la pesadilla el pronóstico no era muy bueno...
Al entrar, Stefan tomó la iniciativa y dividió las zonas de búsqueda, pero cuando se fue yo me acerqué al bibliotecario y, educadamente pero apresurado, le pregunté
-Buenas. Tenemos a una compañera enferma o herida... O envenenada, no lo sabemos. Pero tiene un brazo ennegrecido y dice que fue por culpa de un fantasma y...
Pero sin ni siquiera mirarme, me corta con un gesto cansado y señala una sección:
-Las enciclopedias de sanación están allí.-y se va a otra parte.
Se va dejándome con la palabra en la boca... Estupendo. Pero tenía algo, así que echo a correr hacia donde me dijo y empiezo a coger libros, buscando dibujos o alguna palabra que pueda tener conexión con el problema. Pero no hay forma. Lo mínimo que encuentro en ilustraciones de heridas negras o por magia, está en un idioma que no conozco. Y no solo tengo ese problema, sino que no paro de ver a Macak devorando a nuestra gente cada vez que pienso en cómo estarán en Letargo <<Tenemos que volver, no deberíamos habernos ido... No somos nada, no podemos hacer nada contra lo desconocido... Al menos Alder y Seon están separadas... Aunque eso también podría ser malo... Maldita sea>>
Desisto. Al rato de buscar y de casi arrojar libros unos sobre otros en una mesa, me rindo y me dirijo al punto de reunión, serio y con los brazos caídos
-Aquí no hay nada que podamos hacer. No deberíamos habernos ido... No. Yo me voy, a no ser que encontráseis algo...
Serok tampoco parece haber encontrado nada, así que se suma rápidamente. En cuanto Stefan habla, nos ponemos de nuevo a correr hacia Letargo, pero al pasar por recepción el Bibliotecario se lleva una mirada de enfado, aunque si lo piensas, seguramente se ría de eso luego.
Sigue en el Torreón Letargo.
Por el camino, corriendo, iba analizando lo que Macak nos dijo antes... Y por ello me costó irme sin ella, por dejarles con Pablo y Tap, ya que si a ella le pasaba eso, <<¿por qué no a ellos? Lo dijo, incluso, "luego los matarán a ellos"... Y lo que dijo luego, todo... Qué demonios...>> Pensando eso aceleré la carrera, convenciéndome, o intentándolo, de que lograríamos una cura, pero con la sombra de similitud con la pesadilla el pronóstico no era muy bueno...
Al entrar, Stefan tomó la iniciativa y dividió las zonas de búsqueda, pero cuando se fue yo me acerqué al bibliotecario y, educadamente pero apresurado, le pregunté
-Buenas. Tenemos a una compañera enferma o herida... O envenenada, no lo sabemos. Pero tiene un brazo ennegrecido y dice que fue por culpa de un fantasma y...
Pero sin ni siquiera mirarme, me corta con un gesto cansado y señala una sección:
-Las enciclopedias de sanación están allí.-y se va a otra parte.
Se va dejándome con la palabra en la boca... Estupendo. Pero tenía algo, así que echo a correr hacia donde me dijo y empiezo a coger libros, buscando dibujos o alguna palabra que pueda tener conexión con el problema. Pero no hay forma. Lo mínimo que encuentro en ilustraciones de heridas negras o por magia, está en un idioma que no conozco. Y no solo tengo ese problema, sino que no paro de ver a Macak devorando a nuestra gente cada vez que pienso en cómo estarán en Letargo <<Tenemos que volver, no deberíamos habernos ido... No somos nada, no podemos hacer nada contra lo desconocido... Al menos Alder y Seon están separadas... Aunque eso también podría ser malo... Maldita sea>>
Desisto. Al rato de buscar y de casi arrojar libros unos sobre otros en una mesa, me rindo y me dirijo al punto de reunión, serio y con los brazos caídos
-Aquí no hay nada que podamos hacer. No deberíamos habernos ido... No. Yo me voy, a no ser que encontráseis algo...
Serok tampoco parece haber encontrado nada, así que se suma rápidamente. En cuanto Stefan habla, nos ponemos de nuevo a correr hacia Letargo, pero al pasar por recepción el Bibliotecario se lleva una mirada de enfado, aunque si lo piensas, seguramente se ría de eso luego.
Sigue en el Torreón Letargo.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Biblioteca Mágica
30/03/13, 05:45 pm
A paso rápido llegaron a la biblioteca. Saren prefirió quedarse fuera así que Shizel entró con decisión en el interior del edificio, acompañado por Aleksei y Branniel. Se permitió dirigir una breve mirada de anhelo a las mesas bañadas por la luz de la tarde: ahí había pensado pasar plácidamente el día...
Acto seguido se plantó delante del bibliotecario con los brazos cruzados, y dijo con el tono de quien no está acostumbrado a que le pongan pegas:
-Magia de combate. Necesito saber qué títulos hay a mi alcance y dónde están, rápido a ser posible.
Tras ser debidamente mandado a paseo por Biblios, Shizel se tuvo que conformar con revisar frenéticamente los estantes cuyos títulos parecían más asequibles. Quien cargó con el mayor peso de dicho curso de acción fue el pobre Aleksei, a quien el idrino iba entregando los volúmenes para poder revisar las estanterías con mayor libertad. Branniel se había perdido entre los estantes un poco más atrás y al idrino no le había importado mientras no se retrasasen al salir.
"Compendio de duelistas de Trámara"... "Magia roja y ámbar, enciclopedia detallada"... "Artefactos mágicos de batalla en las cargas de Esfronax"... Nada de aquello le servía. Bufó frustrado.
Al cabo de un tiempo desistió en su búsqueda: todo aquello que parecía jugoso estaba muy por encima de sus posibilidades. Así pues trasladó sus hallazgos a la mesa más cercana que encontró y hojeó los tomos lo justo para saber si eran lo que le interesaba, sin examinarlos todo el tiempo que le gustaría. Tenía prisa.
Una vorágine de títulos e imágenes pasó ante sus ojos, algunas tan gráficas que tuvo que apartarlas de su vista con una mueca, sin saber si alegrarse o no de que los hechizos desmembradores estuviesen muy por encima de sus energías en ese momento. Los hechizos de ataque y de defensa muchas veces iban emparejados, por lo que aprovechó para echar un vistazo con interés a aquella sección.
Había formas mágicas de fortificar el torreón... Se le ocurrió que a RR aquella noticia le sonaría a campanas celestiales, y luego recordó que estaba demasiado drogado para enterarse. El recordatorio hizo que la idea de que estaba perdiendo un tiempo precioso volviese a aguijonear su cerebro.
Pasado un rato el idrino empezó a agobiarse ante la sobrecarga de información superflua. Él no quería batirse en duelo con ningún experto; simplemente quería alguna referencia de magia ofensiva que aunque no fuese una filigrana, fuese efectiva para andar por Rocavarancolia con las espaldas cubiertas. El espectáculo que el desconocido del cabello rubio les había proporcionado el día anterior demostraba a las claras que la magia era mucho más eficiente para defenderse que una espada o incluso una escopeta, a su entender.
Se obligó a dejar a un lado de mala gana un volumen donde se detallaba con claridad la hechicería de combate utilizada en los buenos tiempos del Anfiteatro, y echó mano a un librito que en un principio había tomado por un diccionario.
Lo hojeó a toda prisa. Entrevió diagramas y anotaciones similares a aquellas que presentaba el libro de Saren, por lo que supuso que como aquél podía tratarse de una especie de manual muy abreviado. Las instrucciones eran extremadamente breves y daban muchas cosas por sabidas, pero si lo cotejaba con los libros más completos que tenían en Maciel quizá fuese capaz de llenar aquellos huecos...
"Será suficiente", pensó. Otro día comprobaría si podía cambiar el libro que se había llevado la primera vez: de momento le pediría el préstamo a Aleksei. Agitó el libro en el aire para que Biblios viera que no había trampa ni cartón y salió el primero a paso decidido de la biblioteca. Dejaría las investigaciones sobre la Luna Roja para otro momento.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
Acto seguido se plantó delante del bibliotecario con los brazos cruzados, y dijo con el tono de quien no está acostumbrado a que le pongan pegas:
-Magia de combate. Necesito saber qué títulos hay a mi alcance y dónde están, rápido a ser posible.
Tras ser debidamente mandado a paseo por Biblios, Shizel se tuvo que conformar con revisar frenéticamente los estantes cuyos títulos parecían más asequibles. Quien cargó con el mayor peso de dicho curso de acción fue el pobre Aleksei, a quien el idrino iba entregando los volúmenes para poder revisar las estanterías con mayor libertad. Branniel se había perdido entre los estantes un poco más atrás y al idrino no le había importado mientras no se retrasasen al salir.
"Compendio de duelistas de Trámara"... "Magia roja y ámbar, enciclopedia detallada"... "Artefactos mágicos de batalla en las cargas de Esfronax"... Nada de aquello le servía. Bufó frustrado.
Al cabo de un tiempo desistió en su búsqueda: todo aquello que parecía jugoso estaba muy por encima de sus posibilidades. Así pues trasladó sus hallazgos a la mesa más cercana que encontró y hojeó los tomos lo justo para saber si eran lo que le interesaba, sin examinarlos todo el tiempo que le gustaría. Tenía prisa.
Una vorágine de títulos e imágenes pasó ante sus ojos, algunas tan gráficas que tuvo que apartarlas de su vista con una mueca, sin saber si alegrarse o no de que los hechizos desmembradores estuviesen muy por encima de sus energías en ese momento. Los hechizos de ataque y de defensa muchas veces iban emparejados, por lo que aprovechó para echar un vistazo con interés a aquella sección.
Había formas mágicas de fortificar el torreón... Se le ocurrió que a RR aquella noticia le sonaría a campanas celestiales, y luego recordó que estaba demasiado drogado para enterarse. El recordatorio hizo que la idea de que estaba perdiendo un tiempo precioso volviese a aguijonear su cerebro.
Pasado un rato el idrino empezó a agobiarse ante la sobrecarga de información superflua. Él no quería batirse en duelo con ningún experto; simplemente quería alguna referencia de magia ofensiva que aunque no fuese una filigrana, fuese efectiva para andar por Rocavarancolia con las espaldas cubiertas. El espectáculo que el desconocido del cabello rubio les había proporcionado el día anterior demostraba a las claras que la magia era mucho más eficiente para defenderse que una espada o incluso una escopeta, a su entender.
Se obligó a dejar a un lado de mala gana un volumen donde se detallaba con claridad la hechicería de combate utilizada en los buenos tiempos del Anfiteatro, y echó mano a un librito que en un principio había tomado por un diccionario.
Lo hojeó a toda prisa. Entrevió diagramas y anotaciones similares a aquellas que presentaba el libro de Saren, por lo que supuso que como aquél podía tratarse de una especie de manual muy abreviado. Las instrucciones eran extremadamente breves y daban muchas cosas por sabidas, pero si lo cotejaba con los libros más completos que tenían en Maciel quizá fuese capaz de llenar aquellos huecos...
"Será suficiente", pensó. Otro día comprobaría si podía cambiar el libro que se había llevado la primera vez: de momento le pediría el préstamo a Aleksei. Agitó el libro en el aire para que Biblios viera que no había trampa ni cartón y salió el primero a paso decidido de la biblioteca. Dejaría las investigaciones sobre la Luna Roja para otro momento.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Biblioteca Mágica
31/03/13, 03:16 am
Mientras llegaba, Shizel me explicó las reglas de la biblioteca, es decir, que sólo podía sacar un libro cada persona. Me pregunté si se podían cambiar los libros una vez habías sacado uno, pero la actitud de Shizel con el bibliotecario no permitió siquiera que pudiese hablar.
