Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
+20
Lathspell
Bellota
Lops
Tak
Giniroryu
Yber
Merodeador
Seth
Aes
Zarket
Jack
Dal
Alicia
Rocavarancolia Rol
Naeryan
Evanna
Leonart
Poblo
Muffie
Red
24 participantes
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/12/13, 04:28 am
Recuerdo del primer mensaje :
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
17/08/14, 09:50 pm
Anriel asintió pensativa. Era demasiado recatada para probar allí mismo, pero más tarde, a solas, caminaría por el techo de su habitación, y la sensación sería tan distinta y nueva que hasta se reiría allí mismo, bocabajo. Le entraría una risa tonta que no compartiría con nadie, pero que desataría un poco los nudos hechos de la ansiedad y el miedo reciente. También pensó que no era probable que le dejasen entrar sin más en un burdel y que la cosa, así descrita, parecían chucherías de consuelo, y no parecían gran cosa. Nada de esto lo dijo en voz alta.
- Iremos después a la biblioteca. Tengo que desprenderme de la novela después de todo- dijo Nero con una mueca-. Una obra maestra.
Nero cogió la hojita con una sonrisa y se la pasó a su aurva como quien da a entender que la necesita. Ri la sujetó con dos dedos, suspirando por dentro.
- Había una libreta en Letargo que hablaba de otros cosechados. Daba a entender que había cuatro sinhadres, ¿sabes si es reciente, y qué fue de ellos? ¿Que hacen los no transformados en la ciudad?
- Iremos después a la biblioteca. Tengo que desprenderme de la novela después de todo- dijo Nero con una mueca-. Una obra maestra.
Nero cogió la hojita con una sonrisa y se la pasó a su aurva como quien da a entender que la necesita. Ri la sujetó con dos dedos, suspirando por dentro.
- Había una libreta en Letargo que hablaba de otros cosechados. Daba a entender que había cuatro sinhadres, ¿sabes si es reciente, y qué fue de ellos? ¿Que hacen los no transformados en la ciudad?
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
17/08/14, 10:39 pm
Dirke se sorprendió de que hubieran optado a coger una novela como único libro de la biblioteca, pero estaban vivos, así que había que reconocer que no habían necesitado nada mejor.
—Bueno, seguro que en la biblioteca hay más, tendréis para leer. También puedes buscar allí un libro sobre Tengus —sugirió, convencido de que eso podría valerle hasta que encontrara al propio Norou. La siguiente pregunta le hizo esbozar una sonrisa, era raro en él, pero supo a quién se referían a la primera—. Hay dos en Serpentaria; una que vivió también allí, pero creo que ya no está y... bueno, el otro murió hace poco —puso una mueca un poco triste, pero se encogió de hombros y trató de encauzar la conversación de forma que no resultara difícil para los recién llegados—. Las dos vivas de Serpentaria son Alder y Seon. Alder no está transformada y Seon es una soñadora, procurar no despertarla si la buscáis. De la lémur —añadió como si fuera obvio quién y qué era la lémur—, pues no tengo ni idea. Solo sé que se fue de Serpentaria.
—Bueno, seguro que en la biblioteca hay más, tendréis para leer. También puedes buscar allí un libro sobre Tengus —sugirió, convencido de que eso podría valerle hasta que encontrara al propio Norou. La siguiente pregunta le hizo esbozar una sonrisa, era raro en él, pero supo a quién se referían a la primera—. Hay dos en Serpentaria; una que vivió también allí, pero creo que ya no está y... bueno, el otro murió hace poco —puso una mueca un poco triste, pero se encogió de hombros y trató de encauzar la conversación de forma que no resultara difícil para los recién llegados—. Las dos vivas de Serpentaria son Alder y Seon. Alder no está transformada y Seon es una soñadora, procurar no despertarla si la buscáis. De la lémur —añadió como si fuera obvio quién y qué era la lémur—, pues no tengo ni idea. Solo sé que se fue de Serpentaria.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/08/14, 12:11 am
La ultima pregunta no tuvo respuesta, pero por lo demás, Nero quedó satisfecho. Decidieron así que pasarían por Serpentaria al día siguiente, después de haber terminado con lo de la biblioteca.
- Gracias, Ramas. Estaremos por aquí.
Anriel se retrasó ligeramente y Nero acabó parado también, en las escaleras.
- Sería un placer pelear en un espacio más abierto en otra ocasión, cuando proteja mejor mis nudillos.
- Gracias, Ramas. Estaremos por aquí.
Anriel se retrasó ligeramente y Nero acabó parado también, en las escaleras.
- Sería un placer pelear en un espacio más abierto en otra ocasión, cuando proteja mejor mis nudillos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/08/14, 03:18 am
Cuando llegó a la torre tenía ganas de explicarle a alguien las novedades como también de tumbarse a descansar. Su carga había aumentado por momentos y lo torturaba, junto con la sensación de asfixia que conocía tan bien. Tuvo que optar por lo segundo, ya que además todos sus compañeros de torreón habían salido, pero no se quedó así toda la tarde ni mucho menos. En cuanto se relajó y se sintió un poco mejor, buscó algo en lo que probar sus nuevas habilidades. Solo pudo robar un bistec de la cocina, pero la noche anterior había sido suficiente para evidenciar que la electricidad estaba circulando.
Una masa chamuscada y varios intentos más tarde, creía que había logrado controlar durante algunos segundos la circulación de electricidad hacia el exterior. No tenía ninguna elección sobre la intensidad, pero tal vez estaba más cerca el momento en que pudiera elegir cuándo electrocutar y cuándo no. No se sentía particularmente optimista por ello, más bien exasperado. El dolor no había remitido durante las pruebas, volvía a sentirse mal, y a pesar de todas las buenas noticias su humor dejaba mucho que desear.
Decaía la luz en el exterior cuando regresaron sus compañeros. El irrense ya había buscado la tierra de nuevo para descargarse y aun así se había pasado el resto del tiempo tirado en su cama, malhumorado. Les preguntó qué habían averiguado y también consiguió un libro de parte de Keiria. Cuando cada uno se metió en su habitación él se dedicó a pasar páginas con avidez, teniendo muy claro lo que debía buscar gracias al encontronazo de aquella tarde. No encontró demasiado, tampoco; varias cosas las había averiguado por sí mismo y otras las sabía por Lugh. Todo aquello de la transformación tenía más ventajas de las que creía, sin embargo traía consigo las taras que conocía tan bien, e incluso alguna a mayores. Con tiempo, al parecer, se recuperaba su magia, y pensar en poder hacer hechizos era prácticamente lo único positivo que veía en ese momento. Y ni eso podía, aun así, hasta que solucionase lo de su brazo, lo que era otro motivo más que echaba leña al fuego.
Cuando se despertó al día siguiente creyó escuchar llantos infantiles, como tantas otras veces que abría el ojo en mitad de la noche, allá en Maciel. Eran cosa de su imaginación, eso era evidente, pero aun así no dejaban de escuchar ese eco. Quizá su propia mente quería torturarlo, y ya tenía suficiente.
Se levantó con un gesto violento, sintiéndose mareado al quedar en vertical. Se tuvo que sentar de nuevo en la cama y esperar. Apenas había amanecido, y no sabía para qué se levantaba tan temprano. La noche anterior se había dormido hojeando el libro y parándose en aquello que le llamase la atención. Esa mañana se sentía cargado y cansado, agarrotado, y lo continuaban sacudiendo tanto escalofríos como breves convulsiones de tanto en cuando. Solo bajó hasta la cocina para llevarse algo a la boca, pero terminó por regresar a la habitación y quedarse allí tumbado dejando pasar el tiempo, pensando en demasiadas cosas. Seguía sin acostumbrarse a aquel nuevo cuarto, y hasta el dormir aislado se hacía extraño después de tantos meses.
