Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

-No te rindas tan rápido. Alguna forma tendrá que haber. Deberías buscar cosas sobre magia defensiva. Quizás haya algo que sirva para protegerlas-
También se acercó DL, ahora con cola “Una cola... ¿Qué será lo siguiente? Hmmm quizás mejor no saberlo”

-Pues lo cierto es que sí- Contesté a su pregunta -Aunque aun estoy lejos de ser capaz de llevar a cabo la mayoría. Dame tiempo. Me apuntaría también a esos entrenamientos, pero supongo que son de día, y como comprenderéis el sol no me sienta bien- 
Por supuesto, salio el tema de protegerme con magia.  -Sobre lo de Jack. Existe un hechizo que debería protegerme. Él lo conjura sin problemas, pero yo no he sido capaz de lograrlo por mucho que lo he intentado. Supongo que es para alguien con mayor nivel mágico que yo, así que no es posible- 
La forma qué tenía DL de mirarme me molestaba, pero no habría sabido decir por qué. En cualquier caso Skarog se marchó, y yo decidí dar por terminada la conversación también. Examiné un rato la armería, buscando algún arma que pudiera servirme de sustituto para el arco, pero no encontré nada que me convenciera. Lo que si hice fue hacerme con una daga larga, para cuando necesitara pelear de cerca.

Cuando salí ya era de noche, por lo que me puse camino hacia Serpentaria. Había entrenado un par de veces el vuelo con Jack, así que decidí poner a prueba mis habilidades  e intentar llegar volando.

Mala idea. Aunque al principio la cosa fue bien varias corrientes de aire se levantaron de repente, y antes de que me diera cuenta me encontraba peleando en un vano intento de no ser arrastrado por ellas. Sin lograr nada poco a poco me fueron llevando en alguna dirección. No sabía cual, pero desde luego hacia Serpentaria no iba.

Sigue en la Plaza del Estandarte.

Poco después de salir aburrido de la cocina, Tap volvió a ponerse en su habitación a trabajar las runas y, por fin, después del par de días que llevaba descosiéndose con el tema, empezaron a salirle bien. No tuvo muchos reparos en probarlas con sí mismo, por lo que parte de su descubrimiento se debió a la media hora que pasó paralizado. Y no sabía si era por la emoción de ser capaz de hacer magia o qué, pero no entendía por qué a Pablo le disgustaba tanto quedarse tieso un rato. <<Los gigantes no saben apreciar el arte de la parálisis>> todo momento era bueno para criticarlos, incluido aquellos momentos en los que no podías mover un solo ápice de tu cuerpo.

Cuando se pasó el efecto, Tap no necesitó pensar demasiado qué hacer con sus nuevas aptitudes. Armado con sus ceras, fue atravesando paredes, abriendo puertas y colándose en todas las habitaciones ocupadas. Era de noche, por lo que la mayoría de gente dormía apaciblemente en sus camas. Pintó runas de parálisis por todos los muebles, ubicándolas en zonas que no fueran visibles a simple vista, como los somieres de la cama, la parte de abajo de sillas y mesas e incluso las suelas de los zapatos en aquellas personas que los usaran para calzarse. En las habitaciones vacías, también dejaba runas en la cara interior de las puertas, para que se llevaran la sorpresa al abrirlas.

El repoblador había perdido la voz, pero todavía conocía formas y formas de gritar a los cuatro vientos sus adelantos mágicos.

En un parpadeo, Karime pasó de ser una libense risueña a una loba enfurecida. La muerte de la rata y la explosión la alteraron y, puesto que todavía no sabía controlarse, su instinto defensivo había saltado sin impedimento. Alterada y confundida, se revolvió furiosa y sacudió la cabeza, pero, gracias a las caricias calmadas de Alder, logró tranquilizarse, pensar con claridad y volver a transformarse de nuevo.

- No volváis a hacerme esto. - exigió resoplando exasperada, molesta más consigo misma que con sus compañeros.

Había pasado todo el día entrenando para aprender a controlarse y con un par de movimientos bruscos y amenazantes la habían descontrolado echando por la borda todos los avances conseguidos. Quería irse, por lo que, cuando sus compañeros de la sede decidieron marchar, la licántropa no puso objeción y se despidió del resto de sus compañeros de forma malhumorada.