Me fui a una sección cercana, que versaba en su mayoría de arte, historia o religión. Hubo un libro en especial, llamado "Las obras de Jeremías el Inacabado y otras anécdotas". En cuanto abrí el libro, me esperé con lo que me esperaba: grabados de la época de mayor esplendor de Rocavarancolia, grandes monumentos, hermosos grabados. En la mayoría de las páginas había numerosas anotaciones de monumentos, plazas y costumbres de la ciudad, junto con sucesos reseñables de la época. Quizás no tendría una utilidad inmediatamente práctica, pero al menos valdría para hacerse una idea de cómo era Rocavarancolia en su época de esplendor, e incluso de qué podría haber ocasionado su caída, además de información acerca de los dioses en los que nos convertiríamos.
Ante la urgencia de Shizel, cerré el libro y los seguí, abandonando la biblioteca.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
Me fui a una sección cercana, que versaba en su mayoría de arte, historia o religión. Hubo un libro en especial, llamado "Las obras de Jeremías el Inacabado y otras anécdotas". En cuanto abrí el libro, me esperé con lo que me esperaba: grabados de la época de mayor esplendor de Rocavarancolia, grandes monumentos, hermosos grabados. En la mayoría de las páginas había numerosas anotaciones de monumentos, plazas y costumbres de la ciudad, junto con sucesos reseñables de la época. Quizás no tendría una utilidad inmediatamente práctica, pero al menos valdría para hacerse una idea de cómo era Rocavarancolia en su época de esplendor, e incluso de qué podría haber ocasionado su caída, además de información acerca de los dioses en los que nos convertiríamos.
Ante la urgencia de Shizel, cerré el libro y los seguí, abandonando la biblioteca.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Biblioteca Mágica
24/05/13, 07:45 pm
<<Adiós a Sendar. Hasta luego a Yrio. Calles. Corre, corre. Otra callejuela. Biblioteca. Yrio. Quemaduras. Bucle>>
A eso se resumían mis pensamientos mientras desandábamos el camino y torcíamos hacia el majestuoso edificio al que nos dirigíamos a todo correr, intentando no llamar la atención. Por fin lo visualizamos, llego a la entrada, abro y espero a que pasen todos para luego entrar y cerrar, tenso. Una vez dentro, sabiendo que el bibliotecario no nos haría mucho caso, nos organizamos. Seon y Alder buscarían algo para encontrar a Yrio mientras Pablo y yo buscábamos el remedio de las malditas quemaduras <<No tienen muy buena pinta pero aún así el chaval sigue adelante>> pienso impresionado mientras le veo perderse por las estanterías.
Libros de historia, de leyendas, de idiomas, artes, hechizos... <<Maldita ciudad, si por mí fuera viviría aquí devorando cada libro entero... ¿Eh? ¡Hechizos! A ver, centrémonos: curación y quemaduras>> Voy cogiendo cualquier libro que tenga algo que ver con magia y pasando las páginas a toda velocidad, buscando palabras claves en el idioma básico y leyendo de arriba abajo, negando la entrada a mi curiosidad (que me haría detenerme en cada hechizo o idioma desconocido). <<Sigue, sigue... "Repara quemaduras..." ¡Bingo!>>
Cojo el tomo como si la mesa donde estaba sentado quemase y recorro la biblioteca hasta dar con Seon.
-Encontré el hechizo para las quemaduras.-digo nervioso.-Lo probaré con Pablo en cuanto le vea...-murmuro mirando a mi alrededor y luego susurro.-Pero no puedo gritar aquí...
Ella por su parte ya encontró uno que podría servir para localizar a Yrio. <<Vale, a ver si aparece Pablo, probamos el de "curación nívea" y nos largamos>>
A eso se resumían mis pensamientos mientras desandábamos el camino y torcíamos hacia el majestuoso edificio al que nos dirigíamos a todo correr, intentando no llamar la atención. Por fin lo visualizamos, llego a la entrada, abro y espero a que pasen todos para luego entrar y cerrar, tenso. Una vez dentro, sabiendo que el bibliotecario no nos haría mucho caso, nos organizamos. Seon y Alder buscarían algo para encontrar a Yrio mientras Pablo y yo buscábamos el remedio de las malditas quemaduras <<No tienen muy buena pinta pero aún así el chaval sigue adelante>> pienso impresionado mientras le veo perderse por las estanterías.
Libros de historia, de leyendas, de idiomas, artes, hechizos... <<Maldita ciudad, si por mí fuera viviría aquí devorando cada libro entero... ¿Eh? ¡Hechizos! A ver, centrémonos: curación y quemaduras>> Voy cogiendo cualquier libro que tenga algo que ver con magia y pasando las páginas a toda velocidad, buscando palabras claves en el idioma básico y leyendo de arriba abajo, negando la entrada a mi curiosidad (que me haría detenerme en cada hechizo o idioma desconocido). <<Sigue, sigue... "Repara quemaduras..." ¡Bingo!>>
Cojo el tomo como si la mesa donde estaba sentado quemase y recorro la biblioteca hasta dar con Seon.
-Encontré el hechizo para las quemaduras.-digo nervioso.-Lo probaré con Pablo en cuanto le vea...-murmuro mirando a mi alrededor y luego susurro.-Pero no puedo gritar aquí...
Ella por su parte ya encontró uno que podría servir para localizar a Yrio. <<Vale, a ver si aparece Pablo, probamos el de "curación nívea" y nos largamos>>
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
Re: Biblioteca Mágica
26/05/13, 05:15 pm
A paso rápido, y entre escozores en mi caso, llegamos por fin a la biblioteca.
Ya fuera porque ahora pensaba más en las quemaduras o por cualquier otra cosa, el caso era que hasta el roce con el aire se estaba volviendo insoportable.
"Que encontremos un remedio por favor. No quiero ni pensar en lo delicioso que va a ser dormir así"
Por fin dentro nos dividimos para buscar, como hacíamos siempre. Con mi atención dividida entre buscar lo que necesitábamos y odiar las quemaduras que seguían escociéndome tanto como antes, o incluso más, me fui desplazando por las estanterías en busca de cualquier libro que pudiera ser de ayuda.
Después de perder el tiempo inútilmente durante un buen rato acabé por rendirme. Siempre que había que buscar algo en la biblioteca no lo encontraba, y esta no era una excepción.
Cuando encontré a Atol y a Seon vi claramente que los dos tenían un libro cada uno.
“Bueno, al menos ellos si encuentran lo que buscábamos. Llego a venir yo solo y ya pueden esperarme sentados porque no encuentro nada, visto mi historial”
-Veo que los dos habéis tenido mas suerte que yo. ¿Y bien? ¿Es lo que buscábamos?-
Bueno, si lo era solo había una forma de asegurarse de que funcionaba: me tocaba hacer de cobaya.
El primero en intentar el hechizo fue Atol, varias veces, pero sin resultados Luego le toco hacerlo a Seon, a quien tampoco parecía salirle. Empezaba a pensar que no iba a funcionar, cuando al tercer intento el dolor desapareció por un instante, para volver una vez se terminó el hechizo, aunque con menos intensidad.
Miré mis quemaduras. Seguían ahí, pero ya no tenían tan mala pinta. Según el libro el hechizo debía aplicarse cada cierto tiempo hasta que las quemaduras desaparecieran del todo. El otro libro por su parte debía de tener algo que nos sirviera para localizar a Yrio.
-Parece que ha funcionado. Apuntemos lo que haga falta y volvamos-
Sigue en el Torreón Letargo.
Ya fuera porque ahora pensaba más en las quemaduras o por cualquier otra cosa, el caso era que hasta el roce con el aire se estaba volviendo insoportable.
"Que encontremos un remedio por favor. No quiero ni pensar en lo delicioso que va a ser dormir así"
Por fin dentro nos dividimos para buscar, como hacíamos siempre. Con mi atención dividida entre buscar lo que necesitábamos y odiar las quemaduras que seguían escociéndome tanto como antes, o incluso más, me fui desplazando por las estanterías en busca de cualquier libro que pudiera ser de ayuda.
Después de perder el tiempo inútilmente durante un buen rato acabé por rendirme. Siempre que había que buscar algo en la biblioteca no lo encontraba, y esta no era una excepción.
Cuando encontré a Atol y a Seon vi claramente que los dos tenían un libro cada uno.
“Bueno, al menos ellos si encuentran lo que buscábamos. Llego a venir yo solo y ya pueden esperarme sentados porque no encuentro nada, visto mi historial”
-Veo que los dos habéis tenido mas suerte que yo. ¿Y bien? ¿Es lo que buscábamos?-
Bueno, si lo era solo había una forma de asegurarse de que funcionaba: me tocaba hacer de cobaya.
El primero en intentar el hechizo fue Atol, varias veces, pero sin resultados Luego le toco hacerlo a Seon, a quien tampoco parecía salirle. Empezaba a pensar que no iba a funcionar, cuando al tercer intento el dolor desapareció por un instante, para volver una vez se terminó el hechizo, aunque con menos intensidad.
Miré mis quemaduras. Seguían ahí, pero ya no tenían tan mala pinta. Según el libro el hechizo debía aplicarse cada cierto tiempo hasta que las quemaduras desaparecieran del todo. El otro libro por su parte debía de tener algo que nos sirviera para localizar a Yrio.
-Parece que ha funcionado. Apuntemos lo que haga falta y volvamos-
Sigue en el Torreón Letargo.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Biblioteca Mágica
20/06/13, 01:20 am
Solo salir de la torre la peste a humedad me inunda las pituitarias haciendo una mueca y tapándome la nariz. "Aun sigue este tiempo de mierda." Pienso mientras camino con Tsusu comentando cosas sin mucho sentido.
Pasamos por la cicatriz flotando sobre ella y me paro mirando los gusanos que están algo agitados. "Todos los bichos de esta ciudad están con el celo por que están revolucionaicos." Pienso mientras me poso en la otra esquina. Le hago señales a Tsusu y nos encaminamos de nuevo hacia la biblioteca.
Al llegar Tsusu sale disparado por las estanterías mascullando cosas dejándome solo en la entrada. -Vaya- Digo cruzándome de brazos y resoplando. "Bueno... Vamos a explorar." Me digo mientras me adentro en una de las filas de estanterías.
Tras un rato rebuscando por la sección de mundos vinculados encuentro un libro sobre Arsena en el que se detallan las costumbres de los habitantes y sus hábitats. Me llama poderosamente la atención las descripciones de los vastos desiertos y sus plantas. En uno de los capítulos habla sobre el portal y su localización. "Mmmm seria interesante visitar el mundo de Nasher y de Giz.... Seria interesante visitarlos todos. Turismo entre mundos... Le podría decir que me acompañasen al desierto" La imagen mía en modo guiri en los mundos me hizo soltar una leve risa cortada por una voz a mi espalda.
El bibliotecario me saluda y me pregunta si estoy interesado en la cultura arseniana. Le comento mi interés por los desiertos y no se muy bien como acabamos hablando sobre la fiesta de anoche. Le cuento mis experiencias y como fue pasando la fiesta mientras que el bibliotecario colocaba libros en la estantería de enfrente.
