Torreón Letargo (Archivo IV)
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- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Torreón Letargo (Archivo IV)
08/08/13, 11:29 am
Recuerdo del primer mensaje :
-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.
Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.
Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.
Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.
Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.
Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.
Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.
-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.
P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^
-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.
Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.
Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.
Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.
Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.
Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.
Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.
-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.
P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
07/02/14, 08:01 pm
Sura no tardó mucho en bajar, al parecer ya completamente enterada de lo que había pasado. Volví a fijarme en la escena, especialmente en el cadáver de Talento, la víctima para quien ya no había marcha atrás. No había sido el mejor de todos, cierto, pero había sido una buena ayuda gracias a su capacidad de volar, y había tenido la decencia de ignorar lo que le molestaba en vez de intentar acuchillarlo. En cualquier caso, una pérdida irreparable culpa de una rata psicópata, a la que pasé mirar sintiendo que la pena se convertía en un odio exacerbado. Ojalá se hubiese suicidado o nos hubiese abandonado sin haber tenido que llevarse a un compañero.
—Que me sientas con fuerzas da un poco igual, ¿no te parece? —sonreí con tristeza al vovler a mirar al pájaro destripado. Fui a agacharme, pero en el último segundo me giré hacia la ulterana.
—Oye... ¿Tienes algún cuchillo? —en mi voz se notaba que no estaba muy seguro de lo que iba a hacer, pero Sura no tuvo ningún problema en dejarme uno, que usé para transformar una de las mangas de la camiseta que llevaba puesta en un pañuelo con el que pude dejarme cubiertas la nariz y la boca.
Intenté arreglar el estropicio lo más rápida y silenciosamente posible. El cuerpo del pájaro no iba a quedar bonito después de tener que meter los intestinos dentro de su tripa, pero al menos podríamos llevarlo al patio. Al acabar cerré la raja con un hechizo que aplicaba presión en el punto. Me aseguré de que durase lo máximo posible aplicándole una buena cantidad de fuerza, aunque la cantidad de reservas mágicas que se chupó me sorprendió más de lo que esperaba. La sorpresa también venía de que había necesitaod relativamente pocos intentos para hacerlo, teniendo en cuenta que era un hechizo que había practicado poco. «Hechizo de nivel fácil» me dije con tristeza.
—Tenemof que tarnof priza, ete hechizo va a turar poco —apremié a la ulterana, cogiendo el cadáver de Talento y dirigiéndome al patio.
—Que me sientas con fuerzas da un poco igual, ¿no te parece? —sonreí con tristeza al vovler a mirar al pájaro destripado. Fui a agacharme, pero en el último segundo me giré hacia la ulterana.
—Oye... ¿Tienes algún cuchillo? —en mi voz se notaba que no estaba muy seguro de lo que iba a hacer, pero Sura no tuvo ningún problema en dejarme uno, que usé para transformar una de las mangas de la camiseta que llevaba puesta en un pañuelo con el que pude dejarme cubiertas la nariz y la boca.
Intenté arreglar el estropicio lo más rápida y silenciosamente posible. El cuerpo del pájaro no iba a quedar bonito después de tener que meter los intestinos dentro de su tripa, pero al menos podríamos llevarlo al patio. Al acabar cerré la raja con un hechizo que aplicaba presión en el punto. Me aseguré de que durase lo máximo posible aplicándole una buena cantidad de fuerza, aunque la cantidad de reservas mágicas que se chupó me sorprendió más de lo que esperaba. La sorpresa también venía de que había necesitaod relativamente pocos intentos para hacerlo, teniendo en cuenta que era un hechizo que había practicado poco. «Hechizo de nivel fácil» me dije con tristeza.
—Tenemof que tarnof priza, ete hechizo va a turar poco —apremié a la ulterana, cogiendo el cadáver de Talento y dirigiéndome al patio.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
07/02/14, 08:43 pm
Le devuelvo al humano la sonrisa aunque la mía se nota cansada. Han muerto tres personas que estaban a mi cuidado, ¿qué dice eso de mi? No valgo una mierda como protectora al parecer. Soy fuerte, hábil y estoy entrenada, y al final..... No sé, ellos parecen estar desenvolviéndose mejor, han visto morir a tres compañeros, la primera vez se recompusieron y avanzaron, ahora pasará lo mismo, y para eso no me necesitan. Sé que no soy una carga, pero tampoco soy de tanta ayuda, contra las ratas se las podrían haber arreglado bien solos. ¿Acaso me necesitan en esta torre?
La pregunta de Álvaro me saca de mis pensamientos y asintiendo le tiendo un cuchillo. Observo con curiosidad como se hace una mascara improvisada, supongo que para la gente que no está acostumbrada a esto debe ser algo fuerte el olor. Veo como la magia obra otro milagro sellando la herida de Talento. Me pregunto si yo tuviese magia sería de mas ayuda y decido probar si la tengo o no en otro momento. Me siento bastante inútil en estos momentos, la situación actual me ha hecho plantearme cosas que seguramente no plantearía.
Adelanto al humano y llego antes al patio para ponerme a cavar una tumba, a la rata no pienso enterrarla, tengo otra idea para ella. Entre Álvaro y yo completamos la tumba rápidamente y dejamos caer al roquense dentro. Mientras hecho tierra encima pienso: <<No te olvidaré compañero, conseguiré que sobreviva el resto, no sé como, pero lo haré>>.
-Ahora me pregunto.... ¿qué rito de sepultura tendrán en el mundo de Talento? Quizá deberíamos haberle hecho un homenaje a su manera.- comento distraída y luego le pregunto al humano,- ¿Por qué enterrar a vuestra gente? Quiero decir, en Ulterania los incineramos y tiramos las cenizas al mar, sólo a la gente importante se la entierra, con importante digo nobles y esas cosas, ¿vosotros lo hacéis con todos?
La pregunta de Álvaro me saca de mis pensamientos y asintiendo le tiendo un cuchillo. Observo con curiosidad como se hace una mascara improvisada, supongo que para la gente que no está acostumbrada a esto debe ser algo fuerte el olor. Veo como la magia obra otro milagro sellando la herida de Talento. Me pregunto si yo tuviese magia sería de mas ayuda y decido probar si la tengo o no en otro momento. Me siento bastante inútil en estos momentos, la situación actual me ha hecho plantearme cosas que seguramente no plantearía.
Adelanto al humano y llego antes al patio para ponerme a cavar una tumba, a la rata no pienso enterrarla, tengo otra idea para ella. Entre Álvaro y yo completamos la tumba rápidamente y dejamos caer al roquense dentro. Mientras hecho tierra encima pienso: <<No te olvidaré compañero, conseguiré que sobreviva el resto, no sé como, pero lo haré>>.
-Ahora me pregunto.... ¿qué rito de sepultura tendrán en el mundo de Talento? Quizá deberíamos haberle hecho un homenaje a su manera.- comento distraída y luego le pregunto al humano,- ¿Por qué enterrar a vuestra gente? Quiero decir, en Ulterania los incineramos y tiramos las cenizas al mar, sólo a la gente importante se la entierra, con importante digo nobles y esas cosas, ¿vosotros lo hacéis con todos?
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
07/02/14, 10:06 pm
—Pues... Depende del lugar y de los deseos del que ha muerto. Donde yo vivo sí, lo más normal es el enterramiento, pero cada vez hay más gente que pide ser incinerada cuando mueran. Para que sus cenizas puedan descansar en algún lugar que les guste y eso —mi explicación dejaba mucho que desear, pero la muerte siempre había sido un tema que me inquietaba muchísimo, y esa sensación sólo había aumentado desde mi llegada a Rocavarancolia. Desde siempre, había ignorado la muerte de cualquier ser que perteneciese a una especie que no se comiese, y ahora...
«Ahora no puedo ignorarlo» pensé fastidiado al observar la tumba de Neith. Después pasé la mirada al lugar donde había sido enterrado Talento. Otro que se iba. Otro que nadie había podido salvar. Sentí un par de lágrimas en los ojos, no tanto por la muerte del roquense en sí como por el peligro al que estábamos sometidos y la posibilidad de que cualquiera de nosotros pudiese morir. «¿Cuál será el próximo? ¿Sura, Alice, Dhelian, Kora, yo?». Un agobio cada vez mayor se iba instalando en la boca del estómago, un terror paralizante a lo que cada vez conocíamos mejor. Acabé por empujar la improvisada mascarilla hacia abajo, intentando que me dejase respirar en paz. Pero era la propia Rocavarancolia la que me asfixiaba, la ciudad la que se colgaba de mis hombros y me enseñaba los dientes en una macabra parodia de sonrisa, enseñándome cual era mi destino, cual era nuestro destino: convertirnos en Yrfy o en Talento. En monstruo o en muerto.
—Sura. Yo... Si muero... Quemadme o algo, ¿eh? Quiero terminar en la Tierra, no aquí —solté, sin pensar, cais sin darme cuenta de qué iba a decir. La muerte de Neith nos había enseñado que nada fuera de los torreones era seguro, y este suceso había puesto el dedo en la llaga: Letargo tampoco era seguro. Y si algo tenía claro era que Doce Punto no se iba a salir con la suya, de ninguna manera pensaba convertir Rocavarancolia en mi hogar. Vivo o muerto, saldría de aquí. De ninguna manera acabaría siendo algo como Yrfy. Este pensamiento hizo que levantara la vista y mirase directamente a los ojos de la ulterana, con algo del odio que había sentido antes volviendo a revolverse.
—Yrfy no va a descansar en un lguar que no sea la Cicatriz —mi frase era completamente tajante, sin admitir réplicas ni negativas—. Me niego a que su cuerpo descanse en el mismo lugar que el de Neith y el de su víctima.
«Ahora no puedo ignorarlo» pensé fastidiado al observar la tumba de Neith. Después pasé la mirada al lugar donde había sido enterrado Talento. Otro que se iba. Otro que nadie había podido salvar. Sentí un par de lágrimas en los ojos, no tanto por la muerte del roquense en sí como por el peligro al que estábamos sometidos y la posibilidad de que cualquiera de nosotros pudiese morir. «¿Cuál será el próximo? ¿Sura, Alice, Dhelian, Kora, yo?». Un agobio cada vez mayor se iba instalando en la boca del estómago, un terror paralizante a lo que cada vez conocíamos mejor. Acabé por empujar la improvisada mascarilla hacia abajo, intentando que me dejase respirar en paz. Pero era la propia Rocavarancolia la que me asfixiaba, la ciudad la que se colgaba de mis hombros y me enseñaba los dientes en una macabra parodia de sonrisa, enseñándome cual era mi destino, cual era nuestro destino: convertirnos en Yrfy o en Talento. En monstruo o en muerto.
