Torreón Letargo (Archivo IV)

Recuerdo del primer mensaje :

-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.

Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.

Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.

Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.

Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.

Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.

Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.

-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.



P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^

Antes de que Nara respondiese, Sura me increpó que no le quitase más ropa al chaval "en mi cabeza". Le chisté con el índice en los labios seguido de un codazo cómplice y luego presté atención al chico.

—¿El mayor? Acerté con lo de madre entonces. O padre, da igual.—dije riendo. Hermano mayor, sin embargo, se me antojaba muy... de televisión cutre.—Aquí tenemos una pequeña república: todos cuidamos de todos, o lo intentamos.

Luego los demás de mi grupo se fueron sumando a ir a la Biblioteca, así que avisé de que iba a prepararme y volví con mis armas, mi libretita con los hechizos y mis cristales.
—Dhelian y Álvaro, ¿repartimos los hechizos de protección? Tenemos que enseñar a Oz a hacerlos, también, pero ya en otro momento.

El daeliciano dio su visto bueno y nos repartimos la gente a la que se lo pondríamos de los nuestros. También miré al grupo de Sendar, pero imaginé que o bien los llevaban encima o se los pondrían pronto. <<Gart ya dijo que conocían la magia>> Pero de todas formas, en el camino les preguntaría por si acaso.

—¿Letargunis listos? Pues vámonos. ¡Los de dentro, dadle a los músculos y arriad el puente!—exclamé.

Acto seguido, cargué y puse la ballesta al hombro mientras caminaba con la mano derecha apoyada en la empuñadura. Entonces me fijé en el sitio maldito de la trampa. Lentamente me moví hacia delante pero esquivándolo evitando pensar. Por distraerme, eché un vistazo a los que íbamos y entonces me fijé en un detalle: éramos nueve. <<Nueve. ¿Nara será terrícola?>>

—Eh... Somos la Compañía del Anillo pero sin anillo y... Rocavarancolia se parece a Mordor en los monstruos.—bromeé, pero en cuanto di un paso más se acabaron las bromas.—Seriedad, Alice. Seriedad.—me dije en voz alta.

Sigue en la Biblioteca Mágica.

En cuanto llegamos al torreón, alguien se encargó de abrirnos y fui a dejar mis armas en el salón. En cuanto todos estuvieron listos, hicimos la comida y contamos al resto la visita a la Biblioteca junto a los sendarios. El resto del día lo pasé leyendo el libro de runas, y Dhelian y Oz practicando magia.

Según el libro, cada runa hacía las veces de comando, orden, para lograr el resultado deseado. Para hacer un hechizo, había que vincular este a su runa pertinente y juntarlo a otras runas que fijaban su potencia, cómo sería activado y, opcionalmente, la dirección del hechizo. La pega era que había que grabar todas con magia y el gasto era enorme para los hechizos que teníamos a nuestro alcance. <<Pero para hechizos de emergencia? Por ejemplo, los de curación. Di tú que un bicho te arranca una mano, ¿ahora cómo te curas? Con una sola sí se puede activar una runa de curación, por ejemplo... ¿Una que se active por presión? Aunque dudo que el hechizo ese te pegue la mano, realmente>> O para hacer nuestras propias trampas en torno al torreón... <<O para cocinar o bañarnos. Se pone una runa con un hechizo térmico, se le da la contraseña "llama de Anor" y listo>> Pero sería super estúpido hacer mil runas de esas con todo el gasto que conllevaría.

Descarté varios usos estúpidos como ese y me tomé un descanso para relajar la vista. Mientras mordisqueaba una manzana, recordé los juegos de la Tierra y las runas que en ellos se mencionaban. Pero los hechizos ofensivos que aplicaban a las armas estaban muy lejos de nuestro alcance. <<Eh, eh, no. Osea, los típicos de fuego o para aumentar la fuerza del arma y eso sí, pero tenemos la parálisis o confusión. O defensivos como la protección... Se podrían dibujar en escudos o armas... ¡Imagina pegarle un flechazo a algo y paralizarlo en el acto! Pero una runa que quepa en la punta de flecha tiene que ser muy pequeña... En cambio en el escudo hay mucho sitio, podríamos empezar a practicar con eso... O no, porque si surte efecto y no lo vamos a usar, se gastará. Pero si practico con... hechizos térmicos, por ejemplo, sí que los puedo usar en el momento>>

