Prisión (Archivo VII)
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Bellota
Neith2
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Naeryan
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alpeca
LEC
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Aes
Jikan11
Seth
Manasard
Kial
Lathspell
Tak
Kanyum
Red
Evanna
Giniroryu
Yber
Muffie
31 participantes
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Prisión (Archivo VII)
30/10/15, 09:06 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Fueron los temblores los que terminaron por despertarla. Abrió lentamente los ojos sintiendo un nuevo estremecimiento al tiempo que intentaba cubrirse aun mas con el poncho instintivamente, dándose cuenta que se encontraba sobre una cama. Soñolienta aun y con el frío calando su cuerpo desnudo bajo el poncho miró alrededor. Estaba en un cuarto sin mas luz que la que provenía del pasillo, pues la puerta estaba entre abierta, acostada en una cama que había tenido mejores tiempos, aunque para ella era un pequeño lujo.
Los recuerdos de su breve encuentro con Dama Aroma llegó a la mente de Pam. Frunció el ceño pues aquel sitio no tenia pinta alguna de ser magnifico, parecía un tugurio de mala muerte. Agarro el mango del cuchillo dentro de su delantal para conseguir seguridad antes de bajarse de la cama, sintiendo la piedra bajo sus pies.
<<Que lugar mas extraño>> pensó acercándose despacio a la puerta no habiendo NAda mas que ver allí salvo suelo sucio y una cama incomoda. Empezaba a temer el haberse equivocado por confiar en Dama Aroma ¿y si había sido llevada a otra granja? <<La suerte no puede ser tan cruel...>> inquieta, asomándose un poco por el orificio que permitía que entrara cierta luz en el cuarto. No había nadie fuera, solo un largo pasillo cubierto de piedra. No había ordes alguno fuera y aquello le era extraño. Las granjas siempre estaban cuidadas y vigiladas por los ordeses, pero allí no solo no había nadie sino que tenia un aspecto bastante decadente.
<<Incluso si lo hay, tengo mi cuchillo>> aseguro dándose confianza antes de empujar un poco la puerta con esfuerzo, pues era bastante pesada y abrir un hueco lo suficientemente grande para colar su menudo cuerpo. Ya afuera, vio que tanto a su derecha como a su izquierda el pasillo parecía no tener fin y solo era iluminado por la tenue luz de las antorchas. No solo eso, sino que todo era...grande, el techo, la puerta, la cama donde había despertado y aquello solo añadió otra duda mas a la mente de la mono del queso.
-¿Y ahora que? -se preguntó Pam confundida y frunciendo aun mas el ceño. Sin saber donde estaba ni por donde ir, solo le quedaba una opción: dejad que la suerte la guiara. Cogió una de las agujas de su pulsera y acuclilló en el suelo sintiendo un poco mas de calor llegando a ella al hacerlo, colocando la aguja en vertical sobre una de las losas de piedra, la aguja se mantuvo de pies apenas un par de milésimas de segundo después de que apartara el dedo, cayendo hacia un lado antes de rodar un poco y quedarse quieta- A la izquierda entonces - murmuro Pam, tomando la aguja de vuelta y devolviéndola a su lugar, para seguir el pasillo indicando sin dejar de restregarse un brazo para intentar calentarse un poco y con el cuchillo firmemente agarrado en el bolsillo.
Fueron los temblores los que terminaron por despertarla. Abrió lentamente los ojos sintiendo un nuevo estremecimiento al tiempo que intentaba cubrirse aun mas con el poncho instintivamente, dándose cuenta que se encontraba sobre una cama. Soñolienta aun y con el frío calando su cuerpo desnudo bajo el poncho miró alrededor. Estaba en un cuarto sin mas luz que la que provenía del pasillo, pues la puerta estaba entre abierta, acostada en una cama que había tenido mejores tiempos, aunque para ella era un pequeño lujo.
Los recuerdos de su breve encuentro con Dama Aroma llegó a la mente de Pam. Frunció el ceño pues aquel sitio no tenia pinta alguna de ser magnifico, parecía un tugurio de mala muerte. Agarro el mango del cuchillo dentro de su delantal para conseguir seguridad antes de bajarse de la cama, sintiendo la piedra bajo sus pies.
<<Que lugar mas extraño>> pensó acercándose despacio a la puerta no habiendo NAda mas que ver allí salvo suelo sucio y una cama incomoda. Empezaba a temer el haberse equivocado por confiar en Dama Aroma ¿y si había sido llevada a otra granja? <<La suerte no puede ser tan cruel...>> inquieta, asomándose un poco por el orificio que permitía que entrara cierta luz en el cuarto. No había nadie fuera, solo un largo pasillo cubierto de piedra. No había ordes alguno fuera y aquello le era extraño. Las granjas siempre estaban cuidadas y vigiladas por los ordeses, pero allí no solo no había nadie sino que tenia un aspecto bastante decadente.
<<Incluso si lo hay, tengo mi cuchillo>> aseguro dándose confianza antes de empujar un poco la puerta con esfuerzo, pues era bastante pesada y abrir un hueco lo suficientemente grande para colar su menudo cuerpo. Ya afuera, vio que tanto a su derecha como a su izquierda el pasillo parecía no tener fin y solo era iluminado por la tenue luz de las antorchas. No solo eso, sino que todo era...grande, el techo, la puerta, la cama donde había despertado y aquello solo añadió otra duda mas a la mente de la mono del queso.
-¿Y ahora que? -se preguntó Pam confundida y frunciendo aun mas el ceño. Sin saber donde estaba ni por donde ir, solo le quedaba una opción: dejad que la suerte la guiara. Cogió una de las agujas de su pulsera y acuclilló en el suelo sintiendo un poco mas de calor llegando a ella al hacerlo, colocando la aguja en vertical sobre una de las losas de piedra, la aguja se mantuvo de pies apenas un par de milésimas de segundo después de que apartara el dedo, cayendo hacia un lado antes de rodar un poco y quedarse quieta- A la izquierda entonces - murmuro Pam, tomando la aguja de vuelta y devolviéndola a su lugar, para seguir el pasillo indicando sin dejar de restregarse un brazo para intentar calentarse un poco y con el cuchillo firmemente agarrado en el bolsillo.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Re: Prisión (Archivo VII)
08/02/16, 04:29 am
-Sí, aunque creo que se irá al grupo más grande por miedo y costumbre. -Contestó a su hermano. -Deberíamos ir a asearnos a la fuente un poco, ya son bastantes días.
Se giró para ver a Mónica, de todas las personas que podía haber subido, ella junto con Dafne eran las únicas a las que no habría mandado directamente que se largaran, así que la escuchó.
-Mónica, no tengo nada en contra tuya, de verdad. Comprendo el choque de culturas perfectamente, sin embargo a la mayoría de ellos ya les advertí varias veces de lo mismo haciéndome ellos caso omiso. No estoy dispuesto a poner la vida de mi hermano ni la mía en peligro por ir con gente que ni tiene sentido común ni sabe o quiere escuchar. Lo siento, pero salvando tú y un par más, me parece una pérdida de tiempo dialogar con el resto y un suicidio ir con ellos.
Se giró para ver a Mónica, de todas las personas que podía haber subido, ella junto con Dafne eran las únicas a las que no habría mandado directamente que se largaran, así que la escuchó.
-Mónica, no tengo nada en contra tuya, de verdad. Comprendo el choque de culturas perfectamente, sin embargo a la mayoría de ellos ya les advertí varias veces de lo mismo haciéndome ellos caso omiso. No estoy dispuesto a poner la vida de mi hermano ni la mía en peligro por ir con gente que ni tiene sentido común ni sabe o quiere escuchar. Lo siento, pero salvando tú y un par más, me parece una pérdida de tiempo dialogar con el resto y un suicidio ir con ellos.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Prisión (Archivo VII)
08/02/16, 04:48 pm
Sonrió a su hermano ya que gracias a él su humor había mejorado considerablemente. Oyó más pasos y supuso que alguien más había subido a buscarlos. No se equivocó y esbozó una pequeña sonrisa cuando vio a Mónica en la puerta.
Escuchó su petición y las palabras de su hermano y cerró los ojos para concentrarse en dar una respuesta. Era cierto lo que decía su hermano, ¿pero no era su deber guiar al resto en lo que pudieran? Al menos así lo sentía Eriel pero no quería que volviesen a despreciar su religión.
-En menos de tres días se han atacado de forma reiterada mis creencias - dijo con voz calmada poniendo una mano sobre el hombro de su hermano.- No obstante y ya que eres tú quien lo pide y dado que eres una de los pocos que me caen bien de aquí haré un esfuerzo - sentenció.- Espero que no vuelvan a hacerlo.
-Pon buena cara - le dijo a su hermano en voz baja para que la humana no lo oyese.
Se dirigió escaleras abajo y entró en la sala dispuesto a dejar las cosas claras.
-Estoy aquí por Mónica - explicó.- No me gusta que os metáis con mis creencias, yo os he hecho nada y no espero que lo comprendáis, sólo que me dejéis en paz en ese aspecto y todo irá bien - les dijo antes de ponerse cerca de la salida por si tenía que volver a irse.
Escuchó su petición y las palabras de su hermano y cerró los ojos para concentrarse en dar una respuesta. Era cierto lo que decía su hermano, ¿pero no era su deber guiar al resto en lo que pudieran? Al menos así lo sentía Eriel pero no quería que volviesen a despreciar su religión.
-En menos de tres días se han atacado de forma reiterada mis creencias - dijo con voz calmada poniendo una mano sobre el hombro de su hermano.- No obstante y ya que eres tú quien lo pide y dado que eres una de los pocos que me caen bien de aquí haré un esfuerzo - sentenció.- Espero que no vuelvan a hacerlo.
-Pon buena cara - le dijo a su hermano en voz baja para que la humana no lo oyese.
Se dirigió escaleras abajo y entró en la sala dispuesto a dejar las cosas claras.
-Estoy aquí por Mónica - explicó.- No me gusta que os metáis con mis creencias, yo os he hecho nada y no espero que lo comprendáis, sólo que me dejéis en paz en ese aspecto y todo irá bien - les dijo antes de ponerse cerca de la salida por si tenía que volver a irse.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Prisión (Archivo VII)
08/02/16, 06:48 pm
-Me parecen bien todas las ideas- añadió contento- rondar las zonas seguras en grupos de tres, la idea del mapa, evitar a tipos como los de hoy, todo genial- en cambio el belga no estaba de acuerdo con Sakrilt, aunque coincidía en que comerle la polla al adepto no era lo más adecuado decirlo de esa forma tan descarada provocó su descontento con el comentario.
