La Boutique de dama Isis

Antes de que dama Isis preguntara por una fecha, Virgo ya estaba mirando dentro de la carpeta de nuevo, aparentemente consultando su calendario o agenda, y mientras la frivy y su jefa hablaban, sacó un trozo de papel donde escribió rápidamente la localización y cinco posibles fechas, entregándoselo al momento.

-He apuntado cinco hipotéticas fechas. Si ninguna de ellas te conviene, podemos buscar otras.

Wen sonrió levemente, complacida con la diligencia de Virgo y asintió hacia dama Isis cuando implicó que sus trabajadores tendrían que hacer horas extra.

-Imaginaba que sería así. Como ya te he dicho, no tengo problema en pagar un extra por esas horas. De todas maneras, puedes traer un primer presupuesto cuando vengas y podemos cerrarlo ese mismo día.

Con la aceptación definitiva de dama Isis, Wen sonrió y se levantó del asiento mientras Virgo guardaba de nuevo la carpeta en su pequeña bolsa y se levantaba tras ella.

-Perfecto. Si tienes cualquier duda o cualquier consulta, puedes encontrarme o en la dirección de las termas o en el Cuchitril. No creo que tengas problemas para encontrar este último, por lo que he oído ya has estado allí buscando los servicios de Koval. Tanto Virgo como yo te atenderemos sin problema -. Wen se sacudió un poco la falda una vez de pie y le tendió la mano a dama Isis-. Gracias, dama Isis, es un placer hacer negocios contigo.

Cuando ambas transformadas terminaron, Virgo hizo una leve reverencia en dirección a la frivy y siguió a su jefa de camino a la mesa de aperitivos donde podía ver a Noel sobre saliendo entre el gentío.

Wen se plantó junto a sus amigos vestida con una sonrisa de suficiencia que claramente plasmaba lo bien que había ido la reunión. Virgo, por otro lado, mantuvo su expresión seria, pero se podría notar para los que más la conocían un brillo en sus ojos de satisfacción.

-Nosotras ya hemos terminado. ¿Cómo vais por aquí? ¿Ya habéis arrasado con la mesa de aperitivos? -preguntó en broma, pero mientras preguntaba su vista se había movido a la susodicha algo hambrienta ya que todavía no había probado nada, pero antes de focalizarse en la comida los sinhadres llamaron su atención-. Hola, Eara. Os he visto antes a la distancia a Irianna, Kimbra y a ti, pero parecíais muy ocupadas y rodeadas y no quería molestar. Tu debes de ser Ayne, ¿no? Yo soy dama Diurna, encantada. Ella es Virgo, mi asistente.

Wen no necesitó presentar a los sinhadres a Virgo, puesto que ya había hablado de ellos con ella antes y sabía que eran amigos de Irianna.

Sekk:

Tras conseguir la reacción que buscaba el berserker soltó al dullahan con una sonrisita de satisfacción, dejando que recuperara el aliento mientras él se encaraba a Irianna con un encogimiento de hombros algo resignado.
—Ya me conoces, el control y yo no nos llevamos muy bien. —reconoció con un bufido divertido, percatandose de la pulla en su comentario y siguiéndole la broma en consonancia.

Incluso Rasqa siguió alimentando el intercambio de pullas con un agudo comentario que echaba por tierra su afirmación de que solo tenía una neurona, pero antes de que el rubio pudiera contestarle Samika hizo un comentario un tanto desafortunado sobre el nuevo nombre de Jace. Al ser uno de los confidentes del neoyorquino Sekk era consciente de lo mal que le debía haber sentado aquel chascarrillo, pues estaba al tanto de lo que había hecho su amigo para ganarse aquel apelativo y de lo poco orgulloso que se sentía al respecto, pero por suerte para todos Cerbero lo dejó pasar y procedió a hacer las presentaciones de rigor con la chica idrina de pelo verde.
—¿Pardillo? —le preguntó al humano por lo bajo, dándole un ligero codazo justo antes de que la propia Vivia saliera en su defensa y aprovechara la situación para dejar caer una invitación al burdel como si tal cosa.

Sekk le agradeció sus palabras con un asentimiento de cabeza y una amplia sonrisa, pero se abstuvo de comentar nada sobre el ofrecimiento por miedo a meter la pata. Quizás fuera su educación ulterana o quizás solo le asustara perder el control, pero contratar ese tipo de servicios no parecía algo hecho para él.

Milo:

Antes de subir a reunirse con sus compañeros el cambiante decidió desviarse de la ruta y arrastró al brujo hacia la mesa de aperitivos, donde ambos dieron un poco el cante sin que la vergüenza llegara a sacarles los colores. Reacios a soltarse las manos ambos chicos acapararon todo lo que pudieron con sus brazos libres y un hechizo de levitación y huyeron escaleras arriba con su valioso cargamento, riendo por lo bajo mientras se perdían entre la gente.
—Mucho, enserio —respondió el moreno, apretando ligeramente los dedos del australiano para transmitirle su apoyo—. Un par de días de trabajo normal y seguro que se te van los nervios. —añadió riendo, buscando a los demás con la mirada en cuanto alcanzaron la segunda planta.

No tardaron mucho en localizarlos, pues allí arriba apenas había gente, y soltándose por fin con muchísima naturalidad (y bastante reticencia) se acercaron a los demás con su comitiva de tentempiés.
—¡Hola! —saludó a Nime y a Eitne con ambas manos y una sonrisa, intercambiando el saludo “secreto” con el daeliciano justo antes de que Neil se les acercara con un par de canapés—. Venimos cargados, si, pero ese que traes tiene muy buena pinta —replicó, tomando el susodicho de la mano del aurva y llevándoselo a la boca con satisfacción—. Pasag muncha jambge, clagamente. —le contestó a la bestia del crepúsculo con ambos carrillos llenos y ojos traviesos.

