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- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Primer sueño de Connor
26/03/24, 11:32 am
La conciencia de Connor se ve arrastrada de vuelta a su cuerpo al protestar este contra el contacto frío e incómodo del suelo donde se encuentra tirado. Pedruscos y arena que pertenecen a un entorno desconocido se clavan en su piel incluso a través de la ropa. Un frío húmedo y cortante, propio de una catacumba donde nunca da el sol, cala en sus huesos. El aire hiede a musgo y a tierra húmeda.
Si hubiera que describir en una sola palabra el lugar que ven sus ojos al abrirse, podría decirse que se trata de un coliseo. Sin embargo, se encuentra cerrado o bajo tierra. No hay haces de luz natural que entren por ninguna rendija, sino una iluminación uniforme y artificial del color de las antorchas, sin origen claro, que hace posible ver en todas direcciones como si se tratase del filtro de una película.
Connor se encuentra en la zona central de la arena, frente a la pared de piedra que la separa del primer nivel de palcos. Aunque la estructura todavía se encuentra en pie, muchas piedras se han ido desprendiendo y desperdigando por el suelo. Más arriba, en la semioscuridad, se alzan más y más niveles de gradas hasta que apenas puede distinguirse un escalón de otro. Los distintos niveles están unidos por una red de escaleras, y divididos por las aberturas de los vomitorios.
A la altura de la arena tan solo hay salidas en ambos extremos del ovalo que es el coliseo, dos portones de madera podrida que se caen a pedazos por la humedad y que seguramente sean el acceso más rápido a los pasillos bajo las gradas. Pero lo que más llama la atención es el enorme boquete que se abre en el centro mismo de la arena, revelando que bajo esta se oculta un hipogeo, pero inundado hasta arriba de agua turbia.
El lugar puede parecer abandonado, dejado al azar ante los estragos del tiempo, pero no lo está. Al menos, no en ese momento, cuando dos pares de pasos resuenan en el primer nivel de las gradas, emergiendo desde la salida más cercana a donde se encuentra Connor. De los dos hombres que se aproximan al borde, solo uno, el más joven, le dedica un saludo burlón, llevándose un par de dedos a la frente en cuanto le ve. Ambos tienen la cara tan cubierta de cicatrices que sus expresiones aparentan toscas. El de pelo largo lleva el rostro cubierto de heridas de bala, y el de más edad lleva un intrincado dibujo de navajazos por todo su cuerpo. Connor podrá reconocerlos perfectamente pese a su deformidad. El porte, los gestos… pero sobre todo las cicatrices, ya que en el pasado fue él mismo quien se las hizo.
—¿Pensaste que no nos volverías a ver, eh, cabrón? —pregunta la voz inconfundible de Markus, que está haciendo crujir su puño derecho.
Roderick le hace un gesto para que calle, dando a entender que cuanto menos abra la boca, mejor. Cuando es él quien habla, lo hace de forma contenida y relajada, como lo haría alguien que tiene todo bajo control.
—Hace mucho tiempo que mataba por verte así. El perrito faldero de Eva, solo, desarmado… Tus buenos tiempos ya quedan lejos, ¿eh?
Sus labios esbozan una sonrisa torva, deformada por las cicatrices. Mirarlo desde su posición privilegiada parece causarle un placer que no puede ni pretende ocultar.
Si hubiera que describir en una sola palabra el lugar que ven sus ojos al abrirse, podría decirse que se trata de un coliseo. Sin embargo, se encuentra cerrado o bajo tierra. No hay haces de luz natural que entren por ninguna rendija, sino una iluminación uniforme y artificial del color de las antorchas, sin origen claro, que hace posible ver en todas direcciones como si se tratase del filtro de una película.
Connor se encuentra en la zona central de la arena, frente a la pared de piedra que la separa del primer nivel de palcos. Aunque la estructura todavía se encuentra en pie, muchas piedras se han ido desprendiendo y desperdigando por el suelo. Más arriba, en la semioscuridad, se alzan más y más niveles de gradas hasta que apenas puede distinguirse un escalón de otro. Los distintos niveles están unidos por una red de escaleras, y divididos por las aberturas de los vomitorios.
A la altura de la arena tan solo hay salidas en ambos extremos del ovalo que es el coliseo, dos portones de madera podrida que se caen a pedazos por la humedad y que seguramente sean el acceso más rápido a los pasillos bajo las gradas. Pero lo que más llama la atención es el enorme boquete que se abre en el centro mismo de la arena, revelando que bajo esta se oculta un hipogeo, pero inundado hasta arriba de agua turbia.
El lugar puede parecer abandonado, dejado al azar ante los estragos del tiempo, pero no lo está. Al menos, no en ese momento, cuando dos pares de pasos resuenan en el primer nivel de las gradas, emergiendo desde la salida más cercana a donde se encuentra Connor. De los dos hombres que se aproximan al borde, solo uno, el más joven, le dedica un saludo burlón, llevándose un par de dedos a la frente en cuanto le ve. Ambos tienen la cara tan cubierta de cicatrices que sus expresiones aparentan toscas. El de pelo largo lleva el rostro cubierto de heridas de bala, y el de más edad lleva un intrincado dibujo de navajazos por todo su cuerpo. Connor podrá reconocerlos perfectamente pese a su deformidad. El porte, los gestos… pero sobre todo las cicatrices, ya que en el pasado fue él mismo quien se las hizo.
—¿Pensaste que no nos volverías a ver, eh, cabrón? —pregunta la voz inconfundible de Markus, que está haciendo crujir su puño derecho.
Roderick le hace un gesto para que calle, dando a entender que cuanto menos abra la boca, mejor. Cuando es él quien habla, lo hace de forma contenida y relajada, como lo haría alguien que tiene todo bajo control.
—Hace mucho tiempo que mataba por verte así. El perrito faldero de Eva, solo, desarmado… Tus buenos tiempos ya quedan lejos, ¿eh?
Sus labios esbozan una sonrisa torva, deformada por las cicatrices. Mirarlo desde su posición privilegiada parece causarle un placer que no puede ni pretende ocultar.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Primer sueño de Connor
26/03/24, 02:00 pm
La conciencia de Connor se empezó a despertar poco a poco, mientras iba experimentando las primeras sensaciones del lugar que le rodeaba. La frialdad del ambiente y del suelo fue lo primero que su cuerpo notó y le provocó un par de escalofríos involuntarios, seguido del leve dolor punzante de algo apretando contra su piel y su ropa. Aún con los ojos cerrados y medio espabilándose, el motero soltó un suave quejido de entre sus labios y se removió incómodo, tendido en la arena bocabajo. El aire trajo consigo el hedor de la tierra mojada y el musgo, inundando sus fosas nasales y haciéndole torcer el gesto. Y fue entonces cuando su mente terminó de calentar los motores y arrancó de una puñetera vez.
-Hmmmm...- El motero abrió los ojos lentamente entre gruñidos, como si hubiera estado en un apacible sueño y no quisiera salir de él. Sin embargo, en cuanto su vista se empezó aclimatar a la luz del lugar rápidamente se puso en pie con una expresión de alarma en el rostro y aún la torpeza del estupor en su cuerpo.- ¡Qué cojones...!- Es lo único que pudo decir mientras miraba a su alrededor y de un lado a otro completamente aturdido. No se encontraba en su cuarto del torreón acompañado de Ethan y Nohlem, y desde luego no había estado durmiendo en su jodida cama... Se encontraba dentro de una especie de coliseo ruinoso, como esos que salían en las putas películas pero que ni de coña había visto jamás por sí mismo, menos aún uno como éste. Pues parecía encontrarse bajo tierra y aunque no debería llegar la luz desde allí... Lo hacía de alguna manera. Una luz de la tonalidad del fuego que inundaba su entorno pese a no haber putas antorchas en ninguna parte. Las filas y filas de gradas parecían interminables si intentaba alcanzar con la vista las más lejanas, confundiéndose entre ellas y creando aquel efecto.- ¿Donde mierda estoy...?- Murmuró mientras apretaba los puños con el ceño fruncido y empezaba a vigilar todo con el corazón bombeando más y más rápido, sintiéndose solo y sobre todo muy vulnerable. A pesar de la sensación de peligro inminente que sentía y de aturdimiento, Connor tuvo tiempo de mandar todo eso a tomar por culo en cuanto vio el enorme agujero inundado que se encontraba justo en el centro de aquella arena.- Joder....-
No. Ni de puta coña estaba en el torreón.
-Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.- Empezó a repetir una y otra vez sin dejar de mirar hacia todos lados y palpándose en vano la ropa por si tenía algo en el chaleco que fuera útil, con un miedo familiar haciéndose hueco poco a poco en sus costillas. El mismo que sintió con aquel jodido monstruo de sombras. Sus ojos se centraron en uno de los enormes portones de madera podrida que había en la arena, y tras un profundo suspiro se encaminó hacia la más cercana. Paso a paso y sin dejar de vigilar de vez en cuando su espalda. No sabía dónde cojones estaba, pero no era la primera vez que le secuestraban ya y no iba a ser el gilipollas que se dejara una tercera vez.
Fue entonces cuando todo se vino abajo como putas fichas de dominó.
Dos pares de pisadas resonaron en el primer nivel de las gradas y Connor se dio rápidamente la vuelta con la alerta en los ojos pero el ceño fruncido listo para lo que fuera. Pero acabó quedándose completamente paralizado, porque lo que vio era jodidamente imposible. Markus y Roderick... Estaban ahí. Su ceño fruncido se suavizó en el acto mientras sus ojos se abrían más y más por la sorpresa, sus puños cerrados y tensos abajo se abrieron lentamente a la vez que daba un par de pasos hacia atrás con un visible shock en su rostro. Los gestos de cada uno de ellos, sus formas de andar, sus... Cicatrices.
