Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
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Bellota
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Tak
Giniroryu
Yber
Merodeador
Seth
Aes
Zarket
Jack
Dal
Alicia
Rocavarancolia Rol
Naeryan
Evanna
Leonart
Poblo
Muffie
Red
24 participantes
Página 83 de 83. • 1 ... 43 ... 81, 82, 83
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/12/13, 04:28 am
Recuerdo del primer mensaje :
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
13/04/20, 02:36 am
El australiano asintió con un suspiro.
—Abejas. Eitne las traía drogadas gracias a su transformación, pero la cosa podría haber terminado fatal.
Sonrió al ver que el albino le seguía el juego con lo de las mascostas, luego frunciendo el ceño levemente y dejando escapar una corta risa apurada por sus palabras. Se imaginó transformado en un atún y luego en una gaviota gigante, cosas más bien anticlimáticas contra las que posiblemente se estuviera refiriendo Dédalo.
—Por ahora me conformo con saber transformarme en un mamífero apañado y no verme horrible —dijo y soltó una carcajada. Aún habiéndose imaginado plantado en mitad del pasillo con el cuerpo de un atún, se le reabrió el gusanillo. Sabía hacerse alas muy vistosas (pero poco funcionales) por requisitos del trabajo, y más de una vez había fantaseado con poder respirar bajo el agua. Ahí estaban esas ganas otra vez.
>>Uf, ya —resopló con humor cuando Dédalo mencionó las múltiples patas. Puso los brazos en recto y algo se movió bajo las anchas mangas de su abrigo, revelando al rato dos manos nuevas. Dos antebrazos le nacían del codo, aunque no se viera por la ropa; era más rápido que hacerse otros dos brazos enteros. Quiso mover los dedos de una sola mano izquierda, pero se le fueron todos a la vez—. La coordinación individual mal.
Y entonces llegó la propuesta. Rox se quedó congelado en el sitio, mirando a Dédalo como si no hubiera oído bien -cosa que sí había hecho- y los brazos aún tiesos hacia delante como si fuera un zombie. Se acordó de bajarlos, aunque seguía boquiabierto, pestañeando seguidamente. Lo que sí se le olvidó fue su pregunta sobre veterinarios, demasiado deslumbrado por aquella otra idea.
—En... ¿en serio? ¿De verdad? —la mueca de asombro en su cara procedió a torcerse a una de alegría vergonzosa, y aún siendo extrovertido, se notaba demasiado tímido y abrumado para aceptar de golpe. Se habría más que conformado con ayudas y consejos básicos del cambiante, unas clases hasta sonaban gloriosas, pero eso otro era... muchísimo más de lo que esperaba. No sabía que decir, mas que sonreír cada vez un poquito más—. Bua... ¡muchas gracias! ¡Sería una pasada, me encantaría! Aunque tampoco querría molestarte...
A la hora de la verdad sabía que le daría muchísimo corte viajar sin sus amigos a otro mundo. Apreciaba la oferta y sonaba fantástica, era todo un detalle y rechazarla estaba muy descartado, pero veía lógico querer tantear el terreno antes y no dejarse llevar por la emoción. Su lado más ingenuo quería preguntarle que cómo, dónde y sobre todo cuando a la de ya, mientras que su lado más sufrido, el que desde la cosecha tenía más peso en sus acciones, le decía que parase el carro y se calmase. Acababa de conocerle después de todo, y aunque no parecía un mal tipo ni pensaba mal de él, irse a otro mundo con un desconocido era algo que solo le había pasado otra vez anteriormente: el resultado había sido Rocavarancolia.
—¿A qué mundos sueles ir? —se apresuró en preguntarle. No iba a desaprovechar toda la energía y curiosidad que sentía, y de verdad era algo que quería hacer en un futuro. De repente las preguntas se le acumularon a golpes—. ¿Tú ya sabes...? Bueno, que coño, si llevas la tira de años aquí —rio—. Pero ¿ya sabes transformarte en muchos animales? Reptiles, aves, peces... —repitió sus palabras a posta, sonriente.
El australiano se sentía como un crío, un crío con los poderes de Chico Bestia, con las ganas inmensas de ponerlos a funcionar pero sin el conocimiento suficiente para hacerlo. En el fondo lo que más quería era una demostración, y la estaba pidiendo a gritos silenciosos con la mirada.
—Abejas. Eitne las traía drogadas gracias a su transformación, pero la cosa podría haber terminado fatal.
Sonrió al ver que el albino le seguía el juego con lo de las mascostas, luego frunciendo el ceño levemente y dejando escapar una corta risa apurada por sus palabras. Se imaginó transformado en un atún y luego en una gaviota gigante, cosas más bien anticlimáticas contra las que posiblemente se estuviera refiriendo Dédalo.
—Por ahora me conformo con saber transformarme en un mamífero apañado y no verme horrible —dijo y soltó una carcajada. Aún habiéndose imaginado plantado en mitad del pasillo con el cuerpo de un atún, se le reabrió el gusanillo. Sabía hacerse alas muy vistosas (pero poco funcionales) por requisitos del trabajo, y más de una vez había fantaseado con poder respirar bajo el agua. Ahí estaban esas ganas otra vez.
>>Uf, ya —resopló con humor cuando Dédalo mencionó las múltiples patas. Puso los brazos en recto y algo se movió bajo las anchas mangas de su abrigo, revelando al rato dos manos nuevas. Dos antebrazos le nacían del codo, aunque no se viera por la ropa; era más rápido que hacerse otros dos brazos enteros. Quiso mover los dedos de una sola mano izquierda, pero se le fueron todos a la vez—. La coordinación individual mal.
Y entonces llegó la propuesta. Rox se quedó congelado en el sitio, mirando a Dédalo como si no hubiera oído bien -cosa que sí había hecho- y los brazos aún tiesos hacia delante como si fuera un zombie. Se acordó de bajarlos, aunque seguía boquiabierto, pestañeando seguidamente. Lo que sí se le olvidó fue su pregunta sobre veterinarios, demasiado deslumbrado por aquella otra idea.
—En... ¿en serio? ¿De verdad? —la mueca de asombro en su cara procedió a torcerse a una de alegría vergonzosa, y aún siendo extrovertido, se notaba demasiado tímido y abrumado para aceptar de golpe. Se habría más que conformado con ayudas y consejos básicos del cambiante, unas clases hasta sonaban gloriosas, pero eso otro era... muchísimo más de lo que esperaba. No sabía que decir, mas que sonreír cada vez un poquito más—. Bua... ¡muchas gracias! ¡Sería una pasada, me encantaría! Aunque tampoco querría molestarte...
A la hora de la verdad sabía que le daría muchísimo corte viajar sin sus amigos a otro mundo. Apreciaba la oferta y sonaba fantástica, era todo un detalle y rechazarla estaba muy descartado, pero veía lógico querer tantear el terreno antes y no dejarse llevar por la emoción. Su lado más ingenuo quería preguntarle que cómo, dónde y sobre todo cuando a la de ya, mientras que su lado más sufrido, el que desde la cosecha tenía más peso en sus acciones, le decía que parase el carro y se calmase. Acababa de conocerle después de todo, y aunque no parecía un mal tipo ni pensaba mal de él, irse a otro mundo con un desconocido era algo que solo le había pasado otra vez anteriormente: el resultado había sido Rocavarancolia.
