La fiesta de la mansión - RV Gakuen
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Giniroryu
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Trish
LEC
Sevent
Isma
Harek
Kanyum
14 participantes
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- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
La fiesta de la mansión - RV Gakuen
03/04/23, 10:22 pm
Recuerdo del primer mensaje :
La casa estaba de las últimas dentro de la urbanización privada, pero incluso si alguno no tenía la dirección exacta sería fácil saber cual de todas era. Había tantas luces encendidas dentro y fuera del edificio que brillaba en la distancia. Según se fueran acercando al destino los invitados notarían la vibración de la música en el ambiente, que dadas las dimensiones de los terrenos del resto de viviendas no debería suponer un problema para los vecinos. A pesar de ser una urbanización antigua las calles parecían totalmente nuevas, casi todas las casas eran de estilo victoriano e iban de chalets a mansiones pasando por putos palacetes, y si bien la de los hermanos no era la más grande no se quedaba atrás en impresionante: parecía una casa señorial sacada de la Habana. Las verjas eran altas pero permitían ver el interior, bordeadas de arbustos de hibiscos, palmeras y otras plantas tropicales, un inmenso sauce llorón asomaba por detrás de la construcción y el portón estaba abierto de par en par en un exceso de confianza por la seguridad del vecindario. La imagen podría parecer de otra época si le restabas que estuviera sonando Bad Bunny a todo trapo o que en la calle ya hubiera varios coches de este siglo aparcados.
En las escaleras que daban a la puerta principal Kahlo atendía a los recién llegados mientras esperaba a que todos sus invitados apareciesen. La chica estaba perfectamente maquillada para la ocasión y llevaba el pelo -teñido de blanco como ya venía siendo habitual- recogido en un elaborado moño trenzado. Vestía con una camisa blanca con rayas muy abierta (no era a posta, el primer botón estaba a la altura en la que estaría el 3er o 4to botón en una camisa normal), unos pantalones de talle alto y unos zapatos con un poco de tacón. En las orejas llevaba los aros de oro más grandes que tenía, una cadena de oro que encajaba con el escote, uno o dos anillos por cada dedo de su mano izquierda, las uñas pintadas de un rojo muy oscuro y tantísimas pulseras y brazaletes como para que cualquier gesto que hiciera con esta sonase como el trineo de Papá Noel.
Al sol le faltaba muy poco para ocultarse del todo y la brisa hacía que apuntase a ser una noche de verano perfecta… si su hermano y sus amigos no la liaban.
Y pensando en el rey de Roma, apareció detrás suya. Vestía parecido a ella, aunque había rebajado el nivel de elegancia: una camisa veraniega negra con estampados de hojas de palma y flores rojas, de momento cerrada hasta arriba, unos pantalones marrones y unas vans negras. Llevaba dos anillos en cada mano, un colgante con una moneda de oro y sus aretes de siempre. Ya tenía pintalabios en la mejilla, y por lo pronto solo en la mejilla.
—¿Cuántos faltan?
—A mi que me cuentas, Nohlem. No me has dado una lista de gente —dijo lamiéndose el pulgar para borrarle el pintalabios como si de un niño manchado de helado se tratase—. Yo estoy esperando a los míos y diciéndole a tus amigos que se ahoguen en la piscina.
—I mi qui mi cuintis Nihlim- espera, ¿les estás diciendo qué?
A Kahlo se le escapó una risa con el tono preocupado que puso.
—Solo hazme el favor de no perderte tan pronto, que la gente llega y no sabe donde estás. Y si rompen algo es responsabilidad tuya.
No me hago responsable de lo que ocurra en este tema.
La casa estaba de las últimas dentro de la urbanización privada, pero incluso si alguno no tenía la dirección exacta sería fácil saber cual de todas era. Había tantas luces encendidas dentro y fuera del edificio que brillaba en la distancia. Según se fueran acercando al destino los invitados notarían la vibración de la música en el ambiente, que dadas las dimensiones de los terrenos del resto de viviendas no debería suponer un problema para los vecinos. A pesar de ser una urbanización antigua las calles parecían totalmente nuevas, casi todas las casas eran de estilo victoriano e iban de chalets a mansiones pasando por putos palacetes, y si bien la de los hermanos no era la más grande no se quedaba atrás en impresionante: parecía una casa señorial sacada de la Habana. Las verjas eran altas pero permitían ver el interior, bordeadas de arbustos de hibiscos, palmeras y otras plantas tropicales, un inmenso sauce llorón asomaba por detrás de la construcción y el portón estaba abierto de par en par en un exceso de confianza por la seguridad del vecindario. La imagen podría parecer de otra época si le restabas que estuviera sonando Bad Bunny a todo trapo o que en la calle ya hubiera varios coches de este siglo aparcados.
En las escaleras que daban a la puerta principal Kahlo atendía a los recién llegados mientras esperaba a que todos sus invitados apareciesen. La chica estaba perfectamente maquillada para la ocasión y llevaba el pelo -teñido de blanco como ya venía siendo habitual- recogido en un elaborado moño trenzado. Vestía con una camisa blanca con rayas muy abierta (no era a posta, el primer botón estaba a la altura en la que estaría el 3er o 4to botón en una camisa normal), unos pantalones de talle alto y unos zapatos con un poco de tacón. En las orejas llevaba los aros de oro más grandes que tenía, una cadena de oro que encajaba con el escote, uno o dos anillos por cada dedo de su mano izquierda, las uñas pintadas de un rojo muy oscuro y tantísimas pulseras y brazaletes como para que cualquier gesto que hiciera con esta sonase como el trineo de Papá Noel.
Al sol le faltaba muy poco para ocultarse del todo y la brisa hacía que apuntase a ser una noche de verano perfecta… si su hermano y sus amigos no la liaban.
Y pensando en el rey de Roma, apareció detrás suya. Vestía parecido a ella, aunque había rebajado el nivel de elegancia: una camisa veraniega negra con estampados de hojas de palma y flores rojas, de momento cerrada hasta arriba, unos pantalones marrones y unas vans negras. Llevaba dos anillos en cada mano, un colgante con una moneda de oro y sus aretes de siempre. Ya tenía pintalabios en la mejilla, y por lo pronto solo en la mejilla.
—¿Cuántos faltan?
—A mi que me cuentas, Nohlem. No me has dado una lista de gente —dijo lamiéndose el pulgar para borrarle el pintalabios como si de un niño manchado de helado se tratase—. Yo estoy esperando a los míos y diciéndole a tus amigos que se ahoguen en la piscina.
—I mi qui mi cuintis Nihlim- espera, ¿les estás diciendo qué?
A Kahlo se le escapó una risa con el tono preocupado que puso.
—Solo hazme el favor de no perderte tan pronto, que la gente llega y no sabe donde estás. Y si rompen algo es responsabilidad tuya.
- Nota:
Podéis llegar ahora o haber llegado ya. Pegaos a alguien con coche o moto, sino los mellizos os pagan el taxi. Para llegar apenas serían unos 20 minutos de carretera respecto al campus, pero sin vehículo propio o alguien que les acerque no hay otra manera más rápida de acceso: está en las afueras, rodeada de bosques, campos de cultivo y otras urbanizaciones privadas igual de pijas.
Sed libres de inventaros la disposición de la casa y los npcs que haya por ahí.
Hay una piscina, un porche, un estanque con carpas a pies del sauce llorón y la sala abierta que da al jardín tiene un piano y un billar dentro. La decoración es muy art nouveau, mucha madera, plantas blabla, igualmente aquí os dejo un tablero de pinterest pa referencia.
- ♪♫♬:
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
05/04/23, 09:50 am
Aquella noche de verano en la que cierta mansion de ricachones haría una fiesta de universitarios, de casualidad, coincidió con una de las rutas nocturnas de salida de Damian montado en su skate. Su madre no le prestaba mucha atención a lo que no debería hacer y el niño de 12 años siempre se daba vueltas largas en su tabla de cuatro ruedas. Llevaba el casco quitado y más de una vez se llevó una regañina de algún que otro agente de la ley pero él simplemente pasaba mucho de los pitufos azules.
Hijo de italianos sin demasiado dinero y arrastrando varios partes de conducta en su instituto, iba vestido con una camiseta de tirantes y un pantalon corto muy cómodos para él. En esta ruta en particular se le antojó ir por la zona rica, le encantaba asustar a algún que otro ricachón pasando a toda velocidad a su lado. Pero en esa ocasión se encontró el premio gordo: una mansión que parecía estar montando una fiesta. Mientras pasaba por la carretera, enfrente de la entrada se giró mientras seguia al frente sin detenerse, aspirando aire.
—¡¡PIJOS DE MIERDAAAA HOLAAA!! ¡¡Vaya pinta que me llevais, mamones!! ¡¡A ver si os ahogais con tanta borrachera gilipollas!!
Le tenía coraje a los pijitos privilegiados, saliendo a toda velocidad perdiéndose a lo lejos de la carretera, riéndo como nunca.
Hijo de italianos sin demasiado dinero y arrastrando varios partes de conducta en su instituto, iba vestido con una camiseta de tirantes y un pantalon corto muy cómodos para él. En esta ruta en particular se le antojó ir por la zona rica, le encantaba asustar a algún que otro ricachón pasando a toda velocidad a su lado. Pero en esa ocasión se encontró el premio gordo: una mansión que parecía estar montando una fiesta. Mientras pasaba por la carretera, enfrente de la entrada se giró mientras seguia al frente sin detenerse, aspirando aire.
—¡¡PIJOS DE MIERDAAAA HOLAAA!! ¡¡Vaya pinta que me llevais, mamones!! ¡¡A ver si os ahogais con tanta borrachera gilipollas!!
Le tenía coraje a los pijitos privilegiados, saliendo a toda velocidad perdiéndose a lo lejos de la carretera, riéndo como nunca.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
05/04/23, 08:06 pm
Ethan llevaba tiempo sin tener una semana tan estresante. Los inicios del curso siempre eran complicados. Nuevos estudiantes a los que enseñar las instalaciones, una residencia que organizar, el colaborar con diferentes clubes para que hicieran sus actos de bienvenida… Y aún así, resultaban más relajantes que el tener que lidiar con una invitación pública de Nohlem. Desde el día que el joven felino le ofreció ir a su fiesta privada, no había tarde que no recibiera visitas a su cuarto rogando que les consiguiera un pase. ¿Tan importante era ese evento? Con todo el ajetreo ya había gente que obtenía su ¨invitación¨ del amigo, de la chica de baloncesto que conocía a un compañero de biología que, una tarde se había cruzado con uno de los hermanos.
El no pensaba unirse a esa cadena estúpida de invitaciones. Tenía problemas bastante mayores, como por ejemplo, elegir qué llevar. Y es que él, era el típico hermano mayor del campus. Aquel al que buscabas para consultar dudas, o pedir ayuda con algún tema. Era un título que lucía con orgullo y que ahora ,frente al espejo, le carcomía la cabeza.
¿Quizá era demasiado? Ya había descartado un montón de crop tops siguiendo esa lógica, pero se veía tan mono con este último... La rejilla le perfilaba el contorno de forma muy sexy, pero claro, le dejaba completamente expuesto. Elegir entre su integridad pública o ir coqueto para ganarse la mirada de chicos lindos era muy difícil. Por suerte, el teléfono acababa de sonar, y eso significaba que el margen de tiempo para dudar se había terminado. Connor ya estaba abajo esperando.
Maldijo al aire mientras salía en su búsqueda. Sí no hubiera malgastado la tarde en decidirse, podría haber ido a tomar alguna copa con los de la resi. El alcohol definitivamente habría disipado todos sus problemas, pero a falta de ello tendría que conformarse con las buenas vistas que la vida le quería regalar.
-¡Buenas nochees! Espero no haberte hecho esperar mucho. -Mientras acortaba las distancias esbozó una sonrisa notablemente nerviosa. El pelirosa iba con una ropa bastante cotidiana para lo que era él. Se veía igualmente guapísimo y el casco sólo le daba un aura de chico malo muchísimo más atractiva. Pero claro… Ethan ahora se sentía bastante fuera de lugar y dudaba que pedirle tiempo para subir a cambiarse fuera siquiera una opción. -Te vuelvo a advertir eso sí, que no he ido en mi vida en moto. Y eh.. me impone bastante.
No iba a comentar que más bien le daba un poquito de pánico. Pánico que fue creciendo en él a medida que se colocaba el casco y subía al vehículo.. y pánico que prácticamente desapareció en cuanto se dio cuenta de que morir así, valdría la pena.
-Ah hmmm perdón! Tengo aún que pillarle el truco a esto…
El tono de voz sonó demasiado inocente para la torpeza que estaba fingiendo sufrir. Una vez rota la distancia física, al asiático le había parecido un correcto procedimiento agarrarse de varias formas al abdomen del pelirosa. Todo con la excusa de buscar la posición más cómoda. Y así fue hasta que el motor arrancó y lo que en su momento era un abrazo juguetón pasó a ser extremadamente firme, volviéndose una necesidad de supervivencia. Connor iba a empezar a notar, que cuanto más velocidad ganaban, más férreo era el agarre del joven.
Ethan iba a ir extremadamente pegado, abrazado como si su vida dependiera de ello, y es que en parte así lo creía. Definitivamente iba a morir, pero bueno, al menos podría disfrutar de sus últimos minutos en vida.
El no pensaba unirse a esa cadena estúpida de invitaciones. Tenía problemas bastante mayores, como por ejemplo, elegir qué llevar. Y es que él, era el típico hermano mayor del campus. Aquel al que buscabas para consultar dudas, o pedir ayuda con algún tema. Era un título que lucía con orgullo y que ahora ,frente al espejo, le carcomía la cabeza.
¿Quizá era demasiado? Ya había descartado un montón de crop tops siguiendo esa lógica, pero se veía tan mono con este último... La rejilla le perfilaba el contorno de forma muy sexy, pero claro, le dejaba completamente expuesto. Elegir entre su integridad pública o ir coqueto para ganarse la mirada de chicos lindos era muy difícil. Por suerte, el teléfono acababa de sonar, y eso significaba que el margen de tiempo para dudar se había terminado. Connor ya estaba abajo esperando.
Maldijo al aire mientras salía en su búsqueda. Sí no hubiera malgastado la tarde en decidirse, podría haber ido a tomar alguna copa con los de la resi. El alcohol definitivamente habría disipado todos sus problemas, pero a falta de ello tendría que conformarse con las buenas vistas que la vida le quería regalar.
-¡Buenas nochees! Espero no haberte hecho esperar mucho. -Mientras acortaba las distancias esbozó una sonrisa notablemente nerviosa. El pelirosa iba con una ropa bastante cotidiana para lo que era él. Se veía igualmente guapísimo y el casco sólo le daba un aura de chico malo muchísimo más atractiva. Pero claro… Ethan ahora se sentía bastante fuera de lugar y dudaba que pedirle tiempo para subir a cambiarse fuera siquiera una opción. -Te vuelvo a advertir eso sí, que no he ido en mi vida en moto. Y eh.. me impone bastante.