-No, no, no... Joder... No...- Connor murmuraba solo y completamente perdido en sí mismo, incapaz de apartar la vista de las heridas cicatrizadas que portaban. Los navajazos limpios en el torso de Roderick... Las heridas de bala en el rostro deformado de Markus. Daños que él mismo les había provocado.- Estáis muertos, joder... Yo os maté...- Volvió a murmurar para sí mismo más que para ellos, negando vehemente con la cabeza. Dio otro paso más hacia atrás. Sus ojos recorrían el suelo como si allí estuviera la respuesta, con el ceño fruncido y la mano derecha temblando ligeramente. Aquello no tenía ningún tipo de sentido, joder... No lo tenía para nada. Él mismo les había matado. Se estaba volviendo loco...- Os maté, joder... No... Que está...- Las dudas en su rostro eran claras, mientras intentaba procesar lo que estaba pasando. Irónicamente fue la propia voz de Roderick la que lo sacó de aquel trance. Su voz... SU PUTA VOZ. Llamándole "El perrito faldero de Eva" y clavándose en su piel como una puta navaja insidiosa. Aquel tono, aquellas palabras...
Connor soltó un jadeo incrédulo y parpadeó un par de veces, negando por última vez con la cabeza. Deshaciéndose poco a poco de la confusión mientras notaba otra sensación ya familiar para él, que se iba abriendo terreno poco a poco: La rabia. Incontrolable, violenta y... deseable. El motero alzó la vista del suelo para volver a mirarles con el ceño fruncido. Aquellos dos hijos de puta eran los responsables de las muertes de Yasser y Rhona y él los había matado por venganza, pero... ¿Ahora estaban vivos? Tenía que ser la ciudad. Rocavarancolia tenía que haberlos traído de vuelta... Eso era algo que él no podía permitir.
-Bajad aquí.- Soltó con una voz dura como el hierro mientras daba un paso hacia delante. El rostro deformándose en una mueca furibunda y los puños apretándose más y más, hasta volverse blancos. Sus ojos desprendían un odio y un desprecio ardiente.- Bajad aquí... ¡YA!- Gritó dándose un puñetazo en el pecho por la rabia, bufando por la rabia y respirando por la rabia. Volvió a dar otro par de pasos hacia delante a la misma vez que se desprendía del chaleco y lo dejaba tirado en el suelo, ésta vez sin importarle que se ensuciara.- Os maté una vez... Y pienso hacerlo de nuevo... ¡BAJAD DE UNA PUTA VEZ, CABRONES DE MIERDA!- Escupió con todas sus fuerzas mientras los animaba con ambas manos a que vinieran a por él.
-Hmmmm...- El motero abrió los ojos lentamente entre gruñidos, como si hubiera estado en un apacible sueño y no quisiera salir de él. Sin embargo, en cuanto su vista se empezó aclimatar a la luz del lugar rápidamente se puso en pie con una expresión de alarma en el rostro y aún la torpeza del estupor en su cuerpo.- ¡Qué cojones...!- Es lo único que pudo decir mientras miraba a su alrededor y de un lado a otro completamente aturdido. No se encontraba en su cuarto del torreón acompañado de Ethan y Nohlem, y desde luego no había estado durmiendo en su jodida cama... Se encontraba dentro de una especie de coliseo ruinoso, como esos que salían en las putas películas pero que ni de coña había visto jamás por sí mismo, menos aún uno como éste. Pues parecía encontrarse bajo tierra y aunque no debería llegar la luz desde allí... Lo hacía de alguna manera. Una luz de la tonalidad del fuego que inundaba su entorno pese a no haber putas antorchas en ninguna parte. Las filas y filas de gradas parecían interminables si intentaba alcanzar con la vista las más lejanas, confundiéndose entre ellas y creando aquel efecto.- ¿Donde mierda estoy...?- Murmuró mientras apretaba los puños con el ceño fruncido y empezaba a vigilar todo con el corazón bombeando más y más rápido, sintiéndose solo y sobre todo muy vulnerable. A pesar de la sensación de peligro inminente que sentía y de aturdimiento, Connor tuvo tiempo de mandar todo eso a tomar por culo en cuanto vio el enorme agujero inundado que se encontraba justo en el centro de aquella arena.- Joder....-
No. Ni de puta coña estaba en el torreón.
-Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.- Empezó a repetir una y otra vez sin dejar de mirar hacia todos lados y palpándose en vano la ropa por si tenía algo en el chaleco que fuera útil, con un miedo familiar haciéndose hueco poco a poco en sus costillas. El mismo que sintió con aquel jodido monstruo de sombras. Sus ojos se centraron en uno de los enormes portones de madera podrida que había en la arena, y tras un profundo suspiro se encaminó hacia la más cercana. Paso a paso y sin dejar de vigilar de vez en cuando su espalda. No sabía dónde cojones estaba, pero no era la primera vez que le secuestraban ya y no iba a ser el gilipollas que se dejara una tercera vez.
Fue entonces cuando todo se vino abajo como putas fichas de dominó.
Dos pares de pisadas resonaron en el primer nivel de las gradas y Connor se dio rápidamente la vuelta con la alerta en los ojos pero el ceño fruncido listo para lo que fuera. Pero acabó quedándose completamente paralizado, porque lo que vio era jodidamente imposible. Markus y Roderick... Estaban ahí. Su ceño fruncido se suavizó en el acto mientras sus ojos se abrían más y más por la sorpresa, sus puños cerrados y tensos abajo se abrieron lentamente a la vez que daba un par de pasos hacia atrás con un visible shock en su rostro. Los gestos de cada uno de ellos, sus formas de andar, sus... Cicatrices.
-No, no, no... Joder... No...- Connor murmuraba solo y completamente perdido en sí mismo, incapaz de apartar la vista de las heridas cicatrizadas que portaban. Los navajazos limpios en el torso de Roderick... Las heridas de bala en el rostro deformado de Markus. Daños que él mismo les había provocado.- Estáis muertos, joder... Yo os maté...- Volvió a murmurar para sí mismo más que para ellos, negando vehemente con la cabeza. Dio otro paso más hacia atrás. Sus ojos recorrían el suelo como si allí estuviera la respuesta, con el ceño fruncido y la mano derecha temblando ligeramente. Aquello no tenía ningún tipo de sentido, joder... No lo tenía para nada. Él mismo les había matado. Se estaba volviendo loco...- Os maté, joder... No... Que está...- Las dudas en su rostro eran claras, mientras intentaba procesar lo que estaba pasando. Irónicamente fue la propia voz de Roderick la que lo sacó de aquel trance. Su voz... SU PUTA VOZ. Llamándole "El perrito faldero de Eva" y clavándose en su piel como una puta navaja insidiosa. Aquel tono, aquellas palabras...
Connor soltó un jadeo incrédulo y parpadeó un par de veces, negando por última vez con la cabeza. Deshaciéndose poco a poco de la confusión mientras notaba otra sensación ya familiar para él, que se iba abriendo terreno poco a poco: La rabia. Incontrolable, violenta y... deseable. El motero alzó la vista del suelo para volver a mirarles con el ceño fruncido. Aquellos dos hijos de puta eran los responsables de las muertes de Yasser y Rhona y él los había matado por venganza, pero... ¿Ahora estaban vivos? Tenía que ser la ciudad. Rocavarancolia tenía que haberlos traído de vuelta... Eso era algo que él no podía permitir.
-Bajad aquí.- Soltó con una voz dura como el hierro mientras daba un paso hacia delante. El rostro deformándose en una mueca furibunda y los puños apretándose más y más, hasta volverse blancos. Sus ojos desprendían un odio y un desprecio ardiente.- Bajad aquí... ¡YA!- Gritó dándose un puñetazo en el pecho por la rabia, bufando por la rabia y respirando por la rabia. Volvió a dar otro par de pasos hacia delante a la misma vez que se desprendía del chaleco y lo dejaba tirado en el suelo, ésta vez sin importarle que se ensuciara.- Os maté una vez... Y pienso hacerlo de nuevo... ¡BAJAD DE UNA PUTA VEZ, CABRONES DE MIERDA!- Escupió con todas sus fuerzas mientras los animaba con ambas manos a que vinieran a por él.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Primer sueño de Connor
26/03/24, 07:50 pm
Las sonrisas con las que Roderick y Markus observan a Connor solo se ensanchan al ver su desconcierto y cómo se enciende su ira. Desde allí arriba le observan como si se tratase de una cucaracha.
—Lo siento, Connor, pero no voy a volver a cometer el error de enfrentarme directamente a una bestia como tú —responde Roderick con calma—. Si he tardado tanto en volver a dejarme ver es porque necesitaba planificar un poco mejor esta vez. Markus —llama a su compañero—, encárgate.
Roderick retrocede y desaparece de la vista de Connor, marchándose por donde había venido. Los pies de Markus continúan clavados en el suelo con firmeza, como si estuviera aceptando el reto que no tiene intención de llevar a cabo.
—No serás tan gallito dentro de un momento —se burla, y de su bolsillo saca un teléfono móvil sobre cuya pantalla hace un par de movimientos.
Al momento se escucha el sonido de una trampilla abriéndose por encima de sus cabezas, en la distancia, donde la oscuridad no permite ver. Una extraña estructura metálica se desploma directamente hacia el boquete en la arena, siendo lo primero que puede verse dos jaulas cuadradas que caen a plomo. Cuando la base de estas toca el agua frena contra ella durante el tiempo suficiente para que Connor pueda ver quiénes se encuentran tras los barrotes.
A un lado, hombres y mujeres fuertes, de edades variadas, ropas de cuero, tatuajes y barbas vistosas. Wyverns. Su familia, parte de ella.
Al otro, niños y jóvenes, ropas raídas, algún rasgo sin sentido pero al que ya se ha acostumbrado como pelo o escamas. Sus compañeros de Rocavarancolia.
Son siete de cada lado. No podrá cruzar su mirada con todos ellos antes de que se levante una gran ola y se hundan ambas jaulas hasta el vértice, pero podrá reconocer a varios. El pelo naranja de Nohlem, el mostacho característico de Blake o los ojos rasgados de Ethan. Después, solo habrá brazos que asoman con desesperación por los laterales o golpean el techo metálico desde dentro. Manos tatuadas y pieles curtidas a su derecha; dedos más pequeños, escamas violetas y garras peludas a su izquierda.
