Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

-Lo saqué de un libro- respondió Zmey- Es nombre de una criatura de leyenda terrícola; el dragón. El apellido Sardaur lo saqué de la Capilla de los Nombres.

No especificó más. Ponerse un nombre de un rey podría parecer presuntuoso, pero para Zmey era más como un mensaje de ánimo que llevaba a todas partes. Oyó con vago interés la perorata de DL que daba la misma excusa que todos los demás, que el fuego hacía daño. Dio un par de vueltas a un trozo de carne con el tenedor.

-Sí, bueno, pero por muy ciudad mágica que sea el fuego sigue siendo fuego y se sigue apagando con agua y arena... - con el comentario de Skarog y la respuesta de Ramas se le escapó una sonrisa- Eh, yo quiero ver eso.

La idea de ver al gran guerrero Atol y a sus aires enfrentarse a un tranformado veterano prometía ser divertida. Ignoró completamente el portazo de Tap pues las rabietas del repoblador eran ya tan frecuentes que poco importaba una más.

-¿Hace cuanto que vives en la ciudad, Ramas? ¿Compartiste cosecha con alguien que conozcamos?- preguntó con curiosidad

DL no se asustó como habría esperado, sino que pasó a intentar transformarse en algo escamoso.
-Oye, pues se nota la práctica. No es torpeza, es tiempo y esfuerzo.-le dije para animarle.

La puerta de la cocina se cerró de golpe <<Tap. No le entiendo; sabe que no puede comer, ¿qué le molesta entonces?Le van a ayudar con las runas las hienas>> pensé, mosqueado por la ingratitud del repoblador. Luego Ramas respondió a lo del entrenamiento y le miré medio en serio, medio en broma, pero acepté el desafío. Zmey dijo de querer verlo y asentí con vigor. Sabía que era veterano, sabía que podía transformarse en árbol y que cuerpo a cuerpo sería duro de roer, pero no podía negarme ni aunque pareciera mayor que yo.
-Cuando quieras, bribón. ¿Qué lleva tu merienda? Ya que voy a ganar, por lo menos para saber si merecerá la pena.--respondo riendo.-¿Mañana entrenamiento conjunto y duelo, pues? ¿O el gallito tallado se atreve ahora?-pregunto, luego me levanto a quitar la mesa y fregar.

Acabado eso, nos vamos a la sala de entrenamiento y, una vez allí, me cruzo de brazos mientras dirijo una mirada crítica a Ramas.
-Bien. ¿Armas, magia sí o no, o solo cuerpo a cuerpo? Te pregunto porque me da igual.-con una sonrisa de autosuficiencia.

Sabía que, luego, cuando me diera de hostias, mágicas al menos, me comería mi orgullo. Pero luego.

Dirke le dio el visto bueno a la transformación de DL alzando un pulgar.

-Bonito traje-añadió. Las preguntas de Zmey le trajeron muy buenos recuerdos-. Estoy a punto de cumplir cinco años aquí. Y compartí cosecha con algunas personas muy importantes ahora. Jack, el vampiro; Cain, el dueño del burdel; algunos de los prostiputos que trabajan allí; Elliot...-torció los labios-, bueno, era una cabezota, para no tener cabeza. También Nia, seguro que vosotros la conocéis también. Y Koval, el chico de fuego majo....-y con varias lagunas gramaticales, acabó enumerando a todos y cada uno de sus compañeros de cosecha más importantes.

La respuesta de Skarog sacó la mejor de sus sonrisas al alemán. <<Por fin algo entretenido>>. No era la persona más violenta de la ciudad, eso estaba más que claro, pero dar un par de golpes a veces también traía cierta paz.

-Mi merienda son sol y sales minerales, no todo el mundo tiene el paladar lo suficientemente exquesito para probar tierra y repetir-. Puso cara de disgusto cuando el chico le llamó Gallito Tallado y seguidamente le lanzó una mirada desafiante-. Si Don Mitones no se achanta, ahora mismo estaría bien.

En cuanto llegaron a la sala de entrenamiento, el alemán estiró los músculos más por costumbre que por necesidad real.

-Por mí, puedes usar magia, armas y lo que te apetezca. Vamos con todo-una sonrisa traviesa asomó en el rostro de Dirke, que alzaba los brazos con los puños cerrados y adelantaba el pie derecho, preparándose para lo que se le venía. Lejos de estar concentrado, su expresión se parecía más a la de un niño a punto de estrenar juguete. <<Be the tree, Dirke. Be the tree...>> soltó una carcajada por la referencia ante su propio chiste interno y dio un pistoletazo verbal de salida-. Dale, dama Skarog.