Cerca del mediodía se unió a la reunión de la cocina, encontrándose ligeramente mejor. Saludó a Archi, alegrándose de verlo por allí. Apenas habían pasado algunas horas, pero se había hecho extraña tanto su ausencia como la de Lara. Solo que a la ordesa no se veía capaz de verla por el momento, ¿qué debería hacer si la tuviera delante?
―¿Invitando a la gente en mi ausencia? ―preguntó al entrar en la cocina. Lo hizo forzando una broma, empeñado en no demostrar cómo se sentía realmente―. Podemos ir en procesión, así todos os podéis echar unas risas cuando me diga el precio. ―Le dio una palmadita a Archi en la espalda al pasar a su lado y se apoyó en el mesado ―. ¿Qué tal en tierras de magos? Como en casa, supongo.
Una masa chamuscada y varios intentos más tarde, creía que había logrado controlar durante algunos segundos la circulación de electricidad hacia el exterior. No tenía ninguna elección sobre la intensidad, pero tal vez estaba más cerca el momento en que pudiera elegir cuándo electrocutar y cuándo no. No se sentía particularmente optimista por ello, más bien exasperado. El dolor no había remitido durante las pruebas, volvía a sentirse mal, y a pesar de todas las buenas noticias su humor dejaba mucho que desear.
Decaía la luz en el exterior cuando regresaron sus compañeros. El irrense ya había buscado la tierra de nuevo para descargarse y aun así se había pasado el resto del tiempo tirado en su cama, malhumorado. Les preguntó qué habían averiguado y también consiguió un libro de parte de Keiria. Cuando cada uno se metió en su habitación él se dedicó a pasar páginas con avidez, teniendo muy claro lo que debía buscar gracias al encontronazo de aquella tarde. No encontró demasiado, tampoco; varias cosas las había averiguado por sí mismo y otras las sabía por Lugh. Todo aquello de la transformación tenía más ventajas de las que creía, sin embargo traía consigo las taras que conocía tan bien, e incluso alguna a mayores. Con tiempo, al parecer, se recuperaba su magia, y pensar en poder hacer hechizos era prácticamente lo único positivo que veía en ese momento. Y ni eso podía, aun así, hasta que solucionase lo de su brazo, lo que era otro motivo más que echaba leña al fuego.
Cuando se despertó al día siguiente creyó escuchar llantos infantiles, como tantas otras veces que abría el ojo en mitad de la noche, allá en Maciel. Eran cosa de su imaginación, eso era evidente, pero aun así no dejaban de escuchar ese eco. Quizá su propia mente quería torturarlo, y ya tenía suficiente.
Se levantó con un gesto violento, sintiéndose mareado al quedar en vertical. Se tuvo que sentar de nuevo en la cama y esperar. Apenas había amanecido, y no sabía para qué se levantaba tan temprano. La noche anterior se había dormido hojeando el libro y parándose en aquello que le llamase la atención. Esa mañana se sentía cargado y cansado, agarrotado, y lo continuaban sacudiendo tanto escalofríos como breves convulsiones de tanto en cuando. Solo bajó hasta la cocina para llevarse algo a la boca, pero terminó por regresar a la habitación y quedarse allí tumbado dejando pasar el tiempo, pensando en demasiadas cosas. Seguía sin acostumbrarse a aquel nuevo cuarto, y hasta el dormir aislado se hacía extraño después de tantos meses.
Cerca del mediodía se unió a la reunión de la cocina, encontrándose ligeramente mejor. Saludó a Archi, alegrándose de verlo por allí. Apenas habían pasado algunas horas, pero se había hecho extraña tanto su ausencia como la de Lara. Solo que a la ordesa no se veía capaz de verla por el momento, ¿qué debería hacer si la tuviera delante?
―¿Invitando a la gente en mi ausencia? ―preguntó al entrar en la cocina. Lo hizo forzando una broma, empeñado en no demostrar cómo se sentía realmente―. Podemos ir en procesión, así todos os podéis echar unas risas cuando me diga el precio. ―Le dio una palmadita a Archi en la espalda al pasar a su lado y se apoyó en el mesado ―. ¿Qué tal en tierras de magos? Como en casa, supongo.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/08/14, 06:34 pm
—He recogido un bollo en la cocina de la Torre Serpentaria y lo consumí durante el trayecto… —respondió a la pregunta de Keiria con nerviosismo.
A continuación se limitó a asentir ante la confirmación de la kitsune, pues había leído datos anoche sobre sus cambios, aliviado internamente de haber podido solventar aquel imprevisto sin mayor complicación.
Dedicó una breve mirada al idrino que apareció poco después, especie de la cual conocía muy pocos datos, provenientes de aquel cuaderno que Marsi había hallado en Letargo, pero datos al fin y al cabo. Supuso que el chico, que se presentó como Saren, se trataba de alguna clase de brujo puesto que lo que veía coincidía con la información que tenía en su base de datos acerca de su especie y no se apreciaba ningún añadido visible. Claro que él mismo tampoco presentaba cambios notables y sus propias capacidades no constituían ningún campo de dominio como correspondía a un brujo.
—Yo soy Archime —le dijo al idrino tras haber permanecido callado unos segundos, exactamente cinco, después de que este se presentase—. Habitualmente me llaman Archi. Si prefieres la forma breve —le informó a continuación, tras otra pausa de dos segundos y alzando la vista hacia el idrino antes de desviarla.
>>Vine a la Sede de los Taumaturgos con ese como principal motivo, Enredo nos informó hace dos noches acerca del genemago que podría solucionar el problema de Cío —respondió a continuación a su ofrecimiento—. Iré.
El otro irrense apareció en aquel momento y Archime lo observó durante cuatro segundos, comprobando que parecía encontrarse en mejores condiciones. Asintió ante su última pregunta mientras se acercaba a él.
—Parece un buen lugar en el que alojarse. La biblioteca parece estar considerablemente bien equipada a pesar de ser mucho más reducida que la… pública de la ciudad. —Se rascó la cabeza, inseguro acerca del término que había empleado—. El que, por ello, no resulte caótica, es un punto a su favor, no obstante.
>>He encontrado información en un libro acerca de tu transformación —le diría en cuanto hallase un hueco adecuado en la conversación—. Al parecer cuentas con la capacidad de realizar magia.
El ingeniero se subió el puente de las gafas mientras observaba a Cío, antes de desviar la vista.
A continuación se limitó a asentir ante la confirmación de la kitsune, pues había leído datos anoche sobre sus cambios, aliviado internamente de haber podido solventar aquel imprevisto sin mayor complicación.
Dedicó una breve mirada al idrino que apareció poco después, especie de la cual conocía muy pocos datos, provenientes de aquel cuaderno que Marsi había hallado en Letargo, pero datos al fin y al cabo. Supuso que el chico, que se presentó como Saren, se trataba de alguna clase de brujo puesto que lo que veía coincidía con la información que tenía en su base de datos acerca de su especie y no se apreciaba ningún añadido visible. Claro que él mismo tampoco presentaba cambios notables y sus propias capacidades no constituían ningún campo de dominio como correspondía a un brujo.
—Yo soy Archime —le dijo al idrino tras haber permanecido callado unos segundos, exactamente cinco, después de que este se presentase—. Habitualmente me llaman Archi. Si prefieres la forma breve —le informó a continuación, tras otra pausa de dos segundos y alzando la vista hacia el idrino antes de desviarla.
>>Vine a la Sede de los Taumaturgos con ese como principal motivo, Enredo nos informó hace dos noches acerca del genemago que podría solucionar el problema de Cío —respondió a continuación a su ofrecimiento—. Iré.