Tayron observó primero como Eriel se marchaba enojado a tomar el aire y empezó a suponer que el chico también la había tomado con él, ¿Habría dicho algo fuera de lugar quizás?, opinaba que no, les había advertido, no debería de haber mal en eso. Comprobó con una ceja alzada como Barael actuaba de la misma forma, se dirigió directamente a él y a la clinger y empezó a reprochar. Se mantuvo en silencio con los brazos cruzados y la mirada fija en el mayor de los nublinos, cuando lo llamó cobarde tuvo que desviar la mirada a otro lado y encajó el golpe como pudo, le dolió, Tayron se tocó el pelo nervioso e intentó que no se notara que le había molestado. ¿Llevaba razón? ¿Así le veían todos, como un gallina?. Al belga le habían tachado de muchas cosas en su vida, de pandillero macarra, de bobo que no había dado un palo al agua, de temerario, de niñato, de ladrón, pero la falta de valentía nunca escribió su firma en esa lista.
No pudo más que contemplar como Barael seguía firme el camino de su hermano, su propio silencio se le hizo raro pero el grito que Mónica profirió le volvió más a la realidad. Observó y analizó el discurso de la española de cerca, sin darle la razón en la mayoría de las cosas que comentó, ahora habría respondido sino fuera porque se marchó en busca de los hermanos.
No, por mucho que lo pensara en esos minutos que se le hicieron eternos hasta que Eriel volvió no podía aceptar que se hubiese pasado simplemente por el hecho de que no creía que lo hubiese hecho. Él no se había metido con ninguna cultura ni religión, había mantenido la calma, no había insinuado dar lanzazos a todo lo que se menea, solo cuestionó el acto de poner en peligro sus vidas, no quería que nadie muriera y si eso significaba evitar acercarse de forma tan aproximada a alguien por muy divinidad que fuera lo haría sin dudarlo. Le habían malinterpretado, ni siquiera Mónica se había percatado de que no había ido a males.
Cuando por fin volvieron el muchacho se mostró serio, analizando lo que iba a decir, se mostró más cabizbajo de lo normal pero intentó hablar en tono neutral, quizás así no le reprocharan insultar religiones.
-Yo no me he metido con tus creencias- le dijo introduciendo las manos en los bolsillos- y te entiendo perfectamente, a lo mejor te has confundido con mi intención, no era un ataque chico, era un aviso porque me ha parecido inapropiado la forma en la que os habéis acercado, puede deberse a que jamás he oído hablar de tus dioses o que me ha parecido un tipo muy chungo que podía haberos hecho daño- no sabía si lo estaba arreglando pero debía decir lo siguiente sí o sí.-¿Queréis volver a hacerlo?, adelante, no voy a hacer nada por impedirlo si es lo que quieres oír- y dicho eso se recostó en el suelo con la cabeza apoyada en la pared, normalmente les habría tendido la mano para estrecharla pero sólo era un chico que hacía solo lo que le apetecía y claramente no era algo que le agradase hacer.
El belga se había quedado algo confundido pero si que tenía claro, no le volverían a llamar cobarde, demostraría su valía y su utilidad al grupo cuando se le presentase la oportunidad. No se equivocaba, no tenía que demostrarle nada a nadie, era más un reto personal que otra cosa.
Tayron observó primero como Eriel se marchaba enojado a tomar el aire y empezó a suponer que el chico también la había tomado con él, ¿Habría dicho algo fuera de lugar quizás?, opinaba que no, les había advertido, no debería de haber mal en eso. Comprobó con una ceja alzada como Barael actuaba de la misma forma, se dirigió directamente a él y a la clinger y empezó a reprochar. Se mantuvo en silencio con los brazos cruzados y la mirada fija en el mayor de los nublinos, cuando lo llamó cobarde tuvo que desviar la mirada a otro lado y encajó el golpe como pudo, le dolió, Tayron se tocó el pelo nervioso e intentó que no se notara que le había molestado. ¿Llevaba razón? ¿Así le veían todos, como un gallina?. Al belga le habían tachado de muchas cosas en su vida, de pandillero macarra, de bobo que no había dado un palo al agua, de temerario, de niñato, de ladrón, pero la falta de valentía nunca escribió su firma en esa lista.
No pudo más que contemplar como Barael seguía firme el camino de su hermano, su propio silencio se le hizo raro pero el grito que Mónica profirió le volvió más a la realidad. Observó y analizó el discurso de la española de cerca, sin darle la razón en la mayoría de las cosas que comentó, ahora habría respondido sino fuera porque se marchó en busca de los hermanos.
No, por mucho que lo pensara en esos minutos que se le hicieron eternos hasta que Eriel volvió no podía aceptar que se hubiese pasado simplemente por el hecho de que no creía que lo hubiese hecho. Él no se había metido con ninguna cultura ni religión, había mantenido la calma, no había insinuado dar lanzazos a todo lo que se menea, solo cuestionó el acto de poner en peligro sus vidas, no quería que nadie muriera y si eso significaba evitar acercarse de forma tan aproximada a alguien por muy divinidad que fuera lo haría sin dudarlo. Le habían malinterpretado, ni siquiera Mónica se había percatado de que no había ido a males.
Cuando por fin volvieron el muchacho se mostró serio, analizando lo que iba a decir, se mostró más cabizbajo de lo normal pero intentó hablar en tono neutral, quizás así no le reprocharan insultar religiones.
-Yo no me he metido con tus creencias- le dijo introduciendo las manos en los bolsillos- y te entiendo perfectamente, a lo mejor te has confundido con mi intención, no era un ataque chico, era un aviso porque me ha parecido inapropiado la forma en la que os habéis acercado, puede deberse a que jamás he oído hablar de tus dioses o que me ha parecido un tipo muy chungo que podía haberos hecho daño- no sabía si lo estaba arreglando pero debía decir lo siguiente sí o sí.-¿Queréis volver a hacerlo?, adelante, no voy a hacer nada por impedirlo si es lo que quieres oír- y dicho eso se recostó en el suelo con la cabeza apoyada en la pared, normalmente les habría tendido la mano para estrecharla pero sólo era un chico que hacía solo lo que le apetecía y claramente no era algo que le agradase hacer.
El belga se había quedado algo confundido pero si que tenía claro, no le volverían a llamar cobarde, demostraría su valía y su utilidad al grupo cuando se le presentase la oportunidad. No se equivocaba, no tenía que demostrarle nada a nadie, era más un reto personal que otra cosa.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Prisión (Archivo VII)
08/02/16, 07:07 pm
Cuando Mon oyó lo que Roño estaba diciendo se le puso la cara colorada de irritación. “¿En serio? ¿Vas a jugar a ver quién es el más macho con esos? ¡Porque os aseguro que yo puedo ser el más macho y nadie me va a ganar a eso! ¡Pero qué orgullo tiene el tío!”. Estaba ya abriendo la boca para decirle lo que pensaba cuando Cenizo decidió unirse a su oferta de paz.
-¡Sí!- exclamó con una sonrisa de triunfo y haciendo un gesto de victoria. –Gracias, de verdad.
Dejó a los hermanos algo de espacio para que hablaran un poco y les siguió hacia el cuarto común. Cuando Cenizo dijo que estaba allí por ella se asomó a la puerta con una expresión bastante pagada de sí misma y se fue a sentar con los demás, haciéndoles a los nublinos un gesto para que se sentaran a su lado.
Cuando escuchó al chico de pelo verde (“En serio, tengo que ponerle un mote urgentemente”) se agarró la cara con las manos y gruñó de frustración. “¿Van otra vez a echarse pullitas, en serio? ¿Por qué se cree que todo el discurso iba para él? ¡El mundo no gira a tu alrededor, chaval!” le dijo mentalmente mientras bajaba las manos y las entrelazaba en el regazo, con los dedos tensos.
-¿Vamos a empezar de nuevo con esto? Que era un discurso general, leches. No soy la mejor oradora del mundo, está claro- masculló con voz de “ya está bien de tanta gilipollez”.
-¡Sí!- exclamó con una sonrisa de triunfo y haciendo un gesto de victoria. –Gracias, de verdad.
Dejó a los hermanos algo de espacio para que hablaran un poco y les siguió hacia el cuarto común. Cuando Cenizo dijo que estaba allí por ella se asomó a la puerta con una expresión bastante pagada de sí misma y se fue a sentar con los demás, haciéndoles a los nublinos un gesto para que se sentaran a su lado.
Cuando escuchó al chico de pelo verde (“En serio, tengo que ponerle un mote urgentemente”) se agarró la cara con las manos y gruñó de frustración. “¿Van otra vez a echarse pullitas, en serio? ¿Por qué se cree que todo el discurso iba para él? ¡El mundo no gira a tu alrededor, chaval!” le dijo mentalmente mientras bajaba las manos y las entrelazaba en el regazo, con los dedos tensos.
-¿Vamos a empezar de nuevo con esto? Que era un discurso general, leches. No soy la mejor oradora del mundo, está claro- masculló con voz de “ya está bien de tanta gilipollez”.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Prisión (Archivo VII)
11/02/16, 08:40 pm
Y en el espacio de un soplido, desviarse del tema de nuevo. Sox resopló exasperado. ¿En qué universo era más importante montar una pataleta que resolver un problema?
No se preocupó cuando los nublinos se marcharon. Si necesitaban un rato para tranquilizarse antes de regresar no sería él el que se lo negara, y si decidían no unirse de nuevo al grupo por una niñería así no habrían sido buenas incorporaciones a largo plazo de todos modos.
La reprimenda de Mónica al respecto, por tanto, no le hizo ni pestañear. Le dirigió una mirada directa y una respuesta del mismo calibre.
—No sé ni por qué ha salido el tema cuando estábamos discutiendo algo más importante, y por mí mejor si no vuelve a salir. Pero si van a ponerse así cada vez que alguien les cuestione algo, más les vale madurar rápido.
Creencias. Sox no les concedía valor. Él pensaba en argumentos, en ideas. Cosas que podían ser explicadas y defendidas, que tenían fuerza propia y no necesitaban escudarse en la esperanza de que los demás fueran educados y no las pusieran en tela de juicio.
Mientras duró la ausencia de los demás Sox no sintió dificultad alguna en volver al tema anterior como si no hubiera pasado nada. Le dijo a Eorlir que podía tener una solución para lo del mapa portátil, y le entregó la tarjeta holográfica que había usado al principio para comunicarse con los demás. No era una tableta gráfica como las que usaban los de la rama de artes y no serviría para hacer dibujos elaborados, pero para un mapa portátil daba y sobraba. Ante la otra pregunta del sinhadre fue Rádar el primero que alzó la voz, informando de que en Carabás practicaba esgrima competitiva.