—¿A qué mundos sueles ir? —se apresuró en preguntarle. No iba a desaprovechar toda la energía y curiosidad que sentía, y de verdad era algo que quería hacer en un futuro. De repente las preguntas se le acumularon a golpes—. ¿Tú ya sabes...? Bueno, que coño, si llevas la tira de años aquí —rio—. Pero ¿ya sabes transformarte en muchos animales? Reptiles, aves, peces... —repitió sus palabras a posta, sonriente.
El australiano se sentía como un crío, un crío con los poderes de Chico Bestia, con las ganas inmensas de ponerlos a funcionar pero sin el conocimiento suficiente para hacerlo. En el fondo lo que más quería era una demostración, y la estaba pidiendo a gritos silenciosos con la mirada.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
14/04/20, 02:32 pm
Cuando Neil le respondió, a la roquense se le vino el mundo encima. ¿Enseñar ella? ¿A cocinar? Lo que conocía era muy rudimentario, nada elaborado, nada que ver con el despliegue de la merienda en la que se encontraban picoteando. Respiró antes de responder, e hizo acopio de sus recuerdos y sus ganas de salir a explorar las zonas salvajes de aquel mundo.
—Sí, bueno, yo era cazadora y aportaba mi parte al asentamiento, y aún tengo que lanzarme a cazar en la ciudad y probar nuevas recetas. No es un intercambio del todo equivalente porque tienes más experiencia que yo, pero me apunto —respondió con una sonrisa.
Después, los dos se centraron en la cuestión del trabajo. Le hablaron del granero y de un cosechador que, por lo visto, ofrecía trabajo y ambos habían tenido contacto con él. No era el único del que había oído hablar, y también sabía del granero. Se quedó mirando cómo crecía la enredadera, maravillada. Cualquier mínimo detalle mágico de la ciudad seguía sorprendiéndole, y le preocupaba que llegara el día en que todo pasara inocuo ante sus ojos.
Sin embargo, volviendo a la conversación, seguía faltándole algo esencial. Había algo que no sabía concretar y que... Vaya, bingo. Neil dio en el clavo y Sinceridad ladeó la cabeza un par de veces antes de responder.
—La verdad, no lo sé. Supongo que todo lo que puedo hacer con mi transformación se puede hacer con magia sin contratar a nadie, por ejemplo. En mi mundo me serviría para vigilar la frontera y escoltar mejor las incursiones en zonas peligrosas, pero aquí no se me ocurre dónde podría hacer falta eso. Y también quiero entrenar y mejorar en caza y lucha, para no ser solo una cámara de vigilancia portátil —se permitió bromear.
También se había planteado volver a la caza, pero sabía que las bestias de aquel mundo eran mucho más peligrosas que las de Tierra Bruja y necesitaba tanta preparación como documentación, además de estudiar qué podía aportar nuevo a los puestos del Mercado. Lo fácil sería que no tuvieran ese extraño dinero y que todos aportaran para todo el mundo, pero no iba a montar semejante revolución en la ciudad. Siempre podía hacer eso a pequeña escala en el torreón y con sus amigos, pero tarde o temprano necesitaría comprar algo con dinero. Y quizás... quizás no estaría mal acercarse a los sitios que le habían sugerido, la verdad. Quizás si veía las labores de cerca le sería más fácil imaginarse ahí o en otra parte.
—Sí, bueno, yo era cazadora y aportaba mi parte al asentamiento, y aún tengo que lanzarme a cazar en la ciudad y probar nuevas recetas. No es un intercambio del todo equivalente porque tienes más experiencia que yo, pero me apunto —respondió con una sonrisa.
Después, los dos se centraron en la cuestión del trabajo. Le hablaron del granero y de un cosechador que, por lo visto, ofrecía trabajo y ambos habían tenido contacto con él. No era el único del que había oído hablar, y también sabía del granero. Se quedó mirando cómo crecía la enredadera, maravillada. Cualquier mínimo detalle mágico de la ciudad seguía sorprendiéndole, y le preocupaba que llegara el día en que todo pasara inocuo ante sus ojos.
Sin embargo, volviendo a la conversación, seguía faltándole algo esencial. Había algo que no sabía concretar y que... Vaya, bingo. Neil dio en el clavo y Sinceridad ladeó la cabeza un par de veces antes de responder.
—La verdad, no lo sé. Supongo que todo lo que puedo hacer con mi transformación se puede hacer con magia sin contratar a nadie, por ejemplo. En mi mundo me serviría para vigilar la frontera y escoltar mejor las incursiones en zonas peligrosas, pero aquí no se me ocurre dónde podría hacer falta eso. Y también quiero entrenar y mejorar en caza y lucha, para no ser solo una cámara de vigilancia portátil —se permitió bromear.
También se había planteado volver a la caza, pero sabía que las bestias de aquel mundo eran mucho más peligrosas que las de Tierra Bruja y necesitaba tanta preparación como documentación, además de estudiar qué podía aportar nuevo a los puestos del Mercado. Lo fácil sería que no tuvieran ese extraño dinero y que todos aportaran para todo el mundo, pero no iba a montar semejante revolución en la ciudad. Siempre podía hacer eso a pequeña escala en el torreón y con sus amigos, pero tarde o temprano necesitaría comprar algo con dinero. Y quizás... quizás no estaría mal acercarse a los sitios que le habían sugerido, la verdad. Quizás si veía las labores de cerca le sería más fácil imaginarse ahí o en otra parte.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
16/04/20, 02:07 pm
A Neil el intercambio de recetas con Sincy que propuso le pareció equitativo desde el momento en que tendría la posibilidad de aprender cosas nuevas de un nuevo mundo, pero tampoco quería presionar a la roquense. En cuanto empezaran con el aprendizaje, le haría ver que iba a ser igual de beneficioso por las dos partes.
- Bueno, pero tu trabajo no tiene que basarse en algo relacionado con tu transformación. Mira yo, mi cera no tiene nada que ver con los cultivos, aunque quiero ayudar con las abejas que quiero tener. De todas maneras, tampoco creo que mi trabajo soñado sea la plantación. Puedes empezar a trabajar en algún sitio primero e ir viendo qué es lo que quieres hacer. O también puedes tomarte tu tiempo.
El brujo entendía la necesidad de sentirse útil, pero a todos ellos el venir a la ciudad les había desestructurado su futuro y todos tenían que arreglárselas de alguna manera para buscar su sitio y seguir adelante.
- Es cierto, Adru también va a empezar a trabajar ahí para ir ahorrando dinero - contestó asintiendo ante la sugerencia de Enredo del Granero como lugar de trabajo.
Neil quedó fascinado con la demostración de dominio de Enredo, mirando con una expresión de asombro la enredadera que se extendía hacia él. Recordaba como Wheem les había hecho la misma presentación a Adru y a él en la bahía y le había parecido igual de bonito y magnífico entonces.
- Los dominios de plantas son tan bonitos. Permíteme a ver si puedo...- comentó encantado y luego ríos de cera salieron de sus bolsillos hasta plantarse en su mano abierta imitando el gesto del brujo de las enredaderas y comenzó a coger forma entremezclándose hasta copiar la planta que tenía en frente.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
17/04/20, 10:24 pm
Eitne fue todo sorpresa, Nime le acababa de abrir los ojos.
—¡Seguro que sí! ¡Se lo querían quedar! Que fuerte… —hablaba solo para la demonio mineral porque no quería delatarse sin querer—. Yo también me noto un poco raro... Como muy blublublú... —dijo.