—Sura. Yo... Si muero... Quemadme o algo, ¿eh? Quiero terminar en la Tierra, no aquí —solté, sin pensar, cais sin darme cuenta de qué iba a decir. La muerte de Neith nos había enseñado que nada fuera de los torreones era seguro, y este suceso había puesto el dedo en la llaga: Letargo tampoco era seguro. Y si algo tenía claro era que Doce Punto no se iba a salir con la suya, de ninguna manera pensaba convertir Rocavarancolia en mi hogar. Vivo o muerto, saldría de aquí. De ninguna manera acabaría siendo algo como Yrfy. Este pensamiento hizo que levantara la vista y mirase directamente a los ojos de la ulterana, con algo del odio que había sentido antes volviendo a revolverse.
—Yrfy no va a descansar en un lguar que no sea la Cicatriz —mi frase era completamente tajante, sin admitir réplicas ni negativas—. Me niego a que su cuerpo descanse en el mismo lugar que el de Neith y el de su víctima.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
08/02/14, 12:17 pm
-Ya veo, esta bien eso de respetar los deseos del muerto, quizá no sería mala idea aplicarlo en otros mundos.
Callo y sigo echando tierra por que tampoco tengo nada mas que decir acerca de eso, continúo mecánicamente con el trabajo hasta que me sorprende lo que dice Álvaro. <<No, más muertes de compañeros no>>.
-Eh, no seas idiota, tú no vas a morir.- le pongo la mano en el hombro y aprieto para infundirle ánimos.- De hecho, si se te ocurre morirte pienso aprender esa magia tan rara que hacéis, te devolveré a la vida y patearé tu culo tan fuerte que llegarás a la Tierra antes de que puedas sorprenderte por estar vivo otra vez. ¿Entiendes?- mi tono es serio, pero una sonrisa asoma en mis labios delatándome. Sonrisa que se esfuma en cuanto el humano menciona al auro.- Mira es de las pocas veces que estamos completamente de acuerdo en algo, no se lo merece, ni siquiera se merece que sigamos pensando en él, pero hasta que nos libremos de su cadáver no queda otra. No te preocupes, ese no se va a enterrar aquí.- mis palabras destilan asco, matar a un compañero me parece una cosa abyecta, sólo por detrás de los rebeldes.
Me froto las sienes y me calmo para después mirar al humano y decir:
-Oye, estas cosas no se me dan muy bien pero... Si necesitas hablar con alguien, o gritar, o esas cosas pues que puedes contar conmigo. Todos somos compañeros, y en algún momento tocaremos fondo, por eso creo que necesitamos apoyarnos en los demás para poder avanzar.- me callo y luego digo,- Cambiemos de tema, ¿que te parecería ayudarme a hacer algo de cena? No digo nada complicado, quizá bocadillos o algo así, pero primero creo que nos vendrá bien un baño, no estamos en nuestras mejores condiciones ¿no crees?,- pregunto señalándome la ropa y demás que está hecha un asco, mis manos sucias ya sea por sangre o tierra.
Callo y sigo echando tierra por que tampoco tengo nada mas que decir acerca de eso, continúo mecánicamente con el trabajo hasta que me sorprende lo que dice Álvaro. <<No, más muertes de compañeros no>>.
-Eh, no seas idiota, tú no vas a morir.- le pongo la mano en el hombro y aprieto para infundirle ánimos.- De hecho, si se te ocurre morirte pienso aprender esa magia tan rara que hacéis, te devolveré a la vida y patearé tu culo tan fuerte que llegarás a la Tierra antes de que puedas sorprenderte por estar vivo otra vez. ¿Entiendes?- mi tono es serio, pero una sonrisa asoma en mis labios delatándome. Sonrisa que se esfuma en cuanto el humano menciona al auro.- Mira es de las pocas veces que estamos completamente de acuerdo en algo, no se lo merece, ni siquiera se merece que sigamos pensando en él, pero hasta que nos libremos de su cadáver no queda otra. No te preocupes, ese no se va a enterrar aquí.- mis palabras destilan asco, matar a un compañero me parece una cosa abyecta, sólo por detrás de los rebeldes.
Me froto las sienes y me calmo para después mirar al humano y decir:
-Oye, estas cosas no se me dan muy bien pero... Si necesitas hablar con alguien, o gritar, o esas cosas pues que puedes contar conmigo. Todos somos compañeros, y en algún momento tocaremos fondo, por eso creo que necesitamos apoyarnos en los demás para poder avanzar.- me callo y luego digo,- Cambiemos de tema, ¿que te parecería ayudarme a hacer algo de cena? No digo nada complicado, quizá bocadillos o algo así, pero primero creo que nos vendrá bien un baño, no estamos en nuestras mejores condiciones ¿no crees?,- pregunto señalándome la ropa y demás que está hecha un asco, mis manos sucias ya sea por sangre o tierra.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
08/02/14, 03:23 pm
Se sintió un poco aliviado de que ozzchreanos no pusiera resistencia a lo que le habían pedido, aunque parecía sorprendido por la reacción de todos o eso le aprecia entrever era difícil notar expresiones en su habitual expresión neutra, mas ahora con los rastros de sangre y lagrimas en su rostro.
-Subamos primero al piso de arriba para dejarles trabajar- susurro viendo de reojo a Alvaro tratando el cuerpo de Talento y a Surasara con el, no podía mirar, así que con cierto esfuerzo ahora que la adrenalina huía de su cuerpo dejándolo agotado, subió las escaleras hasta el salón esperando que Ozzchreanos lo siguiera. Las piernas le empezaban a doler y su brazo sangraba por la que se arranco allá en la batalla. "Curar, tengo que curarme o sino se pueden infectar los lugares donde se clavaron" pensó mirando a Ozzchreanos todo cubierto en sangre, debía acompañarlo a que se limpiara no era nada tranquilizador verlo así, pero una cabezita aguamarina atrajo su atención. Allí en el suelo estaba desplomada Korasihanna con las piernas sangrando en ese cyan característicos de ellos. Dhelian abrió enormemente los ojos sintiendo por un segundo que se le paraba el corazón, la presencia de sangre solo le recordaba la imagen del sótano...la imagen de Neith. Con dificultad llego hasta Korasihanna jalando, o intentando, a Ozzchreanos agachándose frente a la chica, viendo estrellitas de colores al hacerlo, notando mas manchas de sangre en la daeliciana en mas lugares aparte de en las piernas.
-Hay que sacarte esas púas antes de poder curarte, no me queda mucha magia así que...¿Ozzchreanos me echarías una mano?- pregunto al ochrorio sin mirarlo viendo como la daeliciana al ver a Ozzchreanos cubierto en sangre se sorprendida, poniéndose en guardia y sacando unas de sus dagas a pesar de que todo pareciera dolerle- ¡No, espera!...ya no pasa nada Korasihanna ya todo ha terminado, no hay peligro. Cálmate por favor o las púas se clavaran aun mas y sera mas difícil quitarlas, después te explico- añadió Dhelian rápidamente, le dolía las piernas y el brazo herido, pero su compañera estaba peor que el, observo sus piernas atentamente encontrándose solo las heridas sangrando sin rastros de las púas. Tenían mas manchas en el costado y como le indico la daeliciana, en la espalda bajo la blusa, la misma Korasihanna le dijo de una forma suave pero autoritaria que ella misma se sacaría las púas a su alcance y que fuese preparando el hechizo y eso hizo. Con lo que le quedaba de magia curo las herida de la pierna y las del costado, sintiéndose como un grifo al que se le escapaba el agua gota a gota.
-Ahora veamos esa espalda tuya- murmuro masajeandose el puente de la nariz, parpadeando cuando vio a la chica quitándose la blusa para mostrarle la espalda. Se la quedo mirando fijamente, sus ojos vagando por el cuerpo de la daeliciana apenas unos segundos hasta que recordó a quien tenía al lado, mirando de reojo al ochorio. Situación incomoda a mas no poder, tal vez en daelicia eso no suponía problemas pero dudaba que eso fuera normal en el mundo de Ozzchreanos, así que para evitar mas malentendidos y dolores de cabeza giro con cuidado a la chica para ver su espalda- Yo sacare las púas mientras tu usas tu magia, sino te importa, estoy agotado- murmuro dirigiéndose al ochrorio, empezando a tirar de las púas hacia afuera escuchando los gritos y maldiciones de Korasihanna que en algún punto estaba seguro que le iba a pegar. Tardaron un poco en terminar pues algunas de esas cosas se negaban a salir, para desesperación de uno y frustración de otros, pero por fin habían terminado. Habiendo terminado con ella, Dhelian se saco las que el tenia clavada, rogándole a Ozzchreans que lo curara también, reuniendo todas las púas obtenidas y guardando la pequeña colección en un pequeño trozo de tela para no clavárselas. Estas eran condenadamente duras como para traspasar sus pieles como mantequilla, algún uso podría darles.
-Bien, creo que ya estamos - murmuro Dhelian bastante cansado incorporando del suelo para dejar a Korasihanna vestirse y mirar a Ozzchreanos aun cubierto en sangre-Te tienes que lavar, tú y tu ropa, no tranquiliza a nadie verte así- añadió Dhelian observandolo, todos estaban demasiado para el arrastre y si Marsi lo veía con aquellas pintas en algún momento no se iba a tranquilizar ni por asomo, ni ninguno de ellos tampoco.
-Subamos primero al piso de arriba para dejarles trabajar- susurro viendo de reojo a Alvaro tratando el cuerpo de Talento y a Surasara con el, no podía mirar, así que con cierto esfuerzo ahora que la adrenalina huía de su cuerpo dejándolo agotado, subió las escaleras hasta el salón esperando que Ozzchreanos lo siguiera. Las piernas le empezaban a doler y su brazo sangraba por la que se arranco allá en la batalla. "Curar, tengo que curarme o sino se pueden infectar los lugares donde se clavaron" pensó mirando a Ozzchreanos todo cubierto en sangre, debía acompañarlo a que se limpiara no era nada tranquilizador verlo así, pero una cabezita aguamarina atrajo su atención. Allí en el suelo estaba desplomada Korasihanna con las piernas sangrando en ese cyan característicos de ellos. Dhelian abrió enormemente los ojos sintiendo por un segundo que se le paraba el corazón, la presencia de sangre solo le recordaba la imagen del sótano...la imagen de Neith. Con dificultad llego hasta Korasihanna jalando, o intentando, a Ozzchreanos agachándose frente a la chica, viendo estrellitas de colores al hacerlo, notando mas manchas de sangre en la daeliciana en mas lugares aparte de en las piernas.
-Hay que sacarte esas púas antes de poder curarte, no me queda mucha magia así que...¿Ozzchreanos me echarías una mano?- pregunto al ochrorio sin mirarlo viendo como la daeliciana al ver a Ozzchreanos cubierto en sangre se sorprendida, poniéndose en guardia y sacando unas de sus dagas a pesar de que todo pareciera dolerle- ¡No, espera!...ya no pasa nada Korasihanna ya todo ha terminado, no hay peligro. Cálmate por favor o las púas se clavaran aun mas y sera mas difícil quitarlas, después te explico- añadió Dhelian rápidamente, le dolía las piernas y el brazo herido, pero su compañera estaba peor que el, observo sus piernas atentamente encontrándose solo las heridas sangrando sin rastros de las púas. Tenían mas manchas en el costado y como le indico la daeliciana, en la espalda bajo la blusa, la misma Korasihanna le dijo de una forma suave pero autoritaria que ella misma se sacaría las púas a su alcance y que fuese preparando el hechizo y eso hizo. Con lo que le quedaba de magia curo las herida de la pierna y las del costado, sintiéndose como un grifo al que se le escapaba el agua gota a gota.
