Torreón Maciel (Archivo VIII)
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- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Torreón Maciel (Archivo VIII)
15/02/16, 09:43 pm
Recuerdo del primer mensaje :
-Cuando los encontremos sabremos cuales de las opciones son la verdad. -Dijo encogiéndose de hombros. La única parte que esperaba que fuese así era la de otro suministro de agua.
-Te seguimos hermanito.
Y con sonrisa a Eriel se puso en camino con el resto mientras se terminaba su desayuno cuando Dafne le pidió un favorcillo. -Ah, sin problema, le hice bastantes a Bri y no es algo complicado, aunque te tendrás que conformar con algo sin muchos adornos me temo. -Le sonrió. -Cuando vuelva haremos uno cada uno de madera, a no ser que encuentre hueso por el camino o alguna forma de malear metal mejor que acercar mis manos a la hoguera. Nos vemos a la vuelta. -Se despidió.
Siguieron a su hermano un cacho y como este dijo acabaron encontrando casas en algo de mejor estado aunque ahí en medio no parecían mucho más seguras que las mazmorras. Des pues de ir mirando y hablando sobre algunas de ellas como posibles acabaron divisando algo apartado de las casas que parecía un mini fuerte. Se acercaron por curiosidad con cautela para ver que se trataba de un torreón azulado con una muralla y en medio de un foso.
-¿Es eso un nido de seres voladores hecho encima de un esqueleto de animal enorme en lo alto de la torre o me ha sentado mal el desayuno? -Se calló un momento mientras observaba la situación, aquel lugar le parecía sacado de las historias rocavarancolesas, no había ninguna construcción así en su mundo pero era lo más seguro que habían encontrado con bastante diferencia. -El puente esta bajado y parece que se puede cruzar... Diría por esas cuerdas que hay un sistema de poleas para elevarlo e impedir así el paso, si es así y aún funciona dudo que encontremos algo más seguro que esto. -Miró hacia las estirges. -No parece que quieran hacernos algo, pero cuidado con los bichos voladores. -Se dió cuenta de que podía haber ofendido a Sinceridad así que giró su cabeza hacia ella. -Sin ánimo de ofender. -No era la mejor manera del mundo de arreglar eso, pero era mejor que nada. -En fin, vamos allá, con precaución por favor. -Agudizó los sentidos y agarró su cuchillo. Esperaba no tener otra sorpresa como la de hace unos días, pero no se fiaba de su suerte.
-Cuando los encontremos sabremos cuales de las opciones son la verdad. -Dijo encogiéndose de hombros. La única parte que esperaba que fuese así era la de otro suministro de agua.
-Te seguimos hermanito.
Y con sonrisa a Eriel se puso en camino con el resto mientras se terminaba su desayuno cuando Dafne le pidió un favorcillo. -Ah, sin problema, le hice bastantes a Bri y no es algo complicado, aunque te tendrás que conformar con algo sin muchos adornos me temo. -Le sonrió. -Cuando vuelva haremos uno cada uno de madera, a no ser que encuentre hueso por el camino o alguna forma de malear metal mejor que acercar mis manos a la hoguera. Nos vemos a la vuelta. -Se despidió.
Siguieron a su hermano un cacho y como este dijo acabaron encontrando casas en algo de mejor estado aunque ahí en medio no parecían mucho más seguras que las mazmorras. Des pues de ir mirando y hablando sobre algunas de ellas como posibles acabaron divisando algo apartado de las casas que parecía un mini fuerte. Se acercaron por curiosidad con cautela para ver que se trataba de un torreón azulado con una muralla y en medio de un foso.
-¿Es eso un nido de seres voladores hecho encima de un esqueleto de animal enorme en lo alto de la torre o me ha sentado mal el desayuno? -Se calló un momento mientras observaba la situación, aquel lugar le parecía sacado de las historias rocavarancolesas, no había ninguna construcción así en su mundo pero era lo más seguro que habían encontrado con bastante diferencia. -El puente esta bajado y parece que se puede cruzar... Diría por esas cuerdas que hay un sistema de poleas para elevarlo e impedir así el paso, si es así y aún funciona dudo que encontremos algo más seguro que esto. -Miró hacia las estirges. -No parece que quieran hacernos algo, pero cuidado con los bichos voladores. -Se dió cuenta de que podía haber ofendido a Sinceridad así que giró su cabeza hacia ella. -Sin ánimo de ofender. -No era la mejor manera del mundo de arreglar eso, pero era mejor que nada. -En fin, vamos allá, con precaución por favor. -Agudizó los sentidos y agarró su cuchillo. Esperaba no tener otra sorpresa como la de hace unos días, pero no se fiaba de su suerte.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
19/02/16, 05:52 pm
No necesitó muchas pruebas para comprobar que, al parecer, solo consideraban "nido", "territorio" la última planta. Le graznaban y agitaban sus alas si se acercaba al límite, pero no echaban a volar detrás al alejarse. Tampoco habían bajado al torreón, además, cuando entraron sus compañeros ni mientras ella hacía su experimento. Así que, con esa idea en la cabeza, descendió y volvió a entrar en el edificio. Tenía otra nueva idea en la cabeza: ¿habría armas cerca? Debía haberlas, o al menos en la ciudad en general, o nadie habría montado dianas y muñecos de entrenamiento en el patio.
Justo pilló a Enrevesado contando su misma teoría, así que asintió y le dio la razón.
—Cierto es —dijo, tratando de imitar su forma de hablar, pero luego volvió a su registro— o eso parece. Les estuve observando desde arriba y solo parecían a punto de atacar cuando me acercaba a sus nidos. Parece que estamos a salvo mientras no nos acerquemos. Decís que podemos trasladarnos... ¿entiendo que habéis explorado todo el interior, pues?
Volvió al interior y reparó de nuevo en la entrada. Aquel puente tenía cadenas y lo poco que sabía de física decía que no las necesitaba para mantenerse entre el torreón y el otro lado del foso, así que podían ser para subirlo. <<Lo que darían en Tierra Bruja por conocer estos inventos... Edificios altos, muy sólidos, con un foso y un puente elevable... Ideal para protegernos si pudiéramos quedarnos... ¿Pero se sube realmente? ¿Y cómo?>> Volvió junto a los demás... Que por lo visto habían descubierto una armería bien surtida. A la roquense le brillaron los ojos con emoción y curiosidad, pues muchas de las cosas que allí había ni las conocía.
—¿Alguien sabe si se puede subir el puente? Es el primero que veo de este tipo... Con eso cerrado y unas armas decentes como estas, este refugio sería mil veces mejor. Y tengo... tenemos que aprender a usar todo esto.
Justo pilló a Enrevesado contando su misma teoría, así que asintió y le dio la razón.
—Cierto es —dijo, tratando de imitar su forma de hablar, pero luego volvió a su registro— o eso parece. Les estuve observando desde arriba y solo parecían a punto de atacar cuando me acercaba a sus nidos. Parece que estamos a salvo mientras no nos acerquemos. Decís que podemos trasladarnos... ¿entiendo que habéis explorado todo el interior, pues?
Volvió al interior y reparó de nuevo en la entrada. Aquel puente tenía cadenas y lo poco que sabía de física decía que no las necesitaba para mantenerse entre el torreón y el otro lado del foso, así que podían ser para subirlo. <<Lo que darían en Tierra Bruja por conocer estos inventos... Edificios altos, muy sólidos, con un foso y un puente elevable... Ideal para protegernos si pudiéramos quedarnos... ¿Pero se sube realmente? ¿Y cómo?>> Volvió junto a los demás... Que por lo visto habían descubierto una armería bien surtida. A la roquense le brillaron los ojos con emoción y curiosidad, pues muchas de las cosas que allí había ni las conocía.
—¿Alguien sabe si se puede subir el puente? Es el primero que veo de este tipo... Con eso cerrado y unas armas decentes como estas, este refugio sería mil veces mejor. Y tengo... tenemos que aprender a usar todo esto.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
21/02/16, 06:54 pm
Chasqueó la cuenta ante la respuesta de Barael, mirando el aparato con el disgusto de quien veía todo lo suficientemente inferior a perfecto como una chapuza. ¿Por qué formular un calendario en forma de reloj, cuando era obvio que necesitaba más señales para ser interpretable correctamente?
Le molestaba aquella falta de previsión al diseñarlo: tal y como estaba, solo observarían un cambio notable de unos meses a otros. Se propuso, si llegaban a establecerse allí, hacer marcas que distinguieran claramente unas semanas de otras y así poder leerlo con mayor exactitud.
—Haré yo las cuentas —dijo Sox de forma tajante cuando Barael se ofreció a hacerlo. Prefería no tener que fiarse de la capacidad de aritmética de una cultura que aún estaba en el estadio de ganadería ambulante, ni tampoco delegar trabajo matemático en alguien menos capacitado que él para ello.
No se fiaba un pelo del pozo. Sin embargo la fuente no quedaba muy lejos de allí, y ya tenían que caminar un trecho a ella desde las mazmorras para llenar vasijas con ella de todas formas. En el peor de los casos, cargarlas a otro lugar apenas marcaría una diferencia.
No bajó las escaleras, juzgando que dos personas bastaban para evaluar lo que hubiera ahí abajo. Escuchó, por contra, el informe de Lorenzo. Le agradó que fuera conciso y al grano de lo importante.
—Si son una plaga podemos encargarnos de eso —coincidió. Era un factor adverso que podían revertir. El del agua le hacía menos gracia, en realidad.
Había voces emocionadas que ascendían desde escaleras abajo, de modo que descendió a ver qué pasaba. Sox no echó más que un vistazo superficial a las armas, lo suficiente para comprobar que eran todas antiguallas. No había esperado otra cosa, pero seguía siendo una decepción. No compartió, por tanto, el entusiasmo general del grupo al respecto.
