Sede de los Taumaturgos (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Llego a la inmediaciones del minarete de madera rojiza ... es un edifico increíble, con decoraciones que recuerdan la arquitectura árabe ..
-Vaya - digo mirándolo - ... seria un lugar fantástico para vivir - les comento a los otros - ... ¿sera seguro? ...
Estoy alerta, preparado para cualquier cosa ...

Veo que Gael no ha empezado a cenar, así que me acerco a él y le sirvo un poco de comida. Le sonrío.
- Ten, anda - le digo. - Come un poco.

Termino de cenar pasando un agradable rato con todos, le deseo las buenas noches a Vacuum y permanezco sentado unos minutos contemplando el fuego y a los demás. Un enorme bostezo sale de mi boca sin que pueda evitarlo.

-Bueno, creo que tomaré el ejemplo de Vacuum... ha sido un día emocionante- y peligroso, pienso, pero la verdad es que empezaba a preocuparme menos por ello.- Me acostaré ya para estar más fresco mañana... quizás mañana si recibamos provisiones.

La esperanza es lo último que se pierde, pienso.

Me levanto y me dirijo a un rincón de la habitación que no estuviese especialmente sucio.

-A dormir en el frío suelo otra vez... en fin, es mejor que nada.

Me acuesto como puedo y me acomodo lo máximo posible mientras pienso que ahora que ya hemo comido y bebido lo que nos hace falta es un baño... Pero cualquiera vuelve al río.

Con estos pensamientos en la cabeza trato de conciliar el sueño.

-Gracias -digo rápidamente. Antes incluso de acabar de decir la palabra ya tengo comida en la boca. Sorbo la pata de un cangrejo y, olvidándome del asco que me solía dar aquella comida, engullo mi porción alegremente.
Cuando termino estoy lejos de estar satisfecho, pero menos da una piedra. Me limpio las manos contra mi pijama y doy con mi férula en un bolsillo.
"Ah, sigue aquí" pienso. Me la pongo para no perderla, a fin de cuentas quiero ir a dormir, ha sido un día muy cansado.
Vacuum y Ulises ya se han ido a dormir, así que haré lo mismo que ellos. Ya estoy mucho más tranquilo, y el cansancio me puede.
-Buenaf nochef a todof -digo en general. Después me voy a las escaleras e intento dormirme acurrucado. Tardo en dejar de notar la piedra tan fría, pero una vez me encuentro más a gusto no tardo en dormirme.

- Buenas noches, Ulises y Gael. Que descanséis - les digo a ambos. Una vez termino de cenar, me acerco a Elliot. Es una de las pocas que queda despierta.
- Puedo hacer la primera guardia contigo. No tengo sueño - le propongo.

Ha sido una experiencia... algo extraña, pero al menos hemos conseguido comida, y hemos podido beber agua, algo que echaba de menos.

-Muy buena la cena, mis felicitaciones al cheff "digo sonriendo, tras acabar de comer".

Aun no tengo sueño, así que me acerco al grupo de los que quedaban despiertos.

-¿De qué hablais? "pregunto".

- Soy Helli - respondo. - ¿Dónde vivías antes de venir aquí?
Llega Dean. Lo saludo.
- Bueno... De hacer la primera guardia juntas - digo con una media sonrisa. - Y ahora le acabo de preguntar por el lugar donde vivía.

- En Inari, una pequeña ciudad de la Laponia finlandesa - respondo. - Antes no me parecía gran cosa, pero ahora la echo de menos... Aunque los alrededores eran preciosos. Estaba cerca de un lago enorme y rodeada de bosques.

-Yo de Liverpool, Merseyside, al noroeste de Inglaterra."comentoc on un tono nostálgico, acordándome de mi casa en Liverpool"

-Así que de Finlandia... siempre quise ir allí... "le digo a Helli"

- ¿Ah sí? Es un país bonito, pero en el norte hay muy poca gente. Yo tenía que desplazarme a otra ciudad para ir a la escuela... - digo. - Era un poco molesto, sobre todo en invierno.

- Buenas noches, Elliot - le digo. <<¿Enanos?>>, pienso. Me quedo haciendo la guardia.

-Buenas noches "respondo a Elliot".

-Buenas noches a ti también Helli, me voy a dormir ya... suerte haciendo guardia.

Me voy al primer escalón que veo libre y me recuesto, pensando en mis cosas hasta que me duermo.

(HASTA EL LUNES NO VOY A PODER CONECTARME... HACED CON MI PERSONAJE LO QUE CREAIS CONVENIENTE)

- Buenas noches, Dean. Que duermas bien. Yo me quedaré aquí un rato - me despido. Prosigo con la guardia, alerta, por si acaso.

La gente empezaba otra vez a dormirse. Yo estaba cansado pero no quería dormirme.
Di varias vueltas, ambulando sin rumbo por el escombroso edificio, hasta que, muerto de aburrimiento, me acerco a un escalón a media altura (ni los más altos ni los más bajos) para tener vista de todo el grupo, y me acuesto allí, hasta que los parpados se van cerrando por el peso del cansancio
<<Dos días y aún no me llego a relacionar del todo, haber si mañana tengo más tiempo y converso con los demás.>> Pienso antes de dormirme. Después, el aroma suave y tranquilo del sueño me lleva consigo....