La mirada que le dirigió a Eriel cuando apareció por la puerta exigiendo, como si no hubiera elegido levantarse e irse en mitad de una discusión importante, fue fría pero falta de ganas de perder más tiempo en aquel asunto.
—Salvo lo que nos concierna para apañárnoslas mejor en este lugar, créeme que no hay nada que me interese menos discutir que tus creencias —podía redactar una lista entera de aspectos más urgentes. Mónica volvió a intervenir y Sox añadió a lo que dijo ella—. No. Otro tema, por favor. Lo de las salidas y los grupos pequeños sonaba bien.
Era práctico, tangible, racional. Se podía trabajar con ello.
Antes de aquel lugar los días de Sox habían estado marcados por una cadencia fija, una secuencia de horarios que le hacía depender de los relojes tanto como de respirar. Las horas en Rocavarancolia pasaban inadvertidas, en aquella amalgama de tiempo que solo podía dividirse en días y noches.
Terminaron por permanecer juntos, y nadie más despertó a lo largo de aquellos días. Tras la inquietud inicial, Sox terminó por respirar un poco más tranquilo cuando quedó claro que, a pesar de todos los días que habían pasado, algo impedía que los durmientes murieran. ¿Alguna clase de hechizo protector?
Ya llevaban más de una semana allí. No estaban más cerca de magia, recompensas o poderes especiales que cuando habían decidido permanecer en grupo días atrás, pero sí habían logrado encontrar una rutina. La bañera con comida aterrizaba puntualmente siempre en el mismo sitio todos los días. Había gente que no encajaba entre sí, hábitos que contrastaban, pero también había una dinámica. Sox funcionaba por acción y reacción, y disponer de algo a lo que reaccionar insuflaba de desafío intelectual a aquellos días donde no había nada que estudiar, nada que memorizar, nada que aprender. Datos inanes que sin embargo quedaban grabados en su mente porque ésta estaba ociosa. Resultaba que había quien se despertaba a las tantas si nadie le sacaba de la cama antes. Que los nublinos siempre madrugaban mucho y que a Dafne le interesaban las artes manuales que éstos podían enseñarle. Que los dos sinhadres iban juntos a todas partes y que eran nocturnos. Que el vestido que llevaba Mónica puesto el primer día no era algo que uno llevaba corrientemente por la calle en su mundo, y que Lorenzo también estaba versado en el uso de una espada. Que la raza de Siete necesitaba mantener la piel húmeda y mil cosas más que en otras circunstancias su mente habría descartado como información anecdótica que no necesitaba espacio en su mente.
Sorteando aquella continua oleada de datos nuevos, personales, con los que no sabía qué hacer pero que iban colándose lentamente en su consciencia de aquel grupo, Sox se marcó lo más rápido que pudo una rutina fija. Levantarse temprano, salir a todas las excursiones al exterior que hubiera aunque estuviera cansado. Aunque nadie llevara el puntaje, no podía permitirse remolonear ni quedarse atrás.
Con todo, el régimen de vivienda en las mazmorras estaba pasándoles factura a más de uno. El mismo Sox se sentía desaliñado y notaba muchísimo el cambio abrupto en comodidad que existía cuando una ducha caliente era un privilegio que ya no existía.
—Podríamos entrar en alguna parte, para variar —comentó ese día, cuando salió el tema de adónde ir en aquella ocasión. Estaba harto de vivir entre ruinas, y sus incursiones por la ciudad les habían demostrado que había edificios notablemente más intactos que aquellas mazmorras. Pero tampoco podían alejarse demasiado de la fuente, que era al fin y al cabo su única fuente de agua cien por cien segura—. Ya hemos visto que hay más edificios habitables, y también que no va a venir nadie a recogernos si permanecemos aquí. Puede que alguno de ellos suponga una mejora.
No era la primera vez que surgía aquel tema; de hecho alguien lo había mencionado antes incluso de aquella tarde en que habían decidido ir en grupo. Sin embargo hoy no necesitaban ir a por provisiones, y por tanto tenían tanto la mañana como la tarde despejada.
No se preocupó cuando los nublinos se marcharon. Si necesitaban un rato para tranquilizarse antes de regresar no sería él el que se lo negara, y si decidían no unirse de nuevo al grupo por una niñería así no habrían sido buenas incorporaciones a largo plazo de todos modos.
La reprimenda de Mónica al respecto, por tanto, no le hizo ni pestañear. Le dirigió una mirada directa y una respuesta del mismo calibre.
—No sé ni por qué ha salido el tema cuando estábamos discutiendo algo más importante, y por mí mejor si no vuelve a salir. Pero si van a ponerse así cada vez que alguien les cuestione algo, más les vale madurar rápido.
Creencias. Sox no les concedía valor. Él pensaba en argumentos, en ideas. Cosas que podían ser explicadas y defendidas, que tenían fuerza propia y no necesitaban escudarse en la esperanza de que los demás fueran educados y no las pusieran en tela de juicio.
Mientras duró la ausencia de los demás Sox no sintió dificultad alguna en volver al tema anterior como si no hubiera pasado nada. Le dijo a Eorlir que podía tener una solución para lo del mapa portátil, y le entregó la tarjeta holográfica que había usado al principio para comunicarse con los demás. No era una tableta gráfica como las que usaban los de la rama de artes y no serviría para hacer dibujos elaborados, pero para un mapa portátil daba y sobraba. Ante la otra pregunta del sinhadre fue Rádar el primero que alzó la voz, informando de que en Carabás practicaba esgrima competitiva.
La mirada que le dirigió a Eriel cuando apareció por la puerta exigiendo, como si no hubiera elegido levantarse e irse en mitad de una discusión importante, fue fría pero falta de ganas de perder más tiempo en aquel asunto.
—Salvo lo que nos concierna para apañárnoslas mejor en este lugar, créeme que no hay nada que me interese menos discutir que tus creencias —podía redactar una lista entera de aspectos más urgentes. Mónica volvió a intervenir y Sox añadió a lo que dijo ella—. No. Otro tema, por favor. Lo de las salidas y los grupos pequeños sonaba bien.
Era práctico, tangible, racional. Se podía trabajar con ello.
-
Antes de aquel lugar los días de Sox habían estado marcados por una cadencia fija, una secuencia de horarios que le hacía depender de los relojes tanto como de respirar. Las horas en Rocavarancolia pasaban inadvertidas, en aquella amalgama de tiempo que solo podía dividirse en días y noches.
Terminaron por permanecer juntos, y nadie más despertó a lo largo de aquellos días. Tras la inquietud inicial, Sox terminó por respirar un poco más tranquilo cuando quedó claro que, a pesar de todos los días que habían pasado, algo impedía que los durmientes murieran. ¿Alguna clase de hechizo protector?
Ya llevaban más de una semana allí. No estaban más cerca de magia, recompensas o poderes especiales que cuando habían decidido permanecer en grupo días atrás, pero sí habían logrado encontrar una rutina. La bañera con comida aterrizaba puntualmente siempre en el mismo sitio todos los días. Había gente que no encajaba entre sí, hábitos que contrastaban, pero también había una dinámica. Sox funcionaba por acción y reacción, y disponer de algo a lo que reaccionar insuflaba de desafío intelectual a aquellos días donde no había nada que estudiar, nada que memorizar, nada que aprender. Datos inanes que sin embargo quedaban grabados en su mente porque ésta estaba ociosa. Resultaba que había quien se despertaba a las tantas si nadie le sacaba de la cama antes. Que los nublinos siempre madrugaban mucho y que a Dafne le interesaban las artes manuales que éstos podían enseñarle. Que los dos sinhadres iban juntos a todas partes y que eran nocturnos. Que el vestido que llevaba Mónica puesto el primer día no era algo que uno llevaba corrientemente por la calle en su mundo, y que Lorenzo también estaba versado en el uso de una espada. Que la raza de Siete necesitaba mantener la piel húmeda y mil cosas más que en otras circunstancias su mente habría descartado como información anecdótica que no necesitaba espacio en su mente.
Sorteando aquella continua oleada de datos nuevos, personales, con los que no sabía qué hacer pero que iban colándose lentamente en su consciencia de aquel grupo, Sox se marcó lo más rápido que pudo una rutina fija. Levantarse temprano, salir a todas las excursiones al exterior que hubiera aunque estuviera cansado. Aunque nadie llevara el puntaje, no podía permitirse remolonear ni quedarse atrás.
Con todo, el régimen de vivienda en las mazmorras estaba pasándoles factura a más de uno. El mismo Sox se sentía desaliñado y notaba muchísimo el cambio abrupto en comodidad que existía cuando una ducha caliente era un privilegio que ya no existía.
—Podríamos entrar en alguna parte, para variar —comentó ese día, cuando salió el tema de adónde ir en aquella ocasión. Estaba harto de vivir entre ruinas, y sus incursiones por la ciudad les habían demostrado que había edificios notablemente más intactos que aquellas mazmorras. Pero tampoco podían alejarse demasiado de la fuente, que era al fin y al cabo su única fuente de agua cien por cien segura—. Ya hemos visto que hay más edificios habitables, y también que no va a venir nadie a recogernos si permanecemos aquí. Puede que alguno de ellos suponga una mejora.
No era la primera vez que surgía aquel tema; de hecho alguien lo había mencionado antes incluso de aquella tarde en que habían decidido ir en grupo. Sin embargo hoy no necesitaban ir a por provisiones, y por tanto tenían tanto la mañana como la tarde despejada.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Prisión (Archivo VII)
13/02/16, 06:51 pm
Lorenzo
No hacia pan de mala harina, y el diestro faenabase a su virtud, pues podia decirse que poco hubo que hacer en aquesos dias. Buscar la comida era bien sencillo, pero non podia sino evitar sentirse vulnerable y, sobretodo, quizas por la dimaña de sueño que podiase permitir en aquellas mazmorras, sintiose atrofiado a cada amanecer nuevo. No tardariale en repercutirle en el futuro, si no tocaba acero en ya una semana.
Gustole, sin embargo, una especie de sentimiento de unidad entre los rapaces, algunos ya hablaban y chismorreaban entre ellos, otros hacian ya de manos y gestos que decian más que versos, mientras que otros, con la suya soledad, pintaban la su propia suerte. Dicto de mal humor, pobre sueño y malestar general, el español perteneciase al último de los grupos.