-Ahora veamos esa espalda tuya- murmuro masajeandose el puente de la nariz, parpadeando cuando vio a la chica quitándose la blusa para mostrarle la espalda. Se la quedo mirando fijamente, sus ojos vagando por el cuerpo de la daeliciana apenas unos segundos hasta que recordó a quien tenía al lado, mirando de reojo al ochorio. Situación incomoda a mas no poder, tal vez en daelicia eso no suponía problemas pero dudaba que eso fuera normal en el mundo de Ozzchreanos, así que para evitar mas malentendidos y dolores de cabeza giro con cuidado a la chica para ver su espalda- Yo sacare las púas mientras tu usas tu magia, sino te importa, estoy agotado- murmuro dirigiéndose al ochrorio, empezando a tirar de las púas hacia afuera escuchando los gritos y maldiciones de Korasihanna que en algún punto estaba seguro que le iba a pegar. Tardaron un poco en terminar pues algunas de esas cosas se negaban a salir, para desesperación de uno y frustración de otros, pero por fin habían terminado. Habiendo terminado con ella, Dhelian se saco las que el tenia clavada, rogándole a Ozzchreans que lo curara también, reuniendo todas las púas obtenidas y guardando la pequeña colección en un pequeño trozo de tela para no clavárselas. Estas eran condenadamente duras como para traspasar sus pieles como mantequilla, algún uso podría darles.
-Bien, creo que ya estamos - murmuro Dhelian bastante cansado incorporando del suelo para dejar a Korasihanna vestirse y mirar a Ozzchreanos aun cubierto en sangre-Te tienes que lavar, tú y tu ropa, no tranquiliza a nadie verte así- añadió Dhelian observandolo, todos estaban demasiado para el arrastre y si Marsi lo veía con aquellas pintas en algún momento no se iba a tranquilizar ni por asomo, ni ninguno de ellos tampoco.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
08/02/14, 04:43 pm
Una a una consigo quitarme varias púas de mi cuerpo. Necesito sacar las mas superficiales. Noto punzadas en mi espalda por lo que maldigo al deducir que esas hediondas criaturas tambien me han alcanzado en esa zona. Veo a Sura y a Álvaro subir serios del sotano sin percatarse de mi presencia.
A decir verdad no me siento con fuerzas para enfrentarme a la realidad por lo que bajo la mirada para concentrarme en mi tarea. Escucho pasos provenientes del sotano por lo que dejo a medias de sacarme una de las púas del costado para observar en silencio quienes son los que suben.
Dhelian sube acompañado de Ozzchreanos. La mirada del chico me hizo temerme peores noticias de las que habia imaginado por la sangre que pintaba el suelo pero al fijarme mejor en el ochorio se me corto la respiración. La imagen la mole ensangrentada me hace que intente ponerme en guardia casi al instante. Agarro la daga que tengo mas cercana y la alzo en dirección de Ozzchreanos. Las palabras de Dhelian hacen que mi mirada salteentre ambos cosechados sin dejar de apuntar al devoto ensangrentado.
Con una mirada dubitativa asiento y las fuerzas me terminan de abandonar por lo que bajo el brazo y les dejo acercarse. -Agradeceria un poco de ayuda por vuestra parte.- Digo con una mueca de dolor mientras me seco el sudor de la frente. Dhelian intenta acercarse a mis heridas pero con un gesto le detengo. -Ni se te ocurra tocarme Dhelian. Yo me saco las púas a mi ritmo y tu ve curándome con los hechizos vuestros.- Ordeno sin quererlo.
Ahogando gritos mientras aprieto los dientes saco las púas que tengo a mi alcance. El dolor es mucho menor con la ayuda de los hechizos de mi compañero. Tras el tirón final la explosión de dolor se esfuma mas rápido que haciendolo sola. Una vez llega el turno de la espalda me quito la blusa sin miramientos dejando mis pechos al aire frente a ambos cosechados.
En una situación normal no dejaría que la mole violadora me viese desnuda pero ahora mismo es en lo último que pienso. Maldiciendo reprimiendo las ganas de inflar a hostias a mis sanadores aguanto los tirones de Dhelian y la algarabia de palabras de Ozzchreanos. Una vez noto que ya no hay dolor en ninguna parte de mi cuerpo me levanto aun con el torso desnudo y veteado en azul. -Gracias a ambos.- Me resulta muy raro decir esa palabra pero ahora mismo es lo unico que se me ocurre decir. -Ahora... ¿Alguien es tan amable de decirme por que estas lleno de sangre roja?- Digo de manera firme mirando al ochorio. -¿Que demonios ha ocurrido aqui?-
A decir verdad no me siento con fuerzas para enfrentarme a la realidad por lo que bajo la mirada para concentrarme en mi tarea. Escucho pasos provenientes del sotano por lo que dejo a medias de sacarme una de las púas del costado para observar en silencio quienes son los que suben.
Dhelian sube acompañado de Ozzchreanos. La mirada del chico me hizo temerme peores noticias de las que habia imaginado por la sangre que pintaba el suelo pero al fijarme mejor en el ochorio se me corto la respiración. La imagen la mole ensangrentada me hace que intente ponerme en guardia casi al instante. Agarro la daga que tengo mas cercana y la alzo en dirección de Ozzchreanos. Las palabras de Dhelian hacen que mi mirada salteentre ambos cosechados sin dejar de apuntar al devoto ensangrentado.
Con una mirada dubitativa asiento y las fuerzas me terminan de abandonar por lo que bajo el brazo y les dejo acercarse. -Agradeceria un poco de ayuda por vuestra parte.- Digo con una mueca de dolor mientras me seco el sudor de la frente. Dhelian intenta acercarse a mis heridas pero con un gesto le detengo. -Ni se te ocurra tocarme Dhelian. Yo me saco las púas a mi ritmo y tu ve curándome con los hechizos vuestros.- Ordeno sin quererlo.
Ahogando gritos mientras aprieto los dientes saco las púas que tengo a mi alcance. El dolor es mucho menor con la ayuda de los hechizos de mi compañero. Tras el tirón final la explosión de dolor se esfuma mas rápido que haciendolo sola. Una vez llega el turno de la espalda me quito la blusa sin miramientos dejando mis pechos al aire frente a ambos cosechados.
En una situación normal no dejaría que la mole violadora me viese desnuda pero ahora mismo es en lo último que pienso. Maldiciendo reprimiendo las ganas de inflar a hostias a mis sanadores aguanto los tirones de Dhelian y la algarabia de palabras de Ozzchreanos. Una vez noto que ya no hay dolor en ninguna parte de mi cuerpo me levanto aun con el torso desnudo y veteado en azul. -Gracias a ambos.- Me resulta muy raro decir esa palabra pero ahora mismo es lo unico que se me ocurre decir. -Ahora... ¿Alguien es tan amable de decirme por que estas lleno de sangre roja?- Digo de manera firme mirando al ochorio. -¿Que demonios ha ocurrido aqui?-
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
09/02/14, 04:48 pm
Marsi no se sentía con fuerzas de bajar y afrontar la situación, no tenía ganas de ser valiente en ese preciso momento. Pero sabia que no sería capaz de dormir, no quería tener pesadillas sobre eso, no quería cerrar los ojos. Alice se ofreció a quedarse con ella mientras Sura bajaba a ver como estaban los demás, y Marsi lo agradeció sinceramente. También le ofrecieron comida. Tenía náuseas, pero a lo mejor algo caliente le calmaba los nervios.
-Puede... que un poco de ea infusión que viene en las cestas me siente bien- dijo, incorporándose y apoyándose en la pared.- Y creo que me iré al dormitorio, el suelo de este sitio no es precisamente cómodo.
No pensaba dormir, pero sí que se echaría un rato para ordenar sus pensamientos. Se tumbó boca arriba en la que había sido su cama desde que llegaron por primera vez al torreón, con las rodillas flexionadas y un brazo cubriéndole los ojos.
-Durante un instante, he tenido miedo de mi misma- confesó a Alice, que imaginaba estaría a su lado- De verdad quise matar a esa rata. Supongo que lo que me incomoda de Ozz es que ha hecho lo que yo tenía intención de hacer en un principio... solo que él sí que ha sido capaz...
-Puede... que un poco de ea infusión que viene en las cestas me siente bien- dijo, incorporándose y apoyándose en la pared.- Y creo que me iré al dormitorio, el suelo de este sitio no es precisamente cómodo.
No pensaba dormir, pero sí que se echaría un rato para ordenar sus pensamientos. Se tumbó boca arriba en la que había sido su cama desde que llegaron por primera vez al torreón, con las rodillas flexionadas y un brazo cubriéndole los ojos.
-Durante un instante, he tenido miedo de mi misma- confesó a Alice, que imaginaba estaría a su lado- De verdad quise matar a esa rata. Supongo que lo que me incomoda de Ozz es que ha hecho lo que yo tenía intención de hacer en un principio... solo que él sí que ha sido capaz...
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
09/02/14, 06:49 pm
Volví con Marsi tras hablar con Sura y luego me dijo de tomarse una infusión e irse al dormitorio.
—Vale, ten cuidado. Ahora subo.
Bajé a la cocina, ignorando todo lo que estaba pasando en el salón, y me paré con un quejido. Aún no me había curado, y como mucho me quedaba magia para un hechizo... <<Bueno, luego les pido a los demás que me curen o me den magia; Marsi tiene prioridad>> Decidido eso, hice el térmico, me limpié los arañazos con agua y volví junto a la chica. Dejé la infusión en la mesita de noche y me senté a su lado en una silla, pero apoyando un brazo en la cama.
