Torre Doce
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Isma
Rocavarancolia Rol
12 participantes
- Rocavarancolia Rol
Torre Doce
10/03/19, 06:50 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Biblioteca erigida en memoria del demiurgo Doce Punto, antiguo Custodio de Altabajatorre. Cuenta con cinco plantas que culminan en una cúpula y es más estrecho que los refugios. El último piso es casi el doble de alto que el resto y también tiene un sótano. Está construída con granito gris y los marcos de las puertas y ventanas, así como los alfeizares se encuentran adormados con motivos sencillos. Dos columnas jónicas franquean cada lado del portón principal, hecho de madera de roble y decorado con tallas de estrellas y la Luna Roja. Un hechizo impide la entrada a los cosechados, que no podrían atravesar la puerta aunque esta estuviese abierta.
El interior cuenta con el suelo de granito negro pulido y una escalera de caracol de madera en el centro para acceder al resto de plantas. Las columnas del interior también son de orden jónico. Las tres primeras plantas están repletas de estanterías correderas.
En el sótano, al que se accede también por la escalera principal se encuentra un laboratorio alquímico dividido en dos salas. Una de ellas cuenta con material para realizar experimentos y algunos ingredientes básicos, y la otra contiene estanterías llenas de libros especializados en alquimia y lo reacionado con ella.
La primera planta contiene la sección de bestiarios de transformaciones y grimorios de hechizos básicos. Un pergamino cerca de la puerta, sobre un mostrador, explica el contenido de cada planta del edificio.
La segunda planta alberga una gran cantidad de grimorios más avanzados y especializados, entre los que también se encuentran estudios más en profundidad sobre diversos dominios.
La tercera planta contiene la sección dedicada a las runas. Además de los libros hay un apartado con ejemplos de circuitos usuales.
En la cuarta planta se pueden encontrar toda clase de cargadores y amuletos mágicos, entre los que destacan los logománticos que permitirían leer libros en distintos idiomas. También hay una larga hilera de espejos delante de los que se pueden practicar la gestualización de los hechizos y el reflejo devuelve inmediatamente después una reproducción de cuál es la gestualización exacta para poder corregir errores más fácilmente. Frente a cada espejo también hay un dispositivo rúnico que, si se activa, graba el hechizo oral que se quiera practicar y lo reproduce con la pronunciación exacta. Están programados para reconocer una buena cantidad de hechizos comunes. Además, esta planta cuenta con portales de comunicación con la Torre Serpentaria y la Sede de los Taumaturgos.
La última planta es una sala de estudio con numerosas mesas redondas y sillas con mullidos cojines de diferentes tamaños y formas. También se puede encontrar en ella material de escritura y candiles por si se requiere más luz para leer.
La cúpula sobre la sala de estudio muestra una reproducción del cielo nocturno de la ciudad durante la salida de la Luna Roja, con el astro rojo presidiéndola y el resto salpicada de estrellas. La luz rojiza y blanca que proyecta la cúpula no interfiere con la luz natural o la de las lámparas de las paredes al encontrarse a mayor altura.
Los libros se pueden pedir prestados y sacar del edificio, pero el resto del material no. Para sacar un libro hay que colocarlo sobre un circuito rúnico que se encuentra sobre el mostrador de la primera planta, junto a la puerta y el plazo para devolverlos es de dos semanas. Cualquier libro que no se coloque sobre el circuito rúnico volverá solo a las estanterías cuando se intente abandonar la torre y una vez pasado el plazo el volumen se transportará solo de vuelta al edificio si aún no ha sido devuelto.
El interior cuenta con el suelo de granito negro pulido y una escalera de caracol de madera en el centro para acceder al resto de plantas. Las columnas del interior también son de orden jónico. Las tres primeras plantas están repletas de estanterías correderas.
En el sótano, al que se accede también por la escalera principal se encuentra un laboratorio alquímico dividido en dos salas. Una de ellas cuenta con material para realizar experimentos y algunos ingredientes básicos, y la otra contiene estanterías llenas de libros especializados en alquimia y lo reacionado con ella.
La primera planta contiene la sección de bestiarios de transformaciones y grimorios de hechizos básicos. Un pergamino cerca de la puerta, sobre un mostrador, explica el contenido de cada planta del edificio.
La segunda planta alberga una gran cantidad de grimorios más avanzados y especializados, entre los que también se encuentran estudios más en profundidad sobre diversos dominios.
La tercera planta contiene la sección dedicada a las runas. Además de los libros hay un apartado con ejemplos de circuitos usuales.
En la cuarta planta se pueden encontrar toda clase de cargadores y amuletos mágicos, entre los que destacan los logománticos que permitirían leer libros en distintos idiomas. También hay una larga hilera de espejos delante de los que se pueden practicar la gestualización de los hechizos y el reflejo devuelve inmediatamente después una reproducción de cuál es la gestualización exacta para poder corregir errores más fácilmente. Frente a cada espejo también hay un dispositivo rúnico que, si se activa, graba el hechizo oral que se quiera practicar y lo reproduce con la pronunciación exacta. Están programados para reconocer una buena cantidad de hechizos comunes. Además, esta planta cuenta con portales de comunicación con la Torre Serpentaria y la Sede de los Taumaturgos.
La última planta es una sala de estudio con numerosas mesas redondas y sillas con mullidos cojines de diferentes tamaños y formas. También se puede encontrar en ella material de escritura y candiles por si se requiere más luz para leer.
La cúpula sobre la sala de estudio muestra una reproducción del cielo nocturno de la ciudad durante la salida de la Luna Roja, con el astro rojo presidiéndola y el resto salpicada de estrellas. La luz rojiza y blanca que proyecta la cúpula no interfiere con la luz natural o la de las lámparas de las paredes al encontrarse a mayor altura.