El comentario de Pelusa le hizo reír por lo bajo, pues sí que había cierta ironía en el hecho de que siempre llegara tarde a pesar de trabajar con un cronómetro irrense, pero la spriggan no estaba teniendo en cuenta un detalle muy importante.
—Si yo pudiera aparecer y desaparecer como lo hace Krono te aseguro que llegaría puntual, pero yo tengo que ir corriendo y ese tiempo extra él nunca lo tiene en cuenta. —explicó con una media sonrisa, sacándole la lengua a Rena cuando la ursántropa sugirió que Rox le devolviera al escaparate.

Quería replicarle a su compatriota que estaba trabajando en un método de transporte más veloz para evitar aquellos retrasos, pero primero su mirada penetrante (que claramente buscaba ponerle nervioso) y después la aparición de tres veteranos de la Sede le obligaron a guardarse esa información para más tarde.
—Buenas, yo soy Milo. —saludó de vuelta, presentándose adecuadamente a pesar de conocer los nombres de los otros de oídas.

La inauguración de Isis estaba siendo realmente beneficiosa para los sinhadres, más incluso de lo que habían previsto, a juzgar por las palabras que estaban recibiendo de todo el mundo. Se presentaron educadamente a todos aquellos que se acercaron a saludar y agradecieron los cumplidos y promesas de visitar el restaurante con amplias sonrisas. Sabían que dar buena imagen aquel día era crucial.

Al cabo de un rato apareció dama Diurna, que se unió a sus compañeros de la Brecha, y se acercó también a saludar a los sinhadres. Eara se alegró de verla y la saludó con efusividad.
—Así es. Encantado de conocerte por fin, dama Diurna —le respondió Ayne, que todavía no había coincidido con ella, salvo el día que la había visto en la distancia sobre la ballena del genemante.
—No creo que le hubiese molestado a nadie que te acercases antes —le dijo Eara también.

Dama Diurna también les presentó a su asistente, a la que también saludaron con educación. Era la primera vez que la veían.
—Un placer.
—Espero que estéis disfrutando de la fiesta —agregó Eara. No sabía si les gustaban demasiado aquellos ambientes, pero aquel día estaba siendo realmente agradable y sin percances.

Gael, que había aceptado de buena gana la idea de Cain de cenar un día en el restaurante antes de que Mephis se lo llevase de allí, había vuelto su interés a los aperitivos hasta que Wen había vuelto a unírseles. La burla hacia su apetito y su principal razón para haber asistido no ofendió en absoluto al fuego fatuo, pero aun así le dijo:
—No hemos arrasado con todo, sabemos de buena tinta que hay más fuentes de comida en la trastienda.
—¿Traigo más? —ofreció Eara, al ver que varias bandejas se estaban quedando vacías.

Lo tenía al lado, as ique Samika que era un poco sensible ante eso, le pareció notar que Jace pareció tensarse e incomodarse de alguna forma a su lado, el ambiente se enrarecio por algunos momentos. ¿Fue por su comentario? Tal vez....se había pasado con la broma. Ciertamente no es como que si tuviera muy claro cuál era el punto de quiebre del gigantón a su lado. La evaki se mordió el labio, dudosa y algo incomoda, rascandose el brazo, arrepentida. << Tal vez hablar de cabezas y neuronas con alguien que no tiene la suya no ha sido lo más inteligente. Samika estúpida, tienes el tacto en el culo y el culo de vacaciones >> penso maldiciendose. El dullahan aceptaba bien las coñas de su humo, hasta bromeaba de eso el mismo, pero tal vez aun le era medio raro tratar de forma tan directa el hecho de que no poseía cabeza. No sobre su cuello al menos.

Ella estaba segura que, aunque bromease con su ceguera y no le incomodara, aun asi que ciertos comentarios dichos de cierta forma, le fastidiarían e incomodarian tambien. Eso y que no todos los días la gente tiene el mismo límite para las coñas.

No dijo nada en ese momento, no quería volver raro el ambiente ahora que Vivia se les había unido, pero pensaba disculparse con él en cuanto tuviera una oportunidad. No le gustaba  la sensaicon que se habia quedado por una broma realmente desafortunada y que pensandolo bien, habia sido de bastante mal gusto. Jace  era bromista y todo, pero no era mala personja para merecer que ella le hiciera sentir mal o incomodo.

La presentación de Jace no tardó en llegar, muy a su estilo  y aunque se notaba mas como el era, lo seguia sintiendo medio raro con ella. La respuesta de Vivia al defender a Sekk, la distrajo, haciendo que sonriera ante la forma tan despreocupada de invitarlo al burdel para algo más que una visita a tomar él te.

- Es curioso como empiezo a acostumbrarme a escuchar invitaciones de este tipo, ya sea dirigidas a mi o no, antes posiblemente me habrian puesto un tanto nerviosa. Me alegra el ir poco a poco conociendo a los que estáis en el burdel -comento Samika con humor, no por nada malo, simplemente si los iba conociendo aunque fuera de a poco seria más cómodo ¿no? Especialmente cuando ya había sido invitada poder contratar a alguno de ellos en alguna ocasión futura. Y no lo veía como algo imposible de realizar, ni es como si pudiera predecir como seria ella misma en el futuro o sus intereses. Y aunque no era cosa que pensara en esos momentos el simple hecho de ir conociéndolos sin más le alegraba, nunca cerraba puertas de conocer a gente nueva al fin de cuentas.

