Conversación entre Pam y Eitne

Tiempo del inciso:

A pesar de todas las novedades del día anterior, la muerta de ese persona, la llegada de los nuevos, todo lo que pudieron contar y el intentar darles lugar para dormir; nada de eso impediría que Pam siendo practica se despertara temprano, madrugando como la mayoría de veces, y bajara con alguna de sus prendas sucias. Fue a la cocina primero a coger alguna fruta para comer antes de ponerse a lavar la ropa en el patio, y de paso lavarse ella misma, antes de que todo el mundo empezara a bajar.

Pam fue al pozo tras desayunar, dejando la ropa junto a la estatua, tiro el cubo atado al interior con clara intención de tirar de cuerda para subirlo. Habia aprendido ya en su tiempo en la ciudad, que si había algo que nunca podría hacer sola, era subir el estúpido cubo de dentro del pozo. Mas que por el peso del cubo, su altura no ayudaba la hora de jalar de la cuerda, así como su de por si escasa fuerza física. Ya le costaba subir el cubo por las escaleras cuando era necesario sin tropezarse.

Pero aun así, cada mañana intentaba apostar a que si podía, fallando estrepitosamente día tras día, teniendo que pedirle ayuda finalmente a alguien mas, resignada. Aquel día no se sentina mas positiva que otros en cuanto a eso, pero seguir intentándolo no le haría daño, así que, clavó sus tobillos en el suelo, tirando poco a poco de la cuerda << Luego de esto no ganas hay de intentarlo calentarlo en la cocina, estúpido cero...si tuviera la cosa esa que me permitiera hacer el hechizo térmico no tendría problemas...o mejor...un hechizo que haga que el cubo pese como una pluma, seguro que debe haber algo así...sino no veo como habrán construido este sitio con estas enormes piedras >> pensó con fastidio, mientras tiraba insistentemente. Aquello era casi como su ejercicio mañanero, a falta de no poder ejercitarse de otro modo con tantas armas gigantescas e inútiles en aquel lugar.

Aquella noche había sido horrible para Eitne. No era la primera vez que tenía contacto con la muerte: varios vecinos de su poblado se habían muerto de viejos desde que había nacido. Algunos más indiferentes para él, otros parte de su familia. Sin embargo, era la primera vez que veía a la muerte llegar de aquella manera: llevándose a una persona joven y sana. Y, a pesar de que nisiquiera había llegado conocer a la muchacha muerta, Eitne había sentido ganas de llorar y había llorado, lejos de donde pudiera afectar a nadie.

Se levantó temprano a causa de una pesadilla, se vistió con las primeras prendas que encontró y tomó rumbo a la cocina con la intención de buscar consuelo entre las cestas de la comida. Un ruido en el patio le hizo reconducir su ruta y Eitne acabó aplazando su desayuno para salir a saludar a Pam.

—Bu-buenos días, P-pam —habló la costumbre, pues aquel día era de todo menos bueno—. ¿Te ayudo?

Pam tenía una edad mayor que la de Eitne, pero el niño seguía siendo más alto. Entre los dos podrían tirar de la cuerda con mucho menos esfuerzo. En un intento de dejar de lado lo vulnerable que se sentía con la noticia de la niña muerta, Eitne acabó recordando la conversación tan extraña que había mantenido con Hyun.

—Oye, Pam... —inició. Ahora que sabía a ciencia cierta lo vulnerables que eran, respetar las enseñanzas de su abuela se había vuelto mucho más importante—. ¿Pu-puedo preguntarte algo? ¿C-cómo t-te sientes sobre lo de Hyun?

Las diferentes aldeas daelicianas no compartían las mismas ideas respecto a muchas cosas, pero eran capaces de aparcar las diferencias para enfrentarse juntas a los malvados taladores. Eitne sentía que necesitaban hacer lo mismo Hyun, Pam y el resto de sus compañeros.

Llevaba poco menos de la mitad de la subida del cubo cuando una voz la distrajo y por poco no acabo cayéndose de culo al suelo por el impulso de casi soltar la cuerda. A esa hora no era habitual escuchar a nadie, salvo tal vez a Adru y Neil con ese horario tan peculiar que tenían; pero definitivamente no era común escucha a Eitne tan temprano. << ¿Tuvo una pesadilla? >> pensó Pam viéndolo de reojo, pues recordaba que a veces el daeliciano tenía de estas que le impedía dormir. No parecía que hubiese llorado aun así.

-Gracias -respondió aceptando su oferta de ayuda. Tal vez no había hecho el suficiente ejercicio mañanero, pero si Eitne había despertado de forma intempestiva tal vez el resto también lo hiciera así que quería terminar rápido con sus cosas. Entre los dos fue bastante mas fácil subir el cubo con agua, pues aunque Eitne era mas joven que ella, seguía siendo mas alto y eso a la hora de jalar ayudaba bastante.