Los libros se pueden pedir prestados y sacar del edificio, pero el resto del material no. Para sacar un libro hay que colocarlo sobre un circuito rúnico que se encuentra sobre el mostrador de la primera planta, junto a la puerta y el plazo para devolverlos es de dos semanas. Cualquier libro que no se coloque sobre el circuito rúnico volverá solo a las estanterías cuando se intente abandonar la torre y una vez pasado el plazo el volumen se transportará solo de vuelta al edificio si aún no ha sido devuelto.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Torre Doce
05/09/23, 07:35 pm
El lenguaraz se pasaría el resto de la lección probando uno u otro hechizo, maravillándose una y otra vez, y perdiéndose constantemente en la teoría detrás de las instrucciones que debían seguir, el funcionamiento de las indicaciones verbales y los gestos que acompañaban a los salmos. ¿Y si cambiaba la entonación? ¿O un sonido final, o intermedio? ¿Y si modificaba los movimientos de sus manos? ¿Y si añadía cláusulas de otros hechizos, como rellenar un puzzle reciclando piezas de otros? ¿O si empleaba más de un idioma para recitar los hechizos? El campo de posibilidades era infinito y debía estudiarlo a fondo. Pero se iría feliz de la clase. Había aprendido un montón, había descubierto detalles de anatomía de su propio cuerpo y del de los demás (y seguiría investigando), se llevaría copias de algunos de los hechizos a casa (al dormitorio de Serpentaria) y para colmo Giz le había ofrecido tratar más a fondo el asunto de recuperar su ojo perdido.
Eso daba pie a otro tema, y era el de empezar a buscarse un empleo. Ya se sentía en deuda con Enigma por su labor de detective y si quería contratar los servicios del genemante no sabía cómo hacerlo. Le daría unas vueltas cuando llegara a Serpentaria. En cuanto empezaran a recoger y despedirse, haría lo mismo, después de agradecerles las explicaciones y toda la ayuda a los tres veteranos.
Eso daba pie a otro tema, y era el de empezar a buscarse un empleo. Ya se sentía en deuda con Enigma por su labor de detective y si quería contratar los servicios del genemante no sabía cómo hacerlo. Le daría unas vueltas cuando llegara a Serpentaria. En cuanto empezaran a recoger y despedirse, haría lo mismo, después de agradecerles las explicaciones y toda la ayuda a los tres veteranos.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Re: Torre Doce
09/09/23, 12:11 pm
Maila observó cómo Fleur hacía el hechizo con atención. Mientras la francesa iba progresando la hawaiana iría ensayando los gestos para cuando le llegara el momento de probar. Sabía que lo que estaban haciendo allí era importante y les podía salvar la vida, pero a parte de eso Maila no veía por qué no podrían pasárselo bien mientras tanto. Como no pudo evitar sonreír divertida con el pulgar hacia arriba de Ulmara o su risa anterior.
-Oye, lo has hecho genial.- Halagaría a Fleur tras su intento. Después escuchó sonriente la propuesta de Noel sobre las clases de vuelo. No es que a ella le hicieran mucha falta, o eso pensaba, pero se lo agradeció igualmente. Aquel mentor tan gigantesco y alado había sido muy amable con ellas, al igual que Giz y Koval, quien ofreció mas clases de medicina aunque con cadáveres de por medio ya que resultaba ser un nigromante. Maila rechazaria por el momento aquella petición. Por otro lado lellamó la atención de Noel su mención a su hermano, el cuál parecía tener una transformación distinta, pero tenían en común poder surcar los cielos con sus alas.
La clase continuaría, con Maila por su parte aprendiendo un poco más cada vez sobre aquellos hechizos y pasándoselo bien. En un principio había estado más centrada en controlar su dominio y en hechizos localizadores que en formas mágicas de sanar heridas. Pero luego de aquella clase sin duda practicaría un poco más aquello, e intentaría profundizar en otra ramas de la magia.
-Oye, lo has hecho genial.- Halagaría a Fleur tras su intento. Después escuchó sonriente la propuesta de Noel sobre las clases de vuelo. No es que a ella le hicieran mucha falta, o eso pensaba, pero se lo agradeció igualmente. Aquel mentor tan gigantesco y alado había sido muy amable con ellas, al igual que Giz y Koval, quien ofreció mas clases de medicina aunque con cadáveres de por medio ya que resultaba ser un nigromante. Maila rechazaria por el momento aquella petición. Por otro lado lellamó la atención de Noel su mención a su hermano, el cuál parecía tener una transformación distinta, pero tenían en común poder surcar los cielos con sus alas.
La clase continuaría, con Maila por su parte aprendiendo un poco más cada vez sobre aquellos hechizos y pasándoselo bien. En un principio había estado más centrada en controlar su dominio y en hechizos localizadores que en formas mágicas de sanar heridas. Pero luego de aquella clase sin duda practicaría un poco más aquello, e intentaría profundizar en otra ramas de la magia.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Torre Doce
14/09/23, 12:49 pm
Los halagos de Maila consiguieron que la siwani se pusiera un poco más nerviosa, pero la broma de Ulmara refiriéndose a ambas como "Pollos" terminó por hacer que se relajara para cuando Noel terminó de confirmarle que, efectivamente, lo que creía haber hecho mal en realidad formaba parte del propio hechizo para no pasarse de rosca.
—Gracias, chicas —dijo en dirección a las dos brujas, ocultando una risa suave bajo la palma de su mano. No sabía por qué se cortaba delante de su profesor en realidad, ya que este parecía bastante amigable en cuanto a mantener un tono informal en las clases—. Si por tener cuatro plumas soy un pollo entonces vaya gallinero somos todos —bromeó, refiriéndose claramente a personas como Amira, Lethe, Adam, Noel o ella misma.