No iba a comentar que más bien le daba un poquito de pánico. Pánico que fue creciendo en él a medida que se colocaba el casco y subía al vehículo.. y pánico que prácticamente desapareció en cuanto se dio cuenta de que morir así, valdría la pena.
-Ah hmmm perdón! Tengo aún que pillarle el truco a esto…
El tono de voz sonó demasiado inocente para la torpeza que estaba fingiendo sufrir. Una vez rota la distancia física, al asiático le había parecido un correcto procedimiento agarrarse de varias formas al abdomen del pelirosa. Todo con la excusa de buscar la posición más cómoda. Y así fue hasta que el motor arrancó y lo que en su momento era un abrazo juguetón pasó a ser extremadamente firme, volviéndose una necesidad de supervivencia. Connor iba a empezar a notar, que cuanto más velocidad ganaban, más férreo era el agarre del joven.
Ethan iba a ir extremadamente pegado, abrazado como si su vida dependiera de ello, y es que en parte así lo creía. Definitivamente iba a morir, pero bueno, al menos podría disfrutar de sus últimos minutos en vida.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
06/04/23, 01:47 pm
Connor estaba hasta los cojones desde hacía una semana. Nohlem iba a hacer una fiesta en su mansión y como amigos que eran lo había invitado, además al ser el felino un chico popular la noticia corrió como la pólvora por la instituniversidad. Todo el mundo hablaba de aquello y absolutamente todo el mundo quería ir. Al motero eso le tenía hasta los cojones. A él le gustaba pasarlo bien con sus amigos, con la tranquilidad y privacidad que le daba a uno estar únicamente con los suyos. Y aunque no es que los invitados fueran a ser unos extraños para él, ya que los conocería de vista a muchos, no dejaba de ser un auténtico coñazo lidiar con ellos. Aún así pensaba pasárselo bien con Ethan y Nohlem, solo esperaba que este último no desapareciera de repente en medio de la fiesta...
Sin embargo lo que de verdad lo tenía cabreado era la actitud del club cuando supo que iba a ir a esa fiesta. <<¿¡Vas a ir a la fiesta de un puto pijo!? ¿No te hemos enseñado que los ricachones son todos unos cabrones? ¡Hijos de puta... ratas traicioneras...GUSANOS DE MIERDA!>> Eran solo algunas de las palabras que usaron para describirlos en aquella semana previa a la fiesta. No había día en el que no sacaran el maldito tema para intentar convencerlo de que no fuera, mientras se acercaba la fecha indicada. Y Connor estaba completamente de acuerdo con sus opiniones sobre los ricos, no obstante. Aún así había algo en Nohlem que le decía que era la excepción que confirmaba la regla. Al fin y al cabo se habían hecho amigos a pesar de ser tan diferentes.
No se demoró mucho eligiendo la vestimenta. No iba a llevar el chaleco del club, estaba claro, pero prácticamente casi todo su armario se resumía en cuero y vaqueros y estaba bastante a gusto con eso. Se puso una de sus chaquetas de cuero favoritas con varios bolsillos y cremalleras, algo fina ya que no hacía especial frío. Se la dejó abierta enseñando la camiseta de color morado que llevaba debajo, con el cuello de la misma bastante abierto dejando ver el inicio de su pecho. Si en algún momento de la fiesta se quitaba la chaqueta se podría ver que la camiseta era de tirantes. En la parte inferior decidió ir como siempre: pantalones vaqueros y botas de cuero negras. No pensaba llevar bañador ya que no entraba en sus planes meterse en la piscina. Conociéndose solo lo haría estando borracho, y en ese caso y puesto de arriba de alcohol sabía que no esperaría a cambiarse para tirarse de lleno. Por último eligió uno de los cinco cascos que tenía, uno negro con el cristal oscuro.
Cuando arrancó su motocicleta se desvió para ir en dirección a la casa de Ethan, ya que iba a recogerlo antes. <<Seguro que todavía no sabe qué cojones ponerse...>> Pensó con una ligera sonrisa cuando aparcó en su puerta y vio que no estaba. Connor lo llamó al móvil y éste no tardó en aparecer por la puerta vestido bastante provocativo y muy diferente a como se le podía ver por la residencia. El motero bufó divertido mientras lo observaba asintiendo con la cabeza.
-Me cago en la puta, Ethan...hoy sales de caza, ¿eh cabronazo?- Le diría con tono divertido mientras hacía hueco para que se sentara detrás. Cuando el británico comentó que nunca había ido en moto y que le imponía, el canadiense soltó una breve risotada. -No te preocupes, cuando voy tranquilo no suelo pasar los ciento veinte.- Le dijo de forma irónica antes de arrancar y empezar a dirigirse a la mansión, sin pasar por alto su tono demasiado inocente pidiendo disculpas por agarrarlo. Al principio empezó a acelerar de más por la costumbre, pero al ver que Ethan apretaba el agarre en torno a su cintura aminoró un poco.-No sabes lo pesados que se han puesto con que no fuera a esta fiesta.- Empezó a explicarle con la voz algo alzada.- Ya sabes lo que pensamos de los jodidos pijos en el club, pero Nohlem no es así.-Le explicó mientras cogía una curva algo cerrada. Absorto como estaba en su discurso volvió a subir la velocidad poco a poco, completamente ajeno a si Ethan lo estaría escuchando o pasándolo algo mal por el viaje.- Bueno, sí que es un puto rico de mierda... pero es nuestro puto rico de mierda, ¿verdad joder?- Preguntó con una carcajada. Al cabo de unos segundos volvió a hablar. -¿Ethan?
Sin embargo lo que de verdad lo tenía cabreado era la actitud del club cuando supo que iba a ir a esa fiesta. <<¿¡Vas a ir a la fiesta de un puto pijo!? ¿No te hemos enseñado que los ricachones son todos unos cabrones? ¡Hijos de puta... ratas traicioneras...GUSANOS DE MIERDA!>> Eran solo algunas de las palabras que usaron para describirlos en aquella semana previa a la fiesta. No había día en el que no sacaran el maldito tema para intentar convencerlo de que no fuera, mientras se acercaba la fecha indicada. Y Connor estaba completamente de acuerdo con sus opiniones sobre los ricos, no obstante. Aún así había algo en Nohlem que le decía que era la excepción que confirmaba la regla. Al fin y al cabo se habían hecho amigos a pesar de ser tan diferentes.
No se demoró mucho eligiendo la vestimenta. No iba a llevar el chaleco del club, estaba claro, pero prácticamente casi todo su armario se resumía en cuero y vaqueros y estaba bastante a gusto con eso. Se puso una de sus chaquetas de cuero favoritas con varios bolsillos y cremalleras, algo fina ya que no hacía especial frío. Se la dejó abierta enseñando la camiseta de color morado que llevaba debajo, con el cuello de la misma bastante abierto dejando ver el inicio de su pecho. Si en algún momento de la fiesta se quitaba la chaqueta se podría ver que la camiseta era de tirantes. En la parte inferior decidió ir como siempre: pantalones vaqueros y botas de cuero negras. No pensaba llevar bañador ya que no entraba en sus planes meterse en la piscina. Conociéndose solo lo haría estando borracho, y en ese caso y puesto de arriba de alcohol sabía que no esperaría a cambiarse para tirarse de lleno. Por último eligió uno de los cinco cascos que tenía, uno negro con el cristal oscuro.
Cuando arrancó su motocicleta se desvió para ir en dirección a la casa de Ethan, ya que iba a recogerlo antes. <<Seguro que todavía no sabe qué cojones ponerse...>> Pensó con una ligera sonrisa cuando aparcó en su puerta y vio que no estaba. Connor lo llamó al móvil y éste no tardó en aparecer por la puerta vestido bastante provocativo y muy diferente a como se le podía ver por la residencia. El motero bufó divertido mientras lo observaba asintiendo con la cabeza.
-Me cago en la puta, Ethan...hoy sales de caza, ¿eh cabronazo?- Le diría con tono divertido mientras hacía hueco para que se sentara detrás. Cuando el británico comentó que nunca había ido en moto y que le imponía, el canadiense soltó una breve risotada. -No te preocupes, cuando voy tranquilo no suelo pasar los ciento veinte.- Le dijo de forma irónica antes de arrancar y empezar a dirigirse a la mansión, sin pasar por alto su tono demasiado inocente pidiendo disculpas por agarrarlo. Al principio empezó a acelerar de más por la costumbre, pero al ver que Ethan apretaba el agarre en torno a su cintura aminoró un poco.-No sabes lo pesados que se han puesto con que no fuera a esta fiesta.- Empezó a explicarle con la voz algo alzada.- Ya sabes lo que pensamos de los jodidos pijos en el club, pero Nohlem no es así.-Le explicó mientras cogía una curva algo cerrada. Absorto como estaba en su discurso volvió a subir la velocidad poco a poco, completamente ajeno a si Ethan lo estaría escuchando o pasándolo algo mal por el viaje.- Bueno, sí que es un puto rico de mierda... pero es nuestro puto rico de mierda, ¿verdad joder?- Preguntó con una carcajada. Al cabo de unos segundos volvió a hablar. -¿Ethan?
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
06/04/23, 04:20 pm
Ethan tras recibir el comentario de su compañero, agradeció tremendamente el tener un casco que ponerse. Que fueran amigos no significaba que lograra asimilar lo directo que era a veces, y el cómo ambas mejillas se le estaban tiñendo de un fuerte rosado era una prueba de ello.
Así que tras haberle hecho aún más autoconsciente de cómo iba vestido decidió tomar venganza. Aprovecho la parte donde buscaba agarre para escabullir ambas manos bajo la camiseta suelta del pelirosa. El tacto del Londinense solía ser suave, pero sumamente frío. Algo que usaba a su favor mientras le pinchaba repetidamente en los costados como un breve ataque de cosquillas. -Yo no hablaría tanto, no vaya a ser que termines tu como presa, ̈Cabronazo ̈. -Le soltó acompañado de una ligera risa, a modo de una broma, que quizá no lo era tanto.
Cuando avanzaron, Ethan perdió la noción del tiempo. Era consciente de que el viaje no iba a ser precisamente lento, pero a los pocos minutos se había rendido en su intento de observar el trayecto. Estaba acomodado sobre uno de los hombros de Connor, manteniendo los ojos cerrados y a su compañero lo más cerca posible. Volvió el abrazo más suave cuando noto que reducían la velocidad, dándole un gracias silencioso mientras se acomodaba en el sitio. Al menos el agarre le daba la seguridad que cada curva cerrada le arrebataba.
Cuando Connor empezó a hablar, le costó ubicarse. Saliendo lentamente del trance en el que se había metido para escapar de la tensión del viaje. -Lo siento… Estaba intentando no morirme en el intento.- La primera vez que habló, sonó tan apagado que el joven intentó repetirse más alto por si acaso no se le había oído. Se notaba mareado, pero el hecho de poder centrarse en una conversación en vez del miedo tuvo rápidamente un resultado positivo. -Ya me imagino si… Tu club es una cosa… - Se guardo los comentarios para sí. El canadiense era un liante de cuidado y más de una vez se había encontrado yendo en mitad de la noche a sacarlo de la comisaría. El no se metía en esos asuntos, pero obviamente no acababan de convencerle. -Pero bueno, aunque no dejan de tener razón… en lo de pijo de mierda… Es lo que nos tocó aguantar, di que al menos el cabron esta buenorro.
Ganando ligera confianza se incorporó por primera vez en todo el viaje para poder observar al pelirosa sobre el hombro. -Además miralo por el lado bueno, a ti te caerá bronca del club y yo tendré que organizar a gente que habrá visto fotos mias asi de putón. Estamos juntos en esta desgracia. -Reafirmó la sentencia con un ligero apretón para dar ánimos con el abrazo. Sin poder evitar reírse de cómo Nohlem sin quererlo había fastidiado a ambos. Tampoco le importaba demasiado, eso sería un problema del mañana y la fiesta tenia pinta de que iba a ser una locura.
Cuando se quiso dar cuenta ya estaban entrando en la urbanización y con la reducción de velocidad Ethan volvió a quedarse recostado sobre su compañero, agradeciendo en voz baja que por fin fuera a terminar el paseo. Lo poco que había alcanzado a ver era extremadamente pijo, aunque le sorprendió no solo no encontrarse al guardia en la entrada, si no encima ver el sitio destrozado. La noche aun no había comenzado y ya estaban liandola. -Tu no te comas mucho la cabeza con eso. Hemos venido a rozar el coma etílico y a pasarlo de puta madre.
Sentenció volviendo a cerrar los ojos. Bajar de la moto iba a ser definitivamente un problema con el vértigo que tenía encima.
Así que tras haberle hecho aún más autoconsciente de cómo iba vestido decidió tomar venganza. Aprovecho la parte donde buscaba agarre para escabullir ambas manos bajo la camiseta suelta del pelirosa. El tacto del Londinense solía ser suave, pero sumamente frío. Algo que usaba a su favor mientras le pinchaba repetidamente en los costados como un breve ataque de cosquillas. -Yo no hablaría tanto, no vaya a ser que termines tu como presa, ̈Cabronazo ̈. -Le soltó acompañado de una ligera risa, a modo de una broma, que quizá no lo era tanto.
Cuando avanzaron, Ethan perdió la noción del tiempo. Era consciente de que el viaje no iba a ser precisamente lento, pero a los pocos minutos se había rendido en su intento de observar el trayecto. Estaba acomodado sobre uno de los hombros de Connor, manteniendo los ojos cerrados y a su compañero lo más cerca posible. Volvió el abrazo más suave cuando noto que reducían la velocidad, dándole un gracias silencioso mientras se acomodaba en el sitio. Al menos el agarre le daba la seguridad que cada curva cerrada le arrebataba.
Cuando Connor empezó a hablar, le costó ubicarse. Saliendo lentamente del trance en el que se había metido para escapar de la tensión del viaje. -Lo siento… Estaba intentando no morirme en el intento.- La primera vez que habló, sonó tan apagado que el joven intentó repetirse más alto por si acaso no se le había oído. Se notaba mareado, pero el hecho de poder centrarse en una conversación en vez del miedo tuvo rápidamente un resultado positivo. -Ya me imagino si… Tu club es una cosa… - Se guardo los comentarios para sí. El canadiense era un liante de cuidado y más de una vez se había encontrado yendo en mitad de la noche a sacarlo de la comisaría. El no se metía en esos asuntos, pero obviamente no acababan de convencerle. -Pero bueno, aunque no dejan de tener razón… en lo de pijo de mierda… Es lo que nos tocó aguantar, di que al menos el cabron esta buenorro.
Ganando ligera confianza se incorporó por primera vez en todo el viaje para poder observar al pelirosa sobre el hombro. -Además miralo por el lado bueno, a ti te caerá bronca del club y yo tendré que organizar a gente que habrá visto fotos mias asi de putón. Estamos juntos en esta desgracia. -Reafirmó la sentencia con un ligero apretón para dar ánimos con el abrazo. Sin poder evitar reírse de cómo Nohlem sin quererlo había fastidiado a ambos. Tampoco le importaba demasiado, eso sería un problema del mañana y la fiesta tenia pinta de que iba a ser una locura.
