Primer sueño de Sarah

Volvió una vez más a levantar la tierra, ignorando las voces de los muertos incluso si esta vez se encontraba Iemai entre ellas.

Continuo preparando otra tumba a su lado esta vez la de Toni. Cuando el agujero fue los suficientemente profundo agarro a toni con cuidado y lo depósito, en el fondo de la zanja, cerrandole los ojos y dandole descanso.

Pero el volver al cerrar la tumba, según la tierra cubría la ahora azul piel de Toni, las preguntas volvieron a su cabeza.

"¿Cuando he traído a Toni? ¿Cuando  me fui?" los interrogantes la desconcentraban de su cometido. ¿Donde estaban los demás? No tiene sentido, al menos Ulmara habría venido a ayudarla.

Sarah mira el cuerpo, sabe quien es y sabe lo que tiene que  hacer, con movimientos casi ceremoniales recoger el cuerpo de Nery's. Hasta aquí había llegado, no había tristeza, pero tampoco  lo hubo en sus anteriores entierros.

De ella nacía una aceptación tacita del fin de la vida mortal, era natural, vivimos alargando un dia más nuestra muerte hasta que finalmente llega.

Una parte de ella recordó el torreón, y pensó en lo ridículas que eran sus discrepancias sus discusiones, pensó concretamente en las veces que Nery's  genero sin saberlo el enfado de  Sarah, pero nada de eso importaba ahora.

Lo colocó en el carro como pudo y preparó su camino hasta el cementerio.

Antes de comenzar a caminar tomo aire, y volvió a pensar como había llegado ahí y donde estaba todo el mundo, pues desde su llegada solo había escuchado las voces de los muerto pero ahora aqtui todo estaba muy silencioso. Pero comenzó a caminar.

Caba otra tumba, ignora las voces de los muertos, sonríe en el cementerio una sonrisa que oculta las lágrimas.

Suficientemente profunda, al lado de sus compañeros Nery's es cubierto de tierra.

Sarah se siente sola, ¿acaso ya no queda nadie? este era nuestro destino desde el principio.

Su ropa, su pelo y su rostro, se encuentran ya manchados de tierra. Coloca la pala en el carro y mira a su alrededor.

Una pequeña risa se escapó de la comisura de sus labios, delante de la cueva. Parece que había llegado antes, como se podía haber olvidado, como había podido su cerebro quitarle sus recuerdos, ya empezaba a recordar sus compañeros muertos, lo sola que se sentía, lo inútil que habían sido sus intentos.

Sabía lo que tenía que hacer, ignorar las voces de los vivos. Y recoger los cuerpos.

Camino silenciosamente, a la espera de que los gritos cesarán y así poder completar su cometido.

Es absurdo luchar contra lo inevitable, no tiene sentido maldecir lo inexorable. No hay maldad ni bondad en los actos de la muerte. Pues un rey y un mendigo son dos platos diferentes pero servidos en la misma mesa de la tierra de cementerio.

Sarah colocó a Fluer y  Maila, juntas, en la carretilla y se dirigió hacia el cementerio. Se sentía ajena a la ciudad, ajena a la vida ajena a la muerte.

En el cementerio utilizo la pala una vez más, cada vez era más natural para ella, como si siempre hubiera hecho esto. Termino dos tumbas y dejo reposar en ellas a cada una.

Ya no se preguntaba nada, no era su trabajo preguntar, era un folio en blanco, un emisario mudo de la muerte.

De verdad lo intentó pero ya no era su mundo, estaba en un plano sutil sujeta en el quicio de la puerta, esperando, esperando a que ocurriera lo que tuviera que pasar, ella había sido llamada, no intercederia.

Sus ojos no se posaron, en el vampiro ni siquiera cuando esté habló, como si se encontrarán en habitaciones diferentes. Dos lados de un espejo que no tenían relación. Todos habían muerto, eso era lo que había olvidado, habían mentido, le dijeron que iban a sobrevivir, no había otra manera, estaban aquí para morir. ¿Que si no iban a hacer unos críos? Tenia que aceptarlo para volverse más fuerte, no los necesitaba, no necesitaba a todos esas falsas mentirosas débiles e inútiles personas. Se decía mientras sus uñas se clavaban en su palma por la fuerza con la que cerraba su puño. No reaccionaría hasta que todo estuviera terminado. Y volvería a olvidarse de sus pensamientos para centrase de nuevo en su trabajo.

El ciclo se repite se ingnoran las voces de los muertos y de los vivos, es tan difícil pensar, es tan difícil decidir cuando te sientes ajena a todo lo que te rodea, cuando te sientes tan pequeña e incompleta, cuando tan fuerte has deseado quitarte la mascara, que ahora no eres más que una muñeca rota e incompleta.

Esto no debía haber sido así. ¿Y si nunca había necesitado a nadie porque se sentía tan sola?

Tras cubrir la tierra en las dos nuevas tumbas dos nuevas voces se unirían a los muertos del cementerio.

"Todo está mal, no debería ser así"

Cuando te olvidas de ti mismo puedes llegar a perderte, tanta observación te vuelve ciego, acabas siendo un títere, una muñeca que actúa en consecuencia, pierdes quizás lo que más deseaba Sarah poder decidir, poder luchar, señalar aquello que no es justo, enfrentarse aquello que te hace daño. Pero cuando solo miras el exterior cuando tienes miedo de ser tú mismo no tienes tiempo para ver tus propias heridas, para ver la sangre y las lágrimas.

Ataba a sus amigas, cerrando con fuerza sus manos para no moverse. Miró a Ulmara había sido su amiga, cuánto tenía que agradecerle, pero la odiaba más que a ningún otro, de ella había sido la culpa, ella había prometido, ella había dicho que nada pasaría. Y mintió, mintió mirándola a los ojos, mintió y creó el monstruo más terrible de todos, creo esperanza en el corazón de sarah y eso no debía ser perdonado. Nunca lo sería.

Acarició el rostro de Ulmara mientras le murmuraba:

-Pronto estaremos todos juntos- dijo al terminar de colocarlas sentadas completamente amordazadas- pronto terminará todo esto.