Casi todos compartían ciertos rasgos y el propio sueco se lo hizo saber ofreciéndoles clase de vuelos a los que lo necesitaran. Fleur aceptó encantada, necesitaba dejar de destrozarse las cotillas contra las fachadas de los edificios y aprender a volar como cisne en condiciones.
Por ello la joven abandonó el lugar con una sonrisa en los labios, estaba muy agradecida de las explicaciones dadas sobre los hechizos. La magia curativa era una de las ramas que más llamaba su atención y se la vería estudiándola durante las semanas siguientes con verdadero esfuerzo. Además, la promesa de poder volver a encontrarse con gente veterana de la ciudad que le resultaba agradable era nueva y reconfortante.
No iba a confiarse con Rocavarancolia. Pero ahora las riendas las llevaba ella. Sí o sí.
—Gracias, chicas —dijo en dirección a las dos brujas, ocultando una risa suave bajo la palma de su mano. No sabía por qué se cortaba delante de su profesor en realidad, ya que este parecía bastante amigable en cuanto a mantener un tono informal en las clases—. Si por tener cuatro plumas soy un pollo entonces vaya gallinero somos todos —bromeó, refiriéndose claramente a personas como Amira, Lethe, Adam, Noel o ella misma.
Casi todos compartían ciertos rasgos y el propio sueco se lo hizo saber ofreciéndoles clase de vuelos a los que lo necesitaran. Fleur aceptó encantada, necesitaba dejar de destrozarse las cotillas contra las fachadas de los edificios y aprender a volar como cisne en condiciones.
Por ello la joven abandonó el lugar con una sonrisa en los labios, estaba muy agradecida de las explicaciones dadas sobre los hechizos. La magia curativa era una de las ramas que más llamaba su atención y se la vería estudiándola durante las semanas siguientes con verdadero esfuerzo. Además, la promesa de poder volver a encontrarse con gente veterana de la ciudad que le resultaba agradable era nueva y reconfortante.
No iba a confiarse con Rocavarancolia. Pero ahora las riendas las llevaba ella. Sí o sí.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torre Doce
25/02/24, 09:39 pm
Noel
Tras ponerse de acuerdo con su hermano, habían decidido dejar un cartel en la nueva biblioteca para que pudieran apuntarse los que quisieran a la clase de vuelo que les había prometido a los neotransformados. Con la versatilidad de alas que podía haber entre ellos, que Vac también se hubiese ofrecido a ayudar era más que bienvenido, pues las alas de insecto eran bastante diferentes que las de plumas o las membranosas. Al cabo de unos días, parecían haber suscitado el interés de algunas personas, por lo que se acordó una fecha y hora para encontrarse en la planta superior del edificio, a la que los habitantes de los refugios accedían directamente desde los mismos.
Draco y hado infernal ya se encontraban allí unos minutos antes de la hora, esperando a que apareciesen los que iban a ser sus alumnos.
—Hace bastante que no enseño a nadie a volar —le comentaba a su hermano apoyado sobre una pared cerca de los portales—. Hace años que parece que nunca hay tiempo para actividades pacíficas como esta —bufó conteniendo una risa irónica—. Desde que nos ayudaste a nosotros… ¿habías vuelto a ser maestro de vuelo en alguna ocasión?
Noel no lo recordaba, y sabía que el hado se había encerrado en sí mismo durante diversos periodos. Era una buena señal sin duda que hubiese decidido acompañarle en aquella ocasión. Además, aunque era cierto que enseñar a volar nunca le desagradaba, prefería no estar solo junto a personas que no conocía del todo bien. La sensación de estar fuera de lugar había ido aumentado con el paso del tiempo, aunque al menos con los que llevaban poco en la ciudad estaba la ventaja de que no habían oído hablar de los mercenarios de la Brecha ni probablemente ningún rumor extraño.
Lethe
Le sorprendió que al final, tras saber que varios de sus amigos habían mostrado interés en su momento, solo se estuviese dirigiendo aquel día a la Torre Doce junto a Kradko. Sabía que ninguno estaba bien después de todo lo sucedido y que probablemente era lo que les había hecho echarse atrás. Era más evidente en algunos que en otros, pero para la enderth por lo menos aquella era una oportunidad de dejar de pensar un poco en el asunto y la frustración que le producía tanto lo sucedido como no saber ser de ayuda. Además, necesitaba aprender a volar cuanto antes y lo mejor posible. Lo máximo que había hecho por su cuenta habían sido intentos por mejorar su planeo, ya que al menos partía con esa ventaja.
Atravesó el portal junto a la clinger y enseguida vio a su cosechador y al que suponía que era el hermano del que les había hablado durante la clase de magia curativa. Desconocía su transformación, pero parecía alguna clase de insecto gigante, aunque claramente no era un clinger. Tenía que ser un humano, de todas formas, si ambos eran hermanos. ¿Por qué la mayoría de humanos eran tan enormes y con transformaciones intimidantes?
—Buenos días —saludó acercándose sin separarse de la lepäni—. Soy Lethe —añadió para el que todavía no conocía—. De nuestro grupo solo asistiremos nosotras dos —aclaró sin dar más explicaciones.
Era probable que el draco de estínfalo, al menos, se hiciese una idea de por qué podía ser y no hiciese más preguntas al respecto. Desde luego no tenía ningunas ganas de contestarlas.
Tras ponerse de acuerdo con su hermano, habían decidido dejar un cartel en la nueva biblioteca para que pudieran apuntarse los que quisieran a la clase de vuelo que les había prometido a los neotransformados. Con la versatilidad de alas que podía haber entre ellos, que Vac también se hubiese ofrecido a ayudar era más que bienvenido, pues las alas de insecto eran bastante diferentes que las de plumas o las membranosas. Al cabo de unos días, parecían haber suscitado el interés de algunas personas, por lo que se acordó una fecha y hora para encontrarse en la planta superior del edificio, a la que los habitantes de los refugios accedían directamente desde los mismos.