Al responder afirmativamente, fui a coger dos espadas con un mango que cupiera en los enganches. Para cuando terminó de hablar, había logrado encajarlas en los guanteletes. No podía luchar a puñetazos con estas uñas, así que las espadas compensarían la cosa. Y entonces me llamó "Dama Skarog", a lo cual solté una carcajada.
-Skarog viene de Svarog, un dios masculino de la luz, así que nada de "Dama", bonsai.-respondí riendo.

El primer golpe me correspondía, y como quería acabar rápido, le disparé un hechizo de impacto tras el cual eché a correr hacia él. Sin embargo, el hechizo no le hizo nada. O eso o su forma física era más de lo que... No, no puede ser, tiene más potencia que el de impulso y ni se ha movido>> pensé, confuso. Sin detenerme, lancé otro y, al ver que no le hacía efecto, pasé de la magia a los mandobles y estocadas.

Mientras tanto, le gruñí:
-No te he visto hacer ningún hechizo, ¿traías preparado un escudo mágico acaso?

El alemán enseñó los dientes a Skarog en un gesto alegre, como única respuesta a los hechizos y a su avance.

-Ni me verás, novato. Ni me verás-endureció la piel de sus cuerpo y paró los tajos con la corteza recién generada en sus antebrazos. Retrocedió ante uno de los ataques de Skarog para darle unos segundos de gloria y cerró después la mano con fuerza en una de sus espadas. Tiró de su de ella hacia sí mismo y le lanzó una patada a los pies con la intención de derribar a su contrincante. Lo que recibió el helión, sin embargo, no fue una patada sino el latigazo de una gruesa raíz contra el tobillo. Dirke no dio muestras de que la mano con la que agarró la espada le doliera, aunque lo hacía. Seguía con la misma expresión de diversión en el rostro-. Estás tardando en talarme, Don Mitones-inquirió.

Zmey acabó de comer a toda prisa y salió de la cocina aún masticando, en dirección a la sala de entrenamiento. Era la más grande, la que solía usar todos. El helión llegó con sus espadas y Zmey se acomodó contra una pared, desde la que se aseguraba que no perdería detalle.

-Ánimo, Ramas, bájale los humos- le dijo entre risas

Se quedó de piedra al ver que al chico árbol no le afectaban los hechizos. No tenía ni idea de cómo los había parado ¿sería algo de su transformación? ¿llevaría escudos anclados? Puso toda su atención en la pelea, atendiendo a los movimientos de uno y de otro. No obstante no podía evitar reírse en determinados momentos, y admirarse ante la creatividad con la que Ramas usaba su transformación.

Resulto bastante entretenido ver el intercambio de palabras de Ramas y Skarog, era una simple provocación a pelear, pero nada serio y DL curioso de como podría pelear un árbol y un tipo con uñas afiladas les siguió ala sala de entrenamiento junto Zmey. Manteniéndose a una distancia prudencial allí vio algo bastante imposible y que no entendió, veía los hechizo de atol salir de sus uñas pero estos no golpeaba Rama so si lo hacían se desvanecían sin hacerle daño alguno como si chocase con una barrera que los destruyera.

-Pero que protección mas fuerte tiene-murmuro sorprendido y viendo divertido la paliza, al orgullo sobretodo que le estaba dando Ramas a Skarog. Aunque añadir que el helión definitivamente era difícil de pelar, se notaba la practica pero un árbol...es un árbol, la naturaleza se rebela y de que forma.

-Un árbol esta machacándote- bromeo al verlos, entretenido por la pelea que estaban manteniendo la forma de moverse de Ramas resultaba por demás fascinante y a Skarog le estaba costando tanto el esquivar como el golpear, dado que la magia no parecía hacer efecto y el atacarle físicamente sin mas, cuando te metía latigazos de aquella forma tampoco es que fuera fácil ni salias indemne al intentarlo- A el no le duele Ramas, no te cortes en atizarle -añadió DL mirando la pelea, recordando que los libense no sentían dolor o no mucho al menos, podía estar horas así que como no lo derribara el helión apenas iba a coscarse.