Durante los días siguientes apenas salió de la habitación para comer. Se pasaba las horas practicando encerrada a cal y canto transformándose de mil maneras distintas con distintos grados de dominación de su parte lobuna, pero nunca dejándose dominar del todo por ella. En cierta manera y aunque le gustaba su nueva forma, tenía miedo de no poder revertir la transformación por dejarse llevar demasiado por su parte lobuna y perder su conciencia libense. Y ese miedo era la razón por la que sus avances eran escasos, casi nulos. Cada vez que lo intentaba, se obligaba a si misma a transformarse completamente en loba, pero en el último momento siempre se acobardaba y retrocedía. Karime se veía a sí misma convertida por completo en un animal, totalmente instintiva, sin ninguna conciencia que le permitiera volver a ser libense y sin ni siquiera ser consciente de todo lo que perdía. A la libense le asustaba perder todo lo que tenía tanto como en su momento le había dolido perder a Ilol, incluso más. “Ilol seguía a mi lado en mi mente.”

A pesar de sus miedos pronto se dio cuenta de su gran error: no era capaz de dejarse dominar por ninguna de sus dos formas. La loba descubrió que, al igual que en su forma libense completa seguía teniendo una parte lobuna, lo mismo ocurría al contrario, por lo que sus miedos pasaron a ser estupideces que le avergonzaba haber pensado. “Por lo menos no se los conté a nadie.” Se decía aliviada. A partir de ese momento, sus progresos fueron aumentando, pero todavía le faltaba algo. Tenía que familiarizarse con su parte lobuna tanto como lo estaba con su parte libense para así, dominando ambas por separado, conseguir dominarlas en conjunto. Y para conseguirlo solo le quedaba una opción: tenía que vivir una temporada completamente como loba y para eso no había nada mejor que unirse durante un tiempo a la manada donde, no solo aprendería de ellos, sino también con ellos.

Antes de exiliarse de la comunidad de bípedos tenía que hacer algunas cosas, como estudiar a fondo lo que decía el libro que se había llevado de la biblioteca, sobre todo la parte de la manada, o asegurarse de que su otra manada, sus compañeros, podrían cuidarse en su ausencia. Había hablado con la mayoría de sus compañeros y estaba bastante contenta de la protección de la que disponían. Alder, Ariv y Shizel se encontraban a salvo bajo el techo de la torre Serpentaria y la loba confiaba en que el idrino mantendría al foner rojo con vida aunque fuera en contra de su voluntad. Por otro lado, la libense había visto alguno de los avances del foner amarillo por lo que tampoco le preocupaba.

Los únicos que le faltaban por confirmar su seguridad eran Saren y Branniel. Aunque el idrino vivía en el mismo lugar que ella, no lo había visto desde que se mudaron y tenía pensado buscarlo un día aunque simplemente fuera para intercambiar unas palabras. Branniel, por otro lado, era algo más complicado, ya que, aunque Shizel y DL le habían informado de su encuentro y le habían dicho que se encontraba bien, ella no conocía su paradero ni sus avances. Además, hacía tiempo que la licántropa quería hablar con él, aunque el tema no lo había decidido todavía, pero sabía que tendría algo que ver con Marina y los trasgos.

Ese mismo día había decidido comenzar con su plan de despedida. No tenía prisa en unirse a la manada, pues sabía que iba a pasar muchos días con ellos, así que podría retrasar su comienzo de vida como loba algunos días, aunque era consciente de que no demasiados. La libense había cogido unos pantalones holgados y su chaleco de entrenamiento pensando en que, si se transformaba, esas prendas no se romperían en el proceso y serían cómodas para llevarlas en las fauces. La puerta sonó justo cuando comía un aperitivo y abrió con una sonrisa. Eran las sinhadres.

- ¡Pero si son mis chicas favoritas! - exclamó abrazándolas y haciéndolas pasar.- Oye, Seon, no tienes buena cara para haber tenido sexo hace poco, ¿Qué hiciste mal, Der? - comentó como el que habla del tiempo. Ante la cara de la soñadora, la loba levantó las manos en señal de inocencia.- Ey, soy especialista en reconocer ese tipo de cosas. Solo necesitaba oír un “Hola” de mi amiga Lima para saber lo que había hecho, cuándo y con cuántos.- sonrió con falsa inocencia.