Para cuando llegó la hora de cenar, había dibujado a lápiz (como boceto) lo que sería una "runa térmica" en una hoja de mi libreta por practicar los dibujos que la formaban. Había tenido que rehacerla varias veces pero el resultado final se parecía bastante a lo que decía el libro. <<Ahora a cargarla con magia, a ver si...>> Por si no me funcionase, probé primero a vincular el hechizo térmico a la runa portadora. <<Parece que va bien. Ahora vienen la interruptor y la sensor...>> Mec, error. Algo no fue bien y las runas no se cargaron. Lo intenté varias veces pero el hambre y el cansancio pudieron conmigo, además de que, por lo visto, si no cocinaba yo los demás se morían. <<Si rompo la hoja, ¿qué pasará con el hechizo? Mejor la dejo intacta, no vaya a dispararse y afectarme directamente...>> También decidí lo que haría al día siguiente: seguir practicando. <<Y hablar de esto con Dhelian, Álvaro y Oz>>

Y eso hice. Ese día Dhelian se puso a mi lado en todo momento para observar y aprender lo que hacía, preguntando por detalles de vez en cuando, pero aún no se lanzó a grabar. En vez de intentarlo con el hechizo térmico, lo intenté con la protección básica y el escudo que llevaba en las salidas. En esa ocasión sí que creía haber conseguido grabar un segundo elemento de la runa, pero no más allá. <<Todo tiene su límite... El estímulo mágico con que las grabo se comerá mi energía como cuando hago muchos hechizos, imagino>> Lo bueno era que se quedaban grabadas hasta que se gastasen y, como también aprendí esa mañana, si la runa se rompía, el hechizo desaparecía. <<Bueno, mañana grabaré las otras dos restantes y pasado mañana la última y podré probarlo>> Por eso y solo por eso, decidí pasar el resto del día entrenando con el escudo y la espada con Sura y los demás.

Tal y como había planeado, al día siguiente madrugué, me di un baño rápido y me puse con las runas restantes. Luego entrené como el día anterior y me acosté pronto para descansar mientras un pensamiento me golpeaba, haciéndome parecer estúpida <<¿No se me ha podido ocurrir antes? Anda que... Le podía haber dicho a Dhelian que grabase la última runa y poder probar el circuito. Tonta, so tonta... Mañana, anda...>>

Se despidió finalmente de los sendarios habiendo ya quedado entre ambos grupos de verse en unos días y la vuelta a Letargo fue bastante tranquilo por suerte. Tal y como tenia pensado cuando volvieran al torreón, Dhelian medio secuestro a Oz para ayudarle con lo básico de magia, al menos que aprendiera la formulación de los hechizos y ya el practicaría por su cuenta, era lo principal que quería hacer. Ozz era alguien con magia y eso les beneficiaba el que pudiera realizarla, ademas no se podía obviar el hecho obvio para todos del evidente comportamiento que había estado teniendo Ozzchreanos en ese tiempo que difería mucho del poco cambio dado por Yrfy por ejemplo. Y aunque Dhelian había estado dudando sobre enseñarle lo simple a Ozz no es como si pudiera evitarlo, al menos se aseguraba de saber que magia sabia el otro a que la aprendiera  a sus espaldas. Por ese motivo estuvo una buena parte del día mostrandole los hechizos que había podido realizar hasta ahora tanto Alice como el, pues algunos de ellos no era realizables por Alvaro por ejemplo y le dio como simple tarea, si se le podía decir así, intentar realizar alguno de los hechizos del libro que ni ni Alice podía hacer a ver si el si podía, como era el caso de hechizo de intangibilidad, por ejemplo.

Quitando eso le dio sus apuntes de magia, para que practicara y le ayudo un poco en la formulación de los hechizos y en el movimiento de las manos que en el libro siempre venia bastante confuso. Por suerte Ozz era, por raro que sonara con lo lento que había sido cuando llegaron ala ciudad, de un rápido aprendizaje cuando aprecia en verdad interesado en algo, algo que realmente no es que fuera muy notable en su expresión pero que se notaba por la atención que le daba a la magia.

Gracias a eso ya al día siguiente Dhelian pudo dejar a Ozz ya seguir con su aprendizaje o unirse si quería a los entrenamientos que realizaban Alice, Alvaro y el mismo a menudo, para volcar su atención en las runas que desde el día anterior Alice había estado mareando, por ello Dhelian se unió a la humana observando atentamente lo que hacia, leyendo y releyendo el libro de runas que aun le resultaba un tanto difícil de entender pero que la practica en grabaciones que Alice hacia ayudaba a entender un poco mejor los pasos básicos de las runas. Al contrario de la humana Dhelian no se aventuro a grabar durante ese tiempo, tan solo escucho y estudio atentamente el libro de runas. Empezaba  entender mas o menos el concepto de las runas pero el hecho del uso de runas portadora, así como runas para saber en que dirección se realizaría el hechizo anclado en la runa o como se activaría era algo que aun lo confundía, fue  eso precisamente lo que estuvo preguntándole a Alice sobre que intentaba realizar o como hacerlo  y practicando, eso si el dibujar las runas  en un papel sin intenciones de llenarlas de magia tan solo dibujándolas para intentar conseguir con aquello una runa bien hecha.