Lo que la varmana dijo a continuación me sacó un suspiro: no sabía bien qué decir. El tema de la muerte no me hacía ninguna gracia... Ni siquiera pensar en algo relacionado, vaya. Matar a alguien siempre había sido... un objetivo más de algún juego, algún conflicto en algún libro, pero no esto... Ni siquiera se me había ocurrido matar a los roedores como alternativa para huir de la Plaza... El mero pensamiento de matar a alguien me daba escalofríos, ¿cómo iba a poder? <<Pero para sobrevivir... Está visto que hay que hacerlo...>> Y además, esto era peor que el caso de Neith. La mala suerte y la locura de la ciudad se la habían llevado, pero lo del sótano había sido algo intencionado. Y lo peor es que sabíamos que vivíamos con un asesino que al igual que Talento era fanático de sus creencias... <<Y encima la puñetera rata intentó matarnos a Dhelian y a mí al inicio... Se ve que no pudo aguantarse más...>> Tenía el problema de la muerte, sumado al problema de ser muy cercana, sumado además a que sabíamos que podía pasar... Y encima, de no ser por Oz, ¿qué habría sido de Marsi? <<Ni lo pienses, no ha pasado, no sigas por ahí>>
—Te entiendo... Quizá el mundo de Ozz no tenga la misma visión de la muerte que tenemos nosotras... Yo tampoco habría podido, y no porque sepa magia, sino porque... No sería capaz... Sí, el miedo es más que comprensible... Pero esta ciudad parece que nos pida a gritos muerte...—me callé unos segundos y volví a suspirar—. Ahora lo importante es que tú estés bien y que, si podemos, sigamos adelante como hasta ahora... Oye, siento si lo que digo suena torpe... Pero estoy hecha polvo: en la salida nos atacaron unas ratas y casi nos convierten en coladores... Pero trabajamos en equipo y nos fue bien—añadí con una sonrisa sincera—. Y como equipo que somos, superaremos esto y lo que sea—rematé, convencida de ello.
<<Realmente... sólo quedamos vivos los que formamos ese equipo. Mal que pese... La rata y Talento no es que fueran de ayuda... Cuidado, no me gusta esa corriente de pensamiento, no, para>> No me estaba haciendo ninguna gracia pensar que, de hecho, sus muertes nos vendrían bien. Una cosa era no entristecerme por sus muertes porque la relación con ellos era odiosa, pero de ahí a alegrarme había un abismo...
—Vale, ten cuidado. Ahora subo.
Bajé a la cocina, ignorando todo lo que estaba pasando en el salón, y me paré con un quejido. Aún no me había curado, y como mucho me quedaba magia para un hechizo... <<Bueno, luego les pido a los demás que me curen o me den magia; Marsi tiene prioridad>> Decidido eso, hice el térmico, me limpié los arañazos con agua y volví junto a la chica. Dejé la infusión en la mesita de noche y me senté a su lado en una silla, pero apoyando un brazo en la cama.
Lo que la varmana dijo a continuación me sacó un suspiro: no sabía bien qué decir. El tema de la muerte no me hacía ninguna gracia... Ni siquiera pensar en algo relacionado, vaya. Matar a alguien siempre había sido... un objetivo más de algún juego, algún conflicto en algún libro, pero no esto... Ni siquiera se me había ocurrido matar a los roedores como alternativa para huir de la Plaza... El mero pensamiento de matar a alguien me daba escalofríos, ¿cómo iba a poder? <<Pero para sobrevivir... Está visto que hay que hacerlo...>> Y además, esto era peor que el caso de Neith. La mala suerte y la locura de la ciudad se la habían llevado, pero lo del sótano había sido algo intencionado. Y lo peor es que sabíamos que vivíamos con un asesino que al igual que Talento era fanático de sus creencias... <<Y encima la puñetera rata intentó matarnos a Dhelian y a mí al inicio... Se ve que no pudo aguantarse más...>> Tenía el problema de la muerte, sumado al problema de ser muy cercana, sumado además a que sabíamos que podía pasar... Y encima, de no ser por Oz, ¿qué habría sido de Marsi? <<Ni lo pienses, no ha pasado, no sigas por ahí>>
—Te entiendo... Quizá el mundo de Ozz no tenga la misma visión de la muerte que tenemos nosotras... Yo tampoco habría podido, y no porque sepa magia, sino porque... No sería capaz... Sí, el miedo es más que comprensible... Pero esta ciudad parece que nos pida a gritos muerte...—me callé unos segundos y volví a suspirar—. Ahora lo importante es que tú estés bien y que, si podemos, sigamos adelante como hasta ahora... Oye, siento si lo que digo suena torpe... Pero estoy hecha polvo: en la salida nos atacaron unas ratas y casi nos convierten en coladores... Pero trabajamos en equipo y nos fue bien—añadí con una sonrisa sincera—. Y como equipo que somos, superaremos esto y lo que sea—rematé, convencida de ello.
<<Realmente... sólo quedamos vivos los que formamos ese equipo. Mal que pese... La rata y Talento no es que fueran de ayuda... Cuidado, no me gusta esa corriente de pensamiento, no, para>> No me estaba haciendo ninguna gracia pensar que, de hecho, sus muertes nos vendrían bien. Una cosa era no entristecerme por sus muertes porque la relación con ellos era odiosa, pero de ahí a alegrarme había un abismo...
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
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- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
13/02/14, 03:45 pm
-Ya, bueno, tal vez sea eso...- dijo en referencia al comentario sobre el mundo de Ozz, aunque no muy convencida.
Se sintió un poco mal por tener a Alice pendiente de ella cuando la misma chica estaba herida y cansada, insistió en que se echara un rato también. La infusión se le enfrió al final, pero se la tomó igualmente, y tras una larga siesta, ya a la hora de la cena, reunió valor para bajar a encarar a Ozz. El ochrorio parecía sinceramente arrepentido, y tan consternado como lo estaba ella, y eso hizo las cosas más difíciles y más fáciles. Más fáciles porque ver humanidad en Ozz hacía que a Marsi le resultase menos chocante tratar con él, y más difíciles porque tampoco se sentía con derecho a imponerle ningún castigo. Se limitó a pedirle que no actuase así por su cuenta nunca más si podía evitarlo, disculpándose ella también por haber perdido los papeles, y sugirió que la magia curativa era una buena forma de compensar el daño, al menos podría serlo para su conciencia, pero la decisión final se la dejaría a él. Marsi no quería decidir sobre el destino de nadie.
Las siguientes semanas fueron penosas y vacías para ella. Notaba una mejoría en sus entrenamientos, era más agresiva, más ágil, y usaba los movimientos aprendidos de Ri siempre que podía, tratando de adaptarlos a su propio estilo y cuerpo. Pero una sombra oscura la acechaba, la realidad de la muerte estaba por todas partes. Justo al día siguiente los de Maciel fueron a preguntar por un compañero perdido. Taro se había extraviado en el camino de vuelta al parecer, cuando la acompañaron a Letargo, y la noticia dejó a Marsi con un nudo de culpabilidad en la garganta. Las pesadillas se iban haciendo cada vez peores, y la voz que le llamaba en su cabeza, sobresaltádola a veces, se repetía con más frecuencia. Se le iba acumulando el cansancio, y al final de la primera semana ya tenía un aspecto horrible.
No salió del torreón ni para ir a por las cestas, al menos los primeros días, y apenas bajaba del último piso, pues hasta la visión de la tumba de Talento o las escaleras de las mazmorras le ponían nerviosa. Se levantó una mañana agitada y sudorosa con un olor horrible de cabeza, y bajó a comer algo antes de que nadie se levantara. Puede que sus compañeros salieran a hacer alguna expedición, o puede que lo hubiese soñado.
Se sintió un poco mal por tener a Alice pendiente de ella cuando la misma chica estaba herida y cansada, insistió en que se echara un rato también. La infusión se le enfrió al final, pero se la tomó igualmente, y tras una larga siesta, ya a la hora de la cena, reunió valor para bajar a encarar a Ozz. El ochrorio parecía sinceramente arrepentido, y tan consternado como lo estaba ella, y eso hizo las cosas más difíciles y más fáciles. Más fáciles porque ver humanidad en Ozz hacía que a Marsi le resultase menos chocante tratar con él, y más difíciles porque tampoco se sentía con derecho a imponerle ningún castigo. Se limitó a pedirle que no actuase así por su cuenta nunca más si podía evitarlo, disculpándose ella también por haber perdido los papeles, y sugirió que la magia curativa era una buena forma de compensar el daño, al menos podría serlo para su conciencia, pero la decisión final se la dejaría a él. Marsi no quería decidir sobre el destino de nadie.
Las siguientes semanas fueron penosas y vacías para ella. Notaba una mejoría en sus entrenamientos, era más agresiva, más ágil, y usaba los movimientos aprendidos de Ri siempre que podía, tratando de adaptarlos a su propio estilo y cuerpo. Pero una sombra oscura la acechaba, la realidad de la muerte estaba por todas partes. Justo al día siguiente los de Maciel fueron a preguntar por un compañero perdido. Taro se había extraviado en el camino de vuelta al parecer, cuando la acompañaron a Letargo, y la noticia dejó a Marsi con un nudo de culpabilidad en la garganta. Las pesadillas se iban haciendo cada vez peores, y la voz que le llamaba en su cabeza, sobresaltádola a veces, se repetía con más frecuencia. Se le iba acumulando el cansancio, y al final de la primera semana ya tenía un aspecto horrible.
No salió del torreón ni para ir a por las cestas, al menos los primeros días, y apenas bajaba del último piso, pues hasta la visión de la tumba de Talento o las escaleras de las mazmorras le ponían nerviosa. Se levantó una mañana agitada y sudorosa con un olor horrible de cabeza, y bajó a comer algo antes de que nadie se levantara. Puede que sus compañeros salieran a hacer alguna expedición, o puede que lo hubiese soñado.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
13/02/14, 07:44 pm
—Sí, por fin nos ponemos de acuerdo en algo —solté una pequeña carcajada que carecía de cualquier signo verdadeor de humor o alegría, para pasar a suspirar con cansancio—. Que lástima que haya tenido que morir alguien para hacerlo...
No estaba muy seguro de acercarme a la cocina teniendo en quenta que la última vez que lo había hecho había quemado el techo de la cocina. «Parece que esté a una vida de distancia, como todo lo que viví en la Tierra» pensé con una sonrisa triste. Al final, sin embargo, tras bromear con el suceso acepté.
Apenas dediqué unos pensamientos a la rata cuando se convirtió en comida para los gusanos (literalmente), aunque una parte de mí se sintió aliviada cuando el tema quedó zanjado. Sabía que algunos compañeros eran peligrosos (la casi violación de Akasha y el intento de asesinato de Alice y Dhelian lo había dejado claro), pero una cosa era pensar algo y otra muy distinta que uno de tus compañeros fuesen asesinados por alguien que vivía contigo. Una parte de mí se sentía mucho peor ahora, ¿cómo íbamos a volver a tener una confianza ciega en los demás? ¿Cómo podríamos estar completamente seguros de que esto no volvería a pasar?
Los macieleros nos visitaron portando más malas noticias. No recordaba demasiado al chaval que había desaparecido (aunque realmente aquello era un eufemismo para muerto, incluso más que en la Tierra), pero era un buen recordatorio de que ni siquiera sabiendo qué trampas había puede uno descuidarse. «Incluso conociéndolas caes en ellas» me dije con un gusto amargo en la boca. ¿Cuántas muertes exigiría la ciudad? ¿Cuándo se detendría la maldita sangría de cosechados?