Alder y Seon llevaban un día relativamente activo. Dispuesta a despejar sus malos sueños, la bruja había aceptado dar un paseo por la ciudad y la tarde se les había escapado entre las calles de Rocavarancolia. Anocheciendo ya, decidieron hacer una visita a la Sede. Suponían que incluso siendo diurnos, aún era temprano para dormir. Les abrió Karime, con más ropa de la habitual. Seon frunció el ceño ante la mención del sexo reciente pero su edeel se rió.
- Y si tan bien se te da, explícame desde cuando Seon es un chico de piel plateada y temperaturas bajo cero. –se volvió hacia su pareja.- y tu, Seon, ¿por qué me has ocultado que eras un idrino sexy?
- Puede que se me olvidara.
- Dime K, esta novedad de ir vestida, ¿a que debo el honor? O ya te he convencido del sano placer de llevar ropa?

-Siempre puedes apuntarte cuando puedas hacerlo-respondió DL sonriente, para luego dejar a Pablo en lo suyo e ir a su habitación, donde ya tenia la ropa limpia que se había quitado la vez anterior, solo tuvo que hacerle un hechizo de fuego para secarla con cuidado de no achicharrarla para luego salir al baño, pillando ya a Skarog saliendo de este. Cambio de forma antes de bañarse recuperando su cuerpo habitual, le era un coñazo encargarse de la cola así que la mantuvo, la cual parecía ya mas una cola que una cosa deforme pudiéndola mover incluso. Tras bañarse y vestirse salio por algo de cenar saliendo con su aspecto habitual lo único que  mantuvo para seguir su practica de su antigua apariencia reptilinea, fue la cola, llegando a ver a Karime que se encontraba dándole la bienvenida a Alder y Seon

-Milagro, han venido a visitarnos a la Sede, bienvenida a las dos...es una lastima que Karime no os de la bienvenida como normalmente- exclamo fingidamente sorprendido al verlas y bromeando un poco al ver a la libense con ropa, mas ropa de lo habitual, que casi siempre iba desnuda. Miro a la libense y luego a la pareja sinhadre, escuchando parte de la conversación que estas mantenían no entendiendo demasiado al comienzo, pero ante la mención de un idrino supo que se referían a Shizel, dado que Alder y Seon no tenían tanto trato con Saren y empezó a ir atando cabos de lo que había oído. No era tan torpe como para no entender las indirectas de las chicas "¿Se habrán acostado ya? Alder le tenia ganas desde la cosecha..."la incredulidad era casi patente en la mente del cambiante, al cual le había llegado un poco sorpresivo aquel dato, dato que estaba haciendo que pasara de la sorpresa a la incredulidad y de ahí a cierto malestar a una velocidad pasmosa "No, no puede ser. Si apenas han convivido bajo el mismo poco mas de una semana" pensó DL que no pudo evitar mirar fijamente a Alder, con algo de molestia que apenas pudo disimular, le caía bien la chica lo había hecho desde que la conoció, pero en esos momentos no podía evitar sentirse mal al verla, aunque no podía determinar exactamente el porque de aquello. "A ver calma, ¿que es lo que te molesta tanto? Ni que tu fueses un santo, ademas ¿que te importa si lo han llegado a hacer o no? Ni siquiera sabes si es eso" se dijo intentando pensar coherentemente, no era de los que se molestaban por algo así, siendo que el mismo era bastante liberal al respecto.

-La ropa no es tan sana Alder, a mi preferiblemente me conviene mas una Karime desnuda, buenas vistas y una buena modelo para si alguna vez intento convertirme en chica- añadió con un tono algo perdido pues no estaba completamente atento ala conversación, esperando que no se dieran cuenta de su actitud algo rara- Bueno, yo iba a prepararme algo de comer ¿queréis algo? No soy experto cocinando pero me defiendo...venga Karime te preparare algo, te las has pasado encerrada en el cuarto estos días, pasa un poco de tiempo con nosotros- dijo mirándola fijamente, no le había pasado desapercibido el encierro de la libense, pero ahora que había salido ya para quedarse fuera no iba a quedarse callado y aunque en esos momentos su cabeza era un torbellino no iba a descuidar a alguien como Karime. Entró en la cocina pasando por el salón y viendo a Skarog leyendo o haciendo a saber que, le sonrió e hizo un gesto de cabeza como saludo antes de tomar los alimentos para prepararse algo de comer y algo también para las chicas. Tras preparar algo de carne y un salteado de verduras improvisado se sentó a comer mientras dejaba su mente vagando en otra parte lejos de la comida, no muy acostumbrado a tener reacciones tan extrañas, ya le había pasado en al cosecha con las paranoias aquellas, esperaba que no fuese de nuevo algo de eso.