El otro irrense apareció en aquel momento y Archime lo observó durante cuatro segundos, comprobando que parecía encontrarse en mejores condiciones. Asintió ante su última pregunta mientras se acercaba a él.
—Parece un buen lugar en el que alojarse. La biblioteca parece estar considerablemente bien equipada a pesar de ser mucho más reducida que la… pública de la ciudad. —Se rascó la cabeza, inseguro acerca del término que había empleado—. El que, por ello, no resulte caótica, es un punto a su favor, no obstante.
>>He encontrado información en un libro acerca de tu transformación —le diría en cuanto hallase un hueco adecuado en la conversación—. Al parecer cuentas con la capacidad de realizar magia.
El ingeniero se subió el puente de las gafas mientras observaba a Cío, antes de desviar la vista.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
20/08/14, 12:59 am
Keiria:
La comida estuvo lista en poco tiempo y la ulterana se sentó a la mesa con Archi, Cío y Saren, que conversó con ellos tranquilamente. La facilidad para tratar con el idrino era palpable, pues no costaba nada conversar con él, y era bastante agradable contar con su ayuda. Keiria no iría al laboratorio con ellos, pues no quería molestar, y cuando llegó la hora se despidió de ellos en la puerta, haciéndoles prometer que la pondrían al día en cuanto volvieran.
Mientras esperaba, la kitsune se acomodó de nuevo en el sofá que ocupaba antes de la llegada del biomecánico, haciéndose con el libro que trataba sobre su tranformación y retomando su lectura. En un rato averiguaría que era capaz de hacer magia y, nerviosa, trataría de conjurar una llama entre sus manos sin resultados positivos.
Saren:
—Espero que no te cobre mucho, de verdad, pero no puedo prometer una rebaja por acompañaros. Lo siento —sabía por propia experiencia lo difícil que podía resultar reunir dinero cuando te acababas de transformar, y aunque a veces era al contrario, no sabía si estaba dentro de las posibilidades de aquellos chicos el reunir bastante capital. No había otro remedio, sin embargo, pues el corazón de Cío necesitaba tratamiento. Si no le quedaba otra, el propio norteño negociaría alguna condición con Giz.
Se despidieron de Keiria en la puerta de la Sede y, sin demasiadas ceremonias, Saren les enseño el camino, abriendo la marcha.
—Se que aun es pronto para preguntar, ¿pero qué tal auguráis vuestra vida de transformados?, ¿tenéis algún plan en mente? —se interesó, tratando de amenizar el ambiente para que el raigaurum no se pusiera demasiado nervioso.
Continúa en el Laboratorio genemante.
La comida estuvo lista en poco tiempo y la ulterana se sentó a la mesa con Archi, Cío y Saren, que conversó con ellos tranquilamente. La facilidad para tratar con el idrino era palpable, pues no costaba nada conversar con él, y era bastante agradable contar con su ayuda. Keiria no iría al laboratorio con ellos, pues no quería molestar, y cuando llegó la hora se despidió de ellos en la puerta, haciéndoles prometer que la pondrían al día en cuanto volvieran.
Mientras esperaba, la kitsune se acomodó de nuevo en el sofá que ocupaba antes de la llegada del biomecánico, haciéndose con el libro que trataba sobre su tranformación y retomando su lectura. En un rato averiguaría que era capaz de hacer magia y, nerviosa, trataría de conjurar una llama entre sus manos sin resultados positivos.
Saren:
—Espero que no te cobre mucho, de verdad, pero no puedo prometer una rebaja por acompañaros. Lo siento —sabía por propia experiencia lo difícil que podía resultar reunir dinero cuando te acababas de transformar, y aunque a veces era al contrario, no sabía si estaba dentro de las posibilidades de aquellos chicos el reunir bastante capital. No había otro remedio, sin embargo, pues el corazón de Cío necesitaba tratamiento. Si no le quedaba otra, el propio norteño negociaría alguna condición con Giz.
Se despidieron de Keiria en la puerta de la Sede y, sin demasiadas ceremonias, Saren les enseño el camino, abriendo la marcha.
—Se que aun es pronto para preguntar, ¿pero qué tal auguráis vuestra vida de transformados?, ¿tenéis algún plan en mente? —se interesó, tratando de amenizar el ambiente para que el raigaurum no se pusiera demasiado nervioso.
Continúa en el Laboratorio genemante.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
20/08/14, 04:53 am
Kudryavka
El ruso habia llegado al torreón muy de madrugada. Habia, como bien se podia adivinar, estado todo el día y la noche fuera, conociendo a gente, enfrentandose a más peligros de la ciudad con la cabeza bien alta. Y volvia molido. Desayunó algo potente y, tras una pequeña siesta, se alzó por la mañana con energias renovadas. Apenas tenia que dormir, no con tanta cosa que hacer por delante. Acompañó a sus compañeros de vuelta a la bibloteca, contandoles lo que habia encontrado sobre su propia transformación y conjurando sus ideas sobre cuales deberian de ser las de los demás, ya que el chico se habia informado de un poco de todas. Bromeó un rato con Keiria haciendo referencias a la tierra que, como de costumbre, nadie llegó a entender.
Cuando volvió, no se detuvo. Se dirigió a la armeria y ahí se encontró con una herramienta que le seria extremadamente útil para entrenar: Pesos de Entrenamiento. Estos funcionaban como muñequeras y rodilleras para no interrumpir el entrenamiento a medida que se usaban. Y el ruso cogió unas cuantas y se las llevó a la sala de entrenamientos, desierta aun tan temprano y comenzó a probarselos, aumentando el peso a medida se sentia más agusto y más esfuerzo le pedia su cuerpo para hacer los mismos movimientos. Acabó asentandose en ocho brazaletes y ocho tobilleras que pesaban un kilo cada una. Con la friolera cantidad de dieciseis kilos extra encima, el ruso resumió el entrenamiento habitual, con un esfuerzo sin medida.
Subió jadeando, todavia llevando los pesos cuando se dió cuenta que habia pasado la hora de comer hace tiempo y que no se habia visto con nadie por la mañana. ¿Estarian preocupados? No se paró mucho a pensar en ello cuando localizó a Keiria, haciendo una serie de gestos que le recordaban vagamente a magia. Con una sonrisa, se acercó con sigilo a la ulterana y, cuando estaba a pocos centimetros, se asomó detrás de su hombro, centrandose en la lectura, posando con la cola en la barbilla como si fuera un brazo imitando una postura pensativa.
-Hmmm... Me parece que alguien no ha querido rendirse después de todo y está intentando hacer las magias potagias posibles. Hmmm...-repitió, con aire enigmatico, pero acabó por desternillarse de todas formas.-¿Qué? ¿Has descubierto algo, zorra de nueve colas?-le preguntó con un tono jovial.
De un salto, agarró un asiento cercano y se pegó a la ulterana, dirigiendo miradas fugaces al libro que leia y luego a la chica.
-Puedo ayudarte, si quieres.-se ofreció.
El ruso habia llegado al torreón muy de madrugada. Habia, como bien se podia adivinar, estado todo el día y la noche fuera, conociendo a gente, enfrentandose a más peligros de la ciudad con la cabeza bien alta. Y volvia molido. Desayunó algo potente y, tras una pequeña siesta, se alzó por la mañana con energias renovadas. Apenas tenia que dormir, no con tanta cosa que hacer por delante. Acompañó a sus compañeros de vuelta a la bibloteca, contandoles lo que habia encontrado sobre su propia transformación y conjurando sus ideas sobre cuales deberian de ser las de los demás, ya que el chico se habia informado de un poco de todas. Bromeó un rato con Keiria haciendo referencias a la tierra que, como de costumbre, nadie llegó a entender.