En ese mismo instante le dio un escalofrío al rememorar el efecto del gas de aquella bebida. Le estaba entrando calor, solo de pensarlo, pues era uno de los síntomas que mejor se sabía. Se rio por lo bajito cuando Nime se puso a dar botes y bebió otro trago. Las burbujas le hicieron sacudir la cabeza en un espasmo que agitó su pelo afro y tragó de forma sonora.
Entonces apareció “de la nada” Adru y el niño botó como Nime, vertiendo un pelín de “alcohol” sobre sus pantalones.
—¡Qué susto! —Reía de forma nerviosa entre frases, en parte por la sorpresiva llegada del gamusino y en parte por la autosugestión—. ¡Ha estado genial! Gracias por despistar a Pam —le guiñó un ojo de forma exagerada a Adru, que sujetaba ahora la botella; intercambió una mirada con la demonio mineral y luego añadió—. ¿Brindamos los tres por lo bien que nos ha salido?
Le parecía justo compartir el botín con la gamusino.
—¡Seguro que sí! ¡Se lo querían quedar! Que fuerte… —hablaba solo para la demonio mineral porque no quería delatarse sin querer—. Yo también me noto un poco raro... Como muy blublublú... —dijo.
En ese mismo instante le dio un escalofrío al rememorar el efecto del gas de aquella bebida. Le estaba entrando calor, solo de pensarlo, pues era uno de los síntomas que mejor se sabía. Se rio por lo bajito cuando Nime se puso a dar botes y bebió otro trago. Las burbujas le hicieron sacudir la cabeza en un espasmo que agitó su pelo afro y tragó de forma sonora.
Entonces apareció “de la nada” Adru y el niño botó como Nime, vertiendo un pelín de “alcohol” sobre sus pantalones.
—¡Qué susto! —Reía de forma nerviosa entre frases, en parte por la sorpresiva llegada del gamusino y en parte por la autosugestión—. ¡Ha estado genial! Gracias por despistar a Pam —le guiñó un ojo de forma exagerada a Adru, que sujetaba ahora la botella; intercambió una mirada con la demonio mineral y luego añadió—. ¿Brindamos los tres por lo bien que nos ha salido?
Le parecía justo compartir el botín con la gamusino.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/04/20, 12:56 am
Nime se rio al ver a Eitne sentir un escalofrío.
—¡Pero si solo llevamos dos sorbos! —respondió, todavía carcajeándose sin venir mucho a cuento—. Seguro que nos metemos en un buen lío si nos la terminamos, pero no tienen por qué enterarse… Podemos decir que fue una pendicularia desobediente, seguro que a Guille no le importa, están seguido robando cosas.
Cuando escuchó que alguien se acercaba Nime calló de golpe pero, al ver que era Adru, la saludó con una sonrisa satisfecha y le enseñó la botella. Todavía no se podía creer que la cosa hubiese salido tan bien y que el gamusino quisiese ser partícipe de la travesura, pero no sería ella quien se iba a quejar.
—¡Muy rico! —le respondió—. No tiene nada que ver con el que ponían en la fiesta de los dragones, ya verás.
Tras decir aquello respondió enérgicamente a la propuesta de Eitne, asintiendo con la cabeza.
—¡Pero si solo llevamos dos sorbos! —respondió, todavía carcajeándose sin venir mucho a cuento—. Seguro que nos metemos en un buen lío si nos la terminamos, pero no tienen por qué enterarse… Podemos decir que fue una pendicularia desobediente, seguro que a Guille no le importa, están seguido robando cosas.
Cuando escuchó que alguien se acercaba Nime calló de golpe pero, al ver que era Adru, la saludó con una sonrisa satisfecha y le enseñó la botella. Todavía no se podía creer que la cosa hubiese salido tan bien y que el gamusino quisiese ser partícipe de la travesura, pero no sería ella quien se iba a quejar.
—¡Muy rico! —le respondió—. No tiene nada que ver con el que ponían en la fiesta de los dragones, ya verás.
Tras decir aquello respondió enérgicamente a la propuesta de Eitne, asintiendo con la cabeza.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/04/20, 01:26 pm
Enredo carraspeó ligeramente cuando la argos dijo de cazar en la ciudad.
-No es muy recomendable la caza en esta ciudad. No hasta que tengáis más práctica al menos. Las bestias son peligrosas y algunas tienen magia adherida. Y no sé si os lo han dicho pero no bajéis nunca en solitario a los subterráneos, hay seres mucho más peligrosos - dijo tras beber un poco de su bebida.- Lo más recomendable sería que esperes a poder ir a otro mundo vinculado para cazar o que te acompañe un veterano con experiencia para poder ir.
>>Tu trabajo no tiene por qué depender de tus habilidades - le dijo a la roquense.- Y sí es cierto que lo que haces tú se puede conseguir con magia, pero también requiere esfuerzo y energía y no podemos usarlo todo el tiempo. Tú eres más rápida, procesas mejor la información y puedes hacerlo en varias direcciones a la vez. Tómate tu tiempo, no tienes que decidirlo de la noche a la mañana. Al principio yo no tenía ni idea de lo que iba a trabajar.
Se fijó en lo que hizo el brujo de la cera y le sonrió abiertamente.
-Muy bien - lo felicitó.- Buen control - la enredadera giró en torno al brujo y se dirigió hacia Sinceridad, se paró frente a ella y delante de ambos se abrieron dos flores de un color violeta pálido, una fruta empezó a formarse al principio de color verdáceo hasta que se volvió de un rojo intenso. Se parecía a un tomate en forma pero más pequeño y con la piel suave de un melocotón.- Adelante, podéis probarlas o dejarlas para más tarde - dijo con un sonrisa. Se volvió hacia el brujo.- Muchas veces la fruta que uso en mis postres procede de mis plantas, ya que puedo hacerla crecer fácilmente. Podría haber sido frutero, fabricante de vino, repostero... Pero me decidí por la medicina - terminó sonriendo a Sinceridad.
"Sí, soy una licántropa. Una leoparda de las nieves, un animal de tu mundo" respondió alegre. "Te mostraría mi otra forma pero no quiero asustar al peque" dijo mientras acunaba a Wyck que seguía comiendo la fruta.
"Hola, Obel" saludó al gárgola mientras éste aceptaba la bebida y el trozo de croissant.
Obel Reo estaba seguro de haberse cruzado con la chica alguna vez en los pasillos pero no haber cruzado muchas palabras con ella, más que algunos saludos de cortesía. Y no creía haberle dicho nunca su nombre.
-¿Cómo sabes...? - empezó a preguntar.
"Tu hermano habla de ti a veces ¿sabes?" lo cortó mientras rascaba distraída la barriga del panda rojo.
-Oh - respondió abriendo ligeramente los ojos.- Bien, sí. Aunque lo noto un poco a la defensiva, igual sólo está cansado.
-No es muy recomendable la caza en esta ciudad. No hasta que tengáis más práctica al menos. Las bestias son peligrosas y algunas tienen magia adherida. Y no sé si os lo han dicho pero no bajéis nunca en solitario a los subterráneos, hay seres mucho más peligrosos - dijo tras beber un poco de su bebida.- Lo más recomendable sería que esperes a poder ir a otro mundo vinculado para cazar o que te acompañe un veterano con experiencia para poder ir.
