Torreón Maciel (Archivo V)
+15
Jack
Dal
Evanna
Zarket
Rocavarancolia Rol
Alicia
Naeryan
Baurus
Poblo
LEC
Yber
Giniroryu
Red
Tak
Leonart
19 participantes
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Torreón Maciel (Archivo V)
06/08/13, 02:56 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El único que comentó fue el insectoide, mientras que tan solo se ganó las miradas reprobatorias de los demás. No tardó en contestar al clinger.
-Quizás no será agilidad en tu planeta, Kamen Rider. Pero en mi planeta la agilidad es lo que te permite, por ejemplo, minimizar el daño de una caida, el accionar ciertos aparatos, abrir algunos temas de conversacion o el poder cargar con más o menos peso... Eso solo en ocasiones, claro que luego está la fuerza.-meditó unos instantes.- Luego tambien, a veces, el tener agilidad, implica que puedes potenciar tu velocidad, pero solo si no sabes decir otra palabra que el nombre de tu especie... Es un concepto bastante raro...-
Tanto Lara Croft como el clon de geonosiano tuvieron una breve discusión sobre que camino tomar. Aunque le doliera, el clinger tenia razón sobre el tema, pero la propuesta de Lara Croft era ampliamente más interesante y divertida. No vaciló en aquella ocasion y tomó la inciativa, mientras todavia tenian la discusión reciente.
El joven ruso abrió el camino del grupo. Aunque el insecto alienigena habia desbaratado sus planes la otra vez, él ya sabia a donde se dirigian y el guiar al grupo no le costó mucho, sobretodo teniendo en cuenta que en cuanto se habia callado, todos habian decidido unanimemente pasar de él.
-Estupidos Heart Ratings...-dijo en voz baja, al comprobar lo bajos que estaban. La tabla se extendia en siete columnas y, más abajo de cada una, una cara simpática dibujada que representaba a cada uno de los miembros del grupo. Justo debajo de esta, habia un número. Las columnas se llenaban de corazoncitos palpitantes dependiendo de este y, en estos momentos el número en todos era cero o cercano a este.
>> ¿Por que no me quieren? Soy adorable hasta el estandar de adorabilidad mortal -3-
>> Parece que va a llevarte un tiempo el entender el porque.
Pronto logró vislumbrar, en la lejania, el que era su objetivo actual, a donde les estaba llevando. Era un lugar algo desolado y tétrico. El último piso parecia estar construido con huesos de algun animal gigantesco. Aquello le dio un escalofrío. Unos olores le llegaron a la nariz. Una mezcla de olores que no podia distinguir unos de otros, pero que no olia igual que el resto de la ciudad. Algo perplejo, se fijó en las múltiples aves que sobrevolaban el torreón.
-Hay un nido de pajarracos.-les señaló, para indicarles que la cantidad de aves que iban y venian al torreón no era normal. Un mal presentimiento se acogió dentro de él. No le gustaban los pájaros negros.
Atravesaron los muros, franquearon el portón roto y finalmente llegaron a la puerta. Por el patio, habia huesos enormes repartidos. Algo le decia que fuera lo que fuera que hubiera pasado en aquel lugar años atrás, habria merecido más de una historia buena y graciosa. Se apoyó en la puerta de la entrada, como para intentar forzarla de alguna manera, para descubrir que en verdad estaba abierta. La pesada puerta se abrio con un chirrido y les abrio al que seria su nuevo hogar durante los próximos meses.
El joven atravesó el umbral con la mandibula colgándole y una expresión de pasmo increible, al contemplar lo que contenia la primera sala. Casi sin pararse a respirar, agarró las escaleras de caracol e intentó escalar de ellas, extasiado por aquel lugar. El metal rechinó y le hizo quedarse congelado con un pie sobre la barandilla. Quizás no seria muy sabio subir las escaleras del modo divertido. Lentamente, bajó el pie y subió las escaleras, al principio con un poco de duda pero luego aceleró el paso, hasta que se convirtió en una carrera, otro juego más.
Se paseó por la segunda planta, explorándolo todo, las camas y el escritorio con la silla a toda velocidad, emocionado por descubrir aquel lugar, dejó escapar una risilla divertida. Corrió de vuelta por las escaleras y llamó a los demás por la escalera para que subieran tambien para, a continuación, volver a retomar la subida por las escaleras como un crio que iba a abrir sus regalos de navidad.
Llego al tercer piso y no pudo hacer otra cosa que dar saltitos y retozar de felicidad. Aquella parecia ser un piso dedicado a entrenamiento. Asi que dedujo que pensaban, como mínimo, darles las herramientas para entrenar. Feliz, no tardó mucho en explorar el resto de aquel piso, porque de verdad tenia ganas de subir a la cuarta y última planta.
Cuando llegó, vio lo que esperaba ver. Infinitud de pájaros negros apuntando sus pares de ojos hacia el enclenque joven, intentando analizarle para saber si era una amenaza. Dejó escapar un grito ahogado de una mezcla de sorpresa y terror para entonces retroceder sobre sus pasos.
Bajó las escaleras, positivamente más feliz de poder alejarse de aquella cuarta planta cuanto antes y avisó a todos los que encontró que no debian acercarse a la cuarta planta, para luego describirles lo que vio.
Finalmente, de nuevo en la planta baja, se giró hacia los que estaban ahí presentes.
-¡Tenemos camas y un piso de entrenamiento! ¡Y hasta puede que un remake malillo de una peli de las de Hitchcock! ¿Habeis encontrado algo interesante por aquí abajo?-
El único que comentó fue el insectoide, mientras que tan solo se ganó las miradas reprobatorias de los demás. No tardó en contestar al clinger.
-Quizás no será agilidad en tu planeta, Kamen Rider. Pero en mi planeta la agilidad es lo que te permite, por ejemplo, minimizar el daño de una caida, el accionar ciertos aparatos, abrir algunos temas de conversacion o el poder cargar con más o menos peso... Eso solo en ocasiones, claro que luego está la fuerza.-meditó unos instantes.- Luego tambien, a veces, el tener agilidad, implica que puedes potenciar tu velocidad, pero solo si no sabes decir otra palabra que el nombre de tu especie... Es un concepto bastante raro...-
Tanto Lara Croft como el clon de geonosiano tuvieron una breve discusión sobre que camino tomar. Aunque le doliera, el clinger tenia razón sobre el tema, pero la propuesta de Lara Croft era ampliamente más interesante y divertida. No vaciló en aquella ocasion y tomó la inciativa, mientras todavia tenian la discusión reciente.
El joven ruso abrió el camino del grupo. Aunque el insecto alienigena habia desbaratado sus planes la otra vez, él ya sabia a donde se dirigian y el guiar al grupo no le costó mucho, sobretodo teniendo en cuenta que en cuanto se habia callado, todos habian decidido unanimemente pasar de él.
-Estupidos Heart Ratings...-dijo en voz baja, al comprobar lo bajos que estaban. La tabla se extendia en siete columnas y, más abajo de cada una, una cara simpática dibujada que representaba a cada uno de los miembros del grupo. Justo debajo de esta, habia un número. Las columnas se llenaban de corazoncitos palpitantes dependiendo de este y, en estos momentos el número en todos era cero o cercano a este.
>> ¿Por que no me quieren? Soy adorable hasta el estandar de adorabilidad mortal -3-
>> Parece que va a llevarte un tiempo el entender el porque.
Pronto logró vislumbrar, en la lejania, el que era su objetivo actual, a donde les estaba llevando. Era un lugar algo desolado y tétrico. El último piso parecia estar construido con huesos de algun animal gigantesco. Aquello le dio un escalofrío. Unos olores le llegaron a la nariz. Una mezcla de olores que no podia distinguir unos de otros, pero que no olia igual que el resto de la ciudad. Algo perplejo, se fijó en las múltiples aves que sobrevolaban el torreón.
-Hay un nido de pajarracos.-les señaló, para indicarles que la cantidad de aves que iban y venian al torreón no era normal. Un mal presentimiento se acogió dentro de él. No le gustaban los pájaros negros.
Atravesaron los muros, franquearon el portón roto y finalmente llegaron a la puerta. Por el patio, habia huesos enormes repartidos. Algo le decia que fuera lo que fuera que hubiera pasado en aquel lugar años atrás, habria merecido más de una historia buena y graciosa. Se apoyó en la puerta de la entrada, como para intentar forzarla de alguna manera, para descubrir que en verdad estaba abierta. La pesada puerta se abrio con un chirrido y les abrio al que seria su nuevo hogar durante los próximos meses.
El joven atravesó el umbral con la mandibula colgándole y una expresión de pasmo increible, al contemplar lo que contenia la primera sala. Casi sin pararse a respirar, agarró las escaleras de caracol e intentó escalar de ellas, extasiado por aquel lugar. El metal rechinó y le hizo quedarse congelado con un pie sobre la barandilla. Quizás no seria muy sabio subir las escaleras del modo divertido. Lentamente, bajó el pie y subió las escaleras, al principio con un poco de duda pero luego aceleró el paso, hasta que se convirtió en una carrera, otro juego más.
Se paseó por la segunda planta, explorándolo todo, las camas y el escritorio con la silla a toda velocidad, emocionado por descubrir aquel lugar, dejó escapar una risilla divertida. Corrió de vuelta por las escaleras y llamó a los demás por la escalera para que subieran tambien para, a continuación, volver a retomar la subida por las escaleras como un crio que iba a abrir sus regalos de navidad.