La mención de los espectáculos llamo un poco su atención, sintiéndose algo curiosa al respecto. No había tenido oportunidad de asistir a uno aun, ni sabía que ya hubieran dado inicio de alguna forma. Tal vez pareciera un poco absurdo que ella fuera cuando técnicamente no vería gran cosa…la censura no estaría en lo que hicieran, estaría en sus propios ojos que ya vería borroso de serie, si es que veía algo. Pero tal vez era una mezcla de curiosidad, fascinación por algo que le era completamente desconocido. Le causaba cierta vergüenza en el fondo, eso sí, pero no lo suficiente para inhibirle, al menos eso esperaba.

-¿Ya iniciaron con los espectáculos? Cain me comento un poco sobre ellos y sobre las fotografías que os harían…tengo ganas de poder ver las fotos, aún más si vais a llevar conjuntos de Isis. Es ella prácticamente la que me viste –sonrio Samika un poco fascinada con la idea, no había manera que alguien no se viera perfecto en la ropa de su amiga, fuese poca, mucha, lencería o lo que fuera.

Se mostró también algo curiosa e interesada por saber cómo se conocía ella e Irianna, pues no aprecia que la idrina frecuentara el burdel al menos así a simple vista, escuchando que se habían conocido a través de alguien cuyo nombre le sonaba vagamente haberlo oído alguna vez. Escuchar a Vivia decir que Irianna era linda, cosa que no había forma que pudiera desmentir, le hizo sentirse un poco más curiosa del aspecto de la chica, se acercó solo un poco más sin invadir su espacio personal, al menos para poder enfocarla un poco mejor y hacerse una idea.

- Mi teoría de que todas las personas del burdel son lindas y atractivas empieza a tomar más peso - comento Samika con una sonrisa a medias tras lograr verla un poco mejor, seguía sin ver mucho detalle de sus rasgos, pero ya se hacía una idea más aproximada que antes, volvió a tomar la distancia de nuevo- Aunque ya solo por las voces se puede saber mucho también.

Rox recibió con reverencias teatrales los vítores de sus amigos, reverencias que los canapés que no habían caído presa de nadie imitaron con una inclinación en el aire.
—De nada, de nada —canturreó. Luego alzó ambas cejas ante las palabras de Rena—. No quiero, es que me ha gustado. Voy a preguntar si me hacen descuento por él —bromeó, aún a riesgos de que cualquier reacción de Milo delatase el pato, con una naturalidad solo irrumpida por su sutil rubor. Intentó aguantarle la mirada a su amiga, pero conociendo sus intenciones fue él quien desvió la mirada primero con un carraspeo nervioso.

Pelusa no tardó en abordarle con algo que le descolocó. Pestañeó un par de veces, como si no hubiera entendido bien.
—Err, no sé yo... No creo que sea buena idea —dijo, ladeando la cabeza con una sonrisa incómoda—. Es pedirle ropa gratis a un negocio que acaba de abrir, estaría feo —continuó suave, mirando a Eitne—. Si os gusta algo os lo pagamos nosotros y ya, ¿vale?

>>Además, me daría una vergüenza mortal decirle eso a dama Isis —añadiría en voz baja solo para la mona en cuanto se asegurase de que no le oían ni Eitne ni Nime. Esos dos eran capaces de ir expresamente a pedírselo a su jefa.

Se sintió torpe por no haber probado aún la comida que ellos mismos habían subido, según Neil se lo recordó, así que cogió el primer panecillo que pilló y se lo llevó a la boca de una. Emitió un ruido de gusto sin dejar de masticar, seguido de otro de afirmación para no hablar con la boca llena al tiempo que le daba la espalda a Zarpa y sus amigos. Estaba en confianza con los suyos y se había dejado llevar, pero seguía siendo un trabajador de la boutique; no era plan que le vieran con los mofletes de un hámster. Tragó deprisa.

—Perdón —dijo limpiándose la boca con el dorso de la mano mientras recuperaba la compostura de un azafato de vuelos—. Encantado. Yo soy Rox —la pose y el saber estar le duró lo que Rena tardó en darle el golpe, a la que miró con una risita comprometida a la vez que se masajeaba el hombro—. Como si tú no te aprovechases también, mamona —y ahí murieron las formalidades—. ¡Gracias! —respondió algo azorado a los halagos de los dos chicos—. Yo solo pongo la cara, el mérito aquí va sobre todo para estos dos —y señaló a Arcan y Pelusa. El trabajo del cambiante no era tan tangible como el suyo, así que sentía que los piropos le quedaban un poco grandes.

Irianna

Reía con todas las bromas de sus amigos, aunque había notado la incomodidad primero de Jace y después de Samika. Desde luego no era momento de sacarlo a relucir, delante de Vivia, y tampoco le correspondía a ella inmiscuirse. Pero esperaba que lo hablasen en algún momento.
—Te queda bien el pelo así, Sekk —le dijo al ulterano cuando Jace bromeó al respecto de su nuevo peinado.

El dullahan preguntó entonces de que se conocían Vivia y ella y la otra idrina se adelantó a responderle.
—Sí, ¿te acuerdas del violín que me prestaron? Fui a devolvérselo cuando me traje el mío propio —añadió a la explicación—. Mientras esperaba por Vac, Vivia y los demás fueron unos anfitriones excelentes.

Se rio con un poco de nerviosismo por el cumplido que le dedicó Vivia.
—Viniendo de alguien como tú es un halago muy grande —se sonrojó ligeramente, incapaz de ser más directa que aquello—. Y claro, puedo pasarme más veces para visitaros y tomar el té. Siempre que no sea una molestia para Cain y los demás empleados. También puedes pasarte por Serpentaria antes de que me mude.