No habia sino escuetamente hablado, comido y dormido en los ultimos dias y poco arte le quedaba al diestro a repartir antes de que cejase y se resignase a este porvenir. Orgulloso, mas no necio, creyo oportuno no tocar con nadie para evitar soltar los sapos y culebras que bailaban en su lengua. Asi, era tal el sentimiento angustioso, que ya deseabase encontrar un hospedaje, non teniase que ser culto o hermonso, una tasca grasienta, un barego encallado y perceboso, dabale igual. So' queria echar una buena caña a la garganta y atacar unos picatostes más que salados.
Hermoso día seria en su querida españa, cuando el sol bañasela tamaña piel de toro. Mas, aquesta ciudad, seguiase empeñada en ser gris y nublada. Deprimiase el hispano por la más que considerable falta de sol.
Cuando el extraterrestre llamado Sox, a quien antes habriase jurado como un despiadado otomano, dijo de salir a buscar una nueva y lobrega guarida, el español dirigiose a su diestra y dio de palmadas, cortas pero concisas.
—Buena es su idea, Don Sox, al salir tempraño en la mañana. ¿Gustaria alguien más de formar compañia en esta empresa?—incitó a otros, mas luego añadio sonriente, con alma de bromista.— Siento que mi tez tornará tan pizarra como mi mostacho si permanezco un minuto más en este obscuro lugar.—
No hacia pan de mala harina, y el diestro faenabase a su virtud, pues podia decirse que poco hubo que hacer en aquesos dias. Buscar la comida era bien sencillo, pero non podia sino evitar sentirse vulnerable y, sobretodo, quizas por la dimaña de sueño que podiase permitir en aquellas mazmorras, sintiose atrofiado a cada amanecer nuevo. No tardariale en repercutirle en el futuro, si no tocaba acero en ya una semana.
Gustole, sin embargo, una especie de sentimiento de unidad entre los rapaces, algunos ya hablaban y chismorreaban entre ellos, otros hacian ya de manos y gestos que decian más que versos, mientras que otros, con la suya soledad, pintaban la su propia suerte. Dicto de mal humor, pobre sueño y malestar general, el español perteneciase al último de los grupos.
No habia sino escuetamente hablado, comido y dormido en los ultimos dias y poco arte le quedaba al diestro a repartir antes de que cejase y se resignase a este porvenir. Orgulloso, mas no necio, creyo oportuno no tocar con nadie para evitar soltar los sapos y culebras que bailaban en su lengua. Asi, era tal el sentimiento angustioso, que ya deseabase encontrar un hospedaje, non teniase que ser culto o hermonso, una tasca grasienta, un barego encallado y perceboso, dabale igual. So' queria echar una buena caña a la garganta y atacar unos picatostes más que salados.
Hermoso día seria en su querida españa, cuando el sol bañasela tamaña piel de toro. Mas, aquesta ciudad, seguiase empeñada en ser gris y nublada. Deprimiase el hispano por la más que considerable falta de sol.
Cuando el extraterrestre llamado Sox, a quien antes habriase jurado como un despiadado otomano, dijo de salir a buscar una nueva y lobrega guarida, el español dirigiose a su diestra y dio de palmadas, cortas pero concisas.
—Buena es su idea, Don Sox, al salir tempraño en la mañana. ¿Gustaria alguien más de formar compañia en esta empresa?—incitó a otros, mas luego añadio sonriente, con alma de bromista.— Siento que mi tez tornará tan pizarra como mi mostacho si permanezco un minuto más en este obscuro lugar.—
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Prisión (Archivo VII)
14/02/16, 12:24 am
Por su bien y el de los demás, Sinceridad hizo caso omiso al altercado con los fanáticos. Sí que perdieron puntos, pero si había algo menor que "cero" la roquense y nadie en Roca Sagrada lo comprendía, así que no profundizó en ello más que "ni caso, existen pero como existe el viento; a veces ayuda, a veces molesta". Prefería centrarse en las futuras salidas y en las ideas que se proponían y aceptaban.
Y prácticamente de esa manera pasó los días siguientes: centrada en llegar viva al día siguiente, en explorar cada día una zona, un rincón, una calle nueva, mientras se mantenía un poco al margen del grupo. No se sentía cómoda con ninguno, nadie era roquense, nadie sabía ni entendería un ápice de su mundo y eran todos tan raros y distintos... No les habían llevado allí para hacer amistades, ¿verdad? Y no era necesario tener vínculos de amistad de cara a sobrevivir. Un cierto grado de camaradería le bastaba. Animaba y alentaba cuando lo veía necesario, eso sí, pero no se involucraba emocionalmente. Para sentirse cómoda con ellos primero tendría que estarlo en la ciudad... y de momento aquellas ruinas solo le producían inseguridad por ser todo desconocido y rabia por haber aceptado aquello. Más le valía que sirviera de algo o a ese mejunje se le añadiría odio a sí misma.
Un día de esos, Chamán tuvo una idea y el que hablaba raro se apuntó. Por cierto, a este había decidido llamarle Enrevesado. Había decidido otros nombres, como Tímida y Mapa para la pareja de sinhadres, Fanático 1 y Fanático 2 para los nublinos, Directo para el otro humano... No estaba segura de si le durarían los nombres, pero esperaba tener motivos en el futuro para cambiarlos... A mejor, al menos.
Sobre salir, la roquense no sería menos. Aquello era nuevo, ¿cómo no apuntarse? El Refugio del Chamán estaba bien, entraba en lo aceptable, pero si encontraban algo mejor, perfecto.
—Pues me apunto, aunque echaré de menos bañarme en la fuente —bromeó.
Era una de las pocas cosas que le gustaban de volver al Refugio: lanzarse a la fuente y arreglarse, que un día fuera, caminando, corriendo, volando, metiéndote entre ruinas para buscar cualquier cosa que sirviera... Acababa una hasta arriba de suciedad, cosa detestable: le gustaba mantener su plumaje y sus pulseras y collares limpios, no perfectos o impecables, pero sí a un nivel decente. Ya que ella misma era el único recuerdo vivo de su mundo, no iba a ser un recuerdo lleno de polvo y suciedad. Además, estaba bastante orgullosa de su aspecto.
—¿Alguna sugerencia de hacia dónde ir?
Y prácticamente de esa manera pasó los días siguientes: centrada en llegar viva al día siguiente, en explorar cada día una zona, un rincón, una calle nueva, mientras se mantenía un poco al margen del grupo. No se sentía cómoda con ninguno, nadie era roquense, nadie sabía ni entendería un ápice de su mundo y eran todos tan raros y distintos... No les habían llevado allí para hacer amistades, ¿verdad? Y no era necesario tener vínculos de amistad de cara a sobrevivir. Un cierto grado de camaradería le bastaba. Animaba y alentaba cuando lo veía necesario, eso sí, pero no se involucraba emocionalmente. Para sentirse cómoda con ellos primero tendría que estarlo en la ciudad... y de momento aquellas ruinas solo le producían inseguridad por ser todo desconocido y rabia por haber aceptado aquello. Más le valía que sirviera de algo o a ese mejunje se le añadiría odio a sí misma.
Un día de esos, Chamán tuvo una idea y el que hablaba raro se apuntó. Por cierto, a este había decidido llamarle Enrevesado. Había decidido otros nombres, como Tímida y Mapa para la pareja de sinhadres, Fanático 1 y Fanático 2 para los nublinos, Directo para el otro humano... No estaba segura de si le durarían los nombres, pero esperaba tener motivos en el futuro para cambiarlos... A mejor, al menos.
Sobre salir, la roquense no sería menos. Aquello era nuevo, ¿cómo no apuntarse? El Refugio del Chamán estaba bien, entraba en lo aceptable, pero si encontraban algo mejor, perfecto.
—Pues me apunto, aunque echaré de menos bañarme en la fuente —bromeó.
Era una de las pocas cosas que le gustaban de volver al Refugio: lanzarse a la fuente y arreglarse, que un día fuera, caminando, corriendo, volando, metiéndote entre ruinas para buscar cualquier cosa que sirviera... Acababa una hasta arriba de suciedad, cosa detestable: le gustaba mantener su plumaje y sus pulseras y collares limpios, no perfectos o impecables, pero sí a un nivel decente. Ya que ella misma era el único recuerdo vivo de su mundo, no iba a ser un recuerdo lleno de polvo y suciedad. Además, estaba bastante orgullosa de su aspecto.
—¿Alguna sugerencia de hacia dónde ir?
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Prisión (Archivo VII)
14/02/16, 01:58 pm
Eriel ignoró deliberadamente lo dicho por Tayron, si no quería ofender lo mejor habría sido que se callase.
Se mantuvo de acuerdo en explorar la ciudad poco a poco y ese mismo día ayudó a su hermano con la cena pero antes ambos fueron a asearse a la fuente. Eriel aprovechó para molestar a su hermano salpicándole agua y escapando de él, cuidándose por supuesto de que nada de agua le entrase en la boca. No quería perder su idioma cuando no le era necesario para comunicarse con el resto. Una comunicación que cada vez le apetecía menos. Aunque decidió observar al grupo unos días, quizás los había juzgado a todos por unos pocos y eso no era justo.
Eriel se apuntó a todas las salidas pero apenas habló con la gente, excepto cuando era necesario. Los únicos con los que mantuvo una comunicación activa fueron su hermano, Siete y Mónica. La humana se acercó mucho para hablar con él y su hermano y compartir cosas de su mundo. Fue al final de una de esas conversaciones cuando el nublino la oyó farfullar algo de no tener agua caliente y jabón.
Como la chica le caía bien, el chico quiso hacer algo por ella y acudió a su hermano pensando que quizás él tendría en mente alguna forma de transportar agua, y otra para poder calentarla. No es que el chico no quisiese hacerlo por sí mismo, pero era innegable que su hermano tenía infinitas veces más maña que él a la hora de hacer manualidades. Con lo del jabón ya no podía hacer nada, si bien era verdad que su familia sabía hacer jabón no tenían los materiales necesarios para ello.
Observó al resto y poco a poco empezó a conversar con otros, con aquellos que había metido en el saco con el resto y a los que había sacado al darse cuenta de su error.
"Una razón más para no beber el agua" pensó el primer día que vio a la tierrabrujense bañarse dentro de la fuente. Una cosa era meter paños y asearse con ellos y otra ir de cabeza. Personalmente al nublino le parecía antihigiénico. Aquello no era lo mismo que un río a su juicio. De todas maneras no dijo nada sobre ello y se guardó sus impresiones para sí mismo. El chico siguió bebiendo Umbra, que venía del mundo de Siete y que a Eriel le parecía leche, y Syv del mundo de los sinhadres.