Centrada en eso, el tema de conversación que nuevamente inicio Eitne provocó que alzara una delgada ceja al evocar de nuevo lo ocurrido el día anterior y su ataque al mono peludo roba magia. Que Eitne le saliera con algo así, cuando de por si en la pelea no dijo nada le provoco cierta suspicacia, pero aun así respondió.

-Mal -respondió finalmente sin mentir, no sabía a que venía abrir ese tema de nuevo, ya había pedido la discusión el día anterior-Incluso si mi reacción fue exagerada, no creo que ni así fuese tan peligrosa como para ser golpeada por un arma- añadió viendo que por fin sacaba prácticamente el cubo y le pidió ayuda Eitne para terminar de sacarlo del pozo- El si quiso darme de verdad, solo que no pudo, lo vi en su mirada, pero ustedes llegasteis antes. Sé cuando alguien desea hacerme daño - respondió Pam viendo a Eitne sacar el cubo y sin exagerar su postura sobre el día anterior, total no estaba sintiendo que mentía, tal vez su percepción estuviera confundida, pero se había enfrentado tantísimas veces a los golpes, que sabia ya cuando era accidentales y cuando no. Y aunque el primer intento de golpe, tal fue fuese por miedo...si Rena y Eitne no hubieran llegado, el segundo no lo habría sido- Pero es solo lo que yo siento, no tenéis porque creerme, ni voy a insistir en que lo hagáis tampoco -aseguro sin querer remover mas la mierda ni para su conveniencia ni para quitarse culpas, no lo veía necesario, ya se darían cuenta, o tal vez no quien sabe, que ella no era la única que escondía otra faceta en su interior.

-Pero si quiero que sepas que tenía motivos para estar enojada con el, no era una simple rabieta. Era ver mis ilusiones de ser alguien, de obtener la verdadera capacidad para ser libre, ser destrozada sin miramientos – añadió viéndolo de forma atenta, fijamente, diciendo nada mas que la verdad- Me dolió mas de lo que puedes imaginarte, saber que sus palabras de días anteriores eran ciertas y que alguien como yo, una simple mona del queso que no era nada en su mundo, no es especial. Ni que nunca dejare de ser en el fondo, lo que he sido desde que nací, por mas mundo y cielos que atraviese -susurro Pam con voz suave, llena de cierta tristeza difícil de expresar, una voz impotente llena de años de sometimiento. Tal vez estaba expresando mas de sus sentimientos de lo que era necesario, pero independientemente de que no quería que desconfiaran de ella, sentía aun esa opresión dentro, ese enojo, esa impotencia y dolor, y aunque Eitne no entendiera, era una forma de sacarlos. La magia para ella no era solo decir unas palabras y realiza cosas que bien podría hacer con sus manos, era algo mas profundo. Y aunque aun guardaba ilusiones de que algo existiera allí afuera que le permitiera conjurar los hechizos, no dejaba de ser doloroso ver a sus compañeros hacerlo y ella no sentir nada.

Eitne escuchó en silencio. En su cabeza se había formado un puzle cuyas piezas no encajaban ni a golpes, ni mediante ningún tipo de magia o labor artesanal.

—Ayer m-me buscó para hablar sobre esto —le comentó tras escuchar a la mona—. C-creo que se asustó m-muy fuerte cuando saltaste sobre él y estaba p-preocupado —Eitne no era consciente de que estaba excusando a Hyun para que todo encajara en la versión más fácil de aquella historia. El niño necesitaba que la situación dentro fuera la idónea, no sabía lo imposible que era aquello.

Las siguientes palabras de Pam solo lo preocuparon más. ¿De qué forma opinaba de sí misma la mona del queso? Si realmente se veía así, era normal que hubiera reaccionado de aquella manera ante las palabras del coreano (aunque no justificara el haberle golpeado).

—N-no, Pam... Sí que serás libre —le prometió, intentando consolarla. Completamente equivocado en cuanto a qué se refería ella—. V-vamos a salir d-de aquí, ¡ya lo verás! —trató de sonreírle, pero lo que sus labios mostraron a Pam fue miedo a lo contrario—. Eres la única q-que ha logrado traducir los hechizos, g-gracias a ti po-podremos calentar el agua y c-congelar la carne. ¡Y más cosas! —seguro que sí, aunque Eitne no sabía cuales.

El niño no había animado a mucha gente a lo largo de su vida y le estaba costando. Como no quería mentirle sobre la posibilidad de que jamás pudiera hacer magia, Eitne decidió dejar de pensar por un segundo en cómo se debían hacer las cosas y, simplemente, las hizo.

—Pa-para mí eres especial, Pam —le dijo—. D-desde el principio. Eres la p-primera mona del queso que he conocido nunca y una b-buena persona incluso antes de la ma-magia.

