Burdel de Dama Espasmo (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Elegante, era la palabra apropiada para el edificio. Cain no estaba seguro de que Dirke supiese realmente donde les había llevado, pero eso ya no importaba. El lugar parecía deshabitado, y desde hace bastante tiempo, a juzgar por su aspecto dejado. Pero ese aire decadente hacía del sitio un lugar...
-Mágico...- susurró Caín dejando su cesta en el suelo
Nada más llegar, los chicos se habían dejado caer en los divanes y cojines del suelo, agotados por la carrera.

Tras unos días, me dispongo a salir del cuarto con el traje, abrigo, camiseta, lo que demonios fuera aquello, hecho con la piel y huesos del colaespina. <<Lo cierto es que... mola>> pienso sonriendo. Lo estiro sobre la cama. No llega a tener mangas, es de tamaño pequeño, para alguien como Dirke, y tiene el pelo del colaespina. Por dentro está cosido un kimono, para que la piel interna del colaespina no raspe al portador. Por fuera, tiene en el pecho los omoplatos del monstruo, a modo defensivo. En el torso lleva las costillas de la criatura, atravesadas sobre la piel de izquierda a derecha, y el resto de huesos como las extremidades, cruzando y recorriendo la espalda. Lo que no tiene uso, de momento, es la cola del colaespina. Y varias de sus púas, que las tengo en el armario apuntando al techo. Por fin, salgo del cuarto y con el traje al hombro bajo a la cocina a comer algo, que tengo hambre...

Nos hemos perdido, pero por suerte hemos encontrado un edificio que parece tener actividad. Me acerco con mi nuevo compañero y toco a la puerta.

Espero que sean gente amistosa y nos dejen pasar la noche.

Bonnie, la "sin orejas", me ha traido a un edificio en el que parece haber mas chicos en nuestra situación.

Me quedo quieto, un metro por detrás de Bonnie, esperando a que alguien salga por la puerta.

De camino a la cocina, veo sombras en las ventanas <<Hay alguien fuera del burdel>> Con una mano en el látigo y otra en el traje de colaespina, vestido con un kimono rojo, me asomo a la mirilla <<Humana y ...¿Qué?>> Abro un poco la puerta y digo
-¿Quiénes sois y qué queréis?

-Dos cosechados que necesitamos un sitio donde dormir... ¿Y tú? -Digo yo al oír la voz de un chaval por detrás de la puerta.

Cain había quedado con la cabeza oculta entre los brazos, mientras dejaba que la música le envolvía. Sentía los hombros pesados... De alguna forma las palabras de hoy le habían afectado... quién se creía que era para castigar a nadie? Con qué derecho? Él era el condenado, el que merecía castigo. Tenía que desacerse de la ilusión de dirigir al grupo, él había aceptado ir allí para afrontar su penitencia como el asesino que era, pero la calidez que ya había probado una vez tiraba de él... no quería separarse de esa gente... no quería... Dos gruesas lágrimas cayeron por sus mejillas pero los brazos las tapaban por completo, por lo que pasaron desapercibidas

Al asomarme veo a <<Una niña más joven que yo y un chaval con algo que no me encaja...¿Qué diantres? Será un friki de esos que lleva orejitas de conejo para vestirse>> La niña habla y asiento
-Podéis pasar, pero sin armar mucho jaleo y respetando las normas de convivencia. Hay camas y cuartos de sobra.-les digo muy serio abriendo la puerta del todo para dejarles pasar.-Yo iba a cenar ahora, por si tenéis hambre.

Asomado por la ventana, veo a dos figuras, parecen personas pero uno tiene orejas felinas. Me quedo mirándolo con asombro y pronto agito las manos para que me vean.
-¡Eh! ¡Hola!-les saludo desde el balcón. Luego le doy un pequeño tirón de la manga a Cain para que se asome también-. Mirar, gente, nuevo.
Echo a correr como alma que lleva el diablo, tan emocionado que ni me doy cuenta de ver si Cain me sigue, y bajo enseguida. Llego hasta donde Jack y los saludo a todos como buenamente me lo permite la comprensión que tengo del idioma.
-¡Buenos noches! Ser Dirke, ¿Y tú?-les pregunto.