Cuando volvió, no se detuvo. Se dirigió a la armeria y ahí se encontró con una herramienta que le seria extremadamente útil para entrenar: Pesos de Entrenamiento. Estos funcionaban como muñequeras y rodilleras para no interrumpir el entrenamiento a medida que se usaban. Y el ruso cogió unas cuantas y se las llevó a la sala de entrenamientos, desierta aun tan temprano y comenzó a probarselos, aumentando el peso a medida se sentia más agusto y más esfuerzo le pedia su cuerpo para hacer los mismos movimientos. Acabó asentandose en ocho brazaletes y ocho tobilleras que pesaban un kilo cada una. Con la friolera cantidad de dieciseis kilos extra encima, el ruso resumió el entrenamiento habitual, con un esfuerzo sin medida.
Subió jadeando, todavia llevando los pesos cuando se dió cuenta que habia pasado la hora de comer hace tiempo y que no se habia visto con nadie por la mañana. ¿Estarian preocupados? No se paró mucho a pensar en ello cuando localizó a Keiria, haciendo una serie de gestos que le recordaban vagamente a magia. Con una sonrisa, se acercó con sigilo a la ulterana y, cuando estaba a pocos centimetros, se asomó detrás de su hombro, centrandose en la lectura, posando con la cola en la barbilla como si fuera un brazo imitando una postura pensativa.
-Hmmm... Me parece que alguien no ha querido rendirse después de todo y está intentando hacer las magias potagias posibles. Hmmm...-repitió, con aire enigmatico, pero acabó por desternillarse de todas formas.-¿Qué? ¿Has descubierto algo, zorra de nueve colas?-le preguntó con un tono jovial.
De un salto, agarró un asiento cercano y se pegó a la ulterana, dirigiendo miradas fugaces al libro que leia y luego a la chica.
-Puedo ayudarte, si quieres.-se ofreció.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
20/08/14, 04:18 pm
―Vaya suerte ―le dijo a Archi sonriendo. Sopesó que la próxima vez que quisiera un libro se pasaría por aquella biblioteca antes que caminar hasta la zona norte―. Pero recuerda que aunque estés rodeado de libros no tienes que hablar como uno. No se te puede dejar solo ―añadió riendo. El chico le reveló entonces lo que ya había descubierto, y se preguntó si habría consultado todas las transformaciones de sus compañeros en tan poco tiempo―. Lo descubrí, sí… pero no lo he comprobado. El único hechizo que recuerdo requería ambas manos…
Le quitó importancia a lo que había dicho Saren con un gesto de la mano. Bastante hacía, a fin de cuentas, con presentarles a aquel médico. Aunque no les hiciera ninguna rebaja ni nada por el estilo se sentía más cómodo acudiendo a un desconocido con un intermediario. No terminaba de fiarse, inevitablemente, pero al menos así sabía que no era ninguna clase de timador… o quizá sí, pero habría que verle antes de juzgar.
Tras despedirse de la kitsune y echar a andar, Saren lo sorprendió con una pregunta que no sabía responder. O, mejor dicho, no podía. Veía el futuro tan negro que ni siquiera se había asomado a echar un vistazo a lo que podía esperarle. Tratar de encontrar una respuesta para Saren no le hizo demasiado bien. Aunque respondió que, sencillamente, no se había parado a pensarlo, el malhumor le duró todo el paseo y apenas abrió la boca. Además, odiaba caminar en aquel estado.
Continúa en el Laboratorio genemante.
Le quitó importancia a lo que había dicho Saren con un gesto de la mano. Bastante hacía, a fin de cuentas, con presentarles a aquel médico. Aunque no les hiciera ninguna rebaja ni nada por el estilo se sentía más cómodo acudiendo a un desconocido con un intermediario. No terminaba de fiarse, inevitablemente, pero al menos así sabía que no era ninguna clase de timador… o quizá sí, pero habría que verle antes de juzgar.
Tras despedirse de la kitsune y echar a andar, Saren lo sorprendió con una pregunta que no sabía responder. O, mejor dicho, no podía. Veía el futuro tan negro que ni siquiera se había asomado a echar un vistazo a lo que podía esperarle. Tratar de encontrar una respuesta para Saren no le hizo demasiado bien. Aunque respondió que, sencillamente, no se había parado a pensarlo, el malhumor le duró todo el paseo y apenas abrió la boca. Además, odiaba caminar en aquel estado.
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- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
20/08/14, 05:59 pm
Se frotó la nunca con nerviosismo cuando Cío le recordó su forma de hablar. El biomecánico repasó mentalmente todo lo que había dicho, preguntándose en dónde había fallado exactamente ya que en realidad creía que había mejorado considerablemente en aquel aspecto. No añadió nada más acerca de la transformación del otro irrense, ya que este ya parecía conocerla y no consideró adecuado proporcionar información que ya había obtenido. El ingeniero, no obstante, continuaba preguntándose el por qué el demonio raigaurum no había podido realizar magia antes pero contaba con la capacidad, al menos según los libros. Y lo mismo sucedía con Keiria, pero él en cambio había podido realizarla desde el primer momento. Sin duda debía investigar más a fondo aquel asunto, pero en ese momento debía centrarse en ayudar a Cío con su problema cardiovascular.
Una vez se pusieron en macha, Saren les hizo una pregunta que el ingeniero no tardó demasiado en responder mientras salían del minarete.
—Todavía debo analizar mis posibilidades y qué clase de necesidades se demandan en la ciudad, pero hay altas probabilidades de que continúe ejerciendo como biomecánico, o al menos como mecánico.
Sigue en el Laboratorio genemante.
Una vez se pusieron en macha, Saren les hizo una pregunta que el ingeniero no tardó demasiado en responder mientras salían del minarete.
—Todavía debo analizar mis posibilidades y qué clase de necesidades se demandan en la ciudad, pero hay altas probabilidades de que continúe ejerciendo como biomecánico, o al menos como mecánico.
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- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
21/08/14, 01:29 am
Keiria maldijo por enésima vez cuando el hechizo volvió a fallar. Kud apareció en ese momento, preguntándole que hacía, y la ulterana se limitó a señalar la página que afirmaba que los kitsune podían realizar magia. Se sabía los gestos de memoria, pues se los había estudiado hasta la saciedad durante la criba, pero algo se le escapaba, y hasta el momento había obtenido los mismos resultados infructuosos de siempre.
Al vigésimo intentó la ulterana sintió algo, pero de la impresión perdió el caudal mágico y obtuvo otro fracaso. No se rindió, sin embargo, y con dicha sensación memorizada, ejecuto de nuevo los gestos del hechizo, percibiendo como la energía mágica recorría sus brazos hasta juntarse en sus palmas encendiendo una llama trémula. Keiria la observó estupefacta unos segundos, el tiempo que tardó en desaparecer.
—¿Has visto eso? —le pregunto al vánara— Puedo hacer magia —rió, feliz como una cría que ha recibido un juguete nuevo.
La kitsune empezó a hacer pruebas con el hechizo de crear llamas, tratando de hacerlas cambiar de color con resultados dispares, pero pronto se aburrió y observó con seriedad al humano.
—Quiero que me enseñes el hechizo de levitación —sentenció, mirándole directamente a los ojos—. ¿Como se supone que es? —pregunto con una sonrisa ilusionada.
Al vigésimo intentó la ulterana sintió algo, pero de la impresión perdió el caudal mágico y obtuvo otro fracaso. No se rindió, sin embargo, y con dicha sensación memorizada, ejecuto de nuevo los gestos del hechizo, percibiendo como la energía mágica recorría sus brazos hasta juntarse en sus palmas encendiendo una llama trémula. Keiria la observó estupefacta unos segundos, el tiempo que tardó en desaparecer.
—¿Has visto eso? —le pregunto al vánara— Puedo hacer magia —rió, feliz como una cría que ha recibido un juguete nuevo.