Eitne se había olvidado sin darse cuenta del tema por el que había venido a hablar con ella y ahora solo se peleaba internamente con una grandísima duda: ¿debía o no debía darle un abrazo? Lo que sí hizo esta vez fue sonreír, poquito pero de verdad. Su cara no era de las que mentían y, en ese momento, se podía leer cuantísimo valoraba a la mona.

La mona del queso alzo una ceja ligeramente ante la mención de Hyun, especialmente ante el detalle de que lo buscó expresamente para hablar con el. << ¿Se puede ser mas rastrero? Lo estaba intentando poner en mi contra incluso cuando ya gano la discusión ¿sino a que viene intenta explicar, otra vez, lo que ya se había dejado claro? >> pensó Pam molesta por aquello. Estaba segur que era algo por el estilo, pues ella había vislumbrado una faceta de Hyun mas allá de su cobardía, la reconocía, porque no era muy diferente a la suya propia. Caretas, dar una imagen externa conveniente ocultando lo que piensas de verdad. Ante todo le molestaba que hubiese sido con Eitne, que era solo un niño pequeño que no solo no estaba involucrado, sino que aun era inocente y manipulable.

<< Asustado de una niña de un metro de altura, portando el un martillo, claro que si, doy un miedo aterrador >> pensó sarcástica, no queriendo seguir con eso, por ella que Hyun se cayera a la cicatriz de los gusanos esos. No le importaría ayudarle con un pequeño empujoncito, si hacia falta. Sacudió la cabeza, suspirando, decidida a pasar de ese papanatas que no se merecía mas de su tiempo y centrarse en la otra parte de la conversación y en lavar su ropa.

Fue claro para Pam que Eitne no había pillado con exactitud de lo que hablaba, nada mas comenzó a tartamudear de nuevo, intentando explicarse y para su sorpresa, queriendo confortarla. La mona del queso le miro atentamente un tanto sorprendida por sus intentos por animarla, pues no era algo que le ocurriera a menudo.

-No me has comprendido -aseguró levantando la vista de la ropa que limpiaba en el cubo- Yo no quiero irme de aquí, Eitne....este lugar no es mi prisión, el que me quita mi libertad, lo es mi mundo. Incluso cuando ya no estoy en el, las cadenas siguen ahí, recordándome lo que soy -explico suavemente , no teniendo porque revelar aquello, pero tampoco veía sentido que Eitne confundiera sus deseos y lo que había tratado de explicarle. La alusión a que solo había sido la que había traducido la magia , le animo un poco, era cierto tenían esos hechizos por ella, por todos su esfuerzo de días de dolores de cabeza, aunque era una felicidad  a medias, incompleta, pues ella misma no podía realizar el fruto de sus esfuerzos. <<Aun no, pero podre, mas tarde que los demás tal vez....en cuanto encuentre alguno de esos amuletos >> aseguró Pam no perdiendo aun la esperanza en esa carta ganadora que aun podría darle la vuelta a la partida a su situación actual.

Las palabras de Eitne aun brotaba de sus labios a borbotones, con su característico tartamudeo y escucharle decir que era especial para el, le afecto y al mismo tiempo, le desconcertó, volviéndola un tanto suspicaz. Ella si había sido especial, oh si, pero de una forma aberrante, denigrante, una forma de ser “especial” que ella no quería. Su mutación había tenido sus convenientes, desde luego, pero también le había vuelto una especie de objeto decorativo o mascota exótica, a la que todo el mundo podía toquetear, de forma aun mas insistente a como lo hacían con los otro monos del queso.

<<Este niño....No tienes mucho donde comparar, no es que sea la primera mona del queso que ves, es que soy la única. Y buena persona....sobretodo >> pensó Pam sarcástica ante lo ultimo sin poder evitarlo, deseando rodar los ojos ante la obviedad, aligerando su humor con aquello, un poco mas calmada y menos suspicaz al entender que era lo que Eitne estaba intentando decirle. El niño era inocente, no era capaz de verla como era realmente y quería que siguiera siendo así o la repudiarían si supieran las cosas que podía llegar a pensar. Eitne no sabía lo que ella era en su mundo, ninguno lo sabía, por lo que era imposible que pudiera verle como lo ordeses la veían.

Sus compañeros solo habían visto lo que ella había querido que vieran de si misma, ni mas ni menos. La mirada a Eitne tras su palabras y esa pequeña sonrisa fue bastante clara y de algún modo, lo lamento por el y por el aprecio que parecía sentir por ella. Aquello realmente le confundía e incomodaba, pues aunque quería que confiaran en ella, no estaba acostumbrada a que la apreciaran como a una persona pensante, con personalidad y emociones. Pam no era buena persona, no era agradable, ni simpática, lo sabia perfectamente; velaba solo por si misma y cuando lo hacía por lo demás era por conveniencia. << Si supieras que soy capaz de dejaros a todos atrás si eso me conviene, no me valorarías tanto >> pensó Pam, que no podía evitar sentirse incomoda por eso, desviando la mirada hacia el cubo de agua. No creía que hubiese tenido ninguna tirada afortunada, como para merecerse semejante afecto.