>>Tu trabajo no tiene por qué depender de tus habilidades - le dijo a la roquense.- Y sí es cierto que lo que haces tú se puede conseguir con magia, pero también requiere esfuerzo y energía y no podemos usarlo todo el tiempo. Tú eres más rápida, procesas mejor la información y puedes hacerlo en varias direcciones a la vez. Tómate tu tiempo, no tienes que decidirlo de la noche a la mañana. Al principio yo no tenía ni idea de lo que iba a trabajar.
Se fijó en lo que hizo el brujo de la cera y le sonrió abiertamente.
-Muy bien - lo felicitó.- Buen control - la enredadera giró en torno al brujo y se dirigió hacia Sinceridad, se paró frente a ella y delante de ambos se abrieron dos flores de un color violeta pálido, una fruta empezó a formarse al principio de color verdáceo hasta que se volvió de un rojo intenso. Se parecía a un tomate en forma pero más pequeño y con la piel suave de un melocotón.- Adelante, podéis probarlas o dejarlas para más tarde - dijo con un sonrisa. Se volvió hacia el brujo.- Muchas veces la fruta que uso en mis postres procede de mis plantas, ya que puedo hacerla crecer fácilmente. Podría haber sido frutero, fabricante de vino, repostero... Pero me decidí por la medicina - terminó sonriendo a Sinceridad.
"Sí, soy una licántropa. Una leoparda de las nieves, un animal de tu mundo" respondió alegre. "Te mostraría mi otra forma pero no quiero asustar al peque" dijo mientras acunaba a Wyck que seguía comiendo la fruta.
"Hola, Obel" saludó al gárgola mientras éste aceptaba la bebida y el trozo de croissant.
Obel Reo estaba seguro de haberse cruzado con la chica alguna vez en los pasillos pero no haber cruzado muchas palabras con ella, más que algunos saludos de cortesía. Y no creía haberle dicho nunca su nombre.
-¿Cómo sabes...? - empezó a preguntar.
"Tu hermano habla de ti a veces ¿sabes?" lo cortó mientras rascaba distraída la barriga del panda rojo.
-Oh - respondió abriendo ligeramente los ojos.- Bien, sí. Aunque lo noto un poco a la defensiva, igual sólo está cansado.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/04/20, 02:07 pm
Cuando Eitne le guió el ojo el gamusino le devolvió el gesto levantando el pulgar. Lo que le sorprendió enormemente fue la afirmación de ambos niños de que la bebida estaba muy rica. Miró la botella de nuevo sin pensar en disimular su extrañeza en lo más mínimo. Empezaba a sospechar algo, pero no hizo falta preguntar si podía beber un poco porque el propio Eitne le invitó a ello.
—A ver, a ver… —Dijo antes de beber, no sin cierta reticencia de la botella.
Una parte de él se preparaba para escupir el contenido, pero la parte que ya sospechaba que aquello no era lo que los niños creían se lo bebió. Claro que sabía bien: era un refresco con gas sin una sola pizca de alcohol.
Le devolvió la botella a Eitne con una expresión difícil de descifrar. Dudaba acerca de qué debería hacer a continuación. Por una parte hubiese preferido que escarmentasen por su cuenta tal y como pensaba que harían, pero por otra era preferible que estuviesen bebiendo un simple refresco. Suspiró y decidió hablar, finalmente.
—Eso no es alcohol, por eso os parece que sabe bien. Es un refresco: cogisteis la botella equivocada. El alcohol sabe muy mal, os lo prometo.
—A ver, a ver… —Dijo antes de beber, no sin cierta reticencia de la botella.
Una parte de él se preparaba para escupir el contenido, pero la parte que ya sospechaba que aquello no era lo que los niños creían se lo bebió. Claro que sabía bien: era un refresco con gas sin una sola pizca de alcohol.
Le devolvió la botella a Eitne con una expresión difícil de descifrar. Dudaba acerca de qué debería hacer a continuación. Por una parte hubiese preferido que escarmentasen por su cuenta tal y como pensaba que harían, pero por otra era preferible que estuviesen bebiendo un simple refresco. Suspiró y decidió hablar, finalmente.
—Eso no es alcohol, por eso os parece que sabe bien. Es un refresco: cogisteis la botella equivocada. El alcohol sabe muy mal, os lo prometo.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/04/20, 06:18 pm
Los dos brujos coincidían en varias cosas y le sorprendió lo claro que parecían tenerlo. Le chocaba mucho que su transformación no estuviera estrechamente ligada al trabajo que escogiera, y también habían hablado de un "primer trabajo". Había dado por hecho que todo el mundo servía en el mismo oficio durante su vida en la ciudad, por lo visto, pero por descontado ni era así ni había gremios ni nada por el estilo de su mundo. De ser así, podría probar varios oficios hasta encontrar su lugar.
También había dado por hecho... o, mejor dicho, no había contemplado la posibilidad de que las bestias rocavarancolesas fueran increíblemente más peligrosas que todo lo que había visto hasta ahora. La roquense habría abierto mucho sus ojos de la cara si los hubiera tenido al escuchar la advertencia de Enredo sobre las criaturas de la ciudad. ¿Magia? ¿Cómo iba a enfrentarse a animales que empleaban una magia que ella no era capaz de realizar? Demasiada información, demasiadas preguntas.
Por suerte, Neil respondió al dominio de Enredo e imitó su enredadera con su propia cera. Eso sirvió para distraerla de tantas dudas. No obstante, la argos dio un paso atrás cuando la enredadera se dirigió hacia ella. Observó la planta con curiosidad y una ligera desconfianza, pero la maravilla tomó forma en unas flores con frutos que el brujo les ofreció. La roquense lo recogió con delicadeza y fascinación. Daba por hecho que la magia solucionaba muchas cosas, pero haberlo visto en persona le emocionó un poco. El brujo no solo era capaz de proporcionar alimentos, sino que además era médico. Ojalá pudiera ella hacer esos milagros y llevarlos a Tierra Bruja. Así nunca más tendrían que arriesgarse a asaltar los almacenes del Clero ni huir de nadie.
Había bajado a la merienda sin saber cómo le iría y había acabado acordándose de su asentamiento y de lo triste que se sentía por no poder volver. «Ahora sería un muy buen momento para achisparme y distraerme de lo que hemos hablado cantando y bailando» Pero la bebida que había cogido no serviría para eso y tampoco había probado a embriagarse aún con su transformación, así que pensó que lo mejor sería no buscar nada más fuerte. Tampoco sabía cómo ausentarse de la conversación, o si seguirían los tres hablando, o si... «Tranquila, a ver cómo fluye por sí sola» Se apoyó en la oreja de un sillón y dio un trago a su bebida antes de dirigirse a los dos.
—Qué maravilla lo que hacéis. Pensaré en lo que me habéis dicho, de verdad, muchas gracias, me habéis dado mucho en que pensar. Me acercaré a esos sitios que dijisteis y la Biblioteca creo que iré probando hasta ver dónde encajo —les agradeció con una sonrisa—. En mi mundo tenía un trabajo y solo ese, de por vida, por eso aquí se me hace tan extraño todo esto. Y lo que sois capaces de hacer sería muy útil en mi tierra, pero a pesar de saber que no puedo volver aún me cuesta asumirlo —terminó con nostalgia.
No debía buscarse la vida y mejorar sus habilidades pensando en Tierra Bruja sino en sí misma. Y eso se le antojaba harto egoísta, la verdad, por mucho sentido que tuviera, por mucho que pudiera volcar su oficio en la ciudad donde vivían ahora. Ella había venido a Rocavarancolia con la promesa de poder ayudar a los suyos, no para condenarse a una ciudad de monstruos. Y aunque sabía que tarde o temprano lo asumiría, le costaba.