Tras un rato comentando cosas sobre la fiesta Tsusu aparece y me dice que ya ha acabado de mirar lo que necesitaba invitándome a salir. Me despido del bibliotecario que desaparece ascendiendo al piso superior. Cuando llegamos a la puerta puedo notar que algo extraño ocurre. Tsusu la abre con un hechizo y yo reculo al ver la estampa que se me presenta.
"¿Lluvia? No.. No puede ser... me niego a salir." Me digo mientras me coloco la ropa. -Tsusu... Mejor vete tu.- Hago una pausa y le sonrío. -Si eso ya voy yo luego a la torre.- A decir verdad desde mi transformación solo he utilizado el agua para beber. A decir verdad siempre he tenido miedo de acabar como los castillos de arena cuando le echas un cubo de agua.
Tsusu me mira y me dice que si tengo miedo. "¿Tanto se me nota?" Me digo mientras asiento con la cabeza. -¿Y si me acabo volviendo barro?- Le digo algo preocupado. La voz del bibliotecario se escucha a mi lado diciéndome que pruebe a salir a la calle que no le tenga la puerta abierta que entra agua.
Saco un poco de arena y hago un pequeño disco de cincuenta centímetros de diámetro y lo coloco sobre mí. Respiro hondo intentando calmar mis nervios y me adentro en la lluvia poniéndome la capucha. La lluvia choca contra el disco y a los pocos metros comienza a calar la barrera haciendo que esta se descomponga poco a poco cayendo trozos de arena húmeda conforme voy andando.
Un miedo descontrolado se apodera de mí y comienzo a conjurar un hechizo térmico sobre lo que queda de barrera haciendo que esta se caliente hasta hacer que el agua no llegue a tocar su superficie evaporándose a unos milímetros de llegar a hacer contacto. Corro hacia un porche de una casa cercana para resguardarme de las lluvias. "Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda. ¡No quiero morir aaaasii!" Pienso agobiado mientras me meto en el interior del porche.
-¡Me niego a saalir de aquí!- Le digo a Tsusu que se encuentra a mi lado mojado. En ese momento un crujido suena sobre mi cabeza y al levantar la vista puedo ver como los tablones se parten haciendo que una bolsa de agua caiga sobre mi. -¡NOOOOOO!- Grito mientras el agua pasa por todo mi cuerpo de manera muy dramática. "¡Mieeeeeerda!" Pienso mientras veo mi túnica completamente empapada y echando agua por todos lados. "Un momento... ¿Y el dolor insufrible de irme deshaciéndome entre penuria y sufrimiento?" Me levanto las mangas de la túnica y si hubiese podido cambiar de color ahora mismo estaría blanco como una pared.
El brazo esta completamente seco como si no hubiese ocurrido nada. -Increíble- Digo entre dientes mirando el brazo. Me quito uno de los guantes y miro a Tsusu que esta con la misma mirada de incredulidad que la mía. -Prepara un hechizo térmico Tsusu.- Le digo al pequeñín mientras saco poco a poco la mano hacia el hueco que ha quedado en el porche.
El agua cae sin parar y dubitativo introduzco el brazo tembloroso apartando la vista de la ducha improvisada. Para mi sorpresa no ocurre nada. Ni frío, ni humedad, ni dolor. Giro la cabeza hacia mi brazo y me quedo boquiabierto. Las gotas resbalan por mi antebrazo sin llegar a tocarlo. El agua se desvía de su trayectoria a unos dos centímetros de hacer contacto con mi piel. Lo único que rompe el silencio entre Tsusu y yo es el largo silbido que suelto. -No me lo puedo creer.- Digo moviendo el brazo entre las gotas de agua.
Saco arena de mi cuerpo y la nube forma un paraguas cerrado que agarro y pongo sobre mi cabeza. El paraguas se abre haciendo un ruido similar a la tela mientras que lo agarro por el mango y un escalofrío recorre mi cuerpo. -Vamos a intentar una cosa.- Le digo a Tsusu como esperando una respuesta afirmativa de él. Salgo a la calle con el paraguas sobre la cabeza pero este golpe en vez de deshacerse como la barrera anterior la arena adquiere la propiedad de mi cuerpo y comienza a repeler el agua. Suelto una larga carcajada nerviosa e invito a Tsusu a meterse dentro de mi paraguas. Tras meterse nos miramos y volvemos a mirar los dos al paraguas esperando que no se deshaga. -Bueno me voy a secar.- Le digo mientras lanzo un otro hechizo térmico sobre la ropa secándola al momento. Tras el secado nos dirigimos de nuevo a la torre comentando lo alucinado que estoy sobre lo que acabo de descubrir sobre mi mismo.
Sigue en Ya lo decidiré sobre la marcha xD
Pasamos por la cicatriz flotando sobre ella y me paro mirando los gusanos que están algo agitados. "Todos los bichos de esta ciudad están con el celo por que están revolucionaicos." Pienso mientras me poso en la otra esquina. Le hago señales a Tsusu y nos encaminamos de nuevo hacia la biblioteca.
Al llegar Tsusu sale disparado por las estanterías mascullando cosas dejándome solo en la entrada. -Vaya- Digo cruzándome de brazos y resoplando. "Bueno... Vamos a explorar." Me digo mientras me adentro en una de las filas de estanterías.
Tras un rato rebuscando por la sección de mundos vinculados encuentro un libro sobre Arsena en el que se detallan las costumbres de los habitantes y sus hábitats. Me llama poderosamente la atención las descripciones de los vastos desiertos y sus plantas. En uno de los capítulos habla sobre el portal y su localización. "Mmmm seria interesante visitar el mundo de Nasher y de Giz.... Seria interesante visitarlos todos. Turismo entre mundos... Le podría decir que me acompañasen al desierto" La imagen mía en modo guiri en los mundos me hizo soltar una leve risa cortada por una voz a mi espalda.
El bibliotecario me saluda y me pregunta si estoy interesado en la cultura arseniana. Le comento mi interés por los desiertos y no se muy bien como acabamos hablando sobre la fiesta de anoche. Le cuento mis experiencias y como fue pasando la fiesta mientras que el bibliotecario colocaba libros en la estantería de enfrente.
Tras un rato comentando cosas sobre la fiesta Tsusu aparece y me dice que ya ha acabado de mirar lo que necesitaba invitándome a salir. Me despido del bibliotecario que desaparece ascendiendo al piso superior. Cuando llegamos a la puerta puedo notar que algo extraño ocurre. Tsusu la abre con un hechizo y yo reculo al ver la estampa que se me presenta.
"¿Lluvia? No.. No puede ser... me niego a salir." Me digo mientras me coloco la ropa. -Tsusu... Mejor vete tu.- Hago una pausa y le sonrío. -Si eso ya voy yo luego a la torre.- A decir verdad desde mi transformación solo he utilizado el agua para beber. A decir verdad siempre he tenido miedo de acabar como los castillos de arena cuando le echas un cubo de agua.
Tsusu me mira y me dice que si tengo miedo. "¿Tanto se me nota?" Me digo mientras asiento con la cabeza. -¿Y si me acabo volviendo barro?- Le digo algo preocupado. La voz del bibliotecario se escucha a mi lado diciéndome que pruebe a salir a la calle que no le tenga la puerta abierta que entra agua.
Saco un poco de arena y hago un pequeño disco de cincuenta centímetros de diámetro y lo coloco sobre mí. Respiro hondo intentando calmar mis nervios y me adentro en la lluvia poniéndome la capucha. La lluvia choca contra el disco y a los pocos metros comienza a calar la barrera haciendo que esta se descomponga poco a poco cayendo trozos de arena húmeda conforme voy andando.
Un miedo descontrolado se apodera de mí y comienzo a conjurar un hechizo térmico sobre lo que queda de barrera haciendo que esta se caliente hasta hacer que el agua no llegue a tocar su superficie evaporándose a unos milímetros de llegar a hacer contacto. Corro hacia un porche de una casa cercana para resguardarme de las lluvias. "Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda. ¡No quiero morir aaaasii!" Pienso agobiado mientras me meto en el interior del porche.
-¡Me niego a saalir de aquí!- Le digo a Tsusu que se encuentra a mi lado mojado. En ese momento un crujido suena sobre mi cabeza y al levantar la vista puedo ver como los tablones se parten haciendo que una bolsa de agua caiga sobre mi. -¡NOOOOOO!- Grito mientras el agua pasa por todo mi cuerpo de manera muy dramática. "¡Mieeeeeerda!" Pienso mientras veo mi túnica completamente empapada y echando agua por todos lados. "Un momento... ¿Y el dolor insufrible de irme deshaciéndome entre penuria y sufrimiento?" Me levanto las mangas de la túnica y si hubiese podido cambiar de color ahora mismo estaría blanco como una pared.
El brazo esta completamente seco como si no hubiese ocurrido nada. -Increíble- Digo entre dientes mirando el brazo. Me quito uno de los guantes y miro a Tsusu que esta con la misma mirada de incredulidad que la mía. -Prepara un hechizo térmico Tsusu.- Le digo al pequeñín mientras saco poco a poco la mano hacia el hueco que ha quedado en el porche.
El agua cae sin parar y dubitativo introduzco el brazo tembloroso apartando la vista de la ducha improvisada. Para mi sorpresa no ocurre nada. Ni frío, ni humedad, ni dolor. Giro la cabeza hacia mi brazo y me quedo boquiabierto. Las gotas resbalan por mi antebrazo sin llegar a tocarlo. El agua se desvía de su trayectoria a unos dos centímetros de hacer contacto con mi piel. Lo único que rompe el silencio entre Tsusu y yo es el largo silbido que suelto. -No me lo puedo creer.- Digo moviendo el brazo entre las gotas de agua.
Saco arena de mi cuerpo y la nube forma un paraguas cerrado que agarro y pongo sobre mi cabeza. El paraguas se abre haciendo un ruido similar a la tela mientras que lo agarro por el mango y un escalofrío recorre mi cuerpo. -Vamos a intentar una cosa.- Le digo a Tsusu como esperando una respuesta afirmativa de él. Salgo a la calle con el paraguas sobre la cabeza pero este golpe en vez de deshacerse como la barrera anterior la arena adquiere la propiedad de mi cuerpo y comienza a repeler el agua. Suelto una larga carcajada nerviosa e invito a Tsusu a meterse dentro de mi paraguas. Tras meterse nos miramos y volvemos a mirar los dos al paraguas esperando que no se deshaga. -Bueno me voy a secar.- Le digo mientras lanzo un otro hechizo térmico sobre la ropa secándola al momento. Tras el secado nos dirigimos de nuevo a la torre comentando lo alucinado que estoy sobre lo que acabo de descubrir sobre mi mismo.
Sigue en Ya lo decidiré sobre la marcha xD
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Biblioteca Mágica
23/06/13, 02:20 am
Por el camino, que lo he hecho más corriendo que caminando, he decidido hacer algo con mis botas. Una de dos, o voy descalzo o me hago con unas sandalias que me protejan las uñas... <<Y evite que me la pegue a cada paso en escaleras. ¡Pero ahora a averiguar qué soy!>> exclamo mentalmente mientras entro en la Biblioteca. Y lo primero que hago es pedirle de malas maneras, y con prisa, ayuda al bibliotecario, quien me da unas indicaciones muy escuetas y masculla algo sobre ir descalzo.
-Bah.
Rápidamente me pierdo entre las estanterías, buscando desde algún censo de la ciudad, libros de historia con ilustraciones de transformaciones, libros sobre la luna... He ido cogiendo casi todo lo que he visto, ahora estoy en el centro de varias mesas que he ido colocando en círculo, buscando, leyendo, aprendiendo cosas incluso sobre los soñadores... ¡Hasta que encuentro varios libros sobre transformaciones! <<"Helión">> con información sobre lo que puedo hacer y una ilustración de un guerrero con mis mismas uñas, y descalzo. Lo mejor es cuando comparo la ilustración con una que hay en otro libro de historia...