Cuando se quiso dar cuenta ya estaban entrando en la urbanización y con la reducción de velocidad Ethan volvió a quedarse recostado sobre su compañero, agradeciendo en voz baja que por fin fuera a terminar el paseo. Lo poco que había alcanzado a ver era extremadamente pijo, aunque le sorprendió no solo no encontrarse al guardia en la entrada, si no encima ver el sitio destrozado. La noche aun no había comenzado y ya estaban liandola. -Tu no te comas mucho la cabeza con eso. Hemos venido a rozar el coma etílico y a pasarlo de puta madre.
Sentenció volviendo a cerrar los ojos. Bajar de la moto iba a ser definitivamente un problema con el vértigo que tenía encima.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
06/04/23, 08:18 pm
Los amigos de Kahlo estaban llegando puntuales, menos mal. Quería recibir a todos los posibles para que no se encontraran la puerta vacía y se perdieran dentro de la casa, por eso y por no quedarse anclada a la entrada como una recepcionista hasta los confines. Y menos con los amigos de su hermano sin vigilancia.
—¡Amira, cielo! —sus pupilas recuperaron algo de grosor al verla y su sonrisa dejó de ser una línea de peligro—. ¡Que guapísima estás!
Abrió los brazos para recibirla con un abrazo y le dio un beso en la mejilla. Nohlem las observó en silencio con su habitual sonrisa, la cual se ensanchó un poco más al notar la mirada de ella. El chico sabía fingir ignorancia, pero era más que consciente de que no era del agrado de la francesa.
—Buenas noches, Amira.
—¡Dime cuanto te ha salido el taxi y te hago un-
Un grito le cortó el habla y ambos echaron la vista a un lado para ver de que se trataba. Un pobre diablo demasiado joven para estar ahí solo y que sin duda no pertenecía a la urbanización les dedicó unas lindas palabras, haciendo ruborizar a Kahlo del enfado y la verguenza y dejando a Nohlem con los ojos como platos. Al segundo se le escapó una risa de estupefacción.
—¿Dónde están las llaves del coche de papá?
—Kahlo.
—¡Sólo quiero saber donde están sus padres! —entre dientes y en español añadió—. Y atropellarlo.
—¡Kahlo!
Las pupilas de la chica estaban peligrosamente cerca de desaparecer a este paso. Inspiró profundamente, despegó con mucha, MUCHA dificultad los ojos de la entrada, le dio un apretón cariñoso a Amira en el brazo y volvió a mirarla.
—Perdona cielo. ¡Ve pasando! Ya han llegado Adam y Chromsa. De hecho... —entró a la casa con ella de la mano para que la siguiera, apenas unos pasos, pero todavía se les veía al fondo del pasillo—. ¡Mira, ahí están! Ve con ellos, ¡yo en seguida os sigo! ¡Y me dices cuanto ha sido el taxi!
En cuanto la chica le hubiera dicho la cifra -no la dejaría ir sino- regresaría a paso ligero junto a su hermano, con los ojos puestos en el móvil para hacerle llegar el dinero a Amira cuanto antes.
—Oye, si te vas a quedar tú aquí yo me voy para dentro. Que no se te cuelen niños en…
El rugido de una moto le detuvo. Llevaba lentillas, así que no tenía que entornar los ojos o acercarse para saber de quienes se trataba, pero incluso sin ellas y con el casco puesto los reconocería. El cuerpo del varmano perdió flexibilidad al ver con mejor detalle como iban los dos vestidos mientras bajaban y se quitaban los cascos, perdiendo numerosas neuronas al ver, en concreto, como iba Ethan. Sin siquiera pensarlo se llevó una mano a la mejilla donde antes había tenido pintalabios: su hermana ya se lo había quitado pero igual arrastró los dedos con fuerza sobre su piel para asegurarse de que no quedaba.
—Uuh, Connor y Ethan —canturreó ella.
—Que la pura me perdone por todo lo que pienso hacer hoy...
—Oye. Nohlem. ¡Nohlem! Mira acá.
—¿Qué? —y tan pronto lo hizo su hermana le apuntó a traición con la linterna del móvil a la cara—. ¡Ño, ¿pero qué pasa!? —le faltó bufar como un gato. Cerró los ojos con fuerza y puso una mano por delante para protegerse y de paso intentar quitarle el móvil sin éxito. Ahora solo veía una supernova blanca. La chica rió entre dientes mientras se guardaba el teléfono en el bolsillo.
—Deberías agradecérmelo mano. Es una pena que alguien se pierda el verde de tus ojos, con lo bonitos que los tienes… —se rió otro poco más, ladina—. Tu compadre no deja mucho a la imaginación, ¿eh?
La chica les saludó con una sonrisa. Nohlem, que seguía viendo chiribitas, dejó escapar un resoplido nervioso y se puso la mejor sonrisa en la cara mientras bajaba las escaleras para recibirlos, tratando de recuperar su dignidad. Ella le siguió por detrás con los brazos cruzados solo por fastidiar. Al menos había funcionado, el chute de luz le había contraído las pupilas.
—¡Asere, que bolá! —exclamó con los brazos abiertos mientras pensaba “nomiresaEthannomiresaEthan”. El remedio no fue mejor que la enfermedad, porque Connor también consiguió que le temblara la sonrisa. Joder, ahí le doliera la cara se mantendría firme—. ¡Cómo están mis socios! A parte de…
—Endiabladamente guapos —le ayudó Kahlo—. Bienvenidos. Mi hermano-
—¡Estaba deseando que llegárais! —no iba a decir eso. Estaba 100% seguro de que Kahlo NO iba a decir eso. Su sonrisita se lo confirmó—. Pero bueno bueno bueno… ¿Ethan? —se atrevió a chequearle de arriba a abajo para entrar en su papel de siempre y… joder, alegrarse la condenada vista. Sus pupilas volverían a crecer, a la verga. Se mordió el labio antes de hablar—. ¿Intenciones a declarar?
—¡Amira, cielo! —sus pupilas recuperaron algo de grosor al verla y su sonrisa dejó de ser una línea de peligro—. ¡Que guapísima estás!
Abrió los brazos para recibirla con un abrazo y le dio un beso en la mejilla. Nohlem las observó en silencio con su habitual sonrisa, la cual se ensanchó un poco más al notar la mirada de ella. El chico sabía fingir ignorancia, pero era más que consciente de que no era del agrado de la francesa.
—Buenas noches, Amira.
—¡Dime cuanto te ha salido el taxi y te hago un-
Un grito le cortó el habla y ambos echaron la vista a un lado para ver de que se trataba. Un pobre diablo demasiado joven para estar ahí solo y que sin duda no pertenecía a la urbanización les dedicó unas lindas palabras, haciendo ruborizar a Kahlo del enfado y la verguenza y dejando a Nohlem con los ojos como platos. Al segundo se le escapó una risa de estupefacción.
—¿Dónde están las llaves del coche de papá?
—Kahlo.
—¡Sólo quiero saber donde están sus padres! —entre dientes y en español añadió—. Y atropellarlo.
—¡Kahlo!
Las pupilas de la chica estaban peligrosamente cerca de desaparecer a este paso. Inspiró profundamente, despegó con mucha, MUCHA dificultad los ojos de la entrada, le dio un apretón cariñoso a Amira en el brazo y volvió a mirarla.
—Perdona cielo. ¡Ve pasando! Ya han llegado Adam y Chromsa. De hecho... —entró a la casa con ella de la mano para que la siguiera, apenas unos pasos, pero todavía se les veía al fondo del pasillo—. ¡Mira, ahí están! Ve con ellos, ¡yo en seguida os sigo! ¡Y me dices cuanto ha sido el taxi!
En cuanto la chica le hubiera dicho la cifra -no la dejaría ir sino- regresaría a paso ligero junto a su hermano, con los ojos puestos en el móvil para hacerle llegar el dinero a Amira cuanto antes.
—Oye, si te vas a quedar tú aquí yo me voy para dentro. Que no se te cuelen niños en…
El rugido de una moto le detuvo. Llevaba lentillas, así que no tenía que entornar los ojos o acercarse para saber de quienes se trataba, pero incluso sin ellas y con el casco puesto los reconocería. El cuerpo del varmano perdió flexibilidad al ver con mejor detalle como iban los dos vestidos mientras bajaban y se quitaban los cascos, perdiendo numerosas neuronas al ver, en concreto, como iba Ethan. Sin siquiera pensarlo se llevó una mano a la mejilla donde antes había tenido pintalabios: su hermana ya se lo había quitado pero igual arrastró los dedos con fuerza sobre su piel para asegurarse de que no quedaba.
—Uuh, Connor y Ethan —canturreó ella.
—Que la pura me perdone por todo lo que pienso hacer hoy...
—Oye. Nohlem. ¡Nohlem! Mira acá.
—¿Qué? —y tan pronto lo hizo su hermana le apuntó a traición con la linterna del móvil a la cara—. ¡Ño, ¿pero qué pasa!? —le faltó bufar como un gato. Cerró los ojos con fuerza y puso una mano por delante para protegerse y de paso intentar quitarle el móvil sin éxito. Ahora solo veía una supernova blanca. La chica rió entre dientes mientras se guardaba el teléfono en el bolsillo.
—Deberías agradecérmelo mano. Es una pena que alguien se pierda el verde de tus ojos, con lo bonitos que los tienes… —se rió otro poco más, ladina—. Tu compadre no deja mucho a la imaginación, ¿eh?
La chica les saludó con una sonrisa. Nohlem, que seguía viendo chiribitas, dejó escapar un resoplido nervioso y se puso la mejor sonrisa en la cara mientras bajaba las escaleras para recibirlos, tratando de recuperar su dignidad. Ella le siguió por detrás con los brazos cruzados solo por fastidiar. Al menos había funcionado, el chute de luz le había contraído las pupilas.
—¡Asere, que bolá! —exclamó con los brazos abiertos mientras pensaba “nomiresaEthannomiresaEthan”. El remedio no fue mejor que la enfermedad, porque Connor también consiguió que le temblara la sonrisa. Joder, ahí le doliera la cara se mantendría firme—. ¡Cómo están mis socios! A parte de…
—Endiabladamente guapos —le ayudó Kahlo—. Bienvenidos. Mi hermano-
—¡Estaba deseando que llegárais! —no iba a decir eso. Estaba 100% seguro de que Kahlo NO iba a decir eso. Su sonrisita se lo confirmó—. Pero bueno bueno bueno… ¿Ethan? —se atrevió a chequearle de arriba a abajo para entrar en su papel de siempre y… joder, alegrarse la condenada vista. Sus pupilas volverían a crecer, a la verga. Se mordió el labio antes de hablar—. ¿Intenciones a declarar?
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
06/04/23, 11:05 pm
Amira
No sabía qué había pasado para que Kahlo tuviera aquella cara y tampoco sabía si quería saberlo, pero al menos le alegraba ver que su presencia había animado algo a la varmana.
—¡Tú también estas preciosa! —le dijo de vuelta, con una amplia sonrisa, y le devolvió el beso en la mejilla.
Iba a decirle cuánto le había costado el taxi (probablemente en otra ocasión y a otra persona hubiera insistido en pagarlo, pero su amiga era rica y era su fiesta así que…) «Tampoco está tan mal aprovecharme un poco», pero se vio interrumpida por los gritos de un chiquillo que a saber cómo leches se había colado en una urbanización vigilada.
Intentó disimular sin mucho éxito un bufido de risa: compartía parte de la visión del chaval, pero no quería parecer una maleducada delante de sus invitados. Esperaba que al menos hubiera pasado desapercibida entre la conversación que estaban teniendo y no la juzgaran demasiado.
—Oh, ¿están ya? ¡Genial! —el alivio podía notarse en su cara: al menos no tenía que estar socializando con desconocidos mucho tiempo.
Le dijo a Kahlo cuánto había sido el taxi y se dirigió hacia Chromsa y Adam, tras despedirse con un gesto de la mano y un “nos vemos luego” de la varmana.
—Ey, ¿qué tal? —la mirada se le clavó en el ruso, fijándose en el modelito que llevaba. «¿Es que no le han avisado de que es una fiesta en la piscina?» —¿Vienes directo de la comunión de tu prima?
Kalna
—No sé que le ves de malo, si estás estupenda —le respondería ante las dudas por el modelito —Es una fiesta en la piscina, Serena, no en un convento.
Era verdad. Lo mucho que desaprovechaba Serena su cuerpo al ir vestida siempre tan normalita era algo que siempre le sorprendía, pero nos sabía si era porque era pobre o porque no le gustaba enseñarlo. Igualmente, no podía permitirse que no fuera así de guapa a la fiesta, con el cuerpazo que tenía tenía que lucirse.
La conversación sobre Abel era un poco lo de siempre. Serena la decía que no se metiera con él, algo difícil cuando era un perdedor, pero luego resultaba que le estaba gastando alguna broma que la pelirroja no veía como malintencionada cuando claramente lo era, lo que siempre la hacía sonreír. Por cosas como esa se llevaban bien.
—Bueno, bueno, prometo que no os esquivaré… «Si se comporta medianamente aceptable en la fiesta».
No iba a presumir de sus dotes artísticas (bueno, que leches, sí iba a hacerlo), pero el maquillaje de Serena le había quedado de puta madre. Si tan solo se molestase en ir así a la academia, mínimamente cuidada, no le daría tanta vergüenza que las vieran juntas. Se calzó unas sandalias con plataforma, que la hacían crecer sus buenos 10 cm, porque no pensaba cortarse solo por ser ya alta «Si algún chaval se asusta mejor, así no me relaciono con pringados», y decidió pintarse los labios de negro para destacar aún más.
La limusina no tardó en llevarles hasta la casa de Nohlem y Kahlo, pues al fin y al cabo vivían en la misma urbanización, y cuando estaban cerca de la puerta hubo un frenazo brusco. Kalna bajó a ver qué había pasado, y vio a un criajo que a saber cómo se había colado en el suelo. No parecía herido, pero aquello no le importaba.
—Escúchame bien, hijo de puta, como hayas rayado el coche juro que preferirás que hubieras muerto atropellado —las pupilas eran ya dos rayas verticales que amenazaban con desaparecer, y luego volvió al coche, donde le dijo a Serena que no había sido nada con toda la tranquilidad del mundo.
El chófer las dejó en la puerta, donde los gemelos parecían estar recibiendo a varios invitados, entre los que se encontraban Connor y Ethan.
—Vaya, alguien viene con ganas de juerga esta noche —le diría al inglés guiñándole un ojo. Vale, puede que apenas se hablase con él, pero joder si iba guapo esa noche con el crop top. Fijo que las pupilas la estaban traicionando ya dilatándose más de lo que convenía tan temprano, y la situación no mejoró a ver a Kahlo, con aquella camisa abierta y tan preciosa como siempre.
—Menudo fiestón, Nohlem; Kahlo —dijo, dirigiéndoles una sonrisa a cada uno. Esperaba que él no mencionara nada sobre la falta de invitación de Serena, porque estaba dispuesta a llegar a donde fuera por su amiga.