Lo que dijo Since sobre el puente sí despertó su interés. Aunque fuesen con toda probabilidad mecanismos sin magia, eran algo en cuyos entresijos le habían estado educando desde que había elegido la rama técnica. Podía poner sus conocimientos a buen uso en ello.
—Puedo intentarlo—dijo con seguridad. Se separó del grupo, dejándolos que se fliparan lo que quisieran con las armas, para inspeccionar el puente desde fuera, siguiéndole la pista a las cadenas hasta encontrar la sala de mandos. Como sospechaba, no incluía nada mágico: de lo contrario bastaría con un panel simple de comandos al lado del interior de la puerta.
Poleas múltiples, cadenas y una manivela de tamaño imponente. Parecía simple. Sin embargo Sox se tomó el tiempo de revisar el estado de los componentes que tenía a su alcance antes de hacer nada. Aunque muy gastado, todo parecía intacto. El óxido no parecía amenazar su integridad de momento. Solo tras comprobar todo ello minuciosamente se dispuso a hacer una prueba, y un chirrido proveniente del exterior respondería de sobras a la pregunta de la roquense.
Sacudiéndose el polvo de la ropa, Sox tampoco volvió inmediatamente con los demás, tachando uno por uno elementos de una lista mental.
Ascendió las escaleras a los pisos superiores para un vistazo rápido, constatando que, de nuevo, no había cuartos separados. No obstante a aquellas alturas Sox se había hecho a la idea de que en Rocavarancolia todo distaba mucho de ser óptimo, y encajonó su irritación para otro momento. Hecho.
También se asomó por la ventana para comprobar que el puente había ascendido correctamente hasta donde había calculado, a media altura, y no se había atascado por el camino. Hecho.
Volvió a descender a la sala de mandos para comprobar si podía bajarlo sin problemas de nuevo. Podía. Perfecto. No lo había subido hasta el final precisamente por no correr el riesgo de quedarse encerrados dentro si resultaba quedarse pillado. Hecho.
Prueba final: subirlo y bajarlo lentamente hasta el final de sus dos recorridos. Hecho.
Tardó, por tanto, un tiempo considerable en regresar junto al grupo, y consideró que habían tenido tiempo de formarse una visión de aquel posible refugio.
—El puente necesita mantenimiento, pero funciona como es de esperar. ¿Opiniones? —se limitó a interpelar a los demás. No iban a decidir nada definitivo mientras el resto del grupo no hubiera tenido la ocasión de ver y opinar, pero sí tenían que traerles una descripción consistente.
Le molestaba aquella falta de previsión al diseñarlo: tal y como estaba, solo observarían un cambio notable de unos meses a otros. Se propuso, si llegaban a establecerse allí, hacer marcas que distinguieran claramente unas semanas de otras y así poder leerlo con mayor exactitud.
—Haré yo las cuentas —dijo Sox de forma tajante cuando Barael se ofreció a hacerlo. Prefería no tener que fiarse de la capacidad de aritmética de una cultura que aún estaba en el estadio de ganadería ambulante, ni tampoco delegar trabajo matemático en alguien menos capacitado que él para ello.
No se fiaba un pelo del pozo. Sin embargo la fuente no quedaba muy lejos de allí, y ya tenían que caminar un trecho a ella desde las mazmorras para llenar vasijas con ella de todas formas. En el peor de los casos, cargarlas a otro lugar apenas marcaría una diferencia.
No bajó las escaleras, juzgando que dos personas bastaban para evaluar lo que hubiera ahí abajo. Escuchó, por contra, el informe de Lorenzo. Le agradó que fuera conciso y al grano de lo importante.
—Si son una plaga podemos encargarnos de eso —coincidió. Era un factor adverso que podían revertir. El del agua le hacía menos gracia, en realidad.
Había voces emocionadas que ascendían desde escaleras abajo, de modo que descendió a ver qué pasaba. Sox no echó más que un vistazo superficial a las armas, lo suficiente para comprobar que eran todas antiguallas. No había esperado otra cosa, pero seguía siendo una decepción. No compartió, por tanto, el entusiasmo general del grupo al respecto.
Lo que dijo Since sobre el puente sí despertó su interés. Aunque fuesen con toda probabilidad mecanismos sin magia, eran algo en cuyos entresijos le habían estado educando desde que había elegido la rama técnica. Podía poner sus conocimientos a buen uso en ello.
—Puedo intentarlo—dijo con seguridad. Se separó del grupo, dejándolos que se fliparan lo que quisieran con las armas, para inspeccionar el puente desde fuera, siguiéndole la pista a las cadenas hasta encontrar la sala de mandos. Como sospechaba, no incluía nada mágico: de lo contrario bastaría con un panel simple de comandos al lado del interior de la puerta.
Poleas múltiples, cadenas y una manivela de tamaño imponente. Parecía simple. Sin embargo Sox se tomó el tiempo de revisar el estado de los componentes que tenía a su alcance antes de hacer nada. Aunque muy gastado, todo parecía intacto. El óxido no parecía amenazar su integridad de momento. Solo tras comprobar todo ello minuciosamente se dispuso a hacer una prueba, y un chirrido proveniente del exterior respondería de sobras a la pregunta de la roquense.
Sacudiéndose el polvo de la ropa, Sox tampoco volvió inmediatamente con los demás, tachando uno por uno elementos de una lista mental.
Ascendió las escaleras a los pisos superiores para un vistazo rápido, constatando que, de nuevo, no había cuartos separados. No obstante a aquellas alturas Sox se había hecho a la idea de que en Rocavarancolia todo distaba mucho de ser óptimo, y encajonó su irritación para otro momento. Hecho.
También se asomó por la ventana para comprobar que el puente había ascendido correctamente hasta donde había calculado, a media altura, y no se había atascado por el camino. Hecho.
Volvió a descender a la sala de mandos para comprobar si podía bajarlo sin problemas de nuevo. Podía. Perfecto. No lo había subido hasta el final precisamente por no correr el riesgo de quedarse encerrados dentro si resultaba quedarse pillado. Hecho.
Prueba final: subirlo y bajarlo lentamente hasta el final de sus dos recorridos. Hecho.
Tardó, por tanto, un tiempo considerable en regresar junto al grupo, y consideró que habían tenido tiempo de formarse una visión de aquel posible refugio.
—El puente necesita mantenimiento, pero funciona como es de esperar. ¿Opiniones? —se limitó a interpelar a los demás. No iban a decidir nada definitivo mientras el resto del grupo no hubiera tenido la ocasión de ver y opinar, pero sí tenían que traerles una descripción consistente.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
23/02/16, 11:02 am
Siete se había mantenido callado, con la mirada yendo de un lugar a otro como la de un niño curioso. El grupo se había dispersado y juntado de nuevo, en lo que él miraba la cocina y los cubiertos y abría armarios para revisar el interior, molestando a algún bicho en el proceso.
- Como poco, estaría bien llevarse el material útil, pero parece razonable venir donde está todo y no al revés- contestó a Sox-. Aqui hay mas luz y materiales. En general el edificio parece dispuesto para vivir y no nos ha pasado nada estando dentro ¿no?. Deberíamos volver para contarselo a los demás. Con el reloj de meses fuera y todos los muebles que hay, parece que este es el sitio donde tendríamos que haber despertado en un principio. Dijiste que a lo mejor se trataba de descubrir nosotros como avanzar. ¿crees que esto está aqui para eso?
A Siete que el edificio hubiera sido vaciado hace poco no le sonaba particularmente extraño, dado que irse de sitios era normal para él, aunque sí recordaba que en la capital la gente no cambiaba sus casas. Tampoco las aves le daban miedo. Las quemaduras de la piedra y el esqueleto, que le hubieran resultado mala señal en cualquier momento, tenía que reconocer que no eran disonantes al aspecto de toda la ciudad. Con esa idea, tener cerca cocina, agua y camas, zonas comunes donde pasar el día y luz, todo sonaba estupendo.
- Como poco, estaría bien llevarse el material útil, pero parece razonable venir donde está todo y no al revés- contestó a Sox-. Aqui hay mas luz y materiales. En general el edificio parece dispuesto para vivir y no nos ha pasado nada estando dentro ¿no?. Deberíamos volver para contarselo a los demás. Con el reloj de meses fuera y todos los muebles que hay, parece que este es el sitio donde tendríamos que haber despertado en un principio. Dijiste que a lo mejor se trataba de descubrir nosotros como avanzar. ¿crees que esto está aqui para eso?
A Siete que el edificio hubiera sido vaciado hace poco no le sonaba particularmente extraño, dado que irse de sitios era normal para él, aunque sí recordaba que en la capital la gente no cambiaba sus casas. Tampoco las aves le daban miedo. Las quemaduras de la piedra y el esqueleto, que le hubieran resultado mala señal en cualquier momento, tenía que reconocer que no eran disonantes al aspecto de toda la ciudad. Con esa idea, tener cerca cocina, agua y camas, zonas comunes donde pasar el día y luz, todo sonaba estupendo.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
23/02/16, 01:48 pm
-Debería haber una palanca por algún sitio - le dijo a Sinceridad cuando preguntó cómo subir el puente. Se iba a ofrecer a busarla pero Sox se le adelantó y el chico pensó en explorar un poco más.
Fue al patio separándose de su hermano y observó unas pequeñas puertas, se dirigió a ellas y cuando abrió la primera un fuerte olor le llegó a la nariz. <<He ido a dar con las letrinas>> pensó por una parte contento y por la otra desagradado. Contento por saber que tenían letrinas, el desagrado provenía del olor, pero claramente no iban a oler a flores.
Tratando de despejarse del olor se dirigió al pozo y observó el agua. Oyó el puente subir un poco y no le quedó duda de que el carabés había dado con la palanca. <<¿Será potable? Hay una forma rápida de saberlo>>. Tiró el cubo al pozo y volvió a subirlo tras lo cual cogió un poco de agua y bebió un par de sorbos, por el sabor no le parecía en mal estado pero el tiempo lo diría.