Draco y hado infernal ya se encontraban allí unos minutos antes de la hora, esperando a que apareciesen los que iban a ser sus alumnos.
—Hace bastante que no enseño a nadie a volar —le comentaba a su hermano apoyado sobre una pared cerca de los portales—. Hace años que parece que nunca hay tiempo para actividades pacíficas como esta —bufó conteniendo una risa irónica—. Desde que nos ayudaste a nosotros… ¿habías vuelto a ser maestro de vuelo en alguna ocasión?
Noel no lo recordaba, y sabía que el hado se había encerrado en sí mismo durante diversos periodos. Era una buena señal sin duda que hubiese decidido acompañarle en aquella ocasión. Además, aunque era cierto que enseñar a volar nunca le desagradaba, prefería no estar solo junto a personas que no conocía del todo bien. La sensación de estar fuera de lugar había ido aumentado con el paso del tiempo, aunque al menos con los que llevaban poco en la ciudad estaba la ventaja de que no habían oído hablar de los mercenarios de la Brecha ni probablemente ningún rumor extraño.
Lethe
Le sorprendió que al final, tras saber que varios de sus amigos habían mostrado interés en su momento, solo se estuviese dirigiendo aquel día a la Torre Doce junto a Kradko. Sabía que ninguno estaba bien después de todo lo sucedido y que probablemente era lo que les había hecho echarse atrás. Era más evidente en algunos que en otros, pero para la enderth por lo menos aquella era una oportunidad de dejar de pensar un poco en el asunto y la frustración que le producía tanto lo sucedido como no saber ser de ayuda. Además, necesitaba aprender a volar cuanto antes y lo mejor posible. Lo máximo que había hecho por su cuenta habían sido intentos por mejorar su planeo, ya que al menos partía con esa ventaja.
Atravesó el portal junto a la clinger y enseguida vio a su cosechador y al que suponía que era el hermano del que les había hablado durante la clase de magia curativa. Desconocía su transformación, pero parecía alguna clase de insecto gigante, aunque claramente no era un clinger. Tenía que ser un humano, de todas formas, si ambos eran hermanos. ¿Por qué la mayoría de humanos eran tan enormes y con transformaciones intimidantes?
—Buenos días —saludó acercándose sin separarse de la lepäni—. Soy Lethe —añadió para el que todavía no conocía—. De nuestro grupo solo asistiremos nosotras dos —aclaró sin dar más explicaciones.
Era probable que el draco de estínfalo, al menos, se hiciese una idea de por qué podía ser y no hiciese más preguntas al respecto. Desde luego no tenía ningunas ganas de contestarlas.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Torre Doce
26/02/24, 09:04 pm
A falta de unos minutos de la hora a la que habían acordado reunirse con los alumnos interesados, Noel y Vac ya se encontraban en lo alto de la torre Doce esperando. El hado observaba las volutas que rodeaban los portales con expresión ensimismada, completamente perdido en sus pensamientos, pero la voz de su hermano le devolvió a la realidad y le recordó que no estaba precisamente sólo en aquellos momentos.
—Que va, supongo que habré dado algunos consejos sueltos, pero desde luego nada tan oficial como esto desde aquella vez. —respondió con una media sonrisa, intentando que el repentino nerviosismo que le invadió al pensar en ello no se reflejara en su postura relajada. Hacía ya tiempo que sus interacciones sociales con desconocidos eran bastante inexistentes y suponía que por eso le había asaltado momentáneamente el miedo escénico, pero se obligó a descartar aquellas ideas con una sacudida de cabeza.
El comentario del draco acerca de tener poco tiempo para actividades pacíficas le arrancó una sonrisa algo resignada, pero antes de que pudiera replicarle alguna cosa aparecieron las dos primeras alumnas y el chico decidió posponer aquella conversación para más tarde.
—Yo soy Vac, un placer. —saludó de vuelta tras la presentación de la enderth, dedicandoles un ligero asentimiento a ella y a su compañera clinger.
Las transformaciones con alas de plumas o membranosas eran más comunes que las que tenían alas de insectos, por lo que los conocimientos específicos del hado en materia de vuelo no eran muy demandados en aquel tipo de clases, pero al ver a la pequeña lepäni se alegró de haber aceptado la proposición de su hermano. Tuvo que contener el impulso de acercarse a echarle un vistazo más de cerca a las alas de la niña para no sobresaltarla, no obstante, y se obligó a esperar a un momento más adecuado para preguntarle si alguien le había hablado de los cuidados específicos que aquel tipo de apéndices necesitaban.
—Que va, supongo que habré dado algunos consejos sueltos, pero desde luego nada tan oficial como esto desde aquella vez. —respondió con una media sonrisa, intentando que el repentino nerviosismo que le invadió al pensar en ello no se reflejara en su postura relajada. Hacía ya tiempo que sus interacciones sociales con desconocidos eran bastante inexistentes y suponía que por eso le había asaltado momentáneamente el miedo escénico, pero se obligó a descartar aquellas ideas con una sacudida de cabeza.
El comentario del draco acerca de tener poco tiempo para actividades pacíficas le arrancó una sonrisa algo resignada, pero antes de que pudiera replicarle alguna cosa aparecieron las dos primeras alumnas y el chico decidió posponer aquella conversación para más tarde.
—Yo soy Vac, un placer. —saludó de vuelta tras la presentación de la enderth, dedicandoles un ligero asentimiento a ella y a su compañera clinger.