-¿Te conviene una Karime desnuda? A ella lo que le conviene es no ir en bolas y sudada por ahí o se pillará un resfriado y nos lo acabará pegando a todos los demás.- bufó Yrio que pasaba por allí,saliendo justo de uno de sus entrenamientos.- ¿Y a qué viene esa cara? Es como si te hubiesen pegado una paliza...

Saludó a las chicas con un gesto, pero no se acercó. De nuevo había algo en el ambiente, un rastro fruto de una conversación, como lo que queda después de contar un chiste o de narrar una tragedia. No preguntó, salvo a Seon para saber si se encontraba mejor.

-Si querei puedo cocinar yo, prometo no quemar nada...

Dicho esto se metió en la cocina y se puso a seleccionar ingredientes para una ensalada. Era un plato que se había inventado estando hambriento y aburrido, con varios tipos de verduras, frutos, miel, trozos de carne chamuscada...

Estaba enfrascado en la lectura de la formación de la ciudad cuando escuché pisadas ajenas a mí, y, posteriormente, voces en la puerta. Pero no me fijé mucho y seguí leyendo.

Al cabo de un ratito, las voces aumentaron en variedad y cercanía, por lo que acabé dejando el libro para asomarme. <<K, Alder y Seon, junto con Yrio y DL...  ¡Eh, que me roban la cocina! Bueno, yo ya cené de todas formas, que cocinen ellos>> Así pues, salí y saludé con una amplia sonrisa, de brazos cruzados

-Vaya, qué grata sorpresa. El portal está para esto.-dije riendo.-Pero bueno, una sorpresa que alegra la vista de semejante manera nunca es mala, y menos si mi Se...-maldita costumbre, aunque me detuve y corregí como si nada.-Si Karimé os acompaña. Que aproveche la cena; aún queda colaespina por si os apetece.

Luego me quedé cerca del grupo, si fuesen otros habría vuelto al salón pero no era el caso.

Karime oyó la contestación de su amiga con los ojos como platos y en un visto y no visto estuvo colgada de su cuello abrazándola con fuerza.

- ¡Esa es mi chica! ¡Si señora!- exclamó alegre.- Que rápido crece mi niña.- dijo quitándose una lagrima imaginaria de la mejilla con un dedo.- Quiero creer que yo he aportado algo para que eso sucediera así que no me quites la ilusión.- le advirtió bromeando.- Eso sí, no te vas a librar de contármelo todo, sin escatimar en detalles morbosos.- ante el comentario de su ropa ella rió encantada.- Qué va, es que me he envuelto como un sexy regalo para a ver si tengo tu suerte y alguien quiere abrirme.- comentó pícaramente.- De todas maneras, no sé por qué le dais tanta importancia a la ropa. De cintura para arriba es costumbre y de cintura para abajo, hasta que no controle esto que la Luna me ha dado, es necesidad.- dijo señalando sus orejas lobunas. Esas y las garras traseras eran las únicas formas lobunas que podían distinguirse. Ante la mención de comida por parte del recién aparecido DL, la licántropa le palmeó la espalda.- La verdad es que acabo de comer algo, pero nunca rechazo una proposición de ese calibre. Ni ninguna.- terminó guiando un ojo a los presentes.

Cuando Yrio apareció en la escena, Karime se dio cuenta que su actitud hacia ella parecía un poco cambiada, no le gustó su comentario y frunció el ceño extrañada.

- ¡Pero si a ti te encantan mis desnudos, pequeñín! ¿Y como que sudada? Soy una mujer muy limpia, me lavo a la manera tradicional libense y lobuna. Sí, eso quiere decir que me lamo todos los días como una buena cuadrúpeda. Ni te imaginas lo flexible que puedo llegar a ser.- terminó con picardía.