La longitud de la cadena que sostiene las jaulas es la justa para que nadie pueda asomarse a tomar aire. Pero hay algo más, ambas jaulas están unidas a una misma barra que, a su vez, cuelga del techo por su centro exacto. La estructura que las sujeta es una balanza y, ahora mismo, ambos lados pesan lo mismo, por lo que las jaulas permanecen hundidas, asfixiando a sus reclusos.
—¡Yo de ti me daría prisa si no quieres que mueran todos! —exclama Markus con una carcajada—. ¡Suerte tomando una decisión, capullo!
Markus echa a correr y sigue los pasos de Roderick, dejando a Connor solo con los sonidos agónicos de golpes y gritos ahogados bajo el agua. Solo en una carrera contra el tiempo, contra sus propios pensamientos.
Si quiere perseguirlos debería ponerse en marcha al momento. Al muro le faltan algunas piedras, que se encuentran caídas a los pies de Connor, por lo que podría treparlo con cuidado para alcanzarlos más rápido de lo que lo haría si se pierde en los corredores bajo las gradas.
Si se queda para ayudar, la única manera de subir las jaulas lo suficiente para permitir respirar a sus cautivos es bajando la opuesta con más peso encima. Aunque pudiese romper la cadena, solo conseguiría que ambas cayesen más profundo, y toda la estructura es tan pesada que no es posible levantarla sin una grúa.
En la lejanía, una última carcajada de Markus se amplifica y reverbera gracias a la acústica del coliseo.
—Lo siento, Connor, pero no voy a volver a cometer el error de enfrentarme directamente a una bestia como tú —responde Roderick con calma—. Si he tardado tanto en volver a dejarme ver es porque necesitaba planificar un poco mejor esta vez. Markus —llama a su compañero—, encárgate.
Roderick retrocede y desaparece de la vista de Connor, marchándose por donde había venido. Los pies de Markus continúan clavados en el suelo con firmeza, como si estuviera aceptando el reto que no tiene intención de llevar a cabo.
—No serás tan gallito dentro de un momento —se burla, y de su bolsillo saca un teléfono móvil sobre cuya pantalla hace un par de movimientos.
Al momento se escucha el sonido de una trampilla abriéndose por encima de sus cabezas, en la distancia, donde la oscuridad no permite ver. Una extraña estructura metálica se desploma directamente hacia el boquete en la arena, siendo lo primero que puede verse dos jaulas cuadradas que caen a plomo. Cuando la base de estas toca el agua frena contra ella durante el tiempo suficiente para que Connor pueda ver quiénes se encuentran tras los barrotes.
A un lado, hombres y mujeres fuertes, de edades variadas, ropas de cuero, tatuajes y barbas vistosas. Wyverns. Su familia, parte de ella.
Al otro, niños y jóvenes, ropas raídas, algún rasgo sin sentido pero al que ya se ha acostumbrado como pelo o escamas. Sus compañeros de Rocavarancolia.
Son siete de cada lado. No podrá cruzar su mirada con todos ellos antes de que se levante una gran ola y se hundan ambas jaulas hasta el vértice, pero podrá reconocer a varios. El pelo naranja de Nohlem, el mostacho característico de Blake o los ojos rasgados de Ethan. Después, solo habrá brazos que asoman con desesperación por los laterales o golpean el techo metálico desde dentro. Manos tatuadas y pieles curtidas a su derecha; dedos más pequeños, escamas violetas y garras peludas a su izquierda.
La longitud de la cadena que sostiene las jaulas es la justa para que nadie pueda asomarse a tomar aire. Pero hay algo más, ambas jaulas están unidas a una misma barra que, a su vez, cuelga del techo por su centro exacto. La estructura que las sujeta es una balanza y, ahora mismo, ambos lados pesan lo mismo, por lo que las jaulas permanecen hundidas, asfixiando a sus reclusos.
—¡Yo de ti me daría prisa si no quieres que mueran todos! —exclama Markus con una carcajada—. ¡Suerte tomando una decisión, capullo!
Markus echa a correr y sigue los pasos de Roderick, dejando a Connor solo con los sonidos agónicos de golpes y gritos ahogados bajo el agua. Solo en una carrera contra el tiempo, contra sus propios pensamientos.
Si quiere perseguirlos debería ponerse en marcha al momento. Al muro le faltan algunas piedras, que se encuentran caídas a los pies de Connor, por lo que podría treparlo con cuidado para alcanzarlos más rápido de lo que lo haría si se pierde en los corredores bajo las gradas.
Si se queda para ayudar, la única manera de subir las jaulas lo suficiente para permitir respirar a sus cautivos es bajando la opuesta con más peso encima. Aunque pudiese romper la cadena, solo conseguiría que ambas cayesen más profundo, y toda la estructura es tan pesada que no es posible levantarla sin una grúa.
En la lejanía, una última carcajada de Markus se amplifica y reverbera gracias a la acústica del coliseo.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Primer sueño de Connor
27/03/24, 04:33 pm
-Puto cobarde de mierda...- Escupió con los puños aún apretados por la rabia al escuchar a Roderick desentenderse e ignorar su desafío. Cuando le dio la espalda y empezó a marcharse Connor dio otro paso hacia delante, bufando de mala hostia ante aquello.-¡EH! ¿¡ADÓNDE MIERDA CREES QUE VAS!? ¡VUELVE AQUÍ, JODER!- Vociferó antes de mostrarle forzosamente atención a Markus, a sus palabras y a sus movimientos con el móvil.-¿Qué estás...?- Apenas preguntó con dudas en su voz antes de que un sonido hiciera presencia en el techo, mucho más allá de donde alcanzaba la luz que no venía de ninguna parte.
No le dio tiempo a hacer mucho más, ni girarse hacia Markus y ni mucho menos preguntarle de qué cojones iba todo eso. Porque tras el ruido de trampilla rápidamente cayeron del techo dos grandes jaulas, haciendo un buen estruendo cuando impactaron contra el agua de aquel enorme agujero del centro de la arena. Connor se sobresaltó en el sitio, con todos los sentidos muy alertas y el bombeo de su corazón mostrándole a cada latido lo jodidamente nervioso que estaba. Y sin embargo sintió que ese corazón se paraba durante unos segundos al ver quiénes estaban dentro de las jaulas... No los pudo ver bien a todos, pero fue fácil identificar a muchos de los miembros del club a un lado, mientras que al otro eran inconfundibles las escamas moradas de Räg, el pelo anaranjado de Nohlem, el rostro de Ethan o las garras de Scheniak... Ambo grupos ahogándose a cada segundo que pasaba, mientras sus celdas se iban hundiendo más y más... <<NO>> Fue lo único que su mente pudo gritar antes de girarse hacia un Markus con el rostro descompuesto entre la rabia y el miedo.
-¡Déjalos, joder! ¡Hijo de puta, ellos no te han hecho nada!- Volvió a escupir mientras veía a Markus soltar varias carcajadas y empezar a correr de vuelta con Roderick.- ¡ESPERA, NO!- En un par de segundos Markus había desaparecido, dejándolo solo en aquel lugar y una terrible decisión en sus manos. Su primer instinto fue dar dos pasos apresurados hacia delante, con la intención de correr en su busca y quitarle aquel móvil que parecía controlar la trampilla y quizás las celdas. Pero rápidamente se paró en seco. No, eso no tenía ningún tipo de sentido... Markus era rápido y estaba en forma, tardaría lo suficiente en cogerlo como para que a la vuelta ya estuvieran todos muertos. Y seguía estando con Roderick...- MIERDA. MIERDA. MIERDA.- Connor se llevó ambas manos a la cabeza, frotándose el cabello violentamente mientras intentaba pensar, visiblemente frustrado y confundido... Un vistazo hacia las celdas sumergidas le hizo correr hacia ellas, convencido de que no podía salvarlos persiguiendo a aquellos dos cabrones.
Entre jadeos y respiraciones nerviosas, un corazón que bombeaba por el límite de su velocidad normal y un cuerpo que temblaba a ratos Connor analizó aquella especie de balanza en la que pendían ambas jaulas. Una estructura imposible de levantar o romper por sí mismo. Le bastó un solo vistazo para entender cómo iba exactamente aquella mierda... Los ojos del motero bailaron de un grupo a otro, antes de girarse hacia la zona dónde habían estado antes Markus y Roderick con un breve pero violento arrebato de furia renovada.
-¡Os encontraré! ¿¡Me oís, cabrones!? ¡Os encontraré y os mataré de nuevo! ¡JODER JODER JODER!- Soltó un jadeo entre cortado, como si toda su ira se hubiera desinflado como un puto globo. Luego se volvió hacia aquel pozo gigante. El rostro de Connor estaba descompuesto de puro estrés mientras empezaba a pensar qué hacer. El tiempo se acababa puñeteramente rápido. Ya no había vuelta atrás.- Vale... Vale... Mierda....- A un lado tenía a parte de los Wyverns. Su familia. Había visto el característico mostacho de Blake entre la multitud antes de que el agua le arrastrara, pero no sabía quién más le acompañaba, pero daba por seguro que Eva tenía que estar ahí... Eran su puta familia, quiénes le acogieron y lo sacaron de las calles. A otro lado estaban sus compañeros de torreón, dónde sabía con seguridad que estaban Räg, Nohlem, Ethan y Szcheniak, pero no sabía quiénes había detrás de ellos. Habían sobrevivido juntos desde el principio de todo y le habían enseñado a abrirse hacia los desconocidos. Mostrarse sin recelo ante los demás y apreciar a gente fuera del club... El sudor frío recorría su espalda mientras pensaba... Demasiadas dudas y preguntas para tan poco tiempo.
Roderick y Markus habían muerto, pero ahora estaban vivos... ¿Eso quería decir que era posible que Rhona y Yasser lo estaban también? ¿Y si se encontraban dentro de esa jaula? Por otro lado no había visto a Aniol y Damian en la celda, pero había pasado todo tan rápido que podría ser así... El Roderick y el Markus que conocía eran dos grandísimos hijos de puta, pero nunca serían capaces de tocar a unos críos o nunca habrían pertenecido a los Wyverns en un primer lugar. Pero ahora parecían diferentes y no podía estar seguro de nada... Mierda, mierda, mierda... Ya llevaba un rato pensando. Tenía que actuar ya... Tenía que tomar una decisión rápida y vivir con ello. Tenía que confiar en su instinto.