Llego al tercer piso y no pudo hacer otra cosa que dar saltitos y retozar de felicidad. Aquella parecia ser un piso dedicado a entrenamiento. Asi que dedujo que pensaban, como mínimo, darles las herramientas para entrenar. Feliz, no tardó mucho en explorar el resto de aquel piso, porque de verdad tenia ganas de subir a la cuarta y última planta.
Cuando llegó, vio lo que esperaba ver. Infinitud de pájaros negros apuntando sus pares de ojos hacia el enclenque joven, intentando analizarle para saber si era una amenaza. Dejó escapar un grito ahogado de una mezcla de sorpresa y terror para entonces retroceder sobre sus pasos.
Bajó las escaleras, positivamente más feliz de poder alejarse de aquella cuarta planta cuanto antes y avisó a todos los que encontró que no debian acercarse a la cuarta planta, para luego describirles lo que vio.
Finalmente, de nuevo en la planta baja, se giró hacia los que estaban ahí presentes.
-¡Tenemos camas y un piso de entrenamiento! ¡Y hasta puede que un remake malillo de una peli de las de Hitchcock! ¿Habeis encontrado algo interesante por aquí abajo?-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
02/02/14, 04:27 pm
Había pasado ya un buen rato desde que Seon se había dormido. Dirke no la había querido despertar por si interrumpía sus cosas de soñadora y había aprovechado para tomar el sol tranquilamente. Lo cierto es que se estaba bien sobre el colchón y también le daba algo de pereza ponerse en movimiento. Sin embargo, el tiempo siguio su curso de tal manera que Dirke pudo ver a los cosechados volviendo. <<Faltan dos>> supo enseguida. Y uno de los que faltaban era su varmana <<Espero que no esté muerta>>. El otro le daba más igual. Realmente no tenía sentido preocuparse, como bien le había dicho a Seon, por lo que simplemente dejó la mente en blanco y decidio que era un buen momento para irse.
—Seon...—llamó a la sinhadre. Le dio un par de toquecillos y volvió a intentarlo. La muchacha no se despertó en ningún momento. Dirke torció la boca y luego sonrió divertido.
La soñadora se había olvidado de comentarle este detalle acerca de su transformación, pero sin duda hacía las cosas más interesantes. Dirke decidió ver la situación desde una perspectiva más entretenida y se lo tomó como si fuera una misión de sigilo: trataría de llevar a Seon de vuelta a Serpentaria sin que se despertara.
La tomó en brazos y la depositó sobre el tejado. Seguidamente condujo el colchón con un pie hasta que lo tiró a la calle. Entonces, saltó sobre el colchón y tomó tierra; lo agarró y lo arrastró sin mucho cuidado hasta la puerta de Maciel. Cada pocos segundos se volvía hacia el tejado para asegurarse de que Seon seguía a salvo.
Una vez dejó el colchón en su sitio, se situó junto a la pared de la casa en la que se habían subido y se transformó con cuidado en un árbol delgado, pero lo suficientemente alto para que sus ramas alcanzaran a la muchacha. Pasaron por debajo de ella, acunándola, y, de forma lenta, el tronco del árbol fue encogiendo con ella a cuestas. Al final, Dirke volvió a ser Dirke, más o menos. Su piel seguía tornada en madera y sus brazos habían desaparecido para formar un nido de ramas entrelazadas sobre su espalda. Seon dormía dentro. El alemán comenzó a andar de forma lenta, algo encorvado para mantener el equilibrio, echando raices a cada paso que daba para no caerse.
De momento la misión era un éxito y, en el rostro de Dirke, la satisfacción tallaba una sonrisa de oreja a oreja.
Sigue en la Torre Serpentaria.
—Seon...—llamó a la sinhadre. Le dio un par de toquecillos y volvió a intentarlo. La muchacha no se despertó en ningún momento. Dirke torció la boca y luego sonrió divertido.
La soñadora se había olvidado de comentarle este detalle acerca de su transformación, pero sin duda hacía las cosas más interesantes. Dirke decidió ver la situación desde una perspectiva más entretenida y se lo tomó como si fuera una misión de sigilo: trataría de llevar a Seon de vuelta a Serpentaria sin que se despertara.
La tomó en brazos y la depositó sobre el tejado. Seguidamente condujo el colchón con un pie hasta que lo tiró a la calle. Entonces, saltó sobre el colchón y tomó tierra; lo agarró y lo arrastró sin mucho cuidado hasta la puerta de Maciel. Cada pocos segundos se volvía hacia el tejado para asegurarse de que Seon seguía a salvo.
Una vez dejó el colchón en su sitio, se situó junto a la pared de la casa en la que se habían subido y se transformó con cuidado en un árbol delgado, pero lo suficientemente alto para que sus ramas alcanzaran a la muchacha. Pasaron por debajo de ella, acunándola, y, de forma lenta, el tronco del árbol fue encogiendo con ella a cuestas. Al final, Dirke volvió a ser Dirke, más o menos. Su piel seguía tornada en madera y sus brazos habían desaparecido para formar un nido de ramas entrelazadas sobre su espalda. Seon dormía dentro. El alemán comenzó a andar de forma lenta, algo encorvado para mantener el equilibrio, echando raices a cada paso que daba para no caerse.
De momento la misión era un éxito y, en el rostro de Dirke, la satisfacción tallaba una sonrisa de oreja a oreja.
Sigue en la Torre Serpentaria.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
02/02/14, 05:09 pm
-Vaaale- Dijo Xalk poniendo una cara típica de niño al que han dejado sin un juguete, después de que se negaran en redondo a la idea de envenenar a la gente en las comidas.
El tema de conversación cambió enseguida, centrándose de nuevo en el humano. Concretamente en su repentino cambio de actitud, algo que hasta al clinger le había parecido demasiado grande, y las preocupaciones por sus posibles causas. Y así, teorías sin ninguna base firme en la que apoyarse comenzaron a decirse.
-Hmmm. A mi un cambio así no me parece normal, pero hablo desde la perspectiva de mi raza, y creo que vosotros también lo hacéis desde las vuestras ¿No? Quiero decir... no es que sepamos mucho de su especie. Tal vez entre los suyos si que sea algo común, pero eso solo otro humano nos lo podría responder. En cualquier caso yo no me alarmaría tan rápidamente. Fuera de que resulte desagradable no ha pasado nada que nos suponga un peligro.
Ya más tarde comenzaron a llegar los demás al torreón, no era muy difícil ver que había preocupación en el ambiente, y se confirmó cuando les comunicaron la desaparición del carabés.
El clinger lo dio por muerto casi al instante. Si había desaparecido era porque le había pasado algo, y tanto en esta ciudad como en su mundo, cuando te pasa algo, fuera lo que fuera, te morías.
No le afectó la muerte del chico. Perder a compañeros era algo con lo que ya estaba familiarizado, y ni siquiera podía considerar a Taro como alguien cercano. Quizás... si hubiera sido alguien con quien tuviera más amistad habría sentido pena, pero no era el caso.
El tema de conversación cambió enseguida, centrándose de nuevo en el humano. Concretamente en su repentino cambio de actitud, algo que hasta al clinger le había parecido demasiado grande, y las preocupaciones por sus posibles causas. Y así, teorías sin ninguna base firme en la que apoyarse comenzaron a decirse.
-Hmmm. A mi un cambio así no me parece normal, pero hablo desde la perspectiva de mi raza, y creo que vosotros también lo hacéis desde las vuestras ¿No? Quiero decir... no es que sepamos mucho de su especie. Tal vez entre los suyos si que sea algo común, pero eso solo otro humano nos lo podría responder. En cualquier caso yo no me alarmaría tan rápidamente. Fuera de que resulte desagradable no ha pasado nada que nos suponga un peligro.
Ya más tarde comenzaron a llegar los demás al torreón, no era muy difícil ver que había preocupación en el ambiente, y se confirmó cuando les comunicaron la desaparición del carabés.
El clinger lo dio por muerto casi al instante. Si había desaparecido era porque le había pasado algo, y tanto en esta ciudad como en su mundo, cuando te pasa algo, fuera lo que fuera, te morías.
No le afectó la muerte del chico. Perder a compañeros era algo con lo que ya estaba familiarizado, y ni siquiera podía considerar a Taro como alguien cercano. Quizás... si hubiera sido alguien con quien tuviera más amistad habría sentido pena, pero no era el caso.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
02/02/14, 07:54 pm
La noticia que portaban los recién llegados cayó sobre Lara como un jarro de agua fria. Algo se le revolvió dentro y no fueron los niños en el marsupio. Su mirada saltaba de los sinhadres a Archi y a Baurus con la expresión de quien reza a su suerte para que todo sea una broma de mal gusto. Si Shaco se había levantado con un humor de perros, ¿por qué no el resto? Sin embargo, nadie dio muestras de darle a Lara la satisfacción de llevar razón. <<Taro está muerto, entonces>>. Se puso en lo peor inmediatamente. <<Taro está muerto>>. Se repitió. La noticia de Neith ya la había acongojado, pero era una muerte distante. Su ausencia fue real incluso cuando había estado viva, no era algo a lo que acostumbrarse. ¿Qué estuvo con ella, un par de horas? Había un abismo de comparación. El carabés, sin embargo, dejaba un hueco vacío en maciel y Lara odiaba ese tipo de huecos. Si faltaba algún motivo para que la ordesa pusiera los pies en la tierra, esto fue suficiente.