La kitsune empezó a hacer pruebas con el hechizo de crear llamas, tratando de hacerlas cambiar de color con resultados dispares, pero pronto se aburrió y observó con seriedad al humano.
—Quiero que me enseñes el hechizo de levitación —sentenció, mirándole directamente a los ojos—. ¿Como se supone que es? —pregunto con una sonrisa ilusionada.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
21/08/14, 02:15 am
Kudryavka
El ruso dejó escapar una sonora risotada por el comentario de la chica. Se la veia tan ilusionada que le resultaba extremadamente cómico su tono.
-¡Está bien! ¡Está bien! ¡Dicen que un camino de treinta mil pasos empieza por uno y tú acabas de dar ese primer paso, Keiria!-dijo, con cierto tono bromista. Lo cierto era que se alegraba porque la chica por fin pudiera explorar el potencial de la magia, herramienta que consideraba de valor incalculable cuando fue de cosechado y actualmente, otra de las muchas ambiciones de vánara.
La observó explorar los potenciales, las formas los colores. Sin duda tenia un camino largo por recorrer, camino que el mismo ruso no sabia donde acababa. Al parecer, decidió pasar a mayores y le preguntó al instante por el hechizo de levitación.
>> ¿Eh? Estoy sintiendo un deja vu... ¿P-Porque me mira así? ¿P-por que esta situación se parece tanto a otro capitulo más de Hyouka? Ahahaha...ahaha...aha... Bueno, sea como fuere, "Siento Curiosidad"
El vánara rió entre dientes.
-Con que quieres aprender el hechizo de levitación, ¿eh?-dijo, con cierto aire remolón. Se incorporó, algo encorvado y dejó vencer el sillón hacia el respaldo lo suficiente como para quedarse tambaleando por equilibrio con cierta habilidad por parte del vánara.-Este es el encantamiento, observa bien.-dijo, con una sonrisa, mientras ejecutaba las palabras y los gestos necesarios para el hechizo, haciendo levitar al sillón y con este, a él mismo. Se sentó con las piernas cruzadas en una postura de meditación, mientras el sillón levitaba con suavidad por el cuarto.
-Hace una semana solo podria haberme levitado a mi mismo pero ¡Mira! ¡Ahora puedo levitar cosas más pesadas!-dijo con una risotada.
Entonces saltó del sillón al suelo y se dirigió a la cocina. De ahí, cogió un melocotón y volvió a la sala. Llamó la atención de la ulterana con un silbido y le pasó el melocotón. Para cuando la chica lo cogió, el vánara volvia a estar sentado en el sillón, cómodamente recostado en él con las piernas recogidas mientras este flotaba con libertad por la sala.
-¡Intentalo! ¡Tienes que empezar por algo pequeño después de todo!-le explicó, con una risilla.
El ruso dejó escapar una sonora risotada por el comentario de la chica. Se la veia tan ilusionada que le resultaba extremadamente cómico su tono.
-¡Está bien! ¡Está bien! ¡Dicen que un camino de treinta mil pasos empieza por uno y tú acabas de dar ese primer paso, Keiria!-dijo, con cierto tono bromista. Lo cierto era que se alegraba porque la chica por fin pudiera explorar el potencial de la magia, herramienta que consideraba de valor incalculable cuando fue de cosechado y actualmente, otra de las muchas ambiciones de vánara.
La observó explorar los potenciales, las formas los colores. Sin duda tenia un camino largo por recorrer, camino que el mismo ruso no sabia donde acababa. Al parecer, decidió pasar a mayores y le preguntó al instante por el hechizo de levitación.
>> ¿Eh? Estoy sintiendo un deja vu... ¿P-Porque me mira así? ¿P-por que esta situación se parece tanto a otro capitulo más de Hyouka? Ahahaha...ahaha...aha... Bueno, sea como fuere, "Siento Curiosidad"
El vánara rió entre dientes.
-Con que quieres aprender el hechizo de levitación, ¿eh?-dijo, con cierto aire remolón. Se incorporó, algo encorvado y dejó vencer el sillón hacia el respaldo lo suficiente como para quedarse tambaleando por equilibrio con cierta habilidad por parte del vánara.-Este es el encantamiento, observa bien.-dijo, con una sonrisa, mientras ejecutaba las palabras y los gestos necesarios para el hechizo, haciendo levitar al sillón y con este, a él mismo. Se sentó con las piernas cruzadas en una postura de meditación, mientras el sillón levitaba con suavidad por el cuarto.
-Hace una semana solo podria haberme levitado a mi mismo pero ¡Mira! ¡Ahora puedo levitar cosas más pesadas!-dijo con una risotada.
Entonces saltó del sillón al suelo y se dirigió a la cocina. De ahí, cogió un melocotón y volvió a la sala. Llamó la atención de la ulterana con un silbido y le pasó el melocotón. Para cuando la chica lo cogió, el vánara volvia a estar sentado en el sillón, cómodamente recostado en él con las piernas recogidas mientras este flotaba con libertad por la sala.
-¡Intentalo! ¡Tienes que empezar por algo pequeño después de todo!-le explicó, con una risilla.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
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- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
21/08/14, 06:45 pm
Keiria atrapó limpiamente el melocotón mientras observaba como el vánara regresaba al sillón levitando. No había perdido detalle de ninguno de los gestos y palabras que el humano había hecho y dicho, y la ulterana creía haberlos memorizado a la primera. El problema ahora era ejecutar el hechizo, pues si le había costado encender una llamita, no quería imaginar lo que le costaría alzarse en el aire. Por otro lado estaba de acuerdo con Kud, lo mejor era empezar con algo pequeño, y aquella pieza de fruta era apropiada. La pelirroja la dejó enfrente suyo, sobre la mesa, y empezó a gesticular mientras recitaba el hechizo. No paso nada.
No pudo evitar reír, pues secretamente había esperado que la fruta se alzara en el aire con facilidad. Negó para si y volvió a intentarlo. No supo cuantas veces lo probó, pero en aquella ocasión encontró el truco con mas rapidez que con el hechizo de llama, y al cabo de un rato tenía melocotón levitando establemente frente a su rostro. Lo atrapó de un mordisco y le dedicó al humano una sonrisa de satisfacción.
—"Quien no persevera, no triunfa". ¿No es así la frase? —comentó poniéndose en pie. Su vista recorría la estancia buscando algo mas grande con lo que practicar— Creo que mi transformación no tiene acceso a demasiados hechizos altos, por lo que he leído, pero pienso aprender todos los que estén a mi alcance...
Aunque el nivel mágico de los kitsune era bastante bajo, tenían acceso a otras habilidades interesantes, y creía haber entendido que también tenían afinidad con la magia de ilusión. Era una transformación versátil y Keiria quería sacarle todo su potencial eficientemente. Tenía que ir paso a paso, sin embargo, y una silla de madera, bastante mas grande que una pieza de fruta, era su siguiente bache en el camino.
—Vamos allá —sonrió, alzando las manos.
No pudo evitar reír, pues secretamente había esperado que la fruta se alzara en el aire con facilidad. Negó para si y volvió a intentarlo. No supo cuantas veces lo probó, pero en aquella ocasión encontró el truco con mas rapidez que con el hechizo de llama, y al cabo de un rato tenía melocotón levitando establemente frente a su rostro. Lo atrapó de un mordisco y le dedicó al humano una sonrisa de satisfacción.
—"Quien no persevera, no triunfa". ¿No es así la frase? —comentó poniéndose en pie. Su vista recorría la estancia buscando algo mas grande con lo que practicar— Creo que mi transformación no tiene acceso a demasiados hechizos altos, por lo que he leído, pero pienso aprender todos los que estén a mi alcance...