No sabía qué había pasado para que Kahlo tuviera aquella cara y tampoco sabía si quería saberlo, pero al menos le alegraba ver que su presencia había animado algo a la varmana.
—¡Tú también estas preciosa! —le dijo de vuelta, con una amplia sonrisa, y le devolvió el beso en la mejilla.
Iba a decirle cuánto le había costado el taxi (probablemente en otra ocasión y a otra persona hubiera insistido en pagarlo, pero su amiga era rica y era su fiesta así que…) «Tampoco está tan mal aprovecharme un poco», pero se vio interrumpida por los gritos de un chiquillo que a saber cómo leches se había colado en una urbanización vigilada.
Intentó disimular sin mucho éxito un bufido de risa: compartía parte de la visión del chaval, pero no quería parecer una maleducada delante de sus invitados. Esperaba que al menos hubiera pasado desapercibida entre la conversación que estaban teniendo y no la juzgaran demasiado.
—Oh, ¿están ya? ¡Genial! —el alivio podía notarse en su cara: al menos no tenía que estar socializando con desconocidos mucho tiempo.
Le dijo a Kahlo cuánto había sido el taxi y se dirigió hacia Chromsa y Adam, tras despedirse con un gesto de la mano y un “nos vemos luego” de la varmana.
—Ey, ¿qué tal? —la mirada se le clavó en el ruso, fijándose en el modelito que llevaba. «¿Es que no le han avisado de que es una fiesta en la piscina?» —¿Vienes directo de la comunión de tu prima?
Kalna
—No sé que le ves de malo, si estás estupenda —le respondería ante las dudas por el modelito —Es una fiesta en la piscina, Serena, no en un convento.
Era verdad. Lo mucho que desaprovechaba Serena su cuerpo al ir vestida siempre tan normalita era algo que siempre le sorprendía, pero nos sabía si era porque era pobre o porque no le gustaba enseñarlo. Igualmente, no podía permitirse que no fuera así de guapa a la fiesta, con el cuerpazo que tenía tenía que lucirse.
La conversación sobre Abel era un poco lo de siempre. Serena la decía que no se metiera con él, algo difícil cuando era un perdedor, pero luego resultaba que le estaba gastando alguna broma que la pelirroja no veía como malintencionada cuando claramente lo era, lo que siempre la hacía sonreír. Por cosas como esa se llevaban bien.
—Bueno, bueno, prometo que no os esquivaré… «Si se comporta medianamente aceptable en la fiesta».
No iba a presumir de sus dotes artísticas (bueno, que leches, sí iba a hacerlo), pero el maquillaje de Serena le había quedado de puta madre. Si tan solo se molestase en ir así a la academia, mínimamente cuidada, no le daría tanta vergüenza que las vieran juntas. Se calzó unas sandalias con plataforma, que la hacían crecer sus buenos 10 cm, porque no pensaba cortarse solo por ser ya alta «Si algún chaval se asusta mejor, así no me relaciono con pringados», y decidió pintarse los labios de negro para destacar aún más.
La limusina no tardó en llevarles hasta la casa de Nohlem y Kahlo, pues al fin y al cabo vivían en la misma urbanización, y cuando estaban cerca de la puerta hubo un frenazo brusco. Kalna bajó a ver qué había pasado, y vio a un criajo que a saber cómo se había colado en el suelo. No parecía herido, pero aquello no le importaba.
—Escúchame bien, hijo de puta, como hayas rayado el coche juro que preferirás que hubieras muerto atropellado —las pupilas eran ya dos rayas verticales que amenazaban con desaparecer, y luego volvió al coche, donde le dijo a Serena que no había sido nada con toda la tranquilidad del mundo.
El chófer las dejó en la puerta, donde los gemelos parecían estar recibiendo a varios invitados, entre los que se encontraban Connor y Ethan.
—Vaya, alguien viene con ganas de juerga esta noche —le diría al inglés guiñándole un ojo. Vale, puede que apenas se hablase con él, pero joder si iba guapo esa noche con el crop top. Fijo que las pupilas la estaban traicionando ya dilatándose más de lo que convenía tan temprano, y la situación no mejoró a ver a Kahlo, con aquella camisa abierta y tan preciosa como siempre.
—Menudo fiestón, Nohlem; Kahlo —dijo, dirigiéndoles una sonrisa a cada uno. Esperaba que él no mencionara nada sobre la falta de invitación de Serena, porque estaba dispuesta a llegar a donde fuera por su amiga.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
07/04/23, 12:22 am
Damian seguía haciendo aspavientos burlescos siguiendo recto con el skate. La caragato parecia encabronada y lejos de asustar al niño, lo motivava hasta a hacerle una pedorreta bien ruidosa, con una sonrisa de oreja a oreja y su cara de niño malo, malísimo.
Lo que sí le asustó, sin embargo, fue el golpe que notó en su cuerpo. No se lo esperó para nada y se cayó varios metros en el asfalto duro y frío. Las rodillas le mataban y se quedó pro momentos mirando al suelo y apretando los ojos, para luego voltear a mirar al cielo negro y estrellado respirando fuerte.
—Mierda… ay —se notaba todo el torso entumecido. No parecía nada, pero la impresión y el costado lo dejaron bien quietecito en el suelo. Y no fue lo único. En lugar de cielo oscuro y tranquilizador, pudo ver dos ojos penertantes y filosos en una mirada que lo matarían. Damian abrió los suyos, con sus partes nobles subidas a lo más alto de su garganta. Le amenazó, era ella la que lo atropelló a mala leche y el niño apretó los dientes, encogido por su propio miedo.
—«Joder, ¿cómo coño me escapo? Vaya mierda, me mata esta loca del coño» —pensó, apurado. Menos mal que la mujer volvió sobre sus pasos y Damian se incorporó como pudo, yendo a su skate. No iba siquiera cojeando, temblaba del susto. Se alejó y cuando estuvo a una distancia prudencial con toda la mala leche y la valentía que la distancia le daba, dedico una enorme peineta a la desquiciada esa.
—¡Pos yo me cago en tu puta madre, guarra! ¡Tus muertos! —y con eso se fue, corriendo y aguantando las lágrimas por la humillación. Se apresuraría en salir de ahí, como se quedase lo rifarían.
Lo que sí le asustó, sin embargo, fue el golpe que notó en su cuerpo. No se lo esperó para nada y se cayó varios metros en el asfalto duro y frío. Las rodillas le mataban y se quedó pro momentos mirando al suelo y apretando los ojos, para luego voltear a mirar al cielo negro y estrellado respirando fuerte.
—Mierda… ay —se notaba todo el torso entumecido. No parecía nada, pero la impresión y el costado lo dejaron bien quietecito en el suelo. Y no fue lo único. En lugar de cielo oscuro y tranquilizador, pudo ver dos ojos penertantes y filosos en una mirada que lo matarían. Damian abrió los suyos, con sus partes nobles subidas a lo más alto de su garganta. Le amenazó, era ella la que lo atropelló a mala leche y el niño apretó los dientes, encogido por su propio miedo.
—«Joder, ¿cómo coño me escapo? Vaya mierda, me mata esta loca del coño» —pensó, apurado. Menos mal que la mujer volvió sobre sus pasos y Damian se incorporó como pudo, yendo a su skate. No iba siquiera cojeando, temblaba del susto. Se alejó y cuando estuvo a una distancia prudencial con toda la mala leche y la valentía que la distancia le daba, dedico una enorme peineta a la desquiciada esa.
—¡Pos yo me cago en tu puta madre, guarra! ¡Tus muertos! —y con eso se fue, corriendo y aguantando las lágrimas por la humillación. Se apresuraría en salir de ahí, como se quedase lo rifarían.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
07/04/23, 04:49 pm
Rägjynn
Aunque imaginaba que Nohlem había invitado también a Airi, Räg le preguntó a su amiga muy inseguro acerca de aquella fiesta en la mansión de los varmanos. Siendo el nerd que era no creía encajar en un ambiente como el que parecía que iba a tener el evento. La sanaí parecía compartir sus dudas, pero ninguno quería que Nohlem pensara que no lo apreciaban como amigo, así que se pusieron de acuerdo para salir juntos de la residencia. Darían un agradable paseo en sus bicis ya de paso de camino a la casa de su amigo.
—¿Qué habrá ocurrido aquí? —se giró hacia Airi perplejo y decelerando en su pedaleo cuando vio la valla rota—. No creo que esto sea antiguo: seguro que la comunidad de vecinos ya lo habría arreglado.
Además se podían ver los trozos de la valla tirados por todas partes y, como mínimo, eso habría sido retirado.
>>Ah, mira, ahí hay un empleado que está recogiendo el desastre... Espero que nadie se haya hecho daño.
No se encontraron con más cosas extrañas y pararon sus bicis cerca de la puerta de acceso a la enorme mansión. Era la primera vez que la veía y se había hecho una idea de lo grande que podía ser, pero aún así superaba todas sus expectativas. Esperarían a que les recibiese su amigo y el mjörní se dedicaría mientras tanto a admirar el bonito jardín.
—¡Hola, Nohlem! Llegamos algo tarde, ¿no? No calculamos bien el tiempo, creo, disculpa. Gracias por invitarnos a tu casa: me gustan mucho vuestras plantas —le diría con una sonrisa afable mientras se bajaba de la bici y se quitaba el casco—. ¿Dónde podemos dejarlas?
Lethe
La enderth por su parte había llegado volando con sus propias alas escasos momentos antes que los dos alumnos de tercero en sus bicis. En su caso la impuntualidad se debía a que no había estado nada segura hasta el último momento de acudir a la fiesta, pero al final había tenido más peso el no querer rechazar una invitación de su amiga. Además había sido una buena excusa para comprar un poncho nuevo, pues aunque no le gustaba gastar su dinero en ropa, en realidad sí que le atraía la idea de tener varios ponchos bonitos que vestir. Ya había atravesado las puertas y se encontraba absorta observando el estanque de carpas, esperando pacientemente a que Kahlo estuviese libre para recibirla.
Aunque imaginaba que Nohlem había invitado también a Airi, Räg le preguntó a su amiga muy inseguro acerca de aquella fiesta en la mansión de los varmanos. Siendo el nerd que era no creía encajar en un ambiente como el que parecía que iba a tener el evento. La sanaí parecía compartir sus dudas, pero ninguno quería que Nohlem pensara que no lo apreciaban como amigo, así que se pusieron de acuerdo para salir juntos de la residencia. Darían un agradable paseo en sus bicis ya de paso de camino a la casa de su amigo.
—¿Qué habrá ocurrido aquí? —se giró hacia Airi perplejo y decelerando en su pedaleo cuando vio la valla rota—. No creo que esto sea antiguo: seguro que la comunidad de vecinos ya lo habría arreglado.
Además se podían ver los trozos de la valla tirados por todas partes y, como mínimo, eso habría sido retirado.
>>Ah, mira, ahí hay un empleado que está recogiendo el desastre... Espero que nadie se haya hecho daño.
No se encontraron con más cosas extrañas y pararon sus bicis cerca de la puerta de acceso a la enorme mansión. Era la primera vez que la veía y se había hecho una idea de lo grande que podía ser, pero aún así superaba todas sus expectativas. Esperarían a que les recibiese su amigo y el mjörní se dedicaría mientras tanto a admirar el bonito jardín.
—¡Hola, Nohlem! Llegamos algo tarde, ¿no? No calculamos bien el tiempo, creo, disculpa. Gracias por invitarnos a tu casa: me gustan mucho vuestras plantas —le diría con una sonrisa afable mientras se bajaba de la bici y se quitaba el casco—. ¿Dónde podemos dejarlas?
Lethe
La enderth por su parte había llegado volando con sus propias alas escasos momentos antes que los dos alumnos de tercero en sus bicis. En su caso la impuntualidad se debía a que no había estado nada segura hasta el último momento de acudir a la fiesta, pero al final había tenido más peso el no querer rechazar una invitación de su amiga. Además había sido una buena excusa para comprar un poncho nuevo, pues aunque no le gustaba gastar su dinero en ropa, en realidad sí que le atraía la idea de tener varios ponchos bonitos que vestir. Ya había atravesado las puertas y se encontraba absorta observando el estanque de carpas, esperando pacientemente a que Kahlo estuviese libre para recibirla.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
07/04/23, 07:14 pm
Airi sentía que era demasiado joven para aquel tipo de fiestas, pero si Nohlem les había ofrecido ir era porque realmente no habría ningún problema. De no ser por Räg, habría decidido no ir, pero si su mejor amigo le acompañaba, entonces no le importaba acercarse a curiosear. Si la fiesta no era para ellos, no tenían más que coger sus bicis y volver a la residencia.
No tenía mucha ropa apropiada para una fiesta, casi todo eran prendas holgadas y cómodas de colores pastel, así que escogió una blusa azul cielo con ribetes y decoraciones geométricas bordadas y unos pantalones bombachos azul marino. Por debajo llevaba su único bañador y se calzó unas sandalias por si acababan acercándose a la piscina, pero Airi no sabía nadar, así que dudaba que fuese el caso.
Se tomaron el viaje nocturno en bici hasta la casa de los hermanos como un paseo, por lo que cuando llegaron parecía que ya lo había hecho casi todo el mundo. Aquel era claramente un barrio rico, y al fondo ya se escuchaba la música de la fiesta. Räg se detuvo ante una valla rota y Airi hizo lo mismo tras él.
—Espero que no haya sido nadie de la fiesta. Mal asunto si ya estuviesen borrachos hasta este punto —comentó, soltando una risotada al final.
Al llegar ante la mansión Airi se detuvo a mirar durante varios segundos con la boca ligeramente abierta. Realmente había gente que vivía en casas tan grandes y bien decoradas, y encima conocían a uno de ellos. Se sentía como un pez fuera del agua en aquel ambiente, pero habían ido a curiosear, y ya estaban allí, así que siguió adelante, bajándose de la bici para guiarla con las manos a donde pudiesen aparcarla. Al quitarse el casco el pelo se le quedó hecho un desastre, pero para quienes le conocían, era bastante habituar verle así.
—¡Nohlem! —saludó tras Räg, agitando una mano—. ¿Qué tal? Vuestra casa es chulísima. ¿Ya ha llegado todo el mundo?
Tras echar una mirada alrededor pudo ver que había gente muy variopinta. A algunos los conocía y a otros no, pero no quería cohibirse por eso. En cuanto pudiese, también saludaría a Kahlo con educación y le agradecería la hospitalidad.
Igual que a Räg, también le llamó la atención el jardín. Era tan grande que había hasta partes mal iluminadas, lo cual le dio una idea que le sugeriría a su amigo tras haber saludado a los anfitriones.
—Hey, ¿quieres explorar hasta dónde llegan los terrenos? —le preguntaría, señalando a la valla que delimitaba la casa—. Mientras contamos historias de fantasmas —añadió, con una gran sonrisa.
No tenía mucha ropa apropiada para una fiesta, casi todo eran prendas holgadas y cómodas de colores pastel, así que escogió una blusa azul cielo con ribetes y decoraciones geométricas bordadas y unos pantalones bombachos azul marino. Por debajo llevaba su único bañador y se calzó unas sandalias por si acababan acercándose a la piscina, pero Airi no sabía nadar, así que dudaba que fuese el caso.