Las transformaciones con alas de plumas o membranosas eran más comunes que las que tenían alas de insectos, por lo que los conocimientos específicos del hado en materia de vuelo no eran muy demandados en aquel tipo de clases, pero al ver a la pequeña lepäni se alegró de haber aceptado la proposición de su hermano. Tuvo que contener el impulso de acercarse a echarle un vistazo más de cerca a las alas de la niña para no sobresaltarla, no obstante, y se obligó a esperar a un momento más adecuado para preguntarle si alguien le había hablado de los cuidados específicos que aquel tipo de apéndices necesitaban.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Personajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torre Doce
03/03/24, 08:04 pm
Poco a poco, la pequeña clinger se estaba acostumbrando a sus nuevas alas. De hecho, hasta podría decirse que estaba empezando a hacer sus vuelos cortitos de aquí para allá —aunque había quien les llamaba “caer despacio”—. Aún con esas, no le iba a decir que no a la posibilidad de acelerar el aprendizaje tanto como pudiera. Y, aunque la compañía no fue tanta como le hubiera gustado, al menos Lethe estaba por allí con ella. El hecho de que no hubiera nadie más era, por supuesto, comprensible. Pero por eso precisamente se encontraba ella allí. Y estaba segura que la motivación de su amiga era similar.
Uno de los instructores era sin duda conocido por ellas, pues era ni más ni menos que su cosechador. Aún así, quien más le llamó la atención fue el otro instructor. Para su sorpresa, a pesar de tratarse claramente de un mamífero, contaba con alas de lepidóptero al estilo de las suyas.
—¡Hola! —Saludó con tono alegre. —Yo soy Kradko, encantada. ¡Qué curioso que tengamos alas similares!—. Por algún motivo, sentía que iba a ir bien aquello.
Uno de los instructores era sin duda conocido por ellas, pues era ni más ni menos que su cosechador. Aún así, quien más le llamó la atención fue el otro instructor. Para su sorpresa, a pesar de tratarse claramente de un mamífero, contaba con alas de lepidóptero al estilo de las suyas.
—¡Hola! —Saludó con tono alegre. —Yo soy Kradko, encantada. ¡Qué curioso que tengamos alas similares!—. Por algún motivo, sentía que iba a ir bien aquello.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torre Doce
04/03/24, 12:58 pm
Podía decir que quería aprender a volar por supervivencia, porque era un método útil para escapar o defenderse desde el aire, porque así ganaba movilidad en el cielo, peeeero estaría mintiendo. Quería aprender a volar porque: ¿quién no querría aprender a volar? Rox era joven y Rocavarancolia eterna.
La luna no le había dado alas propiamente dichas, pero para eso tenía toda la imaginación del mundo. Toda dentro de un rango que iba de gato muy gordo a elefante mediano, claro. El cambiante vio el cartel y pensó: ¿aprender a volar con completos desconocidos? ¡Genial! Mi rollo. Para nada llevaba viales de veneno de trasgo en los brazos por si acaso. Qué menos que un poquito de precaución. Pensó en decírselo a Kahlo si es que no lo sabía, su socia en la boutique, pero la chica estaba aún más efímera de lo normal y ya le había dejado caer en alguna ocasión que era buena autodidacta. Entendía que no tenían tanta confianza y eso de estamparte contra el suelo en público no era muy glamuroso.
El cambiante llevaba tiempo construyendo cuerpos ligeros (la gaviota le salía de puta madre) y alas; no las bonitas para la tienda, sino las que creía funcionales de verdad, ese equilibrio entre peso y tamaño. Tras el anuncio se había puesto a practicar con más empeño, y aunque las plumas eran su perdición artística y le consumían más tiempo del que debería, confiaba en que lo que había aprendido a construir le mantuviera a flote. Se presentó sin cambios, no obstante, no solo porque le apeteciera mucho llevar su abrigo favorito (y no iba sacrificarlo agujereándole la espalda), también porque así tenía chance a fijarse en las alas de los demás y corregir errores in situ.
Supuso que el grupito de alados en la planta indicada era el suyo. Reconoció a los novatos, no por motivos precisamente dulces, así que prefirió hacerse el sueco con ellos. Se acercó con una ligera sonrisa, manteniendo justas distancias y en el fondo arrepintiéndose de haber venido solo dado los poquitos que eran. Que vergüenza.
—¡Buenaaas! ¿Vosotros sois los de las clases de vuelo?
La luna no le había dado alas propiamente dichas, pero para eso tenía toda la imaginación del mundo. Toda dentro de un rango que iba de gato muy gordo a elefante mediano, claro. El cambiante vio el cartel y pensó: ¿aprender a volar con completos desconocidos? ¡Genial! Mi rollo. Para nada llevaba viales de veneno de trasgo en los brazos por si acaso. Qué menos que un poquito de precaución. Pensó en decírselo a Kahlo si es que no lo sabía, su socia en la boutique, pero la chica estaba aún más efímera de lo normal y ya le había dejado caer en alguna ocasión que era buena autodidacta. Entendía que no tenían tanta confianza y eso de estamparte contra el suelo en público no era muy glamuroso.
El cambiante llevaba tiempo construyendo cuerpos ligeros (la gaviota le salía de puta madre) y alas; no las bonitas para la tienda, sino las que creía funcionales de verdad, ese equilibrio entre peso y tamaño. Tras el anuncio se había puesto a practicar con más empeño, y aunque las plumas eran su perdición artística y le consumían más tiempo del que debería, confiaba en que lo que había aprendido a construir le mantuviera a flote. Se presentó sin cambios, no obstante, no solo porque le apeteciera mucho llevar su abrigo favorito (y no iba sacrificarlo agujereándole la espalda), también porque así tenía chance a fijarse en las alas de los demás y corregir errores in situ.
Supuso que el grupito de alados en la planta indicada era el suyo. Reconoció a los novatos, no por motivos precisamente dulces, así que prefirió hacerse el sueco con ellos. Se acercó con una ligera sonrisa, manteniendo justas distancias y en el fondo arrepintiéndose de haber venido solo dado los poquitos que eran. Que vergüenza.