También había dado por hecho... o, mejor dicho, no había contemplado la posibilidad de que las bestias rocavarancolesas fueran increíblemente más peligrosas que todo lo que había visto hasta ahora. La roquense habría abierto mucho sus ojos de la cara si los hubiera tenido al escuchar la advertencia de Enredo sobre las criaturas de la ciudad. ¿Magia? ¿Cómo iba a enfrentarse a animales que empleaban una magia que ella no era capaz de realizar? Demasiada información, demasiadas preguntas.
Por suerte, Neil respondió al dominio de Enredo e imitó su enredadera con su propia cera. Eso sirvió para distraerla de tantas dudas. No obstante, la argos dio un paso atrás cuando la enredadera se dirigió hacia ella. Observó la planta con curiosidad y una ligera desconfianza, pero la maravilla tomó forma en unas flores con frutos que el brujo les ofreció. La roquense lo recogió con delicadeza y fascinación. Daba por hecho que la magia solucionaba muchas cosas, pero haberlo visto en persona le emocionó un poco. El brujo no solo era capaz de proporcionar alimentos, sino que además era médico. Ojalá pudiera ella hacer esos milagros y llevarlos a Tierra Bruja. Así nunca más tendrían que arriesgarse a asaltar los almacenes del Clero ni huir de nadie.
Había bajado a la merienda sin saber cómo le iría y había acabado acordándose de su asentamiento y de lo triste que se sentía por no poder volver. «Ahora sería un muy buen momento para achisparme y distraerme de lo que hemos hablado cantando y bailando» Pero la bebida que había cogido no serviría para eso y tampoco había probado a embriagarse aún con su transformación, así que pensó que lo mejor sería no buscar nada más fuerte. Tampoco sabía cómo ausentarse de la conversación, o si seguirían los tres hablando, o si... «Tranquila, a ver cómo fluye por sí sola» Se apoyó en la oreja de un sillón y dio un trago a su bebida antes de dirigirse a los dos.
—Qué maravilla lo que hacéis. Pensaré en lo que me habéis dicho, de verdad, muchas gracias, me habéis dado mucho en que pensar. Me acercaré a esos sitios que dijisteis y la Biblioteca creo que iré probando hasta ver dónde encajo —les agradeció con una sonrisa—. En mi mundo tenía un trabajo y solo ese, de por vida, por eso aquí se me hace tan extraño todo esto. Y lo que sois capaces de hacer sería muy útil en mi tierra, pero a pesar de saber que no puedo volver aún me cuesta asumirlo —terminó con nostalgia.
No debía buscarse la vida y mejorar sus habilidades pensando en Tierra Bruja sino en sí misma. Y eso se le antojaba harto egoísta, la verdad, por mucho sentido que tuviera, por mucho que pudiera volcar su oficio en la ciudad donde vivían ahora. Ella había venido a Rocavarancolia con la promesa de poder ayudar a los suyos, no para condenarse a una ciudad de monstruos. Y aunque sabía que tarde o temprano lo asumiría, le costaba.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/04/20, 06:30 pm
Dédalo
Se estaba emocionando, no podía negarlo y estaba especialmente motivado con aquella conversación. Pocas veces por no decir ninguna, podía conversar de ese tema con alguien que de verdad pudiese entender los dilemas y curiosidades de su trasformación. Casi toda la ciudad sabía lo que era un cambiante, había habido varios a lo largo del tiempo así que lo que podían llegar a hacer no llegaba realmente a sorprenderles a esas alturas. Y como sabían lo que hacían tampoco se interesaban demasiado de las sutilezas, curiosidades y dificultades, que daban los cambios que realizaban.
Así que encontrar a otra persona, que además apenas iniciaba con los mismo problemas y deseos de aprender que él tuvo y aun tenia, le estaba alegrando el día.
-Suele ser más sencillo contra más claro tengas que quieres ser, sin que tu mente te traicione por que le dé por experimentar y hacer cosas raras.- añadió con humor- ¿Ya lo has intentado entonces? ¿O tienes alguno en mente con lo que te gustaría iniciar? – pregunto con curiosidad. Observo curioso su expresión y vio como estiraba su brazo hacia él. Miró, expectante como sacaba dos brazos más con sus manos incluidas. Sonrió ante el añadido de ambas manos izquierda con todos sus dedos y se rio inevitablemente cuando vio que intentaba mover los dedos de una mano y se movían todas a la vez.
-No está nada mal, yo fui bastante más lento inicialmente, no te creas-. admitió con humor viendo lo que hacía- Es un poco como ser multitareas, mantener los pensamientos de que estas manejando dos partes o más partes del cuerpo de forma independiente, pero con un propositivo…es un lio, así a primeras. Pero eso es lo interesante, ir superando limitaciones –añadió al final con ilusión antes de notar su propia reacción y carraspear, e intentar volver al tono de antes con una risa.
Cuando noto las reacciones de Rox, le miro con curiosidad ante la amalgama de emociones varias que se dejaron entrever en sus facciones, no muy ocultas en realidad. << ¿Provoqué un cortocircuito de alguna forma? >> pensó al ver que se había quedado totalmente callado ante su propuesta. Aunque eso duro más bien poco y a juzgar por sus expresión iluminada y llena de vergüenza su propuesta le había encantado.
-Sí, claro que sí, no te lo propondría sino– añadió divertido y aliviado por su respuesta. Acababan de conocerse al fin de cuenta no sabía cómo podría tomarse una propuesta similar, que ciertamente el no había dicho ni pensado en ninguna connotación extraña más allá que simplemente fuera con él y aprendiera con el si le apetecía. - No me molestaría, no te preocupes - añadió encogiéndose de hombros con humor mirándole- Pero no hay prisa, yo te dejo ahí la propuesta, tómala cuando quieras…ya tu simple reacción ilusionada es un halago- admitió haciendo un leve gesto de cabeza antes pensar en responder su pregunta.
-No tengo especial predilección por alguno, suelo ser bastante aventurero desde que no tengo mundo propio – admitió con humor pues quitando posiblemente aquellos pórtale más nuevos que había visto se había abierto más recientemente, había visitado casi todos por ocio o por trabajo- Pero supongo que Ordesta, Idris, o El macetero o de forma más reciente Daelicia y Libo.- añadió haciendo enumeraciones antes de mirarle- Pero ya digo he estado en un buen número de mundos vinculados, casi parece que colecciono artilugios traductores -añadió riéndose porque si tenía varios de ellos, especialmente de aquellos donde visitaban sus pueblos o ciudades y tenía contacto con la gente. Era una pasta conseguirlos, pero le eran inversión a la larga.
>>- Si, sí que puedo, aunque ya sabes, hay un límite de cuan grande o pequeño podemos hacernos –admitió sonriendo confiado en eso, aunque generalmente no solía cambiar frente a desconocidos así de primeras, no completamente al menos. Aunque bueno tenía sus runas ancladas, asi que desnudo no iba aquedarse entre cambio y cambio.
Dédalo se humedeció los labios dejando su té a un lado. Miro al resto de invitados en la merienda, viendo que estaba todos a los suyo y esperando no sobresaltarles si llegaban a verlo, miró a Rox, sonriéndole como si estuvieran a punto de hacer algún tipo de travesura.