Se tomaron el viaje nocturno en bici hasta la casa de los hermanos como un paseo, por lo que cuando llegaron parecía que ya lo había hecho casi todo el mundo. Aquel era claramente un barrio rico, y al fondo ya se escuchaba la música de la fiesta. Räg se detuvo ante una valla rota y Airi hizo lo mismo tras él.
—Espero que no haya sido nadie de la fiesta. Mal asunto si ya estuviesen borrachos hasta este punto —comentó, soltando una risotada al final.
Al llegar ante la mansión Airi se detuvo a mirar durante varios segundos con la boca ligeramente abierta. Realmente había gente que vivía en casas tan grandes y bien decoradas, y encima conocían a uno de ellos. Se sentía como un pez fuera del agua en aquel ambiente, pero habían ido a curiosear, y ya estaban allí, así que siguió adelante, bajándose de la bici para guiarla con las manos a donde pudiesen aparcarla. Al quitarse el casco el pelo se le quedó hecho un desastre, pero para quienes le conocían, era bastante habituar verle así.
—¡Nohlem! —saludó tras Räg, agitando una mano—. ¿Qué tal? Vuestra casa es chulísima. ¿Ya ha llegado todo el mundo?
Tras echar una mirada alrededor pudo ver que había gente muy variopinta. A algunos los conocía y a otros no, pero no quería cohibirse por eso. En cuanto pudiese, también saludaría a Kahlo con educación y le agradecería la hospitalidad.
Igual que a Räg, también le llamó la atención el jardín. Era tan grande que había hasta partes mal iluminadas, lo cual le dio una idea que le sugeriría a su amigo tras haber saludado a los anfitriones.
—Hey, ¿quieres explorar hasta dónde llegan los terrenos? —le preguntaría, señalando a la valla que delimitaba la casa—. Mientras contamos historias de fantasmas —añadió, con una gran sonrisa.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
08/04/23, 11:23 am
Rick chocó la mano de su amigo como saludo. -¡Perfecto! Te veo dentro entonces- contestó al instante. Pasó luego a devolverle el saludo a Kahlo, con un tono parecido al que había usado la varmana. -Lo mismo digo. Vas preciosa, si me permites el cumplido.-
-Vale, gracias.- asintió a su amiga con una sonrisa cuando les indicó el camino hasta donde estaban todos. La alegría del ochrorio se cortó en el momento en que Kahlo lo apuñalaba múltiples veces por segundo con la mirada. Al principio estaba confuso por el motivo del cambio tan drástico en la actitud de la chica, pero por momentos el terror se apoderaba de él mientras empezaba a ver el por qué. Chromsa lo disimulaba con una sonrisilla nerviosa, aunque Adam notaría como su mano se apretaba bastante y todo el cuerpo del fauno temblaba ligeramente. Erknest (no, Ernesto. Erknest era el nombre de su guerrero nivel 10 con el que intentaba que todo el mundo lo identificara) era buen tipo aunque pudiera tener... prontos extraños. Cuando estuvieron a una distancia prudencial de los anfitriones, se giró a su pareja y preguntó con volumen justo para que solo lo escuchara él: -Adam, Ernesto no la liará mucho, ¿no? Puede ser intenso, pero seguro que no la lía demasiado... Creo.-
Los tres llegaron al jardín y tanto el ochrorio como el neoyorquino alucinaron con el lugar. Un jardín enorme con piscina, carpas y todo lo que se pudiera imaginar se les presentaba ante ellos. Todavía faltaba bastante gente, al menos que conocieran, pero ya había buen ambiente. Rick decidió quedarse por el momento con Adam y Chromsa. Les caía bien, por supuesto, pero no tenía tanta relación con ellos como con otros de los invitados que todavía no habían llegado. El neoyorquino estaba mirando los alrededores por si conocía a alguien para saludar cuando una amiga de sus acompañantes se acercó.
-¡Hola, Amira- se giró para saludarla alegre en cuanto escuchó su voz. -Parece que hemos llegado casi a la vez.- El comentario de la francesa le hizo echar una mirada sutil y rápida a su propia ropa. Vale que el ruso se había arreglado más que él, pero aún así no estaba seguro de si también iba demasiado arreglado para la fiesta.
El neoyorquino miró también a la recién llegada. Alguna vez se había cruzado con ella por la universidad, pero no la conocía como tal. Chromsa hizo la presentación oportuna: -Ah, este es Rick. Es un compañero de mi residencia.-
El chico saludó con un gesto de la mano y una leve sonrisa: -Encantado.-
-Vale, gracias.- asintió a su amiga con una sonrisa cuando les indicó el camino hasta donde estaban todos. La alegría del ochrorio se cortó en el momento en que Kahlo lo apuñalaba múltiples veces por segundo con la mirada. Al principio estaba confuso por el motivo del cambio tan drástico en la actitud de la chica, pero por momentos el terror se apoderaba de él mientras empezaba a ver el por qué. Chromsa lo disimulaba con una sonrisilla nerviosa, aunque Adam notaría como su mano se apretaba bastante y todo el cuerpo del fauno temblaba ligeramente. Erknest (no, Ernesto. Erknest era el nombre de su guerrero nivel 10 con el que intentaba que todo el mundo lo identificara) era buen tipo aunque pudiera tener... prontos extraños. Cuando estuvieron a una distancia prudencial de los anfitriones, se giró a su pareja y preguntó con volumen justo para que solo lo escuchara él: -Adam, Ernesto no la liará mucho, ¿no? Puede ser intenso, pero seguro que no la lía demasiado... Creo.-
Los tres llegaron al jardín y tanto el ochrorio como el neoyorquino alucinaron con el lugar. Un jardín enorme con piscina, carpas y todo lo que se pudiera imaginar se les presentaba ante ellos. Todavía faltaba bastante gente, al menos que conocieran, pero ya había buen ambiente. Rick decidió quedarse por el momento con Adam y Chromsa. Les caía bien, por supuesto, pero no tenía tanta relación con ellos como con otros de los invitados que todavía no habían llegado. El neoyorquino estaba mirando los alrededores por si conocía a alguien para saludar cuando una amiga de sus acompañantes se acercó.
-¡Hola, Amira- se giró para saludarla alegre en cuanto escuchó su voz. -Parece que hemos llegado casi a la vez.- El comentario de la francesa le hizo echar una mirada sutil y rápida a su propia ropa. Vale que el ruso se había arreglado más que él, pero aún así no estaba seguro de si también iba demasiado arreglado para la fiesta.
El neoyorquino miró también a la recién llegada. Alguna vez se había cruzado con ella por la universidad, pero no la conocía como tal. Chromsa hizo la presentación oportuna: -Ah, este es Rick. Es un compañero de mi residencia.-
El chico saludó con un gesto de la mano y una leve sonrisa: -Encantado.-
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
08/04/23, 12:09 pm
Adam sonrió de vuelta a Kahlo, con una sonrisa también cargada de tensión, tan apretada como la de ella. No fue por nada en particular, es que no tenía el cuerpo listo para una fiesta tan grande, esperaría acostumbrarse con el tiempo.
—Xорошо [De acuerdo], os estaremos esperando —ese “de acuerdo” que dijo en ruso se le escapó un poco aposta, divertido. Si los hermanos hablarían en su idioma, ¿por qué no soltar alguna que otra palabra en su lengua materna? Inclinaría ligeramente la cabeza a Nohlem como respuesta, era un calco de Kahlo pero en hombre y eso le resulataba gracioso en cierta manera.
Cuando estuvieron siguiendo el camino, Adam notaría que el agarre de Chromsa era más fuerte de lo normal. ¿Estaría tenso por la fiesta? ¿O por Erknest? El pegaso lo miró algo preocupadillo, no quería que su pareja se agobiase y lo pasase mal. Parecía ser que acertó en lo segundo, era por Ernesto. Se le pegaba el otro nombre por jugar tanto con él en ese juego online, insistía que quería montar la guild más poderosa del WoW.
—Emmm… ¿Creo que estará bien? —respondía duda con más duda, encogiéndose de hombros—. Si pasa algo raruno le paro los pies, ¿okay? —le dedicó una sonrisa tranquilizadora, aunque si fuese por él en aquella fiesta no lo conocía.
Estuvieron un rato en el jardín, pasando el tiempo en aquellos interiores tan grandes. No quería pecar de cateto por quedarse embobado mirando pero vaya si merecía la pena para la vista, todo era precioso, ordenado e inmaculado. Rick se quedó un rato al lado de la pareja, le caía muy bien aquel neoyorquino que era compañero de Chromsa en la residencia y no le importó su presencia puesto que el fauno hablaba muy bien de él.
—¡Oh, Amira, estamos aqui! —alzó la mano ante su amiga, alegre por ver una cara conocida—. Todo bien por aquí, llevábamos un ratito por aquí. Qué sitio más enorme, ¿no? —añadió a la respuesta—. Cукa, ¿tan mal voy? Es que no se si vine muy arreglado, quería venir elegante para la ocasión. Tampoco estoy muy acostumbrado a estas fiestas —avergonzado se miró la ropa, a sus ojos no se veía tan mal con su modelito elegante, o lo que entendía él de elegante. Por su tono, sin embargo, no se lo tomó mal de Amira dibujando una sonrisa divertida—. Pero traigo bañador, la piscina si que no me la pierdo —enseñó la bolsa de supermercado de plástico con los bañadores dentro, orgulloso.
Aprovechó y pilló unos canapés para picar algo, venía con un hambre horrorosa de no haber merendado ni almorzado para atiborrarse como nunca.
—Xорошо [De acuerdo], os estaremos esperando —ese “de acuerdo” que dijo en ruso se le escapó un poco aposta, divertido. Si los hermanos hablarían en su idioma, ¿por qué no soltar alguna que otra palabra en su lengua materna? Inclinaría ligeramente la cabeza a Nohlem como respuesta, era un calco de Kahlo pero en hombre y eso le resulataba gracioso en cierta manera.
Cuando estuvieron siguiendo el camino, Adam notaría que el agarre de Chromsa era más fuerte de lo normal. ¿Estaría tenso por la fiesta? ¿O por Erknest? El pegaso lo miró algo preocupadillo, no quería que su pareja se agobiase y lo pasase mal. Parecía ser que acertó en lo segundo, era por Ernesto. Se le pegaba el otro nombre por jugar tanto con él en ese juego online, insistía que quería montar la guild más poderosa del WoW.
—Emmm… ¿Creo que estará bien? —respondía duda con más duda, encogiéndose de hombros—. Si pasa algo raruno le paro los pies, ¿okay? —le dedicó una sonrisa tranquilizadora, aunque si fuese por él en aquella fiesta no lo conocía.
Estuvieron un rato en el jardín, pasando el tiempo en aquellos interiores tan grandes. No quería pecar de cateto por quedarse embobado mirando pero vaya si merecía la pena para la vista, todo era precioso, ordenado e inmaculado. Rick se quedó un rato al lado de la pareja, le caía muy bien aquel neoyorquino que era compañero de Chromsa en la residencia y no le importó su presencia puesto que el fauno hablaba muy bien de él.
—¡Oh, Amira, estamos aqui! —alzó la mano ante su amiga, alegre por ver una cara conocida—. Todo bien por aquí, llevábamos un ratito por aquí. Qué sitio más enorme, ¿no? —añadió a la respuesta—. Cукa, ¿tan mal voy? Es que no se si vine muy arreglado, quería venir elegante para la ocasión. Tampoco estoy muy acostumbrado a estas fiestas —avergonzado se miró la ropa, a sus ojos no se veía tan mal con su modelito elegante, o lo que entendía él de elegante. Por su tono, sin embargo, no se lo tomó mal de Amira dibujando una sonrisa divertida—. Pero traigo bañador, la piscina si que no me la pierdo —enseñó la bolsa de supermercado de plástico con los bañadores dentro, orgulloso.
Aprovechó y pilló unos canapés para picar algo, venía con un hambre horrorosa de no haber merendado ni almorzado para atiborrarse como nunca.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
08/04/23, 12:56 pm
Cuando Ethan decidió tomar venganza poniendo sus manos frías por debajo de la camiseta y haciéndole cosquillas Connor soltó varios improperios e insultos mientras se retorcía como una anguila, aunque si lo conocía bien se daría cuenta que detrás de su tono aparentemente molesto en el fondo le había hecho algo de gracia. Las manos del británico eran suaves y aunque el motero lo negara quizás le resultaban más agradables de lo normal.- ¿Cazarías a tu propio amigo? Te estás volviendo chungo de cojones...- Le soltó como respuesta con humor en sus palabras y una ligera sonrisa.
-Oh joder...- Comentó Connor cuando las palabras de Ethan le hicieron percatarse de que iba muy rápido. Redujo la velocidad de nuevo y esta vez prestaría especial atención a mantenerla. Estaba acostumbrado a las altas velocidades cuando salía de ruta solo o con sus hermanos moteros, y el hecho de ir a toda pastilla resultaba casi un acto reflejo para el canadiense.
Cuando el chico dio su opinión sobre el club Connor adoptó una expresión pensativa. Su amigo no es que apoyara precisamente a su club y a sus compañeros, sin embargo más de una vez Ethan le había hecho el favor de pagarle alguna fianza cuando lo habían metido en el calabozo. Al motero no le gustaba que lo hiciera, pero lo agradecía bastante. Normalmente las fianzas las pagaba el propio club, pero a veces a Connor no le gustaba que gastaran dinero de la banda para sacarlo por un error suyo y quizás siendo algo egoísta recurría a Ethan. Aún así luego se encargaba de devolverle la suma del dinero lo antes posible, y por si el británico se negaba siempre tenía en mente algún regalo que hacerle. La amistad entre ambos había sobrepasado las diferencias éticas y morales que tenían, por sorprendente que pareciera. Connor soltaría una carcajada con los comentarios de Ethan sobre el atractivo de Nohlem mientras giraba en una curva, ya quedaba poco para llegar a la mansión.
-No te confundas Ethan, ningún ricachón se resiste a las operaciones estéticas.- Le dijo al británico asintiendo con la cabeza.- En cinco años Nohlem habrá descambiado su cara bonita y parecerá un puñetero camello pelirrojo.- Soltó con ironía. No lo veía capaz de hacer algo así, pero al ser tan jodidamente pijo era incapaz de evitar chistes sobre ello.- Si se hacen virales fotos tuyas así vestido seguro que te llevas más gente a la cama después de esta noche. A mí me tocará ser el gilipollas del club y limpiar las motos de todo el mundo durante una semana, por venir a esta fiesta.- Le contestó encogiéndose de hombros.
Finalmente llegaron a la urbanización, que era más pija de lo que el motero había imaginado. La valla estaba destrozada y Connor se lamentó por ello. Quizás más adelante durante la fiesta y ya borracho podría habérsela cargado él mismo... Aparcó la moto y se quitó el casco mientras se acercaba a Nohlem y a su hermana Kahlo, ambos tan atractivos y bien vestidos como siempre.