"Las runas gastan mucha magia al realizarlas pero es una magia que se mantiene anclada a un lugar hasta que la runa se borra o se rompe, es funcionar mientras se le imbuye de magia, no es necesario el uso de largas frases para realizarlas. Es beneficioso pero sigue siendo bastante confuso" Pensó Dhelian cuando tras intento tras intento había conseguido terminar la runa térmica  en papel y viendo los avances dados por Alice durante ese tiempo, había grabado ya varias runas y le había dado magia se aventuro por fin a intentarlo, ya en el segundo día ya desde que comenzó a estudiar las runas sin intentar grabarlas. Ahora que sabia dibujar decentemente la dichosa runa, dibujo esta sobre  el filo de una de sus dagas, cuidando que no se borrara sino su esfuerzo no valdría de nada e intento el imbuirle magia, sin éxito, como ya Alice le había explicado y demostrado no era tan simple el darle magia a la runa

Aun así lo intento tras grabar la runa y tras intentos defectuosos uno tras otro, consiguió imbuirle magia, para después dibujar la siguiente runa en el filo de la otra daga con iguales intentos fallidos de por medio antes de conseguirlo. No se aventuraría por el momento con un sistema rúnico como el de Alice, intentaría algo mas sencillo, e iría pasando de una daga a la otra para ir grabando las runas que usaría, tres en total por cada sai.

" Veamos seria algo así: Una para el hechizo, otra para enlazar y otra para que se activase el hechizo cuando se presionase el filo de la daga. Esto es en teoría la idea, ahora a ver si me va saliendo" pensó Dhelian tras idea algo en lo que usar las runas, le llevaría algún tiempo, pues dudaba mucho que fuese a funcionar tan simplemente como lo pintaba pero al menos iba poco a poco. Hasta el siguiente día no intento grabar la dos siguiente runas en las dagas, una en cada daga que serviría como un enlace entre la runa de hechizo y la de presión, mas aun así no consiguió meterle magia a ninguna de las dos runas tan solo dibujarlas en el filo de sus dagas. Al día siguiente continuaría con aquello pacientemente, si algo tenia, era tiempo  yen aquellos momento tras haber cenado lo único que deseaba hacer era dormir un poco.

Llegamos al torreón y cada uno se va a sus cosas. Me desentiendo del resto mientras me doy un baño. Pienso en la gente del torreón Sendar, parecen buena gente y seguramente un día que no tengamos nada que hacer les diré de visitar a los otros. Pero de momento sera mejor que siga mi entrenamiento, se me ha ocurrido una idea que quiero desarrollar y para eso voy a necesitar ayuda de alguien del torreón. Repaso las personas que somos y al final me decido por Talento, el resto salvo Yrfy está ocupado. Y lo cierto es que me resisto a pedirle ayuda al auro.

Bajo y me pongo a leer un rato hasta la cena. Después de cenar pillo a Talento por banda y le explico mis planes, el roquense acepta y me voy a la cama pensando en el método más eficaz para el entrenamiento que tengo previsto aunque antes de quedarme dormida elijo la forma fácil.

La gente sigue queriendo entrenar así que divido mi entrenamiento del suyo, el suyo por las mañanas y el mío por las tardes. El mío no es fácil, he decidido aprender a pelear a ciegas, si consigo aprender y existen otras cosas invisibles en esta ciudad podré combatirlas. Por supuesto los golpes que me llevo por parte de Talento al principio son contundentes, hasta que no empiezo a guiarme por el oído y a esquivar alguno soy una presa muy fácil para el roquense.

Con el tiempo de práctica obtengo soltura a la hora de esquivar golpes que no veo venir pero ni hablar aún de intentar golpear yo, para eso aun hace falta más práctica. Al pasar los días se me llena el cuerpo de cardenales claramente visibles y lo cierto es que no hago nada para ocultarlos, al principio duelen pero luego sólo son molestos.

Después de un día terrible de prácticas me tiro en la cama deseando que el tiempo se ralentice para descansar bien.

Al final, viendo que la visita a la biblioteca iba a ser numerosa, preferí quedarme en el torreón entrenando para no dejarlo muy desprotegido. "Te estás volviendo un poco paranoico" pensé, no demasiado satisfecho al darme cuenta de lo poco que contrubuía al grupo últimamente.

Al final me cundieron más los entrenamientos diurnos que la visita. Me decepcionó saber que no habían encontrado mucho sobre la Luna, aunque eso significaba que probablemente los confusos delirios del poltergeist eran mentira o, al menos, una extraña y confusa especia de metáfora. Se me pasó por la cabeza la idea de descubrir dónde estaba mi cosechador e ir personalmente a preguntarle, pero aquello parecía imposible.

La rutina no cambió demasiado en el siguiente par de días. Para variar, fracasé ante el menor intento de hacer runas. Estaba claro que mi habilidad era mucho menor a la de Alice y Dhelian, aunque no estaba seguro de cuál sería con respecto a Ozz. Aun así me negaba a abandonarla por propia cabezonería.