Fueron las dos únicas cosas que rompieron la rutina. Los entrenamientos siguieron, cada uno a su ritmo. En algunas ocasiones comencé a notar una chispa de más facilidad para hacer los hechizos, que intentaba explotar al máximo hasta que acababa rendido y energía suficiente para poco más que llegar hasta la cama y tirarme a dormir. Sin embargo, viendo las pocas veces que pasaba, más bien parecía una alucinación para demostrarme que hacía progresos reales en la velocidad de aprender magia.
No estaba muy seguro de acercarme a la cocina teniendo en quenta que la última vez que lo había hecho había quemado el techo de la cocina. «Parece que esté a una vida de distancia, como todo lo que viví en la Tierra» pensé con una sonrisa triste. Al final, sin embargo, tras bromear con el suceso acepté.
Apenas dediqué unos pensamientos a la rata cuando se convirtió en comida para los gusanos (literalmente), aunque una parte de mí se sintió aliviada cuando el tema quedó zanjado. Sabía que algunos compañeros eran peligrosos (la casi violación de Akasha y el intento de asesinato de Alice y Dhelian lo había dejado claro), pero una cosa era pensar algo y otra muy distinta que uno de tus compañeros fuesen asesinados por alguien que vivía contigo. Una parte de mí se sentía mucho peor ahora, ¿cómo íbamos a volver a tener una confianza ciega en los demás? ¿Cómo podríamos estar completamente seguros de que esto no volvería a pasar?
Los macieleros nos visitaron portando más malas noticias. No recordaba demasiado al chaval que había desaparecido (aunque realmente aquello era un eufemismo para muerto, incluso más que en la Tierra), pero era un buen recordatorio de que ni siquiera sabiendo qué trampas había puede uno descuidarse. «Incluso conociéndolas caes en ellas» me dije con un gusto amargo en la boca. ¿Cuántas muertes exigiría la ciudad? ¿Cuándo se detendría la maldita sangría de cosechados?
Fueron las dos únicas cosas que rompieron la rutina. Los entrenamientos siguieron, cada uno a su ritmo. En algunas ocasiones comencé a notar una chispa de más facilidad para hacer los hechizos, que intentaba explotar al máximo hasta que acababa rendido y energía suficiente para poco más que llegar hasta la cama y tirarme a dormir. Sin embargo, viendo las pocas veces que pasaba, más bien parecía una alucinación para demostrarme que hacía progresos reales en la velocidad de aprender magia.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
13/02/14, 08:21 pm
Antes de cenar me doy un baño para quitar la mugre acumulada, no es un baño muy largo ya que todavía hay cosas que hacer, pero aún así reconforta el contacto con el agua, aunque esté fría.
Al día siguiente vamos a deshacernos del cadáver de la rata, lo tiramos a la cicatriz sin muchas contemplaciones y antes de llegar al torreón decido olvidar en gran medida al ser que fue, no se merece espacio en mis pensamientos ni en mi memoria. Por desgracia los de maciel vienen con malas nuevas, al parecer perdieron a uno del grupo. Siento decirlo, pero es posible que el chico ya esté muerto y el resto esté desperdiciando el tiempo y su seguridad en buscarlo, por supuesto espero que no lo esté y que lo puedan encontrar, pero la posibilidad es baja.
Por el resto se establece una rutina mas o menos, salvo un día que me decido a probar con la magia, al ver que soy incapaz me centro en lo que de verdad se me da bien y eso se lo dejo a los que sí pueden. Los entrenamientos avanzan bien, cada uno a su ritmo pero bien. Hasta Ozz se une a ellos, Dhelian pide que le enseñe a manejar bien sus armas así que paso tiempo con él dándole consejos y combatiendo para demostrárselo.
Las únicas salidas que hacemos es a las cestas, lo cual es un alivio ya que salir del torreón para despejar un poco está bien, por lo demás todo sigue igual.
Por supuesto la tranquilidad no puede durar, después de una noche difícil me despierto sudada y gritando por culpa de un sueño. Ni siquiera sé que he gritado, tengo en la retina aún grabada a fuego esa última imagen. Desesperada rebusco entre mi ropa hasta dar con el espejo, lo saco y me echo un vistazo con miedo de que la pesadilla se cumpla.
Respiro aliviada al ver que mi pelo sigue del mismo color rojo de siempre, pero por alguna razón no puedo sacarme el sueño de la cabeza, yo no les haría eso a mis compañeros, ellos no tienen nada que ver con mi venganza. Por no decir que ni saben lo que es un rebelde, ¿como iban a ser ellos parte de esas bestias?
Al día siguiente vamos a deshacernos del cadáver de la rata, lo tiramos a la cicatriz sin muchas contemplaciones y antes de llegar al torreón decido olvidar en gran medida al ser que fue, no se merece espacio en mis pensamientos ni en mi memoria. Por desgracia los de maciel vienen con malas nuevas, al parecer perdieron a uno del grupo. Siento decirlo, pero es posible que el chico ya esté muerto y el resto esté desperdiciando el tiempo y su seguridad en buscarlo, por supuesto espero que no lo esté y que lo puedan encontrar, pero la posibilidad es baja.
Por el resto se establece una rutina mas o menos, salvo un día que me decido a probar con la magia, al ver que soy incapaz me centro en lo que de verdad se me da bien y eso se lo dejo a los que sí pueden. Los entrenamientos avanzan bien, cada uno a su ritmo pero bien. Hasta Ozz se une a ellos, Dhelian pide que le enseñe a manejar bien sus armas así que paso tiempo con él dándole consejos y combatiendo para demostrárselo.
Las únicas salidas que hacemos es a las cestas, lo cual es un alivio ya que salir del torreón para despejar un poco está bien, por lo demás todo sigue igual.
Por supuesto la tranquilidad no puede durar, después de una noche difícil me despierto sudada y gritando por culpa de un sueño. Ni siquiera sé que he gritado, tengo en la retina aún grabada a fuego esa última imagen. Desesperada rebusco entre mi ropa hasta dar con el espejo, lo saco y me echo un vistazo con miedo de que la pesadilla se cumpla.
Respiro aliviada al ver que mi pelo sigue del mismo color rojo de siempre, pero por alguna razón no puedo sacarme el sueño de la cabeza, yo no les haría eso a mis compañeros, ellos no tienen nada que ver con mi venganza. Por no decir que ni saben lo que es un rebelde, ¿como iban a ser ellos parte de esas bestias?
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/02/14, 12:25 am
Tuve que darle la razón en cuanto a mi estado, pero antes de poder descansar bajé a pedir que me curasen o me pasasen energía para curarme. Una vez aclaramos lo que pasó en el sótano, una vez aclarados Marsi y Oz, pudimos volver a la "normalidad".
Ilusos. Al día siguiente los macieleros aparecieron preguntando por Taro, quien al parecer había desaparecido... Pero, obviamente, no teníamos ni idea, ni ellos tampoco. Así que si no estábamos suficientemente afectados por lo nuestro, más leña al fuego...
Por suerte, los entrenamientos tanto mágicos como físicos ayudaban bastante a distraerme. Estaba aprovechando también las clases de lectura con Akasha para profundizar en los idiomas en que el libro de magia estaba escrito. Lo mejor fue que Oz se apuntó a las traducciones. Así, tradujimos algunos hechizos, como: sanación superficial, constricción, corte, impacto, moldear materia orgánica y fundir materiales entre sí. Como por lo general la práctica con las runas sumada a las clases con Akasha, la alguna salida a por cestas y el entrenamiento físico acababan conmigo, Dhelian y yo nos repartimos tres hechizos para cada. Los que sí probé fueron el de corte y... bueno, el de sanación superficial no llegué a probarlo aunque sí a memorizar sus instrucciones. Como por lo general la práctica con las runas sumada a las clases con Akasha, alguna salida y el entrenamiento físico acababan conmigo. Y aunque este no era muy fuerte, serviría al menos para dejar ciego a cualquier bicho que nos atacase. Además, descubrimos que Oz era capaz de hacer los hechizos que a todos se nos escapaban, como el cordel de alarma. O dos de los que tradujimos pero que no eran para Dhelian ni yo: moldear materia inorgánica y niebla mágica. También descubrimos que Sura no era capaz ni de los más fáciles, así que otra muggle más.
En cuanto a mi humor... Pensé que las muertes me afectarían pero en su lugar acabé viéndolo como un mal necesario: dos criaturas conflictivas ya no existían. No merecía la pena afectarse por su desaparición. Lo de Taro sí que no sentó bien, ya que ni siquiera sabíamos si había muerto. Desaparecido, sabiendo lo que vivía en esta ciudad, podría estar en peores condiciones que de haber muerto sin más... Pero no podía afectarme ni tanto ni negativamente: en su lugar, todos mis esfuerzos en los entrenamientos eran por y para el grupo. Ya habíamos trabajado bien en equipo, podríamos trabajar así más a menudo. Pero para eso hacía falta que la moral del equipo estuviese alta... Y la de Marsi me preocupaba. Por eso, cuando empecé a notarla rara, dejé los entrenamientos del huerto para acompañarla en los suyos arriba. O practicar magia allí, lo que fuera. Cualquier excusa era buena para que no estuviera sola.
Otra preocupación eran los medios defensivos que teníamos. Armas no nos faltaban, pero los escudos ya habíamos visto que apenas servían. Y no podíamos depender siempre de protecciones mágicas y de extenuar a los encargados de reponerlas. Dhelian en una ocasión me vino con una idea para las púas que habíamos "conseguido" de nuestras heridas: usarlas de alguna forma como lo que eran, púas. Uno de los hechizos que tenía traducido era el de fundir materiales entre sí, pero como no le había visto uso no lo había practicado. Obviamente, cuando el chico me contó, le vi el uso, así que a eso me dediqué el resto de días. Esto tenía una dificultad añadida: si conseguía soldar una púa a algún escudo, tendría que ser una unión perfecta. Por si salía mal, por suerte, Dhelian había aprendido uno para moldear materia orgánica. El mocoso también había logrado acabar su circuito de runas y paralizarme como prueba efectiva de ello... Pero me sirvió para subsanar los errores de las que hice yo en su momento. También se ganó una buena persecución armada con una escoba...
Quizá por eso soñé que jugaba al escondite vestida de bruja con una escoba. Pero eso explicaría lo de la escoba, no el resto de cosas que pasaron... El sueño había sido tan profundo que no me dio posibilidad de despertarme sobresaltada antes del final. Fui abriendo los ojos rememorando la última frase de Doce. No recordaba haber recordado su nombre en el sueño, pero sí lo recordaba de la Tierra. Pero eso era lo único que tenía sentido...
A pesar de haberme despertado, me quedé en la cama, en posición fetal, dándole vueltas a lo que recordaba: sendarios, monstruos y no tan monstruos que, aparentemente, habían traído a los sendarios igual que Doce a mí, la mención de la Luna Roja al final y... Mis compañeros desaparecidos. Al recordar eso, me incorporé agitada y miré a mi alrededor <<Era un sueño, tonta...>> pensé mientras volvía a tumbarme. Sin embargo, tuve que volver a incorporarme pues alguien estaba gritando: Sura. Marsi tampoco estaba ya en el dormitorio y la ulterana estaba en el otro... Tras comprobar eso, fui de manera torpe al dormitorio donde dormían Sura y Oz, abrí la puerta y me acerqué a la chica. Como estaba aún algo dormida, me senté en el borde de la cama.