Aunque el nivel mágico de los kitsune era bastante bajo, tenían acceso a otras habilidades interesantes, y creía haber entendido que también tenían afinidad con la magia de ilusión. Era una transformación versátil y Keiria quería sacarle todo su potencial eficientemente. Tenía que ir paso a paso, sin embargo, y una silla de madera, bastante mas grande que una pieza de fruta, era su siguiente bache en el camino.
—Vamos allá —sonrió, alzando las manos.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
22/08/14, 04:00 pm
Kudryavka
El vánara se desternilló y dió de palmas cuando la ulterana logró hacer levitar la pieza de fruta.
-¡Ese es el espíritu!-dijo con tono de júbilo.-De todas formas, solo con los hechizos básicos ya tienes un monton de virguerias interesantes para hacer. Osea, puede que no seas tan OP como un mago, pero que sigues pudiendo repartir tortas si es necesario.-
Se recostó en el asiento.
-Yo, por mi parte, he visto que tengo un nivel bastante decentillo, con esto de ser un mono.-dijo una risilla.-Pero no he tenido el placer de indagar en libros de alto nivel. Quizás en serpentaria tengan algo más decente. Ya le preguntaré a Archi...-apoyó la cabeza en el asiento levitante y observó a la ulterana durante un rato. La veia pelearse con los hechizos tal y como el habia hecho meses atrás, aunque si acaso, ella avanzaba notablemente más rápido. Eso se debia a que o bien él era un cabeza-hueca para los temas mágicos, o bien que la magia que Keiria tenia de transformada estaba en un nivel completamente diferente al que él tenia de cosechado.
El siguiente objeto era una silla de madera. La kitsune estaba centrada en su trabajo y, mientras que el vánara no queria interrumpirla, una serie de pensamientos algo paranoicos le cruzaron la mente, quizás porque estaban disfrutando de su tiempo, después de tantos compañeros muertos, el cambio y el sufrimiento que les habia acarreado la ciudad, Kudryavka simplemente queria tener todos los frentes cubiertos y, con Cio solucionando su problema cardiaco, aun quedaban otros tantos que no parecian tener tan fácil solución.
Motivado por preguntarle justo después de uno de sus intentos fracasados, el vánara se lanzó.
-Oye, Keiria...-le llamó rascandose la barbilla y frunciendo con los labios, pensando como seria la manera más apropiada de lanzar la pregunta sin estropear el buen rollo.-Di, una cosa... Eh... ¿No te preocupa un poco la ciudad?-soltó una risilla, algo nervioso.-Qui-Quiero decir... Que haya más ulteranos ahí fuera que, bueno, no se tomen a bien lo de tu ojo. Porque no...-tosió llegando su nerviosidad a un punto considerable.-Porque la tal Surasara no parecia tan mala persona como para hacer, hacerte, daño por algo así y no se. ¿Deberia preocuparnos?-acabó concluyendo, estrellando el Boening 474 que era su pregunta en mitad del mar.-¿Sabes que? Mejor olvida que te haya preguntado nada. ¡Es estúpdio! Lo siento por sacarlo de la nada asi de pronto...-dijo riendo por no llorar de nervios.
El vánara se desternilló y dió de palmas cuando la ulterana logró hacer levitar la pieza de fruta.
-¡Ese es el espíritu!-dijo con tono de júbilo.-De todas formas, solo con los hechizos básicos ya tienes un monton de virguerias interesantes para hacer. Osea, puede que no seas tan OP como un mago, pero que sigues pudiendo repartir tortas si es necesario.-
Se recostó en el asiento.
-Yo, por mi parte, he visto que tengo un nivel bastante decentillo, con esto de ser un mono.-dijo una risilla.-Pero no he tenido el placer de indagar en libros de alto nivel. Quizás en serpentaria tengan algo más decente. Ya le preguntaré a Archi...-apoyó la cabeza en el asiento levitante y observó a la ulterana durante un rato. La veia pelearse con los hechizos tal y como el habia hecho meses atrás, aunque si acaso, ella avanzaba notablemente más rápido. Eso se debia a que o bien él era un cabeza-hueca para los temas mágicos, o bien que la magia que Keiria tenia de transformada estaba en un nivel completamente diferente al que él tenia de cosechado.
El siguiente objeto era una silla de madera. La kitsune estaba centrada en su trabajo y, mientras que el vánara no queria interrumpirla, una serie de pensamientos algo paranoicos le cruzaron la mente, quizás porque estaban disfrutando de su tiempo, después de tantos compañeros muertos, el cambio y el sufrimiento que les habia acarreado la ciudad, Kudryavka simplemente queria tener todos los frentes cubiertos y, con Cio solucionando su problema cardiaco, aun quedaban otros tantos que no parecian tener tan fácil solución.
Motivado por preguntarle justo después de uno de sus intentos fracasados, el vánara se lanzó.
-Oye, Keiria...-le llamó rascandose la barbilla y frunciendo con los labios, pensando como seria la manera más apropiada de lanzar la pregunta sin estropear el buen rollo.-Di, una cosa... Eh... ¿No te preocupa un poco la ciudad?-soltó una risilla, algo nervioso.-Qui-Quiero decir... Que haya más ulteranos ahí fuera que, bueno, no se tomen a bien lo de tu ojo. Porque no...-tosió llegando su nerviosidad a un punto considerable.-Porque la tal Surasara no parecia tan mala persona como para hacer, hacerte, daño por algo así y no se. ¿Deberia preocuparnos?-acabó concluyendo, estrellando el Boening 474 que era su pregunta en mitad del mar.-¿Sabes que? Mejor olvida que te haya preguntado nada. ¡Es estúpdio! Lo siento por sacarlo de la nada asi de pronto...-dijo riendo por no llorar de nervios.
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- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
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Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
23/08/14, 06:39 pm
La silla se le resistía por ser demasiado pesada, pero Keiria no se rendía y seguía ejecutando el hechizo. Aprovechando uno de sus fallos, sin embargo, Kud le habló y le planteó una pregunta un tanto delicada. El chico creía haber pisado algún tipo de terrenos peligroso, pues se retractó de sus palabras muy deprisa, pero en verdad era algo que preocupaba a la kitsune.
La muchacha se sentó en la silla que hasta hacía unos minutos trataba de hacer levitar y observó al vánara pensativa, asegurando mejor el parche que cubría su ojo oscuro con un gesto inconsciente. Sabía que no había nadie en las inmediaciones, y por eso se animo a hablar del tema.
—Es complicado. Quiero creer que de haber otros ulteranos en la ciudad serán los suficientemente rocavarancoleses como para que no les preocupe de que color son mis ojos o quienes son mis padres, pero no tengo forma de saberlo —dijo con cuidado—. Puede que haya algún terra en la ciudad y esta conversación no tenga sentido, ¿no crees?
Era una pregunta retórica, pero la pelirroja no podía evitar plantearla en voz alta. En cierto modo necesitaba algo de seguridad en ese sentido, y reconocerlo en voz alta ayudaba. Su preocupación más inmediata era su compañera letarguina, pues ahora vivían bajo el mismo techo.
—Con Surásara no se como lo voy a afrontar, pero es contraproducente que siga ocultándoselo. Desconozco que piensa ella de los terra y tampoco tengo muchas ganas de averiguarlo —añadió, mas para sí que para su amigo—. En cualquier caso el parche afecta a mis capacidades, y si pretendo entrenar aquí tengo que poder moverme libremente sin llevarlo puesto. Está claro que en algún momento tendrá que enterarse, pero procurare teneros a alguno cerca por si acaso —concluyó sonriendo.
No quería darle más vueltas al asunto en aquel momento, así que se puso en pie y volvió a sus ejercicios. No tardaría mucho mas en poder hacer levitar la silla, y en cuanto lo consiguiera pasaría a intentarlo consigo misma.