Decidí dedicarle las tardes y usar las mañanas para entrenar con armas. Viendo que no me servía estudiar como Alice y Dhelian comencé a hacer una recopilación de hechizos ordenados en cuatro categorías: fáciles, medios, difíciles e imposibles. Una vez los tuviese todos podría decidir cómo seguir.

El entrenamiento físico bajo la guía de Sura no cambió mucho. Dado que, a diferencia de la magia, ahí sí había alguien con experiencia anterior, habría sido una tontería meter cambios por mi cuenta.

[Nfdr: srry por la cutrez ;-;]

Acostumbrada como estaba a despertarme temprano, me levanté en la cama como si tuviera un resorte en la espalda. Pero de inmediato me dio frío el contraste y volví a refugiarme bajo las mantas en posición fetal. Sabía que si pasaba así mucho rato me volvería a dormir, así que hice acopio de valor y salí corriendo hacia mi ropa limpia. También sabía que tenía algo pendiente: runas. Y en ello pensé en la bañera.

Baño que fue breve pues, de improviso, me dio por pensar que alguien me estaba espiando, así que abrí los ojos y cogí el jabón —para tirárselo al espía. Pero estaba completamente sola y la puerta seguía cerrada <<Tonterías mías. ¡Aquí no hay demonios que me busquen por mi magia!>> pensé, riéndome. Pero entonces recordé al invisible del otro día así que terminé rápidamente con el baño. No podía estar segura de que no era cierto, pero tampoco de lo contrario. <<Tampoco es que sepamos mucho... Podría estar mirándonos en cualquier momento o ninguno. Y no sólo él, que seguramente haya más invisibles por ahí.

Bajé a desayunar con la sudadera de Star wars, unos pantalones verdes raídos, el pelo envuelto en una toalla y la acostumbrada sonrisa.
—¡Buenos días!—exclamé cerca de los daelicianos.
Como no se despertaron, mojé un único dedo en agua fría y lo pasé por la cara de Dhelian. Que Kora despertase o no era irrelevante, sólo quería que estuviese despierto el otro.
—Arriba, arriba. Vamos, levanta, que tenemos runas que grabar. ¡Y hoy acabo mi runa! ¿No te lo irás a perder?

Si con eso no despertaba... Por si acaso le susurré a la oreja:
—Si no te levantas, te paralizaré, traeré un cubo de agua y te lo echaré por encima. Tienes dos minutos de vida calentita.

Acto seguido, me fui a la cocina a preparar el desayuno. ¡No iba a cumplir la amenaza, pues luego me tocaría a mí fregar y secarlo todo!

Como siempre y según rutina soy la primera en levantarse. <<El día que alguno de estos se levante primero que yo le monto una fiesta, o me lo monto a él. No, no pienses en esas cosas>>. Sacudo la cabeza y me lavo la cara, recojo mis cosas de entrenamiento y voy a la sala.

Entreno sola hasta que aparece el primero para el entrenamiento matutino, entonces me pongo a enseñar. Finaliza el entrenamiento y me voy a dar un baño.
Alguien se ha bañado antes que yo, se nota por que en el suelo hay agua que aún no se ha evaporado. Acostumbrada a ir en seco doy un paso en falso y resbalo pero no caigo. Desde la posición en que estoy me tendría que haber comido el suelo, no sé muy bien como coño he logrado conservar el equilibrio.

Me recompongo y decido ir con más cuidado. Me doy un baño rápido y bajo al salón.

-No os lo vais a creer pero por poco me mato en el baño. He resbalado de mala manera y debe haber sido suerte que no me haya caído. Si me llego a caer posiblemente me hubiera roto algo.- explico a los que me quieran escuchar mientras cojo algo para desayunar.- ¿Vosotros cómo vais por ahí? ¿Habeis descubierto ya cómo van esas runas?,- lo pregunto más por conversar que por un verdadero interés.

El deseaba dormir, estaba calentito y cómodo hecho una bolita casi pegado al cuerpo de su compañera. Tan adaptado a los sonidos diarios de Surasara que ya ni eso lograba despertarlo. Lo que si logro sacarlo de su estado fue algo frío en su mejilla. Los ojos de Dhelian se abrieron de par en par asustado y estremeciéndose ante el frío que le calo todo el cuerpo.