—¿Una pesadilla? ¿Estás bien?
Ilusos. Al día siguiente los macieleros aparecieron preguntando por Taro, quien al parecer había desaparecido... Pero, obviamente, no teníamos ni idea, ni ellos tampoco. Así que si no estábamos suficientemente afectados por lo nuestro, más leña al fuego...
Por suerte, los entrenamientos tanto mágicos como físicos ayudaban bastante a distraerme. Estaba aprovechando también las clases de lectura con Akasha para profundizar en los idiomas en que el libro de magia estaba escrito. Lo mejor fue que Oz se apuntó a las traducciones. Así, tradujimos algunos hechizos, como: sanación superficial, constricción, corte, impacto, moldear materia orgánica y fundir materiales entre sí. Como por lo general la práctica con las runas sumada a las clases con Akasha, la alguna salida a por cestas y el entrenamiento físico acababan conmigo, Dhelian y yo nos repartimos tres hechizos para cada. Los que sí probé fueron el de corte y... bueno, el de sanación superficial no llegué a probarlo aunque sí a memorizar sus instrucciones. Como por lo general la práctica con las runas sumada a las clases con Akasha, alguna salida y el entrenamiento físico acababan conmigo. Y aunque este no era muy fuerte, serviría al menos para dejar ciego a cualquier bicho que nos atacase. Además, descubrimos que Oz era capaz de hacer los hechizos que a todos se nos escapaban, como el cordel de alarma. O dos de los que tradujimos pero que no eran para Dhelian ni yo: moldear materia inorgánica y niebla mágica. También descubrimos que Sura no era capaz ni de los más fáciles, así que otra muggle más.
En cuanto a mi humor... Pensé que las muertes me afectarían pero en su lugar acabé viéndolo como un mal necesario: dos criaturas conflictivas ya no existían. No merecía la pena afectarse por su desaparición. Lo de Taro sí que no sentó bien, ya que ni siquiera sabíamos si había muerto. Desaparecido, sabiendo lo que vivía en esta ciudad, podría estar en peores condiciones que de haber muerto sin más... Pero no podía afectarme ni tanto ni negativamente: en su lugar, todos mis esfuerzos en los entrenamientos eran por y para el grupo. Ya habíamos trabajado bien en equipo, podríamos trabajar así más a menudo. Pero para eso hacía falta que la moral del equipo estuviese alta... Y la de Marsi me preocupaba. Por eso, cuando empecé a notarla rara, dejé los entrenamientos del huerto para acompañarla en los suyos arriba. O practicar magia allí, lo que fuera. Cualquier excusa era buena para que no estuviera sola.
Otra preocupación eran los medios defensivos que teníamos. Armas no nos faltaban, pero los escudos ya habíamos visto que apenas servían. Y no podíamos depender siempre de protecciones mágicas y de extenuar a los encargados de reponerlas. Dhelian en una ocasión me vino con una idea para las púas que habíamos "conseguido" de nuestras heridas: usarlas de alguna forma como lo que eran, púas. Uno de los hechizos que tenía traducido era el de fundir materiales entre sí, pero como no le había visto uso no lo había practicado. Obviamente, cuando el chico me contó, le vi el uso, así que a eso me dediqué el resto de días. Esto tenía una dificultad añadida: si conseguía soldar una púa a algún escudo, tendría que ser una unión perfecta. Por si salía mal, por suerte, Dhelian había aprendido uno para moldear materia orgánica. El mocoso también había logrado acabar su circuito de runas y paralizarme como prueba efectiva de ello... Pero me sirvió para subsanar los errores de las que hice yo en su momento. También se ganó una buena persecución armada con una escoba...
Quizá por eso soñé que jugaba al escondite vestida de bruja con una escoba. Pero eso explicaría lo de la escoba, no el resto de cosas que pasaron... El sueño había sido tan profundo que no me dio posibilidad de despertarme sobresaltada antes del final. Fui abriendo los ojos rememorando la última frase de Doce. No recordaba haber recordado su nombre en el sueño, pero sí lo recordaba de la Tierra. Pero eso era lo único que tenía sentido...
A pesar de haberme despertado, me quedé en la cama, en posición fetal, dándole vueltas a lo que recordaba: sendarios, monstruos y no tan monstruos que, aparentemente, habían traído a los sendarios igual que Doce a mí, la mención de la Luna Roja al final y... Mis compañeros desaparecidos. Al recordar eso, me incorporé agitada y miré a mi alrededor <<Era un sueño, tonta...>> pensé mientras volvía a tumbarme. Sin embargo, tuve que volver a incorporarme pues alguien estaba gritando: Sura. Marsi tampoco estaba ya en el dormitorio y la ulterana estaba en el otro... Tras comprobar eso, fui de manera torpe al dormitorio donde dormían Sura y Oz, abrí la puerta y me acerqué a la chica. Como estaba aún algo dormida, me senté en el borde de la cama.
—¿Una pesadilla? ¿Estás bien?
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/02/14, 03:24 am
Tal y como Surasara le había pedido estuvo pendiente de Ozzchreanos durante ese día y os siguientes, asegurándose que no cometiera alguna estupidez movida por algún motivo extraño de su mundo tras lo que había pasado. No se pudo decir que las cosas mejorasen demasiado por el torreón realmente, o al menos Dhelian no lo sentía así, la perdida de dos compañeros ya no fuera de aquel torreón sino dentro era como una nube oscura sobre la cabeza de todos ellos. Dhelian tuve que contarle a Korasihanna lo ocurrido y su reacción de alguna forma fue la esperada en ese tipo de situación. Sin contar que Marsi no parecía sentirse bien por motivos evidentes, como ti solo lo que había pasado fuera una nube negra que la seguirse donde fuera, al día siguiente vinieron los de Maciel informando que Taro se había perdido y aumentando la preocupación sobre lo que le había podido pasar, desanimando aun mas el ambiente si aquello era posible. Si estaba solo, en esa ciudad, cualquier cosa podría haberle ocurrido y Dhelian, que ya había visto la muerte de mas de un compañero de cerca, no se había muchas esperanzas.
Olvidar no era fácil y aunque no había hablado ni había sido demasiado a cercano a Talento, ya de Yrfy ni hablemos pues no le había dirigido la palabra desde ese día que los amenazo a el y a Alice, pero se notaba su ausencia en el torreón. Dhelian tuvo que forzarse ver las lapidas de sus compañeros en el patio, le era extraño saber que sus cuerpos estaban bajo la tierra y notar que aquellas palabras de Korasihanna de tiempo atrás, los "muertos hablan" no era algo que ocurriera allí. Estaban silenciosos, un silencio sepulcral. Dhelian no pudo evitar llorar por ellos, tanto por Neith como por Talento, así como por la perdida de Taro al que no podía imaginar vivo y solo en aquella ciudad,...habían ido a esa ciudad para cumplir un deseo, un sueño tal vez, un deber y ahora de ellos descansaban bajo la tierra de la misma ciudad y el otro...el otra a saber donde se encontraba. Un lugar que si los que quedaba no se cuidaban, podrían visitar tarde o temprano.
Se intento sobreponer, nada iba a cambiar lo que había pasado, pero no podía permitirse el terminar como ellos de ninguna manera, ninguno mas debía pasar por eso. Dhelian se sobrepuso lo mejor que pudo y con una decisión nacida prácticamente de los horrores que la ciudad y otras personas podían mostrarle. Siguió su aprendizaje intentando principalmente el terminar el circuito de runas de sus dagas con cierto éxito, pues solo le quedaba grabar las dos ultimas runas y darle magia, cosa que le llevo todo un día. Y realmente no supo si lo había hecho bien hasta que ese mismo día Alice tomo una de sus dagas para ver el circuito ya listo, cortándose un poco en un descuido y quedándose tiesa como un palo en esa misma posición para felicidad de Dhelian e credulidad de la joven que en cuanto se le fue la magia de encima, Dhelian tuvo que huir de ella por todo el salón durante un buen rato para no recibir un escobazo.
Los hechizos que ya se sabia siguió practicándolos para mantenerlos frescos en su memoria y ayudando un poco a Alice con la traducción de algunos hechizos que hasta el momento habían estado en un idioma incomprensible, estando por alrededor también Ozzchreanos que para cierto sorpresa de Dhelian se apunto también a ayudar en la traducción, al principio el daeliciano estuvo atento a la reacción de Akasha ya que ella siempre estaba con Alice y él leyendo mientras ellos traducían, pero la chica solo se mostro un poco temerosa y desconfiada pero serena en su posición junto a ellos. Seguramente ella misma había notado también los cambios en su compañero ochrorio. No solo el ochrorio, la propia Surasara se unía a ellos en intentar aprender magia, pero pronto se rindió cuando se descubrió que le ocurría como a Marsi y a Akasha que no podían realizar magia.
No fue fácil pero consiguieron traducir unos 6 hechizos tras comerse mucho la cabeza y con intenciones de dividirse el aprendizaje y no dejar ningún hechizo suelto sin aprender se dividieron la mitad con intenciones de un futuro aprenderse los del otro cuando ya manejaran los propios. Dhelian termino añadiendo a su lista de hechizos que aun tenia que aprender, los hechizo de compresión/presión, uno que era de impacto y el tercero que decía poder moldear la materia orgánica, cosa que tal vez podría servirle para las púas que había recogido y con las cuales no sabia darles uso aun.
Con todo se puso a practicar los tres hechizos de su parte, el tener la traducido facilitaba la cosa muchísimo, eso junto con su paciencia y decisión le ayudaron bastante a conseguir ciertos frutos conforme pasaban los días. Se hizo una rutina de trabajo donde intentaba no dejar de lado su entrenamiento físico junto a Surasara, ahora que tenia el circuito de sus dagas listo se tomo muy en serio los entrenamientos con Surasara pidiéndole específicamente que le ayudara en varias tarde a manejar sus dagas, usando otras similares a las propias para entrenar queriendo ponerle especial intencional a la agilidad, velocidad y a la precisión al atacar, solo necesitaba un roce para dejar paralizado a la otra persona o criatura pero necesitaba acercarse primero y eso era lo que quería aprender. Aparte de eso por las noches tras el entrenamiento con la ulterana y después de cenar se sentaba en su sofá que aun compartir con Korasihanna y prendiendo una luz mágica estudiaba los hechizos y los intentaba realizar hasta quedarse dormido o hasta que sus ojos se cansaran.
Dos semanas trascurrieron, Dhelian había conseguido aprender a realizar los hechizos asignados, había ayudado en la traducción de algunos mas y ya estaba pensando en como podría darle uso a las púas que había obtenido semanas atrás y que aun mantenía bien guardadas en su riñonera, ya había hablado con Alice sobre estas pero aun no tenia claro como usarlas exactamente. Ese día se levanto energizado y con ganas de hablarle a Alice del tema, levantándose cuidando de no despertar a su compañera viendo a Marsi en la cocina cuando fue a prepararse algo de desayunar.