Oyó el puente bajar y volvió dentro, por último quiso explorar el primer piso de la torre y subió por las escaleras. Abrió una puerta y se encontró con una sala vacía, se dirigió a otra puerta y esta vez al abrirla lo que pudo ver fue una suerte de bañera. <<Anda, una tina. Seguro que Mónica se alegra de esto. Ahora sólo quedaría calentar el agua y fabricar el jabón... Me pregunto si podré encontrar los ingredientes en la ciudad, salvo que ya haya jabón y entonces no tendría sentido hacerlo>>.
Se reunió con el resto y Siete fue el primero en exponer sus pesamientos cuando Sox preguntó.
-Me parece un buen sitio - dijo el nublino.- Si quitamos el hecho de los pájaros este sitio tiene una fuente de agua, una cocina, armas, camas, una tina... Es mejor que el sitio en el que estamos ahora - comentó con una sonrisa.- Sí, ya sé que no sabemos si el agua es potable, pero es fácil de saber y rápido. Por si fuera poco no tenemos muy lejos la torre de la comida y el puente levadizo nos garantiza más seguridad - declaró.- Estoy de acuerdo con lo de volver y decidir entre todos, pero mi voto al respecto es positivo.
Fue al patio separándose de su hermano y observó unas pequeñas puertas, se dirigió a ellas y cuando abrió la primera un fuerte olor le llegó a la nariz. <<He ido a dar con las letrinas>> pensó por una parte contento y por la otra desagradado. Contento por saber que tenían letrinas, el desagrado provenía del olor, pero claramente no iban a oler a flores.
Tratando de despejarse del olor se dirigió al pozo y observó el agua. Oyó el puente subir un poco y no le quedó duda de que el carabés había dado con la palanca. <<¿Será potable? Hay una forma rápida de saberlo>>. Tiró el cubo al pozo y volvió a subirlo tras lo cual cogió un poco de agua y bebió un par de sorbos, por el sabor no le parecía en mal estado pero el tiempo lo diría.
Oyó el puente bajar y volvió dentro, por último quiso explorar el primer piso de la torre y subió por las escaleras. Abrió una puerta y se encontró con una sala vacía, se dirigió a otra puerta y esta vez al abrirla lo que pudo ver fue una suerte de bañera. <<Anda, una tina. Seguro que Mónica se alegra de esto. Ahora sólo quedaría calentar el agua y fabricar el jabón... Me pregunto si podré encontrar los ingredientes en la ciudad, salvo que ya haya jabón y entonces no tendría sentido hacerlo>>.
Se reunió con el resto y Siete fue el primero en exponer sus pesamientos cuando Sox preguntó.
-Me parece un buen sitio - dijo el nublino.- Si quitamos el hecho de los pájaros este sitio tiene una fuente de agua, una cocina, armas, camas, una tina... Es mejor que el sitio en el que estamos ahora - comentó con una sonrisa.- Sí, ya sé que no sabemos si el agua es potable, pero es fácil de saber y rápido. Por si fuera poco no tenemos muy lejos la torre de la comida y el puente levadizo nos garantiza más seguridad - declaró.- Estoy de acuerdo con lo de volver y decidir entre todos, pero mi voto al respecto es positivo.
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
23/02/16, 06:11 pm
Alzo una ceja ante la tajante respuesta de Sox, pero no iba a ser él el que le quitara la ilusión de hacerlo al carabés.
-Alguna palanca o algún mecanismo sí. - Añadió a lo que dijo su hermano.
Se quedó explorando la armería para ver que encontraba, muchas armas estaban en un estado decente aunque pocas en uno óptimo, la variedad no le sorprendió pues en las historias los rocavarancoleses solían portar armas distintas y a veces bastante extrañas de imaginarse aunque si le sorprendió otra cosa.
<<Esto... ¿Y las espadas normalitas de toda la vida? ¿En serio no hay ninguna? Pero si hay hasta manguales y porras con pinchos.>> -Pensó mientras sostenía un lucero del alba en sus manos.
Lo de las fundas y sobretodo armaduras ya le pareció un mal chiste del todo, ambas estaban desperdigadas y no había ni una armadura completa, simplemente partes que ni siquiera pertenecían al mismo conjunto casi nunca y desgastadas en su mayoría. <<A ver cómo me las apaño para ajustarlas y que salga algo decente.>>
Siguió buscando hasta que se topó con unas cuantas piedras de afilar amontonadas al lado de dos palas. <<Perfecto.>> -Pensó mirando las piedras. <<Y ya tenemos con que enterrar a alguien, aunque a una mala.... también sirven de armas, supongo.>>
Tenía que escoger algún arma para llevar consigo, de eso no había duda, así que cogió un cuchillo y una daga lo primero, para tener algo mínimo, y empezó a manejar las armas juzgando el peso y la utilidad. Los mandobles, los martillos de guerra y las hachas largas quedaron descartados al instante, tampoco tenía demasiada puntería así que como mucho unos cuchillos para lanzar en situaciones desesperadas, en cuanto a lanzas y bastones no quería tener que estar obligado a mantener las dos manos ocupadas. Al final descartó las contundentes y dudaba entre una espada ropera y una bastarda que no era muy grande.
Al final la versatilidad de la bastarda que podía empuñar con una mano o ambas y que podía usar como lanza acabó haciendo a Barael que se decantara por esta aunque no descartó usar la otra en un futuro. La blandió un poco para acostumbrarse algo a su peso sopesando la diferencia entre usar una y dos manos Con una sola podía manejarla pero no podría aguantar mucho tiempo lanzando tajos y con dos aunque se le haría más fácil no es como si supiera algo más que dar mandoblazos. Le buscó una funda que acabó hallando por suerte después de probar unas cuantas y se ajustó su nuevo equipo. Como extra se puso un guantelete de cuero en la zurda para agarrar cómodamente la espada y se hizo una armadura de hierro en el brazo para tener algo de protección con partes de por ahí, un guantelete, un brazal y una hombrera.
Una vez equipado subió para reencontrarse con el grupo. -Me parece bien. -Respondió a lo dicho por Siete. -En cuanto a la armería, la mayoría de las armas y escudos están en buenas condiciones, sin embargo las fundas están desperdigadas al igual que las armaduras, las cuales... bueno. -Enseñó lo que había apañado en su brazo derecho, cuyos colores, diseños y niveles de desgaste eran diferentes entre sí. -Os podéis hacer una idea.
-Alguna palanca o algún mecanismo sí. - Añadió a lo que dijo su hermano.
Se quedó explorando la armería para ver que encontraba, muchas armas estaban en un estado decente aunque pocas en uno óptimo, la variedad no le sorprendió pues en las historias los rocavarancoleses solían portar armas distintas y a veces bastante extrañas de imaginarse aunque si le sorprendió otra cosa.
<<Esto... ¿Y las espadas normalitas de toda la vida? ¿En serio no hay ninguna? Pero si hay hasta manguales y porras con pinchos.>> -Pensó mientras sostenía un lucero del alba en sus manos.
Lo de las fundas y sobretodo armaduras ya le pareció un mal chiste del todo, ambas estaban desperdigadas y no había ni una armadura completa, simplemente partes que ni siquiera pertenecían al mismo conjunto casi nunca y desgastadas en su mayoría. <<A ver cómo me las apaño para ajustarlas y que salga algo decente.>>
Siguió buscando hasta que se topó con unas cuantas piedras de afilar amontonadas al lado de dos palas. <<Perfecto.>> -Pensó mirando las piedras. <<Y ya tenemos con que enterrar a alguien, aunque a una mala.... también sirven de armas, supongo.>>
Tenía que escoger algún arma para llevar consigo, de eso no había duda, así que cogió un cuchillo y una daga lo primero, para tener algo mínimo, y empezó a manejar las armas juzgando el peso y la utilidad. Los mandobles, los martillos de guerra y las hachas largas quedaron descartados al instante, tampoco tenía demasiada puntería así que como mucho unos cuchillos para lanzar en situaciones desesperadas, en cuanto a lanzas y bastones no quería tener que estar obligado a mantener las dos manos ocupadas. Al final descartó las contundentes y dudaba entre una espada ropera y una bastarda que no era muy grande.
Al final la versatilidad de la bastarda que podía empuñar con una mano o ambas y que podía usar como lanza acabó haciendo a Barael que se decantara por esta aunque no descartó usar la otra en un futuro. La blandió un poco para acostumbrarse algo a su peso sopesando la diferencia entre usar una y dos manos Con una sola podía manejarla pero no podría aguantar mucho tiempo lanzando tajos y con dos aunque se le haría más fácil no es como si supiera algo más que dar mandoblazos. Le buscó una funda que acabó hallando por suerte después de probar unas cuantas y se ajustó su nuevo equipo. Como extra se puso un guantelete de cuero en la zurda para agarrar cómodamente la espada y se hizo una armadura de hierro en el brazo para tener algo de protección con partes de por ahí, un guantelete, un brazal y una hombrera.
Una vez equipado subió para reencontrarse con el grupo. -Me parece bien. -Respondió a lo dicho por Siete. -En cuanto a la armería, la mayoría de las armas y escudos están en buenas condiciones, sin embargo las fundas están desperdigadas al igual que las armaduras, las cuales... bueno. -Enseñó lo que había apañado en su brazo derecho, cuyos colores, diseños y niveles de desgaste eran diferentes entre sí. -Os podéis hacer una idea.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Personajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
23/02/16, 06:44 pm
Aunque sin duda era peor que el centro educativo en el que residía antiguamente, aquel torreón superaba con creces a las mazmorras en las que dormían ahora. O dicho con palabras de la bicharraca:
—Es feo, está sucio y medio gangoso, pero da veinte patadas al otro cuchitril escuchimizao en el que estamos. ¿Cuándo vamos a venirnos?