-¡Por el demiurgo!- exclamo sorprendido en un tono un poco más alto de lo que era habitual en él tocándose la mejilla y viendo a Alice alejándose, la causa de su despertar. Dhelian pudo un puchero cubriéndose en su mantita, ese día hacia bastante fresco y con ese despertar tan repentino y teniendo que salir del calorcito del sofá, no pudo evitar refunfuñar un poco por lo bajo restregándose los ojos adormilado yendo a la cocina por algo de comer. Surasara también había aparecido y estaba contando algo de casi matarse en el baño

-Secad el baño cuando lo uséis…evitemos accidentes hacedme el favor- murmuro aun mas dormido que despierto revolviendo el pelo con una mano. Notando no sin cierta confusión que no tenia puesta la peluca, es más no recordaba exactamente cuándo fue la última vez que se la puso. Sus pasos de Dhelian a Lhelian era cada vez menos obvia, como si sus dos formas de ser comienzan a compenetrarse de forma lenta, esa mañana por ejemplo era más Lhelian que otra cosa. “Mm…no se…no quiero pensar ahora” pensó preparándose algo de desayunar con su preciada miel desde luego, pero sin ponerle mala cara

-Sabemos como usarlas, mas o menos, solo queda ver los resultados finales, si sale bien.  Por ejemplo, yo estoy intentando grabar las runas en mis dagas, para que paralicen al contacto. O esa es la idea al menos, aun queda ver si funcionara- comenzó a hablar Dhelian entretenidamente mientras se preparaba algo de desayunar. No solo miel para variar, también tomo queso y leche sin nada, solo leche. Tal vez fue cosa de la costumbre y de no haber tenido nada más que comer desde que llegaron pero ya no sentía ese asquito que tenía antes por la comida “A todo se acostumbra uno” pensó con una sonrisa dándole un mordisco a un trozo de queso- Alice va más avanzada que yo, a ella solo le queda una runa, hoy veremos los resultados de sus grabaciones-añadió sonriendo Dhelian comiendo tranquilamente sin emitir queja alguna

Tras el poco fructifero viaje a la biblioteca nos despedimos de los chicos de Sendar y volvemos a la torre. Las chicas se enfrascan es sus runas, intentar probar otro tipo de magia a la podria tener acceso me hace interesarme por la tecnica.

La primera hora de estudio me encuentro perdida, en Daelicia jamas tenía que preocuparme en mirar dibujitos y, sobretodo, pemsar en como se relacionan cada una. Pasado un rato dejo de prestar atención a las letras y anotaciones del libro comenzando a dibujar las runas de las paginas que veo que las chicas leian y comentaban. Aburrida, decido dejar al poco tiempo a las chicas con sus garabatos y termino el día dandome un baño quedando despies tirada en el sillón jugando tirando un cojin al aire recogiendolo despues.

Los días posteriores fueron un completo aburrimiento, la monotonía ha vuelto a apoderarse de la torre. Las chicas estudian y pintarrajean sus runas mientras que Sura nos entrena. La ulterana decida pasar sus tardes entrenando con Talento por lo que a media tarde ya me encuentro dando vueltas por el salón sin saber muy bien que hacer.

De pronto, Akasha baja de las habitaciones con la mirada perdida enfrancascada en sus pensamientos por lo que, bostezando, le propongo salir a por cestas. La chica parece agradecer la propuesta por lo que, tras pertrecharnos de armas, salimos a la avenida de las casas ilusorias.

La chica no es muy habladora. Pero mientras caminamos le consigo sacar una conversación. La chica me sigue pareciendo un poco mojigata pero me entretiene haber salido de la torre. Las casas siguen mostrando las mismas imagenes  aunque, esta vez, en algunas ilusiones se incorporan varios compañeros del torreón Letargo. Intento llegar centrada a la zona de las cestas, cambiando los botes a mis cestas y cambiando algunas de las cosas mas pesadas a las cestas de la chica. Tras coger una cesta en cada brazo salimos rapidas y atentas hasta la torre.

El dia siguiente vuelve a ocurrir lo mismo por lo que con una seña la ochoria y yo volvemos a salir a por las cestas. La chica no me acaba de caer ni bien ni mal pero que me acompañe y me haga caso es lo unico que me importa. La compañia de la chica ke distrae de mis pemsamientos y me relaja un poco.

Las noches pasan tranquilas aunque, a decir verdad, cada dia que pasa noto un poco mas de frio por las noches por lo que acabo despertandome cada día mas pegada a Dhelian que los primeros días. Tengo en mente buscar un par de mantas pero, para ser sinceros,  tener que lavar yo las mantas me echa un poco los animos al suelo.

Esta mañana me encuentro hecha un ovillo pegada al chico cuando comienzo a escuchar los mismos pasos despertadores de siempre. Antes levantaba la cabeza pero ya acostumbrada paso de Surásara y me quedo adormilada a punto de dormirme de nuevo. El grito del daeliciano me asusta por lo que me levanto con el ceño fruncido. Siempre he tenido malos despertares, y despertarme a gritos nunca fue de mis maneras preferias de conseguir levantarme.