-¿Cómo era? Reptil, ave, pez. No se yo si pez aqui...pero –le miró esbozando una sonrisa de filosos colmillos, antes de comenzar a cambiar. Para el a esas alturas cambiaba sin pensarlo mucho, le bastante tener una imagen en su mente, porque los procesos en sí mismo los conocía. No como al inicio que tenía que tener ir con mas cuidado especialmente si cambiaba de algo humanoide y bípedo a algo que ni siquiera tenía patas.
Cubrió las runas que llevaba bajo una capa de su propia piel y el cambio, empezó.
Ante los ojos de Rox, la forma de Dédalo perdería forma a gran velocidad, sus rasgos cambiarían por completo mientras su cuerpo parecia encogerse debajo de la ropa, al igual que sus brazos y piernas, volviéndose uno con el tronco haciendo que la ropa quedase medio vacía a simple vista. Una cola escamosa sobresalio, por un lado.
Entonces Dédalo activo la runa que había bajo la capa de escamas y piel, imperturbable al cambio, haciendo que la ropa volviera dentro de la runa, dejando visible lo que había cambiado bajo la tela. El sinuoso cuerpo de una especie de cobra de unos cinco metros con escamas oscuras salvo en las zonas del cuello, medio enroscada sobre la silla, con parte de su cuepro cayendo sobre el suelo debido a su tamaño. El cambiante entonces dejaría su posición semienroscada, alzando la cabeza en dirección a Rox, con sus pequeños ojos sobre él, manteniendo su cabeza firme alzada en apenas un ligero balanceo casi a la altura de su cara. Le saco la lengua bífida, casi traviesamente, aunque la cabeza reptiliana careciera de expresión.
La serpiente se deslizo hacia el suelo, pesadamente, pero con movimientos agiles, antes de iniciar el siguiente cambio. << ¿Qué era lo siguiente?>> pensó Dédalo, mientras creaba el inicio de unas alas sobresaliendo del cuerpo de reptil, alas funcionales que batió sobre el suelo haciendo que la serpiente se alzara, y haciendo fuerza con los musculos del reptil, se medio enrosco en el aire. EL cuerpo de la serpiente comenzó a comprimirse entonces a una alta velocidad, casi fundiendose entre si.
La achatada cabeza de reptil se convirtió en un pico de ave rapaz, su estructura ósea cambio, las escamas pasaron a ser plumas, el cuerpo alargado tomo una forma más pesada y dos garras de rapaz surgieron de la parte inferior, mientras la cola encogía hasta casi abrirse en un abanico de plumas
El cambio al igual que la otra vez fue rápido y donde antes había una serpiente voladora, había un ave rapaz, parecido a un halcón pero el doble de grande. Dédalo batió las alas, encarámandodose sobre el espaldar de la silla frente a Rox, cerrando sus alas en torno a su cuerpo. Dirigió sus ojos hacia el otro cambiante, durante su cambio también había modificado su aparato fonador, así que le lanzo un agudo y casi penetrante chillido que duros algunos segundos, por pura entretención.
Estiro un poco sus alas, para mantener el equilibrio, dejándose caer sobre el asiento de nuevo y allí se quedó durante unos segundos más sin cambiar de forma.
Se estaba emocionando, no podía negarlo y estaba especialmente motivado con aquella conversación. Pocas veces por no decir ninguna, podía conversar de ese tema con alguien que de verdad pudiese entender los dilemas y curiosidades de su trasformación. Casi toda la ciudad sabía lo que era un cambiante, había habido varios a lo largo del tiempo así que lo que podían llegar a hacer no llegaba realmente a sorprenderles a esas alturas. Y como sabían lo que hacían tampoco se interesaban demasiado de las sutilezas, curiosidades y dificultades, que daban los cambios que realizaban.
Así que encontrar a otra persona, que además apenas iniciaba con los mismo problemas y deseos de aprender que él tuvo y aun tenia, le estaba alegrando el día.
-Suele ser más sencillo contra más claro tengas que quieres ser, sin que tu mente te traicione por que le dé por experimentar y hacer cosas raras.- añadió con humor- ¿Ya lo has intentado entonces? ¿O tienes alguno en mente con lo que te gustaría iniciar? – pregunto con curiosidad. Observo curioso su expresión y vio como estiraba su brazo hacia él. Miró, expectante como sacaba dos brazos más con sus manos incluidas. Sonrió ante el añadido de ambas manos izquierda con todos sus dedos y se rio inevitablemente cuando vio que intentaba mover los dedos de una mano y se movían todas a la vez.
-No está nada mal, yo fui bastante más lento inicialmente, no te creas-. admitió con humor viendo lo que hacía- Es un poco como ser multitareas, mantener los pensamientos de que estas manejando dos partes o más partes del cuerpo de forma independiente, pero con un propositivo…es un lio, así a primeras. Pero eso es lo interesante, ir superando limitaciones –añadió al final con ilusión antes de notar su propia reacción y carraspear, e intentar volver al tono de antes con una risa.
Cuando noto las reacciones de Rox, le miro con curiosidad ante la amalgama de emociones varias que se dejaron entrever en sus facciones, no muy ocultas en realidad. << ¿Provoqué un cortocircuito de alguna forma? >> pensó al ver que se había quedado totalmente callado ante su propuesta. Aunque eso duro más bien poco y a juzgar por sus expresión iluminada y llena de vergüenza su propuesta le había encantado.
-Sí, claro que sí, no te lo propondría sino– añadió divertido y aliviado por su respuesta. Acababan de conocerse al fin de cuenta no sabía cómo podría tomarse una propuesta similar, que ciertamente el no había dicho ni pensado en ninguna connotación extraña más allá que simplemente fuera con él y aprendiera con el si le apetecía. - No me molestaría, no te preocupes - añadió encogiéndose de hombros con humor mirándole- Pero no hay prisa, yo te dejo ahí la propuesta, tómala cuando quieras…ya tu simple reacción ilusionada es un halago- admitió haciendo un leve gesto de cabeza antes pensar en responder su pregunta.
-No tengo especial predilección por alguno, suelo ser bastante aventurero desde que no tengo mundo propio – admitió con humor pues quitando posiblemente aquellos pórtale más nuevos que había visto se había abierto más recientemente, había visitado casi todos por ocio o por trabajo- Pero supongo que Ordesta, Idris, o El macetero o de forma más reciente Daelicia y Libo.- añadió haciendo enumeraciones antes de mirarle- Pero ya digo he estado en un buen número de mundos vinculados, casi parece que colecciono artilugios traductores -añadió riéndose porque si tenía varios de ellos, especialmente de aquellos donde visitaban sus pueblos o ciudades y tenía contacto con la gente. Era una pasta conseguirlos, pero le eran inversión a la larga.
>>- Si, sí que puedo, aunque ya sabes, hay un límite de cuan grande o pequeño podemos hacernos –admitió sonriendo confiado en eso, aunque generalmente no solía cambiar frente a desconocidos así de primeras, no completamente al menos. Aunque bueno tenía sus runas ancladas, asi que desnudo no iba aquedarse entre cambio y cambio.
Dédalo se humedeció los labios dejando su té a un lado. Miro al resto de invitados en la merienda, viendo que estaba todos a los suyo y esperando no sobresaltarles si llegaban a verlo, miró a Rox, sonriéndole como si estuvieran a punto de hacer algún tipo de travesura.
