Cuartel General de los Ejércitos

Pronto comprendieron que lo mejor era no pararse, por lo que el gamusino se dedicó a zigzaguear todo lo que el túnel le permitiese a la velocidad suficiente para dejar remanencias y así engañar a algunas de las cadenas para que se entretuvieran con ellas. No parecía que hubiese nada más que tener en cuenta dentro de aquel lugar, o tal vez habían elegido el camino correcto. Sintió alivio de todos modos al llegar al final del túnel y poder ver de nuevo.

Lo que les esperaba al otro lado parecía simple, pero el gamusino no tardaría en descubrir al tratar de avanzar que no iba a serlo tanto. Un latigazo metálico en un hombro le hizo detenerse. No tardó en darse cuenta de que se había hecho una pequeña herida. Se frotó los ojos para tratar de despejarse la vista.
—Parece que hay obstáculos cortantes aquí —le dijo a Zarpa—. Hay que ir con cuidado hasta que podamos ver mejor y encontrar la forma de ir un poco más rápido.

"Corre, corre, corre" decía mentalmente. No era para Adru si no para ella misma, si se paraba tenía la sensación de que no saldría de allí nunca.

Y corrió como alma que llevaba el diablo, a cuatro patas y en carrera, saltando sobre las cadenas cuando era necesario, cambiando de forma cuando se le intentaban enredar en las patas. Pero sin dejar de correr nunca.

Salió a la luz del sol parpadeando repetidamente y ajustando sus pupilas a la luz solar. Sus ojos se acostumbraron al cambio de luminosidad mucho antes que los de Adru y cuando éste le advirtió de que se podía cortar se puso ojo avizor.

"Ven detrás mía, Adru" le dijo. Le fue avisando de cuando se podía encontrar con cables cortantes para que los esquivase. "Ya nos queda menos".

Aunque le hizo caso a su compañera, la paciencia no era una de las virtudes del gamusino y acabó con alguna pequeña herida más por intentar acelerar un poco en determinados momentos, pues no hallaron ninguna forma de cruzar más deprisa sin sufrir daños. Por suerte para el edeel, la siguiente prueba sí parecía permitir el uso de la velocidad otra vez, y de hecho parecía ser la única opción posible. Estaba claro que aquellos dibujos en la pared estaban por algo y se repartían a lo largo de todo el pasillo.
—Vale, creo que me toca ir delante otra vez… Voy a hacer lo mismo que en el túnel.

No podían saber qué pasaría sin probarlo, así que simplemente se lanzó a… O lo intentó, porque sus pies embarrados resbalaron en aquellas baldosas que, sin duda, estaban colocadas a propósito. Cayó de culo y se levantó lo más rápido posible. Trató de sacudir un poco de barro de sus pies, pero no creía que esperaran que se detuviera a limpiarse concienzudamente.

Una vez listo, tomó aire con fuerza y comenzó a correr. De vez en cuando ponía los pies en la parte baja de la pared para tratar de desprender más barro, aunque gracias a la velocidad que había cogido ya no tenía tanto riesgo de resbalar. Consiguió esquivar por sí misma las primeras runas, que hicieron salir de ellas un hechizo que no llegó a tocarle. Gracias a las remanencias que fue dejando con su zigzagueo y algún que otro salto, muchos de los hechizos destinados a golpearle fueron absorbidos por las mismas. Aun así, cuando estaba llegando al final sintió el impacto de aquella magia, que le propinaron golpes similares al de un puñetazo. Decidió impulsarse con fuerza para aterrizar fuera del alcance de aquel pasillo molesto, aunque acabó otra vez en el suelo. Con suerte, gracias a lo que había hecho, Zarpa lo habría tenido considerablemente más fácil.

Pasaron la zona de cables afilados y hasta Zarpa sufrió algún corte. No podía ver todos los cables pero podía haber sido mucho peor, un mal corte donde no debían y podrían haber echado la prueba a perder.

Asintió al gamusino y se agazapó para salir en carrera tras él. Zarpa no reconoció las runas inscritas en las paredes de la siguiente prueba, pero buena espina no le dieron en absoluto. Y con razón.

Corrió tras su compañero y sus remanencias, esquivando lanzazos de magia destinados a impactar sobre su cuerpo. Hubo de esquivar algunos de forma muy bruca, bien dando quiebros para que no le dieron o frenando en seco y volviendo a acelerar de forma instantánea. Aún con todo alguno le llegó a dar, pero gracias a su entrenamiento podía aguantar aquellos golpes.

Terminó saliendo de aquel callejón de runas algo magullada pero no lo suficiente para no poder seguir.

"Cada vez menos" dijo ayudando a Adru a ponerse en pie. "Arriba, Capitán. Toca volver a moverse".

Finalmente llegaron a la torre de la que les habían hablado al principio. El gamusino trató de no perder tiempo y enseguida buscó la forma de empezar a trepar. Estaba claro que no iba a ser sencillo porque las columnas eran totalmente lisas y la fuerza que iban a tener que hacer era considerable. Por suerte, Adru siempre había sido bastante fuerte y la Luna le había dado mucha más fuerza, pero entre el barro que aún tenía en los pies y algunas de las heridas y golpes que había recibido, seguramente se le dificultaría el ascenso.