Vale, bien... Será una broma...
-Perdona que te pregunte, pero... ¿Qué es lo que llevas puesto?
Le digo mientras pasamos dentro del lugar. Me percato de hay otra persona, un poco más amable que el primero, que me sonríe de oreja a oreja.
-Soy Bonnie. -Le digo yo, sonriente. - ¿Y vosotros?

Cuandó nos habló el primer chico por la rendija de la puerta, esperaba que fuese otro Felineko, pero parecía ser una especie de humanoide cubierto de espinas y con un látigo... y orejas tanto o más pequeñas que las de Bonnie...

Entro y acepto la invitación a cenar, sin poder apartar la vista de la nariz del chico nuevo. Definitivamente no es de mi especie, y desde luego se parece mucho mas a Bonnie que a mi...

Aparto la vista de la nariz del chico espinoso cuando un tercer joven llega corriendo, haciendo mucho ruido y presentándose, entonces respondo:

-Yo me llamo Freejey, es un placer que nos dejéis quedarnos, yo llevaba perdido por la ciudad varias semanas, no sabía que hubiera mas cosechados... ni sabía que existía vuestra raza, de hecho.

La miro intrigado, luego asiento
-Es un traje de colaespina. Ya veré qué uso darle.-el otro habla y le miro con los ojos muy abiertos <<A este sí que le han tenido que drogar...>>
Dirke baja y sonrío <<Si todo lo he pensado bien, le quedará de su talla>>
-Yo soy Jack. Y esto es para Dirke, a ver si le queda bien.
Luego echo a andar hacia la cocina y al entrar, les digo desde dentro
-¿Tenéis hambre?- <<Ahora me tocará hacer de niñera...Espero no envenenarlos o...algo...Maldita sea>> pienso preocupado y confuso

Cain alza la cabeza de forma perezosa para ver a los recien llegados entrar. No tiene demasiadas ganas de bajar y pero tampoco quería quedarse allí aislado. Se echó sobre la cama bocarriba y se secó las lágrimas con la manga. Se calmaría y bajaría más tarde... Seguro que los invitados tendrían hambre.

-En realidad no tengo hambre, lo que necesito es ir a dormir... ¿Alguien puede indicarme dónde están las habitaciones?

(Bonnie se va a dormir, ya se despertará mañana... xD)

Alexander sale de la cocina y bromea:
-¿Nuevos? Genial,sangre fresca...

Me quedo mirándo al... ¿Chico-gato? boquiabierto mientras hablan. Por más que trato de hacer oído, no consigo entender una palabra en rocavarancolés de las que dicen. Así que asiento, intentando no darles a los recién llegados la impresión de que soy un cenutrio. (Aunque no sé para qué, por que sí que lo soy... )

Entonces me doy cuenta de algo: ¡Son invitados! Hay que tratarlos bien...
-Ehh.. uh... ¿Querer comer?-les pregunto como buenamente puedo.

Mmm...¿qué les pasa a estos colgaos?
-Todo el mundo quiere daros de comer,deberíais sentiros halagados,¿no? Me tumbo en un puff y cojo mi anticuado pero de duradera batería walkman y me relajo con mi metal:
https://www.youtube.com/watch?v=HIRNdveLnJI

(Vale, parece que el niño que habla raro no ha pillado una palabra de lo que he dicho...)

Cada vez hay más gente... mini-orejas por todos lados... empiezo a dejar de lado las esperanzas de encontrar a otros de mi especie, pero al menos estos parecen agradables.

Veo que Bonnie se aleja hacia los dormitorios, y yo me acerco al tal Dirke y digo:
-Yo querer comer.
No puedo evitarlo, y al hablar así sonrió ampliamente, dejando al descubierto mis colmillos.
Ahora hablo lentamente, para que el chico me entienda, tengo mucha curiosidad sobre su especie.
-¿Como lllamáis a vuestra especie?