Hasta que la evaki no preguntó más al respecto su cerebro no había procesado a qué clase de “espectáculos” se refería Vivia y, al contrario de lo que decía Samika, ella no se había acostumbrado todavía a “aquella clase” de invitaciones. Era una tontería teniendo en cuenta dónde se encontraban, pero tal y como había intuido en los gestos de Sekk, ella no creía que pudiese llegar a tomárselo con tanta naturalidad. No le molestaba que otros lo hicieran, por supuesto, pero le daba algo de pánico convertirse en el foco de alguna broma de aquella índole.


Noel

Habiendo quedado con Enredo para que les acompañase luego saludó a Dédalo, al cual hacía algo de tiempo que no veía, y poco después se tuvieron que despedir de Cain, que estaba siendo “secuestrado” por Mephis sin poder terminar sus negocios con el cambiante.
—¿A qué te dedicas ahora, entonces? —le preguntó, no estando muy seguro tan solo por los comentarios del invocador.

Wen y Virgo volvieron no mucho después pareciendo satisfechas y acercándose a la mesa de los aperitivos.
—Yo ya dije que no prometía que hubiese comida cuando volvieseis —respondió jocoso después de Gael. Ante el ofrecimiento de Eara de traer más asintió hacia ella—. Yo creo firmemente que deberías. Para que dama Diurna y Virgo puedan probar de todo, digo. No porque me apetezca repetir, ni nada.

Telepáticamente le preguntó a la vouivre si todo había ido bien y le informó del asunto de Enredo.

Nime estaba muy interesada en el tema de los regalos por hacer publicidad, y esperaba respuestas mirando intermitentemente a quienes trabajan allí solo para acabar decepcionada.
—¿Entonces por qué le decía que sí que se podía a aquella gente? —farfulló cuando Rox terminó de hablar. No iba a desobedecer las palabras de los mayores, probablemente al menos, pero eso no le impedía protestar.

Trataron de distraerlos hablando de comer en un restaurante nuevo que iba a abrir en la ciudad, el mismo que había puesto la comida para aquella inauguración, y sin bien a Nime le parecía un buen plan, no dijo mucho más que confirmar que también le gustaría ir.

Varsai se acercó un poco después a saludar, y la demonio mineral ya le estaba diciendo hola con el brazo en cuanto la vio acercarse. Precisamente recordaba a quienes venían con ella, estaban con dama Isis cuando esta les había ofrecido hacer publicidad, así que Nime miró a Eitne de reojo mientras los mayores intercambiaban saludos.
—¡Yo soy Nime! Demonio mineral —añadió al recordar las formas habituales entre transformados—. Aunque creo que ya me había presentado alguna vez en la sede. Bueno, por si lo habíais olvidado.

La libense tendía a hablar con todo el mundo sin tapujos en la sede, aunque más con quienes se cruzaba más a menudo. Aquel día, además, tenía buenos motivos para ser más agradable que nunca. Agarró a Eitne del brazo y lo apartó un momento, pretendiendo que quería enseñarle alguna prenda de ropa.
—¿No estaba dama Isis hablando con estos cuando dijo lo de la publicidad? ¿Y si le preguntas tú a alguno de ellos? Si lo haces tú, Rox no podrá oírte, y Isis no se puede enfadar si no le preguntamos a ella directamente —lo tentó, dándole pequeños codazos para animarlo.

DÉDALO

Su atención fue tomada por Cain mientras iba viendo que más a probar de entre los platillos que habían ido sirviendo los dos sinhadres, notando curiosamente que reconocía algunas de las cosas que andaban sirviendo. Dédalo sonrió hacia el brujo al que hacia realmente muchísimo tiempo que no veía, entre que no parecía salir mucho, al menos antes, y que él no iba cerca del burdel encontrarse se hacía un tanto complicado.

- Si, así es, llevo un tiempo dedicándome a esto, aunque estoy siendo mucho más activo ahora- afirmo Dédalo a las palabras de Cain, realmente el negocio con Dama Isis estaba abriendo mucha otra puerta en otros puntos de la ciudad, dándole más trabajo de lo cual no se quejaba- ¿Piezas exclusivas? No creo que haya problema, aunque tendrás que darme más detalles… -se interrumpió, más que nada porque en ese momento Mephis, la reconocería en cualquiera lado, se acercó a ellos o más concretamente al invocador rubio. Verla cambiar su expresión de dulce, a seria y luego a mirarle a él de forma que no supo descifrar, hizo que el cambiante se sintiera momentáneamente algo incómodo, pero igualmente la saludo con un gesto como había hecho con todos. Habían pasado años desde el encontronazo, pero claramente la otra cambiante no se había olvidado de él. Ahora, que era lo que pensaba al respecto, le era un completo misterio.

- Cuando quieras, solo envíame un mensaje y ya lo vemos- respondió Dédalo, viendo que Mephis ya se lo andaba llevando a algún lado junto con Zedrig, seguramente para mostrarle algún conjunto que hubiese atraído su atención. El cambiante se pasó una mano por el cuello destensando un par de nudos que parecian haberse formado ahí por un instante ante la mirada de Mehis. Ya no se sentía tan incómodo al pensar en acercarse al burdel, pero tal vez ciertas costumbres instintivas eran difíciles de eliminar del todo.

Tomo una de las copas de una mesa cercana para refrescarse la garganta, cuando escucho la voz de Noel dirigiéndose a él, sonrió hacia el draco.