De hecho, si por ella fuera, ya no iría ni a buscar a los demás. Pero aquello no lo contemplarían los demás, bastante bien que lo sabía. «Ya se pueden meter por el cacas su dinámica de grupo y gilipolleces, parecen profes del cole», maldijo.
Aun así, pasó de protestar sobre lo de ir a preguntar a los que se quedaron en las mazmorras y se dedicó a rebuscar entre las armas alguna que le sirviera. Aunque al principio lo flipó bastante, estaba claro que, para empezar, la bastantes de ellas estaban en malas condiciones. Encima, estaba clarísimo que muchas estaban hechas principalmente para seres de más tamaño, sobre todo las largas como lanzas —que eran las que le interesaban—. Con estas premisas, le costó un buen rato hasta que encontró una lanza de un largo que le fuera más o menos adecuado. No se lo miró mucho, tampoco es que supiera gran cosa: «tiene una punta y no está hecha mierda, para mí».
A continuación, buscó un cuchillo y una funda que fueran adecuados, pues era de conocimiento común que tener uno a mano era básico para la supervivencia en entorno hostil —o desconocido, en el caso de esa ciudad—. De las cosas que se pudieran hacer con este ya ni idea, que esa clase se la fumó. Hubiera mirado por unas jabalinas también, pero le dio palo rebuscar más en el montón y le daba cosa cortarse.
Se fijó mientras escogía su arma en las elecciones de otros, en especial en el monstruo espada que pretendía llevarse Barael. «Qué puto flipao… Si ni siquiera sabe pinchar por la punta de un cuchillo el monaco este». Decidió no opinar nada del apaño de brazalete, le parecía directamente un peso inútil.
—Pse. No está mal, pero no os esperéis la rehostia —dijo a continuación que Barael cuando subió de la armería—. Nos venimos aquí pero fijo, ¿no?
—Es feo, está sucio y medio gangoso, pero da veinte patadas al otro cuchitril escuchimizao en el que estamos. ¿Cuándo vamos a venirnos?
De hecho, si por ella fuera, ya no iría ni a buscar a los demás. Pero aquello no lo contemplarían los demás, bastante bien que lo sabía. «Ya se pueden meter por el cacas su dinámica de grupo y gilipolleces, parecen profes del cole», maldijo.
Aun así, pasó de protestar sobre lo de ir a preguntar a los que se quedaron en las mazmorras y se dedicó a rebuscar entre las armas alguna que le sirviera. Aunque al principio lo flipó bastante, estaba claro que, para empezar, la bastantes de ellas estaban en malas condiciones. Encima, estaba clarísimo que muchas estaban hechas principalmente para seres de más tamaño, sobre todo las largas como lanzas —que eran las que le interesaban—. Con estas premisas, le costó un buen rato hasta que encontró una lanza de un largo que le fuera más o menos adecuado. No se lo miró mucho, tampoco es que supiera gran cosa: «tiene una punta y no está hecha mierda, para mí».
A continuación, buscó un cuchillo y una funda que fueran adecuados, pues era de conocimiento común que tener uno a mano era básico para la supervivencia en entorno hostil —o desconocido, en el caso de esa ciudad—. De las cosas que se pudieran hacer con este ya ni idea, que esa clase se la fumó. Hubiera mirado por unas jabalinas también, pero le dio palo rebuscar más en el montón y le daba cosa cortarse.
Se fijó mientras escogía su arma en las elecciones de otros, en especial en el monstruo espada que pretendía llevarse Barael. «Qué puto flipao… Si ni siquiera sabe pinchar por la punta de un cuchillo el monaco este». Decidió no opinar nada del apaño de brazalete, le parecía directamente un peso inútil.
—Pse. No está mal, pero no os esperéis la rehostia —dijo a continuación que Barael cuando subió de la armería—. Nos venimos aquí pero fijo, ¿no?
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
23/02/16, 08:07 pm
Lorenzo
Callose el diestro ante el comentario cruel de Don Sox ante su facilidad de asumir que deberian exterminar a las aves. Pena que le colmase, ellas estaban ahi de antes, tan solo querian proteger sus nidos y, solo mostraban esa agresividad ante intrusos. Lorenzo podia ser muchas cosas, pero nunca mataba por matar, y menos, a criaturas inocentes del señor.
Un comentario, sin embargo, llegole al alma. Parecia ser que otros, en su explore de aquel edificio habianse encontrado con panopilas de armas, puede que incluso una fuerte armeria. Casi dando brincos y su sombrero de ala dando palmadas por encima de la su cabeza, el español escusose un momento para comprobarlo el en las sus carnes mismas.
Non podria creerlo. Aqueso era una armeria casi completa, salvo por la falta de mosquetes, pistolas, rodelas y otras herramientas de la guerra, podiase decir que habia armas para todos los integrantes del grupo. Cierto era, sin embargo, que aquellas armas estaban sucias y malcuidadas, denteras abrianse paso por los filos, de aquellas que todavia tenianlos, entra mezclas de acero y hierro dudables, propiamente templadas bajo criterios no tan propiamente apropiados, y con algunos puntos de balance más que cuestionables.
No pudo sino admitir derrota, y descartar completamente que non habia acero toledano o vizcaino entre semejantes piezas. Conociase de más de un ferrero que lloraria ante tal vista, tantas armas de tan poco lustre y tan mal aprovechadas. Asi que llegose a la conclusión, y tomó una por el mango. La dentera de su fil hizole el bigote bailar, pero, sin más formas, habia de servirle así. Giró la muñeca en el aire y asin hizo la punta, describiendo circulos, por el transversal, por el extraño, por el recto y por el perpendicular. Podiase decir, una vez más, que aquello serviria.
Solo quedabale una cosa más, tras una floritura, acercose el plano de la hoja a la boca, con arte y gracia de un diestro español. Cerca, tan cerca, podia oler la hoja y su uso, su experiencia y grabado en la historia. Cerca, tan cerca, que sus labios parecian dispuestos a besarla de puro amor al arte. Mas, algo diferente ocurrio. Asi como el enamorado susurra dulces palabras en la alcoba de la cortesana, el español dirigiose con la punta de su lengua, dibujando palabras en el aire en pos de cortejar al objeto como una bella dama en su desfile.
—Despierta, ferro.—fue lo que el diestro comandola, y la espada, como si por vida propia se tuviera, sintiose más ligera en la ruda mano del español, quien agarrabala de pellizco, pero con cierta presión precisa, como el artesano de su oficio. Dos tres tajos consecutiva. Los ojos ambarinos buscaban el enemigo invisible, mientras que sus oidos permanecian atentos, a las palabras de la espada que silbaba en el aire, esperando que su historia se contase.
Tras unos minutos, sin embargo, el diestro abandonó toda esperanza y claudicó en un intento de comunicarse con el arma. Por supuesto, la barrera del lenguaje non debia ser el problema, pues la fuente le maldijo, y en aquellos instantes, debia de estar usando su misma lengua. Investigaria más a fondo, más tarde, pero por el momento ya tenia algo claro como el agua.
—No debo sino disculparme, querida, todavia no os he dado nombre. Sea pues, debido a nuestra precaria situacion y tablado en el que nos encontramos, te he de llamar por una cosa y solo una cosa: Extranjera.—concluyó con una sonrisa, mientras tironeabase del bigote.
Bendijola con un beso y un santiguado a la virgencita de empel y enfundola en su cinto. Pasos más arriba, llego a escuchar las palabras del nublino, a las cuales solo pudo comentar una cosa.
—No querria sonar importuno, Don Barael y aunque coincido en lo demas, mas con la experiencia que me habeis mostrado al tanto, no puedo estar de acuerdo en vuesa opinion sobre el armamento de ahí abajo. Sólido es, y algunas piezas mejor que otras, pero yo no lo dedicaria tan pristinos nombres. Son herramientas, no armas, pero nos servirán a todo aquel que quiera sentirse más seguro.—
Dijo y tamborileó sonoramente con las yemas enguatadas sobre el plano de Extranjera.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
24/02/16, 06:33 pm
Cuando Chamán dijo que se encargaría del puente, la roquense le siguió hasta que vio cómo era el mecanismo. Intrigada y algo maravillada, subió y se quedó frente a la entrada. Quería ver cómo aquella cosa subía y bajaba, y de paso vigilar que funcionaba bien. Procuró no molestar a las idas y venidas del macho mientras Dudoso curioseaba o hacía algo en la cocina. Cuando acabó y se reunieron todos, Sinceridad ya tenía claro que debían quedarse allí.
—Yo me quedaría. Ese puente es genial. Y todo lo que ya habéis dicho. Yo me quedo. Pero tendréis que enseñarme a usar las cosas de la armería. Y si aprendo a usar el puente, si hiciera falta podemos abandonar el refugio todos sin riesgo a quedarnos fuera —sugirió, pero luego volvió a lo importante—. ¿Nos dividimos para ir a avisar a los demás? O puedo ir yo sola si queréis, iría más rápido, y mientras os quedáis adecentando esto o... Lo que diga el grupo.
—Yo me quedaría. Ese puente es genial. Y todo lo que ya habéis dicho. Yo me quedo. Pero tendréis que enseñarme a usar las cosas de la armería. Y si aprendo a usar el puente, si hiciera falta podemos abandonar el refugio todos sin riesgo a quedarnos fuera —sugirió, pero luego volvió a lo importante—. ¿Nos dividimos para ir a avisar a los demás? O puedo ir yo sola si queréis, iría más rápido, y mientras os quedáis adecentando esto o... Lo que diga el grupo.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
25/02/16, 04:30 pm
Unanimidad. Eso le gustaba. Sox asintió ante el resumen de Eriel, sin ver razón por la que disentir. Factores positivos menos factores negativos te daban el total: era la mejor forma de tomar decisiones. Y el balance de aquel torreón salía ampliamente positivo.