Y de pronto volvió a pensar en Shaco y sintió un nudo en la gargana. Le dio igual que se hubiera comportado como un gilipollas y les hubiera amenazado. Se había ido solo y la ordesa no estaba preparada para perder a dos personas en un mismo día.
—Tenemos que salir a buscar a Shaco—su voz sonó afectada y con urgencia—. Se ha ido antes, estaba de mal humor, cogió las armas y nos amenazó con quitarnos del paso si no le dejabamos ir solo, así que le dejamos. Y no sabemos a dónde fue—hablaba de manera atropellada, respirando lo justo para seguir con su carrerilla, y aún así se podía percibir que se arrepentía de haberse retirado de la puerta y no haberle echado más cojones a Shaco—. Pero ahora... No podemos dejar que ande solo por la ciudad. No quiero que él también desaparezca...—y con desaparecer, se refería a morir. Le había quedado claro que Rocavarancolia no era una ciudad de medias tintas—. Tenemos que ir—repitió autoconvencida al tiempo que sacaba la lider de rol que llevaba dentro—. Preparad los mapas—dijo a nadie en concreto, antes de volverse para hablar directamente con Archi—. ¿Hay algún hechizo para buscar personas que se han ido? Si no lo hay, estoy dispuesta a usar el hechizo de amplitud sensorial y olfatear cada palmo del suelo hasta que demos con él—lo peor de aquello es que lo decía en serio—.. Voy a prepararme.
Si nadie le echaba el alto, Lara subiría a por sus cosas para salir.
Y de pronto volvió a pensar en Shaco y sintió un nudo en la gargana. Le dio igual que se hubiera comportado como un gilipollas y les hubiera amenazado. Se había ido solo y la ordesa no estaba preparada para perder a dos personas en un mismo día.
—Tenemos que salir a buscar a Shaco—su voz sonó afectada y con urgencia—. Se ha ido antes, estaba de mal humor, cogió las armas y nos amenazó con quitarnos del paso si no le dejabamos ir solo, así que le dejamos. Y no sabemos a dónde fue—hablaba de manera atropellada, respirando lo justo para seguir con su carrerilla, y aún así se podía percibir que se arrepentía de haberse retirado de la puerta y no haberle echado más cojones a Shaco—. Pero ahora... No podemos dejar que ande solo por la ciudad. No quiero que él también desaparezca...—y con desaparecer, se refería a morir. Le había quedado claro que Rocavarancolia no era una ciudad de medias tintas—. Tenemos que ir—repitió autoconvencida al tiempo que sacaba la lider de rol que llevaba dentro—. Preparad los mapas—dijo a nadie en concreto, antes de volverse para hablar directamente con Archi—. ¿Hay algún hechizo para buscar personas que se han ido? Si no lo hay, estoy dispuesta a usar el hechizo de amplitud sensorial y olfatear cada palmo del suelo hasta que demos con él—lo peor de aquello es que lo decía en serio—.. Voy a prepararme.
Si nadie le echaba el alto, Lara subiría a por sus cosas para salir.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
02/02/14, 10:45 pm
El regreso de los que habían salido venía plagado de malas caras. Se había levantado del sofá en cuanto llegaron para bajarles el puente y al subir se encontró aquello. No había asumido siquiera la ausencia de Taro debido a que había llegado un poco más tarde a la reunión y ya podría no estar a la vista. Le faltó un segundo para preguntar qué había pasado, dado que nadie parecía herido, pero la voz de Ri se encargó de responder a la pregunta no formulada. Era la voz porque a la sinhadre apenas logró enfocarla mientras hablaba.
—¿Y… y ya está? ¿eso es todo? —Se llevó una mano a la frente, que retiró inmediatamente. Sus gestos eran torpes y nerviosos—. Desaparece y ya está… —volvió a murmurar. «Tiene que ser una broma, una puta broma». Evidentemente, sabía que no lo era. Se sintió ligeramente mareado. Lo cierto era que nunca había vivido la muerte tan de cerca. Se dio cuenta en ese momento de que, a pesar de todo lo mentalizado que se creía, no estaba ni una pizca preparado para asumir lo que significaba vivir en Rocavarancolia. En un primer momento sucumbió a la confusión, incapaz de definir claramente cómo se sentía. Lo que le hizo reaccionar primero fue la mención de Shaco por parte de Lara, que vino acompañada de un mazazo de culpabilidad que apartó a manotazos de sus pensamientos.
Lara ya tenía sus propios planes, pero se la veía histérica. Cuando iba a desaparecer escaleras arriba la agarró de un brazo, deteniéndola.
—No somos responsables, ¿recuerdas? Él lo es —dijo sin alzar apenas la voz. Después la soltó. A cualquiera podía pasarle algo, ahí estaba la prueba. Pero era esencial mentalizarse de que no eran culpables de aquello, como no lo eran los demás por haber perdido de vista a Taro—. Pero si aun así sales, yo también voy. —No volvería a salir nadie más solo, y en ese momento le daba igual si él era útil o no allí afuera.
—¿Y… y ya está? ¿eso es todo? —Se llevó una mano a la frente, que retiró inmediatamente. Sus gestos eran torpes y nerviosos—. Desaparece y ya está… —volvió a murmurar. «Tiene que ser una broma, una puta broma». Evidentemente, sabía que no lo era. Se sintió ligeramente mareado. Lo cierto era que nunca había vivido la muerte tan de cerca. Se dio cuenta en ese momento de que, a pesar de todo lo mentalizado que se creía, no estaba ni una pizca preparado para asumir lo que significaba vivir en Rocavarancolia. En un primer momento sucumbió a la confusión, incapaz de definir claramente cómo se sentía. Lo que le hizo reaccionar primero fue la mención de Shaco por parte de Lara, que vino acompañada de un mazazo de culpabilidad que apartó a manotazos de sus pensamientos.
Lara ya tenía sus propios planes, pero se la veía histérica. Cuando iba a desaparecer escaleras arriba la agarró de un brazo, deteniéndola.
—No somos responsables, ¿recuerdas? Él lo es —dijo sin alzar apenas la voz. Después la soltó. A cualquiera podía pasarle algo, ahí estaba la prueba. Pero era esencial mentalizarse de que no eran culpables de aquello, como no lo eran los demás por haber perdido de vista a Taro—. Pero si aun así sales, yo también voy. —No volvería a salir nadie más solo, y en ese momento le daba igual si él era útil o no allí afuera.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
02/02/14, 11:51 pm
Archime levantó la vista de la pantalla cuando Lara comenzó a explicar que Shaco se había ido por su cuenta. Volvió a bajarla al instante, para tratar de encontrar todavía más rápido algún sortilegio que permitiese localizar a alguien de alguna manera. Era probable la existencia de algo así habiendo notado que las diversas utilidades de la magia sustituían en muchas ocasiones a los avances tecnológicos.
Volvió a alzar la vista cuando la ordesa le hizo aquella pregunta y la miró unos instantes en silencio antes de responder.
—Se trata precisamente de lo que estoy tratando de encontrar —constató antes de volver a sumergirse en las fotografías de los textos llenos de hechizos—. Necesito algo más de tiempo…
El biomecánico se enfrascó entonces en la búsqueda por completo y al cabo de aproximadamente un cuarto de hora encontró algo. No hubiese tardado tan poco si no fuera porque sabía qué partes del manuscrito podía descartar debido a que conocía sus contenidos al detalle. “Hechizo de localización”. Casi saltó del asiento cuando lo leyó y se levantó efectivamente menos de un segundo después para perderse escaleras arriba a una velocidad, lenta para el ojo de casi cualquiera pero considerable para su falta de forma física, que no pudo mantener más que unos breves instantes.
El ingeniero regresó al salón poco después cargando con el diccionario y volvió a mostrar en pantalla la página donde había encontrado el hechizo. Le llevó unos minutos más descifrarlo con la ayuda del diccionario y, en cuanto consideró que comprendía todo lo necesario, lo probó. Y no sucedió nada. Lo volvió a intentar con el mismo resultado. Y otra vez. Otra más.
Archime repasaba nerviosamente el texto una y otra vez, asegurándose de que no había traducido incorrectamente nada, haciendo anotaciones por si acaso… No sucedía nada. Se mordió el labio inferior con un deje de desesperación abriéndose paso en su neutra expresión habitual. Por primera vez no era capaz de realizar un hechizo. No se trataba de que le faltase práctica y no obtuviese los resultados debidos como sucedía con otros sortilegios que requerían adquirir una mayor habilidad en su uso y con los que ya había lidiado anteriormente. Simplemente no era capaz de ejecutarlo.
—No puedo —sentenció al cabo de varios intentos infructuosos observando a los presentes con una rápida mirada para terminar posando la vista sobre Lara. La voz le temblaba ligeramente y los gestos del irrense transmitían nerviosismo—. Soy incapaz de realizar el hechizo.