Cuando fue Atol quien se acercó le recordó que quería hablar con él sobre un tema, aunque podría esperar porque su resultado se tendría que llevar a cabo después de que viviera como loba. Desde que se había transformado y se había ido a vivir a la sede, le rondaba por la cabeza la idea de volver a Libo y reencontrarse con su familia, su mejor amiga y su querido hermano, pero para eso todavía tendría que dominarse y, sobre todo, conseguir el puesto en el ejercito de Rocavarancolia. “No se puede esperar menos de mi.”

- ¡Blasfemia! ¡No me has llamado Señora! ¡Te condeno a privarte de la visión de mi belleza durante un día entero! ¡Y te has quedado 5 minutos sin amigos!- castigó a su amigo. Aguantó dirigiéndole una mirada seria y amenazante durante unos segundos tras los que exclamó.- ¡bah! No me apetece aguantarte el castigo, me parece demasiado cruel. ¡Pero me lo debes! Y ya se me ocurrirá como hacértelo pagar…- comentó levantando las cejas.

Sin esperar demasiado, guió a las invitadas a la mesa donde comerían y donde pretendía seguir la conversación.

Alder se rió, desembarazándose de ella con suavidad.
- Prometo contártelo todo en algún momento, pero no me monopolices, que todavía queda gente inocente en la sede, como para hablar de lo que se puede hacer con chocolate.- añadió lo último en voz baja y solo para su amiga, con una risa suave después.
-Claro DL, lo cierto es que tenemos hambre, pero es extraño que Atol viva aquí y no se haya apropiado de la cocina ya. – dijo mirando a su viejo amigo.- no se que es colaspina, pero siempre es agradable variar el menú.
La sinhadre le revolvió el pelo a un recién llegado Yrio como saludo. Seon lo besó en la mejilla y le aseguró que después del paseo se encontraba mejor. Hechos los saludos, siguieron a Ka a la cocina, preguntando por todos y por sus avances en los entrenamientos.

-Encima que me preocupo por ti y trato de no parecer un salido baboso- dijo Zmey en tono de indignación- Y eso de pequeñín, solo tengo un año menos que tú y mira- se puso frente a Karime para mostrar que eran prácticamente de la misma altura- Ya verás como en nada te supero.

Zmey estaba en edad de crecimiento y lo estaba notando. Comía como tres personas (cuando nadie miraba) y cada poco pegaba un estirón. La idea de llegar a ser más alto que sus amigas le gustaba. Terminó la ensalada, que era un caos de colores y tenía un olor agridulce muy particular, y la puso en la mesa, sentándose en la encimera en lugar de coger una silla. No por ningún motivo en especial. Iba a probar su propia creación cuando olió a quemado en el salón. << ¿La chimenea no estaba apagada?>> Era olor a papel quemado. Saltó de la encimera y fue a ver, para encontrarse con el portal humeante y una nota en el centro. Volvió a la cocina con la nota en la mano, aún leyéndola.

-Hmm los de Serpentaria dicen que van a ir a la playa un día de estos a pasar el día, y que si vamos- el mensaje era más enrevesado, pero en esencia decía eso. Una invitación para un día en la playa. ''Estaría bien que fuésemos todos los de la cosecha'' << No, no estaría bien, pero si te hace ilusión...>> pensó con amargura imaginando quién había escrito la nota. A él le gustaba la playa, le traia buenos recerdos, y adoraba el mar, pero no sabía si estaría cómodo con toda esa gente- No sé si iré- dijo dejando la nota en la mesa.

Escucho a medias el intercambio de palabras de sus compañeros mientras se disponían a comer algo, su atención estaba dividida en esos momentos, tenia demasiadas cosas en las que pensar y aclarar y ya sentía que la cabeza iba a estallarle como si fuera una bombilla. No se tomo a mal las palabras de Zmey, visto desde fuera seguramente sonaría como un pervertido, pero que le iba a hacer si necesitaba modelos para cambiar su cuerpo.