—Lo malo de levitar es que no tienes ningún tipo de impulso para avanzar, ¿no es así? —le preguntó al humano.
La muchacha se sentó en la silla que hasta hacía unos minutos trataba de hacer levitar y observó al vánara pensativa, asegurando mejor el parche que cubría su ojo oscuro con un gesto inconsciente. Sabía que no había nadie en las inmediaciones, y por eso se animo a hablar del tema.
—Es complicado. Quiero creer que de haber otros ulteranos en la ciudad serán los suficientemente rocavarancoleses como para que no les preocupe de que color son mis ojos o quienes son mis padres, pero no tengo forma de saberlo —dijo con cuidado—. Puede que haya algún terra en la ciudad y esta conversación no tenga sentido, ¿no crees?
Era una pregunta retórica, pero la pelirroja no podía evitar plantearla en voz alta. En cierto modo necesitaba algo de seguridad en ese sentido, y reconocerlo en voz alta ayudaba. Su preocupación más inmediata era su compañera letarguina, pues ahora vivían bajo el mismo techo.
—Con Surásara no se como lo voy a afrontar, pero es contraproducente que siga ocultándoselo. Desconozco que piensa ella de los terra y tampoco tengo muchas ganas de averiguarlo —añadió, mas para sí que para su amigo—. En cualquier caso el parche afecta a mis capacidades, y si pretendo entrenar aquí tengo que poder moverme libremente sin llevarlo puesto. Está claro que en algún momento tendrá que enterarse, pero procurare teneros a alguno cerca por si acaso —concluyó sonriendo.
No quería darle más vueltas al asunto en aquel momento, así que se puso en pie y volvió a sus ejercicios. No tardaría mucho mas en poder hacer levitar la silla, y en cuanto lo consiguiera pasaría a intentarlo consigo misma.
—Lo malo de levitar es que no tienes ningún tipo de impulso para avanzar, ¿no es así? —le preguntó al humano.
- Leonart
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Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
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Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
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Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
23/08/14, 08:25 pm
Kudryavka
Sin embargo, la chica decidió hablar de ello. El ruso la escuchó con atención, con el rosto algo consternado. Ella misma queria liberarse de aquella carga y el chico creia poder imaginarse por lo que estaba pasando. Razón de más para preocuparse. Con como terminó de exponer, Kud deseó poder serle optimista a la chica. Que encontrarian a otros como ella o a ulteranos que no juzgasen a la gente o que, de no haber ni uno solo, hacerla saber que sus amigos estarian para ella.
Pero no logró decir nada. Él siempre procuraba ser optimista, pero la chica no parecia querer hablar de ello así que cejó el asunto. Ella debia ser quien decidiera cuando y como tratarlo y no él, aun a pesar de tener buenas intenciones.
La pelirroja no tardó en cambiar de tema, mientras el vánara maldecia internamente por su atrevimiento al presionarla. No pudo evitar sentirse que estaba estropeando muchas cosas. Ya con Ri, notaba que algo pasaba, pero de eso si que no se atreveria de hablar. Le costaba mucho menos hablar de los demás que de él mismo.
La chica habia vuelto a sus intentos por hacer levitar la silla. En esto, compartió una duda con el chico y el vánara hizo un intento por esbozar una sonrisa y contestó.
-Es algo así como nadar. Si lo necesitas puedes usar otros hechizos para impulsarte. O incluso, el andar por el aire. Pero todo eso requiere experiencia. Porque hasta aprenderlo, hay muchas caidas y golpes.-explicó con una carcajada leve.-Y tienes la suerte de contar conmigo, el experto a la hora de darse tortas contra el suelo, para que te ayude en esa tarea si quieres tambien.-
Sin embargo, la chica decidió hablar de ello. El ruso la escuchó con atención, con el rosto algo consternado. Ella misma queria liberarse de aquella carga y el chico creia poder imaginarse por lo que estaba pasando. Razón de más para preocuparse. Con como terminó de exponer, Kud deseó poder serle optimista a la chica. Que encontrarian a otros como ella o a ulteranos que no juzgasen a la gente o que, de no haber ni uno solo, hacerla saber que sus amigos estarian para ella.
Pero no logró decir nada. Él siempre procuraba ser optimista, pero la chica no parecia querer hablar de ello así que cejó el asunto. Ella debia ser quien decidiera cuando y como tratarlo y no él, aun a pesar de tener buenas intenciones.
La pelirroja no tardó en cambiar de tema, mientras el vánara maldecia internamente por su atrevimiento al presionarla. No pudo evitar sentirse que estaba estropeando muchas cosas. Ya con Ri, notaba que algo pasaba, pero de eso si que no se atreveria de hablar. Le costaba mucho menos hablar de los demás que de él mismo.
La chica habia vuelto a sus intentos por hacer levitar la silla. En esto, compartió una duda con el chico y el vánara hizo un intento por esbozar una sonrisa y contestó.
-Es algo así como nadar. Si lo necesitas puedes usar otros hechizos para impulsarte. O incluso, el andar por el aire. Pero todo eso requiere experiencia. Porque hasta aprenderlo, hay muchas caidas y golpes.-explicó con una carcajada leve.-Y tienes la suerte de contar conmigo, el experto a la hora de darse tortas contra el suelo, para que te ayude en esa tarea si quieres tambien.-
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● Sekk: Berserker ulterano.
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Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
25/08/14, 12:58 am
—Oh si, de seguro que tu experiencia en darte mamporros me sera de mucha ayuda —comentó Keiria con una sonrisa, siguiendo la broma—. Seguro que hay formas de amortiguar la caída o algo así, ¿verdad? —tenía que haberlas, pues había visto muchas veces a Kud salir ileso después de dejarse caer de muros bastante alto. El truco estaba en la voltereta, tenía que ser eso.
Con una sacudida, la silla que había estado tratando de hechizar se alzó en aire, ascendiendo unos metros y trazando círculos sobre sus cabezas. La kitsune mantenía la concentración, pero se adivinaba su entusiasmo en el movimiento de sus colas y en su sonrisa contenida. Lo había conseguido y solo había necesitado un par de horas para lograrlo.
—Estoy hecha una fenómeno —se autoalabó en broma, haciendo descender el asiento para dejarlo en el suelo con suavidad—. No se si mis reservas aguantaran, pero ahora tengo que alzarme yo —añadió con gesto decidido, sentándose en un sillón con las piernas cruzadas y preparándose para ejecutar los gestos de nuevo.
Se quedó quieta, sin embargo, no muy segura de si proceder o no. Practicar con objetos inanimados era sencillo, pero pasar a ser el conejillo de indias era un tema mas serio. Por suerte el humano estaba allí y podía asistirla si surgía alguna complicación, pero Keiria no quería quedar como una incompetente.
—Así que tienes un nivel decente, ¿eh? —le dijo al vánara, retomando las palabras que el chico había dicho antes. Quería distraerse y retrasar un poco mas el intento de levitación—. ¿Cómo es que no has ido a Serpentaria de primeras?, con un nivel alto le puedes sacar mucho partido a la magia —se imaginaba la respuesta del chico, pero prefería oírlo de su propia boca.
Con una sacudida, la silla que había estado tratando de hechizar se alzó en aire, ascendiendo unos metros y trazando círculos sobre sus cabezas. La kitsune mantenía la concentración, pero se adivinaba su entusiasmo en el movimiento de sus colas y en su sonrisa contenida. Lo había conseguido y solo había necesitado un par de horas para lograrlo.
—Estoy hecha una fenómeno —se autoalabó en broma, haciendo descender el asiento para dejarlo en el suelo con suavidad—. No se si mis reservas aguantaran, pero ahora tengo que alzarme yo —añadió con gesto decidido, sentándose en un sillón con las piernas cruzadas y preparándose para ejecutar los gestos de nuevo.