-¡JODER!- Gritó antes de saltar hacia una de las jaulas. El impacto contra el techo le hizo soltar todo el aire de sus pulmones con un quejido doloroso.- ¡UUFFF!- Sus cien kilos extras empezaban a hundir la celda en el agua, en consecuencia a ello la cadena de la otra empezó a subir con un chirrido y él empezó a hundirse en el agua junto con la jaula rechazada. Connor se agarró de la cadena para incorporarse pesadamente, con una angustia profunda en su rostro.- Lo siento... Joder, lo siento... Lo siento... Perdonadme, cabronazos...- El motero frunció el ceño y apretó la mandíbula, mientras intentaba hacer caso omiso de los movimientos debajo de él... Pronto la celda de al lado se encontró fuera del agua. Connor se quedó en silencio esperando haber tenido razón en su elección, si es que eso era posible, con la mirada perdida en el fondo del pozo y la respiración agitada. -Tengo que hacerlo, joder... Lo siento...-
Se sentía un puto traidor... Y eso es porque lo era. Los estaba matando o ya estaban muertos. Habían vivido muchas mierdas juntos. Habían reído, bailado y sufrido juntos. Y ahora los estaba ahogando bajo sus pies. Tras otro jadeo más, Connor alzó la vista lentamente. Era un puto monstruo, joder sí lo era. Pero era más fácil matar a Roderick y a Markus. Cerró los ojos un instante antes de abrirlos de nuevo y dirigirse hacia la celda alzada.
-¿Estáis bien?- Dijo con una voz casi inexpresiva excepto por los jadeos continuos, como si aquella terrible decisión se hubiera llevado todo lo que era...- ¿Podéis salir de ahí? Porque esos cabrones siguen ahí fuera... Y tenéis que ayudarme a encontrarlos, joder... Nunca... Nunca me dejarán en paz y a vosotros tampoco...- Murmuró mientras su vista se posaba en uno y en otro.
En la celda de enfrente suya y alzada por el nivel del pozo... Se encontraban los Wyverns capturados. Solo esperaba tener razón y que Roderick y Markus no hubieran sido capaces de secuestrar a los críos.
No le dio tiempo a hacer mucho más, ni girarse hacia Markus y ni mucho menos preguntarle de qué cojones iba todo eso. Porque tras el ruido de trampilla rápidamente cayeron del techo dos grandes jaulas, haciendo un buen estruendo cuando impactaron contra el agua de aquel enorme agujero del centro de la arena. Connor se sobresaltó en el sitio, con todos los sentidos muy alertas y el bombeo de su corazón mostrándole a cada latido lo jodidamente nervioso que estaba. Y sin embargo sintió que ese corazón se paraba durante unos segundos al ver quiénes estaban dentro de las jaulas... No los pudo ver bien a todos, pero fue fácil identificar a muchos de los miembros del club a un lado, mientras que al otro eran inconfundibles las escamas moradas de Räg, el pelo anaranjado de Nohlem, el rostro de Ethan o las garras de Scheniak... Ambo grupos ahogándose a cada segundo que pasaba, mientras sus celdas se iban hundiendo más y más... <<NO>> Fue lo único que su mente pudo gritar antes de girarse hacia un Markus con el rostro descompuesto entre la rabia y el miedo.
-¡Déjalos, joder! ¡Hijo de puta, ellos no te han hecho nada!- Volvió a escupir mientras veía a Markus soltar varias carcajadas y empezar a correr de vuelta con Roderick.- ¡ESPERA, NO!- En un par de segundos Markus había desaparecido, dejándolo solo en aquel lugar y una terrible decisión en sus manos. Su primer instinto fue dar dos pasos apresurados hacia delante, con la intención de correr en su busca y quitarle aquel móvil que parecía controlar la trampilla y quizás las celdas. Pero rápidamente se paró en seco. No, eso no tenía ningún tipo de sentido... Markus era rápido y estaba en forma, tardaría lo suficiente en cogerlo como para que a la vuelta ya estuvieran todos muertos. Y seguía estando con Roderick...- MIERDA. MIERDA. MIERDA.- Connor se llevó ambas manos a la cabeza, frotándose el cabello violentamente mientras intentaba pensar, visiblemente frustrado y confundido... Un vistazo hacia las celdas sumergidas le hizo correr hacia ellas, convencido de que no podía salvarlos persiguiendo a aquellos dos cabrones.
Entre jadeos y respiraciones nerviosas, un corazón que bombeaba por el límite de su velocidad normal y un cuerpo que temblaba a ratos Connor analizó aquella especie de balanza en la que pendían ambas jaulas. Una estructura imposible de levantar o romper por sí mismo. Le bastó un solo vistazo para entender cómo iba exactamente aquella mierda... Los ojos del motero bailaron de un grupo a otro, antes de girarse hacia la zona dónde habían estado antes Markus y Roderick con un breve pero violento arrebato de furia renovada.
-¡Os encontraré! ¿¡Me oís, cabrones!? ¡Os encontraré y os mataré de nuevo! ¡JODER JODER JODER!- Soltó un jadeo entre cortado, como si toda su ira se hubiera desinflado como un puto globo. Luego se volvió hacia aquel pozo gigante. El rostro de Connor estaba descompuesto de puro estrés mientras empezaba a pensar qué hacer. El tiempo se acababa puñeteramente rápido. Ya no había vuelta atrás.- Vale... Vale... Mierda....- A un lado tenía a parte de los Wyverns. Su familia. Había visto el característico mostacho de Blake entre la multitud antes de que el agua le arrastrara, pero no sabía quién más le acompañaba, pero daba por seguro que Eva tenía que estar ahí... Eran su puta familia, quiénes le acogieron y lo sacaron de las calles. A otro lado estaban sus compañeros de torreón, dónde sabía con seguridad que estaban Räg, Nohlem, Ethan y Szcheniak, pero no sabía quiénes había detrás de ellos. Habían sobrevivido juntos desde el principio de todo y le habían enseñado a abrirse hacia los desconocidos. Mostrarse sin recelo ante los demás y apreciar a gente fuera del club... El sudor frío recorría su espalda mientras pensaba... Demasiadas dudas y preguntas para tan poco tiempo.
Roderick y Markus habían muerto, pero ahora estaban vivos... ¿Eso quería decir que era posible que Rhona y Yasser lo estaban también? ¿Y si se encontraban dentro de esa jaula? Por otro lado no había visto a Aniol y Damian en la celda, pero había pasado todo tan rápido que podría ser así... El Roderick y el Markus que conocía eran dos grandísimos hijos de puta, pero nunca serían capaces de tocar a unos críos o nunca habrían pertenecido a los Wyverns en un primer lugar. Pero ahora parecían diferentes y no podía estar seguro de nada... Mierda, mierda, mierda... Ya llevaba un rato pensando. Tenía que actuar ya... Tenía que tomar una decisión rápida y vivir con ello. Tenía que confiar en su instinto.
-¡JODER!- Gritó antes de saltar hacia una de las jaulas. El impacto contra el techo le hizo soltar todo el aire de sus pulmones con un quejido doloroso.- ¡UUFFF!- Sus cien kilos extras empezaban a hundir la celda en el agua, en consecuencia a ello la cadena de la otra empezó a subir con un chirrido y él empezó a hundirse en el agua junto con la jaula rechazada. Connor se agarró de la cadena para incorporarse pesadamente, con una angustia profunda en su rostro.- Lo siento... Joder, lo siento... Lo siento... Perdonadme, cabronazos...- El motero frunció el ceño y apretó la mandíbula, mientras intentaba hacer caso omiso de los movimientos debajo de él... Pronto la celda de al lado se encontró fuera del agua. Connor se quedó en silencio esperando haber tenido razón en su elección, si es que eso era posible, con la mirada perdida en el fondo del pozo y la respiración agitada. -Tengo que hacerlo, joder... Lo siento...-
Se sentía un puto traidor... Y eso es porque lo era. Los estaba matando o ya estaban muertos. Habían vivido muchas mierdas juntos. Habían reído, bailado y sufrido juntos. Y ahora los estaba ahogando bajo sus pies. Tras otro jadeo más, Connor alzó la vista lentamente. Era un puto monstruo, joder sí lo era. Pero era más fácil matar a Roderick y a Markus. Cerró los ojos un instante antes de abrirlos de nuevo y dirigirse hacia la celda alzada.
-¿Estáis bien?- Dijo con una voz casi inexpresiva excepto por los jadeos continuos, como si aquella terrible decisión se hubiera llevado todo lo que era...- ¿Podéis salir de ahí? Porque esos cabrones siguen ahí fuera... Y tenéis que ayudarme a encontrarlos, joder... Nunca... Nunca me dejarán en paz y a vosotros tampoco...- Murmuró mientras su vista se posaba en uno y en otro.
En la celda de enfrente suya y alzada por el nivel del pozo... Se encontraban los Wyverns capturados. Solo esperaba tener razón y que Roderick y Markus no hubieran sido capaces de secuestrar a los críos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Primer sueño de Connor
28/03/24, 06:55 pm
A través del techo metálico de la jaula hundida Connor todavía podrá sentir manotazos que se traducen en pequeñas vibraciones que llegan a sus botas. Las manos de los que habían sido sus amigos aún buscan algo más allá de los barrotes, cualquier salvación posible, aunque ahora que se han hundido más algunas empiezan a perder fuerzas y flotar fláccidas. Los gritos que había oído previamente habrían dejado sin aire a más de uno.
Los Wyverns no se encuentran mucho mejor cuando los ve emerger. La mayoría necesitan toser algo de agua antes de poder ponerse a hablar, y algunos incluso requieren la ayuda de otros para mantenerse a flote. Con la jaula ligeramente por encima del nivel del agua, Connor ya podrá contar siete personas dentro, y reconocer a cada una de ellas. Eva no se encuentra en el grupo.
—¡Hostia, Connor, nunca me había alegrado tanto de ver tu puta cresta rosa! ¿Dónde has estado metido todo este tiempo?
—¡Connor! Joder, nos has salvado, joder… pensé que no lo contaba.