-Pues no es tan malo esto de las uñas... Aparatoso pero... ¡Peligroso! Así que servís para almacenar hechizos...-murmuro, mirándolas.-Y por esto me quedaba dormido irremediablemente al anochecer...
Y es entonces cuando caigo en la cuenta de que llevo... Bastante tiempo sumergido entre libros. Pero la curiosidad me puede y sigo investigando, bostezando de vez en cuando. Tanto que acabé sopa...
Me despertó el bibliotecario susurrándome y dándome un susto. Por lo que decía llevaba varias horas allí dormido, aparte del rato largo que estuve buscando cosas sobre mi transformación. Pero no todos los libros que había en la mesa eran sobre esto, ya que había algunos sobre los mundos de mis compañeros y otros, así que pude ir recordando que había estado leyendo sobre el tema. <<Pero a cuento de qué...>> Rebusco entre los libros y doy con una hoja de notas con detalles de la transformación y una relación de los diversos mundos y sus portales <<¡Ah, por eso! Sólo necesito más datos sobre dichos mundos y no liarme con las horas... A las malas con uno de vigilancia en un par de mundos... ¿Pero qué voy a hacer con Libo? ¿Volveré o no? Ya no soy el mismo... Ni siento lo mismo... No encajaría allí...>>
-Brrr... ¡Déjate de cháchara y vámonos a Letargo!-exclamo, sacudiendo la cabeza y ganándome una mirada reprobatoria por parte del bibliotecario.
Sigue en el Torreón Letargo.
-Bah.
Rápidamente me pierdo entre las estanterías, buscando desde algún censo de la ciudad, libros de historia con ilustraciones de transformaciones, libros sobre la luna... He ido cogiendo casi todo lo que he visto, ahora estoy en el centro de varias mesas que he ido colocando en círculo, buscando, leyendo, aprendiendo cosas incluso sobre los soñadores... ¡Hasta que encuentro varios libros sobre transformaciones! <<"Helión">> con información sobre lo que puedo hacer y una ilustración de un guerrero con mis mismas uñas, y descalzo. Lo mejor es cuando comparo la ilustración con una que hay en otro libro de historia...
-Pues no es tan malo esto de las uñas... Aparatoso pero... ¡Peligroso! Así que servís para almacenar hechizos...-murmuro, mirándolas.-Y por esto me quedaba dormido irremediablemente al anochecer...
Y es entonces cuando caigo en la cuenta de que llevo... Bastante tiempo sumergido entre libros. Pero la curiosidad me puede y sigo investigando, bostezando de vez en cuando. Tanto que acabé sopa...
Me despertó el bibliotecario susurrándome y dándome un susto. Por lo que decía llevaba varias horas allí dormido, aparte del rato largo que estuve buscando cosas sobre mi transformación. Pero no todos los libros que había en la mesa eran sobre esto, ya que había algunos sobre los mundos de mis compañeros y otros, así que pude ir recordando que había estado leyendo sobre el tema. <<Pero a cuento de qué...>> Rebusco entre los libros y doy con una hoja de notas con detalles de la transformación y una relación de los diversos mundos y sus portales <<¡Ah, por eso! Sólo necesito más datos sobre dichos mundos y no liarme con las horas... A las malas con uno de vigilancia en un par de mundos... ¿Pero qué voy a hacer con Libo? ¿Volveré o no? Ya no soy el mismo... Ni siento lo mismo... No encajaría allí...>>
-Brrr... ¡Déjate de cháchara y vámonos a Letargo!-exclamo, sacudiendo la cabeza y ganándome una mirada reprobatoria por parte del bibliotecario.
Sigue en el Torreón Letargo.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Biblioteca Mágica
26/06/13, 12:24 am
Antes de que salieran para la biblioteca el chico que se hacía llamar Koval les enseño su verdadera forma, explicándoles en que consistían los detalles de su trasformación. El norteño observó las llamas azules que lo envolvían con curiosidad, y encontró el hecho de que poseyera cadáveres extrañamente divertido; llegó a comentar entusiasmado que era como si reciclara trajes de segunda mano. Una nueva veterana se unió al nuevo grupo, aunque ésta parecía estar mas interesada en los estados de salud de los novatos. El idrino le dijo que él se encontraba bastante bien, obviando el tema de que ahora era un aguilucho con exceso de crecimiento. Después de que casi todos sus compañeros se fueran por su cuenta, los transformados se pusieron en marcha.
Ariv y Saren fueron los únicos que se decidieron a acompañar al grupo de veteranos, aceptando su ayuda. El norteño tuvo que encogerse un poco para pasar por la puerta de entrada del torreón, pero cuando estuvo por fin bajo el cielo batió las alas con fuerza, contento de no sentirse tan apretujado. No se habían alejado demasiado del torreón cuando el fuego fatuo les hizo una pregunta, pregunta que el norteño no tuvo problema en contestar.
-"En verdad si, aunque también tenemos un desterrado, un pelirrojo paranoico y un barrendero fugitivo -dijo-, pero los que habéis visto son en esencia los habitantes del torreón, porque esta claro que los muertos no tienen derecho a la vivienda -comento distraidamente, para luego posar su mirada en Sobras-, los muertos convencionales, quiero decir -añadió apresuradamente-. Perdóneme señorita si mi comentario le ha ofendido, no era esa mi intención" -se disculpó.
Mientras continuaban su camino, los veteranos también se interesaron por lo que habían muerto, y de nuevo el norteño no tuvo reparos a la hora de responder.
-"El primero fue YR, el foner cojo. Encontramos su cadáver en el salón, cortesía de nuestro simpático Timmy: después de lanzarle un par de bombas se aseguro de rematarle adecuadamente con ayuda de su afilado puñal -dijo-. La segunda fue Marina, la varmana entusiasta; se la comió un trasgo enajenado hará un par de meses. Seguro que él se quedo a gusto, pero lo que es a nosotros nos dejo un muy mal sabor de boca, hubo un par de discusiones que hicieron tambalearse el buen compañerismo del torreón -añadió-. Al final no era una lista muy larga, pero creo que pronto la engrosara un tercer fiambre si no me equivoco con las intenciones del buen barrendero para con nuestro pelirrojo amante de las ratas, y generalmente no me equivoco con esas cosas" -concluyó, obviando cual de los dos sería el nuevo cadáver. Ese detalle no le preocupada demasiado, la luz roja de la Luna acaparaba casi toda su atención.
Los frenéticos vuelos que efectuaba el draco de vez en cuando captaron el interés de Saren rápidamente, y decidido a aprovechar aquella ventaja de su nuevo aspecto, trato de alzar el vuelo, agitando con fuerza sus alas. Los resultados no fueron los esperados, y tras varios intentos lo único que consiguió fue dar con sus huesos en el suelo. El norteó se levantó, bastante avergonzado, y masculló algo por lo bajo antes de unirse de nuevo a los caminantes. Estaba realmente preocupado por no poder revertir de alguna manera aquella nueva forma que había adquirido, y así se lo planteo a los presentes. Noel no tardó en responderle que seguramente habría alguna forma de cambiar, porque las trasformaciones del estilo a la del norteño solían ser así.
-"Eso espero, de verdad que no me veo como un pollo sobrehormonado durante el resto de mis días, sería complicado desenvolverme en el día a día -comentó, observando los movimientos que el draco hacía con el hacha para despejar el camino de alimañas-. Oye, si al final revierto a mi forma habitual... ¿tal vez podrías darme algunas clases?, manejas el hacha increíblemente bien" -le dijo con sinceridad, aunque no esperaba realmente que Noel fuera a acceder.
Ariv y Saren fueron los únicos que se decidieron a acompañar al grupo de veteranos, aceptando su ayuda. El norteño tuvo que encogerse un poco para pasar por la puerta de entrada del torreón, pero cuando estuvo por fin bajo el cielo batió las alas con fuerza, contento de no sentirse tan apretujado. No se habían alejado demasiado del torreón cuando el fuego fatuo les hizo una pregunta, pregunta que el norteño no tuvo problema en contestar.
-"En verdad si, aunque también tenemos un desterrado, un pelirrojo paranoico y un barrendero fugitivo -dijo-, pero los que habéis visto son en esencia los habitantes del torreón, porque esta claro que los muertos no tienen derecho a la vivienda -comento distraidamente, para luego posar su mirada en Sobras-, los muertos convencionales, quiero decir -añadió apresuradamente-. Perdóneme señorita si mi comentario le ha ofendido, no era esa mi intención" -se disculpó.
Mientras continuaban su camino, los veteranos también se interesaron por lo que habían muerto, y de nuevo el norteño no tuvo reparos a la hora de responder.
-"El primero fue YR, el foner cojo. Encontramos su cadáver en el salón, cortesía de nuestro simpático Timmy: después de lanzarle un par de bombas se aseguro de rematarle adecuadamente con ayuda de su afilado puñal -dijo-. La segunda fue Marina, la varmana entusiasta; se la comió un trasgo enajenado hará un par de meses. Seguro que él se quedo a gusto, pero lo que es a nosotros nos dejo un muy mal sabor de boca, hubo un par de discusiones que hicieron tambalearse el buen compañerismo del torreón -añadió-. Al final no era una lista muy larga, pero creo que pronto la engrosara un tercer fiambre si no me equivoco con las intenciones del buen barrendero para con nuestro pelirrojo amante de las ratas, y generalmente no me equivoco con esas cosas" -concluyó, obviando cual de los dos sería el nuevo cadáver. Ese detalle no le preocupada demasiado, la luz roja de la Luna acaparaba casi toda su atención.
Los frenéticos vuelos que efectuaba el draco de vez en cuando captaron el interés de Saren rápidamente, y decidido a aprovechar aquella ventaja de su nuevo aspecto, trato de alzar el vuelo, agitando con fuerza sus alas. Los resultados no fueron los esperados, y tras varios intentos lo único que consiguió fue dar con sus huesos en el suelo. El norteó se levantó, bastante avergonzado, y masculló algo por lo bajo antes de unirse de nuevo a los caminantes. Estaba realmente preocupado por no poder revertir de alguna manera aquella nueva forma que había adquirido, y así se lo planteo a los presentes. Noel no tardó en responderle que seguramente habría alguna forma de cambiar, porque las trasformaciones del estilo a la del norteño solían ser así.
-"Eso espero, de verdad que no me veo como un pollo sobrehormonado durante el resto de mis días, sería complicado desenvolverme en el día a día -comentó, observando los movimientos que el draco hacía con el hacha para despejar el camino de alimañas-. Oye, si al final revierto a mi forma habitual... ¿tal vez podrías darme algunas clases?, manejas el hacha increíblemente bien" -le dijo con sinceridad, aunque no esperaba realmente que Noel fuera a acceder.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Biblioteca Mágica
26/06/13, 01:17 am
Noel le devolvió a la licántropo una mirada cargada con las mismas advertencias con las que la libense le estaba gruñendo en aquel momento, dando a entender que si le daban más motivos no se quedaría quieto. Notó como Wen acudía a su lado y le acariciaba un brazo en un gesto que el draco agradeció y, tras sonreír levemente con malicia a la loba, centró su atención en el resto de lo que ocurría en la sala.