-Me conviene, porque sino tengo modelos donde fijarme, no puedo tomar forma. O puedo, pero cuesta mas trabajo- dijo con simpleza, no andaba su cerebro muy allá para largas explicaciones. Observo al resto prestando una atención algo ida, escuchando lo que dijo Skarog del portal, las "regañina" de Karime a Zmey y la libense y las palabras de Alder. Salio de sus pensamientos cuando olio a quemado, temiendo por un momento que algo en la cocina estuviera quemándose, por suerte no era nada de eso, se trataba de una nota que traía Yrio, la cual fue andada a través del portal que Skarog había colocado en el salón. Cuando el sinhadre menciono la palabra "playa" un "NO" apareció en la mente del foner. "Oh no, mas agua no por favor...tuve bastante con el río" se dijo rápidamente al pensar en esa enorme cantidad de agua tragandoselo, se estremeció. Había pasado bastante vergüenza y mal rato esa vez solo con Ramas como para que ahora  fuese con todos, o la mayoría, presentes. Aun así le pudo la curiosidad acercándose a Zmey para leer la nota por encima de su hombro, viendo el papel con los bordes chamuscados y la letra de Shizel en la nota "Un segundo...esta es la letra de Shiz, ¿se le ocurrió a el esta salida?" se pregunto con rapidez y con algo de duda, ya sabia que al idrino le encantaba el agua le había hablado de su mundo en varias ocasiones. Que la idea fuese suya no le era tan extraño si lo pensaba bien "Recuerdo que solía decir que iba con los amigos al lago, supongo que esto es lo mas parecido a ese lago" pensó un poco divertido al imaginarse al idrino como pez en el agua, estando cubierto con esa capa de escarcha seria hasta curioso de ver. La idea era buena pero aun tenia sus dudas, eso de estar tan cerca de un lugar donde no alcanzaba la vista le ponía los pelos de punta, pero le apetecía realmente el ir, apenas se habían relajado desde que se transformaron, solo entrenando sin parar "Mmm, tengo mis dudas, pero...si van a a ir todos...hace algún tiempo que no veo a Bran, tal vez vaya también y esto podría ayudar a que nos amistemos mas, hay algunos malos rollos desde que termino la cosecha" pensó recordando las palabras de Enredo esa mañana sobre Skarog. Seguía teniendo cierto temor que seguramente se quitaría con el tiempo, pues era un temor mas bien estúpido a decir verdad, no quería ser el único en quedarse allí encerrado mientras el resto se divertían solo por algo así. "Somos un grupo muy raro por donde se le vea, pero seria divertido reunirnos de esa forma" pensó intentando convencerse y dejar aparte ese temor a la playa.

- Podríamos asistir, yo voy a ir al menos. Últimamente hemos estado todo el tiempo entrenando, un poco de tiempo para nosotros y relajarnos nos vendría bien- dijo observando a los demás, pensando en eso en serio. Tal vez el tenia sus prioridades, pero no quitaba que era una buena idea el relajarse un poco. Miro a Zmey con atención, entendiendo en parte el porque de su negación a ir- Ven también Zmey, divirtámonos un poco sin malos rollos ni nada, solo divertirse y hacer el imbécil un rato -dijo sonriendo de mejor humor, recordandole eso algo mas que con todo había olvidado- Y otra cosa cosa, vente a nuestros entrenamientos, Skarog dijo que vendría y tu también estas invitado si quieres, eres bueno en magia y también ha estado haciendo entrenamiento físico serias de gran ayuda -dijo hablando en serio, sentado y tomando la nota de la mesa y luego observando al resto- Y sobre esto, deberíamos enviar una nota de respuesta diciendo quienes iremos

La respuesta de K me dejó sin habla, casi sin respiración. Una parte de mí sabía que era broma, no era la primera vez tras la Luna que la llamaba así. Pero la costumbre y la convicción a medias de que mi elección había sido la correcta no era una convicción muy estable. Le aguanté la mirada un poco, firme, pero cuando estaba apunto de amedrentarme, de bajar la cabeza y disculparme, se descubrió la broma. Aunque la idea de un castigo mejor (lo de cinco minutos sin amigos... no era para tanto) también dejaba sin aire.

-Esperaré con ansia ese castigo, K.-respondí, pícaro y rebelde en mis trece. Y siguiendo con el mismo tono,-La cocina o bien la coge Saren o bien quien quiera... Yo os cocinaría gustoso, pero no es mía la cocina.-respondo entonces a Alder.