Por segunda vez en el día, Archime sintió el peso del fracaso sobre los hombros. Y ello provocó algo inesperado en él. Tras volver a intentar dos veces seguidas el hechizo, el biomecánico cerró de golpe el diccionario y, levantándose de nuevo del sillón, lo dejó caer en un gesto que evidenciaba su frustración antes de caminar lentamente sin mirar a nadie para perderse escaleras arriba, dirigiéndose al estudio. Era la primera vez desde que tenía memoria que exteriorizaba tan visiblemente una sensación pasional como aquella.
Volvió a alzar la vista cuando la ordesa le hizo aquella pregunta y la miró unos instantes en silencio antes de responder.
—Se trata precisamente de lo que estoy tratando de encontrar —constató antes de volver a sumergirse en las fotografías de los textos llenos de hechizos—. Necesito algo más de tiempo…
El biomecánico se enfrascó entonces en la búsqueda por completo y al cabo de aproximadamente un cuarto de hora encontró algo. No hubiese tardado tan poco si no fuera porque sabía qué partes del manuscrito podía descartar debido a que conocía sus contenidos al detalle. “Hechizo de localización”. Casi saltó del asiento cuando lo leyó y se levantó efectivamente menos de un segundo después para perderse escaleras arriba a una velocidad, lenta para el ojo de casi cualquiera pero considerable para su falta de forma física, que no pudo mantener más que unos breves instantes.
El ingeniero regresó al salón poco después cargando con el diccionario y volvió a mostrar en pantalla la página donde había encontrado el hechizo. Le llevó unos minutos más descifrarlo con la ayuda del diccionario y, en cuanto consideró que comprendía todo lo necesario, lo probó. Y no sucedió nada. Lo volvió a intentar con el mismo resultado. Y otra vez. Otra más.
Archime repasaba nerviosamente el texto una y otra vez, asegurándose de que no había traducido incorrectamente nada, haciendo anotaciones por si acaso… No sucedía nada. Se mordió el labio inferior con un deje de desesperación abriéndose paso en su neutra expresión habitual. Por primera vez no era capaz de realizar un hechizo. No se trataba de que le faltase práctica y no obtuviese los resultados debidos como sucedía con otros sortilegios que requerían adquirir una mayor habilidad en su uso y con los que ya había lidiado anteriormente. Simplemente no era capaz de ejecutarlo.
—No puedo —sentenció al cabo de varios intentos infructuosos observando a los presentes con una rápida mirada para terminar posando la vista sobre Lara. La voz le temblaba ligeramente y los gestos del irrense transmitían nerviosismo—. Soy incapaz de realizar el hechizo.
Por segunda vez en el día, Archime sintió el peso del fracaso sobre los hombros. Y ello provocó algo inesperado en él. Tras volver a intentar dos veces seguidas el hechizo, el biomecánico cerró de golpe el diccionario y, levantándose de nuevo del sillón, lo dejó caer en un gesto que evidenciaba su frustración antes de caminar lentamente sin mirar a nadie para perderse escaleras arriba, dirigiéndose al estudio. Era la primera vez desde que tenía memoria que exteriorizaba tan visiblemente una sensación pasional como aquella.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
03/02/14, 02:10 am
La obstinación de La pastora por salir a buscar al naranjo atrajo la atención de Xalk, y disparó sus alarmas. “No no no. Nada de salir a lo loco. Ya ha muerto uno, no hace falta que mueran más”
-Quietos todos. No podemos coger y salir así sin más. No tenemos pista alguna de donde puede haber ido, eso para empezar. Y aun si Archi pudiera encontrarle, no creo que salir en desbandada sea sensato... ¿o vosotros si? Tu misma Lara, ¿Y tus hijos? ¿Los dejarás sin más? ¿O los llevarás contigo? Ambas son malas decisiones y...
Se interrumpió al recordar que la última vez había hecho llorar a la ordesa mencionando algo parecido.
-Ehmmm... no es que diga que seas mala madre o algo así... esto... solo... primero no tiene por qué haberle pasado nada. Segundo, ni siquiera sabemos si podemos encontrarle y... bueno de salir mejor que salga un grupo pequeño y bien preparado.
Se estaba trabando cada poco... nervioso por estar provocando algún conflicto por error. Era la primera vez que tenía en cuenta lo que podían pensar otros, algo impresionante viniendo de él.
La discusión acerca de lo que deberían hacer o lo que no se prolongó hasta que finalmente se vio interrumpida con Archi. La incapacidad del irrense de realizar un hechizo sorprendió al clinger, ya que era la primera vez, pero su reacción, que si bien era suave superaba cualquier muestra emocional hasta entonces también fue llamativa.
Tras meditarlo unos segundos terminó por subir tras él, alcanzándolo todavía en plena subida.
-Oye... ¿estas bien? Lo digo porque no tienes que deprimirte o algo por no poder. De hecho puedes hacer magia mucho mejor que cualquiera. Yo solo se estampar manzanas en caras ajenas por ejemplo. El caso... todos tenemos límites, ¿quizás simplemente hayas llegado al tuyo?
De hecho propio clinger no acababa de saber si lo que acababa de decir tenía sentido, pero que no se dijera que no lo intentaba.
-Quietos todos. No podemos coger y salir así sin más. No tenemos pista alguna de donde puede haber ido, eso para empezar. Y aun si Archi pudiera encontrarle, no creo que salir en desbandada sea sensato... ¿o vosotros si? Tu misma Lara, ¿Y tus hijos? ¿Los dejarás sin más? ¿O los llevarás contigo? Ambas son malas decisiones y...
Se interrumpió al recordar que la última vez había hecho llorar a la ordesa mencionando algo parecido.
-Ehmmm... no es que diga que seas mala madre o algo así... esto... solo... primero no tiene por qué haberle pasado nada. Segundo, ni siquiera sabemos si podemos encontrarle y... bueno de salir mejor que salga un grupo pequeño y bien preparado.
Se estaba trabando cada poco... nervioso por estar provocando algún conflicto por error. Era la primera vez que tenía en cuenta lo que podían pensar otros, algo impresionante viniendo de él.
La discusión acerca de lo que deberían hacer o lo que no se prolongó hasta que finalmente se vio interrumpida con Archi. La incapacidad del irrense de realizar un hechizo sorprendió al clinger, ya que era la primera vez, pero su reacción, que si bien era suave superaba cualquier muestra emocional hasta entonces también fue llamativa.
Tras meditarlo unos segundos terminó por subir tras él, alcanzándolo todavía en plena subida.
-Oye... ¿estas bien? Lo digo porque no tienes que deprimirte o algo por no poder. De hecho puedes hacer magia mucho mejor que cualquiera. Yo solo se estampar manzanas en caras ajenas por ejemplo. El caso... todos tenemos límites, ¿quizás simplemente hayas llegado al tuyo?
De hecho propio clinger no acababa de saber si lo que acababa de decir tenía sentido, pero que no se dijera que no lo intentaba.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
03/02/14, 09:11 pm
Anriel movió lentamente el pie derecho, como quien aplasta algo en el suelo. Se sentía dividida entre las ganas de parar la estupidez y el hecho de que ya una vez se había encarado a Lara por su falta de raciocinio y no iba a repetir aquella escena. Y aun así, pensar "que se muera" en esos momentos, era bastante dificil. La chica cogió la muñeca de Nero con suavidad, apretando solo un momento. No tuvo que explicarle que quería.
- ¿Ir sin saber donde está? ¿A que? Si vuelve mientras estás fuera, ¿como te enterarás? Puedes estar horas ahi fuera, y ni uno ni otro aparecerían. No. Pero esperaremos.- Nero se había alejado de Ri, y hablaba suavemente a Lara, medio agachado. Apoyó una mano en su hombro.- Esperaremos y volverá. Y si no, saldremos, pero de día y con las fuerzas renovadas, o cuando averiguemos como usar la magia de busqueda. Tus hijos te necesitan, y el torreón también. Quedate, Lara. Hoy te necesitamos dentro.
Agradeció que el insecto fuera sensato, y esperó haber terminado de convencer a la loca peluda. En cierto modo, aunque despeñaría a sus cachorros en la Cicatriz, ella al menos era mágica.
- ¿Ir sin saber donde está? ¿A que? Si vuelve mientras estás fuera, ¿como te enterarás? Puedes estar horas ahi fuera, y ni uno ni otro aparecerían. No. Pero esperaremos.- Nero se había alejado de Ri, y hablaba suavemente a Lara, medio agachado. Apoyó una mano en su hombro.- Esperaremos y volverá. Y si no, saldremos, pero de día y con las fuerzas renovadas, o cuando averiguemos como usar la magia de busqueda. Tus hijos te necesitan, y el torreón también. Quedate, Lara. Hoy te necesitamos dentro.
Agradeció que el insecto fuera sensato, y esperó haber terminado de convencer a la loca peluda. En cierto modo, aunque despeñaría a sus cachorros en la Cicatriz, ella al menos era mágica.
-
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
04/02/14, 12:10 am
Keiria estuvo absorta en su libro mientras el pelinaranja se paseaba de lado a lado, y solo alzó la mirada de las palabras impresas cuando este se encaró con Cio y Lara, instante en el que estuvo tentada de levantarse para hacerle tragar su bō. Su autoimpuesta indiferencia no estaba resultando como esperaba, y la ulterana se daba cuenta de que le afectaba mas de lo que quería admitir. La habitual simpatía del humano se había esfumado, sustituida por un sarcasmo ácido que resultaba sumamente desagradable, y en su mundo aquello lo calificarían como dos cosas: o trastorno de personalidad múltiple o gilipollez de nacimiento.