—Es la opción más sensata —no constituía allanamiento de morada si nadie vivía allí, al fin y al cabo.
Frunció levemente el ceño mientras calibraba la hipótesis de Siete.
—No está señalizado de ninguna forma, y está en condiciones similares al resto de la ciudad —terminó por decir—. Y de no ser por Eriel no sabríamos a qué viene el reloj ni cómo interpretarlo. Nos hemos limitado a encontrar un sitio más conveniente.
Le pesaba admitir aquello, porque aún albergaba la esperanza (irracional a aquellas alturas, y aquello le irritaba) de que hubiese alguna clase de plan u orden superior que seguir en alguna parte. Algo claro, desglosado, organizado y con sentido.
Opinaba, de forma inadvertida, algo similar que Sak respecto a las armas. Más adelante puede que cambiase de tercio, pero ahora mismo le parecía una estupidez ir cargando con una que uno no sabía manejar. Por consiguiente eligió un par de puñales para el trayecto de vuelta a las mazmorras, con las que podría apañarse de forma instintiva de ser necesario. No tenía sentido pensar en qué le era más conveniente la larga cuando tenían algo más urgente que resolver. Habría tiempo para decidir, incluso si tenía que conformarse con antiguallas como aquellas.
La excepción la constituía a sus ojos Lorenzo, que tal y como había manifestado en su momento, sí sabía manejarse con destreza con una espada.
—Dudo que sea mágica —le informó sin el menor asomo de malicia. Creía que le hablaba a la hoja para activar alguna clase de comando de voz—. Estaría señalizado en alguna parte.
—Eso parece —concluyó ante la pregunta de Sak. No había habido voces en contra de ello, y dudaba que los que se habían quedado se opusieran cuando vieran el torreón. Con todo nada estaba cerrado ni resuelto hasta que esto último sucediera, de modo que con aquella intervención y la de Since dio mentalmente por terminado el concilio grupal.
Quedaron en volver todos juntos. Total, poco tendrían que hacer allí para instalarse si no se llevaban consigo lo útil de las mazmorras: podían aprovechar un viaje.
Sigue en las Mazmorras de la Cosecha.
—Es la opción más sensata —no constituía allanamiento de morada si nadie vivía allí, al fin y al cabo.
Frunció levemente el ceño mientras calibraba la hipótesis de Siete.
—No está señalizado de ninguna forma, y está en condiciones similares al resto de la ciudad —terminó por decir—. Y de no ser por Eriel no sabríamos a qué viene el reloj ni cómo interpretarlo. Nos hemos limitado a encontrar un sitio más conveniente.
Le pesaba admitir aquello, porque aún albergaba la esperanza (irracional a aquellas alturas, y aquello le irritaba) de que hubiese alguna clase de plan u orden superior que seguir en alguna parte. Algo claro, desglosado, organizado y con sentido.
Opinaba, de forma inadvertida, algo similar que Sak respecto a las armas. Más adelante puede que cambiase de tercio, pero ahora mismo le parecía una estupidez ir cargando con una que uno no sabía manejar. Por consiguiente eligió un par de puñales para el trayecto de vuelta a las mazmorras, con las que podría apañarse de forma instintiva de ser necesario. No tenía sentido pensar en qué le era más conveniente la larga cuando tenían algo más urgente que resolver. Habría tiempo para decidir, incluso si tenía que conformarse con antiguallas como aquellas.
La excepción la constituía a sus ojos Lorenzo, que tal y como había manifestado en su momento, sí sabía manejarse con destreza con una espada.
—Dudo que sea mágica —le informó sin el menor asomo de malicia. Creía que le hablaba a la hoja para activar alguna clase de comando de voz—. Estaría señalizado en alguna parte.
—Eso parece —concluyó ante la pregunta de Sak. No había habido voces en contra de ello, y dudaba que los que se habían quedado se opusieran cuando vieran el torreón. Con todo nada estaba cerrado ni resuelto hasta que esto último sucediera, de modo que con aquella intervención y la de Since dio mentalmente por terminado el concilio grupal.
Quedaron en volver todos juntos. Total, poco tendrían que hacer allí para instalarse si no se llevaban consigo lo útil de las mazmorras: podían aprovechar un viaje.
Sigue en las Mazmorras de la Cosecha.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
06/03/16, 04:11 pm
Sox se había encontrado entre los que habían visto Maciel la primera vez de modo que aquella segunda entrada la dedicó, en lugar de asimilar su entorno, a analizarlo con ojo crítico. Una prioridad saltó inmediatamente a su atención.
—Esto va a necesitar una buena limpieza —su tono no admitía réplica. Aquél era un edificio habitable con todas las de la ley. A sus ojos ponerlo en condiciones óptimas no era opcional.
Mientras los demás hiciesen lo que fuera (en su caso dejar lo que había estado cargando encima de un sofá cercano), empezó a barajar información para hacer la tarea más eficiente.
Tenían una azotea infestada de bichos. Al carabés le urgía la necesitar de terminar con aquella plaga lo primero de todo o al menos echarla de allí, pero sin recursos mágicos para ello no disponían de un medio seguro para hacerlo.
Eso le recordó que aquella limpieza tendría que llevarse a cabo sin magia. Con algo semejante a desasosiego invadiéndole el estómago, Sox calculó que iban a tener que gastar el día entero en aquella tarea dada la envergadura del torreón. Tal vez más. Aquel torreón tenía cuatro plantas, más una mazmorra. Convenía limpiar en dirección al salón en el caso de la segunda, y echando la suciedad por las ventanas en los demás.
—En mi mundo no se limpia de forma manual. Los que sí estáis acostumbrados a hacerlo, ¿cuánto estimáis que podemos tardar? —deseaba que alguien le contradijera. Ya había experimentado en sus carnes lo incómodas y lentas que eran las cosas sin magia, pero en muchos aspectos aún medía las cosas en una escala carabesa, y tenía que corregirse luego.
Había un puente levadizo, siguió rumiando, aún sin terminar de creerse que iban a tener que hacer todo aquello a mano. Podían echar todo lo que barrieran al foso, aunque su primer impulso ante aquella solución tan tosca era torcer el gesto.
—¿Alguien sabe si hay escobas siquiera?
Trapos sí, por suerte. Aun si no fueran suficientes disponían de la tela de sobra que habían traído de las mazmorras.
—Esto va a necesitar una buena limpieza —su tono no admitía réplica. Aquél era un edificio habitable con todas las de la ley. A sus ojos ponerlo en condiciones óptimas no era opcional.
Mientras los demás hiciesen lo que fuera (en su caso dejar lo que había estado cargando encima de un sofá cercano), empezó a barajar información para hacer la tarea más eficiente.
Tenían una azotea infestada de bichos. Al carabés le urgía la necesitar de terminar con aquella plaga lo primero de todo o al menos echarla de allí, pero sin recursos mágicos para ello no disponían de un medio seguro para hacerlo.
Eso le recordó que aquella limpieza tendría que llevarse a cabo sin magia. Con algo semejante a desasosiego invadiéndole el estómago, Sox calculó que iban a tener que gastar el día entero en aquella tarea dada la envergadura del torreón. Tal vez más. Aquel torreón tenía cuatro plantas, más una mazmorra. Convenía limpiar en dirección al salón en el caso de la segunda, y echando la suciedad por las ventanas en los demás.
—En mi mundo no se limpia de forma manual. Los que sí estáis acostumbrados a hacerlo, ¿cuánto estimáis que podemos tardar? —deseaba que alguien le contradijera. Ya había experimentado en sus carnes lo incómodas y lentas que eran las cosas sin magia, pero en muchos aspectos aún medía las cosas en una escala carabesa, y tenía que corregirse luego.
Había un puente levadizo, siguió rumiando, aún sin terminar de creerse que iban a tener que hacer todo aquello a mano. Podían echar todo lo que barrieran al foso, aunque su primer impulso ante aquella solución tan tosca era torcer el gesto.
—¿Alguien sabe si hay escobas siquiera?
Trapos sí, por suerte. Aun si no fueran suficientes disponían de la tela de sobra que habían traído de las mazmorras.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
07/03/16, 01:38 am
Eriel sonrió a la humana ignorante de las intenciones de ésta. No hizo mucho más durante el día, si acaso ayudó a recoger las cosas que tenía por allí.
Al día siguiente cargó las cosas y volvió hacia el torreón muy contento. Nada más entrar en el sitio dejó las cosas en el suelo y miró a Sox que parecía dispuesto a dar órdenes de limpieza.
-Limpieza sí, pero no os molestéis con lo ennegrecido, no se va a quitar - anunció mientras se estiraba.- Ahí hubo un fuego encendido y no creo que podamos quitar los signos de éste.
En respuesta a las palabras del carabés Eriel se puso a rebuscar por la cocina para ver si encontraba algo mínimamente parecido a una escoba. Encontró trapos, cubos, material de cocina en general y en un cajón, como escondida hacia el interior de éste, una pastilla de jabón grande. Con una sonrisa de oreja a oreja el chico se la escondió tras la espalda y se acercó a Mónica. En su mente aquello acababa de cobrar más importancia que la limpieza.
-Mónica, mira lo que he encontrado - le puso la pastilla en las manos.- Toda tuya - le dijo con su mejor sonrisa.
Al día siguiente cargó las cosas y volvió hacia el torreón muy contento. Nada más entrar en el sitio dejó las cosas en el suelo y miró a Sox que parecía dispuesto a dar órdenes de limpieza.
-Limpieza sí, pero no os molestéis con lo ennegrecido, no se va a quitar - anunció mientras se estiraba.- Ahí hubo un fuego encendido y no creo que podamos quitar los signos de éste.