Ese día se levantó sin que su hermano tuviera que atosigarlo, el nublino tenía la impresión de que sería un día diferente a lo habitual. Se hizo un desayuno consistente en una raja de carne de la noche anterior y dos lonchas de queso, se hizo un bocadillo con ello pero sin pan. Queso, carne y queso.
Comiendo entró en la sala que usaban como referencia para reuniones saludando a la gente que ya estaba allí con una animado "Buenos días".
-Podríamos ir a explorar a otro sitio - propuso el nublino.- El otro día vi hacia el oeste edificios que parecían en relativo buen estado, por si os interesa.
Se mantuvo de acuerdo en explorar la ciudad poco a poco y ese mismo día ayudó a su hermano con la cena pero antes ambos fueron a asearse a la fuente. Eriel aprovechó para molestar a su hermano salpicándole agua y escapando de él, cuidándose por supuesto de que nada de agua le entrase en la boca. No quería perder su idioma cuando no le era necesario para comunicarse con el resto. Una comunicación que cada vez le apetecía menos. Aunque decidió observar al grupo unos días, quizás los había juzgado a todos por unos pocos y eso no era justo.
Eriel se apuntó a todas las salidas pero apenas habló con la gente, excepto cuando era necesario. Los únicos con los que mantuvo una comunicación activa fueron su hermano, Siete y Mónica. La humana se acercó mucho para hablar con él y su hermano y compartir cosas de su mundo. Fue al final de una de esas conversaciones cuando el nublino la oyó farfullar algo de no tener agua caliente y jabón.
Como la chica le caía bien, el chico quiso hacer algo por ella y acudió a su hermano pensando que quizás él tendría en mente alguna forma de transportar agua, y otra para poder calentarla. No es que el chico no quisiese hacerlo por sí mismo, pero era innegable que su hermano tenía infinitas veces más maña que él a la hora de hacer manualidades. Con lo del jabón ya no podía hacer nada, si bien era verdad que su familia sabía hacer jabón no tenían los materiales necesarios para ello.
Observó al resto y poco a poco empezó a conversar con otros, con aquellos que había metido en el saco con el resto y a los que había sacado al darse cuenta de su error.
"Una razón más para no beber el agua" pensó el primer día que vio a la tierrabrujense bañarse dentro de la fuente. Una cosa era meter paños y asearse con ellos y otra ir de cabeza. Personalmente al nublino le parecía antihigiénico. Aquello no era lo mismo que un río a su juicio. De todas maneras no dijo nada sobre ello y se guardó sus impresiones para sí mismo. El chico siguió bebiendo Umbra, que venía del mundo de Siete y que a Eriel le parecía leche, y Syv del mundo de los sinhadres.
Ese día se levantó sin que su hermano tuviera que atosigarlo, el nublino tenía la impresión de que sería un día diferente a lo habitual. Se hizo un desayuno consistente en una raja de carne de la noche anterior y dos lonchas de queso, se hizo un bocadillo con ello pero sin pan. Queso, carne y queso.
Comiendo entró en la sala que usaban como referencia para reuniones saludando a la gente que ya estaba allí con una animado "Buenos días".
-Podríamos ir a explorar a otro sitio - propuso el nublino.- El otro día vi hacia el oeste edificios que parecían en relativo buen estado, por si os interesa.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Prisión (Archivo VII)
14/02/16, 06:46 pm
A Tayron le desagradaba el comportamiento que Mónica estaba teniendo con él, le dedicó una mirada llena de confusión y se encogió de hombros para contestarle segundos más tardes.
-Desde luego- le dijo cuando la chica se autoproclamó mala oradora. El belga no tenía nada más que decir y por suerte tampoco los nublinos, parecía que todo había quedado en claro y se sintió satisfecho por fin. Sin duda le resultaba un grupo complicado y no pensaba que fueran a sacar su aspecto serio tan pronto, a sus ojos tanto Eriel como Barael y Mónica bajaban algunos puntos que no les tendría en cuenta y Sox ascendía en su lista.
No era nuevo que esa misma noche se le pasara el enfado y cuando la oscuridad asomó por la puerta ya continuaba sonriendo de nuevo.
Pasaron varios días y la rutina no se le hizo pesada, quizá no podía hablar por algunos de sus compañeros pero él se lo estaba pasando en bomba, no lo ocultaba de ninguna forma. Eso de estar asediados en unas mazmorras, tener que jugársela al salir cada vez que necesitaban comida, esa sensación del sudor pegado al cuerpo, sobrevivir a la antigua, tener a Dafne a su lado, no podía pedir más. No se perdió ni una excursión y siguió estrechando relación con la mayoría de ellos, con aquellos que se lo permitían, aunque el muchacho lo olvidó casi al instante no pasó inadvertido el recelo que los hermanos le tenían guardado, era un charlatán pero no un estúpido, él siguió manteniendo una relación cordial y les hablaba cuando debía hacerlo o le apetecía, en cambio advirtió que ambos se limitaban a dirigirle la palabra lo justo y necesario. Ya le gustaría a él ser tan rencoroso algunas veces.
Se despertó de buena gana y sus ánimos aumentaron cuando no se olió su propio sudor al incorporarse gracias al agua de la fuente. Se reunió con sus compañeros allí donde se decidía el destino de aquella vez.
-Me parece bien- le contestó al nublino mientras se guardaba su navaja en el bolsillo y portaba la lanza de piedra, sonrió cuando Don Lorenzo habló con su peculiar lenguaje- este caballero se apunta a la empresa de cabeza, haría falta atarme tres putas mulas a la espalda para no salir hoy por esa puerta.
-Desde luego- le dijo cuando la chica se autoproclamó mala oradora. El belga no tenía nada más que decir y por suerte tampoco los nublinos, parecía que todo había quedado en claro y se sintió satisfecho por fin. Sin duda le resultaba un grupo complicado y no pensaba que fueran a sacar su aspecto serio tan pronto, a sus ojos tanto Eriel como Barael y Mónica bajaban algunos puntos que no les tendría en cuenta y Sox ascendía en su lista.
No era nuevo que esa misma noche se le pasara el enfado y cuando la oscuridad asomó por la puerta ya continuaba sonriendo de nuevo.
Pasaron varios días y la rutina no se le hizo pesada, quizá no podía hablar por algunos de sus compañeros pero él se lo estaba pasando en bomba, no lo ocultaba de ninguna forma. Eso de estar asediados en unas mazmorras, tener que jugársela al salir cada vez que necesitaban comida, esa sensación del sudor pegado al cuerpo, sobrevivir a la antigua, tener a Dafne a su lado, no podía pedir más. No se perdió ni una excursión y siguió estrechando relación con la mayoría de ellos, con aquellos que se lo permitían, aunque el muchacho lo olvidó casi al instante no pasó inadvertido el recelo que los hermanos le tenían guardado, era un charlatán pero no un estúpido, él siguió manteniendo una relación cordial y les hablaba cuando debía hacerlo o le apetecía, en cambio advirtió que ambos se limitaban a dirigirle la palabra lo justo y necesario. Ya le gustaría a él ser tan rencoroso algunas veces.
Se despertó de buena gana y sus ánimos aumentaron cuando no se olió su propio sudor al incorporarse gracias al agua de la fuente. Se reunió con sus compañeros allí donde se decidía el destino de aquella vez.
-Me parece bien- le contestó al nublino mientras se guardaba su navaja en el bolsillo y portaba la lanza de piedra, sonrió cuando Don Lorenzo habló con su peculiar lenguaje- este caballero se apunta a la empresa de cabeza, haría falta atarme tres putas mulas a la espalda para no salir hoy por esa puerta.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Re: Prisión (Archivo VII)
14/02/16, 06:52 pm
-¿Volver a acercanos? ¿VOLVER A ACERCARNOS? -Gritó sin poder aguantarse más. -Por el brillo de la Luna Roja y todos los dioses antiguos, que os acercarais es lo que llevo tooodo el puto día diciéndoos que no hagáis, que son peligrooosos. -A partir de ahí se le atascaron las palabras debido a no saber ya como tenía que explicarles las cosas para que las entendieran. -Es que, os dije que, ¡AGH! -Soltó un suspiro final mientras se frotaba los ojos. <<Paso>> -Fue su conclusión final al ver que era como intentar seguir explicándole las cosas a unos linacs.
-Si. -Contesto a Sox. -Es una buena idea, batidas por sectores y cubriendo coronas circulares en función de la distancia. Intentemos también entrar en algunas casas, si encontramos utensilios básicos nos vendrán bien para el día a día. -Y dicho esto se quedo en su sitio sin hablar, escuchando ideas.
Aquella noche le habló a Mónica de su vida, sus parejas y como era su mundo algo más en profundidad, le reveló que no era creyente como su hermano y le contó acerca de los fuy. Fue a revisar a los durmientes y para su sorpresa todos estaban vivos y con pocos signos de ir a morir, dedujo que alguna magia debía de estar dándoles algún tipo de soporte vital, sin embargo era solo eso ya que los síntomas de ruptura del dedo de aquella hembra seguían su curso con normalidad, así que le hizo un mini cabestrillo para que no le empeorase. Además a un par de ellos de una misma especie se les tornaron rojas sus pupilas cosa que encasqueto como probable reacción del cuerpo ante algún estimulo interno, lo más probable, baja cantidad de nutrientes.
Después de eso siguió saliendo todos los días sin excepción, no estaba acostumbrado a estarse quieto en un lugar y trabajar duro le reconfortaba. Sus incursiones a casas dieron frutos pues encontraron cacerolas y algún utensilio que limpiaron y usaron para cocinar cosas más elaboradas y tener agua más a mano. No hablaba mucho a no ser que le preguntaran, salvo con su hermano, Mónica que le había caído bien y Dafne, a la cual le estaba enseñando poco a poco diciéndole que fuera haciendo figuras y formas con madera para que fuese cogiendo soltura con las manos. Cuando no hacía nada de esto entrenaba, como forma de eliminar estrés, planchas con los dedos, abdominales y sentadillas sobre todo y le pidió a Lorenzo que le enseñara cosas básicas para defenderse. Necesitaba mejorar para sobrevivir allí. La nueva dieta mucho más cárnica que la que llevaban en su mundo le trastocó algo el estomago los tres primeros días, pero ahora notaba como ayudaba a su cuerpo a tener más energía y fuerzas. Los baños de agua fría le gustaban, le recordaban a su hogar.
Aquel día pasó por ahí queso y leche en mano para hablar con todos otra vez sobre a donde explorar cuando se encontró que hablaban de mudarse.