El chico se largó antes de que le diera tiempo a intervenir, pero le dejó un mal sabor de boca que ni siquiera la lectura fue capaz de aplacar. Cerró el libro y lo aparto a un lado, recogió las piernas y, apoyando la barbilla en sus rodillas flexionadas, fijó su mirada taciturna en un punto de la pared de enfrente. No sabía si el humano tenia personalidad múltiple, aunque no le extrañaría dadas sus excentricidades, pero la pelirroja no tenía intención de preguntarle. Ella no sabía socializar, lo había intentado, pero estaba claro que no se le daba bien. Años de vida solitaria en una mansión casi vacía dejaban huella...
En esa postura estaba aun cuando volvieron su compañeros, y las noticias que traían no eran buenas. En aquel estado de apatía y reflexión interna, la noticia de la desaparición de Taro fue como una piedra que cae en un estanque inmóvil. Keiria no sabía como reaccionar, y tragando saliva se limitó a escuchar toda la historia mientras emociones encontradas se agitaban en su interior. Apenas había tratado con el carabés, su dificultad para acercarse a los demás le había impedido cruzar mas que unas pocas palabras con él, pero aun así era su compañero, y en aquella ciudad su desaparición traía implícita destinos peores. Nunca podría conversar con el muchacho sobre los patrones que tenía la magia para manifestarse en las personas, nunca podría aprender de él aquella fluida forma que tenía de desplazarse por la ciudad, nunca podría ser su amiga.
Ligeramente mareada, la ulterana oyó el comentario de Lara acerca de salir a por el aprendiz, y aunque en primera estancia estuvo tentada de unirsele, el razonamiento de sus demás compañeros le convenció de lo contrario. Era una locura salir sin ni siquiera una ligera pista y se acercaba la noche, tendrían que confiar en que el estúpido humano supiera volver a casa. No se le escapó la fugaz muestra de emoción de Archi, pero el clinger le siguió por las escaleras, así que la pelirroja se reservó el turno para hablar con él en otro momento.
Se puso en pie y paseó nerviosa alrededor de su sillón, no muy segura de que debía hacer; ni siquiera se atrevía a conversar con nadie.
El chico se largó antes de que le diera tiempo a intervenir, pero le dejó un mal sabor de boca que ni siquiera la lectura fue capaz de aplacar. Cerró el libro y lo aparto a un lado, recogió las piernas y, apoyando la barbilla en sus rodillas flexionadas, fijó su mirada taciturna en un punto de la pared de enfrente. No sabía si el humano tenia personalidad múltiple, aunque no le extrañaría dadas sus excentricidades, pero la pelirroja no tenía intención de preguntarle. Ella no sabía socializar, lo había intentado, pero estaba claro que no se le daba bien. Años de vida solitaria en una mansión casi vacía dejaban huella...
En esa postura estaba aun cuando volvieron su compañeros, y las noticias que traían no eran buenas. En aquel estado de apatía y reflexión interna, la noticia de la desaparición de Taro fue como una piedra que cae en un estanque inmóvil. Keiria no sabía como reaccionar, y tragando saliva se limitó a escuchar toda la historia mientras emociones encontradas se agitaban en su interior. Apenas había tratado con el carabés, su dificultad para acercarse a los demás le había impedido cruzar mas que unas pocas palabras con él, pero aun así era su compañero, y en aquella ciudad su desaparición traía implícita destinos peores. Nunca podría conversar con el muchacho sobre los patrones que tenía la magia para manifestarse en las personas, nunca podría aprender de él aquella fluida forma que tenía de desplazarse por la ciudad, nunca podría ser su amiga.
Ligeramente mareada, la ulterana oyó el comentario de Lara acerca de salir a por el aprendiz, y aunque en primera estancia estuvo tentada de unirsele, el razonamiento de sus demás compañeros le convenció de lo contrario. Era una locura salir sin ni siquiera una ligera pista y se acercaba la noche, tendrían que confiar en que el estúpido humano supiera volver a casa. No se le escapó la fugaz muestra de emoción de Archi, pero el clinger le siguió por las escaleras, así que la pelirroja se reservó el turno para hablar con él en otro momento.
Se puso en pie y paseó nerviosa alrededor de su sillón, no muy segura de que debía hacer; ni siquiera se atrevía a conversar con nadie.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
04/02/14, 02:03 am
Lara agachó la cabeza y perdió completamente el impulso que le había urgido antes a subir las escaleras. Cio, Xalkoth y Nero la habían convencido de no salir. Pero eso no la hizo sentir bien. ¿Desde cuando se dejaba convencer así de fácil? ¿Dónde estaba su autonomía? Se sentó en un tresillo, alicaída, y fue dandole vueltas al molinillo mientras perdía la mirada en el suelo. Unas patadas bajo el marsupio le respondieron y por vigésimo segunda vez en aquella ciudad, la ordesa sintió ganas de llorar. No obstante, en aquellos momentos no sabía si era por Shaco, si era por Taro o por el peso de las cinco responsabilidades que guardaba en su bolsillo.
Tras una mirada de refilón para comprobar las caras de todos los presentes, Lara decidió que no podía quedarse de brazos cruzados. Se puso en pie y decidió buscar el libro de los dibujitos mágicos. No estaba segura de si lo hacía porque quisiera encontrar algo útil o si solamente esperaba distraerse estudiando. Realmente el motivo daba igual en aquellos momentos. Tomó las escaleras para subir hasta el estudio, que era uno de los lugares donde podría encontrar los libros. A medio camino, la ordesa dio un respingo y alzó las orejas en señal de alerta. Miró hacia atrás y hacia delante, pero no vio a nada ni a nadie. Algo asustada, se limitó a acelerar el paso para llegar lo antes posible.
Al entrar en el estudio y ver a Archi, se relajó y suspiró. <<Qué tonta eres, hija mía>> se dijo a sí misma. Intentando no molestar, buscó el libro de runas. Una vez dio con él, se acercó hasta la mesa en la que estaba sentado Archi. El irrense ocupaba la única silla de la habitación, por lo que ella se quedó de pie a su lado. No se le escapó que seguía con el hechizo y Lara esbozó una sonrisa triste.
—¿Te importa.. ?—preguntó cuando el irrense acabó uno de sus intentos fallidos, señalando a la mesa. No le apetecía quedarse de pie, pero no sabía si el chico vería bien que se sentara sobre el mismo sitio que él usaba para apoyar el libro. Cuando vio que no recibía negativa alguna por su parte, dio un salto y subió sobre esta. Mantuvo la mirada unos instantes sobre la página en la que estaba abierto el libro de hechizos y luego miró a Archi con una ternura aderezada por el desconsuelo de todo lo que había ocurrido hoy—. Estás preocupado, ¿verdad?—consiguió preguntar sin que le temblara la voz.
Su intento de enmascarar sus sentimientos no funcionó más allá de esa pregunta. Interiormente, Lara sentía como el miedo sacudía su suerte y la hacía peligrar. Exteriormente, lo reflejaba meneando la cola y las orejas con inquietud. De vez en cuando, daba golpes en la mesa para acompañar el recuerdo de una melodía agradable que solía escuchar las noches de circo.
Tras una mirada de refilón para comprobar las caras de todos los presentes, Lara decidió que no podía quedarse de brazos cruzados. Se puso en pie y decidió buscar el libro de los dibujitos mágicos. No estaba segura de si lo hacía porque quisiera encontrar algo útil o si solamente esperaba distraerse estudiando. Realmente el motivo daba igual en aquellos momentos. Tomó las escaleras para subir hasta el estudio, que era uno de los lugares donde podría encontrar los libros. A medio camino, la ordesa dio un respingo y alzó las orejas en señal de alerta. Miró hacia atrás y hacia delante, pero no vio a nada ni a nadie. Algo asustada, se limitó a acelerar el paso para llegar lo antes posible.
Al entrar en el estudio y ver a Archi, se relajó y suspiró. <<Qué tonta eres, hija mía>> se dijo a sí misma. Intentando no molestar, buscó el libro de runas. Una vez dio con él, se acercó hasta la mesa en la que estaba sentado Archi. El irrense ocupaba la única silla de la habitación, por lo que ella se quedó de pie a su lado. No se le escapó que seguía con el hechizo y Lara esbozó una sonrisa triste.
—¿Te importa.. ?—preguntó cuando el irrense acabó uno de sus intentos fallidos, señalando a la mesa. No le apetecía quedarse de pie, pero no sabía si el chico vería bien que se sentara sobre el mismo sitio que él usaba para apoyar el libro. Cuando vio que no recibía negativa alguna por su parte, dio un salto y subió sobre esta. Mantuvo la mirada unos instantes sobre la página en la que estaba abierto el libro de hechizos y luego miró a Archi con una ternura aderezada por el desconsuelo de todo lo que había ocurrido hoy—. Estás preocupado, ¿verdad?—consiguió preguntar sin que le temblara la voz.