—¡Buenaaas! ¿Vosotros sois los de las clases de vuelo?
- ♪♫♬:
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torre Doce
04/03/24, 08:23 pm
Noel
Le dio una palmada en la espalda a su hermano.
—Pues venga, vamos a aprovechar para quitarnos un poco del óxido de encima.
Desde luego se incluía a sí mismo, porque aunque Vac de hecho le ganaba en aquel departamento, era consciente de que se ponía bastantes piedras en su propio tejado a la hora relacionarse con gente nueva. Su yo de catorce años que había llegado a la ciudad como un ente extrovertido y le miraría con una cara de absoluta confusión y, probablemente, reproche. Probablemente él se encogería de hombros y respondiéndole “es lo que hay”; pero de vez en cuando debía salir de aquella zona de comfort en la que se refugiaba.
Las primeras alumnas no tardaron en llegar, y eran justamente sus dos cosechadas. Le sorprendió un poco escuchar de la horus el hecho de que nadie más se iba a unir, pero no lo reflejó exteriormente. Tal y como la enderth había supuesto, podía imaginarse los motivos.
—Hey, ¿qué tal? Parece que vamos a ser muy pocos entonces, pero no pasa nada: así podéis tener ventaja porque podemos prestaros más atención —les dijo a ambas con una risa. También sonrió ante el interés que mostró la clinger enseguida por las alas del hado—. Para eso ha venido don polilla, efectivamente: las alas como las vuestras son bastante diferentes a las mías, así que te podrá aconsejar mucho mejor que yo.
Y finalmente llegó la última persona a la que estaban esperando. El draco le reconoció vagamente, pues aunque le había visto en varias ocasiones, nunca exactamente con la misma apariencia. Por ese detalle, podía suponer cuál era su transformación, pero imaginaba que él mismo se lo confirmaría pronto.
—¡Buenas! —le devolvió el saludo—. Aquí mismo: los maestros menos serios de la ciudad —respondió con una sonrisa—. Tú eres… el dependiente de la boutique, ¿verdad? Perdóname si me estoy colando. Creo que nos hemos visto hace poco también, pero será mejor que me presente de nuevo. Yo soy Noel, draco de estínfalo. Y este de aquí no ha entrado siguiendo la luz ni a comerse la ropa de los armarios: solo es mi hermano —le dio un pequeño codazo con diversión al hado, siguiendo la broma del mote que le había puesto antes.
Al contrario que le ocurría al recién llegado, a Noel le parecía positivo que fuesen pocos: incluso con la presencia de su hermano no estaba seguro de estar preparado para ser el centro de atención de un grupo muy grande, aunque fuese para ejercer de maestro de vuelo.
Lethe
Kradko parecía animada y sintió curiosidad enseguida por las alas del que se presentó como Vac, al que dirigió un pequeño asentimiento de cabeza para indicar que le había escuchado.
Ya lo había experimentado en la primera clase con su cosechador y sus amigos, pero parecía que aquel tipo de bromas en aquel grupo eran lo habitual, por cómo se dirigió el draco hacia su hermano. Le alivió que no le preguntase por qué nadie más se hubiera unido y se encogió de hombros ante su comentario componiendo una expresión levemente divertida.
—Pues supongo. Yo me conformo con aprender la base para no estamparme intentándolo por mi cuenta.
Desde luego ella no se lo iba a tomar como una competición; de todas formas sospechaba que el comentario de Noel era enteramente una broma. La horus más bien pensaba en que si aprendía lo suficiente, podría ayudar a sus amigos si ellos querían. Desde luego, ella pensaba esforzarse al máximo en aprender lo mejor posible. Su auténtica ventaja era que el concepto de tener alas no le era completamente desconocido, aunque debía reconocer que volar era bastante más intimidante que planear.
Al parecer otra persona más se les iba a unir cuando ya pensaba que solo serían ellas dos. Estaba bastante segura de que aquel era uno de los chicos que estaban en la Sede cuando… No, la verdad es que no quería pensarlo. Tras ver que el otro chico no parecía mostrar señal de querer mencionar que ya se habían visto, decidió actuar de la misma manera sin necesidad de pensarlo mucho.
—Hola, yo soy Lethe —se dirigió brevemente hacia él, dejando espacio para que se presentase también si quería. Después preguntaría a los hermanos—. Ya estamos todos, entonces. ¿Dónde vamos a llevar a cabo la clase? No imagino que el interior de un edificio sea el lugar más apropiado.
Hizo su propio intento de bromear, aunque de pronto se encontraba un poco más nerviosa ahora que parecía que se acercaba el momento de empezar.
Le dio una palmada en la espalda a su hermano.
—Pues venga, vamos a aprovechar para quitarnos un poco del óxido de encima.
Desde luego se incluía a sí mismo, porque aunque Vac de hecho le ganaba en aquel departamento, era consciente de que se ponía bastantes piedras en su propio tejado a la hora relacionarse con gente nueva. Su yo de catorce años que había llegado a la ciudad como un ente extrovertido y le miraría con una cara de absoluta confusión y, probablemente, reproche. Probablemente él se encogería de hombros y respondiéndole “es lo que hay”; pero de vez en cuando debía salir de aquella zona de comfort en la que se refugiaba.
Las primeras alumnas no tardaron en llegar, y eran justamente sus dos cosechadas. Le sorprendió un poco escuchar de la horus el hecho de que nadie más se iba a unir, pero no lo reflejó exteriormente. Tal y como la enderth había supuesto, podía imaginarse los motivos.