No tardó en caer, sin llegar a subir la primera columna del todo, topándose con la primera runa real. Dejó escapar una exclamación de sorpresa y amortiguó la caída lo mejor que pudo. Antes de volver a intentarlo examinó la columna más de cerca, entrecerrando los ojos.
—Aquí también hay hechizos grabados —comentó en voz alta—. Pero estoy seguro de haber tocado por aquí y… —Con cierta reticencia puso su mano en el punto en cuestión. No ocurrió nada—. Parece que no se activan todos, pero va a haber que tener mucho cuidado…

Consiguió superar la primera columna sin activar ninguna runa, pero desde luego estaba yendo con mayor cautela que la primera vez. No había forma de que pudiera distinguir los dibujos buenos de los falsos, por lo que no le quedaba más remedio que ir con mucho cuidado. Justo cuando estaba a punto de alcanzar la siguiente viga su brazo salió disparado y el gamusino se sujetó con fuerza a la columna usando las piernas, a punto de volver a caer. Braceó cómicamente durante unos instantes hasta que pudo recuperar el agarre. Suspiró y siguió subiendo, mordiéndose ligeramente la lengua que le colgaba fuera de la boca, a un lado.

Tenía claro que necesitaba ir con mucha cautela allá donde hubiese dibujos, por lo que la subida fue lenta y el corazón le latía muy deprisa cada vez que una de sus extremidades salían despedidas hacia atrás por la fuerza del impulso. Tenía que hacer mucho esfuerzo con ellas, a su vez, porque temía que si apoyaba el tronco contra una runa saliese totalmente volando por los aires sin poder hacer nada por evitarlo. Cuanto más subía más nerviosa se ponía, porque si se caía se iba a romper algo seguro.

Tuvo un momento tenso muy cerca de la cima, en la penúltima columna, y se tuvo que sentar unos segundos en la viga antes de retomar el ascensor por la última. Cuando por fin llegó se dejó caer sobre la plataforma superior, aliviado porque se hubiese terminado.

Varsai miró hacia arriba desde la parte baja de aquella torre. El último obstáculo de aquella parte del examen. Estaba muy segura de que no se lo iban a poner fácil bajo ninguna circunstancia y no se equivocaba.

No hizo falta que Adru le dijera nada ya que cuando fue a poner el pie en la primera plataforma éste salió despedido. Sorprendida la licántropa dio un mortal hacia atrás y cayó a salvo en el suelo. Empezaba a dar gracias a Strix por ser tan severa en su entrenamiento y a su creciente interés por el parkour.

"Ya lo veo, una pena no tener una cuerda para ayudarnos mutuamente" respondió pensativa. No tardó mucho en descartar sus ideas, aquella torre estaba hecha para escalarla y tratar de evitar las runas escondidas. Iban a tener que arriesgarse.

Haciendo uso de su cola como si fuera un timón para mantener el equilibrio y de todos sus reflejos evitó tener un percance grave. Aún así el ascenso fue lento y penoso. De haber tenido runas y hechizos protectores se habría arriesgado más, o al menos habría subido mucho más rápido. No quedaba otra por desgracia.

Alcanzó a Adru en la cima y se tiró junto a él. Justo después empezó a reír con contagiosas carcajadas.

El gamusino se echó a reír una vez escuchó las carcajadas de Zarpa, pero el ataque de risa no les duró mucho, porque Cicatriz y Tenebra aparecieron de repente mirándolas desde arriba y la Comandante les ordenó levantarse. Adru lo hizo deprisa, tanto que se mareó durante unos instantes, pero en cuanto se recuperó se cuadró en el sitio tratando de mantener la seriedad. Le dedicó un asentimiento de buena suerte a la varmana y siguió a la ninavi rampa abajo.

En cuanto se detuvieron, la capitana de las fuerzas armadas no perdió el tiempo, tanto que pilló a Adru aun mirando a su alrededor, porque había reconocido parte de las estructuras que acababan de atravesar y se preguntaba cómo habían podido despejar aquella zona tan rápido. Se apartó de un salto lateral justo a tiempo para evitar aquella lengua que parecía peligrosa y se centró por completo en la amenaza que tenía delante. Decidió empezar a correr en zigzag a su alrededor para dejar algunas remanencias.

Aunque consiguió esquivar la primera acometida de la lengua, acabó tropezando con ella. Fue curioso sentir como se caía al suelo de bruces pero no notar ningún dolor o daño, solo una de sus remanencias desapareciendo. Optó por rodar para alejarse del lugar donde había caído, previendo un posible ataque encadenado al mismo sitio y recuperó la verticalidad de un salto con el que además dejaría una nueva remanencia. Si Tenebra se dirigía hacia él de nuevo con su lengua, trataría de saltar lo más apurado que pudiese y colocarse a su espalda de este modo.

Tenebra no se lo iba a poner tan fácil y el gamusino tuvo que cambiar de planes porque sabía que probablemente iba a acertarle con la lengua. En su lugar hizo el amago de saltar hacia delante pero cambió la dirección para esquivar el ataque de la ninavi. En el tiempo que pudiese ganar crearía nuevas remanencias alejándose de ella y realizando zigzags y saltos tratando de esquivarla a ella y su peligrosa lengua.

Varsai respondió al asentimiento de Adru con una sonrisa y una frase de ánimo solamente dirigida al gamusino.

Siguió a la comandante de los ejércitos y perdió de vista a Adru. Entendía que aquello era para que no pudieran verse entre ellos, evitaba distracciones pero también preocupaba a la licántropa. Adru había mejorado enormemente pero aún no tenía tanta práctica como otra gente, esperaba que Tenebra se lo pusiera un poco más fácil que como se temía Cicatriz haría con ella.

Efectivamente un combate mano a mano entre dos licántropas. O garra a garra. Fuese cual fuese la forma de decirlo Cicatriz saltó hacia ella completamente transformada. Varsai esbozó una sonrisa, ella misma había intentado esa maniobra con su maestra cientos de veces esperando que no le diese tiempo a reaccionar.

Comenzó el proceso de transformación a la vez que hacía una finta hacia la izquierda pivotando sobre la pierna y tratando de descargar una patada contra el costado de la general. Acertase o fallase Zarpa haría un salto hacia atrás terminando de transformase y bufarle a la loba.