Su intento de enmascarar sus sentimientos no funcionó más allá de esa pregunta. Interiormente, Lara sentía como el miedo sacudía su suerte y la hacía peligrar. Exteriormente, lo reflejaba meneando la cola y las orejas con inquietud. De vez en cuando, daba golpes en la mesa para acompañar el recuerdo de una melodía agradable que solía escuchar las noches de circo.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
04/02/14, 02:52 am
Archime detuvo sus pasos cuando Xalkoth lo alcanzó en su ascenso por las escaleras y se giró a medias para escuchar sus palabras. Solo entonces pensó en lo que había hecho. En el arrebato que le había llevado a descargar su frustración lanzando el libro sobre el sofá con evidente desdén. No era lógico, el diccionario no era culpable de su incapacidad ni de la desaparición de Taro o la salida temeraria de Shaco. Le dirigió una mirada parpadeante al clinger y luego miró alternativamente en dirección al salón y a él antes de hablar. Meditó lo que había expuesto el clinger, el significado implícito tras sus palabras. Tenía un límite. No era capaz de realizar todos los hechizos. Para el biomecánico aquello tan solo significaba fracaso. Nunca en su vida le había resultado imposible avanzar en aquellas materias que le interesaban. Pero ahora el insecto sugería una realidad que se negaba a admitir.
—No lo sé —respondió finalmente sin ser capaz de decirle nada más a Xalkoth.
Acto seguido bajó de nuevo las escaleras para recoger el diccionario sin dirigirle una sola mirada a nadie. Esta vez nada le detuvo de vuelta al estudio.
Y el ingeniero tampoco se detuvo. Abrió el grimorio físicamente, para que le resultase más cómodo, y el diccionario justo sobre él. Pasó frenéticamente las páginas hasta dar con la del hechizo de localización. La mente del ingeniero tan solo podía negar la posibilidad de fracaso tan flagrante una y otra vez, en un bucle que no parecía tener fin. Pero la realidad parecía empeñada en demostrarle una y otra vez cuanto se equivocaba. Aquella era la única manera en la que el debilucho biomecánico podía ayudar a sus compañeros y no servía.
Se detuvo. Fue plenamente consciente por primera vez de aquella noción. En su mente tenía más peso el haberse hecho patente la imposibilidad de protegerlos siempre de los peligros que el hecho de que aparentemente había entresijos de la hechicería que le estaban vedados, reforzando dicha afirmación con un nuevo intento en vano. ¿Por qué…?
Lara interrumpió sus pensamientos cuando irrumpió en el estudio. Tan solo negó con la cabeza ante la pregunta sin terminar de formular y desvió la vista hacia el libro. Pero entonces la ordesa volvió a hablar, realizándole una pregunta que le hizo dirigirle una mirada con aquel deje decaído que se había abierto paso en su expresión desde su regreso que se prolongó varios segundos antes de responderle. Archime no estaba seguro de si la madre se refería al carabés, al humano, a su incapacidad para llevar a cabo aquel hechizo o a todo al mismo tiempo. No importaba.
—No he podido hacer nada, Lara —le dijo volviendo a morderse el labio inferior y en un tono que variaba el suyo habitual con un deje de afectación—. Ni siquiera fui consciente del momento en el que Taro desapareció. Tampoco puedo hacer nada por localizarlo a él o a Shaco, soy incapaz de realizar este hechizo. He fracasado. Reiteradamente —sentenció finalmente antes de volver a agachar la cabeza.
—No lo sé —respondió finalmente sin ser capaz de decirle nada más a Xalkoth.
Acto seguido bajó de nuevo las escaleras para recoger el diccionario sin dirigirle una sola mirada a nadie. Esta vez nada le detuvo de vuelta al estudio.
Y el ingeniero tampoco se detuvo. Abrió el grimorio físicamente, para que le resultase más cómodo, y el diccionario justo sobre él. Pasó frenéticamente las páginas hasta dar con la del hechizo de localización. La mente del ingeniero tan solo podía negar la posibilidad de fracaso tan flagrante una y otra vez, en un bucle que no parecía tener fin. Pero la realidad parecía empeñada en demostrarle una y otra vez cuanto se equivocaba. Aquella era la única manera en la que el debilucho biomecánico podía ayudar a sus compañeros y no servía.
Se detuvo. Fue plenamente consciente por primera vez de aquella noción. En su mente tenía más peso el haberse hecho patente la imposibilidad de protegerlos siempre de los peligros que el hecho de que aparentemente había entresijos de la hechicería que le estaban vedados, reforzando dicha afirmación con un nuevo intento en vano. ¿Por qué…?
Lara interrumpió sus pensamientos cuando irrumpió en el estudio. Tan solo negó con la cabeza ante la pregunta sin terminar de formular y desvió la vista hacia el libro. Pero entonces la ordesa volvió a hablar, realizándole una pregunta que le hizo dirigirle una mirada con aquel deje decaído que se había abierto paso en su expresión desde su regreso que se prolongó varios segundos antes de responderle. Archime no estaba seguro de si la madre se refería al carabés, al humano, a su incapacidad para llevar a cabo aquel hechizo o a todo al mismo tiempo. No importaba.
—No he podido hacer nada, Lara —le dijo volviendo a morderse el labio inferior y en un tono que variaba el suyo habitual con un deje de afectación—. Ni siquiera fui consciente del momento en el que Taro desapareció. Tampoco puedo hacer nada por localizarlo a él o a Shaco, soy incapaz de realizar este hechizo. He fracasado. Reiteradamente —sentenció finalmente antes de volver a agachar la cabeza.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Lara ft. el Paulo Coelho de los chinos
04/02/14, 03:31 am
—Anda, ven aquí...—Archi había despertado su lado maternal. Lara extendió sus brazos de forma algo ortopédica, por eso de estar sentada en la mesa, y dio un abrazo fuerte al irrense. Antes de apartarse le dio también un beso en la mejilla y posó una mano en su hombro—. Mira, Archi... ¿has oído antes a Cio, no? Porque creo que llevaba razón en eso de no sobrecargarnos con culpas que no nos pertenecen. Preocuparse es normal—en otras circunstancias le habría parecido algo obvio, pero en esta ocasión creyó necesario decirlo—. Vivimos juntos durante un mes y pico, nos vamos conociendo y creamos lazos entre nosotros, aunque no nos demos cuenta. Y de repente vemos como un cuchillo pende sobre esos lazos, probablemente inalcanzable y amenazando con cortarlos. Es normal temblar, gritar, pegarle al aire o sentirse frustrado. Es normal preocuparse. Pero no te culpes, porque tú no has sido quien ha puesto el cuchillo ahí arriba—Lara estaba intentando sonar lo más novelescamente posible, aunque no estaba segura de que su explicación le fuera a servir al irrense. O a nadie—. ¿Entiendes a dónde quiero llegar, no?
>>Muy poca gente está preparada en la vida para ver ese cuchillo y a veces tampoco se está preparado para evitar que caiga—le soltó el hombro y volvió a dar vueltas al molinillo, insegura—. La cosa es que no eres un fracasado, ¿vale?—Lara se había liado con el símil del lazo y el cuchillo y decidió aparcarlo sin que se notara mucho—. Aun sospechando que el hechizo está fuera de tu alcance, y por lo tanto del de todos los demás, estás aquí erre que erre, dale que te pego al libro. Te estás esforzando. Y eso, amigo mío, vale más que un filón de oro—le sonrió y añadió—. Puedes ser muchas cosas, pero no un fracasado reincidente.
>>Muy poca gente está preparada en la vida para ver ese cuchillo y a veces tampoco se está preparado para evitar que caiga—le soltó el hombro y volvió a dar vueltas al molinillo, insegura—. La cosa es que no eres un fracasado, ¿vale?—Lara se había liado con el símil del lazo y el cuchillo y decidió aparcarlo sin que se notara mucho—. Aun sospechando que el hechizo está fuera de tu alcance, y por lo tanto del de todos los demás, estás aquí erre que erre, dale que te pego al libro. Te estás esforzando. Y eso, amigo mío, vale más que un filón de oro—le sonrió y añadió—. Puedes ser muchas cosas, pero no un fracasado reincidente.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
04/02/14, 04:21 pm
Archime casi no se sobresaltó en aquella ocasión con el abrazo, acción a la que comenzaba a acostumbrarse tras haberla experimentado en diversas ocasiones. Casi, porque entonces la ordesa le dio un beso en la mejilla y ello tuvo un efecto en el cerebro del biomecánico equivalente a expulsar humo. Una demostración de afecto como aquella en la sociedad irrense tan solo se reservaba para ámbitos de relaciones muy concretas. Ni siquiera eran frecuentes entre hermanos y desde luego nadie le daba un beso a un amigo. Porque tal vez la ordesa también lo considerase su amigo, igual que Keiria, y en su sociedad se trataba de algo normal. El biomecánico, aún así, permaneció rígido durante todo el discurso de Lara, especialmente porque esta no dejaba de apoyar la mano en su hombro, prologando mucho más de lo que le gustaría el contacto físico.
El ingeniero no comprendió el por qué de aquel extraño símil que había empleado la ordesa, complicando innecesariamente sus palabras en su opinión, pero creía discernir lo que Lara trataba de decirle. Y no había sino lógica en ello. No obstante, el programador tenía un mal sabor de boca debido a todo lo sucedido del cual no era capaz de deshacerse y no se iría con tanta facilidad. Sintió algo, sin embargo, que le reconfortó por algún motivo tras haber escuchado a Lara. El silencio se hizo entonces, tras haber callado la ordesa. Archime le observó unos instantes tratando de averiguar qué debía decir en aquel momento. Sospechaba que se trataba de algo que aún no comprendía y por ello se rascó la cabeza, incómodo, mientras buscaba las palabras adecuadas.