-No me parece mal, pero habrá que encontrar un edificio grande, con agua cerca, no muy lejos de las cestas, que este decente y que se pueda defender. -Caviló un momento para decir lo siguiente. -He estado pensándolo y creo firmemente que hay otro grupo como nosotros por ahí fuera. El primer día había camas desechas que no eran nuestras, y un elegido de mi especie no está ni entre nosotros ni entre los durmientes, así que probablemente se despertaron antes que nosotros, se fueron, y encontraron algún lugar mejor para asentarse. Por lo que probablemente haya al menos otra fuente de agua y otro punto de recogida de cestas ya que no nos los hemos encontrado.
-Si. -Contesto a Sox. -Es una buena idea, batidas por sectores y cubriendo coronas circulares en función de la distancia. Intentemos también entrar en algunas casas, si encontramos utensilios básicos nos vendrán bien para el día a día. -Y dicho esto se quedo en su sitio sin hablar, escuchando ideas.
Aquella noche le habló a Mónica de su vida, sus parejas y como era su mundo algo más en profundidad, le reveló que no era creyente como su hermano y le contó acerca de los fuy. Fue a revisar a los durmientes y para su sorpresa todos estaban vivos y con pocos signos de ir a morir, dedujo que alguna magia debía de estar dándoles algún tipo de soporte vital, sin embargo era solo eso ya que los síntomas de ruptura del dedo de aquella hembra seguían su curso con normalidad, así que le hizo un mini cabestrillo para que no le empeorase. Además a un par de ellos de una misma especie se les tornaron rojas sus pupilas cosa que encasqueto como probable reacción del cuerpo ante algún estimulo interno, lo más probable, baja cantidad de nutrientes.
Después de eso siguió saliendo todos los días sin excepción, no estaba acostumbrado a estarse quieto en un lugar y trabajar duro le reconfortaba. Sus incursiones a casas dieron frutos pues encontraron cacerolas y algún utensilio que limpiaron y usaron para cocinar cosas más elaboradas y tener agua más a mano. No hablaba mucho a no ser que le preguntaran, salvo con su hermano, Mónica que le había caído bien y Dafne, a la cual le estaba enseñando poco a poco diciéndole que fuera haciendo figuras y formas con madera para que fuese cogiendo soltura con las manos. Cuando no hacía nada de esto entrenaba, como forma de eliminar estrés, planchas con los dedos, abdominales y sentadillas sobre todo y le pidió a Lorenzo que le enseñara cosas básicas para defenderse. Necesitaba mejorar para sobrevivir allí. La nueva dieta mucho más cárnica que la que llevaban en su mundo le trastocó algo el estomago los tres primeros días, pero ahora notaba como ayudaba a su cuerpo a tener más energía y fuerzas. Los baños de agua fría le gustaban, le recordaban a su hogar.
Aquel día pasó por ahí queso y leche en mano para hablar con todos otra vez sobre a donde explorar cuando se encontró que hablaban de mudarse.
-No me parece mal, pero habrá que encontrar un edificio grande, con agua cerca, no muy lejos de las cestas, que este decente y que se pueda defender. -Caviló un momento para decir lo siguiente. -He estado pensándolo y creo firmemente que hay otro grupo como nosotros por ahí fuera. El primer día había camas desechas que no eran nuestras, y un elegido de mi especie no está ni entre nosotros ni entre los durmientes, así que probablemente se despertaron antes que nosotros, se fueron, y encontraron algún lugar mejor para asentarse. Por lo que probablemente haya al menos otra fuente de agua y otro punto de recogida de cestas ya que no nos los hemos encontrado.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Prisión (Archivo VII)
14/02/16, 07:00 pm
Una vez todo se habló Mónica se retiró al cuarto que al parecer ahora compartía con Zanahoria y, sin poder evitarlo, al recordar lo que había pasado en el día, rompió a llorar. No podía dejar de pensar en que había estado a punto de morir y que podría no haber vuelto a ver jamás a su familia. O a Doce Punto.
Los días siguientes pasaron en una suerte de nube. Al principio la chica tenía miedo de salir con los demás a explorar, pero poco a poco se le fue pasando y se fue uniendo a las excursiones de nuevo, comenzando a disfrutar el subidón de la aventura y de la sensación de relax al llegar a lo que ahora consideraba como un lugar seguro. Como no sabía muy bien con quién relacionarse se pasaba las horas muertas parloteando de aquí para allá con Zanahoria, Cenizo, Tritón y Roño sobre los diferentes mundos y las vidas que llevaban en ellos (sobre todo le cogió mucha confianza a Roño) además de intentando no morir del asco cuando descubrió que Doña Plumitas SE METÍA COMPLETAMENTE en la fuente para lavarse (momento en que Mon, tras varias horas indispuesta, decidió imitar a Cenizo y beber únicamente lo que hubiera en las cestas) y limpiando como una loca el polvo del cuarto común y el que compartía con Zana. También se unió de vez en cuando a los entrenamientos de Roño. Y por supuesto, no paró de quejarse entre dientes porque ya no aguantaba el lavarse únicamente con agua fría (que cumplía su función, pero no como la chica deseaba).
Mon despertó ese día sintiéndose, como todos los días, asqueada consigo misma. -Necesito jabón, jabón y agua caliente. Y un estropajo, y champú, y una toalla suave, y ropa limpia- masculló entre dientes mientras se incorporaba y estiraba. –Y desinfectante y una fregona. Si lo llego a saber me habría traído más que estas cosas en el bolso, leches.
Sacudió a Zana para que despertase también y se reunió con los demás en el cuarto común, dando los buenos días más por la fuerza de la costumbre que por otra cosa y agarrando una manzana para desayunar. Al parecer los madrugadores hablaban sobre salir a dar una vuelta.
-Yo me quedo hoy- les comentó despreocupadamente. –Voy a lavar la ropa y a darle otro repaso a la sala común para que al menos cuando volváis esté mejor de lo que está ahora.
Los días siguientes pasaron en una suerte de nube. Al principio la chica tenía miedo de salir con los demás a explorar, pero poco a poco se le fue pasando y se fue uniendo a las excursiones de nuevo, comenzando a disfrutar el subidón de la aventura y de la sensación de relax al llegar a lo que ahora consideraba como un lugar seguro. Como no sabía muy bien con quién relacionarse se pasaba las horas muertas parloteando de aquí para allá con Zanahoria, Cenizo, Tritón y Roño sobre los diferentes mundos y las vidas que llevaban en ellos (sobre todo le cogió mucha confianza a Roño) además de intentando no morir del asco cuando descubrió que Doña Plumitas SE METÍA COMPLETAMENTE en la fuente para lavarse (momento en que Mon, tras varias horas indispuesta, decidió imitar a Cenizo y beber únicamente lo que hubiera en las cestas) y limpiando como una loca el polvo del cuarto común y el que compartía con Zana. También se unió de vez en cuando a los entrenamientos de Roño. Y por supuesto, no paró de quejarse entre dientes porque ya no aguantaba el lavarse únicamente con agua fría (que cumplía su función, pero no como la chica deseaba).
Mon despertó ese día sintiéndose, como todos los días, asqueada consigo misma. -Necesito jabón, jabón y agua caliente. Y un estropajo, y champú, y una toalla suave, y ropa limpia- masculló entre dientes mientras se incorporaba y estiraba. –Y desinfectante y una fregona. Si lo llego a saber me habría traído más que estas cosas en el bolso, leches.
Sacudió a Zana para que despertase también y se reunió con los demás en el cuarto común, dando los buenos días más por la fuerza de la costumbre que por otra cosa y agarrando una manzana para desayunar. Al parecer los madrugadores hablaban sobre salir a dar una vuelta.
-Yo me quedo hoy- les comentó despreocupadamente. –Voy a lavar la ropa y a darle otro repaso a la sala común para que al menos cuando volváis esté mejor de lo que está ahora.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Prisión (Archivo VII)
14/02/16, 08:01 pm
Siete siguió siendo transparente aquellos días: sonrisas amplias, ceños fruncidos, el tono de la voz cambiando a cada matiz de pensamiento; siguió buscando la transparencia en los demás. A algunos creía entenderlos mejor que a otros, pero ahora se mostraba mucho más precavido. Ya no esperaba honestidad como antes y aquello también era una experiencia nueva (al fin y al cabo, el nunca había tratado directamente con la gente de ciudad). No confiaba en los humanos del todo, y de Nad se apartaba en lo posible. Cuanto más convivía con ella, más disonante se le hacía el trato. No podía señalar nada incriminatorio, no realmente, pero su voz al hablar, los pequeños segundos de pausa, la dirección de la mirada, cambios bruscos en un gesto inicial, hacían que sus emociones le resultaran ensayadas. Quizás fueran todas ciertas, no lo sabía. Solo distinguía cambio entre la naturalidad de cuando era vulnerable y lo dibujado de sus sonrisas. Como no quería preguntarle, la dejaba tranquila.
Siete era un trabajador tranquilo. Le gustaba tararear durante sus tareas, y respondía bien a que se le aproximaran para hablar. Salía siempre y seguía las concentraciones de gente por inercia. Por las noches echaba de menos a su familia, a Sirce y a sus amigos del clan. Quería sustituir esa proximidad por otra, pero había perdido mucha confianza. Todavía tenía pesadillas con la cara de Sirce después de sacarla del agua. Y si él era una mala persona, ¿tenía derecho a tener amigos? ¿o de pertenecer a nada?
Bebía más umbra que agua, y empezó a usar su camisa de paño a menudo. A veces la llevaba puesta mojada, solo por lo agradable de refrescar la piel.
Despertó otra vez temprano, pero no salió de inmediato de su habitación en las mazmorras. Llegó a tiempo de oir los planes, y aunque no lo dijo a voz, sonrió y se quedó en la puerta a modo de confirmación de que iba.
Siete era un trabajador tranquilo. Le gustaba tararear durante sus tareas, y respondía bien a que se le aproximaran para hablar. Salía siempre y seguía las concentraciones de gente por inercia. Por las noches echaba de menos a su familia, a Sirce y a sus amigos del clan. Quería sustituir esa proximidad por otra, pero había perdido mucha confianza. Todavía tenía pesadillas con la cara de Sirce después de sacarla del agua. Y si él era una mala persona, ¿tenía derecho a tener amigos? ¿o de pertenecer a nada?
Bebía más umbra que agua, y empezó a usar su camisa de paño a menudo. A veces la llevaba puesta mojada, solo por lo agradable de refrescar la piel.
Despertó otra vez temprano, pero no salió de inmediato de su habitación en las mazmorras. Llegó a tiempo de oir los planes, y aunque no lo dijo a voz, sonrió y se quedó en la puerta a modo de confirmación de que iba.