Eitne la miró con tristeza. Le ocurría a menudo eso de no comprender a los mayores, por mucho que quisiera. ¿A qué podía referirse la mona cuando hablaba así? Pam apenas había hablado de ella ni de su mundo, así que no había mucha información por la que navegar. Eitne llegó sin problemas a lo que había dicho ayer y se preguntó si, tal vez, se refiriera a aquello.

—¿Es por los ordeses de los que nos hablaste ayer? —le dijo, horrorizado por la posibilidad de que su siguiente pregunta fuera respondida con un sí—. ¿Los ordeses os ataban con cadenas?

Eitne había olvidado del todo su intento de que Hyun y Pam hablaran las cosas para solucionar el malentendido. En la cara de Daelicia que él y su pueblo conocían, la esclavitud no existía. Un fuerte disgusto nació bajo todo el miedo que sentía por vivir en Rocavarancolia: ¿Cómo debía de haber sido su vida para que prefiriera quedarse? ¿Qué le habían hecho? ¿Por qué?

La mona del queso no se espero esa pregunta por parte de Eitne, que ahondara un poco mas en aquellas palabras que había dicho el día anterior, explicando de la mejor forma posible su situación en su mundo sin dar muchos detalles mas que de forma general. La pregunta de Eitne era mas intima, mas específicamente dirigida a ella y a sus afecciones.

No le hacía ninguna gracia que sintiera lastima por ella, no era su intención ni era algo buscado, ni tampoco lo merecía. No era ninguna niña inocente incapaz de dañar a una mosca. Al fin de cuentas, ella podría ser también cruel y pensar solo por ella misma si con eso podía sobrevivir, alguien con ese tipo de pensamientos no era alguien inocente del que compadecerse.

La mona del queso suspiro levemente empezando a limpiar su ropa en el cubo, con el agua hasta los codos, antes de responder.

-Aquí puedo hacer cosas y tener cosas que allí ni soñaría poder tener. Y no hablo solo de poder tener magia. -respondió Pam sintiéndolo tal cual lo decía. Un leve estremecimiento la sacudió ante la mención de las cadenas. Ella no había tenido de esas, pero si otro tipo de ataduras debido a su rebeldía y no eran recuerdos agradables, aunque igualmente no se refería a eso cuando mencionaba lo de las cadenas, ya que no hablaba de algo físico- No es eso...pero he sido criada de una forma para ser lo que lo ordeses querían que fuera...y eso es una especie de marca que se mantiene allá donde vaya. Como una cicatriz...- murmuro llevandse inconscientemente la mano a las cervicales, allá donde la ropa cubría su espalda y hombros- Puede hacerse menos visible, medio olvidarte que esta ahí, pero es algo que no puede borrarse. -respondió mirándolo y pensando que tal vez no entendería de lo que hablaba de todos modos, decidido añadir de forma mucho mas clara el quid de la cuestión- Prefiero este lugar, incluso con todos sus peligros, sus monstruos, sus cosas extrañas y el tener que tratar con idiotas que intentar lavarle el cerebro a un niño sin malicia. Incluso así, prefiero esta ciudad derruida. - añadió mirándolo fijamente ante lo la mención del "idiota", expresando apenas matices de su personalidad peleona y de su mala leche, mientras sacaba la ropa del cubo para exprimirla y poder tenderla.

La explicación de Pam trajo la misma sensación de antes: volvía a no entender lo suficiente. Los ordeses seguían siendo malos, eso estaba claro, pero Eitne ya no sabía cómo. Agachó la cabeza e hizo lo único que podía hacer después de tanto traspiés: fingir que lo entendía y abordar el tema desde un ángulo cómodo para el niño.

—En casa tenemos una cosa para las cicatrices —mostró su tatuaje a Pam y, aunque no era su caso, habló de algo que sí sabía: su cultura—. Hay gente que las cubre y hay gente que las hace parte del diseño —no formuló pregunta porque si Pam huía, estaba claro qué camino había tomado. Había más cosas que quería saber—. Entonces... Cuándo llegue la Luna, si nos vamos... ¿Te quedarás aquí sola?

Eitne no era consciente en aquel momento, pero le horrorizaba la idea de no volver a saber de Pam. Ni de Nime, ni de Adru y Neil... Separarse de ellos sería algo doloroso. Y además, si no quedaba nadie de los que le estaban acompañando, ¿cómo sabría con seguridad que había vivido tanto tiempo en un mundo aparte y no lo había soñado? ¿Cómo se lo explicaría a su madre y a su abuela?