—Tal vez… Tal vez sea cierto lo que dices —habló finalmente desviando de nuevo la mirada—. Siempre… Siempre se esperó de mí que obtuviese un resultado perfecto. Y yo siempre lo conseguía. Era lógico, disponía de las capacidades para ello. Igual que las dispongo para la magia. O eso era lo que… creía —finalizó bajando aún más el tono.
El ingeniero no comprendió el por qué de aquel extraño símil que había empleado la ordesa, complicando innecesariamente sus palabras en su opinión, pero creía discernir lo que Lara trataba de decirle. Y no había sino lógica en ello. No obstante, el programador tenía un mal sabor de boca debido a todo lo sucedido del cual no era capaz de deshacerse y no se iría con tanta facilidad. Sintió algo, sin embargo, que le reconfortó por algún motivo tras haber escuchado a Lara. El silencio se hizo entonces, tras haber callado la ordesa. Archime le observó unos instantes tratando de averiguar qué debía decir en aquel momento. Sospechaba que se trataba de algo que aún no comprendía y por ello se rascó la cabeza, incómodo, mientras buscaba las palabras adecuadas.
—Tal vez… Tal vez sea cierto lo que dices —habló finalmente desviando de nuevo la mirada—. Siempre… Siempre se esperó de mí que obtuviese un resultado perfecto. Y yo siempre lo conseguía. Era lógico, disponía de las capacidades para ello. Igual que las dispongo para la magia. O eso era lo que… creía —finalizó bajando aún más el tono.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
04/02/14, 10:05 pm
Lara sonrió cuando Archi le habló. El irrense era un poco un bicho raro a la hora de mostrar sentimientos, pero tenía cierto encanto precisamente por eso.
—Bueno, yo creo que la gente imperfecta tiene algo de magia—decidió sobre la marcha—. Pero tal vez solo sea pronto para esperar sacar los resultados perfectos. La magia no es una ciencia, puede que no hayas desbloqueado tu verdadero potencial en el campo o que haya que llegar hasta el corazón de su veradera esencia para poder moldearla bien. Puede que esté incluso viva y nuestros límites dependan de cuánto le gustamos... Realmente no sabemos nada, ¿eh?—el gesto alegre que había ido adoptando conforme hablaba desaparició repentinamente. Shaco y Taro se acababan de reincorporar en sus pensamientos—. ¿Me enseñas las pautas para intentarlo yo también? Dudo que logre nada, pero bueno... Así al menos compartimos la frustración.
—Bueno, yo creo que la gente imperfecta tiene algo de magia—decidió sobre la marcha—. Pero tal vez solo sea pronto para esperar sacar los resultados perfectos. La magia no es una ciencia, puede que no hayas desbloqueado tu verdadero potencial en el campo o que haya que llegar hasta el corazón de su veradera esencia para poder moldearla bien. Puede que esté incluso viva y nuestros límites dependan de cuánto le gustamos... Realmente no sabemos nada, ¿eh?—el gesto alegre que había ido adoptando conforme hablaba desaparició repentinamente. Shaco y Taro se acababan de reincorporar en sus pensamientos—. ¿Me enseñas las pautas para intentarlo yo también? Dudo que logre nada, pero bueno... Así al menos compartimos la frustración.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
05/02/14, 12:28 am
Archime volvió a atender a la respuesta de Lara, meditando sus palabras. Debido a su obcecación con aquel asunto se había olvidado que algunos de sus compañeros no disponían, al parecer, de capacidad mágica alguna a pesar de que llevasen correctamente a la práctica la teoría. Todavía desconocía el por qué de aquello y era probable que tuviese que ver con el motivo por el que existían hechizos que el tampoco era capaz de realizar, igual que muchos de los que él sí podía parecían estar vetados a Lara o a Shaco. En respuesta a su última pregunta colocó el grimorio de forma que pudiera leerlo para que se familiarizase con el sortilegio antes de proporcionarle su propia ayuda.
—En realidad la magia parece tener unos fundamentos muy estructurados y coherentes que se basan en unos principios inamovibles que la acercan más de lo que parece a simple vista a la ciencia —le replicó a la ordesa—. No obstante, es cierto que hay numerosas preguntas sin respuesta acerca de su funcionamiento y características… Es posible que tengas razón y exista algún tipo de impedimento que desconocemos. Alguna condición, algún elemento cuya existencia no logro hipotetizar…
El irrense había vuelto a adquirir un aire pensativo y había recuperado en gran medida su neutra expresión habitual.
A continuación ayudó a Lara con los pasos del hechizo y su traducción para que la ordesa lo probase. Ella tampoco obtuvo ningún resultado. Este hecho alivió y abatió al irrense a partes iguales. Por un lado, si alguien hubiese sido capaz de llevarlo a cabo podrían rastrear a Taro y a Shaco. Pero si existiese un hechizo que él no pudiera realizar y otros sí, tan solo aumentaría su frustración y su sensación de fracaso absoluto.
—En realidad la magia parece tener unos fundamentos muy estructurados y coherentes que se basan en unos principios inamovibles que la acercan más de lo que parece a simple vista a la ciencia —le replicó a la ordesa—. No obstante, es cierto que hay numerosas preguntas sin respuesta acerca de su funcionamiento y características… Es posible que tengas razón y exista algún tipo de impedimento que desconocemos. Alguna condición, algún elemento cuya existencia no logro hipotetizar…
El irrense había vuelto a adquirir un aire pensativo y había recuperado en gran medida su neutra expresión habitual.
A continuación ayudó a Lara con los pasos del hechizo y su traducción para que la ordesa lo probase. Ella tampoco obtuvo ningún resultado. Este hecho alivió y abatió al irrense a partes iguales. Por un lado, si alguien hubiese sido capaz de llevarlo a cabo podrían rastrear a Taro y a Shaco. Pero si existiese un hechizo que él no pudiera realizar y otros sí, tan solo aumentaría su frustración y su sensación de fracaso absoluto.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
05/02/14, 01:29 am
Lara fingió mirar el libro cuando Archi se lo tendió y se dedicó a escucharle. Se fiaba más de la traducción exacta de Archi y no quería empezar por sí misma y hacerlo mal. La explicación del irrense se le hizo demasiado científica y, aunque no lo hizo patente en voz alta, no estuvo de acuerdo con ella.
—Tal vez sea lo que dices—se encogió de hombros. Una posibilidad era, aunque no fuera su preferida—. En fin... Ya descubriremos qué se cuece con la magia cuando acabe toda esta locura.
Archi la ayudó por fin dándole las pautas a seguir, tanto la parte verbal como los movimientos correctos. Lara los siguió al dedillo una vez. Y otras tantas más. Y no salió. Había tenido una ínfima esperanza de destacar por algún antojo de su suerte, pero no fue así y tampoco le sorprendió demasiado. Esbozó una sonrisa triste y volvió a encogerse de hombros.
—Nada de nada...—entonces se sentó y abrió el libro de las runas.
Lo estudió durante un puñado de minutos, dentro de lo que la barrera del idioma le permitió. Tenía mucha curiosidad por aquellos dibujos mágicos, pero también albergaba muchas dudas. ¿Valdría cualquier cosa para dibujarlos o había unas tintas más mágicas que otras? ¿Haría falta el pulso de un artista o una aproximación a lo que aparecía en el libro funcionaría igual? ¿Bastaba con replicar los símbolos y darles magia o hacía falta saber el significado exacto de cada milímetro pintado? Su cabeza dio vueltas a todas esas cosas y, sin querer, a alguna más. Recordó la conversación que habia tenido con Baurus tiempo atrás y se quedó mirando sus manos calvas. Su piel era tan fina que, en algunas zonas, las venas se daban a entender. Negó con la cabeza y descartó un par de pensamientos que consideró demasiado oscuros. Aquel no era el momento para aquel tipo de ideas.
Le devolvió el libro a Archi, a quien creía que había conseguido animar un poco, y marchó a la cama. Aquella noche no esperaba dormir bien y los llantos de sus hijos fueron solo la excusa perfecta. Lara acabó tirando de las sábanas de su cama para llevárselas con ella y con sus niños a su rincón al final de la escalera, donde se sumergió en practicar el hechizo de levitación. Era su primera vez y le estaba costando hacer flotar su piedra vibrante, pero estaba convencida de que al final sería ella la que volara y solo por eso valía la pena esforzarse en algo tan nimio. Además, ver como la piedrecilla se meneaba al aplicar el hechizo directamente sobre ella resultó ser extrañamente relajante...
----
La luz que se filtró por las rendijas de la pared de huesos la despertó más temprano de lo que a ella le hubiera gustado. En el mismo estado vegetativo que todas las mañanas desde que tenía niños, Lara bajó hasta la cocina y se dispuso a desayunar. Envuelta en las sábanas, se subió a la mesa y metió el dedo en la leche para menearla. Escasos segundos más tarde, había parado el dedo y se había olvidado de que estaba viva. <<Soy un capullo de seda>> consiguió pensar en uno de sus escasos momentos de lucidez.