Pronto la mayoría de los recién transformados decidieron irse por su cuenta y tan sólo Saren y Ariv habían decidido acompañarlos. Justo antes de salir Toima anunció la llegada de Nia, a quien saludaron brevemente. Ya salían por la puerta cuando el draco se giró hacia el interior una vez más y le habló a la arpía.
-No deberías salir del torreón sin ayuda, lo más probable es que alguna alimaña te devore mientras tú te comes el suelo repetidas veces -le dijo como consejo.
A pesar de todo lo sucedido, seguía recordándole a su propia transformación y lo mal que lo había pasado él mismo aquella noche hacía dos años.
Ya fuera, el draco interpretó enseguida el codazo del fuego fatuo y sonrió con satisfacción cuando su amigo preguntó a Saren sobre las posibles muertes del torreón. La información que obtuvieron les indicó que se había muerto el cojo, pero la varmana que nombró no la habían visto aquel día.
-Por eso ya sabíais en que se había transformado vuestro compañero el trasgo -comentó cuando escuchó con cierto asombro la causa de la muerte de la tal Marina.
Aunque había permanecido en el suelo todo el tiempo mientras el idrino les contaba todo aquello, cuando acabó no pudo evitar alzar el vuelo de nuevo como cuando se dirigían a Maciel, sintiéndose demasiado lleno de energía como para no disfrutar de la libertad que le ofrecía volar a toda velocidad. En una de sus idas y venidas se dio cuenta de los intentos de Saren por imitarlo y no pudo reprimir una breve carcajada.
-Vas demasiado rápido, amigo. Alzar el vuelo es una de las cosas más complejas de realizar. Yo tardé semanas en saber hacerlo correctamente, aunque con tu transformación seguro que a ti te cuesta menos... -comentó observando al enorme pájaro que era el idrino-. Por cierto, es común que al tratarse de una forma totalmente animal puedas volver de alguna manera a ser como eras. Espero que tengas suerte, ser un pollo no puede ser divertido -añadió riéndose por el chiste interno.
El draco estaba pensando en la transformación de Wen pero obviamente eso no iba a decirlo.
Cuando Saren le respondió, al final le hizo una petición que no se esperaba, aunque no le extrañó pues había visto al enorme pájaro portando un hacha entre las patas.
-Oh, pues... Es posible -le respondió pensativo-. Ahora ya no disponemos de tanto tiempo libre como antes, pero es probable que pueda ayudarte de vez en cuando. Volveremos a vernos, puedes estar seguro, y para entonces podrás volver a preguntármelo y te daré una respuesta más precisa.
No le parecía bien sugerirle que se uniese a sus entrenamientos sin más sin consultar al resto, pero el idrino le había caído bien por lo que realmente tenía intención de ayudarle si tenía la ocasión. Además, enseñar el manejo del hacha a otro también le haría mejorar a él, al igual que había mejorado su vuelo enseñando a la vouivre.
Ya habían llegado a las puertas de la biblioteca por lo que comenzaron a despedirse de los recién transformados, aunque antes de irse el sueco se dirigió a la sinhadre, acordándose de Jack al comenzar a despedirse de ella.
-Por cierto, Ariv, estoy seguro de que tu cosechador te encontrará tarde o temprano. Tenía mucha prisa por ver a "sus sinhadres" -comentó con una sonrisa jocosa-. Cuando lo veas recuerda decirle de mi parte que te llevamos de Maciel sólo para fastidiarle.
Sonriendo con malicia, el draco puso rumbo a Letargo junto al resto de sus amigos. Una buena parte del grupo ya se había encontrado con algunos de los letarguinos en aquella ocasión en la que el sueco puso en tela de juicio que aquel grupito supiera lo que era una broma.
-A propósito, Matt. Creo que deberías dejar a tus acompañantes a una distancia prudencial del torreón. No creo que a nuestros monstruofóbicos les haga gracia volver a ver a una de tus creaciones. Más que nada porque intentaron matarlos y aunque suene increíble eso puede resultar violento a algunos -le dijo al brujo de arena sonriendo con diversión.
Sigue en el Torreón Letargo.
Pronto la mayoría de los recién transformados decidieron irse por su cuenta y tan sólo Saren y Ariv habían decidido acompañarlos. Justo antes de salir Toima anunció la llegada de Nia, a quien saludaron brevemente. Ya salían por la puerta cuando el draco se giró hacia el interior una vez más y le habló a la arpía.
-No deberías salir del torreón sin ayuda, lo más probable es que alguna alimaña te devore mientras tú te comes el suelo repetidas veces -le dijo como consejo.
A pesar de todo lo sucedido, seguía recordándole a su propia transformación y lo mal que lo había pasado él mismo aquella noche hacía dos años.
Ya fuera, el draco interpretó enseguida el codazo del fuego fatuo y sonrió con satisfacción cuando su amigo preguntó a Saren sobre las posibles muertes del torreón. La información que obtuvieron les indicó que se había muerto el cojo, pero la varmana que nombró no la habían visto aquel día.
-Por eso ya sabíais en que se había transformado vuestro compañero el trasgo -comentó cuando escuchó con cierto asombro la causa de la muerte de la tal Marina.
Aunque había permanecido en el suelo todo el tiempo mientras el idrino les contaba todo aquello, cuando acabó no pudo evitar alzar el vuelo de nuevo como cuando se dirigían a Maciel, sintiéndose demasiado lleno de energía como para no disfrutar de la libertad que le ofrecía volar a toda velocidad. En una de sus idas y venidas se dio cuenta de los intentos de Saren por imitarlo y no pudo reprimir una breve carcajada.
-Vas demasiado rápido, amigo. Alzar el vuelo es una de las cosas más complejas de realizar. Yo tardé semanas en saber hacerlo correctamente, aunque con tu transformación seguro que a ti te cuesta menos... -comentó observando al enorme pájaro que era el idrino-. Por cierto, es común que al tratarse de una forma totalmente animal puedas volver de alguna manera a ser como eras. Espero que tengas suerte, ser un pollo no puede ser divertido -añadió riéndose por el chiste interno.
El draco estaba pensando en la transformación de Wen pero obviamente eso no iba a decirlo.
Cuando Saren le respondió, al final le hizo una petición que no se esperaba, aunque no le extrañó pues había visto al enorme pájaro portando un hacha entre las patas.
-Oh, pues... Es posible -le respondió pensativo-. Ahora ya no disponemos de tanto tiempo libre como antes, pero es probable que pueda ayudarte de vez en cuando. Volveremos a vernos, puedes estar seguro, y para entonces podrás volver a preguntármelo y te daré una respuesta más precisa.
No le parecía bien sugerirle que se uniese a sus entrenamientos sin más sin consultar al resto, pero el idrino le había caído bien por lo que realmente tenía intención de ayudarle si tenía la ocasión. Además, enseñar el manejo del hacha a otro también le haría mejorar a él, al igual que había mejorado su vuelo enseñando a la vouivre.
Ya habían llegado a las puertas de la biblioteca por lo que comenzaron a despedirse de los recién transformados, aunque antes de irse el sueco se dirigió a la sinhadre, acordándose de Jack al comenzar a despedirse de ella.
-Por cierto, Ariv, estoy seguro de que tu cosechador te encontrará tarde o temprano. Tenía mucha prisa por ver a "sus sinhadres" -comentó con una sonrisa jocosa-. Cuando lo veas recuerda decirle de mi parte que te llevamos de Maciel sólo para fastidiarle.
Sonriendo con malicia, el draco puso rumbo a Letargo junto al resto de sus amigos. Una buena parte del grupo ya se había encontrado con algunos de los letarguinos en aquella ocasión en la que el sueco puso en tela de juicio que aquel grupito supiera lo que era una broma.
-A propósito, Matt. Creo que deberías dejar a tus acompañantes a una distancia prudencial del torreón. No creo que a nuestros monstruofóbicos les haga gracia volver a ver a una de tus creaciones. Más que nada porque intentaron matarlos y aunque suene increíble eso puede resultar violento a algunos -le dijo al brujo de arena sonriendo con diversión.
Sigue en el Torreón Letargo.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Biblioteca Mágica
27/06/13, 11:09 pm
Mientras los trasformados veteranos se alejaban, Ariv y Saren entraron en la biblioteca, cuidándose de no hacer ruido por si molestaban a alguien. El norteño dejo el libro que había traído sobre el mostrador con cierta dificultad, asegurándose de no dañarlo con el pico y se reunió de nuevo con la sinhadre. La chica y él acordaron separarse para obtener información mas rápido, y el idrino escogió un pasillo lo suficientemente ancho para poder introducirse por el. Se había acostumbrado bastante a caminar con su nueva forma, pero verse obligado a moverse por aquel lugar con pasillos tan estrechos, entorpecía mucho su avance. Mientras se esforzaba en avanzar Saren inclinaba su cabeza y la acercaba mucho a los lomos de los libros, tratando de identificar un titulo que llamara su atención, maldiciendo en silencio la acuciante falta de luz. Al cabo de un rato uno de los volúmenes llamó su atención, pues por el titulo se daba a entender que versaba sobre trasformaciones raras, justo lo que necesitaba. Los visitantes que habían tenido en el torreón no habían sabido identificar a varios de sus compañeros, incluido el mismo, y se podía decir que tenían bastante experiencia, por lo que el norteño había sobreentendido que algunas de las nuevas trasformaciones eran muy raras.
Le costó lo suyo sacar el ejemplar de a estantería solo con ayuda del pico, porque el pasillo era bastante estrecho y no le permitía acercar la pata. Cuando por fin logro su objetivo, el enorme ave siguió avanzando hasta que encontró una zona de lectura los suficientemente amplia para sus dimensiones. Colocó el tomo sobre la mesa y trató de abrirlo con cuidado, con resultados poco satisfactorios. Dejo varios arañazos superficiales en la cubierta del libro, y desgarro las esquinas de unas cuantas páginas en su afán de pasarlas con delicadeza. La lectura se le hizo un suplicio, porque aunque su vista había mejorado considerablemente en su nueva forma, la ausencia de luz hacía inútil esa nueva visión. Si aun pudiera hacer magia un buen hechizo de luz le habría solucionado la vida, pero también había perdido esa capacidad. Con la cabeza girada sobre el libro y el pico pegado a la mesa, Saren terminó de perder su paciencia.
-"¡Mierda! -exclamó mentalmente-, que le den, ¡desisto! -dijo cabreado, dándose la vuelta y dirigiéndose a la puerta-. Ariv, termina tu por favor" -añadió, seguro de que la muchacha oiría su voz en su cabeza estuviera en donde estuviera, dándole igual si no era así, él esperaría en la puerta.
La mole emplumada continuó avanzando hacia la entrada, apretujándose entre los estantes cada vez mas cabreado. Ya casi había alcanzado su objetivo cuando sus patas decidieron traicionarle. Una de sus garras resbaló por el suelo pulido y perdió la cordinación de ambas patas, empezando a deslizarse por el piso. Apenas avanzó un metro tratando de estabilizarse cuando cayó pesadamente de costado, chocando contra una estantería y quedando echó un lió de plumas y garras en el suelo. La estantería que había golpeado se inclinó demasiado y golpeó otra estantería, empezando un efecto dominó que se extendió unos diez pasillos mas. La última estantería en caer golpeo con fuerza una mesa de estudio, poniendo la nota final al estruendo que se había formado en apenas unos segundos. Saren aun seguía en el suelo, observando con los ojos muy abiertos el desastre que acababa de causar. El norteño se puso en pie apresuradamente y miro a su alrededor preocupado, topándosede frente con la última persona que quería ver en ese momento: el bibliotecario.