- Soy mercader, o proveedor vaya. Los perfumes y ciertas joyas que hay en esta boutique son cosa mía. – explicó el cambiante sin mucho problema- Así que, si alguna vez necesitáis algo, no dudéis en hablar conmigo…no solo trato con joyas y perfumes. Aunque tampoco me quejaría de volver a encontrarme con ustedes pronto sin que tengan que ser por negocios – añadió Dédalo con una sonrisa entretenida. Había cosas con las que no trabajaba, principalmente con alimentos frescos del día, por ejemplo, porque no tenía mucho sentido habiendo en la propia ciudad puestos dedicados enteramente solo a eso. Estaba solo, abarcaba una amplia gama de productos, gracia a que había muchas cosas que ya tenía almacenada en primer lugar, pero no había forma que pudiera con todo.

No mucho después, vio a Dama Diurna acercándose junto a una joven que no conocía, saludándoles con un gesto a ambas, viendo que ya andaba juntándose con el nada desapercibido grupo de mercenarios de la Brecha. Nunca había tenido mucho contacto con la primera, al contrario de con Noel, Giz o Koval, así que no tenía realmente mucha confianza con ella.

Espero un poco tomando unt rago de su bebida y viendo que la sinahdre se iba por mas comida, pensativo sobre ello. Tenia itneres de habalr con ella y el edeel, peor lo haria en otro momento. Con suerte tendría tiempo de hablar luego un poco ellos, sin que luciera tan ajetreados sin dar abasto.


>>- ¿Y como os van las cosas a vosotros? ¿Alguna novedad o la cosa va como siempre? Todo bien, espero. - pregunto Dedalo pues llevaba bastante tiempo sin encontrarse con Noel o Koval, y ya ni decir de Giz, asi que no tenia muy claro como le irian las cosas en la actualidad.


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PELUSA

La respuesta que le dio Milo a su comentario hizo pensar un poco a la pequeña a spriggan, pero tenía un muy buen punto ahí. El kairos jugaba con ventaja en eso de llegar siempre a la hora.

-Pues…es cierto, no me lo imagino llegando corriendo a todos lados. Bueno, te sales con la tuya porque es buena excusa –respondió Pelusa con cierta diversión, no pudiendo discutírselo, de lo que había visto del irrense era algo bastante serio y tranquilo, no aprecia la menos de las personas que se recorrían media ciudad corriendo.

Pelusa tomo uno de los pequeños sándwiches que traían Milo y Rox con ellos, escuchando la duda del cambiante cuando le menciono sobre lo que quería hacer Eitne. La spriggan asintió ante su murmullo de apuro, entendiéndolo perfectamente.

-Nuestro sueldo no es malo asi que no habría necesidad de eso, siempre podemos comprarlo….yo tambien sentiría mucha vergüenza de pedirle eso, asique mejor comprarlo, que ahora ya no tenemos que estar ahorrando para los implantes- asintió Pelusa con un evidente alivio, porque ella realmente creía que se habría estado aprovechando de algo semejante. Prefería pagar por las cosas cuando poseia, ¿sino, para que el dinero sino era para comprar cosas con él? ¿Para acumularlo sin un fin? No le veía mucho sentido.

El acercamiento de Varsai y la chica de piel rojiza y el chico grandote que ya había visto docenas de veces en la Sede.

Pelusa se mantuvo callada observándolo con atención mientras escuchaba a sus amigos presentarse, sin decir nada en un primer lugar, lo cual no era nada extraño para sus amigos. La niña tendía a volverse más impersonal con el circulo exterior a sus amistades o los que consideraba de confianza al menos. No era de actitudes groseras sino lo eran con ella o ese mismo círculo cercano, pero se hacía evidente para lo que las conocía que su expresión tomaba un punto de inexpresividad incluso mayor, volviéndose más seria, tranquila y hermética. No es algo que hiciera intencional, era un reflejo. Abrirse con la gente y confiar en ella no era algo que se le hiciera fácil, había gente con la que le costaba menos que con otras, pero influenciaba mucho cuanto hubiera interactuado con ellos. Y como fuese esa interacción y con los recién llegados no había tenido mucho de eso. Varsai era más cercana a Adru, por ejemplo.

- Mi nombre es Dama Pelusa, encantada – respondió la niña con voz suave, tranquila y sin ninguna emoción en específica, pero siendo igualmente educada- Gracias por el halago ha sido un trabajo conjunto, sin Dama Isis dándonos indicaciones precisas de como quería las cosas, si habría sido caótico. Yo ya era costurera antes de venir aquí, se coser y tejer, pero no a tal nivel. – admitió con tranquilidad levantando un poco vista hacia Rox cuando este se quitó parte del mérito y la spriggan negó ligeramente con la cabeza antes de mirar de nuevo al pequeño grupo de tres, que se les había acercado mostrando bastante interés por la ropa deportiva que había expuesta por esa zona, y especialmente por las deportivas las cuales Rox mismo llevaba unas

- A mí me gusta ir cómoda, vestidos o petos, con zapatos o deportivas….aunque se ve todo diminuto en comparación- dijo colocando uno de sus pies en zapatito blanco, junto al de Rox, y Rena que andaba cerca suya su pie era como un tercio el de ellos, aproximadamente.- ¿Qué edad humana parecía tener? ¿5 años eran?- pregunto dubitativa hacia Rox porque algo así había salido a colación alguna vez en el pasado, como algo vago, ya que su edad física con su edad mental habían resultados desconcertantes en un inicio, al no concordar. física había resultado medio desconcertante en un inicio

>>-¿Hay algo más que haya llamado vuestra atención o que echéis en falta?- pregunta la niña con ojos escrutadores, no le vendría mal saber esas cosas no. Seguramente a Dama Isis saber qué cosas esperaban encontrar la gente que iba a la boutique le vendría bien al final para ir con el tiempo expandiéndolo. Aunque no es como si faltase variedad precisamente.