-Menuda casa, cojones. ¿A quién coño se la habéis robado?... Kahlo.- Dijo de forma amistosa a modo de saludo para después dirigirse expresamente con la cabeza y una ligera sonrisa a la anfitriona. Era otra pija de mierda, pero estar emparentada con Nohlem le daba inmunidad y por tanto tampoco le caía mal. No se le escaparon las miradas hacia Ethan, o cómo interrumpió de manera sospechosa a su hermana en una ocasión.-Pues mis intenciones a declarar son beberme toda vuestra jodida cerveza.- Dijo echando un rápido vistazo hacia atrás, incluyéndose en la pregunta de Nohlem. Llegaban más invitados a lo lejos. Aquella chica gótica llamada
llamada Kalna llegó con una amiga suya con la que se juntaba a la vez que ellos, creía recordar que se llamaba Serena, saludando a Ethan. No es que le cayera demasiado bien, además también tenía constancia de que era otra puta ricachona... Connor la miró de arriba abajo mientras la escuchaba con los brazos cruzados, sin disimular mucho que la estaba estudiando con atención.
Cuando Ethan contestara al varmano entraría a la mansión mientras observaba el lugar con detalle. <<No es mi estilo, pero como se lo montan los cabrones>>.
-Oh joder...- Comentó Connor cuando las palabras de Ethan le hicieron percatarse de que iba muy rápido. Redujo la velocidad de nuevo y esta vez prestaría especial atención a mantenerla. Estaba acostumbrado a las altas velocidades cuando salía de ruta solo o con sus hermanos moteros, y el hecho de ir a toda pastilla resultaba casi un acto reflejo para el canadiense.
Cuando el chico dio su opinión sobre el club Connor adoptó una expresión pensativa. Su amigo no es que apoyara precisamente a su club y a sus compañeros, sin embargo más de una vez Ethan le había hecho el favor de pagarle alguna fianza cuando lo habían metido en el calabozo. Al motero no le gustaba que lo hiciera, pero lo agradecía bastante. Normalmente las fianzas las pagaba el propio club, pero a veces a Connor no le gustaba que gastaran dinero de la banda para sacarlo por un error suyo y quizás siendo algo egoísta recurría a Ethan. Aún así luego se encargaba de devolverle la suma del dinero lo antes posible, y por si el británico se negaba siempre tenía en mente algún regalo que hacerle. La amistad entre ambos había sobrepasado las diferencias éticas y morales que tenían, por sorprendente que pareciera. Connor soltaría una carcajada con los comentarios de Ethan sobre el atractivo de Nohlem mientras giraba en una curva, ya quedaba poco para llegar a la mansión.
-No te confundas Ethan, ningún ricachón se resiste a las operaciones estéticas.- Le dijo al británico asintiendo con la cabeza.- En cinco años Nohlem habrá descambiado su cara bonita y parecerá un puñetero camello pelirrojo.- Soltó con ironía. No lo veía capaz de hacer algo así, pero al ser tan jodidamente pijo era incapaz de evitar chistes sobre ello.- Si se hacen virales fotos tuyas así vestido seguro que te llevas más gente a la cama después de esta noche. A mí me tocará ser el gilipollas del club y limpiar las motos de todo el mundo durante una semana, por venir a esta fiesta.- Le contestó encogiéndose de hombros.
Finalmente llegaron a la urbanización, que era más pija de lo que el motero había imaginado. La valla estaba destrozada y Connor se lamentó por ello. Quizás más adelante durante la fiesta y ya borracho podría habérsela cargado él mismo... Aparcó la moto y se quitó el casco mientras se acercaba a Nohlem y a su hermana Kahlo, ambos tan atractivos y bien vestidos como siempre.
-Menuda casa, cojones. ¿A quién coño se la habéis robado?... Kahlo.- Dijo de forma amistosa a modo de saludo para después dirigirse expresamente con la cabeza y una ligera sonrisa a la anfitriona. Era otra pija de mierda, pero estar emparentada con Nohlem le daba inmunidad y por tanto tampoco le caía mal. No se le escaparon las miradas hacia Ethan, o cómo interrumpió de manera sospechosa a su hermana en una ocasión.-Pues mis intenciones a declarar son beberme toda vuestra jodida cerveza.- Dijo echando un rápido vistazo hacia atrás, incluyéndose en la pregunta de Nohlem. Llegaban más invitados a lo lejos. Aquella chica gótica llamada
llamada Kalna llegó con una amiga suya con la que se juntaba a la vez que ellos, creía recordar que se llamaba Serena, saludando a Ethan. No es que le cayera demasiado bien, además también tenía constancia de que era otra puta ricachona... Connor la miró de arriba abajo mientras la escuchaba con los brazos cruzados, sin disimular mucho que la estaba estudiando con atención.
Cuando Ethan contestara al varmano entraría a la mansión mientras observaba el lugar con detalle. <<No es mi estilo, pero como se lo montan los cabrones>>.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
08/04/23, 10:54 pm
El trayecto se volvió increíblemente liviano cuando Connor decidió ser un bruto mal hablado. Por mucho que intentó contenerse acabo riendo a carcajadas ante sus comentarios. No sabia que imagen le resultaba más hilarante, si el pelirosa vestido de cenicienta limpiando motos o Nohlem 5 años más mayor con unos labios cargados de botox.
Sea como fuese cuando llegaron Ethan se tomó su tiempo para quitarse el casco. La coleta ya estaba empezando a luchar por deshacerse así que decidió que antes de entrar al lugar era mejor retocarla. Tenía que haber traído más coleteros, pero a falta de ellos ya podía conservar bien el que le quedaba.
Mientras tanto los hermanos estaban bajando para recibirlos en condiciones y al ver a Nohlem tan mono con su camisa abierta se le dibujó una sonrisa aún más amplia en el rostro.
Y entonces… el felino abrió la boca y Ethan se vio sin tiempo para asimilar la indirecta antes de devolverle una mirada de completo pánico. Entendía que como gemelos tuvieran ese tipo de confianza… PERO POR DIOS. ¿¿CÓMO IBA A DEVOLVERLE LA FICHA DELANTE DE KAHLO??
Expuesto y sintiendo como el calor invadía sus mejillas optó por desviar la mirada buscando refugio en la increíble mansión que tenía ante sí. Pero el destino era caprichoso y una voz femenina sonó a su lado para dejarle aún más claro cómo iba vestido.
Kalna había llegado acompañada y el pobre asiatico no tuvo otra que rendirse ante la situación.
Con una torpe sonrisa y una tez que antes clara ahora estaba teñida de un rosa fuerte se dirigio hacia la joven, que joder, ¿desde cuando le sacaba tanta altura? -Ups me has pillado, aunque veo que no soy el único que viene preparado. -Se alegró al momento de ver que compartían cierto gusto en la ropa. Aunque ambas iban preciosas, el vestido de Kalna le llamó la atención para bien. No sería el único tan exhibicionista al menos. -¡Me encanta como vais! Aunque espero ver ese look bien lucido en la pista de baile. -Respondió devolviéndole el guiño. No había segundas en la frase, Ethan solo estaba siendo agradable.
En cuanto se giró, Connor estaba respondiendo a las insinuaciones de Nohlem y la situación le resultó tan absurda, que poco pudo hacer para contener la risa. El momento tan hilarante prácticamente le hizo olvidar la timidez que sentía y decidió aprovechar para sumarse a la broma del canadiense. -Oh si y yo vengo al parecer a cazar, ten cuidado que esta noche quizá me da por morder de más. Connor ya ha descubierto que mis presas predilectas son mis amigos más cercanos. -Se vio cortado cuando el ataque de risa regresó, era incapaz de seguir esa frase sin morirse del cringe. Definitivamente iba a necesitar alcohol.
Al final, tratando de calmarse decidió saludar también a Kahlo, le estaba empezando a resultar ofensivo que la pobre tuviera que tener esas primeras impresiones de ambos. -Ay buenas noches Kahlo, prometo que de normal no soy tan estupido. Estos no, estos siempre son igual de idiotas, pero trataré de tenerlos controlados. -Hizo un ligero cabeceo a modo de saludo antes de coger a Connor del brazo empezando a prepararse para marchar.
-¡¡Nos vemos en la fiesta!! Y Nohlem por favor no te nos pierdas entre ligues que si no, no te vemos en toda la noche!
Despidiéndose de ellos avanzó con el pelirosa, pero en cuanto la música empezó a llenar sus oídos Ethan se vio contagiado de la euforia del momento. Tras unos pequeños saltitos en el sitio y sin previo aviso tiro de Connor para arrastrarlo rápidamente hacia la zona donde todos aguardaban. Si tenía suerte Rick o Colmillo ya tendrian que estar por allí y joder, que ganas tenia de que empezara la fiesta.
Sea como fuese cuando llegaron Ethan se tomó su tiempo para quitarse el casco. La coleta ya estaba empezando a luchar por deshacerse así que decidió que antes de entrar al lugar era mejor retocarla. Tenía que haber traído más coleteros, pero a falta de ellos ya podía conservar bien el que le quedaba.
Mientras tanto los hermanos estaban bajando para recibirlos en condiciones y al ver a Nohlem tan mono con su camisa abierta se le dibujó una sonrisa aún más amplia en el rostro.
Y entonces… el felino abrió la boca y Ethan se vio sin tiempo para asimilar la indirecta antes de devolverle una mirada de completo pánico. Entendía que como gemelos tuvieran ese tipo de confianza… PERO POR DIOS. ¿¿CÓMO IBA A DEVOLVERLE LA FICHA DELANTE DE KAHLO??
Expuesto y sintiendo como el calor invadía sus mejillas optó por desviar la mirada buscando refugio en la increíble mansión que tenía ante sí. Pero el destino era caprichoso y una voz femenina sonó a su lado para dejarle aún más claro cómo iba vestido.
Kalna había llegado acompañada y el pobre asiatico no tuvo otra que rendirse ante la situación.
Con una torpe sonrisa y una tez que antes clara ahora estaba teñida de un rosa fuerte se dirigio hacia la joven, que joder, ¿desde cuando le sacaba tanta altura? -Ups me has pillado, aunque veo que no soy el único que viene preparado. -Se alegró al momento de ver que compartían cierto gusto en la ropa. Aunque ambas iban preciosas, el vestido de Kalna le llamó la atención para bien. No sería el único tan exhibicionista al menos. -¡Me encanta como vais! Aunque espero ver ese look bien lucido en la pista de baile. -Respondió devolviéndole el guiño. No había segundas en la frase, Ethan solo estaba siendo agradable.
En cuanto se giró, Connor estaba respondiendo a las insinuaciones de Nohlem y la situación le resultó tan absurda, que poco pudo hacer para contener la risa. El momento tan hilarante prácticamente le hizo olvidar la timidez que sentía y decidió aprovechar para sumarse a la broma del canadiense. -Oh si y yo vengo al parecer a cazar, ten cuidado que esta noche quizá me da por morder de más. Connor ya ha descubierto que mis presas predilectas son mis amigos más cercanos. -Se vio cortado cuando el ataque de risa regresó, era incapaz de seguir esa frase sin morirse del cringe. Definitivamente iba a necesitar alcohol.
Al final, tratando de calmarse decidió saludar también a Kahlo, le estaba empezando a resultar ofensivo que la pobre tuviera que tener esas primeras impresiones de ambos. -Ay buenas noches Kahlo, prometo que de normal no soy tan estupido. Estos no, estos siempre son igual de idiotas, pero trataré de tenerlos controlados. -Hizo un ligero cabeceo a modo de saludo antes de coger a Connor del brazo empezando a prepararse para marchar.
-¡¡Nos vemos en la fiesta!! Y Nohlem por favor no te nos pierdas entre ligues que si no, no te vemos en toda la noche!
Despidiéndose de ellos avanzó con el pelirosa, pero en cuanto la música empezó a llenar sus oídos Ethan se vio contagiado de la euforia del momento. Tras unos pequeños saltitos en el sitio y sin previo aviso tiro de Connor para arrastrarlo rápidamente hacia la zona donde todos aguardaban. Si tenía suerte Rick o Colmillo ya tendrian que estar por allí y joder, que ganas tenia de que empezara la fiesta.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
09/04/23, 01:55 am
-No tenías por qué venir.
La estruendosa risa de Susi resonó por toda la camioneta al ver a su hermano enfurruñado.
-¿Y cómo coño pretendías llegar a la casa de tu amigo el pijo? ¿A patita? Ni de coña llegabas para hoy.
-Podía haber conducido yo.
-Por los cojones te iba a dejar yo a ti la pica. Y vas listo si esperas que el papa te deje coger la furgo.
-¿Y entonces para qué mierdas me hicisteis sacarme el puto carné si luego no me ibais a dejar coger los jodidos coches?
-¡Esa boca, mocoso, a ver si voy a tener que sacar el aguarrás!
Colmillo se cruzó de brazos y se giró hacia la ventana del copiloto, enfadado por el trato, pero sin querer molestar a su hermana hasta el punto de que decidiera que, efectivamente, tenía dos piernas y podía usarlas para ir andando hasta la mansión de Nohlem.
-En realidad, podría haber venido en taxi. Nohlem y su hermana lo habrían pagado -dijo un poco provocativo, pero con la boca pequeña.
-Joder con los ricachones, ¿eh? Supongo que los capullos son de esos que tienen el dinero por castigo.
Si bien Colmillo quiso salir en defensa de su amigo (aunque no por no estar de acuerdo con su hermana), la actitud le cambió al momento al ver a lo lejos entre los árboles la enorme mansión.
-Mira, déjame aquí. El portón de fuera está ahí, no hace falta que entres hasta dentro -pidió mientras se atusaba el pelo y repeinaba la coletilla.
-¿Qué pasa, Cheché, te avergüenzas de tu hermana? -se mofó Susi sin dar indicios de querer hacerle caso.
-Joder, Susi, hay dos putos caballos del tio vivo en la parte de atrás. Déjame aquí. No está lejos, llego en nada.
Susi rió, pero igualmente aparcó en la acera más allá de la reja de entrada.
-¿Los niños ricos también te pagarán un taxi para volver o tendré que venir a por ti?
-¿Has visto su jodida casa? Debe tener como cuatrocientas habitaciones. No creo que a Nohlem le importe una mierda que duerma en una de ellas. Mañana ya me las arreglaré para volver.
-Lo que tú digas, mocoso. Mejor que les vomites a los pijos que por el puto pasillo de casa.
-¡Solo pasó una vez!
-Sí, sí. Deja de lloriquear y baja -ordenó con un gesto de la mano-. Ala, hasta más ver. Y recuerda: no hagas nada que yo no haría.
-Eso deja una lista bastante tocha de mierda que tengo permitido hacer entonces.
Su hermana, sin contestarle, volvió a arrancar la camioneta y se incorporó en la carretera de nuevo.
-¡Pásalo bien, gilipollas! -gritó a través de la ventanilla abierta.
-¡Yo también te quiero, zorra! -le gritó de vuelta Colmillo, riendo cuando su hermana sacó el brazo por la ventanilla para mostrarle su dedo corazón.