En uno de mis ataques, Ramas me agarró la espada y no la soltó por mucho que lo intenté. Los golpes con la otra los resistía endureciendo la piel como si fuera madera. Para más inri, me soltó una patada-raíz al tobillo izquierdo pero no consiguió desestabilizarme. Sólo mosquearme por la cercanía de las uñas. En respuesta a su pulla, le arreé un cabezazo aprovechando que medía casi lo mismo, para luego golpearle la mano con la espada libre repetidas veces. <<Sin cuartel>>
-¿Humos? Habló la luciérnaga. Eh, DL, no te rías tanto, ¿puedes vestirte de puré?

Sin embargo, todo era distracción para lanzar un hechizo del pie derecho, pero no resultó por poca práctica, por lo que seguí arremetiendo, incluyendo codazos y rodillazos, buscando zonas blandas.

Dirke agitó la cabeza y agradeció haberse reforzado con la corteza. En otras circunstancias diría que el cabezazo le había dolido más al otro que a él, pero en estas circunstancias el otro era un libense y no le valía el chiste. Y fue una pena. Por suerte, los golpes de Skarog no daban en blando.

Sin distraerse con ninguno de los comentarios, la mano de Dirke no tardó mucho en dejar de ser mano para ser una rama. Se había enroscado alrededor de la espada y había invadido el guantelete para romper el enganche. Cuando Dirke retrocedió, se llevó el arma del helión con él y la tiró al suelo. Seguidamente comenzó a lanzar ramalazos a diestro y siniestro, literalmente. Visto que no le dolerían, Dirke no se contuvo.

Si ya estaba forzando demasiado el guantelete a la hora de tirar del arma, Ramas lo acabó rompiendo en cuanto convirtió en ramas su mano <<Tenía que pasar, mejor ahora que fuera en la ciudad>> Dejé que me quitara la espada y luego me cubrí la cara con los brazos para repeler los ramazos. Mientras, me fui alejando, como por efecto de sus arañazos. Sin embargo, varios pasos rápidos me llevaron hasta donde colgaban las armas, de donde pude coger un par de hachas de una hoja. <<A talar pues>>

Luego seguí retrocediendo y girando, esquivando y encajando sus golpes, intentando poner distancia entre ambos mientras guardaba el arma a la espalda. Cuando conseguí una distancia mínima, lancé el arma contra la maraña de ramas, intentando cortarlas con tajos en diagonal y vertical, siempre desde arriba.

El tiempo que tardó Atol en coger las hachas, sin embargo, bastó para que los brazos del alemán volvieran a su sitio con la espada que había quitado a Atol entre los dedos. Dirke no era tan tonto como para regalarle los leños, era un árbol bastante receloso con sus ramas.  A pesar de que la llevaba más de adorno que para darle un uso real, Dirke se concedió el gusto de parar un par de hachazos con la espada mientras se dedicaba a esquivar el grueso de ellos dando saltos en una actitud un poco inquieta.

Cuando creyó que ya había toreado lo suficiente al helión, Dirke endureció sus antebrazos dispuesto a acabar la pelea. Paró las hachas con ellos en un único movimiento brusco que hizo saltar parte de su corteza al suelo y desestabilizó a su contrincante. Sus manos se enroscaron en sus muñecas para sujetarlo bien sujeto, tiró de él hacia sí y le asestó una patada en el estómago con la contundencia de la base de un árbol cabreado. Lejos de eso, Dirke sonrió triunfal y tiró con las ramas de sus muñecas de nuevo, esta vez para hacerle arrodillarse.

-¿Y esta reverencia?-preguntó fingiendo sorpresa, antes de soltarlo y agacharse él mismo para ofrecerle la mano sana-. No ha estado mal, ¿no?

Dirke tenía un corte bastante feo en cada brazo y una herida en la palma de la mano izquierda, que era la que había utilizado para agarrar la espada. Todas esas lesiones rezumaban savia y, aunque a Dirke le dolían casi a rabiar, consiguió no dar muestras externas de ello. <<El tiempo lo cura todo>> recordó una frase que hacía mucho tiempo que no escuchaba y se sopló las heridas, como siempre solía hacer. La savia, fría por el contacto con su aliento, funcionaba en el hombre árbol como calmante.

Los siguientes minutos se repartieron en un entrechocar de ramas y acero, ya que blandía una de mis espadas de antes. No lograba nada más allá de pequeños rasguños en la corteza, mientras que yo me llevaba arañazos varios, aunque lo de cubrirme la cara funcionó, sacrificando brazos. Yo no iba a flaquear y él tampoco parecía cansarse. Y así siguió el intercambio...