El tipo vestido de blanco parecía cabreado, y empezó a gritarle, increpándole que se fuera inmediatamente mientras le propinaba empujones. Mientras Saren era conducido de malas maneras hacia la puerta por el bibliotecario, este no paraba de maldecir, aunque las pocas palabras que el idrino logró descifrar en aquella peroreta fueron: pollo, gigante, torpe e inútil. El norteño estaba muy avergonzado, pero no tuvo oportunidad de disculparse antes de que Biblios le cerrara la puerta en la cara. El chico se alejó de la puerta un poco, algo incómodo y se quedó a esperar a Ariv, tal y como había dicho. Aun tenía las plumas erizadas y la respiración algo acelerada, pero pronto el viento consiguió tranquilizarlo. No tardó en sentarse y acomodar las alas, esperando que la sinhadre no tardara demasiado y volviera con alguna información útil, temeroso de que el bibliotecario la echara a ella también antes de que encontrara algo.
Le costó lo suyo sacar el ejemplar de a estantería solo con ayuda del pico, porque el pasillo era bastante estrecho y no le permitía acercar la pata. Cuando por fin logro su objetivo, el enorme ave siguió avanzando hasta que encontró una zona de lectura los suficientemente amplia para sus dimensiones. Colocó el tomo sobre la mesa y trató de abrirlo con cuidado, con resultados poco satisfactorios. Dejo varios arañazos superficiales en la cubierta del libro, y desgarro las esquinas de unas cuantas páginas en su afán de pasarlas con delicadeza. La lectura se le hizo un suplicio, porque aunque su vista había mejorado considerablemente en su nueva forma, la ausencia de luz hacía inútil esa nueva visión. Si aun pudiera hacer magia un buen hechizo de luz le habría solucionado la vida, pero también había perdido esa capacidad. Con la cabeza girada sobre el libro y el pico pegado a la mesa, Saren terminó de perder su paciencia.
-"¡Mierda! -exclamó mentalmente-, que le den, ¡desisto! -dijo cabreado, dándose la vuelta y dirigiéndose a la puerta-. Ariv, termina tu por favor" -añadió, seguro de que la muchacha oiría su voz en su cabeza estuviera en donde estuviera, dándole igual si no era así, él esperaría en la puerta.
La mole emplumada continuó avanzando hacia la entrada, apretujándose entre los estantes cada vez mas cabreado. Ya casi había alcanzado su objetivo cuando sus patas decidieron traicionarle. Una de sus garras resbaló por el suelo pulido y perdió la cordinación de ambas patas, empezando a deslizarse por el piso. Apenas avanzó un metro tratando de estabilizarse cuando cayó pesadamente de costado, chocando contra una estantería y quedando echó un lió de plumas y garras en el suelo. La estantería que había golpeado se inclinó demasiado y golpeó otra estantería, empezando un efecto dominó que se extendió unos diez pasillos mas. La última estantería en caer golpeo con fuerza una mesa de estudio, poniendo la nota final al estruendo que se había formado en apenas unos segundos. Saren aun seguía en el suelo, observando con los ojos muy abiertos el desastre que acababa de causar. El norteño se puso en pie apresuradamente y miro a su alrededor preocupado, topándosede frente con la última persona que quería ver en ese momento: el bibliotecario.
El tipo vestido de blanco parecía cabreado, y empezó a gritarle, increpándole que se fuera inmediatamente mientras le propinaba empujones. Mientras Saren era conducido de malas maneras hacia la puerta por el bibliotecario, este no paraba de maldecir, aunque las pocas palabras que el idrino logró descifrar en aquella peroreta fueron: pollo, gigante, torpe e inútil. El norteño estaba muy avergonzado, pero no tuvo oportunidad de disculparse antes de que Biblios le cerrara la puerta en la cara. El chico se alejó de la puerta un poco, algo incómodo y se quedó a esperar a Ariv, tal y como había dicho. Aun tenía las plumas erizadas y la respiración algo acelerada, pero pronto el viento consiguió tranquilizarlo. No tardó en sentarse y acomodar las alas, esperando que la sinhadre no tardara demasiado y volviera con alguna información útil, temeroso de que el bibliotecario la echara a ella también antes de que encontrara algo.
- Xana
Ficha de cosechado
Nombre: Ariv
Especie: Sinhadre
Habilidades: Memoria, reflejos, orientación.
Re: Biblioteca Mágica
28/06/13, 12:54 pm
Tanto Ariv como Saren se internaron en la biblioteca. La niña aún le daba vueltas a lo que le había dicho Noel respecto a su cosechador. No sabría cuál sería su reacción al verlo. Después de todo, la había llevado a un lugar donde se le había dado una segunda oportunidad y ella había conseguido sobrevivir. Lo más probable es que le diera las gracias. Tendría que esperar para averiguarlo.
Una vez dentro, ambos se separaron para buscar información por su cuenta. Ariv no sabía cómo se las apañaría su compañero dada la transformación tan incómoda que le había tocado. A pesar de todo, pensaba que se estaba desenvolviendo bastante bien dadas las circunstancias, y estaba segura de que, tarde o temprano, se acostumbraría a su nueva forma y dejaría de tener problemas. Empezó a caminar por uno de los pasillos, buscando algún libro que pudiera servirle. Repasó los datos que tenía sobre su transformación: tenía cola anillada —de los ojos aún no sabía mucho, puesto que no había logrado verse en ningún sitio, salvo que Willi se había quedado mirándolos fijamente—, era capaz de dar órdenes a los fantasmas, las puntas de sus dedos se habían oscurecido… No sabía si era mucho, pero al menos tenía un punto de partida.
Entre todos los libros, encontró un par de ellos que, pensó, podrían serle útiles pero, tras hojearlos, se dio cuenta de que su búsqueda había sido infructuosa. En ese momento, escuchó la voz de Saren diciéndole que se encargara de terminar con su tarea.
—¡Vale! —respondió ella, aunque no estaba segura de si su compañero la habría escuchado. Siguió mirando títulos y paseando entre las estanterías. Su mirada se detuvo en un grueso volumen. Lo sacó con un poco de dificultad de su sitio. Pesaba mucho, y decidió dejarlo en una de las mesas para echarle un vistazo más tarde. Ahora debía encargarse de Saren, aunque no tenía muy claro qué debía buscar. Puesto que el idrino ya no estaba dentro, Ariv salió un instante para preguntarle algunas cosas. No sabía exactamente lo que le había pasado ni cómo se había sentido, qué cambios había sufrido antes de que saliera la Luna Roja... Aparte de lo evidente. Al fin y al cabo, ella no salió de su habitación hasta que terminó todo. Tal vez le hubiera sucedido algo antes de transformarse en pájaro que le diera alguna pista.
—Saren —lo llamó—. Necesito que me cuentes exactamente todo lo que recuerdes de las últimas horas. No sé muy bien por dónde empezar… ¿Encontraste algún libro que te interesara?
Esperó la respuesta de su amigo. Ojalá pudiera ayudarlo.
Una vez dentro, ambos se separaron para buscar información por su cuenta. Ariv no sabía cómo se las apañaría su compañero dada la transformación tan incómoda que le había tocado. A pesar de todo, pensaba que se estaba desenvolviendo bastante bien dadas las circunstancias, y estaba segura de que, tarde o temprano, se acostumbraría a su nueva forma y dejaría de tener problemas. Empezó a caminar por uno de los pasillos, buscando algún libro que pudiera servirle. Repasó los datos que tenía sobre su transformación: tenía cola anillada —de los ojos aún no sabía mucho, puesto que no había logrado verse en ningún sitio, salvo que Willi se había quedado mirándolos fijamente—, era capaz de dar órdenes a los fantasmas, las puntas de sus dedos se habían oscurecido… No sabía si era mucho, pero al menos tenía un punto de partida.
Entre todos los libros, encontró un par de ellos que, pensó, podrían serle útiles pero, tras hojearlos, se dio cuenta de que su búsqueda había sido infructuosa. En ese momento, escuchó la voz de Saren diciéndole que se encargara de terminar con su tarea.
—¡Vale! —respondió ella, aunque no estaba segura de si su compañero la habría escuchado. Siguió mirando títulos y paseando entre las estanterías. Su mirada se detuvo en un grueso volumen. Lo sacó con un poco de dificultad de su sitio. Pesaba mucho, y decidió dejarlo en una de las mesas para echarle un vistazo más tarde. Ahora debía encargarse de Saren, aunque no tenía muy claro qué debía buscar. Puesto que el idrino ya no estaba dentro, Ariv salió un instante para preguntarle algunas cosas. No sabía exactamente lo que le había pasado ni cómo se había sentido, qué cambios había sufrido antes de que saliera la Luna Roja... Aparte de lo evidente. Al fin y al cabo, ella no salió de su habitación hasta que terminó todo. Tal vez le hubiera sucedido algo antes de transformarse en pájaro que le diera alguna pista.
—Saren —lo llamó—. Necesito que me cuentes exactamente todo lo que recuerdes de las últimas horas. No sé muy bien por dónde empezar… ¿Encontraste algún libro que te interesara?
Esperó la respuesta de su amigo. Ojalá pudiera ayudarlo.
(Siento el retraso. >.< Este fin de semana no me voy a poder pasar por el xut, pero sí podré postear ).
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Biblioteca Mágica
29/06/13, 12:49 pm
Erin había salido del torreón con rapidez y había corrido lo más rápido que había podido para llegar a la biblioteca. No tenía razones para hacerlo salvo la de querer alejarse del torreón y de sus compañeros cuanto antes. Le apetecía estar sola un rato y había encontrado la ocasión perfecta de salir de Letargo sin que la llamasen suicida, aun a pesar de haber vuelto a salir sin armas. Llevaba las cadenas en la mano, aunque no se paró a jugar con ellas hasta que llegó a la biblioteca.
Fuera se encontró a una chica de ojos amarillos y cola anillada y a una especie de pájaro gigante a los que no supo reconocer, por lo que los relacionó con cualquiera de los habitantes de los otros torreones. Se les quedó mirando fijamente unos segundos antes de sacudir la cabeza y entrar a la biblioteca. Apenas entró fue a preguntarle al bibliotecario sobre dónde podría encontrar información sobre dominios. Mientras esperaba la respuesta, miró a la biblioteca, tan fascinada como el primer día que la había pisado. En cuando el bibliotecario le dio la información que quería, se dirigió a aquella zona de la biblioteca con paso firme, esperando encontrar una respuesta.
Sacó el primer libro que encontró en aquella zona, un libro elegido l azar no demasiado grueso. <<Veámos… algo relacionado con el metal, dijo Noel>>. Murmuró una y otra vez la palabra metal mientras buscaba, más por costumbre que porque temiese olvidarse a mitad de su búsqueda de lo que buscaba. No tardó mucho en dar con una página en la que hablaban de los dominios que guardaban relación con el metal, aunque su mayoría fuesen nombres de metales a secas. <<Con lo fácil que era poner en Google “dominios relacionados con metales” y mirar en la Wikipedia…>>, pensó cuando llevaba ya un rato buscando, sin encontrar nada que le sirviese de mucho. En aquel momento, un temblor sacudió la biblioteca, haciendo que Erin trastabillase y cayese al suelo a pocos centímetros del libro. -¿¡Pero qué mierda!? –exclamó en voz alta, para después llevarse las manos a la boca. No podía gritar en una biblioteca, por muchos terremotos que hubiese. La canadiense creía firmemente que aquel terremoto sólo lo había notado ella, como los de los últimos meses, por lo que no le dio mucha importancia y siguió rebuscando en el libro.