Adrune

Adru se rio con las bromas de Milo acerca de su jefe señalándole con un dedo como queriendo decir “ya lo pillo, por lo del tiempo y el teletransporte”.
—¡Sí, sí! Tenemos que ir al restaurante de Eara y Ayne —aplaudió la sugerencia de Neil con entusiasmo y lo hizo por partida doble con la respuesta de Rena.

Dejó que los más mayores se encargasen de las dudas de los pequeños acerca de la publicidad. Entendió perfectamente por qué no querían que lo hicieran, pero se abstuvo de opinar sobre algo que no tenía ni idea.

Absorta como había estado en la comida había pasado por alto a Zarpa, pero se acercó a ella y sus amigos en cuanto escuchó la voz en su cabeza.
—¡Hola! Yo soy Adru, el gamusino —se señaló con el pulgar y después se estiró con orgullo al lado del cambiante y la spriggan cuando la chica llamada Ruth alabó su trabajo.

>>Yo no entiendo mucho de ropa, pero ya le pediré a Rox que me recomiende algo para hacer deporte a mí también. Pero no me gusta ponerme nada en los pies —añadió a la conversación sobre calzado que estaban teniendo levantando primero uno y luego otro de sus pies descalzos con una sonrisa.

Rio debido a las tonterías en la subida de Rox y Milo aunque empezó a abrumarse un poco con tanta gente alrededor. Entendía por qué Maher se había negado a ir. Nunca le habían gustado demasiado las multitudes a él tampoco y últimamente menos.

Se acercó a Zarpa y a sus amigos y saludó con un gesto de cabeza. -Yo suelo usar botas y gabardinas toscas con runas debido a donde me tengo que meter por la ciudad pero le estoy cogiendo el gusto a esto. -Dijo señalando a su look elegante de zapatos y camisa. -Quizás he pasado demasiado tiempo trabajando por aquí. -Bromeó ligeramente. Le había pedido consejos a Isis para vestir dado que había visto el desagrado hacia sus camisas de tirantes varias veces. -De todas maneras si os gusta cualquier mueble de por aquí no dudéis en consultar. Tenemos una buena cantidad de muebles ya en el almacén que podéis venir a ver y aceptamos pedidos de todo tipo. -Había sacado la vena comercial. Después de todo, aquella fiesta también era en parte trabajo para él.

-Soy Arcan Rel por cierto. Me suena haberos visto por el torreón pero creo que nunca nos hemos presentado. -Dijo con tono calmado y una muy suave sonrisa relajada.

Se giró para los niños esta vez y habló en voz alta sin más.

-Pedidme a mí también si queréis algo. No hace falta llamar a Isis, estará muy ocupada hoy.

Kimbra

Kimbra agradeció que fuera Jace quien le presentara a Vivia y más aún porque lo hizo con su nombre rocavarancolés. La engendro no tenía problemas en que la llamaran con cualquiera de sus dos nombres, pero le parecía una manera adecuada de separar las personas con las que tenía confianza de los conocidos o tratos de negocios a través de los nombres.

La demonio no tenía mucho interés por lo que hablaban sus amigos, ya que, aunque conocía el Burdel por palabras de dama Diurna, de los que allí vivían solo conocía a Vacuum y únicamente de la merienda en el Cuchitril. Kimbra consideraba que no tenía nada que decir sobre personas que no conocía y su negocio en el que nunca había estado, por lo que no tuvo ningún problema en que Rasqa iniciara otra conversación paralela con ella.

-¿Crees que sería adecuado? -preguntó interesada-. No suele agradarle que le cubra el pelaje porque le molesta a la hora de que su pelo se erice en púas e incluso puede llegar a limitarle el movimiento, pero tu pajarita no parece cubrir demasiado ni ser una molestia y supongo que sería la prenda más conveniente -reflexionó en voz alta sobre la sugerencia del parqio-. Lo único es que no creo ser capaz de hacer la elección correcta. ¿Podrías ayudarme?


Irenneil

Neil feliz de tener los carrillos llenos de buena comida, no se había percatado de que Devoss, Ruth y Varsai se habían acercado a saludar y disimuló mientras masticaba y tragaba aprovechando que todos se estaban presentando antes de adecentarse sacudiéndose las miguitas que hubieran podido caerle.

-Yo soy Neil, brujo de la cera -se presentó añadiendo su transformación como había hecho su edeel.

No añadió nada más porque él no sabía mucho de ropa fuera de sus jerséis calentitos con capucha y su bufanda y por lo que tenía entendido no es que fuera la última moda.

De haber podido Jace habría esbozado una sonrisa tras la respuesta de Rasqa sobre las neuronas, pero se tendría que contentar con una risa entredientes. Y eso que no tenía.

«Bueno bueno» dijo en tono escéptico a pesar de haber recibido un codazo del berserker. «Un poco pardillo sí que eres» continuó en exclusiva para él. Luego apoyó el brazo dificultosamente -por eso de ser igual de altos- sobre el hombro de su amigo. «Espero que tengáis las camas aseguradas, por si reventase alguna.»

Sabía que no tenía que cortar su humor con la idrina, pero aunque tuviera todas las confianzas con Sekk y le encantase chincharle no seguiría cebándose con el pobre. Le dio unas palmaditas en la espalda a modo de "ea ea" antes devolver su atención a Vivia.