-¿Cómo era? Reptil, ave, pez. No se yo si pez aqui...pero –le miró esbozando una sonrisa de filosos colmillos, antes de comenzar a cambiar. Para el a esas alturas cambiaba sin pensarlo mucho, le bastante tener una imagen en su mente, porque los procesos en sí mismo los conocía. No como al inicio que tenía que tener ir con mas cuidado especialmente si cambiaba de algo humanoide y bípedo a algo que ni siquiera tenía patas.
Cubrió las runas que llevaba bajo una capa de su propia piel y el cambio, empezó.
Ante los ojos de Rox, la forma de Dédalo perdería forma a gran velocidad, sus rasgos cambiarían por completo mientras su cuerpo parecia encogerse debajo de la ropa, al igual que sus brazos y piernas, volviéndose uno con el tronco haciendo que la ropa quedase medio vacía a simple vista. Una cola escamosa sobresalio, por un lado.
Entonces Dédalo activo la runa que había bajo la capa de escamas y piel, imperturbable al cambio, haciendo que la ropa volviera dentro de la runa, dejando visible lo que había cambiado bajo la tela. El sinuoso cuerpo de una especie de cobra de unos cinco metros con escamas oscuras salvo en las zonas del cuello, medio enroscada sobre la silla, con parte de su cuepro cayendo sobre el suelo debido a su tamaño. El cambiante entonces dejaría su posición semienroscada, alzando la cabeza en dirección a Rox, con sus pequeños ojos sobre él, manteniendo su cabeza firme alzada en apenas un ligero balanceo casi a la altura de su cara. Le saco la lengua bífida, casi traviesamente, aunque la cabeza reptiliana careciera de expresión.
La serpiente se deslizo hacia el suelo, pesadamente, pero con movimientos agiles, antes de iniciar el siguiente cambio. << ¿Qué era lo siguiente?>> pensó Dédalo, mientras creaba el inicio de unas alas sobresaliendo del cuerpo de reptil, alas funcionales que batió sobre el suelo haciendo que la serpiente se alzara, y haciendo fuerza con los musculos del reptil, se medio enrosco en el aire. EL cuerpo de la serpiente comenzó a comprimirse entonces a una alta velocidad, casi fundiendose entre si.
La achatada cabeza de reptil se convirtió en un pico de ave rapaz, su estructura ósea cambio, las escamas pasaron a ser plumas, el cuerpo alargado tomo una forma más pesada y dos garras de rapaz surgieron de la parte inferior, mientras la cola encogía hasta casi abrirse en un abanico de plumas
El cambio al igual que la otra vez fue rápido y donde antes había una serpiente voladora, había un ave rapaz, parecido a un halcón pero el doble de grande. Dédalo batió las alas, encarámandodose sobre el espaldar de la silla frente a Rox, cerrando sus alas en torno a su cuerpo. Dirigió sus ojos hacia el otro cambiante, durante su cambio también había modificado su aparato fonador, así que le lanzo un agudo y casi penetrante chillido que duros algunos segundos, por pura entretención.
Estiro un poco sus alas, para mantener el equilibrio, dejándose caer sobre el asiento de nuevo y allí se quedó durante unos segundos más sin cambiar de forma.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
19/04/20, 09:52 pm
Rox respondió con una sonrisa y otro "gracias" sincero, asintiendo levemente con cada mundo que Dédalo mencionaba. Tan solo conocía Ordesta y Daelicia, así que pensar en visitar mundos totalmente nuevos para él avivó las chispas de su curiosidad. Igualmente aparcó la idea a un lado, no queriendo precipitarse en su emoción y lanzarse a viajar a la de ya con un recién conocido. Deshizo sus segundos brazos y se reacomodó en su asiento, observando con atención al veterano. La velocidad con la que su cuerpo cambió le hizo abrir los ojos como platos y quedarse boquiabierto. Había esperado un proceso más lento, ser capaz de ver como los hilos de su piel se entrelazaban según modificaba su anatomía, pero ni siquiera le dio tiempo a eso: un parpadeo, dos, tres. Lo que Dédalo había tardado en perder toda forma humana era lo que él tardaba en cambiarse el corte de pelo.
—Santo Dooley —su inicial expresión de asombro dio lugar a una incipiente sonrisa. Cuando la ropa del cambiante cayó inerte para luego desaparecer y mostrar a una cobra enorme Rox tuvo que taparse la boca. Varias risas bajas se le escapaban sin ton ni son, especialmente cuando la serpiente le sacó la lengua. Tardó en poder responder, asombrado, y cuando lo hizo fue apenas un hilito de voz—. Que puta pasada.
A lo mejor para otros no sería más impresionante que la transformación de un licántropo, algo guay y vistoso, pero para Rox era eso y mucho más. El australiano sabía por carne propia lo que Dédalo acababa de hacer con su cuerpo, el nivel de dificultad y estudio que requería, y como tal lo apreciaba. No era alargarse el morro, sacarse cola y orejas, no era un cambio instintivo dado por la Luna. Era cambiarlo todo a consciencia: los músculos, la disposición y flexibilidad de sus huesos, reacomodar todos los órganos internos, perder los miembros, modificar su cráneo, crear escamas, dientes, todo. Todo usando sus hilos. Y luego estaba el pequeño detalle de saber desplazarte sin piernas ni brazos y no parecer una salchicha rodando cuesta abajo.
Rox dio una sola palmada, sonriendo como un crío que acaba de ver la cosa más espectacular de su corta vida (y sinceramente lo era) cuando el veterano siguió con el trabajo. Los ojos le brillaron al ver las alas, embobado con todo el proceso físico por el que Dédalo se sometía para pasar de una especie a otra, absorviendo la información visual a pesar de la velocidad. Con el chillido que pegó el ahora halcón, el australiano procedió a reírse en voz alta, aplaudiendo. Sentía verdadera admiración.
—¡Jooooder tío, es increíble! ¿¡Cómo coño lo haces tan rápido?! —sentía que los pulmones se le quedaban pequeños de la emoción, como si tuviera un chute de cafeína encima. Se levantó de su asiento para abrir los brazos, todo sin despegar la vista de Dédalo ni borrar la amplia sonrisa de su rostro, moviéndolos fugazmente como si fueran alas—. ¡¿Puedes volar?!
No lo preguntaba por nada. El cuerpo estaba tan bien hecho que parecía a punto de despegar en cualquier momento. Se le olvidaba que era un halcón enorme en un espacio cerrado, que estaban rodeados de gente, que a lo mejor estaba pidiendo demasiado; Rox estaba híper contento y alucinado con Dédalo.
— Yo aún no he intentado ningún cambio así. He modificado trozos de mi cuerpo pero... ¡esto es otro nivel!
—Santo Dooley —su inicial expresión de asombro dio lugar a una incipiente sonrisa. Cuando la ropa del cambiante cayó inerte para luego desaparecer y mostrar a una cobra enorme Rox tuvo que taparse la boca. Varias risas bajas se le escapaban sin ton ni son, especialmente cuando la serpiente le sacó la lengua. Tardó en poder responder, asombrado, y cuando lo hizo fue apenas un hilito de voz—. Que puta pasada.
A lo mejor para otros no sería más impresionante que la transformación de un licántropo, algo guay y vistoso, pero para Rox era eso y mucho más. El australiano sabía por carne propia lo que Dédalo acababa de hacer con su cuerpo, el nivel de dificultad y estudio que requería, y como tal lo apreciaba. No era alargarse el morro, sacarse cola y orejas, no era un cambio instintivo dado por la Luna. Era cambiarlo todo a consciencia: los músculos, la disposición y flexibilidad de sus huesos, reacomodar todos los órganos internos, perder los miembros, modificar su cráneo, crear escamas, dientes, todo. Todo usando sus hilos. Y luego estaba el pequeño detalle de saber desplazarte sin piernas ni brazos y no parecer una salchicha rodando cuesta abajo.