Aún apoyado en la pared, veo a Yrio acabar y, para cuando empieza a oler a quemado, es él quien va a ver qué es. Vuelve con un mensaje con los bordes quemados ¡del portal! Otro punto para mi orgullo mágico. <<¿Día de playa con los de Serpentaria? Hum... Un poco de relajación, sol y ocio nunca viene mal>> Pero no iría si no iban al menos tres personas, así que decido esperar a que el resto opine. Pero eso sí, cojo papel y pluma y me apoyo en la encimera.

-Id diciendo si os apuntáis o no y os voy anotando. -<<Y ya me anotaré o no al final>>.-La pega es que Pablo sólo podrá ir si la quedada se alarga hasta la noche, tenedlo en cuenta.-les recuerdo.

Cuando Karime oyó la referencia al chocolate, sonrió abiertamente y comenzó a dar saltos y palmaditas como si fuera una niña a punto de abrir su regalo de cumpleaños. Echaba de menos ese tipo de conversaciones que siempre tenía con Lima durante las clases o los entrenamientos después de una noche de marcha. Cuando Yrio le habló de su altura, la licántropa se dio cuenta que efectivamente el sinhadre había crecido y que, posiblemente, pronto la superaría en altura, pero la libense le quitó importancia removiéndole el pelo.

- Nah, nah. Por mucho que superes a la misma torre en altura, no dejaras de ser mi pequeñín.

La libense guiñó un ojo al helión antes de sentarse a comer en la mesa. Al momento, un olor a quemado invadió la estancia y el sinhadre apareció con una nota que los de la torre Serpentaria habían mandado a través de los portales. La idea de ir un día todos juntos a la playa se le antojaba perfecta. Ni planeándolo hubiera acabado teniendo un plan tan bueno para despedirse de todos antes de irse a vivir como loba. Agua, sol, diversión con sus amigos, pasar el tiempo juntos,… la idea era del todo apetecible.

- ¿Qué si vamos a ir? ¡Claro que sí!- exclamó encantada.- Yo voy. De hecho, creo que todos deberíamos ir. ¿Cuándo fue la última vez que nos divertimos en grupo? Yo creo que nunca. Apúntame, apúntame, corre.- exigió finalmente a Atol. Luego oyó la referencia del foner a unos tales “Zmey” y “Skarog”, de los cuales nunca había oído hablar.- ¿Qué pasa, Tirachinas, tus cambios también afectan al idioma? ¿Qué pene es un “Zmey” y qué cosa es “Skarog”?

- Contad con nosotras- dijo Seon sonriente.
-Sí, desde luego. - miró a los dos nombrados, con curiosidad por sus respuestas. No tuvo problemas en aclararle a su amiga que Zmey y Skarog eran los nombres rocavarancoleses de Yrio y Atol.- Me cuesta hacerme a la idea de llamaros por ningun nombre que no sea el vuestro. Son muchos meses ya, pero si realmente lo quieres, Yrio..

Terminaron de comer, comentando con ilusión el plan y cuanto hacia que no pisaban la playa. Fue entonces cuando lo recordó de pronto.
- Karime! casi me olvido- le tendió un cuaderno vacio que había sacado de serpentaria.- quizás deberías llevar un recuento de tus conquistas. Es cuestion de tiempo que alguien caiga a tus insinuaciones sexuales, y dadas todas las que haces...

Era una broma, por supuesto.

No me di cuenta de que DL me había llamado con el nuevo nombre hasta que K lo repitió, preguntando qué era. Tragué saliva y, maldiciendo mentalmente a los presentes por si alguno se iba de la lengua, escuché a Alder explicarlo. Para ir cambiando de tema, solo añadí:

-Pero que lo use quien quiera, vaya, solo es para la ciudad en sí. Como libense sigo siendo Atol, me refiero.-respondo, nervioso, mientras me intento convencer de que no es mentira.-Apuntadas pues. Y yo también, de paso. Zmey, ¿te decides entonces? ¿O lo mando y ya lo decides en estos días? Aún hay tiempo.-inquiero finalmente, ya que de los presentes sólo queda él.