Rascandome los ojos entro en la cocina saludando con un gruñido somnoliento a los presentes cogiendo una de las tostadas de miel de Dhelian arqueando una ceja al verle comer queso sin mezclar competamente incredula. El queso no era uno de mis platos favoritos de las cestas, pero embadurnado de miel, esta medio pasable. La idea de comermelo solo, esa textura y ese sabor, me resulta imposible de ingerir. Miro a los demas presentes y tras darle un muerdo a la tostada pregunto firmemente. -Bueno, ¿Que plan tenemos para hoy?-

—¡El demiurgo no te salvará de mis hechizos, dormilón!—bromeé al ver al chico despierto.

Sura apareció también, quejándose de haber resbalado en el baño y rápidamente me disculpé:
—Ay, lo siento. No volverá a pasar.

Dhelian vino a desayunar y poco después Kora también se apuntó. <<¿No le echa miel?>> me fijé, curiosa, mientras masticaba una tostada. Quise responder a Sura pero no era de buena educación hacerlo con la boca llena, por favor, así que me esperé a que el otro le contase.

—Eso mismo. En cuanto...—tragué.—Nom, nom. En cuanto acabe de desayunar, grabo la última y lo probamos. Y luego... Podríamos salir a explorar. No sé, por ejemplo... Más allá de la Cicatriz sólo hemos estado en la Plaza de la Fuente y en Maciel, así que podríamos mirar el mapa a ver si algún sitio nos atrae. ¿Hace?

No esperé a que respondieran sino que terminé de comer y fui a coger el escudo con las runas que grabé los días anteriores. Lo traje a la cocina y lo dejé sobre una silla a la vista de todos.

—En teoría, si hago cierto dibujo y luego le aplico presión con el dedo, el escudo debería estar protegido con el hechizo. En la práctica podemos salir por los aires así que... ¿Os fiáis de mí?—dije riendo, porque sabía que no podía ocurrir algo semejante <<Aunque sí con otros hechizos, como la explosión>>

Se fiasen o no, aunque esperaba que fuese lo primero, me puse con la quinta runa. El dibujo lo tenía practicado en la libreta así que no fue difícil copiarlo. Le siguió grabarlo con magia y... <<Ahora a probarlo>> Finalmente, rocé la runa con la yema del índice y... No pasó nada. Carraspeé y me llevé el escudo a la mesa junto a los apuntes. Lo volví a intentar pero nada, no funcionaba <<Esto... ¿Pero no era así? Pues... no, no parece...>> Como me esperaban, les di la espalda y hechicé el escudo manualmente. Luego volví a la cocina, lo dejé en la encimera y...
—¡Cuchara va!

Esta no llegó a impactar en este sino que rebotó antes de tocarlo. Tardé menos de un segundo en dar un fingido bote de alegría. <<Espero que no se hayan dado cuenta o quedaré fatal. Super fatal de la flonchy como diría Krunchy...>>

—¡Toma esa! ¿Habéis visto? Dhelian, Dhelian, que se me olvidó ayer: los circuitos, ya sea el completo mío o el tuyo de tres, podemos grabarlos entre varios. Yo de momento puedo grabar hasta dos runas al día, tú imagino que podrás también... así que podemos ayudarnos. Y seguro que si Oz y Álvaro se esfuerzan podrán también.—luego me colgué el escudo y miré a los demás.—Bueno, ¿hace dar un paseo?

Noto la mirada que le lanzo Korasihanna al verle comer el queso sin mas, pero a el no le sabia mal, tal vez a fuerza de costumbre su paladar se había acostumbrado al sabor poco endulzado. Las palabras de la daeliciana fueron suficientes para atraer parte de su atención, aunque o fue al único.

- Me fío de ti, solo porque se que hechizo grabaste, de caso contrario te diría que lo hicieras en el patio- rió quedamente Dhelian viendo con curiosidad como Alice volvía con su escudo para grabar la ultima runa y le daba magia con todas las intenciones de hacerlo funcionar. Los ojos de Dhelian brillaron al ver el escudo cubiertos por una fina capa mágica protectora, tan ensimismado con aquello que no vio la cuchara rebotando contra el escudo y dándole de lleno en la cabeza- ¡Auch!- se quejo por lo bajo pasándose la mano por el sitio golpeado junto a su cabeza. Agradecía que la chica no hubiera lanzado un tenedor o un cuchillo o tendría un agujero nuevo por su despiste, aun así no pudo evitar sonreír ampliamente al ver con ilusión como el circuito de runas de Alice funcionaba a la perfección. Ya estaba deseando el terminar su propio mini circuito para ver los resultados.