No encontró nada en ese. Ni el siguiente, ni en mucho de los que allí había. No tardó en llenar una mesa de libros intentando buscar su dominio, aunque en muchos no llegaba a leer ni la mitad de lo que ponía. Cogió otro libro al azar de los que había cogido y rebuscó en sus páginas hasta que si vista dio con una palabra casi de milagro. Vibración. Leyó la página entera, recordando que ahora vibraba, y no tardó en dar con su dominio. La vibración de los metales. <<Muy bien, ahora a pensar un nombre… ¿dama Vibración? ¿dama Metálica?>> , se rió por lo absurdo que resultaba un nombre así y decidió tirar por otra vía. Hizo memoria y recitó mentalmente los metales de la tabla periódica, intentando buscar uno que le gustase. <<[…]Níquel, cobre, zinc , itrio… ¡Itrio! Itrio, Itrio… ¿dama Yttria? Suena bien>>. Una vez decidió que ese sería su nuevo nombre, recogió los libros y se dirigió fuera de la biblioteca… Aunque no llegó a salir. Ni pensaba hacerlo al ver la profunda grieta en el suelo que la que salían alimañas. Soltó un chillido de terror sin poder evitarlo y corrió a esconderse en la parte más profunda de la biblioteca.
Fuera se encontró a una chica de ojos amarillos y cola anillada y a una especie de pájaro gigante a los que no supo reconocer, por lo que los relacionó con cualquiera de los habitantes de los otros torreones. Se les quedó mirando fijamente unos segundos antes de sacudir la cabeza y entrar a la biblioteca. Apenas entró fue a preguntarle al bibliotecario sobre dónde podría encontrar información sobre dominios. Mientras esperaba la respuesta, miró a la biblioteca, tan fascinada como el primer día que la había pisado. En cuando el bibliotecario le dio la información que quería, se dirigió a aquella zona de la biblioteca con paso firme, esperando encontrar una respuesta.
Sacó el primer libro que encontró en aquella zona, un libro elegido l azar no demasiado grueso. <<Veámos… algo relacionado con el metal, dijo Noel>>. Murmuró una y otra vez la palabra metal mientras buscaba, más por costumbre que porque temiese olvidarse a mitad de su búsqueda de lo que buscaba. No tardó mucho en dar con una página en la que hablaban de los dominios que guardaban relación con el metal, aunque su mayoría fuesen nombres de metales a secas. <<Con lo fácil que era poner en Google “dominios relacionados con metales” y mirar en la Wikipedia…>>, pensó cuando llevaba ya un rato buscando, sin encontrar nada que le sirviese de mucho. En aquel momento, un temblor sacudió la biblioteca, haciendo que Erin trastabillase y cayese al suelo a pocos centímetros del libro. -¿¡Pero qué mierda!? –exclamó en voz alta, para después llevarse las manos a la boca. No podía gritar en una biblioteca, por muchos terremotos que hubiese. La canadiense creía firmemente que aquel terremoto sólo lo había notado ella, como los de los últimos meses, por lo que no le dio mucha importancia y siguió rebuscando en el libro.
No encontró nada en ese. Ni el siguiente, ni en mucho de los que allí había. No tardó en llenar una mesa de libros intentando buscar su dominio, aunque en muchos no llegaba a leer ni la mitad de lo que ponía. Cogió otro libro al azar de los que había cogido y rebuscó en sus páginas hasta que si vista dio con una palabra casi de milagro. Vibración. Leyó la página entera, recordando que ahora vibraba, y no tardó en dar con su dominio. La vibración de los metales. <<Muy bien, ahora a pensar un nombre… ¿dama Vibración? ¿dama Metálica?>> , se rió por lo absurdo que resultaba un nombre así y decidió tirar por otra vía. Hizo memoria y recitó mentalmente los metales de la tabla periódica, intentando buscar uno que le gustase. <<[…]Níquel, cobre, zinc , itrio… ¡Itrio! Itrio, Itrio… ¿dama Yttria? Suena bien>>. Una vez decidió que ese sería su nuevo nombre, recogió los libros y se dirigió fuera de la biblioteca… Aunque no llegó a salir. Ni pensaba hacerlo al ver la profunda grieta en el suelo que la que salían alimañas. Soltó un chillido de terror sin poder evitarlo y corrió a esconderse en la parte más profunda de la biblioteca.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Biblioteca Mágica
29/06/13, 06:59 pm
La recién bautizada como dama Yttria tenía motivos para asustarse, porque una de las numerosas grietas que el terremoto había abierto había cuadrado muy cerca del edificio. De dicha abertura en la tierra brotaron pequeñas pero numerosas criaturas procedentes de los subterráneos que si se vieran desde lejos parecerían una mancha oscura cubriendo toda la zona como si de un terrible presagio se tratase.
Las alimañas menores, entre las cuales destacaba algún cánido similar a un zorro que poseían afilados dientes y parecían más fieros que el resto de criaturas, dirigieron sus enajeanadas miradas hacia los que se hallaban en la puerta de la biblioteca, gruñendo y amontonándose unas sobre otras para llegar hasta ellos, que era lo que entorpecía en parte su avance.
Mientras tanto, Ariv estaba a punto de recibir visita, ya que un nuevo fantasma había sido conducido a su lado debido a la atracción que sentían por la lémur. Frente a la sinhadre, el fantasma de una nublina bajita y delgaducha apareció poco después de que la cohorte de criaturas se empezase a arremolinar en torno a la biblioteca.
-¡No os quedéis ahí quietos, la ciudad se ha vuelto loca! -exclamó mientras flotaba nerviosamente cerca de Ariv.
Y antes de que alguno de los presentes pudiera siquiera responder, unos gritos agudos provenientes de un ser de pequeño tamaño se dejaron oír en la distancia, acercándose cada vez más. A través de la transparencia del fantasma de la nublina pudieron ver a un animal que a un humano le recordaría considerablemente a un armadillo dirigiéndose en su dirección. Pero probablemente lo que más llamaba la atención no era el animalillo en sí, sino lo que tenía encima.
-¿Cómo se conduce estoooo? -se quejaba despesperado Vava mientras luchaba por mantenerse sobre el animal.
El repoblador se había asustado considerablemente cuando de pronto el hombro de Arafy había dejado de ser su hombro de siempre, horas atrás en Sendar. Vava había salido aterrorizado del torreón a través de una ventana cuando tanto Arafy como Pecir comenzaron a arremeter contra el resto de los sendarios, incapaces al parecer de razonar o de sentir apego hacia los que habían sido sus compañeros de criba en aquel momento. El pequeño repoblador había empezado a sentirse como un cobarde nada más poner un pie fuera de Sendar pero, ¿qué podía hacer él? No sabía hacer magia y para colmo no parecía haber sufrido ningún cambio como la mayoría de sus compañeros. Fue entonces cuando vio una figura en la distancia que le resultaba harto conocida.
-¡Brina! -exclamó al contemplar a la nublina que creía muerta desde hacía dos meses.
Aunque parecía haber perdido el color y la consistencia, de hecho podía ver la ciudad distorsionada a través de ella. ¿Es que la chica también había cambiado como el resto de sendarios?
Con sus cortas piernas, intentó darle alcance, pero pronto la distancia entre ambos fue demasiado grande para seguir el ritmo y el repoblador se paró medio encorvado por el esfuerzo. Fue entonces cuando Vava sintió un pequeño empujón a su espalda. No le había dado tiempo ni a girarse cuando un animal que era algo más que el doble de grande que él comenzó a olfatearlo con su hocico alargado para luego propinarle un ligero empujón con su cabecita.
-¡Ey! ¿Qué quieres? -le preguntó Vava sobresaltado-. ¡Deja de hacer eso!
El ser no parecía especialmente peligroso y por eso el repoblador no se había alarmado en exceso, pero lo que sí le sorprendió fue que el animal se detuvo en medio de un nuevo movimiento con la cabeza y pareció dudar antes de volver a moverse. Vava lo miró inseguro y se acercó con cautela, poniendo una mano sobre su duro caparazón. El armadillo entonces, de un nuevo empujón, provocó que Vava fuese lanzado sobre sí mismo y quedase tirado encima del caparazón. Y echó a andar todo lo rápido que sus cortas patas le permitían. Vava luchaba por mantenerse sobre él mientras gritaba.
-¡Ve más despacio! ¡Aminora, aminooraaa!
Sorprendentemente el armadillo pareció hacerle caso y Vava pudo mantener mejor el equilibrio. El repoblador no comprendía como, pero aquel animal parecía decidido a hacerle caso. ¿Y si...?
-Llévame en esa dirección -señaló con dos de sus cuatro brazos el camino que había tomado Brina.
El animal echó andar hacia donde había indicado, pero nuevamente se movía frenéticamente e intentaba sacudirse a Vava de encima. Nuevos gritos del repoblador -¡por ahí no!, ¡a la otra izquierda!, ¡te he dicho que no tan rápido!, ¡deja de tambalearte tanto!- le hicieron rectificar poco a poco su conducta y así fue como apareció tras el fantasma de Brina en la biblioteca, todavia luchando por mantenerse sobre el caparazón.
-¡Brina! ¿Dónde has estado todo este tiempo? -dijo entre jadeos bajándose del armadillo por fin.
Pero antes de que la chica le respondiese, algunos seres semejantes al que acababa de montar se habían acercado y el repoblador se pegó a la pared de la biblioteca con un chillido viéndose rodeado por varios de ellos.
Las alimañas menores, entre las cuales destacaba algún cánido similar a un zorro que poseían afilados dientes y parecían más fieros que el resto de criaturas, dirigieron sus enajeanadas miradas hacia los que se hallaban en la puerta de la biblioteca, gruñendo y amontonándose unas sobre otras para llegar hasta ellos, que era lo que entorpecía en parte su avance.
Mientras tanto, Ariv estaba a punto de recibir visita, ya que un nuevo fantasma había sido conducido a su lado debido a la atracción que sentían por la lémur. Frente a la sinhadre, el fantasma de una nublina bajita y delgaducha apareció poco después de que la cohorte de criaturas se empezase a arremolinar en torno a la biblioteca.
-¡No os quedéis ahí quietos, la ciudad se ha vuelto loca! -exclamó mientras flotaba nerviosamente cerca de Ariv.
Y antes de que alguno de los presentes pudiera siquiera responder, unos gritos agudos provenientes de un ser de pequeño tamaño se dejaron oír en la distancia, acercándose cada vez más. A través de la transparencia del fantasma de la nublina pudieron ver a un animal que a un humano le recordaría considerablemente a un armadillo dirigiéndose en su dirección. Pero probablemente lo que más llamaba la atención no era el animalillo en sí, sino lo que tenía encima.
-¿Cómo se conduce estoooo? -se quejaba despesperado Vava mientras luchaba por mantenerse sobre el animal.
El repoblador se había asustado considerablemente cuando de pronto el hombro de Arafy había dejado de ser su hombro de siempre, horas atrás en Sendar. Vava había salido aterrorizado del torreón a través de una ventana cuando tanto Arafy como Pecir comenzaron a arremeter contra el resto de los sendarios, incapaces al parecer de razonar o de sentir apego hacia los que habían sido sus compañeros de criba en aquel momento. El pequeño repoblador había empezado a sentirse como un cobarde nada más poner un pie fuera de Sendar pero, ¿qué podía hacer él? No sabía hacer magia y para colmo no parecía haber sufrido ningún cambio como la mayoría de sus compañeros. Fue entonces cuando vio una figura en la distancia que le resultaba harto conocida.