—Calma, respira despacio, ya estamos a salvo.
Aun entre toses y jadeos se desata un caos teñido de alivio, por lo que nadie responde de inmediato a sus palabras. Varios están asomando un brazo por la jaula en dirección al canadiense mientras se aferran con el otro a los barrotes. Hay poco más de un metro entre el techo de la jaula y el nivel del agua, y ni siquiera pueden tocar con los pies en el suelo de esta.
—Estamos atrapados —le confirma finalmente Blake—, no tenemos llaves para abrir la puerta. Vas a tener que buscar algo con lo que poder sacarnos, chico.
—¿Pero y Roderick? ¡Tiene que encontrar a ese hijo de puta y a la rata de Markus y hacérselo pagar! Tiene a más de nosotros, Connor, tienes que encontrarlos antes de que les hagan nada —le pide una mujer de unos cincuenta años.
—No sé si os estáis dando cuenta de la situación en la que estamos, ¿cómo cojones va a moverse del sitio? —replica otro chico joven.
—¡Con eso! —exclama la mujer tras echar un vistazo rápido en todas direcciones, y señala los cascotes que hay en la arena.
—Ah, no. No, no, no. ¿Y si se caen las piedras o algo mientras estamos aquí dentro? —protesta el chico.
—Pues a menos que encuentre una jodida sierra circular casualmente por ahí tirada lo más fácil es que busque a esos hijos de puta y les quite las llaves —replica la mujer.
Todos miran a Connor. Al final, el único que puede elegir el curso de acción es él.
Los Wyverns no se encuentran mucho mejor cuando los ve emerger. La mayoría necesitan toser algo de agua antes de poder ponerse a hablar, y algunos incluso requieren la ayuda de otros para mantenerse a flote. Con la jaula ligeramente por encima del nivel del agua, Connor ya podrá contar siete personas dentro, y reconocer a cada una de ellas. Eva no se encuentra en el grupo.
—¡Hostia, Connor, nunca me había alegrado tanto de ver tu puta cresta rosa! ¿Dónde has estado metido todo este tiempo?
—¡Connor! Joder, nos has salvado, joder… pensé que no lo contaba.
—Calma, respira despacio, ya estamos a salvo.
Aun entre toses y jadeos se desata un caos teñido de alivio, por lo que nadie responde de inmediato a sus palabras. Varios están asomando un brazo por la jaula en dirección al canadiense mientras se aferran con el otro a los barrotes. Hay poco más de un metro entre el techo de la jaula y el nivel del agua, y ni siquiera pueden tocar con los pies en el suelo de esta.
—Estamos atrapados —le confirma finalmente Blake—, no tenemos llaves para abrir la puerta. Vas a tener que buscar algo con lo que poder sacarnos, chico.
—¿Pero y Roderick? ¡Tiene que encontrar a ese hijo de puta y a la rata de Markus y hacérselo pagar! Tiene a más de nosotros, Connor, tienes que encontrarlos antes de que les hagan nada —le pide una mujer de unos cincuenta años.
—No sé si os estáis dando cuenta de la situación en la que estamos, ¿cómo cojones va a moverse del sitio? —replica otro chico joven.
—¡Con eso! —exclama la mujer tras echar un vistazo rápido en todas direcciones, y señala los cascotes que hay en la arena.
—Ah, no. No, no, no. ¿Y si se caen las piedras o algo mientras estamos aquí dentro? —protesta el chico.
—Pues a menos que encuentre una jodida sierra circular casualmente por ahí tirada lo más fácil es que busque a esos hijos de puta y les quite las llaves —replica la mujer.
Todos miran a Connor. Al final, el único que puede elegir el curso de acción es él.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Primer sueño de Connor
30/03/24, 10:40 am
El corazón de Connor latía con fuerza y su respiración se encontraba agitada a pesar de su voz monocorde, como si su cuerpo le estuviera recordando que tras aquella puta elección nada sería lo mismo. Él no sería el mismo. Y menos todavía mientras aún notara algunas vibraciones debajo de sus pies, movimientos cada vez más débiles que intentaban desesperadamente luchar por sobrevivir. Por encontrar una jodida pizca de oxígeno como fuera. Connor se negaba a mirar hacia abajo porque sabía lo que encontraría, manos y garras desesperadas... Quizás para agarrarle y hundirle con ellos. Y no podía culparles de una mierda.
En cambio, el motero seguía con la vista alzada hacia el club. Hacia su familia. Tras lo que había hecho no podía negar que se sentía algo aturdido, como si lo que acabara de pasar no fuera del todo real, pero su mirada no funcionaba tan jodidamente lenta. Volaba rápido de un hermano a otro buscando que todos estuvieran bien, que aquello hubiera merecido la puta pena. Buscando haberlos salvado.
-Joder...- Fue capaz de decir mientras una sensación de alivio le inundaba poco a poco. Estaban bien. Estaban a salvo. Jadeó un par de veces y su rostro no pudo evitar esbozar el intento de una leve sonrisa.- Me alegro de que estéis bien, cabronazos... Yo... Me alegro mucho, joder...- Murmuró todavía aferrado a la cadena. Vida frente a él y muerte bajo sus pies. Y no había otra forma de explicar cómo se sentía, porque había perdido algo especial... Amigos marcados por la supervivencia, pero amigos... Y eso le había recuperado a su familia. Un conflicto de emociones contrarias que se arremolinaban dentro de él como un puto tornado.
Connor se limitó a escuchar a sus hermanos Wyverns debatir entre ellos. Era imposible que salieran de allí por sí mismo, así que eso era un puñetero problema de cojones. Sin embargo fue la respuesta de la mujer lo que le hizo abrir los ojos por la sorpresa... Roderick y Markus habían secuestrado a más de ellos....
-¿Tienen a más? ¿Pero cómo cojones os han pillado por sorpresa?- Dijo confundido y sin pasársele por la cabeza preguntarles cómo habían llegado hasta allí. Su ceño se fue frunciendo de nuevo y sus puños se cerraron, buscando una emoción familiar y que tras todo aquel puto estrés era jodidamente bienvenida de nuevo. El rostro de Connor empezó a torcerse mientras empezaba a enfadarse. -Joder... Pienso reventar a esos hijos de puta...- Le contestó a la mujer y al resto. Y pese a lo poco que le gustaba, pronto quedó claro que la única forma de sacarlos de allí era recuperar las llaves o aquel móvil de Markus. Por lo que no iba a tener ayuda por parte de ellos. Si quería mantenerlos a flote mientras tanto los cascotes eran buena idea, pero por muy desagradable que fuera lo que iba a hacer no podía permitirse pensar en los de abajo. No podía pensar en Räg, Ethan, Szcheniak, Nohlem ni en nadie más... No hasta que hubiera terminado con todo aquello. Podía odiarse el resto de su puta vida si lograba sacar a los Wyverns de allí. Eso podía hacerlo. Connor asintió mientras se preparaba.- En cuanto salte de aquí respirad hondo, no sé cuántos putas piedras de esas harán falta pero... Intentaré no tardar.... Vale...¡YA!-
Sin más dilación Connor saltaría de aquella celda en dirección a tierra firme, hacia los cascotes desprendidos de la pared. Corrió y corrió y corrió, mientras escuchaba la celda de los Wyverns volver a bajar hacia el agua. El pulso acelerado y el corazón en un puño mientras se movía tan rápido como podía. Aún así el proceso fue sencillo, nada más llegar cargó uno de los cascotes al hombro y volvió hacia la celda con rapidez. La primera piedra colocada fue la más difícil de todas y no porque tuviera que nadar un poco con ella a cuestas... Colocarla encima del techo de sus compañeros de torreón fue como matarlos otra vez, tomar de nuevo la puta decisión de sacrificarlos. Solo esperaba seguir conociendo a eso cabrones y esperar que Damian y Aniol al menos sí estuvieran a salvo. Y aunque no tenía tiempo para decir lo mucho que lo sentía y allí abajo no había nadie para escucharle, su mirada lo reflejaba nítidamente. Markus y Roderick también sufrirían por eso, lo tenía jodidamente claro. Cada piedra colocada era un peso mayor en su pecho. Había hecho tantas cosas y le había hecho daño a tanta gente que pensaría que aquello podría ser fácil, pero no lo era. No cuando le habían importado... Aún así se aferró a la esperanza de que cada vez podía ver de nuevo a los Wyverns a flote. Se aferró a aquella motivación como si fuera un puto bote salvavidas, mientras iba hundiendo más y más la otra celda. Pronto todo terminó y Connor jadeó por el esfuerzo.
-Vale... Joder... Ya está... Ahora voy a buscar a esos hijos de puta y os saco de aquí. Luego salvamos al resto... Si por lo que sea los putos cascotes empiezan a caerse... Gritad como cabrones. Si os escucho intentaré volver...- Connor asentiría con la cabeza armándose de valor antes de darles la espalda en dirección hacia el pasillo donde habían desaparecido Markus y Roderick, pero en el último momento se giró hacia ellos por última vez y su vista se clavó en la jaula de al lado. Dejó escapar un suspiro y negó tristemente con la cabeza ante de hablarles a los Wyverns. -No habría sobrevivido sin ellos... Eran... No se merecían esto, joder...
Connor se dio la vuelta y no volvió a mirar atrás.Tenía que buscar a los demas Wyverns.Tenía que encontrar a Markus y a Roderick.
En cambio, el motero seguía con la vista alzada hacia el club. Hacia su familia. Tras lo que había hecho no podía negar que se sentía algo aturdido, como si lo que acabara de pasar no fuera del todo real, pero su mirada no funcionaba tan jodidamente lenta. Volaba rápido de un hermano a otro buscando que todos estuvieran bien, que aquello hubiera merecido la puta pena. Buscando haberlos salvado.
-Joder...- Fue capaz de decir mientras una sensación de alivio le inundaba poco a poco. Estaban bien. Estaban a salvo. Jadeó un par de veces y su rostro no pudo evitar esbozar el intento de una leve sonrisa.- Me alegro de que estéis bien, cabronazos... Yo... Me alegro mucho, joder...- Murmuró todavía aferrado a la cadena. Vida frente a él y muerte bajo sus pies. Y no había otra forma de explicar cómo se sentía, porque había perdido algo especial... Amigos marcados por la supervivencia, pero amigos... Y eso le había recuperado a su familia. Un conflicto de emociones contrarias que se arremolinaban dentro de él como un puto tornado.