En respuesta a las palabras del carabés Eriel se puso a rebuscar por la cocina para ver si encontraba algo mínimamente parecido a una escoba. Encontró trapos, cubos, material de cocina en general y en un cajón, como escondida hacia el interior de éste, una pastilla de jabón grande. Con una sonrisa de oreja a oreja el chico se la escondió tras la espalda y se acercó a Mónica. En su mente aquello acababa de cobrar más importancia que la limpieza.
-Mónica, mira lo que he encontrado - le puso la pastilla en las manos.- Toda tuya - le dijo con su mejor sonrisa.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
07/03/16, 10:02 pm
Mon, desde que sabía que había una bañera en el lugar nuevo, no podía parar quieta de nervios. El día antes a marchar no pudo relajarse ni un momento, revisando una y otra vez el contenido de su bolsito para ver si se dejaba alguno de sus imprescindibles (imposible ya que ni los había sacado)… y buscando como loca su coronita de plástico, desaparecida en combate al parecer; y el día que partían daba botes como loca de lo contenta que estaba, comprobando una y otra vez que su bolsito estaba colgado a su costado.
Cuando llegaron se plantó en la puerta junto a Vampy y respiró hondo con una sonrisa de oreja a oreja. -¡Huele a hogar! Aunque sí, esto va a necesitar una limpieza a fondo- asintió con voz severa a lo que dijo el carabés. Sin pensar demasiado se adentró en el edificio, curioseándolo todo y teniendo cuidado de no tocar nada.
-Pues hombre, a pesar de todo si tampoco hay fregonas va a tardar más de lo que solemos tardar en limpiar en mi casa…- comentó. “Sobre todo teniendo en cuenta que vivo en una caravana y eso se limpia en un suspiro” se dijo para su fuero interno mientras seguía curioseando, al menos hasta que escuchó la voz de Cenizo detrás de ella.
-¿El qué?- le preguntó la chica, tratando de ver lo que el nublino ocultaba a su espalda. Cuando le puso una pastilla de jabón en las manos Mónica se tambaleó hacia atrás, con la boca abierta de par en par y sintiéndose mareada. –Oh, Dios mío- tartamudeó mientras escuchaba cómo el corazón le atronaba en sus oídos.
Miró alternativamente a la pastilla de jabón y a Cenizo con los ojos empañados, incapaz de reaccionar durante unos minutos, y después saltó y le dio un rápido abrazo, estampándole también un fuerte beso en la mejilla y comenzando a saltar por el cuarto aferrando la pastilla junto a su pecho (y cantando algo parecido a un "tengo jabón, tengo jabón, tengo jabón, jajajajaja"), deteniéndose para volver a abrazar un par de veces más al pobre chico, que debía de estar atónito.
-¡Sí! ¡Por fin!- reía mientras bailoteaba, feliz, abrazada a su jabón, ignorando por completo las reacciones que pudieran estar teniendo los demás a su arrebato. Después se quedó quieta y se puso seria. –Supongo que vamos a tener que racionarlo…- comentó con voz preocupada.
“Y yo me voy a quedar con el cacho más grande. ¿Qué hago primero? ¿Ducha o limpiar? Me apetece ducha pero fijo que está carrañento todo esto y arg. Limpiar entonces”.
-Bueno, ahora que tenemos esto- elevó la pastilla casi esperando un coro de ángeles y luz celestial alrededor de ella- podemos limpiar mejor de lo que podríamos haber hecho sin él. Ahora toca buscar escobas, y fregonas, y barreños- se acercó al carabés, el único que parecía entender su ansiedad por la limpieza. -¿Te vienes a buscar?
Cuando llegaron se plantó en la puerta junto a Vampy y respiró hondo con una sonrisa de oreja a oreja. -¡Huele a hogar! Aunque sí, esto va a necesitar una limpieza a fondo- asintió con voz severa a lo que dijo el carabés. Sin pensar demasiado se adentró en el edificio, curioseándolo todo y teniendo cuidado de no tocar nada.
-Pues hombre, a pesar de todo si tampoco hay fregonas va a tardar más de lo que solemos tardar en limpiar en mi casa…- comentó. “Sobre todo teniendo en cuenta que vivo en una caravana y eso se limpia en un suspiro” se dijo para su fuero interno mientras seguía curioseando, al menos hasta que escuchó la voz de Cenizo detrás de ella.
-¿El qué?- le preguntó la chica, tratando de ver lo que el nublino ocultaba a su espalda. Cuando le puso una pastilla de jabón en las manos Mónica se tambaleó hacia atrás, con la boca abierta de par en par y sintiéndose mareada. –Oh, Dios mío- tartamudeó mientras escuchaba cómo el corazón le atronaba en sus oídos.
Miró alternativamente a la pastilla de jabón y a Cenizo con los ojos empañados, incapaz de reaccionar durante unos minutos, y después saltó y le dio un rápido abrazo, estampándole también un fuerte beso en la mejilla y comenzando a saltar por el cuarto aferrando la pastilla junto a su pecho (y cantando algo parecido a un "tengo jabón, tengo jabón, tengo jabón, jajajajaja"), deteniéndose para volver a abrazar un par de veces más al pobre chico, que debía de estar atónito.
-¡Sí! ¡Por fin!- reía mientras bailoteaba, feliz, abrazada a su jabón, ignorando por completo las reacciones que pudieran estar teniendo los demás a su arrebato. Después se quedó quieta y se puso seria. –Supongo que vamos a tener que racionarlo…- comentó con voz preocupada.
“Y yo me voy a quedar con el cacho más grande. ¿Qué hago primero? ¿Ducha o limpiar? Me apetece ducha pero fijo que está carrañento todo esto y arg. Limpiar entonces”.
-Bueno, ahora que tenemos esto- elevó la pastilla casi esperando un coro de ángeles y luz celestial alrededor de ella- podemos limpiar mejor de lo que podríamos haber hecho sin él. Ahora toca buscar escobas, y fregonas, y barreños- se acercó al carabés, el único que parecía entender su ansiedad por la limpieza. -¿Te vienes a buscar?
- Mónica con el jabón:
TENGO UNA PASTILLA DE JABÓON, TENGO UNA PASTILLA DE JABÓON... ¡Y TÚ NO LO TIENES!
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
07/03/16, 11:12 pm
Sakrilt tenía muy claras sus prioridades al llegar al torreón: soltar donde primero viera el par de sábanas que cargaba —sin contar la que llevaba a modo de túnica cutre salchichera— y tirarse al sofá que vio el día anterior a descansar. No es que el trayecto desde las mazmorras hubiera sido duro ni nada: era puro cansancio acumulado, incomodidad que a lo largo de los días se elevaba exponencialmente y la dejaba con ganas de no hacer absolutamente nada de provecho —aunque de eso tiene siempre—.
Y de tal forma procedió en cuanto entró al Torreón Maciel. Estaba incluso de buen humor, pero rápidamente se le pasó al oír lo que comentaban el resto. Joder, si a ella se la pelaban limpiezas, escobas y «su puta madre en patera», que diría resumiendo todo su estado. «¿Es que no se cansan los monacos estos? Joder. Yo ya limpiaré otro día…». No le deis mucho crédito a este último pensamiento.
Mientras el resto seguía con su perorata sobre limpieza, con la idea de querer pasar desapercibida, se tiró encima del sofá sin decir ni una palabra, pies incluidos. Sí, está claro que la discreción no es su fuerte.
Y de tal forma procedió en cuanto entró al Torreón Maciel. Estaba incluso de buen humor, pero rápidamente se le pasó al oír lo que comentaban el resto. Joder, si a ella se la pelaban limpiezas, escobas y «su puta madre en patera», que diría resumiendo todo su estado. «¿Es que no se cansan los monacos estos? Joder. Yo ya limpiaré otro día…». No le deis mucho crédito a este último pensamiento.
Mientras el resto seguía con su perorata sobre limpieza, con la idea de querer pasar desapercibida, se tiró encima del sofá sin decir ni una palabra, pies incluidos. Sí, está claro que la discreción no es su fuerte.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
08/03/16, 08:29 pm
Siete esperaba tardar unas cuantas horas, pero lo cierto es que, acostumbrado a los campamentos temporales y no a los edificios de piedra, no sabía estimar la cantidad de trabajo que daban. Eso dijo, con toda sinceridad, cuando salió el tema.
Estuvo pronto dedicado a tareas de limpieza, no sin buena disposición pero aparentemente, no satisfaciendo las necesidades de otros. Incluso aunque no se lo dijeran, lo leía en su postura, en la forma de mirar algo que estaba a punto de dejar atrás. Se ofreció a cocinar.
- Tampoco se vuestros gustos, pero es más probable que quedeis satisfechos. Cuando pueda ver como quereis cada cosa, sabré imitarla en otra ocasión.
Ahora tenía material y espacio con el que trabajar. Siete tenía preferencia natural por el pescado. Olió con cuidado las especias para mezclar mentalmente los sabores y se puso manos a la obra después de mojarse las manos. Contó mentalmente el número de personas antes de separar ingredientes y estar seguro de que cubrirían las necesidades. Cantó una canción infantil mientras lo hacía, adaptando como podía la nueva letra. Las silabas le sorprendían siendo muy largas o muy cortas de pronto. Estaba de buen humor, y se veía perfectamente en la forma que entonaba. El nuevo comienzo le daba esperanza. Pescado, verdura, pan caliente y queso cortado estaban en la mesa al mediodía.
Estuvo pronto dedicado a tareas de limpieza, no sin buena disposición pero aparentemente, no satisfaciendo las necesidades de otros. Incluso aunque no se lo dijeran, lo leía en su postura, en la forma de mirar algo que estaba a punto de dejar atrás. Se ofreció a cocinar.
- Tampoco se vuestros gustos, pero es más probable que quedeis satisfechos. Cuando pueda ver como quereis cada cosa, sabré imitarla en otra ocasión.