Hasta que el veterano decidió ponerle fin y, con unos rápidos movimientos, acabé en el suelo, de rodillas y con la muñeca al límite. <<De no haberme golpeado en el estómago quizá... Bah, cállate y acéptalo>> pensé, soltando las hachas en el suelo aceptando el resultado. Solté una mezcla entre gruñido-carcajada y luego acepté la ayuda para levantarme.

-Nada mal, no señor. No sé si prefiero al árbol que se limita a escuchar tras invadir Letargo o al luchador...-respondo riendo.-A Ramas, directamente.-seguido de un ligero puñetazo amorfo en el hombro <<Malditas uñas>>. Pero entonces reparo en las heridas.-Pero si golpeé madera, ¿cómo es que te salen las heridas? ¿No te curas? ¿O te regeneras como otras transformaciones?

Dirke se encogió de hombros. La razón de sus heridas le parecía tan obvia que no sabía explicarla. En lugar de eso, se agachó y cogió un trozo pequeño de la madera que se había desprendido al parar las hachas.


-Esto era mi piel-intentó hacerse entender-. Si me falta en el brazo... ¡Plop! Herida. Aunque cubierto de madera aguanta más, claro. Y bueno, soy un árbol especial-rió-. No hago magia, tengo que esperar a regenerarme. Que, por cierto, hablando de esto, debería limpiarme antes de barnizar el suelo con mi sangre vegetal-bromear con las heridas siempre hacía que dolieran un poquito menos-. Voy a ducharme-avisó, por si alguien quería imitarle para sacarse el sudor del cuerpo. Vivir en el burdel lo había curado de espanto y su vida salvaje había acabado por llevarse el poco pudor que le había quedado, por lo que le incomodaba más bien poco que las duchas fueran comunitarias.

Zmey silbó cuando Ramas ganó la pelea. Era la primera vez que veía a Atol aceptar una derrota tan limpiamente, y la actuación del chico árbol había hecho que se ganara el respeto del piromante << Una pena que le tenga miedo a mi poder.>> Pero le había dado ánimos en cuanto a sacarle usos a su transformación a base de práctica.

Se fueron dispersando, y Zmey aprovechó para quitarse de en medio e ir a hacer algo que tenía pendiente. Pasó por su habitación y se cambió de ropa, poniéndose unos pantalones largos con los bajos remangados y una sudadera con cremallera y capucha a la que alguien le había desgarrado las mangas. Se ajustó los mitones ignífugos y salió de la Sede, cogiendose una pieda de fruta para picar por el camino.

<< A ver si está este cabrón en casa...>>

Sigue en la Torre Serpentaria.

El enfrentamiento finalmente termino con un claro ganador, aunque Skarog había dado mucha guerra y DL se había quedado bastante sorprendido de sus dotes de combate, algo minadas a causa de las uñas. Cuando ya Dirke se fue a bañar DL decidió volver a su habitación manteniendo aun esa forma reptilinea que había tomado para mostrarles el ejemplo de su trabajo a los chicos, eso si la cosa seguía en proceso.  Tomo de su escritorio un cuaderno donde había estado escribiendo durante todo esos días pasados sus avances y las cosas cosas que había logrado hacer con su tranformacion, así como objetivos a conseguir, así mantenía un cierto orden y no intentaba abarcar mas de lo que podía de una sola vez porque luego acaba hecho una piltrafa.

"Veamos, forma de reptil en proceso, falta la cola y las escamas de la espalda. Lo siguiente es intentar cambia de de tamaño, musculatura y rasgos...vale creo que esto si puedo hacerlo, necesito ejemplos par esto ultimo y ya se donde tomarlos, aunque me gane un golpe" pensó divertido guardando el cuaderno de nuevo en  el escritorio, cogiendo su espada corta y sujeto en el cinturón. El tema de la ropa ya andaba en proceso, confeccionarse tela con su propio cuerpo era bastante difícil pues su imaginación para el diseño de ropa era prácticamente nula, pero estaba en ello, se ahorraría muchos problemas con el dichoso tamaño de la ropa o cuando intentaba sacar la cola u otras partes extras, porque la ropa se le rompía. Tras eos volvió a la primera planta a coger algo de fruta de la cocina para el camino antes de dirigirse hacia Serpentaria donde tenia personas de sobras para sus ejemplos, ademas así de paso veía si ese día pensaban entrenar o había algún plan al respecto.

Sigue en la Torre Serpentaria.

Atendí con curiosidad a la explicación. Esta hizo que mirase con otros ojos al muchacho <<A ver si los de nuestra cosechan llegan al punto de ni quejarse por heridas varias>>
-Ya veo. ¡Y ahora una buena ducha!