Pero mentalmente estoy hecho un caos. <<¿Cómo verá K el origen del nombre? No le he mentido, sigo siendo el mismo, el nombrecito es solo por y para la ciudad... Pero bueno, ahora no es buen momento para sacar el tema...>> Y me acostaría ya, pero no me fío <<No tendría que haber fardado del nombre al luchar contra Ramas delante de estos dos... Maldita la hora...>>

Por lo menos, al escuchar lo del cuaderno pude reírme un rato. Sin embargo, en mitad de la broma mis aspiraciones se juntaron con la problemática ideológica y empecé a desear aún más el momento de irme a mi cuarto. <<Terminad de cenar ya, malditos>>

La libense oyó la explicación sobre los nombres de sus amigos. Ya había oído a algunos que se habían cambiado el nombre y no entendía esa necesidad. Para ella, portar su nombre y su origen era un orgullo y no pensaba cambiarlo.

- Pues siento mucho informaros que, a no ser que sea del todo necesario, os pienso seguir llamando con el nombre con el que os conocí.- informó.

Comieron tranquilamente, mientras la licántropa perfeccionaba en su mente los planes que se le habían facilitado ante el inesperado día de playa. “Aunque aún tengo que hablar con Branniel.” Se dijo y decidió rastrear al trasgo el día siguiente. Al terminar de comer, Alder le entregó un regalo que no se esperaba.

- ¿Dudas acaso de que vaya a caer nadie? ¿¡Lo dudas!? ¡Solo estoy allanando el terreno!- bromeó recibiendo el cuaderno.

A pesar de su propia broma y de la de Alder, Karime comenzó a pensar en lo útil que podría ser llevar un recuento de los chicos que quería que acabaran en su cama y tacharlos cuando eso hubiera sucedido.

- Pero, si, lo voy a usar.- comenzó a emocionarse.- ¡Si en realidad es súper práctico! ¿Cómo no se me había ocurrido antes? ¡Hay tanto buenorro por ahí suelto que tengo que apuntarme sus nombres para que no se me olviden! Conforme desfilen por mi cama, los iré tachando, así siempre sabré quien me falta y quién no.

Llegados a ese punto, la libense se encontraba emocionadísima con la idea y se levantó tan rápido de la silla que cayó al suelo de culos. Como si no hubiera pasado nada, se levantó de nuevo y salió disparada por la puerta en busca de un lápiz, un bolígrafo o cualquier objeto con el que pudiera escribir. Cuando lo encontró, comenzó a escribir los nombres de todos los chicos que quería que figuraran en su lista, sin dejarse a DL, al que tachó al instante, para que quedara constancia de ello.

- ¡Atol!- gritó desde la otra habitación.- ¿Tu nombre se escribe con H o sin ella?

Después del revuelo por la nota Zmey se sentó a comer tranquilamente. Ellos hablaban y discutían, él comía. No se sació del todo, pero ya bajaríaa la noche para robar algún aperitivo.

-Me apunto a los entrenamientos. Ya pensaba que tendría que resignarme a practicar siempre solo por culpa de mi dichoso poder... Lo de la playa aún no lo sé, hay personas a las que no querría volverles a ver la cara, deja que me lo piense...

Dejó que avanzase la cháchara y las bromas, pero a la llegada del comentario de Karime su expresión se ensombreció. Él también le daba mucha importancia a los nombres, y por eso no se lo había cambiado solo de cara a la ciudad. Era algo más simbólico, algo importante para él.

-Pues siento decirte que nadie va a responderte al nombre de Yrio, K- dijo dejando el plato a un lado. Su tono era frío y serio, pero no parecía enfadado- Porque Yrio está muerto, y si no lo está, ya me aseguraré yo de matarlo... Decidme la fecha del encuentro y ya veré si voy...

No esperó a que nadie le respondiese, se acercó a la nota y la leyó una última vez antes de marcharse de la cocina.

Subió a su habitación, y antes de entrar pasó por las llamas todos sus muebles y sus pertenencias para evitar que le ocurriese el incidente con las runas. Maldijo a Tap una y mil veces, y se apuntó mentalmente que tenía que buscar la forma de anclar el fuego a sus paredes para que el poltergeist no se atreviese a entrar más en su habitación. Se tumbó en la cama y cogió su nuevo diario y una pluma. Empezó a escribir lo acontecido en el día, sus avances y las cosas que consideraba importantes, sin mencionar la invitación ni la visita en ningun momento.