Connor se limitó a escuchar a sus hermanos Wyverns debatir entre ellos. Era imposible que salieran de allí por sí mismo, así que eso era un puñetero problema de cojones. Sin embargo fue la respuesta de la mujer lo que le hizo abrir los ojos por la sorpresa... Roderick y Markus habían secuestrado a más de ellos....
-¿Tienen a más? ¿Pero cómo cojones os han pillado por sorpresa?- Dijo confundido y sin pasársele por la cabeza preguntarles cómo habían llegado hasta allí. Su ceño se fue frunciendo de nuevo y sus puños se cerraron, buscando una emoción familiar y que tras todo aquel puto estrés era jodidamente bienvenida de nuevo. El rostro de Connor empezó a torcerse mientras empezaba a enfadarse. -Joder... Pienso reventar a esos hijos de puta...- Le contestó a la mujer y al resto. Y pese a lo poco que le gustaba, pronto quedó claro que la única forma de sacarlos de allí era recuperar las llaves o aquel móvil de Markus. Por lo que no iba a tener ayuda por parte de ellos. Si quería mantenerlos a flote mientras tanto los cascotes eran buena idea, pero por muy desagradable que fuera lo que iba a hacer no podía permitirse pensar en los de abajo. No podía pensar en Räg, Ethan, Szcheniak, Nohlem ni en nadie más... No hasta que hubiera terminado con todo aquello. Podía odiarse el resto de su puta vida si lograba sacar a los Wyverns de allí. Eso podía hacerlo. Connor asintió mientras se preparaba.- En cuanto salte de aquí respirad hondo, no sé cuántos putas piedras de esas harán falta pero... Intentaré no tardar.... Vale...¡YA!-
Sin más dilación Connor saltaría de aquella celda en dirección a tierra firme, hacia los cascotes desprendidos de la pared. Corrió y corrió y corrió, mientras escuchaba la celda de los Wyverns volver a bajar hacia el agua. El pulso acelerado y el corazón en un puño mientras se movía tan rápido como podía. Aún así el proceso fue sencillo, nada más llegar cargó uno de los cascotes al hombro y volvió hacia la celda con rapidez. La primera piedra colocada fue la más difícil de todas y no porque tuviera que nadar un poco con ella a cuestas... Colocarla encima del techo de sus compañeros de torreón fue como matarlos otra vez, tomar de nuevo la puta decisión de sacrificarlos. Solo esperaba seguir conociendo a eso cabrones y esperar que Damian y Aniol al menos sí estuvieran a salvo. Y aunque no tenía tiempo para decir lo mucho que lo sentía y allí abajo no había nadie para escucharle, su mirada lo reflejaba nítidamente. Markus y Roderick también sufrirían por eso, lo tenía jodidamente claro. Cada piedra colocada era un peso mayor en su pecho. Había hecho tantas cosas y le había hecho daño a tanta gente que pensaría que aquello podría ser fácil, pero no lo era. No cuando le habían importado... Aún así se aferró a la esperanza de que cada vez podía ver de nuevo a los Wyverns a flote. Se aferró a aquella motivación como si fuera un puto bote salvavidas, mientras iba hundiendo más y más la otra celda. Pronto todo terminó y Connor jadeó por el esfuerzo.
-Vale... Joder... Ya está... Ahora voy a buscar a esos hijos de puta y os saco de aquí. Luego salvamos al resto... Si por lo que sea los putos cascotes empiezan a caerse... Gritad como cabrones. Si os escucho intentaré volver...- Connor asentiría con la cabeza armándose de valor antes de darles la espalda en dirección hacia el pasillo donde habían desaparecido Markus y Roderick, pero en el último momento se giró hacia ellos por última vez y su vista se clavó en la jaula de al lado. Dejó escapar un suspiro y negó tristemente con la cabeza ante de hablarles a los Wyverns. -No habría sobrevivido sin ellos... Eran... No se merecían esto, joder...
Connor se dio la vuelta y no volvió a mirar atrás.Tenía que buscar a los demas Wyverns.Tenía que encontrar a Markus y a Roderick.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Primer sueño de Connor
01/04/24, 01:46 pm
Los Wyverns no parecen ser conscientes del sacrificio que acaba de hacer Connor. Para ellos los de la otra jaula son completos desconocidos y, ante su inminente muerte, no se han parado ni a pensar en quienes han muerto en su lugar. Poder respirar después de ahogarse solo deja lugar para el alivio en sus mentes.
Cuando Connor trata de saber qué ocurrió, es Blake quien le contesta.
—No sabemos lo que pasó, fue mientras dormíamos… o nos drogaron la jodida bebida o no lo entiendo, Connor.
Algunos asienten o maldicen tras él. La confusión cruza las caras de todos, y el más joven, con un tinte aterrorizado tiñendo su voz, añade:
—Nos despertamos aquí, sin más.
Todo va sobre ruedas mientras Connor coloca cascotes sobre el techo de la jaula hundida. No se escuchan otros ruidos o voces en el coliseo, que permanece tranquilo y en silencio. El alivio que sienten los Wyverns por estar vivos es fugaz, ya que al alejarse Connor volverán a quedar a merced de cualquier suceso inesperado que hunda la jaula, pero no les queda otra que confiar en sus palabras y asienten con fingida convicción cuando les pide que griten si es necesario. Unos le desean suerte, otros suplican que tenga éxito con la mirada.
Nadie parece entender su último comentario. O no responden.
Cuando Connor trepa el muro se encuentra las gradas vacías, sin nadie a la vista. Tras atravesar el arco que le interna en los túneles no tendrá ninguna pista clara de hacia dónde han ido Roderick y Markus. El suelo es de piedra, por lo que no hay huellas. Si agudiza el oído, se escuchará un silencio ominoso.
No importa en qué dirección elija andar o si no se mueve en absoluto, porque al pasar un par de minutos un sonido nuevo llegará finalmente a sus oídos desde algún piso superior. Pasos, concretamente dos pares de pasos apresurados. Al fondo del pasillo en el que se encuentra hay una escalinata con los escalones de piedra tan desgastados que están ligeramente hundidos, pero que llevan tanto al piso superior como al inferior.
Cuando Connor trata de saber qué ocurrió, es Blake quien le contesta.
—No sabemos lo que pasó, fue mientras dormíamos… o nos drogaron la jodida bebida o no lo entiendo, Connor.
Algunos asienten o maldicen tras él. La confusión cruza las caras de todos, y el más joven, con un tinte aterrorizado tiñendo su voz, añade:
—Nos despertamos aquí, sin más.
Todo va sobre ruedas mientras Connor coloca cascotes sobre el techo de la jaula hundida. No se escuchan otros ruidos o voces en el coliseo, que permanece tranquilo y en silencio. El alivio que sienten los Wyverns por estar vivos es fugaz, ya que al alejarse Connor volverán a quedar a merced de cualquier suceso inesperado que hunda la jaula, pero no les queda otra que confiar en sus palabras y asienten con fingida convicción cuando les pide que griten si es necesario. Unos le desean suerte, otros suplican que tenga éxito con la mirada.
Nadie parece entender su último comentario. O no responden.
Cuando Connor trepa el muro se encuentra las gradas vacías, sin nadie a la vista. Tras atravesar el arco que le interna en los túneles no tendrá ninguna pista clara de hacia dónde han ido Roderick y Markus. El suelo es de piedra, por lo que no hay huellas. Si agudiza el oído, se escuchará un silencio ominoso.
No importa en qué dirección elija andar o si no se mueve en absoluto, porque al pasar un par de minutos un sonido nuevo llegará finalmente a sus oídos desde algún piso superior. Pasos, concretamente dos pares de pasos apresurados. Al fondo del pasillo en el que se encuentra hay una escalinata con los escalones de piedra tan desgastados que están ligeramente hundidos, pero que llevan tanto al piso superior como al inferior.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Primer sueño de Connor
02/04/24, 09:04 am
Connor trepó por el muro medio derruido que daba a las gradas vacías, dejando tras de sí tanto a vivos como a muertos. El motero se repetía así mismo que había valido la jodida pena, que eran su familia y había hecho lo necesario para salvarlos... Y aunque así lo creía eso no le libraba de sentirse también un puñetero cabrón. Como todo lo que tenía que ver con el club nada era blanco y negro, sino gris. Solo lamentaba que sus compañeros de torreón hubieran estado en el otro lado de la balanza...
No. Tenía que centrarse, joder. No podía pensar en aquello, ahora no.
Con pasos a medio camino entre las prisas y la precaución, Connor llegó hasta el pasillo por donde habían desaparecido Markus y Roderick con la adrenalina disparada a la espera de la puta acción. Pero allí no había nadie y ni siquiera huellas que le guiaran. Sola piedra solitaria y ajena a lo ocurrido en aquel coliseo. Siguió avanzando con ojos vigilantes y cuerpo tenso cuando al par de minutos algo le hizo detenerse. Dos pares de pasos apresurados encima de su jodida cabeza. Roderick y Markus...
-Hijos de puta...- El rostro de Connor se torció de rabia otra vez mientras aumentaba la velocidad hasta la escalinatas que había en el fondo del pasillo y que ascendían al piso superior, corriendo con el pulso acelerado. Tras aquellos pasos apresurados de arriba no podía permitirse tener cuidado o ser sigiloso, porque no sabía si le tenían algo más preparados a sus hermanos moteros de las celdas. Tenía que pillarles cuanto antes.
No. Tenía que centrarse, joder. No podía pensar en aquello, ahora no.
Con pasos a medio camino entre las prisas y la precaución, Connor llegó hasta el pasillo por donde habían desaparecido Markus y Roderick con la adrenalina disparada a la espera de la puta acción. Pero allí no había nadie y ni siquiera huellas que le guiaran. Sola piedra solitaria y ajena a lo ocurrido en aquel coliseo. Siguió avanzando con ojos vigilantes y cuerpo tenso cuando al par de minutos algo le hizo detenerse. Dos pares de pasos apresurados encima de su jodida cabeza. Roderick y Markus...