-
- Neith2
Ficha de cosechado
Nombre: Dafne
Especie: Humana
Habilidades: Habilidad mental, sentido común, reflejos
Re: Mazmorras de la Cosecha
14/02/16, 08:59 pm
Aquella discusión tan absurda que se llevaban entre manos la mayoría del grupo, terminó de la misma manera que empezó, ya que los malos rollos al igual que al principio se hacían notar en el ambiente...
Pero, pese a todo lo ocurrido en los últimos días , el plan que ideó Dafne de ir en grupos pequeños, se llevó a cabo entre todos los cosechados, no fue un mal plan, al contrario, la noruega pensaba que gracias a esa idea se pudo resolver la disputa entre los nublinos y compañía. De modo que allí pasó aproximadamente como una semana en aquella ciudad, en la que ni los días ni las horas ni los minutos eran marcado por algún tipo de maquinaria, simplemente se vivía el momento, la mínima cosa que se podía observar en el entorno era el día y la noche, aunque a veces a Dafne se le hacía complicado adivinar si se encontraba en diurno o al contrario ya que la oscuridad en la ciudad emanaba de aquel cielo, que siempre parecía ser el mismo.
Ya comenzó a observarse un poco más de claridad, por lo que supuso que ya estaba amaneciendo, de modo que la noruega al igual que los días anteriores se desperezó estirando sus brazos hacia arriba, aquella noche estuvo algo más inquieta de lo normal, sería por nerviosismo o por preocupación ya que estar en aquel lugar se le hacía extraño, a pesar de llevar algunos días habitando en aquella ciudad que todavía no alcanzaba sus comodidades, pero aun así se conformaba por estar acompañada y más bien todavía por seguir estando viva, puesto que en aquel mundo lleno de criaturas grotescas, objetos voladores y todo lo que no era eso, era una gran satisfación llegar sana al lugar en el que llevaba acabo sus días... De manera que aquella mañana Dafne se levantó con el pelo más alborotado de lo normal, por más que quería conservar su mismo peinado le era imposible sin un cepillo o cualquier cosa que lo desenredase, por lo que no tardó en pensar en que sería una buena idea en fabricar uno de ellos con ayuda de Barael.
Aquel día iban a comenzarlo patrullando la ciudad, es decir mas o menos la mitad de ellos iban a ir, la noruega optó en aquel momento por quedarse mejor allí en las mazmorras, ya que alguien que vigilase la misma no iba a venir mal, puesto que casi todos se iban...
Antes de que el nublino se fuese con el grupo recordó su necesidad de tener un cepillo para el pelo, aunque no fuese lo más importante en aquellos momentos, pero bueno, también serviría como algo para practicar las artes manuales que este le enseñaba.
-Ehh...Barael, una cosita, no te importaría recoger materiales, que seguro que por ahí hay...Para hacer un cepillo, sé que no es algo necesario en estos momento pero tampoco vendría mal, y mas aún, así practico con todo lo que me enseñas-Pidió esta mientras miraba al nublino expectante a su respuesta.
La idea de que Mónica también se quedase allí en las mazmorras no se le hizo de lo más agradable, pero aun así, intento ver la parte positiva de la situación , quizás así podría conocerla mejor, y podía ser más preferible que la relación entre estas dos mejorara...
Pero, pese a todo lo ocurrido en los últimos días , el plan que ideó Dafne de ir en grupos pequeños, se llevó a cabo entre todos los cosechados, no fue un mal plan, al contrario, la noruega pensaba que gracias a esa idea se pudo resolver la disputa entre los nublinos y compañía. De modo que allí pasó aproximadamente como una semana en aquella ciudad, en la que ni los días ni las horas ni los minutos eran marcado por algún tipo de maquinaria, simplemente se vivía el momento, la mínima cosa que se podía observar en el entorno era el día y la noche, aunque a veces a Dafne se le hacía complicado adivinar si se encontraba en diurno o al contrario ya que la oscuridad en la ciudad emanaba de aquel cielo, que siempre parecía ser el mismo.
Ya comenzó a observarse un poco más de claridad, por lo que supuso que ya estaba amaneciendo, de modo que la noruega al igual que los días anteriores se desperezó estirando sus brazos hacia arriba, aquella noche estuvo algo más inquieta de lo normal, sería por nerviosismo o por preocupación ya que estar en aquel lugar se le hacía extraño, a pesar de llevar algunos días habitando en aquella ciudad que todavía no alcanzaba sus comodidades, pero aun así se conformaba por estar acompañada y más bien todavía por seguir estando viva, puesto que en aquel mundo lleno de criaturas grotescas, objetos voladores y todo lo que no era eso, era una gran satisfación llegar sana al lugar en el que llevaba acabo sus días... De manera que aquella mañana Dafne se levantó con el pelo más alborotado de lo normal, por más que quería conservar su mismo peinado le era imposible sin un cepillo o cualquier cosa que lo desenredase, por lo que no tardó en pensar en que sería una buena idea en fabricar uno de ellos con ayuda de Barael.
Aquel día iban a comenzarlo patrullando la ciudad, es decir mas o menos la mitad de ellos iban a ir, la noruega optó en aquel momento por quedarse mejor allí en las mazmorras, ya que alguien que vigilase la misma no iba a venir mal, puesto que casi todos se iban...
Antes de que el nublino se fuese con el grupo recordó su necesidad de tener un cepillo para el pelo, aunque no fuese lo más importante en aquellos momentos, pero bueno, también serviría como algo para practicar las artes manuales que este le enseñaba.
-Ehh...Barael, una cosita, no te importaría recoger materiales, que seguro que por ahí hay...Para hacer un cepillo, sé que no es algo necesario en estos momento pero tampoco vendría mal, y mas aún, así practico con todo lo que me enseñas-Pidió esta mientras miraba al nublino expectante a su respuesta.
La idea de que Mónica también se quedase allí en las mazmorras no se le hizo de lo más agradable, pero aun así, intento ver la parte positiva de la situación , quizás así podría conocerla mejor, y podía ser más preferible que la relación entre estas dos mejorara...
- Léthe0
Ficha de cosechado
Nombre: Daerhien
Especie: Daeliciano
Habilidades: Buena orientación, creatividad y artesanía.
Re: Prisión (Archivo VII)
14/02/16, 11:03 pm
Frío. Hacía frío. Nunca había sentido este frío. ¿Dónde podría estar esta aldea que le necesitaba como bruja dulce, para que hiciese tanto frío? Algo le decía que no debía abrir los ojos, y ese mismo algo llenó su interior. Lo sabía; era mentira. Rocavarancolia, eso ni en broma podía ser una aldea.
Abrió los ojos. Un color inundaba el cuarto, sólido en piedras y húmedo. - Gris. - Hacía tanto que no lo decía; era imposible creérselo. Los dedos le temblaban, - de miedo. - Pensó. Pero no, era de frío.
No quería tocar el suelo, pero cuando lo hizo sintió la piedra. Como intentando no despertar a la bestia, se acercó de cuclillas al ventanuco abierto en la roca. - ¿Por qué era todo tan… Tan…
Gris…? -
Sus ojos, acostumbrados al exceso, se aprendieron la habitación de un vistazo. Sólo destacaba la puerta, de un marrón que parecía desteñido. Estaba hinchada, e hizo un gruñido tan oscuro que le despertó por completo; cada uno de sus vellos de punta, sus ojos abiertos y húmedos.
Miedo. Con miedo miró a derecha e izquierda intentando buscar algo distinto. Sólo encontró lo mismo, más piedra y más oscuridad, tinieblas bailando en las rendijas entre las rocas.
Abrió los ojos. Un color inundaba el cuarto, sólido en piedras y húmedo. - Gris. - Hacía tanto que no lo decía; era imposible creérselo. Los dedos le temblaban, - de miedo. - Pensó. Pero no, era de frío.
No quería tocar el suelo, pero cuando lo hizo sintió la piedra. Como intentando no despertar a la bestia, se acercó de cuclillas al ventanuco abierto en la roca. - ¿Por qué era todo tan… Tan…
Gris…? -
Sus ojos, acostumbrados al exceso, se aprendieron la habitación de un vistazo. Sólo destacaba la puerta, de un marrón que parecía desteñido. Estaba hinchada, e hizo un gruñido tan oscuro que le despertó por completo; cada uno de sus vellos de punta, sus ojos abiertos y húmedos.
Miedo. Con miedo miró a derecha e izquierda intentando buscar algo distinto. Sólo encontró lo mismo, más piedra y más oscuridad, tinieblas bailando en las rendijas entre las rocas.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Prisión (Archivo VII)
15/02/16, 12:15 am
Desconocía el nivel exacto de conocimientos y supersticiones en el mundo de Lorenzo, y se sintió obligado a corregirle.
—Debería suceder lo contrario. La falta de luz... —el tono del español le informó entonces de que estaba bromeando y Sox se detuvo a medio camino, el ceño fruncido algo inseguro—. Ah.
Se frotó los ojos para deshacerse de unos imaginarios últimos rastros de sueño, a pesar de saberse ya totalmente despierto. Debía tener la mente dormida aún, prefería esa explicación a no haber captado algo.
Asintió con la cabeza ante lo que dijo Mónica.
—Bien. Gracias —en labios de Sox, y en el contexto de aquella especie de grupo acordado, aquella fórmula de educación funcionaba como un reconocimiento de que la otra persona estaba haciendo algo útil más allá de lo mínimo, y de que se apreciaba.
Atendió a las palabras de Since y Barael sobre la fuente. Se mantuvo en silencio al principio de la intervención del segundo, validando mentalmente los puntos de la lista que iba enumerando, hasta que le contradijo al final:
—No. Puede haberles pasado algo y por eso que no hayan vuelto. También que encuentren alimento de una forma diferente a la bañera que vemos nosotros —"o que lo necesiten cada mucho tiempo". A aquellas alturas no le sorprendía nada, teniendo en cuenta los hábitos bizarros de alimentación de sus compañeros —. No lo dés por garantizado.
No le gustaba sacar conclusiones precipitadas ni salir corriendo adónde éstas le llevasen.
—Guía el camino entonces —le dijo a Eriel. Poco tiempo después el grupo salía en dirección oeste, y Sox se giró para preguntarle a Tayron, inquisitivo:
—¿Qué son mulas?
Sigue en el Torreón Maciel.
—Debería suceder lo contrario. La falta de luz... —el tono del español le informó entonces de que estaba bromeando y Sox se detuvo a medio camino, el ceño fruncido algo inseguro—. Ah.