Olvidar no era fácil y aunque no había hablado ni había sido demasiado a cercano a Talento, ya de Yrfy ni hablemos pues no le había dirigido la palabra desde ese día que los amenazo a el y a Alice, pero se notaba su ausencia en el torreón. Dhelian tuvo que forzarse ver las lapidas de sus compañeros en el patio, le era extraño saber que sus cuerpos estaban bajo la tierra y notar que aquellas palabras de Korasihanna de tiempo atrás, los "muertos hablan" no era algo que ocurriera allí. Estaban silenciosos, un silencio sepulcral. Dhelian no pudo evitar llorar por ellos, tanto por Neith como por Talento, así como por la perdida de Taro al que no podía imaginar vivo y solo en aquella ciudad,...habían ido a esa ciudad para cumplir un deseo, un sueño tal vez, un deber y ahora de ellos descansaban bajo la tierra de la misma ciudad y el otro...el otra a saber donde se encontraba. Un lugar que si los que quedaba no se cuidaban, podrían visitar tarde o temprano.
Se intento sobreponer, nada iba a cambiar lo que había pasado, pero no podía permitirse el terminar como ellos de ninguna manera, ninguno mas debía pasar por eso. Dhelian se sobrepuso lo mejor que pudo y con una decisión nacida prácticamente de los horrores que la ciudad y otras personas podían mostrarle. Siguió su aprendizaje intentando principalmente el terminar el circuito de runas de sus dagas con cierto éxito, pues solo le quedaba grabar las dos ultimas runas y darle magia, cosa que le llevo todo un día. Y realmente no supo si lo había hecho bien hasta que ese mismo día Alice tomo una de sus dagas para ver el circuito ya listo, cortándose un poco en un descuido y quedándose tiesa como un palo en esa misma posición para felicidad de Dhelian e credulidad de la joven que en cuanto se le fue la magia de encima, Dhelian tuvo que huir de ella por todo el salón durante un buen rato para no recibir un escobazo.
Los hechizos que ya se sabia siguió practicándolos para mantenerlos frescos en su memoria y ayudando un poco a Alice con la traducción de algunos hechizos que hasta el momento habían estado en un idioma incomprensible, estando por alrededor también Ozzchreanos que para cierto sorpresa de Dhelian se apunto también a ayudar en la traducción, al principio el daeliciano estuvo atento a la reacción de Akasha ya que ella siempre estaba con Alice y él leyendo mientras ellos traducían, pero la chica solo se mostro un poco temerosa y desconfiada pero serena en su posición junto a ellos. Seguramente ella misma había notado también los cambios en su compañero ochrorio. No solo el ochrorio, la propia Surasara se unía a ellos en intentar aprender magia, pero pronto se rindió cuando se descubrió que le ocurría como a Marsi y a Akasha que no podían realizar magia.
No fue fácil pero consiguieron traducir unos 6 hechizos tras comerse mucho la cabeza y con intenciones de dividirse el aprendizaje y no dejar ningún hechizo suelto sin aprender se dividieron la mitad con intenciones de un futuro aprenderse los del otro cuando ya manejaran los propios. Dhelian termino añadiendo a su lista de hechizos que aun tenia que aprender, los hechizo de compresión/presión, uno que era de impacto y el tercero que decía poder moldear la materia orgánica, cosa que tal vez podría servirle para las púas que había recogido y con las cuales no sabia darles uso aun.
Con todo se puso a practicar los tres hechizos de su parte, el tener la traducido facilitaba la cosa muchísimo, eso junto con su paciencia y decisión le ayudaron bastante a conseguir ciertos frutos conforme pasaban los días. Se hizo una rutina de trabajo donde intentaba no dejar de lado su entrenamiento físico junto a Surasara, ahora que tenia el circuito de sus dagas listo se tomo muy en serio los entrenamientos con Surasara pidiéndole específicamente que le ayudara en varias tarde a manejar sus dagas, usando otras similares a las propias para entrenar queriendo ponerle especial intencional a la agilidad, velocidad y a la precisión al atacar, solo necesitaba un roce para dejar paralizado a la otra persona o criatura pero necesitaba acercarse primero y eso era lo que quería aprender. Aparte de eso por las noches tras el entrenamiento con la ulterana y después de cenar se sentaba en su sofá que aun compartir con Korasihanna y prendiendo una luz mágica estudiaba los hechizos y los intentaba realizar hasta quedarse dormido o hasta que sus ojos se cansaran.
Dos semanas trascurrieron, Dhelian había conseguido aprender a realizar los hechizos asignados, había ayudado en la traducción de algunos mas y ya estaba pensando en como podría darle uso a las púas que había obtenido semanas atrás y que aun mantenía bien guardadas en su riñonera, ya había hablado con Alice sobre estas pero aun no tenia claro como usarlas exactamente. Ese día se levanto energizado y con ganas de hablarle a Alice del tema, levantándose cuidando de no despertar a su compañera viendo a Marsi en la cocina cuando fue a prepararse algo de desayunar.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/02/14, 02:04 pm
Un grito me despertó. Por un momento el peor de los escenarios me vino a la cabeza, pero lo aparté con la misma velocidad con la que me puse en marcha. «No, no, no. Otra vez no. Más muertes no, por favor». Sintiendo que mi pulso se aceleraba más rápidamente que en toda mi vida seguí a Alice al cuarto de al lado. Lo primero que hice al llegar al otro cuarto fue mirar frenéticamente en todas direcciones, pero por suerte no parecía que hubiese ningún monstruo. El alivio llegó con tanta fuerza y tan repentinamente que tuve que apoyarme contra el marco de la puerta.
—¿Qué ha pasado? —apenas al terminar de preguntar me di cuenta de lo que llevaba la ulterana. Alcé un poco las cejas sin demasiada vergüenza, aunque cerré los ojos, en parte por cansancio debido a la hora que era y en parte por no incomodarla. A saber qué podía hacer una soldado entrenada si le molestaba un mirón.
—¿Qué ha pasado? —apenas al terminar de preguntar me di cuenta de lo que llevaba la ulterana. Alcé un poco las cejas sin demasiada vergüenza, aunque cerré los ojos, en parte por cansancio debido a la hora que era y en parte por no incomodarla. A saber qué podía hacer una soldado entrenada si le molestaba un mirón.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/02/14, 02:18 pm
Sentada en el frio suelo manchado de mi sangre escucho las palabras de Dhelian sobre lo acurrido abajo. El chico pajaro y el asesino peludo se han matado entre ellos. Marsi ha intentado detenerlos y ella ha salido herida y Ozzchreanos ha rebanado el cuello del asesino.
Ahora todo cuadra. La sangre roja, el bulto que han subido Surasara y Alvaro, las manchas de sangre de Ozchreanos. Todo el torreón huele a muerte. Me levanto del suelo enfadada. No solo por el hecho de que nos estamos matando entre nosotros, si no tambien por el hecho de que, de nuevo, nuestra casa segura deja de serlo. Otras dos victimas mas a mi alrededor y otra razón mas para no salir al patio.Esa noche no fuí capaz de pegar ojo. Hasta bien entrada la noche el sueño no se apoderó de mi cuerpo aunque me desperté varias veces sobresaltada. Con la extraña sensación de peligro inminente.
En el día siguiente acompañé a los chicos a tirar al asesino a la cicatriz. Por alguna razón ajena a mi entender no pude apartar los ojos del cuerpo del cosechado mientras caia en la fosa y era devorado por los gusanos blancos. No duró mucho el espectaculo pero por alguna razón una sonrisa intentaba escapar de mi boca en todo el proceso.
Los chicos de Maciel llegarón ese mismo día al torreón preguntado por Taro. Por lo visto el chico se había perdido el día anterior. La idea de que el chico se encontrase solo en la ciudad me hizo pensar en que si fuese yo la que estubiese en su situación sería capaz de sobrevivir o si la ciudad podría conmigo. Dando al chico por desaparecido o como potencial cadaver empecé a centrarme en mis entrenamientos.
Los días pasarón sin pena ni gloria. He dejado por completo de salir al patio salvo en situaciones de extrema necesidad. Siempre que necesito agua la acabo pidiendo a algun compañero y mis entrenamientos se han centrado en la planta superior o en los alrededores del torreón. Poco a poco los gallos en mi garganta se van acentuando dejando paso a un tono mas firme en mi voz. Poco a poco dejo de alargar y engalanar mis frases para hablar en un lenguaje algo mas directo. Lo hago inconscientemente pero es mucho mas comodo y eficaz a la hora de entablar conversación con las demás.
Los entrenamientos fuera del torreón se centraron en mi velocidad y agilidad. Salto obstaculos sin mucha dificultad y consigo correr y trepar con mas soltura de lo que ya lo hacia. Mi tecnica se va depurando poco a poco, día a día. En la planta superior practico con Sura y con quien me lo proponga la lucha cuerpo a cuerpo. Mi velocidad de reacción me ayuda de vez en cuando aunque para enfrentarme y ganar sin dificultad a la instructora aun me queda bastante que pulir.
Decidí salir de la torre cada vez que pudiese por lo que la excusa de ir a por cestas me vino de perlas. Siempre solía ser la primera en ofrecerme a ir acompañada de alguien. Me gustaría intentar ir sola algún día pero necesito que ellas carguen con las cestas tambien puesto que yo sola no podría cargar con tanto peso y me faltarían brazos para colgarme las asas.
Esta mañana de nuevo el ruido de las madrugadoras me despierta. Refunfuñando como siempre vuelvo a quedarme medio dormida mientras noto el calor corporal de mi compañero de cama. Cuando le noto moverse y levantarse suspiro mientras me incorporo rascándome la cabeza. -Buenos días madrugadores.- Un bostezo profundo me interrumpe por lo que me dejo caer de nuevo en la cama y alzo una mano al cielo. -Que alguien me traiga una tostada con extra de miel y frutitas por encima.- Gruño mientras escondo mi cabeza bajo el cojín.
Ahora todo cuadra. La sangre roja, el bulto que han subido Surasara y Alvaro, las manchas de sangre de Ozchreanos. Todo el torreón huele a muerte. Me levanto del suelo enfadada. No solo por el hecho de que nos estamos matando entre nosotros, si no tambien por el hecho de que, de nuevo, nuestra casa segura deja de serlo. Otras dos victimas mas a mi alrededor y otra razón mas para no salir al patio.Esa noche no fuí capaz de pegar ojo. Hasta bien entrada la noche el sueño no se apoderó de mi cuerpo aunque me desperté varias veces sobresaltada. Con la extraña sensación de peligro inminente.