Ahora tenía material y espacio con el que trabajar. Siete tenía preferencia natural por el pescado. Olió con cuidado las especias para mezclar mentalmente los sabores y se puso manos a la obra después de mojarse las manos. Contó mentalmente el número de personas antes de separar ingredientes y estar seguro de que cubrirían las necesidades. Cantó una canción infantil mientras lo hacía, adaptando como podía la nueva letra. Las silabas le sorprendían siendo muy largas o muy cortas de pronto. Estaba de buen humor, y se veía perfectamente en la forma que entonaba. El nuevo comienzo le daba esperanza. Pescado, verdura, pan caliente y queso cortado estaban en la mesa al mediodía.
-
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
09/03/16, 07:45 pm
-Hay hueso de sobra allí como para hacer cuarenta peines, cuando nos mudemos y limpiemos te enseñaré a tallar en hueso. -Contestó a Dafne.
Una vez todo aclarado se fue a descansar mientras le enseñaba a Dafne como ir haciendo un peine con madera.
Ya había pasado bastante tiempo desde la última vez que había hecho nada y a la hora de dormir últimamente estaba que se subía por las paredes así que esa noche decidió dormir solo. Aunque no fuera mucho, le ayudaría a calmarse.
No pudo evitar fijarse en el comportamiento de su hermano hacia Mon, quizás para los demás seguía siendo simplemente un chico alegre, pero él lo notaba más feliz y sobre todo, más dispuesto a hacer cosas. No le quedo ninguna duda cuando después de dejar sus cosas y la comida a mano montaron el numerito del jabón. <<Espero que no le rompa el corazón, igual debería hablar con ella más tarde. Después de todo, él ya está en esa edad...>> Aunque de todas maneras se alegraba de que su hermano fuese más activo. Se fue abajo y subió el puente levadizo para que nada pudiera entrar y pudieran estar más relajados.
Todo necesitaba una limpieza, en especial el patio por lo que su sentido de "hay que trabajar duro" se activó y se puso manos a la obra sin falta, con un cubo de agua y un trapo se dispuso a hacerlo cuando vio a Sak vagueando. Mojo otro trapo, lo escurrió y se lo puso encima.
-A trabajar. -Su hermano podría reconocer aquella cara enfadada y aquella pequeña frase a la perfección. No aceptaba ninguna excusa en esta situación, no tener escobas no daba baza a ser menos productivos.
Empezó a limpiar el patio sin tapujos, con velocidad y eficacia, eliminando cagadas y polvo como si su vida dependiese de ello con la intención de acabar lo más pronto posible y continuar en donde hiciera falta, siempre dispuesto a trabajar algo más.
-Siempre que hagas lo que sea, procura hacerlo lo más perfecto posible en el menor tiempo que puedas. -Decía para si, recordando las enseñanzas de su abuelo.
Una vez todo aclarado se fue a descansar mientras le enseñaba a Dafne como ir haciendo un peine con madera.
Ya había pasado bastante tiempo desde la última vez que había hecho nada y a la hora de dormir últimamente estaba que se subía por las paredes así que esa noche decidió dormir solo. Aunque no fuera mucho, le ayudaría a calmarse.
No pudo evitar fijarse en el comportamiento de su hermano hacia Mon, quizás para los demás seguía siendo simplemente un chico alegre, pero él lo notaba más feliz y sobre todo, más dispuesto a hacer cosas. No le quedo ninguna duda cuando después de dejar sus cosas y la comida a mano montaron el numerito del jabón. <<Espero que no le rompa el corazón, igual debería hablar con ella más tarde. Después de todo, él ya está en esa edad...>> Aunque de todas maneras se alegraba de que su hermano fuese más activo. Se fue abajo y subió el puente levadizo para que nada pudiera entrar y pudieran estar más relajados.
Todo necesitaba una limpieza, en especial el patio por lo que su sentido de "hay que trabajar duro" se activó y se puso manos a la obra sin falta, con un cubo de agua y un trapo se dispuso a hacerlo cuando vio a Sak vagueando. Mojo otro trapo, lo escurrió y se lo puso encima.
-A trabajar. -Su hermano podría reconocer aquella cara enfadada y aquella pequeña frase a la perfección. No aceptaba ninguna excusa en esta situación, no tener escobas no daba baza a ser menos productivos.
Empezó a limpiar el patio sin tapujos, con velocidad y eficacia, eliminando cagadas y polvo como si su vida dependiese de ello con la intención de acabar lo más pronto posible y continuar en donde hiciera falta, siempre dispuesto a trabajar algo más.
-Siempre que hagas lo que sea, procura hacerlo lo más perfecto posible en el menor tiempo que puedas. -Decía para si, recordando las enseñanzas de su abuelo.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
09/03/16, 10:57 pm
Lo del nuevo que había despertado fue muy raro. Antes habría esperado que las ratas de fuego les hubieran invadido el refugio a que uno de los inconscientes hubiera resucitado... ¿Porque cómo podían estar dormidos tanto tiempo sin comer? ¿Acaso esa gente tan extraña podía hibernar? No parecían tener muchas reservas así que la roquense lo dudaba, la verdad, pero algo se le escapaba. No le dio muchas vueltas y tan solo se dedicó a recoger lo necesario para el torreón después de haberse presentado.
El retorno al torreón... también fue curioso. Se armó un revuelo por limpiar que no entendía. Vale que necesitase pasar un par de veces unas ramitas y quitar telarañas y demás, pero nada urgente precisamente. O eso pensaba ella. Por eso se los quedó mirando mientras preguntaban y buscaban "escobas", que pronto vio qué eran: versiones más... hum... <<Eso es de sureños. Malditos sedentarios. Con lo fácil que es cortar unas ramitas y coger un poco de agua. ¿Y cuando no limpian, qué hacen con esa "escoba"? ¿Tenerla abandonada? Tss>> Estaba de broma, claro, le hacía gracia el asunto. No es que hubiera árboles cerca del torreón, así que aquellas cosas eran útiles y a las malas se podrían usar para espantar a los pajarracos de arriba.
se encogió de hombros y optó por la planta de abajo.
—Yo me encargo de la armería —informó antes de bajar.
Las armas y armaduras estaban cubiertas de polvo, telarañas, y algún que otro insecto (que se vio tentada a usar de aperitivo, pero la desconfianza le hizo descartarlos) había hecho de ellas su hogar, así que se armó con un trapo y un cuenco con agua y bajó. Así, de paso, empezaría a familiarizarse con todo lo que allí había. Que, por cierto, no sabía qué diantre eran las cosas que había en la armería, pero era obvio que todo estaba hecho para pelear o defenderse. Acostumbrada a cuchillos de piedra y lanzas de madera, aquel montón de armas era una maravilla, aún polvorientas. Empezó por lo que mejor conocía, aquellas alargadas y rematadas en punta afilada que recordaban a sus lanzas, o los cuchillos. Le habían dicho que aquel material duro y frío era metal, algo que salía de las piedras. No había entendido mucho de la explicación, suficiente tenía con la maravilla que cada objeto representaba. <<Menos mal que el Coro no está tan avanzado... si tuvieran cosas de estas nos habrían exterminado ya. Pero si me puedo llevar algunas a la vuelta... O si alguien sabe cómo fabricar ese metal tan raro...>> La pega es que no sabía cuándo volvería, así que lo dejó aparte.
Lanzas, cuchillos... Luego pasó a lo que habían llamado "espadas". Después de limpiar cada cosa, las cogía e intentaba figurarse cómo funcionarían según la forma y el peso, con extremo cuidado, obviamente. No estaban mal de peso, eran manejables y si alguno sabía usarlas creía que aprendería rápido. Finalmente, cuando acababa de limpiar y manipular cada una, las dejaba con las que más se le parecían: había decidido ordenar la armería según las semejanzas entre las armas y dejar las armaduras en otro sitio. Sobre esas... no veía cómo volar con aquellas piezas y placas de metal. Demasiado peso. Tampoco se veía volando si tenía que cargar con escudos y armas... Y no sacrificaría el vuelo a la hora de cazar, o al menos no pensaba hacerlo de momento.
Si alguien bajaba, la encontraría o bien pasando trapos por las hojas de metal o probando el peso, pero siempre tarareando alguna canción roquense. O incluso tamborileando en un escudo con varios cuchillos cuando descubrió que ese metal sonaba bien... Es más, allí había material de percusión de sobra para tocar algo, así que acabó vestida con algunas piezas de protecciones de cuero, varios cintos por el cuerpo (sin armas) y golpeando algún cuchillo contra algún escudo con remaches mientras bailoteaba y cantaba. No podía ver armas y no recordar los bailes alrededor de las hogueras cuando salían a cazar. Perder una oportunidad como aquella sí que era herejía, no las estupideces del Coro.
El retorno al torreón... también fue curioso. Se armó un revuelo por limpiar que no entendía. Vale que necesitase pasar un par de veces unas ramitas y quitar telarañas y demás, pero nada urgente precisamente. O eso pensaba ella. Por eso se los quedó mirando mientras preguntaban y buscaban "escobas", que pronto vio qué eran: versiones más... hum... <<Eso es de sureños. Malditos sedentarios. Con lo fácil que es cortar unas ramitas y coger un poco de agua. ¿Y cuando no limpian, qué hacen con esa "escoba"? ¿Tenerla abandonada? Tss>> Estaba de broma, claro, le hacía gracia el asunto. No es que hubiera árboles cerca del torreón, así que aquellas cosas eran útiles y a las malas se podrían usar para espantar a los pajarracos de arriba.
se encogió de hombros y optó por la planta de abajo.
—Yo me encargo de la armería —informó antes de bajar.