«Es verdad, los espectáculos. Tengo ganas de ver alguno» no lo diría con tanta soltura de no ser porque su novia también estaba interesada. De la revista algo sabía; por lo que le había chivado Isis iba a ser tipo Playboy. En realidad conocer en persona a Vivia haría que verla con poca ropa fuera algo... raro, incluso invasivo para él, y es que a pesar de salir con una frivy todavía tenía niveles de vergüenza humana. Dio una última calada a su cigarrillo antes de tirarlo al suelo y apagarlo de un pisotón, mientras pasaba a oir de qué se conocían ella e Irianna.

«Aaaaah, coño, tu colega el músico, ¡ya! Joder, se me olvida que trabaja en el burdel. Si al final te vas a conocer tú el sitio mejor que yo» rio.
Seguía tenso con Samika, así que dejó espacio a que ella hablara. Mientras, se arregló la chaqueta del traje y sacó el cajetín de tabaco del bolsillo solo para ofrecerle uno a Sekk. Este no tardó en rechazárselo.
«¿Cómo que ya no fumas? ¿Qué te falta tío, hacerte vegano?» en lugar de guardarlos se dirigió a Rasqa con la misma oferta «¡Ey! Sekk está fuera del equipo humo, ¿tú quieres uno?»

Después necesitaría quitarse el olor de encima, pero para eso o pedía hechizo o se apartaba y se limpiaba él solo.

Los nuevos parecían majos, a Eitne le hizo el doble de ilusión conocerles y alimentó la necesidad de caerles bien. El niño les hizo un gesto con las manos y les habló a todos a la vez.

—Yo soy una bestia del crepúsculo y me llamo Eitne, ¡encantado! —les saludó. Sonrió también a Milo cuando le devolvió el saludo irrense y soltó una carcajada cuando le habló con la boca llena—. Tienes que comer para no quedarte flacucho —le dijo todavía con una sonrisa, utilizando el mismo tono que utilizaba su abuela con él.

Por desgracia, no todo era positivo, Rox respondió a Pelusa y les aclaró las dudas sobre las publicidades y por lo visto no parecía buena idea. Al niño se le reflejó la tristeza en la clara como si fuera un libro abierto, pero logró asentir a pesar de la decepción que sentía. Le daba pena rendirse tan rápido, pero no quería que los mayores se gastaran más dinero en él tampoco. Por suerte, Nime lo apartó del grupo y le devolvió la esperanza de que salieran del local con ropa gratis. Los codazos fueron el detonante de lo siguiente que haría:

—Ruth, ¿te puedo preguntar una cosa? —Eitne le habló a ella en exclusiva entre cascabeles, porque Devoss le resultaba intimidante y con Varsai todavía no se sentía seguro—. Antes hemos oído que Dama Isis os deja hacerle publicidades, ¿qué hay que hacer para que nos deje a nosotros? —le indicó con la mirada que se refería a él y Nime, aunque también podrían llevarle algo a Guille…— Seríamos muy buenos publicitaderos, ¿a que sí?

Vivia:

Vaya, parecía que el chicarrón rubio no había picado el anzuelo. Pero tampoco se había puesto hecho un flan, lo cual era interesante.

-¿Eeeeeeeeh? ¿Nerviosa por qué, ni que estuviera proponiendo nada indecente? -dijo con fingido tono de indignación y rematando sus palabras con una sonrisa ladina. - Y nuestras camas son bien resistentes, pero tampoco tiene que haber una -le respondió a Jace guiñando un ojo en su dirección y la de Sekk.

Se podía ver a simple vista que Isis era la que vestía a la Evaki, ¿aunque tal vez comentarlo podría resultar insensible? Su siguiente apreciación le hizo reír:

-¿Cómo íbamos a trabajar en un burdel si no fuésemos atractivas? -respondió -Y sí, los espectáculos llevan en funcionamiento ya un tiempo. Para la revista aun queda, dependemos de los contactos de dama Isis y debe estar ocupada con el inicio de su negocio.

Que Irianna aceptase su invitación le sacó una gran sonrisa.

-Tú nunca serías una molestia. Puedes venir cuando quieras y traer a cualquiera de tus amigos, son todos un encanto -respondió -Y me encantaría ir a Serpentaria ¡Nunca la he visto por dentro! ¿Es verdad que los muebles están hechizados? He oído alguna que otra anécdota.

Ruth permanecería inmóvil entre la seguridad de los dos licántropos y se dedicaría a asentir y sonreír de vez en cuando, no le incomodaba la presencia de aquel grupo dispar en sí, si no más bien el hecho de que ya existieran personas que habían sobrevivido a la Luna Roja tras ella. ¿Cómo lo habían hecho los niños, por ejemplo?. Supuso que gracias a la ayuda de los más mayores. A veces se preguntaba cuándo las secuelas de su cosecha dejarían de acosarla para que disfrutara de pequeños encuentros como ese.

Entonces le habló el niño agradable de la pierna metálica, Ruth miró un instante a los lados para ver si no era a otro a quien le estaba preguntando la duda. De los tres, ella consideraba mucho más cálidos a Varsai y a Devoss para tratar con niños pero respondió igualmente, también a Nime ya que el daeliciano la había incluido con la mirada.
—Pues... no niego que podríais hacerle buena publicidad —le concedió con una sonrisa de dientes negros, la voz del niño le transmitía buenas sensaciones como para no hacerle un cumplido rápido, además de provocar que le costara un pelín más quitarles la idea de la cabeza—pero probablemente fue porque nos conocemos de hace un tiempo... lo siento —diría encogiéndose algo de hombros, luego le habló a la niña de manera torpe, esperaba no haber sonado muy borde pero ella no era nadie para darles alas. No conocía demasiado a Dama Isis, pero había trabajado mucho y la israelita pensaba que pocas cosas debían importunarla ahora— yo … también soy una demonio como tú, aunque de fuego.