Regodeándose en su habitual intercambio cariñoso con su hermana, Colmillo se reajustó la chupa de cuero y se sacudió los vaqueros rotos por si acaso se habían manchado de ir sentado en la camioneta y comenzó a trotar hacia la puerta principal, no sin antes tener que saltar un trozo de valla rota.
-¿Pero qué coño?
Al final, la caminata le llevó más tiempo del que tenía previsto, pero ni de coña iba a permitir que sus amigos vieran como le traía su hermana mayor.
-¡Ey, gente! -exclamó al ver a Räg y Airi ya en la puerta saludando a los mellizos-. ¿Soy de los últimos? ¿Ya ha llegado todo el mundo? Por cierto, Kahlo, Nohlem, estáis guapísimos -halagó con una amplia sonrisa que dejaba ver su colmillo mellado-. Y vuestra casa es una puta pasada. ¿No os perdéis con lo jodidamente grande que es? -preguntó haciendo un gesto con los brazos intentando abarcar la casa por completo-. Bueno, ¿dónde está la priva? Me gustaría poder beber algo antes de que el cabrón de Connor arrample con todo.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
09/04/23, 08:34 pm
Ahí estaba el color que tanto le gustaba y su expresión de monjita comprometida. Su sonrisa se hizo mayor según el rojo se adueñó del rostro de Ethan, consciente de que el mismo efecto se estaba dando en sus propias mejillas… con la enorme diferencia de que él jugaba con ventaja gracias a su tono de piel. Y mientras Nohlem torturaba al británico Kahlo le devolvió una pequeña reverencia llena de elegancia al motero.
—Connor —dijo tras él—. A mis padres en cuanto dejen este mundo, esperamos —hizo un gesto con la cabeza para señalar al pelirrojo—. Y luego yo se la robaré a mi hermano cuando le envenene para quedarme con toda la herencia.
—¡Ehh! —volvió la vista a Kahlo y le pasó un brazo por los hombros para apoyarse en ella. Connor también respondió, ayudando así a que Ethan saliera de su radár—. Que sepas que tengo una “neverita” solo para ti, mano. Vaya a ser que pases sed… Una tragedia —le guiñó un ojo. Iba totalmente en serio. Sabía que podía camelárselo con esas cosas, una jugada estratégica preventiva.
Otras dos invitadas salieron de una condenada limusina. “Dos”, comillas porque solo una había sido invitada. Nada más ver el coche era fácil saber de quien se trataba, pero… vaya demostración de fuerza para ser la única que vivía cerca. Los ojos de ambos mellizos se abrieron mucho al ver a Kalna, e incluso Kahlo, tan grácil y discreta como era, perdió parte del color de sus ojos cuando sus pupilas se adueñaron del espacio.
—¡Kalna! ¡Por todos los santos, que reina! ¡Y Serena! —agitó ambas manos en su rostro para abanicarse, sumándose a los cumplidos del asiático. Se le estaban notando los colores que a Nohlem no se le habían notado antes—. ¡Por los santos que mal, si no tenemos alfombra roja para vosotras!
Nohlem se había quedado con el cerebro licuado con el look de Kalna, y aunque intentaba ser discreto no podía. La altura hacía flaco favor a mirar a otro lado (¡¿qué culpa tenía él de que la cabeza le coincidiera con sus tetas!?) y su alternativa era mirar a Connor o a Ethan que… bueno. Miró a Serena a falta de ayudas. Iba preciosa, sí, pero también de polizona. Sus pupilas volvieron a ser más gatunas con ella, pero aún así le dedicó una sonrisa y una reverencia casi sinceras. Incluso si no viniese de acompañante de Kalna no le faltaría el respeto, no esa noche. Además al menos no venía con el tonto de Abel.
—Bienvenidas. Espero que nuestra humilde mansión sea suficiente para las dos.
Serena le estaba haciendo recuperar la cordura pero entonces el mendrugo de Ethan tuvo la genial idea de responderle. Nohlem se le quedó mirando unos segundos con cara de póker, con la boca entreabierta, el corazón acelerando y el rojo llegándole, por fin a él, hasta las orejas.
—Ah.
No dijo nada más. Kahlo se rió por partida doble, pero tuvo la decencia de disimularlo.
—Ah no, no te preocupes. Me han hablado mucho de ti, sé que eres el… —se quedó un tiempo pensativa. No sería tan mala de llamarle mamá pato—. Tutor de estos dos. Me fio más de ti que de mi propio hermano y el 97% de sus amigos.
—No, no… hoy no pensaba… —¿“ligar”? No se lo creía ni él. Su tono fue demasiado bajo. La cosa es que, ¿Ethan iba en serio o…? Siempre que él le mandaba indirectas tan discretas como una puñalada en los huevos el moreno había seguido como si tal cosa. Vale, igual que Connor, los dos no se tomaban en serio sus flirteos a pesar de que eran los que más en serio iban, suponía que porque solo eran amigos, pero- Interrumpiendo la marabunta de ralladas mentales de Nohlem, cuando Ethan se despidió la sonrisa de Kahlo se hizo maliciosa, incluso con las otras dos chicas pasando por delante. Si a él le daba igual tener esa cara de tonto a ella más todavía que se notase.
—¿No te quieres ir con ellos? —canturreó, provocativa. Antes de que respondiera le agarró firmemente de la muñeca—. Pues aguanta un mes, esta fiesta es más tuya que mía —y se despidió con un gesto y una sonrisita de Kalna y Serena.
—Eh- hasta ahora —se despidió igualmente de las dos recuperando parte de la compostura, solo para perderla al volver a su melliza—. ¡No jodas Kahl-
Incluso sin pretenderlo Räg impidió que una pelea estallase ahí mismo. Al chico le tembló un ojo y su expresión se notó forzada, que es mucho decir cuando él siempre fingía extremadamente bien.
—¡Hola Räg! ¡Airi! No no, ¡llegáis perfectos! Está entrando todo el mundo ahora —por suerte su tensión se fue diluyendo según hablaba. No obstante estaba mosca por el vehículo que habían elegido—. Espera, espera, ¿¡habéis venido en bicicleta!? ¡Pero si…! ¡¿Cuánto es eso, 2 horas pedaleando?! —Kahlo se encogió de hombros, igual de asombrada que él. Solo sabían que del campus a su casa andando era muchísimo; o al menos lo suponían, eso de llegar sudados a cualquier lado era un absoluto desconocido para ellos—. Bueno, eh… da igual, dejadlas por aquí —señaló un hueco de pared detrás suya, al lado de las escaleras a la casa. Se le notaba con prisa—. Pero cuando os digo que os invito a un taxi lo digo en serio, ¿vale?
No hubo molestia en su tono a pesar de que en parte lo estaba. Sobre todo le dolía la paliza que hubieran podido darse, pero solo dejaría que se entreviera el asombro. Esperaba que a la vuelta aceptasen uno. Viendo las bicicletas se dio cuenta entonces con horror de algo: con toda la preparación... ¿se le había olvidado invitar a Tayron? ¡Fantástico! Otro follamigo perdido. Y encima uno de sus favoritos. Colmillo apareció en ese instante.
—¡Colmillo! Bienvenido. No no, aún falta gente…
Sabiendo que su hermano iba a explotar por la desesperación de irse ya para dentro (muchos años, su lenguaje corporal era transparente para ella) Kahlo tomó el relevo de la conversación.
—Gracias cariño, venís todos hechos un pincel. A veces tenemos que mandar a sirvientes a que nos busquen, o activar el gps para encontrar el baño, es toda una Odisea… —cargó su tono de drama para darle más gancho. Luego se rió para dejar claro que era broma—. Id pasando, ya están casi todos dentro. “Casi todos”, supongo, no sé a cuantos ha invitado mi hermanito...
—Demasiados. A demasiados… —repitió por lo bajo según Räg, Airi y Colmillo entraban.
Kahlo suspiró.
—Nohlem, sé que tus jevitos están hermosos, pero te recuerdo que tu amigo el potro de los ojos lindos también ha flirteao' conmigo y… —miró de reojo a Kalna y Serena, ya de espaldas a lo lejos. Sus pupilas crecieron un poco, y como para censurar la sonrisa que quería dibujarse en su cara se mordió el labio, haciéndolo más cantoso si cabía—. Creéme chamo que tengo tantas ganas de entrar en casa como tú.
—Ah no no Kahlo, a mi el chino no me ha hecho swing nunca, ¿sabes que es esto? Yo acá no me quedo ni medio minuto más.
—Piedra papel tijeras.
—¡¿Qué tenemos, cinco años?!
—Piedra papel tijeras, cobarde gallina —repitió apretando los dientes.
Nohlem rodó los ojos, echó la cabeza atrás y soltó un gruñido grave seguido de un “ñoooooo”. No obstante ya estaba escondiendo ambas manos tras la espalda, tal como las tenía su hermana desde hace rato.
—Piedra, papel…
Ganó Nohlem. Kahlo gruñó por lo bajo.
—Al mejor de 3.
Empate. Empate. Piedra él, tijera ella. Kahlo chasqueó la lengua y rodó la cabeza igual que había hecho Nohlem un minuto atrás mientras él lo festejaba perreándole un poco al aire.
—Espera espera mi amol, ¿¡quieres la última!? —escondió una mano y al volver a sacarla le dedicó una peineta—. ¡JAAAA, metí pescao’!
Las risas le superaron, y antes de que ella se enfadara corrió a darle un beso en la frente y un abrazo que la levantó unos centímetros del suelo. Kahlo le dio varios golpes en la espalda para que la bajara y se ajustó la camisa a toda velocidad para que no se saliera nada de su sitio.
—¡Tunturuntu! —chasqueó los dedos del implante y le dio la espalda—. ¡Antes e' que me arrepienta! ¡Chacho’ malcriao’!
Nohlem no se hizo de rogar y, dándole antes un sonoro beso en la mejilla a Kahlo, se metió en la casa. Iba a jugar todas sus cartas y para eso iba a necesitar tremendo cubalibre primero.
—Connor —dijo tras él—. A mis padres en cuanto dejen este mundo, esperamos —hizo un gesto con la cabeza para señalar al pelirrojo—. Y luego yo se la robaré a mi hermano cuando le envenene para quedarme con toda la herencia.
—¡Ehh! —volvió la vista a Kahlo y le pasó un brazo por los hombros para apoyarse en ella. Connor también respondió, ayudando así a que Ethan saliera de su radár—. Que sepas que tengo una “neverita” solo para ti, mano. Vaya a ser que pases sed… Una tragedia —le guiñó un ojo. Iba totalmente en serio. Sabía que podía camelárselo con esas cosas, una jugada estratégica preventiva.
Otras dos invitadas salieron de una condenada limusina. “Dos”, comillas porque solo una había sido invitada. Nada más ver el coche era fácil saber de quien se trataba, pero… vaya demostración de fuerza para ser la única que vivía cerca. Los ojos de ambos mellizos se abrieron mucho al ver a Kalna, e incluso Kahlo, tan grácil y discreta como era, perdió parte del color de sus ojos cuando sus pupilas se adueñaron del espacio.
—¡Kalna! ¡Por todos los santos, que reina! ¡Y Serena! —agitó ambas manos en su rostro para abanicarse, sumándose a los cumplidos del asiático. Se le estaban notando los colores que a Nohlem no se le habían notado antes—. ¡Por los santos que mal, si no tenemos alfombra roja para vosotras!
Nohlem se había quedado con el cerebro licuado con el look de Kalna, y aunque intentaba ser discreto no podía. La altura hacía flaco favor a mirar a otro lado (¡¿qué culpa tenía él de que la cabeza le coincidiera con sus tetas!?) y su alternativa era mirar a Connor o a Ethan que… bueno. Miró a Serena a falta de ayudas. Iba preciosa, sí, pero también de polizona. Sus pupilas volvieron a ser más gatunas con ella, pero aún así le dedicó una sonrisa y una reverencia casi sinceras. Incluso si no viniese de acompañante de Kalna no le faltaría el respeto, no esa noche. Además al menos no venía con el tonto de Abel.
—Bienvenidas. Espero que nuestra humilde mansión sea suficiente para las dos.
Serena le estaba haciendo recuperar la cordura pero entonces el mendrugo de Ethan tuvo la genial idea de responderle. Nohlem se le quedó mirando unos segundos con cara de póker, con la boca entreabierta, el corazón acelerando y el rojo llegándole, por fin a él, hasta las orejas.
—Ah.
No dijo nada más. Kahlo se rió por partida doble, pero tuvo la decencia de disimularlo.
—Ah no, no te preocupes. Me han hablado mucho de ti, sé que eres el… —se quedó un tiempo pensativa. No sería tan mala de llamarle mamá pato—. Tutor de estos dos. Me fio más de ti que de mi propio hermano y el 97% de sus amigos.
—No, no… hoy no pensaba… —¿“ligar”? No se lo creía ni él. Su tono fue demasiado bajo. La cosa es que, ¿Ethan iba en serio o…? Siempre que él le mandaba indirectas tan discretas como una puñalada en los huevos el moreno había seguido como si tal cosa. Vale, igual que Connor, los dos no se tomaban en serio sus flirteos a pesar de que eran los que más en serio iban, suponía que porque solo eran amigos, pero- Interrumpiendo la marabunta de ralladas mentales de Nohlem, cuando Ethan se despidió la sonrisa de Kahlo se hizo maliciosa, incluso con las otras dos chicas pasando por delante. Si a él le daba igual tener esa cara de tonto a ella más todavía que se notase.
—¿No te quieres ir con ellos? —canturreó, provocativa. Antes de que respondiera le agarró firmemente de la muñeca—. Pues aguanta un mes, esta fiesta es más tuya que mía —y se despidió con un gesto y una sonrisita de Kalna y Serena.
—Eh- hasta ahora —se despidió igualmente de las dos recuperando parte de la compostura, solo para perderla al volver a su melliza—. ¡No jodas Kahl-
Incluso sin pretenderlo Räg impidió que una pelea estallase ahí mismo. Al chico le tembló un ojo y su expresión se notó forzada, que es mucho decir cuando él siempre fingía extremadamente bien.
—¡Hola Räg! ¡Airi! No no, ¡llegáis perfectos! Está entrando todo el mundo ahora —por suerte su tensión se fue diluyendo según hablaba. No obstante estaba mosca por el vehículo que habían elegido—. Espera, espera, ¿¡habéis venido en bicicleta!? ¡Pero si…! ¡¿Cuánto es eso, 2 horas pedaleando?! —Kahlo se encogió de hombros, igual de asombrada que él. Solo sabían que del campus a su casa andando era muchísimo; o al menos lo suponían, eso de llegar sudados a cualquier lado era un absoluto desconocido para ellos—. Bueno, eh… da igual, dejadlas por aquí —señaló un hueco de pared detrás suya, al lado de las escaleras a la casa. Se le notaba con prisa—. Pero cuando os digo que os invito a un taxi lo digo en serio, ¿vale?