-¿En serio? Y yo que pensaba que eso solo funcionaria si el que lo activaba era la misma persona que lo grababa- murmuro negando con la cabeza por no haberse dado cuenta de aquello antes. Bueno, eso facilitaba la cosa, todos ellos podrían como mínimo dibujar las runas y algunos de los practicantes mágicos- Aunque creo que con las runas sera igual que con los hechizos. Habra runas que no podremos grabar igual que hay hechizo que nosotras no podemos hacer funcionar. Supongo que es cosa de niveles o poder mágico- añadió con voz suave mirando a sus compañeros atentamente, mostrando sus dagas que tenían ya grabadas dos runas y otras dos dibujas y que grabaría mas tarde, no deseaba quedarse sin magia antes de una salida y grabar runas resultaba bastante cansador- ¿Luego me ayudarías a grabar mis runas Alice? Yo puedo grabar estas dos que tengo dibujadas, pero pregunto por si serias tan amable de ayudarme con un tercera y ver si es posible hacer funcional este circuito de tres.- pidió con cierta duda a la humana que accedió a ayudarle con la tercera runa, guardando ambas dagas de nuevo cuidadosamente para que no se estropeara su trabajo. Tras esa respuesta sonrió ampliamente viendo a sus compañeros y volviendo al tema ya mencionado anteriormente sobre la salida del torreón. Se ausento de la cocina durante unos minutos para ir a coger el libro de mapas de Marsi volviendo y abriendo este frente a todos sobre la mesa. El tenia el mapa dibujado en su cuaderno pero en el libro se podía ver al completo.

- Bueno, ¿donde os gustaría ir? Como bien dijo Alice ya cruzamos la cicatriz de huesos y visitamos Maciel, pero quedan muchos lugares en la ciudad desconocidos- murmuro mirando a sus acompañantes antes de volver su vista al libro, leyendo los lugares mencionados y medio emborronados, hasta encontrar un nombre que le resulto vagamente familiar y que tardo un poco en recordar de que, tan inmerso había estado en las runas en esos dos días que apenas se acordaba del pregón tan peculiar del día anterior ¿o fue el anterior a ese?- ¿Vosotros recordáis el pregón o fue solo un hecho de mi imaginación? Recuerdo vagamente que decía algo de un torneo y sobre ir apuntarse al Anfiteatro o algo así. No me habría acordado de el sino hubiera encontrado dicho lugar en el mapa...el cual contra todo pronostico, no esta lejos de aquí. ¿Que opináis de ir a echar un vistazo y ver de que va todo esto?- pregunto mirando a sus compañeros. Las runa solo había absorbido esos días, pero ahora de vuelta un poco a la realidad y recordando las palabras del pregón le resultaba bastante extraño todo aquello. Espero que todos estuvieran de acuerdo con aquella salida antes de prepararse para que salir junto a los que saldrían en esa pequeña excursión, no sin antes abastecerse de cristales cargadores  y lanzarse el hechizo de protección sobre el mismo y sobre Korasihanna, que era la que tenia mas cerca que no practicaba magia, en el reparto habitual para echarse las protecciones antes de salir.

Sigue en el Anfiteatro.

Escucho la explicación que me dan ambos y veo la demostración, no puedo evitar reírme cuando la cuchara impacta contra Dhelian pero también le pregunto si está bien y así parece.

-¿Y decís que esto puede hacerse en armas? Pues igual os secuestro un día para que me echéis una mano, ya os pagaré con algo que se me ocurra,- digo riéndome pícaramente.

-¿Salir? Por mi perfecto, hace días que no salimos a explorar nada, ya me estaba empezando a aburrir.- digo mientras espero que decidan un destino.- No, no fuiste el único en oír el pregón, y menudo susto me dio.- <<Principalmente por estar con los ojos cerrados concentrada en otra cosa>>.- Pues vamos a ver de que va ese torneo, quien sabe igual ganamos.- comento sarcástica al recordar a Tap y su invulnerabilidad. <<Si gente como él participa no tenemos ni una oportunidad>>.

Cojo mis cosas y salgo con el resto por la puerta del torreón.

Sigue en el Anfiteatro.

—Me apunto a lo de explorar —dije en cuanto Alice lo propuso. Llevaba demasiado encerrándome en aquel torreón y si no salía pronto me iba a volver loco (bueno, además de sentirme culpable por no ayudar una mierda al grupo).

—Bueno, tampoco sería una sorpresa que pasara eso —musité con algo de humor sombrío. Podíamos volar por los aires pisando una baldosa cualquiera, así que definitivamente cualquier cosa que sucediese allí no sería ninguna sorpresa. Sentí alivio y alegría cuando la cuchara rebotó en el escudo, soltando un aliento que casi ni me había dado cuenta de tener retenido. Ahora teníamos una nueva arma contra esta ciudad delirante.

—Me parece bien —respondí a Dhelian, con el ceño algo fruncido—. Lo mismo tenemos suerte y nos encontramos a algún rocavarancolés —«que nos explique de una puta vez con pelos y señales de qué va todo esto». Tras esto tardamos poco tiempo en salir: el que nos llevó coger nuestras cosas y abrir el puente.