—Hey, ¿qué tal? Parece que vamos a ser muy pocos entonces, pero no pasa nada: así podéis tener ventaja porque podemos prestaros más atención —les dijo a ambas con una risa. También sonrió ante el interés que mostró la clinger enseguida por las alas del hado—. Para eso ha venido don polilla, efectivamente: las alas como las vuestras son bastante diferentes a las mías, así que te podrá aconsejar mucho mejor que yo.
Y finalmente llegó la última persona a la que estaban esperando. El draco le reconoció vagamente, pues aunque le había visto en varias ocasiones, nunca exactamente con la misma apariencia. Por ese detalle, podía suponer cuál era su transformación, pero imaginaba que él mismo se lo confirmaría pronto.
—¡Buenas! —le devolvió el saludo—. Aquí mismo: los maestros menos serios de la ciudad —respondió con una sonrisa—. Tú eres… el dependiente de la boutique, ¿verdad? Perdóname si me estoy colando. Creo que nos hemos visto hace poco también, pero será mejor que me presente de nuevo. Yo soy Noel, draco de estínfalo. Y este de aquí no ha entrado siguiendo la luz ni a comerse la ropa de los armarios: solo es mi hermano —le dio un pequeño codazo con diversión al hado, siguiendo la broma del mote que le había puesto antes.
Al contrario que le ocurría al recién llegado, a Noel le parecía positivo que fuesen pocos: incluso con la presencia de su hermano no estaba seguro de estar preparado para ser el centro de atención de un grupo muy grande, aunque fuese para ejercer de maestro de vuelo.
Lethe
Kradko parecía animada y sintió curiosidad enseguida por las alas del que se presentó como Vac, al que dirigió un pequeño asentimiento de cabeza para indicar que le había escuchado.
Ya lo había experimentado en la primera clase con su cosechador y sus amigos, pero parecía que aquel tipo de bromas en aquel grupo eran lo habitual, por cómo se dirigió el draco hacia su hermano. Le alivió que no le preguntase por qué nadie más se hubiera unido y se encogió de hombros ante su comentario componiendo una expresión levemente divertida.
—Pues supongo. Yo me conformo con aprender la base para no estamparme intentándolo por mi cuenta.
Desde luego ella no se lo iba a tomar como una competición; de todas formas sospechaba que el comentario de Noel era enteramente una broma. La horus más bien pensaba en que si aprendía lo suficiente, podría ayudar a sus amigos si ellos querían. Desde luego, ella pensaba esforzarse al máximo en aprender lo mejor posible. Su auténtica ventaja era que el concepto de tener alas no le era completamente desconocido, aunque debía reconocer que volar era bastante más intimidante que planear.
Al parecer otra persona más se les iba a unir cuando ya pensaba que solo serían ellas dos. Estaba bastante segura de que aquel era uno de los chicos que estaban en la Sede cuando… No, la verdad es que no quería pensarlo. Tras ver que el otro chico no parecía mostrar señal de querer mencionar que ya se habían visto, decidió actuar de la misma manera sin necesidad de pensarlo mucho.
—Hola, yo soy Lethe —se dirigió brevemente hacia él, dejando espacio para que se presentase también si quería. Después preguntaría a los hermanos—. Ya estamos todos, entonces. ¿Dónde vamos a llevar a cabo la clase? No imagino que el interior de un edificio sea el lugar más apropiado.
Hizo su propio intento de bromear, aunque de pronto se encontraba un poco más nerviosa ahora que parecía que se acercaba el momento de empezar.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torre Doce
06/03/24, 07:17 pm
El griego sonrió ligeramente ante el entusiasmo de la clinger, agitando ligeramente sus alas tras el comentario de su hermano para dejar claro el porqué del apodo que había usado para referirse a él. Las alas de las polillas y de las mariposas tenían muchas cosas en común, aunque la posición de reposo no fuera la misma, por lo que la lepäni podría aprender mucho en aquella clase.
—¿Ya has practicado por tu cuenta, Kradko? —se interesó—. ¿Qué tal te apañas para dormir y todo eso? —añadió con curiosidad. Sabía que aquellas preguntas era mejor plantearlas luego, pero no había podido evitar adelantarse.
Antes de que recibiera una respuesta el último alumno llegó por fin, un chico que curiosamente no tenía alas. A pesar de ello el griego no comentó nada al respecto, pues lo había reconocido y era consciente de que el australiano era muy capaz de sacarse un par personalizado de la manga. Ya había pasado un tiempo, pero Vac recordaba perfectamente la visita del muchacho y de sus amigos al burdel, por lo que conocía su transformación.
—Vac, hado infernal. —se presentó aún así tras el sueco, ignorando a posta la leve pulla del draco.
La pregunta y posterior observación de Lethe, le hicieron recordar que quizás era buena idea ir poniéndose en marcha, así que echó mano a uno de sus bolsillos y sacó unas tarjetas que procedió a repartir entre los presentes.
—No se si habéis estado alguna vez en la cordillera que está más allá de Rocavaragálago, antes del desierto, pero iremos allí a practicar —respondió para todos a la pregunta de la enderth—. Lo ideal sería ir volando, pero va a ser difícil sin haber impartido la clase primero, así que hemos preparado unos hechizos de teletransportación para ahorrarnos la caminata hasta allí. —se permitió bromear, explicándoles a continuación el funcionamiento de las tarjetas—. Es sencillo, sólo debéis presionar con un dedo durante unos segundos en el centró del círculo mágico impreso y el circuito rúnico hará el resto —aclaró, preparándose para hacer la demostración pertinente—. Así que… ¡nos vemos allí! —exclamó sonriente, esfumándose con un mediocre “pop” tras activar su dispositivo .
En el área de los efectos visuales la magia de translocación instantánea era, en su opinión, bastante decepcionante.
Sigue en las Montañas.
—¿Ya has practicado por tu cuenta, Kradko? —se interesó—. ¿Qué tal te apañas para dormir y todo eso? —añadió con curiosidad. Sabía que aquellas preguntas era mejor plantearlas luego, pero no había podido evitar adelantarse.