Rasqa no prestó mucha atención a la conversación con Vivia porque no tenía mucho interés en cosas del prostíbulo (salvo por una concreta que tenía que ver con un tigre, pero eso era para otro momento). Le agradó, no obstante, ver que Kimbra se animaba ante la idea de comprarle algo a Amarok. El moloch sacudió la cola animado y soltó una carcajada ronca.

—Claro que sí, seguro que encontramos el complemento perfecto para él.

No era una broma, Rasqa no sabía muy bien qué hacer dentro de la boutique, pero sí sabía que quería comprar algo como símbolo de concordia para con la veela. No había pasado nada con ella, pero el aura de la frivy le incomodaba mucho y le costaba un poco más relajarse a su alrededor. Como a él la ropa no le hacía tilín y no quería comprar por comprar, el moloch estaba seguro de que comprarle algo a Amarok era una buena decisión.

La oferta de tabaco le hizo enarcar la ceja en una expresión divertida.

—Cada vez somos menos, pero quedamos los mejores —le dijo al dullahan, antes de asentir a su oferta—. ¿Me lo fumo y le buscamos el accesorio correcto a Amarok? —preguntó en general, para quien quisiera entrar a echar un ojo, y en particular para la hija de las lunas.

El moloch se alzó sobre sus patas traseras y utilizó una de las delanteras para coger el cigarro. Lo sujetó de forma tosca con sus garras, casi pinchándolo con las uñas; prendió fuego brevemente a sus púas y acercó el cigarro a una de sus alas para encenderlo. Deshizo el fuego inmediatamente y le dio una calada al cigarro solo para sentirse ligeramente decepcionado. Al contrario que muchos fumadores primerizos, él no tosió en absoluto. De hecho, era poco humo para él; muy poco. Y le faltaba algo esencial. Pero, al contrario que el humo de sus víctimas, este podía disfrutarlo en compañía y eso también tenía una parte buena.

—¿Por qué no te los fumas de dos en dos? —preguntó seriamente.

Se dejó el cigarro atrapado entre dos colmillos y jugueteó con él. Utilizaba la lengua desde dentro para agitarlo hacia arriba y abajo sin que se cayera, sacudiendo los montones de ceniza que quedaban colgando conforme se consumía. Una mezcla de humos se le escapaba por el resto de huecos de su dentadura, una parte del tabaco y otra parte del que había generado su propio cuerpo al encender las púas brevemente.

Debido a su naturaleza ahumada, el olor no le importunaba, pero si se le pedía borrarlo lo haría sin problemas.

El licántropo se rio con el comentario de Rena sobre que todos estaban a dos velas como ellos. Razón no le faltaba desde luego y por ahora solo podía permitirse echar un ojo a lo que le gustaba para un futuro.

-Supongo que llevo todavía  en mi interior algunas cosas de mi vida en mi mundo, como ser el tonto de las deportivas-. Comentó divertido.- De todas maneras tienes razón en que no tengo ni un puto duro todavía, habrá que buscar algún trabajo para vacilar de ese logo de Isis.- Le dijo a la ursántropa con una sonrisa.

El holandés escuchó las palabras del resto del grupo. Parecían bastante majos y se alegraba bastante de ello, no le hubiera importado tener a alguno de ellos como compañero en vez de Roaxen o Sigrún.

-Oh, pues yo soy un licántropo tigre.- Contestó llevándose una mano al pecho, sonriendo y mirando a los que se habían presentado con su transformación. No acostumbraba a decir su naturaleza al presentarse, aunque sabía que muchos lo hacían. Sin embargo le había hecho gracia y le había pillado desprevenido que algunos lo hubieran hecho y quiso seguirles el rollo. La verdad era que conocía la naturaleza de todos los de aquel grupo y no podía evitar preguntarse qué serían. Al fin y al cabo no se había interesado mucho en las transformaciones de la ciudad más allá de las de sus compañeros de cosecha y del resto no sabía tantas como querría en aquellos instantes.

Luego escuchó con atención el resto de la conversación preguntándose la verdadera edad de Dama Pelusa, ya que había dicho que aparentaba cinco años terrestres, o por los lugares en los que se metía Arcan Rel, y de paso agradeciendo su interés de ayudarles con los muebles de la boutique.

-Yo con vestir cómodo me conformo, ni de coña me pondría los vaqueros que llevo ahora pero supongo que no siempre se abre un sitio como este en la ciudad. Y aún me falta por verlo todo, pero no creo que acabe echando nada en falta, Dama Pelusa. Se ve bastante chulo todo.- Dijo asintiendo con la cabeza.

El licántropo frunció el ceño confundido cuando la demonio de fuego empezó a hablarle sobre la publicidad a Eitne. ¿En qué momento le había preguntado el daeliciano sobre ese tema a su amiga? Para él era como si Ruth hubiera empezado a hablar de eso sin venir a cuento, y sospechaba que se debía a la naturaleza del niño. Porque dudaba que no se hubiera enterado.

- A parte de los que trabajáis con Dama Isis, ¿el resto también la conocéis o es la primera vez? Preguntó curioso al escuchar la opinión de la israelita de que la frivy les había ofrecido que hicieran publicidad de su negocio por ser caras conocidas.