Antes, sin embargo, recogí el enganche destrozado del guantelete y lo llevé al dormitorio. Tenía que rediseñarlo, estaba claro desde el inicio que no aguantaría para bloquear, y ahora se había visto que tampoco aguantaría tirones. En la ducha aproveché para pensar en cómo adaptar mis armas. <<¿Y si pongo el arma por fuera? Podría enganchar dos espontones a los brazos... Reforzarles el tronco y... ¿Guantelete y brazalete, armadura de brazos entera con arneses para los espontones? Podría añadirles un segundo mango, perpendicular, para cogerlo con los enganches del guantelete y darle impulso... O incluso dejarlos de lado y montar un par de gujas... Les recorto el tronco, les añado dos mangos perpendiculares (uno para larga distancia, otro para corta) y las monto en los brazales... Pero no tengo materiales para eso, maldición... Necesito entrenamiento mágico a fondo...>>

Así pensando volví a mi dormitorio con las susodichas gujas, las cuales apoyé en la pared en vistas de que solo podía diseñar sin ir más allá. <<Magia... De aquí, que tengan magia... DL se fue, Yrio se fue, los demás no hablan mucho... A la porra, hay dianas, entrenaré solo>>

Y así pasaron las horas, practicando tanto el conjurar hechizos sin guardarlos en las uñas, como guardarlos y dispararlos de forma activa. Eso sí, el fallo de dispararse o no a mi elección era persistente, pero eso no vencía mi ánimo.

Finalmente llego a la Sede,lo sucedido con Enredo había sido algo un poco espontaneo y siendo que había acabado bien DL no pensaba complicarse al respecto. De buen humor subió a su habitación para rescatar el cuaderno donde tenia sus anotaciones, echándole una mirada a su cola, cola con escamas al fin ya no pelona por suerte, pero con una formara, flácida como si los huesos de su interior estuvieran hechos puré. "Mmm en el libro de anatomía de criaturas debería venir algo sobre reptiles..." pensó tomando este de la estantería donde tenia el par de libros que había tomado de la Biblioteca, ojeando este a ver si aparecía algo sobre anatomía de los reptiles. No tuvo mucha suerte parecían sobretodo especies extrañas, así como humanoides, hasta que encontró por fin una con cola, leer las anotaciones fue lo que mas le costo, la letra era diminuta, pero el dibujo sobre el esqueleto de un reptil era de bastante ayuda, así como también otra imagen algo borrosa sobre un pequeño reptil abierto en canal, donde se podía ver toda la parte interna desde la cabeza hasta la punta de la cola. Tomando esa información extra intento concentrarse en la parte interna de su cola, intentando formar los huesos tal y como venían en la imagen, palpando con sus dedos para intentar encontrar la forma exacta. Dejo esa información en un espacio de su mente para ir forman dolo poco a poco mientras hacia otras cosas, acostumbrado como estaba dividir su atención a varias cosas al mismo tiempo sin mucho esfuerzo, le llevaba mas tiempo si, pero era su método de trabajar.

Tras un tiempo que duro algunas horas de practica y estudio, dejo el libro en la estantería saliendo de cuarto, estirándose perezosamente, dirigiéndose a una de las salas de entrenamiento con intención de practicar un poco, ya que ese día no lo había hecho realmente, encontrándose a Atol haciendo practicas de hechizos con sus uñas.

-Esas uñas tuyas son un peligro, para el resto y para ti -añadió sonriendo entrando en la sala de entrenamiento, cruzándose de brazos osbervandolo con atención, había visto como peleaba Skarog con ramas a pesar del problema de las uñas- Oye, Skarog...¿como te las ingenias para pelear sin romperte una uña? No parece practico tampoco para sostener armas- dijo viéndolo con atención y curiosidad real, siendo cambiante algún día, cuando tuviese mas practica, probablemente habría periodos donde tendría problemas sosteniendo algún arma sobretodo si conseguir tomar formas donde poseyera garras o similares- No me vendría mal esa información, ni entrenar un poco aunque advierto...soy un contrincante pésimo, mi nivel de magia nunca fue muy bueno como para combatir y ya de fisicamente hablando...no tengo mucha idea asi que no me rompas- añadió mirándolo entretenido, había estado practicando junto a Shizel y Enredo durante días pero aunque ya habían entrado en pequeños duelos de practica era eso, practica nada a lo grande.