Rox dio una sola palmada, sonriendo como un crío que acaba de ver la cosa más espectacular de su corta vida (y sinceramente lo era) cuando el veterano siguió con el trabajo. Los ojos le brillaron al ver las alas, embobado con todo el proceso físico por el que Dédalo se sometía para pasar de una especie a otra, absorviendo la información visual a pesar de la velocidad. Con el chillido que pegó el ahora halcón, el australiano procedió a reírse en voz alta, aplaudiendo. Sentía verdadera admiración.
—¡Jooooder tío, es increíble! ¿¡Cómo coño lo haces tan rápido?! —sentía que los pulmones se le quedaban pequeños de la emoción, como si tuviera un chute de cafeína encima. Se levantó de su asiento para abrir los brazos, todo sin despegar la vista de Dédalo ni borrar la amplia sonrisa de su rostro, moviéndolos fugazmente como si fueran alas—. ¡¿Puedes volar?!
No lo preguntaba por nada. El cuerpo estaba tan bien hecho que parecía a punto de despegar en cualquier momento. Se le olvidaba que era un halcón enorme en un espacio cerrado, que estaban rodeados de gente, que a lo mejor estaba pidiendo demasiado; Rox estaba híper contento y alucinado con Dédalo.
— Yo aún no he intentado ningún cambio así. He modificado trozos de mi cuerpo pero... ¡esto es otro nivel!
- ♪♫♬:
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
20/04/20, 05:15 pm
Tay contempló confuso pero con algo más de curiosidad a la varmana con aquella cola de leopardo de las nieves. Realmente era una licántropa, el belga desconocía si tenían más habilidades de las obvias que podían sonarles y si les dolían los cambios. Él sintió con horrores como salía su larga cola pero... ellos podían transformarse cada vez que quisieran. ¿Sería diferente?.
—No te preocupes —le dijo restándole importancia con un gesto de la mano al hecho de que no se mostrara, tampoco se lo había pedido. Sí hizo hincapié en algo que le resultaba extraño— ¿hablar mentalmente... es parte de tus poderes? ¿podéis hacerlo todos?.
Luego se giró hacia su amigo alzando levemente las cejas con interés. ¿A la defensiva? ¿El mismo que los había amenazado a muerte a todos?. Guardó silencio con una pequeña risotada sarcástica, pues no entendía como podía seguir escudando tanto al rapiña, según él Arcan debería estar lamiendo el suelo que pisaba su hermano.
—Hostia no sé que lleva el licor daeliciano este que parece que estoy alucinando —comentó poniendo una mano sobre el hombro pétreo de Obel, su atención y mirada se encontraban completamente focalizadas en el espectáculo que Dédalo estaba ofreciendo, ahora se agradecía eternamente haber acudido a la fiesta y lamentaba que Dafne se quedara tanto en su habitación y se perdiera tantas cosas. Miró a la gárgola una última vez con los ojos amarillos muy abiertos y masticando frenéticamente, se limpió las miguitas de croissant que le habían quedado en la perilla con la cola— me cago en mis muertos, es la leche —pero aún a pesar del entusiasmo y que deseaba acercarse a pedir cambios (como un niño pequeño a un payaso que hace figuritas con sus globos) no lo hizo, una expresión algo más sombría recorrió su rostro y se miró sus propios dedos negros. ¿Por qué la Luna no le había bendecido con algo así?. Es como si estuviera maldito en el momento en que llegó a la ciudad, miraba a su alrededor y veía gente que podían cobrar forma de bestias como los licántropos o simplemente ser la versatilidad en persona. ¡Lo que daría por una habilidad como la de Adru!. Solo se sentía más afortunado que Sinceridad y eso no le tranquilizaba— ojalá pudiera hacer algo como eso... —dijo apenado a su amigo.
“¿Lémur? ¿Y tú que puedes hacer Tay?”
“Ah pues puedo esclavizar fantasmas que no dejan de ser personas con sus problemas chungos y personalidades. Mueren para volver a ser condenados en su no-vida por un niñato que no controla su poder. ¿No es genial?”
“¡Mola, Tayron, yo quiero ser como tú¡”. Diría, nadie, nunca.
Pegó una risotada rellenándose de nuevo el vaso.
—Mis ojos brillan en la oscuridad pero ni siquiera puedo ver mejor que una persona normal, es que es patético —y logró controlar otra risa con el líquido aún en sus mejillas y a punto de escupirlo— con esto solo permitiré que tú te metas conmigo, no te confundas ¿eh?
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—No te preocupes —le dijo restándole importancia con un gesto de la mano al hecho de que no se mostrara, tampoco se lo había pedido. Sí hizo hincapié en algo que le resultaba extraño— ¿hablar mentalmente... es parte de tus poderes? ¿podéis hacerlo todos?.
Luego se giró hacia su amigo alzando levemente las cejas con interés. ¿A la defensiva? ¿El mismo que los había amenazado a muerte a todos?. Guardó silencio con una pequeña risotada sarcástica, pues no entendía como podía seguir escudando tanto al rapiña, según él Arcan debería estar lamiendo el suelo que pisaba su hermano.
—Hostia no sé que lleva el licor daeliciano este que parece que estoy alucinando —comentó poniendo una mano sobre el hombro pétreo de Obel, su atención y mirada se encontraban completamente focalizadas en el espectáculo que Dédalo estaba ofreciendo, ahora se agradecía eternamente haber acudido a la fiesta y lamentaba que Dafne se quedara tanto en su habitación y se perdiera tantas cosas. Miró a la gárgola una última vez con los ojos amarillos muy abiertos y masticando frenéticamente, se limpió las miguitas de croissant que le habían quedado en la perilla con la cola— me cago en mis muertos, es la leche —pero aún a pesar del entusiasmo y que deseaba acercarse a pedir cambios (como un niño pequeño a un payaso que hace figuritas con sus globos) no lo hizo, una expresión algo más sombría recorrió su rostro y se miró sus propios dedos negros. ¿Por qué la Luna no le había bendecido con algo así?. Es como si estuviera maldito en el momento en que llegó a la ciudad, miraba a su alrededor y veía gente que podían cobrar forma de bestias como los licántropos o simplemente ser la versatilidad en persona. ¡Lo que daría por una habilidad como la de Adru!. Solo se sentía más afortunado que Sinceridad y eso no le tranquilizaba— ojalá pudiera hacer algo como eso... —dijo apenado a su amigo.
“¿Lémur? ¿Y tú que puedes hacer Tay?”
“Ah pues puedo esclavizar fantasmas que no dejan de ser personas con sus problemas chungos y personalidades. Mueren para volver a ser condenados en su no-vida por un niñato que no controla su poder. ¿No es genial?”
“¡Mola, Tayron, yo quiero ser como tú¡”. Diría, nadie, nunca.
Pegó una risotada rellenándose de nuevo el vaso.
—Mis ojos brillan en la oscuridad pero ni siquiera puedo ver mejor que una persona normal, es que es patético —y logró controlar otra risa con el líquido aún en sus mejillas y a punto de escupirlo— con esto solo permitiré que tú te metas conmigo, no te confundas ¿eh?
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"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
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