No hubo molestia en su tono a pesar de que en parte lo estaba. Sobre todo le dolía la paliza que hubieran podido darse, pero solo dejaría que se entreviera el asombro. Esperaba que a la vuelta aceptasen uno. Viendo las bicicletas se dio cuenta entonces con horror de algo: con toda la preparación... ¿se le había olvidado invitar a Tayron? ¡Fantástico! Otro follamigo perdido. Y encima uno de sus favoritos. Colmillo apareció en ese instante.
—¡Colmillo! Bienvenido. No no, aún falta gente…
Sabiendo que su hermano iba a explotar por la desesperación de irse ya para dentro (muchos años, su lenguaje corporal era transparente para ella) Kahlo tomó el relevo de la conversación.
—Gracias cariño, venís todos hechos un pincel. A veces tenemos que mandar a sirvientes a que nos busquen, o activar el gps para encontrar el baño, es toda una Odisea… —cargó su tono de drama para darle más gancho. Luego se rió para dejar claro que era broma—. Id pasando, ya están casi todos dentro. “Casi todos”, supongo, no sé a cuantos ha invitado mi hermanito...
—Demasiados. A demasiados… —repitió por lo bajo según Räg, Airi y Colmillo entraban.
Kahlo suspiró.
—Nohlem, sé que tus jevitos están hermosos, pero te recuerdo que tu amigo el potro de los ojos lindos también ha flirteao' conmigo y… —miró de reojo a Kalna y Serena, ya de espaldas a lo lejos. Sus pupilas crecieron un poco, y como para censurar la sonrisa que quería dibujarse en su cara se mordió el labio, haciéndolo más cantoso si cabía—. Creéme chamo que tengo tantas ganas de entrar en casa como tú.
—Ah no no Kahlo, a mi el chino no me ha hecho swing nunca, ¿sabes que es esto? Yo acá no me quedo ni medio minuto más.
—Piedra papel tijeras.
—¡¿Qué tenemos, cinco años?!
—Piedra papel tijeras, cobarde gallina —repitió apretando los dientes.
Nohlem rodó los ojos, echó la cabeza atrás y soltó un gruñido grave seguido de un “ñoooooo”. No obstante ya estaba escondiendo ambas manos tras la espalda, tal como las tenía su hermana desde hace rato.
—Piedra, papel…
Ganó Nohlem. Kahlo gruñó por lo bajo.
—Al mejor de 3.
Empate. Empate. Piedra él, tijera ella. Kahlo chasqueó la lengua y rodó la cabeza igual que había hecho Nohlem un minuto atrás mientras él lo festejaba perreándole un poco al aire.
—Espera espera mi amol, ¿¡quieres la última!? —escondió una mano y al volver a sacarla le dedicó una peineta—. ¡JAAAA, metí pescao’!
Las risas le superaron, y antes de que ella se enfadara corrió a darle un beso en la frente y un abrazo que la levantó unos centímetros del suelo. Kahlo le dio varios golpes en la espalda para que la bajara y se ajustó la camisa a toda velocidad para que no se saliera nada de su sitio.
—¡Tunturuntu! —chasqueó los dedos del implante y le dio la espalda—. ¡Antes e' que me arrepienta! ¡Chacho’ malcriao’!
Nohlem no se hizo de rogar y, dándole antes un sonoro beso en la mejilla a Kahlo, se metió en la casa. Iba a jugar todas sus cartas y para eso iba a necesitar tremendo cubalibre primero.
- DICCIONARIO CUBANO:
Mano/a, manito/a: hermano/hermanito
Aguanta un mes: te esperas
Jevitos: novios
Potro: hombre extremadamente guapo
Chino: cualquier persona asiática (va de cariño, no plan ofensa)
No hacer swing: cuando la persona que te gusta no te para bola*.
(*No te para bola, venezolano: NO TE HACE PUTO CASO.)
Metí pescao’: Que algo te salga inesperadamente bien, tener mucha suerte
Tunturuntu: FUS FUS, vete rápido
Chacho: muchacho lol
- ♪♫♬:
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
10/04/23, 10:54 am
Cuando el taxi cruzó aquel camino sinuoso y llegó hasta su objetivo pudo respirar tranquila al fin creyendo que llegaban tarde. Las recibió una urbanización que se le antojaba antigua, pero conforme la gran mansión de los hermanos se distinguía a lo lejos comprendió que se trataba de un palacio sacado de la mismísima Habana. Al principio dudó mucho de asistir ya que era una alumna aplicada que no se dejaba ver en ese tipo de fiestas, pero en cuanto alcanzaron las verjas y tras ella asomaron luces, palmeras y arbustos... supo que estaba exactamente donde quería estar. Las dimensiones eran impresionantes, aunque no distaban de la suya propia en Lyion gracias a la solvencia económica de los Camus. Sin embargo mientras que su hogar era sobrio, gris y de estricto mármol... éste era un verdadero paraíso tropical.
Con lentitud apoyó uno de sus manoletinas en el suelo mientras abría la puerta del vehículo y se despedía del conductor tras realizarle el pago correspondiente. Los Camus eran orgullosos, y su madre ya le había dejado claro que no permitirían que nadie cubriera sus gastos como si se tratara de una demostración de poder. De hecho, ya se habían encargado al principio del trimestre de incitarla a acercarse a las personas más poderosas del Campus para su conveniencia, y eso incluía por supuesto a Kahlo y su hermano. A ella toda esa parafernalia le traía sin cuidado y su amistad con la chica surgió de manera orgánica y natural. Eso sí, era la primera vez que su familia se mostraba tan interesada en que su hija acudiera a un evento así que su look no había tardado en llegarle encargado desde Francia.
Fleur lucía un body escotado con forma de corazón de satén que más tarde le serviría también de bañador, el color era perlado recordando más a la gama del rosa. Los hombros estaban tapados por una especie de gasa con transparencias que nacía desde el mismo traje y por si luego refrescaba portaba encima un kimono veraniego entre blanco y también transparente atado a la cintura. Debía aprovechar sus puntos fuertes, así que optó por joyería de oro muy fina en su cuello largo y un maquillaje muy suave para destacar especialmente sus ojos celestes, los cuales llevaban grandes pestañas y un sombreado más cargado. Para el peinado se decidió por el estilo ondas al agua, dando un reflejo de la moda en el cine de los años veinte pero mucho más moderno. Quizá fuera excesivo, pero se sentía bien con aquellas prendas, como si pisara con mayor firmeza.
Maila no debía envidiarla, estaba preciosa. Fleur la contempló unos instantes, antes de agarrarse a su brazo para dirigirse hacia la entrada. No podía evitar sonreír, pletórica y llena de emoción por poder compartir un momento así con su pareja. La relación terminó por encajar conforme los meses pasaban en los pasillos de la facultad y no les iba nada mal como novias. Aquella noche, en cambio, se habían prometido ser más... flexibles, las circunstancias lo requerían y tras una conversación habían decidido que no estaría de más dejarse llevar un poco.
—De acuerdo pues... hemos venido a pasárnoslo bien —se acercó al cuello de la hawaiana oliendo su perfume, y luego le susurró al oído con un tono travieso que pocas veces dejaba ver—. Y recordemos... contarnos todo lo que pasa luego.
Sin querer hacer caso a una parte rota de las verjas se internaron juntas, y cerca de una escalera Kahlo las esperaba, tan hermosa como siempre. Fleur la saludó con entusiasmo a lo lejos y al hacerlo su bolsito cargado de cosas hizo ruido, dentro tenía provisiones como pintalabios, cargador del móvil e incluso toallitas para deshacerse del sudor y que este no destrozara lo bonita que se veía.
—¡Esperamos no llegar muy tarde! —esgrimió, todavía un poco lejos para reparar como pretendía en el look de la varmana. Aunque aquella camisa abierta ya la estaba poniendo nerviosa.
Con lentitud apoyó uno de sus manoletinas en el suelo mientras abría la puerta del vehículo y se despedía del conductor tras realizarle el pago correspondiente. Los Camus eran orgullosos, y su madre ya le había dejado claro que no permitirían que nadie cubriera sus gastos como si se tratara de una demostración de poder. De hecho, ya se habían encargado al principio del trimestre de incitarla a acercarse a las personas más poderosas del Campus para su conveniencia, y eso incluía por supuesto a Kahlo y su hermano. A ella toda esa parafernalia le traía sin cuidado y su amistad con la chica surgió de manera orgánica y natural. Eso sí, era la primera vez que su familia se mostraba tan interesada en que su hija acudiera a un evento así que su look no había tardado en llegarle encargado desde Francia.
Fleur lucía un body escotado con forma de corazón de satén que más tarde le serviría también de bañador, el color era perlado recordando más a la gama del rosa. Los hombros estaban tapados por una especie de gasa con transparencias que nacía desde el mismo traje y por si luego refrescaba portaba encima un kimono veraniego entre blanco y también transparente atado a la cintura. Debía aprovechar sus puntos fuertes, así que optó por joyería de oro muy fina en su cuello largo y un maquillaje muy suave para destacar especialmente sus ojos celestes, los cuales llevaban grandes pestañas y un sombreado más cargado. Para el peinado se decidió por el estilo ondas al agua, dando un reflejo de la moda en el cine de los años veinte pero mucho más moderno. Quizá fuera excesivo, pero se sentía bien con aquellas prendas, como si pisara con mayor firmeza.
Maila no debía envidiarla, estaba preciosa. Fleur la contempló unos instantes, antes de agarrarse a su brazo para dirigirse hacia la entrada. No podía evitar sonreír, pletórica y llena de emoción por poder compartir un momento así con su pareja. La relación terminó por encajar conforme los meses pasaban en los pasillos de la facultad y no les iba nada mal como novias. Aquella noche, en cambio, se habían prometido ser más... flexibles, las circunstancias lo requerían y tras una conversación habían decidido que no estaría de más dejarse llevar un poco.
—De acuerdo pues... hemos venido a pasárnoslo bien —se acercó al cuello de la hawaiana oliendo su perfume, y luego le susurró al oído con un tono travieso que pocas veces dejaba ver—. Y recordemos... contarnos todo lo que pasa luego.
Sin querer hacer caso a una parte rota de las verjas se internaron juntas, y cerca de una escalera Kahlo las esperaba, tan hermosa como siempre. Fleur la saludó con entusiasmo a lo lejos y al hacerlo su bolsito cargado de cosas hizo ruido, dentro tenía provisiones como pintalabios, cargador del móvil e incluso toallitas para deshacerse del sudor y que este no destrozara lo bonita que se veía.
—¡Esperamos no llegar muy tarde! —esgrimió, todavía un poco lejos para reparar como pretendía en el look de la varmana. Aunque aquella camisa abierta ya la estaba poniendo nerviosa.
- Spoiler:
- Body
Por encima
Peinado y ojos
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
10/04/23, 11:14 am
—Ah, menos mal —le diría a Nohelm al saber que habían llegado todavía a una hora decente. Después se rio por su extrañeza a que hubieran decidido hacer un viaje tan largo en bici—. No te tienes que preocupar por eso: a nosotros nos ha gustado mucho el paseo en bici. Sabemos que tenías buenas intenciones invitándonos al taxi y te lo agradecemos igual —le aseguró mientras dejaba el vehículo donde le indicaba el varmano.
Justo después de dejar las bicis a buen recaudo y saludar a Colmillo que acababa de llegar, Airi le hizo notar lo enorme que era realmente el jardín ahora que habían atravesado la puerta. La verdad es que la idea de entrar a la mansión todavía se le hacía pesada en su cabeza, por lo que la propuesta de la sanaí fue una vía de escape que aceptó de inmediato. Sin duda había hecho bien en acudir junto a su mejor amiga.
—No sé si conozco muchas historias de fantasmas, aunque hay algunos rumores raros en la academia últimamente acerca de una sala maldita o algo así... —le diría mientras se adentraba cada vez más en lo profundo del jardín. En la periferia de su visión notó algo de pronto junto a sonidos de plantas moviéndose—. ¿Has visto algo moverse ahí? A lo mejor es algún animal...
Räg y Airi se acercaron a los arbustos de donde procedía el sonido y una vez estuvieron cerca el mjörní apartó un poco algunas ramas y hojas.
La visión de una figura antropomórfica con ropas blancas tan recargadas como llenas de roturas y una mata de pelo negro lo paralizó durante un segundo hasta que finalmente emitió un grito mientras saltaba para abrazarse a Airi.
—¿¿Es un fantasma de verdad??
En ese mismo momento, otro sobresalto le hizo llevarse la mano al bolsillo interior de su haori: algo se había movido allí dentro. Con el pulso temblando por el miedo y sin dejar de mirar cada poco hacia la "aparición" sacó lo que había dentro de su bolsillo. En un principio no lo reconoció, por lo que volvió a gritar, pero de pronto se dio cuenta de qué, más bien a quién, estaba sujetando.
>>¿¿Tawar?? ¿Qué haces ahí dentro? —miró hacia Airi con confusión, pero enseguida volvió a centrar su atención en el fantasma y se aseguró de tener a Tawar bien protegide entre sus manos.
Le repobladore se había metido en su bolsillo sin que se enterase y probablemente se había quedado dormide hasta ese mismo momento, despertándose con los gritos.
Justo después de dejar las bicis a buen recaudo y saludar a Colmillo que acababa de llegar, Airi le hizo notar lo enorme que era realmente el jardín ahora que habían atravesado la puerta. La verdad es que la idea de entrar a la mansión todavía se le hacía pesada en su cabeza, por lo que la propuesta de la sanaí fue una vía de escape que aceptó de inmediato. Sin duda había hecho bien en acudir junto a su mejor amiga.
—No sé si conozco muchas historias de fantasmas, aunque hay algunos rumores raros en la academia últimamente acerca de una sala maldita o algo así... —le diría mientras se adentraba cada vez más en lo profundo del jardín. En la periferia de su visión notó algo de pronto junto a sonidos de plantas moviéndose—. ¿Has visto algo moverse ahí? A lo mejor es algún animal...
Räg y Airi se acercaron a los arbustos de donde procedía el sonido y una vez estuvieron cerca el mjörní apartó un poco algunas ramas y hojas.
La visión de una figura antropomórfica con ropas blancas tan recargadas como llenas de roturas y una mata de pelo negro lo paralizó durante un segundo hasta que finalmente emitió un grito mientras saltaba para abrazarse a Airi.
—¿¿Es un fantasma de verdad??
En ese mismo momento, otro sobresalto le hizo llevarse la mano al bolsillo interior de su haori: algo se había movido allí dentro. Con el pulso temblando por el miedo y sin dejar de mirar cada poco hacia la "aparición" sacó lo que había dentro de su bolsillo. En un principio no lo reconoció, por lo que volvió a gritar, pero de pronto se dio cuenta de qué, más bien a quién, estaba sujetando.
>>¿¿Tawar?? ¿Qué haces ahí dentro? —miró hacia Airi con confusión, pero enseguida volvió a centrar su atención en el fantasma y se aseguró de tener a Tawar bien protegide entre sus manos.
Le repobladore se había metido en su bolsillo sin que se enterase y probablemente se había quedado dormide hasta ese mismo momento, despertándose con los gritos.
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