Sigue en el Anfiteatro.

—¡Claro que te ayudo, chico!—y a Sura, con igual picardía.—Puede aplicarse incluso en el cuerpo, así que si algún día tienes frío por la noche, ya sabes a dónde acudir.

<<Y desayunaremos calamares por la mañana>> pensé casi al instante, añadiendo más risas al asunto. También me arrepentí pronto de haber dicho eso de semejante manera, porque la chica podía hacerse una idea equivocada causada única y exclusivamente por mí... <<Menos mal que Talento no estaba cerca>> Pero es que... Fácil: si me sentía como en casa, me comportaría como allí. ¿Problema? Sura no me acababa de convencer para llevar las picardías más allá, así que... <<muérdete esa lengua la próxima vez>> Pero como coincidía que era la única que soltaba comentarios de ese tipo, pues caía en la trampa. Lhelian había resultado ser un Dhelian, con Akasha era algo peliagudo, Marsi se había vuelto algo huraña desde que nos atacaron y para colmo se había ido a Maciel, Kora era borde, seguía haciéndole ascos a lo que cocinabamos, y Neith... <<En fin>>

Definitivamente, salir hoy tenía pinta de ser un buen plan. Llevaba días encerrada, pensando sólo en las runas. Tanto que apenas me fijé en el pregón que dieron. Es decir, no lo recordé hasta que el daeliciano mencionó ir al Anfiteatro para ver de qué se trataba. <<Torneo... Algo recuerdo, sí>>

—Si hay rocavarancoleses... A saber, no hemos visto a nadie en todo este tiempo. Bueno, Tap, pero él vino directamente. ¿Imagináis que los ciudadanos son las criaturas que nos atacaron en Gamides? Se explicaría el poco cerebro del que nos visitó...—comenté, totalmente pesimista con encontrarnos algo de civilización en el Anfiteatro.

Pero eso no anegó mis ganas de salir a estirar las piernas, así que me armé con mi ballesta y espada —el escudo ya lo llevaba desde la cocina— y salí junto a los demás.
Sigue en el Anfiteatro.

Sonrio mientras me relamo los restos de miel de mis labios al conseguir salir de la torre. Las chicas dicen de terminar sus garabatos por lo que me encojo de hombros y continuo desayunando preparandome un poco de fruta en un cuenco y embadurnandolo todo con el dulce nectar.

Sqlgo de la cocina para ver atonita como, tras terminar de pintar el escudo, las chicas lanzan un cucharón que rebota sin tocar la superficie. "¿Funciona? ¿Como es posible que sean capaz de realizar esas cosas? ¿Que puedo hacer yo si no soy siquiera capaz de pintar esas runas?" El hecho de verme incapaz de realizar esos prodigios me cabrea, que Dhelian pueda y yo no es algo que no logro entender. "¿Es acaso mas valido él que yo?" Mientras divago en mis autoflagelaciones mentales las chicas y el humano al fin se preparan para salir.

Dhelian me cubre con un supuesto hechizo de protección. Respondo a su ofrecimiento con una media sonrisa mientras rebusco entre los cojines de mi sillón mis dagas. Tras acabar de formular las filigranas del hechizo le sonrio y atiendo a las palabras del anuncio del pregón del día anterior. Era cierto que habia escuchado  el pregón de la voz misteriosa pero no le habia prestado mucha atención al hablar de un supuesto torneo.

La idea de ir al anfiteatro del que hablaban me ofrece la posibilidad de conocer a nuevas personas cosechadas o incluso, con suerte, habitantes de la ciudad para intentar sacar algo mas de información.

Con la idea de encontrar respuestas nos encaminamos hacia la grieta de huesos. Tras encontrar un buen sitio por donde pasar la cruzamos sin problemas y nos encaminamos con las indicaciones del mapa al anfiteatro.

Sigue en el anfiteatro

El camino a Letargo fue... triste. No hubo muchas conversaciones. Marsi sabía el tipo de humor que había quedado en Maciel, y parte de este se lo habían llevado con ellos. Iba a echar de menos a los macieleros a pesar de todo, pero sabía que teniendo tantos enfrentamientos con Shaco y con el extraño humor que tenía lo mejor sería volver.

No sufrieron ningún percance, y pronto alcanzaron a ver el torreón. No miró en otra dirección que no fuese hacia adelante, para evitar toparse con el lugar donde Neith había muerto. El puente estaba alzado, por lo que tuvieron que gritar para alertar a los de dentro de su presencia. Mientras el puente bajaba y el portón se abría, Marsi se giró a los macieleros para despedirse.

-Bueno... espero que nos volvamos a ver pronto. Podeis pasaros si venis a la biblioteca, y muchas gracias por acogerme- dijo con una sonrisa.

Aunque no quisieran, les fue abrazando uno a uno antes de entrar.