Las armas y armaduras estaban cubiertas de polvo, telarañas, y algún que otro insecto (que se vio tentada a usar de aperitivo, pero la desconfianza le hizo descartarlos) había hecho de ellas su hogar, así que se armó con un trapo y un cuenco con agua y bajó. Así, de paso, empezaría a familiarizarse con todo lo que allí había. Que, por cierto, no sabía qué diantre eran las cosas que había en la armería, pero era obvio que todo estaba hecho para pelear o defenderse. Acostumbrada a cuchillos de piedra y lanzas de madera, aquel montón de armas era una maravilla, aún polvorientas. Empezó por lo que mejor conocía, aquellas alargadas y rematadas en punta afilada que recordaban a sus lanzas, o los cuchillos. Le habían dicho que aquel material duro y frío era metal, algo que salía de las piedras. No había entendido mucho de la explicación, suficiente tenía con la maravilla que cada objeto representaba. <<Menos mal que el Coro no está tan avanzado... si tuvieran cosas de estas nos habrían exterminado ya. Pero si me puedo llevar algunas a la vuelta... O si alguien sabe cómo fabricar ese metal tan raro...>> La pega es que no sabía cuándo volvería, así que lo dejó aparte.
Lanzas, cuchillos... Luego pasó a lo que habían llamado "espadas". Después de limpiar cada cosa, las cogía e intentaba figurarse cómo funcionarían según la forma y el peso, con extremo cuidado, obviamente. No estaban mal de peso, eran manejables y si alguno sabía usarlas creía que aprendería rápido. Finalmente, cuando acababa de limpiar y manipular cada una, las dejaba con las que más se le parecían: había decidido ordenar la armería según las semejanzas entre las armas y dejar las armaduras en otro sitio. Sobre esas... no veía cómo volar con aquellas piezas y placas de metal. Demasiado peso. Tampoco se veía volando si tenía que cargar con escudos y armas... Y no sacrificaría el vuelo a la hora de cazar, o al menos no pensaba hacerlo de momento.
Si alguien bajaba, la encontraría o bien pasando trapos por las hojas de metal o probando el peso, pero siempre tarareando alguna canción roquense. O incluso tamborileando en un escudo con varios cuchillos cuando descubrió que ese metal sonaba bien... Es más, allí había material de percusión de sobra para tocar algo, así que acabó vestida con algunas piezas de protecciones de cuero, varios cintos por el cuerpo (sin armas) y golpeando algún cuchillo contra algún escudo con remaches mientras bailoteaba y cantaba. No podía ver armas y no recordar los bailes alrededor de las hogueras cuando salían a cazar. Perder una oportunidad como aquella sí que era herejía, no las estupideces del Coro.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VIII)
12/03/16, 12:56 am
Entrecerró los ojos, mirándolas de forma fija como si éstas le hubieran ofendido personalmente, una vez Eriel les señaló las marcas ennegrecidas del techo como inarreglables. “Ya veremos.”
—Desde luego—contestó a Mónica, mirando de reojo la cacareada pastilla con curiosidad. Tenía que ser muy buen agente limpiador si tanto bombo le estaba dando. No ató cabos en ese momento de que probablemente estaba sobrestimando su capacidad. Estaba acostumbrado a usar aerosoles, o hechizos, o pequeñas pastillas de magia concentrada que permitían limpiar un área grande en cuestión de segundos con una cantidad mínima.
Hallaron todo el material que necesitaban, por rudimentario que fuera, y al volver con lo que podía cargar de éste en mano Sox asintió ante la resolución de Siete. Podía ser productivo limpiar la cocina antes, sobre todo si aquel proceso iba a tardar más de un día; podía haber toda clase de gérmenes de comida vieja anidando ahí. El carabés ya llevaba, sin embargo, desde el primer día reprimiendo el impulso de querer quemar hasta los cimientos cualquier posible foco de infección (e incorrección, en general). El que la torre leprosa y las estirges siguieran ahí intactos era prueba de ello.
Subió las escaleras en dirección al dormitorio, que le pareció uno de los objetivos más prioritarios. Independientemente de si allí se había puesto alguien más se remangaría y se pondría a ello, dividiéndose el espacio con el compañero de turno si hacía falta para cubrirlo en menos tiempo.
Descubrió enseguida que limpiar a mano era una tarea ingrata que requería un tiempo y energías indecentes para el poco resultado que se obtenía. Aún así Sox se dedicó a ello de la forma concienzuda que le caracterizaba: si no estaba seguro de si algo estaba completamete bien, lo repasaba de nuevo. Barrer. Luego fregar con el agua del pozo y una fregona que improvisó enganchando un palo de prácticas de la armería a una sábana enrollada de las mazmorras. Luego un repaso con un trapo donde hubiera quedado algo. También le dio un repaso a las paredes e incluso al techo. Mirada crítica. Repetir si quedaba alguna mancha. Si tenía alguna duda sobre cuál era el método más eficiente para algo le preguntaba a Mónica, que parecía igual de entregada a su tarea.
Cuando estuvo moderadamente satisfecho con el resultado reunió toda la ropa de cama que le cupo en los brazos y la bajó al salón, de camino a llevarla al patio para airearla y comprobar si alguna necesitaba pasar por una limpieza exprés. En realidad estaba buscando una excusa para pasarlas todas por agua también.
—Hay ropa en baúles en el dormitorio —anunció a sus compañeros en cuanto dejó su carga en el sofá. Siete había cocinado algo y Sox se acercó para picotear. Se hizo un bocadillo con la selección que había hecho el idrino para poder terminarlo rápido—. ¿Pretendes asignarte la tarea de cocinar permanentemente? —le preguntó. Si era así era bueno saberlo para descontarle otras tareas en el futuro.
Aquello le hizo pensar. Ahora que tenían un lugar más permanente de residencia, y conocían mejor su entorno, ¿no iba a tener lugar ninguna clase de reparto? Sox necesitaba horarios y directrices para sentirse cómodo. Los demás, en cambio, parecían felices viviendo en el caos.
En días pasados los demás ya habrían podido darse cuenta de las costumbres de los carabeses al respecto de comer. El rubio comió en un tiempo récord y solo se había parado a hacerlo para conversar con Siete a la vez; si no habría continuado con su lista mental de tareas.
Hizo una parada por la armería para buscar cuerda que usar para tender, con el correspondiente saludo a Since y el preguntarle cómo le iba con la tarea. Una vez en el patio silbó de forma penetrante para no tener que buscar y preguntar a cada uno por separado.
—¿Alguien desocupado? Esto se tiende más rápido entre dos.
—Desde luego—contestó a Mónica, mirando de reojo la cacareada pastilla con curiosidad. Tenía que ser muy buen agente limpiador si tanto bombo le estaba dando. No ató cabos en ese momento de que probablemente estaba sobrestimando su capacidad. Estaba acostumbrado a usar aerosoles, o hechizos, o pequeñas pastillas de magia concentrada que permitían limpiar un área grande en cuestión de segundos con una cantidad mínima.
Hallaron todo el material que necesitaban, por rudimentario que fuera, y al volver con lo que podía cargar de éste en mano Sox asintió ante la resolución de Siete. Podía ser productivo limpiar la cocina antes, sobre todo si aquel proceso iba a tardar más de un día; podía haber toda clase de gérmenes de comida vieja anidando ahí. El carabés ya llevaba, sin embargo, desde el primer día reprimiendo el impulso de querer quemar hasta los cimientos cualquier posible foco de infección (e incorrección, en general). El que la torre leprosa y las estirges siguieran ahí intactos era prueba de ello.
Subió las escaleras en dirección al dormitorio, que le pareció uno de los objetivos más prioritarios. Independientemente de si allí se había puesto alguien más se remangaría y se pondría a ello, dividiéndose el espacio con el compañero de turno si hacía falta para cubrirlo en menos tiempo.
Descubrió enseguida que limpiar a mano era una tarea ingrata que requería un tiempo y energías indecentes para el poco resultado que se obtenía. Aún así Sox se dedicó a ello de la forma concienzuda que le caracterizaba: si no estaba seguro de si algo estaba completamete bien, lo repasaba de nuevo. Barrer. Luego fregar con el agua del pozo y una fregona que improvisó enganchando un palo de prácticas de la armería a una sábana enrollada de las mazmorras. Luego un repaso con un trapo donde hubiera quedado algo. También le dio un repaso a las paredes e incluso al techo. Mirada crítica. Repetir si quedaba alguna mancha. Si tenía alguna duda sobre cuál era el método más eficiente para algo le preguntaba a Mónica, que parecía igual de entregada a su tarea.
Cuando estuvo moderadamente satisfecho con el resultado reunió toda la ropa de cama que le cupo en los brazos y la bajó al salón, de camino a llevarla al patio para airearla y comprobar si alguna necesitaba pasar por una limpieza exprés. En realidad estaba buscando una excusa para pasarlas todas por agua también.
—Hay ropa en baúles en el dormitorio —anunció a sus compañeros en cuanto dejó su carga en el sofá. Siete había cocinado algo y Sox se acercó para picotear. Se hizo un bocadillo con la selección que había hecho el idrino para poder terminarlo rápido—. ¿Pretendes asignarte la tarea de cocinar permanentemente? —le preguntó. Si era así era bueno saberlo para descontarle otras tareas en el futuro.
Aquello le hizo pensar. Ahora que tenían un lugar más permanente de residencia, y conocían mejor su entorno, ¿no iba a tener lugar ninguna clase de reparto? Sox necesitaba horarios y directrices para sentirse cómodo. Los demás, en cambio, parecían felices viviendo en el caos.
En días pasados los demás ya habrían podido darse cuenta de las costumbres de los carabeses al respecto de comer. El rubio comió en un tiempo récord y solo se había parado a hacerlo para conversar con Siete a la vez; si no habría continuado con su lista mental de tareas.
Hizo una parada por la armería para buscar cuerda que usar para tender, con el correspondiente saludo a Since y el preguntarle cómo le iba con la tarea. Una vez en el patio silbó de forma penetrante para no tener que buscar y preguntar a cada uno por separado.
—¿Alguien desocupado? Esto se tiende más rápido entre dos.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
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