—Tal vez sea lo que dices—se encogió de hombros. Una posibilidad era, aunque no fuera su preferida—. En fin... Ya descubriremos qué se cuece con la magia cuando acabe toda esta locura.
Archi la ayudó por fin dándole las pautas a seguir, tanto la parte verbal como los movimientos correctos. Lara los siguió al dedillo una vez. Y otras tantas más. Y no salió. Había tenido una ínfima esperanza de destacar por algún antojo de su suerte, pero no fue así y tampoco le sorprendió demasiado. Esbozó una sonrisa triste y volvió a encogerse de hombros.
—Nada de nada...—entonces se sentó y abrió el libro de las runas.
Lo estudió durante un puñado de minutos, dentro de lo que la barrera del idioma le permitió. Tenía mucha curiosidad por aquellos dibujos mágicos, pero también albergaba muchas dudas. ¿Valdría cualquier cosa para dibujarlos o había unas tintas más mágicas que otras? ¿Haría falta el pulso de un artista o una aproximación a lo que aparecía en el libro funcionaría igual? ¿Bastaba con replicar los símbolos y darles magia o hacía falta saber el significado exacto de cada milímetro pintado? Su cabeza dio vueltas a todas esas cosas y, sin querer, a alguna más. Recordó la conversación que habia tenido con Baurus tiempo atrás y se quedó mirando sus manos calvas. Su piel era tan fina que, en algunas zonas, las venas se daban a entender. Negó con la cabeza y descartó un par de pensamientos que consideró demasiado oscuros. Aquel no era el momento para aquel tipo de ideas.
Le devolvió el libro a Archi, a quien creía que había conseguido animar un poco, y marchó a la cama. Aquella noche no esperaba dormir bien y los llantos de sus hijos fueron solo la excusa perfecta. Lara acabó tirando de las sábanas de su cama para llevárselas con ella y con sus niños a su rincón al final de la escalera, donde se sumergió en practicar el hechizo de levitación. Era su primera vez y le estaba costando hacer flotar su piedra vibrante, pero estaba convencida de que al final sería ella la que volara y solo por eso valía la pena esforzarse en algo tan nimio. Además, ver como la piedrecilla se meneaba al aplicar el hechizo directamente sobre ella resultó ser extrañamente relajante...
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La luz que se filtró por las rendijas de la pared de huesos la despertó más temprano de lo que a ella le hubiera gustado. En el mismo estado vegetativo que todas las mañanas desde que tenía niños, Lara bajó hasta la cocina y se dispuso a desayunar. Envuelta en las sábanas, se subió a la mesa y metió el dedo en la leche para menearla. Escasos segundos más tarde, había parado el dedo y se había olvidado de que estaba viva. <<Soy un capullo de seda>> consiguió pensar en uno de sus escasos momentos de lucidez.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
05/02/14, 03:57 am
La espera se hizo eterna. De Archi dependía que tuviera o no sentido salir allí afuera, ese día o el siguiente. Entendía lo que decían Xalk y Nero, de hecho estaba con ellos, pero no había sido capaz de explicarse mejor. Él estaba nervioso también, aunque no quisiera admitirlo. Mantuvo la compostura, pero no pudo evitar la preocupación cuando fue evidente que ni Archi podía encargarse de aquello. Le faltaría práctica, quizás, porque en capacidad para la magia era quien ganaba a todos. En aquel momento no podía sentir ni una pizca de regocijo por la situación, como habría pasado de no tratarse de una necesidad tan acuciante. Al contrario, sentía empatía por la frustración de Archi, pero no solo eso, porque no se trataba de hacer magia o no, se trataba de poder encontrar a dos personas o no. Al retirarse Archi, él también pensó que era el momento de hacer lo propio. No tenía el don de la palabra como los demás, no iba a hacer sentir mejor a nadie, ni tampoco a sí mismo.
Acabó en el patio. La noche era fría para su piel acostumbrada al calor que emitía el hogar, y por una vez le habría gustado volver a tener puesta la ropa térmica. Tenía ganas de liarse a puñetazos con algo, insultarlo, pero solo había disponible piedras y más piedras. Se sentó contra el muro exterior, preguntándose qué hacía allí. No allí afuera, sino en general, en esa ciudad. Cuál era su papel, cuál era el de los demás. Qué justicia había en que Taro desapareciera y ni siquiera pudiesen tener la certeza de porqué, y a qué se debía que el imbécil de Shaco fuese tan imbécil. Creía que había asimilado lo que podía pasarles en aquella ciudad, y a ello se aferró cuando volvió a levantarse. Podía haber sido cualquiera, él mismo también, podría suceder de nuevo cualquier día. «Aunque estemos en una historia de miedo de serie B no pienso actuar como sus típicos personajes. Y lo que venga, vendrá». Nunca había sido el tipo de persona que medita las cosas, pero aunque hubiese decidido no pensar en ello, la noche sin dormir se la llevó, ya fuese por las preocupaciones o llantos de críos.
Dormitó mal y a saltos, y cuando se levantó era tarde, porque una vez más nadie les gritó al amanecer. Pero cuando se despertó tampoco fue capaz de seguir permaneciendo en cama y se levantó instantáneamente, aun muerto de cansancio. En la cocina se encontró a Lara pasmada con el desayuno sin tocar. Enarcó una ceja y, con voz cascada, le sugirió que descansase de verdad, mientras revolvía en las cestas.
—Vuelve a cama, anda. Aprovecha que están callados. —Se refería, claro estaba, a los niños.
Acabó en el patio. La noche era fría para su piel acostumbrada al calor que emitía el hogar, y por una vez le habría gustado volver a tener puesta la ropa térmica. Tenía ganas de liarse a puñetazos con algo, insultarlo, pero solo había disponible piedras y más piedras. Se sentó contra el muro exterior, preguntándose qué hacía allí. No allí afuera, sino en general, en esa ciudad. Cuál era su papel, cuál era el de los demás. Qué justicia había en que Taro desapareciera y ni siquiera pudiesen tener la certeza de porqué, y a qué se debía que el imbécil de Shaco fuese tan imbécil. Creía que había asimilado lo que podía pasarles en aquella ciudad, y a ello se aferró cuando volvió a levantarse. Podía haber sido cualquiera, él mismo también, podría suceder de nuevo cualquier día. «Aunque estemos en una historia de miedo de serie B no pienso actuar como sus típicos personajes. Y lo que venga, vendrá». Nunca había sido el tipo de persona que medita las cosas, pero aunque hubiese decidido no pensar en ello, la noche sin dormir se la llevó, ya fuese por las preocupaciones o llantos de críos.
Dormitó mal y a saltos, y cuando se levantó era tarde, porque una vez más nadie les gritó al amanecer. Pero cuando se despertó tampoco fue capaz de seguir permaneciendo en cama y se levantó instantáneamente, aun muerto de cansancio. En la cocina se encontró a Lara pasmada con el desayuno sin tocar. Enarcó una ceja y, con voz cascada, le sugirió que descansase de verdad, mientras revolvía en las cestas.
—Vuelve a cama, anda. Aprovecha que están callados. —Se refería, claro estaba, a los niños.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
05/02/14, 03:59 pm
Ri no había dormido. A pesar de que Nero se había hecho aun lado en la cama, cuando comenzaba la noche oscura y él se iba a dormir, como invitación a repetir lo del inicio de la cosecha y calmar sus pesadillas. A la albina no le gustaba demostrar las mismas debilidades dos veces.
Fueron horas largas, mal disimuladas con ejercicio. Una vez había vuelto a subir al dormitorio, y después de mirar en silencio a su edeel, arrancó las sabanas de la cama vecina y se las llevó con ella. Los gestos de Ri eran bruscos, pero su cara estaba lisa y seria. Cuando llegó el alba, Ri no quería hacer ya nada. Y tampoco quería dormir, a pesar del cansancio. Ella también estaba envuelta en la ropa de cama, sentada en el sofá que daba la espalda a las escaleras, en silencio, encogida para no ser vista. Escuchó la voz de Cio y se apretó en las sabanas, mirando hacia delante. Ya no tenía miedo. No había sido miedo, desde el principio. Ahora se reducía a una intranquilidad vaga, y a la espera. Ri esperaba que sucediera algo, que cualquiera de los dos chicos que una vez habían practicado con ella en los muros, volviese. Y les iba a dar una somanta de palos, pero también se iba a sentir mucho mejor.
Fueron horas largas, mal disimuladas con ejercicio. Una vez había vuelto a subir al dormitorio, y después de mirar en silencio a su edeel, arrancó las sabanas de la cama vecina y se las llevó con ella. Los gestos de Ri eran bruscos, pero su cara estaba lisa y seria. Cuando llegó el alba, Ri no quería hacer ya nada. Y tampoco quería dormir, a pesar del cansancio. Ella también estaba envuelta en la ropa de cama, sentada en el sofá que daba la espalda a las escaleras, en silencio, encogida para no ser vista. Escuchó la voz de Cio y se apretó en las sabanas, mirando hacia delante. Ya no tenía miedo. No había sido miedo, desde el principio. Ahora se reducía a una intranquilidad vaga, y a la espera. Ri esperaba que sucediera algo, que cualquiera de los dos chicos que una vez habían practicado con ella en los muros, volviese. Y les iba a dar una somanta de palos, pero también se iba a sentir mucho mejor.
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