Se quedó quieta, sin embargo, no muy segura de si proceder o no. Practicar con objetos inanimados era sencillo, pero pasar a ser el conejillo de indias era un tema mas serio. Por suerte el humano estaba allí y podía asistirla si surgía alguna complicación, pero Keiria no quería quedar como una incompetente.
—Así que tienes un nivel decente, ¿eh? —le dijo al vánara, retomando las palabras que el chico había dicho antes. Quería distraerse y retrasar un poco mas el intento de levitación—. ¿Cómo es que no has ido a Serpentaria de primeras?, con un nivel alto le puedes sacar mucho partido a la magia —se imaginaba la respuesta del chico, pero prefería oírlo de su propia boca.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
25/08/14, 03:43 am
Kudryavka
-Hay unos cuantos.-respondió con una risilla.
Con más esfuerzo y practica, la kitsune ya habia logrado mejorar en su técnica y habia logrado hacer levitar la silla. De nuevo, la velocidad de progreso de la chica le hizo sentirse algo celoso. Para levitar algo tan pesado, el ruso tenia que haber estado casi un mes practicando.
-Si quieres podemos tomarnos un descanso aquí y continuar más tarde. Total, no es como si me vaya a quedar mucho aqui dentro.-admitió con una sonrisa.-Aún me queda mucha ciudad por recorrer.-
Lo siguiente era probar la levitación sobre ella misma. Se la veia algo vacilante a la hora de ponerse a ello. El humano estaba listo para estabilizarla o rescatarla de un salto si hiciera falta, pero tenia confianza en que la ulterna progresaria igual de bien que con las otras cosas.
Fue entonces que le hizo una pregunta. Él no habia meditado mucho sobre el tema. Tan solo en su momento eligió el sitio sin dudar. Frunció los labios, pensativo y echó la cabeza hacia atrás, buscando alguna razon convincente que no fuera simplemente un "No me pare a pensarlo mucho"
-Hmm... Cierto es, en serpentaria podria aprender más magia y más poderosa. Y no te creas que no quiera aprender a apañarme en todos los campos. La magia es muy util y muy poderosa pero... Es un poder demasiado... en bruto.-intentó explicar. Rompió con una carcajada antes de explicarse. Se llevó la mano a la espalda, donde descansaba su bõ y lo desenfundó.
-Es como con esto, ¿sabes?-dedicó una mirada a su arma y siguió hablando.-Hay hechizos muy peligrosos, muy potentes. No quiero indagar mucho en ellos, por si algún día me veo acorralado y me arrepiento de usar algo así. Por eso quiero hacerme fuerte a mi mismo, para no tener que recurrir a cosas así. La magia poderosa es como una pistola, le hace perder toda la emoción a un combate a mi parecer.-dijo con una risilla.-Es una de las ventajas de este arma, a decir verdad.-hizo una pequeña floritura al pasarse el bastón de mano en mano.-Con este arma yo controlo a la perfección si puedo matar o no al adversario al atacarle, y de haber un accidente, raro seria que fuera letal.-negó con la cabeza.-Con la magia ofensiva no es así. Los hechizos más poderosos son, como indica su nombre, demasiado poderosos y... quizás les tenga miedo...-confesó con una risilla nerviosa mientras mantenia el rostro algo lugubre.
En seguida se animó, añadiendo otra razón más.
-Ah y... Bueno... Pegarme con magos no tiene tanta emoción como pelearme con alguno de los mostrencos y demás peña que hay aquí.-Guardó el bõ y se acomodó de nuevo.-Son la leche de fuertes. Y voy a superarles algún día. Y después de ellos, ire a por otros, unos que sean más fuertes. Y después de esos me buscaré AUN más fuertes. Y, finalmente, un día me sentare en las alturas, como el más fuerte y haré lo que pueda por ayudar a los más débiles. Y a evitar más muerte en esta ciudad. Es algo así como un sueño.-sus ojos ardian con espíritu, impregnando sus palabras y emocionandose en cada entonación. Lentamente se habia ido incorporando y, cuando terminó, se volvió a sentar de golpe.
Con una carcajada, rompió con el ambiente que él mismo habia creado.
-Te debo parecer un completo estúpido contandote este sueño mio, ¿verdad?-comentó, rascandose la nariz con un ligero rubor en sus mejillas.
-Hay unos cuantos.-respondió con una risilla.
Con más esfuerzo y practica, la kitsune ya habia logrado mejorar en su técnica y habia logrado hacer levitar la silla. De nuevo, la velocidad de progreso de la chica le hizo sentirse algo celoso. Para levitar algo tan pesado, el ruso tenia que haber estado casi un mes practicando.
-Si quieres podemos tomarnos un descanso aquí y continuar más tarde. Total, no es como si me vaya a quedar mucho aqui dentro.-admitió con una sonrisa.-Aún me queda mucha ciudad por recorrer.-
Lo siguiente era probar la levitación sobre ella misma. Se la veia algo vacilante a la hora de ponerse a ello. El humano estaba listo para estabilizarla o rescatarla de un salto si hiciera falta, pero tenia confianza en que la ulterna progresaria igual de bien que con las otras cosas.
Fue entonces que le hizo una pregunta. Él no habia meditado mucho sobre el tema. Tan solo en su momento eligió el sitio sin dudar. Frunció los labios, pensativo y echó la cabeza hacia atrás, buscando alguna razon convincente que no fuera simplemente un "No me pare a pensarlo mucho"
-Hmm... Cierto es, en serpentaria podria aprender más magia y más poderosa. Y no te creas que no quiera aprender a apañarme en todos los campos. La magia es muy util y muy poderosa pero... Es un poder demasiado... en bruto.-intentó explicar. Rompió con una carcajada antes de explicarse. Se llevó la mano a la espalda, donde descansaba su bõ y lo desenfundó.
-Es como con esto, ¿sabes?-dedicó una mirada a su arma y siguió hablando.-Hay hechizos muy peligrosos, muy potentes. No quiero indagar mucho en ellos, por si algún día me veo acorralado y me arrepiento de usar algo así. Por eso quiero hacerme fuerte a mi mismo, para no tener que recurrir a cosas así. La magia poderosa es como una pistola, le hace perder toda la emoción a un combate a mi parecer.-dijo con una risilla.-Es una de las ventajas de este arma, a decir verdad.-hizo una pequeña floritura al pasarse el bastón de mano en mano.-Con este arma yo controlo a la perfección si puedo matar o no al adversario al atacarle, y de haber un accidente, raro seria que fuera letal.-negó con la cabeza.-Con la magia ofensiva no es así. Los hechizos más poderosos son, como indica su nombre, demasiado poderosos y... quizás les tenga miedo...-confesó con una risilla nerviosa mientras mantenia el rostro algo lugubre.
En seguida se animó, añadiendo otra razón más.
-Ah y... Bueno... Pegarme con magos no tiene tanta emoción como pelearme con alguno de los mostrencos y demás peña que hay aquí.-Guardó el bõ y se acomodó de nuevo.-Son la leche de fuertes. Y voy a superarles algún día. Y después de ellos, ire a por otros, unos que sean más fuertes. Y después de esos me buscaré AUN más fuertes. Y, finalmente, un día me sentare en las alturas, como el más fuerte y haré lo que pueda por ayudar a los más débiles. Y a evitar más muerte en esta ciudad. Es algo así como un sueño.-sus ojos ardian con espíritu, impregnando sus palabras y emocionandose en cada entonación. Lentamente se habia ido incorporando y, cuando terminó, se volvió a sentar de golpe.
Con una carcajada, rompió con el ambiente que él mismo habia creado.
-Te debo parecer un completo estúpido contandote este sueño mio, ¿verdad?-comentó, rascandose la nariz con un ligero rubor en sus mejillas.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
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