-¡Brina! -exclamó al contemplar a la nublina que creía muerta desde hacía dos meses.
Aunque parecía haber perdido el color y la consistencia, de hecho podía ver la ciudad distorsionada a través de ella. ¿Es que la chica también había cambiado como el resto de sendarios?
Con sus cortas piernas, intentó darle alcance, pero pronto la distancia entre ambos fue demasiado grande para seguir el ritmo y el repoblador se paró medio encorvado por el esfuerzo. Fue entonces cuando Vava sintió un pequeño empujón a su espalda. No le había dado tiempo ni a girarse cuando un animal que era algo más que el doble de grande que él comenzó a olfatearlo con su hocico alargado para luego propinarle un ligero empujón con su cabecita.
-¡Ey! ¿Qué quieres? -le preguntó Vava sobresaltado-. ¡Deja de hacer eso!
El ser no parecía especialmente peligroso y por eso el repoblador no se había alarmado en exceso, pero lo que sí le sorprendió fue que el animal se detuvo en medio de un nuevo movimiento con la cabeza y pareció dudar antes de volver a moverse. Vava lo miró inseguro y se acercó con cautela, poniendo una mano sobre su duro caparazón. El armadillo entonces, de un nuevo empujón, provocó que Vava fuese lanzado sobre sí mismo y quedase tirado encima del caparazón. Y echó a andar todo lo rápido que sus cortas patas le permitían. Vava luchaba por mantenerse sobre él mientras gritaba.
-¡Ve más despacio! ¡Aminora, aminooraaa!
Sorprendentemente el armadillo pareció hacerle caso y Vava pudo mantener mejor el equilibrio. El repoblador no comprendía como, pero aquel animal parecía decidido a hacerle caso. ¿Y si...?
-Llévame en esa dirección -señaló con dos de sus cuatro brazos el camino que había tomado Brina.
El animal echó andar hacia donde había indicado, pero nuevamente se movía frenéticamente e intentaba sacudirse a Vava de encima. Nuevos gritos del repoblador -¡por ahí no!, ¡a la otra izquierda!, ¡te he dicho que no tan rápido!, ¡deja de tambalearte tanto!- le hicieron rectificar poco a poco su conducta y así fue como apareció tras el fantasma de Brina en la biblioteca, todavia luchando por mantenerse sobre el caparazón.
-¡Brina! ¿Dónde has estado todo este tiempo? -dijo entre jadeos bajándose del armadillo por fin.
Pero antes de que la chica le respondiese, algunos seres semejantes al que acababa de montar se habían acercado y el repoblador se pegó a la pared de la biblioteca con un chillido viéndose rodeado por varios de ellos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Biblioteca Mágica
29/06/13, 08:40 pm
Un rato después de que el bibliotecario echara a Saren de malas maneras, Ariv salió en su busca con algunas preguntas para concretar la búsqueda de su trasformación. Lo cierto era que la trasformación que había experimentado el norteño no había sido demasiado traumática, mas allá de que ahora era un ave de gran tamaño. No había sentido dolor, y la aparición de las plumas no había sido perceptible en los primeros momentos. En el patio el cambio de forma había sido prácticamente instantáneo, y el proceso no había durado mas de unos segundos. La única cosa rara había sido la aparente incapacidad para practicar la magia, incapacidad que mantenía en su nueva forma. No podía hacer gestos al no tener manos, y la ausencia de voz no era propicia para entonar un hechizo. El idrino había dedicado unos segundos a reflexionar sobre la pregunta de la sinhadre, tratando de recordar el titulo del libro que había estado a punto de destrozar, pero antes de que le respondiera algo captó su atención. Una chica que aparentaba ser algo hiperactiva se acercaba al edificio portando unas cadenas. La humana, o eso dedujo Saren al apreciar el parecido con Aleksei en sus buenos tiempos, se detuvo un segundo a observarles para después sacudir la cabeza y entrar en la biblioteca. Al norteño le sonaba de algo, pero no le dio tiempo a concretar de que antes de perderla de vista.
-"No fue un cambio doloroso, ni sentí nada mientras me salia la primera piel de plumas -le dijo a la sinhadre mentalmente-, antes de cambiar de forma estuve un rato cubierto por una especie de piel plumosa, que no entorpecía en nada mis movimientos. Lo único que he echado en falta desde la Luna ha sido la capacidad para hacer magia, desde que me salieron las plumas no he podido hacer ningún hechizo, aunque es bastante lógico dado mi nuevo aspecto. Ademas de la telepatía no puedo decirte nada mas, solo lo que conlleva esta forma: veo mejor, me siento mas fuerte y diría que el crecimiento excesivo tiene sus ventajas" -concluyó.
Apenas el norteño terminó de informar a Ariv, una sacudida hizo temblar toda la ciudad. El idrino se puso en pie rápidamente, trastabillando por el terremoto que asolaba las calles y los edificios. Los ojos de Saren se dirigieron hacia la catedral roja, que en aquel momento emitió un potente sonido similar a un rugido a la vez que vibraba cargada de poder. Incluso a aquella distancia el norteño sintió el potentisimo pulso mágico que surgió de la construcción, brillando como una bengala sobre la ciudad. Saren se quedó paralizado, conmocionado por aquella reacción tan violenta que acababa de hacer enloquecer Rocavarancolia. El chico oyó como cientos de grietas resquebrajaban el suelo de las calles, y la mas cercana estaba a apenas unos cuantos metros de su posición. Antes de que pudiera increpar a Ariv para que entrara en la biblioteca, una chica traslucida hizo acto de presencia, diciéndoles que se fueran de allí. A pesar de que era un fantasma, el idrino seguía siendo capaz de leer su lenguaje corporal, por lo que no le pasó por alto el cierto apego que parecía impulsarla a acercarse a Ariv. Otra figura hizo acto de presencia antes de que pudieran responderle al espíritu. Un pequeño repoblador que cabalgaba a una especie de armadillo llegó llamando a una tal Brina, nombre que Saren adjudicó a la chica fantasma por defecto. La situación era cada vez mas irreal, y las continuas distracciones habían hecho que Saren no prestara atención a la horda de monstruos que se les acercaba peligrosamente. En ese preciso instante unos cuantos seres que se parecían al que el repoblador cabalgaba, se le acercaron peligrosamente, haciendo que el pequeño jinete chillara asustado. Saren se tensó para lanzarse a ayudarle, pero al ver que los armadillos no le atacaban, se relajo momentáneamente, girándose hacia los demás monstruos.
-"Mierda -dijo al ver que ya se les echaban encima-, ¡entrad a la biblioteca ya! -les increpó, pasándole el hacha a Ariv para que se la cuidara-. No parece que quieran hacerte nada, muchacho -dijo dirigiéndose al repoblador-. Entra con tu amiga y la mía en el edificio, aprisa" -les urgió, girándose hacia el peligro e interponiéndose entre este y sus compañeros.
La primera criatura que le dio alcance era un ser parecido a un zorro con dientes afilados, cuya agresividad le había instado a correr mas rápido que sus compañeros. El engendro no frenó en su avance, y sin dudar saltó sobre el norteño, chocando contra él y rodando por el suelo en una confusión de pelo, plumas, colmillos y garras. En cuanto aquella cosa embistió contra él, el enorme ave cedió a sus instintos, revolviéndose furioso hasta estampar al zorro contra el suelo bajo una de sus garras. Saren proyectó su cabeza hacia delante y desgorró el cuello del zorro con su pico, haciendo manar la sangre. El norteño hinchó su pecho y abrió las alas, dando la impresión de crecer en tamaño, mientras un potente chillido rapaz surgía de su garganta, desafiando a aquella marabunta que se le echaba encima.
-"No fue un cambio doloroso, ni sentí nada mientras me salia la primera piel de plumas -le dijo a la sinhadre mentalmente-, antes de cambiar de forma estuve un rato cubierto por una especie de piel plumosa, que no entorpecía en nada mis movimientos. Lo único que he echado en falta desde la Luna ha sido la capacidad para hacer magia, desde que me salieron las plumas no he podido hacer ningún hechizo, aunque es bastante lógico dado mi nuevo aspecto. Ademas de la telepatía no puedo decirte nada mas, solo lo que conlleva esta forma: veo mejor, me siento mas fuerte y diría que el crecimiento excesivo tiene sus ventajas" -concluyó.
Apenas el norteño terminó de informar a Ariv, una sacudida hizo temblar toda la ciudad. El idrino se puso en pie rápidamente, trastabillando por el terremoto que asolaba las calles y los edificios. Los ojos de Saren se dirigieron hacia la catedral roja, que en aquel momento emitió un potente sonido similar a un rugido a la vez que vibraba cargada de poder. Incluso a aquella distancia el norteño sintió el potentisimo pulso mágico que surgió de la construcción, brillando como una bengala sobre la ciudad. Saren se quedó paralizado, conmocionado por aquella reacción tan violenta que acababa de hacer enloquecer Rocavarancolia. El chico oyó como cientos de grietas resquebrajaban el suelo de las calles, y la mas cercana estaba a apenas unos cuantos metros de su posición. Antes de que pudiera increpar a Ariv para que entrara en la biblioteca, una chica traslucida hizo acto de presencia, diciéndoles que se fueran de allí. A pesar de que era un fantasma, el idrino seguía siendo capaz de leer su lenguaje corporal, por lo que no le pasó por alto el cierto apego que parecía impulsarla a acercarse a Ariv. Otra figura hizo acto de presencia antes de que pudieran responderle al espíritu. Un pequeño repoblador que cabalgaba a una especie de armadillo llegó llamando a una tal Brina, nombre que Saren adjudicó a la chica fantasma por defecto. La situación era cada vez mas irreal, y las continuas distracciones habían hecho que Saren no prestara atención a la horda de monstruos que se les acercaba peligrosamente. En ese preciso instante unos cuantos seres que se parecían al que el repoblador cabalgaba, se le acercaron peligrosamente, haciendo que el pequeño jinete chillara asustado. Saren se tensó para lanzarse a ayudarle, pero al ver que los armadillos no le atacaban, se relajo momentáneamente, girándose hacia los demás monstruos.
-"Mierda -dijo al ver que ya se les echaban encima-, ¡entrad a la biblioteca ya! -les increpó, pasándole el hacha a Ariv para que se la cuidara-. No parece que quieran hacerte nada, muchacho -dijo dirigiéndose al repoblador-. Entra con tu amiga y la mía en el edificio, aprisa" -les urgió, girándose hacia el peligro e interponiéndose entre este y sus compañeros.
La primera criatura que le dio alcance era un ser parecido a un zorro con dientes afilados, cuya agresividad le había instado a correr mas rápido que sus compañeros. El engendro no frenó en su avance, y sin dudar saltó sobre el norteño, chocando contra él y rodando por el suelo en una confusión de pelo, plumas, colmillos y garras. En cuanto aquella cosa embistió contra él, el enorme ave cedió a sus instintos, revolviéndose furioso hasta estampar al zorro contra el suelo bajo una de sus garras. Saren proyectó su cabeza hacia delante y desgorró el cuello del zorro con su pico, haciendo manar la sangre. El norteño hinchó su pecho y abrió las alas, dando la impresión de crecer en tamaño, mientras un potente chillido rapaz surgía de su garganta, desafiando a aquella marabunta que se le echaba encima.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.