Se frotó los ojos para deshacerse de unos imaginarios últimos rastros de sueño, a pesar de saberse ya totalmente despierto. Debía tener la mente dormida aún, prefería esa explicación a no haber captado algo.
Asintió con la cabeza ante lo que dijo Mónica.
—Bien. Gracias —en labios de Sox, y en el contexto de aquella especie de grupo acordado, aquella fórmula de educación funcionaba como un reconocimiento de que la otra persona estaba haciendo algo útil más allá de lo mínimo, y de que se apreciaba.
Atendió a las palabras de Since y Barael sobre la fuente. Se mantuvo en silencio al principio de la intervención del segundo, validando mentalmente los puntos de la lista que iba enumerando, hasta que le contradijo al final:
—No. Puede haberles pasado algo y por eso que no hayan vuelto. También que encuentren alimento de una forma diferente a la bañera que vemos nosotros —"o que lo necesiten cada mucho tiempo". A aquellas alturas no le sorprendía nada, teniendo en cuenta los hábitos bizarros de alimentación de sus compañeros —. No lo dés por garantizado.
No le gustaba sacar conclusiones precipitadas ni salir corriendo adónde éstas le llevasen.
—Guía el camino entonces —le dijo a Eriel. Poco tiempo después el grupo salía en dirección oeste, y Sox se giró para preguntarle a Tayron, inquisitivo:
—¿Qué son mulas?
Sigue en el Torreón Maciel.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Prisión (Archivo VII)
15/02/16, 09:27 pm
Les hizo a los excursionistas un gesto de despedida mientras acababa de masticar su manzana y acto seguido, con un gran bostezo, se frotó los ojos con las manos mientras pensaba en un modo de poder limpiar de modo relativamente satisfactorio el lugar. No había prestado demasiada atención a quiénes se quedaban en las mazmorras ya que todavía no se había acostumbrado a levantarse temprano y aún tenía el cerebro dormido, de modo que mientras ordenaba el contenido de las cestas y las colocaba en la esquina más limpia del cuarto común (para mantener las manos ocupadas y tratar de conseguir alguna idea de cómo rayos barrer un lugar sin escoba) fue tarareando una cancioncilla que parecía un extraño híbrido entre “La Bamba” y “Paquito el chocolatero”.
Una vez acabó de ordenar se quedó mirando el cuarto con los brazos en jarras, inmersa en su mundo particular, sin ver realmente a nadie. –En serio, ¿cómo se barría cuando no existían las escobas?- murmuró, algo frustrada por la situación. No es que hubiera muchas pelusas, pero mejor era prevenir que curar, y Mónica no sabía cómo prevenir… sin la escoba. En ese momento, mientras paseaba la mirada por allí se fijó en la olla, que parecía que le hacía señas, y se dio una palmada en la frente. “¡Coño, claro! ¡La olla! En vez de barrer puedo fregar. A lo Cenicienta, pero sin jabón” se dijo mientras la cogía y la llevaba a la fuente para llenarla por completo de agua. Volvió, todavía absorta en sus pensamientos, con cuidado a la habitación común tratando de no derramar ni una gota y después, con la inspiración a tope, entró en el cuarto de uno de los durmientes y le sustrajo la sábana que tenía para rasgarla y hacer paños de ella. –Lo siento- le susurró al durmiente con aire de culpabilidad antes de salir de su cuarto haciendo el menos ruido posible. –Pero esto es más importante que el que estés tapadito con una sábana que en cualquier caso no hace gran cosa. ¡Gracias!
Una vez de nuevo en el cuarto común les pidió a los que quedaban dentro que salieran, por favor, y una vez la habitación estuvo vacía les comentó lo que pensaba hacer en el lugar, casi al tiempo que comenzaba a limpiar el suelo, derramando agua y frotando con los paños que había conseguido hasta dejarlo todo lo limpio que pudo. El chaval que parecía del mismo mundo que Vampy le ofreció ayuda y Mon le pasó un par de paños para que pudiera unirse a ella, y también también se les unió la Princesa Dafne y la pareja con el pelo de colores, por lo que la tarea a pesar de su pesadez no se hizo tan larga. Tuvieron que renovar el agua de la olla varias veces, así como los trapos, antes de acabar la habitación, pero fue extrañamente agradable trabajar codo con codo todos charlando y escuchando las historias de otras personas (por su parte la chica les había contado el por qué había aparecido vestida de princesa en Rocavarancolia, así como describirles cómo era su familia y en dónde vivía.). A pesar de que la charla hizo más ligera la tarea acabaron todos con las rodillas hechas polvo de tanto trabajar arrodillados sobre el suelo de piedra.
Una vez el cuarto estuvo limpio Rádar se ofreció a enjuagar la olla, así que mientras el chico salía de las mazmorras, Mónica se plantó delante del cuarto con una sonrisa orgullosa. -¡Limpio! ¡Por fin!- se secó teatralmente la frente (“Fíjate, trabajar a lo medieval cansa” se dijo con un suspiro fatigado) y sonrió a los que habían participado. -¡Y ahora que nadie nos pise lo fregao’! exclamó en tono de broma.
Una vez acabó de ordenar se quedó mirando el cuarto con los brazos en jarras, inmersa en su mundo particular, sin ver realmente a nadie. –En serio, ¿cómo se barría cuando no existían las escobas?- murmuró, algo frustrada por la situación. No es que hubiera muchas pelusas, pero mejor era prevenir que curar, y Mónica no sabía cómo prevenir… sin la escoba. En ese momento, mientras paseaba la mirada por allí se fijó en la olla, que parecía que le hacía señas, y se dio una palmada en la frente. “¡Coño, claro! ¡La olla! En vez de barrer puedo fregar. A lo Cenicienta, pero sin jabón” se dijo mientras la cogía y la llevaba a la fuente para llenarla por completo de agua. Volvió, todavía absorta en sus pensamientos, con cuidado a la habitación común tratando de no derramar ni una gota y después, con la inspiración a tope, entró en el cuarto de uno de los durmientes y le sustrajo la sábana que tenía para rasgarla y hacer paños de ella. –Lo siento- le susurró al durmiente con aire de culpabilidad antes de salir de su cuarto haciendo el menos ruido posible. –Pero esto es más importante que el que estés tapadito con una sábana que en cualquier caso no hace gran cosa. ¡Gracias!
Una vez de nuevo en el cuarto común les pidió a los que quedaban dentro que salieran, por favor, y una vez la habitación estuvo vacía les comentó lo que pensaba hacer en el lugar, casi al tiempo que comenzaba a limpiar el suelo, derramando agua y frotando con los paños que había conseguido hasta dejarlo todo lo limpio que pudo. El chaval que parecía del mismo mundo que Vampy le ofreció ayuda y Mon le pasó un par de paños para que pudiera unirse a ella, y también también se les unió la Princesa Dafne y la pareja con el pelo de colores, por lo que la tarea a pesar de su pesadez no se hizo tan larga. Tuvieron que renovar el agua de la olla varias veces, así como los trapos, antes de acabar la habitación, pero fue extrañamente agradable trabajar codo con codo todos charlando y escuchando las historias de otras personas (por su parte la chica les había contado el por qué había aparecido vestida de princesa en Rocavarancolia, así como describirles cómo era su familia y en dónde vivía.). A pesar de que la charla hizo más ligera la tarea acabaron todos con las rodillas hechas polvo de tanto trabajar arrodillados sobre el suelo de piedra.
Una vez el cuarto estuvo limpio Rádar se ofreció a enjuagar la olla, así que mientras el chico salía de las mazmorras, Mónica se plantó delante del cuarto con una sonrisa orgullosa. -¡Limpio! ¡Por fin!- se secó teatralmente la frente (“Fíjate, trabajar a lo medieval cansa” se dijo con un suspiro fatigado) y sonrió a los que habían participado. -¡Y ahora que nadie nos pise lo fregao’! exclamó en tono de broma.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Prisión (Archivo VII)
16/02/16, 10:54 pm
El humor de la clinger en general mejoró un poco durante los siguientes días, lo que se traducía en que se centraba más en cumplir su parte —aún a regañadientes— y menos en protestar y dar por saco en general. Le sentaba bien estar activa fuera del refugio ruinoso, tener cosas que hacer con las que no poder dejar su mente ociosa, pues esos momentos eran sin duda los se volvía más insoportable y descargaba su mala leche contra lo que le rodeara, fuera animado o inanimado. Aun así, los que la conocían bien sabían que no se debe esperar precisamente que su humor fuera a permanecer estable. Pero era un pequeño respiro.
Sí debió quedar muy claro para cualquiera, por cómo pasaba de ellos, que a los nublinos los tragaba tan poco como ambos a ella. «¡Es que son putamente gilipollas!», pensaba sin mirarse al espejo de su consciente. Tampoco tenía una opinión excesivamente elevada del resto, pero había algunos con los que le gustaba más hablarse como Sinceridad o Tayron. Otros le parecían desde demasiado niñatos a sabelotodo, por decirlo así sin usar un lenguaje sakrilesco. También incluía algún pirado rarito de por medio, pero sin llegarle a caer tan mal como Eriel y Barael.
En el presente día, no le pareció mal seguir la propuesta de Sox acerca de buscar algún lugar que les pudiera servir de refugio. Sin duda, cualquier otro sitio sería mejor que aquella pocilga y sus animales durmientes —ni siquiera tenía claro que aquellos fueran seres inteligentes—. Eran inquietantes y le daban escalofríos. Con estas premisas, se apuntó sin dudarlo ni un segundo a la expedición de ese día. Cuanto antes dejara ese lugar, mejor.
Sí debió quedar muy claro para cualquiera, por cómo pasaba de ellos, que a los nublinos los tragaba tan poco como ambos a ella. «¡Es que son putamente gilipollas!», pensaba sin mirarse al espejo de su consciente. Tampoco tenía una opinión excesivamente elevada del resto, pero había algunos con los que le gustaba más hablarse como Sinceridad o Tayron. Otros le parecían desde demasiado niñatos a sabelotodo, por decirlo así sin usar un lenguaje sakrilesco. También incluía algún pirado rarito de por medio, pero sin llegarle a caer tan mal como Eriel y Barael.
En el presente día, no le pareció mal seguir la propuesta de Sox acerca de buscar algún lugar que les pudiera servir de refugio. Sin duda, cualquier otro sitio sería mejor que aquella pocilga y sus animales durmientes —ni siquiera tenía claro que aquellos fueran seres inteligentes—. Eran inquietantes y le daban escalofríos. Con estas premisas, se apuntó sin dudarlo ni un segundo a la expedición de ese día. Cuanto antes dejara ese lugar, mejor.
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