-Hijos de puta...- El rostro de Connor se torció de rabia otra vez mientras aumentaba la velocidad hasta la escalinatas que había en el fondo del pasillo y que ascendían al piso superior, corriendo con el pulso acelerado. Tras aquellos pasos apresurados de arriba no podía permitirse tener cuidado o ser sigiloso, porque no sabía si le tenían algo más preparados a sus hermanos moteros de las celdas. Tenía que pillarles cuanto antes.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Primer sueño de Connor
05/04/24, 12:59 pm
Cuando Connor echa a correr y el eco de sus pasos retumba por los vomitorios, los otros pares de pasos se silencian durante un momento, si es que el Wyvern llega a percibirlo. Después cambian de dirección y se apresuran, pero Connor es más rápido, y su empeño en perseguirlos lo lleva a acercarse cada vez más, hasta dar con el origen del sonido en un corredor en la planta superior.
No podían ir muy lejos, porque sus pasos eran cortos. No pudieron huir de él porque estaban igual de perdidos, maniatados y con vendas cubriéndoles la boca. No eran Markus y Roderick, ni siquiera eran otros Wyverns. Solo eran Aniol y Damian, encogidos por el miedo. Los ojos del italiano se desorbitaron al verle llegar corriendo y su culo dio en el suelo del susto. Aniol cayó a su lado, pero para tirar de él y tratar de levantarlo, empujándolo con urgencia como podía con sus manos inmovilizadas.
No podían ir muy lejos, porque sus pasos eran cortos. No pudieron huir de él porque estaban igual de perdidos, maniatados y con vendas cubriéndoles la boca. No eran Markus y Roderick, ni siquiera eran otros Wyverns. Solo eran Aniol y Damian, encogidos por el miedo. Los ojos del italiano se desorbitaron al verle llegar corriendo y su culo dio en el suelo del susto. Aniol cayó a su lado, pero para tirar de él y tratar de levantarlo, empujándolo con urgencia como podía con sus manos inmovilizadas.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Primer sueño de Connor
06/04/24, 10:19 am
El pulso acelerado de su corazón era como un puto tambor que marcara el ritmo de sus rápidos pasos en carrera. Porque eso era jodidamente lo que estaba haciendo, correr y correr en busca de unos cabrones que no sabía lo que podían tener preparado. Puede que no fuera el mejor plan del puñetero mundo, pero a esas alturas Connor estaba lo suficientemente desesperado como para dejar de pensar y solo dejarse llevar por su puto instinto. Y ese le decía que siguiera corriendo, alcanzara a Markus y Roderick y luego les reventara la cabeza antes de salvar a sus hermanos del club.
-¡DEJAD DE CORRER, COBARDES DE MIERDA!- Gritó fuera de sí mientras los oía intentar alejarse todo lo que podían de él. Su rostro estaba torcido a medio camino entre la rabia, el esfuerzo de dar todo de sí en aquella persecución y el triunfo por sentir que los estaba alcanzado. Finalmente el origen de ese par de pasos se dio a conocer... Y Connor casi frenó en seco ante aquella imagen.
No eran Roderick y Markus. No eran más Wyverns. Eran Aniol y Damian. Maniatados y amordazados. Corriendo por sus vidas y el puto miedo ensombreciendo sus rostros. La boca de Connor se abrió un poco por la sorpresa al verlos así, al igual que sus ojos... Y dentro de él sintió otra amalgama de emociones que le abrumó nuevamente. Alivio y alegría al verlos vivos, al ver que tenía razón. Rabia por lo que les habían hecho... Y culpabilidad por lo que había hecho él mismo y que la enemistad con Roderick y Markus les hubiera salpicado.
-Joder...- Susurró afectado por todo aquello mientras daba un par de pasos hacia ellos.- No sabía que eráis vosotros, yo... Tranquilos... Soy yo, ¿veis? Tranquilos....- Terminó por acercarse a los dos pequeños con las manos un poco alzadas en un intento por relajarles. Connor se arrodilló ante ellos con el corazón en el puto puño por verlos así y sus ojos danzando del polaco al italiano y viceversa, ceño fruncido y expresión preocupada. - Vale, no os mováis... Voy a quitaros estas mierdas de aquí...- Rápidamente empezó a desatarles aquellas cuerdas y vendas que les impedían moverse y hablar con libertad, sin dejar de mirar en todas direcciones por si aparecían Roderick y Markus. Sin embargo, en cuanto estuvieron libres Connor olvidó toda cautela y los atrajo hacía así en un rápido abrazo.- Lo siento, joder... Yo... Estáis bien, estáis bien...- Murmuró con un tono de voz aliviado mientras les apretaba, luego no pudo evitar fruncir el ceño por la duda y separarse suavemente de ellos.- ¿Estáis bien, verdad? ¿Os han hecho daño esos cabrones? - Tras sus preguntas Connor les empezaría a echar unos rápidos vistazos preocupados en busca de heridas, con sus manos aún apoyadas en los hombros de los críos para mantenerlos cerca y sobre todo para intentar tranquilizarles.
-¡DEJAD DE CORRER, COBARDES DE MIERDA!- Gritó fuera de sí mientras los oía intentar alejarse todo lo que podían de él. Su rostro estaba torcido a medio camino entre la rabia, el esfuerzo de dar todo de sí en aquella persecución y el triunfo por sentir que los estaba alcanzado. Finalmente el origen de ese par de pasos se dio a conocer... Y Connor casi frenó en seco ante aquella imagen.
No eran Roderick y Markus. No eran más Wyverns. Eran Aniol y Damian. Maniatados y amordazados. Corriendo por sus vidas y el puto miedo ensombreciendo sus rostros. La boca de Connor se abrió un poco por la sorpresa al verlos así, al igual que sus ojos... Y dentro de él sintió otra amalgama de emociones que le abrumó nuevamente. Alivio y alegría al verlos vivos, al ver que tenía razón. Rabia por lo que les habían hecho... Y culpabilidad por lo que había hecho él mismo y que la enemistad con Roderick y Markus les hubiera salpicado.
-Joder...- Susurró afectado por todo aquello mientras daba un par de pasos hacia ellos.- No sabía que eráis vosotros, yo... Tranquilos... Soy yo, ¿veis? Tranquilos....- Terminó por acercarse a los dos pequeños con las manos un poco alzadas en un intento por relajarles. Connor se arrodilló ante ellos con el corazón en el puto puño por verlos así y sus ojos danzando del polaco al italiano y viceversa, ceño fruncido y expresión preocupada. - Vale, no os mováis... Voy a quitaros estas mierdas de aquí...- Rápidamente empezó a desatarles aquellas cuerdas y vendas que les impedían moverse y hablar con libertad, sin dejar de mirar en todas direcciones por si aparecían Roderick y Markus. Sin embargo, en cuanto estuvieron libres Connor olvidó toda cautela y los atrajo hacía así en un rápido abrazo.- Lo siento, joder... Yo... Estáis bien, estáis bien...- Murmuró con un tono de voz aliviado mientras les apretaba, luego no pudo evitar fruncir el ceño por la duda y separarse suavemente de ellos.- ¿Estáis bien, verdad? ¿Os han hecho daño esos cabrones? - Tras sus preguntas Connor les empezaría a echar unos rápidos vistazos preocupados en busca de heridas, con sus manos aún apoyadas en los hombros de los críos para mantenerlos cerca y sobre todo para intentar tranquilizarles.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Primer sueño de Connor
07/04/24, 07:32 pm
Aniol pega un último tirón fuerte que consigue levantar a Damian justo cuando Connor se cierne sobre ellos. Al arrodillarse, ambos se quedan paralizados mirándole con los ojos anegados de pánico y lágrimas. El sobresalto es evidente cuando Connor les toca para liberarlos, pero se quedan quietos, casi sorprendidos, mientras se ven liberados de sus ataduras y mordazas.
Es al recibir el abrazo inesperado cuando Aniol comienza a revolverse y Damian a escurrir su cuerpo elástico entre los brazos para apartarse de él.
—¡Suelta, capullo! —chilla el italiano, dando un último empujón hasta liberarse.
—¡No me toques! ¡No me toques! —protesta Aniol—. ¡Te odio! ¡Por tu culpa…!
Sus ojos se cruzan un instante con los de Connor. Miedo, furia, dolor. No es la mirada de desconfianza de cuando no se conocían, sino la mirada de quien sabe lo que ha hecho. De alguien que lo ha visto todo desde lo alto de las gradas, inmovilizado y sin poder gritar por culpa de la mordaza.
Entonces Damian tira de él y echan a correr hacia las escaleras cogidos de la mano.
—¡A lo mejor aún están vivos, vamos, vamos, rápido! —apremia. Su voz hace eco por los corredores de piedra, igual que el golpeteo de sus pasos.
Es al recibir el abrazo inesperado cuando Aniol comienza a revolverse y Damian a escurrir su cuerpo elástico entre los brazos para apartarse de él.
—¡Suelta, capullo! —chilla el italiano, dando un último empujón hasta liberarse.
—¡No me toques! ¡No me toques! —protesta Aniol—. ¡Te odio! ¡Por tu culpa…!
Sus ojos se cruzan un instante con los de Connor. Miedo, furia, dolor. No es la mirada de desconfianza de cuando no se conocían, sino la mirada de quien sabe lo que ha hecho. De alguien que lo ha visto todo desde lo alto de las gradas, inmovilizado y sin poder gritar por culpa de la mordaza.
Entonces Damian tira de él y echan a correr hacia las escaleras cogidos de la mano.
—¡A lo mejor aún están vivos, vamos, vamos, rápido! —apremia. Su voz hace eco por los corredores de piedra, igual que el golpeteo de sus pasos.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Primer sueño de Connor
09/04/24, 04:33 pm
A pesar del alivio que podía sentir en una situación como esa, las cosas no tardaron en torcerse. Había visto los rostros descompuestos y las lágrimas de Aniol y Damian y rápidamente lo había relacionado con todo lo que tenían que haber sufrido. Capturados por dos desconocidos peligrosos y sin tener ni puta idea de dónde estaban o cómo habían llegado hasta allí... Pero no tardó en darse cuenta de lo jodidamente equivocado que estaba cuando el abrazo no solo no fue correspondido, si no que además fue rechazado con energía tanto por el italiano como por el polaco.