En el día siguiente acompañé a los chicos a tirar al asesino a la cicatriz. Por alguna razón ajena a mi entender no pude apartar los ojos del cuerpo del cosechado mientras caia en la fosa y era devorado por los gusanos blancos. No duró mucho el espectaculo pero por alguna razón una sonrisa intentaba escapar de mi boca en todo el proceso.
Los chicos de Maciel llegarón ese mismo día al torreón preguntado por Taro. Por lo visto el chico se había perdido el día anterior. La idea de que el chico se encontrase solo en la ciudad me hizo pensar en que si fuese yo la que estubiese en su situación sería capaz de sobrevivir o si la ciudad podría conmigo. Dando al chico por desaparecido o como potencial cadaver empecé a centrarme en mis entrenamientos.
Los días pasarón sin pena ni gloria. He dejado por completo de salir al patio salvo en situaciones de extrema necesidad. Siempre que necesito agua la acabo pidiendo a algun compañero y mis entrenamientos se han centrado en la planta superior o en los alrededores del torreón. Poco a poco los gallos en mi garganta se van acentuando dejando paso a un tono mas firme en mi voz. Poco a poco dejo de alargar y engalanar mis frases para hablar en un lenguaje algo mas directo. Lo hago inconscientemente pero es mucho mas comodo y eficaz a la hora de entablar conversación con las demás.
Los entrenamientos fuera del torreón se centraron en mi velocidad y agilidad. Salto obstaculos sin mucha dificultad y consigo correr y trepar con mas soltura de lo que ya lo hacia. Mi tecnica se va depurando poco a poco, día a día. En la planta superior practico con Sura y con quien me lo proponga la lucha cuerpo a cuerpo. Mi velocidad de reacción me ayuda de vez en cuando aunque para enfrentarme y ganar sin dificultad a la instructora aun me queda bastante que pulir.
Decidí salir de la torre cada vez que pudiese por lo que la excusa de ir a por cestas me vino de perlas. Siempre solía ser la primera en ofrecerme a ir acompañada de alguien. Me gustaría intentar ir sola algún día pero necesito que ellas carguen con las cestas tambien puesto que yo sola no podría cargar con tanto peso y me faltarían brazos para colgarme las asas.
Esta mañana de nuevo el ruido de las madrugadoras me despierta. Refunfuñando como siempre vuelvo a quedarme medio dormida mientras noto el calor corporal de mi compañero de cama. Cuando le noto moverse y levantarse suspiro mientras me incorporo rascándome la cabeza. -Buenos días madrugadores.- Un bostezo profundo me interrumpe por lo que me dejo caer de nuevo en la cama y alzo una mano al cielo. -Que alguien me traiga una tostada con extra de miel y frutitas por encima.- Gruño mientras escondo mi cabeza bajo el cojín.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Personajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
15/02/14, 02:13 pm
Los días posteriores a la muerte de los dos fanáticos del Torreón Letargo sucedieron sin cambios muy apreciables para Ozzchreanos, pues su recuperación del aletargamiento se producía ahora mucho más despacio que al principio. El cambio sería apreciable si alguien no le viera en varios días, pero conviviendo con él no se podía apreciar la evolución. De hecho, en las primeras jornadas se retrajo bastante, pues en esas se produjo un fuerte desarrollo a nivel interno. El sacerdote tuvo mucho sobre lo que reflexionar a raíz de haber dado muerte al auro, el ofrecimiento que hizo a Marsi y el rechazo a su propuesta.
Al principio no comprendió cómo podía haberle perdonado. El ochrorio hubiera estado dispuesto hasta a morir por compensar su falta si ella se lo hubiera ordenado, hecho que para él hubiera sido lo más lógico. No entendía cómo podía no penalizar a alguien que había asesinado sin tener las responsabilidades asignadas por las deidades para hacerlo. A esta incomprensión antepuso el hecho de que su crimen supuso que la vida de Marsi se salvara, hecho que parecían considerar muy positivo sus compañeros. Tomando en consideración esta premisa, derivó definitivamente que realmente el asesinato no había sido tan injustificado. Los dioses habían querido por algún motivo que Marsi sobreviviera y usaron al instrumento más cercano a ellos para que se cumpliera la voluntad del Equilibrio. La lógica fría que Ozzchreanos atribuía como un regalo de sus divinidades había vuelto a poner los argumentos de la religión a su favor y, al no haber nadie que pudiera rebatirle, quedó fijada esta concepción.
Pero esta misma implicaba que tuviera a la varmana una consideración especial. Si el panteón que él adoraba la había salvado, significaba que ella era alguien especial, pues no cualquiera era protegido por los dioses. Decidió protegerla, pues para algo le había sido concedido el don de la magia, y estar pendiente de ver símbolos en Marsi de aquello por lo que era favorecida.
Más allá del proceso de recuperación del equilibrio psicológico y del cambio externo poco apreciable, el ochrorio había mostrado interés en el proceso de traducción de los conjuros del tomo que recogieron de la biblioteca. Junto a Alice y a Dhelian, lograron traducir un buen número de hechizos en dos semanas e incluso se descubrió capaz moldear materia inorgánica y convocar uno llamado niebla mágica. El resto de habitantes con el poder eran incapaces de realizar estas acciones. Entonces, ¿esta capacidad mayor podría deberse a su mayor cercanía a los dioses? O tal vez fuera consecuencia de la pureza del alma, aunque no conocía hasta qué punto eran puros sus compañeros. De hecho, le parecía difícil concebir cómo pudieron haber evolucionado de la nutria ciega, la única especie madre de todas las criaturas inteligentes para la concepción ochroria de la evolución de los seres vivos.
El sacerdote, sorprendentemente para sus compañeros, también se animó a unirse a los ejercicios físicos dirigidos por Surásara. No era algo extraño para él, pues consideraba que el desarrollo físico era importante en la vida en una ciudad como Rocavarancolia. Era consciente de estar aventajado en fuerza física y poseer una buena flexibilidad por sus capacidades naturales, pero también predijo que le costaría mantener el ritmo por la carencia de esfuerzo intenso durante todos sus años de novicio. Por lógica aplastante, las deducciones se cumplieron ya en la primera sesión de entrenamiento, que el Ozzchreanos solo completo por pura fuerza de voluntad, aunque muchos lo hubieron nombrado terquedad.
Este entrenamiento físico implicaba también una parte armada. El sacerdote consideró seriamente qué armas le convenían más. La longitud superior de sus brazos le aportaba una serie de ventajas y desventajas que no tenían sus compañeros. Algunas de ellas las intuyó, pero por su falta de experiencia no era capaz de tener muchas en cuenta. Después de una larga reflexión en la armería y de sopesar varios artefactos, se decidió por la contundencia de una maza de armas, la protección de un escudo de madera más grande que el de sus compañeros, y la utilidad de llevar una daga siempre encima.
Todas estas actividades implicaron también que Ozzchreanos dejara abandonada gran parte de su rutina. Consideró que, al haber superado ya su etapa de novicio, buena parte de sus hábitos no eran necesarios, más teniendo en cuenta su situación actual. La única práctica a la que siguió fiel fue a los cantos religiosos, que creía necesarios cada día para honrar a las divinidades como estas merecían. Sabía que las cantaba en el idioma de su mundo y que no podía comprender las letras, pero del mismo modo estaba seguro de que su contenido era indudablemente sagrado. Había cosas de las que no podía dudar.
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Ozzchreanos siempre pudo gozar de un sueño muy profundo, de esos con los que se logra descansar de una sentada y levantarse a la mañana siguiente como nuevo, aunque con unas ganas inaguantables de orinar. En Rocavarancolia, a pesar de las incomodidades de su lecho, pudo disfrutar también de esta capacidad de conciliar un sueño imperturbable.
Pero por muy profundo que sea este, nadie puede seguir descansando cuando otra persona grita a pocos metros de él. El ochrorio abrió los ojos alterado y vio a una Surásara que aún lo estaba más que él. Pudo comprobar con cierto alivio que nada le parecía haber pasado a nivel externo, así que dedujo rápidamente que lo más probable es que acabara de despertar de una pesadilla. Se incorporó en la cama y se acercó a la ulterana cuando otros entraron en la habitación. Alice ya había preguntado lo que él debía, así que se situó cerca de ellas para mostrar su preocupación. Aun así, no creía que fuera más que el temor por un mal sueño.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
15/02/14, 02:33 pm
El corazón me sigue latiendo acelerado cuando siento gente alrededor, levanto la cabeza del espejo y veo a Alice y a Ozz cerca y a Álvaro donde la puerta del dormitorio. Al mirarlos un sabor metálico me inunda la boca, el mismo que el del sueño, o eso creo por que segundos después ya no lo noto. Quizá hayan sido imaginaciones mías.
-S-sí, una pesadilla,- digo titubeando, realmente se había sentido como más que eso. No me doy cuenta pero me tiemblan ligeramente las manos.- Pero... no ha sido algo común, parecía real, demasiado real.- sacudo la cabeza para quitarme esa sensación de la cabeza.- No, pero está claro que fue un sueño, sabíais cosas que jamás os he contado, cosas de mi mundo que ni siquiera os he mencionado. Y todos moríais, yo os mataba.- los temblores se fueron haciendo peores a medida que recordaba el sueño.- Pero yo no soy así, no os haría daño. Era todo tan real.... ¿y si esto es el sueño y en realidad si estáis muertos? ¿Y si esto es solo una ilusión producida por mis remordimientos al haberos matado? -el sueño me ha dejado mentalmente inestable, y cosas que por lo general no diría como mis dudas están saliendo a la superficie desmoronando mi faceta de persona segura y tranquila. Aún recuerdo la última vez que tuve pesadillas, fueron a la muerte de mi hermana y me prometí a mi misma no volver a demostrar inseguridad, pero....- Mi hermana, ha vuelto a morir en mis brazos y esta vez la mataba yo. Yo no... yo no....
-S-sí, una pesadilla,- digo titubeando, realmente se había sentido como más que eso. No me doy cuenta pero me tiemblan ligeramente las manos.- Pero... no ha sido algo común, parecía real, demasiado real.- sacudo la cabeza para quitarme esa sensación de la cabeza.- No, pero está claro que fue un sueño, sabíais cosas que jamás os he contado, cosas de mi mundo que ni siquiera os he mencionado. Y todos moríais, yo os mataba.- los temblores se fueron haciendo peores a medida que recordaba el sueño.- Pero yo no soy así, no os haría daño. Era todo tan real.... ¿y si esto es el sueño y en realidad si estáis muertos? ¿Y si esto es solo una ilusión producida por mis remordimientos al haberos matado? -el sueño me ha dejado mentalmente inestable, y cosas que por lo general no diría como mis dudas están saliendo a la superficie desmoronando mi faceta de persona segura y tranquila. Aún recuerdo la última vez que tuve pesadillas, fueron a la muerte de mi hermana y me prometí a mi misma no volver a demostrar inseguridad, pero....- Mi hermana, ha vuelto a morir en mis brazos y esta vez la mataba yo. Yo no... yo no....
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
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