Antes de que recibiera una respuesta el último alumno llegó por fin, un chico que curiosamente no tenía alas. A pesar de ello el griego no comentó nada al respecto, pues lo había reconocido y era consciente de que el australiano era muy capaz de sacarse un par personalizado de la manga. Ya había pasado un tiempo, pero Vac recordaba perfectamente la visita del muchacho y de sus amigos al burdel, por lo que conocía su transformación.
—Vac, hado infernal. —se presentó aún así tras el sueco, ignorando a posta la leve pulla del draco.
La pregunta y posterior observación de Lethe, le hicieron recordar que quizás era buena idea ir poniéndose en marcha, así que echó mano a uno de sus bolsillos y sacó unas tarjetas que procedió a repartir entre los presentes.
—No se si habéis estado alguna vez en la cordillera que está más allá de Rocavaragálago, antes del desierto, pero iremos allí a practicar —respondió para todos a la pregunta de la enderth—. Lo ideal sería ir volando, pero va a ser difícil sin haber impartido la clase primero, así que hemos preparado unos hechizos de teletransportación para ahorrarnos la caminata hasta allí. —se permitió bromear, explicándoles a continuación el funcionamiento de las tarjetas—. Es sencillo, sólo debéis presionar con un dedo durante unos segundos en el centró del círculo mágico impreso y el circuito rúnico hará el resto —aclaró, preparándose para hacer la demostración pertinente—. Así que… ¡nos vemos allí! —exclamó sonriente, esfumándose con un mediocre “pop” tras activar su dispositivo .
En el área de los efectos visuales la magia de translocación instantánea era, en su opinión, bastante decepcionante.
Sigue en las Montañas.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Personajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torre Doce
12/03/24, 08:25 pm
Por lo que parecía, en aquella clase de vuelo iban a ser más bien pocos, o bien la gente iba a ir llegando lentamente. No es que hubieran esperado demasiado, pero en aquel rato solo se había presentado un tipo muy raro que ni siquiera parecía tener alas. «¿Cómo volará siquiera?», pensó. Supuso que no se limitaría a simplemente a levitar con magia.
Fuera como fuera, se presentó al nuevo desconocido de forma similar a como había hecho antes. Luego se fijó, por eso, que este no había dado su propio nombre.
—Yo ya sé volar un poco —respondió orgullosa al hado con una declaración que no era exactamente acertada. —Pero aún tengo bastante que mejorar.
La segunda pregunta, en cambio, la había descolocado un poco más.
—¿Dormir? Pues… yo creo que bien —se quedó unos segundos pensando. —Unos días más mejor, otros menos mejor. Pero yo creo que como siempre…
A Kradko le llamó la atención el lugar propuesto. Sin duda, las montañas que rodeaban la ciudad era una visita pendiente que tenía. Una que había dejado para cuando se hubiera calmado todo un poco y tuviera más confianza en sus capacidades para volar. Aun así, lo que más le había llamado la atención de aquel lugar era la oportunidad que le daba el lugar para escalar por lugares muy distintos a los que le ofrecía la ciudad misma.
Lo que también fue bastante nuevo para ella era el usar la magia para teletransportarse. La explicación del tal Vac le chocó un poco con lo que se esperaba de un conjuro similar, pues sonaba bien sencillo. No tardó en comprobar que, en efecto, también se veía tremendamente simple. ¿O no se veía, a juzgar por cómo desapareció de repente? Fuera como fuera, la clinger se limitó a seguir los-
-pasos. «Espera, ¿qué?». El cambio instantáneo de entorno la había trastocado durante unos segundos. Estaba viendo a sus amigos, el interior de la torre… Y de repente sentía una bocanada de aire fresco y rocas. El resto aparecieron casi al instante con ella, así que al menos tuvo algo a lo que anclarse durante aquellos instantes de confusión.
Así como análisis general, no le había resultado una experiencia especialmente placentera.
Sigue en las Montañas.
Fuera como fuera, se presentó al nuevo desconocido de forma similar a como había hecho antes. Luego se fijó, por eso, que este no había dado su propio nombre.
—Yo ya sé volar un poco —respondió orgullosa al hado con una declaración que no era exactamente acertada. —Pero aún tengo bastante que mejorar.
La segunda pregunta, en cambio, la había descolocado un poco más.
—¿Dormir? Pues… yo creo que bien —se quedó unos segundos pensando. —Unos días más mejor, otros menos mejor. Pero yo creo que como siempre…
A Kradko le llamó la atención el lugar propuesto. Sin duda, las montañas que rodeaban la ciudad era una visita pendiente que tenía. Una que había dejado para cuando se hubiera calmado todo un poco y tuviera más confianza en sus capacidades para volar. Aun así, lo que más le había llamado la atención de aquel lugar era la oportunidad que le daba el lugar para escalar por lugares muy distintos a los que le ofrecía la ciudad misma.
Lo que también fue bastante nuevo para ella era el usar la magia para teletransportarse. La explicación del tal Vac le chocó un poco con lo que se esperaba de un conjuro similar, pues sonaba bien sencillo. No tardó en comprobar que, en efecto, también se veía tremendamente simple. ¿O no se veía, a juzgar por cómo desapareció de repente? Fuera como fuera, la clinger se limitó a seguir los-
-pasos. «Espera, ¿qué?». El cambio instantáneo de entorno la había trastocado durante unos segundos. Estaba viendo a sus amigos, el interior de la torre… Y de repente sentía una bocanada de aire fresco y rocas. El resto aparecieron casi al instante con ella, así que al menos tuvo algo a lo que anclarse durante aquellos instantes de confusión.
Así como análisis general, no le había resultado una experiencia especialmente placentera.
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