-¿Qué...?- Fue lo único capaz de murmurar con el ceño fruncido por la confusión mientras veía con sus propios ojos a Aniol revolviéndose y a Damian escurriéndose gracias a su delgado cuerpo. Los insultos del segundo fueron como putas balas cuyo motivo aún no había logrado descubrir... Sólo pensaba que debía estar asustado todavía y jodidamente fuera de control.- Damian tranquilo, joder. Soy Co...- Su boca se cerró y se quedó en silencio, mudo y con falta de palabras antes las pronunciadas por Aniol y su mirada reveladora cargada de miedo y odio. Quién esclareció la puta verdad detrás de aquel comportamiento. "¡Por tu culpa...!" Así que de eso se trataba. Lo habían visto. Le habían visto hacerlo... Joder. ¿Y quién cojones podía culparles por reaccionar así? Había tenido que tomar una decisión y eligió a los Wyverns... A los suyos. Pero para aquellos críos Räg, Szcheniak, Ethan, Nohlem... Eran los suyos tras todo ese tiempo sobreviviendo juntos. ¿Y acaso no lo habían sido para él también de alguna jodida forma? Ojalá nunca se hubieran visto involucrados... Ojalá Roderick y Markus no le hubieran obligado a participar en ese puto juego enfermizo. Obligado a tener que matarles...
Connor parpadeó varias veces, asimilando las palabras lanzadas en su contra y el hecho de que hubieran visto algo tan puñeteramente monstruoso por parte de él. Podía soportar hacer algo así por el club, pero no que Aniol y Damian lo hubieran visto... Su mirada aturdida y danzante entre ambos críos acabó por bajar, donde quedó fija en la sucia piedra de aquel pasillo del coliseo. Una parte egoísta sentía rabia por todo ese odio hacia él, la mayor parte mucho más racional solo vergüenza y asco de sí mismo... Pero sobre todo pena y dolor por todo lo que estaba ocurriendo. No sabía qué decir ni mucho menos qué hacer. Así que se quedó así. Aún arrodillado y en silencio mientras observaba a Aniol y a Damian hablar del resto de compañeros y salir corriendo. Hablar de jodidas esperanzas de que ellos aún podían estar vivos... Lo que hacía que todo fuera más difícil aún.
Fue solo unos segundos después, cuando los críos habían recorrido casi la mitad del pasillo, que Connor se obligó a reaccionar. No podía dejar que vieran al resto ahogados en esa puta jaula... Y desde luego no podía dejar que fueran por allí solos. No con Roderick y Markus en alguna parte.
-Joder...- Masculló con el rostro compungido por la preocupación y la tristeza, para luego suspirar y fruncir el ceño en una mirada algo más concentrada y decidida. Se levantó todo lo rápido que pudo y empezó a correr tras ellos.- ¡Esperad! ¡Es peligroso, joder! ¡Tenéis...! ¡Tenéis que confiar en mí...!- Gritaba el motero a la par que seguía corriendo por el pasillo y se iba acercando. No tardó mucho en alcanzarlos antes de que llegaran a las escaleras y les agarró de las muñecas. No con demasiada fuerza como para hacerles daño, pero lo justo para impedirles avanzar y que se vieran quizás obligados a escucharle. - Esperad, por favor cojones...- Murmuró todavía casi sin poder mirarles a la cara y manteniendo su agarre.- Es... jodidamente peligroso ir solos por aquí, ¿vale? No sabéis de qué son capaces esos cabrones, y la verdad es que yo tampoco puedo estar seguro de saberlo... Ya no sé una mierda...- Su tono de voz era sincero e intentaba ser tranquilo, al menos todo lo que podía estarlo en una situación así. Si los críos intentaban zafarse o protestar Connor haría oídos sordos mientras seguía hablando.- ¡Pero tengo que sacar de aquí a los míos y a vosotros, joder...! Y no puedo hacerlo si está cada uno por un puñetero lado...- Era evidente que Connor no sabía muy bien qué decir ni mucho menos expresarlo. No podía irse de allí con los niños y dejar atrás a los Wyverns porque sabía que cuando volviera ya estarían muertos, pero tampoco podía seguir adelante sabiendo que Aniol y Damian andaban por ahí solos.
Connor suspiró mientras cerraba los ojos y negaba con la cabeza, aunque su agarre seguía intentando mantenerles en el sitio. Abrió los ojos nuevamente ésta vez sí buscando el contacto visual.
-Lo siento, joder... Lo siento... Puedo explicarlo todo... Yo...- Dijo con toda la culpabilidad que sentía antes de volver a quedarse sin palabras. Suspiró otra vez y habló más decidido, aunque no carente de dolor.- Podéis odiarme todo lo que os dé la puta gana, ¿vale? Pero tenéis que venir conmigo. Esos cabrones nunca nos dejarán en paz y yo tengo que terminar con esta mierda... Es más seguro si estáis conmigo, joder... Al menos mientras no sepa donde están esos dos... Por favor...-
-¿Qué...?- Fue lo único capaz de murmurar con el ceño fruncido por la confusión mientras veía con sus propios ojos a Aniol revolviéndose y a Damian escurriéndose gracias a su delgado cuerpo. Los insultos del segundo fueron como putas balas cuyo motivo aún no había logrado descubrir... Sólo pensaba que debía estar asustado todavía y jodidamente fuera de control.- Damian tranquilo, joder. Soy Co...- Su boca se cerró y se quedó en silencio, mudo y con falta de palabras antes las pronunciadas por Aniol y su mirada reveladora cargada de miedo y odio. Quién esclareció la puta verdad detrás de aquel comportamiento. "¡Por tu culpa...!" Así que de eso se trataba. Lo habían visto. Le habían visto hacerlo... Joder. ¿Y quién cojones podía culparles por reaccionar así? Había tenido que tomar una decisión y eligió a los Wyverns... A los suyos. Pero para aquellos críos Räg, Szcheniak, Ethan, Nohlem... Eran los suyos tras todo ese tiempo sobreviviendo juntos. ¿Y acaso no lo habían sido para él también de alguna jodida forma? Ojalá nunca se hubieran visto involucrados... Ojalá Roderick y Markus no le hubieran obligado a participar en ese puto juego enfermizo. Obligado a tener que matarles...
Connor parpadeó varias veces, asimilando las palabras lanzadas en su contra y el hecho de que hubieran visto algo tan puñeteramente monstruoso por parte de él. Podía soportar hacer algo así por el club, pero no que Aniol y Damian lo hubieran visto... Su mirada aturdida y danzante entre ambos críos acabó por bajar, donde quedó fija en la sucia piedra de aquel pasillo del coliseo. Una parte egoísta sentía rabia por todo ese odio hacia él, la mayor parte mucho más racional solo vergüenza y asco de sí mismo... Pero sobre todo pena y dolor por todo lo que estaba ocurriendo. No sabía qué decir ni mucho menos qué hacer. Así que se quedó así. Aún arrodillado y en silencio mientras observaba a Aniol y a Damian hablar del resto de compañeros y salir corriendo. Hablar de jodidas esperanzas de que ellos aún podían estar vivos... Lo que hacía que todo fuera más difícil aún.
Fue solo unos segundos después, cuando los críos habían recorrido casi la mitad del pasillo, que Connor se obligó a reaccionar. No podía dejar que vieran al resto ahogados en esa puta jaula... Y desde luego no podía dejar que fueran por allí solos. No con Roderick y Markus en alguna parte.
-Joder...- Masculló con el rostro compungido por la preocupación y la tristeza, para luego suspirar y fruncir el ceño en una mirada algo más concentrada y decidida. Se levantó todo lo rápido que pudo y empezó a correr tras ellos.- ¡Esperad! ¡Es peligroso, joder! ¡Tenéis...! ¡Tenéis que confiar en mí...!- Gritaba el motero a la par que seguía corriendo por el pasillo y se iba acercando. No tardó mucho en alcanzarlos antes de que llegaran a las escaleras y les agarró de las muñecas. No con demasiada fuerza como para hacerles daño, pero lo justo para impedirles avanzar y que se vieran quizás obligados a escucharle. - Esperad, por favor cojones...- Murmuró todavía casi sin poder mirarles a la cara y manteniendo su agarre.- Es... jodidamente peligroso ir solos por aquí, ¿vale? No sabéis de qué son capaces esos cabrones, y la verdad es que yo tampoco puedo estar seguro de saberlo... Ya no sé una mierda...- Su tono de voz era sincero e intentaba ser tranquilo, al menos todo lo que podía estarlo en una situación así. Si los críos intentaban zafarse o protestar Connor haría oídos sordos mientras seguía hablando.- ¡Pero tengo que sacar de aquí a los míos y a vosotros, joder...! Y no puedo hacerlo si está cada uno por un puñetero lado...- Era evidente que Connor no sabía muy bien qué decir ni mucho menos expresarlo. No podía irse de allí con los niños y dejar atrás a los Wyverns porque sabía que cuando volviera ya estarían muertos, pero tampoco podía seguir adelante sabiendo que Aniol y Damian andaban por ahí solos.
Connor suspiró mientras cerraba los ojos y negaba con la cabeza, aunque su agarre seguía intentando mantenerles en el sitio. Abrió los ojos nuevamente ésta vez sí buscando el contacto visual.
-Lo siento, joder... Lo siento... Puedo explicarlo todo... Yo...- Dijo con toda la culpabilidad que sentía antes de volver a quedarse sin palabras. Suspiró otra vez y habló más decidido, aunque no carente de dolor.- Podéis odiarme todo lo que os dé la puta gana, ¿vale? Pero tenéis que venir conmigo. Esos cabrones nunca nos dejarán en paz y yo tengo que terminar con esta mierda... Es más seguro si estáis conmigo, joder... Al menos mientras no sepa donde están esos dos... Por favor...-
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